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Salud Públ. Méx.

Epoca V. Volumen 1. Núm. 2.


Octubre-Diciembre. México. D. F.

MICOSIS EN MEXICO
Antonio GONZALEZ. *
Amado GONZALEZ MENDOZA. *

El estudio sistematizado de los padecímien- ciertas entidades del país, donde han sido ob-
tos por hongos .en México. principia en 1940 servadas especialmente algunas micosis.
con la creación del Laboratorio de Micología
DERMATOMICOSIS
en el Instituto de Salubridad y Enfermedades
Tropicales. Antes de esa época existían alqu- Las dermatomicosís, son. como en cualquier
nos estudios ocasionales sobre las tiñas y sus otro país, las enfermedades por hongos más
agentes etiológicos. y el informe de uno que frecuentes. particularmente las dermatofitosis.
otro caso clínico de micosis profundas. como Para facilitar la revisión de este grupo de mi-
micetoma. esporotricosis, actinomicosis. cosis superficiales se mencionarán separada-
Recientemente uno de nosotros (González mente las dermatofitosis, la pitiriasis versíco-
Ochoa, (1955) (1) presentó una comunicación loro el eritrasma, la tinea níqra, la moniliasis
sobre el Status de las Enfermedades por Hon- superfciial y la otomicosis.
gos en México. en la que se ponía de manífíes- DERMA TOFITOSIS.- Prácticamente to-
to que, dadas las variadas condiciones bíoqeo- das las especies de dermatofitos, así como las
gráficas del país, todas las enfermedades por formas clínicas y localizaciones de las lesiones
hongos descritas en la bibliografía cosmopoli- que producen, han sido observadas en México,
ta habían sido observadas en México, con ex- pero existe un hecho llamativo por lo que se
cepción de la piedra negra o tropical. refiere a la frecuencia de Trichophyton tonsu-
La presente revisión comprende las aporta- rans. la que sin duda es la especie de mayor
ciones micológicas que consideramos dignas de importancia en México, no sólo por lo que to-
mención dado el significado que han tenido ca a la tinea capitis de la que prácticamente el
en la difusión de la especialidad en el país, 90 % es debida a esta especie, sino por lo que
por haber aportado algún dato original al co- se refíere también a la producción de lesiones
nocimiento de la micología mexicana o de las ungosales y de la piel lampiña.
Américas, haciendo caso omiso de multitud de a) Tinea capitis.-González Ochoa y Ro-
comunicaciones sobre casos clínicos en que só- mo (1945) (2) realizaron uno de los prime-
lo se citan otras observaciones más de padecí- ros estudios tendientes a investigar las díver-
míentos micológicos comunes en nuestro me- sas especies de dermatofitos causantes de la
dio. En la presente exposición seguiremos la tinea capitis en nuestro medio; para este efecto
secuela de agrupar los datos de experimenta- fueron estudiados 268 casos, en los que se
ción, de clínica o de terapéutica micológicas en pudo observar que las tiñas del tipo tricofítí-
concordiancia con las diversas micosis, inclu- co (91.8 %) predominaron sobre las micros-
yendo un párrafo sobre micología general y. póricas (8.2%). De las especies correspon-
además. un mapa con la situación geográfica dientes al género Trichophyton. el T. tonsu-
y división política de la República Mexicana, rans alcanzó (89.4%) de las cepas aisladas, y
ya que en ocasiones se hacen referencias a el resto correspondieron a T. mentagrophytes.
T. Schiinleini y T. violaceum. En las tiñas mí-
(*) Laborarorto (le Micología fIel Instituto de Sa- crospóricas la única especia aislada fue Mi~
lubrtdarl y Enfermedades Tropicales. crosporum canis.

