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El lienzo de

Totocuitlapilco
(Una reconstrucción histórica y estudio
iconográfico siglos XV-XVII)

Dolores Contreras Chávez


El lienzo de

Totocuitlapilco
(Una reconstrucción histórica y estudio
iconográfico siglos XV-XVII)
Dolores Contreras Chávez

© Instituto de Administración Pública del Estado de México, A.C.

Av. Morelos Pte. Núm. 809


Col. La Merced,
Toluca, México
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instituto@iapem.org.mx

ISBN 978-607-8087-02-0

Toluca, México, septiembre de 2010

Diseño Editorial y Portada: L.D.G. Marlem Pérez Ramírez

Impreso en México

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DÉCIMO SEGUNDO REGIDOR

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DÉCIMO TERCER REGIDOR

Jaime Efraín Hernández González


SECRETARIO DEL H. AYUNTAMIENTO
A la memoria de mi abuelito Ángel Chávez Pérez
a mis padres
a mis hermanos
y
a Rodrigo Anaya Chávez
PRESENTACIÓN

Es muy grato presentar, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Inde-
pendencia de México y Centenario de la Revolución Mexicana, el trabajo de-
nominado “El Lienzo de Totocuitlapilco (Una reconstrucción histórica y estudio
iconográfico siglos XV-XVII” elaborado por el licenciado en Historia Dolores Con-
treras Chávez. Esta obra está destinada a especialistas en la materia, maestros,
académicos, alumnos y al público en general que se muestren interesados en el
devenir histórico estatal.

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha tenido una necesidad de conocer su


origen, con la finalidad de encontrar en éste una manera de afianzar los ideales
que forjan su presente. Es por ello que en el estudio de la historia de una pe-
queña población, como lo fue San Miguel Totocuitlapilco en 1603, encontramos
elementos que dan razón de su identidad y su visión de pertenencia colectiva.

Si la historia casi siempre se escribe por los vencedores y cada pueblo que do-
mina a otro reinventa el pasado con la finalidad de legitimar su dominio, es indu-
dable que, en general, el papel jugado por los pueblos originarios de México en
su larga tradición histórica, queda anulado e ignorado. El estudio del Lienzo de
Totocuitlapilco muestra la participación activa de los matlatzincas en el conflicto
que emprendieron en 1603 en contra de los herederos del Marqués del Valle al
mostrarse rebeldes e interesados por la defensa de su tierra ante el embate de
la propiedad española en el Valle de Matlatzinco.

Sin duda alguna esta obra fue realizada con la firme convicción de que sólo
a través del conocimiento de nuestra constitución histórica y social podremos
enfrentar los retos que nos demanda un mundo cada día más integrado e inter-
dependiente.

Reconozco la dedicación, el talento y el sentido de pertenencia de nuestro ve-


cino Dolores Contreras, y agradezco al Instituto de Administración Pública del
Estado de México y al Consejo para los Festejos del Bicentenario, el interés por
dar a conocer este trabajo que al ser resultado de un esfuerzo conjunto con el H.
Ayuntamiento de Metepec es, sin duda, de gran relevancia para el conocimiento
y comprensión de nuestra historia.

ANA LILIA HERRERA ANZALDO


PRESIDENTA MUNICIPAL CONSTITUCIONAL DE METEPEC, ESTADO DE MÉXICO
PRÓLOGO

“Para ser universal hay que ser profundamente local”, afirmaba el diplomático,
escritor y pensador Don Alfonso Reyes, anticipando lo que casi un siglo después
el historiador Luis González y González postulara a propósito de volver la mirada
hacia el acontecer de la “patria chica”, “el terruño”, “el villorrio”, lo propio pues,
cercano y conocido como una vía para renovar y enriquecer la historia social y
hacer inteligible esta realidad compleja y vasta.

En el rescate de un jirón de la microhistoria, está la valía del trabajo que usted


tiene en sus manos, Una oportunidad para conocer y reconocernos en lo nues-
tro para mirarnos desde otra dimensión.

Así pues, Dolores Contreras Chávez, “aprendiz del oficio de historiador” como se
llama a sí mismo, revisa la historia antigua y virreinal de su terruño, San Miguel
Totocuitlapilco, Metepec.

Este joven profesional, formado en la disciplina de los estudios históricos en las


aulas de la Universidad Autónoma del Estado de México, en usufructo de la tradi-
ción milenaria de su pueblo natal, rescata un documento pictográfico elaborado
por los indígenas que estuvieron antes que él.

El Lienzo de Totocuitlapilco es un testimonio de la memoria de los nativos a


propósito de un conflicto jurisdiccional entre los habitantes de Toto y los herede-
ros del Marqués del Valle en 1603. El mérito de este hallazgo y estudio, además
de su visión de la microhistoria, es ser una muestra de la tradición iconográfica
y documental mesoamericana que subsiste a la conquista y colonización
española.

El documento en estudio refiere a las transformaciones territoriales que tuvieron


lugar entre los siglos XV y XVI en el centro de México y particularmente en el área
ocupada por los matlatzincas.

Con base en testimonios de cronistas de Indias y documentos procedentes del


Archivo General de la Nación, sabemos que Totocuitlapilco fue un bastión estra-
tégico durante el proceso de dominio por la triple alianza en territorio matlatzin-
ca hacia el último cuarto del siglo XV.
En el contexto de la colonización española, el sitio fue reconocido como una
parcialidad sujeta a la cabecera de Tollocan. En la merced otorgada a Hernán
Cortés con el marquesado del Valle de Oaxaca por la corona española, Totocui-
tlapilco formaba parte de la concesión de dominio, pero con territorio y vasallos
sujetos a límites poco claros. Esta peculiaridad motivó constantes litigios entre
los herederos del marquesado, la corona y los nativos del valle de Tollocan.

El avance paulatino de la propiedad española en detrimento de la nativa y la


conformación de “cabildos de indios” con el propósito de defender y representar
sus causas, es también motivo de estudio en este trabajo.

La investigación de Dolores Contreras es un primer acercamiento al Lienzo de


Totocuitlapilco, con una hipótesis documentada del conflicto de un pueblo, que
nos permite asomarnos al contexto histórico, geográfico y cultural del Valle de
Toluca entre los siglos XV y XVII.

El contenido de este documento iconográfico nos permite dimensionar la impor-


tancia de una población que supo organizarse para hacer valer sus derechos en
un periodo muy temprano de la época colonial.

San Miguel Totocuitlapilco es un pueblo que dicta su leyenda a través de sus


lienzos, sus edificios antiguos, sus árboles centenarios y sus tradiciones ances-
trales. En los últimos tiempos, poblado por gente diversa, su rostro de antaño
acuático y vegetal se ha visto atravesado por nuevos caminos y edificaciones, sin
embargo, no pierde la esencia de su valentía, de su sentido de comunidad, de la
fuerza del arraigo. Nos sigue dando argumentos para sentir orgullo de pertene-
cer y continuar, como el Tlacuilo, escribiendo su historia.

CÉSAR CAMACHO QUIROZ


COORDINADOR GENERAL DEL CONSEJO CONSULTIVO DEL BICENTENARIO DE
LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO EN EL ESTADO DE MÉXICO
AGRADECIMIENTOS

Espero retribuir a la confianza que me depositaron: el


maestro César Camacho Quiroz, Coordinador General del
Consejo Consultivo del Bicentenario de la Independencia
de México; el licenciado Isidro Muñoz Rivera, Presiden-
te del Instituto de Administración Pública del Estado de
México (IAPEM); la licenciada Ana Lilia Herrera Anzaldo,
Presidenta Municipal de Metepec; la maestra Adriana
Bazán Trousselle, Directora Editorial del IAPEM, el licen-
ciado Jorge Ramos Campiran, Coordinador Ejecutivo de
la Comisión de los Festejos del Bicentenario de la Inde-
pendencia y Centenario de la Revolución, la doctora Luz
María Mohar Betancourt y, por último, mi reconocimien-
to al doctor Gerardo González Reyes por sus valiosos
comentarios y recomendaciones que beneficiaron esta
investigación, siempre atinadas, las cuales orientaron y
dieron solidez al trabajo aquí presentado.
CONTENIDO

PRIMERA PARTE

1. ESTUDIO INTRODUCTORIO 17
1.1 Contenido del Lienzo y estado de conocimiento 19
1.2 Las memorias nativas en tres momentos y su importancia para
el estudio del pasado colonial 25

2. LA CONFIGURACIÓN ÉTNICA Y POLÍTICA EN LA ZONA MATLATZINCA,


ANTES Y DESPUÉS DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES 31
2.1 Los señoríos matlatzincas antes de la conquista tripartita,
organización político territorial 33
2.2 Conquista matlatzinca por la Triple Alianza 34
2.3 Reparto de la tierra 38
2.4 La distribución de los señores 38
2.5 Las cargas tributarias y el reordenamiento social 39
2.6 Época colonial hasta 1603, los grandes procesos de transformación 42
2.7 La incursión española en la zona 42
2.8 El reparto de la tierra 45
2.9 La encomienda 45
2.10 La pérdida definitiva del señorío indio, el descenso demográfico 47
2.11 El embate de la propiedad española 49

3. TOTOCUITLAPILCO EN CONTRA DEL MARQUÉS DEL VALLE:


ANTECEDENTES DEL CONFLICTO Y DESENLACE, VISTO A
TRAVÉS DE LA “VISTA DE OJOS” DE 1603 51
3.1 Defensa de la tierra frente al embate de la propiedad española;
pleito entre los indios de Totocuitlapilco y el Marqués del Valle 53
3.2 Antecedentes del conflicto, las elecciones de funcionarios
locales de Totocuitlapilco 55
3.3 Cristóbal de la Cerda en contra de los indios de Totocuitlapilco:
Daños a las sementeras de los indios 60
3.4 Recomposición territorial de 1603 63
3.5 Argumentos del marquesado 64
3.6 Argumentos de Totocuitlapilco y el real fisco 65
3.7 Citación de las partes y primeros enfrentamientos 66
3.8 Inicio de la “vista de ojos”, nombramiento del medidor y de
los indios pintores 69
3.9 Primera resolución dictada por el real fisco, dada
“a la vista de ojos” 72
3.10 Argumentos del Marqués en contra de la primera
resolución del real fisco 72
3.11 Confirmación de la resolución emitida por parte del real fisco 76

4. TERRITORIALIDAD Y CONFLICTOS CON EL MARQUESADO,


SIGLO XVII, VISTOS A TRAVÉS DE UN LIENZO 81
4.1 Naturaleza, contenido y destino del lienzo de Totocuitlapilco 83

SEGUNDA PARTE

5. ESTUDIO ICONOGRÁFICO 87
5.1 Descripción del lienzo de Totocuitlapilco 90
5.2 Análisis y codificación de las pinturas del lienzo de Totocuitlapilco 98

REFLEXIONES FINALES 110


APÉNDICE 113
GLOSARIO 119
BIBLIOGRAFÍA 121
PRIMERA PARTE
1. ESTUDIO INTRODUCTORIO
El lienzo de Totocuitlapilco

1.1 Contenido del Lienzo y estado de conocimiento

El hombre, por su naturaleza, siempre ha buscado la forma de consignar


mediante la escritura los acontecimientos religiosos, políticos, económicos,
sociales y culturales, los cuales muestran el desarrollo que la humanidad ha
alcanzado con el paso de los siglos.

En México, las culturas de Mesoamérica, a diferencia de las culturas de América


del sur y del norte, contaban con un sistema de escritura pictográfica. En ésta
se utilizaban las imágenes y el color para representar los distintos elementos
que contenían los códices. La realización de estos documentos recaía en los
tlacuilos, personajes instruidos para plasmar y conservar los registros de los
acontecimientos más relevantes.

En especial, la cultura mexica muestra el legado de diversos elementos utiliza-


dos en la época prehispánica para la transmisión de conocimientos y que hasta
hoy siguen siendo objeto de estudio por parte de investigadores de distintas
disciplinas. La sociedad mexica al conquistar la mayor parte del territorio del
centro de México, absorbió múltiples productos culturales para su beneficio; una
consecuencia de esto fue la sistematización de la escritura en mesoamerica, la
cual es producto de una larga y antigua tradición basada en la elaboración de
glifos, signos ideográficos y fonéticos. Para tener un mejor ejemplo de la escritura
prehispánica y post hispánica de México, es necesario revisar y consultar los
códices de estas dos épocas, los cuales sirven de testimonio para explicar los
orígenes, conservar y trasmitir la memoria histórica.

Los códices son elaborados principalmente en la zona nahua, maya y mixteca.


En opinión de Joaquín Galarza un códice es un Manuscrito realizado por indíge-
nas mesoamericanos que fijaron sus lenguas por medio de un sistema básico
del empleo de la imagen codificada derivada de sus convenciones artísticas.1

A su vez James Lockhart señala que antes de la llegada de los españoles se


empleaban tres distintas técnicas de escritura:

1 Joaquín Galarza. Amatl, amoxtli, el papel el libro. México, 1990, p. 15.

19
Dolores Contreras Chávez

Primero, la representación directa, como en las pinturas de


dioses o sacerdotes, que muestran todo detalle de sus vesti-
mentas, o en los mapas de conquistas; segundo, ideogramas
y logogramas, como en los signos convencionales (que original-
mente también eran imágenes) que significaban agua, oro, sol
y otras voces similares y, tercero, la trascripción fonética, en la
que se usaban imágenes (por lo común convencionales, de tipo
similar a un ideograma) para representar las diferentes raíces de
una palabra por el sonido, independientemente de que la idea
asociada con el signo-palabra fuera pertinente... por ejemplo, el
glifo para alguien llamado Mixcoatl, Serpiente Nube, consistiría
de las imágenes combinadas de una nube y de una serpiente.2

Tiempo más tarde de la llegada de los españoles al centro de México, se dan


cuenta de que los indios contaban con un sistema de escritura, de tal suerte que
para efectos de este trabajo el proceso de conquista espiritual resulta funda-
mental, porque los frailes se dan cuenta de la relevancia y desarrollo que tenían
los pueblos mesoamericanos. Al respecto léase lo que Miguel León Portilla dice
en Huehuetlatolli:

En verdad que la conquista española alteró de raíz las formas de


vida y de pensamiento de los antiguos mexicanos, sin embargo,
hubo algunos humanistas, principalmente frailes, que se dieron
cuenta que en la cultura indígena había muchos elementos va-
liosos y dignos de preservarse y aún más de difundirse.3

Aunque es notable que los avances fueron diversos, se hace mayor énfasis en
la escritura; ¿pero por qué hablar sólo de escritura? Para dar respuesta a esta
interrogante es preciso tomar en cuenta que todas las culturas sufren diversos
cambios en su estructura política, económica, social y cultural con el paso de
los años, por medio de la escritura y los documentos pueden formularse expli-
caciones sobre los cambios sufridos en la sociedad, no importa cuán remotos
éstos sean. En este caso no es posible dejar a un lado los testimonios orales,

2 James Lockhart. Los nahuas después de la conquista, Historia social


y cultural de la población indígena del México central siglos XVI-XVIII.
México, 1999, p. 471.
3 Miguel León Portilla, Huehuetlatolli, México, 1991, p. 7.

20
El lienzo de Totocuitlapilco

tradición de los antiguos pobladores: gracias a esta forma alterna de reconstruir


la historia se cuenta con documentos para el estudio del período prehispánico.
Estos testimonios han sido recuperados y resguardados en documentos escritos
por frailes, soldados que participaron en la empresa de conquista o como Alonso
de Zorita, quien fuera oidor de la Nueva España.

Actualmente, mapas, planos y códices resultan trascendentales por ser docu-


mentos que dan luz en la búsqueda de respuestas a preguntas sobre historia,
avances científicos, sistemas tributarios, religión, entre otros.

Los códices varían en forma y complejidad según el tiempo, la cultura y el len-


guaje; han sido localizados sobre lienzos de algodón, papel amate, tela, pieles
de venado preparadas o en papel de maguey y su manejo en el período prehis-
pánico radicó exclusivamente en la clase dirigente, sacerdotes y señores con
gran rango, ya que así aseguraban la conservación y el control exclusivo de la
sabiduría alcanzada, que contribuía a afirmar su poderío.

No obstante, hubo un exterminio de la mayor parte de los códices mexicas, por


lo que los indios buscaron nuevas formas de guardar su memoria histórica. Si
en lo sucesivo no lo pueden hacer por medio de los códices, es decir, por medio
de una escritura basada en pictografías, lo harán por medio de la memoria, la
cual se transmitirá en forma oral, de generación en generación, situación que no
resultaría difícil para ellos al contar con esta tradición, con la que acostumbra-
ban guardar sus conocimientos por medio de una gran capacidad de memoria.
Entonces, surgen otras formas de recobrar y poner el pasado al servicio de su
situación presente.

Un ejemplo tangible es el lienzo4 de Totocuitlapilco, documento confeccionado a


principios del siglo XVII, aunque es un documento posterior a la conquista espa-
ñola resguarda en su composición algunos elementos nativos, los cuales resis-
tieron la conquista espiritual y que en la actualidad nos sirven para recuperar in-
formes de situaciones que vivieron los indios en los primeros años del siglo XVII.

4 Se le denomina lienzo porque el material con el que fue confeccionado


es tela de algodón, que presumiblemente se elaboró en un telar de
“cintura” tradicional.

21
Dolores Contreras Chávez

Este lienzo es un mapa que recrea los límites y colindantes de Totocuitlapilco a


principios del siglo XVII, llamado en español y náhuatl San Miguel Totocuitlapilco
el cual significa “lugar de pájaros de cola larga”,5 y que se ubica en el Municipio
de Metepec, Estado de México.6 Este lienzo se presume fue elaborado por indios
pintores asignados por la Corona en el recorrido que se realizó en la “vista de
ojos” de 1603, período en el cual se dio una recomposición territorial en la ma-
yor parte del Valle de Toluca.

Se sabe que este lienzo sirvió como un instrumento que utilizaron los indios de
Totocuitlapilco para demostrar su derecho ancestral a la tierra, ante el inmi-
nente avance de la propiedad española.

De este modo se tratará de hacer un análisis temático con el objetivo de acer-


carse a una primera lectura y ver que es un documento el cual nos ayuda a
recuperar el pasado más remoto de Totocuitlapilco.

Sin duda alguna para este estudio fue muy importante la información localizada
en el Archivo General de la Nación, específicamente en el ramo Hospital de Jesús,
legajo 277, la cual tiene que ver con la “vista de ojos” que se llevó a cabo en el
año de 1603,7 asimismo esta información se pudo complementar con el lienzo
que se encuentra resguardado en la Parroquía de Totocuitlapilco y el cual se pre-
sume es parte de la citada “vista de ojos”. El contenido del legajo 277, muestra
un pleito entre los indios8 de Totocuitlapilco y el Marqués del Valle por supuestos

5 Totocuitlapilco del vocablo náhuatl que se deriva de totol; que equivale


a pájaro, cuitla que equivale a cola, mierda , asentadera, pil, que equiva-
le a pilli o gente noble y co que es un locativo.
6 Véase mapa geográfico actual pag. 101.
7 “Vista de ojos” es el recorrido que se hace a pie por los pueblos del
Valle de Toluca, que tenían conflictos de tierra con el Marqués del Valle
en el año de 1603.
8 Para el caso del estudio del lienzo de Totocuitlapilco se utilizará la pala-
bra indios, naturales o nativos, y no indígenas, debido a que con la llegada
de los españoles estos tuvieron la necesidad de diferenciar su superiori-
dad sobre los pueblos colonizados, de tal modo se hizo una división de
castas, basada en el peso relativo de los componentes indio, negro y es-
pañol y, asimismo, se les asignó a cada rango sus derechos, obligaciones
y prohibiciones. Además de que el término indígena se acuño en el siglo
XIX. Véase Guillermo Bonfil Batalla, México profundo, una civilización
negada. México, de bolsillo, 2005, p. 40.

22
El lienzo de Totocuitlapilco

agravios sufridos por aquéllos a la hora de realizar sus elecciones de cabildo y


por oponerse al avance de la propiedad española sobre las tierras de su parcia-
lidad. Debido a este enfrentamiento se establece una definición de los términos
o linderos entre los terrenos de Totocuitlapilco y los del Marqués, lo que muestra
una nueva configuración de términos territoriales y jurisdiccionales. Así, el con-
flicto de 1603 sirvió para revivir añejas rencillas entre los pueblos y estancias de
Matlatzinco y el Marqués del Valle. En general, muestra los límites territoriales
que tenía Totocuitlapilco al momento de realizarse la “vista de ojos” de 1603,
año en el que hubo muchos conflictos entre la Corona y el marquesado. El resul-
tado del pleito es la confección de un mapa el cual ayudó a reconstruir una parte
del pasado colonial de Totocuitlapilco.

El testimonio pictográfico muestra también la inconformidad de los indios frente


al despojo del Marqués del Valle. El descontento se debe, según el mapa de
Totocuitlapilco, porque aquéllos argumentaban que se encontraban en “gobierno
y policía”: contaban con autoridades civiles, además de tener una iglesia en fun-
ción, donde se les adoctrinaba, hechos que la Corona miraba con buenos ojos
como atenuante a favor de los indios de la parcialidad.

