La Soledad, una muerte lenta
Ana Laura Rebolledo Arzate
Isaac Moisés Márquez Pargas
Desde el inicio de la globalización,
grandes cambios se han suscitado, en el
aspecto económico, tecnológico,
político, social etc., muchos han
favorecido a la sociedad pero también la
han llevado a limites impensables.
Para analizar el caso de Japón, primero
debemos tener en cuenta ciertos datos;
es un país sistematizado, las personas
tienen rutinas establecidas, las cosas
deben hacerse de cierta forma, el 40%
de los adultos no tienen una relación
estable y menos han tenido relaciones
sexuales, 2500 personas se suicidan al
año a causa del estrés laboral, su tasa de
natalidad se ha reducido notablemente
y la tercera parte de su población son
adultos mayores.
Un acelerado ritmo de vida y una gran
presión social han provocado que las
personas no se casen y no tengan hijos
pues el trabajo y la situación económica
no se los permite, por lo tanto llegan a
la vejez completamente solos, sin
familia, sin amigos, algunos con una
pensión que les permite cubrir sus
necesidades básicas, pero recluidos en
sus casas sin contacto con el mundo.
Fuentes: López, I. (2018). Una Soledad que mata. El Heraldo de México.
NORIMITSU ONISHI. (2017). Una generación de japoneses se enfrenta a una muerte solitaria.
20/09/18, de New York Times Sitio web: https://www.nytimes.com/es/2017/12/22/una-
muerte-solitaria-japon/
De acuerdo con la prensa ocurren 30 mil
muertes de ancianos al año, por lo
general estas personas mueren solas en
sus viviendas y son encontrados luego
de varias semanas.
Según el New York Times, en verano
debido al calor es cuando se registran
más muertes, sin que los vecinos se
percaten de nada.
Ante el temor de morir solos las
personas mayores están cometiendo
delitos para ser detenidos y poder pasar
sus últimos días encerrados pero por lo
menos en compañía de otro ser
humano.
Parece una acción muy drástica, el
hecho de preferir ir a la cárcel para no
tener que quedarse solo nos dice mucho
la situación, desgraciadamente esto no
termina aquí, cada vez más países
presentan cifras similares a las de Japón,
es solo cuestión de tiempo para que las
personas que priorizaron su trabajo y
otras cosas antes que su familia al verse
ya sin propósitos de vida y en completa
soledad tengan un final similar al de los
ancianos nipones.
Credit Ko Sasaki para The New York Times