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La pedagogía Montessori y otras pedagogías alternativas están de acuerdo en ello y las

últimas investigaciones en neurociencia ratifican cuán importante es ofrecer al niño


posibilidades de construcción de su propio juego en libertad y con materiales cotidianos y
poco estructurados. Es decir, fomentar el poner a disposición material con pocos estímulos
externos que permitan dejar al niño construir esquemas a través de su imaginación y
creatividad y que permitan preservar su capacidad de curiosidad y espíritu crítico.
Para Maria Montessori el juego es algo más que pura actividad lúdica y ella lo entiende
como momentos de “trabajo” del niño. Estos momentos son sumamente importantes ya que
todos sus sentidos están puestos en la actividad. De ahí la importancia de no interrumpir, y en la cuál
el adulto es un mero facilitador y observador, trasladando el protagonismo al niño en el proceso de
juego.
Hasta el primer año de vida la cesta de los tesoros es una de las actividades por excelencia que
permite a los más chiquitines un juego libre caracterizado por la exploración de los sentidos.

Cuando ese bebé entra en un periodo de movimiento muy evidente y ya comienza a caminar una
actividad muy interesante es el juego heurístico.
Esta actividad fue ideada por Elionor Goldsmied y puede iniciarse desde que comienza el
desplazamiento hasta los 24 meses. Heurístico procede del griego Eurisko y significa descubrir.
Y es que una vez que el bebé a desarrollado sus sentidos le empieza a apetecer ver la relación de
los objetos entre ellos y descubrir sus interacciones, en definitiva experimentar.

¿En qué consiste el juego?


El juego consiste en que el niño de manera libre realice y descubra relaciones entre
objetos: explorar, apilar, chocar, girar, encajar, abrir-cerrar, sacar-meter, ordenar por características
similares…
¿Qué material se necesita?
Objetos cotidianos preferentemente de materiales naturales, en cantidad aproximada de 20
unidades de cada material y que a ser posible guarden alguna similitud , bien sean igual o
compartan características similares en el material, y que se puedan combinar entre ellos (que
quepan unos dentro de otros o se relacionen de algún modo).
En su elección deben ser materiales seguros que se puedan meter en la boca sin riesgo, aunque a
estas edades el niño ya no se encuentra en una fase oral y el adulto estará siempre observando sin
intervenir.
Por ejemplo: flaneras y jarras de metal, maderitas, piedras, materiales de cocina de madera, pinzas
de la ropa, pompones de colores, rollos de papel higiénico, sedas de colores, cajas de metal, de
madera, de plásticos, botes con tapas, rulos de diferentes grosores, cajas de cartón de huevos,
cápsulas de café limpias, llaves, anillas de madera o metal, cordones, piñas, esponjas, gomas de
cafetera, tapones de corcho…

¿Cómo se estructura el juego?


Existen tres fases diferenciadas:
1. Se prepara el ambiente con los materiales agrupados por similitud dentro de
contenedores. En esta fase no interviene el niño (Duración 10 minutos).
Normalmente el adulto tendrá guardado este material en bolsas de tela o en cajas que preparará
para presentar el juego.
2. Fase de juego libre en la que se deja al niño explorar a su ritmo y deje volar su
imaginación para crear relaciones.(Esta fase puede durar entre 15-25 minutos y aquí el adulto no
interviene, sólo observa).
3. Fase de recogida en la que se le invita y se guía al niño a devolver los materiales a sus
contenedores agrupándolos por similitud. (15 minutos aproximadamente).
Se puede realizar el juego en grupos de 5-8 niños o también en solitarios, ya que a estas edades
cada bebé juega a su ritmo, aún no hay una interacción e interiorización del “otro” como elemento de
juego.
Beneficios del juego heurístico

A través de este juego tan simple y económico se observan varios beneficios:


– Fomenta la atención y la concentración.
– Favorece la coordinación ojo-mano y por lo tanto entrena la motricidad fina.
– Desarrolla el tacto por prensión de los objetos, así como el resto de sentidos que se ponen en
marcha para determinar características de los objetos.
– El niño juega en un clima libre de sobreestimulación y sin prisas, centrándose en la actividad
con calma.
– Permite mantener viva la curiosidad, lo que conduce al desarrollo de esquemas mentales
nuevos al descubrir relaciones diferentes entre objetos.
– Estructura la capacidad de pensamiento reflexivo: buscando similitudes y diferencias en las
características de los objetos.
– Ayuda a mejorar la comprensión verbal al nombrar los objetos en la recogida.
– Favorece la capacidad de orden, tanto en la recogida como en la secuenciación de la actividad.
El periodo sensible del orden es muy importante en la pedagogía Montessori, hecho que influirá a
corto, medio y largo plazo en la creación de constructos mentales de manera ordenada.
Os debo decir también, que aunque os comentaba que se puede iniciar a los 12 meses, lo mejor es
que observéis el desarrollo psicomotor de vuestros pequeño, ya que es preferible presentarlo en
el momento en el que el bebé se desplaza por sí mismo de manera totalmente autónoma ,
(no hablaríamos pues de los primeros pasos, sino de una bipedestación bastante afinada). Al mismo
tiempo, es importante observar que el bebé ha perdido su fase oral y ya no se lleva
objetos a la boca, para garantizar la seguridad del juego.

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