Sunteți pe pagina 1din 302

Conectados

Según las Leyes de la Naturaleza

Dr. Michael Laitman


Conectados
Según las Leyes de la Naturaleza

Copyright © 2013 Michael Laitman


Publicado por ARI Publishers
www.ariresearch.org info@ariresearch.org
1057 Steeles Avenue West, Suite 532, Toronto, ON, M2R 3, Canada
2009 85th Street #51, Brooklyn, New York, 11214, USA

Primera Edicion Enero 2014


Impreso en Israel

ISBN 978-1-897448-97-7

Traducción: Gloria Cantú


Revisión: Silvana Pisari
Fotografia de tapa: Araceli León
Diseño gráfico: Henry Aponte
Coordinador del proyecto: Tal Tzitayat
Según las leyes de la Naturaleza

Tabla de Contenidos

Prólogo..........................................................................................................7
Introducción: Esclavos de los tiempos modernos..........................................11
Capítulo 1: Una crisis o un renacimiento........................................................21
Capítulo 2: De tantear en la oscuridad a un desarrollo consciente..................43
Capítulo 3: El hombre como producto de su ambiente................................55
Capítulo 4: Una ley que incumbe a todos.......................................................75
Capítulo 5: Todos enlazados...........................................................................91
Capítulo 6: Tan pronto como lo sentimos...................................................113
Capítulo 7: Trabajo y empleo en el nuevo mundo..................................135
Capítulo 8: Otra forma de desarrollo..........................................................149
Capítulo 9: El final del ego.........................................................................167
Capítulo 10: Hagamos que el mundo vuelva a prosperar...................................187
Capítulo 11: Del amor por el hombre al amor por la Naturaleza...................209
Capítulo 12: El uso excesivo de la fuerza de recepción provoca la crisis........227
Capítulo 13: Del odio al amor.......................................................................247
Capítulo 14: La mujer en el mundo conectado..............................................263
Capítulo 15: Las prisiones como centros educativos.....................................269
Epílogo: Un nuevo motor para la vida..........................................................283
Acerca del Autor...............................................................................................291
Acerca del Instituto...........................................................................................295
Otros títulos.....................................................................................................299
Contacto para información..............................................................................303

5
Según las leyes de la Naturaleza

Prólogo

Nuestras vidas giran en torno a las relaciones y conexiones que


establecemos con las personas. En última instancia, nuestras vidas
son el reflejo de los sentimientos que compartimos. Los cambios en
nuestra existencia nos conducen a comprender la importancia de
nuestras interconexiones. Cuanto más abrevemos de esta corriente de
pensamiento y la cultivemos, más cercanos estaremos de alcanzar el
amor recíproco.

Si nos concentramos en las conexiones que existen entre nosotros,


podemos experimentar una nueva realidad en un mundo nuevo. Sería
una manera de lograr el mundo pacífico, agradable y equilibrado que
todos aspiramos.

Debemos permanecer alertas a lo que está ocurriendo entre


nosotros. Sin advertirlo, a menudo nos encontramos involucrados en
relaciones basadas en el egocentrismo y el odio, dentro de las cuales
los individuos son incapaces de tolerarse incluso dentro de las propias
familias. Nuestro modo de vida en la actualidad nos está apartando de
la realidad, el amor y la consideración recíprocos.

Todos nuestros esfuerzos por solucionar las crisis utilizando los

7
CONECTADOS

instrumentos ya conocidos han fallado; ahora debemos adquirir la


técnica y la sabiduría con las cuales podremos desarrollar nuevas
sensaciones e interconexiones. La vida misma nos está llevando a
examinar nuestras relaciones y reconstruirlas. En cierta forma se trata
de un renacimiento a una nueva realidad.

Conectados Por la Ley de la Naturaleza desarrollará en nosotros una


nueva perspectiva a partir de la cual intentaremos resolver los problemas
a un nivel más profundo, en donde exista la interconexión con los otros.
Al solucionar cada problema que encontremos, alcanzaremos el amor,
las concesiones y la consideración entre nosotros y los demás, lo mismo
que una familia amorosa.

8
Si abrimos los ojos

Si abrimos los corazones

Sentiremos que estamos todos conectados

Porque nosotros y nuestras conexiones

Son lo más importante en nuestra existencia


Según las leyes de la Naturaleza

Introducción: Esclavos de los tiempos modernos

Para cualquier persona viviendo en la sociedad del Siglo 21, el trabajo


se halla precisamente en el centro de su existencia. La sociedad misma
es la que ha creado esta situación, a tal punto que incluso nuestro tiempo
libre, esto es, nuestras vacaciones y actividades sociales a menudo se
inician y se manejan desde nuestro centro de trabajo, organizadas por
las empresas para fortalecer las conexiones entre los trabajadores. Tales
eventos pueden incluir desde entrenamiento deportivo, días de campo,
viajes organizados, paseos culturales, hasta iniciativas para apoyar a
la familia, como guarderías y campamentos de verano. En parte, ésta
es la razón por la cual la adicción al trabajo se ha vuelto tan común,
particularmente entre la clase media.

En épocas pasadas, las personas no estaban tan encadenadas a su


trabajo. Se sentían más libres en comparación con la “esclavitud de los
tiempos modernos”. Hoy en día la mayor parte del tiempo la pasamos
en el trabajo, como también en los trayectos de ida y de regreso.
El trabajo se ha convertido en nuestra principal actividad y acapara
nuestra existencia.

11
CONECTADOS

Cuando nos presentan a alguien, de inmediato inquirimos sobre


su ocupación y evaluamos a la persona en consecuencia. No le
preguntamos “¿qué es lo que te gusta hacer?” o “¿cuál es tu pasatiempo
favorito?”; más bien le preguntamos “¿cómo te ganas la vida?”, ya que
el trabajo juega un papel muy importante en nuestras vidas. Es debido
a esto que a muchos de nosotros nos preocupa sobremanera si seremos
despedidos en un futuro, y en este caso, si encontraremos otro empleo.

En la actualidad, nuestra perspectiva es ocupada por nuestro empleo.


Sentimos temor de la jubilación; dudando si sabremos qué hacer con
todo el tiempo libre. No tenemos la más mínima idea lo que significa ser
libres, ni siquiera tenemos el deseo de serlo.

Incluso cuando llegamos a casa después del trabajo, durante las


vacaciones, continuamos enfrascados en él, leyendo nuestros correos
y telefoneando a la oficina. Las comunicaciones modernas nos ayudan
a estar en contacto con el sistema, que nos mantiene prisioneros de
nuestra vida laboral.

Durante las últimas décadas, nuestra visión de la existencia se


ha transformado al punto que no nos percibimos ya como seres
libres. “La libertad” debería significar poder limitar a tres horas por
día nuestra dedicación a las labores requeridas para el sustento
de la sociedad. De esta forma, podríamos proveer a la comunidad
en sus necesidades luego de haber provisto las propias. El tiempo
restante deberíamos emplearlo para disfrutar de otras actividades.

Y no obstante, no podemos creer que esto podría ser posible.


Pensamos que si no trabajamos no tendremos nada que hacer y nada
podría estar más alejado de la verdad.

Este paradigma laboral -trabajo, trabajo, trabajo- no nos favorece


como seres humanos. Estamos arruinando y agotando los recursos de
la Tierra y estamos sumergidos en este patrón similar al de los infantes
que se enfrascan en sus juegos hasta que llega un adulto y les dice: “Ya
es suficiente, necesitas dedicarte a otras actividades”.

12
Según las leyes de la Naturaleza

Por desgracia, no podemos abandonar el juego porque nos hemos


vuelto adictos. El mundo y la opinión pública nos tienen “enganchados”.
La sociedad moderna ha creado una realidad basada en conexiones
limitadas y establecidas, cuyo objetivo es lograr metas muy estrechas.
Aunados a esta orientación de conexiones limitadas, empezamos a
sentir una falta de sentido en nuestra vida, creando una crisis en cada
aspecto de nuestra vida personal y social.

Hoy nos encontramos en el umbral de una revolución. La brecha


entre el medio ambiente que hemos creado y los imperativos de la
Naturaleza están cobrando su cuota. Las nuevas condiciones, dentro de
nosotros y de nuestro ambiente ejercen su presión con una intensidad
creciente, transformándonos interiormente y desintegrando los
patrones opresivos de la sociedad humana. La Naturaleza nos empuja a
salir al encuentro de la siguiente etapa de nuestra evolución como seres
humanos y visualizar la vida desde una perspectiva distinta.