Sin duda alguna en este documento se plasma la lucha por la supervivencia


señorial cerca de un siglo después de la llegada de los españoles, es decir
se reclama la permanencia del repartimiento territorial realizado por Axayácatl,
jerarca mexica que consolidó de manera definitiva la sujeción del señorío matla-
tzinca apoyado por la Triple Alianza, de tal suerte que conquistaron y poblaron el
señorío con gente de la cuenca.

La parcialidad de Totocuitlapilco tuvo un primer enfrentamiento cuando se intento


tomar tierras en términos de sus límites, en específico cuando Cristóbal de la
Cerda, relator de la Real Audiencia, pidió en merced una caballería de tierra en
términos de Totocuitlapilco. Ante este suceso, los naturales del lugar alegaron
contra esa merced, porque estas tierras eran ocupadas para la paga del tributo;
además eran de realengo y no del marquesado.

Debido a que el problema de estudio es de larga duración, permitió distinguir


diversos momentos “coyunturales” de la historia de la población. El período de
análisis se puede ubicar entre mediados del siglo XV, cuando acaeció la incur-
sión de la Triple Alianza en el Valle de Toluca, lo que implica el surgimiento de

23
Dolores Contreras Chávez

nuevos asentamientos como la parcialidad de Totocuitlapilco. De igual, modo


se estudia el siglo XVI y principios del siglo XVII, en específico el año de 1603,
ya que en este período se produjo una recomposición territorial y, como conse-
cuencia, los indios elaboraron mapas con la finalidad de defender su derecho
ancestral a la tierra; aunque es bien sabido que no es sino hasta finales del siglo
XVII cuando se comienzan a elaborar los “títulos primordiales”.

Para apoyar el estudio, será necesario señalar las características más sobre-
salientes que vivió la gente de este lugar durante las épocas prehispánica y
colonial. Con ello, podrán entenderse los cambios que sufrió a raíz de la incur-
sión de la Triple Alianza y, tiempo más tarde, del sometimiento impuesto por los
españoles. Estos procesos, a su vez, fueron ayudando a integrar condiciones
económicas, sociales, políticas y territoriales, que servirán para entender el re-
ordenamiento territorial de 1603 en el Valle de Toluca.

El interés por el Valle de Toluca, no nació con la llegada de los españoles, ya que
desde el reinado de Izcóatl se inició el control de áreas; aunque no fue sino
hasta el período de Axáyacatl cuando se consolidó el sometimiento y, de este
modo, Matlatzinco quedó bajo el dominio y la sujeción mexica.

En la segunda mitad del siglo XVI, los españoles fijaron su atención en este Valle,
ya que solicitaron innumerables mercedes de tierra para caballerías, estancias
de ganado mayor y menor, debido a que la zona contaba con tierras muy fértiles
para la agricultura, la ganadería, el pastoreo y el aprovechamiento de los pro-
ductos lacustres.

Ante el avance de la propiedad española, los nativos vieron cada vez más redu-
cido su espacio vital. Para la segunda mitad del siglo XVI, “en el Valle de Toluca,
que comienza a seis o siete leguas de México, hay muchas estancias de ganado
mayor y menor”.9 Dicha situación benefició a los primeros encomenderos de la
zona: a los Altamirano en Metepec y Calimaya o a los Sámano en Zinacantepec.
Debido a la situación anterior, se desataron grandes conflictos entre los pueblos
del Valle de Matlatzinco y el Marqués del Valle.

9 Fray Toribio Motolinia. Memoriales e historia de los indios de Nueva


España, 1970. p. 340.

24
El lienzo de Totocuitlapilco

Para el caso que aquí atañe, el pleito entre Fernando Cortés, Marqués del Valle
y los indios de Totocuitlapilco comienza en 1577, cuando a éstos se les prohíbe
realizar la elección de sus funcionarios. Luego, en 1590 Cristóbal de la Cerda
intentó establecer una estancia de ganado menor, situación que tuvo su desen-
lace, cuando se realiza la “vista de ojos” con la finalidad de que Totocuitlapilco
obtuviera su autonomía jurídica y dejara de depender del marquesado para
enrolarse a la adscripción de la Corona. Así evitarían que se establecieran en su
territorio estancias de ganado menor.

La finalidad del análisis de este lienzo es ver que mediante el análisis de fuen-
tes tales como el expediente 277 del Archivo General de la Nación; el lienzo de
Totocuitlapilco y fuentes escritas y recuperadas principalmente por frailes men-
dicantes, es posible preservar en la memoria el reparto realizado por Axáyacatl
a mediados del siglo XV y, así, demostrar su derecho ancestral a la tierra; dado
que después de mediados del siglo XVI hubo un avance significativo de la propie-
dad española y, en consecuencia, la defensa frente al embate de propiedades y
estancias de ganado mayor y menor en términos de sus tierras.

De tal suerte que se tratará de ver el remplazo de estructuras indias por ele-
mentos europeos o por todo un aparato político administrativo, esto como si no
hubiese existido ningún tipo de organización política, social o económica.

La situación descrita devino en un conflicto entre el Marqués del Valle y los indios
de Totocuitlapilco, de esta pugna entre la Corona y el Marqués, el único benefi-
ciado fue la estancia de Totocuitlapilco, ya que obtuvo una resolución a su favor,
puesto que sus habitantes demostraron que sus tierras no eran enajenables por
pertenecer a la Corona. De este modo, se les permitió realizar sus elecciones de
cabildo indio y estar bajo el protectorado de la Corona y no del Marqués.

1.2 Las memorias nativas en tres momentos y su importancia para el


estudio del pasado colonial

Al inicio del período novohispano se rescata la gran mayoría de las tradiciones


orales indias, que más tarde fueron plasmadas en escritos principalmente por
los primeros frailes llegados a la recién conformada Nueva España en el siglo

25
Dolores Contreras Chávez

XVI. Los escritos deben ser tomados como fuentes de primera mano, puesto que
son los propios indios quienes por medio de su lengua materna, el náhuatl,
ponen por escrito las ideas con que concebían y entendían al mundo.

No obstante, la mayor parte de los códices mexicas experimentaron su des-


trucción, junto con la elite nativa, ya que eran ellos quienes detentaban el poder
y el conocimiento del contenido de los códices. Así con la desestructuración de
las instituciones que poseían el control sobre el pasado, también se procuró
acabar con todo intento de los nativos vencidos por articular y expresar su
memoria histórica.

La desestructuración y exterminio de los centros donde era resguardada la me-


moria común de la población nativa, trajo como consecuencia la eliminación de
uno de los medios de transmisión de la memoria étnica colectiva. Más tarde,
con la desarticulación de los antiguos señoríos, convertidos en repúblicas de
indios, se rompe cada vez más con la posibilidad de una verdadera conciencia
histórica de los pueblos colonizados: su historia es negada, una historia oculta,
por lo que carece de autenticidad. De aquí en adelante sólo contaría lo que
dijeran los conquistadores. La presente situación es grave porque “una historia
expropiada es la cancelación de la esperanza y una sumisa renuncia a cualquier
forma de autenticidad”.10

A pesar de que se trató a toda costa por acabar con la memoria histórica de los
naturales se conciben tres momentos para su recuperación: el primero estuvo a
cargo de los primeros frailes llegados de España, principalmente franciscanos,
ya que son ellos quienes conocen más acerca de sus tradiciones y costumbres
de los nativos “es cierto que algunos frailes, en temprana fecha, se interesaron
en conocer el pensamiento y algunas tradiciones indígenas”.11 Aunque no pue-
de pasarse inadvertido que las intenciones de rescatar las tradiciones para los
indios eran unas y para los españoles otras:

10 Carlos Pereyra. Historia ¿para qué?. México. 2003 p. 234.


11 Miguel León Portilla. Literaturas indígenas de México. México. 1996,
p. 136.

26
El lienzo de Totocuitlapilco

Mientras para los indios lo que importaba era no perder su me-


moria, raíz de su identidad, los frailes inquirían otros propósitos.
Les preocupaba conocer las antiguas creencias y tradiciones
para mejor proceder en sus labores dirigidas a implantar el cris-
tianismo.12

El segundo momento estuvo a cargo de mestizos:

Sabemos que al menos desde 1531 hay jóvenes indios muy bue-
nos escribanos, preparados por los frailes para leer y escribir
no sólo en la lengua castellana, si no en su propio idioma… El
número de jóvenes naturales que atendían estas escuelas de
lectura y escritura en los conventos era bastante elevado, par-
ticularmente el de San Francisco de la ciudad de México, en el
que había cerca de 600 niños, según afirma Fray Pedro de Gante,
encargado de ellos.13

Entre las obras más importantes hechas por mestizos tenemos a: Francisco de
San Antón Muñón Chimalpahin, relaciones originales de Chalco Amaquemecan;
Fernando Alva Ixtlixóchitl, Códice Ramírez, relación de los indios que habitaron
esta Nueva España según sus historias; Fernando Avarado Tezozómoc, Crónica
Mexicayotl.

El tercer momento tiene que ver con los títulos primordiales. Para fines del siglo
XVI y principios del siglo XVII, la propiedad española avanzó sobre la india. Ante
la coyuntura económica de principios del siglo XVII, la Corona ofreció reconocer
la propiedad mediante una recomposición territorial, con la finalidad de tener un
mejor control. Esto posiblemente fue el origen de la aparición de memorias loca-
les como el Códice de Metepec, el de Capulhuac, el de San Bartolomé Coatepec
y el de Totocuitlapilco.

Sin lugar a dudas, la visión que se tiene acerca del pasado más remoto de la his-
toria de México prehispánico y colonial corre a cargo de la visión tradicionalista

12 Idem.
13 Francisco Morales. “Los Franciscanos y el Primer Arte para la Lengua
Náhuatl, un nuevo testimonio”, en: Estudios de Cultura Náhuatl. Vol. 23.
México, I.I.H. U.N.A.M. p. 63.

27
Dolores Contreras Chávez

ofrecida por la historiografía institucionalista, motivo por el cual estas memorias


que resguardan la historia colectiva de una comunidad las cuales, hasta el día
en que fueron descubiertas, no presentaban mayor interés por ser recuperadas
probablemente porque en apariencia no tenían importancia en el desarrollo his-
tórico, por el simple hecho de que su idioma y escritura no pertenecía al de los
dominadores.

Razón por la cual una de las tareas de los nuevos investigadores del período
prehispánico y colonial debe ser el buscar en los escritos de lenguas mesoame-
ricanas, respuesta a muchas interrogantes que todavía están imprecisas, así,
el estudio, traducción, análisis y publicación de este tipo de documentos abrió
una nueva era en el quehacer de la investigación histórica, uno de los pioneros
que pusieron atención en la historia a partir del punto de vista de los nativos sin
lugar a dudas es James Lockhart,14 también esta presente el trabajo de Charles
Gibson,15 quién estudia a la sociedad azteca; y en la actualidad contamos con
tres investigaciones recientes a cargo de René García Castro16 Xiquipilco-Temoaya
y títulos de tierras otomíes: asentamientos, documentos y derechos indígenas
en conflicto, siglos XVI-XVIII; el de Ethelia Ruíz Medrano y Javier Noguez,17
Códice de Santiago Tlacotepec; y el de Raymundo Martínez García,18 Códice
Techialoyan de San Francisco Xonacatlan, las cuales se basan en una revisión

14 Primero publica en 1996 los Documentos nahuas de la ciudad de


México del siglo XVI. Otra obra es Los nahuas después de la conquista,
Historia social y cultural de la población indígena del México central
siglos XVI-XVIII. En la que nos habla de la sociedad nahua del centro de
México a partir del estudio de documentación en lengua nativa. Edición
en español (1999).
15 Charles Gibson publicó en 1964 “The Aztecs Under the Spanish
Ruler(1519-1810). Libro que es un clásico para los investigadores de
la cultura mexica, razón por la cual se convierte en una lectura obligada
para entender la historia de los pueblos de indios en la época colonial.
16 Códice Xiquipilco-Temoaya y títulos de tierras otomíes: asentamien-
tos, documentos y derechos indígenas en conflicto, siglos XVI-XVIII/ René
García Castro. Zinacantepec, México, El Colegio Mexiquense, 1999.
17 Códice de Santiago Tlacotepec (municipio de Toluca, Estado de
México), estudios de Ethelia Ruiz Medrano y Xavier Noguez, México, El
Colegio Mexiquense, Instituto Mexiquense de Cultura, 2004.
18 Códice Techialoyan de San Francisco Xonacatlan (Estado de México),
estudio de Raymundo César Martínez García, México, El Colegio Mexi-
quense, Gobierno del Estado de México, 2007.

28
El lienzo de Totocuitlapilco

de testimonios de primera mano, dando preponderancia a la visión de los testi-


monios nativos, sin dejar de lado la historiografía institucionalista para así poder
contrastar la información y poder arrojar una investigación lo más cercana a la
realidad acaecida.

A los estudios anteriores se suma el presente estudio el cual pretende ver y dar
cuenta de las trasformaciones territoriales acaecidas en el siglo XVI, a raíz de los
reacomodos poblacionales inducidos por las frecuentes bajas demográficas de
la población nativa y por las constantes solicitudes de mercedes de tierra, para
estancias de ganado mayor y menor, en términos de los indios, lo cual devino
en la recomposición del territorio étnico.

Revisar el proceso histórico del pleito entre los indios de Totocuitlapilco y el Mar-
qués del Valle es uno de los retos de este estudio que ofrece por vez primera la
interpretación del contenido del material inédito, resguardado actualmente en la
Parroquia de San Miguel Arcángel de la población de San Miguel Totocuitlapilco,
Municipio de Metepec. El cual constituye una pequeña muestra de la participa-
ción de los indios de Totocuitlapilco en el proceso de conformación del sistema
colonial novohispano en el Valle de Toluca durante el siglo XVI y XVII.

En líneas anteriores se estableció como hipótesis que el contenido del lienzo


revela un litigio entre los indios de Totocuitlapilco y el Marqués del Valle y que
gracias a su estudio podemos conocer algunos aspectos sobre la historia de
Matlatzinco, sobre todo a partir del último cuarto del siglo XV, XVI y principios del
XVII. Por tanto en los párrafos siguientes ofrecemos una interpretación sobre los
antecedentes históricos del conflicto.

29
2. LA CONFIGURACIÓN ÉTNICA Y POLÍTICA EN LA
ZONA MATLATZINCA, ANTES Y DESPUÉS DE LA
LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES
El lienzo de Totocuitlapilco

2.1 Los señoríos matlatzincas antes de la conquista tripartita,


organización político territorial

El origen de los matlatzincas se puede ubicar después de que los toltecas


comienzan su peregrinar hacia el valle central, ya que según Chimalpahin:

Los matlatzincas salieron luego de que los toltecas acompaña-


dos por siete tribus más, aunque los nombres que ahora tienen
no los poseían y solamente eran conocidos como chichimecas
teoculhuacanos, tomaban en su boca como su nombre el propio
nombre del pueblo al cual se habían trasladado.19

El término matlatzincatl, a decir de Sahagún, “tomosé del matlatl, que es la red,


con la que desgranaban su maíz. También se les llama matlatzincas de hondas,
que se dice tematlatl y ansí matlatzincas por otra interpretación que quiere decir
honderos y fondibularios”.20

Por lo que respecta a informantes que dan referencia acerca de los matlatzin-
cas sólo hay uno, el oidor de la Nueva España Alonso de Zorita. De acuerdo con
este personaje, los matlatzincas contaban con tres señoríos principales: “uno
mayor, Tlatuán, el segundo y algo menor, Tlacatecatle y otro tercero o menor
Tlacoxcalcatl”.21

En la cita anterior, se observa que el Tlatuán era el señor supremo y que los dos
siguientes eran de menor rango; probablemente eran quienes se encargaban de
dar protección y hacer que se reconociera como señor supremo al Tlatuán.

A pesar de que el Tlatuán era el principal, también los de menor rango “tenían
sus pueblos y sus barrios que ellos llamaban calpules y acudían con sus servi-
cios a su señor conocido, y éste tenía en cada pueblo o calpul un principal por

19 Chimalpahin, Op. cit., 1982, pp. 65-66.


20 Sahagún, Op. cit. ,tII, p. 964.
21 Alonso de Zorita, Los Señores de la Nueva España, México, 1963,
p. 194.

33
Dolores Contreras Chávez

gobernador perpetuo”.22 El gobernador se encargaba de vigilar que se labraran


las sementeras; lo que se producía en ellas era “maíz y frijoles y huautli”.23

Se presume que quienes trabajaban las tierras eran los macehuales; aunque
éstos tributaban más que la labranza de las sementeras para los supremos,
puesto que tenían la posibilidad de “cada uno hacer sus sementeras para sí en
la parte que querían, donde hallaba mejor tierra o disposición para ello, y sem-
braba a su voluntad lo que quería o podía”.24

Aunque sólo había un señor supremo en Matlatzinco, existía una alianza entre él
y los otros dos señores de menor rango, ya que:

A pesar de que cada uno de estos señores tenía sus pueblos


y barrios conocidos y su jurisdicción, cuándo venían a algunos
negocios de poca calidad ocurrían al menor o al segundo, y el
uno de ellos o ambos los despachaban; y si era cosa grave y de
calidad daban parte al mayor y todos lo determinaban. 25

Después de analizar la situación política, económica y social de Matlatzinco, es


necesario revisar cómo después de haber formado una alianza hubo entre ellos
una disputa por el control del Valle de Toluca, una zona estratégica, ya que era el
paso para la zona de tierra caliente y para la región tarasca, enemigos acerrimos
de los mexicas.

2.2 Conquista matlatzinca por la Triple Alianza

Para efectos de la reconstrucción de la guerra entre matlatzincas y los aliados


de la cuenca del Valle de México se cuenta con dos versiones, una de parte del
cronista Ixtlixóchitl y la otra de Durán; ambos coinciden en señalar la causa que

22 Ibidem, p. 195.
23 Idem.
24 Ibidem, p. 196.
25 Alonso de Zorita, Op. cit., 1963. p. 196.

34
El lienzo de Totocuitlapilco

motivó la intervención tripartita el Valle de Matlatzinco: el motivo principal,


señala Durán, fue que los hijos del señor de Toluca comenzaron a amedrentar
a los del señor de Tenantzinco, “es de saber que los mozos tolucanos amena-
zaban muy a menudo a los de Tenantzinco, jurándoles el hacerles la guerra y
hacerles experimentar su valor y fuerza”.26

De lo anterior, se observa que las rencillas entre los hijos no era más que la bús-
queda de un reordenamiento de la jerarquía y hegemonía del Valle de Matlatzinco.
Esto se ve cuando el señor de Tenantzinco, Tezozomoctli, después “que tomado
consejo con sus principales, fue a México él cual en persona y, puesto ante el rey
Axayácatl, le contó todo lo que con los señores de Toluca le pasaba y la mala vecin-
dad que les hacían corriéndole de sus tierras y amenazándole muy a menudo”.27

Después de que Axayácatl oyó al señor de Tenantzinco, mandó traer a Tlacaélel


para pedirle su parecer a lo cual respondió:

Hijo no te alborotes, has de saber que antes que ahora fui de


parecer en tiempos de tu hermano Moctecuhzoma, de que suje-
tase esa provincia por guerra, temiendo que no se hiciese (una)
con los de Mechuacan y no diese algún sobresalto (…) Por tanto
valeroso mancebo, vea yo antes que me muera esa provincia a
la corona mexicana, como las demás.28

Los mexicas buscaban el control de Matlatzinco, por lo que aprovecharon las


diferencias existentes entre el hijo del principal de Tenantzinco con el hijo del
principal de Toluca; aunque la intención inmediata de los de Tenantzinco era
quedar al frente del Valle de Matlatzinco, en virtud de que los de Tenantzinco
“vinieron a conclusión de que el que venciera al otro les tributara y quedara por
su tributario”.29

26 Fray Diego Durán. Historia de las Indias de la Nueva España e Islas de


Tierra Firme. México, t.I, p. 267.
27 Idem.
28 Ibidem, pp. 268-269.
29 Hernando Alvarado Tezozómoc, Crónica mexicana; códice Ramírez.
México, 1975, p. 399.

35
Dolores Contreras Chávez

Los mexicas aseguraron no tenían ningún motivo para hacerles la guerra, aun así
aceptaron intervenir, ya que para los tenochcas también el Valle de Matlatzinco
constituía como un inmenso granero regado por el río Chignaguapan. Así pues,
los mexicas, aconsejados por Tlacaélel, piden a los matlatzincas “tea, tablones y
vigas de cedro”30 para cubrir unas piedras que Axayácatl había mandado labrar
para mesas de sacrificios.

La respuesta de los señores de Toluca y Matlatzinco fue negativa, ya que no


contaban en su Valle con lo que les pedían. Axayácatl, al saber la negativa de
los matlatzincas para colaborar con ellos, se reunió en consejo con el señor de
Tetzcoco y el de Tacuba, como era común para la toma de las decisiones impor-
tantes. En esta reunión se decide declararles la guerra.

Axayácatl y los mexicas invaden el territorio matlatzinca con otros grupos:


“Aculhuacan, tetzcucanos, xochimilcas, chalcas, chinampanecas, Culhuacan,
Cuitlahuac, Mizquic, Iztapalapan, Mexicaltzinco, Huitzilopochco, Coyuacan,
Tacaba, Atzcapotzalco y Huautitlan”.31

Para 1474, ocurre el primer enfrentamiento en un lugar llamado Cuauhpanoyan.


Desde estos momentos, se refleja la supremacía del ejército de la cuenca de
México, cuenta con el apoyo de Tezozomoctli, principal del señorío de Tenantzinco.