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Tal vez la contribución mexicana de ma- dujeron una placa eritematoescamosa con vesi-
yor importancia a la micología médica es el culación macrosópica en determinado número
tratamiento de la tinea capitis por la depila- de sujetos. a partir del cuarto día. y cuyo es-
ción con el acetato de talio. por lo menos has- tudio histopatológico mostró esponqíosis, ede-
ta antes del advenimiento de griseofulvín. A ma intracelular y formación de vesículas; los
Cicero (1919) (3) se debe el haber puntua- mismos inoculi, aplicados en las mismas con-
lizado la dosis depilatoria carente de efectos diciones. en el otro antebrazo del mismo suje-
tóxicos de importancia. y además normas del too pero adicionados de florocortisona a la con-
tratamiento. Posteriormente otros dermatólo- centración de 0.2%. evitó la respuesta inflama-
gos mexicanos entre los que se debe mencio- toria en todos los sujetos. La aplicación de los
nar a González Ureña (1925) ( 4) y a Gon- mismos inoculi, en las mismas condiciones. pe-
zález Herrejón (1919) (5) significaron en la ro sometidos al autoclave (20 minutos a 15
difusión de este recurso terapéutico que llegó Ids) produjeron el mismo tipo de respuesta ín-
a emplearse en otros países. flamatoria que en el caso primero. en los su-
b) Tinea pedis, corpotis, crutis, favosa e jetos previamente sensibilizados a los derma-
imbricata.-Gononzález Ochoa y Lavalle tofitos, sólo que a los 8 ó 10 días de íncuba-
( 1947) ( 6) estudian la frecuencia de los dí- ción; y estos mismos inoculi muertos. adiciona-
versos hongos causantes de las tiñas de la piel dos de florocortisona. no produjeron la respues-
lampiña. utilizando el material recogido en 52 tao eczematosa. De lo anterior concluyeron que
casos. Como resultado de esta exploración se el mecanismo fundamental en las dermatofitosis
obtuvieron los siguientes datos T. menteqro- de la piel lampiña. es el de sensibilización. pro-
phytes fue aislado en el 30.9% de los casos. duciéndose una lesión alérgica eczematosa. .
le siguieron en orden de frecuencia M. cenis, De todos los médicos. y particularmente
T. tubtum, T. tonsuiens, E. floccosum y T. de los dermatólogos. son bien conocidos los
concentricum. En este estudio se señalan ade~ problemas que implica la curación de algunOs
más algunos aspectos clínicos. epidemiológicos casos de tinea corporis generalizada por T ri~
e inmunológicos de ciertas tiñas de la piel chophyton tubtum, la tenaz persistencia de la
lampiña. tinea unguis con la constante extensión del
Después de la primera mención sobre la proceso a pies y manos. los peligros potencia-
existencia de la tinea imbricata en el país (Gon- les de la depilación por los rayos X y por el
zález Ochoa y Lavalle, (1947) ( 6). N úñez acetato de talio en la tinea cepitis, y la incu-
Andrade (1953) (7) comunican el hallazgo de rabilidad de los raros casos de granulomas tri-
siete casos y presentan datos epidemiológicos. cofítícos, como los de las variedades Azulay y
clínicos. de laboratorio. de anatomía patoló- Wílson-Kremer. La reciente aplicación del gri~
gica y de tratamiento sobre esta dermatofíto- seofulvín, parece haber traído la solución a los
siso y Estrada y Lavalle (1956) (8) señalan el problemas mencionados. En una publicación
primer caso autóctono de la Ciudad de Mé- reciente González Ochoa y Ahumada (1959)
xico. ( 12) comunican los resultados del tratamiento
c ) Tinea ungium.-En fecha más reciente de 20 casos de diversas dermatofitosis trata-
(González Ochoa y Orozco. 1959) (9) se han das con este antibiótico; el lote de enfermos
completado los estudios sobre la repartición de comprendió casos de tinea corporis localizada
las especies de dermatofitos en las diferentes y generalizada. de tinea capitis, unqium, cruris
localizaciones de las dermatofitosis en Méxí- y pedís. con diversas formas clínicas; losaqen-
co, encontrándose que en la tiña de las uñas tes etiológicos correspondieron a T. tonsurens,
se aisla ton mayor frecuencia T. tumbtum, se- T. rubtum, T. mentagrophytes y M, canis; a
guido de T. tonsutens y T. mentagrophytes. pesar de que en estelote se comprendieron ca:-
Otros aspectos en relación con las detme- sos en que el tiempo ide evolución de las ín-
tofitosis.-La primera y única comunicación fecciones varió de dos semanas a treinta años.
que indica la existencia de. Microsporum gy~ y las edades entre' los .cuatro . a los ochenta
pseum en México es la Schnaas y González .años. así como que estuvieron "representadas
Ochoa (1958) (10) quienes señalan su existen- las más diversas formas clínicas y diferentes
cia en la tiña del perro. ,, agentes, etiológi~os;, todos los -enfermos .cura-
González Ochoa y Córdova (1957) (11) ron. Dada la efectividad del antibiótico. '.su
realizan un estudio tendiente a demostrar la Iácílmanejo-f vía oral) y·la aparentecarencia
importancia del factor sensibilización en ,las de toxicidad. se- tíene ·~I" proyecto-, de: ..hacer
dermatofitosis de la, piel lampiña., para-veste tratamientos en- masa eIJ. .aquellos.centrOs··de
efecto. se llevaron a cabo inoculaciones con asistencia donde se alojan niños. y la tínea ca-
dermatofitos (T. mentagrophytes. Tvconcen- pitis ,constituye una' manifestación endémica;
tricum y M. canis) -en-Ia cara interna del an- para el efecto se investigan nuevos esquemas
tebrazo de voluntarios normales. las que pro- de tratamiento que asociados a otros recursos

