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6 lacgues-Alain Miller

rNsTrTU,T,o cL,fllqq En una época en la que parece que nacla pocrría ers(,irr):rr ur írr¡rt.trr
DE BUENOS A¡NE5
evaluador y a una exigencia de transparencia al;solutlr cnur.llolrrtlrr
por el bien de todos, la opacidad de la angustia ponc u n r ¡lrsricu lr r

may or a la cuantificacibn universal.

La publicación de estas clases del curso cre


Jacques-Alain Millt,r. st.
inscribe en este contexto. porque la angustia lacurtiauot,lrir.nrrrlrr fÚ
t-r
con la que Miller designa lo novedoso de la reclefiniciírn cle Lr rrrrgrrs
fE
tia freudiana operada por Lacan, cuestiona que la angust l r r r,c l r sr. r,
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totalmente curada. Muestra incluso que
-como morrcnt() (,s r -
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La
I«i¡4it,«
productiva, capazde transformar el goce en el objet, car¡su rlt.tlt,st.., fÚ
rJ
Así,la experiencia analiticapermite al sujeto localizar,rcrlut.ir.,;rlivi¡rr. fE
yhastafranquear su angustia abriéndole ras puertas clcl ,r.t« r, y rr lrr
demuestra que, sin angustia, no hay sujeto digno cle s, .xistt,llt.irr,

Por eso la angustia lacaniana no se propone como cl ,,trrrst«¡r..,"


vt,z
ansustia
de una supuesta normalidad homeostática que habría (r.c rcstllr.l-
rar, sino queconstituyelaíraprivilegiada de acces. al .bjcr«r
es decir, al residuo incurable de la constitución surbjctivu
rr, lacaniana
La angustia lacaniana es así el resultado del trabaj. c.«rrr
el que Lacan comenzó a construir ese objeto an(rrnal«r,
incomparable, hecho de una falta topológica irrecluc_
tible al significante y, por lo tanto, innombrable.
El lector podrá sumarse a ese trabajo orientánclosc
con la notable brújulaque Miller nos ofrece en este
libro: la suya,Taque construyó leyenclo y est2l-
@-
bleciendo El Seminario 10, deJacques Lacan.
(')II Como Miller mismo advierte:,,Ninguna fórmula
ñ-
- de la angustia en este Seminario nos ahorrarír
o
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tener que rehacer el camino siguienclo lzrs
o
o =-:=o
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huellas de Lacan". He aqr_rí por qué cstu
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o brújula constituye un valioso instrulltcnt«I
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o paru7a aventura.
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o) Ieonardo (k¡rt»sllza
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L- I)r itl«is
Directora de ta colección:
La angustia lacaniana
Silvia Getler

Secretaria de [a colección:
Angé[ica Marchesini

Director responsable
de la publicación:
Leonardo Gorostiza
Jacques-Alain Miller

I I lr,,trtut,, I lllt,,,,l, ll,r, tt,,, \tlr,¡', llll''llllrlrr


,1, lr ll,,l lr,r,l, r, l,¡¡,1 ,1, I lrr ¡¡¡¡¡1,,,1, I I trt'1,,, I r, tllt trt,,
I rr, l' ¡rr'-',1,,,'l,I -',,, 1,,1, l,Itilrlrll't'rlrIt' ttttttlt lnstitutr¡ Clínir:o rlc lh¡cnos Airr:s / l)aidós

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Índice

Título original: "Introduction á la lecture du Séminaire tr'angoisse, da


Jacques Lacan" y "Les références du Séminaire Lbngolsse, des "piéces
détachées"", en LcL Cause freudienne n! 58 y 59,
París, ECF, 2004 y 2005.

Las seis clases publicadas en este volumen se dictaron los dÍas 28 de


abril, 5 y J.2 de mayo, y 2,9 y 16 de junio, en el curso de La ori.entación
lacaniana 2003-2004. Fueron establecidas por Catherine Bonningue
y se publican con la gentil autorización de Jacques-Alain Miller.

Traducción de Nora GonzáIez Prefacio, Silaia Geller 11

Diseño e iiustración de cubierta: Daniel Iglesias y Asociados


l. La angustia o e[ concepto 15
Dr uN LrBRo AL orRo ......... 15
Extrañ,e2a... 15
150.195 NIiller, Jacques-Alain
CDD La angustia lacaniana.- le ed. 7? reimp.- Buenos Atravesar t6
Aires : Paidós, 2008.
754 p. ; 22x75 cm.
Un lugar conceptual t7
División t9
Traduc¡do por Nora González
UNe vÍe DE ACCESo A Lo REAL 2t
tsBN 978-95G12-8806-3 lJna distancia .............. 2t
1. Psicoanálisis l. Nora González, trad. ll. Título Descomposición del nivel especular ............. 22
IJn taller 24
Jugarreta 26
1e edició¡t, 2007 Resto absoluto ............... 2B
1s reimpresíón, 2008 DB Te REALIDAD A Lo REAL 30
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibida, sin la autoriza-
Más allá del embarazo ............... 30
ción esc.ita de los titulares del copyríght,bajolas sanciones establecidas en las
Ieyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedi- 31
miento, incluidos la reprografia y el tralanúento infonnático. Recuperación de un residuo 32
O 2007 de esta edición, El corte 3+
Editorial Paidós SAICF,
Defensa 599, Buenos Aires Il. Una brújula ..................... 37
e-mail: difusion@areapaidos.com.ar
IJw p¡'pcro DE soRpRESA................. 37
www.pai dosargentina.com. ar
IJna dimensión inédita 37
Queda hecho el depósito que previene laLey 11.723 IJn término heterogéneo .................... 38
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina IJNI nrivovecróN............. 40
Excepción paradójica 40
Impreso en Bs. As. Print,
IJna ausencia ................ 42
Anatole France 570, Sarandí, en marzo de 2008
Tirada: 1500 ejemplares La mecánica del Otro 43

ISBN 978-950-12-8806-3
Rrr,,nnso DE LA SEXUALIDAD FEMENINA 45
Reviviscencia ............... 45 V. Una línea de quiebre 99
Un órgano paradójico 47 LACANTANo
Los.qNcE 99
Falo órgano 49 Desacuerdo .................... gg
51
Dos fantasmas paradigmáticos ......... ....'........'..'.... 52 El spñuplo porENCrA
DE LA .............. 103
Un objeto no especularizable ............ 103
lll. Placa giratoria 57 De lo ansiógeno a lo erógeno .!....!....,.!!..!. ........... 104
UNe axceveclóN .......... 57 lJna extracción corporal ................. ... 106
Objeto irreductible 57 El objeto a, fracaso del Nombre del Padre .......... 109
Cambio de coordenadas ............. 59 Lavía del análisis .......... 110
DB:rul,rpsceNCIA .......... ó0
D esmitologización........ ó0 Vl. Un hilo de Ariadna ...... 113
Corazón de mito 62 EL ..TrupsRr,clrtrlc>>....... ... 113
Función generalizada 64 Una pequeña matriz ...... 113
Rpsro REAL ......... 66 Un estadio del espejo desimetrizado ................ .... 115
La dimensión del a 66 IJn resto libidinal ........... ll7
El amor velo de la angustia.. 6B Onlrro rxrn¡ño ............... 119
Significante innombrable ................ 7t No sin objeto......... ......... 119
Señal de lo real 73 La escena y el mundo .... LzI
@, un señue1o................ 75 Duoro y MELANCoLÍA ............. ............... 122
Acto e inconsciente .......-. I22
11
lV. Más acá deldeseo Lo real contra la verdad ..................... 124
77
UN ¡¿óvrr Opp,naoon DE SE¿\RACróN.............. ....... 125
IJn arte de retórico Entre fracaso y encuentro..................;....................................... 125
Momento fenomenológico y construido 7B Objeto mecánico .............. 127
Antinomia del deseo 79 Efecto mayor del lenguaje sobre el goce .......... .... 129
On¡rro-er euE sE AIUNTA Y oBJETo-cAUSA........... B1
De la intencionalidad a la causalidad ............... B1 Anexo ............. 133
Condicionalidad del deseo ......... 83 L¿s RoricRpNCrAS DEL Sp¡¿rNexro DE Ll ANGUSTIA,
Objeto verídico y objeto falso .......... B4 <<pIEzAS surlirAs>> ........... 13 5
Lo que no se deja significantizar ............'.. B7
La angustia, momento lógico B9
Ap¡.nrcloNrs, rERTURBACIoNES Y SEPARACIONES............. 90
Certeza de la angustia ................ 90
Angustia productiva 92
Imaginario perturbado 94
Prefacio

La orientación que propone Jacques-Alain Miller a lo largo de


estas seis clases de su curso de los años 2003 y2004 que se publi-
can en este volumen es la de dar a la angustia su lugar conceptual
y extraer de esto una clínica del objeto a.
La angustia lacaniana -así la nombra J.-A. Miller- es una
angustia activa, productiva. Es una angustia especial inspirada en
Freud, la angustia señal, que permite el pasaje de la realidad a lo
real y es correlativa de la desaparición del significante.
Miller retoma la noción de Hilflosigkeit, el desamparo -punto
arquimédico-rankiano subrayado por Freud y Lacan-, y señala
que a partir de Freud y la ubicación de la angustia como motor de
la represión Lacan ubica la causa del deseo.
¿Cómo pensar nuestra encrucijada contemporánea sin la
angustia, sus efectos, sus consecuencias? Se podría decir que, en la
época del Otro que no existe, enmarcar Ia angustia constituye una
tarea fundamental para el psicoanalista. Que la angustia no sea un
trastorno o un disfuncionamiento, que la tarea no sea desangus-
tiar, tal como proponen los cognitivo-conductistas, sino a lo sumo
atravesar la angustia, es la dirección de la propuesta.
¿Por qué Lacan eligió la angustia como tema de su décimo
seminario? Miller responde que la angustia que elige Lacan,la
angustia lacaniana, es una vía de acceso al objeto ¿. lfbicar este
objeto en el masoquismo, el sadismo, el ncting out, el pasaje al acto,
el duelo, la melancolía, entre otros, es una muestra de cómo se
constr-uye lo que podríamos llamar lalógica del objeto ,. Esta es
Ia línea que se dibuja a lo Iargo de estas clases, de las que podría
decirse que se erige toda una clínica del resto, del plus de gozar,
que Lacan diseñará ya de lleno en su seminario De an 0tr0 al Otro.

11
LA ANGUSTIA LACANIANA PREFACIO

El Seminario de La angtntia es radical en cuanto permite reubi- tia>>, que es la base para la elaboración de todo el seminario; La
car la castración. Su elaboración depende de la superación del obs- relación de objeto, respecto del cual Miller plantea qué cambia del
táculo que constituye la angustia de castración, límite freudiano de objeto entre este seminario y cl de La angrstia; cómo se articula E/
la experiencia analittca. Si hay estadios pregenitales pero no pree- serninario 10 con el siguiente, el de Los ruatro c0ncept0s..., donde
dípicos, es porque los estadios se organizan en la retroacción del señala el camino que va de la división subjetiva a los esquemas de
Edipo. Sin embargo, Lacan luego desmiente esto y consü'uye más alienación y separación. La lista no termina aquí, es vasta.
bien lo que se llama una ..constitución circular del objeto'r. Uno de El trabajo de Miller consiste en hacer emerger como objeto un
los vectores fundamentales es ubicar cómo se pasa del falocentris- objeto distinto de los otros. Lacan se sitúa en este ..no como los
mo a la función generalizada del objeto a, entendida ya no corrro otros>>. El tratamiento del objeto, según Miller, es <<como un cris-
edípica y cronológica sino como topológica y sincrónica, con lo tal que lanza destellos, que deslumbra, que hay que tratar con un
cual asistimos a la sustitución de una mitología por una topología. estilo diamantino, con pequeñas pinzas, y mirar sus diferentes
La angustia finalmente es un camino alternativo ala Auftebu.ng facetas. Se construye en secreto una nueva concepción de lo espe-
hegeliana. El resto es lo que no se presta ala dialéctica, 1o que no cular [...] y esto implica un estilo envolvente, laberíntico, digresi-
se presta al significante; es el resto como absoluto, ante el cual vo y al mismo tiempo concéntricott. Thmbién se elabora una nueva
toda Auftebxtng se torna impotente. estructura de Ia falta, que pasa por la topología y da lugar a un
Para esto es imprescindible sumergirse en el recorrido de los tres estatuto inédito del cuerpo. H"y una ..desimaginarización del
objetos freudianos, oral, anal y fálico, y los dos lacanianos, lavozy objetorr, una ..desimbolización, y una ..designificantización>>.
la mirada, a los que Lacan se dedica minuciosamente en el Por último se publica una conferencia de Jacques-Alain Miller
Seminario de La angu.stia. Que la anatomía es el destino, como decía sobre las referencias de Lacan al Seminari o de La angustia. Miller
Freud, queda bien demosn'ado. Estos objetos primero naturales, define la referencia como un <<antiobjeto arr,y, paradóiicamente,
luego estructurales, no alcanzan como categorías para logificar lo en Lacan esta es más un objeto a q.ue en otros. Las referencias
que del objeto se puede extraer en términos de una clínica del obje- pueden ser explícitas, implícitas, solapadas, comentadas y no
to a.}J:ay un paso, como señala Miilel en su cursor Que vá de una comentadas. Tenemos la referencia situación y la referencia mura-
biología a una lógica que comienza en Dl serninario 10. lla. Abunda asimismo sobre la etimología de la referencia, de la
La investigación sobre la eficacia de las psicoterapias produci- que extrae tres sentidos que permiten abordar su uso. Se podría
da por el INSERIVI favorece la idea de que el saber en lo real se tlccir que Lacan se sirve de las referencias agujereándolas en la
reduce al significante contable. A partir de esta conclusión la mrdida en que avarrza en el despliegue de su enseñanza. La proe-
angustia se torna un obstáculo para el acceso a lo real, cuando en za del Seminario es quebrar la koiné, quebrar el sistema común de
verdad se trata precisamente de lo contrario. Para no dejarse ador- referencias, lo que implica desviar, aunque no completamente, el
mecer por el significante utilizado en la palabra, Miller invita a la marco de referencia en los que lo escuchan.
lectura, al estudio del Seminario de La angtstia. Miller realiza esto con la angustia lacaniana. Ffay entonces una
Los cognitivo-conductistas, que conciben la angustia como un angustia lacaniana, que es la buena manera de decir que no es la
trastorno o un disfuncionamiento, proponen desangustiar-. Mientras angustia freudiana. Intentemos vislumbrar el hilo conductor que
que la angustia que elige Lacan, la lacaniana, tal cotno la nombra Miller propone a través de este viaje por el Seminari o de La angtts-
Jacques-Alain Miller, es el modo de acceder a lo mís singula¡ al tia. Quizás esta sea Ia ocasión para develar algunos misterios hasta
objeto a.La fanción del resto refuta a los que tienen una pasión por ahora desconocidos por nosotros.
la evaluación.
La elaboración de este recorrido abso]utamente exhaustivo Su¡¿r¿ Gu.i-nn
pasa por una diversidad de textos: ..Inhibición, síntonra y angus-

72 73
!. La angustia o e[ concepto

Dr uN LrsRo A orRo

Extrañeza

Nos hemos detenido algún tiempo en una obra dedicada a la eva-


luación de las psicoterapias, para resumirla, dilucidarla y desme-
nttzarla, quizá con lo que podríamos llamar cierto ..sadismo laca-
nianorr.l Ahora les presentaré otro libro, cuyo tema ya les es fami-
liar bajo otras formas. Su contenido ya se ha ido introduciendo en
este curso y en numerosos, innumerables, cursos y artículos.2 Pe-
ro algo ocurre cuando esta cantidad de notas adquiere forma de li-
bro. En todo caso, puedo testimoniar que algo me pasa a mí en el
trabajo mismo de dar esta forma a lo que, por supuesto, he reco-
rrido, meditado, como ustedes. Se trata del nuevo tomo que está
por salir del Seminario deJacques Lacan, La angastia, el libro 10.
Les ofrezco las reflexiones de alguien que está aún, no en medio
de la dificultad, sino pese a todo entre las primeras y las segundas

1. Cf. Informe del INSERII (Institutnational de la santé et de la recherche


médicale), Psy chothhupie.Tiois ap7roches thtaluées, París, INSERN[, 2004, comenta-
do por J.-A. Miller y sus colegas en las lecciones de los días 3, 10, 17, 24 y 3l de
mairo de 2004 de este mismo curso. Se remitirá fundamentalmente al texto de
J.-A. Miller y J.-C. Milner, ..(Qüere ser evaluado? Reflexiones sobre una
máquina de imposturar, , en Lacaniana.l, Buenos Aires, EOL, agosto de 2005; al
artículo de J.-A. Miller ..Ijére de l'homme sans qualités", La cause freudienne,
n" 57, París, Navarin/Le Seuil, junio de 2004, pp.73-97; así como al boletín l¿
N oua I Ane, París, Navarin, 2003 -2004.
e

2. Cf .J.Í'acan,El Seminario, libro 10, La angustia (1962-1963), texto estable-


ciclo porJ.-A. Miller, Ilucnos Aires, Paidós, 200ó.

15
LA ANGUSTIA LACANIANA I, LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

pruebas. Quien les habla está dentro, a destajo, y no desde hoy, en exposiciones pictóricas, Que se hallan en el camino. Contraria-
un contexto que saben hasta qué punto ha sido movido este año, y mente a lo que se obsen a en otros seminarios de Lacan, en este se
que quizá no sea indiferente a mi decisión de publicar este Senrina- moviliza un número muy reducido de obras. Y sobre todo, mien-
rio. En un contexto en el que la reglamentación de las psicoterapias tras que el primer libro, el del INSERtrzI, no pierde nunca de vis-
es el tema favorito, un contexto ampliamente marcado por la pasión ta el tratamiento de los trastornos y busca siempre el mejor, en el
de la evaluación,la aparición de semejante libro solo podr'ía ser in- segundo, el de Lacan, no puede decirse que la angustia se conside-
tempestiva, extemporánea, desentonada. De modo que es posible re un trastorno, un disfuncionamiento. No creo haber encontrado
anticipar que esta aparición hará escuchar una disonancia. en este Seminario la indicación de que haya que curar la angustia
En cierto sentido, no podía imaginarse nada mejor para este de la que se trata, la angustia lacaniana -a la que el autor llega pro-
Seminario que salir alaluz,llegar al público, en un momenro en cediendo a un gran desbroce de las formas múltiples de la angus-
el que estamos seguros de que se destacará por su extrañ.eza. tia y de Ias oportunidades de su surgimiento-, sino a lo sumo atra-
vesarla. fuí, cuando se considera esta obra respecto de la otra, el
autor, el orador transformado en autol-, brilla más bien por su in-
Atravesar diferencia al tratamiento, y se muestra muy ocupado en lo que
constituye su propia pasión. ¿Cuál? Lacan no la esconde: prose-
Sería de lo más cómico establecer un paralelismo entre un libro y guir su discurso, articular términos, conjugarlos,! dar a cada uno
el otro, entre el informe del INSERII y el Seminario de La angrrs- su lugar exacto.
tia.Pero me contengo. Habría que hacerlo con el estilo de la per- He aquí un hilo posible para esta investigación, y en vano se
sona graciosa que tiene un aspecto serio. encontrar-ía una respuesta directa a lo que moviliza a los equipos.
¿Qué se diría entonces? Que uno es un trabajo de equipo, que Todo lo relativo a la psicoterapia está ausente de la obra de una
abarca toda la psicopatología o casi, mientras que el otr-o es la obra manera soberbia, arrogante. Por este rasgo resulta especialmente
de un investigador aislado -y, además, autoproclamado. Y esto es intempestivo cuando se nos pide -¿quién?- que respondamos so-
tan cierto que el año que debía seguir este Seminario, al comien- bre el tratamiento y su eficacia.
zo del siguiente, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoandlisis,
este investigador puso él mismo en tela de juicio por qué estaba
autorizado a expresarse de este modo, sin la garantía de la colabo- Un [ugar conceptual
ración, la ügilancia, de lo que hoy parece el instrumento indispen-
sable de tal trabajo, a sabeq ser supervisado por los pares. Este seminario debe leerse suponiendo, a propósito de la angustia
Aunque solo sea por la manera de actuar, se percibe que, res- y lo que esta conlleva, que la dirección de la cura se deja, se con-
pecto del psicoanálisis, deben de quedar algunos prejuicios relati- fía a los que escuchan -cada uno debe aprovecharlo, dar su traduc-
vos a la intuición genial, solitaria. ¿De dónde lo sabe? ¿Y por qué ción práctica-, y que es legítimo que una enseñanza se despliegue
no se fía más que de sí mismo? Lacan se dedica, de una manera en su continuidad, en el relativo misterio del que se rodean sus
que parece limitada, a un fenómeno único, tomado del vasto do- elaboraciones, sin que nadie conmine a quien habla a curar la an-
minio que hoy se llama psicopatología. gustia, a desangustiar -no es un tema del que se ocupe este Semi-
Mientras que el primer libro que hemos examinado cuidadosa- nario. He acentuado estas características. Introduciré ahora la si-
mente se apoya en una cantidad enorme de otr-os tabajos, este se guiente corrección: la doctrina de la cura figura sin embargo en
contenta con hacer referencia a un número muy reducido de auto- este Seminario, pero de un modo todavía lateral, puesto que en-
res y obras, y se nutre de diversas contingencias, üajes, encuentros, contr¿lrnos lecnrras cuidadosas, aunque limitadas, de cierto número

t6 17
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

[A ANGUSTIA LACANIANA
pues, una obra donde la angustia propiamente dicha
no es un üas_
de textos angloamericanos relativos a la contratransferencia, tema torno, donde no se trata de trataria, sino de darre su lugar
concep-
que, según anuncia Lacan, debe retomarse en el capítulo del deseo tual, con referencia al concepto de angustia de Kierkefaard.:
del analista. Por este aspecto, entonces, que llamo lateral por el lu- Desde su punto de vista, m" pr."." que el Seminarío
d,e La an_
gar que tiene en este Seminario y el hecho de que Lacan confíe su gastia estaría mejor clasificado en el orden de la creación
literaria.
introducción a otros, se encuentra en é1, sea cual fuere el valor de ¿Debemos rechazar esta clasificación? No es tan seguro. Hay, en
las observaciones que se hacen, más un enclave preparatorio que el Seminario de La angzutia, un erogio de Ia ficcióririt.a.i,
que
desarrollos cenüales. hace eco al que Freud enunció en -su obra ..Lo ominoso».4
Si_
Corno ven, si se empiezan a comparar los dos libros, lo que guiendo las marcas de Freud, Lacan agradece a Ia ficción
riteraria,
estabiece un paralelismo gracioso, fácilmente se tenderá a privile-
y la toma como guía, por dar estabilidad a ras experiencias
fugiti-
vas, una estabilidad que obedece a una mejor articulación.
giar el punto de vista del INSERIL Es que este punto de vista no La fic-
es su privilegio, es lo que nos ha ocurrido, nos ha sostenido y nos
ción literaria provee, para Lacan, <<una especie de punto idealrr.S
ha hecho detenernos un tiempo en este libro. Y es que como su-
frimos su choque, su sorpresa, su acontecimiento, hemos creído
División
hacer bien subrayándolo, adueñándonos de é1. Dado que pronto
habrá otra obra en los anaqueles, ahora debemos despegarnos de
estos mandamientos: Esttís aquí pa?u cutar; Thatas cln trastl?'nls, dis-
Tal vez podamos invertir Ia perspectiva y preguntarnos cómo
se
inscribe el informe del INSER-NI en ra peripectiva del seminario
ftmcionamientos; ¿Córno proceder'ías mejor de otra tilsnera?
de La angustia. Esta obra es testimonio de un esfuerzo
Estas son las evidencias actuales, están ahí. Pero también esta- de cuanti-
ficación, de cálculo, de cifrado, que tiene toda su dignidad
rá ahí este libro que requiere desprenderse de esta exigencia, de e incru-
so resulta necesario, en la medida en que traduce lá qo"
este deseo del Otro, y entrar en una dimensión completamente se desta-
ca, lo que se construye en el Seminario de La nngorrin,a
distinta. ¿Es difícil? ¿Córno llevarlos a esta dimensión? ¿Cómo en- saber, la
inscripción del sujeto en el campo der otro .o,,J lugar der
contrar lo que es tal vez nuestra burbuja lacaniana de discurso, signi-
ficante. FI sujeto solamente se inscribe ailí marcadúo,
cuando hemos puesto todo nuestro empeño en hablar el lenguaje ra recu-
r¡elcia,la repetición de Ia cifra 1, como expresa l, es.r'itora llama-
del Otr-o, aunque corra el riesgo de contraargumentar?
da del sujeto barrado. Esta pasión por ra cuantificación,
Muchos de ustedes tienen una relación con la práctica del psi- por ra eva-
Iuación, refleja lo que se diitinguáen er seminario de'in nogonin
coanálisis, están en análisis, se han analizado. Se trata de reinstau-
como la primera marca del rasgo unario de ra identificación'sub-
rar la dimensión en la que el tema de la evaluación, de la terapia,
jetiva. En éi se encuentra un esquema que Lacan
no resulta en todo momento apremiante. Quizás a veces lo sea, en nunca imprimió
en ninguno de sus escritos, un esquema elemental
particular cuando la angustia resiste, pero hay a cada instante otra de división. Co_
mo disponía err el ejemplar taquigráfico de la escritura misma
dimensión. de
Lacan, esta vez la hice fotografiar p ara fijar este esquema _para
Las vociferaciones de este deseo del Otro, Ias vocifbraciones del es_
te Seminario.
INSER /t se callan, ya no se hacen oír. Quizá se hagan oír si se ad-
hieren a esta obra de Lacan. ¿Lo harán? Les dejo el trabajo de ima-
ginar Ia mirada que ellos podrían echar sobre esta obra, el discer- 3. S.I(erkcga trd,Dl contcpto dc la nnguxia, México,
Espasa-Calpe, l9gg.
nimiento que podrían tener ante un aerolito, un objeto incon- 4. Cf. S. Freud, ..Lo ominosorr, cn Obras completas,Buenos
Aires, Anrorrorru,
gruente de este tipo. Sin duda experimentarían una inquietante ex- 1979, r.XMI, pp. 215-251.
5.J. Lacan, Ii! Seminttrio 10, ob. cit. n. Z, p. 59.
traíreza ante el hecho de que un libro titulado La angustia encierre
este tipo de declaraciones. Con el título de La angustia tenemos,
19

r8
LA ANGUSTIA LACANIANA I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

A S lativo de una inyersión teórica que puede pasar desapercibida,


puesto que se apoya en una cabeza de alfiler.
fi
a.
^
No puede ser más elemental: una línea vertical junto a la cual
se inscriben algunas de las letras que hemos aprendido a manipu-
lar desde hace mucho tiempo, y que presentan 1o que Lacan indi-
1t
ca que es una división del Otro por el sujeto.
¿Por qué esta palabra diaisión? Retroactivamente se
entiende lo
que Lacan abstrajo para calificarla. División porque Lacan da un va- U run vin DE ACCESo A Lo REAL

lor a la función del resto, y esta noción de resto invita a construir


una división. Se trata de una división cuyo primer resultado es el Una distancia
cifrado mismo del sujeto, su captura en la repetición del IJno, y
donde, de manera suplementaria, se aísla, se inscribe el resto en ¿Por qué la elección de la angustia? ¿Por qué Lacan eligió como
forma de la famosa letra a en itálicas. Distinguir este resto es la décimo de sus seminarios la angustia? Él r"ñrlr, en su Séminario,
condición para que el Otro no sea simplemente el Uno. Si el cam- que fue para sorpresa de sus oyentes, para quienes el tema -debe-
po del Otro no estuviera hecho más que de lJnos, sería reductible mos creerlo- carecía de evidencia en el punto en que estaba su
-aunque solo sea como su conjunto- a estos lJnos. Lo que dirige desarrollo.
la lecrura del Seminario es que no hay que olvidar que el Otro es Respondamos de entrada que la angustia que elige Lacan,la
Otro porque hay un resto. angustia lacaniana, es una vía de acceso al objeto a. Sela concibe
como la vía de acceso a lo que no es significante. Debemos decir
Otro * IJno que la angustia como tal no es significante. Para acceder al iesto,
que no es significante, Lacan elige una vía equívoca, una vía c;ue
Basta esta construcción elemental para sostener las objeciones parece dudosa, y que es la de un afecto. A pesar del título de Kier-
que hemos hecho al informe del INSER&I. Estas objeciones se kegaard, que él califica de atdaz,la angustia no es un concepto, si-
fundamentan en lo que aprendimos de este Seminario y su conti- no más bien Io que ocupa el lugar de un concepto. Dado que La-
nuación, se fundamentan en el resto, en la noción de un resto in- can elige la angustia separada del concepto, el año siguiente, para
calificable, un resto que no es IJno. Es decir que hay algo en el equilibrar, presentará cuatro conceptos, Los cuatro cTnceptus rttnda-
Otro, y no es el significante. Lacan inscribe en este lugar lo que mentales del psicoanrílisis, i¡,re vendrán, como los jinetes del Apoca-
sería la garantía: el A barrado como lo que me constituye como in- lipsis, a llevárselos, y que siguen condicionados por el hecho de
consciente, el Otro en la medida en que no lo alcanzo, esto es, el que antes se eligió la vía ac.¡nceptuai" Les mostraré por qué lo que
Otro como deseo. Solo inscribo este esquema como la objeción les digo no es un exceso de elucubración. Como estoy, evidente-
que hace la función del resto a la pasión por la evaluación. En de- mente, en la sobreelucubración, en la rnedida en que muchos de
terminado momento del Seminario, se encuentra otra disposición, ustedes conocen todo esto, debr¡ darle.; un suplemento de lo que
donde a minúscula se escribe antes que S barrada,d y esto es corre- se me reveló a mí mismo durar,te este tr-rbajo, y en particular, ge-
neralmente, del estilo de este Selninario.
Dc algún modo, podría decirse que soi,, ),o quien mediante el
6. Ibíd., pp. 175 o 189. cortc -cl dc la frase, el párrafo,la tarte- ie da un cstilo. En la

2'l
:A AiICUSTIA LACANIANA

I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
taquigrafía, hay algo del orden del flujo verbal. Aunque el léxico
sigue siendo el mismo, en la medida en que se logra aquí y allá re-
deseorr.T Entonces, nosotros .encontramos hoy esta reviviscencia
constituirlo, a menudo me hago cargo de la reconstrucción gra-
referida a la emergencia del objeto que no es como los otros.
matical. Yo mismo me di cuenta en este trabajo de que, respecto
del estilo, era más adecuado para lo que estaba en juego dejar me- ¿Cómo son los otros? ¿Y en qué se ha transformado con el co-
rrer del tiempo el objeto a mismo, debido al desgaste, al uso que
nos inversiones en la construcción gramatical. En el uabajo que
hemos hecho de é1, por haberlo alimentado demasiado -como se
hice de relectura -y no solo una vez-, me dio la sensación de que
recordó en determinado momento a propósito de los budas, en
hay en el conjunto un fraseo más parejo. Debo hacerme cargo de
cierta ciudad del Japón,8 y en distintos lugares de culto? Por otra
eso. Me pareció que en 2004 hacía falta renunciar a algunas de las
parte, es algo que se ve también en la chimenea del castillo de
inversiones que practicaba Lacan para su auditorio.
Montesquieu, quien escribía sobre su pierna y¡para ello, aparente-
Quédense tranquilos, esto no afecta el fondo. Me parece que
mente apoyaba su pie en el borde de la chimenea. Y como hay que
facilita el acceso a lo que está en juego. No debe hacerse un mun-
trabajar mucho para escribir El espíritu de las leyes, se observa una
do, son cambios muy leves. Si no lo hubiera señalado, quizá ni si-
curvarura en la piedra.e
quiera lo habrían notado. Pese a esta operación de trascripción,
Recordemos ahora que los otros de <<como los otros» son ob-
queda, he dejado, porque rne parecía fundamental, este rasgo de
jetos modelados sobre la imagen. Cuando nos introducimos en el
estilo, digamos, una distancia que marca la diferencia, la heteroge-
Seminario de La angttstia, aítn tenemos esa noción de que la ima-
neidad de a respecto del significante.
gen especular es el prototipo del mundo de los objetos, que el
mundo está hecho de objetos culzo lr.o,otipo es nuestra propia
imagen. Además, se conocen todos los efectos que Lacan extrajo
Descomposición del nivel especutar
de esta referencia en el primer movimiento de su enseñanza.
Este Seminario lleva a cabo, por el contrario, y justamente por-
Para hablar de a t¡l como aparece en el Seminario de La angustia,
que apunta a un ohjeto que no es como los otros, una descompo-
es decir, con todo su .,,¡.1or paiético, se necesita cierta precaución
sición progresiva rie lo que llama el nivel especular. A medida que
que podría llarnarse parentetización" Constantemente, antes de ser
se constmye el objeto r, se constfl.rye,y aI mismo tiempo se des-
afirmadas, las palabras se uliican en el Seminario con muchas re-
compone, el niveJ erpecular que sostiene el estadio del espejo. En
servas. Hablar de la angustia, y especialmente de la angustia como
este sentido, este Seminario podría presentarse desde la perspecti-
vía de acceso al objeto a,exige delicadeza,una delicadeza especial,
va de una crítica iie lo imaginario, precisamente, una crítica del es-
precisamente porque no es un objeto como los otros.
Nosotros ya sabemos que no es un objeto como los otros, pe- tadio del espejo.
ro aquí nos vemos llevados al momento preciso en que Lacan lo Este objeto /z es un objeto que, cuando se lo aborda por la pa-
construye, lo separa de los objetos como los otros. Ya se ha mani-
labra -como inÍenta y logra Lacan-, exige que se proceda por
pulado y utilizado tanto este objeto a qlre) al reaparecer en este aproximación. Cuando se lo aborda por el discurso, se puede ha-
cer un salto utilizando la escritura, pero, por la palabra, nos vemos
Seminario, se lo ve surgir como por primera yez. Para los que
practican y se orientarr a partir de Lacan, hay esta esencia de pri- forzados a una postura de desconfi,anza. fuí, Lacan practica cons-
merayez en lo que concierne al objeto a,y qlue produce lo que é1 tantemente, y sobre todo en este Seminario, un distanciamiento
mismo anuncia en algún lugar: una reviviscencia. Cuando ya está
embarcado en este Seminario, indica que ha procedido a partir de
la angustia <<porque este camino revivifica toda la dialéctica del 7 .lbíd., p. 249.
8. Ibí(I., cap. X\/I.
9. (lf. cl c¡stillo rlc h Ilridc cn la rcgión dc Ilurdcos.