La realidad en la que el trabajo acapara la mayor parte de nuestro


tiempo está a punto de dar un giro. Cuando esto suceda, las personas no
permanecerán ociosas, sino que buscarán otro propósito en su vida. Y
en este momento aprehenderemos lo que significa “un ser humano”. A
medida que se reduzcan las horas de trabajo al mínimo necesario para el
sustento, llenaremos nuestras vidas con ocupaciones prácticas propias
de nuestro nivel de seres humanos, mediante las cuales estaremos
conectados a nuestra alma.

Será este un cambio radical que implicará la reorganización de toda


la sociedad humana. Este cambio es obligatorio y tendremos que pasar
por un proceso debido a las presiones internas y externas, o al tomar
consciencia y por iniciativa propia empezar de inmediato a pavimentar
el camino hacia un nuevo destino. Cambiará entonces la percepción de
nuestra propia existencia, como lo hará la economía. Las industrias se
reducirán y pasarán de una superproducción, a fabricar únicamente lo
necesario para el sustento de todos.

13
CONECTADOS

El trabajo desempeñará únicamente el papel necesario para la


supervivencia, y nuestra percepción del desempleo desaforado se
transformará. Nuestro tiempo libre se canalizará hacia el propósito
primario de nuestras vidas que es dar respuesta a la pregunta “¿Por qué
estamos aquí en esta vida?”. Esta pregunta se la planteará la mayoría
de la humanidad y se convertirá en la cuestión que dará significado a
nuestra vida y a nuestras ocupaciones.

Nuestra tarea por ahora es establecer la infraestructura para un


ambiente alternativo que nos abra otro camino por el cual conducir
nuestras relaciones. Por ejemplo, en la sociedad del futuro, cuando
conozca a alguien, no le preguntaré sobre su trabajo o profesión
(la especialidad que tiene). No tendrá importancia si se dedica a la
tecnología de punta, si es banquero, o mecánico. En lugar de esto, me
interesará lo que estudia, sus áreas de interés y el círculo social al que
pertenece.

En otras palabras, me relacionaré con ella como el ser humano que es,
y no como a un esclavo adjudicado a un “amo”, o dicho de otro modo,
a un trabajo. Su trabajo perderá la postura de regente de una persona,
porque la gente se dedicará sólo a lo que es esencial para la sociedad.

Para adaptarnos a esta imagen del futuro, necesitamos imaginarla


y planear cómo pasar de la imagen actual a la proyectada. Debemos
transformarnos interiormente, lo que no es tarea sencilla. Supondrá
revolucionar nuestras percepciones, sensaciones e impresiones
preconcebidas de la realidad, que implica rediseñar nuestros patrones
de pensamiento. No existe una revolución mayor que ésta.

Un cambio de esta envergadura afecta la esencia de la vida, la razón


por la cual despertamos cada día y vamos a la cama por la noche,
los pensamientos que nos invaden durante el día, nuestros logros y
cómo los otros se relacionan con nosotros. Incluso la estructura de la
sociedad cambiará en consecuencia y desde luego el sistema educativo
evolucionará de manera radical para convertirse en algo muy distinto.

14
Según las leyes de la Naturaleza

Aun cuando desconocemos la naturaleza de este cambio, no


obstante, se trata de nuestro futuro. Los pequeños pasos que damos
como preparación, gradualmente avanzando hacia éste, nos permitirán
hallar la dirección en esta transición y comprender y dar la bienvenida al
proceso que empezará a desarrollarse.

Es similar a un infante que da sus primeros pasos en el jardín de niños


por primera vez. No tiene idea de lo que le espera. No sabe que todo es
parte de un sistema total educativo que lo acompañará por el resto de
sus días infantiles. De igual forma, nosotros aún no somos conscientes
del sistema global y de los procesos que están a punto de desplegarse.

La Naturaleza nos exige que nos equiparemos a ella, esto es, que
nos encontremos en equilibrio con ella. En vista de que la Naturaleza
es circular, un sistema perfecto y armonioso en todas sus acciones,
en forma similar deberá construirse la sociedad humana, circular y
en sincronía con todas sus partes. Todos saldremos beneficiados al
formar parte de un estado equilibrado, y las conexiones correctas entre
nosotros nos acarrearán la bendición de la Naturaleza.

La “conexión apropiada” significa aplicar una forma integral a cada


campo de la existencia, incluyendo la educación, la cultura, la vida
familiar, nuestra actitud con la Naturaleza y en cada esfera de nuestra
vida. Es la única manera en que podremos esquivar los embates que se
avecinan, cuya amenaza ya podemos vislumbrar en la tirantez de las
crisis globales de la ecología, la economía, los valores familiares y la
sociedad en general.

Ciertamente, se abrirá ante nosotros una nueva perspectiva,


colocándonos camino a la resolución de la crisis mayor que enfrentamos
el día de hoy. Después de todo, la crisis es tan sólo el punto de
contradicción entre la forma en que nos estamos conduciendo y la
esencia de la Naturaleza que se presenta como integral en todos los
niveles de nuestra vida.

15
CONECTADOS

Esta realidad de la Naturaleza apenas empezó a revelarse en el siglo


pasado. Previamente, la crisis no era exhaustiva, sino que parecía
ser parte de un proceso gradual en el desarrollo y crecimiento de la
sociedad humana. No es sino últimamente que empezamos a notar que
la Naturaleza nos sale al paso, presentándose como una red integral y
mostrándonos nuestra incapacidad de conectarnos con ella.

Los ímpetus de la humanidad se han vuelto contrarios a la Naturaleza


y el contraste lo percibimos como una crisis. Esta es la esencia del
problema. La solución es sencilla: necesitamos alcanzar un equilibrio
con la Naturaleza, alinearnos con ella. Esta es la meta de los estudios
que ahora ofrecemos. Nos queda cada vez más claro que a pesar de
nuestra sofisticación, la Naturaleza ganará y este entendimiento es
cada día mayor en vista de los problemas que presenciamos en todos
los sistemas que hemos construido, que apenas podemos administrar.

En los años venideros, el desempleo se extenderá por todo el mundo.


Los afectados comprenderán que la oportunidad de encontrar un
trabajo es nula y al ser eliminados del mercado laboral sólo acarrearán
desilusión y frustración.

Sin embargo, este proceso se irá desplegando junto al gran cambio que
se aproxima, en el cual el tiempo libre se convertirá en muy cualitativo
y los desempleados aprenderán las verdaderas “humanidades”, es
decir, lo que significa ser humano. Toda la sociedad recibirá esta nueva
información que ayudará a la gente a transitar a la siguiente etapa de
nuestra evolución.

Con la ayuda de los materiales de estudio integral, entenderemos


nuestra situación, el estado del mundo y las razones de todo lo que
ocurre. Sin este conocimiento, será imposible alcanzar el nivel de ser
humano. La diferencia entre un ser humano y cualquier otro animal
es que el Hombre tiene consciencia: entendemos, y conscientemente
participamos en la vida. Sabremos en dónde vivimos, en qué forma se
nos opera y cómo debemos operar. A la larga, aprenderemos a actuar
como partes integrales de la humanidad, porque así lo dicta la realidad.

16
Según las leyes de la Naturaleza

Los marcos de estudio se convertirán en nuevas estructuras para


todos por una cantidad de tiempo ilimitada. Los individuos se referirán
a estas estructuras como a un trabajo, pero a diferencia de nuestra
forma de pensar sobre éste, descubriremos en los estudios, una fuente
de rejuvenecimiento constante, como lo hacen los niños.

Las leyes integrales tendrán un impacto poderoso en nuestras vidas.


Por ejemplo, una empresa que funcione sin la aspiración de ser nuestro
sustento, será tratada como una infección que debe curarse. Esto
significa que el sistema ecológico dictamina que conservemos sólo
lo que es necesario. Este es un enfoque muy distinto del actual que
nos indica: “Tengo deseos de producir algo nuevo, porque creo que
se puede vender”. En lugar de esto, adoptaremos un rumbo opuesto:
entre menos produzcamos y menos vendamos, todo irá mejor. Como
resultado, todo se transformará.

