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Por qué ganó Franco

Hugh Thomas

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lo Inmensa tragedia 11. ¿Por qué la guerra civil?
La guerra civil que tuvo lugar entre 1936 y De acuerdo con a lgunas 'interpretaciones. la
1939 ha sido. sin duda, la mayor tragedia de la cuestión de por qué la guerra tuvo lugar es.
historia de España. Toda Europa sintió sus históricamente, la de mayor interés, El tema
efectos, y también, aunque con menor intensi- puede parece" un tanto rebuscado, pero a ve-
dad, el continente americano de norte a f:Ur.
ces los médicos se preocupan más de las cau-
La nación española tuvo la fortuna de poder
eludir las grandes guerras europeas de 1870 y sas de las enfermedades que de sus detalles
1914-18, a pesar de haber estallado la primera clínicos, Además. cualquiera comprende que,
de ellas con el pretexto de la disputa franco- una vez entablada la lucha entre dos grupos
prusiana al trono español, e influir la segunda armados, uno u otro ha de vencer. Una pre-
tan impetuosamente en España como en otros gunta que permanece sin respuesta es por qué.
paises neutrales. Sin embargo, al desencade- empezó la cont ienda. ¿Cómo pudo degenerar
narse en 1936 la guerra civil, España se des- la situación en España hasta el extremo de
taca, como centro de atención mundial, al
llegar a la guerra civil? Debemos tener en
mismo tiempo que los temas de intervencio-
nismo y acontecer internacional llegan a ser cuenta ante todo, que su estallido no se pro-
preocupaciones primordiales de los españo- dujo como consecuencia de un confl icto inter-
les. nacional.

