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MADRE CABALLO

Antonio Onetti
PERSONAJES

Dorita la Quincallera, mejor llamada MADRE CABALLO. Paya.

ELIGIÓ, su hijo mayor. Gitano.

CARACULO, su segundo hijo. Payo.

La CATI, su hija menor. Paya.

ROMPETECHOS, lugarteniente del Tío Facundo. Payo.

Un SARGENTO, el más corrupto de la Guardia Civil. Payo.

El CANTINA, carne de presidio. Payo.

El tío FACUNDO, patriarca de los Antoniovich. Gitano.

El CURITA, pseudopredicador evangelista. Payo.

La FRANCESA, yonki, puta y sidosa. Paya.

El ADUANERO, cojo, retirado y protector de la Francesa. Payo

Un COMISARIO sin escrúpulos. Payo.

Un INSPECTOR de la misma calaña. Payo.

El CANIJO, yonki buscavidas. Payo.

Una MADRE GITANA, mujer de ROMPETECHOS.


1. Amanecer en el Campo de Gibraltar.

En la cuneta de un camino aparece aparcada una furgoneta. En la baca de


madera destacan los fardos de tela y quincalla. Se oye el eco lejano de un cante que
prologa la escena, el pregón amargo de la MADRE CABALLO.

Caminito de la Línea, caballo, caballo vendo, que lo traigo de Algeciras,


caballo, caballo bueno.

Con sangre de esta amapola las penas te duelen menos, para que los
niños malos, sueñen como los buenos.

De Algeciras a la Línea voy pregonando: Caballo, caballo vendo. Caballo


me van comprando.

Un SARGENTO de la Guardia Civil, de uniforme, y ROMPETECHOS, un


gitano de gafas notables, se acercan ateridos a fisgar por las ventanillas cubiertas por
visillos.

SARGENTO

¿Ves algo?

ROMPETECHOS

Ni tres en un burro.

SARGENTO

Durmiendo estarán.

ROMPETECHOS

Negativo. Dorita se levanta al alba. Hoy les toca mercar en el piojito de


San Roque.

SARGENTO

A saber. Anoche se pondrían de moco y se han clavado al sobre hasta el


mediodía.

ROMPETECHOS
Los de Dorita no toman ninguno.

SARGENTO

Ay, que no...

ROMPETECHOS

Se muera mi madre. Ni ella, ni los hijos.

SARGENTO

No jodas. Con la palanca que llevan, ¿no se hacen una platita?

ROMPETECHOS

Que no, mi sargento. Son gente de la buena. Dorita, pal mundo, es la


Madre Caballo, pero pa los suyos, la Madre Cojones. Entre los ferdos la
quincalla lleva un kilo o dos de costo cuando menos, la guantera empetá de
cocaína y en los bolsillos del mandil una ristra paquetillos como de Cádiz al
Peñón; pero si trinca a un hijo con el consumao, o le ve siquiera liarse unos
pitillos, es mu capaz de pegarle un tiro. Por eso me dijo el Facundo, porque son
de ley. Al revés que los niñatos de Tarifa, que se ponen de todo hasta las cachas
y, hala, a reventar las planeadoras haciendo carreras con los de la canalla.

SARGENTO

Rompetechos, un respeto.

ROMPETECHOS

Lo suyo es distinto, sargento. Usted no es como los otros guardias, tol día
persiguiendo los alijos y jodiendo la marrana. Usted es Civil, pero legal. O sea,
que le gustan los negocios...

SARGENTO

Mejor nos callamos, que me están entrando ganas de llevarte al


cuartelillo.

Se acerca a la furgoneta y llama golpeando la chapa.

SARGENTO
¡Diana! ¡Todo el mundo afuera!

Sigue golpeando. Desde dentro llega la voz soñolienta de CARACULO.

CARACULO

¿Quién llama, joé?

ROMPETECHOS

¡Niño, soy Manuel, el gitano!

CARACULO

¿Qué gitano?

ROMPETECHOS

¡El de los Antoniovich!

SARGENTO

Ponle Rompetechos y acabemos.

CARACULO

Mi madre no está. ¿Qué quieren?

ROMPETECHOS

¡Que salgas! Traigo un recao del abuelo.

Se abre la puerta de la furgoneta y aparece CARACULO en pelotas poniéndose


los pantalones.

CARACULO

¿Qué hora es?

SARGENTO

La de cambiarse los gayumbos.

Al ver al SARGENTO se enreda con los pantalones y cae de boca fuera de


lafurgoneta.
CARACULO

¡Los Civiles! ¡Agua! ¡Agua...!

ROMPETECHOS

¡Tranquilo, chaval, que el sargento es de confianza!

CARACULO

¡Y una mierda!

ROMPETECHOS le sujeta. Entonces aparece la MADRE con un hato de


romero que ha estado recogiendo.

MADRE CABALLO

¿Qué pasa aquí?

CARACULO

¡Corra, madre, que nos llevan presos!

MADRE CABALLO

¡Eso está por ver!

Tira el romero al suelo y se lanza a por ellos.

ROMPETECHOS

No hagas caso, Dora. Venimos en son de paz.

MADRE CABALLO

¡Suelta al niño o te pongo las gafas por dentro los ojos!

Le suelta. CARACULO corre a esconderse bajo la furgoneta.

ROMPETECHOS

¡Suelto está!
MADRE CABALLO

¡Y tú, verderón, aléjate de la puerta!

SARGENTO

(Llevándose la mano a la cartuchera.) Sin faltar, que saco la pipa y me lío a


tiros por derecho...

ELIGIÓ

No hay cojones.

Pausa. ELIGIÓ, el hijo mayor, ha aparecido en la puerta y le apunta con una


escopeta de cañones recortados. El SARGENTO, se queda de piedra.

SARGENTO

¡Joder, qué familia!

ROMPETECHOS

(Levantando los brazos.) ¡Haya paz y después gloria! El sargento es de los


nuestros, amigo del tío Facundo. Venimos a parlamentar.

MADRE CABALLO

¿De qué?

ROMPETECHOS

De negocios.

MADRE CABALLO

Aquí no hay más negocio que la quincalla. Y acaso el de la funeraria.

ELIGIÓ

¿Me los cargo, madre?

MADRE CABALLO
Cuando yo te diga.

ROMPETECHOS

Haya paz. Me manda el Facundo para pedirte un favor.

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) Caraculo, sal de ahí abajo, no te pringues de grasa. (Sale
CARACULO y se pone unos pantalones. Luego, a ROMPETECHOS.) Habla.

ROMPETECHOS

Hoy llega un cargamento a la Punta el Carnero. Costo fino. Faltan muías


y ha pensao el abuelo que podías prestarle un niño pa faenar.

MADRE CABALLO

Mis hijos no van con delincuentes.

SARGENTO

Tiene gracia la jodia.

ELIGIÓ

¡El picólo callao, que soy mu nervioso del dátil!

ROMPETECHOS

Niño, deja de apuntar, que las carga el diablo.

ELIGIÓ

Esta la he cargao yo mismo. Del diablo no hay que fiarse.

MADRE CABALLO

Y el picoleto, ¿qué pinta en el cuadro?

ROMPETECHOS

El sargento figura en la nómina. Asegura el paso y mira pal tendió.

MADRE CABALLO
El Facundo delira. Caraculo...

CARACULO

¿Qué?

MADRE CABALLO

La cartuchera.

CARACULO

¿Se la quito?

MADRE CABALLO

¡Le untas grasa pa sacarle brillo! ¿Eres faltuco?

CARACULO obedece. Luego se aparta y le entrega el cinturón con la pistola a la


CABALLO.

ROMPETECHOS

Cordura, Dorita. Vamos a parlamentar.

MADRE CABALLO

Sentarse. Eligió, levanta a tu hermana pa que haga un desayuno. (El hijo


no se mueve.) ¿No has oído?

SARGENTO

Vaya tela con el niño...

MADRE CABALLO

Al niño le mataron al padre dos civiles por cuatro tomates que había
cogió de un huerto, así que aún dé las gracias, con el traje que lleva.

ROMPETECHOS

Mucha verdad. Pero eran otros tiempos.


ELIGIÓ

No se fíe, madre, que los picólos son tos iguales.

ROMPETECHOS

Tos, no. El sargento es de los nuestros. Desde que fichó por el Facundo no
hemos perdió ni un fardo. ¿Es o no?

MADRE CABALLO

(Tras una pausa, al Eligió) Baja la escopeta. (El hijo obedece de mala gana y
entra en la furgoneta) Hay que andarse con tiento y mucho ojo.

Se sientan. Al poco sale la CATI emitiendo sonidos guturales. Es muda. La


MADRE le habla siempre alto y con gestos.

MADRE CABALLO

Cati, café y filetes pa los hombres, a ver si se les quita la cara de muerto. Y
recoge ese romero pa venderlo en San Roque.

La CATI asiente. La CABALLO estudia la pistola del SARGENTO.

ROMPETECHOS

Dora, y de los hijos, ¿qué?

MADRE CABALLO

De los hijos, na. Le cuentas al Facundo y le envías mis respetos.

ROMPETECHOS

No es justo. Tú vives de lo mismo sin pagar peaje. Cualquier payo en el


Campo Gibraltar pondría un brazo por los Antoniovich. Pero tú, erre que erre,
con los polluelos bajo el ala.

MADRE CABALLO

Mejor que volando, en el nido.

ROMPETECHOS

No es justo. Aquí sin la droga no había na. Un jurelillo pelao pal


almuerzo y sopa guita. Miseria. En cambio, asina, hasta el más pringao va por
ahí dándose pisto con su buen cochazo, su pipa y su telefonillo. ¿De dónde? Del
tabaco, del polvo y del hachís. El Facundo ha dao más curro que los barandas
de Astilleros, que se largaron dejando a tol mundo en pelotas, con una mano
detrás y otra delante. Y a ti el negocio te ha venío mu bien. Pero sin muías no
hay droga, y sin droga, ni trabajo, ni potaje, ni jurdós.

CARACULO

Eso hay que considerarlo, madre.

MADRE CABALLO

Calla tú, mala entraña. Malditos jurdós. Con la quincalla y tres hijos no
hay quién viva. Antes me paraba la canalla a ca momento pa multarme por falta
de papeles. Ahora en cambio me saludan al pasar, como a una reina.

SARGENTO

Porque el sargento tiene su cuadrilla...

MADRE CABALLO

¡Porque les unto buena manteca! A mí dejarme vivir.

ROMPETECHOS

Pero, ¿qué temes, Dora?

MADRE CABALLO

¿Que qué temo? Que al puchero lleno me sobre un plato.

Breve pausa.

ROMPETECHOS

No es más que una noche. No hay peligro.

MADRE CABALLO
Sí que lo hay. Os conozco. Buscáis carne de cañón pa las dichosas
planeadoras. Por cada viaje un puñao de billetes. Y tos mu colegas. Pero cuando
los trincan, o se los lleva una fragata por delante, como la que partió al chaval
por la mitad hace tres días, vosotros, como suecos. El niño al hoyo, o al talego, y
Santas Pascuas. Y la madre a penar, o a llevarle la ropa y el tabaco los
domingos, y a ver cómo se pudren en la cárcel.

ROMPETECHOS

Tus hijos son fuertes y bien espabilaos.

MADRE CABALLO

No tanto, ¿pa qué nos vamos a engañar? Al Caraculo le falta una marea.
Con tu gente no duraba ni una Salve. Le viene del padre, un señorito de
Sanlúcar más tonto que Babieca. La Cati, en cambio, tiene una jartá de luces,
pero no dice ni mu. Habla con las manos, con los pies, con los ojillos, pero no
usa la lengua más que pa hacerle burla a los hermanos.

ROMPETECHOS

Su padre era mu silencioso.

SARGENTO

El señorito...

MADRE CABALLO

¡Quiá! Ese duró lo que tardó en crecerme la barriga. El de la Cati aguantó


un tiempo. Era mu flamenco... Pero me lo llevaron preso y en la cárcel lo
mataron por chivato.

ROMPETECHOS

Pa una vez que abrió la boca, se podía haber callao.

SARGENTO

¿Y el Eligió?

ELIGIÓ

(Apareciendo de nuevo) ¿Qué pasa conmigo?


SARGENTO

Nada, chaval. Los tienes bien puestos.

ROMPETECHOS

Otro que sale a su padre...

SARGENTO

¿Al chivato o al señorito?

MADRE CABALLO

A ninguno.

SARGENTO

Pues yo no me entero.

MADRE CABALLO

Ya le dije. Un gitano canastero que me mataron los suyos y no quiero


hablar más de él.

SARGENTO

Este cardo haría carrera con los Antoniovich.

MADRE CABALLO

Conduce mi furgón y no hay más tema. No lo he criao pasando fatiguitas


pa enrolarlo en una banda de chorizos y tenerlo que recoger con cucharilla.

La CATI sirve coqueta café y tostadas. Van comiendo.

ELIGIÓ

Madre, a mí me gustaría probar con el Facundo.

MADRE CABALLO

¿Quieres que te maten los civiles, como al padre? (ELIGIÓ calla.) Entonces
punto en boca.

SARGENTO

(Levantándose.) Pues ya no hay más que hablar. La pipa, que nos vamos.

MADRE CABALLO

No tan aprisa. Tomarse el café tranquilos. ¿Desde cuándo no desmonta la


pistola?

SARGENTO

La limpio los días que libro.

MADRE CABALLO

Pues a ver si cogemos vacaciones, que cualquier día le hace un


estropicio... (La abre para echarle un vistazo.) Y el percutor, doblao. ¿Le interesa
una Astra sin numeración?

SARGENTO

Y sabrá de armamento...

MADRE CABALLO

Pa tirar palante hay que saber latines.

SARGENTO

¿Está limpia?

MADRE CABALLO

Está de dulce. Sin fichar. Como los chorros del oro. Se la dejo baratita.

SARGENTO

Habría que verla.

MADRE CABALLO

Si al final haremos negocios. (La cierra y se la devuelve) Voy por ella.


Sube a la furgoneta. ELIGIÓ deja su café.

ELIGIÓ

¿Cuánto pagan por el curro?

ROMPETECHOS

Treinta machacantes. Quince del tirón y quince a la faena.

ELIGIÓ

Hecho.

ROMPETECHOS le entrega los billetes. ELIGIÓ se levanta en clara disposición


de largarse.

SARGENTO

¿Y tu madre?

ELIGIÓ

Ella se avía. Caraculo, las llaves del furgón. (Se las pasa.) Cuando sarga la
madre las encuentras por el suelo.

CARACULO

¿Y luego quién conduce?

ELIGIÓ

La Cati controla, ¿a que sí? (La CATI asiente.) Yo estoy ya mareao de dar
vueltas...

CARACULO

¿Y si pregunta?

ELIGIÓ

Tú hazte el loco.
SARGENTO

Pues aire, antes de que salga el ogro. ¿Pelillos a la mar?

Se dan la mano.

ELIGIÓ

Dabute. Pero usted primero.

El ELIGIÓ coge la recortada y se larga con el SARGENTO. La CATI,


CARACULO y ROMPETECHOS quedan en silencio. Al momento reaparece la
CABALLO.