En un futuro cercano, se presentará una pronunciada pendiente


de desempleo, de escasez de alimentos, y otros problemas que se
derivarán de las complicaciones ecológicas que hemos creado. Las tasas
elevadas de desempleo provocarán levantamientos que conducirán a la
desintegración de los gobiernos y después a la anarquía. Los gobiernos
no tendrán otra elección sino colaborar y dividir los recursos existentes.
Tendrán que implementar e innovar un proyecto global, similar al que
presentamos aquí. De otra forma, la sociedad humana en su conjunto
colapsará y sobrevendrá una guerra.

Con la división global de los recursos, la participación económica


del Hombre en la sociedad, ocurrirá sólo de conformidad con las
necesidades esenciales de la sociedad misma. Los horarios de los
individuos se administrarán por Internet para que puedan trabajar
tres horas aproximadamente destinadas a satisfacer sus necesidades
básicas y dedicar la mayor parte de su tiempo -digamos cinco horas al
día- a estudios académicos que contarán como si fuera un trabajo.

El desempleado del futuro no será considerado como un marginado,


sino que ganará un salario decente y se le recompensará por sus

17
CONECTADOS

horas de estudio a las que dedicará la mayor parte de su tiempo; esto


constituirá su contribución e inversión a futuro en el desarrollo de la
sociedad humana.

Nuestros horarios no cambiarán en relación con lo acostumbrado,


pero el contenido de nuestro tiempo, así como el tipo de labor que
realizamos, se verán transformados. Ya no se dará tanto énfasis al
trabajo que sirve para que los individuos busquen la forma de triunfar
y sacar provecho. Más bien, el nuevo marco servirá como un “apoyo
amistoso”, que nos asegure que no seremos lanzados a la calle, sino que
continuaremos ganándonos la vida dignamente.

Cada mes, millones de personas pierden su trabajo sin vislumbrar la


posibilidad de sustituirlo. A menudo se los envía a recibir adiestramientos
innecesarios. Pero en el nuevo esquema de vida, no se ofrecerá trabajo
a los desempleados como sucede hoy en día. Más bien, se les ofrecerá
una nueva perspectiva del mundo, que prepare un camino hacia la
siguiente etapa que nos convertirá en humanos y humanistas.

El problema es que en la actualidad todos quieren ser esclavos, salvo


algún que otro magnate que disfruta de su ilusoria libertad y tiempo
libre. Las personas sienten que estar preocupados por algo llena su
existencia. De otra forma, ¿con qué podrían llenarla?

Una persona que desea sentirse plena, va persiguiendo aquello que le


ayuda a realizar su potencial. Puede radicar en la educación, la cultura o
la tecnología, pero los individuos quieren ser especiales, expertos en un
campo, sentirse seguros y confiados. Piensan que el trabajo les brindará
satisfacción y hará las funciones de un círculo social. Todos estamos
buscando lo mismo.

Por lo tanto la gente tendrá muchas opciones con las cuales


desarrollarán esta nueva existencia integral: en las comunicaciones, en
las relaciones humanas, en la tecnología de punta y cualquier área que
sirva para integrar a las personas al sistema.

18
Según las leyes de la Naturaleza

El sistema integral requiere de toda profesión que ayude a entrenar y


adaptar a los individuos a este sistema. Las personas pueden volverse
productivas y creativas con todo lo que aprendan y cómo lo quieran
aplicar. Junto con sus nuevos estudios, de inmediato subirá su nivel de
consciencia y percepción general.

Es debido a esto que necesitamos leyes que dictaminen educación y


ocupación obligatorias. De lo contrario, en un estado futuro, cuando el
80% de las personas se encuentren sin trabajo -pero de cualquier forma
necesiten sustento-, éstas destruirán al 20% restante.

Los apuros financieros no estarán únicamente limitados a los


desempleados, ya que los alimentos, la calefacción, el cuidado de la
salud y la vivienda son necesidades a las que toda la población debe
acceder, no sólo los desempleados; de lo contrario, llegará la violencia.
Las personas ahorran para su retiro, pensando que vivirán con dignidad
cuando se jubilen y se sentarán cómodamente en el Caribe a disfrutar
de su vejez. Esto no va a ocurrir; apenas si podrán procurarse comida y
medicamentos.

El mundo no podrá proveer más que los requerimientos básicos para


la vida y deberá organizarse de tal modo que todos puedan acceder a
estas necesidades vitales. Sin embargo, se les entregarán a aquellos
que se unan al nuevo proyecto de trabajo, que se sumen al estudio
obligatorio y cumplan con las demandas de la comunidad.

En resumen, en el nuevo mundo, las personas que piensen sólo en sí


mismas, ya no podrán hacerle frente. Será indispensable considerar el
bienestar de la comunidad entera. Esta es la Ley de la Naturaleza que se
manifiesta ahora. La sociedad debe cultivar el cuidado mutuo, es decir
que cada persona tome interés en los demás como si se tratara de un
cuerpo único, que se preocupa por cada uno de sus miembros.

Ya hemos empezado a sentir lo que representa el cuidado mutuo,


el deseo mutuo, bajo la forma de nuestra vida común, la sensación de
unión y de participación entre nosotros. A través de esta percepción

19
CONECTADOS

habremos de sentirnos intemporales porque abandonaremos nuestros


deseos personales y experimentaremos aquellos que son ilimitados: los
de la colectividad.

El mundo debe construirse a partir de sistemas desprovistos de


egoísmo, y todos los sistemas del estado deben aspirar a esa meta, a un
plan único basado en la integralidad de la “garantía mutua”, que resulta
indispensable para la sociedad contemporánea. Si nos abstenemos
de hacerlo caeremos presos del oportunismo y la destrucción para
situarnos en un contraste mayor con la Naturaleza. Necesitamos
asegurarnos que vivimos como una familia, en un buen vecindario, en
una buena ciudad y un buen país: en un buen mundo.

Hoy en día podemos estudiar y captar el proceso por el que


atravesamos. Esto ya es muy positivo. No andamos a ciegas en la
oscuridad, huyendo del campo de batalla sin dirección alguna. Podemos
unirnos, avanzar hacia adelante y lograr mitigar los procesos en los que
nos encontramos.

La “Educación Integral” se relaciona con la estructura de la nueva


sociedad y el nuevo mundo desde tres aspectos: el mundo, que es la
Naturaleza; la humanidad dentro de la Naturaleza; y el ser humano
como parte de la humanidad. La Educación Integral explica también
cómo hemos llegado al estado actual a través de la evolución de
nuestro ego y cómo debemos proceder en adelante hacia una nueva
meta común y un futuro compartido.

20
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 1:
Una crisis o un renacimiento

¿Estamos experimentando los resultados de nuestros errores del


pasado?

¿Estamos experimentando los resultados de nuestros errores del


pasado? ¿La vida se rige por una ley absoluta, una tendencia universal?
¿Es un proceso inevitable que debemos atravesar y más adelante
alcanzar los beneficios?

La verdad es que la palabra “crisis” no es un término negativo. A pesar


de que así definimos las situaciones actuales -una crisis económica,
una crisis en educación, o una crisis en la ciencia- son aspectos de una
crisis global integral y única; una crisis en todas las esferas del quehacer
humano. Empleamos el término “crisis” para denotar un problema,
cuando en realidad el sentido de la palabra es de hecho “el nacimiento
a un nuevo estado”; en este caso, un estado del ser.

21
CONECTADOS

Sabemos por experiencia que tendemos a complacernos y


permanecer en una zona que nos resulta familiar. Tenemos dificultades
para dejar nuestro empleo o bien optar por nuevas situaciones en la
vida. El hábito lleva las de ganar y como todos sabemos, los hábitos
son difíciles de cambiar, particularmente si son malos. Una vez que el
sistema está en su lugar y no necesitamos invertir mucha energía para
mantenerlo, nos volvemos perezosos, inclinándonos hacia lo que nos es
seguro y familiar.

Sin embargo, si vemos un futuro feliz destinado para nosotros,


marchamos hacia él con confianza y alegría, convencidos que la
transición resultará sencilla. Pero si ésta se perfila difícil y amenazante
-y no podemos ver el futuro- nuestra situación nos parecerá
verdaderamente trágica.