La confederación tripartita somete a los de Matlatzinco, quienes al ver que los


aliados eran superiores se rinden. Al acorralarlos en Toluca, “quitaron el ídolo
que se llamaba Coltzin”;32 luego se trasladaron a Calimaya; de allí á Tepemaxalco;
después a Tlacotempa; de allí a Tzinacantepec33 y después vino Chimaltecutli,
señor de los matlatzincas y les dijo:

Señores mexicanos, cese ya vuestro orgullo y braveza, que ya


os somos vuestros vasallos y tributarios; mirad, señores, que en
esta tierra y pueblo no hay otra cosa si no maíz, frijol, huautli,

30 Ibidem, p. 400.
31 Ibidem, p. 462.
32 Durán, Op. cit., p. 272.
33 Tezozómoc, Op. cit., 1975, p. 404.

36
El lienzo de Totocuitlapilco

chian y tea para alumbrar de noche, que es candela y esteras,


petlatatl. Esto es, señor, lo que en este pueblo se da y cría, y no
otra cosa.34

Al reconocerse los matlatzincas como tributarios de los mexicas, inicia un proce-


so en el que se observa un reordenamiento político, económico y social; aunque
también hubo movimientos de sublevación por parte de los matlatzincas, debido
a las cargas tributarias.

En el año 5 pedernal, 1484, en este año fueron muertos los


matlatzincas que habían dado muerte a un calpixque y a su mu-
jer, mexicanos ambos, que andaban señalando las obligaciones
de trabajo, tributo y recogiendo los tributos en especie también
para entonces fue cuando el señor Chimaltecutli fue a pasarse
cuatro años avecindado en México.35

Asimismo, Axayácatl hizo matar a dos señores menores, porque se mostraron


rebeldes en algunas cosas y tomó para sí sus vasallos y tierras: “y al señor prin-
cipal que se llamaba por su nombre propio Chimaltecutli y Tlatoané, por la digni-
dad y señorío supremo que tenía, porque le era muy obediente lo dejó con todo
su señorío y tierra…”.36

Dentro del nuevo reordenamiento, se destituyó a unos señores matlatzincas y se


reconoció a otros; posiblemente los últimos eran mantenidos para asegurar la
recolección del tributo y el control de la población matlatzinca.

También se recurrió a otro tipo de estrategia, que consistía en traer gente de


la cuenca de México para dominar permanentemente el Valle de Toluca, a su
vez, se crearon provincias tributarias para el control de los tributos y Axayácatl
repartió, como ya era costumbre, tierras tanto a los señores principales que le
ayudaron en la guerra como a sus mejores soldados.

34 Ibidem, p. 405.
35 Chimalpahin, Op. cit., 1982, p. 107.
36 Zorita, Op. cit., p. 197.

37
Dolores Contreras Chávez

2.3 Reparto de la tierra

Consumada la conquista se prosiguió con el repartimiento del territorio sojuz-


gado entre los distintos señores que acompañaron a Axayácatl en la conquista
de Matlatzinco. En cuanto a la distribución de la tierra se procuró beneficiar a
Tetzcoco y Tlacopan, miembros de la Triple Alianza; aunque también se le dio
tierra al señor de Tlatelulco, Ahuizotzin, hermano de Axayácatl. Este último tomó
para él y para los mexicas:

Cacalomacan, Tlacpac, Capultitlan, Zacango, Cuzcatlan, Guaycingo,


Miscoac, Tlacingo, Hocticpac, Pinahizco, Cocoyotztlan, Cuitlaes,
Mictlan, Tulitic, Cocomaloya, Oztotitlan, Tlacintla (San Antonio)
tierras desde donde se pobló el pueblo de Toluca.37

En la parte donde era cabecera del Valle de Matlatzinco tomó: Calixtlahuaca,


Tecaxic, Tepeytic, Tlahuelilpan, Cuitlaxtupac, Ayacac, Tlaxomulco.38 Y por último,
las tierras de Azcapuzalco, Guexuapa, Mazahuapan y Tlachaloyan.39

Para Tetzcoco: Tlancingo, Macatlan, Xalapan, Amanalco, Mexicatlaca, Aticpac y


Chicahuaztitlan.40 De igual manera, Axayácatl repartió tierras a Chimalpopoca,
señor de Tacuba, que había venido con él a esta guerra: le cedió Tlacalpan,
Tototepec y Matlatzinco de Cacalpan.41 Ahuizotzin, indio principal de México y
hermano de Axayácatl, recibió Olictic, Cuexcontitlan y Otzacaticpan.42

2.4 La distribución de los señores

Al redistribuirse la tierra de Matlatzinco entre los señores principales de la cuen-


ca, hubo un reordenamiento de carácter económico, político y social de la tierra
conquistada. En ocasiones, se destituía o confirmaba a los señores supremos.

37 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 56-63, 70-84.


38 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 90-97.
39 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 103-108.
40 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 18-26.
41 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 32-37.
42 A.G.N./ Hospital de Jesús./ Leg. 70/ Exp. 4/ Fsº 44-49.

38
El lienzo de Totocuitlapilco

Un ejemplo claro de la reinstalación de un señor ocurre cuando Axayácatl deja


en el poder a Chimaltecutli, “porque era muy obediente le dejó con todo su
señorío y tierra”.43

También se buscó la consolidación del señorío mexica por medio de la instala-


ción de señores nobles provenientes de la cuenca. Un caso particular se observa
cuando Axayácatl decide que su hija se instale con el señor de Ocuilan.44 En
otros casos se formaron nuevas parcialidades como el caso de Totocuitlapilco,
Tlatelulco y Mexicalcingo, lugares poblados con gente de habla náhuatl para
evitar que se sublevaran los reductos matlatzincas sobrevivientes del enfrenta-
miento en contra de los mexicas.

2.5 Las cargas tributarias y el reordenamiento social

En la época prehispánica, el tributo fue un elemento que ayudó a generar la acu-


mulación de excedentes, los cuales estaban destinados a la gente que ejercía
el poder. De este modo, la Triple Alianza se convierte en el eje rector de todo el
centro del país, ya que controlaban la tierra y otros medios de producción. Así se
crea un aparato encargado de la recolección y administración de los tributos, ya
fueran en especie o en servicios personales. Los productos tributados eran prin-
cipalmente agrícolas, textiles, productos propios de la zona lacustre, artículos de
caza y otros procedentes de las zonas sujetas como sal, papel, entre otros.

Después de que Axayácatl repartió tierras en le Valle de Toluca, se conformó una


nueva geografía económica. La asignación de cargas tributarias tuvo mucho que
ver con esta nueva reorganización geográfica, por ejemplo, según la lámina de
tributos de Tollocan, visto en el folio 33r del Códice Mendocino, se encuentra
formada por once pueblos: Calixtlahuaca, Xicaltepec, Tepetlhuiacan, Mitepec,
Capulteopan, Metepec, Cacalomacan, Calimayan, Teotenango, Tepemaxalco y
Coquitzinco.45

43 Zorita, Op. cit., p. 197.


44 Chimalpahin. Op.cit., 1982, p. 216.
45 Luz María Mohar, “La tributación a los señores de Tenochtitlan en
el siglo XVI”, en Historia General del Estado de México, vol. 2, 1998,
pp. 417- 433.

39
Dolores Contreras Chávez

Entre los tributos relacionados con la explotación de la tierra en Tollocan se


hayan, según la Matrícula de tributos:

Un cuescomate de madera con frijol y un cuescomate de made-


ra con maíz desgranado y un cuescomate de madera con chia
o huautli. Un cuescomate de madera con frijol y un cuescomate
de madera con maíz desgranado y un cuescomate de madera
con chía o huautli. Un cuescomate de madera con frijol y dos
cuescomates de madera con maíz desgranado y uno o dos cues-
comates de madera con chia o huautli.46

En el caso de Ocuilan, el tributo consistía en un cuescomate de madera con frijol


y un cuescomate de madera con maíz desgranado y un cuescomate de madera
con chia o huautli, un cuescomate de madera con maíz desgranado y un cues-
comate de madera con chia o huautli.47

Por último, en Malinalco según la Matrícula de tributos, se tributaba:

Un cuescomate de madera con frijol y un cuescomate de made-


ra con maíz desgranado y un cuescomate de madera con chia
o huautli. Un cuescomate de madera con frijol y un cuescomate
de madera con maíz desgranado y un cuescomate de madera
con chia o huautli.48

En lo que respecta al norte del valle, se encuentra como principal provincia tri-
butaria a Xilotepec, ubicada dentro de la zona otomí-mazahua. Esta provincia
tributaba mantas, trajes de guerra, rodelas, maíz, frijol, chile y huautli, además
de animales vivos como águilas.49

La relevancia de las provincias tributarias se debía a que además de fungir como


recolectoras del tributo, servían como de bastiones instalados por los mexicas

46 Luz María Mohar Betancourt, La escritura en el México antiguo.


México, 1983, t.II, p. 91.
47 Ibidem, p. 92.
48 Idem.
49 Luz María Mohar Betancourt, Op. cit., 1998, p. 225.

40
El lienzo de Totocuitlapilco

para evitar la sublevación de los matlatzincas y de grupos externos al Valle, prin-


cipalmente de los tarascos. La instalación de estos bastiones devino al final de
cuentas en la creación de nuevas fundaciones.

Durante el proceso de conquista del Valle de Matlatzinco hubo un despliegue mili-


tar por parte de la Triple Alianza. A partir de aquí, ocurre un proceso migratorio que
originó una nueva configuración del espacio político. Esto ocasionó un nuevo
reordenamiento de la tierra, una nueva distribución de lo señores y una nueva
imposición de las cargas tributarias, además de la creación de nuevas fundacio-
nes, principalmente de extracción náhuatl que se ubicaron en el centro del valle,
con el fin de que éstas se convirtieran en guarniciones enclavadas en el territorio
para evitar posibles sublevaciones de la gente recién conquistada.

Más allá de los fines militares de la conquista del Valle de Matlatzinco, la Triple
Alianza buscó un reordenamiento administrativo para imponer el control total.
Por tanto, la creación de nuevas fundaciones poblacionales tuvo como objetivo
una nahuatlización de Matlatzinco, para lograr una mejor y rápida expansión
territorial. La existencia de gente nahua en el Valle de Matlatzinco derivó en la
fundación de nuevas parcialidades como Tlatelulco, Totocuitlapilco y Mexicalcingo,
las cuales se poblaron con gente traída de la cuenca de México.50

Los segmentos de la sociedad fueron bien definidos: la punta de la pirámide


estuvo ocupada por la gente de mayor linaje (dentro de ellos gente matlatzinca):
en la parte media quedó la gente que, por lo general, sabía un oficio o que era
parte de la milicia y, por último, la base de la pirámide estaba ocupada por los
macehuales que trabajaban la tierra, además de entregar tributo en especie o
en trabajo de servicio personal para las obras de la ciudad de México o para las
propias del Valle de Toluca.

50 Para el caso de las nuevas fundaciones en el legajo 70 del Hospi-


tal de Jesús, localizado en el Archivo General de la Nación, se encuen-
tra información acerca de las tierras que se les dan a los señores que
acompañan a Axayácatl en la conquista del Valle de Toluca, así como la
creación de nuevas fundaciones poblacionales constituidas por gente de
habla náhuatl traída de la cuenca de México.

41
Dolores Contreras Chávez

2.6 Época colonial hasta 1603, los grandes procesos de transformación

La intromisión española en el Valle de Matlatzinco se originó con dos expedi-


ciones armadas encabezadas por Andrés de Tapia y Gonzalo de Sandoval, bajo
las órdenes de Hernán Cortés, quien se encontraba organizando y dirigiendo el
sitio de Tenochtitlan. Con la derrota de los mexicas, se produjo la expansión del
ejército español a otras regiones.

Después de las expediciones armadas, la colonización española se inició rápida-


mente. Así, Hernán Cortés pidió como merced Matlatzinco, ya que se dio cuenta
de la riqueza del Valle, propicio para el cultivo, la crianza de ganado, por sus
pastizales enormes con los que contaba y por el afluente del río Chignahuapan,
hoy río Lerma.

Después de que Cortés pide en encomienda el Valle, también se ofrece tierra a


particulares, lo que ocasiona el establecimiento de encomiendas que contribu-
yen a crear un nuevo orden de distribución poblacional. Asimismo el gobierno
español procedió al poco tiempo a congregar a la población nativa con la con-
secuente desarticulación de la estructura india, por el desplazamiento de los
señores naturales. Se han reconocido varios períodos, uno a mediados del siglo
XVI y otro entre 1592 y 1606; fue un programa con criterios bien definidos con
el fin de concentrar a la población a través de la creación de localidades debida-
mente establecidas.

La estrategia de congregar a la población nativa se debe a la necesidad de ase-


gurar la mano de obra para el servicio personal en las minas, encomiendas,
sementeras y obras públicas. Con esto el orden español se fortaleció más y se
redujo al máximo los privilegios de los señores naturales, aunque es muy común
en este primer período de la conquista encontrar resistencia por parte de los na-
turales. Una manera de defenderse fue la reconstrucción de su memoria históri-
ca para tratar de prevalecer como pueblo de indios y, así, evitar su desaparición.

2.7 La incursión española en la zona

La conquista del Valle de Matlatzinco fue producto de dos expediciones arma-


das, la primera estuvo a cargo de Andrés de Tapia con el fin de someter a la

42
El lienzo de Totocuitlapilco

guarnición mexica apostada en Malinalco, cuyos contingentes se enfrentaron


a los aliados; mientras la segunda fue dirigida por Gonzalo de Sandoval, con la
encomienda de someter al señor matlatzinca.

La primera intervención en el Valle fue con el propósito de ayudar a la gente de


Cuernavaca, ya que acudió con los españoles y:

Dijéronme cómo los de la población de Malinalco, que eran sus


vecinos, les hacían mucho daño y les destruían su tierra, y que
ahora se juntaban con los de la provincia de Cuisco, que es
grande, y querían venir sobre ellos a matarlos porque se habían
dado por vasallos de vuestra majestad nuestros amigos, y que
decían que después de ellos destruidos habían de venir sobre
nosotros.51

En un párrafo anterior a éste, se mencionaba la dificultad que tuvo Cortés para


despachar a un contingente que ayudara a los de Cuernavaca. De alguna manera
debió resolver tal situación, con el fin de sujetar esta región y de mantenerla en
paz, por lo que decidió enviar más gente, entre ellos:

Ochenta peones y diez de caballo, con Andrés de Tapia, capitán


al cual encomendé mucho que hiciese lo que más convenía al
servicio de vuestra majestad y nuestra seguridad… Y él se partió,
y llegado a una población pequeña que esta entre Malinalco y
Coadnoacad halló a los enemigos, que le estaban esperando; y
él, con la gente de Coadnoacad y con la que llevaba, comenzó
su batalla en el campo… y volviéronse a nuestro real con esta
victoria, dentro de los diez días.52

Pasados apenas dos días de haber ganado la guerra con los de Malinalco, llegó
nuevamente gente del Valle de Matlatzinco al real:

Diez indios de los otomíes, que eran esclavos de los de la ciu-


dad y, como he dicho, habiéndose dado por vasallos de vuestra

51 Hernán Cortés, Cartas de relación. México, 1987, p. 172.


52 Ibidem. pp. 172-173.

43
Dolores Contreras Chávez

majestad, y cada día venían en nuestra ayuda para pelear, y dijé-


ronme cómo los señores de la provincia de Matlatzinco, que son
sus vecinos, les hacían guerra y les destruían su tierra y les ha-
bían quemado un pueblo y llevádoles alguna gente, y que venían
destruyendo cuanto podían y con intención de venir a nuestros
reales y dar sobre nosotros porque los de la ciudad saliesen y
nos acabasen.53

Como consecuencia de la visita de los otomíes a Cortés, éste decide apostar


nuevamente a la pacificación militar de la zona, por lo que mandó a esta empre-
sa a Gonzalo de Sandoval, “alguacil mayor con diez y ocho de a caballo y cien
peones, en que había un solo ballestero, el cual se partió con ellos y con otra
gente de los otomies, nuestros amigos”.54

Al llegar a un área más cercana a Matlatzinco:

El alguacil mayor fue aquel día a dormir al pueblo de los otomíes


que esta frontero de Matlatzinco, y otro día, muy de mañana, se
partió y fue a unas estancias de los dichos otomies, las cuales
halló sin mucha gente y mucha parte de ellas quemadas… lle-
gando más a los llanos, junto a una ribera, halló mucha gente
de guerra de los enemigos, que habían acabado de quemar otro
pueblo… el alguacil mayor con los de rompió por ellos y los des-
baratólos, y puestos en huída tiraron su camino a su pueblo de
Matlatzinco.55

Después de una batalla en la que murió mucha gente, los españoles salieron
victoriosos de la contienda contra los de Matlatzinco. Estos acontecimientos
guardan relevancia con la caída y sitio de los matlatzincas. La sujeción definitiva
de los mexicas estaba asegurada, porque le habían cerrado los caminos por los
cuales podían proveerse de ayuda en la lucha contra los españoles. El propio

53 Ibidem. pp. 174.


54 Idem.
55 Idem.

44
El lienzo de Totocuitlapilco

Cortés lo asegura al indicar que al caer “los de Matlatzinco y Malinalco, ya no


tenían en toda la tierra quienes los pudiesen socorrer, ni tenían de dónde haber
maíz, ni carne, ni frutas, ni agua, ni otra cosa de mantenimiento”.56

2.8 El reparto de la tierra

Después de lograr la conquista de Matlatzinco, los españoles tomaron posesión


de las tierras y, con ello, se produjo un nuevo giro en la vida económica en torno
al usufructo y tenencia de la tierra. El principal beneficiario fue Hernán Cortés;
y le siguieron sus parientes y amigos cercanos, por ejemplo Toluca, uno de los
principales centros matlatzincas “quedó en manos de Hernán Cortés al igual
que Charo de Matalcingo que al lado de otras cinco jurisdicciones formaron el
Marquesado del Valle”.57

Como puede verse, el reparto de la tierra se dio entre particulares. La apropia-


ción temprana de Cortés se debe a que prestó sus servicios a la Corona, por lo
que el reparto inmediato a la conquista matlatzinca en manos de los españoles
tuvo como principal beneficiario a éste y sus parientes más cercanos, como Juan
Altamirano y Juan de Sámano.

2.9 La encomienda

La encomienda se establece en el territorio recién sometido con el objetivo de


recompensar a los soldados que participaron en la guerra, por sus méritos y
servicios; consistía en dar a un español uno o varios señoríos con la obligación
de promover la evangelización de los indios y, a su vez, estos estaban obligados
a prestar su fuerza de trabajo y dar tributo.

56 Idem.
57 Bernardo García Martínez, El Marquesado del Valle. México, 1969,
p.17.

45
Dolores Contreras Chávez

De acuerdo con lo anterior, Hernán Cortés es quien le hace saber a Carlos V la


necesidad de repartir tierras entre los conquistadores, para que los soldados
españoles pudieran satisfacer pretensiones económicas y territoriales; por lo
cual en su tercera carta de relación se lee lo siguiente:

Visto también el mucho tiempo que hemos andado en las gue-


rras, y las necesidades y deudas en que causa de ellas todos
estábanos puestos… y sobre toda la mucha importunación de
los oficiales de vuestra majestad y de todos los españoles y que
de ninguna manera me podía excusar, fuéme casi forzado de-
positar los señores y naturales de estas personas y los servicios
que en estas partes a vuestra majestad han hecho para que en
tanto otra cosa mande proveer, o confirmar esto, los dichos se-
ñores y naturales sirvan y den a cada español o quien estuvieren
depositados.58

Aunque este primer reparto hecho por Hernán Cortés nunca tuvo respaldo de la
Corona, si conservó el control del Valle de Matlatzinco. Tiempo después el
Marqués sólo contó con el pueblo de Toluca; para el caso de Metepec, se sabe
que quedó en manos del licenciado Altamirano, pariente cercano de Cortés, al
igual que Calimaya y Tepemajalco. Por lo que se supone que parcialidades me-
nores como Tlatelulco, Totocuitlapilco y Atenco se le asignan a Cortés.

De este modo, se puede observar cómo las encomiendas se formaron de acuerdo


a la posición política y económica que tenían los diferentes conquistadores; asi-
mismo, dieron forma a un aparato político administrativo y formaron de acuerdo
con su ubicación geográfica, una situación clave para saber el monto y el modo
de tributar a cada encomendero que se encargaba de recolectar el tributo.

Junto con la implantación de la encomienda se vio un paulatino auge econó-


mico, por lo que la fuerza de trabajo de los indios fue mayormente solicitada.
A medida que las encomiendas crecían, era mayor la demanda de servicios. Al
aumentar la demanda de servicios personales, los naturales fueron objeto de
vejaciones y maltratos.

58 Hernán Cortés, Op. cit., pp. 216-217.

46
El lienzo de Totocuitlapilco

De algún modo, el establecimiento de la encomienda dio lugar a la desarticu-


lación del orden concebido hasta antes de la llegada de los españoles, por lo
que se promovió una nueva organización del territorio indio. Se estableció un
sistema occidental consistente en pueblos, cada uno de éstos compuesto por
sus barrios y sujetos.