MADRE CABALLO

Aquí está el género. ¿Y Eligió?

ROMPETECHOS

Se fue con el sargento.

Pausa. La MADRE baja sin decir nada y se queda mirando el camino con la
pistola en una mano y unos prismáticos infrarrojos en la otra. Guarda la pistola.
CARACULO tira las llaves al suelo.

CARACULO

Mire, madre. Se ha dejao las llaves.

Las coge y se las ofrece a la MADRE. Ella las mira y le da un guantazo sin
mediar palabra.

MADRE CABALLO

(A ROMPETECHOS.) Los infrarrojos que me encargó el Facundo. Así


veréis de noche a la canalla. (A los hijos.) Y vosotros, recogiendo.

ROMPETECHOS

Los talegos.

Saca unos billetes y se los da.


MADRE CABALLO

Son cuarenta.

ROMPETECHOS

Veinticinco hablamos.

MADRE CABALLO

Subió el precio. A mí me cuestan más caros.

ROMPETECHOS le entrega más billetes mientras los hijos empiezan a recoger.


Entretanto llegan los ecos de una soleá. Un cantaor rompe en su quejío, MADRE
CABALLO responde y un CORO de voces la remata.

Caballo es dinero, dinero es caballo, maldito los jurdós que mueven el


veneno.

Soy la caballo, huyo del hambre,

Hay que tirar palante y nunca mirar atrás.

Madre Caballo huye del hambre, Tira palante y no mira atrás, Pero
tirando, tirando, tirando, Se quea sólita y sus hijos se van.
2. Venta cercana a la playa. Una tarde, dos años después.

A lo lejos, el rumor de las olas. El CANTINA, que fuma en boquilla, disputa con
la CABALLO por unos gramos de coca.

CANTINA

El Facundo me dijo que vendría, que iban de movida y había que


celebrarlo. Pero no me quedan más que unos cuartitos.

MADRE CABALLO

(Haciendo unas rayas.) Cuando el Facundo sale de jarana hay que llenar la
despensa, Cantina.

CANTINA

Por eso te di el cante, porque tú siempre vas bien surtida.

MADRE CABALLO

¿Por eso na más?

CANTINA

Por eso y por verte.

MADRE CABALLO

Qué mal mientes.

CANTINA

Y tú qué cara te vendes.

MADRE CABALLO

Menos coba y cata el material. Esta coca no se la vendo a cualquiera. Me


la trae un piloto de Colombia. Pero sabiendo que es pa el Facundo te la pongo a
ocho.
CANTINA

¿A ocho boniatos el gramo? Ni soñando.

MADRE CABALLO

Si quieres te busco un saco yeso... Mete nariz. (Esnifa el CANTINA.) ¿Qué?


¡Te ha llegao al cerebro!

CANTINA

Glucosa.

MADRE CABALLO

¡Qué poco entiendes!

CANTINA

Por un tubo.

MADRE CABALLO

La tocas con las yemas y se te duermen los déos.

CANTINA

Se la paso al Facundo y me muele las costillas.

Esnifa otra raya.

MADRE CABALLO

Entonces, ¿a qué viene esa nariz tan larga?

CANTINA

A seis te pillo diez gramazos.

MADRE CABALLO

¡Seis talegos! ¿Tú, qué quieres? ¿Explotarme?


CANTINA

¿A ti? No hay hombre que te pille las vueltas.

MADRE CABALLO

Será porque no lo intentan.

CANTINA

Será que les das miedo.

MADRE CABALLO

Yo no me como a nadie.

CANTINA

(Tras una pausa.) ¿Me estás camelando, o es por el negocio?

MADRE CABALLO

Yo no mezclo el puchero con el catre.

CANTINA

Pónmela a siete y luego hacemos fiesta.

MADRE CABALLO

¿Aquí?

CANTINA

Cuando se vaya el abuelo chapo el chiringuito y pasamos de clientela.

MADRE CABALLO

Mu flamenco te veo de repente.

CANTINA

¡Reina, por ti bailaba yo una rumba en los infiernos!

Sonríe la CABALLO. El CANTINA retira los vasos y se aleja hacia la barra


mientras aparece el TÍO FACUNDO, acompañado del ELIGIÓ, al que la MADRE
todavía no reconoce, y del CURITA, que lleva una guitarra que a veces rasguea. Se
sientan los tres a una mesa.

FACUNDO

Siéntate, a mi vera, Eligió. A mí los hombres me gustan bien bragaos, no


como el Curita, ¡to el día con las beatas y las viejas! Que conste que le apoyo por
lavar la cara, pero a mí lo que me priva es un par de huevos bien fundios.

CURITA

Facundo, de todo debe haber en la viña del Señor. A ti te toca mandar en


tus negocios y a mí cuidar de los pobrecitos viejos, de las niñas que se pierden
con la droga, de los que se ven sin techo...

FACUNDO

Sin techo se quedó la Iglesia. ¿Cuánto te di? Dos millones. Y te lo has


pimplao.

CURITA

En puridad, saqué a unos cuantos de la trena.

FACUNDO

¡En puridad! Mucha labia, mucho pregón y mucho cuento pa llevarte a la


tribu de calle, pero te hiciste protestante pa tirarte a la Felisa.

CURITA

La carne es débil. Hasta Cristo, dicen, conoció a la Magdalena.

FACUNDO

Conocerla pudiera, ¿pero dónde está escrito que se acostara con ella?

CURITA

Me daba mucha pena la Felisa.

FACUNDO
Así que le pusiste el piso...

CURITA

No. Soy un hombre del pueblo y al pueblo me debo.

FACUNDO

Si a mí me da igual que me da lo mismo, pero es que me tienes la


parroquia cantando por el Padre Nuestro hasta a la hora de la siesta.

CURITA

Mientras cantan no se drogan.

FACUNDO

Y de eso tenemos que hablar. A mí tu secta me la suda, con perdón, pero


podías salvar sus almas sin estorbarme el negocio.

CURITA

Con legalizar la droga se acababan los problemas.

FACUNDO

¡Legalizarla, dice! ¿Y qué hago yo? ¿Monto un estanco?

Toca el ELIGIÓ las palmas llamando al CANTINA que acaba de aparecer con
más bebidas.

CANTINA

¡Ya va!

MADRE CABALLO

¿Te decides?

CANTINA

Se me ha dormío la lengua... ¿En qué hemos quedao?

MADRE CABALLO
¿En qué vamos a quedar? En siete y medio.

CANTINA

Está bien, reina. Ve haciendo cartuchos con el papel de la libreta y aparta


una roquita pa nosotros,

MADRE CABALLO

¡Ole, los hombres guapos! Yo no tomo, pero luego nos echamos unos
güisquis, si te hace...

CANTINA

Me hace y te como las entrañas...

Después de una carantoña el CANTINA se acerca a la mesa del


FACUNDO. La CABALLO hacepapelinas con una balanza de bolsillo.

CANTINA

A las buenas, señores.

CURITA

Cono, Cantina, ¿no te habían guardao pa empezar el cumplimiento?

CANTINA

Hasta Marzo no llega la condena. ¿Qué ponemos?

ELIGIÓ

A mí ponme un güisqui-cola.

FACUNDO

Ponle el güisqui solo y la coca aparte. Y a mí un gin-tonic de ron.

CANTINA

¿Y el Curita?

CURITA
Yo me apunto al güisqui, que es mano de Santo pa la circulación.

Se aleja el CANTINA a por las bebidas. La MADRE se percata de la presencia


de su hijo y atiende la charla.

FACUNDO

Eligió, te has portao como un guerrero. Esos pescaores se han creío que to
lo que caiga en las redes va a la lonja. Pero les has dao la lección del maestro.

CANTINA

(A la CABALLO.) ¿Cómo van las pápelas?

MADRE CABALLO

¡Al loro, Cantina! Ese que viene con Facundo es mi hijo. Se largó hace dos
años y hasta hoy no le había visto el pelo.

CANTINA

Pues Facundo le festeja y le lleva en palmito. ¿Qué favor le ha hecho?

MADRE CABALLO

Cualquier barbaridad. Tiene la sangre hirviente, como el padre. Carne de


cañón para esa tropa.

CANTINA

Dame los cartuchos.

MADRE CABALLO

Estos no sirven. Pa mi hijo te pongo la buena. No quiero que le vean los


mocos colgando.

Saca otra bolsa y empieza de nuevo con las papelinas. El CANTINA se aleja y
sirve a los otros.

FACUNDO

Venga, Eligió. Cuenta la movida.

ELIGIÓ
Pues ahí va la cosa. Por un colega supe que los de la Atunara habían
trincao los fardos que tiró el mercante a unas cien millas de la playa. Les habían
puesto cargas de sal pa que se hundieran y no salieran a flote hasta la noche.
Los joíos pescadores los recogieron del fondo y, en vez de dar el cante, se
callaron pensando en negociarlos. Pero yo los vi bajar a tierra, mañanita mu
temprano, y llevarlos corriendo a una caseta. Los seguí, me oculté mientras
faenaban y en terminando lo suyo me planté en la puerta.

FACUNDO

¿Con quién ibas tú?

ELIGIÓ

Con nadie. Más sólito que la una me planté delante, con las manos en los
bolsillos, silbando. Y conforme salieron y me vieron, se vinieron pa mí con un
puñao de palos levantaos.

CURITA

Por el hambre que pasan.

ELIGIÓ

Su problema. Yo, por las buenas, hubiera negociao, pero a la malas, ya me


conocéis.

FACUNDO

Y te enzarzaste con ellos.

ELIGIÓ

No tan pronto. En ese punto se hubieran liao conmigo a palos a


reventarme la cabeza. Yo no tenía opción, así que reculé diciendo:
"Compañeros, ponerme el fardo a quinién y no rechisto..." Como si quisiera
negociar. Les pilló de sorpresa y se quedaron mu quietos, mu callaos.

CURITA

¿Cuántos eran?

ELIGIÓ

Cuatro o cinco, apretaos como sogas del amarre. Entonces se apartaron


entre ellos, discutiendo del jurdó, que no habían tenío tiempo ni de hablarlo,
dándome la espalda los pringaos. Yo vi el hueco, abrí la tiesa y le tiré un
pinchazo en los ríñones al más grande.

Y ya puestos, a los otros, con la mismas: en el cuello, en el pecho, en la


barriga... Donde les iba pillando. Y apretando con fuerza la navaja bien parriba,
pa que entraran las burbujas... Total, que en un momento los dejé bien muertos.

FACUNDO

Qué tunante.

ELIGIÓ

Ya digo, cuatro o cinco. Los metí en la caseta y me llevé los fardos.

FACUNDO

Y tú, ¿qué opinas, Curita?

CURITA

¿Yo? ¿Tengo que opinar?

FACUNDO

Sí. ¿Crees que se condenará por esto, o lo tenían merecido los fiambres?

CURITA

(Con mucho tiento.) Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón.
Pero matarlos, matarlos... No sé. Dice Dios: "No matarás", pero hay que estudiar
el caso... Que los fardos no eran suyos es fetén. Y si no les tira él antes, le
hubieran majao a palos. Yo no sé si habría indulgencia.

FACUNDO

Mira lo que dices que va el techo de tu iglesia.

CURITA
Hay que estudiarlo, Facundo. En tiempos de Jesús no había tanta droga.

FACUNDO

Me conformo. Además, si no los mata, ¿qué habría sío de los fardos?


Calcula el dinero perdió si les trincan. Na más por aficionaos merecían la horca.
En cambio, asina, comerán los Antoniovich con el sudor de su frente. Y los
primos y los amigos de los Antoniovich. Los maderos, el trabajo asegurao
buscando al matador. Los periódicos forraos. Los pringaos leyendo los
periódicos. Los políticos haciendo leyes. Los jueces condenando. Los carceleros
vigilando. Y tú cantando misas pa las beatas y cobrando.

ELIGIÓ

Eso es la Biblia.

FACUNDO

¡Y tos contentos!

CURITA

La vida es una cadena que llevamos en el pescuezo...

FACUNDO

Bien por Eligió. Si te hubieran matao no se hubiera enterao ni tu madre.


(En voz alta.) ¿Dónde está esa pápela pa alegrarle las napias al ahijao del
Facundo?

MADRE CABALLO

(Apareciendo.) Aquí está. La pápela y la madre.

ELIGIÓ

¡Mi madre! ¿Qué hace usted aquí?

MADRE CABALLO

Escuchar lo que no debo, mal hijo, mal hombre, mal nació, despojo de
mis entrañas... ¡Dame un abrazo!

ELIGIÓ
(Abrazándola.) Está usted hecha un pimpollo.

MADRE CABALLO

Y tú un bandido. ¿Quién te manda tener la sangre tan caliente?

ELIGIÓ

Me estoy labrando un porvenir, como usted quería.

MADRE CABALLO

Desgraciao, un hoyo por venir en mitad del campo. Debería darte una
paliza que te rompiera las piernas.

FACUNDO

Es un fenómeno, Dora. Le he nombrao lugarteniente por cojonudo.

MADRE CABALLO

Sale al padre el niñato. Te durará bien poco.

CURITA

¿Nos hacemos las rayas o qué?

MADRE CABALLO

¡Mira el Curita, qué espabilao!

CURITA

El encuentro lo merece, Dorita...

ELIGIÓ

Yo reparto.

Empieza a hacer unas rayas.

FACUNDO
(A la MADRE.) Qué guerra de hijos... Cuando no nos los matan se nos
suben a las barbas.

MADRE CABALLO

Diga usted que sí, Facundo. ¡Esto es una guerra y no la de los treinta
años!

Comienzan a tocar las palmas y se arrancan de jarana. El CURITA toca la


guitarra. El CANTINERO y ELIGIÓ acompañan con palmas.

ELIGIÓ

¡Vamos allá, las madres buenas!

CURITA

¡Y las buenas rayas!

FACUNDO

¡Y los curas buenos!

MADRE CABALLO

¡Vamonos, vamonos, que nos vamos...!

El CURITA se arranca por tangos. La MADRE y ELIGIÓ se echan un baile


mientras todos cantan y se unen a la fiesta.

Corales y anillos de oro, zarcillos de puro nácar, los rosales se le inclinan


cuando la Madre Caballo pasa.

La cara recién lava,

el moño mu recogió,

y en los pliegues de la farda

una ristra paquetillos.

Madre Caballo no hay más que una, y no hay un hombre en el mundo


que le mida las hechuras.

Dorita la Quincallera, desde Algeciras a Palmones, la llaman Madre


Caballo pero es la Madre...

Corales y anillos de oro, zarcillos de puro nácar, los rosales se le inclinan


cuando la Madre Caballo pasa.

Madre Caballo no hay más que una, y no hay un hombre en el


mundo que le mida las hechuras.

...Y siguen la juerga.


3. Descampado en Algeciras. Mediodía, seis meses más
tarde.

La furgoneta con la CATI al volante, la CABALLO y el CURITA, acaba de


llegar. El motor se detiene y bajan los tres. Luego van bajando bultos de cartón llenos de
quincalla y ropa, piezas de tela y enseres domésticos.

