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Hoy voy a escribir unas breves nociones sobre la educación musical en las
antiguas civilizaciones de Grecia y Roma. Esto también es para los alumnos de
pedagogía.
Sólo para situarnos: Llamamos Antigüedad Clásica a las épocas de apogeo de las
culturas de Grecia y Roma (aproximadamente entre el V a. C. y el II d. C.) Las
manifestaciones artísticas de esta época se tomaron como modelo en el siglo
XVIII, con el movimiento llamado Neoclasicismo (en todas las artes salvo en
música, ya que hablamos de Clasicismo musical en el XVIII: Haydn, Mozart,
Beethoven...). No tendría sentido hablar de Neoclasicismo musical en el XVIII, ya
que no había suficiente información sobre la música de la Antigüedad greco-
romana como para poder imitarla.
Dicho esto, entro en materia de educación musical:
Grecia
En la Grecia antigua se denominaba "mousiké" a un conjunto de artes que
comprendía la música, la danza y la poesía.
La música y la poesía estaban especialmente unidas. La música servía de auxiliar
para la transmisión de poemas que narraban la historia y tradición griega.
Por eso hay que analizar el papel de la música en la educación desde dos
vertientes: el aprendizaje de la música como disciplina artística en sí misma o
como auxiliar para memorizar los poemas y textos antiguos, en una cultura de
transmisión oral.
Imaginemos a los niños de las escuelas griegas memorizando los poemas de
Homero, aprendiendo las historias de los héroes antiguos y de los dioses de su
mitología, esperando transmitirlos a futuras generaciones. Poner música a estos
poemas ayudaba a su memorización y transmisión. (Pensemos en los niños que
aprenden las tablas de multiplicar cantando).
Hay dos importantes filósofos que dejan escritas muchas reflexiones sobre la
música: Platón (s. V - IV a. C.) y Aristóteles (s. IV a. C.).
Platón (en su libro La República) escribió que los pilares de la educación eran la
música y la gimnasia. (Pensemos en la diferencia con nuestra sociedad, donde
muchas veces estas materias son injustamente menospreciadas). La gimnasia
perfeccionaba el cuerpo y la música ejercía tal poder sobre la mente y los
sentimientos que podía llegar a modelar el carácter. Este es otro aspecto
importante. Cada tipo de escala tenía una influencia especial en el estado de
ánimo y ésto se conoce como teoría del ethos.
Ya que la música formaba el carácter, era muy importante definir qué tipo de
música era apta para la escuela: Aristóteles (en su libro La Política) dice que el
modo mixolidio imita la tristeza y el recogimiento; el modo dórico, la
«moderación y compostura»; el modo frigio, el «entusiasmo». Por ello, el modo
(o escala) dórico es el más adecuado para la educación. Platón permitía estudiar
las escalas dóricas, pero también las frigias.
Platón describe un sistema educativo estructurado en “estudios primarios y
secundarios, denominados mousiké, y plan de estudios universitarios”. La música
se estudiaba en los primeros años.
Para Aristóteles, la música debe conducir a la virtud. No es tan importante que la
música nos cause placer. La música también debía estudiarse en los años de
juventud.
Escribió lo siguiente: “La música inclina hacia la virtud; por cuanto, como la
gimnasia desarrolla en el cuerpo ciertas cualidades, del mismo modo ella puede
establecer ciertos caracteres morales y puede crear el hábito de gozar
rectamente”.
“Los jóvenes deben practicar el arte sólo para adquirir la capacidad de juzgar
sobre ella, y por tanto deben dedicarse a la ejecución sólo mientras sean jóvenes
y abstenerse cuando sean mayores y sepan juzgar las cosas bellas gozando
rectamente de ellas en base a los conocimientos adquiridos en la juventud.”
Una curiosidad: el término pedagogo viene del griego παιδ-αγωγός, nombre que
hacía referencia al esclavo encargado de llevar a los niños a la escuela. Ya hemos
visto que la raíz παιδ- hace referencia a la infancia, mientras que αγωγός
significa 'conductor, guía, acompañante'.
Roma
En la antigua Roma, los primeros juguetes que se regalaban a los bebés eran
sonajeros. Sabemos que la música jugaba un papel importante en la enseñanza
secundaria (a la que accedían los varones de familias pudientes). Un profesor
llamado grammaticus les enseñaba latín, griego, retórica, literatura homérica,
filosofía, gimnasia y música.
Existían coros religiosos en los que había jóvenes. Un ejemplo son los saliares,
que cantan y bailan danzas de armas en el mes de Marte.
A mediados del siglo II a. C. empezó a estar bien visto que los nobles supieran
cantar o tocar un instrumento, así que empezaron a surgir escuelas de canto y
danza.
En la época del Imperio, la música se integra en las enseñanzas superiores, tanto
en su estudio teórico como práctico. A modo anecdótico, podemos señalar que la
mayoría de los emperadores eran instrumentistas o cantantes.
