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Colombia.
La Responsabilidad Social debe ser considerada como un plus normativo y de integración voluntaria por parte
de las organizaciones.
11 de junio de 2013.
A continuación en el presente artículo analizaremos los diferentes fundamentos legales
que sustentan la existencia de la Responsabilidad Social Corporativa en Colombia.
“la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y
medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus
interlocutores. Ser socialmente responsable no significa solamente cumplir plenamente
las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento”.
Así las cosas, Colombia integra a su ordenamiento jurídico una gran variedad de normas
de carácter internacional que permiten a los empresarios contar con un marco de
referencia para cubrir las necesidades que en esta materia se han encontrado en nuestro
país.
En este orden de ideas, y considerando que la RSE se ha constituido como un “Plus” para
las empresas que la implementan, el ICONTEC -como Organismo Nacional de
Normalización- inició el proceso de creación del documento Guía Técnica de
Responsabilidad Social – GTC 180, cuya definición de este término indica:
“Es el compromiso voluntario que las organizaciones asumen frente a las expectativas
concertadas que en materia de desarrollo humano integral se generan con las partes
interesadas y que, partiendo del cumplimiento de las disposiciones legales, le permite a
las organizaciones asegurar el crecimiento económico, el desarrollo social y el equilibrio
ecológico.”
Para el año 2000, Colombia firmó el Pacto Mundial, en el cual el Secretario General invitó
a los dirigentes empresariales a sumarse a una iniciativa internacional en cuyo marco las
empresas colaborarían con los organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones
laborales y la sociedad civil para promover principios sociales y ambientales de carácter
universal.
El Pacto Mundial sigue siendo un instrumento voluntario tanto para las naciones como
para las empresas, no ejerce funciones de vigilancia, no impone criterios y no evalúa la
conducta ni las acciones de las empresas. Al contrario, este Pacto busca motivar a
organizaciones en todo el mundo para que adopten políticas socialmente responsables y
sostenibles.
Este programa está apoyado por seis agencias de las Naciones Unidas entre las cuales
se encuentran el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, el programa
Medioambiental, la organización internacional del trabajo, el Programa de Desarrollo y la
Organización para el desarrollo Industrial y cada una de estas se encarga de varios
puntos del pacto mundial así:
Derechos Humanos
Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos
proclamados en el ámbito internacional y deben asegurarse de no ser cómplices en
abusos a los derechos humanos.
Normas Laborales
Las empresas deben respetar la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del
derecho a la negociación colectiva; deben eliminar todas las formas de trabajo forzoso u
obligatorio; abolir de forma efectiva el trabajo infantil; y eliminar la discriminación con
respecto al empleo y la ocupación
Medio Ambiente
Las empresas deben apoyar los métodos preventivos con respecto a problemas
ambientales, deberán adoptar iniciativas para promover una mayor responsabilidad
ambiental y fomentar el desarrollo y la difusión de tecnologías inofensivas para el medio
ambiente.
Lucha contra la corrupción
Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluyendo la
extorsión y el soborno.
GUARDAR
Aunque hay empresas como Grupo Bancolombia, Grupo Nutresa, Alpina, Grupo
EPM y Cementos Argos que se destacan por sus programas de Responsabilidad
Social Empresarial (RSE) aún falta en Colombia una regulación frente al tema que
haga que los planes de RSE sean prioridad.
Según una publicación de Díkaion, revista científica de conocimiento jurídico en el
país hay “algunas disposiciones que mencionan tangencialmente el término”, pero
no se profundiza en una normativa.
Vale rescatar que no hay normas que determinen cuánto se debe invertir en estos
programas. No obstante, se ha intentado regular el tema, como por ejemplo, con el
proyecto de ley 70 de 2010 del Senado, que buscaba incentivar la creación de
estos planes.
Para finalizar, si está interesado en el tema puede apoyarse en normas, como:
ISO 26000, SA 8000, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact) y
entre otras, que han servido como ruta a diferentes compañías del mundo, para
emprender planes de RSE. Para los expertos esta ya no es una moda o tendencia
sino una realidad para el buen funcionamiento de las empresas.
Existen varios procesos entre los cuales una empresa puede elegir para realizar esta auditoría, que
consta de dos fases: normalización y certificación. A continuación describiremos las normas y
certificaciones más conocidas y aplicadas por las empresas.
SA8000 (Social Accountability 8000): esta norma certifica en ética y responsabilidad social. Se
basa en la responsabilidad de la empresa con sus empleados, tanto los directos como los
trabajadores que laboran para sus proveedores, subcontratistas, entre otros. Esto supone que las
organizaciones que así lo deseen o que sean exigidas por mercados internacionales para poder
exportar, deben comprobar que en sus procesos productivos se ofrecen condiciones de bienestar,
de respeto a los derechos humanos, libre asociación, salarios justos y no presentan forma alguna
de atropello ni discriminación. Se rige en los acuerdos internacionales sobre las condiciones
laborales y en los derechos humanos.
ISO 14000: conjunto de normas sobre la gestión ambiental. Establecen la manera en que se
desarrolla un sistema de gestión ambiental efectivo, basándose en un equilibrio entre el
mantenimiento de la rentabilidad y la reducción de los impactos sobre el medioambiente.
ISO 26000: guía que marca un estándar internacional en temas de responsabilidad social para todo
tipo de organizaciones.
Para que una empresa sea socialmente responsable ya no basta solo con mostrarlo y difundirlo en
los medios o en su zona de influencia. Ahora es necesario contar con un tercero que ayude a
cuantificar sus resultados, normativice y estandarice procesos de la responsabilidad social.
Este informe no deberá contener información que al ser puesta a disposición del público
perjudique seriamente a la empresa o viole la intimidad personal de directivos,
trabajadores o accionistas.
Artículo 6°. Actividad empresarial. Las empresas deberán tener en cuenta en el giro de
sus negocios una valoración del impacto ambiental, social, económico y financiero en
cada una de sus actividades.
La opinión de los accionistas será consultada y deberá responderse cualquier opinión
expresada por estos sobre un proyecto en particular.
6. Citar a los representantes legales de las empresas y pedir a las mismas, las informaciones
necesarias.
7. Divulgar, ante la comunidad las buenas y malas acciones de las compañías en materias
sociales y medioambientales mediante anuncios publicitarios en medios masivos.
9. Recibir las quejas que le formulen los afectados por la violación de la presente ley.
Parágrafo 1°. Para garantizar el cumplimiento de los mencionados requisitos, el Consejo
de Responsabilidad Social Empresarial se basará en indicadores de gestión diseñados de
modo tal que permitan la objetiva valoración y evaluación de la sustentabilidad social,
ambiental, económica y financiera de las organizaciones.
Parágrafo 2°. Reglamentación. El Gobierno Nacional contará con un término de seis (6)
meses, contados a partir de la entrada en vigencia de la presente ley, para reglamentar la
puesta en marcha y funcionamiento del CRSE.
Artículo 8°. El Gobierno Nacional promoverá entre las empresas que se acojan de
manera voluntaria al presente proyecto de ley la certificación socialmente responsable,
que será un medio de promoción, difusión y calidad sobre la gestión en la materia de cada
empresa.
Artículo 9°. Protección del trabajo infantil. El Gobierno Nacional, en cabeza del
Ministerio de la Protección Social, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el
apoyo de la Unicef, las Organizaciones No Gubernamentales y el Consejo de
Responsabilidad Social Empresarial (CRSE) desarrollarán como parte de su política
pública un programa Nacional de Responsabilidad Social Empresarial sin explotación
laboral infantil, desarrollando mecanismos que permitan el seguimiento y control del
mismo.