Democracia con escasa participación ciudadana; Chile una

democracia en la medida de lo posible.

Silvana Navarrete Baeza

Universidad de Las Américas
Departamento
Dirección Postal1
Dirección Postal2
Correo-e: ejemplo@org.es

Resumen: En Chile se desarrolla una democracia con muy baja participación ciudadana, poca
identidad política y con un distanciamiento preocupante de la democracia y las instituciones que la
representan, es decir, los partidos políticos, presentando uno de los niveles más altos de abstención
electoral en el mundo. La democracia representativa está en agonía al igual que el pueblo político de
Chile, su soberanía expresada a través del método electoral, cada vez es menos, poniendo en riesgo el
pacto social tan necesario para la articulación y mediación entre el pueblo y la soberanía. Para que
exista democracia debe haber interés de las personas en votar y elegir a sus representantes, las
elecciones como método cuantitativo representan la voluntad general, que da cuerpo y voz al pueblo
político, el cual se desdibuja y pierde cada vez más.

Palabras claves: Democracia – Participación ciudadana – Identidad –

Institucionalidad - Estado.

1. Introducción La democracia representativa tiene una virtud

Cuando se habla de “democracia”, es inevitable
abstraerse a sus orígenes en Atenas. La democracia
en Atenas, era en teoría, igualitaria, pero en la
práctica, no tanto: sólo los ricos tenían acceso a los
cargos públicos de alto rango, ellos impusieron hace
2500 años un sistema de gobierno que sigue vigente y
casi con las mismas características. Si se compara esa
democracia con la que existe hoy en nuestro país, es
fácil darse cuenta que en Chile, sucede casi lo mismo
que en Atenas, sólo la gente de una cierta clase social
tiene acceso a los cargos de elección pública, el
dinero es el factor limitante.
La sociedad chilena vive hoy un momento muy
especial en donde se cuestiona la validez de la
democracia y el voto como medio representativo de
la voluntad popular. Es válido cuestionar la relación
existente entre democracia representativa y
democracia directa. Desde esta mirada se debe
resaltar la importancia de la representación como
creadora de una voluntad popular que, de otro modo
sería inexistente.
El modelo democrático es un modelo exitoso si se
piensa en la gran cantidad de Estados que se han
organizado según los parámetros de lo que se
entiende mayoritariamente por democracia.
Actualmente, cuando se hace referencia a la
democracia, se habla de democracia representativa.
eminentemente operativa, sin la cual no podemos
manejarnos correctamente. En este sentido, debe
remarcarse esta cuestión de enorme importancia que
no es otra que el hecho de que la representación es el
mecanismo que permite crear la voluntad popular.
Solo si hay representación política, habrá Estado.
El panorama político plantea complejos retos a la
democracia, determinados por la globalización, las
funciones y estructuras cambiantes de las
organizaciones e instituciones y el auge de las
tecnologías de comunicación modernas, no podemos
dejar de lado el fenómeno de la migración que
repercute en las dinámicas de conflicto y desarrollo,
así como en la ciudadanía y soberanía del Estado.
Las desigualdades y exclusión social que estos
fenómenos generan, afectan la representación y
opinión política, lo que podemos apreciar en la baja
participación electoral. La democracia se ve
amenazada por la falta de confianza en las
instituciones políticas tradicionales, en especial en los
partidos y dirigentes políticos, esto ha provocado que
los ciudadanos busquen vías alternativas de diálogo y
participación política a través del uso de nuevas
tecnologías o simplemente en otros espacios de
manifestación. La corrupción penetra de manera
peligrosa en la integridad del sistema político,
generando decepción y desencanto.
Desde el regreso a la democracia (1990), Chile ha
vivido un distanciamiento entre lo social y lo político,
aun difícil de superar (Valdes & Garces, 1999).
Para entender las actuales formas de Participación
Social, se hace necesario comprender la nueva
realidad social, los cambios que se han dado en las
formas de pensar y actuar de los actores sociales,
generando un debate abierto sobre el actuar del
Estado Democrático, el cual se encuentra cruzado por
un modelo económico heredado que no ha hecho mas
que jugar en contra de la participación ciudadana, lo
cual a debilitado el vinculo social, desvalorizando la
democracia.
Sin representación no existe unidad política, es decir,
no hay una voluntad unitaria ni colectiva, que es
creada a través del sufragio universal, como
expresión de las distintas opiniones e intereses
sociales, a través de los partidos políticos y que
permite, a su vez, un control de los representantes.
Es trascendental valorar el rol de la representación
como creadora de una voluntad popular, que, de otro
modo, sería inexistente. Pero, el problema no es que
sea representativa, sino que los representantes no
representan a la mayoría de la ciudadanía.