MADRE CABALLO

Mueve el culo, Curita. Hay que bajar el género, abrir el doble fondo,
limpiarlo y dejarlo como una patena.

CURITA

¿Pa qué tanta limpieza, si hay que cargar mañana?

MADRE CABALLO

La resina canta mucho y esos perros policías saben más que los ratones
blancos. Hay que fregar el hueco con zotal. Si nos para la canalla, nos colocan
del tirón.

CURITA

Si nos paran les untamos como siempre.

MADRE CABALLO

(Tras una breve pausa.) Tú te llevas tu parte, ¿no?

CURITA

Pa mis caridades.

MADRE CABALLO

Y duermes caliente desde que se fue el Cantina.

CURITA

Mejor que con la Felisa.

MADRE CABALLO
Y fumas tus platitas y comes tus buenos filetes.

CURITA

El Señor cuida de nosotros como de sus pajarillos.

MADRE CABALLO

Aleluya.

CURITA

¡Aleluya!

MADRE CABALLO

Pues baja los fardos y refriega el hueco o te doy boleta y te quedas sin
alpiste, ¡aleluya!

El CURITA obedece. La CATI le ayuda aponer las cajas de ropa y las telas fuera
de la furgoneta. La FRANCESA, encanijada sobre sus zapatos rojos de flamenca, se
acerca con rapidez.

FRANCESA

¡Caballo...!

MADRE CABALLO

¿Qué quieres tú, piltrafa?

FRANCESA

Dame dos paquetillos.

MADRE CABALLO

¿Por qué no lo pregonas por los altavoces, pa que se entere el municipio?

FRANCESA

Porque vengo enmona. ¿Tienes o no?


MADRE CABALLO

¿No voy a tener? Aguarda que la saco.

La CABALLO entra en la furgoneta. La CATIbaja y la observa de cerca.

FRANCESA

¿Tengo monos en la cara?

CURITA

Lo raro sería lo contrario.

FRANCESA

(Tras una pausa.) ¡Caballo, que es pa hoy!

MADRE CABALLO

(Apareciendo.) Sigue gritando... ¿A que te parto los pocos dientes que te


quedan?

FRANCESA

¡Vale! Los paquetillos y me abro.

MADRE CABALLO

El dinero.

FRANCESA

Pon la mano.

La CABALLO la pone. La FRANCESA saca una bolsa con un puñado de


calderilla y se lo planta en la palma.

MADRE CABALLO

¿Esto qué es?

FRANCESA

Dos mil pesetas. Cuéntalo.


MADRE CABALLO

¿Te has creído que soy el Banco España? (Tira la bolsa al suelo.) ¡Vuelve
con billetes!

FRANCESA

¿No es dinero?

MADRE CABALLO

Para mí, morralla.

Se aleja. La FRANCESA recoge el dinero desparramado por el suelo.

FRANCESA

Pero yo, ¿qué le he hecho?

CURITA

¿Cómo vienes a pillar con la chatarra?

FRANCESA

Porque no hay clientela y he estao aparcando coches pa juntarlo.

CURITA

No te faltaría trabajo si no hubieras dejao los tablaos.

FRANCESA

¿Con los tobillos hinchaos? No puedo dar ni un paso... (Se desespera


recogiendo las monedas.) ¡La tía no quiere más que billetes! Pero esta me la paga
como me llaman la Francesa.

MADRE CABALLO

(Al loro.) Ándate con ojo que aún te llevas un palo.

FRANCESA
(Levantando la voz.) ¡El palo te lo va a dar mi novio como le cuente el
desprecio!

MADRE CABALLO

Huy, qué miedo... A tu novio el Aduanero me lo como yo pa merendar.

La CATI observa la escena atraída por los zapatos rojos.

CURITA

(Dándole una popelina.) Toma y lárgate ya.

La FRANCESA coge el paquetillo y se aparta unos metros. Se agacha y se


prepara unaplatita de urgencia.

MADRE CABALLO

Curita, ¿a qué palo juegas?

CURITA

Es una caridad, mujer. Viene hecha polvo.

MADRE CABALLO

Que se comporte. Si no, sobra. Y tú, Cati, ni te acerques a esa guarra

FRANCESA

¿A quién llama usted guarra, vamos a ver?

MADRE CABALLO

A ti, niñata. Con esa pinta y la mierda que llevas.

CURITA

Dorita, no seas cruel. Esta niña necesita ayuda.

MADRE CABALLO

¿Y yo no? ¿Yo no necesito ayuda? Mira a la Cati. Te juro que si la viera un


día renqueando como a esa escoria la ahogaba con estas manos. (A la CATI, que
asiente.) Fíjate bien, Cati. Eso es lo que trae el artisteo, los tablaos y el irse con los
hombres a lo loco. ¡Barrigas y puteo! Y luego el caballo, que ojalá la mate
pronto.

FRANCESA

¡Ojalá se muera usté, puta vieja!

MADRE CABALLO

¿Qué has dicho?

FRANCESA

¡Lo que me da la gana!

CURITA

Vete a ponerte a tu casa.

FRANCESA

¡El campo no es suyo!

La CABALLO coge un sartenón y la persigue unos metros.

MADRE CABALLO

¡Te vas a enterar de quién es la Madre Cojones!

FRANCESA

¡Tus muertos! ¡Al Aduanero vas!

Le tira los zapatos de flamenca y sale corriendo. El CURITA sujeta a la


CABALLO.

MADRE CABALLO

¡Atrévete a volver y te rompo la cara!

CURITA
¡No merece la pena...!

MADRE CABALLO

¡Déjame! (Se suelta.) En esto estoy sola como en todo. El Eligió sin volver
desde el verano. El Caraculo desapareció. Y la Cati... (Ve a la CATI con los zapatos
de la FRANCESA dando unos pasos de baile.) ¡La madre que te parió! ¡Quítate esos
tacones o te arranco los pelos de cuajo! (La CATI se quita los zapatos.) ¡Dame! (La
CATI se niega y sale corriendo con ellos.) ¿Dónde vas? ¡Cati, vuelve! ¡Yo te compro
unos nuevos...! (Se detiene. Luego, al CURITA.) ¡No te quedes mirando! ¡Ve por
ella!

El CURITA sale tras la CATI. Por el otro extremo ha aparecido el CARACULO.


Se le nota el efecto de las drogas. Esmirriado y un punto de cuelgue, trae consigo una
bolsa enorme de deportes.

CARACULO

Madre.

MADRE CABALLO

(Volviéndose.) ¡Caraculo!

CARACULO

Hola.

MADRE CABALLO

Chiquillo, ¿qué te ha pasao?

CARACULO

¿A mí? Na.

MADRE CABALLO

¿Cómo que na? ¿Tú te has visto? ¿Dónde estabas?

CARACULO

Con los colegas, rulando.

MADRE CABALLO
(Se descarga con el y le pega con él sartenon.) ¿Nueve días? ¡Sinvergüenza! ¡Y
tu madre sufriendo!

CARACULO

(Zafándose.) ¡Madre, no me pegue más que ya estoy grande!

MADRE CABALLO

(Pausa. Baja la sartén.) ¿Has comió?

CARACULO

De puta madre. Tengo jurdó.

MADRE CABALLO

¿De dónde? (CARACULO no responde y agacha la cabeza.) Valiente racha.


Quítate esa ropa y ponte una muda nueva.

Va hacia las cajas y saca camisas y pantalones que va eligiendo. CARACULO


deja la bolsa en el suelo y se va desnudando. Mientras hablan se viste con la muda
nueva.

CARACULO

Madre, tengo que pedirle un favor.

MADRE CABALLO

Si te has metió en un lío, me olvidas. Así aprendes.

CARACULO

Guardarme un bulto. La bolsa. En el compartimento.

MADRE CABALLO

¡No!

CARACULO

¡Es cúrrele!
MADRE CABALLO

¡Que no...!

CARACULO

Sólo unos días...

MADRE CABALLO

(Tras una pausa, estudiando la bolsa.) ¿Qué tiene?

CARACULO

El Eligió me presentó al Facundo.

MADRE CABALLO

¡Lo sabía! ¡Te he dicho que a tu hermano ni acercarte!

CARACULO

Le va mu bien. Te manda muchos besos.

MADRE CABALLO

Ahórrate los cumplidos porque yo de él ni me acuerdo.

CARACULO

El Facundo me dijo que podía entrar en el negocio, que como soy


tranquilito y tengo cara buena gente y se me dan bien los números...

MADRE CABALLO

¡Rompe ya!

CARACULO

¡Que podía ejercer de contable!

MADRE CABALLO

¿Y?
CARACULO

Na. Que me ha dao los billetes... pa contarlos.

Abre la bolsa y saca un puñado.

MADRE CABALLO

¡Madre de Dios! ¿Se te ha abrasao el cerebro?

CARACULO

¡Sólo contarlo y guardarlo unos días! Son millones... Por lo visto hay
mosqueo y se fía de nosotros.

MADRE CABALLO

¡Pues yo no me fío de él! Vas y devuelves la bolsa. ¡Y tu hermano me oye!

CARACULO

(Cerrando la bolsa.) Se han ido a Galicia, pa esquivar la movida. Me da un


cuarto kilo.

MADRE CABALLO

¡Ni por un kilo billetes! ¿Qué necesidad tienes tú de enredarte con esos
fulanos? ¿Te ha faltao algo conmigo?

CARACULO

No. Pero tengo mis gastos.

MADRE CABALLO

(Pausa.) ¿Te has enganchao? (Otra pausa. El hijo agacha la cabeza.) Qué
mierda de vida. ¿No te dije que no hay que probarlo, que es mu gustoso y no te
deja vivir? (Pausa.) ¿Tienes mono?

CARACULO

Dentro un rato.
MADRE CABALLO

¡Me vais a matar entre todos! ¡El Eligió, tú y la niñata muda esta! (Le da
un paquetillo.) Toma. Y vete donde no te vea.

CARACULO

¿Qué hago con la bolsa?

MADRE CABALLO

La entierras bajo la arena y te pierdes.

CARACULO

Madre, no me deje solo.

MADRE CABALLO

¡Que te vayas! ¡Y no me llames madre! Llámame Caballo, ¿te enteras?


¡Caballo! Ya no eres mi hijo.

Silencio. El hijo mira el paquetillo, lo guarda, carga la bolsa y se va. La MADRE


ordena compulsivamente las cajas. Entonces llega deprisa el CURITA tirando de la
CATI, que lleva los zapatos en la mano.

CURITA

(Alarmado) ¡Agua, Caballo! Deja la carga y sube al furgón que viene la


pasma del poblao.

Sube a la furgoneta y se dispone a arrancarla. La MADRE se hace cargo de los


zapatos y los arroja dentro de una caja.

MADRE CABALLO

¿Por nosotros?

CURITA

Por el cajero de los Antoniovich. Le buscan rabiosos por un dinero que


lleva en una bolsa.

MADRE CABALLO
¡Mi hijo! ¡Tenemos que avisarle!

CURITA

¿Ha vuelto el Eligió?

MADRE CABALLO

¡El Caraculo! ¡Y acabo de echarle de mi vera!

CURITA

Sabía yo que ese niño escarriaba.

MADRE CABALLO

¿Son muchos los secretas?

CURITA

Dos ná más. Pero vienen repartiendo leña como veinte, pa ver quién da el
cante.

MADRE CABALLO

Entonces vienen por su cuenta.

CURITA

Por lo visto le dieron al Facundo unos dineros pa meterlo en el negocio,


de parte de unos italianos. Pero el Facundo les ha hecho la pirula y se ha quitao
de enmedio.

MADRE CABALLO

Cati, ven que te refriegue la cara, no se les antoje joderte el virgo.

Mete la mano en los bajos del furgón, se la llena de grasa y la refriega por la cara
de la CATI.

CURITA

Dorita, que si huelen la resina nos fostian hasta en el cielo de la boca.

MADRE CABALLO
(Ensuciando la cara de la CATI.) Esta y yo somos mudas.

CURITA

¡Se busque la vida Caraculo!

MADRE CABALLO

¡Hay que ayudarle! Quiere imitar al hermano pa ganarse al Facundo, y le


va a costar la vida. (A la CATI que resiste, metiéndole un dedo en la boca.) Traga un
poco de grasa y echa la vomitona en el furgón. (La CATI sufre arcadas. La
MADRE la sube a empujones.) ¡Aquí fuera, no! ¡En el trasfondo! (Al CURITA.) ¡Y
tú esconde los cartuchos!

Le da un puñado y empieza alejarse.

CURITA

(Escondiendo la droga.) ¿Dónde vas?

MADRE CABALLO

A buscarle entre los pinos. Ese niño es un honrao. No servía pa na y le


enseñé a ser cabal...

De repente se oye un disparo que les deja clavados. La CATI vomita. Silencio. La
MADRE se da un golpe en el pecho.

CURITA

Ya le han trincao.

La MADRE trata de salir corriendo. El CURITA la detiene. Del lugar donde


sonó el disparo llegan voces.

CURITA

¡Cordura, Dorita, que vienen!

La CATIbaja de la furgoneta reponiéndose.

MADRE CABALLO
¡Si van por su cuenta, se puede negociar!

CURITA

¡De momento, aguanta la gallina!

Al momento, con grandes voces, entran el COMISARIO y el INSPECTOR, con


las pipas en la mano, empujando a CARACULO que cae al suelo herido en una pierna
del balazo.

COMISARIO

¡Policía! ¡Las manos en la nuca y contra la furgoneta!

CURITA

¿Pasa algo, agente? Soy sacerdote...

El INSPECTOR le da una patada sobre la marcha en la entrepierna.

INSPECTOR

Ave María Purísima...

CURITA

Sin pecado concebida, pero soy protestante.

El CURITA se incorpora y renqueante se apoya en la furgoneta. El


INSPECTOR cachea a la CATI metiéndole mano con descaro. La CATI se revuelve. El
poli se divierte.

INSPECTOR

Quietecita, niña. A ver si te hago un favor...

MADRE CABALLO

¡Deje tranquila a mi hija! ¿No ve que es subnormal?

El INSPECTOR la deja y se encara con la MADRE.

INSPECTOR

Yo a ti te conozco.
MADRE CABALLO

Somos quincalleros y con nadie nos metemos.

COMISARIO

Te conozco, Caballo. ¿No te acuerdas de mí? Te detuve por tráfico hace


seis años.

MADRE CABALLO

Sí, pero ya lo pagué. Ahora sólo vendo ropa, quincalla, sartenes,


cuchillos, camisas, tela palos visillos...

COMISARIO

¿No anda tu hijo con los Antoniovich?

MADRE CABALLO

¿Qué hijo?

COMISARIO

¿Cuántos tienes? Ese que es medio gitano.

INSPECTOR

Deseando estoy de echármelo a la cara.

MADRE CABALLO

Cuando lo encuentre, le manda mis recuerdos.

INSPECTOR

(Metiendo la nariz en el furgón.) ¿A qué huele aquí?

CURITA

Se mareó la niña y empezó a potar. Nos paramos a limpiarlo.

INSPECTOR
Creía yo que a los quinquis os gustaba oler la mierda, como a los
escarabajos peloteros.