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UN SIGLO DIFICIL el arte a la situación económica. La pérdida
del imperio en 1898 había actuado como un
La guerra que estalló en E5paña en 1936 fue repique de alarma que despertó a los más des-
ante todo una guerra española, y no podemos tacados intelectuales de la nación, yéstos, a su
eludir esa realidad. Debemos recordar que la vez, estaban poniendo en pie a las masas.
cultura política de la España contemporánea,
desde 1808. había, por decirlo de algún modo, ESCALADA DE INCOMPRENSIONES
predispuesto a aquel los que dirigían la nación Dos fenómenos contribuyeron de forma deci-
a principios del siglo XX a admitir que las siva al estallido de la guerra: por una parte, la
contiendas internas constituían un compo- serie sin interrupción de crisis que complica-
nente más de la actividad política: tres gue- ban los problemas cada vez más; y por otra,la
rras civiles (además de las de independencia creciente agitación de grupos políticos -so-
en la América hispana) e innumerables mani- bre todos .iuveniles-, que al principio luvo
festaciones de fuerza caracterizaron la vida fundamentalmente un carácter defensivo. Mil
po\itica española a lo largo del siglo XIX. Se novecientos veintitrés contempló el derrum-
daba una sustancial diferencia, sin embargo, bamiento de la monarquía constitucional de
entre el siglo XX y Jo acaecido en el siglo ante- Alfonso XlII y el primer intento en tiempos
rior. No era sólo que, paradójicamente, la modernos de establecer una dictadura mili-
nueva tecnología hacía más brutal la guerra tar. Mil novecientos treinta contempló la di-
moderna. La disparidad radicaba fundamen- misión de Primo de Rivera y un torpe intento
talmente en que, aun cuando España tardó del rey de introducir cierta dosi~ de democra-
mucho tiempo en recuperarse de la guerra de cia desde arriba. Fue un fracaso, y en menos de
la Independencia (y las do~ guerras carlistas un año llegó la República. Asimismo, en 1932
fueron en buena parte consecuencia de ello), el fracasócl intento de restauración monárquica
paísestaba indudablemente en vías de remon- patrocinado por algunos militares. En 1934,
tar su prolongada decadencia. Esta ci ..cuns- con un gobierno de derecha. o de centrodel-e-
tancia era evidente en todos losórdene~. desde cha, en el poder, se malogró la revolución so-
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NUEVA EDICION,
CONSIDERABLEMENTE
AUMENTADA, DE
"LA GUERRA CIVIL
ESPAÑOLA»,
DE HUGH THOMAS
Hugh Thomas no es un desconocido para
nuestros lectores. SI es noticia hoy que el
CatedrállCO de Readlng ha seguido investI-
gando en los últimos años sobre aspectos
lodavla desconocidos de la guerra españo-
la
En esta nueva edición española, tras el
éXito de las anteriores edItadas en Francia,
Hugh Thomas ha elegIdo el sistema de fas-
ciculos. para que su obra pudiera ser -a un
costo asequible y con una amplia distribu-
ción- la base de un exhaustivo estudiO
sobre la Guerra CiVil, con una completa do-
cumentación gráfica
Mas de 4.000 Ilustraciones. muchas de
eUas Inéditas. que incluyen cartografía mili-
tar, la vida en la retaguardia 181 biograf¡as
de los hombres y mUjeres que dirigieron la
palluca y la guerra en España en las dos
zonas, documentos del serVicio hIstÓriCO-
militar y de coleCCiones privadas. dibUJOS de
armas. carteles de los frentes. mapas y mi-
cialista y cumunista de Asturias y el estable- les de fotografias lomadas en todos los nn-
cimiento de un estado federal en Barcelona. eones de la contienda.
Todo ello contribuyó a envenenar casi total- Todo ello con un doble texto
mente el ambiente político. En 1936, cuando - La edic ión íntegra, con más de 300
el poder residía en un gobierno de izquierda, nuevas aportaciones. de la guerra civil
fue montada una repetición del espectáculo española, de Hugh Thomas.
apenas iniciado en 1932. Esta vez, los conju- y otro, al pie de las Ilustraciones. que,
rados estaban mejor preparados y tenían· la redactado por un equipo de histOriado-
considerable ayuda de jóvenes vestidos de uni- res. ha sido supervisado por un consejo
forme carlista o fascista, armados y media- editorial formado por el propIO Hugh
nam\:':nte entrenados. El fracaso en media Es- Thomas, el coronel Salas Larrazabal.
paña de este pronunciamientoprovocó la gue- Luis Romero y Angel Vinas
rra civil. Para entonces, los ánimos se encon- Para esta ediciOn espeCial Hugh Thomas
traban tan caldeados que ni un gobierno de ha escrito -ademas- una INTRODUC-
centro ni el bienintencionado esfuerzo cs- CION sobre las causas de la guerra civil
fuer.lO de las personas serenas equilibradas e s pañola y su diagnóstico sobre las cuatro
podían resultar ya efectivos. Los dirigentes t azone:; baslcas de la vlctOrta del E¡érr.lto de
derechistas estaban convencidos de que una Franco.
revolución de dimensiones semejantes a la Por su mleres. lo reproducimos Integro.
rusa amenazaba sus tierras, su ~eligión, su
milenaria historia, y entrevieron la oportuni- LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
dad de, aprovechando la confusión, conseguil· EOICIONES URBION
su revolución regeneracionista. En contraste, 105 FASCICULOS SEMANALES. CO-
los Itderes de la izquierda temían al fascismo, LECCIONABLES EN 6 TOMOS. CON UN
pcn,) creyeron, de forma semejante, que se les TOTAL DE 2.760 PAGINAS Y MAS DE
presentaba la oporlunidad de introducir su 4.000 ILUSTRACIONES Enero 1979
mundo nuevo.
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111. Todos contra todos IV. Factores de una derrota
Deben resaltarse especialmente los enfrenta- Al final ganó la derecha, y ello, en mi opinión,
mientos que provocó esta guerra dentro de la fue debido a cuatro razones primordiales.
clase media. Muchos militares, médicos o Primero porque organizó su unidad política
abogados tenían hermanos o parientes cerca- mejor que la izquierda. Después porque reci-
nos que luchaban en el bando contrario. La bió una ayuda exterior superior a la obtenida
madurez y la juventud se vieron enfrentadas a por sus rivales. En tercer lugar, ya que la gue-
menudo, pues en España, a l igual que en otros rra se planteó como una confrontación con-
lugares, el fascismo era en buena medida una vencional entre dos ejércitos, el hecho de estar
revolución de la juventud, lo que provocó que dirigida la derecha por los militares más des-
algunos hijos se encontraran luchando en el tacados de la victoria española en Marruecos
bando de las derechas contra padres republi- representó un factor importante también. Fi-
canos e izqu ierdistas. nalmente, como toda guerra moderna, la civil

