Sunteți pe pagina 1din 9

Civilización azteca

Capital: La ciudad de Tenochtitlán


La ciudad es construida sobre extensiones artificiales de la isla. Los aztecas rellenan el lago con
carrizo y tierra y sobre el “nuevo terreno”, construyen sus viviendas. La ciudad resultante está
estratégicamente protegida pues sólo existen tres calzadas o avenidas elaboradas con roca
volcánica tierra y piedras, que la conectan a la tierra. Potencialmente es autosuficiente: los
productos agrícolas necesarios para la sobrevivencia son cultivados sobre el lago en pequeñas
balsas cubiertas de tierra, las chinampas.
Los aztecas utilizaban canoas para desplazarse por los canales, construyeron un dique de
quince kilómetros para proteger a la ciudad de inundaciones. Se abastecían de agua dulce en el
lago Xochimilco y en los bosques de Chapultepec, desde los cuales se transportaba el agua a la
ciudad a través de un acueducto.
La ciudad está dividida en cuatro cuartos. Cuenta con un mercado ubicado en la Plaza de
“Thatelcoco” y está construida alrededor de setenta y ocho edificios religiosos, de estos el más
importante es El Templo Mayor, todo el recinto sagrado está protegido por muros.

Tenochtitlán
Construcciones
El estilo azteca en el arte y la arquitectura estaba determinado por la inspiración religiosa. Así,
por ejemplo, en lo que respecta a la arquitectura que solo se conoce por los restos que han
sobrevivido, sus edificaciones más representativas son los “Templos pirámides”. Estos, que
siguieron las tradiciones constructivas de los mayas, mostraban una estructura escalonada, con
un templo o conjuntos de templos en su cima truncada.
Las pirámides de sol y de la luna en Teotihuacan, constituyen el máximo exponente de su arte
constructivo.
Pirámide de la luna
En sus construcciones también encontramos gigantescos palacios.

Dioses
Los aztecas eran politeístas, lo que significa que creían en muchos dioses. Estos estaban
divididos en dos: los dioses del cielo y de la tierra. Los primeros eran los más antiguos y entre
ellos encontramos a:
• Uitzilopochtli: El más importante, dios del sol y de la guerra. El conquistador del medio día.
• Tezcatlipoca: dios del cielo nocturno y protector de los jóvenes guerreros.
• Quetzalcóatl: dios del viento y de la fertilidad, la serpiente emplumada, de origen
teotihuacano.
En las divinidades terrestres encontramos a Tláloc, dios tolteca de la lluvia, trueno y rayo que
fue adoptado por los aztecas.
Otros dioses son:
• Otontecuhtli: dios del fuego.
• Tlazolteotl: diosa del amor.
• Xipe Totec: señor de la primavera, la fertilidad y protector de los orfebres.
Los aztecas creían que estos dioses se habían ausentados y esperaban su regreso. Las
ceremonias se realizaban en los templos y básicamente consistían en procesiones, oraciones y
sacrificios tanto de humanos como de animales. El sentido era alimentar a los dioses. La fiesta
más importante consagrada a Tezcaliploca era el Toxcalt, en esa ocasión se le sacrificaba un
joven honrado como representación del dios en la tierra. Las mujeres que morían en el parto
compartían el honor de los guerreros.
También realizaban las llamadas “Guerras Floridas” con el fin de hacer prisioneros para el
sacrificio. El sentido de la ofrenda de seres humanos y animales era alimentar a las deidades
solares para asegurar la continuidad de su aparición cada día y con ello la permanencia de la
vida humana, animal y vegetal sobre la tierra.
Vestimenta
Rasgo común a todas las sociedades, la indumentaria fue para los mexicas también un símbolo
de identidad social. Nobles, guerreros, sacerdotes y campesinos se ataviaron con ropajes y
ornamentos que declaraban su rol en la comunidad. Así, los vestidos confeccionados con fibras
de calidad, pieles y finas plumas distinguían a los más acomodados, mientras que las clases
plebeyas exhibían un vestuario exiguo, sin mayores decoraciones y casi nula policromía. Las
joyas fueron de exclusiva incumbencia de la nobleza.
Los adornos constituían una parte esencial de la indumentaria femenina. Collares de una o
varias vueltas, elaboradas con piedras y jade, eran los más comunes entre las clases nobles.
Jerarquizada como pocas, la sociedad azteca distinguía las clases sociales tanto por sus labores
y ocupaciones como por sus atuendos. En la cima de la jerarquía social se hallaba el soberano
o Tlatoani, quien, en su condición de guía de la sociedad, se distinguía por sus singulares
atuendos. Entre ellos se destaca el penacho que, a manera de corona, lucía sobre su cabeza.
Elaborado con plumas de quetzal (verdes), tlauquecholli (rojas) y xiuhtototl (azules), estaba
profusamente decorado con piezas de oro y plata.
Sistema de cultivo

Una de las mayores peculiaridades desarrolladas en el ámbito agrícola fueron los cultivos en
las chinampas o balsas Estas, eran verdaderas islas flotantes en el gran lago mexicano, hechas
con cañas, ramas y barro. A través de las chinampas o balsas, los aztecas consiguieron ganarle
espacio al lago, lograr grandes rendimientos en sus cultivos y evitar el agotamiento de los
suelos. Los cultivos básicos de los aztecas eran el maíz, el frijol, las calabazas, el ají, el algodón,
el cacao y el tomate. El alimento fundamental del pueblo azteca fue el maíz, el que se podía
almacenar para los años en que las cosechas eran escasas debido a la escasez de lluvias. De la
planta del maguey, obtenían fibras para confeccionar vestimentas y una miel que utilizaban
como endulzante, con ella preparaban una bebida llamada pulque, consumían grandes
cantidades de pescados y aves. La sal la obtenían de los lagos salinos.

S-ar putea să vă placă și