Sunteți pe pagina 1din 6

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

INSTITUTO DE FILOSOFÍA

CURSO:​ Introducción al psicoanálisis


FECHA: ​27/09/2016
PROFESORA:​ Alina Ángel
ESTUDIANTE:​ Alejandra Ocampo

Exposición 14° Conferencia. El cumplimiento de deseo.

En esta conferencia Freud inicia hablando de los resultados que dejaron las conferencias
anteriores, pues para la explicación de la desfiguración de los sueños fue necesario hallar la
esencia del sueño en los sueños infantiles, aquí se encontró que se trata de la realización de
un deseo que quedó insatisfecho durante la vigilia, donde el contenido manifiesto casi
corresponde al pensamiento latente. En cuanto a la desfiguración de los sueños, tras muchas
dificultades, se halló que estos también son elaborados a través del mecanismo infantil y
con el material infantil. Así pues, Freud indagará en esta conferencia si el ​cumplimiento de
deseo​ en los sueños también opera para las desfiguraciones, siendo aquel su propósito.

Freud dirá que, como los críticos hacen con toda doctrina nueva, a la doctrina de los sueños
se le pondrá un lema y este será el ​cumplimiento de deseo,​ pues se afanarán en preguntar de
qué manera se da esto en los sueños y responderán con toda negativa ante la explicación de
que es necesaria la interpretación de la desfiguración para conocer el ​cumplimiento de
deseo​, deseos que fueron desfigurados a causa de la censura y la prohibición de los mismos.
Sin embargo, esta actitud incrédula ante la teoría del ​cumplimiento del deseo hace parte de
la censura.

Dicho lo anterior, se hace necesario explicar aquellos sueños de contenido angustioso, es


decir, enfrentarse con el problema de los afectos en el sueño. Freud, responderá a aquellos
críticos que sostienen que el sueño como ​cumplimiento de deseo no debe proporcionar
sensaciones angustiosas, dividiendo las complicaciones no tenidas en cuenta por estos, en
tres clases:

1. El ​primer factor es que “…El trabajo del sueño no logre plenamente crear un
cumplimiento de deseo, de suerte que una parte del afecto penoso de los pensamientos
oníricos quede pendiente y aflore en el sueño manifiesto” (Freud, 1915 - 1916) lo que
significa que los pensamientos pueden ser más dolorosos que lo que muestra el
contenido manifiesto del sueño, esto se ha demostrado mediante el análisis. Dado lo
anterior, el trabajo del sueño no logra alcanzar su fin, pues es más complejo alterar el
sentido de los afectos que el contenido, ya que son más resistentes. Es decir, puede
darse que el contenido del sueño se vea alterado, pero el afecto no y que por ello estos
no coincidan.

2. Este ​segundo factor es de gran importancia, es un poco obvio que el ​cumplimiento de


deseo tendría que brindar placer a quien tiene un deseo, sin embargo, la relación del
soñante con su deseo es de desestima, censura, rechazo, desagrado. Según esto, el
cumplimiento de estos deseos no sería placentero, sino displacentero. Este displacer se
manifiesta como angustia, haciendo parecer al soñante la suma de dos personas. Para
ampliar la explicación de este segundo factor, Freud recurre al ejemplo del hada que
concede tres deseos a una pareja en la cual el deseo de uno, le genera displacer al otro,
ilustrando así la coexistencia de placer y displacer en el ​cumplimiento de deseo del
soñante.

Posteriormente, Freud hace la observación de que “los sueños de angustia a menudo


tienen un contenido despojado de toda desfiguración; por así decir, se ha sustraído de la
censura.” (Freud, 1915 - 1916) Lo que quiere decir es que los sueños de angustia son el
cumplimiento de un deseo no admitido que no se disfraza, esto se da porque la angustia
entra al lugar que ocupaba la censura, así se diferencia del sueño infantil, que, como se
dijo anteriormente, es la realización de un deseo no censurable que casi corresponde al
pensamiento latente, y se diferencia de los sueños desfigurados comunes que es el
cumplimiento de un deseo reprimido manifestándose tras un disfraz. Así pues que en el
sueño de angustia el deseo reprimido impone el ​cumplimiento del deseo superando a la
censura, de esta manera es placentero para el lado del deseo reprimido, pero
displacentero para el lado de la censura y la defensa, produciéndose así la angustia. Esto
último, aplicaría tanto para los sueños de angustia no desfigurados, como los
desfigurados y demás sueños de displacer.

Por lo general, los sueños de angustia no cumplen con una de las funciones del sueño:
permanecer en reposo, pues el dormir se ve interrumpido antes de que el deseo
reprimido sea completamente satisfecho, fracasando así en su labor. Freud, continúa
explicando que el vencimiento de la censura puede depender tanto del deseo reprimido
como de la censura, sin embargo, en conferencias anteriores se explicó que la censura
puede actuar con mayor o menor intensidad en cada caso, así mismo su rigor es
variable, por lo que cuando se ve amenazada reemplazará la desfiguración por la
interrupción del dormir y la angustia.

Aún no se logra conocer la razón por la que los deseos reprimidos perturban el dormir,
pero sabemos que por la presión de la censura existente durante la vigilia se hace
imposible que estos emerjan, por lo que en la noche es posible que como lo demás, la
censura rebaje su fuerza en beneficio del dormir. Esto no se trata de un descuido, pues
como sabemos durante el dormir estos deseos reprimidos no pueden hacer más que
producir un sueño, se puede acudir al dicho común de quien le es interrumpido el
dormir: “es sólo un sueño” y se le da continuidad al dormir, pues en vida práctica este
no hará daño alguno.