El Consejo Editorial revl,a ndo prueba, de «La Guerra Civil E.pañola~; de Izquierda a derecha: Hugh Thomas, Lulll Romero y Ramón
Silla. La"uábal.
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española fue un conflicto económico. La mejor falta de prisa que mostró Franco para decidir
administración de los recursos yunas ventajo- la futura forma del Estado y también por su
sas relaciones internaciona.les tuvieron, asi- conocida adhesión a Alfonso XIII. Los políti-
mismo, un papel crucial. cos católicos que a principio de los años
treinta probaron suerte en el mar de la demo-
FRANCO, JEFE CARISMATICO cracia estaban encantados, en los últimos
años de la década, de alcanzar el seguro puerto
Consideraremos cada uno de estos factores de la au tocracia. El Ejérci to respetaba a
por separado. El general Franco se sublevó en Franco como el valiente joven «Comandan-
Las Palmas en julio, voló a Marruecos para tío», y siguió apoyándole cuando el audaz ofi-
confirmar la victoria rebelde y consiguió en cial se transformó en un maduro jefe supremo
los tres primeros meses de guerra no sólo el prudente.
mando supremo del ejército faccioso, sino Los escasos problemas políticos a que tuvo
también la jefatura del gobierno e incluso del que hacer frente Franco durante el año 1937 ,
Estado en lo que empezó a conocerse, y así lo provocados por falangistas y carlistas, no fue-
llamaremos en adelante, como la Causa Na- ron en realidad más que rizos en la superficie
cional. La gran masa de población civil que de un océano en calma.
recibió con entusiasmo el alzamiento -la
mayoría de clase media, aunque no todos lo LA ASTUCIA DE FRANCO
eran- vio en Franco el salvador de la nación.
Asimismo, los monárquicos que esperaban Durante la guerra civil, Franco estuvo ro-
una restauración se tranquilizaron ante la deado de hombres tempestuosos: el belicoso
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tado para ampliar notablemente ~u antiguo
Estatuto de Autonomía y que los vascos pro-
gresaron hacia la consecución de una auto-
nomía s imilar en su ya muy reducido Euskadi.
Comunistas y anarquistas disputaron , a veces
con las armas, la naturaleza del sistema eco-
nómico más apropiado para alcanzar la victo-
ria, mientras los funcionarios del gobierno se
limitaban a observar, horrorizados, la marcha
de los acontecimientos. Más tarde, la decisión
de los comunistas de infilt.rarse en el aparato
estatal, con el consentimiento en buena me-
dida de los socialist.as, proporcionó a los anar-
quistas, viejos liberales y, por fin, a los socia-
listas de izquierda una justificación para lle-
gar, en dos ocasiones, a la guerra civil dentro
de la guerra civil. Por otra parte, las relaciones
entre las autoridades civiles y militares fueron
siempre ambiguas en el campo republicano.