COMISARIO

(Por CARACULO.) ¿Conocéis a esta prenda? ¿Le conocéis?

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) No.

COMISARIO

La ropa que lleva parece de esos lotes.

MADRE CABALLO

Es ropa barata. Se vende en los piojitos.

COMISARIO

Buscamos a un juslai con un cargamento de billetes.

CARACULO

No soy quien buscáis. Llevarme a un médico.

INSPECTOR

(Pisándole la herida.) Calladito. ¿No habéis visto a este pavo con una bolsa
grande de deportes?

MADRE CABALLO

Nosotros no hemos visto na.

INSPECTOR

¿Seguro?

CARACULO

¡No soy quien buscáis! ¡No conozco a esta gente, ni a los Antonionis...!

INSPECTOR
¿Quieres que te dé otro tiro?

Vuelve a pisarle la herida. CARACULO se queja.

CARACULO

¡Me duele la pierna!

INSPECTOR

Pues canta, joder, y te pongo unas tiritas.

MADRE CABALLO

¡Dejen al chiquillo en paz!

INSPECTOR

¿Quieres cambiarte por él?

MADRE CABALLO

Si tuviera lo que buscan ya lo hubiera dicho.

INSPECTOR

¿Este? Aún le falta un repaso.

CARACULO

¡No, por favor!

COMISARIO

Tranquilo, chaval. Vamos al bosque y hablamos... (Le incorporan.) Y


vosotros, al camino. Si volvemos a cruzarnos nos tiramos a la niña y al género
prendemos fuego.

Salen empujando a CARACULO.

MADRE CABALLO

¡No le hagan daño! ¡Si tuviera la bolsa ya la habría entregao! ¡Es un crío,
señor policía! (Al CURITA.) Esos hijos de puta me lo matan. Me lo revientan en
mitad los pinos. ¿Para qué pago yo los impuestos? ¿Pa que unos asesinos me
maten a los hijos? (Tras una pausa, a la CATI.) Niña, ve limpiando. Hay que
cargar los fardos y tirar palante en cualquier caso.

La CATI obedece. Aparece la FRANCESA seguida del ADUANERO.

FRANCESA

¡Aquí está mi hombre con su buena pipa! ¿Quién le iba partir la cara a la
Francesa?

ADUANERO

Calla, que se te va la fuerza por la boca.

FRANCESA

¡Enseña la pistola, a ver quién es aquí el más fuerte!

ADUANERO

¡Tate quieta, cono! Qué manía con la pipa. ¿Sabré yo cuando usar el
armamento?

FRANCESA

¡Vale! (Impaciente.) Habla ya. ¡Venga...!

ADUANERO

(Tras una pausa, educado.) Buenas tardes...

FRANCESA

¿Buenas tardes? ¡Regálale un puro también! Me trata como a una algofifa


y le haces reverencias... Pero, ¿qué clase de novio eres tú?

CURITA

Francesa, se acaban de llevar al Caraculo y no está el horno pa bollos.

ADUANERO

¿Quién ha sido?
CURITA

Unos monos.

ADUANERO

¿Por derecho?

MADRE CABALLO

¡Por la cara!

FRANCESA

¿A ti qué te importa?

ADUANERO

¿Te quieres callar?

FRANCESA

¿Me vas a defender o no?

El CURITA se adelanta ofreciendo a la FRANCESA un paquetillo.

CURITA

Ponte un paquetillo, a ver si te calmas.

FRANCESA

Mira qué fácil. Un paquetillo y adiós. Está visto que una no pinta na en
este mundo.

Toma el paquetillo y sube a la furgoneta relatando.

ADUANERO

¿Qué ha pasado?

MADRE CABALLO
Le van a dar tormento hasta que cante la Traviata. Pero no dirá esta boca
es mía. Sabe bien lo que vale un chivato. Si no pongo remedio me lo matan en el
bosque.

ADUANERO

¿No puedes denunciarlos?

MADRE CABALLO

¿A quién? Unos por otros se cubren las espaldas.

CURITA

La suerte de un quinqui no vale una chica.

MADRE CABALLO

Van por su cuenta. Si tuviera dinero podría negociar, pero hasta que
cobre el porte estoy en blanco.

ADUANERO

¿Cuánto vale el furgón? Género incluso.

MADRE CABALLO

No está en venta.

ADUANERO

¿Cuánto pides? Si tienes problemas, puedo darte un dinero. Me he


propuesto retirar a la Francesa. Está enferma y un negocio la sacaba del puteo.
Me gusta ayudar a la gente. Como al cura.

CURITA

Y sacarle la sangre en el momento.

MADRE CABALLO

Calla. ¿Cuánto ofrece?


ADUANERO

Medio kilo. En mano.

MADRE CABALLO

Y me quedo en la cuneta. Así no hay trato.

ADUANERO

Pero salvas al hijo.

MADRE CABALLO

Tengo a la Cati. Y el Eligió cualquier día vuelve a meter la cuchara. Sin


furgona tendría que volver al moro, y pa culera estoy vieja. No puedo vender.

ADUANERO

Entonces, nos vamos. Francesa...

FRANCESA

(Bajando de la furgoneta.) ¿Ha pedio perdón?

MADRE CABALLO

Aduanero...

ADUANERO

¿Qué hay?

MADRE CABALLO

Venderla no puedo, pero empeñarla sí.

ADUANERO

Eso, en el Monte de Piedad.

MADRE CABALLO

Me avengo al contrato si me das un plazo pa recuperarla.


ADUANERO

Así no interesa.

MADRE CABALLO

¡Medio kilo es un regalo! Si no lo he devuelto mañana te quedas con todo.


El fiírgón está recién sacao del taller y el género es de primera.

FRANCESA

¿Qué estáis negociando?

CURITA

Toma y vuelve a la cabina.

Le da otro paquetillo.

FRANCESA

¿No me puedo enterar?

CURITA

¡No!

FRANCESA

Me estoy cabreando. Que conste.

Vuelve a la furgona.

ADUANERO

¿Y si consigues el dinero?

MADRE CABALLO

Quedamos como siempre y te hago un regalo.

ADUANERO

Servicio completo, pero elijo yo.


MADRE CABALLO

Menos la niña, lo que quieras.

ADUANERO

De acuerdo. Tardo un minuto.

Se aleja rápidamente.

MADRE CABALLO

Curita, corre al bosque y busca un arreglo.

CURITA

¿Yo, por qué?

MADRE CABALLO

¡Porque me da la gana!

CURITA

¿Y qué les digo? ¿Les largo un sermón?

MADRE CABALLO

Les cuentas de tus caridades, de tus viejos, del hogar de los yonkis... Y
luego ofreces el dinero. Pero no digas que el hijo es mío.

CURITA

¿Y el furgón?

MADRE CABALLO

Cuento con la pasta de la bolsa.

CURITA

¿Y el Facundo?

MADRE CABALLO
¡Deja de preguntar y corre, que me lo van a destrozar! (Empieza a alejarse.)
¡Espera! Medio kilo es mucho.

CURITA

Un cuarto me parece poco.

MADRE CABALLO

¿Es tuyo el dinero?

CURITA

Ni el dinero ni los hijos.

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) ¿Y si el niño ha cantao? ¡Le salvo la vida y me quedo en


la cuneta!

CURITA

¡Habrá que arriesgarse!

MADRE CABALLO

Ofrece un cuarto kilo.

CURITA

¡Qué huevos tienes!

NADRE CABALLO

¡Me guardo lo justo para retomar el negocio!

El CURITA se aleja. Baja la FRANCESA.

FRANCESA

¿Dónde está mi novio?

MADRE CABALLO

Cati, guarda los bultos. Si Mía el arreglo habrá que malvender el género
en San Roque.

FRANCESA

Caballo...

MADRE CABALLO

¿Qué quieres? El Aduanero se aprovecha de nuestra desgracia. Pero no te


veo yo haciendo los piojitos.

FRANCESA

¿A mí? Me estás liando...

MADRE CABALLO

Le tienes al agua bendita. Te quiere retirar con la furgona.

FRANCESA

¿De quincallera? Ni muerta.

MADRE CABALLO

Se la acabo de empeñar. Si mañana es tuya, te lo compro.

FRANCESA

¿Por cuánto?

MADRE CABALLO

Por doscientos.

FRANCESA

¿Billetes?

MADRE CABALLO

Como lechugas verdes.

FRANCESA
¡Vale! No entiendo na, pero me encanta el trato.

MADRE CABALLO

Pues chitón.

FRANCESA

Con un paquetillo me corto la lengua.

MADRE CABALLO

(Dándoselo.) Toma. Ponte a gusto. Y perdona la bronca. Estaba mu


nerviosa.

FRANCESA

Qué buena gente eres, Caballo.

Sube al furgón.

MADRE CABALLO

Una santa. (A la CATI.) ¿Te das cuenta? Si fuera la gente cabal los pobres
estaríamos perdíos. Menos mal que el dinero abre las puertas. Con dinero se
compra a la canalla, a los jueces, a los carceleros... Por un cuarto me sueltan al
niño. Y por tres paquetillos aguanto el tirón. Me parece hasta barato...

CURITA

(Llegando.) ¡Por el cuarto no tragan!

MADRE CABALLO

¿Está vivo?

CURITA

Por ahora. Le han trinchao un ojo con un tenedor y ha empezao a cantar,


pero no encuentran la bolsa. La tiró a las rocas y se la ha tragao el mar.

MADRE CABALLO

¡No puede ser! ¡Cuento con el dinero de la bolsa!


CURITA

¡Yo creo que por quinientas tragan!

MADRE CABALLO

¡No puedo pagar tanto!

CURITA

¡Es tu hijo! ¡Decide!

MADRE CABALLO

¡Tendría que empezar de cero! ¡Pillar palanca y vender cartuchos de a


talego!

CURITA

¡Caballo, que lo están haciendo migas!

MADRE CABALLO

¡Corre y ofrécelo todo!

El CURITA se aleja corriendo. Aparece el ADUANERO con una cartera.

ADUANERO

¿Hay novedades?

FRANCESA

(Bajando.) Por regatear le han sacao un ojo.

MADRE CABALLO

¿Traes el dinero?

ADUANERO

Redacté un contrato a mano. Veinticuatro horas pal reintegro. Si estás de


acuerdo, ponme una cruz.

Le pasa un papel doblado.


MADRE CABALLO

Cuando venga el Curita que sabe leer.

Se oyen dos disparos. Silencio. La MADRE se deja caer sobre un fardo. La CATI
llora. Al momento llega corriendo el CURITA.

MADRE CABALLO

¿Qué le han hecho?

CURITA

Deto.

MADRE CABALLO

Hijos de puta...

ADUANERO

Caballo, la cruz... No queremos molestar.

La MADRE le mira y rompe el papel en pedazos.

MADRE CABALLO

¡Sanguijuelas! Me han matao al hijo, pero el furgón se queda en casa.


¡Fuera!

ADUANERO

Vamonos, Francesa. Aquí no hay palabra.

Coge a la FRANCESA del brazo y se la lleva. La CABALLO se levanta con


malas intenciones. El CURITA la sujeta.

CURITA

Dorita, talento... ¡Se han coscao del tema y vienen pa verte la cara!

MADRE CABALLO
(Tras una pausa, reponiéndose.) Cati, cuando veas a tu hermano, ni un
gesto, ni un gemío, ¡ni una lágrima! No demos satisfacción a esos cabrones.

Al momento aparecen el COMISARIO y el INSPECTOR y arrojan el cadáver a


los pies de la CABALLO.

COMISARIO

Y ahora, ¿qué? ¿Le conocéis? (Silencio.) Fijaos bien.

INSPECTOR

Se cayó corriendo. Está como desfigurado.

Los polis miran a la CATI que no se mueve. El CURITA se encoge de hombros.

COMISARIO

¿Y tú? ¿Le conoces?

MADRE CABALLO

No le había visto en mi vida.

La CATI corre a la furgoneta. Rompe el silencio una guitarra mientras en la


escena se va haciendo el oscuro.
4.- Mañana en la playa de Palmones. Tres meses después.

Rumor de olas. Provisto de unos prismáticos el SARGENTO avista el horizonte.


Se aleja un sonido de helicóptero. La CABALLO, de luto, se acerca caminando ligera
entre las dunas.

MADRE CABALLO

¡Sargento!

SARGENTO

Mal día pa coge coquinas.

MADRE CABALLO

¡El oficial de guardia! ¡Quiero verle!

SARGENTO

El comandante salió al mar en un operativo.

MADRE CABALLO

¿Cuándo vuelve?

SARGENTO

Se acaba de marchar. (Señalando) En ese helicóptero.

La CABALLO mira al cielo. Luego grita.

MADRE CABALLO

¡Baja, cabrón! ¡Baja si eres hombre!

SARGENTO

Caballo, ¿qué mosca te ha picado?

MADRE CABALLO
¡Moscones! ¡Vengo a poner una denuncia contra el Cuerpo! ¡Dos colegas
tuyos me han entrao en la furgoneta y me han robao tres kilos de hachís!

SARGENTO

¿Y quieres denunciarlo?

MADRE CABALLO

¡No me da la gana de callarme!

SARGENTO

Déjalo de mi cuenta. Yo me encargo.

MADRE CABALLO

¡No, señor! El asunto no es pa chupatintas. Quiero ver al comandante, al


coronel, ¡al quemas mande...!

SARGENTO

¡No seas bruta! ¿Cómo vas a decirle al comandante que te han robao tres
kilos de hachís?

MADRE CABALLO

¡Con esta es boca es mía! Yo sé muchas cosas que pondrían firme a todo
un regimiento.

SARGENTO

¿Te has vuelto loca?

MADRE CABALLO

No. Yo no sé leer ni escribir y cuento en montones de veinte, pero me


sobran sesos pa saber que el uniforme no les da ningún derecho pa arramblar
con mi negocio. ¡Quiero mi hachís o los denuncio!

SARGENTO

Mira lo que haces, que ya perdiste un hijo.


MADRE CABALLO

¡A mí nadie me toma por el pito del sereno!

SARGENTO

¡El comandante no sabe del negocio! ¿Qué pretendes, que nos metan a
todos en la cárcel?

MADRE CABALLO

¿Cómo no va a saber, si por esta playa entra tol costo que se fuma
España?

SARGENTO

¡Porque es un capullo de academia y no se entera! El no piensa más que


en el honor, en la patria, en la bandera... ¡Soy yo quien maneja los hilos! Yo le
digo, "¡por allí, comandante!" Se da la vuelta y meto dos, tres, cuatro, cinco
toneladas, mientras él pilla un fardo y sale en las noticias de las nueve. Por eso
no le puedes decir, Dora, ¡porque no sabe nada!

MADRE CABALLO

¿Que no sabe?

SARGENTO

¡No!

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) ¡Pues hoy se entera!

Por el mar pasan unas lanchas en dura persecución. La CABALLO le quita los
prismáticos para mirar al horizonte.

SARGENTO

Ya han avistao la planeadora. Caballo, se va a armar la del tigre. Más vale


que te alejes de la playa.

Se aleja deprisa el SARGENTO tras quitarle los prismáticos.