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complementarios prácticos. nos señalen la do- partición de levaduras del género Cándida. en
sis y tiempo mínimos del suministro de gri- materias fecales diarreicas. antes de la difu-
seofulvin. sión de los antibióticos de amplio espectro. o
PITIRIASIS VERSICOLOR.-Esta der- sea datos obtenidos en 1947. con datos simila-
matomicosis es sumamente común en las zonas res obtenidos en 1957. es decir. en plena épo-
costeras del país. tanto del Golfo de México ca de generalización de esos antibióticos de
como del Océano Pacífico. González Ochoa amplio espectro; sus resultados muestran que
( 1955) (13) menciona la predominancia de las de un 44% de portadores del C. albicans en-
formas acrómicas que deben ser consideradas contrados en 1947 .las cifras aumentaron a un
en el diagnóstico diferencial del mal del pin- 70% en 1956. y por lo que se refíere a la re-
to. particularmente en el Estado de Chiapas partición de las especies del género Cándida
donde ambos padecimientos existen y la piti- parece que dichos antibióticos han influido en
riasis versicolor presenta localizaciones poco el incremento de C. tropicalis y la disminución
usuales. como en las extremidades. El mismo de C. pseudotropicalis.
autor. González Ochoa (1956) ( 14) revisa Posteriormente González Ochoa ( 1957)
las diferentes formas clínicas del padecimiento ( 16). dando por aceptado el incremento de le-
y hace consideraciones sobre la distribución vaduras del género Cándida, como consecuen-
geográfica. diagnóstico diferencial. diagnósti- cia de la terapia por antibióticos de amplio es-
co micológico y tratamiento; por lo que se re- pectro y sulfonamidas, insiste en que no debe
Iiere al tratamiento micológico llama la aten- ser confundido el aumento en el número de
ción sobre la posible confusión de Malazesia portadores asintomáticos de grandes cantida-
fu'rfur con Pityrosporum ovale. des de levaduras. lo que es un hecho biológi-
ERITRASMA.-Con relación a esta mi- co, con el aumento en la frecuencia de moni-
cosis superficial. de repartición cosmopolita. líasis, o sea el hecho patológico, el que ha sido
González Ochoa (1955) (13) señala que en al- exagerado; en el mismo trabajo el autor pun-
gunas zonas tropicales del país existen casos tualiza algunas precauciones que deben tomar-
de localizaciones aberrantes como son las de se en cuenta antes de establecer un diagnósti-
la región inferior del abdomen. espacios ínter- co micolóqico de moniliasis.
digitales del pie y otras partes del cuerpo. don- González Mendoza y Bojalil (1958) (17)
de las superficies cutáneas permanecen en con- efectúan un estudio tendiente a conocer la fre-
tacto. como el surco interglúteo y pliegues ín- cuencia de C. albicans en el esputo de enfer-
framamarios. mos tuberculosos; comparan sus resultados con
TINEA NIGRA.-Sobre esta derrnatomí- los obtenidos por otros autores en estudios si-
cosis no existen más aportaciones que la de milares realizados antes de la introducción de
González Ochoa (1955) ( 13) señalando su la estreptomicina en el tratamiento de la tu-
existencia en el país y su rareza. berculosis, y deducen que dicho tratamiento
no ha modificado la frecuencia de la levadura
CANDIDIASIS O MONILIASIS
en los enfermos tratados con ese antibiótico.
Comprendemos bajo el término moniliasis. Sánchez Marroquín (1958) (18) estudia,
que en México se sigue prefiriendo al de can- con fines toxonómicos, algunas relaciones exis-
dídíasis, a las infecciones originadas por le- tentes entre diversas especies del género Cán-
vaduras del género Cándida, particularmente dida, teniendo como base los caracteres mor-
por C. elbicens, estableciéndose el distingo en- fológicos, fisiológicos y bioquímicos; encuentra
tre moniliasis superficial y moniliasis profunda que C. lipolytica, C. zeijlenoides, C. tropicelis,
o metastática. considerando bajo el término de C. robusta. C. curvata, C. soleini. C. utilis y
moniliasis superficial a las infecciones que pro- C. melibiosi son una misma especie, lo mismo
ducen esas levaduras en la piel. las -uñas y mu- que C. albicans y C. cleusenii: por otra C. pa-
cosas externas. infecciones que por, su patoge- rapsilosis y C. guillermondivar membreneele-
nia. sistematología y benignidad. son claramen- ciens están estrechamente relacionadas aunque
te distintas de las moniliasis profunda o me- presentan algunas diferencias bioquímicas. El
tastática. autor-concluye que cuando se emplea un nú-
A cerca de este tema presentaremos las mero reducido de compuestos de carbono fre-
contribuciones mexicanas bajo -tres - aspectos: cuentemente se observan similitudes que con-
estudios sobre levaduras del gillero Cándida. ducen a apreciaciones-falsas, por lo que es de
estudios en relación con la moniliasis superfi- recomendarse la utilización sistemática de un
fícíal, y estudios en relación con la moniliasis número más grande de los mencionados com-
metastática. puestos.
a) Levaduras del género Céndide.s=Gcm- b) Moniliasis superficial.-González Ochoa
zález Ochoa y Sandoval (1956) (15) presentan et al. (1955) (19) ensayan la nystatina en 75
una exploración acerca de la frecuencia y re- casos de moniliasis oral del niño; sus resulta-

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dos muestran que el antibiótico fue de un valor tamiento o de revisrones del tema. Entre es-
terapéutico excelente. En fecha posterior Gon- tas comunicaciones cabe mencionar la de Gon-
zález Ochoa y Domínguez (1957) (20) realizan zález Ochoa (1955) (25) en la que se discute
un trabajo tendiente a esclarecer algunos pun- la similitud clínica del micetoma de tórax con
tos en relacón con la patogenia y epídemiolo- invasión pulmonar por N. bresiliensis, con la
gía de la moniliasis oral del recién nacido; pa- actinomicosis pulmonar con invasión de las pa-
ra el efecto fueron estudiados casos en tres redes del tórax, sugiriéndose para estos cua-
instituciones de diversos niveles económico y dros clínicos el término de micetoma toraco-
social en la Ciudad de México, en las que se pulmonar, y haciendo hincapié en que la pa-
investigaron los siguientes datos: a) Irecuen- togenia de la infección, recabada por la ana-
cia de la moniliasis en niños a término y en mnesis del enfermo, establece el distingo en-
prematuros, b) frecuencia de la enfermedad tre ambas etiologías, distingo indispensable da-
en relación con la permanencia del niño con da la diversidad de tratamiento. Latapí (1956)
la madre o separado en cuna, c ) frecuencia (26) publica un amplio estudio del micetoma
del padecimiento en relación con la alimenta- actinomicósico que incluye desde el aspecto
ción al pecho o con biberón, d) existencia de histórico en nuestro medio hasta los más re-
contactos moniliásicos, principalmente la ma- cien tes problemas relacionados con el trata-
dre, y c) aplicación previa de antibióticos en miento, presentando el estudio y análisis de
los niños y en las madres. De sus resultados 100 casos.
concluyen que las circunstancias que parecen Diversos trabajos se han llevado a cabo
condicionar de manera más directa el padecí- sobre la sensibilidad de los actinomicetes cau-
miento, exceptuando el nacimiento prematuro, san tes de micetoma a diversos fármacos. Bo-
parecen ser el contacto íntimo del niño (en la jalil y Shiel (1950) (27) estudian la actividad
misma cama) con la madre y la alimentación Hin oitro" de la díazona, pronamída, furacin y
al pecho. ácido paramino salicílico sobre N. bresiliensis,
e) Moniliasis profunda o metastática.- N. asteroides, N. madurae y N. Pelletieri: sus
Quíjano (1958) (21) discute algunos aspectos resultados señalan que las sulfas estudiadas in-
de la moniliasis como posible complicación hiben el crecimiento de N. bresiliensis a con-
postoperatoria en intervenciones quirúrgicas, y centración de 0.02 mg/ml. González Ochoa
la relación que dicha situación puede guardar et al. (1952) (24) exploran la acción de la 4.4
con la administración de antibióticos. díamíno-dífenil-sulfona (DDS) sobre N. bre-
siliensis, tanto in uitro como en la infección
MICETOMA
experimental del ratón y en casos humanos
Dentro del síndrome micetoma, compuesto de micetoma; los resultados obtenidos ponen
por tumoración, fístulas y granos, el micetoma de manifiesto la sensibilidad del microrqanis-
actinomicósico es mucho más importante que mo in vitro y la efectividad del tratamiento en
el maduromicósico, éste representa en México los casos humanos, pero en la infección expe-
menos aun que el 1 % de los casos de míce- rimen tal no obtuvieron resultados concluven-
toma. tes. González Ochoa et al (1953) (28) y Gon-
MICETOMA ACTINOMICOSICO.- zález Ochoa y Macotela (1955) (29) notifican
El micetoma por Nocardia bresiliensis, junta- la inutilidad del vainillato de etilo y de la
mente con la esporotricosis, constituyen los dos preqnenolona, en el tratamiento del micetoma
principales problemas de la patología mico- actinomicósico por N. bresiliensis, medícamen-
lógica nacional. En esta micosis México ha tos considerados, en esa época, como útiles en
hecho aportaciones dignas de mención, entre micetoma y nocardiasis. Posteriormente Gon-
otras el llamar la atención sobre la preponde- zález Ochoa y Ahumada (1958) (30) comuní-
rancia de N. bresiliensis como agente causal, can las ventajas de la forma inyectable de la
en relación con los otros actinomicetes pató- DDS. sobre la vía oral, en ciertos casos de
genos, González Ochoa, (1942) (22) y (1945) micetoma por N. btesiliensis, particularmente
( 23 ), preponderancia no sólo en el país sino la de una reducción notable en la duración del
para las regiones subtropicales y tropicales de tratamiento.
las Américas, y probablemente de otros conti- En el capítulo de estudios inmunolóqicos
nentes; además en México fue donde se oriqi- de los actinomicetes González Ochoa y Váz~
nó el tratamiento de esas micosis con la día- quez (1953) (31) presentan un estudio sobre
míno-difenil-sulfona .González Ochoa, (1952) las relaciones serológicas de las principales
( 24) fármaco que hasta la fecha ha demos- especies patógenas, puestas de manifiesto por
trado mayor actividad. . reacciones de precipitación; en su estudio in-
En los últimos diez años han aparecido cluyen 21 cepas. algunas de la misma especie.
multitud de comunicaciones sobre casos clíní- otras con diferentes nombres pero considera-
cos con alguna pecularidad, problemas de tra- das por los autores como sinonimias. especies