v. Guerra mundial en
miniatura para italianos
y alemanes
El segundo factor de la victoria nacionalista
fue sin duda la calidad de ayuda exterior reci-
En l1li 1010, Remón Sele. Larrsz_b.l, allondo Lul. Romero, miem-
bro. del ConseJo Editorial d. _La Guerr. Civil Esp.ñol .... bida. La guerra civil estalló en un momento
especialmente crítico del proceso de rearme
Queipo, el excitable Millán ASlray, el fanfa-
que condujo a la segunda guerra mundial. De
rrón Varela, el contrarrevolucionario Yagüe ,
ello se beneficiaron los españoles de ambos
su apasionado cuñado Serrano Súñer, el fa-
bandos contendientes. Los nacionales logra-
langista serio Hedilla,el nostálgico FaL Conde.
ron «vender» su causa tanto a Hitler (en el
Por encima de todos ellos, Franco impuso su
poder desde 1933) como a Mussolini (encum-
personalidad glacial. ¿Perdió la calma alguna
brado desde 1922) y, menos sorprendente-
vez? La mayor parte de la gente lo ha puesto en
mente, a OLiveira Salazar. Tras algunas dudas
duda. Amparado por sus alianzas, montó con
iniciales, Hitler puso a su disposición los nue-
éxito un Estado más simple y eficaz que aquel
vos Junkers 52 de transporte, cazas Messers-
que no consiguió conquistar en el verano de
chmidt y moderna artillería antiaérea, más
1936 .
aparatos Heinkel de bombardeo, aviones de
LA SOLEDAD DEL reconocimiento fotográfico, tanques ligeros y
GOBIERNO REPUBLICANO otras novedades técnicas. Unos seis mil espe-
cialistas alemanes acompañaron estos envíos
COffiQ contraste, la República estuvo s iempre (con ellos vinieron los generales Van Sperrle,
dividjda en enfrentamientos internos. Los Von Richthofen y Van Thoma). Los italianos
primeros meses de guerra constituyeron una contribuyeron a la causa nacional con bom-
dura prueba para el gobierno central, que tra- barderos Savoia y tanques Ansaldo, así como
taba a duras penas de mantenerse unido ante con un volumen considerable de sofisticado
la doble disolución territorial y política. La equipo naval y quizá más de cuarenta mil
exigencia anarquista de someter a votación hombres (los generales Roatta, Gambara y
previa cualquier acción bélica era un reto tan Bastico entre ellos). Ambos aliados se benefi-
grave a la autoridad establecida como, por ciaron económica y técnicamente de su inter-
ejemplo, la decisión catalana de asumir el vención en la guerra civil (los alemanes en
control de los funcionarios de aduanas en el particular. que se sirvieron de la contienda
territorio de la Generalitat. Ciertamente que para asegurar el suministro de minerales de
Cataluña aprovechó la casi desapación del Es- aplicación bélica escasos en Ale mania y para
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probar su nuevo armamento). A largo plazo, de esas Brigadas Internacionales. que propor-
sin embargo, Franco fue el principal benefi- cionaron en muchos casos el núcleo funda-
ciario de tales inversio.nc::.. Para alcanzar el mental de los regímenes comunistas estable-
poder, Franco aprovechó el respeldo que su- cidos en Europa tras la victoria de 1945.
ponía su imagen de amigo de los alemanes.
Rusos y españoles vivían una etapa trágica,
debida a que el regimen soviético se embarcó.
LOS SOVIETlCOS VINIERON A ESPAÑA
sin razón incomprensible, en la masiva depu-
ración de una generación completa de sus más
Frante a esta sustancial ayuda extel·ior. la Re- experimentados hombres públicos, incluidos
pública empezó por importar cierta cantidad muchos generales. Los soviéticos en España
(tales como los genel'alcs Berzin, Kulik y Gri-
de armamento francés, sobre todu aviones.
Sin embargo, los aparatos franceses mosU-a- gorovich) respiraban un ambiente de sospe-
ron ser menos robustos y adecuados que los cha y miedo. Por otra parte, si bien desde 1945
alemanes. Desde octubre de 1936. los republi- el mundo está acostumbrado a la intervención
canos obtuvieron bastante material belico ru- soviética en confrontaciones civiles lejos de
so, incluidos numerosos aviones modernos. sus (ronleras. en 1936 no había precedentes.
ametralladoras y b lindados. En España estu- Esta ayuda impidió probablemente la caída
vieron también varios centenares de asesores dd régimen republicano en 1936. Sin embar-
militares soviéticos. y el gobierno ruso patro- go, asesores rusos y combatientes españoles
cinó, a traves de la Tercera Internacional (el no consiguieron acoplarse 5a tisfactoriamente.
Komintern), el reclutamiento de varias dece- Como consecuencia, el material ruso no fue
nas de miles de voluntarios internacionales convenientemente utilizado. y sus consejos
para la cusa republicaAa. comunistas en su sobre acciones bélicas concretas carecían del
mayoría, aunque no todos lo fueron; sí el-an , respaldo que el prestigio proporciona, aun
en cambio. comunistas casi tudus lus lideres cuando estuviesen correcta y científicamente