Los cantantes profesionales aprendían a leer música en notación alfabética y se
ejercitaban para tener voces potentes y claras, ya que debían cantar en grandes
teatros al aire libre.
Los instrumentistas estudiaban obras de maestros como Timoteo y Pólido.
Después estudiaban adaptación, improvisación, interpretación y composición.
Bibliografía
Para saber más, no dudéis en consultar los siguientes artículos, de los que he
extraído mucha información para esta entrada:
GARCÍA CASTILLO, P.: "La música y educación en Platón", Música y Educación nº
31, octubre 1997.
JIMÉNEZ PONCE, P.: "La música en Roma: errores históricos", Música y
Educación, nº 44, diciembre 2000.
SANCHIS ALTAVA, C.: "Música y educación en la Antigüedad griega", Música y
Educación nº 64, diciembre 2005.
Enseñanza musical en la Edad Media
Al comienzo del siglo VI, Boecio escribió De Institutione Musica. En ella distingue
tres tipos de música:
- La música mundana, inaudible, que regía todo el equilibrio cósmico, pues surgía
del movimiento de los astros y se reducía a razones matemáticas (retomando la
idea platónica de la música de las esferas).
- La música humana era la responsable de la armonía entre las distintas partes
del cuerpo, así como de éste con el alma.
- En tercer lugar, la música instrumental era la música producida por
instrumentos o por la voz humana. Para aprender este último tipo de música, es
necesario emplear algún tipo de notación musical. Los romanos habían tomado
de los griegos la notación alfabética. Boecio cambia los signos griegos por las
letras latinas. Se empieza por la A, que corresponde al actual La2 científico y se
continúa hasta la P, por lo que algunos conocen
este sistema como la “notación de las quince
letras”.
En la Edad Media la educación se agrupaba en
siete grandes saberes divididos en el Trivium
(gramática, retórica y dialéctica) y en el
Quadrivium (aritmética, geometría, astronomía
y música).
Carlomagno multiplica el número de Escuelas
monásticas y catedralicias, que poseen su
antecedente en la Schola Cantorum de Roma.
En ellas se enseña oralmente el canto
gregoriano. Los monjes necesitaban aprender
de memoria todo el repertorio litúrgico, lo que
solía llevarles diez años de formación. Esto se
solucionaría con el desarrollo progresivo de la
escritura musical sobre pauta. (Primero sobre
una línea, después 2, 3…)
En el siglo XI, Guido d’Arezzo ideó un innovador
método de enseñanza musical. Estaba
encargado de la enseñanza musical de los niños
de coro. Tenían por delante 10 años para estudiar todo el repertorio de la misa y
los oficios. Guido consiguió reducirlos a dos años, gracias a su método.
Además de completar el tetragrama medieval, añadiendo una cuarta línea a las
pautas habituales, dio nombre a cada una de las notas del hexacordo natural (de
Do a La, sin alteraciones). Las notas seguían designándose con letras, como en
los sistemas alfabéticos. Darles otro nombre era únicamente una regla
mnemotécnica para facilitar la enseñanza de nuevas canciones. Recordando la
altura de los inicios de frase del Himno a San Juan Bautista (de su propia
invención), se podía calcular la altura de las 6 notas. Por tanto, era un método
para agilizar el aprendizaje de nuevas canciones.
Para ayudar en la lectura a primera vista, Guido también ideó un sistema basado
en las articulaciones de la mano. Es lo que se conoce como “mano guidoniana”.
Cada parte de la mano representa una nota musical, desde el Sol inferior de la
clave de Fa hasta el mi superior de clave de sol. Se seguía un orden que partía
de la segunda falange del pulgar, recorría la palma de la mano, subía por el
meñique y se desplazaba por el resto de los dedos en espiral.
A finales del siglo XVIII surgen los primeros centros de Educación formal Musical
e instrumental con categoría de Conservatorios públicos: París, Estocolmo,
Bruselas, Viena… En 1830 se crea el Real Conservatorio de Madrid.
Jean-Jacques Rousseau, pensador de la Ilustración y músico autodidacta, ideó un
sistema de educación musical basado en números que reemplazaban el nombre
de las notas.
Durante el Romanticismo, se multiplicó el número de músicos amateur, que
tocaban el piano o cantaban en sus casas, como símbolo de buena educación. Se
compuso mucha música para estos músicos amateurs: es la denominada “música
de salón”. Proliferaron los profesores particulares de música y cobraron
importancia las academias y conservatorios. En esta época, en algunos países
europeos se llegó a decir que era mayor el número de casas con piano que con
bañera.
Dalcroze quería solucionar los problemas que veía en los estudiantes y para ello
desarrolló estrategias educativas que incorporaban el movimiento, pues creía que
la musicalidad debía surgir del propio cuerpo. Había trabajado un tiempo en
Argelia y allí los ritmos africanos habían despertado su curiosidad sobre la
relación entre el ritmo y el movimiento.