23
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

LA ANGUSTIA LACANIANA
No es algo lateral. A medida que se construye el objeto a, se
construye en secreto, si puedo decir así, una nueva concepción
de la referencia. Por eso creí esencial deiar lo que sería sencillo bo-
de lo especular. F{asta tal punto que se encuentra, en el último
rrar: ..lo que se Ilama...rr,..lo que llamo...>>r <<pára nosotros>>, los
capítulo de este libro, y construido según el modelo del esquema
..si puede decirse asír, o..lo que puede designarse como...n. En
que figura en el primer capítulo, su garante en el nivel especu-
efecto, esto produce una ligera vacilación, pero que responde
lar.ll Puede resultar sorprendente -Lacan nunca lo retomó-, pe-
exactamente a lo que se trata de hacer emerger como objeto que
ro responde al recorrido mismo de este Seminario desde el capí-
no es como los otros. Evidentemente, es posible hacer extensivo
tulo I hasta el XXf\1y muestra el resultado obtenido en el nivel
esto a los demás seminarios de Lacan, puesto que él está en rela-
especular.
ción con este <<no como los otros>> desde hace mucho tiempo, y es-
Este Seminario supone así una discusión constante del privile-
to implica un estilo envolvente, laberíntico, digresivo y, al mismo
gio que el propio Lacan otorga en el psicoanálisis a la dimensión
tiempo, concéntrico -ya conocen el gusto de Lacan por hablar de
especular, y esta se revela por la emergencia del objeto a,la dimen-
lo que se intenta circunscribir. Asimismo se trata, especialmente
sión misma donde a es lo más difícil de captar. La dimensión es-
aquí, de un estilo anatómico, una disección prudente de la referen-
peculaE en la que se despliega la operación del estadio del espejo
cia. Es también un tratamiento del objeto como un cristal que lan-
za destellos, que deslumbra, que hay que tratar con un estilo dia- -una referencia que no excluimos pero que hay que considerar
desde el punto de vista del Seminario de La angtstia-, es la dimen-
mantino, con pequeñas pinzas, y mirar sus diferentes facetas.
sión por excelencia donde a se reduce a cero. Lacan lo califica
exactamente utilizando un término freudiano: el campo especular
es el campo donde el sujeto está más asegurado en cuanto ala an-
Un taller
Sustia.l2 El término freudiano es asegu.rado, y lo volvemos a encon-
trar en ..Inhibición, síntoma y angustiarr.l3
Entramos en un mundo muy distinto de ese del que salimos de la
En este Seminario, nos desplazamos en un campo donde la
vociferación unívoca del imperativo en nombre del Uno. El obje-
adecuación de los nombres a las cosas no es algo evidente, en la
to r ocupará su lugar en una dimensión, un campo donde nada es
falla misma entre 1o imaginario y lo real, y de este modo el Semi-
evidente, donde las evidencias se deshacen, se suspenden. Esta di-
nario explora la falla entre lo simbólico y lo real. La perspectiva
mensión exige lo que Flusserl llamaba epoché -en griego, suspen-
del INSERNI, que es completamente digna, implica que el signi-
sión-, a la espera, para é1, de una aparición pura.l0 Mientras la feno-
ficante recorre exhaustivamente lo real, lo cual no es más que una
menología sigue dominada por lo especular, el campo de lo visible,
simulación de lo que llamamos <<científico>>. El INSER /I no di-
aquí lo especular es objeto de un forzamiento. Lacan se ve conduci-
ce solamente que hay saber en lo real, además imagina que este
do a forzar sus propios esquemas de lo especular. Rompe, trae pero
saber se reduce al significante contable.14 Este punto de vista, que
deforma sus esquemas de construcción de lo imaginario, que lo han
es signo de una suerte de positivismo, implica que lo real se redu-
tenido tan ocupado. En la primera mitad del Seminario, se explotan
ce a este saber y, de este modo, se diluye en é1. Según este positi-
y, al mismo tiempo, se rompen los esquemas ópticos; y, en la segun-
da parte, quedan en el lugar. A continuación, se abre otro espacio
donde lo especular encuentra entonces nuevos términos, nuevas 1 I . J. Lacan, El Seminario 1 0, ob. cit. n. 2, p. 3 60.
funciones, que ya no se parecen en absoluto al estadio del espejo. 12.Ibíd., p.362.
13. Cf. S. Frcud, ..Inhibición, síntoma y angustiar', en Obrus completas,Buenos
Aircs, Amorrortu, 1979, t. XX.
14. Cf. nota l.
10. Cf. E. H:usserl,Med.itaciones cat'tesionas,México,Fondo de Cultura Econó-
mica, 1986. )l

24
LA ANGUSTIA LACANIANA

I, LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
vismo, la angustia es un trastorno que obstaculiza el acceso a lo
real, esto es, lo inverso de lo que se trata en este Seminario, don- DtrtcuLmors -+
de la angustia es, por el contrario, vía de acceso a lo real.
Lafalla de lo simbólico en relación con lo real exige que se sus-
penda la aceptación de todo lo que ya está recorrido, de lo que es
costumbre, rutina. Y justamente este Seminario invita a no dejarse
sugestilnür por la imagen ni adonnecer por el significúnte tttilizado en la
El
palabra. Este Seminario mismo lra contra la sugestión, pero podría
a su vez producir una hipnosis. Me gustaría intentar ofrecerles un
antihipnótico, luego, invitarlos a recibir este Seminario como un
taller, para permanecer despiertos a lo que Lacan trama en é1.
Lacan no retomó esta construcción, y es preciso percibir qué
Lacan mismo a1.uda al despertar. La dificultad misma de su dis- jugarreta la anima. Enmarcados por el cuadro, hay nueve lugares
curso los detiene y les plantea cierto embarazo.
-al comienzo dos permanecen vacíos. En la primera lección de es-
te Seminario, Lacan sacará, no de la galera, sino del diccionario,
las nociones de turbación, impedimento, embarazo -iadmirable!-,
Jugarreta que hacen creer que los significantes pueden enmarcar la angus-
tia. Se trata de una red -la palabra figura-ls que parece hecha pa-
La palabra embarazo se presenta de entrada en este Seminario a ra atrapar alpez de la angustia, si me permiten. La imagen delpez
partir de la descomposición del término freudiano inbibición, qu'e reaparece en un caso clínico que Lacan tomó de un autor, pero
inaugura la serie ..inhibición, síntoma y angustia". La inhibición también la encontramos al pasar en el Seminario Los cuatro clncep-
de una función vital es por otra parte lo que se diluye en la noción
tos fitndamentales... cuando refiere la representación de la nasa,
comodín de disfuncionamiento. La inhibición es el núcleo, el cul-
que se entreabre para a:u.apar al pez del objeto a.r6
men del disfuncionamiento. El Seminario comienza con una des-
¿Esta construcción de Lacan es carne o pescado? Volveremos a
composición de la inhibición, una descomposición conceptual que
encontrat por supuesto, a continuación, reutilizados, especial-
separa el funcionamiento y la traba al funcionamiento. Pero Lacan
mente la turbación y el embarazo.Lo cierto es que este comienzo
no utiliza estos términos. Como él se guía por el primer capítulo
del Seminario de La angastia con un marco significante apunta
de ..Inhibición, síntoma y angustian, de Freudr / por la función de
iustamente a poner cierta distancia. De la misma manera, cuando
la motricidad, que se destaca especialmente,la descomposición no
Lacan presente después sus esquemas ópticos y los haga funcionar
se llama ..funcionamiento y traban, sino <<moümiento y dificul-
precariamente, también se estará indicando que hay una distancia
tadrr. A partir del término inbibición, se construye una matriz: el
que mantener. Por eso me pareció que era la indicación que La-
movimiento, la dificultad. Entonces, después de numerosos co- can quería dar al comienzo de su Seminario de La nngustia, una
mentarios etimológicos, Lacan presenta cuatro términos: la emo- confrontación de la angustia con los medios del significante -lo
ción y la turbación, en cierto gradus del moümiento que se libera,
que sigue muestra por el contrario que no es verdaderamente allí
y por el contrario, el impedimento y el embarazo, en un gradus en
donde elpez será atrapado.
el que se alivia la dificultad. Este cuadro apunta a encerrar la an-
gustia, que es allí el último término.
15.!.Lacan, lil Sertinatio 10, ob. cit. n.2,p.23.
16. Cf .J.Lacan, El Sentinario, libro I 1, Los cuatro conceptos funilamentales del psi-
coanílisis (1964), texto establecido porJ.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 1987,
p.150.
z6

27
LA ANGUSTIA LACANIANA I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

Basándome en una frase de Lacan, titulé esta primera lección analogías y


las referencias para puntuar el resto como absoluto.
.<La angustia en la red de los significantes>>, cuyo sentido es justa- Absoluto quiere decir -Hegel lo llamó Attftebungy Lacan lo reto-
mente que esta no se deja atrapar en ese lugar. De la misma mane- mó en un momento muy preciso de sus Escritos- eso ante 1o cual
ra, el término embarazo -que aquí figura en un extremo y sobre el toda AuJhebu.ng se revela impotente.
que Lacan comenta, en una introducción etimológica y lingüística Sabemos que este Seminario de La angt$tia es una puntuación
deslumbrante, que implica una referen cia a la barra y al sujeto ba- del resto, pero hay que entender que el resto se lleva aquí a 1o ab-
rrado, para indicar que el sujeto del significante no sabe actuar- so- soluto, y que absoluto quiere decir separación respecto de la dia-
lo se aclara con un salto alúltimo capítulo, donde al primer cuadro léctica. El resto obstaculiza entonces la dialéctica y la lógica del
se superpone otrolT que, como señalé, da una articulación de la di- significante, en el sentido de que permanece insoluble, no se lo
mensión escópica, dimensión criticada y descompuesta a lo largo puede resolver ni disolver. Desde esta perspectiva, la función del
del Seminario. Precisamente, en el cuadro correspondiente, el cua- resto es antinómica de la AuJbebung, qloe era la clave de la ense-
dro homólogo del nivel óptico, Lacan escribe, de manera curiosa, ñanza anterior de Lacan o, por lo menos, a lo que él recurría para
el título de Kierkegaard Concepto de la angustia. Reinterpretado en expresar la transposición de lo significable en significante. Los re-
un sentido antihegeliano -lo que, por otra parte, coincide con la in- mito, en este sentido, a ese pasaje de ..La significación del falonls
tención más profunda de Kierkegaard-, es decir, objetando la dia- en el que iustamente Lacan recurre ala At$hebunghegeliana, que
léctica, este título es la verdadera respuesta a lo que Lacan mismo es en el fondo una utilización del resto. Lo significable es por ex-
desarrolla, desde su capítulo II, sobre Hegel y el deseo del Otro, y celencia lo imaginario, tanto el significado como lo especular, y
respecto de lo cual toma distancia. precisamente en la medida en que el mundo de los objetos en-
cuentra su prototipo en la imagen especular.
Recuerdo esto para que se entienda por qué Lacan recurre a la
angustia como vía de acceso. El recurre a la angustia como una vía
alternativa con respecto ala AuJbebu,ng, para captar lo que escapa
Cotlcgpro DE ANGUSTTA a toda Auftebu.ng,para captar lo que no es significable, el resto de
toda significación. Debemos llegar a esta última lección para en-
tender la apuesta del Seminario de La angu.stia. Lo que animó a
XXIV
Lacan en esta elección singular, en esta elaboración, fue la pregun-
ta: ¿qué posibilita la ..verdadera captura de lo realtr? -es una cita.
¿Lavía del concepto? ¿La captura simbólica? ¿O es la vía que abre
Resto absotuto la función de la angustia? En su extravagancia, si se quiere, en la
extravagancia que lo sostuvo, este Seminario está dominado por
Se descubre, en efecto, que el punto de vista neohegeliano que al un ..la angustia o el concepto>>. Y hay una renuncia a la vía del
comienzo parece ocupar la escena da lugar a algo que no se pres- concepto. Por eso, el último capítulo de este libro establece un
ta ala dialéctica, aunque el significante subsista en Lacan. Ya este contrapunto respecto de la primera lección, donde resplandece el
Seminario puntua lo que no se presta a Ia dialéctica, lo que no se significante. ¡Abre el diccionario tanto como quieras, encontrarás
presta al significante. Es el resto. Y este seminario llega lejos en las

18. J. Ltcrrn, ola significaci<'¡rr dcl falo, (1958), en Dso'itos 2, México, Siglo
17.J.Lacan, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, p. 360. XXl, l()()(), p. (t72.

z8 29
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

Li 1NGUSTIA LACAN¡ANA
este Seminario -Lacan se refiere a él por su trabajo sobre el do-
ble, sobre Don Juan-,zr y Lacan se inscribe a continuación de
lo que buscas! Al comienzo se teje una red, pero a lo largo del se- Rank y Freud para incluir la angustia del nacimiento en la teoría
minario se ve cómo esta red de significantes es alcanzada, al igual de la angustia. El valida esta inclusión de la angustia natal como
que el nivel especular mismo, por cierta impotencia, / cómo la an- prototipo de la angustia.
gustia constituye ..la única aprehensión última, y como tal, de to- Si se piensa en el INSER&[, se está completamente en otro la-
da realidad>'. ¿Por qué la palabra ..realidadn? ¿No se atreve a de- do, puesto que la esencia de lo que decodifiqué del tratamiento
cir..de lo real como talrr? Al mismo tiempo, está el adjetivo .<últi- cognitivo-conductista consiste en considerar la angustia aquí y
matr. ¿Se trata de entender que hay en la angustia un franquea- ahora, y uatarla por el significante imperativo, modulado como
miento de la realidad? En el fondo, esta aparece poco en escena a consejo. Para ellos la angustia se resuelve, cuando en realidad el
lo largo del Seminario. acercamiento analítico de la angustia posee una profundidad his-
tórica que hace que la noción misma de curar la angustia tenga al-
go vano, desplazado. Se trata de algo que tiene su alcance. De mo-
Dr m nERltoAD A Lo REAL
do que aquí la angustia se ubica fuera de los límites dibujados por
el sujeto del significante, cosa que vela el primer cuadro que La-
Más atlá delembarazo
can propone. Por supuesto, hay un más allá del embarazo propio
del sujeto barrado. En los análisis rankianos, freudianos, lacania-
Dije que estaba lo patético. Está lo patético, pero la angustia apa-
nos, se llega hasta el desamparo, hasta la Hilflosigkeit,hasta el des-
rece poco. en escena. La angustia lacaniana es especial, se inspira
concierto, más allá del embarazo, allí donde está ausente toda
por supuesto en Freud -y Lacar. no hace más que repetir cada tan-
orientación signifi cante.
to: <<como dijo Freud, la angustia es una señalt -, pero en otra par-
te, en un punto que Lacan mismo no subraya. La angustia es in-
cluso tan especial que, al recordarla, en determinado momento
La ausencia del ramillete
Lacan la compara con el segundo tiempo de la reconstrucción del
fantasma en.<Pegan a un niño>>,19 a saber, se reconstruye pero no
En este punto, haciendo un salto, vemos lo que constituye el eje
se experimenta. Aunque lo señala rápidamente, es cierto que lo
del Seminario de La angustia, el eje invisible, puesto que el eje del
que llama angustia connota el pasaje de la realidad a lo real, el
Seminario es algo que no hay. Uno debería esperar que en el co-
franqueamiento de la realidad en el sentido de lo real, y, de este
razón de un Seminario titula do La angustia esté la angustia de cas-
modo, es correlativo de un desfallecimiento del significante. ¿Y
tración, que Ia angustia se aborde a partir de la castración,a la que
cómo evidenciar mejor el desfallecimiento del significante que
la enseñanza de Lacan había dado una función eminente, estruc-
con la referencia -tan habitual, tan familiar que ha dejado de ser-
turante de toda relación de objeto. La angustia de castración es
nos extrañar pero que vuelve a serlo en este Seminario- al episo-
precisamente la ausencia de este ramillete, con toda la novela que
dio primordial del nacimiento como referencia última de la an-
conlleva. Pueden buscarla, pero no encontrarán la novela edípica.
gustia, como prototipo de la angustia? Freud toma esta referen-
Exagero... Lacan no llega a borrar todas las huellas, aunque la
cia después de Otto Rank,2O que es una presencia recurrente en
perspectiva que eligió de la vía de la angustia es ¡adiós Edipo! Si

19. Cf. S. Freud, ..Peg¿n a un niñor, (1919), en Obras compleras, Buenos Aires,
Amorrortu, 1979,t. XVII, pp. 173-200. 21. O. Rank, Don.fuan. Un hude sur le double,París, Denoél y Steele, 1932.
20. Cf. O. Rank, E/ traamn del nacimiento, Buenos Aires, Paidós, 2002; citado
por S. Freud,.<Inhibición, síntoma y ang"ustiarr, ob. cit. n. 13, p. 112. 31

3o
LA ANGUSTIA LACANIANA
I. tA ANGUSTIA O EL CONCEPTO

bien exagero, no se encuentra la amenaza del padre como desen-


cadenante de la angustia. Vemos entonces que Lacan se despren- un objeto. Lacan pasa por Chejovzl -otravez la ficción literaria-,
de de la construcción fundamental, tan maravillosa, precisa, con- se esfuerza precisamente en mostrar que la frontera entre la an-
sistente, una construcción que rehicimos después de é1, toda la gustia y la fobia no cuenta, no es lo esencial. Juanito, por ejemplo,
construcción que se despliega en el Seminario 4, La relación de ob- habla de caballos de angustia, Angstpferde. Y Lacan lo corrige:
jeto.El Seminario 10 retoma algo de esto -AuJbebu,ng-,pero es co- ..No, de ninguna manera, no son caballos de angustia, lo que él ex-
mo el negativo de La relación de oljeto, cuyo eje es, en efecto, la an- pelimenta frente a los caballos es miedor'. A diferencia de la an-
gustia de castración, que está en el centro del caso deJuanito. gustia, que no tiene objeto, el miedo tiene un objeto y concierne a
En La relaciín de objeto, con sus referencias al significante, el de- algo articulable, nombrable, real.
seo y la demanda, con lo que él aporta, Lacan fundamentalmente Y es que en el Seminario 4 lo real es aún articulable y nombra-
le pisa los talones a Freud sobre la cuestión, en particular, cuando ble. La fobia de Juanito, en la concepción de Lacan -que se basa
dice: ..La angustia -aquí no hago más que repetir a Freud, quien en Freud y en los dichos de Juanito-, es la fobia que desangustia,
lo articuló perfectamente- es algo sin objetorr.22 Ahora bien, todo porque cumpliría una reestructuración significante del mundo.
el seminari o de La angastia explica, justamente, construye, que la Esto es lo que interesa a Lacan y lo que acentúa. La angustia no
angustia no es sin objeto. tiene objeto, pero Ia fobia libera cierto número de objetos. Pero
En este punto por lo menos hay una contradicción. Se trara, ¿son qué? Estos puntuan, funcionan como señales, son objetos que
por supuesto, de esta referencia al Seminario 4 de Lacan, de esta delinean los límites, los umbrales, un interior y un exterior. En es-
aprobación incondicional que él aparentemente da a un enuncia- te Seminario entonces Lacan maneja el objeto exactamente como
do de Freud, que no es el único sobre el tema. Allí se evalúa la tor- un significante. El objeto del que se trata está significantizado.
sión, y esto es lo que hay que recordar cuando se lee la fórmula del Al releerlo a partir del Seminario de La angustia, notamos que
Seminario de La angustia como lo que no es sin objeto. Entretan- la Ar(bebuns de la angustia por la fobia no elimina enteramente la
to, el concepto,la noción de objeto cambió, se reelaboró en el Se- angustia. Lacan lo señala con un tacto extraordinario: hay un res-
minario de La angustia. Por eso, en Io que distinguí como segun- to. No toda la angustia sin objeto queda abolida por la fobia y su
da parte, mostré que Lacan revisaba este concepto de objeto, por- creación significante.I{ny un resto: ..un residuo completamente
que con su concepto anterior, el objeto de la angustia es inüsible, singularrr. Los que tienen presente este Seminario saben que se
inasequible. apunta a un momento fugaz en el quc Juanito señala que, delante
de la boca del caballo, delante del testuz, hay una mancha negra -y
Lacan alude a un cuadro donde figura esta mancha.24
Recuperación de un residuo En el Seminario de La angttstia, aLacan no le interesa la cons-
trucción de la fobia, el desangtrtiamientl por la fobia, sino recupe-
En el Seminario 4, se acentúa entonces la ausencia de objeto de la r-ar esta mancha, este residuo completamente singular que es tam-
angustia, y, de manera correlativa, resulta completamente esencial bién vago -para volverlo un objeto, el objeto a. En lo que Lacan
la fobia como remedio parala angustia,la fobia como ese temor a construyó, edificó, sobre la lógica de la relación de objeto, no es-

22.J.Lacan, El Seminario, libro 4, La reloción ¡l¡ plt¡ttr, il()56-1957), texto es- 21. CL A. Chejov, ..Micdosr', en Referencias a la ol,ra de Lacan N" 19, Buenos
tablecido porJ.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 1994, p. 217 . lLa cita correspon- Aircs, I,'C[ü, 1997, p¡r. 105-112. Cf.J. Lacan, Dl Seminario 10, ob. cit. n.2,
de a la edición francesa, p. 245, puesto que la frase no se encuentra en la versión pp. 172-174.
española citada §. de la T).1 24. Cl.l.l,rcar.r, ob. cit. n.22, p. 24ó; Paolo Veronese, Marte y Wnus, Galería
S:rl xr trrl:r,' I'i¡rín.

32
ll
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPIO

restituyen al cuerpo lo que él llama todas sus particularidades ana-


condió en absoluto que se trataba de objetos significantes, puesto
tómicas. No es un cuerpo fuera del significante y, como lo señala
que él califica el caballo de angustia como significante comodín de
Lacan mismo, la anatomía implica la función del corte. Debe,
la fobia. Toda su demostración tiende entonces a probar Ia poliva-
pues, retomarse la palabra cl?'te, qüe está en el centro del Semina-
lencia semántica del caballo. Y todo este análisis descansa en la au-
rio de La angustia y es el instrumento electivo de este Seminario.
tonomía del significante respecto del significado, en la cesura
Se trata de una palabra que hemos usado. Para retomarla.,hay
saussureana. La simbolización del objeto nos detiene entonces
que pensar en oponerla al rasgo. La operación del rasgo preside
antes de entender de qué se trata en Ia angustia.
en la función significante, en particular enla AuJhebung, que tie-
ne por efecto anular y erigir. Mientras que la función del rasgo se
inscribe en el contexto de la Ar(bebu.ng, transforma en significan-
El corte
te lo significable,la función del corte -según se desprende del Se-
minario de La angustia- separa un resto que, precisamente, no es
El Seminario de La angustia sigue un camino difícil, con la reso-
significable.
nancia que esta palabra puede adquirir a partir de este esquema de
tna desimbolizacitín del objeto, una designiJicantización del objeto,
correlativa además de una duim.aginnrizaciín.Esto no puede cum-
plirse sin conmover uno de los pilares de lo que Lacan estableció
como enseñanza,la noción que él legó del falo como significante.
Justamente, es lo que pone en tela de juicio el Seminario de La an-
gustia,y de una manera tan radical que es incluso invisible, puesto
que no se la declara como tal.
Se trata de la significancia del falo y también de la significancia
de la falta de objeto, que es la clave que Lacan elige al comienzo
de La relaciín de objeto, y que nos proporciona toda esa admirable
construcción de la privación,la frustración, la castración. En toda
su diversidad, en todas sus modalidades, la falta de objeto siempre
puede reducirse a una falta de significante, y en el Seminari o de La
angastia Lacan se esfuerza, precisamente, por elaborar una falta
irreductible al significante. La arugrrtia resuena en este sentido co-
mo un ..final de partidan con el significante, porque hay una afi-
nidad entre el juego y el significante, cuando el significante está en
todas partes y siempre puede sustituirse por la falta. Aquí se trata
por el contrario de la elaboración de una nueva estmcfura de la
falta, una estructura no significante de \a falta, que pasa por la to-
pología y que despeja un estatuto inédito del cuerpo.
Antes conocíamos de Lacan esencialmente el cuerpo del esta-
dio del espejo, un cuerpo que podía significantizarse, mientras que
en el Seminario de La angustia -y es en verdad la única vez que lo
encontramos en é1 así detallado, con un amor por el detalle- se
3:)
34
ll. Una brújuta

Uru rrrcro DE SoRPRESA

Seguimos con el Seminario de La angustia, qlue intento que les re-


sulte inesperado.

Una dimensión inédita

No me disgusta haber logrado producir cierto efecto de sorpresa


en un auditorio *el de ustedes, el mío- que conoce a Lacan, estu-
dia su enseñanza, escudriña sus enunciados. He obtenido esta sor-
presa al formula¡ evidentemente para provocarlos, que la ang'ns-
tia de castración era la ausencia del ramillete de este Seminario.
Con esta fórmula, aludía a Mallarmé y también apuntaba a lo qr-re
se desarrolla en La angtrtia sobre el ramillete invertido, esquema
que encuentran reproducido en los Escritos,2s donde Lacan lo pre-
sentó, años después de haberlo creado en su Seminario, en opor-
runidad de una observación que hizo sobre el informe de un psi-
coanalista de esa época llamado Daniel Lagache.
A continuación recibí algunas objeciones del estilo ..¡Pero có-
mo, pero cómoln -no aquí, sino en privado, que me hicieron lle-
gar-. ..Pero la angustia de castración no está en absoluto ausen-
tc de este Seminario, sino que, por el contrario, se la recuerda

2.5..f . Llcln, ..Olrscrvaciírn sobrc cl informc de Daniel Lagache: "Psicoanálisis


)/ cstrrrctr¡r'¡ tlc Lr ¡rcrsonali<larl". (1960), cn llsa'itos 2, ob. cit. n. 18, pp. 653-661.
LA ANGUSTIA LACANIANA
r. uNR snúJULR

constantemente mediante lo que se presenta como su sigla, me- mo ya formuló forma parte de eso de lo que se separa cuando tien-
nos fi (-,p), qo. designa el objeto de la castración como imagina- de a desprenderse de la literatura analítica. Por eso el año siguiente,
rio.r, Sin duda, Lacan le conserva un lugar central a esta sigla a en el Seminario de Los ruatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
1o largo del Seminario, así como da al estadio fálico, como se di- advertirá, sembrará la incertidumbre entre sus nuevos oyentes al
ce en la literatura psicoanalítica, un lugar central respecto de los aclararles que, si se introducen en su enseñanza por sus escritos, que
diversos estadios del objeto. Encontramos, en efecto, en La an- antes de ser reunidos se publicaron en algunas reüstas, estos ya es-
gustia -y no solo una vez-, que -g es la angustia de castración tán fechados. Esta nota implica que tienen algo de perimidos, en pri-
respecto del Otro, 1o cual no impide que yo mantenga lo que he mer lugar', por lo que se expone en este Seminario de La angastia.
manifestado sobre este punto.
¿Cómo leer este Seminario? Como una extracción dificultosa
Lacan se pregunta en este Seminario cómo abordará la cues- de lo que Lacan ya ha dicho, y que deja muchas huellas de contra-
tión, mientras valida, explícitamente, que la angustia es un afecto, dicciones. La clave que ofrece Lacan es la de una división del Otro
que se la experimenta, se la siente como tal. El distingue tres mo- por la interrogación del sujeto.
dos de abordar el problema, para rechazar dos y elegir uno. Son,
si se quiere, las tres c, que enumera y etiqueta con palabras de las A/S
que es la inicial. Rechaza catalogar los afectos, como rechaza cla- g
sificarlos, y elige esta aproximación que calificir de clave. Rechaza
las enumeraciones, incluso ortlenadas, incluso jerarqr.rizadas, y
¿De qué se trata en esta diüsión? De resituar lo que ocurre en
ofrece en cambio como vía de acceso algo de un orden clistinto. el análisis, y también de los conceptos que se produjeron, las teo-
Es preciso saber introducir aquí 1o que abrirá la puerta de entra- rizaciones que se hicieron, de retomarlos a partir -elemental- de
day dará lugar a una dimensión nueva. En el Seminario de Le mt- la relación del sujeto con el Otro. Si desplazan un poqüto la divi-
gustia, se abre, en relación con lo clue Lacan articuló los años ante- sión de este lado, ya perciben que lo que leerán a propósito de la
riores, una dimensión inédita, que para nosotros sigue siendo inódi- división subjetiva en el Seminario de La angustia es lo que el año
ta en ciertos aspectos, porque -es un hecl-ro- los pr-imeros años dc siguiente hallará su fórmula en los esquemas que sostienen aliena-
su enseñanza determinaron la noción más común de sus aportes. ción y separación.
Entre el Seminario 1 y el 6,y en sus Esu'itos, lo que llega hasta..Lir
dirección de la cura, y ,rLa significación del falorr, adernás de la
..Obserwación sobre el informe de Daniel Lagachett, se encuentra lo
que determina el lacanismo. En el Seminario de La atxgltstia co-
mienzaa desbrozarse y exponerse con todo detalle otro Lacan, y por
eso, sin duda, es preciso que ai leerlo yo o{rezca, no una llave, sino
GD
He dicho que la angustia era un taller, y un hecho que La-
es
hablando con propiedad, una brujuia. can no transcribió este Seminario como un escrito, pero lo presen-
tó en 1964, comentándolo en Los ruatro conceptos fandamentales del
psicoanálisis, en la forma de ese esquema que se encuentra en el Se-
Un término heterogéneo minario, al que se refiere su escrito ..Posición del inconscienterr.26

Por supuesto, se encuentran en es[e cantidad de elementos que con-


solidan esta noción primera de la enseñanza de Lacan, además éi
26. Cf . J. Lacan, <<Posicií¡n dcl inconscicntc,, (1960-1964), en Escritas 2, ob.
mismo lucha contra lo que ya dijo. Puede decirse que lo que él mis- cit. n. ltl, pp. tt0tl-829.

38 ')()
r. u¡¡n snúluLn
LA ANGUSTIA LACANIANA

Serninario titulado La angtrtia no hace tanto de la angustia su te-


El Seminario de La angustiri es el taller de Los ümtrl cznceptus rttn-
fila, su objeto, sino que la sirúa como una vía.
damentales del psicoandliszi. En él se elabora, con dificultades y tro-
En este Seminario, se aborda la angustia apuntando a otra cosa,
piezos, y disimulando además algunos términos fundamentales, lo
según indica la referencia que he tomado. ¿Cuál es esta otra co-
que queda para nosotros marcado con el binario alienación y se-
sa? La angustia es una vía que apunta a lo real, utilizando para ello
paración.
algo que no es el significante.
Thl como Lacan la presenta aquí, la diüsión subjetiva es una di-
Hasta entonces la vía de Lacan,la vía prescrita por <<Función y
visión que libera en primer lugar al sujeto barrado, el sujeto mar-
campo de la palabray del lenguajer', había sido iustamente abor-
cado por el significante, aunque agrega un término heterogéneo al
dar lo real por el significante. Se trató de una vía unilateral cuyo
significante, que llama ¿ minúscula.
resultado -como tuve la oportunidad de mosuarlo, de detallarlo-
fue una significantización generalizada de la experiencia analítica
A/ S
y de los conceptos inventados para dar cuenta de ella.27
g
La operación Lacan sobre el psicoanálisis hasta el Seminario
/1 de La angtstia consistió en demostrar que lo que está en juego en
la experiencia solo encuentra su lugar al ser repensado como sig-
A lo largo del Seminario de La angustia, de manera contradic-
nificante. Es lo que se desprende de la lectura del Seminario 5,
toria, siguiendo sus formulaciones, nos preguntamos de qué lado
Las forutaciones del inconsciente, donde se ve que todo se vuelve sig-
estí este objeto. ¿Está del lado del sujeto o del lado del Otro? No
nificante. Cuando se afirma este todo-significante, cuando el signi-
corrijo aLacan,lo transcribo, adapto los meandros de su reflexión
ficante puede ser tomado como un todo, cuando se melve totali-
en este punto. A medida que avanza el Seminario, é1 ofrece res-
tario, entonces, correlativamente, se afirma lo que no es signifi-
puestas clivergentes. ¿De qué lado está a? Llamo brujula a las
cante, es decir, lo que se presenta, dado este comienzo, como la
coordenadas de mi lectura que intento darles, y que espero que
función de una excepción antinómica -y paradójica- al todo-sig-
impliquen cierta objetividad respecto del texto.
nificante.
Responderé a las objeciones a la formulación que he arriesga-
Puedo escribirlo con los términos que tomo de Lacan y que él
do, y no para tener razón -me importa poco-, sino para intentar
tomó a su vez de la lógica matemática. Esta fórmula es como una
aclarar lo que está en juego en Lacan en la castración y en la an-
br-ujula para leer el Seminario de La angustia. Allí toda x es signi-
gustia de castración.
ficante. Se trata de alguna manera de la fórmula que indica la es-
tructura misma del Otro. Por la vía elegida,la de la angustia, una
vía no conceptual, este Seminario muestra que, por donde se lo to-
UtrlR Ittt¡ovRc¡ótrl
me, se descubre un término que no es significante. Lacan reserva
entonces el término a, qtJe emerge en este Seminario como excep-
Excepción paradójica
ción, justamente para este término que constituye una excepción
paradójica -la paradoja surge porque no se sabe yerdaderamente
Les hablo de un Seminario de Lacan que se está volviendo libro.
de qué lado inscribirlo, si del lado del sujeto o del lado del Otro.
Se llama La angustia. Este es el título. Pero ¿el título dice de qué
se trata? ¿El título es el objeto?
Yo he acentuado por el contrario la alternativa, bien pensada
27. C[. J.-A. Millcr, ..I-os seis paradigmas del goce,, (1999), en El lenguaje,
para ponerlo en duda: la angustia o el concepto. El concepto es el
l)iva, 2000, pp. 141-180.
ttl)tttrtto dcl gtcc,Ilucnos Aires,
instrumento de la captura simbólica de Io real. Es decir que este
41
4o
LA ANGUSTIA LACANIANA r. uNn enúJULA

Más tarde -mucho más tarde, diez años más tarde- Lacan lle- Este objeto permanece rodeado por algún misterio, incluso pa-
gará a otra cosa. Llegará, por el contr-ar-io, a indicar que lo que es- ra los lectores atentos. En efecto, el objeto de la angustia no se de-
tá en juego en a no tiene el régimen de la excepción sino más bien signa, hablando con propiedad, en este Seminario. ¿Hay algún
el régimen de lo que él ha llamado el no todo. El no todo es lo misterio? En la medida en que el objeto se confunde con el signi-
contrario de la excepción, quiere decir que eso de lo que se trata ficante, es deci¡ se concibe como significantizado, puede decirse
con a -lo que enuncia, demuestra, ilustra el Seminario Au.n- está en la angustia -y en la angustia de casuación debe decirse- que es-
de hecho en todas partes, se extiende al conjunto de lo que es sig- tá ausente. Y aquí es crucial la angustia de castración, que se liga
nificante, lo que se observa en declaraciones que se encuentran en en Freud a la percepción de la ausencia del órgano fálico en la
este Seminario, como la que destaca el goce del blablablá,y cuya mujer y a todo lo que tiende, en ella y en é1, a la negación de esta
trascripción he dado.zs Hay una alianza constante del significante ausencia.
y del goce, se está en efecto en un régimen completamente disdn- Como, después de Lacan, nosotros tomamos la angustia como
to del de La angnstin.Pero en este Seminario -así hay que leerlo, un instrumento, escribiré su lugar con una parte del losange laca-
hay que encontrar la novedad-, lo que está en juego en a, es deci¡ niano, marcándola simplemente en relación con una ausencia. En
el goce, aparece en el régimen de la excepción. Este Seminario esta ausencia se ubicará, por ejemplo, todo lo que la fobia puede
muestra y demuestra que en la estrucnrra del lenguaje hay algo apor-tar como referencia para colmarla, para orientar.
que no puede reducirse al significante, que se asimila, pues, grose-
ramente al cuerpo como viviente, y emerge en primer lugar como < AUSENCIA
esta suerte de resto de la operación subjetiva concerniente al Otro.