Por consiguiente, en primer lugar debemos determinar si nuestra


situación es realmente tan trágica. Imaginen un feto creciendo en el
vientre de su madre. Se encuentra allí en un refugio bien protegido
cuando de pronto se inicia un proceso muy desagradable: ¡el nacimiento!
Tanto la madre como el feto experimentan una gran tensión y la presión
se acumula al punto que se repelen y el feto tiene que salir. Traducido
a emociones, es como si el feto detestara sentirse dentro de su madre,
mientras que ella no quiere o no puede conservarlo en su cuerpo por
más tiempo

Entonces, a través del rechazo mutuo, sucede el nacimiento y nace


el bebé a un mundo hermoso, lleno de luz; todos le dan la bienvenida
como quien ha sido recompensado con una nueva vida en otro nivel. En
donde antes hubo unos cuantos gramos de músculos y tejidos creciendo
dentro de un organismo, un ser humano ha hecho su aparición. Aún es
pequeño, incapaz de percibir su ambiente, pero es el comienzo de una
nueva vida.

Este ejemplo es muy similar al proceso que nosotros, como sociedad,


estamos atravesando. Es debido a esto que nuestra situación se asemeja
a los dolores de parto, justo antes del surgimiento a un mundo diferente.

22
Según las leyes de la Naturaleza

Anteriormente, las crisis no eran tan radicales como para definirlas


y relacionarlas con “nacimientos”. Las denominábamos “los pasos de
nuestra evolución”. Tales pasos se han sucedido en la historia de la
humanidad, pero la crisis actual es fundamentalmente distinta a todo
lo sucedido en el pasado.

Siempre hemos querido descubrir el próximo estado (al darnos


cuenta de que algún tipo de revolución en nuestra vida era obligatoria).
Podía tratarse de una revolución social, política, tecnológica, o bien,
provocada por un descubrimiento insólito, tal como el de un continente
hasta entonces desconocido, un arma innovadora, o una tecnología
como Internet que nos ha permitido acrecentar las conexiones.

Sin embargo, hasta ahora, no se había presentado una revolución que


cambiara tan radicalmente cada aspecto de nuestras vidas y las de toda
la humanidad, afectando cada continente, país, familia e individuo.

A pesar de que aún nos encontramos en la etapa prenatal del proceso,


no podemos afirmar con certeza cuál es la fase que atravesamos. No
obstante, sí podemos observar que nos perfilamos hacia el nacimiento.
La situación que definiremos como “la crisis prenatal”, ejerce su presión
creciente en nosotros, tanto colectiva, como individualmente. Es por
esta razón que cada vez somos más incapaces de mantener lazos
familiares, no queremos casarnos; y si lo hacemos, al poco tiempo
recurrimos al divorcio; ignoramos cómo criar a nuestros hijos y no
podemos hacer frente a nuestro empleo o a nuestras relaciones sociales.
En general nos vemos arrastrados hacia un estado de desorientación y
caos.

La razón por la cual definimos el nuevo estado como “una revolución


trascendente” o un “nacimiento” de toda la humanidad -y no tan sólo el
de un determinado país o sociedad- es que éste se manifiesta alrededor
del mundo. Nos señala que estamos conectados y nuestras acciones
repercuten en nuestros semejantes. Este es un estado global, que
ocurre simultáneamente en todo país y en cada persona. Es indudable

23
CONECTADOS

que se trata de una situación sin precedentes, pero lo más importante


es que no podemos prever hacia dónde nos conduce.

A través de la historia, siempre hemos avanzado para establecer


sociedades más evolucionadas, reemplazando una por otra. Es cierto que
estos cambios ocurrieron luego de revoluciones y guerras ocasionadas
por la religión, los recursos o los territorios. Incluso entonces, siempre
tuvimos confianza que marchábamos hacia un estado nuevo y favorable.

Pero si bien en el pasado una parte de la sociedad se conformaba y


aceptaba la situación recién lograda y otra parte la rechazaba, o un
país advertía el cambio y otro no, hoy en día nadie tiene la menor idea
acerca de la naturaleza del estado que se viene gestando. Nunca antes
le había ocurrido a la humanidad algo parecido.

Por todo el mundo, adquiere forma el eco de un cambio global.


Las variaciones climáticas anteriores ocasionaron las grandes
transformaciones de la humanidad, que estimularon las revoluciones.
La era de hielo, por ejemplo, forzó a los pueblos del norte a emigrar
hacia el sur, a mudarse de Siberia y Asia y trasladarse a Europa.

Algunos otros cambios fueron resultado de avances tecnológicos


o de la resistencia a un cierto régimen gubernamental. Pero ahora,
los cambios se suceden simultáneamente, debido a la ecología y la
naturaleza del hombre. Ya no podemos hacer frente ni siquiera a tales
factores primarios como la continuación de la siguiente generación,
o el sistema indispensable para el abastecimiento de alimentos,
calefacción, familia, salud, educación. Nos hemos vuelto disfuncionales
y lo más importante, no podemos prever el futuro hacia el que se dirigen
nuestros pasos.

¿Podemos vislumbrar el futuro? ¿Será posible abordarlo desde la


lógica y el entendimiento humano? Una persona prudente mira el
futuro, examina y realiza cálculos. De esta forma, el camino será más
fácil y expedito, y no caminará a tientas en la oscuridad como un ciego.

24
Según las leyes de la Naturaleza

Particularmente, ahora que las proporciones son globales, la idea de


andar errantes es alarmante.

La noticia de que el mundo es nuevo y está conectado nos abrirá los


ojos para ver la realidad desde una perspectiva novedosa. Ante todo,
nos introducirá al futuro estado de la humanidad y nos revelará la mejor
forma de llegar a él.

Para lograr una transición agradable y fluida, debemos conocer la


naturaleza de los cambios que se avecinan, específicamente por qué
deben ocurrir, las razones que han causado nuestros fracasos manejando
la realidad y los medios para transitar hacia ese nuevo estado.

¿Podemos efectivamente referirnos a nuestro estado actual como


una crisis prenatal, en la cual la Naturaleza oficiaría de “partera”,
experimentando la presión humana y de la Naturaleza misma que nos
obliga a transformarnos y alcanzar el nuevo estado? ¿Este proceso
es natural para el desarrollo humano? Si pudiéramos responder a
estas preguntas, ¿sería posible predecir cuál será este nuevo nivel de
evolución?

Los pueblos que fueron sometidos a la esclavitud no supieron que


su siguiente etapa sería la de una relativa libertad. Pensaron que su
condición era la más conveniente. No sentían deseos de pensar de
manera interdependiente y estaban dispuestos a trabajar para recibir
techo y alimento.

Era todo lo que requerían. El amo cuidaba de sus esclavos para sacar
provecho de su trabajo y todo lo que proveía era vivienda, alimentos y
salud, obteniendo más ganancia que de lo que invertía en ellos; de esta
forma ambas partes salían beneficiadas.

Pero los amos de los esclavos descubrieron que se beneficiarían más


si les otorgaban su libertad porque el rendimiento era insuficiente como
para sostenerlos en sus propiedades. Si les concedían la libertad, los
esclavos tendrían que seguir trabajando, los dueños conservarían su

25
CONECTADOS

parte, y sería más rentable que mantenerlos como esclavos y darles


cuidados. Así fue como la sociedad evolucionó hacia la siguiente fase.

Hoy en día, como en aquella época, avanzamos hacia un nuevo


estado. Pero, ¿por qué no lo podemos percibir?, ¿por qué no lo
podemos planificar? Tenemos abundancia de personas inteligentes y la
vasta experiencia legada por la historia y la ciencia, entonces, ¿por qué
andamos a tientas como ciegos o incompetentes? Podemos observar
el desconcierto que prevalece en las conferencias internacionales, en
cada instituto de investigaciones y en toda universidad. Podemos decir
que los sociólogos, psicólogos y economistas no tienen la capacidad
para descubrir la solución a la crisis.

Sabemos que algo debe cambiar, tal vez todo deba cambiar; sin
embargo, no sabemos por dónde empezar. No tenemos ni los medios
ni la finalidad. Ciertamente nos hallamos indefensos.

El desarrollo social provoca el avance político, así como el de otras


distintas esferas de la existencia: familiar, económica, educativa,
cultural, científica y tecnológica. Nuestra vida social actual empezó este
proceso hace miles de años, cuando nos percatamos que no podíamos
suplir aisladamente nuestras necesidades.

A pesar de que surgimos del reino animal, los humanos no vivimos en


manadas o rebaños como sucede en otras especies de animales. Está
impreso en nuestra naturaleza crecer, evolucionar, transformar nuestro
ambiente, aprender el significado de la vida y descubrir cómo podemos
perfeccionar nuestro estado. Es un impulso egoísta. Cada quien quiere
una vida más segura, próspera y apacible.