3. Para el ​tercer factor​, Freud regresará a la concepción de que el soñante se asemeja a la


unión de dos personas separadas, pero este enlace hará que vía el ​cumplimiento del
deseo se produzca un displacer extremo, denominado ​punición.​ Para ilustrar esto,
vuelve al ejemplo del hada que concedió los tres deseos a una pareja, siendo el primero
el ​cumplimiento de deseo directo de la primera persona, el segundo el ​cumplimiento de
deseo de la segunda persona y al mismo tiempo el castigo de la primera. En la neurosis
es donde encontraremos el tercer deseo que ha quedado pendiente. Freud, dice que hay
varios tipos de ​punición​ muy fuertes a las cuales se deben los sueños penosos.
Todo lo dicho, podría indicar que no existe un ​cumplimiento de deseo​, sin embargo, si
se observa de cerca la angustia como opuesto directo del deseo está situada cerca a él en
la asociación, pues ambos coinciden en el inconsciente. Adicionalmente, es importante
saber que el castigo es el ​cumplimiento de deseo​ de la persona censuradora.

Más adelante, para ilustrar el ​cumplimiento de deseo en los sueños desfigurados recurre
al ejemplo de la mujer que se apresuró a casarse y que desprecia a su marido, pues esta
inicialmente se apresura a casarse por el placer de ver, de satisfacer su curiosidad,
sintiéndose aventajada de su amiga, allí está el cumplimiento de su deseo inicial y el
reproche del mismo descubierto mediante el análisis.

Freud se pregunta a sí mismo “¿cómo puedo todavía contradecirme y aseverar que el


sueño es siempre y es sólo un deseo cumplido?” (Freud, 1915 - 1916), pues considera
de vital importancia aclarar este punto para que posteriormente no se den malos
entendidos que oscurezcan los resultados obtenidos hasta ahora. La respuesta será
entonces que si bien el sueño podría ser “un designio, una advertencia, una reflexión,
una preparación, un intento de solucionar una tarea, etc” (Freud, 1915 - 1916) es con
esto que se da la elaboración del sueño, es decir, en la experiencia psicoanalítica el
sueño es descompuesto para insertar allí los pensamientos latentes que lo produjeron. O
sea que, todos los actos anímicos mencionados tienen la posibilidad de darse de manera
inconsciente. Además aclara que, el sueño debe ser entendido solo como “aquel proceso
psíquico que a partir de los pensamientos oníricos latentes forma al sueño manifiesto”
(Freud, 1915 - 1916) y no confundirlo con lo que hay detrás de este: los pensamientos
latentes, entendidos como el material transformado en el trabajo del sueño para producir
el contenido manifiesto. Esta diferenciación es fundamental, pues la esencia del sueño
es el trabajo que se hace sobre el material. Aquí, también dirá que el motor del sueño es
agregar algo que no pertenece a los pensamientos latentes del día, este es el deseo y en
función de este es que se da la remodelación del contenido del sueño, por tanto, el
sueño podrá ser lo que se quiera, pero siempre será invariablemente el ​cumplimiento de
un deseo​.

Freud vuelve al ejemplo de la mujer que desprecia a su marido: “A los pensamientos


oníricos latentes ya los conocen ustedes: fastidio por haberse apresurado tanto en
casarse, frente a la noticia de que su amiga recién acaba de comprometerse;
menosprecio por su marido, la idea de que habría conseguido uno mejor con que sólo
hubiera esperado. Al deseo que ha hecho de estos pensamientos un sueño ya lo conocen
también: es el placer de ver, el de poder ir al teatro, muy probablemente una
ramificación de la curiosidad antigua de averiguar por fin lo que pasa cuando uno se
casa. Como es sabido, esta curiosidad se dirige en los niños, por regla general, a la vida
sexual de los padres; es, por consiguiente, infantil y, en la medida en que continúa
presente más tarde, es una moción pulsional cuyas raíces llegan hasta lo infantil. ​Pero la
noticia que recibió ese día no brindó ocasión alguna para que despertase ese placer de
ver; meramente, para el fastidio y el arrepentimiento.” (Freud, 1915 - 1916) Aquí ilustra
que fue necesario volver hasta el deseo inicial: ver y con este se formó el contenido del
sueño, dándole forma al cumplimiento de un deseo anterior, es decir, se sustituyó la
pérdida del presente por el triunfo anterior. Esto lo hace para señalar una nueva
consideración acerca de los pensamientos latentes, no se debe olvidar que estos son
inconscientes, comprensibles y coherentes, tienen un valor de operación anímica u
operación intelectual. Dicho esto, Freud llamará a estos pensamientos ​restos diurnos.
Es decir, hará una separación entre ​pensamiento oníricos latentes que son todo aquello
que se obtenga de la interpretación del sueño y ​restos diurnos que son solo una parte de
ello, a estos últimos se les debe sumar el deseo reprimido formador del sueño. Esta
relación la explica diciendo que el deseo será el que preste la energía psíquica para
formar el sueño y el resto diurno será quien decida como usará ese gasto. También
aclarará que el inconsciente al que pertenece el deseo es diferente al de los restos
diurnos, el primero es de origen infantil, sobre el segundo prefiere no hablar, pues
considera que si hablar de la existencia de un inconsciente fue problemático, hablar de
dos dará cabida a confusiones, por lo que prefiere esperar un poco más para hablar de
ello. Así culmina la conferencia, dejando a su público inquieto como de costumbre.

Referencias

Freud, S. (1915 - 1916). 14° Conferencia. El cumplimiento de deseo. En S. Freud, ​Obras


completas - Tomo XV​ (págs. 195-208). Amorrortu.

S-ar putea să vă placă și