La democracia se encuentra bajo amenaza, sin
embargo, los valores democráticos son necesarios
para mantener viva la soberanía de pueblo. La
democracia es necesaria para que las fuerzas sociales
hagan ejercicio del poder.
2. Democracia.
Democracia es un gobierno elegido y controlado por
el pueblo, para que exista democracia se deben dar
condiciones mínimas para lo toma de decisiones:
 Primacía de la decisión de la mayoría y el
respeto de los derechos de las minorías;
 Reconocimiento del derecho de toda persona a
pensar diferente y expresarse de acuerdo con sus
convicciones;
 Realización de elecciones periódicas
competitivas, libres, transparentes, con un voto
personal, igual, secreto e informado, para que el
pueblo decida quiénes deben ser sus
gobernantes;
 Garantía de competencia pacífica, a través del
diálogo y la negociación entre las ideas y los
grupos que se disputan el acceso al gobierno;
 Distribución del poder que permita que las
autoridades se controlen mutuamente y garantía
de canales de expresión y fiscalización por parte
del pueblo.
2
Si una sociedad no tiene líderes democráticamente
electos que ejerzan la función de representar los
intereses de las personas, el país no es considerado
democrático. Incluso si hay otras instancias de
democracia –como oportunidades de participación o
incluso división de poderes– la ausencia de
elecciones basta para definir a un país como no
democrático.
2.1 Rousseau y la Democracia
Para Rousseau, el contrato social define el carácter
del nuevo estado democrático. "El pacto social en su
esencia se reduce a los siguientes términos: "cada uno
de nosotros pone en común su persona y todo su
poder bajo la suprema dirección de la voluntad
general; y nosotros recibimos a cada miembro como
parte indivisible e inalienable del todo" (Universidad
Bolivariana, 2011).
La voluntad general, es lo fundamental en el contrato
social para un acto de asociación de varios sujetos, el
pueblo, dotado de voluntad general. Rousseau ha
establece como principio del Estado “la voluntad".
Hobbes exige que "todo hombre transfiera todo su
poder y toda su fuerza en un solo hombre o clase de
hombres, por lo cual todas las voluntades se reduzcan
a una sola" (Recursos Tidus Coop).
“El Estado democrático rusoniano es el pueblo
convertido en sujeto colectivo que se autogobierna.
El acto de asociación le otorga "su unidad, su yo
común, su vida y su voluntad". La integración de los
individuos al Estado no implica una subsumisión
anuladora, subordinación o sumisión, como en
Hobbes. Este "cuerpo moral y colectivo" no es el
gigante mecánico del Leviatán. Podría entenderse
como un todo-de-partes, como dicen los dialécticos,
constituido por la relación interna de los ciudadanos
entre sí, análoga a la amistad que hace surgir una
nueva totalidad que conserva y potencia la
individualidad de los sujetos” (Recursos Tidus Coop)
El planteamiento democrático de Rousseau no se
reduce al campo político, sino que exige de una
cultura democrática basada en una nueva educación y
de una economía política adecuada. Para Rousseau no
todas las dimensiones sociales se reducen a la
política, ya que todo conforma una unidad integrada
del fenómeno social, lo político es la ciencia práctica
superior que determina las condiciones de las otras
formas de práctica social.
El objetivo del poder soberano en Rousseau es la
conservación de la sociedad propia, la soberanía es la
expresión de la voluntad general. Ciudadanos y
soberano tienen responsabilidades, por lo mismo: “el
pacto social establece entre los ciudadanos una
igualdad tal, que se comprometen todos bajo las
mismas condiciones y por tanto que deben gozar
todos los mismos derechos”.
La democracia comúnmente se entiende a partir de
sus procedimientos. Las elecciones libres e
informadas se han convertido en la evidencia más
importante que da cuenta de la existencia de una
democracia. De ahí que la democracia normalmente
se asocie con la presencia de instituciones de
representación popular y se materialice en la
existencia de líderes democráticamente electos que
representan a las grandes mayorías del país.
La participación y los derechos individuales, son
elementos adicionales que también son considerados
como importantes y valiosos para mejorar la calidad
de la democracia, pero los componentes
representativos son ampliamente entendidos como
necesarios e incluso suficientes para identificar a un
país como democrático.
3. Estado Democrático.
El Estado chileno se fundamentan en dos grandes
teorías ilustradas: la de Rousseau i, el cual nos dice
que cuando los hombres se dan cuenta que, para
defender mejor su vida, su libertad y su propiedad,
deben agruparse y elegir a alguien para que los
gobierne, es ahí cuando aparece la figura de Estado,
es decir, de un acuerdo libre entre los hombres que se
han unido para designar su gobernante. Como el
gobernante ha sido elegido por el pueblo, en otro. La
misión de los gobernantes es cumplir siempre con la
voluntad popular, Montesquieuii, planteó la