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fundamentados. Tal situación agravó la des- radas ellos mismos para afrontarla. Ni los Es:
moralización entre los republicanos y contri- tados Unidos ni Francia podían considerarse
buyó a desaprovechar el prestigio bien ganado dispuestos para una gran guerra, y Gran Bre-
por muchos comunistas en el com bate debido taña hacía lo posible para alejarse de tal posi-
a su maestría en la propaganda, valor y capa- bilidad. Algún armamento se pudo adquirir en
cidad como luchadores y la maderación tác- el mercado internacional. pero con ello no se
tica de sus planteamientos políticos. consiguió más que aumentar la confusión
existente en el parque de material bélico re-
LAS DEMOCRACIAS PREPARAN publicano. Además, aunque la dependencia de
SU GUERRA la Unión Soviética suele atribuirse a menudo
al fracaso de la esperanza de recibir ayuda
A pesar de la importancia internacional que · suficiente de Francia, el sistema defensivo
tendría España en otra futura guerra mundial, ruso era entonces mucho más fuerte que el de
que ya se veía como inevitable, la República las democracias occidentales: la segunda gue-
no fue capaz de conseguir la esperada ayuda rra mundial lo demostró plenamente. La avia-
por parte de los estados democráticos occi- ción de caza francesa era, por ejemplo, menos
dentales, en realidad deficientemente prepa- rápida y robusta que los lIushin rusos.

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. -
coso Como contrapanida, la causa republi-
VI. Orden frente cana siempre se encontró a merced de las riva-
a rivalidades lidades entre militares de carrera leales a la
República (Rojo, Miaja, Jurado. Hernández
Un tercer elemento que explicarla la victoria Sara vi a, Casado) y los oficiales de nuevo cuño
nacionalista tiene sin duda que ver con sus surgidos de las milicias (Lister, Modesto, Me-
condiciones de organización militar, que, evi- ra, Tagtieña, cel Campesino»), quienes alcan-
dentemente, resultaron ventajosas. Franco se zaron cierto prestigio en los primerosy confu-
condu.io con suma cautela. Bajo su mando sos días de la guerra, en buena parte debido a
trabajaron hombres audaces y de probada ca- la propaganda. Algunos de los generales repu-
pacidad táctica. pero el comandante en jefe blicanos se revelaron, sin duda, como buenos
conocía perfectamente que sólo con buena or- dirigentes. Pero, al mismo tiempo, nunca con-
ganización se puede ganar una guerra. El siguieron establecer el predominio de la auto-
nuevo estado mayor y el servicio secreto na- ridad militar sobre la civil que caracterizó al
cionalista se organizaron sencilla e imagina- bando nacionalista y que tanta importancia
tivamenie,sobre los principios que tan buenos tiene en tiempo de guerra.
resultados habian dado a Franco en Marrue-