¿Qué significa? En Freud, la angustia de castración se infiere


A=VxSx/fxSx de la privación femenina. Lo más notable del Seminario de Ln an-
__1a)_ g$tia es que nos presenta la sexualidad femenina de un modo
completamente inédito en la literatura psicoanalítica, en la rnedi-
da en que comenta, desarrolla, e incluso corrige a Freud. Con es-
te Serninario comienza un acercamiento a la sexualidad femenina
Una ausencia cuya novedad -una novedad presente en el Seminario de La angus-
tia- soTo se llegará a percibir muchos años después con el Semina-
Para los que están acostumbrados a la dimensión que abrió Aun, rio Arm, con el escrito ..El atolondradicho>t.
se vuelve de alguna manera para atrás. Se r.rrelve a un mundo muy
significantizado, que es como un desierto de goce, y este Semina-
rio se afana por hacerlo retornar bajo la forma de la excepción. La mecánica del Otro
Cuando se lo aborda por la vía del significante, es un resto invisi-
ble, un resto imperceptible, y puede decirse que la angustia no tie- Saben, porque han leído ei Seminario de La relación cle objeto, có-
ne objeto; pero por la vía de la angustia misma, entonces se le res- tno Lacan comenzó a delimitar la privación femenina, y si quieren
tituye un objeto. Sobre esta base de anulación significante, Lacan evaluar la novedad que ofrece con el Seminario de La angustia, es,
formula <<La angustia no es sin objetorr. en los Seminarios, la referencia que se impone. Lacan explica que
csta privlci<in se inscribe en lo real en la medida en que el objeto
'.rl r¡uc sc re f-iere cs sirnbólico. Se 1o recita, se lo enseña, y esto quie-
28. Cf.J.-A. Miller, ..El monólogo de la apalabra,, (1996), en ibíd., pp. 99-118. lc <lccir (¡rc, l)or cl l¿rl<l (lue se lcl atlorcle, la teoría de ia angustia

42 4'l
LA ANGUSTIA LACANIANA
r. UNA BR[,JULA

de castración, hasta el Seminari o de La rnxgustia, descansa en la sig- lizada, implica profundamente la incidencia del Otro. Lacan se
nificación del falo. pregunta cuál es la naruraleza del agente que opera, y resuelve es-
ta cuestión de una manera combinatoria. La llamará imaginaria
PRIVACIÓN: AGUJERO REAL -+ oBJETo srMBóLrco
porque los dos términos precedentes son real y simbólico, luego la
rnuslnRclóru: DAño IMAGtNARTo -+ OBJETO REAL
llamará simbólica, y finalmente real. Tenemos una mecánica
cnsrRRctótt: oeu oR stñraóucn -> oB,ETO tMAGTNARTO
donde Ia incidencia del Otro es esencial.
(-q)

La privación, concebida como un agujero real, recae sobre un Rrvrnso DE LA SEXUALTDAD FEMENTNA
objeto simbólico. Este es el punto de partida, el abecé de Lacan,
es lo que se recita, y es justamente lo que invierte el Seminario de Reviviscencia
La angustia. De allí, en efecto, se desarrolla la firrstración, califica-
da de daño imaginario -tenemos una máquina significante que Es preciso en primer lugar destacar que, en el Seminario de La an-
funciona de maravillas-, en la medida en que hay alguna falta en gu.stia, ya no queda nada de esta mecánica. Lo único que siguen
la satisfacción, que podría procurar el objeto real. Se agrega a con- encontrando es esta sigla *p extraída de toda ia mecánica que le
tinuación este término en el cual se subliman estas correlaciones, da valor y sentido. Queda el falo imaginario marcado por el me-
la castración concebida como deuda simbólica que recae sobre un nos, que condensa en sí mismo todos estos niveles, porque el falo
objeto imaginario que, en efecto, encontramos en este Seminario imaginario es un significante imaginario, una imagen que se vuel-
con la sigla -q. Lacan refiere a la necesidad esta satisfacción, su ve significante, un real que se r,,uelve imagen. Cuando Lacan escri-
ausencia o su falta, que produce frustración, que da lugar a la frus- b" -g en este Seminario, parece resumir el conjunto de lo que
tración. Y saben que Lacan introduce como objeto paradigmático produce la mecánica compleja de la falta de objeto, precisamente
de esta relación el seno de la madre. Cuando se introduce el sen<-r para aportar lo contrario de la falta del objeto, a saber, su presen-
de la madre, todo el mundo bebe, todo el mundo mama. Lo en- cia allí donde no se lo atrapa. Este Seminario interroga el final
contramos en Freud y lo encontramos en Melanie Klein. Hay al freudiano del análisis,lo interroga en cuanto a su tope, el tope que
respecto un gran acuerdo. Iireud mismo identificó en ia experiencia analítica, en su escrito
La castración es la transposición significante de 1o que aquí se sr-.bre el ..Análisis terminable e interminable>>,20 como la angustia
cumple, una transposición donde interwiene la ley. Y la ley sublima de castración.
todo lo que apareció antes como contingencia, como accidente. La
¿Cómo interpreta Lacan en este Seminario este tope de la an-
ley, a la que se liga el nombre de Lacan, inten iene como functo¡
gustia de castración, aun cuando ilo encontremos esta palabra? Lo
como operador del objeto perdido. Porque existe la ley lo que se interpreta como una frustración, es decir, como emergiendo en el
concibe como privación o firrstración se r.-uelve, hablando con pro- final del análisis a la manera de la reivindicación. La palabra está
piedad,la deuda. No pretendo resumir una construcción comple- allí, y basta pala remitirnos a la frustración. Cuando Lacan procu-
ja a la que no hago más que aludir, pero esto basta para mostrar que
ra abrir un camino más allá de la angustia de castración, nos lleva
Lacan se inspira en el complejo de Edipo y lo presenta en su pri- más allá de la fi-ustración fálica, io cual pasa por una crítica del fa-
mera enseñanza como la articulación esencial del desarrollo de Ia
sexualidad. Se tr-ata de una articulación esencial porque el Edipo
aporta la ley y la interdicción, por la vía de Ia castración, que recae
29. (lf . S. i,'rcurl, ..Anrílisis tcnuinaL¡lc c intcrrninabl c,, (1937), en Ol;ttts tc'¡tt-
sobre el falo irnaginario. Esta amenaze de castración, virtrual o rea-
7rlr'lrrr, llr rcrrrrs Ai rt:s, r\tt rorrort rr, t. XX II I, 1'4t. 2 I 1 -2 5 4.

/l t,
r. uNn enúJuLn
LA ANGUSTIA LACANIANA

deseo, porque esta dialéctica, según escribe en ..La instancia de la


lo imaginario. Considera seriamente que se trata del falo imagina-
letra>>,3O no hace más que producir un deseo muerto.
rio, a sabeq que es una función escópica. Esto es lo que se reyela
al final del Seminario. Pese a toda esta mecánica, el falo imagina-
rio es una imagen de la potencia -término elaborado en las últi-
Un órgano paradójico
mas lecciones-, y es precisamente la ilusión de la potencia lo que
se trata de atravesar.
De este modo, -cp está presente en el Seminario de La angrrtia, ¿Qué es la dialéctica del deseo y de la demanda? Noten que es una
y en una posición central. Pero no hay que detenerse en esta mar- deducción que parte del empuje de la necesidad, el cual pasa por
ca, porque el menos fi es aquí un falo designificantizado y desimagi-
los desfiladeros de la demanda, donde encuentra el significante.
narizado; es lo que Lacan antes llamaba el pene real, es decir, lo
De esto Lacan ya deduce el deseo como un resto -el término está
que en su estudio deJuanito pasaba desapercibido en provecho de allí-, como un retoño, pero un resto significante'
los reflejos de la fobia, caballos que serwían para todo. El mundo
En la primera enseñanza deLacan ya está presente la noción
de resto, pero el resto de la confrontación de la necesidad y la de-
de Juanito empezaba a vacilar porque se jugaba una maduración
real del desarrollo. Lo que allí se señala al pasar resulta funda- manda es el deseo, es decir, todavía una función significante. Se
mental en La angustia, donde, para que se entienda -la palabra no trata de la cadena significante como metonímica. Y se supone que
este deseo da cuenta de la libido. Antes del Seminario de La an-
está en el Seminario-, se l,uelve central el falo órgano, que hay que
oponer al falo significante. gustia, Lacan llama deseo a lo que vale como Auftebung signifi-
En esta enseñanza dominaba, funcionaba el significante como cante de la libido. En cambio, en el Seminario deLa angustia,y
instrumento para todo, y lo nuevo en este Seminario es que, en lu- de manera lógica, la libido aparecerá como algo completamente
gar del significante, se presenta, funciona, se encuentra, el órgano. distinto. En la enseñanza de Lacan, quedó como una especie de
Del mismo modo, Lacan deja súbitamente de lado Ia forma espe- enclave que no se entiende del todo, salvo por su mito inspirado
cular unitaria del cuerpo pal'a interesarse en las particularidades en el Eanquete de Platón. Pero en la línea de La angltstia, en Los
anatómicas del organismo. No se volyerá a encontrar esta mirada cuatt'l clnct,Ftls fundaruentales,la libido aparecerá como algo com-
de Lacan, este detalle biológico y anatómico que aparece aquí pletamente distinto de un resto significante, aparecerá como un
cuando levanta el velo del significante v cuando el cucrpo, cl cuer- órgano paradójico.
po espléndido del espejo, pero al mismo tiem¡ro este cuerpo uni- EI mito de la laminilla, que figura en <.Posición del inconscien-
te>> y que también se enuncia en Los cuatrl conceptos fundamentales,
ttr-io que solo es una forma, recupera sus órganos.
Ei cuerpo imaginario es un cuerpo sin órganos, retomando una traduce el uso que se hace del término írgnno en lugar del signifi-
ex¡:resión que se utilizó precisamente para desarrollar lo que en el cante, y muestra bien cuál es la anfibología del resto. Hasta enton-
ces habíamos conocido el resto deseo, el deseo como resto, que es
Seminario áe l,rt arugtrtia merecería calificarse -aunque no me en-
tretengo cor esto- de antiedipo. Es lo que borra esta maquinaria un resto abierto a la dialéctica, y Lacan no se priva de hablar de
dialéctica del deseo. En el seminario de La angustia está aún el res-
para restituir al cuerpo sus órganos y deja, pues, de lado el cuerpo
imaginario, ese que se comenta indefinidamente en el estadio del to, pero es un resto órgano, que objeta la dialéctica. No es un res-
espejo; deja de lado el cuerpo mortificado por el trazo del signifi-
to deseo, sino un resto goce, resto reacio a la AttJbeblntg.
cante que tacira, el cuerpo marcado por la barra, y que presenta una
función compietamente distinta del trazo,la del corte significante.
Por eso, hacia el final del Seminario, Lacan habla de lo que llevó a 10. Cf.J. I-acan,..l¿ instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
I,'rcrrcl,, (1957), cn li¡ct'ito¡ /, Mófico, Siglo )O(I, 2000, pp. 473-509.
cabo en su recorrido como de una reviviscencia de la clialéctica del

47
LA ANGUSÍIA LACANIANA Ir. uruR gnúluLR

¿Qué es este resto que nos proporciona al comienzo la división Fato órgano
subjetiva? Es un resto de goce. Lacan solo indica ttnavez) pero es
suficiente, dónde se inspira en Freud cuando cxplica que cons- En .<Subversión del sujetorr, el menos fi de la castración como
truye aquí una función de puntos de fijación de la libido, es decir-, imaginario se manipula para que produzca el fi mayúscula del go-
de lo que se aísla en Freud como resistente a la dialéctica del de- ce imposible de negativizar.En el Seminario de La angustitt,Lacan
sarrollo. La fijación designa lo clue es reacio ala Ar(hel,rmg signi- permanecerá en esta línea de que el goce es, en efecto, una función
ficante, lo que, en la economía del goce de cada uno, no cede a la imposible de negativizar. Y lo dirá en su diálogo de ..Televisiónrrl3
falicización. de esta manera: el sujeto es feliz. Pero esta positividad del goce se
La falicización es una significantización, es decir-, una mortifi- expresa en el Seminario de La ungustia mediante a, de alginmodo,
cación. Queda afuera lo que está vivo, y Lacan se lo objetó él mis- se desprende del significanre.
mo en su escrito .<Subversión del sujeto>>.31 Planteó la objeción
del goce, y aunque este escrito no esté correctamente fechado, al-
gunos indicios parecen mostrar que es contemporáneo del Semi-
nario de La angu.stia, por lo menos de su comienzo. Se había
planteado la objeción del goce, pero para enseguida capturarla
otra yez en la instancia fálica, en ..Subversión del sujeton, donde
.--@
encuentran la frase que se cita a menudo: <<Esto es lo que predes-
tina al falo a dar cuerpo al goce, en la dialéctica del deseorr.s2 En La angustiñ, el menos fi, que conocen bien, ya no es en ab-
Lacan está en ese borde donde se necesita un cuerpo para el goce, soluto lo mismo. Ya no es el -«p de la castración imaginario-sim-
pero solo le encuentra un cuerpo significante que le da el falo. En bólica, sino el -g del órgano. Lacan introdujo en este punto algo
el Seminario de La angustia, el goce se libera de la sujeción signi- que no está en absoluto en Freud, que no se localiza, por lo que sé,
ficante de su prisiónfálica y se pr-ueba que, por el contrario, son en la literatura analítica de esta forma. El -p ya no es de hecho
los objetos a los que dan cuerpo al goce. De alguna manera, es la símbolo de la castración, sino que indica una propiedad anatómi-
frase que falta para que se entienda de qué se trata. ca del órgano masculino, que se opone completamente a su ima-
Esto es lo que Lacan intenta representar mediante órganos, ginarización de potencia, puesto que se trata de la derumescencir
cuerpos de goce que no son significantes. Y lo ilustra a veces de que afecta a este órgano en el momento de su goce.
manera sumaria como el pedazo de cuerpo -puede aludir a la ..li- Esta particularidad anatómica es una función que Lacan deta-
bra de carne>>, que Shakespeare introduce en sus obras. De hecho, lla. Recurre entonces a las especies animales para mostrar que es-
son fragmentos de real que se encuentran por primera vez ilustra- ta desaparición del órgano de la copulación no afecta necesaria-
dos de modo imaginario, de rnodo material, y que solo más tarde mente a todas las especies. Se trata de una particularidad propia-
hallarán su estatuto de consistencia Iógica. mente humana que no moviliza nada de lo que moviliza la castra-
ción, que no moviliza ningún agente de castración, pero que es,
por el contrario, un dato. Por eso, en un segundo tiempo, Lacan
se pregunta en este Seminario por la subjetivación de los datos

31. Cf.J. Lacan,..Subversión dcl su.¡'cto y dialóctica del deseo en ei incons-


ciente freudiano>>, en Escritos 2, ob. cit. n. 18, pp. 773-807. 3 3. J. Lac:rn, ..1tle visiónr,, en Psiconnílisis, mdiofonía y te leaisión, Buenos Aircs,
32. Ibíd., p. 802. AIra¡¡r:rrrrr, 1977 , p. 108.
LA ANGUSIIA LACANIANA
ll. uNa anú,uLA

anatómicos, pero hay, como al comienzo, una crudeza del aborda-


Elogio de la feminidad
je de la particulariCad anatómica como tal. Al no regirse por el sig-
nificante sino por el órgano, Lacan aumenta la lista de los objetos.
El falo simbólico no es el significante imposible de riegativizar. En
Si en este Serninario puede agregar la mirada y la voz, es porque
el Seminario de La angustia entra en función el órgano, que en el
arrancó el estatuto del objeto al significante.
varón se negativiza por sí mismo en su operación copulatoria. En-
Cuanclo nos regimos por el falo como significante, y Lacan
contrarán así tres lecciones que son como el reverso de lo que apa-
muestra que esta es la verdad de Freud, la castración tiene por
rece en el escrito ..La significación del falor'. l]na vez que elabo-
fun,lamerito la aprehensión en lo real de la ausencia de pene de la
ró, de manera inolvidable, el estatuto del falo significante, Lacan
mujer Íie srgue entonces lo que Lacan no duda en subrayar en La
pasa, en la última parte de este escrito, a la elaboración de las es-
relaciitt. de objeto,3a 1o que é1 llama, en conformidad con la doxa
tructuras a las que, en función del falo significante, se someten las
analítica, un sentimiento de inferioridad en la mujer en el plano
relaciones entre los sexos. Y muestra que estas relaciones giran en
imaginario.
torno del significante fálico como significante del deseo y que pa-
De modo que hay que leer el Seminari o de La ang$tia sobre la
san por el ser y el tener: ser el falo, tener el falo. Aunque sea me-
base de lo que Lacanmismo nos enseña antes: en la dialéctica sim-
nos evidente, en el Seminario de La angttstia también encuentran
bólica la mujer entra con el signo menos porque su falta de obje-
presentadas lógicamente las relaciones entre los sexos, pero a me-
to es el falo significantizado,el objeto simbólico fálico. se trata de
nudo en una perspectiva muy distinta. No puedo expresar mejor
algo que solo concierne a la mujer, puesto que se deduce de allí,
la innovación producida que retomando esta proposición que for-
como saben por ejemplo por el esquema R de los Dscritos,la iden-
mula Lacan y que resulta escandalosa respecto de toda la literatu-
tificación primordial del sujeto con este falo imaginario, imagina-
ra analítica: ..A la mujer no le falta nada,r.35
rio-simbólico. De ahí la incidencia del fantasma fálico en Ia sexua-
Se pasa, pues, un trapo que borra todas las constr-ucciones que
lidad femenina, el creerse provista de un falo, el creer que la ma-
descansaban en la privación, la frusrración, la castración, el falo
dre está provista de un falo. De ahí lo que desarrollan tanto Freud
como el primer Lacan, un efecto de complicación en la posición
imaginario y simbólico .Él n nuna verdacl que no es la verdad
^lr
de la castración. Por supuesto, se nos dirá que Lacan seguirá ha-
femenina con respecto al deseo. El sujeto femenino necesita reali-
blando de castración,lo que no impide que lo que se alcanzay de-
zar ciertas contorsiones para acceder a la posición femenina. Esta
signa allí sea la brújula de toda la continuacitin de su enseñanza. A
complicación descansa en el hecho de que el objeto del deseo es
la mujer no le falta nada, y tiene el desparpajo de agregar: ..salta a
haceise reconocer por medio del significante del deseo, es decir,
la vistarr. Cuando, justamente, lo que siernpre saltó a la vista en el
del falo significante.
psicoanálisis es que ella está afectada por la falta. Se trata de una
En el camino del deseo se encuentra el falo significante, mien-
nueva evidencia que aparece justo cuando la significancia del falo
tras que el falo órgano se descubre en el camino del goce. Se sigue
se pone entre paréntesis para dar lugar al falo órgano.
así una posición, una estr-ucturación completamente distinta de la
FIay una inversión iniciai. En el camino del goce, el varón es
posición femenina, que empieza en el Seminario de La angustia,y
quien está perturbado, quien encuenn-a de manera elecdva -g bajo
circulará en la enseñ anza de Lacan hasta terminar comprendién-
la forma de Ia detumescencia, es deci¡ de cierto..no poder» que La-
dose verdaderamente diez años más tarde.
can finalmente sitúa en el pizarrón en un lugar preciso. El varón es
quien se relaciona con la falra, si se toman las cosas en el nivel de la

15. (ll..J. Lecrrr, 1/ Suninttt'it¡ /0, ob. cit. n.2, cap. XIV
5o
51
LA ANGUSIIA I,ACANIANA
ll. uNn anúJuLn

copulación, o más bien quien se relaciona con la desaparicién del menina; esto es: -cp, la detumescencia, complica y limita la relación
órgano instrumento. La demostración de Lacan, inversa de la pre- del hombre con el deseo. Esta particularidad anatómica que surge
cedente, es que en el sujeto masculino la relación con el deseo y el en este lugar será absolutamente determinante para toda la elabo-
goce es complicada, confusa. Y comienza entonces su elogio de la ración posterior de Lacan del objeto a, quien volverá a trabajar el
feminidad. Lacan opone al término ..inferioridad", pero esta vez de concepto en su..La lógica del fantasmarr.só Por eso la angustia del
la manera más manifiesta, el de ..superioridadt, lo que obedece a lado hombre no se liga a la amenaza paterna, sino a un <<no poderrr,
una simplificación de la posición subjetiva. En cuanto al goce, el go- es decir, a su relación con un instmmento que falta, por lo menos,
ce copulatorio, el sujeto femenino no pierde nada en el asunto, y en que no siempre está disponible. Por eso también Lacan se pregun-
cuanto al deseo, este sujeto tiene con el deseo del Otro una relación ta de manera repetida por las palabras de Kierkegaard, quien
directa, no mediada, que no tiene como intermediario -q. sostiene que la angustia afecta más fácilmente a la mujer.
Esta es la doctrina del Seminario de La angustia, donde el falo Lacan se plantea esta pregunta varias veces, porque él demues-
ya no está implicado como significante sino como órgano, es de- tra que en el nivel del goce ella está menos sujeta a la angustia. Re-
cir, como instrumento del deseo en la copulación humana. En- curre entonces, contra Kierkegaard, al mito de Tiresias, que enun-
cuentran el falo significante en el Seminario de La a.ngtrtia, pero cia explícitamente la superioridad femenina en el nivel del goce.
relegado al rango de señuelo, como un emblema de la potencia, Sin embargo -y Lacan coincide aquí con Kierkegaard-, esto hace
que conduce al sujeto masculino a la impostura y puede conducir clue le afecte más directamente el deseo del Otro. ..Más directa-
a la mujeq si se identifica con él,aLa mascarada. Pero la potencia, mente>> quiere decir que no pasa por -g, que, respecto del deseo
la omnipotencia no es un añadido. Resulta esencial que al final del del Otro, no está protegida por el objeto, rrientras que el hombre
Seminario encuentre su lugar en el nivel escópico, nivel que se cri- interpone un objeto.
tica a 1o largo del Seminario. Lacan sitúa del lado femenino la angustia ante el deseo del
Otro, en la medida en que ella no sabe lo que este cubre, y está so-
lamente ante un Otro en falta. Ai mismo tiempo, le reconoce más
Dos fantasmas paradigmáticos libertad respecto del deseo del Otro, más franqueza, porque a elia
no le estorba el objeto. En este punto rinde homenaje a los teóri-
El sujeto femenino aparece aligerado respecto de la rurbación dcl cos anglosajones de la contratransferencia, en los cuales rre una
sujeto masculino. Como me pareció que hacía falta un empujon- mayor facilidad para captar las incidencias del deseo del Otro,
cito para que se entienda la bmjula de Lacan, titulé una de sus lec- porque el objeto no estorba a la rnujer.
ciones con una expresión que se encuentra en ella: .<La mujer', más En otras palabras, en el Seminario de La angustia se asiste a una
verdadera y más realr'. Sin duda, en el Seminario de La angrrtia, el inversión sensacional de todo Io que fuela doxa analítica. El hom-
objeto fálico -y su falta- no está implicado en la sex.ralidad feme- bre es el carente, porque en la copulación él pone el órgano y se
nina más que en segundo lugar. Lacan formula -no puede decirse encuentra con -cp. El apulsra y es él quien pierde. Solo puede
que lo demuestre- que la problemática fálica no es narural para la reparar esta pérdida median',e ei objero, cuando Lacan se regocija
mujer, sino que la atrapa solamente vía el hombre, porque el falo mostrando que la mujer pernlanece ir!tacta, intangible, incluso en
órgano y su desaparición desempeñan un papel esencial en la co- Ia copulación.
pulación masculina.
Mientras que la tradición analítica quiere que el camino feme-
nino para encontrar su posición sea más complejo y confuso que el 16. Ct. J.l,:rcan, ..lil Scrninario, libro ,1iIV, La iógicrr del fantasrnar, (1966-
I 967), inú<lito.
itinerario masculino, tenemos aquí el l:eYerso de la ser-ualidad fc-

F) 53
LA AN6USÍIA LACANIANA II, UNA BRU'ULA

Ordenados de este modo, se distinguen dos fantasmas paradig- po en su relación con los órganos, y desde una perspectiva de al-
máticos, uno del lado del hombre y otro del lado de la mujer. Se los guna manera -es la frescura de este Seminario, también su crude-
ha considerado observaciones sorprendentes de Lacan, cuando, en za, con lo que puede a veces tener de sumario- aligerada de toda
realidad, están en la lógica de esta construcción que acabo de reor- mitología, de toda la dramarurgia del Edipo, que concede un pri-
denar pacientemente. El fantasma del lado masculino, para decirlo vilegio a Ia biología, la anaromía, el cuerpo como tal, es decir, al
rápido, en realidad, es el masoquismo femenino, el masoquismo im- organismo. Y si los objetos emergen aquí como nunca, y al mismo
putado a la mujer, y, del lado de Ia mujer, el fantasma es el de Don tiempo se multiplican en relación con Ia lista tradicional, es por-
Juan, del hombre Don Juan. Aun cuando se expongan en distintos que están desligados de toda reü-oacción edípica. La separación,
momentos, estos dos fantasmas se corresponden. que volverenlos a encontrar en alienación-separación, es aquí con-
Que el masoquismo femenino sea un fantasma masculino sig- siderada como tal, es decir, de modo independiente del Edipo. Se
nifica que la incidencia del falo órgano se traduce en el fantasma t.ata, simpiernente, de una separación anatómica anterior a la in-
de una mujer que sería objeto, un objeto permanente que gozaría cidencia del Otr-o.
de ser el objeto del goce del hombre, y sin límites, justamente, sin
los límites que marca cn¡elmente -q.En oposición, Lacan da co-
mo emblema del fantasma femenino a DonJuan. Luego, del lado
masculino, una mujer gozaría de ser este objeto que puede reparar
el -g que lo afecta; y del lado femenino, la imagen de un hombre
al que no le faltaría nunca nada. DonJuan es el negativo de -cp, es
deci¡ una imagen donde -cp está borrado. Segun Lacan, se reco-
noce allí una pura imagen femenina, es decir, DonJuan es también
el sujeto ai que no le falta nada.
Lac¿n señala q,,rc riiricar-k en el fantasma fenrenino es decir
tarnbién que cs lln iaiso honibie, un imposto¡ el hornbre marcado
pol'una imp.:stura radic;ti, 1se que niega la incidencia de -cp y que
se presenta como el instrr¡rnelrto eterno del goce del Otro, el obje-
to absoluto. Por eso duda que semejante hombre pueda, hablando
con propiedad, inspirar el deseo, precisamente porque no es angus-
tiante, porque esto no cuenta para éi. Se sigue de esto lógicarnente
-se trat¿1 de una notación clínica muy valiosa-, según Lacan, que
..un verdadero deseo de hombre angustia al sujeto femenino", en
la rnedicia -agregaré yo- en que este deseo se relaciona con la fal-
ta, e invita al sujeto femenino a ser lo que la suple, y la fuerza, pues,
a ia interpretación. En cambio, siguiendo a Lacan, para ella resulta
simple la relación con su propio deseo, y solo trata con la compli-
cación d" -q por su relación con el deseo del hombre.
Este Seminario -y es preciso tomarlo en serio- pone la función
de la detumescencia en el lugar de la castración. Por eso, de ma-
ner-a general, se dedica a las particularidades '.rnatómicas, al cuer'-

5lt 55
lll. Ptaca giratoria

U un rxcnvncrórl

Objeto irreductible

F{e encontrado en el Seminario de Los ilMtrl cznceptls..., que sigue


a La angu.stiny qlue está publicado desde hace mucho tiempo, una
indicación de Lacan a propósito de un texto de Freud, <.Pulsiones
y destinos de pulsión'r,17 que resulta explícitamente fundamental
para la elaboración de este Seminario 11, y más discreta, silencio-
samente, también lo es para el de La angrrtia. Al leer esta indica-
ción de Lacan, me pareció muy apropiada para la lectura de este
Seminario: ..El gran valor de los textos de Freud, en esta materia
en la cual está desbrozando [la teoría de las pulsiones], es que, co-
mo los buenos arqueólogos, deja en su sitio el trabajo de excava-
ción, de modo que si la excavación no está terminada, se puede sa-
ber qué significan los objetos desenterrados".s8
El Seminario de La angustia es, en efecto, una excavación sobre
el terreno. No es un museo, donde los objetos están limpios, or-
denados, etiquetados, iluminados en su aspecto más favorable. No
es una exposición, donde el trabajo fue borrado. El trabajo de la

37. Cf. S. Freud,..Pulsiones y destinos de pulsión,, (1915), en Obras comple-


Inr, Bucnos Aires, A.morrortu, t. Xr\{ pp. 105-i34; ..Instincts and their vicissitu-
clcs,,, crr Strntllt'd Edition of the complete psychological works of Sigmand Fread, dir.
Jarnes Strachey, t. Xry Londres, Hogarth Press & Instirute of Psycho-analysis,
1957, p¡r. 109-140.
3fi..|. Lrcan, Iil Scntinnrio 11, ob. cit. n. I6, p. 189.

57
III. PLACA GIRATORIA
LA ANGUSTIA LACANIANA

tante varias temáticas. El leitmotiv de la causa, por ejemplo: se


lo que es verdad sin duda para to-
excavación sigue en su lugar,
presentan algunas notas, después se hace el arreglo sinfónico, se
dos los Seminarios de Lacan, pero a mi entender resulta más
interrumpe y se melve a empezar. Si quieren ser metódicos, pue-
cierto de este.
den seguir de este modo, juntar los diferentes fragmentos, para
Encuentran allí lo desenmarañado y, junto a la tierra yerma,
obtener un desarrollo continuo.
vastos paisajes, pero también caminos que no conducen a ninguna
parte. Encuentran tentativas que se prolongan o que son objeto de
arrepentimientos explícitos o tácitos. Y en cada momento, en ca-
Cambio de coordenadas
da lección, es preciso evaluaq como diría alguien, de qué se trata,
y cadacosa merece ser evaluada, incluso lo que yo llamaba los ato-
Sin embargo, hay un leitmotiv que vuelve, son reflexiones sobre
lladeros. Quizá sea porque acabo de terminar, p€ro tengo la sen-
el hecho de enseñar, que, aunque paÍezcan en posición de excur-
sación de que es como una placa giratoria donde se esbozan, a ve-
st$, no lo están. Son exergos con indicaciones preciosas sobre el
ces de manera fugitiva, caminos que Lacan irá tomando en el cur-
momento de la elaboración, sobre lo que quieren decir los objetos
so de los siguientes años.
desenterrados.
El trabajo de excavación permite el surgimiento de un objeto
Una de estas reflexiones aparece en el capírulo XIX, donde se
hasta entonces inédito, hasta entonces invisible para Lacan mismo
un explicita de la manera más clara lo que he subrayado de la desedi-
-tenemos testimonio de esto-, que había permanecido inasible, pización de la castración, y donde se elabora un nuevo estatuto de
objeto hasta entonces taponado por el significante. Y es que hasta
la angustia de castración, ya no referido ala amenaza del Otro, la
ese momento, en el camino que Lacan despejaba, los objetos
de un agente que es el Otro paterno, materno, sino al hecho bio-
desenterrados eran todos susceptibles de yolverse significantes;
lógico, anatómico, relativo al organismo, de la detumescencia en
más aún, los objetos desenterrados estaban todos consagrados a la
la copulación.
A'uftebang -retomando el término de Hegel que utilizaLacan-
Cuando esta elaboración alcanza especial claridad, es precedida
significante, a ser elevados a la dignidad del significante.
por una reflexión sobre cómo se lleva a cabo -el texto avanza mlJy
En este Seminario de Ln anglstia, se elabora un objeto cuya
rápido en este puntG- ..el paso de un sistema conceptual a otro>> y
esencia, naturaleza y estrucfura, no solo se distingue de la del sig-
sobre 1o que puede obstaculizar este paso.le El ejemplo, al que se
nificante, sino que se construye de tal forma que es irreductible a
alude brevemente, refiere el paso del sistema copernicano al sistema
ella. Se ve emerger, por primera vez como tal, Io que se establece
einsteniano. No está de ningún modo desarrollado, la única indica-
en el psicoanálisis como el objeto a de Lacan No digo que él no
ción al respecto son los datos relativos a la emergencia de un nuevo
haya utilizado el término antes, sino que es en este seminario don-
sistema cuyas ecuaciones ..se apoyan en aquellas que las precedían,
de la excavación conduce a distinguir específicamente este objeto,
las incluyen y las sitúan como casos particulares, de modo que las
lo que va acompañado de cierta conmoción. En efecto, se trata de
resuelven por entero>>.a0 Habría que agregar esta observación a lo
algo que no encuentra de inmediato, tampoco durante el año, su
que se lleva a cabo en el Seminario de La angrctia. Se trata de pasaE
lugar preciso, exacto. Hay conmoción, movimiento, el tormento
en el psicoanálisis, en la enseñanza deLacan, de un sistema a otro,
de quien lo elabora, cuya enunciación asertiva se sigue de vaive-
de manera que algunos términos, algunas funciones que parecían
nes, tentativas, borraduras, correcciones -y continúa avanzando
hasta el final del año.
Varios leitmotiv se cruzan. Lacan toca varios temas en una mis-
39.J. I-acan, Dl Scntmnrio 1fl ob. cit. n.2,p.277.
ma lección, no los agota, los entrecruza, y después, a co¡tinuación,
40. Ibí<|.
el despliegue siempre supone hacer avanzar de manera concomi-
59
58
LA ANGUSTIA LACANIANA III. PLACA GIRATORIA

definitivas, se reubican en un cuadro, en un conjunto de coordena- al respecto por qué vías procede en su enseñanza, en el sentido de
das, donde estas funciones aparecen como casos particulares de una <<en su modo de enseñarrr, en su pedagogía psicoanalítica. Aunque

función generalizada, con el efecto resolutivo que se sigue. la palabra puede chocar, él se refiere explícitamente a un procedi-
Mi interpretación de esta nota que toca Lacan se verifica, vali- miento de la pedagogía escolar que define de la siguiente manera:
da, con lo que se lee al final de .<Posición del inconscienten, que ..Adelantarse a lo que se llama las capacidades mentales del niño
Lacan redacta al año siguiente de este Seminario y que presenta, mediante problemas que las sobrepasan ligeramenterr. Se entien-
comenta y desplaza en el Seminario de Los utatro clnceptls. F;sta, de que esta es la metodología del Seminario de La angtstia,tn po-
nota añadida al final de ..Posición del inconsciente, señala que es- co, pero no mucho, de manera de poder obtener <<un efecto de
te texto que situa el mecanismo de Ia alienación y de la separación apresuramiento sobre la maduración mentaL, y..verdaderos efec-
tiene un valor de escansión respecto del comienzo dela enseñan- tos de apertura, incluso de desencadenamientorr.al A propósito de
za de Lacan, que inauguró ..Función y campo de la palabra y del esto, él obserwa que los pedagogos han subrayado -es su posición-
lenguaje".al Ya antes expliqué por qué para Lacan había allí una que el acceso al concepto en el niño sería contemporáneo de la
cesura tan importante.42 edad púber. Lacan no valida esta observación, pero evidenremen-
Tienen en el Seminario de La angrtiu el laboratorio, el taller, la te le sirve, dado el obstáculo del que se rrara.
excavación, que nos conduce al pasaje de un sistema conceprual a IIace entonces sortear el obstáculo conceprual de la angustia
oüo. Para no desorientat y con una preocupación que Lacan se de castración resituándola en el nivel del órgano masculino, de su
atreye a llamar en este caso pedagógica, él prepara, por supuesto, las funcionamiento en la copulación en el momento del orgasmo.
transiciones y se vuelve a encontrar el -cp elaborado antes. Hay tér- Podría tratarse de una obserwación adjunta, ubicada en otro pla-
minos que reaparecen, pero este Seminario debe leerse con la idea no y que deja, pues, intacto el concepto de la castración y de ia
de que se va realizando lentamente un cambio de coordenadas. angustia de castración. En este punto, es preciso subrayar que él
hace de la detumescencia del órgano, de su carencia, de la desa-
parición de la funciónfálica en el acto sexual,..el principio de la
DErumrscrNcrR angustia de castraciónrr.
Demos todo su valor al término principio. Lacan encuentra en
Desmitologizaci6n el funcionamiento de un órgano el principio, es decir, el funda-
mento, laraíz,la causa, de lo que se elabora en el psicoanálisis, en
Todo lo subrayado antes los preparó para lo que Lacan indica co- las coordenadas edípicas. Pero tratándose en ese nivel del órgano
mo el obstáculo que debe superarse en la elaboración del Semina- y de su funcionamiento, que es el del principio, se borra la drama-
rio de La angttstia, para acceder a la función generalizada de la que rurgia edípica si se toma en serio el término principio; es decir que
se trata. Este obstáculo lo constituye la angustia de castración, que el principio está en el nivel del órgano como tal. De aquí que el
marca en Freud el límite de la experiencia analítica. Lacan indica principio de la angustia de casración no esté en el nivel de ningún
agente de la castración, de ningún Otro que profiere amenazas, no
se inscriba en el Edipo.
41. Cf.J. Lacan, ..Función y campo de la palabra y del lenguajc en psicoaná- En todo este Seminario, hay un movimiento que desinscribe del
lisis» (1953), Escritos./, ob. cit., n. 30, pp. 227-310. contexto edípico términos fundamentales del psicoanálisis. Por
42. Cf.J.-A. Miller, ..Escansiones en la enscñanz.a de Lacanr' (1981-1982) y
..Del síntoma al fantasma, y retorno>> (1982-1981), La orientación lacaniana II, 1 y
2 (inéditos), enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoaná-
lisis de París VIII y de la Sección Clínica de París-Saint-Dcnis. 43. J. I-acan, lil Seminru'io 10, ob. cit. n.2, p.279.