MADRE CABALLO
¡La Caballo no se achanta, mi sargento...!

No responde. La CABALLO mira al horizonte con una mano sobre la frente.


Luego grita.

MADRE CABALLO

¡Chavales! ¡Que estáis haciendo de cebo! ¡Dad la vuelta...!

Al momento aparecen el CANIJO dando gritos, con una navaja abierta en la


mano.

CANIJO

¿Dónde está ese perro del sargento, que le viá rajar las tripas? ¡Me he
jugao el pellejo pa que trinquen la patera con los negros y el alijo! ¿Y ahora me
dejan tirao? ¡Por mis muertos que le meto dos mojas!

MADRE CABALLO

¡Canijo, suave la canoa! Si te han hecho la pirula a mí me han robao los


guardias.

CANIJO

¿Y a mí qué? ¡Me juraron porcentaje por el soplo! ¡Yo he cumplió! Han


trincao la patera, nueve fardos y la mitad los negros...

MADRE CABALLO

¿Y la otra mitad?

CANIJO

Ahogaos.

MADRE CABALLO

Criaturitas...

CANIJO

Que hubieran aprendió a nadar. ¡Me han cargao los muertos pa dejarme
sin paga y repartirse el cargamento! ¡Cuando me lo eche a la cara le meto dos
mojas! ¡O tres! ¡Y luego, me oye!
MADRE CABALLO

Si no te has quedao afónico... (Pausa. El CANIJO la mira) Sí... Ahora


chillas mucho y enseñas la navaja, pero luego delante el sargento te desinflas
como un globo picao.

CANIJO

¿Qué pasa, que no tengo razón?

MADRE CABALLO

Mucha... Pero, ¿tú te has visto? Sudando, desencajao, con los ojos por
fuera las cuencas...

CANIJO

¡Eso es el mono!, ¿vale? (Pausa. Cierra la navaja y la guarda.) Con la guerra


que le han montao al Facundo han subió los precios y no hay quien pille un
puto gramo.

MADRE CABALLO

Y tú, encima, jodiendo el comercio. ¿No estabas cumpliendo en el Puerto?

CANIJO

Me han soltao con la condicional. (Pausa.) Con esos kilos hubiera subió al
norte del tirón, pa bajar empetao. Un poquito de heroína pal consumo y el resto
a cambiarlo por hachís. Y otra vez parriba, a por más caballo. Y en dos meses,
¡un Onassis!

MADRE CABALLO

Y yo la reina de Saba... ¡Eso es el cuento la lechera, Canijo! En esto los de


arriba ganan siempre. Si hay mucho caballo venden mucho. Si no hay suben el
precio y a ganar lo mismo. Y nosotros, bien agarraos por el moño. Y pobres de
por vida.

CANIJO

¿Y qué quieres? ¿Que humille los hocicos?

MADRE CABALLO
¿Tú, por qué? ¿No has prestao un servicio? ¿No has colaborao con el
sargento pa lavarle el expediente? A él, sus jefes, medalla en la pechera. Y a ti,
los dueños del alijo, dos tiros en la nuca. ¡No hay derecho!

CANIJO

¿Dos tiros en la nuca?

MADRE CABALLO

En cuanto les vayan con el cuento. Yo que tú, ¡mataba!

CANIJO

Tienes razón, caballo. ¡A mí me jode un taco la injusticia!

Vuelva a sacar la navaja.

MADRE CABALLO

Y a mí. Pero, ¿tú estás bien seguro de lo de las mojas?

CANIJO

(Dudando.) ¡Joé, Caballo! ¿En qué quedamos?

MADRE CABALLO

(Tras una pausa) Canijo, escucha a una vieja. Si tu rabia es tan grande
como una montaña protesta bien protestao, aunque te maten. Pero si esa sangre
tuya tan caliente se te va a queda helaíta al primer grito y te vas a acoquinar
cuando te mire el sargento, mejor coge el portante y sal corriendo mientras
puedas.

CANIJO

¿Corriendo por qué?

MADRE CABALLO

Cacho carne... ¡porque estás acojonao!

CANIJO
(Tras una pausa.) No... Yo me quedo. Me quedo... ¡y le meto dos mojas!

Se oye acercarse el helicóptero. Aparece con prisa el SARGENTO.

MADRE CABALLO

Pues ahí lo tienes. Pero no me lo cabrees en balde que no quiero pagar yo


el pato...

El SARGENTO sigue avanzando y llega hasta la CABALLO. El CANIJO


esconde la navaja.

SARGENTO

¡Caballo, el comandante! ¡Ya viene! Te lo advierto: La cosa está que arde.


Y el que me pringue, la paga.

El SARGENTO vuelve a alejarse. El CANIJO duda, guarda la navaja y corre


tras él.

CANIJO

Mi sargento...

SARGENTO

¿Quién eres tú?

CANIJO

(Acojonado.) Soy... el confidente. (El SARGENTO le mira dudando.) Lo de la


patera. Los negros...

SARGENTO

Ah... (Saca un paquetillo del bolsillo y se lo pone en la mano.) Buen trabajo,


colega. Buen trabajo.

Se aleja deprisa por el otro lado. El CANIJO, con la pápela en la mano, no da


crédito.
CANIJO

Hijo puta el picólo... ¡Me ha dao un paquetillo!

MADRE CABALLO

¡Qué bien nos conocen...! Ya te puedes olvidar de los tres kilos.

El ruido sigue creciendo. Ambos miran al cielo.

CANIJO

¡Me cago en toas mis muelas...!

Guarda el paquetillo y sale corriendo. El ruido se hace ensordecedor. La


CABALLO mirando al cielo. Luego grita.

MADRE CABALLO

¡Espera, Canijo! ¡Yo también me abro...!

Se aleja corriendo tras él. El helicóptero pasa muy cerca y continúa su camino
sin detenerse.

Cuando torna el silencio se oyen a lo lejos nuevos cantes.

Dinero es caballo, caballo es veneno, malditos los jurdós que mueven el


veneno.
5.- Afueras de un poblado chabolista. Noche. Una semana
después.

En el poblado de chabolas policías y gitanos se enfrentan a tiros en auténtica


batalla. No muy lejos, el furgón se niega a funcionar impidiendo la huida. La CATI, al
volante, lucha inútilmente con la llave de contacto. La MADRE, nerviosa, salta fuera de
la cabina gritando.

MADRE CABALLO

¡Más despacio, Cati, que lo ahogas...!

La CATI golpea el volante con desesperación. La MADRE corre a la trasera y


empuja con todas sus fuerzas sin mover ni un ápice el vehículo.

MADRE CABALLO

¡Mierda de furgón! ¡Tenía que joderse en el peor de los momentos!

La CABALLO patea lafurgona. La CATI le hace unas señas.

MADRE CABALLO

¡Que yo no tiro la carga!

Sigue empujando. Armados y sudorosos llegan corriendo del poblado


ROMPETECHOS y el FACUNDO, que se apoya en lafurgona sin resuello, seguidos
del CANIJO, con otra pipa en la mano y un tres cuartos de cuero negro.

CANIJO

¡Caballo...!

MADRE CABALLO

¿Habéis visto al Curita?

ROMPETECHOS

¡Hay mucho laberinto!

MADRE CABALLO
¿Cómo ha empezao este jaleo?

ROMEPETECHOS

De repente. Llegaron los maderos con los coches, buscando al tío


Facundo, y empezamos a salir de las chabolas dando fuego tos los primos. ¿Es o
no?

CANIJO

(Acojonado) Yo venía a comprar y me he visto en la boca el lobo.

ROMPETECHOS

¡Facundo, de aquí no nos sacan ni con aceite hirviendo! ¡Con el traje de


pino y los pies por delante!

El FACUNDO calla.

CANIJO

Caballo, ¿tienes polvo?

MADRE CABALLO

¿Pa qué queréis drogaras en mitad de la refriega?

ROMPETECHOS

¡Pa mata la policía con más ganas!

MADRE CABALLO

Darme un rempujón y luego os sirvo.

Los tres se unen al esfuerzo y empujan lafurgona. Ni se inmuta.

ROMPETECHOS

¡Niña, mete punto muerto y quita el freno!

CANIJO
¿Qué llevas, que no hay modo?

MADRE CABALLO

Un quintal de quincalla, na más.

CANIJO

(Desistiendo) No pué se. Pásame un gramo.

La CABALLO le pasa la pápela.

ROMPETECHOS

¿Cómo es?

MADRE CABALLO

Como siempre: mu malo, mu corto y mu caro.

CANIJO

Puta madre.

MADRE CABALLO

Los talegos.

ROMPETECHOS

Ahora. Ahora vamos...

El CANIJO toma la platita y allí mismo se prepara con mucha agilidad un chino
que comparte con ROMPETECHOS.

MADRE CABALLO

¿Ahora cuándo?

FACUNDO

Déjalos. Se han portao como jabatos. ¡Tos los primos!

MADRE CABALLO
¿Y tú?

FACUNDO

¿Yo qué?

MADRE CABALLO

¿Qué vas a hacer?

FACUNDO

No me han matao de milagro.

MADE CABALLO

No estás tú pa tanto pistoleo.

FACUNDO

Yo soy tronco de faraón.

MADRE CABALLO

No haberte metió en el negocio.

FACUNDO

Lo hecho, hecho está. Si me largo dejo al rebaño sin guía. Y si me quedo


puede haber una masacre... ¡Y luego están las mujeres, los niños...!

MADRE CABALLO

Tú aquí ya no sirves pa na bueno. Si anda el furgón te saco del fregao.


Con el taxímetro puesto.

FACUNDO

Escondió entre los fardos...

El FACUNDO corre a esconderse en el furgón. Llega el CURITA con las manos


manchadas de sangre.
CURITA

¡Caballo, las vendas! ¡Deprisa!

MADRE CABALLO

¿Qué vendas?

CURITA

¡Las del botiquín de la furgona!

ROMPETECHOS

¿Es que hay muertos?

CURITA

Han herido a tu mujer en el chabolo.

ROMPETECHOS

¿Y los niños?

CURITA

El chico está con ella.

ROMEPETECHOS

Me cago en tos sus muertos... ¡Canijo, espabila!

CANIJO

(Apurando la plata) Espera que funda la gota...

MADRE CABALLO

(Al CURITA) Ayúdame con el furgón. No arranca.

CURITA

¡Trae las vendas!

MADRE CABALLO
¡No me quedan!

CURITA

¡Son los mismos que mataron a tu hijo!

La MADRE CABALLO duda.

ROMPETECHOS

¡Coge la escopeta y vente con nosotros a vengarlo!

MADRE CABALLO

¡No! ¡Tengo más hijos!

CURITA

(A los otros) ¡Vosotros, dejad la plata y echad una mano!

El CANIJO arroja laplatita, cargan las pistolas y salen corriendo.

MADRE CABALLO

¡Canijo, el dinero! (No hay respuesta) Facundo, ¡baja y empuja!

CURITA

¿Facundo?

MADRE CABALLO

Tú déjalo en paz.

CURITA

¡Se están partiendo la cara por él!

MADRE CABALLO

¡Está descansando!

FACUNDO saca la cabeza del furgón.


FACUNDO

Me he quedao sin balas.

CURITA

Coge la mía. (Se la ofrece) ¡Vamos!

FACUNDO duda. Baja del furgón y coge la pistola.

FACUNDO

Con el traje pino y los pies por delante. ¡Vamos!

FACUNDO se marcha con el CURITA. La CABALLO se vuelve y encuentra a


la CATI mirándola con desprecio.

MADRE CABALLO

¿Qué miras? He dicho que no tengo vendas y no tengo.

La CATI abre con furia la puerta del furgón y arroja fuera unos manteles
bordados. La MADRE, al verla, trata de impedirlo.

MADRE CABALLO

¡Deja los manteles!

Forcejean hasta que la CABALLO consigue quitarle los manteles y volverlos a


su sitio. Entonces llega corriendo el CURITA con la MADRE GITANA en los brazos.

CURITA

¡Esas vendas, Caballo!

La CABALLO se planta desafiante ante la puerta.

MADRE CABALLO

¡No doy nada!

CURITA

¡Se está desangrando!


MADRE GITANA

(Débil) Llevarme con mi niño...

CURITA

¡Trae los manteles!

MADRE CABALLO

¡Son míos!

CURITA

¿No tienes corazón?

MADRE CABALLO

¡Ni falta que me hace! ¡Tengo el furgón estropeao, los impuestos, gasolina
que pagar, hijos que mantener y un cura que ayuda a to el mundo menos a mí!

MADRE GITANA

Caballo, demonio... Te veo y no te veo...

MADRE CABALLO

No me eches sortilegios que no creo en vuduses. (La CATI coge un


paraguas del furgón y se planta ante ella amenazante.) ¿A tu madre? ¿Quieres ver
que te caliento? (Se lanza hacia la CATI, pero el CURITA la agarra. Ella se defiende a
puñetazos.) ¡Soltarme! (El CURITA la tumba y agarra los manteles.) ¡Esos no, que
son bordaos!

Trata de levantarse del suelo pero la CATI se interpone con el paraguas. El


CURITA asiste a la MADRE GITANA rompiendo los manteles para usarlos como
vendas.

MADRE GITANA

¡Mi niño, Curita! ¡Sacarlo del chabolo!

CURITA
¡Se desmaya! ¡Cati, más manteles!

La MADRE GITANA cierra los ojos. La CATI obedece. La MADRE da la


batalla por perdida.

MADRE CABALLO

¡Dale también mi traje de novia!

Llegan corriendo ROMPETECHOS y el CANIJO, cargando un bebé en brazos.

ROMPETECHOS

Han matao al Facundo. Se le encasquilló la pipa y lo trincaron entre


cuatro.

CANIJO

Lo han rematao en el suelo como a un bicho.

CURITA

(Rezando.) Señor, acoge en tu seno al Facundo y perdona sus pecados.

Se santiguan todos.

MADRE CABALLO

Amén.

CURITA

¿Y el niño?

ROMPETECHOS

Dormío.

Se lo pasa. El CURITA lo envuelve con un mantel.


CURITA

¿Por qué no llora?

CANIJO

Le hemos mojao el chupe en jaco, pa calmarlo.

El CURITA lo mira. El CANIJO se aparta y prepara otraplatita.

CURITA

Cati, coge al niño.

La CATI lo acuna con cariño a la vista de la MADRE CABALLO que contempla


el cuadro. El CURITA asiste a la MADRE GITANA.

MADRE GITANA

Mi angelito...

CURITA

Tranquila, madre, que te vamos a llevar a un hospital.

MADRE CABALLO

(A la CATI) ¿Contenta? ¿Te crees que el niño es tuyo? ¡Deja a la criatura


con su madre y sube a la cabina! (La CATI se niega) ¡Arriba!

La CATI deja al niño en brazos de su madre y sube llorando a la cabina. El


CANIJO termina laplatita. ROMPETECHOS carga de nuevo la pistola.

MADRE CABALLO

¡Y vosotros, el dinero del gramo! ¡Paganini!

ROMPETECHOS

Yo no tengo jurdó...

CANIJO

Yo me he dejao la cartera en el chabolo.


