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Estimados ORII

Universidad Santo Tomás


Cordial Saludo

Mediante la presente y en concordancia con los acuerdos de estudio firmados para mi


período de movilidad 2018-2 me dirijo a ustedes en calidad de estudiante para reportar las
actividades realizadas en la Universidad Autónoma de México. Posterior a esto, aportaré
algunas consideraciones personales sobre la experiencia académico-cultural del proceso de
intercambio.

La ​Casa Abierta al Tiempo ​nos extendió sus brazos mediante un convenio bilateral con la
Universidad Santo Tomás, cobijandonos en sus instalaciones. Sus miembros
administrativos y docentes siempre permanecieron atentos a cualquier inquietud o problema
que presentáramos e incluso, nos ofrecieron algunos tips de movilización en la ciudad. De
esta forma hicieron mucho más amigable la llegada de diferentes jóvenes a un país extraño
y bastante particular en sus hábitos culturales y su configuración urbana.

Una vez empezó el período académico el día 17 de septiembre, mi persona comenzó a


cursar las materias ​Movimientos Sociales, Procesos Mundiales Contemporáneos,
Sociología Latinoamericana y Economía I, c​ uyos profesores nos integraron en la cátedra
con curiosidad y afabilidad. Durante el trimestre obtuve valiosos conocimientos en cuanto a
geopolítica de Asia y África, procesos históricos de movimientos sociales en México, teorías
alternativas de desarrollo en Latinoamérica y funcionamiento económico de sistemas
complejos. Todo esto dentro del marco de un contexto cultural lleno de celebraciones
típicas, agitación social y coyuntura política.

De igual forma tuve la oportunidad de ver algunas clases de Francés inicial como optativa
de la universidad destino, las cuales fueron increíblemente enriquecedoras para mí y me
llenaron de motivación para continuar profundizando el idioma en un futuro próximo. Mi
participación en las diferentes clases generó un diálogo de saberes sumamente interesante
tanto para el curso como para mi persona, e hizo de las cátedras espacios con diferentes
lugares de enunciación. Algunos eventos que recuerdo con especial cariño y admiración
son: la charla de uno de los padres de los estudiantes normalistas desaparecidos de
Ayotzinapa, los debates sobre el impacto de la construcción del Aeropuerto en Texcoco, la
presentación de baile realizada por un grupo Tepozteco en el marco del llamado a la toma
de las raíces como elementos patrióticos propios y las asambleas de mujeres de la UAM en
búsqueda de estrategias para enfrentar la dura situación de desigualdad, acoso y
feminicidios que enfrentan en la cotidianidad.

Cada uno de estos lugares de discusión me ofrecieron una imagen panorámica de lo que
significa conocer otro país: sus conflictos, particularidades, dolores, alegrías, dinámicas, etc.
No sólo pude observar con los ojos del turista, sino con los adecuados lentes de la
academia, que me permitieron descubrir fenómenos de gran interés en conductas
normalizadas por la población y llegar a la conclusión de que además de ser uno de los
grandes en producción académica de Ciencia Social, México también es rico en
manifestaciones culturales, gastronómicas, musicales, etc.

Más allá de los espacios académicos que cursé y de las actividades académicas en las que
participé, lo que transforma verdaderamente es el intercambio de experiencias, el
conocimiento de otros lenguajes, otros regionalismos y otras formas de vida que se hicieron
presentes en cada uno de mis compañeros de intercambio. El mate de los argentinos, el
pizco de los peruanos, el “pan de muertito” de los mexicanos, el queso francés, la música
danesa, la formalidad de los alemanes, el carisma de los salvadoreños, la alegría de los
costeños. Todos nos unimos para visitar lugares como las trajineras de Xochimilco, la calle
Madero en el centro de la ciudad, las playas de Acapulco, las grutas de Tolantongo, las
pirámides de Tepoztlán y Teotihuacán, ver las flores de cempasúchil en noviembre y
comerse unas tlayudas de Oaxaca, las fiestas de Día del Muerto, las de la Independencia,
las de navidad…

Son innumerables las anécdotas vividas e incontables las experiencias aprendidas.


Entramos en un periodo de transformación personal, profesional y académica, un tiempo de
catarsis y de reencuentro. No puedo por ello más que dar las gracias a ambas instituciones
por abrirme sus puertas y brindar la oportunidad de vivir tan excepcional trimestre en la
Ciudad de México. Todo lo aprendido me posiciona en una perspectiva más abierta de mi
carrera que seguro me será de utilidad al momento de trabajar por las comunidades y la
sociedad, en Bogotá, en Colombia, en México, o en el mundo.

July Jairetsell León Salcedo


Facultad de Sociología.

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