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válidas y Streptomqces no patógenos; sus re- bre la confusión lamentable que se hace entre
sultados muestran que N. asteroides, N. bte- los términos micetoma actinomicósico y nocar-
siliensis y A. bovis tienen un antígeno común diasis, González Ochoa (1955) (13), (1957)
entre sí, pero que difiere de los de N. medu- (37) ha venido insistiendo sobre este error tan
ree, N. Bettetieti, N. somaliensis y N. para- difundido, inclusive en textos especializados. El
guayensis, así como de los Streptomyces no micetoma actinomicósico está constituído por
patógenos incluidos en el estudio; que las an- tumuraciones fistulosas con granos formados
teriores especies N. Madurae y N. Pelletieri por el apelotonamiento del micelio de un acti-
muestran precipitación cruzada; N. somelien- nomicete, sea del género Nocerdie, sea del
sis sólo precipita en presencia del suero homó- género Streptonujces, mientras que el término
logo, mientras que N. paraguayensis cruza con Nocardiasis (seudotuberculosis) connota in-
Str. elbus, Str. griseus y Str. leoendulee. Gon- fecciones granulomatosas pulmonares, menin-
zález Ochoa y Baranda (1953) (32) trabajan go-encefálicas o subcutáneas, en las que el ac-
sobre una intradermorreacción en casos de mi- tinomicete causante, Nocardia asteroides, adop-
cetoma por N. bresiliensis, con un carbohídra- ta el aspecto de cortos filamentos ramificados
to extraído· de ese ectinomicete, y encuentran o formas bacilares ácido-resistentes, muy seme-
que dicha reacción tiene especificidad suficien- jantes a Mycobacterium tuberculosis.
te como para ser considerada como diagnósti- En México han sido observados casos de
co, observan resultados negativos en casos de nocardiasis de localización pulmonar, meninge-
micetoma muy avanzados y con gran ataque al encefálica y subcutánea (González Ochoa, ca-
estado general, relacionando esa energía con sos no publicados), de los que ha sido aisla-
un mal pronóstico. El estudio de González da la N. asteroides.
Ochoa y Vázquez (1953) (31), sobre las rela-
ciones serológicas de algunos actinomicetes, ya ACTINOMICOSIS
mencionados, conduce a González Ochoa y
Sandoval (1955) (33) a revisar la posición ta- La relativa frecuencia con que se observan
xonómica de las especies medutee. Pelletieri infecciones por Actinomyces bovis en México,
y paraguayensis que venían siendo considera- preferentemente en su localización cérvíco-Ia-
das como pertenecientes al género N ocardia; cial, explica la carencia de comunicaciones por
estos autores sugieren que dichas especies sean considerárseles como banales. Desde el pun-
trasladadas al género Streptomyces en vista de to de vista clínico la actinomicosis cabría con-
que no fragmentan y producen conidias en siderarle como un micetoma actinomicósico de-
medios naturales. Posteriormente estos mis- bido a un actinomicete anaerobio ( González
mos autores, González Ochoa y Sandoval Ochoa (1957) (37), puesto que se trata de tu-
( 1946) (34) hacen una revisión de las supues- moraciones fistulosas con granos actinomicó-
tas especies de actinomicetes causantes de mi- sicos; pero la diversa distribución geográfica
cetoma descritas en la literatura, y tomando en de la actinomicosis (cosmopolita) y del míce-
cuenta las especies que se aislan en México, toma (regiones tropicales y subtropicales) así
país donde el micetoma actinomic6sico es un como la diversidad en la patogenia de la in-
padecimiento muy frecuente, concluyen que la fección, localización de las lesiones y "habi-
especie más importante es N. bresiliensis, y tat" de los microorganismos causantes, son
en mucho menos proporción. Str. medutee, Str. factores que explican las retiscencias de los
Pelletieri y excepcionalmente N. asteroides; autores de países donde no existe el míceto-
además presentan un estudio morfológico y ma para considerar a la actinomicosis como un
bioquímico de las .especies descritas como N. micetoma. .' .Ó.'. .. ": ..:. .' ,