separación de los poderes en legislativo, ejecutivo y
judicial, lo cual busca un equilibrio en los poderes
Nuestra democracia es representativa, cuando el
pueblo elige a sus representantes democráticamente,
para que estos integren distintas instituciones
políticas, hablamos de democracia representativa.
Se supone, según los ideales y principios
democráticos, que, en los estados democráticos
modernos, es el pueblo soberano y, por ende, se
encuentra por sobre el Estado, pero en la nos
encontramos con que la democracia representativa ha
dejado en claro que en el Estado no hay
representantes del pueblo, sino de las clases
económica dominante. Los partidos políticos están
sometidos por el deseo de poder originado en el
egoísmo, la apatía, la competencia y el
individualismo propio del modelo económico.
En los ideales de Estado, este debe buscar el
beneficio colectivo, o sea, el bien común, para la
mayoría del pueblo y no para algunos que solo
buscan mantener sometida a la sociedad bajo falsas
promesas de desarrollo y crecimiento igualitario. El
Estado protector del “bien común”, se ha convirtido
en el mayor enemigo de las clases sometidas y
excluidas.
Los intereses de la clase dominante históricamente
han sobrepasado los interese del pueblo. el Estado
trabaja para el desarrollo económico, de los grandes
empresarios, olvidando completamente las
necesidades reales de la ciudadanía, “La
desvalorización del mundo humano crece en razón
directa de la valorización del mundo de las cosas”
(Ocampo, 2004).
3.1 Democracia Representativa.
La democracia se entiende a partir de sus
procedimientos, elecciones libres e informadas son la
evidencia fundamental para que exista democracia.
De ahí que la democracia se asocie con la presencia
de instituciones de representación popular y se
materialice en la existencia de líderes
democráticamente electos que representan a las
grandes mayorías del país.
Si una sociedad no tiene líderes democráticamente
electos que ejerzan la función de representar los
intereses de las personas, el país no es considerado
democrático. Incluso si hay otras instancias de
democracia –como oportunidades de participación o
incluso división de poderes– la ausencia de
elecciones basta para definir a un país como no
democrático.
La importancia de las elecciones es la forma que
entendemos la democracia. La representación supone
que hay mecanismos de intermediación que permiten
a la sociedad unir sus preferencias y coordinar sus
inclinaciones de forma que las personas puedan
escoger entre un número relativamente reducido de
opciones. Entonces podemos entender, que para que
exista democracia participativa real, debe haber un
equilibrio de información y opciones a elegir, ya que
a gran cantidad de opciones se pierden los intereses,
poniendo en riesgo una verdadera representatividad
de las autoridades elegidas.
Históricamente, la democracia representativa ha
dependido de la presencia de partidos políticos, que
representan a la ciudadanía y sus ideales de sociedad.
Las democracias modernas tienen en los partidos
políticos sus principales herramientas para asegurar
que la representación se ejerza de manera efectiva y
eficiente.
La democracia representativa se basa en el principio
de que los ciudadanos otorgan poder a sus
representantes para que estos defiendan y promuevan
los intereses y demandas de la ciudadanía, en
instancias de toma de decisiones de los poderes del
Estado. Siendo las elecciones el principal mecanismo
de control de la democracia representativa. Este
sistema promueve –o al menos facilita– la relación
vertical entre las autoridades y los ciudadanos.
3.2 Partidos Políticos.
Los partidos políticos son protagonistas en la
democracia representativa, son los que imponen sus
principios, y llevan al pueblo a elegir entre uno u otro
para que los represente en el Estado.
La izquierda política o la derecha política son las
opciones a considerar en este marco. Existen
coaliciones para que todos los principios y
preferencias del pueblo queden enmarcados en una
forma de gobierno, sin embargo, siempre hay una
minoría o a veces, mayoría descontenta por el
desarrollo de la clase de políticas.
Actualmente, los partidos políticos en Chile se
encuentran en crisis debido a dos factores
fundamentales: la disminución de sus militantes y el
descrédito que han sufrido ante la opinión pública.
Una encuesta realizada en abril del 2017 por
Cooperativa e Imaginación, muestra que:
 Dos de cada tres chilenos (66,7 por ciento) tiene
una mala o muy mala opinión de los partidos
políticos;
 Que un 25,2 por ciento de los encuestados (una
de cada cuatro personas) tiene una opinión
regular de los partidos políticos, mientras que
sólo un 3,4 por ciento tiene una percepción
buena o muy buena.
Realidad que en los últimos 18 meses esta realidad se
mantiene igual, esto permite afirmar que los chilenos
estamos desencantados de los partidos políticos y de
sus representantes. Todo esto en base en los casos de
corrupción, de lobby, de negociaciones
incompatibles, nepotismo, etc.
El creciente distanciamiento con la política y los