6o 6t
LA ANGUSTIA LACANIANA
III. PLACA GIRATORIA

eso señalé rápidamente que el Seminario de La angtstia era el an-


eliminarse del psicoanálisis. Por eso, por otra parte, cuando
tiedipo, cosa que los que lo convirtieron en título solo percibieron Lacan tabaja para sustraer al psicoanálisis su mitología edípica,
diez años después.aa Por supuesto, Lacan no hubiera dicho antie- le restituye un plus-de-mito en la forma del mito ultraelemental
dipo, pero esta línea que relativizay resitúa el Edipo solo comien- de la laminilla, que él escribe en ..Posición del inconsciente", y
za en el Seminario de La angustia. Enunciar este principio tiene, que también figura en el Seminario de Los ntatro clnceptls.Al sus-
en efecto, como consecuencia una apertura que Lacan desea, en la traer la vieja, la antigua mitología edípica, ofrece progresivamen-
medida en que permite percibir que la castración bien podría no te, como por compensación -y para marcar que, pese a todo, se
ser un término único y último, sino que podría resituarse como un
necesita el mito, que no es seguro que el psicoanálisis pueda sos-
caso particular de una función generalizada: la desaparición de un
tenerse sin él-, un corazón de mito.
órgano. Este mito apunta a dar vida a la libido concebida como un ór-
De este modo se introduce este término que Lacaninstalará en gano. Lacan lo presenta como el nuevo paradigma del objeto per-
un mecanismo el año siguiente,la función de la separación. El va- dido, un paradigma que reemplazará al falo en juego en la castra-
lor del término separaciín reside en que no es castración. Separa- ción. El punto esencial es que en este mito, y en la elaboración
ción de los órganos, separación de órganos, que hace alavezper- que se hace en el Seminario de La nngustia, el órgano perdido, el
der primacía al falo simbólico. Se le ha reprochado a Lacan esta órgano separado, no está separado por la castración. No cobra
primacía, cuando el término está en Freud. La función de la sepa- sentido y valor a partir de Ia castración, sino que se concibe como
ración hace que pierda su primacía el falo simbólico y, por 1o mis- lo que se desprende de la sexuación de la vida en la medida en que
mo, permite agregar nuevos objetos a la lista de los objetos freu- esta se reproduce por la conjunción de dos sexos. El apogeo de
dianos. En el Seminario de La angtrtia, se inaugura y comienza a este mito es que el órgano libido se aísla por el efecto de una pér-
realizarse la desmitol ogización del psicoanálisis, que conducirá a dida natural, una pérdida en la que no hay agente. No es un cas-
Lacan hasta lo que me he permitido llamar..el desencantamiento tigo, no es el resultado de una trasgresión. Esto se cumple en el
del psicoanálisisr'.45 Ya pueden percibir en este Seminario las indi- mito por el solo hecho de que, en lo sucesivo, la vida no pasa por
caciones que constituirán el punto de partida del Seminario de la reproducción de un solo se¡ sino que asume la forma de una
Lacan de los diez próximos años. especie donde hay dos sexos que deben unirse. La invención con-
siste en decir que en esta división algo se pierde bajo la forma del
órgano libido.
Corazón de mito
Por supuesto es un mito, pero un mito que elimina la noción
misma de, si me permiten, la falta en el Otro. Se trata de un paso
Si este acceso que propongo funciona, en este Seminario presen- hacia la inocencia. Se atraviesa la vía -que será7a que elija Lacan
ciamos el reemplazo de la mitología por la topología, de Ia que cuando construya sus cuatro discursos- de una pérdida de goce,
aún falta evidentemente preguntarse en qué medida no sería ella que es tan automática, natural, necesaria, como Ia entropía.
también, de otro modo, una mitología. Queda abierto, es para El Seminario de La angastifl lleva a cabo, a lavez,la disyunción
pensar. Desde que apunta a lo real, no es seguro que el mito pueda del Edipo y de la castración, la generalización de la castración ba-
jo la forma de la separación, y la degradación del falo significan-
44. Cf. G. Deleuze y E, Guattari, Dl antiedipo: enpitalismo y esqttizofrenia,B:ue- te, al mismo tiempo que comienza a subir al cenit la función del
nos Aires, Paidós, 1985. objeto a.
45. Cf. J.-A. Miller, <<La "formation" de l'analyster> (2001), en La Cause fi'eu- No es algo que se haya visto siempre. Por supuesto, Lacan si-
dienne n" 52, París, Navarin/Le Seuil, 2002, pp.7 -45.
guió utilizando su insignia -cp y hablando de la castración. En su
6z
63
t
LA ANGUSIIA LACANIANA
III. PLACA GIRATORIA

resumen del Seminario de .<La lógica del fantasmarr,46 señaló que texto de Freud .<Inhibición, síntoma y angustia>, que él no lee, no
el objeto ¿ contiene el -g de la castración, lo que hay que leer, no comenta con sus oyentes. Lacan toma cosas prestadas, extrae una
en la eternidad de la conceptualización psicoanalítica, sino sobre fórmula que convierte en eslogan: la angustia señal. Hay que leer-
la base de lo que se elabora en el Seminario de La angrrtia. 1o, él lo utiliza de manera mucho más precisa que lo que aparece
en el Seminario de La angastia.
¿A quién digo esto sino a mí mismo, puesto que lo he comen-
tado rápidamente? Pero es esencial entender que no se trata de la En este texto de Freud, encontramos la siguiente frase, que La-
castración edípica, que a partir del Seminario de La angrtia cas- can transcribe por la retroacción del Edipo: .<La experiencia coti-
tración remite fundamentalmente al principio de la desaparición diana de la evacuación del contenido intestinal y la pérdida del se-
del órgano fálico en el momento del olgasmo. En esta reseña de no materno expelimentada durante el destete permiten dar algu-
.<La lógica del fantasma>>, se indica que hay que entender de estc na idea de Ia castraciónrr. ¿A1 lector? ¿N sujeto? En otros textos de
modo la función de la cópula fáhca. La desaparición del órgano fá- Freud, no faltaría con qué marcar que, en efecto, a partir del mo-
lico conserva, incluso en el Seminario de La angrrtia,y después, un mento edípico los estadios anteriores encuentran sus funciones
lugar central, lo que se distingue por completo de 1o que podría como esbozos de la castración.
llamar una función final. La castración edípica ftinciona como A-11í el desarrollo termina con Ia castración. He consignado la

punto de capitón, según expresó Lacan en una fórmula famosa en- frase que figura en Lacan, en ..De una cuestión preliminar...n:
tre los lacanianos, muy esclarecedora tratándose de lo que dice <<Los estadios se ordenan en la retroacción del Edipor; es decir
Freud: <<la retroacción del Ediporr.aT que para Freud, tal como Lacan lo formaliza, no hay estadios pree-
dípicos propiamente dichos. IIay cronológicamente estadios pre-
genitales, pero no preedípicos, porque el Edipo está en todas par-
tes. tr,os objetos como tales, oral, anal, genital, son edípicos; es de-
cir que el falo domina todo lo que atañe al objeto. En este senti-
do, años antes de su Seminario de La angustia, Lacan abandonó la
ANAL GENITAL
palabrafulocentrivno, esa palabra que resultó fascinante durante un
tiempo, hasta que, por el contrario, se la vilipendió, como si estu-
viera alií, en primer lugar, lo que él predicaba, y, en segundo lugar,
como si eso ya no estuviera allí.
Función generalizada En el Seminario de Ln angustia, se verifica hasta qué punto lo
que se estableció de la noción de la enseñanza de Lacan depende
La retroacción del Edipo en este eje, el desarrollo cronológico tal verdaderamente de lo que precede a este Seminario. Su trascrip-
como formalizó a partir de Freud Karl Ablaham -lo oral, lo anal, ción formalizada, significante, su reelaboración significante de
lo genital- supone que estos diferentes estadios adquieren sentido Freud, estableció la imagen del aporte de Lucun.
y valor a partir del punto de capitón edípico. Lo encuentran, por Por el contrario, vean cómo, en el Seminario de La angustia, se
ejemplo, en la obra a la que Lacan hace referencias dispersas, el deshace la retroacción edípica. De una manera que no es tan con-
vincente, pero que tiene su valor si se piensa que desmiente la re-
troacción del Edipo, Lacan habla de ..constitución circular, del ob-
46. Cf. J. Lacan, ..La lógica del fantasma,, (Reseña del Seminario dc 1966- jeto. Yo 1o entiendo respecto de la retroacción edípica, que desapa-
1967), en Reseñns de enseñanza, Ilucnos Aircs, Nlanantial, 1988.
rece. Y elabora como objeto ¿ una función generalizada, que no es
47.J.Lacan,..De una cuestión preliminar a todo tratamiento posiblc dc Ia
psicosisr, (1958), enEsct'itos 2, ob. cit. n. 18, p.53ó. edípica ni cronológica, sino topológica y, si se quiere, sincrónica.

64 65
LA ANGUSTIA LACANIANA

La función del tiempo aparecerá más tarde, en ..Posición del Cuando Lacan r,rrelve sobre este tema -no sé cuántas veces, no
inconsciente>>, en Los ru.atro clnceptls fundamentales... El año si- las he contado-, l-ray que siruarlo como una condensación del Edi-
guiente surgen las consecuencias en la dirección de la cura, mien- po, y percibir que respecto de este objeto, que es el del deseo ley, el
tras que, en el Seminario de La angustia, surge a propósito de las objeto órgano, digamos a minúscula, no está determinado en nin-
curas de Freud, a partir de algunos ejemplos relativos a la contra- gún nivel por la prohibición, sino por la pura y simple separación.
transferencia, pero no es el centro de Ia elaboración. En el Seminario de Lu angustia, se encuentta una descripción,
si me permiten, naruralista, del cuerpo y sus órganos, extremada-
mente sofisticada, basada pese a todo en el recorrido de varios tra-
Rrsro Rrnl tados de anatomía, de embriología, pero que tienen el valor de po-
ner una distancia respecto más bien de la embriología que de la
La dimensión deta mitología edípica. Como resultado, el Edipo aparece como una
elucubración de saber sobre la separación, que es más bien del re-
He hablado de leitmotiv. Hay un leitmotiv edípico en el Semina- gistro de la automutilación, cuando la prohibición,la castración en
rio de La angustia, y es preciso saber situarlo. Una fórmula vuelve, cuestión, es siempre una heteromutilación.
insistente. Si no se la sitúa, se piensa que es la doctrina que pre- El Seminario de La angtrtia apunta a un estatuto del objeto
senta el Seminario áe La angustia, cuando en realidad está allí pa- anterior alaley y al deseo, anterior a la elucubración de la con-
ra despejar el espacio nuevo. Esta fórmula, que figura al final de junción de la identidad de la ley y del deseo. Lacan llama a mi-
..Subversión del sujetorr, sostiene que ..el deseo es la leiot. núscula a este estatuto del objeto. Luego, lógicamente, el Semi-
El objeto funda esta equivalencia que en sí misma merecería ser nario de La angustia desemboca en un cuestionamiento del padre,
desarrollada. ..El deseo es la ley' es una condensación del Edipo. que figura apresuradamente al final del capítulo XVIII, donde
Quiere decir: el deseo ylaley tienen el mismo objeto, puesto que Lacan expone y reelabora el texto que él volvió célebre, de Theo-
la ley es la palabra que prohíbe el objeto del deseo, y gue, al pro- dor Reik, sobre el sonido delshofar, ese cuerno en el que se sopla
hibirlo, dirige el deseo sobre este objeto, lo que significa que el en las ocasiones consagradas de la sinagoga, cuando se trata de
principio del deseo es el mismo que el de la ley. marcar la renovación del pacto que liga a Yahvé con el pueblo ele-
En las primeras elaboraciones de Lacan, que calcan a Freud, el gido.+a
padre es quien enuncia la ley. Si nos atenemos a las primeras cons- Esto sirve como punto de enganche al comienzo dela elabora-
trucciones donde Lacan atra;pa a Freud en la red de sus significan- ción del objeto voz, que por otra parte aquí es más bien un brarni-
tes, el padre es al mismo tiempo quien trazalas vías del deseo. Si do. Y Lacan examina quién habla. ¿Se le trata de recordar el pacto a
nos atenemos a los tres, cuatro, primeros años de su enseñanza, Dios? ¿Es Dios quien brama? ¿Este bramido no hará eco del asesi-
¿dónde hay actualmente un padre digno de ese nombre? ¿Dónde nato del padre? Esta es una de las hipótesis deTheodor Reik el bra-
hay un padre que se atreva a prohibir, que sepa prohibir, puesto mido de un toro al morir, que se hace escuchar en ese momento,
que solo por la prohibición pueden abrirse, liberarse y normalizar- puede interpretarse como sustituto del asesinato del padre. Estamos
se las vías del deseo? Un gr-upo de psicoanalistas se melca hacia el con todo detalle en la sinagoga, en la Biblia, donde hay un recorda-
aborrecimiento de lo contemporáneo basándose en Freud trascri- torio de la función eminente del asesinato del padre en la elabora-
to por Lacan, para asumir sobre todos estos asuntos que hoy soli-
citan, hacen vacilar, metamorfosean la noción de la familia, posi-
ciones que no me gustaría despreciar exageradamente calificándo-
48. Cf. T. Reik, <.El shofar,,, en El riru.al. Esutdio psicoanalítico de los ritos reli-
las de ..reaccionariasn. Bucnos Aires, Acme-Agalma, 1995.
glo.ro.r,

66 6t
&'
LA ANGUSTIA LACANIANA

ción freudiana, como subraya Lacan al final de este capítulo, en las Este Seminario es el Seminario inexistente, puesto que a La-
últimas palabras que pronuncia: si se olvida el asesinato del padre, can se lo suprimió, se lo excomulgó de Ia Asociación Internacio-
toda la cadena de la elaboración psicoanalítica se desarma. El ol- nal.4e Como él mismo recuerda, Lacan dejó de lado este trabajo
vido de la función paterna, de la función del padre muerto, conde- para presentar en su lugar el Seminario llamado de Los ümtrl cln-
na al psicoanálisis a la dispersión, la incoherencia, porque ella de- ceptos.so El debía, pues, desembocar en un cuestionamiento de la
termina, ordena la economía del deseo, a saber -esto forma palte unicidad del Nombre del Padre, de la misma manera que la sepa-
del leitmotiv-, que el deseo original está prohibido, es imposible ración releva a Ia castración de su función final, al falo de su pri-
de transgredir. macía, y al misrno tiempo da lugar al catálogo de objetos a.Diga-
En este capítulo no se trata de Edipo, sino de <<Tbtem y ta- mos que se trataba, correlativamente, de trasladar estos resultados
bú>>. Desde esta perspectiva, los dos mitos están relacionados. a la función paterna.
Más edípico, si me atrevo a decir, ¡mueres! La cosa amerita ser La angustia es ia vía -es lo que el Seminario establece- que per-
leída así: si descuidan estas funciones fundamentaies, no pueden mite acceder a lo que es anterior al deseo y a su objeto. ¿Qué es
orientarse. En efecto, se trata de Freud -Lacan Io ha formaliza- anterior al objeto del deseo? No necesitamos releer el Seminario,
do durante años- y no es ilegítimo mencionarlo, pero, en el Se- ya que encontramos una respuesta en el sistema conceptual prece-
minario de La a.ngustiu, aparece como recordatorio, y no hay que dente. El ob;'eto real, cuyo paradigma es el seno, el objeto oral, es
omitir la frasecita, que produce el contt:apeso de esta enorme anterior al objeto del deseo. En el Seminario de La relación de ob-
elaboración: <<Este hecho original es sin embargo secundario jeto encuentran, por ejemplo, esta mención que justifica 1o que di-
respecto de la dimensión del objeto ¿'r. Este secuttdario por sí so- go: ..La relación con el seno es la relación más primitiva del suje-
lo resitúa la construcción. Todo esto es una elucubración de sa- to con el objeto realrr.
ber cuyo principio hay que encontrar en la dimensión del obje- ¿Cómo se concibe el seno en el sistema conceptual preceden-
to ¿. No se trata de asesinato del padre, de toro aniquilarlo, de te? Habrá que revisar esto para poder valorar la mutación extraor-
pacto. Además, si leemos con atención, en el Seminario de Ln an- dinaria del seno, del objeto oral, en el Seminario de La angustia,
gustia la función de Dios aparece como una función extremada- donde se lo concibe como un objeto exterior, un objeto que es del
mente dudosa, de mala reputación, más bien del registro de la Otro, en este caso la madre, y como un objeto de necesidad que
ilusión y el señuelo. satisface el harnbre. Toda la elabolación de lo que Lacan llama la
dialéctica de la frustración consiste en mostrar cómo este objeto
real se r,.uelve simbólico, es decir, cómo el objeto de satisfacción se
E[ amor velo de la angustia transforma en objeto de don.
¿Qué quiere decir esto? Lacan se esforzaba en mostrar en la
Este secundar"io qtte afecta a esta construcción y transforma la di- dialéctica de la frustración cómo el objeto real se vuelve un signo
mensión del objeto a en algo primario hace eco de lo que acabo de del amor. La economía del deseo, en el sistema conceptual prece-
formular sobre el objeto & como anterior al deseo. En el Semina- dente, está dominada, condicionada, determinada, por el amor. El
rio de La angtstia, se trata de acceder a un estatuto del objeto an- amor como satisfacción simbólica prevalece sobre Ia satisfacción
terior al deseo, al objeto del deseo, y anterior alaley, a su simbo-
lizaciónfálica,anterior a la constitución de la función paterna. Por
eso, en la última lección del año, Lacan anuncia que su elabora-
49. Cf. J.-A. Miller, Comentat'io del Seruinat'io inexistente, Buenos Aires,
ción del objeto a debería desembocar en el Seminario de ..Los Mrnrntial, 1992.
nombres del padrett. 50. (ll..J. Llcrrn, /,.7 Seminnt'io //, ob. cit. n. l(t,p.20.

6<¡
I¡I. PLACA GIRAÍORIA
IA ANGUSTIA LACANIANA

deseorr.5l Esta proposición resume la dialéctica de la frustración.


real de la necesidad.Lavía privilegiada para acceder al objeto del
deseo es la vía del amo¡ hasta tal punto que Lacan sostiene que la
El amor es aquí velo de la angustia y de lo que la angustia pro-
duce, a saber, el objeto que causa el deseo.
satisfacción real, el niño ahíto, no es más que el sustituto, la com-
pensación de la insatisfacción simbólica del amor. Por otra parte,
élr;rúliza al respecto la palabra aplastar. Hay un aplastamiento de
lo que sería este llamado del amor, un aplastamiento en la satisfac- Significante innom brable
ción. lJno se sacia y se duerme, precisamente porque hay algo in-
Tan pronto como se confrontan el Seminari o de La transferrncia y el
satisfecho del lado del amor. La satisfacción esencial es la que da-
de La angustia, resulta manifiesta la oposición que esbozo entre la vía
ría el amor, como se recuerda brevemente al pasar en el Semina-
de la angustia y la del amor. El Seminario de La transferencia sigue
rio de La angustia.
evidentemente la vía del amor para bosquejar la función del objeto,
En las constn¡cciones de L,acan, en la relación del sujeto con el
que encuenüa como ágalma, como el objeto del deseo precioso, va-
objeto, se encuentra de entrada el Otro significante, el gran Otro.
lorado, sobrevaluado, que se encuentra en el campo del Otro, y que
Para Lacan implica, entre comillas,..una simbolización arcaica de
explica Ia transferencia. En este Seminario, la relación de amor se
la madre", correlativa del objeto real. Luego se produce una in-
concibe como electiva, privilegiada,s2 ypuede decirse que este Semi-
versión, donde el objeto se vuelve simbóiico del don de la madre
nario está construido entero en el abordaje del objeto en la vertien-
y la madre se l'uelve potencia real.
te del amor. No se encuentran en é1, si puedo decirlo así, todas las
Se recuerda esto para indicar lo que opone, en la elaboración,
guarradas que se encontrarán en el Seminario de La angustia. El Se-
la vía del amor y la vía de la angustia . La vía del amor, que La-
minario de I^a. transfermcia esú, iluminado por el esplendor de obje-
can siguió hasta entonces, da acceso al objeto simbólico, al falo
tos agalmáticos y culmina con la aparición de unaVenus botticelliana.
como símbolo del Deseo de la Madre, al deseo con-Io deseo del
Otro. Mientras que la vía de la angustia, tal como la trazó Freud La palabra priailegio, que emplea Lacan en lo que concierne a
la relación de amor en su Seminario de La transferencia,hace eco
en ..Inhibición, síntoma y angustia,>, conduce al objeto real,
al privilegio que Freud reconoce a la angustia en <<Inhibición, sín-
apunta a conducir al objeto de la satisfacción, una satisfacción
toma y angustia>'. Es preciso saber qué vía se privilegia en el
que no es la de la necesidad, sino de la pulsión, una satisfacción
abordaje del objeto y si se privilegia una u otra, ya que la remi-
que es goce.
sión del Seminario de La tranrferencia al Seminario de La angus-
Ya señalé que la angustia no es tanto el tema del Seminario de
tia mttesúa que no se alcanza la misma dimensión del objeto. Re-
La angustia como lavía para acceder, en lo que concierne al ob-
jeto, a una dimensión distinta de la que permitelavía del amor. cuerdo solamente que el Seminario de La transferencia comienza
con una larga exégesis del Banquete que culmina en el término
Se establece una contraposición: en la vertiente del amor, y bajo
ágalma. Y, para confirmar que el paralelismo que esbozo tiene al-
la operación de la AuJhebung, el objeto real es elevado a la digni-
gún fundamento, Lacan recurrirá al discurso de Aristófanes a fin
dad del ob;'eto simbólico; se pasa de la satisfacción estúpida de la
necesidad a lo indefinido del deseo metonímico. Mientras que en
51. J. Lacan, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, p 194. J.-A. Miller comenzó a co-
la vertiente de la angustia aparece la disyunción entre el goce y
mentar esta proposición de Lacan en su curso La orientación lacaniana 1d 1, <.Es-
el deseo. En estas coordenadas se puede resituar la proposición cansiones en la enseñanza de Lacanrr, lecciones de los días 24 d,emrzo y l4 de
de Lacan -de la que antes hice un uso esclarecedor pero quizá abril de 1982, enseñanza pronunciada en el marco del Departamenro de Psicoa-
también ligeramente desplazado, en todo caso, sin ver todas sus nálisis cle París VIII y de la Sección Clínica de París-Saint-Denis, inédito.
coordenadas- que encuentran como aforismo en el Seminario de 52. Cf.J.Lacan, El Seminario, libro 8, La transfereneia, texto establecido por

La angustia: ..Sólo el amor permite al goce condescender al J.-A. Millcr (1960-1961), Buenos Aires, Paidós, 2003,p. 172.

77
7o
&
LA ANGUSTIA LACANIANA III. PLACA GIRATORIA

de forjar su mito de Ia libido órgano, que he comentado. Cabe que se subraya, marca y acepta en el Seminario de La transferencia
agregar que no es imposible que este mito de lá laminilla haya si- es precisamente lo que Lacan se ocupará de forzar dos años más
do inspirado en Lacan por una curiosa invitación de Freud -que tarde en La angmia. En el Seminario de La transferencia, encuentran
no sería única, según la nota erudita de Strachey en el texto "Pul- la trascripción del complejo de castración en términos significan-
sir-¡nes y destinos de pulsiónrr-,S1 cuando este sugiere a su lector tes, y la resolución del atolladero bajo la égida de la fórmula en
imaginarse la situación de un organismo vivo primitivo, un orga- que, justamente, él aleja toda consideración sobre el órgano en
nismo sin defensa, sin orientación en el mundo, y que recibe, de juego en el complejo de castración: .<El órgano sólo se aborda
manera directa, los estímulos del mundo exterior' Esta elucubra- transformado en significanterr.55 Justamente, poder formular esto
ción, esta invitación de Freud a imaginar un ser vivo primitivo, es en La transferencia le permitió abrir la vía exactamente inversa en
el vivo retrato de la laminilla de Lacan. La angustia, donde empiezan a pulular los órganos que no se trans-
¿Qué encuentran en el Seminari o de La uattsferencia después
de forman en significantes.
la exégesis del Banquete? La dialéctica de la castración, pero que Sorprende ver cómo se caracteriza allí este último punto, este
quema sus últimos cartuchos -yo la he distinguido como tal, pero la significante que se presenta como paradójico porque es innombra-
expresión está en Lacan-, que pasa precisamente por lo oral, lo anal, ble. Este significante que es el falo simbólico, sobre el cual ya he-
lo genital, intentando ordenar estos estadios y deducirlos sumaria- mos elucubrado mucho -me contento con citar a Lacan-,..tiene la
mente. Está esbozado. \'erán que ocurre todo lo conüario en el Se- función de suplir en el punto en que, en el Otro, desaparece la sig-
minario de La angtstia, donde Lacan indica su rechazo a proceder a nificancia"; ..él es el significante del punto en que el significante
una dialéctica entre los estadios. No hay movimiento de espiral, no faltarr; y <.símbolo en el lugar en que se produce la falta de signifi-
hay moümiento progresivo. Lacan insiste, por el contrario, en el ca- cante>>; a continuación: ..esfuerzo por justificar que una falta de
rácter disjunto de la relación con las diferentes formas del objeto a' significante sea posible, cuando la batería significante es siempre
De modo que hay que Ieerlo de alguna manera en paralelo. complet»>. Para justificar esta falta, él introduce la cuestión del su-
No resumiré esta dialéctica, que solo está esbozada, pero puedo jeto, y más allá, el discurso, la cadena significante en la que cada
subrayar los ángulos de la problemática, que encuentra una solu- elemento remite a otro indefinidamente, lo que le permite dar a es-
ción inversa en el Seminario de La angtstia. En el Seminario de ,L¿ te significante fi maÉscula, O, el valor de proporcionar la garantía
transferencia! se ve este esfuerzo, a sabe¡ el intento de Lacan de ir de la cadena significante. Para resumirlo rápidamente, es lo que se
más allá de la angustia de castración. Lacan subraya y acepta el lí- l,uelve a articular en la última parte de ..Subversión del sujetorr.
mite freudiano de la experiencia: ..con Freud [el análisis] fue direc-
to hacia ese punto [al complejo de castración]. El mensaje freudia-
no concluyó en esta articulación, a saber', que hay un término final Señalde [o real
[...] al que se llega cuando se consigue reducir en el sujeto todas
las avenidas de [...] su repetición inconsciente' cuando se consigue Lo cito porque el Seminario de La angrstia responde a ello pala-
que esta última converja hacia la roca [...] del complejo de castra- bra por palabra. Esta respuesta valida el complejo de castracií¡n
ciónrr.54 Con la pregunta y el esfuerzo por resolver la paradoja: como último. Se trata de que el sujeto acceda, no a un significan-
te identificatorio, sino al significante que, si me permiten, sublima
¿por qué hay en el nivel genital algo no consumado? Este límite
el órgano. Donde el Seminario de La transferencia inscribía fi ma-

53. Cf. S. Freud,..Pulsiones y destinos de pulsiónrr, ob. cit. n.37.


54. J. Lacan, El Seminario 8, ob. cit.t52, p.260. 55. Ibíc|., p. 264.

73

&
III. PLACA GIRATORIA
LA ANGUSTIA LACANIANA

esencial de la angustia no es su relación con el decir, sino su rela-


¡iscula, el Seminario de La ilng$tia inscribe ¿ minúscula. Este es ción con lo real. El término está en Freud: Entas Reales. Y la an-
el sentido del esquema de la diüsión que recordé, un esbozo de lo
glstia, si no engaña (aunque encontramos esta fórmula una sola
que será alienación/separación.
vez,hacia el final, esta aclara retroactivamente todo el Seminario),
designa la Cosa, das Ding, designa lo real, el goce, en la medida en
S A que lo imaginario y lo simbólico solo pueden girar a su alrededor.
fi
a
O, un señueto
El valor de inscribir aqrí a reside en que da otra respuesta a la
pregunta por la garantía de la función del Ouo, que se escurre en
De manera correlativa, se imagina que S de A barrado, S@.), es ver-
la remisión indefinida de las significaciones. Y en el Seminario de
daderamente el colmo del colrno -no cesamos de escribirlo en el
La angustia, la respuesta rechaza la respuesta significante, para de-
pizarrón, de escr-utarlo-, pero esto sólo remite alafalta de signifi-
cir: solo puede tratarse de que en alguna parte haya goce. A conti-
cante, que un significante -esta es por lo menos la hipótesis del
nuación -hay varias etapas, que resumo-, se necesita como garan-
Seminario de La transferencin- ..especialtr puede colmar, mientras
tía del orden significante, de la cadena significante -no es más que
que un momento decisivo de la elaboración de Lacan en el Semi-
un valor aproximado-, un pedazo de cuerpo, la libra de carne, es
nario de La angustia es la elaboración topológica de una falta irre-
decir que es preciso entregar un órgano. Es necesario que el suje-
ductible al signifi cante.
to suelte un órgano, pero no un órgano transformado en signifi-
Para alojar al objeto a, él inventa una falta que el símbolo no
cante, un órgano goce. En el curso de su enseñanza,Lacan lo lla-
suple. Allí Lacan se lesponde a sí mismo, palabra por palabra. Es-
mará condensador de goce, plus de gozar, es deciE lo que del goce
ta falta que el símbolo no suple constiluye la estructura del objeto
no se deja taponar por Ia homeostasis, por el principio del placer.
¿. No es que el objeto tenga esta estructura, sino más bien que es-
Al entender las cosas de este modo, se comprende que surja, y
ta estructura es ei objeto a. Cuando lean el capítulo X del Semina-
vuelva como un leitmotiv del Seminario de La angrtia,la función
rio de Lrt. angustit, entenderán por qué Lacan formuló, mucho
de lo que no engaña. La fórmula es ¿qu.é es lo qu.e engaña? Por su-
después, que la consistencia del objeto es ante todo lógica, es de-
puesto, el amor es engañador y engañado. El deseo es cngañado y
cir, topológica.
embaucado. Todo lo que es del orden de lo imaginario siempre
Lo que llamamos objetos ¿ son solo encarnaciones, representa-
puede oscilaq según la perspectiva, en reflejos, sombras y cente-
ciones, manifestaciones, traducciones. El objeto a es, hablando
lleos, y lo simbólico ya se revela en su dimensión de semblante y
con propiedad, una estructura profundamente distinta de la del
de ficción. Por supuesto, la angustia es lo que no engaña, pero lo
significante, es decir, profundamente distinta del elemento 1. De
que no engaña es lo que no se deia significantizar,lo que no se de-
lo contrario, no se entendería cómo el analista puede, no sin razón
ja atrapar en la AuJhebung; es, pues, el resto real.
seria, inscribirse también en este lugar.
Este resto real es el goce en la medida en que no se deja captu-
En el Seminario de La angustia se renueva la lista freudiana de
rar por el significante, el goce irreductible al principio del placer. los objetos, que estaba limitada y ordenada por la castración y la
Por eso, es la angustia que, como afecto de displacer, connota es- referencia al desarrollo. Antes no se salía del triángulo o del terna-
pecialmente lo no significantizable. Lacan comienza su Seminario
rio oral, anal, genital, pero Ia lista lacaniana se emancipa de este lí-
con una fórmula que perdurará,.<La angustia es el signo del deseo niitc y cle este ordenamiento. Y, en primer lugar, rtnayez aliviada
del Otror', pero que va a perdurar superada por otra fórmula ha- rlc la castr¿ción y de la referencia al desarrollo, la lista lacaniana se
cia el capítulo XII, .<La angustia es señal de lo realt'. La función
at
74
LA ANGUSTIA LACANIANA

determina sobre las zonas erógenas, y especialmente sobre los ori- lV. Más acá de[ deseo
ficios del cuerpo. De ahí que Lacan pueda agregar a lo oral y lo
anal, lo escópico y lo vocal. No se trata de que se les arranquen los
ojos -aunque esto figura, e incluso se muestra, en el Seminario-,56
ya no funciona el modelo de la imagen de la eviración, sino el de
la imagen de la pérdida y la separación. Agrego que, tal como es-
tá desarrollada,la lista lacaniana es de hecho más vasta, porque se
hace cargo, aun cuando después se libere de esto, de la teoría fi'eu-
diana de la angustia, que incluye, en ..Inhibición, síntoma y angus-
tia>>, el aporte de Otto Rank sobre el trauma del nacimiento.
La castración es un nombre profundamente impropio que
siempre se refiere a una eviración por el Otro, como si este perso- Un móvrr-
naje prohibiera el goce. Por eso Lacan se distingue de Freud,
quien no esperaba al final del análisis más que una reivindicación Un arte de retórico
fálica, más que la demanda de fi mayúscula. Y, mientras que en el
Seminario de La transferencia se Io exalta, en el de La angustia qre- Lo que tengo en mis nanos es un libro, y sin embargo, al releer-
da fundamentalmente descubierto como un señuelo. lo, al redescubrillo con esta forma, me venían a la mente las pala-
bras de Magritte: <<Esto no es un librorr.
Si no es un libro, entlnce-r, ¿qué es? -me pregunté. Sería más
bien algo así como una película, el registro de los desplazamien-
tos de un móvil. Este móvil es un pensamiento que recorre un
espacio, que abre una dimensión y la explora, q\e traza un cami-
no, no sin perderse, no sin encontrar atoliaderos, no sin volver
sobre sus pasos para buscar sus pasajes. IJn pensamiento que a
i'eces dibuja vastos paisajes que, poco a poco, se desvanecen pa-
ra dar lugar a detalles desmesuradamente amplios, que son con
frecuencia espejismos hacia ios que caminamos hasta que los ve-
inos disiparse. Resultaba, sin cmbargo, necesario que esatviera el
espejismo y que este se disipara para encontrar la salicla que per-
mite ir más allá.
Si se procura componer una doctrina de Lacan sobre la angus-
tia a partir de este Seminario, es preciso estar muy atentos V no to-
mar cada fórmula como la solución. Ciet'tamente, ai rcleerlo, se
encontrarán unas veinte o treinta definiciones^ que no son defini-
tivas. De hecho, no hay una sola definición de la angustia que no
sea condicional, relativa a una perspectiva. Percibirnos ei arte de
retórico, la inspiración de Lacan en la argumentación que presen-
56. Cf .J. Lacan, El Seminm'io 10, ob. cit. n. 2, cap. XII. ta. Iil argunrenta como el |uez de instrucción instruye , a favor y en

t6 77
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. n¡As ncÁ DEL DESEo

contra. Y resulta cada vez tan persuasivo que nos gustaría que se la vieja angustia, conocida, experimentada. Este momento puede
detuviera en ese punto, puesto que hemos comprendido. llamarse fenomenológico.La angustia aparece, se la experimenta,
Ninguna fórmula de la angustia en este Seminario nos ahorra- trastorna, hace perder los estribos, desorienta; o uno se angustia
rá tener que rehacer el camino siguiendo las huellas de Lacan. Si por estar desorientado. Lacan no desarrolla la fenomenología, pe-
tuviera que comentarlo -cosa que no hago-, lo haría párrafo por ro la valida. Se trata de un afecto accesible para la mayoría. Sin
párrafo. No hay uno que no exija ser examinado, ajustado, que no embargo, este momento de la angustia tal como Lacan lo trata
necesite alguna rectificación, alguna inflexión. Para hacerlo, se en-
puede muy bien no ser accesible ni localizable. Es preciso conser-
contrará apoyo en tal o cual lugar. var a lo largo del Seminario la indicación que se da una vez: ..El
Dije .<perderse'r, hablé de atolladero... Al releerlo, y conocien- tiempo de la angustia no está ausente en la constitución del deseo,
do el final de la película -por lo menos de la obra-, no encontra- aunque esté elidido, aunque no sea perceptible en lo concreto>>.57
mos propiamente extravíos, porque el texto está lleno de hallazgos
Para apoyar esta aserción sensacional, ofrece una referencia a .<Pe-
que valen por ellos mismos, independientemente de la perspecti- gan a un niño>' de Freud, donde se trata de la constitución del fan-
va,hallazgos que, en sí mismos, dan qué pensar, y esto puede a ve-
tasma en tres tiempos, y donde hay que reconstruir el segundo
ces estar contenido en una frase. Intentaré saludar la publicación
tiempo. Esta indicación permite marcar que en la elaboración de
de este Seminario entregándoles mi bnrjula, la que me construí le-
Lacan el momento de la angustia es lógicamente necesario, cosa
yendo, escribiendo este Seminario. Sigo agregando elementos o que conviene recordar para no dejarse fascinar por el esplendor, el
encontrando ideas que hasta entonces no se me habían ocurrido. horror de la fenomenología de la angustia. Este momento se esta-
blece así como fenomenológico y,alavez, construido.