,leishmanii, N. convoluta y 'N. phenotolerens . Algunos trabajos en relación cop:A. bovis


sugiriendo que deben caer en sinonimia de N. y la infeción que produce ya fueron citados a
asteroides, y las especies N. trensoelensis, N. propósito del párrafo correspondiente a míce-
pretoriana serían sinonimias de N. bresiliensis. toma actinomicósico, como son los relativos a
MICETOMAMADUROMICOSICO.-'- la localización toraco-pulmonar de la actino-
Este tipo de micetoma como ya se señaló,es micosis, González Ochoa (195}) (25), y las
muy raro en México, González Ochoa y Oroz- .relacíones serológicas que A.bovis tiene con
co (1951) (35) ha reportadocasos por Ceohe- nocardiasís, González Ochoa y Vázquez (1953)
losporium, Madurella y"Monosporiu"j, Y Men- (30). El n;.is'mo autor, González Ochoa, (1949)
díola (1947)( 36) un caso por M onospotium (38) presentó los resultados de una' ex-
epiospetmen .. ploración sobre la susceptibilidad y de 3 ce-
pas de A. boois, a la sulfadiazina, penicilina,
NOCARDIASIS estreptomicina ypromina. encontrando que la
penicilina tiene mayor actividad y constancia,
Querernos pronunciarnos, una vez más, so- a esta la ,sigue la sulfadiazina, que la estrep-

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tomicina es de acción más variable, lo que pa- la morfología microscópica de S. Schenckii en
rece condicionado a la cepa, y finalmente que cultivo.
la promina solamente produce ligera inhibición En relación con los aspectos inmunológicos
a concentraciones altas.· el trabajo de González Ochoa v Soto Figue-
roa (1947) (40), a que se ha hecho mención,
ESPOROTRICOSIS se refiere a la obtención de dos polisacáridos
obtenidos de S. Schenckii, los que no se mues-
Dada la frecuencia de la esporotricosis en tran antigénicos, pero son capaces de precipi-
el país, tal vez sea en este padecimiento donde tar con los sueros homólogo y heterólogo de
México ha contribuido más en el conocimiento conejo y con el suero de casos humanos de es-
de algunos aspectos de esta micosis. Los con- porotrícosís, si bien este hecho no es constan-
ceptos fundamentales del tema se encuentran te, en cambio inyectados intracutáneamente
reunidos por González Ochoa en el capítulo producen una reacción inflamatoria en casos
sobre esporotricosis del Handbook of Der- de esporotricosis. González Ochoa y Salinas
matoloqy" editado por Símmons (1953) (39); ( 1953) (42) vuelven a tomar el estudio de los
en este se presenta una' clasificación patogenica polisacáridos del S. Schenckii y encuentran
de la esporotrícosís, la que ha sido adaptada que las reacciones de precipitación muestran
ya por otros autores, y que tiene como base resultados inconstantes y que las de fijación
el futuro que siga el Sporotrichuni Schenckii, del complemento no pueden ser utilizadas por-
después de su entrada al tegumento, es decir, que esas substancias son antícomplementarias,
a partir del chancro esporotricósíco, sea que pero afirman la especificidad de ese antígeno
se disemine por vía linfática, o que no se di- en las pruebas cutáneas, observando que la
semine sino que permanezca "in situ", o que reactividad cutánea tendería a desaparecer al
se disemine por vía sanguínea, condicionarían curar la enfermedad.
tres tipos: el tipo linfangítico, el fijo y el he- Por lo que se refiere a estudios micológicos
matógeno respectivamente, estos tipos com- de S. Schenckii, González Ochoa y Soto Pachc-
prenden formas clínicas que tienen como base co (1950) (43) estudian el desarrollo del hon-
aspectos morfológicos. En el tipo linfangítico go a partir de pus tomado de gomas esporotrí-
habría dos formas clínicas: gomosa ascenden- cósicos colocado únicamente en presencia de
te de las extremidades y gomosa de otras re- suero fisiológico más penicilina, señalan el po-
giones; la razón para establecer estas dos for- limorfismo del aspecto parasitario del hongo
mas clínicas se debe a la sistematización mor- encontrado dentro de las células de pus, y
fológica de los linfáticos en las extremidades, a partir de estas formaciones describen el ci-
a diferencia de los de cualquiera otra región, clo del hongo desde la fase parasitaria hasta
lo que conduce a la tan característica imagen la producción de la fase micelial; como secuen-
clínica de lesiones gomosas de aparición as- cia de la observación anterior notifican el efec-
cendente, siguiendo líneas más o menos para- to perj udicial de la penicilina en los casos de
lelas, y que dífíere de las gómas o nódulos, esporotricosis.
sin ordenamiento alguno, cuando aparecen en Finalmente, González Benavides (1952)
cara, cuello o tronco. El tipo fijo, en el que (44) tomando en cuenta la significación que
no hay diseminación, sólo se produciría un tiene el zacate de empaque en la transmisión
agrandamiento del chancro, el que adopta as- de la esporotricosís, hecho observado por va-
pectos ulceroso, oertucoso, ecneiiorme, de pla- rios investigadores mexicanos, y la frecuencia
ca infiltrada, o de placa etitemeto-escemose con que el padecimiento se presenta en los al-
(psoriasiforme) , que caracterizan esas cinco fareros, sugiere se le considere como enferme-
formas clínicas. En el tipo hematógeno la di- dad profesional entre los que se dedican a
seminación sanguínea el S. Schenckii produce esa actividad, basando esta sugestión en la ob-
la aparición de los elementos gomosos en for- servación de 16 casos.
ma bilateral. sobre todo el, tegumento, de' lo
que resulta la forma clínica gomosa disemina- CROMO MICOSIS
da. En ese mismo trabajo se hace hincapié
en que a medida que se ha ensayado la reac- El primer caso mexicano fue diagnostica-
ción cutánea con el polisacárido de S. Schenckii do histológicamente por Martínez Báez (1940)
González Ochoa y Soto Figueroa, (1947) (40) (45) y confirmado con el aislamiento' del H ro-
se ha comprobado, cada vez más, su alta es- modendrum Pedrosoi por González Ochoa
pecificidad. ( 1941) (46). A partir de esa fecha la enferme-
En el orden de los conocimientos clínicos dad ha' sido observada con relativa frecuencia
Sánchez Marroquín (1947) (41) mencional al y en sujetos procedentes de diversos Estados;
gunas de las características clínicas de casos sin embargo, los muchos casos encontrados
observados, y expone algunos datos acerca de permanecen inéditos o son presentados en se-