Con el asentamiento del sistema de encomiendas, se produjo un reacomodo de


los señoríos, el cual a su vez promovió el despoblamiento y una nueva configu-
ración de territorios señoriales, situación que provocó, junto con el avance de la
propiedad española, la desarticulación del señorío indio.

2.10 La pérdida definitiva del señorío indio, el descenso demográfico

Las epidemias que se propagaron en la Nueva España entre 1532 y 1545 con-
tribuyeron a que el grueso de la población disminuyera de manera significativa,
situación que los españoles aprovecharon para pedir en merced las tierras que
iban quedando baldías por esta causa; sobre este tenor Motolinía dice:

y como de diez años a esta parte entre los indios ha habido


mucha mortandad y pestilencias grandes falta mucha gente…
y a esta causa sobran por todas partes muchas tierras, demás
baldios y tierras de guerra que no sembraban: Y abiendo de dar,
si V.M. Mandare, de los baldios y tierras de guerra, questos eran
unos campos que dejaban entre Provincia y Provincia y entre
Señor y Señor, a donde salian a darse guerra, que antes que
entrase la fe era mui continuas… estas tierras que digo no las
labraban; en estas hay lugar, si los indios no tuviesen ya algunas
ocupadas y cultivadas, peresiendo ser licito, y podrialas Vuestra
Majestad dar con menos perjuicio y sin perjuicio alguno. Quanto
a las estancias de los ganados, ya casi por todas partes se han
sacado los ganados que hacían daño, especialmente los gana-
dos mayores…59

59 Fray Toribio Motolinía, Memoriales e historia de los indios de Nueva


España. Madrid, 1970, p. 340.

47
Dolores Contreras Chávez

En este contexto, no puede dejarse de lado que el despoblamiento no sólo se


debió a las pestes, sino también a los excesos a que estuvieron sometidos los in-
dios en los trabajos signados. Para ilustrar mejor este tema, será preciso valerse
de la acotación que Alonso de Zorita refiere sobre este tema:

Ni hay que tratar de la albarrada que se hizo en México, y la


cerca de gran parte del Valle de Toluca, siendo para guarda de los
ganados de los españoles, de que reciben en sus sementeras
inestimables daños; y la albarrada según redijeron algunos es-
pañoles, fue sin efecto alguno. Convocasé toda la tierra y vinie-
ron de treinta y cuarenta leguas hizoce a costa de los indios.
Aunque ninguna cosa les importaba, ya que fuera de provecho; y
siempre es así, que no basta que pongan su trabajo y su comida,
todo sin paga, sino que también traen y pagan todos los mate-
riales de su casa para estas obras públicas y otras semejantes;
y fue gasto inestimable de gente como de su pobre y miserable
hacienda. Ponían y compraban la tierra, la piedra y las estacas
de madera que el trabajo y la costa y las vigas ponían; sin serles
a ellos la obra necesaria: y aprecian lo que esto se gasto tres-
cientos mil ducados. Dicen que paso de dos millones la gente de
peones y albañiles que se ocupó, porque es muy larga la calzada,
y duró la obra cuatro meses o poco menos, y cada día nadaba
grandísima cantidad de gente. Andaban todo el día metidos en
el agua y en el lodo y el frío y el trabajo era demasiado, sin tener
de noche ni de día con que abrigarse; así volvían a sus casas al
cabo de la semana desconcertados, y enfermaban de quebran-
tamiento murió infinita gente.60

En las líneas anteriores se puede observar que las condiciones de trabajo eran
extremas, por la que las defensas de los naturales disminuyeron y, a su vez,
fueron presa fácil de las pestes. También el trabajo en las sementeras fue causa
de mortandad:

Porque ahora diez, quince, veinte años había muy pocas y mu-
chos indios que ahora, y los hacían ir por fuerzas a ellas, donde
padecían artos trabajos, y como la gente era mucha y las la-
branzas pocas no se sentía y se echaba tanto de ver. Ahora son

60 Zorita. Op. cit., pp. 142-143.

48
El lienzo de Totocuitlapilco

las heredades muchas y muy grandes, y los indios muy pocos, y


ellos las han de limpiar, labrar, deshierbar y recoger y encerrar
los frutos en casa…Y estos pocos nunca falto pestilencia, y así
mueren de ordinario.61

De acuerdo con lo anterior se puede observar cómo los españoles se dieron,


prontamente, a la tarea de apropiarse de las tierras vacantes, a reserva de no
causar ningún daño a los indios como comenta Motolinía.

Asimismo, se puede observar cómo la ambición de los españoles fue más allá
de las tierras para el cultivo agrícola, ya que también se nota un desarrollo con-
siderable de las estancias de ganado mayor y menor, hecho que también vino a
perjudicar el territorio étnico.

2.11 El embate de la propiedad española

La colonización temprana de la Nueva España se inició con la adjudicación de


tierras en un primer momento, por parte de algunos particulares como Cortés
y sus parientes más cercanos. La apropiación de las tierras se produjo porque
eran propicias para el cultivo agrícola y para el pastoreo, por lo que paulati-
namente se establecieron estancias para ganado mayor y menor, al respecto
Motolinía refiere:

Para ganados menores hay muchas tierras y campos por todas


partes, y aun muy cerca de la gran ciudad de Tenuxtitlan México
hay muchas estancias sin perjuicio; y en el Valle de Toluca, que
comienza a seis o siete leguas de México, hay muchas estancias
de ganado mayor y menor…62

La existencia de estancias de ganado mayor y menor perjudico desde un inicio


las tierras de los naturales, ya que los animales se metían a las sementeras que

61 Idem.
62 Motolinía, Op. cit., 1970, p. 340.

49
Dolores Contreras Chávez

ellos labraban para el pago de su tributo. Con la intromisión de los animales se


les complicó el pago del tributo y, en otro orden de ideas, se contribuía a la
desaparición del territorio étnico.

Debido a que las estancias de ganado mayor y menor resultaron en perjuicio de


las sementeras de los indios, la Corona tomó cartas en el asunto y resolvió lo
siguiente:

Porque somos informados que muchas de las estancias de ga-


nado de los españoles están en perjuicio de los indios por estar
en sus tierras o muy cerca de sus otros daños y para remedio de
esto, proveeréis que el oidor fuere a visitar…dichas estancias sin
ser requerido de los indios y si están en su prejuicio, de su oficio
los mande luego quitar y pasar a otra parte que sean baldías, sin
perjuicio de nadie, pues la bondad de Dios la tierra es tan gran-
de que los unos y los otros podrán bien caber sin hacer daño.63

No obstante la visita del oidor de la Corona, el mismo Virrey don Luis de Velasco
viajó a Toluca para saber más de la situación por la que pasaban los indios con
el auge de las estancias de ganado mayor y menor, y después de observar lo
pertinente, la Real Audiencia ordenó que se construyera una cerca para evitar
que los ganados incursionaran en los terrenos de los indios. No obstante esta
medida, la propiedad española avanzó y diminuyó la propiedad nativa.

Debido al avance de la propiedad española, los indios se vieron en la necesi-


dad de establecerse en lugares más reducidos, impuestos por los españoles. Lo
anterior provocó que los indios buscaran una manera de defenderse de los em-
bates españoles, con el propósito de salvaguardar sus territorios, por lo cual se
produjo una lucha desigual entre españoles e indios de diferentes comunidades
del Valle de Toluca.

63 Ernesto de la Torre Villar, Instrucciones y Memoriales de los Virreyes


Novohispanos. México, 1991. p. 131.

50
3. TOTOCUITLAPILCO EN CONTRA DEL MARQUÉS
DEL VALLE: ANTECEDENTES DEL CONFLICTO Y
DESENLACE, VISTO A TRAVÉS DE LA “VISTA DE
OJOS” DE 1603
El lienzo de Totocuitlapilco

3.1 Defensa de la tierra frente al embate de la propiedad española; pleito


entre los indios de Totocuitlapilco y el Marqués del Valle

El Valle de Toluca siempre fue visto como un lugar propicio para el asentamiento
humano, sus condiciones geográficas lo hacían un potencial e inmenso granero
que abastecía anteriormente a la población mexica. Para el período colonial,
las condiciones eran favorables para el desarrollo ganadero y la siembra de los
nuevos productos traídos de Occidente.

La riqueza del Valle se debe a que sus tierras eran irrigadas por el río Chignahuapan
del cual no sólo se beneficiaban las tierras de cultivo, sino que también propició
que hubiera muchos terrenos para el pastoreo de ganado mayor. Los españoles
se dieron, por ello, a la tarea de asentarse en dichas tierras. Los contratos en los
que se asentaban los compromisos mutuos entre la Corona y los conquistadores
fueron hechos por medio de capitulaciones:

En las capitulaciones se definía a qué se comprometía el con-


quistador (el descubrimiento o la pacificación de cierta región,
por ejemplo) y a cambio de ello que ofrecía mercadear el rey.
Para la conquista de América generalmente se sentaba como
condición que debía cumplir aquél el poblar la tierra y aposen-
tarse en ella, medida que se entiende si se piensa que la mayor
parte de los soldados y aún de los capitanes no tenía otra inten-
ción que la de enriquecerse con algún botín y regresar luego a
España abandonando lo conquistado.64

La Corona, al entregar mercedes, satisfacía al conquistador y al pacificador


mediante el otorgamiento de tierras y títulos que en España nunca obtendrían,
además de ciertos derechos característicos de la encomienda. La Corona tam-
bién quedaba satisfecha, ya que obtendría de las mercedes otorgadas tributo,
mano de obra, ya fuera para obras públicas o para la explotación de los centros
mineros.

64 Bernardo García Martínez, El marquesado del Valle. 1969, p. 7.

53
Dolores Contreras Chávez

Cortés se hizo de tierras en esta zona, ya que conocía su riqueza debido a


las expediciones realizadas en el área del centro de México. Tal vez se hizo de
tierras para utilizarlas como empresas económicas de gran escala, Cortés sabía
escoger y utilizar los territorios con los que se quedaba y, además, le servían
para continuar con sus exploraciones. Este personaje supo conservar las tierras
conquistadas y, más aún, poblarlas según las dos funciones exigidas por la
Corona en las capitulaciones.

Para el caso concreto del Valle de Toluca, Cortés se hace de tierras, entre las cua-
les se encuentran las ubicadas en Calimaya, Tepemajalco, Metepec, Tlacotepec
y otros que dependían de Toluca. Estos terrenos que Cortés se queda para sí
decide darlos en encomienda a parientes cercanos y amigos, sólo que dichas
encomiendas no quedan bien delimitadas, por lo que hubo muchos conflictos
por la posesión de la tierra durante los siglos XVI y XVII, aunque algunos pervi-
vieron hasta el siglo XVIII.

Los indios del Valle de Toluca no fueron ajenos al problema que resultó del avance
de la propiedad española, como se observa en un ejemplo tangible: el conflicto
que surgió entre los indios de Totocuitlapilco en contra del Marqués del Valle, sin
duda un caso peculiar; pero no extraño, ya que se trata de otra contienda en la
que una parcialidad se enfrenta al Marqués.

Hubo un pleito entre los de Atenco y el Marqués del Valle, el cual ganaron los
indios de la parcialidad.65 Esto no quiere decir que fue un conflicto que se llevó a
cabo en un mismo tiempo y de un mismo modo, sino que de alguna manera es
un parteaguas para Totocuitlapilco, ya que sus habitantes se dieron cuenta de
que se podía comenzar un juicio en contra del Marqués a pesar de su poderío
económico y político.

Por tal razón es posible decir que, ante los ojos de la Corona, nadie estaba por
encima de ella, ni siquiera el propio Marqués del Valle, por lo que a continuación

65 Véase. La proeza histórica de un pueblo: San Mateo Atenco en el


Valle de Toluca siglos VIII-XIX. René García Castro, Ma. Teresa Jarquín
(coordinadores). El Colegio Mexiquense, A.C.: Universidad Autónoma del
Estado de México, 2006, p.p. 37-75.

54
El lienzo de Totocuitlapilco

se expondrá cómo la parcialidad de Totocuitlaplico llevó a efecto un litigio en


contra de Cortés, con la finalidad de defenderse del despojo de las tierras que,
a decir de ellos, tenían “desde tiempos inmemoriales”.

Debido a las constantes apropiaciones, de manera legal o ilegal, de las tierras


de los indios se suscita un conflicto entre el marquesado y diversas localidades
del Valle de Toluca que buscaron en la Corona un aliado para defenderse de los
atropellos sufridos.

3.2 Antecedentes del conflicto, las elecciones de funcionarios locales de


Totocuitlapilco

El conflicto tiene su antecedente a finales del siglo XVI, cuando los de Totocuitlapilco
y San Bartolomé Tlatelulco buscaron tener sus propias elecciones para elegir su
cabildo, aprobadas por la Corona. Dicha situación no era bien vista por el mar-
quesado, alegaba que aquéllas no podían elegir funcionarios locales, porque
no contaba con un número determinado de habitantes; además se decía que
a estas poblaciones había llegado gente de color y mestizos, quienes estaban
organizando la elección del cabildo indio y eran los que pretendían llevar a bien
la contienda para el nombramiento de alguaciles, aunque no eran indios princi-
pales, lo que dificultaba más aún las elecciones.66

Con la finalidad de evitar que la intromisión de gente ajena a estas parcialidades


se volviera un problema para 1577, don Martín Enríquez de Almansa, Virrey de
Nueva España; nombró autoridades en el pueblo de San Bartolomé Tlatelulco:

Para alcalde…a vos Juan Bautista y por regidor a Gonzalo de


San Pedro, a Juan González y por mayordomo de la comunidad
a Marcos y por escribano a Juan Valeriano y por alguacil mayor a
José de San Juan y por alcalde de la cárcel a vos Pedro Joaquín y
por alguaciles a vos Pablo Miscopatlacatl y Gabriel García y por
alguacil de la milpa a Pedro Marcos.67

66 María Teresa Jarquín, Formación y desarrollo de un pueblo novohispa-


no: Metepec en el Valle de Toluca. Zinacantepec, México, 1990, p. 49.
67 A.G.N./ Hospital de Jesús/ leg. 277/ exp.2 fº. 15v.

55
Dolores Contreras Chávez

Es probable que para el caso de Totocuitlapilco se haya nombrado el mismo nú-


mero de funcionarios, debido a que ambos pueblos pertenecían al mismo linaje,
o sea tlatelolca. El objetivo primordial de las autoridades locales nombradas era
hacer guardar la asistencia de los indios a la doctrina, asegurar la recolección
del tributo y tratar de mantener en buen orden y justicia de Totocuitlapilco y
Tlatelulco.

Los nombramientos de autoridades locales en Totocuitlapilco y Tlatelulco se


siguieron realizando sin perjuicio alguno, por un período de nueve años; pero
en 1586 surge un nuevo problema entre el Marqués y las parcialidades mencio-
nadas, ya que se ordena el encarcelamiento de Francisco de Santiago, alcalde
de San Miguel Totocuitlapilco; y el de Baltasar Pérez, alcalde de San Bartolomé
Tlatelulco.68 Los del marquesado tomaron esta decisión por considerar que las
elecciones no eran válidas, además de alegar que eran indios rebeldes, por no
acatar órdenes de la cabecera.

Tras el encarcelamiento de estos dos funcionarios del cabildo indio de Totocuitlapilco


y Tlatelulco, se prosiguió a dejarlos en libertad, no sin antes hacerles saber su
sujeción al Marqués y, por ende, debían asistir a reafirmar sus elecciones a la
Villa de Toluca.

En 1590, se encarcela nuevamente a funcionarios del cabildo indio de Totocuitlapilco


y Tlatelulco, por lo que se tiene que dar un mandamiento al corregidor de Toluca,
con la finalidad de que deje en libertad a estos funcionarios,69 ya que solamente
se encontraban realizando sus elecciones de oficio, razón por la cual los debían
dejar salir libres y sin tener que pagar nada.

En 1591, se manda al corregidor de Toluca que no permita las elecciones de


oficiales en las estancias de Totocuitlapilco y Tlatelulco.70 Y en 1592 se da nueva-
mente orden al corregidor de Toluca para que deje salir de la prisión a los alcaldes
y demás oficiales de república de las estancias de Totocuitlapilco y Tlatelulco.71

68 A.G.N./ Hospital de Jesús/ leg.277/Cuaderno 1/ fº. 16.


69 A.G.N./ Indios/ vol. 4/exp. 523/ fº. 156.
70 A.G.N./ Indios/ vol. 6/exp. 280/ fº. 62.
71 A.G.N./ Indios/ vol. 6/ segunda parte/ exp. 523/ fº 114v.

56
El lienzo de Totocuitlapilco

El encarcelamiento de las mencionadas autoridades locales obedece a que las


dos parcialidades iban creciendo en número de pobladores y cargos, por lo que
no fue visto con buenos ojos, ya que al mantenerse esta situación, con el tiem-
po, Totocuitlapilco y Tlatelulco buscarían su autonomía e independencia del
marquesado.

Ante esta situación, los administradores del señorío de Toluca recurrieron al vi-
rrey Don Luis de Velasco para hacerle saber del desacato con el que andaban los
indios de Totocuitlapilco y Tlatelulco, y le pidieron que nulificara las elecciones
que venían realizando, por lo que este representante de la Corona hizo saber:

…Que dos estancias llamadas San Miguel Totocuitlapilco y San


Bartolomé Tlatelulco de tiempo inmemorial a esta parte han sido
y ser sujetas en la Villa de Toluca y como tal cada año se ha
acostumbrado en la cabecera elegir alguacil para que tuviesen
cuenta con los naturales de las dichas estancias y acudiesen a
los mandones del gobernador y alcaldes de la Villa y que ahora
ciertos indios mandones de las dichas estancias con favor de
algunas personas, hicieron en cada una de ellas, sus elecciones
de alcaldes y regidores. Y otros regidores de república y llena-
ron confirmación de ellas y en virtud de esto usan los oficios
en perjuicio de la dicha cabecera en lo cual cometieron delito
y me pidió mandase castigarlo y quitar las varas a los dichos
alcaldes y demás oficiales con pena grave de que no usen los
dichos oficios ni adelante hagan semejante elecciones sin con-
sentimiento de la cabecera y por mi visto por el presente mando
os mando que no habiéndose los dichos sujetos acostumbrado a
hacer elecciones de oficio en sus pueblos de por si no consintáis
que las hagan, sino que acudan a su cabecera y si las hubiesen
hecho contraviniendo a esta costumbre las deis por ninguna e
de ningún valor…72

Como era una costumbre, se dio a conocer esta resolución impuesta por el virrey
don Luis de Velasco. Se juntó a los indios de Totocuitlapilco y Tlatelulco con el pro-
pósito de hacerles saber el mandato en el que se les prohibía realizar elecciones

72 A.G.N./Hospital de Jesús/ Legajo 277/ Fs. 41-42.

57
Dolores Contreras Chávez

a su libre albedrío, y que sólo se aceptarían sus elecciones siempre y cuando


acudieran a la cabecera para confirmarlas.

Esta resolución fue tomada a favor de Fernando Cortés cuando éste contrajo
matrimonio con doña Mencia de la Cerda, hermana del conde de Chichón y
dama de la princesa Isabel; asimismo se le dio autorización al Marqués del Valle
para destituir a los alcaldes y corregidores que había puesto el rey.73

Los de Totocuitlapilco y Tlatelulco no estuvieron de acuerdo: alegaban que ellos


nunca habían sido considerados sujetos del marquesado, sino de la Corona, y
por obvias razones elegían cada año a sus gobernantes. También alegaban que
el virrey siempre había aprobado sus elecciones, por lo que se puede interpretar
que los de Totocuitlapilco buscaban la protección de la Corona.74

¿Por qué los indios de San Miguel Totocuitlapilco querían pertenecer a la Corona
y no al marquesado? La respuesta sería que lo que buscaban los nativos era
el protectorado real porque los abusos de los que habían sido objeto ya habían
sobrepasado su capacidad de resistencia. De la misma forma, se percibe que
los personajes que figuran en esta contienda en contra del Marqués son gente
que sabe cómo defenderse de las autoridades españolas, por lo que la Corona
estaba detrás de ellos, tal vez para tratar de frenar el desarrollo territorial y
político del Marqués.

Además, los indios no querían ser dependientes del marquesado para pagar
tributo solamente a la Corona y buscaban que ésta reconociera las elecciones
del cabildo indígena; de este modo se dejaría de depender en lo jurisdiccional
del marquesado.

El marquesado alegaba que los nativos de Totocuitlapilco no podían nombrar


a sus gobernantes, ya que la población con la que contaban era muy poca y,
por lo tanto, no podían llevar a efecto los nombramientos del cabildo indio. A lo
expuesto, los indios de Totocuitlapilco y Tlatelulco respondieron que desde que

73 Bernardo García Martínez, Op .cit., 1969, pp. 78-79.


74 A.G.N./Hospital de Jesús/ Legajo 277/ Fs. 42v.

58
El lienzo de Totocuitlapilco

dependían del señorío tlatelolca de México, contaban con dos tequitlatos, dos
tepisques y cuatro alguaciles.75

Los indios pronto se dieron a la tarea de buscar nuevas formas con las que
pudieran evadir las resoluciones del marquesado, de tal suerte que elaboraron
una lista de los nombramientos76 que habían realizado, con el fin de que la
Corona se diera cuenta de cómo estas localidades habían aumentado en pobla-
ción y cargos de sus autoridades.