Momento fenomenotóg¡co y construido


Antinomia deldeseo
Al tener este libro en mis manos, me pregunté qué debería res-
ponder si tuüera que decir en una palabra de qué se trata. Y esta En este Seminario se trata de la constitución del deseo que ya no
es la respuesta que me imaginé que podía dar: se trata de una in-
es en absoluto la de la doctrina de Lacan que se volvió clásica. Aquí
mersión más acá del deseo. podría designarse el deseo como momento analítico, en la medida
¿Qué hay más acá del deseo? Aquí se da la respuesta, se la repi- en que depende, en sentido propio, de la interpretación, hasta tal
te, se la machaca; y dejé un esquema breve, incluso duplicado: más
punto que Lacan llegó a identificarlo con la interpretación analí-
acá del deseo, están el goce y la angustia. Se ve, en efecto, repeti-
tica cuando dijo: ..el deseo es su interpretación>>. Y es que el esta-
da, escalonada, la secuencia ternaria. Es un ternario ordenado que
tuto básico del deseo es ser reprimido -adjetivo que elijo para
a veces se presenta incluso como una cronología que dispondría de
unirlo a las construcciones de Freud. El deseo reprimido es el de-
momentos sucesivos. Se trata, por supuesto, de la cronología de un
seo que Lacan tradujo como metonímico, el que corre bajo la pa-
tiempo lógico en tres lromentos. labra, ba;'o la cadena significante. Sin embargo, respecto de este
Goce, momento mítico, dice aproximadamente Lacan, pero estatuto del deseo como reprimido, metonímico, hay una cara del
hay que entender este adjetivo con el valor que él le da, más de una
deseo que es fenomenológica: el deseo fascinado por el objeto.
vez, a saber, 1o que permite designar lo más real.
Los nueve Seminarios anteriores de Lacan desplegaron el espec-
El texto de Freud ..Inhibición, síntoma y angustia>> sostiene to-
da ia elaboración del Seminario. Lacan retoma por su cuenta, ai
ccrnienzo, la angustia que Freud define como un afecto, porque es .J.Lacan, El seruinario 10, ob. cit. n. 2, p. 190.
57

78
79
LA ANGUSTIA LACANIANA IV. Ir¡AS NCÁ DEL DESEO

táculo del deseo fascinado. Lo que Lacan elabora con el nombre deseo de nada y el deseo conro deseo de un objeto distinguido. Lo
de constirución del deseo es lo que elaborará el año siguiente de que hay de imaginario en el dcseo establece Ia escena del deseo,
una manera mucho más estrecha como la causación del sujeto, a donde el sujeto se muestra atraído, imantado por un objeto, y en-
partir de dos operaciones que son la alienación y Ia separación.58 cuentra los obstáculos que le impiden acceder a este objeto, las di-
Estos dos adjetivos, replimido y fascinado, introducen una an- ficultades o los atolladeros para su posesión. Esta escena del deseo
tinomia del deseo en su definición lacaniana. Por un lado, hay un representa mucho de lo que se expresa en la experiencia analítica,
estatuto metonímico de la instancia del deseo, de su insistencia ba- donde se trata de lo deseable y de cómo acceder a ello.
jo la cadena significante, entre los significantes, en el interwalo. Es-
te deseo es de alguna manera invisible, inaudible, salvo que se lo
supone <<de analistarr, y después está el estafuto imaginario de su OeJrro-nl euE sE ApuNTA y oBJETo-cAUSA
objeto. Hasta entonces hubo en la elaboración de Lacan desliza-
mientos muy rápidos que han unido estos dos estatutos -simbóli- De la intencionatidad a [a causalidad
co e imaginario- que afectan al deseo.
Ifasta el Seminario de La angttstia,la escena del deseo siguió es-
tructurada por la inrencionalidad del deseo. Lacan menciona este
Pu Lsróu término que tiene referencias muy precisas en la filosofía de co-
Gocr I mÍlco v nrRL mienzos de siglo, y se continúa en Ia fenomenología francesa.
Arucusrn
Recién en este Seminario se desprende del modelo de la inrencio-
Arucusrrn I r¡r'romruorÓcrcA Y coNSTRUT DA
nalidad que reinó sobre el pensamiento de la mitad del último si-
Rrpn rs¡óru

D¡sro I REPRIMIDO Y FASCINADO


glo. Se refiere esta idea, en su origen, a Brentano, quien se opone
a la concepción, como dice Sartr-e,62 delafilosofía idealista de que
el Espíritu-Araña atrae las cosas a su tela para volverlas conteni-
En cuanto al estatuto metonímico, Que Lacan estableció en el dos inmanentes a la conciencia, y el espíriru sólo puede pensar
escrito.<<La instancia de la letr-a>>,59 la novedad reside en marcar ideas. Sartr-e expone, por el contrario, que Ia conciencia no es un
que el deseo del que se trata es un deseo de nada, que no es más continente, que está vacía, falta de ser, y en relación con el mundo
que la metonimia de la falta en ser, y que al final del deseo no hay hacia el cual esta estalla. El mundo no está idealizado,permanece
nada. AI mismo tiempo, cuando el deseo se conjuga con la relación en su lugar como un a{:uera, y es por el contrario la conciencia la
de amoEoo es legítimo hablar de un enfoque del deseo hacia tal ob- que se dirige hacia lo que está en el mundo. Sartre recuerda las pa-
jeto distinguido entre todos, como desarrolla Freud en su capítu- labras de llusserl: ..Toda conciencia es conciencia de algorr.Toda
lo ..Enamoramiento e hipnosisrr, en ..Psicología de las ma- conciencia existe como conciencia de otra cosa que ella misma. El
sas...>>.ól Se establece entonces una antinomia entre el deseo como modelo que hasta entonces estructuraba la escena del deseo en La-
can es el de un deseo que tiene ante sí el objeto. Y aunque compli-
58. Cf. J. Lacan, El Seminario 11, ob. cit. n. ló; ..Posición del inconsciente>>, có este estatuto del objeto atrapándolo en el fantasma, se sigue an-
enE¡critos 2, ob. cit. n. 18, pp.808-829. te el deseo que obedece a esta estructura de la intencionalidad. El
59. Cf.J. Lacan,..La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde
seminario de La ang$tia rechaza la estrucnra de intencionalidad.
Freud,, (1957), en Escritos 1, ob. cit. n. 30, pp. 473-509.
60.J.Lacan, El Seruinario fl ob. cit. t 52, p. 172.
ó1. Cf. S. Freud, ..Psicología de las masas y análisis del yorr, cn Obrns contple- 62.Cf.J.-P. Sarrre,..{Jns idée fondamentale de la phénoménologie de Hus-
ras, Buenos Aires, Amorrortt, 1976, t. XVIII. serl: I'intentionnalitérr, en Situations I, París, Gallimard, 1947.

Bo 8r
lv. ruÁs ncÁ DEL DESEo
tA ANGUSTIA LACANIANA

jeto fascinante cuyo paradigma es el falo, fi mayúscula ((D). Del lado


Es una solución. Thl como se lo describe, las cosas son antinómi-
del amor, es el himno al objeto fascinante y erguido.
cas con el estatuto metonímico del deseo, es decir, cómo se dispo-
En el Seminario de La angustia, tenemos por el contrario una
nen el objeto y la nada metonímica. En lugar de la estructura de la
elaboración que corrige este camino, este extravío necesario, para
intencionalidad, Lacan elabora a lo largo de este Seminario la de
restituir el objeto parcial a su lugar de objeto-causa. El objeto par-
la causalidad del objeto, que vuelve como un leitmotiv. Empieza
cial se remite al lugar de la causa bajo las formas largamente des-
introduciéndolo de la manera más simple: ..El verdadero objeto
critas del resto y del desecho. El deseo se concibe como un obje-
del que se trata no está adelante sino atrás,,.
to caído, cortado, caduco, separado, que fue abandonado, que el
Se clistinguen entonces el objeto-al que se apunta y el objeto-
sujeto cede, y cuyo paradigma es el objeto a.
causa, que introduce en este Seminario después de haberlo indica-
do al comienzo del año en el escrito <<Kant con Sade".6¡ El obje-
_) d -+
OBJETO-CAUSA OBIETO-AL QUE SE APUNTA
to-al que se apunta del deseo aparece en escena en el lazo amoro-
ANGUSTIA
so, cuando Lacan intenta mostrar mediante la angustia la función
AMOR
qALEA Áe¡ty¡n
del objeto-causa.
OBJETO PARCIAL

oBJETo-cAUSA -+ d -+ OBJETO-AL QUE SE APUNTA

AMOR
Condicionalidad det deseo
ANGUSTIA
PALEA Áettttn
De aquí en más, es fácil anticipar que este Seminario procede a
se apunta es el ágalma, mien-
una degradación del deseo. No se trata de realizacióndel deseo, de
El estatuto ético del objeto-al que
más bien, por excelencia, del orden de este término tan importante en los Seminarios anteriores de
tras que el objeto-causa es
Lacan. El fin del deseo es siempre un falso fin, una equivocación
lapalea.Al griego rígalma,la cosa preciosa, Lacan opone ellatínpa-
sobre el objeto que cuenta. El deseo es una equivocación. Lo que
lea, el desecho, y dedica largos desarrollos al objeto anal, que sigue
Lacan perciba aquí lo acompañará el resto de su enseñanza, cuan-
siendo paradigmático de una función eminente del objeto-causa'
do defina, en el momento mismo en que presente el pase, el fin del
En ál Seminario de La transferencia,inspftado enteramente por Ia
análisis como una deflación del deseo, es deci¡ cuando este se de-
cuestión de lo que Alcibíades encuentra en Sócrates,Lacan explica
sinfla como por una detumescencia analítica, cuando desaparece el
la prevalencia el objeto-al que se apuntá. ¿Por qué Alcibíades hace
objeto-al que se apunta fascinante.
de Sócrates el objeto-al que se apunta de su deseo? La solución que
De manera repetitiva, este Seminario insiste en que el objeto-
Lacan ofrece y desarrolla consiste en explicar la prevalencia de este
al que se apunta por el deseo no es más que un señuelo. FIasta tal
objeto por la presencia escondida en é1 del ágahna, d':l obje-to par-
punto que, cuando Lacan recuerda en un momento ei budismo,
cial. Él los enumera: el objeto oral, el objeto anal, el objeto fálico.e
retoma la aserción de que ei deseo es solo ilusión. Ei deseo no es
El objeto parcial de la teoría analítica, cuyo término clebemos a Karl
verdad, sino ilusión. No retoma esta aserción para validarla ente-
Abraham, se ubica del lado del objeto-al que se apunta. Vemos aquí
ramente, sino para ratificar que puede tener un sentido para nues-
el deseo bajo el régimen del amor. En ese momento, se erige el ob-
tra experiencia.ós

Lacan,..Kant con Sade. (1963), enErct'itos 2,ob. cit' n' 18, pp' 744-770'
63. Cf.J. ó5.J. Lacan, El Seminat'io 10, ob. cit. n. 2, p. 250.
64.J.Lacat, El Seminario 8, ob. cit. n. 52, p. 173 '


8z
LA ANGUSTIA LACANIANA lv. ruÁs ncÁ DEL DESEo

Sobre este punto se deduce una dirección de Ia cura de este Se- ..El deseo del hombre es el deseo del Otrorr. Esta lección conclu-
minario: el analista no está fascinado por el deseo, ni pol la inter- ye con Ia evocación de cómo se traduciría en el plano del amor Ia
pretación del deseo, y lo que se trata de interpretar está más acá lucha de puro prestigio que tiene lugar entre las dos conciencias
del deseo. Se trata de interpretar el objeto-causa. Lacan dirá más enfrentadas de I'a fenoruenología del esphifit. Lacan Ia tradujo en
tarde que la interpretación tiene por objeto la causa del deseo, pe- términos de dominio: ..Te amo aunque no quierasrr. Como ven, es
ro allí ya se esboza este cambio del punto de aplicación de la in- la dialéctica del amo y del esclavo trasladada al registro del amor.
terpretación. Y Lacan le opone otra fórmula, misteriosa, enigmática, de la que
La primera vez que Lacan presenta este objeto-causa, que sigue dice que quizá no sea articulable, au,que pueda ser articulacra. Es-
siendo misterioso, lo ilustra con el fetiche de la perversión feti- ta fórmula implica lo imposibl e y, al hacerlo, designa lo real del
chista, donde, a su entender, se revela la dimensión del objeto co- asunto: ..Te deseo aunque no lo sén.
mo causa del deseo. No se desea el fetiche, pero este debe estar allí Dejo de lado por qué Lacan considera que esta fórmula es irre-
para que haya deseo, y el deseo se enganchará donde pueda. \fuan sistible si logra dejarse oír,para destacar solamente que <<Te deseo
dónde cayó el objeto fascinante del deseo. Ya no importa dóncle se aunque no lo sé>, expresa la nesciencia del deseo. El deseo autén-
enganchará el deseo: debe ser ahí. En este <<ser ahírr,ya resuena el tico es el deseo en Ia medida en que no conoce su objeto, que no
Dasein, con el que Lacan calificará al objeto n. conoce el objeto que 1o causa. La fórmula no es articulable, en la
Lacan elabora en este Seminario un objeto que es condición medida en que el deseo es reprimido, es deci¡ inconscienre.
del deseo, y esta condición es distinta de la intención; es Ia condi- En el Seminario de La angastia, se asiste a un desdoblamiento
cionalidad del deseo respecto de lo que era su intencionalidad. del objeto -el del objeto-causa y del objeto-al que se apunra- que
se refiere a dos estatutos de este: el objeto auténtico, que es siem-
-+ d -+ oBJETo-ALQUESEAPUNTA
oBJEro-cAUSA pre el objeto desconocido, ese que es propiam ente a,y el falso ob-
ANGUSTIA AMOR jeto a, elígahna. Esta oposición entre el objeto auténrico v el fal-
PALEA Áentun so objeto tiene, según lo que Lacan elaboró a continuación, aleo
oBIETO PARCIAL de rudimentario, pero inspira el contraste que establece Lacan r,i,-
t r tre el fantasma en el perverso y en el neurótico.ó6
\/
CONDICIONALIDAD INÍENCIONALIDAD

Prnvrnso Nrunórrco
A
Objeto verídico y objeto fatso
AI * ,
Ilustrar esta constr-ucción con el fetichismo como perwersión no l:_
surETo Ornr
'1.
apunta a resúingir su validez, sino, por el contrario, a revelar el es-
tatuto del deseo como tal, a saber, que se liga a un objeto distinto
de ese al que apunta. Dibujo por ahora un mundo fantástico, de Este esquema elemental ;ntcnta trarlucir que en el perverso,
rnanera incluso abstracta. Me propongo darles puntos de engan- como se decía en esa época, a está en s* iugar, del lado del sujeto,
che, lo que implica -cosa que se muestra en ei Seminario- que hay pero donde el sujeto no lo puerle ver. I),:l lado del otro se r.rrerve
un desconocimiento interno al deseo, lo que Lacan plantea cle en-
trada, clesde la segunda lccción -donde se trata de una confronta-
ción con Hegel-, de una manera enigmática, mecliante la fórmula 66.llít|., pp. 59 y ó0.

§
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. mÁs ncÁ DEL DESEo

visible, mientras que del lado del sujeto, hay nesciencia donde se para el neurótico, mientras que el perverso no tiene lugar en esta
inscribe propiamente el objeto ¿' En <<Kant con Sade,,, se lo ilus- condición. El neurótico concede a,ün ú falso, al Otro.
tra con la posición de Sade, que se ignora como objeto a,ignora
que ocupa el lugar del objeto.
En el Seminario aparece, sin embargo, un poco más desarrolla- Lo que no se de,ia significantizar
do -lo que explica algunos de los enunciados de Lacan en un tex-
to contemporáneo, ..Subversión del sujetorr'T- que el neurótico Estos términos seguirán produciendo una dificultad profunda que
pasa el a del lado del Otro. Está ocupado con su fantasma, tiene Lacan trabajará, puesto que, en el Seminari o Aan,va a rechazat ft-
conciencia de esto, y puede tomar este objeto como al que se nalmente su construcción del objeto ¿: .<Todo esto no es más que
apunta. Para Lacan, no es el lugar auténtico del objeto ¿ tal como semblante'r. La búsqueda de lo que es allí el verdadero objeto a
1o plantea en el Seminario, donde es exterior al campo del Oro y
-esta búsqueda curiosa, este esquema sorprendente, p".o qoé a.lr-
resulta invisible para el sujeto. Mediante una maniobra, por su ralos Escritos- deja presentir que en la teoría lacaniana, en la teoría
uso, el neurótico hace pasar el a del lado del Otro, y entonces un analítica, no se ha terminado con la cuestión de la relación del sem-
objeto n hace que su fantasma le sirva para soñar-, si me permiten, blante con lo real. Lacan supone que hay <<una trampa de la estruc-
para soñar con perversión. En la medida en que el fantasma del tura fantasmática en el neuróticorr,ó8 que a é1 mismo atrapó en sus
neurótico está enteramente del lado dei Otro, pudo hacerse el ca- Seminarios: hacer del objeto-causa el objeto-al que se apunta, re-
tálogo de las perwersiones, y es que alií uno se orienta. cubrir uno con otro, transfoÍmar a en algo localizable, que se ve.
Lacan no mantendrá estos esquemas que, aunque son elemen-
En este Seminario, el campo del Otro es el campo de la objeti-
tales, indican algo muy importante que es la posición de exteriori-
vidad. No dudo en emplear el término objetiaidad,puesto que La-
dad de rz respecto del campo del Otro. La frase de Lacan de los Es-
can lo opone al de objetalidad, qlue por el contrario engloba, califi-
critos,.rPor lo menos un pie del fantasma está en el Otron, difícil de
ca los objetos-causá.
entendet se ¿cl;tra cürr esta oposición entre el fantasma peruerso y
el fantasma del rreurótjcr.l. Foi eso, Lacan introduce la noción de
OBJTTALII]AD
que el ¿ dei fantasnia ,lel nc¡i'iiticr¡ es un I falso, una falsificación,
OBIETIVIDAD

un desplazamiento inducidc en el Otro, cuando su verdadero lugar


-+ d -+
OB'ETO-IAi.i5A OBJETO.AL QUE SE APUNTA

ANGUS-IIA AMOR
está del lado del sujeto. Si no se capta que se constmye a partir de
PALLIi ÁentUn
la noción de la exterioridad de a respecto del campo del Otro, no
se entiende nada de todo el primer movimiento del Seminario. iT
^
\./
oBIETO PARCTAL

En el neurótico, a está desplazado. Lacan señala incluso que


CONDIC¡ONALIDAD INTENCIONALIDAD
hay un uso falaz del objeto en su fantasma, que conocemos porque
lo mencionó en ..Subversión del sujeton. Retoma el texto en La
Aquí el fantasma neurótico se plantea como no auténrico y el ob-
nngustia,la demanda del Otro adquiere función de objeto en su
jeto a del fantasma del neurótico solo como un sustituto. Queda, en
fantasma y por eso a, este ¿ falsificado, se waelve cebo pala el Otro
'

este Seminario, la noción de que lo verdadero, el verdadero objeto


y pasa al campo del Otro. Esta condición pernrite el psicoanálisis
n, na se puede ver. Por otra parte, es lo que se dice exactamente en
.<Subversión del sujetot . Lacan construye los objetos-causa como

67. Cf.J. Lacan, ..Subversión dcl sujeto y dialóctica dei desco en el incons-
ciente freucli¿no,, (1960), enP'¡critos 2, ob. cit. n. 18, pp.713-807-
68. J. I-acan, El Seminario 10, ob. cit. n.2, p.78.

86
87
ü
IV. MAS ACA DEL DESEo
LA ANGUSTIA LACANIANA

no especularizables, no se los puede atrapar en el espacio del espe- La angustia, momento lógico
jo, en el campo escópico, y es que escapan al campo üsual. Por eso,
lo que Lacan llama el campo del Otro en el Seminario de La angrr- Ya comenté el aforismo que encontré en el Seminario de La angts-
tia es el lugar del significante, pero también el lugar de las aparicio- tia, <<Sólo el amor permite al goce condescender al deseorr.Tt Hay,
nes, es allí donde algo aparece. pues, que destacar que goce y deseo son dos estructuras distintas.
Esta bmjula debe conservarse en todo el primer movimiento ¿Por qué Lacan se dedica con esta insistencia, en este Semina-
del Seminario, si distingo en él dos principales' El lugar auténtico rio, a dejar a de lado del sujeto, del otro lado del Otro? Porque a
de a está del lado del sujeto, invisible para él,y solo por trampas y es de alguna maner-a una expresión, una transforrnación del goce
falacias aparece en el Otro. En el segundo movimiento del Semi- del cuerpo propio, del goce en su estatuto autístico, cerrado -que
nario, Lacan elabora el lugar de a en el Otro. El objeto a, ql'e allí Lacan había luelto aún más cerrado al llamarlo con el término
se construye, sigue siendo evidentemente una formación muy am-
fleudiano das Ding-,mientras que el deseo es relación con el Otro.
bigua, que es por un lado irreductible a la simbolización e irrepre- IIay entonces una antinomia, un hiato entre goce y deseo. Simple-
sentable según las leyes normales del campo visual, exterior al mente, el goce tiene como lugar el cuerpo propio, mientras que el
Otro, y sin embargo está incluido en el Otro, pero como diferen- deseo es relación con el Otro. Esta antinomia inspirará además,
te del significante. diez años después, la elaboración de Lacan en el Seminario Aun.
Esta dificultad de articulación -que la constr-ucción de aliena-
ción y separación intentará resolver'- se menciona en la última Resulta divertido introducir en el Seminario de La angustia el
lección del Seminario: ..el objeto, definido como un resto irre- amor entre goce y deseo, introducirlo como mediador. El amor es
ductible a la simbolización en el lugar del Oro, sin embargo de- mediador porque desplaza o falsifica a,haciéndolo pasar al objeto-
pende de este Otror'.6s En esta frase se reconoce la dificultad de al que se apunta, volviéndolo dgalrua; mientras que la angustia no
la construcción. es mediadora,para Lacan, sino que está en el medio del goce y el
Thmbién al final del Seminario Lacan insiste en que el objeto deseo. Parafraseando el aforismo de Lacan, diría que solo la an-
a no es pura facticidad, no es simplemente un en-sí, y el hecho de gustia transforma el goce en objeto causa del deseo.
que sea irreductible supone que se ejerce sobre él un esfuerzo de Lacan elabora e incluso construye la angustia como el opera-
reducción al Otro. Por eso es relativo a esta reducción, lo que ins- dor que permite a das Ding cobrar forma de objeto ¿. No se lo en-
pirará además en la enseñanza de Lacan continuas oscilaciones: cuentra con todas sus letras en el Seminario, donde la angustia
por un lado, el objeto n como real, pero al mismo tiempo relati- funciona como un operador que produce el objeto-causa. La an-
vo a la elaboración significante. No es, pues, un absoluto, y este gustia lacaniana rrn angustia productiva. Por eso Lacanseñala
"r
al final del Seminario que el momento en que se pone en juego la
puede incluso ser el nombre del momento en que se detiene la
elaboración significante. Más tarde, en ..RadiofoÍría>>,70 Lacan función de la angustia es anterior a la cesión del objeto. Y da un
hablará del viraje del goce a la contabilidad, de hacer pasar el go- ejemplo tomado del caso del Hombre de los Lobos, cuando, ante
ce al significante que cuenta, y también a la palabra. Allí está pre- su sueño repetitivo, puede reconsürrirse el episodio de una turba-
sente la misma lógica; se trata, en definitiva, de lo que no se deja ción anal, de una defecación. Lacan lo enuncia r\navez,lo retoma
significantizar.

71.J.-L. Miller comentó cste aforismo de Lacan especialmente en su curso


69. Ibíd., p. 358. de La orientación lacaninna II, I (1981-1982),..Escansiones en la enseñanza de
Lacanrr.
TO.J.Lacan,..Radiofonía'r, ob. cit' n. 33.

88 89
*
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. nÁs acÁ DEL DESEo

una segunda, pero sigue siendo el modelo esencial de lo que está final del Seminario que el apólogo solo vaie en el nivel escópico.
en juego, a saber, la angustia como moderador que produce el ob- Se trata del nivel del estadio del espejo, el nivel donde somos los
jeto-causa. Por eso la angustia es aquí esencialmente un momento mismos. En el nivel escópico se desconoce por excelencia Ia rare-
lógico, e incluso no experimentado. za del objeto ay este objeto es el más enmascarado. Por eso este
Seminario implica una crítica continua del nivel escópico, sobre el
que Lacan elaboró su teoría del deseo desde ..El estadio del espe-
ApRR tclotrt Es, pERTU BACIoN ES Y s EPARACtoN ES
R jorr, y del esquema óptico, que aparece aquí por última vez.
Esta conexión de Ia angustia con 1o real del goce es además lo
Certeza de la angustia que Lacan destaca como certeza dela angustia y Io que contrasta
con el carácter dudoso del significante -el significante no es nun-
Dados estos puntos de referencia, intentemos ahora captar en lo ca seguro. Por eso ia fenomenología del obsesivo ocupa tanto iu-
concreto esta relación singular del goce con la angustia. Para eso gar en este Seminario. El obsesivo es el sujeto que manipula el sig-
necesitamos remontarnos a Freud, quien sostiene que la primera nificante intentando acceder al origen, es decir, al objeto-causa,
y más original de las condiciones que determinan la angustia es la pero también alimenta la duda en la búsqueda significante, a fin de
exigencia pulsional, constantemente creciente, ante la cual el yo se mantenerse alejado de la certeza.
encuentra en estado de desamparo. Se capta así la base sobre la En este Seminario, la degradación del deseo va de la mano de la
que Lacan construyó este esquema. Ti'aducir esta frase en térmi- degradación del significante. Cuando la relación con lo real como
nos lacanianos ya les hace recorrer la relación del goce con la an- angustia es certeza, el significante no es más que posibilidad de en-
gustia. Para Freud, es una perturbación económica,'tn exceso -der gaño simbólico. Se asiste, pues, a una degradación del deseo, una
Úberscbuss-de libido inutilizada, que es el núcleo del peligro al que degradación del significante. Luego Lacan ajustará, atenuará, des-
responde la angustia. En términos de Freud, Lacan pone en sinfo- plazará todo esto, pero aquí estamos en el momento en que emer-
nía la relación del goce con la angustia y, tras la angustia, la pul- ge otra dimensión de la experiencia, que hasta entonces no había
sión, en la medida en que quiere satisfacerse, como voluntad de sido abierta. Encontramos incluso una crítica de la ciencia: ..Todo
goce que insiste sin tregua. Cuando esta insistencia pulsional en- aquello a lo que se extiende la conquista de nuestro discurso cien-
tra en contradicción con el principio del placer, se presenta este tífico se reduce siempre a mostrar que es un inmenso engaño. Do-
displacer llamado angustia. Por eso Lacan indica -trnayez, pero es minar el fenómeno mediante el pensamiento consiste siempre en
suficiente- que la angustia es señal de lo real e índice de la Cosa, mostrar cómo se puede hacer de un modo engañoso, implica poder
das Dittg, y la fórmula ..la angustia es señal de lo real, prevalece reproducirlo, o sea, hacer de él un significante>>.72 Debemos consi-
sobre la noción, que sin embargo siguió siendo famosa, de la an- derarlo en la perspectiva que valorizala certeza de la angustia, pe-
gustia como signo del deseo del Otro. ro se ve bien que se trata del comienzo de lo que Lacan desarrolla-
Habrá que esperar hasta la última lección del Seminario para rá más tarde como la noción del significante como semblante.
que Lacan tome una distancia explícita respecto de este enuncia- Hoy podemos agregar que se constata, en efecto, en este co-
do escabel que planteó al comienzo: ..la angustia es el signo pro- mienzo del siglo )OC[ que las conquistas de la ciencia están acom-
bado del deseo del Otrorr. Al comienzo presentó una mantis reli- pañadas del ascenso al cenit social del valor de goce, del derecho
giosa y un personaje que lleva una máscara y que ignora si la man- de gozar, ciel derecho a gozar, precisamente porque implican en sí
tis religiosa hallará su objeto en é1. De allí la angustia, angustia por
ser eso que le falta a la mantis religiosa. Retirando de alguna ma-
nera la alfombra bajo los pies de quien lo sigue, Lacan destaca al 72.J.Lacan, El Seminat'io 10, ob. cit. n. 2, pp. 89.

9o 91
,$
LA ANGUSTIA LACANIANA IV. MÁS ACA DEL DEsEO

mismas un engaño que vuelve tanto más insistente el llamado a un y que se inscribe en el momento en que se cumple la r-uprura de lo
real, al real del goce, cuanto que no es del semblante. El discurso que Lacan llama Ia mónada primitiva del goce. Aunque esta mó-
jurídico mismo se pone siempre demasiado al serwicio del derecho nada sea mítica, es necesario plantearla. Establecer una correla-
a gozar, al que solo se le puede oponer el derecho imprescriptible ción entre el goce y una totalidad unitaria, y un cuerpo de goce,
de la tradición: <<Déjennos en nuestro refugio de tradiciónrr. La supone que el Otro no enrre en juego de golpe.
certeza está del lado en que se goza, y no ciertamente en la natu- Por eso Lacan se ve llevado a detallar las separaciones anatómi-
raleza, que está irremediablemente falsificada por la ciencia. Ya no cas del objeto, las separaciones naturales del objeto tomado del
hay nadie que diga que se necesita un hombre y una mujer para cuerpo, y precisamente sin la intervención de un agente que sería el
hacer un niño. Esta supervivencia es anterior a que el científico Otro. Es 1o que él llama, con un tér'mino que retoma de Freud, sepa-
ocupe el tercer lugar en este asunto. El llamado al Ou-o como el ración. No la castración, sino la separación de los objetos, la separa-
Padre, el llamado al significante-amo del Padre puede ser, en efec- ción de los órganos. El habla incluso en un momento de la separti-
to, tanto más exasperado cuanto que la centeza está siempre dema- ción, para indicar que se trata de una partición en el interior que
siado del lado del goce. concierne al sujeto del organismo. La separación de un órgano en-
cuentra su paradigma en el objeto anal. Por eso, en un segundo
tiempo se plantea la cuestión de la subjetivación del objeto y de su
Angustia productiva inscripción en el Otro. Se califica lo que ya es allí objeto ¿ como lo
que hay de más yo mismo en el exteriot porque ha sido cortado de
Volvamos a Freud en la relación con Lacan. La repetición de la mí, y esto encuentra un eco en la última lección del Seminario 11.
palabra señal,la angustia como señal en el yo -un eslogan muy re-
petido en Freud yLacan-, hace creer que esta se reduce a adver- Antes mencioné la doctrina clásica en Lacan del más acá del
tir o connotar. Pero no es en absoluto lo que ocurre. En ..Inhibi- deseo. Esta doctrina pasa por la necesidad y la demanda, conside-
ción, síntoma y angustian, Freud hace lo que hace Lacan en La an- ra primaria la necesidad y sigue el pasaje de la necesidad por la de-
gustia, esto es, revisa sus posiciones anteriores. Todo este libro manda. Resulta de ello el deseo, que es como un defasaje entre ne-
apunta a destacar que la angustia es activa. No lo comentaré en de- cesidad y demanda.
talle y me contentaré con darles la fórmula que inspira enteramen-
te este Seminario de Lacan: <<La angustia -de castración- es mo- I Nr.r'oo,
tor de la represión". Esto dice Freud, quien escribe ..Inhibición, | ,.*o.uoo
síntoma y angustia>> para explicar que revisó sus concepciones con
el objeto de hacer de la angustia el motor de la represión. Lacan ü
L.r.o
traduce esto exactamente en términos de objeto-causa, implican-
do la causalidad en el asunto. Y es que la angustia lacaniana es ac- El Seminario de Ln rmgrrtia, donde el goce pasa por la angus-
tiva, es deci¡ productiva. tia para llegar al deseo, pone en tela de juicio esta doctrina. El tér-
Lo que Lacan llama causa del deseo es su traducción del motor' mino deruanda es el lugar del amor, puesto que en esta doctrina
de la represión, y por eso elegí el adjetivo repritnido para calificar clásica hay un desdoblamiento de la demanda entre demanda de
el deseo. Freud habla de Ia exigencia pulsional -Triebansprrtcb- de satisfacción de la necesidad y demanda de amor. En esta doctrina
pulsión, angustia, represión. Según este Seminalio, la angustia no ciásica, el significante es del C)tro al comienzo, mientras que, en la
es directamente la causa, sino que la produce. Esta sería el opera- línea del Seminario de La angustia, hay una referencia a una mó-
dor que, de la exigencia pulsional, haría el objeto causa del deseo, nada mítica clel goce, lo que Lacan acTarará -quedan allí fórmulas

92 93
,*
LA ANGUSTIA LACANIANA rv. ruÁs ncÁ DEL DESEo

ambiguas- en su escrito "Del Trieb de Freud"'": ttel deseo viene ciones del comienzo, aunque no es la fase más profunda de la ex-
del Otro, y el goce está del lado de la Cosa'r.73 ploración, no es su clave. Lacan buscará en Freud este objeto que
Saben cuál es entonces en esta doctrina clásica la conexión en- angustia, en su texto <<Lo ominosorr, donde dice que él explora,
tre amor y angustia. El Otro de la demanda detenta los objetos de que intenta encontrar el núcleo de lo que angustia. En el segundo
satisfacción, el objeto adquiere valor de don simbólico, de testi- movimiento del Seminario, se trata por el contrario de una angus-
monio de amor; y si el Otro no da, entonces hay desamparo, Hil- tia que produce el objeto.
Jlosigkeit, hay angustia por falta o por pérdida de objeto. El principio de la fenomenología del objeto angustiante es la
noción de que hay siempre cierro vacío que preservat incluido en
En el Seminario de La angustia,la misma lógica justifica una el campo visual y en el amot y de su colmamiento total surge la
perspectiva completamente distinta, la misma lógica que implica perturbación en la que se manifiesta la angustia. La fenomenolo-
que el don esencial del amor es el amor mismo, es decir, ningún ob- gía del objeto angustiante parte de .<El estadio del espejo» y La-
jeto, según expresa la fórmula .<El amor es dar lo que no se tiener': can la presenta a partir de allí. En <<El estadio del espejo, hay un
el don esencial es la falta. De allí la articulación que figura en el Se- objeto, la imagen del cuerpo propio, que produce en el sujeto un
minario una de las raras veces que Lacan cita explícitamente <<In- sentimiento de júbilo e implica también un desconocimiento total
hibición, síntoma y angusti»> para defender lo contrario.Ta Freud delarareza del objeto a.Pero Lacan enumera sucesivamente mo-
señala que la angustia se liga a la pérdida del objeto, mientras que mentos de aparición del objeto que nos lanzan a una dimensión
paraLacan esta surge cuando la falta falta, es decir', cuando hay ob- muy distinta.
jeto y cuando hay muchos objetos. Cuando el amor preserwa el lu- En el primer movimiento del Seminario, se rienen apariciones,
gar de la falta del Otro, la angustia colma esta falta -y, por eso mis- mientras que, en el segundo, hay separaciones. Son dos regímenes
mo, apbanisri del Otro, esta aPbaniszi del Otro que produce la cer- completamente diferentes. En el primer movimiento, está lo ima-
teza. Consiguientemente, el amor dispensa objetos, pero como tal ginario perturbado, el estadio del espejo perturbado, el estadio del
no tiene objeto. El amor, que consiste en dar lo que no se tiene, espejo modificado en esquema óptico. Está perturbado porque se
a,vanza desprovisto, mientras que la angustia no es sin objeto. Se manifiesta algo de este objeto r que no debería quedar más que del
trata, según señala de inmediato Lacan, de un abordaje preliminar, lado del sujeto, a la izquierda, sobre el esquema óptico. No debe-
porque el objeto precede a la angustia, causa la angustia, cuando, en ría estar allí.
el segundo movimiento del Seminario,la angustia produce el obje- En el esquema óptico, hay un espejo que separa, un ramo, un
to. La antinomia será superada en el objeto plus de gozar. florero. Este es el lado izquierdo, el lado de lo real, el lado del su-
jeto, el lado que no se ve, y se lo ve en el espejo, es deci¡ la ima-
gen real. Del otro lado, en el esquema que encuentran en los Es-
lmaginario perturbado critos, úenen la imagen virtual, i' de a, que es la misma.