Asimismo queremos ser superiores a los demás. Somos envidiosos,


codiciosos y buscamos poder y respeto. En efecto, estas cualidades han
motivado nuestro desarrollo y progreso; pero para ello las personas
debemos tener una vida social.

26
Según las leyes de la Naturaleza

Si bien podríamos sobrevivir en los bosques si lo intentáramos,


evolucionaríamos como animales. Tenemos casos de personas perdidas
en ambientes naturales despoblados que crecieron como animales.
Bajo tales condiciones, el individuo adquiere tal aspecto, perdiendo
sus características humanas al grado que se torna imposible restaurar
su habilidad para socializar y reintegrarse a la sociedad humana. Por
consiguiente, a través de las generaciones, nuestro decidido empuje ha
sido el promotor de la sociedad y de nuestro ambiente social.

Constatamos que el hombre no evoluciona solo, sino que todo


depende de la sociedad, es decir, que desarrollamos a la sociedad y
en virtud de ello nuestras propias vidas siguen el mismo curso; somos
interdependientes.

Podría decirse que en la actualidad, cada uno de nosotros depende de


miles de personas alrededor del mundo. No existe un solo país que no
cubra de alguna manera nuestras necesidades tanto de alimentos como
de vestido, materiales de construcción, calefacción, refrigeración y
todo lo demás que poseemos. Y si la producción interna no es factible,
entonces la interacción se lleva a cabo entre países: uno provee la
materia prima y otro tiene la tecnología para entregar el producto
terminado.

Cuanto más se diversifica el mundo en especialidades, más incide esto


en nuestro empleo. Sin embargo, nuestras funciones están conectadas
y sincronizadas a los demás trabajadores del planeta. Así es como
podemos producir una enorme cantidad de artículos que rebasan el
alimento y vestido básicos que fueron suficientes en el pasado.

Al ir evolucionando, fuimos perfeccionando los procesos de producción


de alimentos y vestido, por lo que más adelante proyectamos los
medios de transporte y otras tecnologías que derivaron en maestrías
singulares, como la economía, agricultura y maquinaria, como así
también en las artes y la cultura.

27
CONECTADOS

Hoy en día, contamos con industrias enteras dedicadas a desarrollar


bienes y servicios que no necesitamos, como la del deporte o el turismo;
sin embargo, pensamos que no podríamos prescindir de ellas. Un
músico famoso puede ganar en una hora de representación lo que un
obrero no ganaría en un año o en toda su vida. Valoramos y veneramos
mercancías que no necesitamos para nuestro sustento, pero que se han
vuelto indispensables.

Si calculamos lo que necesitamos hacer cada día para abastecernos de


nuestras necesidades básicas, comparado con todo lo que producimos,
constataremos que el 90% de toda esa producción es en realidad
innecesaria para nuestra subsistencia. Sin embargo, sin ella sentiríamos
que no vale la pena estar vivos, ya que estos artículos pertenecen al
nivel humano de la existencia.

Por consiguiente, no cabe duda de que dependemos inevitablemente


de la sociedad. Podríamos vivir en cuevas si no tuviéramos otra opción,
pero nuestra evolución humana nos obliga a tener mayores aspiraciones.

En la actualidad nos encontramos en una etapa en la que apartar a una


persona de la sociedad significa sentenciarla a una vida de infortunio.
Podría disponer de lo básico para evitar morir de hambre, pero en
cuanto al resto, dependerá de todos los demás. Necesitamos producir
todo lo que la sociedad requiere y sólo así recibiremos lo que queremos
de ella; por ende, dicha dependencia es un hecho.

En verdad, ¿cuál ha sido nuestro error?, ¿cómo terminamos en esta


situación en la que no sabemos comportarnos? Experimentamos
crisis dentro de la sociedad y en nuestras propias vidas porque en este
momento sólo percibimos el aspecto negativo de la crisis, sólo los
dolores de parto, no así del nacimiento.

Si examinamos nuestro desarrollo y a nosotros mismos como seres


humanos, descubriremos que éste último surge de nuestros deseos,
del hecho que constantemente aspiramos a más. En épocas pasadas
el hombre tenía deseos limitados; quería vivir en el campo, tenía

28
Según las leyes de la Naturaleza

suficiente con unas cuantas vacas, unas gallinas y una parcela de tierra.
Al lado de su esposa y sus hijos, transcurrían sus días y sabía que todo
esto conformaba su existencia.

Más tarde, crecieron nuestros deseos forzándonos a comerciar


para conseguir lo que queríamos, vendiendo nuestros productos
en el mercado para poder comprar otros. Por ejemplo, un granjero
que visitaba la ciudad y encontraba un arado moderno para labrar
la tierra, trabajaría duro o pediría dinero prestado para adquirirlo,
y en consecuencia aumentar su cosecha. Así fuimos avanzando,
conectándonos e interconectándonos a medida que nuestro creciente
ego nos urgió a progresar.

Toda nuestra historia deriva de este tipo de desarrollo de los deseos


humanos. Siempre queremos más porque nuestros deseos crecen
constantemente, al adelantarnos en observar a los demás y envidiarlos.
Una persona alcanza grandes logros en una empresa en particular,
mientras que otros se realizan en otros campos. Aprendemos porque
nos motiva la envidia, la codicia, la búsqueda del honor y la voluntad
de dominar. Queremos emular de los demás todo aquello que nos
beneficie y conseguir tanto éxito como ellos porque nuestro ego no nos
permite sentirnos perdedores.

El desarrollo de los deseos humanos ha sido la causa de todos los


cambios y las revoluciones en la historia de la humanidad. Es éste el que
ha dado inicio a las guerras para conquistar territorios e imperios. Luego
vino el descubrimiento de nuevos horizontes que se aprovecharon, como
nuevas zonas de desarrollo. A medida que el comercio y la tecnología se
perfeccionaron, aprendimos a procesar la materia en diversas formas.
Ahora, al fin hemos llegado a la frontera final: el espacio.

Y sin embargo, a la larga, el progreso y el desarrollo nos han llevado


a un callejón sin salida. Empezó a ser evidente durante los años
sesenta, cuando los ambientalistas y los sociólogos nos advirtieron que
la humanidad se hallaba en suspenso al no poder determinar en qué
sentido enfocar el crecimiento futuro. El programa espacial nos ayudó

29
CONECTADOS

a olvidarnos de ello por algún tiempo, pero también su carrera finalizó


prematuramente.

Circundamos la Tierra y llegamos a la Luna, ¿pero y después? No


fue de gran ayuda. Todas nuestras esperanzas de encontrar vida
extraterrestre, concluyeron al descubrir sólo materia inerte, sin vida,
vegetación o animales y ciertamente sin seres humanos.

En lugar de esto, hemos desembocado a una especie de vacío.


Hemos evolucionado al punto que no tenemos ya a dónde ir; no vemos
en qué dirección podríamos continuar. Nuestra propia naturaleza y la
Naturaleza que observamos a nuestro alrededor han dejado de abrirse
ante nosotros.

Los pensadores y los científicos de varios campos nos advierten que


hemos llegado al final del desarrollo del hombre: de hecho, se han
escrito muchos tratados acerca de ello.

El ego humano se infló, evolucionó y creímos que nuestro desarrollo


sería ilimitado, que produciríamos otros medios de comunicación,
vehículos ¡e incluso nuestros aviones privados! Pero, a la larga, quien
prueba todos estos productos permanece vacío y descubre que no le
proporcionan la satisfacción prometida.

Todo nuestro progreso ha nacido de nuestros deseos congénitos,


que crecían sin cesar. Sin embargo, de pronto han interrumpido su
progresión y en su lugar sentimos la decadencia.

Las personas trabajan y gastan todo su salario en ellas mismas. No


sienten la necesidad de tener una familia. Se sienten libres, lo disfrutan,
mientras sus madres los atienden. Cuando los padres se jubilan viven de
su pensión y del seguro social y sus hijos les ayudan y se sienten felices
de poder hacerlo.

Hemos construido una sociedad que ha evolucionado a tal grado que


podemos comprar comida ya preparada que sólo necesitas calentar en
el horno a microondas unos cuantos minutos. Cada individuo tiene su

30
Según las leyes de la Naturaleza

apartamento que no comparte con nadie y cuando envejece allí está


el seguro social, el seguro de gastos médicos y los hospitales para
cuidarlo. Muchos están convencidos que trabajar duro sencillamente
no es redituable.