109
sienes clínicas, y sólo excepcionalmente se han Las exploraciones sobre reactividad cutá-
hecho publicaciones al respecto; un ejemplo de nea a la coccidioidina realizadas en diversas
éstas es la de Aceves (1956) (47) en que pre- regiones del país muestra una distribución muy
senta algunos casos de cromomícosís junta- amplia del padecimiento. Glusker y Fuentes
mente con otros padecimientos por hongos. Ro- Villalobos no encuentran reactores cutáneos en
dríguez (1956) (48) presenta una revisión del población pura de los Estados de Guanajuato,
tema y comunica dos casos tratados con cal- Yucatán y Veracruz. González Ochoa y Mar-
ciferol, de los que uno curó clínica e histo- cos (1952) (57) también en población pura de
patológicamente. Más recientemente Novales la región noroeste del país señalan una inci-
( 1956) ( 49) comunica un caso tratado satis- dencia de 17%, la que se reduce a 13.4% al
factoriamente con diamíno-difenil-sulfona: la descartar a los sujetos que habían estado en
utilidad de este fármaco en algunos casos de la zona endémica de los Estados Unidos.
cromomicosis ya había sido señalado por Gon- Ochoa Martínez et al (1957) ( 58), encuentra
zález Ochoa (1955) ( 13). Guerrero Santos cifras de 14% de positivos en el Estado de Ja-
( 1956) (50) relata los nuevos resultados de la lisco. En la ciudad de León, Estado de Gua-
extirpación quirúrgica de la piel invadida, in- najuato. López Zanabria * encontró 22% de
clusive en casos extensos de cromomicosis, se- reactores. Slim Villegas y Aranda Reyes
guida de la consiguiente aplicación de injertos, ( 1953) ( 59) realizan la misma encuesta en
fundamentando este recurso en tres casos tra- 6704 personas residentes en el Valle de Mexí-
tados con éxito. cali, Estado de Baja California, lugar fronte-
rizo con el Estado de California, EE. UU., en-
COCCIDIOIDOMICOSIS contrando una incidencia de 20 %.
Existen algunas publicaciones que se ocu-
La primera comunicación sobre un caso pan de la revisión general de la coccídíoídomí-
autóctono de coccidioidomicosis fue la de Ma- cosis, en las que se mencionan algunos aspec-
drid (1948) (51) quien observó el padecimien- tos del problema en México, como las de Gon-
to en un individuo originario de Sonora ( Es- zález Ochoa (1949) ( 60) y Lavalle (1956)
tado fronterizo del noroeste del país con los (61) .
Estados Unidos); sin embargo, el mismo au- Apoyados en la información de Moore
tor hace la aclaración de que su enfermo había ( 1941) (62) González Ochoa y Marcos (1952)
residido durante 6 meses en Arizona, U.S.A., ( 63) trataron de obtener la fase esferular de
16 años antes de las manifestaciones sintomá- Coccidioides immitis por su inoculación en el
ticas; en esa misma comunicación el autor ex- saco viteilno y la membrana corioalantoidea
pone los resultados de una encuesta sobre reac- del embrión de pollo; para el efecto se inocu-
tividad cutánea a la coccidioidina en la pobla- laron dos series de huevos embríonados, una
ción de Hermosíllo. Estado de Sonora, practi- con la fase filamentosa y otra con es férulas
cada en 213 personas, la que acusó 22% de obtenidas del testículo de cobayo infectado; en
casos positivos en hombres y 8.2% en mujeres, ambas situaciones los autores obtuvieron úni-
En una segunda publicación el mismo Madrid camente crecimiento micelial.
( 1950) (52) notifica la existencia de tres ca- Por lo que se refíere a tratamiento de la
sos de coccidioidomicosis en sujetos que nun- coccidioidomicosis González Ochoa et al (1953)
ca habían salido del Estado de Sonora, y pre- ( 64) probaron el vainillato de etilo sin obte-
senta algunas consideraciones sobre el trata- ner beneficio con ese fármaco. González
miento quirúrgico de esta micosis. Ochoa y Rosiles (1954) (65) reportaron la cu-
Posteriormente se han observado multitud ración de un caso de coccidioidomicosis con
de casos, no sólo de los Estados fronterizos 500 mgs diarios de hidroxicloroquina durante
del norte de México, sino de otras reqíones 60 días, sin que se observaran efectos colate-
alejadas de la frontera con los Estados Unidos, rales indeseables. Este caso 6 años después
donde se localiza el área de mayor endernici- continúa enteramente sano, y se ha obtenido
dad. De la Garza y Rodríguez (1952) (55) la curación en dos casos más *.
presentan el estudio micológico e histopatoló- Schnaas y González Ochoa (1957) (66) se-
gico de cuatro casos de coccidioidomicosis ob- ñalaron un caso de infección natural por C.
servados en la ciudad de Monterrey, Estado immitis en un perro procedente del Estado de
de Nuevo León, desde esa comunicación, a la Sinaloa.
fecha, estos autores han observado más de 150
HISTOPLASMOSIS
casos en sólo la ciudad de Monterrey. * Es
de mencionarse el caso publicado por Cardona El primer caso de histoplasmosis en Méxí-
y Veláquez (1954) (56) por tratarse de una <o fue comunicado por Perrín y Martínez
localización casi exclusiva al sistema nervioso Báez (1943) . ( 67), caso que tuvo la im portan-
central. cia de ser diagnosticado meses antes de mo-