El primer movimiento se afana por presentarnos la fenomenolo-


gía del objeto angustiante, que es apasionante, y ocupa varias lec-

tos
73. Cf .J. Lacan, ..Del Tiieb de Freud y del deseo del psicoanalista>>, en Esa"i-
2,ob. cit. n. 18, pp.830-833.
74.J.Lacar, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, PP. 63 y 64.

94
8'[ 8qx 95

IV. MAS ACA DEL DESEo
LA ANGUSTIA LACANIANA

señal del yo, está también la angustia referida a lo real, como de-
Todos los esquemas que reproduzco en el Seminario de La an-
fensa contra el desamparo absoluto del nacimiento. Allí ya no se
g$tia tienden a hacer creer que él suprime esto para indicar que
trata del yo, allí nadie se imagina que el yo está constituido. En el
a, es decir, el ramo, no aparece en el campo del Ou'o. Normalmen-
primer movimiento del Seminario, se destaca la angustia que re-
te no debe aparecer allí, donde debe haber un blanco -constr-uc-
toma el yo como señal de lo que Lacan llama peligros infinitamen-
ción que encuentran en la última lección del Seminario de La
te más leves, mientras que, en el segundo, es la angustia referida a
transferencia-, eue se puede llamar menos fi, y que Lacan llamará
lo real.
incluso x. El campo visual se sostiene siempre que no toda la in-
vestidura libidinal narcisista iraya pasado al campo del Otlo. Una
parte de la investidura libidinal narcisista sigue siendo no especu-
larizable,y esto estabiliza el carnpo visual.
El primer movimiento del Seminario consiste en indicar cómo
puede hacerse una transferencia falaz en la clue esta investidura su-
plementaria perturbe el campo visual, y entonces esto angustia. Se
recurre así a este esquema óptico para explicar la dimensión de lo
extraño. Freud explica que lo Unbeitnlichkeit pertenece al dominio
de lo angustiante. En el segundo movimiento, por el contrario, ya
no se trata del objeto que causa la angustia, sino del objeto que la
angustia suelta en una coyuntura de plus de gozar. En otras pala-
bras, en el primer movimiento, tienen apariciones y perturbacio-
nes, y en el segundo movimiento, tienen sepalaciones.
El Seminario los conduce primero hacia una prevalencia del
campo visual, donde aparece, con su función perturbadora, el ob-
jeto angustiante, un objeto que trasgrede el principio del campo
visual que es, por excelencia, el principio del placer, la homeosta-
sis. Se 1o podría enunciar de esta manera: solo es especularizable
lo que está en conformidad con el principio del placer. Queda,
pues, normalmente excluida la activación del plus de gozar- El
campo visual es, por excelencia, lo que excluye la activación del
plus de gazdr.

Lacan recurre al esquema óptico para dar cuenta de Ia relación


de la angustia y del yo, que Freud destaca. Pero si hay un segundo
movimiento, es porque existen dos caras en el discurso de los psi-
coanalistas sobre la angustia, como señala Lacan.75 Vemos distin-
guirse los dos movimientos. Si está, por un lado, la angustia como

75.Ibíd.,p.152.

97
V. Una lÍnea de quiebre

LosnrucE LACANTANo

Desacuerdo

Ahora que he producido este libro, me gustaría callarme. El silen-


cio es además por excelencia el goce oral, que, como se enseña en
este libro, no es alimentarse. No les haré eso, tampoco voy a co-
mentar el Seminario de La angustia antes que lo lean. Les dejaré
tiempo para que lo conozcan,lo ingieran, eventualmente lo digie-
ran. Solo pretendo despejarles las líneas de fierza que introduje
para establecer una línea de quiebre, algo así como la carretera
principal romana a la que se refiere Lacan en su Seminario sobre
las psicosis.T6 Esta carretera no cubre todo el paisaje, pero permi-
te recorrerlo, hacer una trayectoria. Me propongo dibujar una ta-
bla de orientación que deje fuera de sus coordenadas los mil y un
detalles, que deberán juzgarse con la mayor atención.

GOCE

AMOR
ANGUSTIA
a "/\ i(o)

\,/
DESEO

76. Cf.J. Lacan, El Seruinario, libro 3, Las psicosis, cap. )O(II1, Buenos Aires,
Paidós, 1984.

99
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. urun lfnrR DE eutEBRE

Doy a esta línea de quiebre la forma del losange lacaniano, que


fica, del esquema óptico, que encuentran en su forma completa en
aquí muestro recorrido por dos trayectos. Entre deseo y goce, uno
la.<Obseryación sobre el informe de Daniel Lagacherr. Lacan pre-
pasa por la angustia y el otro por el amor. La vía del amor es clá-
senta de entrada esta imagen especular como formadora del yo, es
sicamente en Freud, tal como la puntualizóLacan, una vía de en-
decir que esta implica lo que puede plantearse como una retroac-
gaño, en la medida en que el amor se arraiga en el narcisismo. So-
ción, donde inscribiremos primero, por convención, un sujeto mí-
bre este fondo se recorta el aforismo de Lacan según el cual la an-
tico que ve en el espejo la imagen de su presencia, es decir, de su
gustia es lo que no engaña.
cuerpo. No retomo la demostración que intenta Lacan, a saber,
He dicho que se trataba en este Seminario del más acá del de-
que esta imagen tiene un efecto formador del yo. A la derecha se
seo. IJstedes ya conocían un más acá del deseo, que es la demanda
encuentra la escritura de lo que se refleja en este espejo plano.
de amor. Si se lee este Seminario de manera ordenada, en confor-
midad con lo que creo que es su orientación, dispuestas ciertas es-
cansiones de parágrafos, de partes, descubren otro más acá, que
pasa por la angustia y que Lacan ya no retomará a continuación.
En la vertiente del amor, se encuentra en el horizonte 1o que m
t(a)
llamaríamos un espejismo, y Lacan lo designa como tal en .<Fun- S
ción y campo de la palabra y del lenguajer', es decir, cuando se de-
dicó a lo simbólico y a hacer pasar lo imaginario a lo simbólico,
escrito donde habíamos convenido desde hacía mucho tiempo
ubicar el comienzo de su enseñanza propiamente dicho. En el
Antiguas referencias de Lacan
horizonte, se encuentra el amor perfecto, cuya realización se esta-
blecería en un acuerdo intersubjetivo que impone su almonía a la
Esta imagen puede atraer la agresividad -este esquema inspira y
naturaleza desgarrada que lo sostiene.TT
sostiene el escrito de Lacan ..La agresiüdad en psicoanálisisrr-,78
En la vertiente de la angustia, no se trata de acuerdo intersub-
en la medida en que <<me veo como otl'o>>, y este otro completo en
jetivo ni de la imposición de ninguna armonía. La falta de armo-
el espejo, porque aventajaría el estado en que estoy de mi desarro-
nía prevalece a lo largo de este Seminario, en particular con lo que
llo, de mi integración biológica, sería amo y atraería de este modo
Lacan presenta como el objeto angustianter eue buscará en ..Lo
afectos negativos. Aunque Lacan imponga esta imagen en sus des-
ominosot, de Freud. No hay entonces acuerdo que valga. Y esto
garramientos, aunque juegue con su ambivalencia para el sujeto,
es lo que quiere decir angustia, a saber, exúaieza, desacuerdo, per-
ella sostiene no solo el amor, sino que, hasta el Seminario de La an-
turbación.
gustia,l de ¿ sostiene el mundo de los objetos, es decir, el mundo.
Estas dos vertientes del amor y de la angustia son correlativas
En su texto de ..El estadio del espejorr, Lacan indica que equivale
de dos tipos de objeto. El objeto ¿ tal como se lo elabora en este
al umbral del mundo visible.Tg Pese a los sentimientos mezclados
Seminario y, en la vertiente del amor, la sigla que se utiliza de la
que puede inspirar, que van del júbilo ala rabia, en la descripción
imagen especular y que resume las constr-ucciones de Lacan de
..El estadio del espejo,, y, en su revisión, lo que se retoma, simpli-

78. Cf .J. Lacan, ..1¿ agresividad en psicoanálisisrr, en Escritos,/, ob. cit. n. 30,
pp. 94-l 16.
77.J.Lacan,..Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis,,
79. Cf. J. Lacan,..EI estadio del espejo como formador de la función del
(1953), Escritos 1, ob. cit., n. 30, pp. 253 y 254.
yo...' (1949), cn ibícl., pp.8ó-93.
100
101
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. u¡le lf¡l¡t DE eutEBRE

que se yolüó clásica que da de ella Lacan, esta imagen sigue sien- EL SEÑUELo DE LA PoTENCIA

do el principio de mi ser en el mundo, por lo menos de mi ser en


el mundo visual. Un objeto no especularÍzable
Otra referencia de estos textos antiguos se encuentra en ..La
causalidad psíquicarr: ..no hay antinomia ninguna entre los obje-
El primer movimiento del Seminario quiere volver plausible, de
una manera que no es sentimental, que haya una experiencia de la
tos que percibo y mi cuerpo, cuya percepción está iustamente
constituida por un acuerdo de los más naturales con ellos>r.80 Vol- angustia. Esta experiencia de la angustia no se manifiesta por
vemos a encontrar este término auterdo, que da el tono fundamen- enunciados de un sujeto angustiado, sino basándose en lo que apa-
rece de angustiante. La palabra aparicirín, que luelve en el primer
tal de esta relación imaginaria. En otras palabras, esta imagen no
solo se le apareció siempre a Lacan a[ principio de la formación movimiento del Seminario, remite al mundo visible, y lo que apa-
rece son perturbaciones. sobre los datos de esta experiencia se
del yo, sino también al principio de lo que llamaremos aquí la rea-
lidad objetiva, modelada, informada por esta imagen especular. edifica una construcción que intenta dar cuenta de la experiencia
de estas perrurbaciones. ¿Cómo? De una sola y única manera. Es-
Por lo menos -me abstengo de retomarlo por mi cuenta, según el
tas perturbaciones tienen un principio que no aparece claramente
parecer de quien habla-, esto sigue siendo el fondo sobre el cual
antes de Ia décima lección del seminario, que llamé ..De una fal-
se recortan los fenómenos que entonces describe Lacan en el Se-
minario de La angustia. Agrego una referencia al texto de ..La ta irreductible al significante>>, y donde se presentan figuras topo-
agresividad en psicoanálisis'r: ..el espacio donde se desarrolla la lógicas elementales que podrían mejorarse.
imaginería delyo,y que se une al espacio objetivo de la realidadr'.81 Este principio se deduce de que el umbral, el principio del
Así, sean cuales fueren las funciones simbólicas que Lacan incor- mundo üsible es lo especular. He aquí el hilo de la enseñánza de
pora a este esquema, esta i de a sigte siendo -tenemos algunas fór- Lacan hasta este Seminario 10. La perturbación obedece esencial-
mulas en el Seminario de La angustia- el prototipo o paradigma de mente a que se manifiesta, aparece lo no especularizable. Hay sin
los objetos -agreguemos, de los objetos normales, de fos objetos duda en esto una paradoja,pero ya nos formamos con las fórmu-
regulares-. A partir de la experiencia de la angustia, una experien- las de Lacan, que implican por ejemplo que el deseo no es articu-
cia extremadamente estilizada, se construye el objeto a en el Semi- lable sino articulado. El Seminario marca en primer lugar que,
nario de La angu.stia. Primero se muestra la incidencia de este ob- cuando surge la angustia, el objeto de la angusria como objeto an-
jeto. No es la fase más profunda del Seminario, sino la manera en siógeno, lo no especularizable paradójicamente se especulariza, lo
que, en su primer moümiento, se lanza propagando en el mundo inüsible sin embargo se ve.
visible presencias que están en infracción respecto de las leyes de La construcción topológica elemental de Lacan es el resultado
la fenomenología de la percepción. ¿Tengo razón al evocar el títu- de construir un objeto llamado no especularizable.fuí como pri-
lo de Merleau-Ponty, cuando Lacan hace una referencia global vilegió lo especular, Lacan inventa lo no especularizable, partien-
más bien a la estética trascendental de Kant, primera parte de la do de que el objeto normal visro en el espejo se inüerte, ,ofr. or*
Crítica de la razdn pura, en la que no se introduce en este Semina- inversión de simetría -la izquierda se vuelve derecha y viceversa-.
rio, salvo por alusionesl De ahí la diferencia entre Io que ven cuando se miran en el espe-
jo y cuando ven una foto de ustedes. Esto supone que este objito
tenga dos lados distintos.
Partiendo de esto, Lacan pone en juego y llama no especular a
un objeto inorientable, un objeto en el que esta inversión no puede
80.J. Lacan, ..Acerca de la causalidad psíquica>' (1946), cn ibíd., p. 150.
81.J. Lacan,..La agresiüdad en psicoanálisisrr, en ibíd., p. 114.
producirse porque el reverso y la cara, el revés y el derechc,festán

702 103
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. uu LiueR DE eurEBRE

en continuidad. Aun reducida a su principio topológico, aun redu- tercera parte, Lacan situa Ia angustia entre goce y deseo, y muestra
cida a una superficie mínima, y complicada, sigue siendo la banda cierta conjunción de lo ansiógeno con lo erógeno, especialmente
de Moebius. Verán que puse en la tapa esta banda de Moebius, de bajo la forma de las afinidades, de las conexiones entre el orgasmo
manera muy simple, en una presentación moderna pero que se y la angustia.Hay allí una disposición completamente ordenada: de
volvió clásica -Escher-, la más banal, y que sirwe de soporte a es- lo ansiógeno a lo erógeno, y la basculación , el azote de la balanza,
tas hormiguitas. opera sobre la conjunción de lo ansiógeno y de lo erógeno.
Esto se ve de la manera más evidente en que el Seminario po-
ne en juego dos estatutos diferentes del cuerpo. En su primer mo-
De lo ansiógeno a [o erógeno vimiento, se trata del cuerpo especula¡ el del estadio del espejo, en
su totalidad, tomado como una forma, una buena forma, e incluso
En el primer movimiento del Seminario, el acento describirá la la mejor de las formas, puesto que si se cree su constmcción, esta
irrupción disruptiva del objeto a, como no orientable en el campo se impone, para el ser hablante, al mundo perceptivo de sus obje-
visual. Aparece diversamente sobre los modos de la intmsión, y de tos. Es wa Gestab. El primer movimiento juega sobre esta Gestah,
una intrusión que se plantea como ansiógena. Allí comienza el ca- admitiendo la posibilidad de mostrar cómo puede perturbarla,
pítulo de una clase de fenómenos. Correlativamente a este realza- desdoblarla, despersonalizarla, extrañificarla la irrupción incon-
miento de la disrupción de un objeto ansiógeno no especulariza- gruente de un objeto estructurado de otro modo. Pero por haber
ble, a lo largo del Seminario se describe en forma constante el sido estmcturado de otro modo que el objeto especular, se en-
campo visual como especialmente ansiolítico. En el campo visual, cuentra en el segundo movimiento, de alguna manera en su lugar
señala Lacan, el objeto a es el más recubierto y normalmente el y perfectamente informe, este objeto ¿. Estos objetos ¿ no se de-
más desapercibido de todos los campos que se enumeran en fun- tienen en cinco. En su abundancia, encuentran especies que les
ción de los objetos. En la percepción visual, el sujeto está más costaría mucho designar, y que no son ciertamente del orden de la
tranquilo, más seguro en cuanto a la angustia. El objeto ansióge- buena forma -como la placenta, los envoltorios del feto, la mira-
no irrumpe en casos especiales en un campo en el que, normal- da, que quizá solo sea una buena forma bajo la forma del ojo, la
mente, no tiene lugar, porque los objetos se normalizan en el mo- voz, que no se inscribe en el campo visual. Estamos en un registro
do especular. Por eso, si leen este Seminario, se verán obligados a donde no se trata de forma, sino de zona. Se trata del cuerpo de
reaprender el esquema óptico, del que Lacan se desembarazará a las zonas erógenas, que no es el cuerpo visual. En el empleo que
continuación. hace Lacan, se trata del cuerpo como organismo, captado absolu-
El encanto de este Seminario se descubre más bien en la cuar- tamente fuera del espejo, un cuerpo por lo menos nspecular, y del
ta parte, donde el esquema óptico desapareció. Pero este Semina- que se sabe que p.or"" objetos confármes a la estruitura topoló-
rio está compuesto. Y es preciso pasar por el objeto a como ansió- gica que se presenta a partir de la irrupción del objeto a en el c¡m-
geno en el campo visual, a partir de algunas de sus apariciones dis- po visual, es decir,la estructura topológica dela banda de Moebius
ruptivas, en un campo que no es el suyo. Debemos volver plausi- o, más precisamente, de su superficie mínima. Se trata del cuerpo
ble este objeto a para poder considerar su función en tanto tal, a de las zonas erógenas, es decir, de zonas de borde, esas que Freud
partir de cierto número de separaciones erógenas. El movimiento puso primero en ejercicio en sus ..tes ensayos de teoría sexual>r;
del Seminario en su fase más profunda va de las apariciones ansió- este es el cuerpo que vuelve. Se olvida la forma, porque el cuerpo
genas del objeto a sus separaciones erógenas. del que se trata es alcanzado hasta su estatuto fetal,y por las me-
En el conjunto, el primer movimiento son las dos primeras par- jores razones del mundo, puesto que en el discurso analítico se ha
tes. El segundo movimiento cobra fuerza en la cuarta parte. En la yuelto plausible Ia angustia del nacimiento.

ro4 105
v. UNA LfNEA oE eutEBRE
LA ANGUSTIA LACANIANA

la de la intrrusión, la ectopia. En esta oportunidad, vemos surgir


Una extracción corporal por primera.vez en el nivel de esta fisiología los círculos de Euler,
que se cruzan, y se trata en efecto de saber dónde comienza y dón-
Se trata de un cuerpo cuya forma no se conoce y cuyo límite se ig- de termina lo que es del sujeto y lo que es del Otro.
nora. De hecho, en esta cuarta parte, algo se cumple en la enseñan- Pueden entretenerse intentando seguir las diferentes solucio-
za deLacan F{asta entonces solo se conocía en Lacan el cuerpo co- nes que propone Lacan, y que son todas -o algunas- buenas. Ve-
mo esencialmente implicado en la formación del yo. ¿Qué estaba mos que r se encuentraya del lado del sujeto, ya del lado de A, ya
implicado en la constitución del sujeto? El significante. Y aparece como amboceptor, cumpliendo una conjunción de los dos. Tám-
aquí lo que antes se anunciaba de manera evidente en la relación bién se lo ve como ectópico o bajo la forma del parasitismo fetal o
del objeto parcial y del deseo: el cuerpo, y más precisamente el ob- incluso de la intrusión del Otro en el espacio corporal del sujeto.
jeto separado del cuerpo, implicado en la constitución del sujeto. El Hay -en particular al final- una sensacional presentación de la an-
cuerpo entra como objeto a en la constitución del sujeto del in- gustia del nacimiento debida a la intrusión. El se basa en elucubra-
consciente mismo. Basta remitirse al Seminario 11 para percibir ciones de Ferenczi: el medio natal de la especie humana sería
que las estructuras que Lacan revelará en esta cuarta parte le inspi- acuático -lo que se relaciona con el estado fetal- y su irrupción al
rarán una reformulación del concepto mismo de inconsciente. aire libre conduciría a una intrusión del espacio Otro en el inte-
Thl como se lo presenta de entrad a en Los cuatrl clnceptls, el con- rior, y a la formación del órgano pulmonar. Lacan se cuidó mucho
cepto de inconsciente concuerda con la estructura del orificio que de retomarlo por escrito.
se demuestra en esta cuarta parte. Por eso, en el curso de este Se- Estas diferentes formas pueden enumerarse. Thmbién tenemos
minario 10, por las mejores razones del mundo, Lacan constata que lavoz, que Lacan piensa esencialmente como lavoz del Otro. Por
la pulsión se ordena según hiancias homólogas a la del inconscien- eso, por otra parte, refiere el superyó en su fase más profunda a es-
te, precisamente porque él construyó su concepto de inconsciente te objeto a,y también r-eserva su examen desarrollado al Semina-
en función de esta cuarta parte del Seminario de La angustia. rio siguiente, que no dictó, sobre los Nombres del Padre.83 Es la
Señalé que es un cuerpo cuyo límite se ignora, y esto constitu- voz del C)tro, una yoz que se presenta como incorporada. En una
ye incluso una apuesta constante de esta cuarta parte. ¿Dónde es- centena de páginas, tienen enumerados todos los modos de con-
tá el límite del cuerpo erógeno? ¿Hasta dónde llega el cuerpo co- junción, y después está la separación del lado del sujeto o del lado
mo organismo? En lo que Lacan destaca, el organismo compren- del Otro, amboceptora o ectópica, bajo la forma del parasitismo,
de todo lo que le permite al cuerpo estar vivo, es decir, incluye lo de la inuusión, de la incorporación.
que 1o sustenta, lo nutre. Se muestra entonces que el organismo Aunque traté, no es algo que se deje formalizar.Lacan lo pre-
avanza sobre el cuerpo del Otro, lo que se indica con una frase rá- senta como un intento de disponer los círculos de Euler en fun-
pida en ..Posición el inconscienter', donde se señala que los lími- ción de los diferentes objetos. Como no lo retoma, esto no cubre
tes del organismo van más allá del cuerpo.82 Es lo que allí se mues- más que una parte relativamente reducida de los detalles que cons-
tra. Y por eso, en ..El estadio del espejott y sus variaciones, tene- tituyen precisamente el encanto de su exploración. Lacan nos da
mos siempre una estructura de cara a cara, el cuerpo propio y su la solución en su escrito ..Posición del inconscienterr, donde logi-
imagen como imagen del otro. Pero, tratándose de este organismo fica lo que aquí se nos presentó en el plano biológico al colocar los
erógeno, la estructura del cara a cara se reemplaza, cede el lugar a

83. Cf.J. Lacan,..Introclucción a los Nombres del Padrer, (1963),enDe los


82. Cf.J. Lacan,..p65isión del inconsciente,, (1960), enF,l,anitos 2, ob. cit. n. 18, Norubre¡ del Pndre, Buenos Aires, Paidós, 2005.
pp. 808-829.
107
to6
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. unn Lfren DE eurEBRE

círculos de Euler, distinguiendo especialmente, en lo que concier-


La angtstia, el objeto ¿ se elabora esencialmente como una pura y
ne al objeto a,lazona de la intersección, es deci¡ de lo que perte-
simple extracción corporal. Por lo menos, esto es lo más insistente
nece a uno y a otro. El la modifi ca así, dialécticamente, dándole el
en esta cuarta parte. Pero aun allí no hay que olüdar que esta fisio-
valor de ..ni a uno ni a otrorr, ..ni a ni a>>.
logía del objeto ¿ se desarrolla bajo el significante de la topología,
es decir que el objeto a tiene una consistencia topológica.
Si tuviera que recordar una ley del discurso de Lacan sobre el
,^, objeto a qluevalga también aquí, aunque sea algo más fugitivo y los
m tl i(a) -* visos de lo que se desarrolló en el nivel orgánico lo hagan olvidar,

S L-] es que nunca da más que ejemplos, ilustraciones. Solo podemos


dar lo que Lacan llama en alguna parte sustancias episódicas, re-
I nialnia presentaciones.
---+
Una vez leído el Seminario de La angutia, pensamos que es sin
Et objeto o, fracaso del Nombre de[ Padre
duda la solución más elegante. No estar fascinado por la tópica de
este objeto, sino por el contrario aprehenderlo fundamentalmente
Desde entonces el objeto a seha sofisticado mucho. Somos tan sus-
como separado. Hay una tópica, que es la de lo imaginario, tal co-
tancialistas que, al entrarnos por la oreja una voz que hablaba del
mo se la designa en el Seminario 1, y aquí estamos evidentemente
objeto a de Lacan, no dejamos de preguntarnos cuál es nuestro
en un espacio donde los intentos de tópica no son conclusivos.
propio objeto a. En primer luga¡ es preciso pensar que si se lo de-
En esto radica el encanto de esta cuarta parte del Seminar-io de
signa como objeto t, es porque no tiene nombre. No hay índice
La angtstia, obedece a lo que hemos perdido, a cierto realismo del
más reducido para designar que a minúscula. Justamente, como el
objeto a, incluso a cierto materialismo del objeto, que está podero-
objeto a, con su letrita lacaniana, no tiene nombre, pone en tela de
samente encarnado en órganos, e incluso a cierto naturalismo del
juicio el Nombre del Padre; y yo titulé esta última lección ,rDe a a
objeto r, porque Lacan hojea tratados de fisiología, de biología.
los nombres del padrerr. Por el contrario, el padre es por excelen-
En primer luga¡ se les presentó el objeto como el objeto an-
ci* el que tiene un nombre, el que da el nombre; el que establece la
gustiante, que triunfa en su extÍañ,eza, para luego presentárselo
filiación simbólica. Por oua parre, estos días vemos inquieto a to-
bajo la forma topológica de la banda de Moebius reducida. Y aquí
do un grupo de gente, en cuya primera fila están los psicoanalistas,
lo encuentran identificado con órganos, partes del organismo del
qire se cornpromete en la defensa dei Noml¡re del Padre. Debido a
sujeto como también partes del organismo del Otro.
ciertos avanccs de ia ciencia y tambrén dc las dinámicas del dere-
Dejando de lado puntos importantes, esre Seminario podría
cho a gozar a su manela, necesiran sostencr cl Ir{ombre del Padre
leerse como sustancialista. El objeto a aparece identificado con una
y, habiendo incorporado algr,rnos datos fi'euciianos que formalizé
sustancia. Y el encanto de esto es que justamente se lo capta en su
Lacan, se pr:esenta conro refuerza de cierto número de pensadores.
emergencia, antes que haya adquirido y se nos haya impuesto su for-
Se trata de una población de filósofos y teólogos. De este modo, se
ma tan sofisticada de pura consistencia lógica.aa En el Seminario de
asiste a 1o que Lacan previó en este Seminario, una conjunción sen-
sacional de psicoanalistas y religiosos por la defensa del Nombre
del Padre. Entonces, este Seminario no podía vercladeramente ser
84. Cf. J. Lacan, <.El acto psicoanalítico. (1969), en Reseñas tle enseñanzo,
m:ís oportuno. Aún falta descifrar este tema que hace vacilar la
Buenos Aires, Manantial, 1988, pp. 47-58.
ctcrni<larl del Nombre del Padre, descifrar que este Seminario
ro8
109
LA ANGUSTIA LACANIANA v. uun lfxeR DE eulEBRE

muestra que el Padre, su potencia, tropieza con el objeto a. para retomar un tema del capítulo III del Seminario de La angu-
Tropieza con todo, evidentemente, porque el Otro materno es- tia, que se ha infiltrado en el mundo, y que se puede pensar que,
tá mucho más presente en lo que se ilustra a nivel del nacimiento, en nombre del principio de precaución, es mejor no meterse con
a nivel del objeto oral. Se trata, pese a todo, del seno, un preten- eso. Pero no solo está la precaución, también está la innovación.
dido objeto oral, y también el Otro materno está en escena a pro-
¿Y cuando la innovación ya está allí y tiene para ella una dinámi-
pósito del objeto anal. Sin duda la figura del Otro paterno se pre- ca social muy fundada en lógica y en derecho, no se podría pensar
sentaría a nivel del objeto que Lacan reserva a continuación del que es preciso acompañarla? Debe rechazarse la demanda de que
objeto vocal, el objeto soporte o separado de los mandatos. Esto un significante, incluso los de la tradición, bautice el goce de cada
no impide que el Otro paterno, su potencia, uopiece con el objeto uno. ¿No es una demanda de trascendencia? Un filósofo religioso
a, enla medida en que este objeto no es nombrable. Los remito en con quien Lacan discutió en 1966 pronunció una frase que puede
esté sentido a las páginas 162 y 163 del Seminario de El reaerso del hacer fruncir el ceño al teólogo: ..Ningún hombre es hijo de un
psicoantílisis. Decir que este objeto r no es nombrable es solo repe- hombre o de una mujer, es hijo de Diosr'.
tir de otra forma el motivo por el que Lacan lo presenta en este Tál como Lacan la presenta clásicamente, la metáfora paterna
Seminario, a sabe¡ que el objeto ¿ es irreductible a la simboliza- parte de un término oscuro, el Deseo de la Madre, que se conci-
ción. En otras palabras, el objeto a vale como el fracaso del Nom- be primero como un significante cuya significación se desconoce.
bre del Padre, en la medida en que el Nombre del Padre es el ope- La operación de la metáfora paterna logra simbolizarlo produ-
rador mayor de la simbolización. ciendo la significación fálica. La metáfora paterna dala razón,lo
La metáfora paterna se lleva perfectamente bien con la Biblia, que puede ser tomado, en efecto, como un ejemplo de simboliza-
es incluso una formalización sensacional que le conviene y que cién integral.
prueba la precisión del diagnóstico de Lacan en lo que concierne El Seminario de La angastia se desarrolla fuera de la metáfora
a Freud; a saber, por más que este tratara la religión como una ilu- paterna y también parte de un término primero, oscuro y mítico,
sión sin futuro, todo lo que hacía en el psicoanálisis era salvar al que no es el Deseo de la Madre, sino el goce. El punto de partida
Padre y fundar así la religión de los nuevos tiempos -se cumplió-, que propone Lacan cuando habla de un resto irreductible es que
el Padre que Freud soñó, el Padre omnipotente, del que se burla ninguna metáfora se revela capaz de simbolizarlo íntegramente.
en este Seminario. Hay que prestar atención a la palabra potencia, En esta perspectiva, a designa el fracaso de la metáfora.
que se revela en su carácter de señuelo. He aquí lo que se discute Lo libidinal,lo que depende de la libido, resiste por estructura
en este Seminario, donde ya se anuncia el cuestionamiento que a la simbolización integral, y es lo que designa a.Por eso, el falo
hace Lacan del deseo de Freud, que será aún más explícito en el como emblema de la potencia, y de la potencia simbólica, no es
Seminario 11. más que narcisista. En el Seminario de La angustia, hay una degra-
dación del deseo como deseo de potencia. Allí, por el contrario, se
argumenta que es la insistencia de no pode¡ el ..no poder, deter-
La vía delanálisis minado por la detumescencia del órgano, lo que se sublima en la
categoría de la potencia.
Lacan ha abordado el Edipo esencialmente por la metáfora pater- La potencia no pertenece al campo libidinal, sino al campo nar-
na, es decir, a partir de una reducción lingüística, de una formali- cisista. Esta despeja un ideal, el Ideal del yo, como Ideal de toda po-
zación del mito. Esta formalización permite ver los semblantes tencia, en el horizonte del cual está Dios mismo. IIay una tesis del
que implica. Ahora, los semblantes son fuertes y se mezclaron en Seminario de La angastia que es que la idea de Dios se arraiga enla
el mundo. Este artificio significante ha ocupado tanto la escena, sexualirlad del macho, en Ia impotencia para gozan Se trata más bien

110 111
LA ANGUSTIA LACANIANA

de un hápax en Lacan, mienffas que la crítica de la potencia como Vl. Un hito de Ariadna
ilusión es una constante.
En El reaersl del psicoandliszi, tienen, a partir de Ia histeria, una
degradación de la figura del padre, y Lacan formula claramente
que el padre figura como castrado en esta estructura. Su impoten-
cia está revestida con los emblemas de la potencia. De la misma
manera, una constante de la enseñanza de Lacan en la misma línea
es la crítica, la degradación de la posición del amo, desde los co-
mienzos de su enseñanza,y el psicoanálisis aparece como otra vía,
que pasa por una renuncia a las ilusiones de la potencia. Entendá-
moslo a nivel de la voz: mejor la interpretación que el mandato.
En las últimas ideas del Seminario de La angustia, cuando La- EL «TRrreRrGUNG»
can anuncia el Seminario de ..Los Nombres del Padrerr, esboza
una nueva figura del padre, que sabe que el objeto ¿ es irreducti- Una pequeña matriz
ble al símbolo. Se trata de un padre que no se dejaría engañar por
la metáfora paterna, que no creería que esta puede cumplir una Me hubiera gustado dejarles entre manos un hilo de Ariadna que les
simbolización íntegra y que sabría, por el contlario, remitir el de- permita orientarse en este laberinto del Seminario de La angustia,
seo al objeto a como su causa. No tenemos los desarrollos ulterio- para enderezarlo y hacer con él una carretera principal romana. En
res que Lacan hubiera podido dar, pero qrizá ya les parezca que primer lugaS podría dejarles estos apuntes para desarmar los artifi-
anuncia un padre que no sería otro que el analista. Esta es la figu- cios y señuelos que multiplica Lacan, quien no dice aquí todo lo que
ra que viene, mientras que en el centro de atención del Seminario sabe, y eso cuya huella encontramos en sus escritos contemporá-
mismo, el objeto a jaegz su partida solo entre el sujeto y el Otro. neos, en particular, en el final de ..Subversión del sujeton, que sería
simplemente que la función del objeto a prevalece sobre lo que se
presenta de su sustancia, su nattraleza,su identidad.
He forjado un instmmento sencillo que me inspiró el esquema
que Lacan :uúliza en ..La instancia de la letran,8s y cryo fin es opo-
ner metáfora y metonimia. Lacan tuerce o modifica los símbolos
de la adición y de la sustracción: el más y el menos, emrreltos en
esta ocasión en paréntesis que indican que es preciso considerar-
los con el valor especial allí explicitado.

(*) C)

Tomar operaciones de orden matemático y modificarlas para ha-


cerlas funcionar en el discurso analítico es un método propiamente

85. J. Lacan, ..La insrancia de la letra en el inconsciente o la razón desde


I,-rcudr,, en Escritos 1, ob. cit. n. 30, p. 495.