políticos parece estar afectando gravemente la
democracia y sus instituciones claves. Se ha instalado
fuertemente la idea del desinterés con la política. Esta
afirmación se ha sostenido empíricamente a partir de
la baja en la participación electoral en los últimos
comicios electorales. Pero, también, este juicio se ha
visto reforzado por diversos estudios de opinión que
confirmarían la actual actitud política dominante en
la ciudadanía.
Según la última encuesta realizada por Mori. Cerc ,
un 40% o más de los encuestados dicen que la
política “les produce aburrimiento, desconfianza o
irritación”. Otra encuesta realizada por Centro de
Estudios Públicos (CEP), señala que un 59% nunca
conversa con amigos de política. En tanto un 56% de
los encuestados nunca lee noticias sobre política ni
mira (53%) programas políticos por televisión.
Con estos datos, es fácil caer en un análisis pesimista
de la realidad participativa de los chilenos en nuestra
democracia. Pero como nada es en blanco y negro, si
no que existen muchos matices, es válido
4
reinterpretar los datos que entregan las encuestas y
que son solo una fotografía de la realidad de ese
momento en particular.
Cuando los encuestados manifiestan su desinterés por
la actividad política, lo que en realidad observamos
es decepción con la política. Para los ciudadanos, lo
que importa son los resultados. Los resultados que la
gente ilusiona, a pesar de su frustración reiterada con
la política y los políticos. Es decir, al no tener
resultados y en vez de exigir, la gente se está
comenzando a distanciar de la política.
Los partidos son agentes intermediadores entre las
autoridades y la ciudadanía, siendo históricamente los
representantes de los intereses de la ciudadanía frente
a las autoridades, como también agrupan a esas
autoridades, bajo una representatividad lo que
permite a las personas ejercer cierto control sobre
ellas.
4. Participación Ciudadana
La no participación de los ciudadanos en el proceso
electoral no significa necesariamente desinterés hacia
el espacio público. Puede interpretarse como una
nueva forma de participación, en donde los
ciudadanos evidencien su descontento con el sistema
de gobierno que les rige y lo hacen mediante su
negativa a participar en un proceso que tiene el
carácter de voluntario.
Vastos sectores ciudadanos no se identifican con los
postulados, valores y principios de los partidos
políticos existentes, sus propuestas no son atractivas
y, sobre todo, cuestionan su rol de intermediación de
intereses.
Para quienes forman parte de las “Redes Sociales”,
esta es una buena plataforma para incidir en el
resultado del proceso eleccionario. En tiempo de
elecciones se crean “chats “en donde se discuten las
alternativas existentes y los programas que
representan a cada una de ellas.
Tal vez no solo estamos frente a los efectos en el
cambio de las reglas del juego político —votante
probable y creciente volatilidad del voto, nuevo
sistema electoral y de financiamiento— sino que
también, de un cambio de paradigma de ciudadanía
que nos obliga a concebir la propia actividad política
de otra manera.
El voto fue entregado al pueblo como una ilusión y
fantasía, es decir, que éste borraría todo lo malo del
gobierno anterior, y que el gran remedio político,
social y económico es el siguiente gobierno. Sin
embargo, la sociedad está sometida económicamente
por una minoría que controla de manera exclusiva la
propiedad privada y el capital del país. Entonces en
esta democracia representativa, el voto está
cumpliendo realmente su función mediadora o el
pacto social, está perdiendo más vigencia que nunca.
La sociedad se encuentra consumida por el consumo
capitalista, absorta en el individualismo e intereses
particulares, lo cual ha hecho que la participación
social sea cada vez más baja, poniendo en riesgo la
democracia del país.

Aparte de los partidos políticos, los medios de

comunicación también son herramientas de
intermediación. Ya que en la medida que cubren
temas de interés político o asuntos donde la política
tiene directa injerencia en los resultados, los medios
se convierten en agentes de intermediación que a
menudo, debido a las ventajas que ofrece el
desarrollo de la tecnología, pueden representar
incluso de mejor forma los intereses de la gente que
los propios partidos políticos (Swanson y Mancini
1996).

En la democracia representativa, las elecciones son el

momento clave en el cual los electores, tienen la
oportunidad de premiar o castigar a sus autoridades,
siendo los medios de comunicación agentes
intermediadores que canalizan las demandas y los
intereses de la ciudadanía durante el resto del tiempo.
i
Jean-Jacques Rousseau fue un polímata: escritor, filósofo, músico, botánico y naturalista
franco-helvético y unos de los principales representantes del movimiento cultural e intelectual
de la Ilustración.

Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu fue un cronista y

ii

pensador político francés que vivió durante la llamada Ilustración.