110
rir; desde entonces se han venido observan- tánea a la histoplasmina han seguido otras
do casos aislados de histoplasmosis enferme- más que sería prolijo detallar. por lo que sólo
dad o diseminada de los que no han sido pu- apuntaremos que correspondieron a 21 encues-
blicados con excepción del caso de Mendío- tas practicadas en 11 Estados del país, osci-
la y Lícona (1953) ( 68); pero en tratándose lando el índice de reactores cutáneos entre
de la infección primaria se observan con fre- 9.8% y 69.8%, correspondiendo las cifras ma-
cuencia epidemias de histoplasmosis pulmonar yores. en orden decreciente, a poblaciones de
aguda primaria, epidemias que tienen lugar en los Estados de Guerrero. Sonora, Yucatán y
espacios confinados, como cavernas o minas, Chiapas.
que están constantemente asociadas con gua- Vázquez Hoyos (1953) (73) estudia com-
no de murciélago, que se caracterizan por su parativamente las reacciones de precipitación
gravedad, las que en ocasiones alcanzan una y fijación de complemento en la histoplasmo-
mortalidad hasta del 40 %, y finalmente que sis experimental del conejo inoculado con la
se han presentado en una zona geográfica fase levaduriforme de Histoplesme cepsule-
muy amplia, ya que han sido observadas en tum: como resultado encuentra que cuando se
los Estados de Coahuila, Durango, Tamauli- inoculan células viables al conejo, las reaccio-
pas, San Luis Potosí, Querétaro, Guerrero, nes de precipitación y fijación de complemento
Nayarit y Yucatán; las anteriores característi- se comportan en forma similar; sin embargo,
cas han sido analizadas por González Ochoa cuando el animal se inocula con células muer-
( 1957) (69) quien presentó un estudio sobre 14 tas, la reacción de fijación de complemento -da
epidemias acaecidas en los ocho Estados men- resultados positivos, mientras que la reacción
cionados, estudio en que se discuten aspectos de precipitación no, practicándolas a diferen-
micológicos o inmunológicos; y, por 10 que se tes tiempos después de la inoculación en am-
refiere a las pecularídades clínicas de esta for- bos casos.
ma epidémica, Alarcón (1957) (70) publicó un La susceptibilidad comparada entre el
análisis con motivo de dos casos que observó hamster y el ratón a la infección por H. cep-
en cinco sujetos que penetraron a una gruta sulatum ha sido estudiada por González Ochoa
cerca de la ciudad de Monterrey, Estado de y Navarrete (1956) (74) encontrándose que
Nuevo León. el hamster es considerablemente más sensible
Como en la coccldíoídomícosís también en que el ratón cuando se emplean dosis de ino-
la histoplasmosis se han practicado explora- culación similares; se sugiere que el método
ciones cutáneas para fijar las zonas de ende- puede ser empleado para el diagnóstico en la
micidad del padecimiento. Entre estos estu- primoinfección en las formas leves de hísto-
dios se encuentran el realizado por González plasmosis, en las cuales frecuentemente es di-
Ochoa et al. (1948) (71) en la población de fícil demostrar el parásito por los procedimien-
Abala, Estado de Yucatán, estudio que se lle- tos habituales de laboratorio.
vó paralelamente con pruebas cutáneas a la
coccidioidina y con radiografía de tórax, los BLASTOMICOSIS
autores encontraron en 150 casos explorados
un 55.3% de reactores a la histoplasmina, Los nombres de blastomicosis Norteameri-
23.3% a la tuberculina y ninguno positivo a cana, Suramericana y Europea tienen suficien-
la coccidíoidina: la radiografía del tórax mos- te arraigo para ser conservados, sobre todo
tró en sujetos histoplasmino positivos y tuber- los dos primeros, aunque únicamente el pri-
culino negativos tres casos de calcificaciones mero justifique su connotación geográfica. Es-
pulmonares múltiples y un caso febril con le- tos tres padecimientos han sido observados en
siones parenquimatosas excavadas negativo a México aunque a la fecha son muy escasas las
bacilo de Koch. Meana et al. (1949) (72) efec- publicaciones que tratan el tema en sus diver-
túan un estudio similar en mineros y escolares sos aspectos, y puede decirse que se reducen a
de la población de Taxco, Estado de Guerre- la comunicación de algunos casos; esas publi-
ro; sus resultados mostraron 69.8% de reacto- caciones son insuficientes de ahí que sean ne-
res entre 563 mineros, y 35.7% en 208 niños; cesarios nuevos estudios y la notificación sis-
en forma simultánea se practicaron la reac- temática de los casos para conocer la distri-
ción de Mantoux y radiografía de campos pul- bución y frecuencia que esas micosis tengan
monares, habiéndose encontrado que la ma- en México.
yoría de los individuos positivos a la hísto- BLASTOMICOSIS NORTEAMERICA-
plasmina y negativos a la tuberculina presen- NA.-Aunque frecuentemente se considera a
taban, en la radíoqrafía, multitud de calcifica- México como un país centroamericano perte-
ciones parenquimatosas, pero en ninguno de nece a América del Norte, y en México se ha
esos casos se observaron lesiones evolutivas. observado el padecimiento. El primer caso co-
A estas exploraciones sobre la reactívídad cu- municado por Martínez Báez et al. (1954) (75)