Seguramente el trasfondo del conflicto no era el nombramiento del cabildo indio,


sino la posesión de las tierras y la obtención de la mano de obra. De tal suerte
que para este período la principal característica fue el despojo de las tierras de
los indios, puesto que había una lucha entre los mismos españoles por tener las
mejores tierras para el cultivo y la crianza de ganado mayor y menor.

Lo que resulta significativo es ver cómo los pueblos del Valle de Toluca busca-
ron tener sus propias autoridades, lo que les ayudaría a ser independientes del
marquesado y a vivir en relativa paz, ya que serían reconocidos como pueblos de
indios por la Corona y contar con sus propias autoridades locales.

Lo que estaba en juego no sólo eran las elecciones, sino la tenencia y el usufructo
de la tierra. Como lo que estaba en juego era mucho, los indios de Totocuitlapilco,
representados por Lucas de San Miguel, indio principal de la comunidad, pi-
dieron a la Corona que se realizara una “vista de ojos” para ver más de cerca
la situación de los pueblos del Valle de Toluca, aunque es muy probable que la
petición de Lucas de San Miguel obedezca a que quería que la Corona se diera
cuenta de la riqueza del Valle.

75 A.G.N./ Hospìtal de Jesús/ Leg. 70/ Exp. 4/ Fª 14v.


76 Ver apéndice, p. 102.

59
Dolores Contreras Chávez

3.3 Cristóbal de la Cerda en contra de los indios de Totocuitlapilco: Daños


a las sementeras de los indios

El problema de los animales sueltos por los sembradíos de los indios se puede
ver en el caso de Totocuitlapilco cuando Lucas de San Miguel, indio principal y
natural del pueblo tlatelulcalpa, hizo una acusación en contra de un miembro de
la Real Audiencia, Cristóbal de la Cerda, quien a la postre fungía como relator.
La demanda gira en torno a que éste personaje tenía gran cantidad de puercos
en tierras de Churubusco, México, y pretendía traerlos a tierras de la estancia
de Totocuitlapilco, sin tomar en cuenta el derecho ancestral de la posesión de la
tierra por parte de los indios. No conforme con ello también le pidió a Álvaro de
Grado, escribano cometido al corregidor de la Villa de Toluca, que viera un sitio
de estancia para ganado menor,77 además de una:

Merced de dos caballerías de tierra en términos de la dicha Villa


junto al río grande. En unas ciénegas entre el pueblo de San
Mateo Atenco y la cerca de la hacienda de Hernán Gutiérrez
Altamirano a la parte del dicho pueblo de San Mateo Atenco
linda con unas zanjas que divide los términos de él.78

Los indios de Totocuitlapilco, al saber de esta petición, dijeron que la merced


solicitada por Cristóbal de la Cerda no procedía, porque las tierras eran de rea-
lengo, o sea de la Corona y no de señorío: no podían ser enajenadas; además, en
caso de favorecerlo con la merced, la estancia no podría pagar el tributo que se
les había tasado, el cual consistía en petates. Además, declararon que los lími-
tes del señorío de Toluca no incluían esta parcialidad, ya que sus límites eran:

El río grande por el oriente, por la parte del poniente términos del
pueblo de Tlacotepec y por día términos de la Villa de Calimaya
por la parte del norte, sube de Tlacotepec términos del pueblo de
Metepec y luego del pueblo de San Mateo Atenco hasta dar en el
dicho río grande y en esta manera lo halló el dicho capitán Hernán
Cortés por de Tlatelulco de México de vuestra real corona.79

77 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277./ Exp. 2/ Fº 1.


78 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277./ Exp. 2/ Fº 1v.
79 A.G.N./ Leg. 277./ Hospital de Jesús./ Exp.2/ Fº 1- 1v.

60
El lienzo de Totocuitlapilco

A parte de dar referencia de los límites también se presentó una pintura80 por
parte de los indios de Toluca ante el oidor doctor Valdez de Carcamo, en nombre
del Marqués del Valle, la cual resultó a favor de las estancias de Totocuitlapilco
y Tlatelulco. Esta pintura:

Se trajo a esta real Audiencia y esta en la secretaría de Sancho


López, secretario de esta real Audiencia y por la dicha pintura se
ve claramente los términos de cada una de las dichas poblacio-
nes y de los dichos nuestros pueblos y términos y cuando vino
el capitán Hernán Cortés entendieron los indios que habían de
ser suyos y así acudieron y acudimos con los de Toluca con los
servicios y tributos y continuamos en tiempos del Marqués don
Martín Cortés los dichos dos pueblos de San Miguel y San
Bartolomé no embargante ni nunca fueron dados ni enajenados
ni encomendados en persona alguna y a nuestra… es berrido
que todos los pueblos, poblaciones tierras y términos de ellos
que no se hubieren enajenado o encomendado por su majestad
o en su real nombre son de la real corona…y para que el dicho
sucesor del dicho Marqués don Martín Cortés no quiera hacer lo
mismo… de pretender tomar posesión o en otra manera doy noti-
cia al fiscal de esta real audiencia para que vea lo que convenga
al servicio de vuestra alteza y real patrimonio.81

Asimismo, Lucas de San Miguel dijo que la merced otorgada a Cristóbal de la


Cerda no fue hecha en forma, ya que:

No se le hizo merced de las tierras y aldeas, vasallos y térmi-


nos e jurisdicciones ajenas sino de las que son suyas de Toluca
quieran y pretendan sin título tomárselo a vuestra real corona
porque aunque la primera merced hecha en Barcelona a seis de
julio del año de veintinueve fuese hasta el número veintitresmil
vasallos no se entiende que por la fecha en Toledo en diez y seis
de diciembre de setenta donde se le hizo merced que las Villas y
lugares en ellas contenidas son sus tierras y aldeas y con todos
los vasallos que en ella hubiese sin limitaciones ni restricciones
de número en ellos y con los términos y jurisdicciones como fue

80 Véase apéndice p.103.


81 A.G.N./ Leg. 277./ Hospital de Jesús./ Exp.2/ Fº 1v.

61
Dolores Contreras Chávez

concedida la primera merced al Marques don Hernán Cortés, se


puede meter en lo que no es suyo mayormente siendo de vues-
tra real Corona, que como está dicho sucedió en todo ello, de lo
cual no se ha enajenado encomendado ni dado ninguno de los
dichos pueblos y tierras y términos.82

El conocimiento de las mercedes otorgadas al Marqués por parte de la Corona,


fue un argumento a favor de los indios de Totocuitlapilco, como se ve en las
líneas anteriores, lo que lleva a preguntar ¿Quién le dio conocimiento de estas
mercedes a Lucas de San Miguel, indio principal de Totocuitlapilco? ¿Por qué
sabía cómo se llevaban los procesos legales de tierra?

Al parecer el indio principal de Totocuitlapilco estaba asesorado por una persona


dependiente de la Corona. Esto lleva a interpretar que después de que la Corona
tiene conocimiento del Valle de Toluca, gracias a las visitas de funcionarios rea-
les y después de ver la riqueza natural del Valle, decide intervenir en el litigio que
se seguía entre el Marqués y los indios de Totocuitlapilco, para tiempo más tarde
adueñarse de esta parte del valle, bondadoso para la agricultura y la ganadería,
y así restarle poder en la zona.

El desenlace de esta pugna, lo veremos en las siguientes páginas, y lo referente


a la elección del cabildo indio en las estancias de Totocuitlapilco y Tlatelulco se
sabe que para 1602 el corregimiento de Toluca confirmó las elecciones. Por lo
que los indios de Totocuitlapilco y Tlatelulco acudió a confirmar sus autoridades
a Toluca, puesto que en este período el marquesado enfrentaba, no un tercer
secuestro, pero si graves problemas a causa de deudas adquiridas por la familia
a partir de 1599.83 Por esta razón se embargaron las rentas del estado para,
de este modo, cobrar sus créditos; a esto se le suma que el tercer Marqués
Fernando Cortés, no residió en Nueva España y que después de los problemas
enfrentados por el marquesado el único que hizo frente a estos problemas fue
su hermano Pedro. Asimismo, en 1599 se prohibió expresamente al Marqués
atender casos en segunda instancia, cualesquiera que fueran.84

82 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277/ fs 8-8v.


83 Bernardo García Martínez, Op. cit., 1969, p.80.
84 Idem.

62
El lienzo de Totocuitlapilco

El conflicto entre el Marqués del Valle y los indios de Totocuitlapilco siguió para el
año de 1603, fecha en que la Corona ordenó una “vista de ojos” con la finalidad
de dar un nuevo reordenamiento a los pueblos que estaban en conflicto con el
Marqués y evitar que los indios siguieran alborotados y, de este modo, pusieran
en peligro el orden en las estancias de Totocuitlapilco y Tlatelulco.

3.4 Recomposición territorial de 1603

Indudablemente las tierras del Valle de Toluca desde un inicio de la conquista


española estuvieron bajo la mirada de Hernán Cortés, como se ha visto en líneas
anteriores por su riqueza natural y por su ubicación geográfica. Así, recibió gran
parte del Valle de Toluca como recompensa por haber participado en la con-
quista del nuevo territorio. Tal donación a Cortés con el tiempo le causó mucho
conflicto, por lo que se buscó de manera legal saber si deberían de pertenecer
a Hernán Cortés.

Por esta situación, los indios del Valle padecieron un sinnúmero de atropellos por
parte de los funcionarios del Marqués. Los abusos se manifestaron de manera
tangible con el encarcelamiento y maltrato a todos los indios que no acataran las
decisiones impuestas por el Marqués. Ante esta situación, los indios pidieron la
intervención del rey, quién exigió al Marqués que:

Hiciere juntas y congregare en la dicha iglesia de la Villa (de


Toluca) a todos los naturales y les hiciere dar entender que ha-
bían de servir libremente y que para ello no habían de ser pre-
sos, ni molestados, ni se les había de hacer otro agravio…por
parte del dicho Marques… ni han de ser presos, ni molestados,
para que libremente y sin temor los naturales puedan deponer y
declarar lo que supieren y fueren preguntados.85

Aunque el rey ordenó esta resolución, no fue sino hasta 1603 cuando se realizó
una “vista de ojos”. La Corona ordenó hacer un recorrido a pie por todos los

85 A.G.N./Hospital de Jesús/leg. 277/ s/f.

63
Dolores Contreras Chávez

pueblos y aldeas del Valle de Toluca. Este acto se hizo con varios funcionarios,
entre los que se encontraban un oidor, un medidor, un escribano; asimismo se
comisionaron indios pintores para que plasmaran los límites y guarda rayas de
cada pueblo o aldea visitada y, por último, también estuvieron presentes los
afectados, es decir, los vecinos, indios de diferentes edades y ocupaciones. Es-
tos sólo participaban en caso de requerirse alguna aclaración o una acotación.

De este modo, el siglo XVII fue un período de reacomodo, del cual el Valle de
Toluca no escapó, debido a que en su territorio también se introdujeron nuevas
gentes y especies de animales y vegetales.

La finalidad de esta “vista de ojos” era registrar la extensión territorial de cada


pueblo, sus colindantes y ver si fueron repartos realizados por Axáyacatl para, de
este modo, determinar si eran pueblos del Marqués o de la Corona.

Para el caso concreto que aquí interesa, el de San Miguel Totocuitlapilco, está
inmerso dentro del valle de Toluca. En la época prehispánica, después de la
conquista por parte de la Triple Alianza, queda sujeto en manos del señorío de
Tlatelolco de México; quien después de tomar las tierras trae gente de habla
náhuatl para poblar Totocutlapilco.

El pleito legal que comenzó entre 1577, entre el Marqués del Valle y los indios
de Totocuitlapilco, tuvo su desenlace en 1603, cuando se observan cambios
políticos, sociales y territoriales.

Este trabajo intenta demostrar cómo Totocuitlapilco trata de separarse política,


territorial y jurisdiccionalmente del Marqués del Valle, para lo cual se interrogó
a testigos que pudieran ofrecer información acerca del reparto hecho por Axá-
yacatl, después de la conquista mexica y de la intromisión de los españoles en
la zona.

3.5 Argumentos del marquesado

El marquesado y los representantes de éste dijeron que tanto Totocuitlapilco


como Tlatelulco fueron estancias menores que nunca alcanzaron el título de pue-
blos, y que en dichas parcialidades no se contaba con más de cinco personas,

64
El lienzo de Totocuitlapilco

las cuales estaban encargadas del cuidado de las sementeras; además, aunque
estas estancias fueron pobladas con gente de habla náhuatl siempre acudieron
con el señor de Toluca para pagar el tributo; asimismo, argumentaban que estos
sitios siempre fueron posesión del señorío de Toluca.86

Los argumentos que el marquesado utilizó en las cortes trató de demostrarlos


mediante la participación de indios, de los cuales se decía que eran de edad
avanzada por lo que sus testimonios eran de calidad, porque las cosas que ellos
contaban habían ocurrido; aunque también se tiene registro de españoles que
participaron en este interrogatorio. Además, la parte del Marqués tuvo como
prioridad demostrar que Totocuitlapilco y Tlatelulco no contaban más que con
unas chozas, habitadas con pocos indios, es decir, se trató de demostrar a toda
costa que las estancias en conflicto siempre pertenecieron al señorío de Toluca
y en todo caso se trataba de estancias menores.87

3.6 Argumentos de Totocuitlapilco y el real fisco

Por su parte, los de Totocuitlapilco y Tlatelulco mostraron como argumentos lo


contrario de lo que decían los representantes del Marqués: estas dos estancias
siempre fueron parte de la Corona, ya que después de que Axáyacatl conquistó
el Valle de Matlatzinco repartió tierras para él y para sus aliados, situación por la
cual el señor de Tlatelolco se quedó con Totocuitlapilco y Tlatelulco, de tal modo
que trajo consigo gente para poblar la zona; así estuvieron bajo el mando directo
del señor de Tlatelolco, de México.88

Sobre si éstos acudían a pagar el tributo al señor de Toluca dijeron que sí, sólo
que lo hacían por tradición y costumbre, y lo único que tributaban eran petates
e icpalis; en lo demás no reconocían al señor de Toluca, porque sus poblado-
res eran de la cuenca y sólo daban obediencia y reconocimiento al señor de
Tenochtitlan.89

86 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277/ s,/f.


87 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 70/ s,/f.
88 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277/ s,/f.
89 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277/ s,/f.

65
Dolores Contreras Chávez

Asimismo dijeron, ante el argumento de que no tenían una cantidad conside-


rable de gente en sus estancias, que habían aumentado en número, lo que se
reflejaba en el nombramiento de sus funcionarios locales, a pesar de sufrir una
pérdida considerable de gente por las pestes de mediados del siglo XVI.90

Por lo referido en las líneas anteriores, a continuación se expondrá una recons-


trucción de los acontecimientos durante el recorrido realizado en la “vista de
ojos”, con información recabada en el legajo 277 del Hospital de Jesús.

3.7 Citación de las partes y primeros enfrentamientos

El día cuatro de septiembre de 1603, se manda citar para la “vista de ojos”, pintu-
ra y averiguaciones a las partes que lindan con los de Totocuitlapilco y Tlatelulco:
los del pueblo de Tlacotepec, Calimaya, Metepec y los de San Mateo Atenco,91
para ver qué saben del reparto realizado por Axáyacatl y reconocer sus límites
territoriales.

Los representantes del marquesado al saber que los de Atenco, con quienes te-
nían un pleito legal de tierras, fueron solicitados por el Real Fisco para participar
en el recorrido, procuraron que no se les incluyera en esta visita de las estancias
de Tlatelulco y Totocuitlapilco, para lo cual argumentaron que sólo se debía citar
a las partes en conflicto, ya que los de Atenco no tenían nada que ver en este
pleito, además de que tenían a los “indios tlatoleados”92 e inducidos por ellos
para que señalen a su gusto los mojones y términos que nunca ha habido, ni hay
ni parecen en todo este Valle dando a entender que siempre los hubo….93

Ante esta situación, Francisco Pérez de Vargas, en nombre del Marqués del Va-
lle, trató de que no se involucrara a los de San Mateo Atenco y a los demás
pueblos, por lo que menciona que se tiene probado que cuando vino el rey

90 A.G.N./ Hospital de Jesús/ Leg. 277/ F° 36.


91 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/ F° 36.
92 Tlatoleados, del verbo Tlatoa= Hablar, equivale a apalabrados o
instruidos
93 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 40.

66
El lienzo de Totocuitlapilco

Axáyacatl confirmó en su reino y cacicazgo a Chalchimatzin, rey y cacique de


Toluca, y que los indios que trajo en su compañía quedaron por sus sujetos: “ …y
tiene asimismo probado que el Marqués Fernando Cortés… restituyó al cacique
Tucoyotzin llamado Don Fernando Cortés, sucesor del dicho Chalchimatzin”, por
lo que las tierras que estaban dentro de la jurisdicción de Tucoyotzin pertenecían
al Marqués.94

Ante esta atenuante por parte del marquesado, cabe hacer un pequeño parénte-
sis y preguntar: ¿Qué gente queda bajo las órdenes de Chalchimatzin? Es aven-
turado decir que toda la gente que trajo consigo Axáyacatl. Lo más probable es
que la gente de Axáyacatl quedara en manos de Chalchimatzin y que la gente
que trajo consigo de los diferentes señoríos quedara bajo el control de los mis-
mos señores de la cuenca para que, así, cada uno por separado recaudara sus
tributos y los administrara como mejor les conviniera; de tal suerte se evitaría el
conflicto de tener que obedecer a alguien que no fuera de su linaje.

También es muy probable que Chalchimatzin se quedara sólo con la gente que
habitaba en Toluca y posiblemente Calixtlahuaca, la cual era de su misma len-
gua. A su vez, se debe pensar que la población era muy reducida ya que ante
el embate español, como es bien sabido, los naturales huyeron a lugares más
lejanos, como la tierra de los tarascos.95 En otro orden de ideas, poco se sabe de
lo que en realidad abarcó Toluca, ya que se desconoce cuántos y cuáles pueblos
administró.

Después de observar cómo el marquesado intentó por todos los medios dirigir
el proceso legal, la Corona nombró a un protector de indios,96 quien los de-
fendería de los abusos por parte de los españoles, de tal modo que el oidor

94 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 44.


95 Véase Zorita, Los Señores de Nueva España, p. 197.
96 Véase Ruiz Medrano, Ethelia. Gobierno y sociedad en Nueva España;
segunda Audiencia y Antonio de Mendoza. p. 34-38. El protector de in-
dios, como indica su nombre, defiende a los indios de cualquier injusticia
sufrida a manos de los españoles; para el caso de América se sabe que
el primer nombramiento de este personaje ocurrió en 1517; no obstante
en México se nombró en 1528 al franciscano fray Juan de Zumárraga.

67
Dolores Contreras Chávez

nombró defensor y protector de los dichos indios a “Francisco Pérez de Vargas,


él cual acepto… y le fue discernido el cargo y notificado el estado de los autos y
diligencias… en la Villa de Toluca a cinco días del mes de septiembre de 1603
años”.97

El mismo cinco de septiembre de 1603,98 se les hizo saber a los de Totocuitlapilco


y Tlatelulco que se llevaría a efecto la “vista de ojos” en sus términos. Para ésta
se requirió de la presencia del bachiller Diego de Turcios, representante del real
fisco. Con la llegada de este funcionario, la gente se inquietó porque los natu-
rales pretendían dejar de pertenecer al marquesado para pasar a formar parte
de la Corona, hecho que se tradujo para los españoles en un problema que no
estaba en sus manos resolver.

Los primeros en presentar esta actitud eran los de San Mateo Atenco, enemigos
conocidos del Marques del Valle, “los cuales se han alborotado e inquietado de
manera que han dejado sus casas y sus tierras, y se han venido a esta Villa a
sólo inducir dichos falsos y amedrentar a los de mi parte”.99

Asimismo, los macehuales y tequitatos de Totocuitlapilco y Tlatelulco andaban


alborotados, ya que tenían la idea que el funcionario del real fisco venía a quitar-
los de la jurisdicción del Marqués y, según Francisco de Fonseca, a “causa de…
esto no reconocen a esta cabecera ni acuden al servicio personal, ni pagan los
tributos aunque están apercibidos los recojan y en efecto siendo nosotros sus
superiores no nos obedecen en ninguna cosa”.100

Este problema no fue bien visto por parte de los representantes del Marqués; les
ocasionaba un perjuicio, ya que dejarían de percibir el tributo en especie o en
servicio personal y, lo más grave para este proceso legal, no tenían bajo control
a los indios, de tal suerte que éstos no encontrarían ningún impedimento para
andar en otros pueblos que no les pertenecían y, de este modo, favorecer a otras
comunidades a la hora de ser parte de una visita que no les correspondía.

97 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F°65.
98 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo 277/F°26.
99 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo 277/F°30.
100 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo 277/F°27.

68
El lienzo de Totocuitlapilco

A pesar de las primeras citaciones, se suspende provisionalmente el recorrido


por las estancias de Totocuitlapilco y Tlatelulco, ya que las condiciones climato-
lógicas de la región no permitían que se realizara la visita: no se podía salir “por
un río que se ha de pasar que viene de avenida y por ser esta tierra llana a modo
de ciénega muchas partes no se pueden andar”.101

Después de que las condiciones climatológicas fueron favorables, se prosiguió


con la “vista de ojos” en las parcialidades de Totocuitlapilco y Tlatelulco. El oidor y
la gente de que se hizo acompañar para la averiguación y pintura estuvieron pre-
sentes para el reconocimiento de los límites y linderos, para lo cual se citó nue-
vamente a los pueblos con los que lindaban los de Totocuitlapilco y Tlatelulco.

