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ホセ・カスティジョ(José Castillo) Filosofía de la Educación (FFyL-UACH) 12/03/19

Sobre la lectura de la educación en la República de Platón (I-VII)

Si pudiera resumir la temática de la enseñanza en el texto leído seria bajo la estampa de


<<orden social implícito>>, con ello me refiero a que la republica como modelo de existencia
civil está planteada por el autor como un sistema dado y no creado, es decir, que si bien se
discrimina en cuanto a que aspectos pueden ir o no dentro de la ciudad perfecta, la
problemática surgirá cuando se traten de aplicar dichos planteamientos a una situación real.

Con lo anterior me refiero a que la participación en la ciudad de Platón requiere de una


disposición sobrehumana para soportar la censura y para quienes sean amantes del
individualismo, esta utopía sería el peor sitio para si quiera pasar un fin de semana. Lo cierto
es que nadie puede entrar ni salir, pues todos los miembros de la republica están
comprometidos a mantener el orden a toda costa, incluso sin ser conscientes de ello, pues
detrás de todo, quienes mueven los hilos, quienes controlan que es aprobado y desaprobado
en la republica son los filósofos.

Este anonimato político puede leerse desde dos perspectivas que parten del mismo punto, y
donde precisamente comienza el texto, me refiero al retorno a la caverna después de haber
contemplado la luz del exterior; la verdad, la belleza y sobre todo la justicia, son los móviles
que otorgan un sentido de deber político al filósofo para con quienes no pueden acceder al
mundo de las ideas por su propia cuenta, esta es la premisa en la que se piensa cuando se
tematiza la acción del rey filosofo que gobierna la república por medio de un control
educativo bastante tenaz.

El medio para lo anterior se hace mediante dos cosas: a) la censura, tanto de la música como
de la imagen que pueden llegar a tener los ciudadanos de la divinidad, la cual debe inspirar a
todos a tender a la justicia, pero no cualquier justicia, sino una que ponga el bien común sobre
todas las cosas, lo cual nos lleva a lo segundo b) la supresión de la individualidad, que se
puede identificar principalmente con la figura del guardián que no posee nada y que vela
siempre por la integridad de su ciudad. Aquí también se nota un intento por poner a la mujer
en el mismo sitio de participación de la republica que el hombre, solamente en cuanto a su
indispensable capacidad de indiferencia ante la propiedad privada.
ホセ・カスティジョ(José Castillo) Filosofía de la Educación (FFyL-UACH) 12/03/19

En este sitio perfecto no existen palabras como como <<yo>> o <<mío>>, todos los
ciudadanos son relativos entre sí, y se vive bajo la presencia de un orden prestablecido. He
aquí mi mayor reclamación a la lectura del texto ¡¿Quién establece este orden?! La respuesta
de Platón es explicita: aquel que ha contemplado el bien en sí mismo, es decir el filósofo.
Después no hay más justificación para quien quiera diferir en su opinión y este es el mayor
problema de la república, porque generalmente no es así. No son las personas más capaces
del bien quienes establecen las normativas políticas y sociales; tampoco creo que los filósofos
sean los más calificados para ello, generalmente se mueven tratando de emanciparse de ello.

Mi propuesta de lectura alternativa es pues leer lo anterior desde una perspectiva


antifilosófica, en el sentido de entender que no es el filósofo quien accede automáticamente
al bien común por medio de su intelecto. Bien se puede esforzar por ello, pero sería un error
fatal otorgarse a sí mismo las credenciales para gobernar de manera perfecta, pues el orden
se constituye de manera muy lenta a base de experimentos de prueba y error.

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