Nuestro ego ha crecido de tal forma que no podemos conectarnos


con los demás, esforzarnos por ellos, atenderlos de la manera que ellos
quieren ser atendidos. No sentimos que podemos conectarnos con otra
persona a menos que surja algún interés de ayuda recíproca.

Las parejas de hoy administran sus relaciones como una empresa.


Ambos trabajan y comparten los pagos. En el pasado, el hombre era el
proveedor y la mujer se quedaba en casa con los hijos.

En nuestros días, ambos salen de casa por la mañana para ir al trabajo,


llevan a los niños a la escuela en donde supuestamente reciben una
educación, los recogen por la tarde de regreso a casa. Allí, cada uno ve
por sí mismo. Los adultos comparten los mismos deberes y tareas y no
existe diferencia entre el padre y la madre.

Resulta que hemos llegado a un estado en el cual la familia ha perdido


su estructura y se ha convertido en una sociedad empresarial y como
en cualquier sociedad, debemos examinar si vale la pena conservarla
o desintegrarla. Es debido a ello que tenemos tantos divorcios, o
individuos que para comenzar no quieren convertirse en socios. El ego
creciente nos desaconseja formar parte de una “asociación familiar”.

La educación que reciben nuestros hijos es muy diferente de la que


nos impartieron. La brecha generacional es tal que es frecuente que
se hallen totalmente aislados de nosotros, como si se tratara de una
especie distinta. Tienen una educación diferente, otros intereses, y a
duras penas entendemos quiénes son, cómo hablan, lo que hacen y lo
que les agrada: la conexión entre las generaciones se ha roto.

Esta situación nos hace pensar “¿para qué necesito hijos si no me


dan satisfacción alguna y me tratan como a un cajero automático? Es

31
CONECTADOS

cierto que cuando son pequeños disfruto mucho, pero cuando llegan a
la adolescencia pierdo totalmente el contacto con ellos”.

En la generación anterior podíamos esperar unos cuantos años para


tener nietos a quienes consentir -mientras fueran pequeños- ¡y nos
proporcionaban tanta alegría! Pero incluso ahora esto se ha olvidado,
porque los hijos no quieren casarse y tener hijos, por lo que no podemos
disfrutar de nietos. En este estado de cosas, ¿quién quiere tener hijos?
Por supuesto que no lo calculamos conscientemente, pero se encuentra
disimulado en el subconsciente y concluimos que estamos mejor sin los
hijos.

Todo es resultado del desarrollo del ego. Demográficamente crecimos


muy rápido, pero ahora el ascenso se ha nivelado y de hecho los estudios
muestran que las tasas de natalidad en el mundo están decayendo y
pronto el número de infantes disminuirá.

Existen aún algunas civilizaciones, como en los países árabes, que


por motivos hereditarios y religiosos engendran muchos hijos. Pero en
la mayor parte de la población mundial, ha cesado la motivación; y en
lugar de tener familias con diez hijos, sólo hay dos o tres niños en cada
una.

De la mano de la desintegración de la unidad familiar y el sentido de


parentesco, está esbozándose otro fenómeno muy interesante: nuestra
sociedad se está conectando. Más allá de que estamos conscientes
de que los bancos, la industria y los fabricantes están conectados
globalmente y comercian con materias primas y productos terminados,
nosotros nos estamos volviendo dependientes unos de otros en nuestra
cultura y educación. No se trata de conocer a través de los medios lo
que sucede en todo el planeta; más bien, nos volvemos dependientes
unos de otros.

Si esa dependencia es del tipo que reina en una familia armoniosa, nos
brindará seguridad y bienestar. Pero si es una dependencia negativa,
conducirá al divorcio y lo que es peor, a la violencia.

32
Según las leyes de la Naturaleza

Pero a pesar de que cada vez detestamos más a los otros y nos
repelemos mutuamente a escala global, ¿cómo sería posible divorciarnos
si la Naturaleza nos ha encerrado en esta delgada corteza? De hecho
somos interdependientes y no podemos divorciarnos, ni podemos huir.

Además, cada día nos estamos volviendo más interdependientes.


Antiguamente, cuando mediaba cierta distancia entre nosotros, si
teníamos conflictos, en el peor de los casos nos matábamos. Pero con el
armamento del que disponemos hoy, cualquier hostilidad mayor puede
conducir a la destrucción de todo el mundo. Hoy en día todos dependen
de los demás para bien o para mal.

Se trata de un problema mayúsculo porque al mismo tiempo,


nuestro ego es más intolerante e intransigente que nunca. Nuestra
capacidad de razonamiento está ensordecida debido al odio intenso
que priva entre nosotros y vivimos con el temor que si alguien une el
armamento a nuestra crueldad, envidia, codicia, deseos de honor y
dominio, podríamos terminar por destruir al mundo. Observamos que
la Naturaleza nos conduce a la interdependencia ineludible, a diferencia
de una familia de la que nos podemos divorciar.

¿Qué hacemos? La única solución es la reconciliación entre todos


los “miembros de la familia”, en todos los países. Y no lo debemos
lograr mediante presión o coerción, sino a través de un compromiso
mutuo que nos lleve a complementarnos entre nosotros y con todas las
naciones del mundo.

Fuera de esa solución -de la que nuestras vidas dependen- no


podremos reorganizar nuestra vida social y nuestras relaciones como una
familia. Debemos examinar lo que cada uno de nosotros necesita para
complementar las necesidades de los demás. Tenemos que averiguar
qué tipo de educación debemos inculcar los adultos a los niños, para
que en la próxima generación encuentren más sencillo integrarse a un
mundo bueno, cálido y amistoso. Al mismo tiempo, debemos pensar en
cómo evitar los enfrentamientos entre las personas.

33
CONECTADOS

Muchos estudios científicos nos han demostrado que el mundo se


ha vuelto “circular”, conectado e interdependiente y que no podemos
escaparnos de él. En realidad, resulta que no sólo no podemos zafarnos
de nuestra mutua interdependencia, sino que cada día que pasa los
pueblos y las naciones avanzan hacia una mayor colaboración.

Cada vez es más evidente que el aislamiento va en contra del proceso


que hemos estado experimentando desde el inicio de la evolución
humana hasta nuestros días. Resistirse a las leyes de la Naturaleza
nunca ha funcionado. En este caso es incluso peligroso, tanto para el
país que lo intente como para el resto del mundo.

Si el individuo conoce las leyes de la Naturaleza pero no las cumple, de


inmediato se causa daño. Todas las tecnologías y las ciencias emulan a
la Naturaleza. Desarrollamos herramientas para descubrir los secretos
que aún guarda para utilizarlos en nuestro beneficio. Podemos deducir
que si conocemos y aprovechamos dichas leyes, particularmente las que
se refieren a la sociedad y la psicología social, conseguiremos grandes
beneficios. De lo contrario, habremos de iniciar un juicio de divorcio que
a la larga se manifestará en una guerra.

Es importante resaltar a qué nos referimos cuando señalamos que


triunfaremos si observamos de cerca las leyes de la Naturaleza en el
nivel humano y psicológico. Se trata de leyes que operan en el interior
de los seres humanos, incluyendo la psicología humana y la psicología
de la sociedad y la familia. La psicología trabaja para entender la
naturaleza y las relaciones humanas.

Cuanto más comprendamos la naturaleza humana y cómo manejar


nuestras relaciones, mayor capacidad tendremos para construir una
sociedad en donde todos encuentren bienestar y estén dispuestos a
hacer concesiones a los otros.

Es verdad que cada uno quiere ser “número uno”, pero se puede
demostrar que el individuo se beneficia más si trata a los otros como
iguales, brindando apoyo a sus pares. Si logramos probarlo, la gente se

34
Según las leyes de la Naturaleza

prestará voluntariamente a las concesiones recíprocas, al entender que


no queda otro camino en un sistema interdependiente. De esta forma,
estableceremos una sociedad en la cual todos encontrarán satisfacción.

Es evidente que nuestro ego constantemente nos incitará a resistirnos


al cambio porque desea tener predominio; pero la opinión pública nos
ayudará a combatirlo. Comprobaremos en qué forma el ambiente social
afecta y educa al individuo controlando su ego. Por supuesto, la opinión
pública puede vigilar que no le concedamos su libertad causando daño
a la sociedad. Cuando tengamos el ego bajo control, descubriremos
que podemos ganar mucho más utilizándolo de manera que favorezca
a la sociedad y que incluso el mismo se beneficiará con esta interacción
social.