773
LA ANGUSTIA LACANIANA VI. UN H¡LO DE ARIADNA

lacaniano. Del mismo modo, en el Seminario de Los utatro clnceptos, haré funcionar en lo imaginario, lo simbólico y lo real. Partiré de lo
Lacan toma de la teoría de los coniuntos las operaciones de reunión que me atreveré a decir que es una palabra que falta en este libro,
y de intersección, para modificarlas, permitiendo así a los operado- que lo volvería sin duda más legible si figurara en é1.
res, tlansformados, inscribir alienación y separación.
Yo utilizo estos más y estos menos entre paréntesis para orien-
tarrne en el Seminario de La angltstia. Doy a este más especial el Un estadio del espejo desimetrízado
valor clel franqueamiento de un límite, un límite que constituye
una barrera en la medida en que ofrece una resistencia. Este valor En este Seminario, hay cierta reticencia de Lacan, hay una emer-
es por ia barra que separa el significante del significado en ..La gencia de significación que aparece como retenida, una metáfo-
instancia de la letrarr, en la medida en que el significante es algo ra que no se cumple completamente y una metonimia que tiene
material, por lo menos, materializable, aunque más no sea a título en vilo.
de ser sensible, bajo la forma de la marca escrita, de la sonoridad Pensemos en el asunto. Este Seminario no estaba prometido a
que se registra, mientras que el significado es, por el contrario, in- un auditorio de tan buena voluntad como este. Lacan lo pronun-
material, inasible, salvo si se hace intrusión en el piso superior. ció en un momento en el que iba a llevarse a cabo una separación,
una escisión del grupo analítico que se consumaría poco después
S/s (+) o de la conclusión de su Seminario. Distintas huellas indican que él
sabía muy bien tratar con lo que él no llama -y yo solo ubicaré en-
EI menos indica que el elemento que figura en la parte inferior tre paréntesis- rasgos en potencia. Pienso entonces que él los tie-
permanece en ese lugar. Con la ayrda de este símbolo, Lacan es- ne en vilo y no les dice todo.
cribe las fórmulas de la metáfora y de la metonimia. Encuentro tanto más fundamento para decir que falta una pa-
labra en este libro, cuanto que esta está sin embargo dicha, pero al
S(+)/s margen. Se trata de una palabra que quedó en blanco en lo que yo
SC)/s mismo les articulé a propósito de la aparición del objeto ansióge-
no en el campo üsual: la causa de la aparición. Sin embargo, esta
El más indica el franqueamiento de la barra que separa el sig- causa, si se la nombra, permite reunir lo qr.re concierne al segundo
nificante y el significado, y quiere simbolizar el efecto de adveni- movimiento del Seminario, a sabe¡ la separación del objeto.
miento, de emergencia de la significación tal como se cristaliza en ..El estadio del espejo como formador de la función del yo, obe-
una metáfora.La fórmula de la metonimia indica que el efecto no dece a un principio de simetría. Cuando Lacan solamente lo expo-
se produce, que la significación se elide, que la barra se mantiene,
ne para introducir la función simbólica, este principio de simetría se
basta a sí mismo al simbolizarse con la relación a-a'.Figara así, por
y que el significado se desliza, sigue siendo inasible exactamente
supuesto, ubicado debajo. Utllizaré este más entre paréntesis co- ejemplo, en ..De una cuestión preliminar a todo tratamiento posi-
mo el símbolo de una adición, que es también un franqueamiento, ble de la psicosisrr.só De esta forma, evidentemente simétricay recí-
proca, él indica la transfusión y las conmutaciones de la libido nar-
y el símbolo de este menos entre paréntesis para indicar un no
cisista respecto del objeto y üceversa. Se trata de una lámpara para
franqueamiento, una suposición, que es, en el Seminario de La an-
gustia, también una sustracción.
Comenzaré introduciéndoles mi pequeña matriz, una lamparita
para guiarlos en las tinieblas de este Seminario, que no carece de re- 86. Cf. J. Lacan, ..De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
la psicosis,, (1958), en Escritos 2, ob. cit. n. 18, pp. 513-564.
lámpagos, aunque también tenga algunas oscuridades. Después la

775
774
LA ANGUSTIA LACANIANA VI. UN HILO DE ARIADNA

leer a Freud. La libido circula del narcisismo del yo al objeto, se le ro escondido, a menudo olvidado, pero que representa la realidad
asigna al objeto o se le retira. IIay transvases, el circuito de la libido invisible del cuerpo bajo la forma de un florero que conriene, un
se cumple en el plano imaginario, de manera que el goce, en la pri- florero con su orificio, emblema de los orificios de las zonas eró-
mera enseñanza deLacan, tiene un estatuto imaginario; es goce del genas -el sujeto posee poco acceso a esta realidad del cuerpo, con
cuerpo y del objeto como imaginario. la cual solo tiene, según Lacan, una <<oscura intimidad>>.87 Este
El esquema óptico de Lacan, que presentó en su Seminario 1 y cuerpo es lo que intenta mostrar lo que se despliega en la cuarta
publicó en ..Observación sobre el informe de Daniel Lagache", parte del Seminario de La angustin.Tienen el florero aparente, que
obedece también a este principio de simetría, bajo la forma i(a), se califica de I de a,y qrte es el cuerpo imaginario que rodea la rea-
i'(a). Salvo por esta diferencia de escritura, es homólogo, calca el lidad del objeto parcial. Tienen también consideraciones sobre lo
a-a'anterior e indica la similitud de estos dos elementos. que ocurre cuando esta operación de unificación imaginaria no se
produce. En ese lugar en particular Lacan intenta describir la po-
sición del esquizofrénico.
,o> Este breve recorrido es para subrayarles la modificación esen-

I ,'«,>
cial que introduce el Seminario de La angustia en este esquema
óptico que antes se utilizó para ubicar las funciones del yo ideal y
del Ideal el yo. No hay nada semejante aquí donde se introduce en
El primer elemento diferencial que introduce el esquema óptico
que vuelven a encontrar en el Seminario de La angtrtia se ubica en este esquema una modificación muy precisa.Lacan empieza por
otro lugar. Se opera una escisión errtre a e i de a-demos a estos sím- desimetrizar el estadio del espejo para destacar primero lo que se
bolos un valor-, entre el objeto parcial y la imagen de la forma del construye después de manera topológica, qlue a, hablando con
cuerpo propio. Pero se opera de un modo especial, puesto que me- propiedad, no es especular, no aparece en el espejo, no se encuen-
diante otro espejo actua sobre dos elementos materiales: el objeto tra a 7a derecha.
parcial representado como un ramo aparente y, escondido en un re-
cipiente, un florero que este espejo convexo perrnite hacer surgir (-q)
como imagen, encerrando este ramo. En el otro espejo, plano este,
se inscribe una imagen completa del florero y las flores.
I-_l x
1'(n)

un resto tibidinal

i'(n) En el Seminario de La nurusjh"cnúa,8t se explica en detalle lo que


justifica esta sorprendente disimer:ía, qlic es una corrección sensa-

87.J. Lacan, ..Observación sobre el inír¡¡me de l}niel Lagacher, (1960), en


La diferencia esencial con el estadio del espejo puro y simple es ibíd., p. 655.
que se destacan dos elementos, el a del objeto parcial y este flore- 88.J. Lacan, El Seminario 8, ob. cit. n. 52, pp. 419-423"

tt6 717
tA ANGUSTIA LACANIANA
VI. UN HILO.DE ARIADNA

cional del estadio del espejo clásico. Lacan se apoya en un pasaie de de potenciarr, mientras que Regung es ..estimulación, llamada al de-
Karl Abraham, el inventor de la función del objeto parcial, utilizan- sorden, incluso al motínr'. Y es todo. Solo lo hace figurar allí, al
do en particular el sueño de una paciente histérica que ve la imagen
margen. Si hubiera hecho figurar esta palabra en su lugar, es decir,
del padre censurada a nivel fálico por la ausencia de bello púbico.
si nos hubiéramos dado cuenta de que lo que constituye el Tiiebre-
Lacan le da el sentido de que no todo lo que es investidura libidinal
gmg efi función en el deseo tiene su sede en el objeto a, qlte preci-
narcisista del sujeto se transvasa, se transfiere al objeto, que hay una
samente no está dicho, se volvería mucho más legible el conjunto
parte que queda del lado del sujeto, que no entra en lo imaginario.
del Seminario de La angustia. Lgregaré incluso que la palabra Thieb,
De ahí que todo lo que puede atraer el deseo del sujeto de la pres-
la pulsión, no interuiene más que de una manera intermitente y dis-
tancia del objeto, a la derecha, depende de lo que queda del lado iz-
creta en el Seminario de La angustia, cuando es eüdentemente una
quierdo, y que no está representado. Esto desmiente las conmuta-
función cuya puesta en juego simplificaría mucho de lo que Lacan
ciones de la libido.IJn elemento permanece ajeno a la dialéctica li-
nos presenta. El reserva visiblemente la elaboración de la pulsión
bidinal donde, respecto de estas transfusiones recíprocas del sujeto
para el Seminario de Los ü.tatrl cznceptls, es decir del otro lado de la
al objeto, uno se pregunta a qué objeto se asigna la libido, sobre qué
escisión cumplida.
otro objeto se desplaza, si se retira del lado del sujeto.
Hay 2ffi -y ya figura en el Serninario de La transferencia- w
resto libidinal designado por una palabra, el Trieltregtmg,se este
OaJrro EXTRAño
Triebregung fundamental del que Lacan dice: ..Lo que constituye
el Thiebregung que está en función en el deseo [...] tiene su sede en
No sin objeto
el resto>>. El Seminario de La ang$tiu nos permite entender de
qué se trata en este <<en función en el deseot , es en calidad de cau-
Esta ubicación desimeuizada nos permite dar, siguiendo a Lacan,
sa. Esta paiabra freudiana debe agregarse en las páginas 49-52 del
una teoría de lo extraño en lo imaginario. ¿Cuándo surge lo extra-
Seminario de Ls iintystiit. En el Seminario de La transferencia, el
ño como ansiíigeno? Me gusta mucho esta fórmula que se le pre-
Ti'iebregunE aparece colrlo r:i ulivilegio del falo; en el Seminario de
senta a Lacan, polrlue es una formulación interrogativa que mues-
t, nrgrrttiá, este privil.gio s* exdende al objeto a. Se pasa de una tra los piiares de s¡. ,:onstrucción. ¿No es este resto, a, lo que ..me-
teoría restringida a una teoría generalizada. A la izquierda tene-
diante algún rode.* :.¡-re sabemos designar, se manifiesta en el lugar
mos la supuesta realidad del organismo, y a la derecha, su repre-
previsto para ia faltan?ql Aquí está pues la hipótesis de que en la
sentación imaginaria, que es también campo de la objetividad, y,
irrupción del ohjeto se cristaliza o condensa el Tiiebregung,la es-
como tal, campo del Otro.
timulación putr:-;ional, que se debe a la paradoja de la aparición de
Esta palabra figura en el Seminario de La angustia desde el pri-
un objeto extraño, prccisamente, porque no se ajusta a las leyes del
mer capítulo, pero solo como un incidente a propósito de su tra-
campo visual. No se aiusta en la construcción de Lacanporque ca-
ducción,90 en el momento en que, al construir su primera grilla
rece de orientación, porque tiene la misma estructura que una
significante ,Lacan acentúa la palabra étnoi lttrbación], diciendo en
banda de &{oebius. Su presencia en sí misma introduce una falta
este sentido: ..La traducción que ha sido admitida de Tiiebregttng
de indicación que es functor de angustia.
por ,irnoi pulsionnel es del todo impropiar>. Emoi qtiere decir..caída
Esta tesis fundamental figura también en este Seminario de una
forma asertiva: .<La angustia surge cuando un mecanismo hace
89. Ibíd., p. 430.
90. J. Lacan, El Seminario ./ 0, ob. cit. n. 2, p. 21.
91.J. I-rcan, El,scminat'io 10, ob. cit. n.2,p.72.

rr8
779
VI, UN HILO DE ARIADNA
LA ANGUSTIA LACANIANA

aparecer algo en el lugar que llamaré, para hacerme entender, na- La escena y el mundo
tural, a saber, el lugar (-q), q.r" corresponde, en el lado derecho, al
lugar que ocupa, en el lado izquierdo, el a del objeto del deseo'r.e2 De una forma más discreta, se trata eventualmente de la emergen-
Por esta función del resto libidinal extraído de lo imaginario, La- cia en el campo visual de la dimensión de la mirada, en la medida
can explica lo Unbeimlich. Este es el principio del objeto extraño en que aporta un sentimiento de extrañeza, que sería una puerta
en lo imaginario, es la aparición de a enx, correlativo de pertur- abierta a la angustia. Pero también se ve por qué otro mecanismo
baciones perceptibles. esta intrusión de a puede tener un valor erógeno y no ansiógeno.
Indico, por otro lado, que es lo que muestra también por qué Son los ejemplos conocidos que da Lacan del lunar postizo de la
Lacan puede decir que Ia angustia está enmarcada. El objeto ansió- coqueta, del grano de belleza adorable, que desentonan, pero al
geno no aparece en cualquier luga¡ aparece en el lugar en que nor- mismo tiempo erotizan la imagen del Otro presentificando un va-
malmente se sustrae, extrae el objeto 4 para permitir la normalidad lor, esta vez positivo, del objeto a.
del campo visual. Esta aparición es ansiógena en la medida en que De ahí la oposición que estrxctura este Seminario enre dos cla-
se manifiesta en infracción respecto de las leyes de la percepción. ses de objetos, los de tipo especular, objetos comunes a uno y otro,

Se supone que hay allí un elemento que estructuralmente no res- que no son forzosamente pacíficos, objetos de competencia pero
ponde a lo que exige lo imaginario y sin embargo fierza la entrada también de cambio, reconocibles y normales, alavez especulares y
del campo imaginario. De allí la teoría de que hay angustia cuando simbolizables, y objetos de otro tipo, anteriores a esta comunidad
una cantidad suplementaria de libido, de Trieltregung, aparece en el imaginaria, que no están regulados, sino cargados de Tiiebregung,
campo imaginario, y lo hace como un objeto extraño. que tienen una carga pulsional. He aquí lo que será, mucho después
Se entiende por qué Lacan da el rodeo de lo imaginario para en la enseñanza deLacan, el plus de gozar. Si Lacan hubiera utili-
introducir la angustia. Y es que vía lo imaginario, el Tiiebregung zado el término freudiano Triebregung en el Seminario de La angrs-
freudiano se vuelve ante sus ojos un objeto extraño, se vuelve un tia,habría estado en la pista de este plus de gozar.
objeto. Y esto le permite a Lacan formular que la angustia no es Tenemos aquí objetos imaginarios y objetos no-i, objetos que
sin objeto. Esta fórmula retorcida, .<no sin'r, indica que el objeto tienen la estmctura de i de a y objetos estructuralmente no orien-
del que se trata no es un objeto normal, un objeto que pertenece tables. El espejo de este esquema óptico funciona como un velo
al mundo de los objetos comunes -no es homólogo a estos-, sino que, en condiciones normales, impide al sujeto ver el objeto a. Si
un objeto de otro tipo. Su manifestación más perturbadorq más lo hacemos girar sobre su eje, este espejo se presenta como una ba-
ansiógena, se da en la experiencia personal, autobiográfica, que re- rrera que separa el objeto a del objeto normal. Hay, por lo tanto,
fiere Maupassant en su novela El Horla, donde la despersonaliza- dos estados posibles según se mantenga esta barrera: el objeto a si-
ción llega hasta el punto de que el personaje se descubre a sí mis- g:ue en su lugar -l menos entre paréntesis a-, no hay desorden, no
mo visto de espaldas. Este es el punto extremo. Se manifiesta la hay motín; o bien hay franqueamiento -i más entre paréntesis a-,
perturbación de a como inorientaltle, donde el anverso se encuen- y entonces surge la perturbación, el desorden, el motín.
tra en continuidad con el reverso, y el sujeto se confronta de algu-
I
na manera con él mismo como un guante dado vuelta, imagen que
vuelve en varias oportunidades en este Seminario y en la enseñan-
za deLacan. ;
i(a) I
1
t
i(-)a

',.,
Esta es una primera aplicación en lo imaginario de la matnz
92.Ibíd.,p.52. que les anuncié, y que ya permite captar por ejemplo por qué Lacan

720 727
LA ANGUSTIA LACANIANA
VI. UN HILO DE ARIADNA

introduce en un momento, de manera simétrica, el masoquismo y


Lacan desarrolla de la oposición del aüing ottty el pasaje al acto, co-
el sadismo, y por qué se ocupa de mostrar una diferencia, a propó-
mo de la oposición de duelo y melancolía a partir de Freud, respon-
sito de Lévi-Suauss, entre la escena y el mundo. La escena -por
de esuictamente a esta disposición. Aquí resulta esencial el concep-
encima de la barra o en lo que figura a la derecha en este esque-
to de escena -una escena imaginaria pero también la escena del
ma- es lo que se muestna, lo que aparece. El rnundo, en el esque-
Otro, puesto que, respecto de lo real, lo imaginario y lo simbólico
ma óptico, figura como la realidad del organismo, está escondido.
están del mismo lado.
Hay, pues, una dialéctica entre el mostrar y el esconder, que Lacan
El acting oat es el surgimiento del objeto a enla escena, con sus
utiliza a propósito del masoquismo y del sadismo. Podemos rete-
efectos perturbadores y de desorden, insituables. Debe incluirse
ner esto como rasgos clínicos que conciernen a estas dos posicio-
aquí una dinámica subjetiva que hace que el sujeto aporte este ob-
nes, pero, en la medida en que Lacan no lo retomó verdaderamen- jeto a enla escena, cuando, en el pasaje al acto, el sujeto se encuen-
te así en otra parte, se trata sobre todo de usar esta matriz.
tra bajo la barra, fuera de escena, con el objeto a.E,lpasaje al acto
no engaña, es una salida de escena que ya no deja lugar a la inter-
pretación, al juego del significante.
DuEr-o Y MELANcoLíA

Acto e inconsciente -a
+a
ACTING PASA,IE AL ACTO
Lacan introduce el masoquismo y el sadismo en el Seminano de La
angustia en un juego que él llama de ocultación, donde se muestra
algo para disimular la otra dimensión. Para el masoquista, que se pa-
Por eso separé la función del acto y la del inconsciente. Hay
vonea como desecho, que, lejos de presumir, se presenta como so-
en el pasaje al acto tn n0 qu.erer saber nada más. Se sale del enga-
metido a todo lo que le llega del Otro como maltrato, uno piensa:
ño de la escena por la certeza de que uno se reúne en una identi-
belo aquí, es el objeto a. De ninguna manera. Se trata de una mostra-
ficación, haciendo un salto, con el objeto a, incluso una identifi-
ción, una figuración de I de a, está en escena. En la escena, el maso-
cación que Lacan llama identificación absoluta con el obieto a
quismo hace semblante, por esta vez, de objeto a, se exhibe como
fuera de escena.
desecho, y muestra, se dewela por asegurar el goce del Otro. Sin
En el pasaje al acto, hay rechazo de la escena y rechazo de todo
embargo, Lacan indica que él intenta, bajo la barra, producir la an-
llamado al Otro, mientras que el acting oat, que es subir al escena-
gustia del Ouo. Mientras que, inversamente, el sádico en la escena
rio, es un llamado al Otro. ¿ sube al escenario y el su;'eto lo mues-
se muestra matándose por producir la angustia del Otro, cuando, de
tra. Como d no es especularizable en tanto tal, el sujeto lo mues-
hecho, apunta a obtener el goce del Otro, e incluso a encontrar en
tra en el acting oat, siempre al lado, al sesgo. El sujeto es allí nece-
el Ouo a a,lo más íntimo de su goce, que es, como Lacan pronun-
sidad de mentir. Cuando el objeto sube al escenario en el acting
cia siguiendo los pasos del Marqués de Sade: .<Tuve la piel del im-
lttt, como en el masoquismo, es siempre una falacia. El sujeto
bécilrr.el Esta es una aplicación de la mattz que les indico -la pala-
muestra la libra de carne, los sesos frescos, pero solo se trata de
bramatriz no me parece un mal hallazgo. Se entiende que lo que fingimiento t para retomar una expresión de Lacan en ..Teleü-
siónrr, un fingimiento del que se escapa lo real. Unavez que sube
93.Tinte la piel del imbécil es traducción litqral de J'oi m la peau du con,q\e al escenario, queda apresado en los engaños de Ia mosuación, los
también puede traducirse por Me ztengué del imbéeil. Por otra parte, eon, además engaños del significante,los engaños de la verdad, y lo real perma-
de a imbécil, refiere al órgano sexual femenino. [N. de la T.]
nece en otra parte.
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LA ANGUSTIA LACANIANA VI. UN HILO DE ARIADNA

Lo real contra la verdad te problema ya preocupa aLacan al final del Seminario de La trans-
ferencia. El duelo se relaciona esencialmente con i de a, con la ima-
La única interpretación del acting lu.t esi lo que ustedes dicen es gen, con el objeto de amor en su estructura narcisista. El uabajo del
verdad, pero no concierne a lo que está en juego. Se alcanza aquí duelo consiste en enumerar los detalles imaginarios para hacerlos
la proposición que puede enunciarse en su valor general: cuando pasar a 1o simbólico. Este trabajo se realizaesencialmente a nivel es-
se quiere hacer pasar lo real al significante, nunca se encuentra cópico, dejando abajolabarca,aunque el objeto I se encuentre allí
más que la mentira. Solo se lo puede hacer pasar a través de la circunscrito por lo imaginario. El duelo responde a la pérdida del
mentira, una puesta en escena o una puesta en tnentira, que tradu- objeto a por rtn carnaval imaginario y narcisista, mienrras que La-
ce -lo que Lacan desarrollará en la continuación de su enseñanza- can se desvela por mostrar que la melancolía tiene relación con a.
la disyunción entre lo verdadero y lo real. Esta barra que he utili- En el pasaje al acto melancólico, el sujeto atraüesa la barrera que lo
zado se refleja en la disyrnción entre lo verdadero y lo real, y en separa de a, mientras que en el duelo esta barrera se mantiene. El
la disyunción, correlativa, entre el deseo y el goce. sujeto melancólico pasa entonces a través de su propia imagen para
alcanzar el objeto a.Lacandice que él lo uasciende, es decir, que es-
tá detrás. No me detendré en la definición tan esencial de la manía
VrnoRorno DesEo como no función de a, supresión del lastre del objeto a,y quemues-
Rrnl GocE tra por qué a es el secreto del punto de capitón.

La continuación de la enseñanza de Lacan explorará precisa-


+O -o
mente lo que disgusta a Freud, como indica el Seminario de La an-
ACTING PASA,IE AL ACTO
gustia, que el deseo miente, que lo real no puede más que mentir
DU ELO ¡tELe¡lcorÍa
al partenaire, que no se puede decir la verdad de lo real, y que el
pase es el intento de cernirlo lo más posible. De allí emerge ya, en
este Seminario, la crítica del deseo de Freud como deseo de ver-
OprnRooR DE sEpARACIóN
dad: ..Freud se niega a ver en la verdad, que es su pasión, la estruc-
tura de ficción que está en su origenn.e4 En este punto, se diferen-
Entre fracaso y encuentro
cian la pasión freudiana por la verdad, que lo conduce a dar crédi-
to, a su pesar, a la mitolo gía y, por otro lado, la orientación laca-
He intentado mostrarles el objeto extraño en lo imaginario yendo
niana hacia lo real, que no hay que confundir con la exactitud.
hasta la escena. Tomemos el objeto extraño en lo simbólico, don-
Porque el Freud que nos presenta Lacan no admite la verdad in-
de el mismo esquema es operatorio.
separable de la mentira; él atormenta a su novia, su esposa, quien
no le ha dicho todo. Por eso también la feminidad le sigue resul-
tando oscura, y es que esta se encuentra menos estorbada por la L(-)o I ou,,
verdad y mantiene una relación más directa con el goce.
Thmbién encuentran la forma de ubicar en esta matriz la oposi-
Dos posiciones del objeto extraño se localizan en el Seminario.
ción entre duelo y melancolía, que figura al final del Seminario. Es-
Cuando el objeto a no aparece en lo simbólico, tenemos lo que se
conoce clásicamente de Lacan, a saber, los circuitos de la determi-
nación simbólica, que se dejan formular como leyes de la deter-
94.J.Lacan, El seminario 10, ob. cit. n.2, p. 143.
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J
LA ANGUSTIA LACANIANA
VI, UN HItO DE ARIADNA

minación simbólica. Incluso el volumen de los Escritos comienza bólica, es decir, circuito de los significantes, cuya constancia, inter-
con esto. Tenemos un Otro que se presenta mediante una disposi- mitencia, articulación, se puede localizar. Después del Seminario
ción necesaria de fórmulas lógicas y que emite leyes. Hasta tal de La angastia, en Los caatrl clnceptos fundamentales, encuentran
punto que estas leyes determinan esencialmente al sujeto, Io que otra figura de la repetición. Esta aparece, por el contrario, respec-
escribiré como A maÉscula flecha S barrada, para expresar la pre- to del objeto, como marcada siempre por un fracaso fundamental,
dominancia del significante sobre el sujeto y hacer emerger un su- es deci¡ como no alcanzando lo que está bajo la barra. Lejos de ser
jeto sin ninguna relación con lo real. solo la repetición monótona de lo simbólico, la repetición apare-
ce atrapada entre fracaso y encuentro, sin perjuicio de que Lacan
li
A*Í ii pueda encontrar después, en sus propias construcciones de más y
menos, lo que destaca como el contorno casual que ya marcaba en
En la emergencia del discurso de Lacan en pleno estructuralis- i, espera el propósito de la causa.
mo causó entusiasmo esa irrupción de un sujeto que aparece con- ii El Seminario de La angastia deber introducir el objeto entre el
dicionado y gobernado puramente por el ordenamiento significan- Otro y el sujeto, es decir, en esta relación que parecía tan funda-
te sin ninguna relación con lo real. Pero en el Seminario de La an- mental, esta relación de determinación significante que constituía
gustia se revela una función distinta, la de la causa, que debe opo- I la honra del psicoanálisis. Esta introducción no es sencilla. Se ven
t,
nerse a la ley, y gue, cuando emerge, tiene un efecto disruptivo. los cortes en el Seminario, donde Lacan foerza la entrada de este
1

Encuentran de manera evidente en el campo visual bajo la for- I


Í
objeto a que ahora se vuelve el soporte de lo que llama un manda-
ma de lo extraño, de esos fantasmas que asedian, de esos dobles to. Conocemos el mandato significante, pero hay un mandato li-
que los acosan, de esas personas que son ustedes mismos y que no bidinal del sujeto que lo arrasrra y que es, en el ejemplo del obse-
reconocen en lo simbólico, este lugar que ocupa la función de la sivo, lo que él intenta demostrar. El intenta mostrar el deseo del
causa como difícilmente conceptualizable, que los filósofos nunca obsesivo gobernado por un objeto, bajo la forma de un deseo de
lograron poner en el lugar adecuado, y que Jung tuvo la audacia retener lo que, de hecho, lo condena a repeticiones indefinidas,
de eliminar como una ilusión -pafa é1, la causa es el porvenir de pero que pueden hipnotizarnos, salvo si se indica más acá el obje-
una ilusión. Lo que se desarrolla en el Seminario de La angustia to en cuestión.
sobre la causa es el correlato en lo simbólico de lo que han visto
surgir en la percepción como el objeto extraño. ,{ --+ I A^---a-r S

Este objeto extraño es, justamente, el objeto desconocido en


el análisis clásico de| Fort-Da, que Lacan retoma de Freud, don-
de el carretel se reduce a no ser más que un significante atrapado Objeto mecán¡co
en el movimiento de ida y vuelta. En el Seminario de La angrctia,
el carretel como objeto aparece, en cambio, como un paradigma Para darles una idea esencial del objeto exrraño en lo real -en la
de que el sujeto se separa de sí mismo como un ida y vuelta que va medida en que su estatuto más profundo se liga al goce-, esta fór-
del acting out al pasaje al acto, lo que muestra que el carretel vale mula nos muestra dos abordajes de la angustia.
como objeto y no solo como significante.
Ouo ejemplo célebre de este objeto extraño en lo simbólico es
0 G) a) -> ANGUSTTA
- A () a)
la carta robada, insituable. De allí el cambio del sentido que hay
que dar en la cura a la repetición. Del lado de A menos a, cuando üJ
la causa no aparece, la repetición es esencialmente repetición sim- ExcEso pÉRDtDA

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I
tA ANGUSTIA LACANIANA VI. UN HILO DE ARIADNA

Se da como la clave del Seminario de La angustia la angustia pueden ser los equivalentes de estos objetos naturales. De allí que
que surge cuando la falta no falta, que evidentemente implica lo se mencionen, ya en l962,los trasplantes de órganos o la extrac-
que hemos visto a nivel imaginario constituirse como ansiógeno, ción de la imagen bajo la forma de la fotografía apta para circular
el objeto a. que se inscribe en el lugar del blanco. Bajo la rúbrica o de la voz que puede registrarse y almacenarse. Y sabemos que
J G) a, inscribiremos lo que, por ejemplo en ..Inhibición, síntoma hoy entramos en una economía frenética, anhelante, en la que los
y angusti»r, figura como el plus de libido, la exigencia pulsional, objetos que sustituyen estos supuestos objetos naturales están en
la estimulación pulsional marcada por el exceso, que engendra la todas partes. Pero también se trata de algo eminentemente cultu-
angustia. Lacan llegará incluso a decir que la angustia implica en ral, puesto que uno de los ejemplos que da Lacan del objeto a y de
sí misma un elemento de infinito, lo que obliga a que una función su separación es el prepucio de la circuncisión, es decir, una prác-
la interrumpa. En el Seminario de La angtmtia, encontramos nu- tica eminentemente cultural. Se inscribe en la rúbrica de la sepa-
merosas referencias en esta rúbrica. Tenemos en cambio aquí el ración todo lo que es del orden de la producción del objeto. fuí,
registro de la angustia productora de un objeto separado, y pues puede encontrarse la hoja de examen repartida en la prisa y, even-
productora de pérdida del objeto. Cuando a pasa a lo imaginario, tualmente, en el momento en que la angustia y el goce se conju-
es heterogéneo. Se trata de un elemento pulsional que se inscribe gan, en función de objeto ¿. Se encuentra también la obra, el acto,
en un espacio que no tiene la misma estructura, e introduce per- en esta función.es Hasta tal punto que Lacan rechaza la idea de
turbaciones. Cuando ¿ se inscribe en lo simbólico, es también he- una realización subjetiva pura y simple, como no siendo más que
terogéneo, y se lo localiza por el hecho de que no se encuentra su un mito personalista, al que se dedicó en ..Función y campo de la
categoría como tratándose de la causa. Pero a en lo real es de una palabra y del lenguajerr.
estructura conforme a él y su irrupción se marca por la separación,
.es decir que el sujeto encarnado en el cuerpo debe perder alguna
cosa. Hasta tal punto que Lacan, al escribir sobre esto en su texto Efecto mayor del lenguaje sobre el goce
,<Del Thieb de Freudrr, y de manera contemporánea en su Semina-
rio 11, hablará de la automutilación del sujeto. Si se admite que entre A y S se inscribe a,la realización subjetiva
Esta separación del objeto real se refiere al cuerpo, que no es el pasa por la producción de objetos que son, según Lacan, de la mis-
cuerpo imaginario, sino el cuerpo libidinal, que va más allá de los ma serie qüe a. Por eso esta realización pasa por las obras, los ac-
límites del cuerpo imaginario, implica el del Otro, y bajo todas las tos y la superación de la angustia que supone, es decir, pasa por el
formas. Este da lugar a lo que he llamado el encanto naturalista pasaje por encima de la barra, el franqueamiento de la barrera. Pa-
del Seminario, que haríafalta retomar en detalle en lo que hace a ra comprender cómo el analista mismo, en la continuación de la
cada una de esas cinco formas que Lacan distingue, y que yo con- enseñanza de Lacan -no estamos aún allí-, se inscribe en la misma
servé como títulos de la última parte. Pero es una ilusión, no hay serie que el objeto a, se necesita desnaturalizar dicho objeto y de-
ningún naturalismo del objeto a enLacan. Por el contrario,lo más sustantificarlo. Me detendré en la mirada retrospectiva que Lacan
sorprendente es tal vez el culturalismo de este objeto. Se lo puede lanza sobre su construcción del Seminario de La angastia, cuando
reemplazar. Como él indica, .<El objeto natural puede ser reem- improvisa sobre los escalones del Panteón: .<En aquel momento
plazado por un objeto mecánicorr. En el caso del seno, se lo pue- [señala remitiéndose al Seminario de La angustial, no designé este
de reemplazar por el biberón, objeto que incluso puede ser reem- objeto con el término de plus de goce,lo que demuestra que había
plazado ..por cualquier otron.
Esta demostración del Seminario acentúa las raíces corporales
del objeto a, pero al mismo tiempo indica que objetos artificiales 95. J. Lacan, El Seminario 10, ob. cit. n.2, p.342.

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LA ANGUSTIA LACANIANA VI, UN HILO DE ARIADNA

algo que tenía que construir antes de que pudiera nombrarlo del Seminario de La transferencia, en esa lección que titulé <<El
asírr.e6 Se ve que, por haber eludido el Triebregang, el goce pulsio- analista y su duelor'.
nal, demoró el surgimiento de lo que resuelve cierto número de El duelo del que se trata se formula así: no hay objeto que val-
problemas de este Seminario, a saber, la localización del objeto a ga más que otro. Esto quiere decir duelo del amor y de su magia,
como plus de gozaLAquí no cuenta la sustancia del objeto sino su duelo del objeto único, y, por el contrario, acuerdo con la ley ine-
función. xorable de la pulsión y del plus de gozan En esto la posición del
Solo para resumir Lacan hace de la angustia el operador de se- analista supone el acceso al reverso del amor.
paración. Bastará leer el Seminario 11 para percibir que este ope- Si se cumple aquello a lo que allí se apunta, y que es un duelo
rador es el principio del placer, ese principio de homeostasis por del amor para ir hacia la ley de la pulsión, que es también que el
encima de la barra que lanza debajo el plus de gozar, y, más allá, sujeto es siempre feliz, esto indica algo que concierne a la direc-
que el lenguaje condiciona este principio del placer, y que el obje- ción de la cura: el analista solo opera con la condición de respon-
to a es el efecto mayor de lenguaje, eue, de alguna manera, el der él mismo a la estructura de lo extraño. Es preciso que él dé la
nombre angastia en el Seminario de La angustia se aplica a la ope- sensación de la extrañeza, sin lo cual todo probaría que, por no
ración mortífera del significante. acosrumbrarse él mismo a lo extraño, no sería capaz de alterar la
Por eso, aunque se haya alejado de los puntos de üsta del Se- defensa.
minario de La angustiayya no se encuentre después este lugar ma-
yor en su enseñanza, en El reaerso del psicoandlisis Lacan reafirma
sin embargo el carácter central del afecto de la angustia, el carác-
ter de un afecto en torno del cual todo se ordena, e incluso afecto
único, según indica. Se trata del afecto por excelencia, el afecto
único en la medida en que connota la producción del objeto a, es
decir, el efecto mayor del lenguaje sobre el goce. Por eso señala
que <<Afecto no hay más que uno, correlativo al producto del ser
hablante en un discursor'. Si solo hubiera que referirse a una pá-
gina, respecto del Seminario de La angustia,les indicaría la página
187 del Seminario 11, que separa bien la función del objeto de su
sustancia. Lacan nos presenta allí la estructura del plus de gozar
bajo la forma del objeto cuya pulsión da vueltas, e indica que este
objeto a no es más que la presencia de un hueco, de un vacío, que
puede ocupar cualquier objeto. Y este objeto cualquiera marca, de
manera intermitente, el Seminario de La angastia. Por eso Lacan
podrá hacer más tarde del objeto a simplemente una consistencia
lógica, una forma topológica, es deciS no una sustancia. Sea cual
fuere el encanto de las representaciones del objeto ay de sus for-
mas, es preciso separar la función. Lacan ya lo anunciaba al final

96.J.Lacan, El seminario, libro 17, El reaerso del psiconnálisis (1968-1969), Bue-


nos Aires, Paidós, 1992, pp. l5l-160.