111
fue un caso fatal en el que los exámenes hísto- sidera esta micosis como un padecimiento de
patológicos y el cultivo revelaron la presen- relativa frecuencia, en México sólo existe una
cia de Blastomyces detmetitidis: en la publí- referencia al respecto, un caso de localización
cación se indica que el enfermo había residido pulmonar proveniente del Estado de Colima,
por espacio de ocho meses en los Estados Llní- mencionado por González Ochoa (1955 ( 1) .
dos de Norteaméríca, sin embargo, entre esa
residencia y la aparición de la sintomatología TEMAS DIVERSOS
trascurrieron cuatro años por lo que los auto-
res se inclinan a pensar que se trata de un Desde hace más de 15 años se han lleva-
caso mexicano. Posteriormente hemos tenido do a cabo estudios tendientes a conocer los
conocimiento de dos casos más que no fueron hongos anemófilos en diversos sitios del país.
comunicados, y que corresponden a individuos Entre los trabajos publicados con relación a
que no han salido del país * . la Ciudad de México se encuentran los publí-
BLASTOMICOSIS SURAMERICANA. cados por González Ochoa y Orozco (1943)
~ El primer caso observado en nuestro país (81) sobre la incidencia y repartición de los
fue comunicado por González Ochoa y Es- hongos que se encuentran en el aire relacio-
quível (1950) (76) a partir de esa fecha se han nados a diversos factores atmosféricos, y los
seguido observando otros, algunos permanecen más recientes de Cueva y Montiel (1955) (82)
inéditos. El hecho de que este padecimiento y Cueva et al. (1958) (83) con relación a los
exista en México resta valor al término blasto- hongos que se encuentran en la atmósfera y
micosis suramerícana. González Ochoa y Do- en el polvo de las habitaciones. Por lo que
mínguez (1957) (77) notifican dos casos más se refiere a otras regiones del país existen Ios
en los que la iniciación del padecimiento fue estudios de Blackaller (1952) (84), (1955 )
pulmonar, y años después en uno, y meses (85) en Guadalajara, Estado de Jalisco, y en la
después en el otro aparecieron las lesiones te- región medio occidental del país: y la nota de
gumentarias: en su trabajo los autores hacen Oropeza (1958) (86) en Monterrey, Estado de
comentarios sobre la patogenia de la infección Nuevo León. Los resultados que obtienen los
por Blastomyces bresiliensis, el tratamiento y autores mencionados coinciden en señalar, con
la distribución geográfica, ya que estos dos ligeras variaciones, que los hongos más Ire-
casos así como el primero provenían de una cuentes son Penicillíum, Hoimodendtum, Al-
misma área geográfica restringida. ternaría y Aspergillus.
BLASTOMICOSIS EUROPEA O CRIP~ González Ocoha (1951) (87) presenta una
TOCOCOSIS.-Se tiene suficiente evidencia inonografía sobre micosis pulmonares en el
para considerar a esta blastomicosis como cos- que se describen con detalle las localizaciones
mopolita, por consecuencia el llamarle blasto- pulmonares de los padecimientos por hongos
micosis europea de ninguna manera se justifi- observados en México.
ca. Varios casos han sido observados en Mé- González Ochoa (1956) (87) ha propues-
xico, pero la única mención escrita es la de to una clasificación clínica de las micosis basa-
González Ochoa (1955) (1) quien en un tra- da en la particular afinidad que presentan los
bajo sobre las micosis observadas en México hongos patógenos por el tegumento cutáneo
menciona solamente su existencia. De Buen mucoso, y la manera de como esos hongos
et al. (1954) (78) publicaron un trabajo sobre producen la manifestación tegumentaria: con
la criptococosis ocular, pero el material utilí- esta base partogénica considera tres grupos:
zado no pertenece a enfermos mexicanos. 1) Micosis Exclusivamente Tegumentarias,
En relación con Cryptococcus neojotmens, 2) Micosis Inicialmente Tegumentarias, y 3)
González Ochoa et al. (1950) (79) describen Micosis Secundariamente Tegumentarias. En
el efecto estimulante que las sulfonamídas- el primer grupo, a la que corresponden las lla-
cobre tienen sobre el crecimiento de esa leva- madas micosis superficiales. se colocan aque-
dura.· llos padecimientos en que el agente patógeno
RINOSPORIDIOSIS no penetra más allá de las estructuras super-
ficiales de la piel y mucosas y, además. invade
Mendiola y Cortés (1950 (80) describieron las Faneras de la piel. En el segundo grupo
el único caso de que se tiene conocimiento en se colocan las micosis en las que el hongo pe-
México. se trataba de un individuo de sexo netra inicialmente por el tegumento cutáneo-
masculino residente en una zona lacustre de mucoso, pero su agresión va más allá de" la
la costa del Estado de Jalisco. epidermis este grupo comprendería la monilía-
sis superficial la cromomicosis, rinosporidiosís,
ASPERGILOSIS esporotricosis y mícetoma. En el tercer grupo
. . quedan íncluídas aquellas micosis en que la
A pesar de que en algunos países se con- lesión inicial es profunda, preferentemente vis-

112
ceral, y de ésta sobre todo pulmonar, en estas tos causados por los actinomicetes, González
micosis posteriormente, tarde o temprano, en Ochoa (1957) (37) discute en un editorial de
función del hongo y de la sobre vida del en- Excerpta. Médica, Sección Dermatología el al-
fermo, se producirían las manifestaciones tegu~ cance y significación de los términos miceto-
mentarías: en este tercer grupo se colocan el ma, actinomicosis, nocardiasís, y pie de ma-
resto de las micosis, o sea la histoplasmosis, dura.
coccidioidomicosis, las blastomicosis, la actino- No sería posible continuar mencionando,
micosis, la moniliasis metastásica y la nocar- por la extensión que alcanzaría esta comuni-
diasís, esta última con muy poca o ninguna cación, multitud de trabajos realizados en Mé-
tendencia a exteriorizarse en las localizaciones xico tales como revisiones de temas micolóqí-
pulmonar y menínqo-encefálíca. cos, estudios de conjunto sobre diversos hon-
Por lo que se refiere a la confusión reinan- gos patógenos, ensayos sobre fármacos antí-
te acerca de la terminología de los padecímíen- Iúnqicos, fisiología de hongos patógenos, etc.
SUMARIO

Se presenta una revision panorámica del sis, la esporotricosis,la coccidioidomicosis, la


problema de las enfermedades por hongos en infección primariapulmonar epidémica por
México a través de las principales publícacío- Histoplasma capsulatum y la actinomicosis.
nes nacionales. De éstas se ínfíere que, des-
Los demás padecimientos se presentan ocasío-
carta das las micosis superficiales, los padecí-
mientos más frecuentes en México son el mí- nalmente. Se mencionan las citas bíblíoqráfi-
cetoma actinomicósico por Nocardia btesilien- cas de los trabajos comentados.
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