Nuestra visión de la sociedad y su influencia debería ser el elemento


dominante, decisivo, determinante. Debemos aprender qué es el
hombre, cuál es su entorno y en qué medida ejerce su influencia
recíproca. Estas relaciones se basan en las leyes de la Naturaleza y
nosotros somos parte integral de ella.

Es necesario analizarnos y analizar nuestra sociedad humana; de


esta forma podremos entender las relaciones interpersonales y cómo
manejarlas positivamente.

Es indispensable conocernos, entender porqué evolucionamos así y si


podemos o no, oponernos a este desarrollo. Es como si la Naturaleza nos
llevara hacia algo desconocido pero mejor, por lo que sería conveniente
conocer el porqué y después unirnos a ella.

También necesitamos entender porqué no percibimos la imagen


del futuro. Después de todo, hasta ahora lo habíamos entrevisto,
evolucionando a través de nuestro entusiasmo por descubrir, supernos
y crecer. Hoy ya no es así, sino que nos marchitamos, nos desesperamos
y perdemos el deseo de acción.

35
CONECTADOS

Parece que este estado también es necesario para despertar el


siguiente nivel de desarrollo. Significa que debemos abandonar el
estado actual y elevarnos a uno completamente diferente.

La razón de nuestra desilusión, fatiga e impotencia se debe a que no


queremos permanecer en el estado actual. Pero al estudiarlo se diría que
lo estamos abandonando, que nos estamos purificando, revistiendo de
un atuendo para entrar en ese nuevo mundo; que queremos perder el
contacto con el mundo antiguo, que ensuciamos y en el que dañamos a
los otros, tanto como a nosotros mismos.

Si examinamos lo que podríamos conservar de nuestro mundo


actual para llevarlo a un mundo ideal, veríamos que no hay nada que
podamos guardar: ni nuestra célula familiar rota, ni nuestras relaciones
con nuestros hijos, ni las amistades o nuestros empleos, si es que aún
tenemos uno. Al reflexionar en nuestra vida, nos damos cuenta que nos
hallamos en un estado lamentable.

Hemos perdido la esperanza porque no podemos ver lo que tenemos


aquí y ahora. No podemos advertir la solución que podría surgir del
estado en el que nos encontramos. Así sucede en cada país; todos
estamos viviendo momento a momento y cada vez más personas
entienden que este es el estado de cosas, que nacimos y por consiguiente
estamos vivos.

Estamos experimentando una situación particular. La investigación


nos muestra que nos alejamos de los sucesos actuales hacia un nuevo
nivel de existencia. De hecho estamos dando un salto hacia un nuevo
grado y naciendo a un nuevo mundo.

Será un mundo con reglas diferentes, que la Naturaleza ya ha


comenzado a presentarnos. Nos referimos a las reglas integrales,
las leyes de dependencia mutua, el “mundo circular”, un mundo de
igualdad y unidad. Son leyes a través de las cuales hemos de vivir como
una familia saludable.

36
Según las leyes de la Naturaleza

Pero, ¿será sólo una conjetura que nos estamos encaminando


hacia ese mundo?, ¿no será tan sólo un sueño? o ¿será el estado
real que le aguarda a la humanidad, al que deberemos llegar, ya sea
conscientemente y de buena gana, o por medio de fuerzas que nos
obligarán a ello? Si esta es la situación valdría la pena estudiar las leyes
del mundo integral porque entonces sabremos cómo llegar a ese estado
en forma placentera y cómoda.

Tenemos que estudiar estas leyes porque en nuestra estado anterior


de desarrollo, evolucionamos porque la Naturaleza nos empujó por
detrás, con nuevos deseos que despertaba en nosotros. Hoy en día ya
no es así, porque nos encontramos en un callejón sin salida. No sentimos
más deseos de preparar un camino para transitar, por lo que debemos
escudriñar el siguiente paso para entender su propósito y determinar
cómo podemos lograrlo.

Cuando abramos el portón de esta nueva vida, veremos lo que se


presentará ante nuestros ojos. También habremos aprendido los medios
a través de los cuales llegamos allí. A diferencia del desarrollo instintivo
que tuvimos en generaciones previas, pasando de un estado a otro, de
un nivel social a otro y luego a diversos modelos de sociedad, ahora
evolucionaremos con conocimiento de causa. Por eso es necesario
estudiar las leyes de la Naturaleza. Entonces, al mismo tiempo que
reconocemos las leyes, las comprendemos; y estudiando la sociedad
humana y a nosotros mismos, pasaremos al nuevo estado.

Es como si nos estuviéramos dando a luz a nosotros mismos. Esta vez


deberemos ascender para observarnos, examinar nuestra situación y
todo lo que sucede desde una perspectiva más alta. En el pasado nos
dejamos llevar por la corriente, aprovechamos las oportunidades que
se nos presentaron, nos sublevamos y provocamos revoluciones en el
gobierno y en la sociedad. Hoy en día es indispensable elevar nuestro
nivel de consciencia por encima de nuestras vidas y observar la Tierra
y la sociedad humana desde una perspectiva global; luego, a partir de
esto, seguiremos evolucionando.

37
CONECTADOS

Esta es la primera ocasión en que la Naturaleza exige a cada uno de


nosotros que reconozcamos quiénes somos, el mundo en el que vivimos
y el estado hacia el cual dirigirnos. Es la primera vez que se nos pide ser
“humanos” en el sentido de saber y aprehender la esencia de la vida.

Por lo tanto, es necesario entender que nuestros estudios tienen


como propósito ayudarnos a llevar a cabo una revolución en nuestras
vidas y alcanzar un nuevo nivel de perfección.

Cuando investigamos la naturaleza inerte, vegetal y animal, así como


al hombre que se encuentra dentro de este marco, encontramos diversas
leyes. Avanzamos conforme a ellas y las llamamos “Naturaleza”. Somos
parte integral de la Naturaleza, no estamos fuera de ella, somos el
resultado de su evolución.

La psicología humana, la ciencia del comportamiento humano,


forma también parte de las leyes de la Naturaleza. Es una ciencia que
evolucionó en los últimos tiempos, hace casi cien años, porque sólo
entonces empezamos a sentir que podíamos progresar de una manera
única, con toda nuestra consciencia. Empezamos a examinar el dominio
del desarrollo, quiénes somos, cómo nos relacionamos con los demás y
porqué.

Hasta hace sólo un siglo se escribieron libros describiendo nuestro


comportamiento y a partir de entonces hemos comenzado a investigar
el porqué de nuestros actos. La psicología es el estudio de las leyes
que afectan a la humanidad. Por lo tanto, es un importante campo de
investigación porque nos ayuda a comprender quiénes somos, quiénes
son los demás y cómo podemos construir vidas plenas.

Las leyes de la Naturaleza en el nivel inerte se denominan “física”, en


el nivel vegetal, “botánica”, en el nivel animal, “zoología” y en el nivel
humano llevan el nombre de “psicología”.

Los niños progresan paulatinamente porque en su interior, su naturaleza


pasa por un proceso que acrecienta su entendimiento, cognición

38
Según las leyes de la Naturaleza

y comportamiento, física, psicológica y mentalmente. Esto responde a


la ley de desarrollo de la Naturaleza.

Podemos definir las habilidades apropiadas de un infante a


determinada edad y las capacidades físicas que debería adquirir.
Estamos al tanto de estas mediciones porque ya conocemos la ley del
desarrollo, su dinámica y el proceso y no podemos actuar de otra forma
porque todo ello constituye la base de nuestro funcionamiento y van a
la par de nosotros.

Somos parte de la Naturaleza; en nuestro interior se encuentra una


“maquinaria” que nos desarrolla como individuos a través de nuestras
vidas y colectivamente a través de la historia. En retrospectiva, podemos
sacar conclusiones sobre el porqué de nuestra evolución y lo que nos ha
motivado.

Se puede comparar esta evolución a la de un niño, que contiene en


su interior partículas de datos en constante expansión, o a un cachorro,
cuyo crecimiento podemos anticipar. De igual forma, las sociedades
también tienen leyes de desarrollo; las denominamos “sociología”.
Nuestro mundo está conformado por leyes. En realidad no las
entendemos porque son ciencias nuevas, pero entre más aprendemos
de ellas más nos percatamos que las leyes de la sociedad son iguales a
cualquier otra ley.