MADRE CABALLO

Pero, ¿quién cono os creéis que soy? ¿La camella de la Caridad? ¡Venga la
chupa!

CANIJO

¡Es un recuerdo!

MADRE CABALLO

¡Pues lo olvidas!

EL CANIJO se quita el tres cuartos y se lo entrega. La CABALLO se pone la


chupa. El CURITA la mira limpiándose las manos con los restos de un mantel
ensangrentado.

ROMPRTECHOS

Canijo, vamos al lío.

CANIJO

Yo me abro.

ROMPETECHOS

Payo tenías que ser. Dame la pipa.

Se la entrega. ROMPETECHOS se marcha corriendo. El CANIJO corre en


dirección contraria.

CURITA

Al final, siempre sales ganando.

MADRE CABALLO

Tú empuja y calla, a ver si salimos de este infierno.

CURITA

¿Y la madre y el niño?
MADRE CABALLO

¿Son familia tuya?

De repente, la MADRE GITANA empieza a cantar una nana y rompe a llorar.


El CURITA se acerca.

CURITA

¿Qué pasa, madre?

MADRE GITANA

Mi niño está frío.

La MADRE GITANA llora. El CURITA duda. Silencio.

MADRE CABALLO

¿Empujas o te quedas?

CURITA

Yo aquí no la dejo.

Trata de cogerla, pero se resiste con el niño en brazos.

MADRE GITANA

¡Dejarme! ¡Mi niño está frío! ¡Dejarme los hombres sin alma! ¡Llevarme a
lo oscuro y matarme!

El CURITA consigue meterla en el furgón. Luego lo empuja con la caballo y se


alejan haciéndola rodar. A lo lejos se oye se oye de nuevo la soleá.

Madre Caballo, ¿a dónde vas por el camino del alquitrán? Soy la caballo,
huyo del hambre, hay que tirar palante

y nunca mirar atrás.

Madre Caballo, huye del hambre, tira palante y no mira atrás, tira
palante, palante, palante, palante, palante y no mira atrás.
6.- Páramo cercano al poblado, tres días después. Mañana
de entierro.

El furgón parado en un camino entre los árboles. Llegan la CABALLO y la


CATI, con velos de luto y rosario, y el CURTÍA, con traje de oficiante y guitarra. Abren
el furgón, dejan velos y rosarios y sacan sillas de playa. El CURITA abre una botella de
aguardiente, sirve unas copas y alza la suya. Beben.

CURITA

Por el tío Facundo, que estará en la gloria.

MADRE CABALLO

Qué pena más grande. Deja tres mujeres, veinte hijos, veinte nueras y
más nietos que un judío de la Biblia.

CURITA

El velorio y el entierro han estao cumbres. Han venío sus primos hasta de
Rumania, emisarios del rey de los gitanos.

MADRE CABALLO

Los Antoniovich son mucho clan. Pero ahora sin patriarca...

CURITA

A rey muerto, rey puesto. Dicen que ya se han reunió los viejos, pero se
lo están pensando.

MADRE CABALLO

¿Qué va ser del negocio, Curita?

CURITA

Seguirá como siempre.

MADRE CABALLO

No está claro. Los maderos buscaban al Facundo pa coger las riendas del
negocio. Los vieron de putas en Marbella con esos italianos que nos quieren
quitar el pan a garrotazos.
CURITA

Los Antoniovich buscarán venganza.

MADRE CABALLO

Ese hombre no se debía haber muerto.

CURITA

Sólo el Señor es eterno.

Mientras beben aparece el CANIJO muy nervioso.

CANIJO

Caballo, ¿tienes jaco?

CURITA

Ya ni el luto se respeta.

MADRE CABALLO

El kiosko está cerrado.

CANIJO

Pásame un paquetillo.

MADRE CABALLO

Que no hay nada. Y aguanta el tirón porque aventuro sequía.

El CANIJO advierte de lejos la llegada del SARGENTO.

CANIJO

Hostia, el picolete..

Corre a ocultarse detrás del furgón. La CABALLO y el CURTÍA se incorporan


levemente en la silla para mirar. El SARGENTO, con cara de pésame, se acerca
caminando muy tranquilo y saluda.
SARGENTO

Buenos días, Dorita y la compaña.

MADRE CABALLO

Buenos, ¿pa quién?

SARGENTO

Pa nadie, supongo.

MADRE CABALLO

Niña, una copa pa el sargento.

La CATI busca un vaso y le sirve. Luego se aleja coqueta.

CURITA

No se ha visto la representación del Cuerpo en el entierro.

SARGENTO

La prudencia aconsejaba discreción, pero he dado el pésame a las viudas.


Apreciaba mucho al muerto. (Bebe.) Vengo a deciros que tengáis cuidado, que el
patio se ha puesto peligroso.

MADRE CABALLO

(Sirviendo otra ronda de copas.) Lo sabemos.

CURITA

Nosotros limpios como una patena.

SARGENTO

Mejor. Además está lo del Eligió. Se ha señalado mucho en la movida.

MADRE CABALLO

Ese hijo mío... ¿Quién le mandará ir siempre por delante? Pero, vamos a
ver, ¿la guerra no es entre ustedes y la pasma?
SARGENTO

No hay que mezclar a los Cuerpos. El asunto es de unos cuantos.

CURITA

Lo que yo quería decir en la homilía con lo del cesto y las manzanas.

SARGENTO

Que no venía a cuento.

CURITA

Pues gustó mucho. Lloraban.

MADRE CABALLO

Por el muerto. El caso es que esos italianos vienen dando fuerte. Tienen
compinches y buenos jurdós. Y los Antoniovich reculando... ¡Esto es el fin del
negocio!

SARGENTO

Date una tregua. Las aguas volverán pronto a su cauce.

MADRE CABALLO

Me da muy mala espina. ¿Qué hago yo si se acaba la droga?

CURITA

No se acaba. ¿No ves que sobra juventud? (Pausa.) Antiguamente, pa


regular la población, se hacían muchas guerras, pa que los que se libraran
cupieran a más. Ahora, con la droga, se duerme al pueblo y lo mismo. (Se
enardece.) La gente toma drogas pa evadirse de la sociedad que les margina.

MADRE CABALLO

Y pa divertirse, ¡qué carajo!

CURITA
¡Los ricos! Los pobres, picotazo y a olvidar. Y luego entra el negocio, que
es el quid de la cuestión.

MADRE CABALLO

El negocio ni tocarlo. Porque vamos a ver... ¿Y el tabaco? ¿Y el alcohol?


¡To el mundo tiene cáncer y cirrosis!

SARGENTO

To el mundo no, Caballo.

MADRE CABALLO

¡To el mundo! Hasta Cristo hizo el vino sacramento pa repartirlo en las


fiestas. ¿Y pa qué? ¿Pa catarlo? ¿Y los moros? ¡To el día filmando petardos! Y
aquí, ni un porro.

CURITA

En cambio, te pides un cubata en Argelia y te cortan el pescuezo.

MADRE CABALLO

To el mundo se droga.

SARGENTO

También hay quien se mata a trabajar.

CURITA

¡Otra droga! ¡La peor!

El SARGENTO termina su aguardiente. La CATIsirve otra ronda.

SARGENTO

Lo dicho. Paciencia y mucho tiento.

MADRE CABALLO

Aconséjame, Sargento. He apalabrao unos gramos de lo poco que


quedaba en la palanca...
SARGENTO

¿A los Antoniovich? Ni acercarte.

MADRE CABALLO

Con la sequía puedo pillar un pellizco.

SARGENTO

Si no te majan los italianos a palos, que es su ley.

CURITA

Son mu bestias. Y eso que tienen religión...

MADRE CABALLO

Entonces, ¿qué hago?

SARGENTO

El cojo la estación.

MADRE CABALLO

El cojo es confidente de la pasma.

SARGENTO

Pues por eso. Hazme caso y trabaja con él.

CURITA

¿Y los Antoniovich?

SARGENTO

Gitanos.

Largo silencio. El CURITA se revuelve en la silla.

CURITA
La madre que me parió...

SARGENTO

Es lo que hay.

CURITA

¿Cuándo han pasao a la historia?

SARGENTO

(Tras una pausa.) Mira, Curita, yo no me caso con nadie. Y no pasa el que
quiere, sino el que puede. Antes, los Antoniovich. Ahora, los italianos. Si
queréis seguir con el negocio, a trabajar con ellos. Si no, piojitos y quincalla. Y a
vivir, que son tres días.

Se levanta para marcharse.

CURITA

Qué rápido cambian los tiempos...

MADRE CABALLO

(Al SARGENTO.) Espera. Yo no me hablo con el cojo.

SARGENTO

Manda a la Cati.

CURITA

¿A la niña sola?

MADRE CABALLO

Ya está grande.

SARGENTO

Si quieres, la acompaño.

MADRE CABALLO
(Tras una pausa.) Pero no me la desgracies... (El SARGENTO sonríe.) ¡Cati!

La CATI, que estaba al otro lado del furgón dando unos pasos de baile, se acerca.
La CABALLO se aparta con la CATI y saca del sostén un fajo de billetes. Luego se los
da.

MADRE CABALLO

Llégate con el sargento al cojo la estación y le pillas cien talegos de


caballo. Los escondes en las bragas y te vuelves corriendo. Y no dejes que te
tangue...

SARGENTO

Hasta más ver. (A la CATI.) Vamos, niña.

La CATI guarda el dinero, sonríe cortada y sale corriendo. El CANIJO, que


seguía escondido tras el furgón, asoma la cabeza.

MADRE CABALLO

¡Espera al sargento!

SARGENTO

Deja. Ya la alcanzo.

Sale. El CANIJO les sigue sin que nadie lo advierta. La CABALLO saca la
boquilla que usaba el CANTINA, le pone un cigarro y vuelve a sentarse.

MADRE CABALLO

Se acabó la sequía.

CURITA

¿Qué has hecho, Dora? Los Antoniovich no perdonan las traiciones.

MADRE CABALLO

Yo no traiciono.
CURITA

Cambias de bando, que es lo mismo.

MADRE CABALLO

Velo por los míos.

CURITA

¿Y quiénes son los tuyos?

MADRE CABALLO

La Cati, el Eligió y el furgón.

CURITA

¿Y yo?

MADRE CABALLO

Cada cual que ocupe su lugar. Dame candela.

El CURITA, le da fuego. La CABALLO empieza afumar.

CURITA

(Reparando en la pipa.) ¿Qué es eso?

MADRE CABALLO

¿El qué?

CURITA

La boquilla del Cantina.

MADRE CABALLO

Si sabes, ¿pa qué preguntas? Me la mandó del talego.

CURITA

(Tras una pausa.) No me gusta ese sujeto.


MADRE CABALLO

A mí mucho.

CURITA

Esrevenío yjuslai.

MADRE CABALLO

Hablemos de otra cosa.

CURITA

Fíjate en la boquilla. Recomía de morderla con los dientes apretaos.

MADRE CABALLO

¡ Qué jartible eres!

Silencio. El CURITA se sirve otro aguardiente.

CURITA

Aquí estoy perdiendo el tiempo. En América me hubiera hecho de oro.


Allí son mu religiosos. Y mientras más ricos, más beatos. Sueltan la guita a
carrillos, por lo de los impuestos...

MADRE CABALLO

¿Tú por qué te crees mejor que los demás?

CURITA

Porque lo soy. Por eso escuchan mi mensaje.

MADRE CABALLO

Si no hay quién te aguante.

CURITA

¿Que no? ¿Has oído mi sermón en el sepelio? Cada día hablo mejor. Abro
la boca y dejo al personal traspuesto, levitando. Cantan, se presignan... ¡y corren
al cepillo a soltar la tela!
MADRE CABALLO

Vanidades. Tú no eres nadie. Ni yo, ni el Facundo. "¡Qué gran hombre...!"


Muerto. Muerto y olvidao. Y ahora más de veinte luchando por el puesto.
Veinte que se creerán buenos, como tú, y no lo son. Por eso se echa a perder el
negocio, porque los de arriba no lo pueden hacer todo, tiran de los nuevos, se
confían y se jode la marrana. ¡No, señor! Pa que el tinglao funcione hace falta
mano dura.

Silencio. Siguen fumando y bebiendo.

CURITA

Dorita, algún día tendrás que jubilarte.

MADRE CABALLO

¿Del furgón? ¿Y de qué vivo?

CURITA

Yo puedo mantenerte.

MADRE CABALLO

¿Tú?

La CABALLO se parte de risa.

CURITA

Sí, con la parroquia.

MADRE CABALLO

¿A costa de tus pobrecitos viejos, tus pobrecitos yonkis y tus pobrecitas


putas? ¡Amos, anda! ¡Ni sin brazos vivía yo de las limosnas!

CURITA

Mira que lo del Facundo ha sido una señal celeste.

MADRE CABALLO
¿Ah, sí? ¿Desde cuándo pegan tiros allí arriba?

CURITA

Dios escribe derecho con renglones torcidos

MADRE CABALLO

Qué pena, porque no sé leer.

CURITA

¡Escucha su voz!

MADRE CABALLO

Si estoy bien, ¿pa qué cambiar?

CURITA

¡Esto no es vida!

MADRE CABALLO

¡Que me dejes! ¡A mí no me engatusas con sermones ni aunque te vistas


de Papa!

Aparece corriendo la CATI, llorando, con la cara ensangrentada, emitiendo


sonidos ininteligibles. Ambos se levantan.

CURITA

¡La niña...!

MADRE CABALLO

¿Qué te han hecho?

CURITA

¡Le han rajao la cara!

MADRE CABALLO

¿Ha sío el sargento? (La CATI niega.) ¿Te ha dejao sola?


La CATI hace gestos de pincharse.

MADRE CABALLO

¿Te has picao? (La CATI niega) ¿Un yonky?

CURITA

¡El Canijo!

La CATI asiente.

MADRE CABALLO

¿Te ha quitao el caballo?

La CATI niega. Se da la vuelta y se saca una bolsa pequeña de heroína que


llevaba escondida en las bragas. La CABALLO se hace cargo de la bolsa. La abraza.

MADRE CABALLO

¡Ay, pobrecita, mi niña! ¿Te duele?

La CATI asiente.

MADRE CABALLO

¡Qué malas entrañas! (Al CURITA.) Trae las vendas. (El CURITA le mira.)
Están en la guantera. (El CURITA obedece. Luego a la CATI.) Anda a lavarte al
botijo.

La CATI se lava con sin dejar de llorar. La CABALLO guarda la bolsa y coge su
costurero del furgón.

MADRE CABALLO

No llores, Cati.

La CATI hace gestos desesperados.

MADRE CABALLO

¿Y eso te importa? ¡Los hombres no traen más que disgustos!


El CURITA limpia la herida con alcohol. La CATI se queja. La CABALLO
enhebra una aguja de coser.

MADRE CABALLO

Vamos a coser la herida...

La CATI se asusta y se aparta.

MADRE CABALLO

¿Dónde vas? ¡Si luego no se nota!

La CATI niega. Coge una venda y se la pone sobre la raja.

MADRE CABALLO

¡Cuidao con la niña! ¡Esto me pasa por tenerla tan consentía!