3.8 Inicio de la “vista de ojos”, nombramiento del medidor y de los indios


pintores

Para iniciar la “vista de ojos” de Tlatelulco y Totocuitlapilco, se dieron cita en el


primer pueblo el encargado de la Corona, el defensor del marquesado, el señor
oidor y los indios pintores, quienes se encargarían de plasmar todo lo visto en
la visita de los pueblos antes mencionados; así, el 15 de septiembre de 1603
el señor oidor Don Juan De Fonseca “…nombro pintores para hacer las dichas
pinturas a Miguel de Sebastián, indio natural del dicho pueblo de San Bartolomé
Tlatelulco y a Francisco García, indio natural de la Villa de Toluca”.102 De igual
manera, se tuvo la necesidad de buscar a una persona que se encargara de
medir los terrenos e indicar los límites territoriales de cada pueblo: se designó a
Juan de Peraleda para realizar este trabajo, el cual llevó a cabo su tarea con un
cordel; esta medida corresponde a cincuenta varas.103

Como es sabido, a la medición, “vista de ojos” y pintura, además de acudir las


partes del Marqués, de la corona, el oidor, los indios pintores y el medidor, también

101 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/ F°132v.


102 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 66.
103 Vara equivale a: vara matlatzinca en Toluca (1636)= 2 brazas= 3.34
metros.

69
Dolores Contreras Chávez

asistían los alcaldes, regidores, tequitlatos y tepisques de cada comunidad para


dar razón de los límites y mojoneras que ellos reconocían desde tiempos de la
infidelidad. Ante esta circunstancia:

…También se hallaron presentes a esta medida unos indios que


mediante Juan de Praves y Juan de Yuste, interpretes, dijeron lla-
marse Pablo de San Miguel Alcalde, del dicho pueblo de San Mi-
guel y Miguel Rafael, regidor del dicho pueblo y Luis de San Juan,
Tequitlato y Francisco de San Miguel y Juan Matías, Tepisque de el
dicho pueblo y otros indios que dijeron ser naturales de ahí…104

El recorrido se inició en el pueblo de San Bartolomé Tlatelulco. El cordel se co-


menzó a tirar el día quince de septiembre de 1603 para saber la distancia que
hay de Tlatelulco a Totocuitlapilco, por lo que se tiró el cordel de la “…última casa
a el dicho pueblo que mira a el oriente hacia el dicho pueblo de San Miguel y así
en presencia de las partes susodichas y de otros mismos indios en gran canti-
dad que se hallaron…”.105

La primera medida señalada por el medidor Juan de Peraleda, de San Bartolomé


a las dichas casas de San Miguel Totocuitlapilco indican que:

Hubo 81 de los dichos cordeles de a cincuenta varas cada uno,


cada vara de cuatro, que sumadas hacen número de 4050 varas
y conforme a lo que dicho Juan de Peraleda medidor dijo, una le-
gua de longitud tiene cinco mil varas y esta distancia tiene 4050
varas y el dicho señor oidor lo mando asentar así por auto…106

Como fue muy común, en este proceso, la parte del Marqués nunca estuvo de
acuerdo con los límites y mojoneras que los indios señalaban. Esta constante no
era más que un medio utilizado por la defensa del Marqués para confundir a los
integrantes de los pueblos que se visitaban. Francisco Pérez de Vargas, a nom-
bre del Marqués, contradecía lo que decían los indios, porque la senda no era

104 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 77v.


105 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F°77.
106 Idem.

70
El lienzo de Totocuitlapilco

límite conocido. Así se les hicieron algunas preguntas a los indios, mediante los
interpretes por mandato del señor oidor, “a lo cual respondieron que la dicha sen-
da a la parte de Tlatelulco si es conocida y que aquella senda era su término”.107

Después de que la parte del Marqués no estuvo de acuerdo con el límite seña-
lado, se prosiguió el recorrido ya dispuesto por el real fisco, por lo que los invo-
lucrados en este litigio salieron hacia la parte de Metepec y se detuvieron en un
arco de varas y ramas, lugar en el que encontraron a tres indios que:

Dijeron llamarse Pedro de Santiago, Pedro Jacobo y Pablo de


San Mateo y ser vecinos y naturales del pueblo de Metepeque y
dijeron estos tres indios y otros que con ellos estaban mediante
los dichos interpretes que allí donde esta el dicho arco es la parte
donde dividen términos el dicho pueblo de San Miguel con el de
Metepeque…108

Después de haber señalado el arco como límite con el pueblo de Metepec, se


continuó con la medida de poniente a oriente, para lo cual señalaron como linde
una senda, que fue contradicha por Francisco Pérez de Vargas: “la senda…no
es mojonera sino que esta senda sólo servía para dividir las sementeras de los
indios y que allí no hay términos conocidos”.109

Además, la defensa del Marqués no aceptó los límites señalados por los natu-
rales. Ahora mostró una nueva defensa a favor del marquesado que, de algún
modo ya era conocida: consistía en hacer comprobar a los naturales lo que de-
cían por medio de la memoria, es decir, con un documento escrito en “tiempos
inmemoriales” que respaldara lo que ellos acotaban en cada una de las medi-
das. Por tal motivo, la parte del Marqués señaló que lo que los indios decían
sólo… es bocalmente… y que para ver y averiguar la verdad hará las diligencias
que convengan por lo que se suspenden las diligencias para proseguir en ello el
día 16 se septiembre de 1603”.110

107 Idem.
108 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 78v.
109 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 79.
110 Idem.

71
Dolores Contreras Chávez

3.9 Primera resolución dictada por el real fisco, dada “a la vista de ojos”

Ante esta situación, la Corona emite su primera sentencia, para lo cual hace
saber al oidor que debe notificar a:

Miguel Sebastián y Francisco García, indios pintores…a lo que


hoy han visto de los pueblos de San Bartolomé y San Miguel
lo pongan en la pintura todo sin que falte cosa alguna cierto y
verdadero y estando presente mediante los dichos interpretes
se les notificó…111

3.10 Argumentos del Marqués en contra de la primera resolución del real


fisco

Con la sentencia dictada a favor de los indios, por parte del real fisco, la parte del
Marqués seguía en su pleito en contra de los demás pueblos del Valle de Toluca.
No obstante, alegaba que los indios de Tlatelulco se encontraban inquietos y
trataban de ser parte en unas medidas que no les correspondían, situación que
le causaba mucho daño a la parte del Marqués, “ya que…sin ser partes y haber
sido llamados para testigos señalaron por linderos una veredita muy angosta
que va a la aldea de San Felipe sujeto de Metepec, la cual esta casi cubierta de
zacate y hierba que solamente ha servido de vereda para los indios que van al
dicho sujeto de San Felipe y esto de pocos años a esta parte”.112

Visto lo anterior, la parte del Marqués pide que la dicha vereda no se tome como
lindero, además de argumentar que los indios estaban señalando sus límites y
mojoneras a su favor, ya que los límites señalados desde tiempos anteriores
a este conflicto pertenecían al licenciado Altamirano, pariente de dicho Mar-
qués y estos a su vez fueron sujetos de Toluca; asimismo, la parte del Marqués
decía que:

111 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 79v.


112 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 81.

72
El lienzo de Totocuitlapilco

Ciertos indios del dicho sujeto de San Miguel Totocuitlapilco se-


ñalaron por términos y linderos la parte y lugar donde pusieron
un arco en medio del camino real diciendo que desde allí partia
términos el dicho sujeto con el pueblo de Metepeque cuyas casas
y milpas confinan con las del dicho sujeto de San Miguel y es
así que de una banda y de otra yendo derecho desde el oriente
hacía el poniente no hay señas de lindero, camino ni vereda y la
tierra que ellos señalan por vereda esta llena de zacate y hierba
muy alta y en algunas partes llegan a juntarse unas milpas con
otras, y caso negado que la parte que señalaron fuese término
distinto esto sería y fue después que el Marques del Valle apar-
to de su dominio y posesión el dicho pueblo de Metepeque el
cual juntamente con Calimaya Tepemajalco y sus sujetos dio en
dote al Licenciado Altamirano y puede y debe vuestra merced
informarse y averiguar lo que refiero. Y como en tiempo de la
infidelidad las tierras de Metepeque, San Miguel, San Bartolomé
y el pueblo de Calimaya que esta al sur una legua de Metepeque
fueron en propiedad mando y jurisdicción del cacique de Toluca
y como por haber sido y ser sujeto de la dicha cabecera…113

Ante esta situación, don Juan de Fonseca, oidor de la Nueva España, decidió
suspender la visita por la necesidad que tenía de informarse acerca de lo que
la parte del Marqués había declarado el día 16 de septiembre de 1603. El día
siguiente, 17 de septiembre, se dispusieron a continuar con la visita:

El señor oidor, el bachiller Diego de Torres Francisco Pérez de


Vargas en nombre de sus partes regidores y alcaldes de la Villa
de Toluca y Juan de Praves y Juan de Yuste, interpretes de esta
Villa; como a las siete horas de la mañana poco más o menos
salio de esta Villa de Toluca para acabar de ver los términos y
tierras que refieren los del pueblo de San Bartolomé Tlatelulco
y San Miguel Totocuitlapilco y, fue siguiendo su camino cami-
nando del pueblo de San Bartolomé por donde hace días que lo
fue a ver habiendo caminado una legua y ver cuatro poco más o
menos según lo que pareció de distancia luego a el paraje de la
senda angosta que habían visto presentes los indios pintores y
que el dicho bachiller Diego de Torres, en nombre del real fisco
y se mando Jerónimo y Marco Juárez, alcalde del dicho pueblo

113 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 83.

73
Dolores Contreras Chávez

de San Bartolomé, mediante los interpretes dijeron que aque-


lla senda donde parten términos las tierras de su pueblo San
Bartolomé con los demás pueblos de Tlacotepeque, San Juan
y Metepeque y que la dicha senda viene del dicho pueblo de
Tlacotepeque a la Magdalena y Metepeque…114

Cuando se realiza la medición de San Bartolomé al río grande, Francisco Pérez


de Vargas reconoce este lindero porque las tierras del marqués corrían por el
dicho río grande hacia la Villa de Toluca, por lo que argumentaba que los de
Totocuitlapilco y Tlatelulco pertenecían al Marqués y no a la Corona; aunque la
respuesta por parte de la Corona no se hizo esperar y en voz del bachiller Diego
de Torres declaró que las tierras no eran del marquesado, sino de la Corona y
que Totocuitlapilco:

…Linda por la dicha parte del oriente con el río grande, por la
parte del norte con tierras de Metepeque y por la del poniente
con las tierras de San Bartolomé, Tlacotepec y por el sur con
las tierras de Santa María Nativitas sujeto de Calimaya y mandó
al dicho señor oidor que se les notifique a los dichos Miguel
Sebastián y Francisco García, Indios pintores que andan con su
merced que lo miren bien todo y lo pongan en la pintura de la
manera que esta y mediante los interpretes se les notificó y
dijeron que lo aran así y con esto el señor oidor se volvió para la
dicha Villa de Toluca a todo lo cual se hallan presentes las dichas
partes y el dicho gobernador alcalde y regidores de la dicha Villa
de Toluca y los alcaldes del pueblo de San Bartolomé Tlatelulco
y San Miguel y fueron testigos Juan de Peraleda, Gonzalo de
Hermosillo y Juan de Vitoria..115

Como se ha visto en las líneas anteriores la resolución de la Corona fue a favor


de los indios de Totocuitlapilco y Tlatelulco, y se ordenó que se realizara la pintu-
ra de esta visita. Ante esta situación, Francisco Pérez de Vargas, en nombre del
Marqués del Valle, dijo que respecto al conflicto entre el real fisco y los sujetos
y aldeas de la Villa de Toluca que: “los indios andan rebelados y por ser vecinos

114 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 85.


115 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/Fs 88-88v.

74
El lienzo de Totocuitlapilco

y amigos y están inducidos por los de San Mateo Atenco… por lo que se pide a
los de San Mateo Atenco no anden alborotando a los de Totocuitlapilco y Tlate-
lulco…”.116 Bajo pena de ser castigados si siguen participando en visitas que no
les corresponden, también pide que “…los naturales y los de San Mateo Atenco
no digan en esta causa sus dichos pues hay otros circunvecinos y sin sospecha
y pido justicia para ello…”117

Los indios, además de saber llevar a buen fin el litigio por el problema de tie-
rras, también fueron favorecidos por los del pueblo de San Mateo Atenco, por
ello fue recurrente encontrar a gente ajena dentro de comunidades que no les
correspondían.

El único fin consistía en apoyar a los sujetos que se les hacía la visita y “vista de
ojos”. Un ejemplo claro es cuando se encontró a un:

Indio llamado Pablo, alcalde de Tocuitlapilco, y otros de que me


protesto querellar no contentos con haberse mostrado partes en
la visita del dicho sujeto de San Bartolomé y haberse encontrado
con el gobernador y alcaldes de esta Villa a quien deben obede-
cer como sus superiores, ayer miércoles andaban persuadiendo
a los de Santa Ana y a los de San Pablo y otros indios de otras
aldeas, que se sustrajesen de esta cabecera y que dijesen te-
nían linderos, de por si que ellos los ayudarían y por su persua-
sión andan inquietos por lo cual pido y suplico que los indios de
Totocuitlapilco y Tlatelulco… se devuelvan a sus casas y se les
notifique so graves penas no se hallen presentes en las demás
visitas…118

Aunque también es muy probable que alguien cercano a la Corona los instruyera
para saber cómo dirigirse en este pleito; así, sustraían a la gente de las comu-
nidades para llevarlas a la parte del conflicto y ya ahí reconocían los límites
que el común de la gente señalaba. ¿Qué beneficio obtendría la gente que fue
sustraída de sus comunidades? La manera en que se pudo pagar a esta gente

116 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 89.


117 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 89.
118 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 90.

75
Dolores Contreras Chávez

fue regresándoles el favor, ya que era común en estas fechas de recomposición


encontrar gente de otras comunidades inmersas en los conflictos a pesar de no
compartir ningún límite.

Francisco Pérez de Vargas, conocedor de esta situación, optó por determinar la


manera de que ninguna persona ajena al conflicto entre los pueblos del Valle de
Toluca y el Marqués estuviera induciendo a gente de otras comunidades a ser
partícipe del pleito. No obstante, esta situación, todavía se encontraba a indios
que no eran parte del conflicto incursionando en otros lugares del Valle de Toluca
con el fin de apoyar a la hora de señalar sus límites territoriales.

Debido a esta situación, se difundió un pregón en el cual se notificaron las penas


a que se debían atener los indios que anduvieran amedrentando y alborotando
a la gente en contra del Marqués del Valle, por lo que se dijo:

Que ningún español ni indio sea osado inducir testigos para esta
causa en ninguna manera ni hablar ni amedrentar los que por
su merced llamare para esta visita ni anden inquietándose los
unos ni otros so pena de pagar cien pesos y diez días de cárcel
y al indio de cien azotes.119

3.11 Confirmación de la resolución emitida por parte del real fisco

Ante la resolución del real fisco Francisco Pérez de Vargas, defensor del Mar-
qués, decidió dar una última batalla en contra de la Corona al alegar nuevamente
que los límites expuestos por los naturales de Tlatelulco y Totocuitlapilco no eran
ciertos:

Que en la vista que vuestra merced hizo de San Miguel


Totocuitlapilco y San Bartolomé Tlatelulco por la parte del po-
niente señalaron ciertos indios por linderos una guarda raya y
por la parte del sur una senda que dijeron dividía las tierras con

119 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 133-133v.

76
El lienzo de Totocuitlapilco

las de Calimaya y yo contradije los dichos linderos… y digo que la


guarda raya por la parte del poniente es lindero de Tlacotepeque
y no con San Bartolomé por ser sujeto de esta cabecera sino con
Toluca con quien parte términos el dicho pueblo de Tlacotepeque
y no con sus aldeas…120

La pretensión de las partes del Marqués era que se reconociera a Totocuitlapilco


y a Tlatelulco como parte de éste, por estar situados en los límites y colindantes
de los pueblos que fueron del Marqués, a lo cual la parte del real fisco dijo:

Que lo que se pretende contra el real fisco no hay lugar ni se debe


admitir porque lo que por su parte se alega es fuera de tiempo
y porque como esta bastantemente probado el primer Marques
del Valle despojó al real fisco de las tierras donde se poblaron
los pueblos sobre que ahora se litiga, cuyos términos son los
advertidos en mi petición en el tiempo del rey Axáyacatl repar-
tió las tierras que la parte del dicho Marques tiene confesado
no había pueblo de Toluca, y el cacique que la parte contradice
hubo en el, fue después de repartida la tierra a los de Tlatelulco,
Tetzcoco, Tacuba, Atzcapotzalco a Ahuizotzin y Axáyacatl para si,
y el dicho llamado cacique de Toluca era mayordomo calpisque
de Axáyacatl y Moctezuma su hijo, y en lo que toca al pueblo de
Calimaya la parte contraria confiesa …que el primer Marques
del Valle lo dio en dote al Licenciado Altamirano y que lo aparto
de si y de su jurisdicción, y por lo que toca al dicho del real fisco
aceptó dicho apartamiento de sus límites y que el dicho pueblo
no es de la jurisdicción del dicho Marques por habersela dado
en dote al dicho Licenciado Altamirano…121

Por lo anterior, se sostiene que tanto los de Tlatelulco como los de Totocuitlapil-
co no le debían obediencia al señor de Toluca, porque no había gente a quien
gobernar, y no es sino hasta que se trae gente de la cuenca para poblar esta
zona cuando hay habitantes que, de algún modo, sólo deberán obediencia a la
gente de la cuenca, en específico a los del señorío de Tlatelulco, asimismo en lo
referente al pueblo de Calimaya el real fisco:

120 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 135.


121 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F°138-138v.

77
Dolores Contreras Chávez

Aceptó el dicho apartamiento y desistimiento y que el dicho pue-


blo no es de la jurisdicción del dicho Marques y por habérsele
dado en dote al licenciado Altamirano no atribuye a la parte con-
traria derecho alguno.122

Por último, debido a esta controversia se presenta un auto para suspender esta
comisión el “2 de octubre de 1603 años porque conviene hacer autos de esta e
ir a la ciudad de México”. Esta medida se hizo con la finalidad de ganar tiempo
y ver la manera de dar vuelta a esta resolución; aunque es muy presumible que
poco se pudo hacer, ya que no hay más datos que den pie a pensar en que las
partes del Marques hallan tenido otra oportunidad de defender lo que ya habían
perdido, esto sólo para el caso de Tlatelulco y Totocuitlapilco.123

Lo que importa es ver cómo el marquesado quería a toda costa evitar que
Totocuitlapilco, Tlatelulco y Atenco participaran en las medidas de los demás
pueblos que se refieren en esta “vista de ojos” de 1603.

En conclusión, el contenido de este lienzo da cuenta de cómo una pequeña


parcialidad, en este caso la de Totocuitlapilco, utilizó los argumentos necesarios
para defenderse del embate de la propiedad española que para la segunda mi-
tad del siglo XVI había aumentado, así como las estancias de ganado mayor y
menor. Esta situación ayudaba más al deterioro de la tenencia de la tierra por
parte de los nativos.

Cabe resaltar que todo esto no se hubiera logrado sin la participación del indio
Lucas de San Miguel, nativo de la parcialidad en cuestión, ya que se le encuen-
tra en otros lugares en conflicto, además de hacer peticiones a favor de su

122 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/Legajo277/F° 138v.


123 A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/Legajo277/F° 139.

78
El lienzo de Totocuitlapilco

estancia y de otros pueblos de Toluca124 en este mismo período. Es posible que


este personaje, al ver cómo se llevaba el proceso en el pleito de tierras, utilizara
todos los argumentos que permitía la Corona para lograr que la resolución o
sentencia se diera a su favor.

También puede ser que detrás de él hubiera otras personas interesadas en fre-
nar el poder económico y político que tenía el Marqués del Valle en la zona de
Matlatzinco. No es casualidad que se pidiera una “vista de ojos”, elemento utili-
zado para poner en orden los conflictos que existían entre el Marqués y los pue-
blos del Valle de Toluca, o entre ellos mismos; aunque el objetivo de la petición
de la vista era que la Corona se diera cuenta de la riqueza del Valle y, de este
modo, lograr que se le pusiera más atención a la zona. Cabe agregar que los del
Valle de Toluca buscaron ser representados por la Corona y no por el Marqués.

124 Véase A.G.N./ Hospital de Jesús/ leg. 277/ Fs.3, 3v. En estas fojas
hace el conocimiento al Virrey de las mercedes que se quieren otorgar
en tierras que no le corresponden al Marqués; 130v, en esta foja se cita
al Marqués y a otros funcionarios de las diversas comunidades de Toluca
para que continúe con la visita de las comunidades que seguían, por lo
que se supone que estos funcionarios participaron en la mayoría del re-
corrido realizado en los pueblos que estaban en disputa con el Marqués.
Fº 154, vista del pueblo de Santiago Mitepec. Asimismo lo hace ver Ma.
Teresa Jarquín, Op. cit., 1990, p. 178- 182.