VII. La economía manda


Como cuarto elemento decisivo en el desen-
lace de la contienda, debemos considerar el
factor económico. En 1936, la República con-
trolaba las reservas españo las deoro,los puer-
tos más importantes (Barcelona y Valencia),
la gran zona horticola de Levante, los viñedos
de La Mancha,las minas y fábricas de Asturias
yel País Vasco. Los nacionales estaban peor
provistos, aunque disponían de las regiones
trigueras y ganaderas de Castilla, la zona del
olivar en el sur y los bosques gallegos. Sin
embargo, las derrotas de los primeros meses y
la revolución tuvieron un efecto pequdicial en
la economía republicana. Aun cuando no se
dieron batallas importantes, los nacionales
consiguieron el dominio del mar (a pesarde su
inferioridad en el número de barcos), y de este
modo establecieron un bloqueo eficaz de los
puertos republicanos. Hacia la segunda mitad
de la guerra, el control de los recursos minera-
Jes del norle cantábrico pasó a los nacionales,
y en el último año de hostilidades, la peseta
republicana se derrumbó, mientras se mante-
nía estable la moneda nacional. Para enton-
ces, los pocos vÍ\·cres disponibles por la Repu-
blica apenas podlan conseguirse, en tanto que
t'I suministro se organizó eficazmente en la
zona nacional. La administración económica
de ésta se benefició, sin duda, de los conse.los
propOl"cionado!) por alemanes como Johanncs
B~rnhardt, enlace directo de Hitler con Fran-
<':0; mientras tantos los distintos asesores eco-
nómicos soviéticos. como Stashe\'ky. poseian
poca expel"iencia"en la dirección de una eco-
nomía mi:"<ta de guerra.
STALIN COBRO EN EFECTIVO
!-labia también una diferencia fundamental en
la s condicioncs impucstas POi" las distintas po-
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tencias extranjeras que apoyaron a los con- bicmo y del Estado durante los treinta y seis
tendientes: Memanla e Italia ayudaban con años que siguieron al fin de la contienda. Al
créditos que debían ser devueltos a lo largo de principio, el régimen político de Franco es-
muchos años. Rusia, en cambio, recibió la tuvo influido por la propaganda y el esti lo de
mayor parte de las reservas de oro españolas sus aliados nazis y fascistas, pero siempre
antes de entregar el prime¡- envío de suminis- mantuvo un Estado estrictamente ortodoxo.
tros y usó todo aque l oro en la financiación de Muy pronto también se empezó a dar mayor
compras internacionales de armamento para énfasis a otros elementos no fascistas de su
la República Española. coalición, en especial elementos monárquicos.
No era el deseo de Franco restau rar a los Bar-
bones en vida, sino darse a sí mism o el est ilo y
VIII. Franco impuso poderes de un monarca abso luto, como que-
rrían los carlistas, mirando hacia la España de
su estilo los tiempos de Fernando e Isabel. Este futuro
desarrollo de Jos acontecimientos podía pre-
Las consecuencias de la guerra fueron más verse ya durante la guerra civi l misma. Franco
complicadas de lo quea primera vista pudiera parecía más abso lutista y monárquico q u e
parecer. Cierto que el efecto inmediato es fácil fascista, cualesquiera que fuesen las expecta-
defin irlo: Franco- se impuso como jefe del go- tivas y el obrar de sus seguidores.

Angel VIñas, de pIe en la fol09ralla. y LuIs Romaro, mlembroll del ConseJo Editorial de .. La Gue rr a CIvil Española".

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""'" ".4!
.....

UNA GENERACIQN MARCADA ¡iación nacional, sin duda inspirada en partc


No pensemos ni por un momento que la guerra por la guerra civil y su recuerdo, 0, mejor di-
civil afectó sólo a los que, debido a su edad, cho, por una determinación de que nada pare-
vivieron personalmente el combate. Porque cido volviera a producirse de nuevo. Espere-
los niños vieron marchar a sus padres a la mos que tal sea, en efecto, el veredicto de la
guerra y escucharon cómo sus padres recibían Historia sobre una tragedia sin igual en la
la noticia de su muerte; y a menudo vieron la historia de España. Esperemos también que la
muerte misma. Un niño de cuatro años no es nueva edición de la presente obra ayude-en el
fácil Que olvide una discusión entre su padre V proceso de redescubrimiento de la identidad
su tío acerca de si debían o no matar a un nacional a través de la incorporación de las
tercero. lecciones del pasado reciente, lo cual es sin
y sin embargo, a la muerte del general Franco duda una de las funciones principales de la
se produjo algo como una voluntad de reconci- Historia . •
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