CURITA

(A la CATI.) ¿Quieres un poco de jaco, pa que no te duela?

La CATI niega con la cabeza y se venda como puede sin acercarse. La


CABALLO, entra un segundo en el furgón y sale con los zapatos de la FRANCESA.

MADRE CABALLO

Mira, Cati... ¡Los tacones de la Francesa! (Se los muestra.) Los guardé pa ti.
¡Pa que te jartes de bailar flamenco! Toma...

La CATI se acerca cautelosa a coger los zapatos. Los coge. La madre y el


CURITA tratan de agarrarla. La CATI huye corriendo con los zapatos.

MADRE CABALLO

¡Niña, ven aquí!

La CATI desaparece.

CURITA

¿La traigo?

MADRE CABALLO
Déjala que se calme.

CURITA

Sale a ti. Mira cómo ha defendió el jaco.

MADRE CABALLO

Muda y con la cara averia, ¿con quién la caso yo ahora? Cuando era chica
unos malasombras se la llevaron a un descampao y la violaron por la boca.
Desde entonces no ha dicho ni mu. El Caraculo muerto. Y el Eligió, trajinando
con los diablos. Y pa colmo la niña, la cara hecha un Cristo. A ver cómo termina
esto...

A lo lejos suena una guitarra. Empiezan a recoger.

Un árbol tenía tres ramas

una rama se quebró,

el tronco siguió creciendo,

siguió creciendo

y quedaron dos.

El árbol tenía dos ramas

una rama se quebró,

el tronco siguió creciendo

siguió creciendo

y una rama le quedó.

El árbol tenía una rama,

la rama se le quebró,

el tronco siguió creciendo,

siguió creciendo
y so Uto se quedó.

El tronco se quedó sólo,

sin sabia, sin corazón,

sin hijos que dieran vida,

el arbolito no marchitó,

y el arbolito no se murió.
7.- Amanecer a las afueras de Algeciras. Un año después.

El furgón de la CABALLO aparcado y solitario con las luces apagadas. El


CANIJO, en chándal de colores, bastante quemado por las drogas, se acerca deprisa,
escondiendo una bolsa de plástico entre la ropa. Trata de vislumbrar a través de los
visillos. Luego golpea con los nudillos y llama en voz baja. La CATI duerme en la baca
del furgón.

CANIJO

Caballo... ¡Caballo!

Se enciende una luz en el interior del furgón. Al poco asoma el CURITA en


camiseta por una ventanilla. El CANIJO no para de rascarse.

CURITA

(Desde dentro.) ¿Quién es?

CANIJO

Soy yo, el Canijo. ¿Tenéis jaco?

El CURITA baja la ventanilla con rapidez, saca la cabeza muy enfadado y le


abronca en voz baja.

CURITA

¿A quién se lo ocurre, Canijo? ¡Lárgate o te corro a ostias!

CANIJO

¿A mí? ¿Por qué?

CURITA

¿No te da ná por el cuerpo lo que le hiciste a la Cati?

CANIJO

¿Yo qué le he hecho?

MADRE CABALLO
(Desde dentro.) ¿Quién es?

CURITA

Nadie. Sigue durmiendo.

CANIJO

Soy yo, el Canijo. ¿Tienes argo?

Silencio. Al momento se abre la puerta de golpe y sale la MADRE CABALLO en


camisón, despeinada, y armada con una garrota. El CANIJO se aleja corriendo. La
CABALLO se planta muy tranquila ante el furgón. El CURITA asoma tras ella,
expectante.

MADRE CABALLO

¿Qué quieres?

CANIJO

¿Qué viá a querer? Caballo.

MADRE CABALLO

¿Tienes dinero?

CANIJO

Traigo un loro de coche y un puñao de cintas. Lo cambio por tres gramos.


(Saca de la bolsa un radio-cassette de coche y unas cintas. Se lo muestra. La CABALLO
no se inmuta.) Bueno, por dos.

MADRE CABALLO

Sin dinero no vengas a buscarme.

CANIJO

También traigo una cadena de oro. Se la he sirlao a una señorita de


postín. (La saca.) ¡Pesa un kintal!

MADRE CABALLO
(Tras una pausa.) A verla...

La CABALLO adelanta la mano. El garrote cuelga de su muñeca. El CANIJO se


acerca receloso y le entrega una gruesa cadena de oro. La CABALLO la sopesa, busca el
contraste y lo encuentra. El CURITA baja del furgón y enciende un cigarro.

CANIJO

Es buena. Vale por lo menos cien talegos.

La CABALLO le mira escéptica.

MADRE CABALLO

Medio gramo.

CANIJO

¿Por todo?

MADRE CABALLO

Lo tomas o lo dejas.

CANIJO

¡Es un abuso, Caballo! ¡Dame un gramo por lo menos!

MADRE CABALLO

(Tras una pausa) Un cuarto por el loro y medio por el colorao.

CANIJO

Hecho.

El CANIJO le pasa el material.

MADRE CABALLO

Espera aquí.

La CABALLO se cuelga la cadena al cuello, deja la bolsa dentro del furgón y


sube a la cabina. Allí coge un botecito de la guantera y baja por la otra puerta. Al otro
lado del furgón saca una pápela, vierte el contenido del bote sospechoso y completa la
mezcla con tierra del suelo sin que el CANIJO, que se impacienta rascándose, la vea. El
CURITA, entretanto, ha ido a ver qué hace y se percata del asunto.

CURITA

(En voz baja) ¿Qué estás haciendo?

MADRE CABALLO

(Igual) Ve con él.

CURITA

¡Dame eso!

CANIJO

(Alto) ¡Date prisa, Caballo!

MADRE CABALLO

(Igual) ¡Ya va!

CURITA

¡Dame la estricnina!

MADRE CABALLO

¡La pápela se la lleva por mis muertos!

CURITA

¡Dame el bote!

Pausa. La CABALLO se lo entrega enfadada, se reúne con el CANIJO al otro


lado del furgón y le pasa la pápela. El CURITA guarda el bote en un bolsillo y la sigue.

MADRE CABALLO

El cartucho.

CURITA
Canijo...

MADRE CABALLO

(Adelantándose) ¡Que vayas a ponerte a tu casa!

El CURITA calla.

CANIJO

Dabute.

Se larga a paso ligero. El CURITA mira con reprobación a la CABALLO.

CURITA

¡La estricnina lo mata!

MADRE CABALLO

Si no te gusta, ¡carretera y manta!

Silencio. Por el sendero aparece el CANTINA, muy contento, empujando una


silla de ruedas en la que va sentada la FRANCESA, que aparece patética, vestida de
colorines, con un ridículo sombrerito, tacones de aguja, casi paralítica y en fase
terminal. Sobre las rodillas lleva una maleta propiedad del CANTINA.

CANTINA

¡Dora...! ¡Dorita!

La MADRE CABALLO, al ver al CANTINA, salta de alegría. Luego se


recompone la ropa y el pelo muy coqueta. El CURITA no muestra ninguna simpatía por
su oponente.

MADRE CABALLO

¡Cantina! ¡La madre que te parió! ¿De dónde sales, Cantina?

CANTINA

Del talego vengo. ¡Me han soltao por bueno!


MADRE CABALLO

Seguro que se han equivocao.

CANTINA

Por un fin de semana, pero no pienso volver.

MADRE CABALLO

¡Dale un abrazo a tu reina!

Se abrazan con fuerza. El CANTINA la achucha sin pudor.

CANTINA

¡Qué carnes más prietas!

MADRE CABALLO

¡Tate quieto, manos largas!

CANTINA

¿Recibiste mis cartas?

MADRE CABALLO

¡Y la boquilla! Qué gordo estás...

CANTINA

La buena vida a costa del contribuyente. Ejercicio, cerámica y televisión.


Al salir me han entrao ganas de romper un escaparate.

CURITA

Haberlo roto.

Pausa. Repara en el CURITA que le mira con frialdad.

CANTINA

¿Este qué hace aquí?


CURITA

Me ayuda con la quincalla y le pago.

CANTINA

¿Encarne?

MADRE CABALLO

En lo que me da la gana.

CANTINA

No me gusta

MADRE CABALLO

Ni a mí que me repliques.

CURITA

¿Pasa algo?

CANTINA

La boquita cerra, que contigo no estoy hablando.

El CURITA achanta y se mete en el furgón rezongando.

CURITA

Me cago en mi padre...

El CANTINA le sigue chulesco con la mirada. Luego mira a la CABALLO.

CANTINA Estejubilao...

MADRE CABALLO

¡Del tirón! ¡Ya estamos arreglaos!

Ríen. El CANTINA le mete mano de nuevo.


CANTINA

Esta vez no te escapas, pichona. ¡Ven que te achuche!

MADRE CABALLO

Espera un poco, salvaje...

Se escabulle coqueta y repara en la FRANCESA que sigue aparcada, medio


catatónica, con la maleta del CANTINA sobre las piernas.

MADRE CABALLO

¿Y esta prenda? ¿Dónde la has recogido?

CANTINA

Estaba aparcada en la Renfe. Me la he traío echando el ratito. Como no


había carritos pa los equipajes...

MADRE CABALLO

(Riendo y a gritos.) Francesa, ¿estás despierta o dormía?

FRANCESA

(Con un hilo de voz.) ¡Quitarme la maleta de encima, joé...!

Se la quitan entre risas.

MADRE CABALLO

¿Cómo te trata la vida?

FRANCESA

Mu bien. Me han dicho los médicos que estoy mejor... Que viá salir
bailando en cualquier momento...

CANTINA

Por bulerías...

FRANCESA
¿Caballo, te gusta el vestío que me he comprao? Es precioso... De lujo... Y
el sombrerito a juego... Cuando me vea el Aduanero se me tira en lo arto...

Las risas iniciales se van perdiendo.

MADRE CABALLO

El Aduanero... ¿Cuánto te dejó en el testamento?

FRANCESA

¿Quién?

MADRE CABALLO

El Aduanero. Tu novio.

FRANCESA

¡Ah...! Seis millones y el piso... Ya no me quea ni un billete... Dentro de na


me viá tira otra vez a la calle... (Se detiene. Los otros se miran.) ¿Me habéis quitao
la maleta de encima?

CANTINA Hace un rato.

FRANCESA

Es que no veo... Qué poca luz... A ver si me busco unas gafas, porque veo
menos que un gato de escayola...

CANTINA

Oye, y a ti, ¿por qué te llaman la Francesa?

FRANCESA

Porque yo sé francés.

CANTINA

¿Sí? Venga, di buenos días, buenas tardes, pásame un paquetillo...

FRANCESA
¿Canto una canción?

Silencio. La FRANCESA empieza a cantar desafinando, patética, con su hilo de


voz.

FRANCESA

Frereshaque, frereshaque... Dolmebú, dolmebú... Sonelematine,


sonelematine... Din, dan, dun...

Se detiene. Los otros la miran en silencio.

FRANCESA

¿Qué hora es?

MADRE CABALLO

Temprano. (Al CANTINA.) ¿Has desayunao?

CANTINA

Un café al bajar del tren.

MADRE CABALLO

Voy por unos churritos.

Saca un vestido del furgón y se lo pone mientras sube unos peldaños de la


escalerilla de la baca.

CATI

¡Cati, levanta, que ha llegao el Cantina!

La CATI se revuelve y se tapa con las mantas.

FRANCESA

Caballo, ¿tienes porvo?

MADRE CABALLO

Ni pa una plata. ¡Cati, levanta y prepara un café!


FRANCESA

Así estamos tos. Qué sequía más mala. A ver si se matan ya los italianos y
los Antoniovich y se acaba el mosqueo, pa que nos podamos poner a gusto...

MADRE CABALLO

¡Niña, que voy por unos churritos!

CANTINA ¿Está mala?

MADRE CABALLO

Le rajaron la cara y se ha vuelto mu vergonzosa. Tú espérame aquí.

CANTINA

No tardes.

FRANCESA

Caballo, llévame a la estación, que he quedao con el Aduanero... Dijo que


venía en el tren, pero no ha Uegao... Me tiene mu preocupa...

MADRE CABALLO

Tú tranquila, mujer. Ya aparecerá.

Se aleja la CABALLO empujando el carrito. Al poco asoma el CURITA con una


bolsa en la que va metiendo algunas ropas. El CANTINERO le observa. La CATIsaca la
cabeza y la vuelve a esconder.

CANTINA

¿Tienes argo?

CURITA

Yo no tomo.

CANTINA

¿Y Dora?
CURITA

Pregúntale a ella.

CANTINA

No te cabrees, Curita. En algún lao me tenía que cubicar. Y la Caballo es


mucha madre pa ti...

Silencio. El CURITA termina de cerrar su bolsa y coge alguna otra pertenencia.

MADRE CABALLO

¿De verdad no tienes ná de ná?

Pausa. El CURITA le mira.

CURITA

Sé dónde lo guarda. Tú controla.

Deja la bolsa y se dirige al otro lado de la furgoneta. Allí fabrica una pápela, saca
el bote de estricnina y repite la operación de la CABALLO, tierra incluida. Entretanto
el CANTINA mira dentro del furgón y encuentra una botella de vino. La abre y se la
bebe de un trago. El CURITA regresa y le pasa la pápela.

CURITA

Toma. Pero no le digas que te la he dao yo.

CANTINA

Soy una tumba. (El CANTINA abre la pápela. El CURITA se inquieta.) ¿Es
buena?

CURITA

De muerte. Pero conviene cargarla.

CANTINA
Que Dios te lo pague, Cunta. Y perdona que haya sío tan brusco...

CURITA

No importa, hombre. Estamos en paz.

Se dan la mano. El CURITA se larga rápidamente. El CURITA desaparece sin


volverse. El CANTINA se apoya en la furgona y vuelve a abrir la pápela. Moja el
meñique en saliva, cata el contenido y bufa con satisfacción.

CANTINA

¡Joé, sabe peor que la del talego!

Saca un chute del bolsillo, pero al momento se detiene al oír la voz de ELIGIÓ en
la distancia.

ELIGIÓ

¡Madre...! ¡Madre...!

Aparece el SARGENTO con ELIGIÓ maltrecho y esposado. El CANTINA


esconde la pápela y la chuta. La CATI asoma la cabeza bajo la manta y observa la escena
con miedo.

CANTINA

Eligió, ¿eres tú?

ELIGIÓ

¡Cantina! ¡Que me llevan preso!

SARGENTO

Viene a despedirse.

ELIGIÓ

¿Dónde está mi madre?

CANTINA

Salió a un mandao.
ELIGIÓ, exhausto y esposado, cae a tierra.

ELIGIÓ

¡Madre, soy yo! ¡Su hijo!

CANTINA

¿Qué ha hecho?

ELIGIÓ

Lo de siempre.

SARGENTO

Pero a destiempo, juslai. (Al CANTINA) Mató a dos italianos pa quitarles


un alijo y se ha ganao unas vacaciones.

ELIGIÓ

¡Por hacer lo de siempre!

SARGENTO

¡Por no respetar las normas!

ELIGIÓ

¿Qué normas? Antes me llevaban en palmito y ahora me quieren castigar.