130 731
Anexo
Las referencias del Seminario de La angustia,
«piezas sueltas»

¿Qué objeto es la referencia?e7


A diferencia del objeto en torno del cual gira este Seminario, la
referencia es un objeto que se puede asir, se puede alistar, un ob-
jeto identificable que parece presentar los caracteres de la objeti-
vidad, y sobre el cual se puede estar de acuerdo, con el que puede
estar de acuerdo un <<se>>. Hay interés en poner en la mira este ob-
jeto, tomarlo de un discurso ordenado, el de Lacan, que se orga-
niza en relación con un objeto completamente distinto, ¿, que es-
capa al <<sen. Nos vemos entonces conducidos a plantear la refe-
rencia como un antiobjeto a.De allí la idea de que la referencia en
Lacan es más un objeto r que en muchos otros.
La referencia se dice en plural. Siempre hay varias. Se las enu-
merla, se hacen listas, se las olvida, se las vuelve a encontrar.
¿Cómo se hacen estas listas?
Para hacer una lista, se deben identificar los elementos indica-
dos para entrar en ella, lo cual no es tan simple. Esencialmente, se
hace una lista de referencias a partir de nombres propios, del títu-
1o de las obras y de otras formas de nombres. Por eso resultan pro-
blemáticos los nombres propios sin indicación de obra; por ejem-
¡rlo, las referencias globales a Freud, las generales a filósofos, sin

97. Texto y notas establecidos por Catherine Bonningue a partir de una tras-
cripción de Sylüe lJllmann, de una intervención pronunciada en la Noche de la
tJiblioteca de la Escuela de la Causa Freudiana del 15 de noviembre de 2004. He-
rrros mantenido el título que se nos imponía por el breve informe que se hizo en
[,n lettre mensuelle el día siguiente de esta conferencia; tres días después,-I.-A" Mi-
Ilcr anunció que daría un curso titulado <.Piezas sueltasrr.

135
LA ANGUSTIA LACANIANA

las referencias comentadas, se podría examinar el comentario de La-


asignación precisa: Platón, Aristóteles, Kant, IIegel. Se tratará de
can haciendo una especie de comentario de control, Y,Para las refe-
precisar la obra de la que se trata, el pasaje. En este Seminario, res-
rencias que solo se mencionan, hacer un comentario complementa-
pecto de Hegel, es esencialmente la dialéctica del amo y del escla-
rio, en el lugar del comentario que Lacan no hizo. Puede plantear-
vo que indica Kojéve; de Kant, la estética trascendentaL de la Crí-
se la pregunta,qrizá la más divertida, en la que se tiene más elec-
tica de la rnzdn pura) peÍo, más discretamente, el Ensayo sobre las
ción: ¿hasta dónde extender este comentario complementario?
magnitudes negatiaas, señalado esencialmente al comienzo del Se-
Las referencias constituyen un conjunto complejo y heterogé-
minario de Los ü.Mtros conceptos.
neo cuyas fronteras no están en absoluto aseguradas. No me resul-
Thmbién están las referencias implícitas. Cuando Lacan se re-
ta evidente cuáles son las más importantes. ¿Se identificarían según
fiere a los filósofos o a los analistas en general, o ..al mejor de los
el largo del comentario que hace de ellas Lacan? No es tan seguro.
analistasr' -la expresión figura una vez en el Seminario-, o inclu-
Las más importantes o las más fecundas podrían ser las más fuga-
so cuando dice -lo que da lugar a todo un campo de investigacio-
ces, que son en todo caso las más descriptivas de Lacan, de su..cul-
nes-: ..Ningún teólogo atribuyó nunca un alma a Diosr>. Se trata
tura>>, y que dan una idea sobre las bases y el funcionamiento de
de una tesis muy fuerte. Es preciso conocer mucho de teología pa-
Lacan, que incitan a tabajar.
ra poder validar la tesis según la cual ningún teólogo hizo esto o
aquello. Esto exige proferir una opinión sobre el conjunto de lo ¿Cuál es la etimología de la referencia? Lo más destacable de
lo que se encuentra en Le Robert es una distancia bastante sorpren-
que se ubica como la teología.
dente del verbo al sustantivo. El sustantivo rc;f,írence lreferencial no
Están las referencias colectivas, pero también las referencias so-
es una palabra de la lengua clásica, data de alrededor de 1820,
lapadas de Lacan, esas que omite dar,y a veces uno se pregunta si
mientras que del verbo réferer lrtftrrd se encuentran testimonios
no quiere darlas. Por ejemplo, en determinado momento da prue-
desde 1599. La forma pronominal se réfírer [referirx] se atestigua
bas de una erudición asombrosa sobre la circuncisión: enue los an-
desde el siglo X[ en el sentido de remitir una cosa a otra, se re-
tiguos egipcios, cómo llegó a los judíos, la opinión de Herodoto.
fiere algo a otra cosa. Aunque se da como anticuado, encontramos
No sacó esto de lo más íntimo de su ser, evidentemente hay obras
en el Seminario la utilización de la palabra referir en su uso clási-
tras todas estas referencias. O incluso, cuando Lacan evoca global-
co, antiguo: ..refieren la angustia a lo realt .98 La referencia que
mente lo que él mismo llama las referencias biológicas, que son
toma Li Robeñ eslatraducción de Bentham po, Éti"rrrr" Dumont,
muy numerosas, estas son estándar. El recuerda los volúmenes que
su seguidor, que hizo mucho para difundirlo y divulgar el utilita-
ha reüsado, retomado, que falta identificar. Lo mismo ocurre con
rismo en lengua francesa. Référence es un anglicismo, la fuente es
las referencias topológicas, sobre las que, al no tratarse de un cam-
latina; la palabra inglesa pasó además por el francés,luego,la fuen-
po tan extendido, se pueden hacer ciertas hipótesis.
te es común . Réferer es en latín referre, remitir.
Thmbién debe distinguirse entre las referencias comentadas y las
A continuación se enumeran tres sentidos de referencia, tal co-
que no lo son. Las que tratan sobre la contratransferencia son am-
mo se los intenta distinguir en los diccionarios: 1. acción de situar
pliamente comentadas: Margaret Little, Barbara Low, LuciaTower;
respecto de;2. el hecho de remitir a un texto, a una autoridad; 3.
el texto de Theodor Reik con remisión de Lacan a sus referencias,
una atestación que testimonia la fiabilidad.
es deciq esencialmente la Biblia; las referencias a Jones, su trabajo
Si nos orientamos por el primero de estos sentidos, hay una so-
sobre la concepción por la oreja.y el caso número 2; La esnamtra del
la y única referencia de Lacan, es Freud. Verdaderamente, él sitúa y
organi*no, de Kurt Goldstein, comentado, no línea por línea, pero
señala su posición en relación con Freud. Se trata de la referencia
bien presente; los comentarios, igualmente distantes, de Pavlov; una
lectura línea por línea de Piaget. Otras muchas referencias solo son
98.J. Lacan, El Seminario 10, ob. cit.n.2,p. 152.
mencionadas, sin o con muy pocos comentarios. En lo que hace a
137
B6
LA ANGUSTIA LACANIANA
ANEXO

sim.ación y puede defenderse la idea de que hay una y solo una. los importa en absoluto en bruto del discurso común. No son
Cuando Lacan mismo intenta resumir, no sin humor, el resultado de nunca referencias tapones.
este Seminario, indica que él no ha hecho más que agregar una pre- Esto seve bien en el hecho de que hayuna categoría de referen-
cisión, una articulación algo más precisa a una indicación de cias que son las autorreferencias de Lacan, en las que él se refiere a
Freud.ee Y esto recuerda la indicación de Whitehead que decía: sus propios textos y a sus propios enunciados en el Seminario. Por
..Toda la filosofía no es más que notas a pie de página de los diálo- ejemplo, esa autorreferencia tan importante a la construcción de los
gos de Platónn. dos espejos tal como se efectuó en ..Obserwación sobre el informe
Thmbién está la referencia autor"idad,según la cual se remite a un de Daniel Lagachen, una referencia recurrente, y en la medida mis-
texto. Es la referencia que los ampara. Por otra parte, el segundo ma en que esta sufre una modificación. Las referencias de Lacan a
sentido de referencia no está tan lejos del tercer sentido. Se le puede él mismo no son del estilo <<como yo bien decíarr, sino que ellas mis-
preguntar a una persona que se presenta para un trabajo: <<¿Tiene mas se funden y transforman en el discurso actual.
buenas referencias?n. Hry algo de esto en la referencia cuando el Si tomamos las heteroreferencias, las referencias de Lacan a
universitario pide: ..Déme bien sus referenciasrr. De cierta manera, otros, estas son más numerosas al comienzo y la cosa decrece a
Lacan no practica la referencia autoridad, que es lo esencial de la re- continuación, el momento de basculación se encuentra entre el ca-
ferencia en su modo universitario. Para darles una idea, tomo de Ie pítulo KI y el XIII. En el )OI, tienen un verdadero fuego de arti-
Robert esta cita de André Maurois, que en sus Metnorias dice lo que ficio de referencias -yo he contado veintiuna-, en el XIII, prácti-
sigue sobre su relación con los eruditos: <<Parapetado tras barrica- camente no hay.
das de notas y referencias, en lo sucesivo podía esperarlos sin te- Lejos de tratarlas como autoridades, como parapetos -tal como
mor>>. Esto explica bien la función de la referencia muralla. hace André Maurois agazapado detrás, según se describe-, las refe-
Lacan no practica lo esencial del uso de la referencia, salvo con rencias que se presentan como las más objetivas, como fragmentos
Freud, que es alavez su referencia siruaciín y su referencia mtna- o montones del discurso universal, y especialmente las referencias
lla. De aquí la ilusión que se mantiene con las referencias de La- a la cultura de la época, Lacan las trata más bien como murmullos
can, que coinciden aparentemente con el discurso universal, que que forman un muro que se trata de atravesar. André Maurois está
son aparentemente objetivas. Por otra parte, a veces él mismo re- en la posición defensiva tras su pequeña tapia, mientras que Lacan
mite a ellas: ..Lean esto>>. Puede parecer que se las toma de la cul- está en una posición ofensiva. Se trata de hacer saltar, de dinamitar,
tura corriente, por lo menos en su época, y se cree que es un pun- de atravesar la muralla de las referencias a la cultura de la época, o
to de confluencia entre Lacan y el discurso universal, y entre La- de quitar sus piedras. Desde el comienzo de La angustia, Lacan
can y su oyente que después se volvió su lector. convoca una masa de referencias, pero para alejarse de ellas de in-
Se cree que es posible separar en un Seminario lo que es de La- mediato. Así, al principio del Seminario, menciona <<una filosofía
can y lo que es común, lo que es de la cultura, pero las referencias llamada existencialista'r, Sartre, Heidegger, y al mismo tiempo de-
de Lacan están siempre modificadas, reorganizadas, traficadas en ja esto de lado.loo
su discurso. No son nunca fragmentos del discurso universal que
se podrían encontrar, que serían elementos de objetividad. No se
100. lbíd.. p. 15: ..No faltan las refercncias, desde Kicrkegaard hasta Gabriel
tr4arccl, Chesto\,, Berdiaev, y algunos otros. No toclos ocupan el mismo lugar ni son
99. Ibíd., p. 351: <<Lo que habré articulado este año de manera original para igualmcntc utilizablcs. Pero sí quiero decir al comicnzo dc estc discurso que esta
ustedes es una precisión sobre lo que es este peligro. En conformidad con la in- filosofia [...],*" parece verla rnarcada por una prisa y cicrto <lesasosiego, diría yo,
dicación freudiana, pero articulado con más precisión, digo que el peligro en rcspccto a la referencia a la que se encomicnda en la misma ópoca el moümienttr
cuestión está ligado al carácter de cesión del momento consdrudvo del objeto arr. tlcl ¡rcnsarrricrrto, o scrr la relerencia a la historiarr.

138 139
LA ANGUSTIA LACANIANA ANEXO

El pensamiento filosófico había elegido aferrarse a la referen- garramiento, una sustracción que se hace al autor, a su discurso, a
cia a la historia, de la que había sido separado, y helo aquí deso- la cultura común, una sustracción y una inversión, como ocurre
rientado y sin otro recurso que evocar la angustia. Lacan piensa en con la imagen del guante dado vuelta tomada ds K2¡¡.103 A veces
Hegel, sin mencionarlo, a partir de que hubo una lectura de lo que se tiene la sensación de que Lacan no se priva de hacer decir a un
pasaba en el mundo y de la historia del mundo. Esta convicción de texto lo contrario de su intención explícita.
racionalidad se le transmitió a Marx a través del comunismo, ins- Las referencias de Lacan no constituyen un sistema de referen-
truyó a la intelectualidad -conocemos las leyes de lo que pasa, sa- cia en el sentido en que Le Robert lo toma de ese lógico muy olvi-
bemos adónde va la cosa-, y Lacan considera que el impulso del dado, filósofo de la lógica, Ferdinand Gonseth, que realizó una
existencialismo obedece al hecho de que la historia ha dejado de obra de título sabroso, Le référentiel, uniuers obligé de médiatisa-
ser tan legible como se la podía imaginar. El lo traduce como un ü0n.to4 IJn terreno de juego es un conmutador, un operador de
efecto de desconcierto. Elimina a Sartre en un párrafo diciendo mediatización entre uno y otro. El término sistema de referencia de-
que no hace más que intentar volver a poner el caballo del descon- signa el eje de coordenadas en la geometría analítica, y después es-
cierto -referencia a la fobia de Juanito-, el caballo de la historia, tá el uso.
en las angarillas, de volver a encarrillar la historia. En cuanto a Intentemos circunscribir el uso corriente del término hoy: ¿cuál
Heidegger, 1o aparta más cortésmente diciendo que la referencia es el sistema de referencia? El punto en que unos y offos concuer-
vivida de la cuestión heideggeriana no es la angustia sino la preo- dan, aunque estén en posiciones diferentes. Nos gustaría utilizar las
cupación.101 Por otra parte, poco después retomará este Sorge hei- referencias de Lacan como sistemas de referencia, es decir, como
deggeriano, para dejarlo también de lado. Se menciona así una un elemento común a Lacan y a su lector. De hecho, no es en ab-
masa de referencias, que apunta más bien a fastidiar a su audito- soluto así como debe concebirse la cosa. Toda la operación de La-
rio. Solo a continuación, en uno o dos pasajes, retomará a Sartre a can en sus Seminarios parte por el contrario de la noción de que
partir de La ndu.sea y de la parte dedicada al psicoanálisis en El ser hay dos sistemas de referencia: el suyo, que es solo de é1, y el del
y la nada. oyente -hoy del lector-, que no es el mismo, que está justamente
La mención global de las referencias biológicas es otro ejemplo hecho de un conglomerado de ideas vagas que circulan. Hoy la si-
de este esfuerzo por atravesar el muro de las referencias obliga- nración es evidentemente diferente puesto que las ideas de Lacan,
das.102 El movimiento de la referencia en Lacan es todo lo contra- sus palabras, han enúado en io referencial, y es aún más difícil in-
rio de una reunión, no es tampoco una refutación. Consiste en se- troducir lo que está en juego con Lacan. En Lacan, la operación de
parar un pedazo del discurso universal y sumergirlo en una dimen- la l'eferencia es siempre un moümiento, llegar a quebrar algo del
sión distinta, la del discurso analítico. No es en absoluto aferrarse, .";istema de referencia de ustedes y llevarlos a su sistema de referen-
protegerse, sino más bien atravesar el parapeto para arrancar un cia. Lacan lo indica de una manera bastante clara en ..Posición del
pedazo del discurso y llevárselo para devorarlo, para cocinarlo. Es- inconscientsn, donde recuerda la responsabilidad del enseñante
to es particularmente cierto de las referencias comentadas. El co- que se dirige a psicoanalistas que debe sentirse responsable de su
;
mentario de las referencias que hace Lacan no ewuelve, es un des-

103. Cf. E. Kant, Prolegómenos a todt. metnfísica Jiltura que haye de poder presen-
l0l. Ibíd., p. 16. tarse como ciencia,Madrid, Istmo, 1999.
102. Ibíd., p. 79: ..Las referencias biológicas, las referencias :: la necesidad, 104. Cf. F. Gonseth, Le ríférentiel, uniaers obligé de médiatisation, Lausanne,
son algo esencial, por supuesto, no se tratá de rechazarlas, pero a condición de I;'Áge d'Hom rrre, 197 5 . Este pasaje es retomado en Le Robetr: ..Así, torlo lo que
darse cuenta de que la diferencia estructural más prirnitiva introduce allí de he- constituye para nosotros en tal o cual circunstancia la realidad de un terreno de
cho rupturas, cortes, introduce enseguida la dialéctica significanter'. jucgo puede scrvir de referencial común a los jugadorcs y a los espectadoresrr.

140 147
ANEXO
LA ANGUSTIA LACANIANA

efecto de discurso, de su efecto de palabra.l05 Se uata de una proe- muestra? En primer lugar, que nuestros obietos están constituidos
za, üna hazaña que Lacan realizaría secretamente en cada lección por piezas sueltas que se pueden reemplazar o no. La pieza suelta
de su Seminaio,y que es llegar a controlar cómo se comprenderá. se liga a cierto empleo en cierto contexto, en el resto del objeto,
Para eso, no debe entenderse lo que dice en el sistema de referen- ¿y qué es ella sola, la pieza suelta que puede
eventualmente enton-
ces hallar un nuevo empleo? Es una pieza que se ha tomado de su
cia que ya se tiene. Se trata, al explicar algo, de modificar el siste-
ma de referencia dsl e6s.106 El explica el atascamiento producido sistema de referencia. Cuando Lacan mencione el esquema de los
en el oyente por todo lo que es la enseñanza.L}7 Sigue en esta línea, dos espejos, es exactamente lo que hará. ¿Dónde fue a buscar este
para llegar a <<una obtusión ordenada', subtendida por una koiné, esquema? En un manual de física y una experiencia divertida del
una opinión común, una creencia común, un discurso universal de llamado Bouasse, a quien debió de conocer en sus estudios. El to-
la subjetivación.I08 Laproeza de cada Seminario es quebrar la koi- mó esta pieza suelta de este manual de física para agtegarle el psi-
né, quebrar su sistema de referencia, lo que supone desviarlos, pe- coanálisis y hacer cierto número de variaciones. El esquema mis-
ro no completamente, dejarles ciertas marcas, pero modificar el mo es una pieza suelta.
marco de referencia en el que lo escuchan. Aunque puedan parecer por muchos rasgos un antiobieto a,Dn
La referencia lacaniana es más bien del orden de la pieza suel- objeto común ya tamizado por el discurso corriente, de hecho,
ta, que se menciona en un momento del Seminario como uno de Lacan ualiza las referencias como piezas sueltas. Las sustraerá,
los modos, una de las formas de aparición del objeto ,.toe ¿Qué aleja con el silenciador de uno, el manillar de otro' La referencia
implícita es allí Duchamp, quien hace un objeto estético tomando
una pieza suelta, manipulándola un poquito y, sobre todo, ponien-
105.J. Lacan,..Posición del inconsciente>, (1964), enLrcritos 2, ob. cit. n. 18,
do el pedestal que explica: objeto de arte. Y también tras el brico-
p.815:..En cuanto a nosotros, siempre nos hemos creído imputables de seme-
jante efecto [un efecto de palabra], y, aunque desigual en la tarea de hacerle fien- lage de Lévi-Strauss que ya aparece como tesis en El.pensamiento
te, tal era la proeza secreta en cada uno de nuestros "seminarios"-. salaaje.ll0
106. Ibíd.:..... los que vienen a escucharnos no son los primeros comulgan- Lacar no rechaza en absoluto que su enseñanza sea del orden
tes que Platón expone a la interrogación de Sócratesn. del patchwork, que es por otra parte lo que uno de sus antiguos
107. Ibíd.: ..Que la "secundaria" de donde salen tenga que redoblarse con una
propedéutica es bastante significativo de esas carencias y esos amaneramientos.
alumnos esgrimió contra él en un pasaie bastante divertido: <<Pero
¿qué inventg Lacan? ¿El significante y el significado? ¡No!
De su "filosofía" la mayoría no ha conservado más que una mezcolanza de fór-
Fue
rnulas, un catecismo de bisutería, que los anestesia para toda sorpresa de la ver- Jakobson. ¿El inventó esto? ¡No! Fue Sartre...'r. Para él,Lacan era
dad. Thnto más resultan presas ofrecidas a las operaciones de prestigio, a los idea- un montaje de fragmentos de elementos ajenos. Además, Lacan in-
les de alto personalismo con que la civilización los conmina a vivir por encima de
sistió en el hecho de que una enseñanza es también patchwork.No
sus posibilidades. Posibilidades mentales quiere decirse,,.
108. Ibíd., p. 8ló: ..Por eso sólo una enseñanza que quebranta esa koiné traza debe temerse al patchwork.El dice, a propósito de lo que se va a
ei camino del análisis que se intirula didáctico, puesto que los resultados de la ex- buscar y encontrar en el Bloch yvon Wartburg: ..Tomo lo que me
periencia se falsean por ei solo hecho de registrarse cn esa koinérr. conviene de allí donde lo encuentro>>.11i Esta es la doctrina de
109.J. I-acan, El Seminario /0, ob. cit. n.2,p. 54:..Tomemos por e¡'emplo ese
Lacan en sus referencias, una doctrina de sustracción. Para Lacan,
rnódulo de objeto c¡ue se llama la pieza separacla, tan característico de Io que nos
aporta la experiencia, ia experiencia más externa, no la analítica. ¿No es acaso al-
go que merece nuesü:a atención, algo que aporta una dimensión nueva a toda in-
perfil de cierta relación enigmática con el objeto no iba a servirnos hoy como in-
tr:rrogación noética sobre nuestra rclación con el objeto? Ya que, al fin y al cabo,
troducción para retomar este esquema?».
¿qué es una piez.a separada? ¿Cuál es su subsistencia fuera de su empleo eventual
e¡r relacién con cierto modelo? Este puede estar hoy en función, pero bien pue- I10. C. Léü-Stturr.r, El pensamiento salaaje, Buenos Aires, Fondo de Cultura
de mañana quedar anticuado, no renovarse, como dicen - a consecuencia de Io Económica, 2002.
cual, ¿en qué se convierte la pieza separada? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué estc II l.J. I-acan, Ill Seminnrio 10, ob. cit. n.2,p20-

7\2 r43
LA ANGUSTIA LACANIANA ANEXO

la cultura misma tiene la estructura de tn patchwod<,tr2 idea que se sobre todo no es la exacdrud de la referencia de Lacan, sino có-
debe evaluar porque es completamente contraria a cierto aborda- mo esta se inscribe en una argumentación. Cuando Lacan quie-
je del estructuralismo y del ..eso se estructura como sistem»>. Se re transmitir algo, moviliza todos los argumentos que puede reu-
encuentra, por ejemplo, muy lejos de lo que ha podido construir niq incluso cuando estos no tienen mucho alcance. Por otra par-
Michel Foucault con el nombre de una epistéme, que se supone que te, él mismo explica en un momento -no en este Seminario-, que
nos da la consistencia,la coherencia del espíritu de una época, que él puede tomar un argumento para dejar estup efacta a la asisten-
es además otra versión de lo que se llamaba en un momento el es- cia, y transmitir mejor lo que está en juego. Se trata de una ar-
píritu del tiempo, el Zeit Geist. }Jay en Lacan toda una vertiente gumentación, a veces de mala fe, para dejar estupefacto al otro y
que no es en absoluto esto, hecha con cualquier cosa, sin preocu- obtener que una verdad pueda insinuarse y hallar su camino. La-
parse por contradicciones. La idea del espíritu de una época es ya can se interesó además en el Tratado de la argtt?nentación, de Pe-
una elucubración extremadamente evolucionista, que todo esto se- relman.ll3
ría coherente, incluso en cada hijo de vecino. No es tampoco la Para exponer una idea, como un abogado Lacan convoca de to-
idea más común que se tiene del estmcturalismo, donde todo esto dos lo puntos de la cultura y de la clínica argumentos para enca-
estaría organizado. La idea estructuralista de Lacan es que hay un rar un problema que él a veces abordó por un ángulo nuevo. Di-
hueso duro, el del fantasma fundamental, que está recubierto por cen que se contradice, justamente porque no se tiene la idea de
cierto número de capas, un montón diverso sin consistencia. La .<sin la preocupación de las contradicciones>>. No se trata de con-
idea de que todo en la psique de cada uno responde a una lógicay vencer, sino de desarmar al oyente, de desarmar sus prejuicios, pa-
que todos los elementos logran ordenarse no puede sustentarse en ra dar lugar a algo que cuenta.
este pasaje de Lacan que es coherente con lo que él exponía por Así, a veces, incluso la referencia lacaniana se vuelve ,runbeiru.-
ejemplo de las identificaciones del yo como wa mezcolanza. lich>>, no angustiante, sino rara. Ya no se reconoce una referencia
Si las referencias deben tomarse como piezas sueltas por al- familiar, tamizada, ordenada, inventariada. Se toma a Kant por
guien que dice que toma lo que le conviene de allí donde lo en- ejemplo como referencia para las normas de la objetividad, es
cuentra, es decir, <<esto se vuelve lo que me conviene en el mo- una referencia global a la estética trascendental, y se lo utiliza al
mento en que lo tomon, él da sus referencias. Le importa que se mismo tiempo para apoyar esa extraña teoría de la causa elabo-
aclare de dónde üene esto. Hay un largo pasaje en el que se mues- rada en el Seminario de La angustia a partir del Ensayo sobre las
tra extremadamente duro, en todo caso firme, con Piera Aulag- magnitudes negatiaas, cuya referencia explícita se encontrará en el
nier, una dama a la que aparentemente le gustaba hacer suyas las Seminario 11.
palabras que escuchaba en el Seminario de Lacan. Lacan no se lo Probemos esta disyunción en el conjunto de las referencias de
dejó pasar y armó un escándalo público considerable. Lacan. Lo que acabo de mencionar vale para las referencias co-
Ifay entonces en Lacan un pragmatismo de la referencia. No mentadas, sobre todo, las referencias blancos, que Lacan da vuelta,
escatima medios, e incluso no repara en medios. Lo que cuenta a las que sabe dar otro sentido. Se trata de distinguir las referen-
cias ut en si lios, las referencias instrumentales : topológicas, etimoló-
gicas, estructuralistas, y también freudianas. Son utensilios para
I12. Ibíd., p. 44: ..Todo lo que hemos llamado el mundo a lo largo de la his- trabajar y para atrapar las otras referencias.
toria deja residuos superpuestos, que se acumulan sin preocuparse en absoluto
por las contradicciones. Aquello que la cultura nos vehicula como el mundo es un
amontonamiento, un depósito de restos de mundos que se han ido sucediendo y
que no por ser incompatibles dejan de hacer buenas migas, demasiado, en el in- I 13. J. Lacan, ..La metáfora del sujeto'r, en Eseritos 2, ob. cit. n. 18, pp. 8ó7-
terior de cada uno de nosotrosrr. 870.

744 145
LA ANGUSTIA LACANIANA

Esta disyunción no es de ningún modo absoluta. Hay un movi- te respecto de Lévi-Suauss al comienzo del capítulo II del Semi-
miento en los Seminarios de Lacan para transformar las referencias nario de Los cuatro conceptos.rrT Empieza a alejarse del léü-straus-
utensilios en referenc ias blancos -son los ,rrutencibles>> I 14 16 más cla- sismo y del materialismo primario de El pensamiento salaaje. El or-
ro es Freud, justamente. Se encuentran a la vez apoyos, armas, den simbólico, puesto que se lo puede confundir con la estructura
orientaciones en las referencias que se toman, y al mismo tiempo del cerebro, no es lo inconsciente, concepto freudiano.
uno ya no reconoce a su Freud, salvo cuando se lo aprendió en La- Thl como se lo elabora en el Seminario de La flngastia, el ir,-
can, por supuesto. Está invertido, uno se apoya en Freud para mos- consciente freudiano se liga a la función de la causa, cuya referen-
trar que en definitiva la angustia tiene un objeto, cuando no se lee a cia indico en el Ensayo sobre las.magnitudes negatiaas, de Kant, que
Freud ,ie este modo. Freud es allí sin duda utensilio, pero al mismo permite pensar la hiancia.118 Es la hiancia que se abre y que se cie-
tiempo blanco. La etimología es por supuesto para Lacan, aquí y en rra.119 Es lo evasivo, el obstáculo. El nuevo concepto de incons-
otras ocasiones, un instrumentor pero que marca de inmediato una ciente que Lacan introducirá a partir de allí muestra que incluso
distancia. Él solo puede referirse a ella marcando una di5¡¿¡gi2.115 el instrumento Lévi-Suauss se vuelve blanco. Con Jakobson, lle-
Eúste, en efecto, una superstición de la etimología {s su sentido vará más tiempo. El tratamiento de Choms§ al comienzo del Se-
original, que a veces se lleva muy lejos. Este tema se debate en los minario 12 es aún un tratamiento de inspiración jakobsoniana, pe-
Estados lJnidos, la interpretación de la Constitución en el sentido ro, en Aun,y esta vez en presencia deJakobson, se toma una dis-
original: juristas a los que se llama ..originalistas>> -son los que tie- tancia respecto de su lingüística.
nen mucha originalidad- intentan hacer entrar las costumbres del Quedan las referencias topológicas, que, en el uso que él hace
comienzo del siglo )O([ en las normas de fines del siglo XVm. de ellas, no se prestan tanto a ser tomadas por blancos, puesto que
Afirmando que la etimología no implica ninguna superstición, se las toma en cierto sinsentido. Él torn, objetos, relaciones en la
Lacan toma la mayor distancia. Qúzá sea una piedra en el jardín matemática y en la topología, pero de alguna manera la referencia
de Heidegger, quien ha inventado extraordinarias etimologías, a los nudos implicará cierta crítica de la topología de las superfi-
una etimología en parte ficticia. Pero, sobre todo, Lacan está en el cies. Ven que se puede llegar hasta el final y decir que las referen-
camino de dar mucho más lugar a la neología que a la etimología. cias atensilio.r son ellas mismas tomadas como blancos y reestruc-
AI final de su enseñanza, creará las palabras, creará dónde van. furadas en el discurso de Lacan.
Las referencias estructuralistas son sin duda instrumentales. La FIay otros modos de referencias. La reíerencia ejemplo es una
referencia a Lévi-Strauss se mantiene en el Seminario, pero se la importación sin transformación, pero es más bien cuando se hace
ve vacilar. Aun de manera velada, Lacan se ve forzado a preocupar-
se por el materialismo primario, como él dice, al que llega Lévi-
Strauss en El pensamiento salaaje al plantear que la estructura arti- ll7 . J. Lacan, El Semintrio 11, ob. cit. n. 1ó, p. 28: ..En nuestros días, en este
culada, la estructura significante, es homóloga a la estr-uctura del momento histórico de la formación de una ciencia -que podemos calificar de hu-
cerebro.l16 Esto anuncia la distancia que Lacan tomatá claramen- mana pcro que es preciso distinguir muy bien de toda psicosociología-, a saber,
la lingiística, cuyo modelo es el juego cornbinatorio que opera espontáneamen-
te, por sí solo, de manera presubjetiva, esta estructura le da su status al incons-
ciente. En todo caso, ella nos asegura que el término inconsciente encierra algo
calificable, accesible y objetivable. Pero cuando incito a los analistas a no ignorar
ll4. Ustencibles: neologismo que condensa ustensiles (utensilios) y cibles (blan' cste terreno, que les brinda un apoyo sólido para su elaboración, ¿significa esto
cos). §. de la T.l que pienso tener así los conceptos introducidos históricamente por Freud bajo el
I15. J. Lacan, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, p. l8: <<Ver la etimología no im- término de inconsciente? ¡Pues no! no lo piensorr.
plica ninguna superstición, me sirvo de ella cuando me sirye'r. 118. Ibíd., p.29.
I ló. Ibíd., p. 43. I 19. Ibíd., p. 30.

746 147
LA ANGUSTIA LACANIANA ANEXO

leer la estructura en el objeto mismo -talvez el uso que hace La- a rrLa cosa freudiana>>.122 O incluso, fin del capítulo VfI, encuen-
can de Chejov. Ffay una especie de ..hacer sobresalir" los elemen- tran una frase sobre El Hoila, de Maupassant, que es atrapante: to-
tos de estructura. Esto sobre todo resulta claro en este tipo de re- do lo que Lacan acaba de desarrollar topológicamente está presen-
ferencias que prefiero, las referencias relómpago, las referencias te en la experiencia üüda, la referencia üvida de El H0rla.123
que aparecen rápido con muy pocos comentarios. Estas producen Las más fugitivas son las que más me gustan, y también las que
una iluminación, un efecto de verdad. Lacan explica su funciona- son llamadas por asociaciones, por contigüidad, las que tienen un
miento cuando evoca el libro de Otto Rank sobre Don Juan, del ligero catácter azaroso. Por ejemplo, la manera en que Lacan in-
que dice que no se entiende nada, pero da esta pista: Don Juan es troduce la persona de Tiresias.t2a [ [¿§is¡do hablado de Edipo cie-
un sueño femenino. Esta simple pista les permite atravesar el libro go, es preciso que hable también de Tiresias. De allí la referencia
sobre DonJuan,l20 con todo su fárrago cultural. Es un hallazgo. a la Metamorfosis, de Ovidio, y también a La tiema baldía, de T S.
Tienen así en varias oportunidades aplicaciones repentinas de un Eliot, que ya citó al final del informe de Roma. Después, apelación
resultado que acaba de despejar cierto trabajo, y entonces, ¡jop!, a Apollinaire sobre Tiresias, y esto reaparece en el capítulo )GX.
una referencia rápida, que verifica, cierra el trabajo de investiga- Lacan visiblemente retoma La tierya baldía y, a propósito de otra
ción. A menudo se trata de una referencia en posición de punto de cosa, helo aquí que cita versos.l25 Se ffata de la tesis .<DonJuan es
capitón, al final de un capítulo, con su valor de verificación del re- un sueño femeninorr. Para el señor, es toda una historia, para la da-
sultado adquirido o del ángulo elegido. Por ejemplo, al final del ca- ma, se olüda esto, como DonJuan. Las referencias a La tierra bal-
pítulo I, se encuentra una observación que no está en absoluto de- día y aTiresias vuelyen en el capítulo )([X para ilustrar otra cosa.
sarrollada.12l En la filosofía, todo el mundo sabe que el pasaje más Lacan hace un comentario sobre sroops, que no es se abandona sino
famoso sobre las pasiones en Aristóteles es el libro II de La retdri- se rebaja. Él ya habló de este verbo to ,toip en otra oportunidad,126
ca) pero es distinto cuando se muestra que allí se tratan las pasio- la palabra es empleada por Lucia Tower, que no tiene verdadera-
nes. Pueden presentar una pila así de alta de referencias sobre Aris- mente ninguna relación con Eliot. Lacan fue a buscar en el diccio-
tóteles y las pasiones, estudios muy meritorios que vienen de los nario ..Sáe stlzps to contlue»r,l27 por contigüidad. Una obra qur: es
Estados lJnidos, de Francia, las pasiones en la Edad Media, en la recomendable leer.
Antigüedad, pero no está la pequeña observación suplementaria de
que la teoría de las pasiones en Aristóteles se desarrolla especial-
mente en La. retdrica, es deciq lejos de toda naturalidad, como efec-
to del significante sobre la emoción, sobre el cuerpo. O incluso, al
final del capítulo ! como punto de capitón, nos presenta.un fu.sigbt
por una referencia -que no se despliega- a las experiencias de Pas-
cal sobre el vacío en el Puy de Dóme en su lazo con el deseo. Final
del capítulo \I[, es un poco diferente, se tiene una autorreferencia
l22.Ibíd.,pp.93 y Ul4.
123. Ibíd., p. lll.
124.Ibíd., cap. )(tV
120. [Sin duda,Jacques-Alain Miller se refiere a\ Dictionnaire de don fuan (di- 125. Ibíd., p.286: ,,14/ben loztely u*ú¡?iofl xoop: ra !.,lly and paces about her roont
rigido por P. Brunel), París, Laffont, col. Bouquins,1999.) again alane / She smoothes her bair witb autamatic han¡i and pttts the record on tbe gra-
lZl.J.Lacan,El Seminario l0,ob.cit.n.2,p.23 .<Para dejarlos con algo de qué mopbone>.
ocuparse, les haré una simple observación. ¿Dónde trata mejor Aristótelcs de ]as 126.Íbíd.,p.216: rry no está excluido q,rc sea ca¡;az, hasta cierto punto, de so-
pasiones? Creo, de todas formas, que algunos lo saben. Es en cl libro II de su Rr¿d- meter a su deseo a esa muje¡ su analista - er. inglés, to sfozp, doblegarsen.
rica.Lo mejor que hay sobre las pasiones está atrapado en la red de Ia rctóricar'. 127.Título de una comedia de Goldsmit¡.

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