79
4. TERRITORIALIDAD Y CONFLICTOS CON EL
MARQUESADO SIGLO XVII, VISTOS A TRAVÉS
DE UN LIENZO
El lienzo de Totocuitlapilco

Se ha visto que durante la época anterior a la conquista española los naturales


acostumbraban resguardar sus acontecimientos más sobresalientes en registros
o anales. Éstos eran elaborados por los tlacuilos, quienes llevaban la cuenta de
los sucesos por medio de figuras o caracteres que hacían las veces de escritura.

La descripción anterior no corresponde fielmente a la versión del lienzo de


Totocuitlapilco, ya que no procede de ese momento, por lo que en su contenido
puede encontrarse una representación de estilo europeo en sus construcciones
y elementos geográficos.

No obstante que se trata de un documento elaborado durante la época colonial,


cuenta con algunos elementos prehispánicos como el tipo de ropa de los per-
sonajes (tilmas), glifos, aposentos de señores principales y tecpan (casas seño-
riales). Gracias a la supervivencia de estas representaciones, pueden tenerse
evidencias que sirven para la recuperación del pasado, así como de algunas
manifestaciones culturales anteriores a la incursión española.

En general, el contenido del lienzo de Totocuitlapilco muestra los límites territo-


riales que tenía al momento de realizarse la “vista de ojos” de 1603, año en el
que hubo muchos conflictos entre la Corona y el marquesado. El resultado del
pleito es la confección del lienzo que aquí se estudia.

4.1 Naturaleza, contenido y destino del lienzo de Totocuitlapilco

El documento tratado se ubica en la categoría de los códices de tipo mixto, de-


bido a que su composición contiene tanto caracteres latinos como glifos de tra-
dición indígena. La fecha de su elaboración, se presume, es 1603, en ocasión
de la “vista de ojos” realizada por las partes del real fisco y del marquesado en
el Valle de Toluca, lo que implicó una recomposición territorial en la que estaba
involucrado el marquesado con varios pueblos del Valle.

En la segunda mitad del siglo XVI, los españoles fijaron su atención en este
Valle, por lo que se solicitaron innumerables mercedes de tierra para caballerías,
estancias de ganado mayor y menor, debido a que la zona contaba con tierras
muy fértiles para la agricultura, la ganadería, el pastoreo y el aprovechamiento
de los productos lacustres.

83
Dolores Contreras Chávez

Ante el avance de la propiedad española, los nativos vieron cada vez más redu-
cido su espacio vital, ya que, para la segunda mitad del siglo XVI “en el Valle de
Toluca, que comienza a seis o siete leguas de México, hay muchas estancias de
ganado mayor y menor”,125 situación que benefició a los primeros encomenderos
de la zona. Debido a la situación anterior se desataron grandes conflictos entre
los pueblos del Valle de Matlatzinco y el Marqués del Valle.

El contenido de este lienzo da cuenta de un pleito entre el pueblo de San Miguel


Totocuitlapilco en contra del Marqués del Valle. Comenzó cuando el Marqués del
Valle quiso tomar posesión de las tierras ubicadas en algunos de los pueblos
que no le correspondían, como Totocuitlapilco, en específico cuando Cristóbal
de la Cerda pidió en merced una caballería de tierra en términos del pueblo de
Totocuitlapilco. Ante este suceso, los naturales del lugar alegaron no aceptar
que se diera esa merced, porque el usufructo de estas tierras era ocupado para
la paga de tributo, además estas tierras eran de realengo y no del marquesado.
Según lo anterior, las fundaciones nahuas en el Valle de Toluca se fortalecieron
junto con la colonización española ante el inminente desplazamiento de la
población matlatzinca.126

A reserva de la hipótesis anterior, se considera pertinente decir que la parte


pictográfica del lienzo constituye una síntesis del recorrido realizado en la “vista
de ojos” de 1603. Por este acontecimiento puede recrearse cómo se hacía el
proceso legal por la posesión de tierras a finales del siglo XVI y cómo los indios
sabían utilizar los recursos propios de este conflicto para lograr una resolución
favorable. A pesar de que el corpus de documentos es muy amplio, no registra
puntualmente la resolución final del pleito, ya que en casos similares se emitía

125 Motolinia. Op. cit., 1970, p. 340.


126 Este caso puede verse claramente en el códice de Tlacotepec, en
el cual un personaje de descendencia nahua le gana un litigio de tierras
a un indio matlatzinca. La diferencia fue que el nahua estuvo apoyado
por el consejo de indios, el cual era de origen nahua, además de que
supo utilizar los recursos para llevar a su favor el litigio. Veasé CÓDI-
CE DE SANTIAGO Tlacotepec (municipio de Toluca, Estado de México),
estudios de Ethelia Ruiz Medrano y Xavier Noguez, México, El Colegio
Mexiquense-Instituto Mexiquense de Cultura, 2004.

84
El lienzo de Totocuitlapilco

una sentencia definitiva; no obstante en el conflicto estudiado, no se encontró


ésta, por lo que debe suponerse que dicha resolución está en otra parte de los
ricos acervos coloniales.

Es preciso añadir que los documentos utilizados en un proceso legal de tierras


se hacían acompañar de la pintura y del libro o explicación del trasunto que
muchas veces se escribía en náhuatl o en español; en lo que respecta al lienzo
de Totocuitlapilco, sólo se cuenta con el mapa, ya que el libro que contiene el
trasunto se perdió.

85
SEGUNDA PARTE
5. ESTUDIO ICONOGRÁFICO
Lienzo de Totocuitlapilco, 1603

Fuente: Rectoría de la Parroquia de San Miguel Arcángel, San Miguel Totocuitlapilco, Metepec, México.
Dolores Contreras Chávez

5.1 Descripción del lienzo de Totocuitlapilco

El lienzo de Totocuitlapilco se constituye de una lámina, la cual se encuentra en


la Parroquia de la población de San Miguel Totocuitlapilco. Por la revisión minu-
ciosa del contenido del lienzo, hoy se sabe que ofrece información procedente
de las diferencias entre el Marqués del Valle y los indios de Totocuitlapilco, afec-
tados por el despojo de tierra localizada en términos de esta parcialidad. Asimis-
mo, se ven los diferentes lugares con los que colindaba. Además de mostrar un
conflicto de tierras también se puede apreciar cómo la parcialidad fue creciendo
en población, por lo que se tuvo la necesidad de nombrar autoridades, es decir,
un cabildo de indios. Para la segunda mitad del siglo XVI se había consolidado
ya un buen número de cabildos indios en la antigua región de Matlatzinco que,
se presume, se instalaron sobre el orden del antiguo altepeme de tradición nahua
y otomiana, sólo que entonces fueron representados a la manera occidental. De
algún modo, los cabildos indios nacieron con el propósito de defender y repre-
sentar las causas de sus dependencias, como el caso de Totocuitlapilco.

Para el análisis de este apartado, se hicieron fichas de glifos, personajes, cons-


trucciones civiles y religiosas, así como de elementos naturales para ver cómo
podían leerse o descifrarse. Para este caso las imágenes tenían el texto conte-
nido en sí mismas; esto se le identificó gracias a que se unieron los elementos
mínimos de la imagen con los elementos mínimos de la lengua. Proceder de esta
manera ayudó a realizar una lectura lo más cercana al contenido del lienzo.

90
El lienzo de Totocuitlapilco

A continuación se ofrece una descripción del lienzo


de Totocuitlapilco. Es necesario decir que la lámina
se ha dividido en siete zonas, denominadas A, B, A
C, D, E, F y G, respectivamente, con el objetivo de
realizar un análisis detallado de los elementos o
1
glifos que conforman las zonas y el mapa.

A este fragmento del lienzo lo hemos denominado


como zona A: en su parte superior se localiza el
primer elemento (01), una iglesia y detrás de ella
un camino representado con icximachiotl,127 pies
y por su glosa se sabe que se trata del pueblo de 2
Calimaya. Debajo de ésta, se ve otra iglesia (02),
representada con más discreción y por su glosa 3
se puede decir que se trata del pueblo de San
Andrés (Ocotlán). Al lado de ésta, hay un camino
con pies (03). Enseguida, se localiza la iglesia de
(San Miguel) Chapultepec (04). Debajo de ésta
4
se visualiza una cerca (05) que resguarda toros.
Detrás de la cerca hay dos bueyes a los cuales se
identifican como elementos (06) y (07). Estos tres
últimos elementos representan la estancia de 5
ganado mayor de Juan Altamirano, quien fuera 7
encomendero de Calimaya. La imagen (08) es un
puente; un altepetl es el (09), del cual nace un
6 8
ojo de agua que al parecer da origen al río Chig-
nahuapan. Luego se encuentra un tecpan (11) o
casa señorial, y en la parte inferior izquierda hay 9 10 13
11
una pequeña iglesia (12), al igual que el elemento
(13) ubicado a un lado del camino que tiene un
puente. 12

127 Icximachiotl: golpe, huella, marca, señal, vestigio del pie. Véase
Rémi Simeón. Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, Siglo XXI,
2006, p. 175.

91
Dolores Contreras Chávez

La zona B tiene como primera imagen una


iglesia (01) representada de manera sencilla.
Por su glosa se sabe que se trata del pueblo de B
(Santa María) Nativitas y enfrente de ella hay un
camino con pies (02). Debajo de éste hay una
1
iglesia (03) que en su glosa dice Mexicaltzingo
(San Mateo) y en la parte superior de ella, un
camino (04). Al seguir con la lectura se encuen-
tra un altepetl, en cuya parte superior tiene un
chapulín, como indicador de su topónimo (05); 2
asimismo se ve un camino con pies (06). Al
lado derecho de este cerro hay una cerca (07).
Luego encontramos una parcela de tierra (08).
También hay otra parcela debajo del cerro, en 4
la parte central de la cual nace un ojo de agua 3
(09). Se localizan dos bueyes a los cuales se
identifican como el elemento (10). El (11) es
un brazo del río Chignahuapan. Para finalizar
con la lectura de esta zona, se ve a un perso-
6
naje que sostiene entre sus manos una vara: al
parecer se trata de un gañán, que trata de tener
a distancia a un buey (12). 5
9 7
8
10

11

12

92
El lienzo de Totocuitlapilco

La zona C se constituye de una iglesia que, por su


glosa, se sabe que comprende a Tlatelulco (San
Bartolomé) (01). Debajo de ésta se entrelazan dos C
caminos (02) para formar sólo uno. El elemento
(03) es un montículo, en cuya parte superior tie-
ne una iglesia de pequeña dimensión acompa-
ñada de la siguiente fecha 1573. La iglesia de 1
Totocuitlapilco (San Miguel) es el elemento (04).
Detrás de esta iglesia hay un camino (05). Si se
sigue la lectura de izquierda a derecha, se halla
una cruz con la fecha 1549? (06). Hay un perso-
naje (07) sentado en un tepotzoicpali, el cual tiene
en su cabeza un antropónimo que parece un perro 2
y detrás del aposento nace un ojo de agua: según 6
su glosa es Lucas de San Miguel, personaje funda-
mental para que la parcialidad lograra mantenerse 3 5
libre de intromisión española. De igual manera, se 4 8
representa otro personaje sentado (08) en un
tepotzoicpali, el cual tiene en su cabeza un antro-
pónimo con la cabeza de una serpiente y debajo 7 9
del aposento nace un ojo de agua. Una pequeña
iglesia que como glosa tiene fecha 1619?; es el ele-
mento (09). El siguiente elemento, el (10), es una 10
iglesia que pertenece al pueblo de San Sebastián
y el (11) es un cauce del río Chignahuapan.

11

93
Dolores Contreras Chávez

La zona D tiene como elemento (01)


una iglesia, en cuya base hay una glo-
sa ilegible. El Tecpan es el (02) o casa D
señorial. Si se continúa con la lectura
de izquierda a derecha se ve un alte-
petl (03), con magueyes y en la par- 1
te superior una iglesia, el (04), es un
camino que pasa en medio del cerro
y la parroquia de Metepec (05), que
en sus primeros años resguardó un 2
convento franciscano, bajo la advoca-
ción de San Juan Bautista. Debajo de 3
estas imágenes se ubica la iglesia de
Atenco (06) (San Mateo) y, por último, 4 5
el elemento (07) es un brazo del río
Chignahuapan.

94
El lienzo de Totocuitlapilco

La zona E tiene como primer elemento (01) a un


personaje sentado en un tepotzoicpali, con un
antropónimo que no se distingue en la parte su- E
perior de su cabeza. La iglesia de Toluca es el (02);
ésta tiene en la parte inferior izquierda un cami-
no (03). La iglesia de Santa Ana (Tlapaltitlán) es el
(04) y el (05) es extenso camino que va de Toluca a 1 2
México. A un lado del camino se mira la iglesia de 3
San Jerónimo (Chicahualco) (06) y la de San Felipe
(Tlalmimilolpan) el (07). Dos representaciones de
bueyes son el (08) y el camino o zanja (09) divide
4
un lugar donde se ve a los animales. El siguien-
te elemento (10) es, al parecer, la parcela de un 5
Tecpan, en cuya parte izquierda nace un ojo de
agua. Otro buey es el (11). El (12) es un puente 7
que atraviesa el río Chignaguapan (13) y una ca-
pilla que no cuenta con ninguna glosa es el último 6
elemento (14). 9

10

11
12 13
14

95
Dolores Contreras Chávez

La zona F en una lectura de izquierda a derecha, tiene como primer elemento


(01) un altepetl con vegetación. Al lado derecho de éste se ve otro cerro (02),
probablemente se trate del cerro de Tlacotepec. Casi junto de él está el elemento
(03) correspondiente a la iglesia de Tlacotepec (Santiago). Después de dejar un
espacio libre, el pintor dibujó una iglesia (04) que no se sabe a qué pueblo o
parcialidad perteneció, ya que no es legible su glosa y, por último, el elemento (05)
es un altepetl que tiene en su parte superior una corona y en el centro un nopal.
Es muy probable que la corona que aparece en la parte superior de la cabeza se
refiera a que los habitantes de la zona le debían sujeción a la Corona y no al Mar-
qués, y el nopal signifique que esa parte estuvo poblada con gente de la cuenca
de México, hecho común después de que los mexicas conquistaron el Valle de
Toluca. Al parecer, este cerro es al que se le conoce hasta hoy día como Toloche128
que da nombre a Toluca, lugar al que llegaron los primeros padres encargados de
evangelizar la zona de Matlatzinco.

1 2
F 3 4
5

128 Véase Romero Quiroz, Javier, La ciudad de Toluca, capital del estado
de México, 1980, p. 91. Este cerro se ubica en la parte norte de la ciudad
de Toluca. En la cima de éste se hallaba el teocalli, casa del dios Tolotzin,
y como las casas del pueblo prehispánico se hallaban cerca del cerro
o a su alrededor; este topónimo, Tolotepetl o Tulutepetl, sirvió para re-
presentar en escritura jeroglífica el nombre de la ciudad, correctamente
Tolocan, que significa “Lugar donde está el dios Tolotzin”.

96
El lienzo de Totocuitlapilco

La zona G se invirtió 180 grados siguiendo el sentido de las manecillas del reloj
para ser apreciada de mejor manera; de este modo se ve que cuenta con una
tepetla (01) o serranía que va de derecha a izquierda del lienzo. Y en la parte
central de esta serranía se localizan los elementos (02) y (03), sucesivamente, un
altepetl y una iglesia que por lo deteriorado del lienzo se perdió su parte superior,
además de no contar con glosa. Luego se ve el elemento (04), un tecpan, y delante
de éste se representa a un personaje (05) que, al parecer, está haciendo reveren-
cia al elemento (06): se trata de un personaje sentado en una silla occidental que
porta sombrero y ropa de estilo europeo. Cabe hacer mención que, como en la foto
no se distinguen los personajes antes descritos, fue necesario darle un tratamiento
a la imagen para rescatar los trazos originales; por tal motivo, estas imágenes se
mostrarán de manera independiente. Por último, se ve un nopal, elemento (07)
que en su glosa dice México.

3 2
G 1

4
6

97
Dolores Contreras Chávez

5.2 Análisis y codificación de las pinturas del lienzo de Totocuitlapilco

El contenido del lienzo se puede organizar mediante un criterio temático, en tanto


que a lo largo de éste se detecta una serie de elementos recurrentes que a conti-
nuación se enlistan y describen con el siguiente orden:

1. Construcciones (religiosas)
2. Construcciones civiles (tecpans, puentes y cercas)
3. Altepemes y tepetla
4. Personajes
5. Animales
6. Vegetación
7. Ríos
8. Ojos de agua
9. Caminos
10. Antropónimos
11. Topónimos

98
El lienzo de Totocuitlapilco

1.- Construcciones religiosas

Convento de Calimaya 01 Iglesia de San Andrés 02 Iglesia de Chapultepec 03

Iglesia sin glosa 04 Iglesia sin glosa 05

Las tres primeras se ubican en la zona A y corresponden al convento de Calimaya


(01), el cual estuvo en manos de padres franciscanos y bajo la advocación de San
Pablo y San Pedro Apóstol. La iglesia de San Andrés es la imagen (02) y la iglesia
de (San Miguel) Chapultepec el (03) y las (04) y (05) son dos iglesias que no cuen-
tan con glosa.

Iglesia de Nativitas 06 Iglesia de Mexicalzingo 07

Las imágenes (06) y (07) corresponden a la iglesia de (Santa María) Nativitas y la


iglesia de (San Mateo) Mexicalzingo ubicadas en la zona B.

99
Dolores Contreras Chávez

Iglesia de San Bartolomé 08 Capilla sin glosa 09 Iglesia de Totocuitlapilco 10

Capilla sin glosa 11 Iglesia de San Sebastián 12

Las iglesias localizadas en la zona C corresponden a la de San Bartolomé


(Taltelulco) (08), una capilla sin glosa la (09); la iglesia de San Miguel Totocuitlapilco
es la (10); la (11) es otra capilla sin glosa y la (12) es la iglesia de San Sebastián.

Convento de Metepec (13) Convento de Atenco (14)

El convento de Metepec (13), administrado por frailes franciscanos, estuvo y está


bajo la advocación de San Juan Bautista, aunque hoy se le conoce como Parroquia
de San Juan Bautista y Santa María de Guadalupe; se encuentra en la zona D al
igual que el convento de San Mateo Atenco (14).

100
El lienzo de Totocuitlapilco

Convento de Toluca (15) Iglesia de Santa Ana (16) Iglesia de San Felipe (17)

Iglesia de San Jerónimo (18) Capilla sin glosa (19)

La zona E tiene al convento franciscano de Toluca como construcción religiosa


(15), dedicada a San José; la iglesia de Santa Ana Tlapaltitlán es la (16); la iglesia
de San Felipe Tlalmimilolpan es la (17) y la de San Jerónimo Chicahualco, la (18);
por último, la (19) es una capilla que no tiene glosa.

Iglesia de Tlacotepec (20) Iglesia con glosa no legible (21)

La imagen (20) corresponde a la iglesia de Santiago Tlacotepec y una iglesia cuya


glosa es no legible por lo maltratado del lienzo, la (21).

101
Dolores Contreras Chávez

Iglesia sin glosa (22)

Por último, se halla en la zona G una Iglesia que no tiene glosa y, por lo deteriorado
del lienzo, se perdió su parte superior; a esta construcción se identifica como la
número (22),

2. Construcciones civiles (tecpan, cercas y puentes)

Tecpan 01 Tecpan 02

Las construcciones civiles aquí mostradas se encuentran representadas por me-


dio de tecpan o casas señoriales, pintadas a la manera tradicional antigua: el (01)
se ubica en la zona A y el (02) en la zona D.

Cerca 03

La cerca (03) se representó como si fuera una vía de tren. La aparición de ésta
ocurre después de mediados del siglo XVI, debido a que hubo un rápido desarrollo
de las estancias de ganado mayor y menor, mediante ellas se tuvo un mejor con-
trol de los animales sueltos

102
El lienzo de Totocuitlapilco

Ni hay que tratar de la albarrada que se hizo en México, y la


cerca de gran parte del Valle de Toluca, siendo para guarda de
los ganados de los españoles, de que reciben en sus semente-
ras inestimables daños; y la albarrada según redijeron algunos
españoles, fue sin efecto alguno. Convocóse toda la tierra y vi-
nieron de treinta y cuarenta leguas hizoze a costa de los indios.
Aunque ninguna cosa les importaba, ya que fuera de provecho; y
siempre es así, que no basta que pongan su trabajo y su comida,
todo sin paga, sino que también traen y pagan todos los mate-
riales de su casa para estas obras públicas y otras semejantes;
y fue gasto inestimable de gente como de su pobre y miserable
hacienda. Ponían y compraban la tierra, la piedra y las estacas
de madera que el trabajo y la costa y las vigas ponían; sin ser-
les a ellos la obra necesaria: y aprecian lo que esto se gasto
trescientos mil ducados. Dicen que paso de dos millones la gen-
te de peones y albañiles que se ocupó, porque es muy larga la
calzada, y duró la obra cuatro meses o poco menos, y cada día
nadaba grandísima cantidad de gente. Andaban todo el día me-
tidos en el agua y en el lodo y el frío, y el trabajo era demasiado,
sin tener de noche ni de día con qué abrigarse; así volvían a sus
casas al cabo de la semana desconcertados, y enfermaban de
quebrantamiento murió infinita gente.129

La cerca del lienzo se ubica en la zona A y B y ésta perteneció a la hacienda de


Atenco, que desde mediados del siglo XVI estuvo en manos de Juan Gutiérrez
Altamirano, primo del conquistador Hernán Cortés.