CANTINA

Si la madre se entera no consiente.

SARGENTO

Tendrá que tragar. Las leyes se escriben para todos.

ELIGIÓ

¿Tienes porvo, Canti? ¡Pa darme un homenaje!


CANTINA

Tu madre salió a comprar churros.

SARGENTO

Entonces, despídete, que nos vamos.

CANTINA

Tiene que estar al caer.

SARGENTO

No puedo entretenerme.

Trata de levantarlo.

ELIGIÓ

¡Seguro que no tarda!

SARGENTO

¡Levanta, que vamos de paseo!

ELIGIÓ

¡Madre, soy yo!

ELIGIÓ trata de escapar pero cae de bruces a unos metros desequilibrado en la


carrera. El SARGENTO se acerca muy tranquilo.

SARGENTO

¿Dónde vas? Esto me pasa por blando.

Trata de levantarlo. ELIGIÓ se revuelve a patadas.

ELIGIÓ

¡Mierda de civil! ¡Quiero ver a mi madre!

SARGENTO
¿Quieres que te dé dos tiros a mí mismo?

El CANTINA reacciona y se acerca con la pápela en la mano.

CANTINA

¡Sargento! (Pausa) Esto es lo que tengo...

El SARGENTO y el ELIGIÓ dejan de forcejear.

SARGENTO

¿Tienes chuta?

CANTINA

La mía. Pero no tengo limón.

ELIGIÓ

No me importa.

SARGENTO

Hazle un pico y acabemos de una puta vez.

El CANTINA saca la chuta y una cuchara que lleva y empieza a prepararlo con
agua del botijo.

ELIGIÓ

¿Es buena?

CANTINA

De tu madre.

ELIGIÓ

Superior.

SARGENTO
No te entretengas.

CANTINA

Acabo en un segundo.

ELIGIÓ

Gracias, sargento.

SARGENTO

Dáselas a tu madre.

ELIGIÓ

Es que con el mono descontrolo un taco. Me da la mala leche en la barriga


y me pongo fatal.

SARGENTO

Ahora te quedarás tranquilito.

El CANTINA empieza a verter el contenido de la pápela en la cuchara. El


SARGENTO le observa.

SARGENTO

Echa. (El CANTINA obedece.) Echa más.

CANTINA

(Sorprendido.) ¿Tanto?

SARGENTO

¡Todo!

ELIGIÓ

¡Todo no!

SARGENTO

¿No querías un homenaje? Pues así nos ahorramos el paseo.


CANTINA

Sargento, no quiero líos...

SARGENTO

¡Por eso! ¡Las leyes son las leyes! Ponle el pico si no quieres tener también
problemas.

El CANTINA obedece y termina a toda velocidad.

ELIGIÓ

(Revolviéndose.) ¡Tanto, no, mi Sargento, por sus muertos!

SARGENTO

¡No seas marica al final, Eligió! ¡Te vas a morir a gusto!

El CANTINA se acerca con la chuta en ristre. El SARGENTO sujeta a ELIGIÓ


que trata de zafarse. El CANTINA trata de pincharle las venas del brazo. La CATI,
desde la baca, trata de gritar. ELIGIÓ la ve.

ELIGIÓ

¡Cati, que me matan!

La CATI salta del furgón y se lanza sobre ellos.

SARGENTO

¡Cuidado, la niña!

La CATI trata de impedir la acción. El SARGENTO le da un manotazo que la


tumba. La CATI cae al suelo. El SARGENTO sujeta al ELIGIÓ. El CANTINA trata de
pincharle. ELIGIÓ se resiste.

SARGENTO

¿Acabas a qué?

CANTINA
No encuentro la vena...

SARGENTO

¡Pínchale en el cuello, para que le suba antes!

El CANTINA duda. El SARGENTO le quita la chuta de la mano y sujetándole


manos y piernas consigue inyectarle.

SARGENTO

¡Así, en la yugular!

El CANTINA recula. La CATI se aleja corriendo hasta desaparecer. ELIGIÓ se


debate entre temblores y muere en un instante. El SARGENTO le suelta por fin y deja
que ruede con las piernas y los brazos encogidos.

SARGENTO

Así aprenderán todos a cumplir las ordenanzas.

El SARGENTO le agarra por el cuello de la chupa y se lo lleva a rastras. El


CANTINA, impactado, guarda la chuta. Al poco reacciona, coge su maleta y se dispone
a largarse. Entonces aparece la MADRE CABALLO con un churro en la boca y el resto
en un cartucho. Se sorprende.

MADRE CABALLO

¡Cantina! ¡Cantinita! (El CANTINA se detiene.) ¿Qué pasa?

CANTINA

Lo he pensao mejor. Me largo.

MADRE CABALLO

Si acabas de llegar...

CANTINA

Pues me vuelvo al talego.

Echa a andar.
MADRE CABALLO

(Alarmada.) ¡Cati! ¿Dónde está la niña?

CANTINA

(Sin volverse) Se fue con el Curita...

MADRE CABALLO

(Extrañada, cerrándole el paso) ¿A qué viene esta prisa?

CANTINA

Dora, ni siquiera tengo la condicional. No quiero líos.

La CABALLO le mira muy seria.

MADRE CABALLO

¡Habla y deja la espanta!

CANTINA

¡Yo aquí no me quedo!

MADRE CABALLO

¿Y dónde vas a ir?

Pausa. El CANTINA deja la maleta en el suelo.

CANTINA

A Puerto Real. Mi primo se jubila y traspasa la taberna. Pensaba


proponértelo. ¿Quieres venir? Mejor bregar con toneles que andar to los días
rodando. Yo atendería la barra y tú harías la cocina.

MADRE CABALLO

Yo dejo el furgón pa viví como una reina, con las patas por alto y mesa
puesta.

CANTINA
(Tras una pausa.) Entonces, me vuelvo al talego.

MADRE CABALLO

¡Cantina, te estaba esperando! ¡No te vayas!

CANTINA

Allí también hay negocio, Dora, y es una ciudad, con tiendas, un mercao
y un piojito más grande que un estadio...

MADRE CABALLO

Y con lo que tengo debajo el lebrillo podíamos tirar. Pero estoy hecha al
furgón...

CANTINA

Eso se olvida. Ven conmigo.

MADRE CABALLO

(Pausa.) A Puerto Real... ¡Qué demonios! A lo mejor, hasta encontraba un


novio pa la Cati y me moría tranquila. ¿Te imaginas, Cati?

CANTINA

La Cati no viene con nosotros.

MADRE CABALLO

¿Por qué? Ella sí que entiende de pucheros...

CANTINA

¡No quiero cargar con la niña!

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) ¿Y qué hago con ella? ¿La ahogo?

CANTINA
¡Que se busque la vida!

MADRE CABALLO

¿Cómo? Si ya ni pa puta sirve. Canti, te he esperao tres años. He echao al


Cura. ¡No me pidas que deje a la niña en la cuneta!

CANTINA

¡No la quiero en la taberna, Dora!

MADRE CABALLO

¡O las dos o ninguna!

CANTINA

¡Me da asco!

MADRE CABALLO

(Tras una pausa.) Vete de aquí, mala sangre. ¡Vete de mi vista! (Se aparta)
¡Cati!

La CABALLO se aleja del furgón buscando a su hija. El CANTINA suspira,


toma su maleta y se larga. Se oye un cante.

Corales y anillos de oro, zarcillos puros de nácar, los rosales se le inclinan


cuando la Madre Caballo pasa.

Madre Caballo no hay más que una, y no hay un hombre en el mundo


que te mida las hechuras.
8.- Noche cerca del poblado. Seis meses después.

La furgoneta aparcada con las luces encendidas. En el radio-cassette puesto al


mínimo volumen, canta un flamenco. La CATI, sola, con sus tacones rojos, baila suave
junto al furgón. De repente se detiene. Corre a la cabina y apaga el radio-cassette.
Escucha que alguien viene y sube corriendo a esconderse en la baca. Al poco entra
ROMPETECHOS procedente del poblado, seguido de la MADRE GITANA que trata
de agarrarlo.

ROMPETECHOS

¡Saca los niños al campo!

MADRE GITANA

¡No, Manué! ¡Vuerve!

ROMPETECHOS

¿Por qué me sigues? ¡Estas son cosas de hombres!

MADRE GITANA

¡Manué, antes muerto que chivato! ¡Tú eres gitano!

ROMPETECHOS

¿Yo? ¡Soyunpringao!

Entran ligeros el COMISARIO y el SARGENTO con las armas en la mano. La


MADRE GITANA se marcha corriendo.

SARGENTO

¿Y esa compaña?

ROMPETECHOS

A la paz de Dios, señores. Es mi mujer. No hay cuidao.

COMISARIO
¿Están fijos tus primos?

ROMPETECHOS

Al otro lao de los pinos. Si vais ahora les pilláis durmiendo.

SARGENTO

Tú vienes con nosotros.

ROMPETECHOS

Más despacio. Si sale to bien...

COMISARIO

Tendrás lo que hemos hablado.

ROMPETECHOS

Me juego mucho en esto.

SARGENTO

Como todos.

ROMPETECHOS

Y ni un tiro de más.

SARGENTO

Rompetechos, saldrá bien.

COMISARIO

Ve tú delante.

ROMPETECHOS

Donde veáis el Mercedes aparcao, allí entráis.

ROMPETECHOS se marcha corriendo. La CATI asoma la cabeza desde la baca


de la furgoneta y espía sin que la vean.

COMISARIO

Al llegar, le das un tiro. No quiero un gitano vivo.

Entre los pinos se oye un silbido en clave.

SARGENTO

Ahí están los espaguetis.

El COMISARIO responde con otro silbido.

COMISARIO

Empezamos por los padres y acabamos por los hijos.

Montan las armas y salen decididos. Al momento la CATI saca la cabeza, salta
de la baca y trata de gritar mirando al poblado. Luego pone el loro a todo volumen, trepa
al techo del furgón y empieza a dar zapatazos que acaban en frenético taconeo. Al
momento regresan corriendo el COMISARIO y el SARGENTO al escándalo que
monta.

COMISARIO

¡Apaga esa radio!

El SARGENTO corre a la cabina y apaga la radio. La CATI sigue bailando.

SARGENTO

¡Niña, deja los tacones! ¡No hagas ruido!

COMISARIO

¡Quiere dar el agua a su manera!

SARGENTO

¡Está medio loca, comisario! Conozco a la madre.

COMISARIO

¡Loca o cuerda hay que pararle los pies! ¡Va a despertar al poblao! ¡Niña!
Apunta su arma hacia la CATI.

SARGENTO

¡A tiros no! ¡Sabrían que hemos venido!

COMISARIO

¡Cono, pues dale dos hostias, tú que la conoces!

La CATI sigue taconeando. El SARGENTO trata de trepar al techo de la


furgoneta, pero la CATI le rechaza golpeándole con una pieza de tela.

SARGENTO

¡Cati, déjalo ya!

COMISARIO

¡Sargento, hay que acabar con esto!

SARGENTO

¡Arranca la furgoneta y sácala de aquí!

COMISARIO

¡No tiene las llaves!

La CATI taconea cada vez más feliz.

SARGENTO

Cati, ¿quieres parar?

COMISARIO

¡Te voy a prender fuego, hija de puta!

SARGENTO

¡El olor despertaría a los gitanos!


COMISARIO

¡Se van a despertar de todas formas!

SARGENTO

¡Niña!

El COMISARIO apunta y dispara varias veces contra la CATI. Esta recibe los
impactos, pero sigue taconeando a duras penas hasta que se dobla y cae muerta sobre el
furgón. Al momento se oyen voces dando el agua. Luego empiezan a oírse más disparos.
El COMISARIO silba y salen corriendo en dirección contraria al poblado. Comienza a
sonar una guitarra que ahoga el ruido de la balacera.

SARGENTO

(Al cadáver.) ¡Estarás contenta...!


9.- Al amanecer de esa noche, un bosque de pinos.

La MADRE CABALLO, sola, vestida y enjoyada como una gitana rica, con
grandes pendientes, pulseras y cadenas de oro y un clavel grande en el moño, espera
quieta, con la mirada fija, mientras el SARGENTO termina de clavar sobre la tumba de
tierra una pobre cruz formada por dos cañas atadas con una cuerda. A su lado una pala
y a los pies de la tumba los zapatos de flamenca. El SARGENTO termina y se aparta.

SARGENTO

Listo. ¿Necesitas algo más? (La MADRE calla) Dora, ya sabes que lo
siento. Es culpa del negocio. La niña se empeñó y hubo que callarla.

La CABALLO le mira. El SARGENTO no le aguanta la mirada.

SARGENTO

Si decides quedarte, sabes que puedes contar conmigo. Dora, esto es una
puta mierda, pero nosotros no lo hemos inventado. La Cati, el Caraculo, tú, yo
mismo... Siempre los mismos pringaos pagando el pato para que el negocio siga
en marcha.

MADRE CABALLO

¿Has acabao?

SARGENTO

No te tortures. Hay que tirar palante, como siempre.

MADRE CABALLO

¿Has acabao? (ElSARGENTO calla) Entonces, déjanos solas...

SARGENTO

Caballo...

MADRE CABALLO

¡Vete a decir pamplinas a otro sitio!


Silencio.

SARGENTO

Si me buscas, seguiré en mi puesto.

El SARGENTO se santigua y se aleja. La MADRE CABALLO se quita el clavel


del moño y lo deja sobre la tumba.

MADRE CABALLO

Te lo tenía dicho, Cati. ¿Quién te manda a ti meterte en líos? Esta guerra


no es nuestra. Si quieren matarse, que se maten. Nosotras a lo nuestro. De aquí
pa allá, de allá pa acá y sin casarnos con nadie. He comprao una resina mu rica,
pa subir al norte, a lo verde... Por eso he tardao. (Pausa) Qué faena me has
hecho. ¿Quién va a conducir la furgoneta? Si volviera tu hermano... Pero sabrá
Dios dónde andará ese demonio. El sargento dice que lo han visto en un
mercante. Mala entraña de hijo que se va sin despedirse. Como tú. Como el
Caraculo. Me habéis dejao sola. (Pausa) ¿Quién va a conducir ahora el furgón?
Yo no sé. Yo soy mu bruta. Si no subo al norte son capaces de quitarme la
palanca. ¡Y eso, ni pensarlo! (Pausa) Te hubieran gustao las montañas.

Besa la cruz y sube a la furgoneta. La arranca. Echa a andar a trompicones,


acelerando con mucho estruendo y haciendo crujir la caja de cambios, hasta que por fin
desparece entre los pinos. Detrás queda sola la tumba y una soleá.

Madre caballo, qué te ha pasao, ¿que a tos tus hijos has devorao? Madre
Caballo, huye del hambre, tira palante y no mira atrás. Tira palante, palante,
palante, palante, palante y no mira atrás.

Madre Caballo, ¿a dónde vas, por el camino del alquitrán?

Soy la caballo, huyo del hambre, hay que tirar palante y nunca mirar
atrás.

Y al compás de la solea se va haciendo el oscuro final.

Antonio Onetti Sevilla, 1997.

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