Puente 04 Puente 05

129 Zorita. Op. cit., 1963, p. 142-143.

103
Dolores Contreras Chávez

Los puentes fueron representados junto con los caminos: el primero, que es el
(04), puede verse en la zona A y es muy probable que sea el que se halla a un
costado de la hacienda de Atenco y el (05) se ubica en la zona E.

3. Altepeme y tepetla

Altepetl sin glosa 01 Altepetl de Chapultepec 02 Metepec 03

Toluca 04 No tiene glosa 05 Tlacotepec 06

Tepetla, serranía 07

Los altepeme o cerros son representados con algunos trazos similares a la época
anterior a la llegada de los españoles, aunque la tepetla o serranía ya se repre-
senta de manera occidental. El primer altepetl (01) se localiza en la zona A y se
trata de un cerro cuyo topónimo se desconoce.

El siguiente cerro (02) se localiza en la zona B: se trata del cerro de Chapultepec.


Metepec es el (03) y se localiza en la zona D. El (04) se halla en la zona F y tampo-
co cuenta con glosa. El (05) también se ubica en esta misma zona y corresponde

104
El lienzo de Totocuitlapilco

al cerro de Tlacotepec, al igual que el (06), el cerro del Toloche que da el nombre a
Toluca: lo que lo diferencia de los demás es que en la parte superior tiene pintada
una corona. Por último, el (07) se encuentra en la zona G y representa a la serranía
que divide al Valle de Toluca con el de México.

4. Personajes

01 02 03

04 05 06

El personaje (01) se halla en la zona B, al parecer es un gañán o cuidador de


animales, dicho personaje está vestido a la manera occidental. Y lleva una vara
entre sus manos. Los siguientes se localizan (02) y (03) en la zona C; a los dos
los pintaron sentados en tepotzoicpalis y vestidos con una especie de tilma; en
la parte superior de sus cabezas tienen su antropónimo, aunque no se pueden
distinguir, sólo a uno que en su glosa se ve el nombre de Lucas de San Miguel,
ubicado del lado izquierdo; el otro también tiene su glosa, aunque es ilegible por
lo maltratado del lienzo. El (04) es un personaje sentado en un tepotzoicpali y se
ubica en la zona E; asimismo en la parte superior de su cabeza tiene su antropó-
nimo, aunque no se puede distinguir. El 05 es un personaje que se encuentra en
acción de reverencia: se localiza en la zona G, al igual que el (06) que se halla
posado sobre una silla.

105
Dolores Contreras Chávez

5. Animales

01 02 03

04 05

La representación de animales se realizó a la manera peninsular. De este modo,


el elemento (01) se encuentra en la zona A y representa dos bueyes. El (02) se
localiza en la zona B y representa la figura de un buey. El (03) representa a dos
bueyes ubicados en la zona B. Las imágenes (04) y (05) las vemos en la zona E:
representan, respectivamente, a un solo buey.

6. Vegetación

01 02 03

106
El lienzo de Totocuitlapilco

04

La vegetación se representó de manera muy simple. El elemento (01) son mague-


yes característicos del cerro de Metepec, en la zona D. El (02) y (03) se ubica en la
zona F y, al parecer, se trata de árboles; por último, el (04) es una nopalera.

7. Ríos

01

En el lienzo de Totocuitlapilco se represento el río Chignahuapan, que se distingue


como elemento (01), éste es un afluente que irrigaba gran cantidad de tierras,
además de que también era propicio para la explotación de productos lacustres
como peces, patos, ranas, entre otros; éste se localiza en las zonas A, B, C, D y E.

8. Ojos de agua

01 02

107
Dolores Contreras Chávez

El elemento (01) se puede ver en la zona A; al parecer, de este ojo de agua nace
el afluente del río Chignahuapan. En la zona C se ubica el elemento (02), donde
se ven dos ojos de agua, con la particularidad de que nacen debajo de los dos
personajes que están sentados en la misma zona.

9. Caminos

01 02
03

Los caminos fueron pintados a la manera occidental y representan vías utilizadas


por los indios; estaban acompañados en su interior por icximachiotl o huellas de
pies. Estos elementos se pueden observar en los elementos (01), (02) y (03). De-
bido a la diversidad de caminos, se optó por representar sólo algunos.

10. Antropónimos

01 02

Los elementos (01) y (02) se tuvieron que recrear a lápiz, debido a que se pixe-
leaba la imagen original, de modo que el antropónimo (01) se localiza en la zona
C, representa a una especie de perro que el cual tiene las fauces abiertas y esta
sobre la cabeza del personaje 07, el 02 se ubica en la misma zona sólo que en
el personaje 08, y esta representa una cabeza de víbora, con la lengua de fuera.

108
El lienzo de Totocuitlapilco

11. Topónimos

01

Del mismo modo que los anteriores elementos este topónimo (01) se hizo a lápiz
debido a que se pixeleaba la imagen; y este lo localizamos en la zona A ubicado
encima del cerro de Chapultepec por lo que se presume que este es un chapulín,
el cual da el nombre al cerro de Chapultepec.

Como hemos visto el lienzo de Totocutlapilco es una composición dibujada en una


superficie de buena dimensión, de tela de algodón. Su contenido es en medida
mayormente compuesto por información geográfica, contiene gran cantidad de
nombres de lugares, asimismo se representan paisajes de la zona, corrientes de
agua, montañas, plantas, animales, cerros, figuras humanas, entre otros. Algunos
de estos lugares cuentan con topónimos o glosas en español, los cuales están
localizados en una distribución geográfica aparentemente real.

Sin lugar a dudas el lienzo de Totocuitlapilco representa un estudio del contenido


temático, múltiple y variado, que tiene la finalidad de extraer los hechos relevantes
de la mencionada población. No debemos dejar de lado que la producción de este
tipo de documentos es considerable en los siglos XVI y XVII, ya sea para contestar
preguntas que les hacían los funcionarios españoles o para responder en las cor-
tes españolas, con el propósito de defender sus intereses, para efectos de este
caso se hizo con la finalidad de defender la tenencia de la tierra comunal. Situa-
ción que se prestó para demeritar la veracidad del contenido de documentos de
esta estirpe, ya que muchas veces se puso en entredicho la información contenida
en los lienzos o mapas, porque se decía que los indios manejaban el contenido
según les conviniera a sus intereses.

De tal suerte que en este trabajo se realizó un análisis minucioso de cada uno
de los elementos, para tratar de contextualizarlo lo más cercano a la realidad
acaecida.

109
Dolores Contreras Chávez

REFLEXIONES FINALES

El Lienzo de Totocuitlapilco muestra el triunfo de la escritura pictográfica, en los


primeros siglos del dominio; esto puede observarse en elementos que se encuen-
tran en el lienzo, como las representaciones de altepeme y tecpan. Asimismo, es
notorio que esto fue posible, gracias a que se tomo a la escritura nahuatl como un
sistema empleado en la mayor parte del centro de Mesoamérica, lugar que com-
prende el territorio del Valle de Toluca.

En la época prehispánica se contaban con tlacuilos encargados de resguardar


los acontecimientos más importantes en códices, si bien con la irrupción de los
españoles en territorio de los indios, se conservó esta tradición sobre todo en los
primeros siglos. Es tal la relevancia de estos hombres y mujeres que los vemos en
cada uno de los pueblos y estancias, con la finalidad de resguardar los sucesos o
acontecimientos vividos por la población india.

Asimismo es digno de destacar otro elemento que también logró sobrevivir al paso
del tiempo; el reparto de tierras realizado por Axáyacatl como una manera de re-
compensar a los señoríos que lo acompañaron en la empresa de conquista del
Valle de Toluca. El reparto tuvo una participación primordial en el litigio entre los
indios de Totocuitlapilco y el Marqués del Valle, ya que les permitió demostrar su
derecho ancestral a la tierra por haber sido un reparto real, es decir, se logró hacer
ver que las tierras eran de un señor de linaje, por lo que se optó por hacerle valer
sus privilegios.

En particular, para el caso de Totocuitlapilco puede decirse que con la intervención


de la Corona en el conflicto los indios se vieron favorecidos, ya que la pequeña lo-
calidad de Totocuitlapilco obtuvo una resolución a su favor, por parte del real fisco:
jurídicamente venció al Marqués del Valle en la citada “vista de ojos” de 1603 y
logró su independencia política del cacique de Toluca y jurisdiccional del Marqués.
Sin lugar a dudas, la estrategia legal utilizada por los indios de Totocuitlapilco fue
bien llevada, además de la resistencia establecida por los pobladores, quienes se
congregaban en buena cantidad para acompañar en el recorrido y, de este modo,
reconocer los límites que tenían desde tiempos inmemoriales. Estos dos factores
coadyuvaron a que la resolución se emitiera a su favor.

110
El lienzo de Totocuitlapilco

La victoria obtenida por los indios se debe a cuatro factores: en primer lugar, cuan-
do la Corona intervino en este pleito, mediante la asignación de un protector de
indios; el segundo es la participación directa e indirecta de gente externa al con-
flicto, como lo es el caso de los de Atenco, no en balde se dio un mandamiento
para que éstos no participaran en el recorrido ni indujeran a las partes en la que
se llevaba a cabo la vista; el tercero fue que los de Totocuitlapilco demostraron
tener un gobierno local bien administrado, de todos estos elementos los indios
se valieron para defenderse y subsistir de los embates por parte del Marqués y
de españoles particulares; el último fue la atinada participación del indio de
Totocuitlapilco, Lucas de San Miguel, personaje que anduvo en recorridos que no
le correspondían, además de estar inmerso en varios conflictos con el Marqués
del valle. Esto le ayudó a saber qué estrategias debía emplear la localidad para la
mejor defensa de su territorio. La ayuda de Lucas de San Miguel fue tan significa-
tiva que los indios de Totocuitlapilco lo plasmaron en el lienzo como testimonio de
su habilidad para defenderlos en el juicio contra del Marqués.

Como ya es sabido este litigio de tierras se dio bajo el contexto de ajustes y pér-
didas territoriales que sufrió el Marqués del Valle, cuando quiso hacer valer sus
derechos de conquistador, es decir buscó hacer efectiva la sujeción jurídica y te-
rritorial de la mayor parte del Valle de Toluca. Si bien se sabe que los indios de
Totocuitlapilco ganaron una resolución a su favor por parte del real fisco, también
debe hacerse mención especial, como antecedente los secuestros sufridos por el
marquesado en manos de la Corona, así como la mala situación económica del
Marqués y el hecho más relevante que no se le permitiera estar físicamente en
Nueva España para enfrentar el juicio en contra de los indios de Totocuitlapilco.

El hecho de que una pequeña parcialidad como lo era el caso de Totocuitlapilco


venciera jurídicamente al Marqués del Valle, tiene que ver con diversas circuns-
tancias como ya fue referido en párrafos anteriores, sin embargo, es importante
enfatizar una de ellas, era que las tierras donde se asentaban los de Totocuitla-
pilco fueron importantes para el marquesado, porque si conseguía la sujeción de
estas se ampliarían. La estancia de indios se encontraba en medio de las tierras
del Marqués, ya que se ubicaba entre las encomiendas que estaban en manos de
Juan Altamirano en Metepec, Calimaya y Chapultepec.

111
Dolores Contreras Chávez

Asimismo se puede ver que en primera instancia se buscaba frenar el ensancha-


miento territorial del Marqués, para así evitar el nacimiento de un Estado dema-
siado extenso que tuviera su autonomía política, jurisdiccional y territorial de la
Corona. Razón por la cual se presume se vieron favorecidos los de Totocuitlapilco,
pero detrás de este suceso se puede apreciar que también se buscó poner un alto
a Juan Altamirano, no olvidemos que en varias ocasiones este hombre intentó
apropiarse definitivamente de las tierras del Marqués, aprovechando cuando el
marquesado sufrió los secuestros por parte de la Corona. De tal suerte que se tra-
tó de poner de manifiesto que nadie se encontraba por encima de la Corona real,
ni el mismo Marqués del Valle y que los territorios conquistados en Nueva España,
se convirtieron en súbditos del rey, por lo que los señores naturales perdieron sus
privilegios, posesiones y dominios, y que sólo en algunos casos dejó a algunos
señores o caciques naturales con sus privilegios y tierras.

De acuerdo a lo visto en este trabajo, se puede decir que Totocuitlapilco tuvo au-
toridades indígenas que enfrentarón los embates de los españoles y del mismo
marquesado. Después de ganar el litigio de 1603 hubo algunos años de aparente
calma; aunque para el año de 1613 los indios de Totocuitlapilco entablaron un
pleito en contra de Atenco por cuatro caballerías de tierra, pleito en el que Totocuit-
lapilco nuevamente obtuvo una resolución a su favor,130 por lo que se piensa que
el buen orden de su cabildo ayudó nuevamente a salir bien librados de un nuevo
litigio de tierras.

Ahora bien, es sabido que los indios de Totocuitlapilco obtuvieron dos resoluciones
a su favor. Finalmente se enfatiza que, lo que ganaron los indios de Totocuitlapilco
con estas dos resoluciones es que ni españoles, ni indios de otras poblaciones
se entrometieran en sus términos, esto gracias a momentos coyunturales por los
cuales se vieron favorecidos como lo hemos visto en líneas anteriores.

130 A.G.N/ Hospital de Jesús/ Leg. 326/ Exp. 199.

112
El lienzo de Totocuitlapilco

APÉNDICE

TOLUCA
METEPEC

SAN MIGUEL
TOTOCUITLAPILCO

Mapa de ubicación de San Miguel Totocuitlapilco

113
Dolores Contreras Chávez

AÑO FUNCIONARIOS
1576 Pablo San Juan, alguacil de doctrina y Juan de Aguilera, escribano.
1578 Francisco de Santiago, alguacil de las sementeras.
1580 Pedro Nicolás, alguacil.
1582 Sebastián de Santiago, alguacil del pueblo; Gonzalo de San Miguel, alguacil
mayor; Gabriel de San Miguel, Francisco de San Miguel y Pedro de San Miguel,
alguaciles ordinarios; Francisco de Santiago, alguacil de milpas; Diego de San
Pedro, alguacil para las sementeras; Sebastián Santiago, alguacil para la doc-
trina; Pedro de San Miguel y Juan Vizcaino, regidores; Lucas Buenaventura,
tepixque; Pedro de San Miguel, tequitlato; Lucas de San Miguel, escribano y
Pedro Nicolás, mayordomo.
1584 Se nombra alguacil para la doctrina a Juan Vázquez y de alguacil a Juan
Vizcaino.
1585 Se elige a Lucas de San Miguel y a Pedro de San Miguel como alguaciles ma-
yores; Sebastián de Santiago, alcalde; y alcalde del pueblo a Francisco de
Santiago; como regidores a Juan López y Pedro de San Nicolás; alguacil de
agua a Miguel y alguacil de cera a Gabriel de San Miguel; dos tequitlatos,
Pedro Nicolás Sánchez y Pedro Martín, tepixque; Lucas de Santiago y Pedro
Nicolás, escribanos.
1585 Asimismo se nombra a Pedro Martín alcalde; a Lorenzo de San Bartolomé,
alguacil de doctrina; Nicolás de San Francisco, alguacil ordinario; Joaquín de
San Miguel, alguacil de agua; Miguel Rafael, alguacil de tlachai; Lucas de
Buenaventura, juez de sementeras y Pedro de Santiago, mayordomo.
1586 Se elige un alcalde, Francisco de Santiago; dos regidores, Juan de San
Bartolomé y Pedro Nicolás, y un tequitlato, Nicolás Sánchez.
1602 Se nombra alcalde del pueblo a Lucas de Santiago; alguacil, a Miguel de San
Pedro; tres alguaciles ordinarios: Pablo Hernández, Joaquín Martín, Gregorio
de San Juan; Bernardo de San Francisco, alguacil de sementeras, y alguacil de
cerca, Felipe de San Juan; Miguel Sánchez, mayordomo; Francisco … escribano;
Buenaventura de San Juan, corregidor; y Miguel de Santiago, tequitlato.
1603 Se nombra alcalde del pueblo a Pedro de San Miguel; cinco alguaciles: Mateo
Jacobo, Antonio Hernández, Luis de San Pedro, Pablo Hernández y Diego de
San Pedro; Juan de San Juan, alguacil ordinario; Gabriel Nicolás, alguacil de
agua; Clemente Bernabé, alguacil de cerca; Marcos de San Francisco, alguacil
de la milpa; Andrés de Santiago, alguacil de la iglesia; Miguel Rafael regidor;
Miguel José, mayordomo; Rafael Nicolás, escribano; Miguel de la Cruz y Juan
Martín, tequitlatos; y Andrés Merida, fiscal.

Fuente: A.G.N. Ramo Hospital de Jesús, legajo 277, cuaderno 1 f. 23-26, f. 1080-1083.

114
Plano de la región motivo de estudio

A.G.N./Hospital de Jesús/Legajo277/Exp. 2/s/f.


Dolores Contreras Chávez

PRIMERA RESOLUCIÓN EMITIDA POR EL REAL FISCO

En el dicho día, mes y año, y estando en el paradero contenido en la diligencia, el


dicho señor oidor mando notificar a Miguel Sebastián y Francisco García, indios
pintores nombrados por su merced en esta causa, que pues se han hallado con
su merced a lo que hoy han visto de los pueblos de San Bartolomé y San Miguel lo
pongan en la pintura, todo sin que falte cosa alguna cierto y verdadero y estando
presente mediante los dichos interpretes se les notificó… estando presentes Juan
de Turcios y Juan de Vitoria. Lo firmaron los intérpretes.

Rúbricas.

A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 79v.

116
El lienzo de Totocuitlapilco

SEGUNDA Y DEFINITIVA RESOLUCIÓN DEL REAL FISCO

El dicho bachiller Diego de Torres dijo que contradecía y que las dichas tierras no
son del marquesado sino de la corona real… y así visto que el dicho pueblo de San
Miguel linda por la dicha parte del oriente con el río grande, por la parte del norte
con tierras de Metepeque y por la del poniente con las tierras de San Bartolomé,
Tlacotepec y por el sur con las tierras de Santa María Nativitas, sujeto de Calimaya,
y mandó al dicho señor oidor que se les notifique a los dichos Miguel Sebastián
y Francisco García, Indios pintores que andan con su merced que lo miren bien
todo y lo pongan en la pintura de la manera que esta, y mediante los interpretes
se les notificó y dijeron que lo aran así y con esto el señor oidor se volvió para la
dicha Villa de Toluca a todo lo cual se hallan presentes las dichas partes y el dicho
gobernador alcalde y regidores de la dicha Villa de Toluca y los alcaldes del pueblo
de San Bartolomé Tlatelulco y San Miguel Totocuitlapilco y fueron testigos Juan de
Peraleda, Gonzalo de Hermosillo y Juan de Vitoria. Lo firmaron las partes, intérpre-
tes y el dicho oidor.

Rúbricas

A.G.N/Hospital de Jesús/Legajo277/F° 88-88v.

117
El lienzo de Totocuitlapilco

GLOSARIO

Altepetl. Literalmente “agua, cerro”, por extensión poblado, ciudad o estado.


Amoxcalli. Casa de libros.
Calpixcalli. Centro de organización gubernamental económica.
Calmecac. Centro de educación especializada.
Chignahuapan. Río que después de ser conocido, por mucho tiempo con este nom-
bre; hoy se le conoce como río Lerma.
Cordel. Cinta utilizada para medir.
Huautli. Semilla que hoy se conoce como amaranto.
Huehuetlatolli. Con este vocablo se abarca un conjunto de discursos y enseñanzas
que eran legado de la propia cultura.
Icpali. Sillón con respaldo; signo de poder de los antiguos jefes, los únicos que tenían
el derecho de usarlos.
Itoloca. Significa “la palabra”, es decir, “lo que se dice de alguien o de algo”.
Intérprete. Persona que sabía hablar una o más lenguas nativas.
Icximachiotl. Golpe, huella, marca, señal, vestigio del pie.
Medidor. Persona encargada de medir las tierras en una “vista de ojos”.
Macehual. Gente común del pueblo.
Pintor. Personas encargadas de pintar los mapas de los pueblos que se visitaban.
Protector de indios. Persona nombrada por el marquesado o por la Corona real para
proteger los intereses de los indios.
Tepetla. Cadena de montañas, región montañosa.
Tepotzoicpali. Sillón con respaldo hecho con cañas y juncos usados en especial por
los reyes.
Tecpan. Mansión real, palacio, morada de un noble; el palacio real tenía veinte entra-
das y estaba compuesto de grandes salas llamadas calpolli.
Tequitlato. Agente encargado de repartir el impuesto, de distribuir el trabajo.
Teopancalli. Centros de organización gubernamental religiosos.
Tecpancalli. Centros de organización gubernamental civiles.
Tepisque. El que cuida los dioses.
Tlachcalli. Centros de organización gubernamental militares.
Tlacuilo. Escritor, pintor.
Tlatoleados. Hablar, cantar. Del verbo tlatoa= hablar, equivale a apalabrados o
instruidos.
Tlatoani. El que habla bien, purista, gran señor, príncipe gobernante.
Vara. Vara matlatzinca en Toluca 81636)= 2 brazas= 3.34 metros.
Tlachai. Tlachayahuani, sembrador, el que siembra.

119
El lienzo de Totocuitlapilco

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