Las personas se desarrollan tanto personal como socialmente. Todo


esto surge de los datos que están incrustados en nosotros. Las leyes
dictaminan cómo construiremos la sociedad de la misma forma en que
se construye una persona. A medida que el tiempo afecta estos datos,
nos desarrolla como corresponde.

Si alimentamos a un infante y cuidamos de él, veremos que crece año


tras año. Sin embargo, no es la comida lo que provoca su crecimiento.
El alimento permite el desarrollo de los genes y a través de ellos un niño
se convierte en adulto.

39
CONECTADOS

Cuando vemos a un recién nacido que procede de una sola célula,


sabemos que no fueron los padres que decidieron que así ocurriría, ni se
trata de una casualidad. Los padres saben por anticipado que la célula
se convertirá en un bebé, y que el bebé llegará a ser un adulto. Todo esto
proviene de un gen informativo, de ciertos datos que se encuentran
allí presentes. Estos datos reciben “alimento” desde el exterior y se
desarrollan. Todo está regido por leyes al igual que todo lo que sucede
en la sociedad humana.

La Naturaleza evoluciona, desarrolla e influye a los niveles inerte,


vegetal, animal y también al Hombre. Todos hemos evolucionado:
primero lo hizo la Tierra, luego llegaron las plantas, después los
animales y finalmente los seres humanos. La evolución comenzó con
el «Big Bang», y continúa a través de un proceso de integración de sus
partes, desarrollándose hacia la unidad, en calidad y cantidad.

Primero, le tocó el turno al nivel inanimado. Después comenzaron a


crecer las plantas como seres vivos. Luego evolucionó el nivel animal
a tal grado que cada especie lo hizo individualmente. Finalmente el
hombre hizo su aparición.

La pregunta es: ¿Existe consistencia, una ley detrás de este desarrollo?


Las leyes están allí; lo sabemos por el pasado. Es posible que no las
entendamos, pero las leyes existen.

Observamos la Naturaleza y aprendemos la manera en que nos


desarrolla como parte de ella. Por lo tanto, ¿quién es el hombre?, ¿todo
nuestro conocimiento nos exenta de formar parte de ella? Existimos
en una burbuja que conocemos como “Universo”, estudiamos nuestra
situación e intentamos descubrir las leyes que rigen a esta burbuja.

La sabiduría de la Naturaleza no tiene límites; apenas si estamos


rozando su superficie y la mera profundidad que conseguimos es nuestra
llamada ciencia. Y sin embargo, no podemos descubrir el camino a
seguir, lo que significa que debemos continuar estudiando estas leyes.

40
Según las leyes de la Naturaleza

En realidad es muy positivo que nuestro malestar nos incite a estudiar


la Naturaleza para mejorar nuestra situación.

En resumen, imaginen que la Naturaleza es una burbuja o una pelota.


Existimos dentro de la pelota y en ella hay leyes absolutas que nos
gobiernan. Cuando la estudiamos tomamos consciencia de sus reglas.
Esta exploración es lo que conocemos como “ciencia”. No obstante,
queda por descubrir todavía la vastedad de la realidad.

Conocer las leyes de la Naturaleza nos ayuda como colectivo a construir


una vida mejor. Tenemos televisión, Internet, lavadoras, secadoras y
otros electrodomésticos. Todos ellos son el resultado de los estudios que
hemos llevado a cabo con el correr de los años. En comparación con una
persona que vive en algún pueblo lejano, bombeando agua de un pozo,
cocinando con leña, lavando sus prendas a mano, nosotros tenemos
la posibilidad de realizar estas tareas rápidamente y sin esfuerzo. En
nuestras casas tenemos electrodomésticos y podemos hacer un sinfín
de cosas que no podríamos llevar a cabo si viviéramos en alguna aldea
del pasado.

Por consiguiente, la tecnología nos ha dejado tiempo libre para


ocuparnos de todo tipo de empresas que no forman parte de nuestras
necesidades básicas. La cuestión es: si es así como hemos progresado
en la sociedad, ¿por qué hemos terminado con una vida vacía y sin
sentido que no nos deja sino depresión, inseguridad y ansiedad?; ¿qué
hemos hecho con todo el tiempo libre que la tecnología y el desarrollo
social nos han entregado?; ¿cómo fue que en lugar de la vida tranquila
del campo -con todo y sus duras tareas- hemos terminado habitando
dentro de una selva? y ¿por qué hemos perdido tiempo y energía
creando un modo de vida cruel y desconcertante?

Es posible que necesitemos encontrar un estilo diferente de vida.


Tal vez debemos abandonar la selva urbana y retornar a las aldeas.
En los poblados hoy en día contaríamos con todo lo necesario para
vivir, trabajaríamos dos horas al día y pasaríamos el resto del tiempo
dedicados a otros menesteres. ¿Sería posible revolucionar nuestras

41
CONECTADOS

vidas hasta ese punto?

Hasta ahora, hemos intentado presentar una visión de conjunto de


nuestra historia, partiendo de la evolución de nuestros deseos hasta
llegar a la situación actual. Los deseos que han suscitado el desarrollo
humano se han transformado en deseos globales, que nos asedian
volviéndonos dependientes unos de otros. Han hecho de nosotros una
familia que pasa por una crisis severa, debido a nuestra enajenación.
La crisis afecta claramente a la “familia humana”. Si creamos un nuevo
orden para esta familia, daremos solución a sus crisis. Por consiguiente,
no tenemos más remedio que descubrir el entendimiento recíproco a
nivel global.

42
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 2:
De tantear en la oscuridad al desarrollo consciente

¿Qué debemos hacer para ser felices?

La historia nos muestra que nuestras vidas cambian de generación


en generación. Antes, las personas habitaban en aldeas o poblados.
Vivían y trabajaban en el mismo lugar y en raras ocasiones viajaban.
Hoy trabajan en un sitio y habitan en otro y a menudo se marchan por
negocios o vacaciones. También se mudan con más frecuencia y no
pasan su existencia en un solo lugar; todo se ha vuelto dinámico y sujeto
a cambios.

Cualquiera que haya nacido en la primera mitad del siglo pasado y


aún está vivo en el siglo 21 es testigo de la transformación del mundo. A
diferencia de otras creaciones de la Naturaleza -los animales y las plantas-
que difícilmente sufren cambios a través del tiempo, cada generación
humana muestra una evolución significativa en todos los aspectos.

43
CONECTADOS

Es necesario plantearnos algunas peguntas: ¿Por qué cambiamos de


generación en generación? ¿No sería suficiente nacer y continuar como
la especie anterior? ¿Cuál será el propósito de dichos cambios, de este
desarrollo?

A pesar de que no percibimos la necesidad del desarrollo humano


y la dirección que sigue, podemos advertir nuestro crecimiento.
Observamos que el recién nacido tiene que crecer para asumir como
adulto una vida útil y plena; llenar sus expectativas, cambiar su vida,
tener hijos y legarles las posesiones que haya adquirido durante su
existencia. Los hijos son la continuación de la vida de sus padres; en
cierto sentido son la extensión de ellos. Pero para lograr todo esto, el
bebé necesita crecer y obtener conocimientos, fuerza y percepciones
que le permitan comprender la vida y alcanzar sus metas.

Es posible que nosotros también sigamos esta pauta. Tal vez


podríamos comparar los cientos de miles de años de evolución con la
vida de una persona; cada período sería como una etapa del crecimiento
del infante.

Sabemos cómo se desarrollan nuestros hijos y cómo proporcionarles


el material para impulsarlos, como juegos y ejercicios. Después los
introducimos a una sociedad que se encargará de su preparación.
Pero en cuanto a nosotros mismos, ignoramos la manera en que
evolucionamos por lo que no notamos cómo se van refinando nuestros
deseos, sino que consideramos todo esto como fortuito y casual.

Es como si la progresión de nuestros deseos estuviera ocurriendo


al azar. Podríamos compararlo con unos padres que consideran a su
hijo con asombro y se preguntan ¿de dónde ha salido este pequeño?,
¿por qué?, ¿cómo lo criaremos?, ¿qué clase de educación le daremos?,
¿tendrá compañía?, ¿lo inscribimos en un jardín de niños?

44
Según las leyes de la Naturaleza

En apariencia no sabemos nada sobre nuestros hijos. En efecto,


¿cómo crece un bebé?, ¿se desarrolla por casualidad? Los impulsos
dentro de ellos no son suficientes para formarlos como seres humanos
ya que la Naturaleza de nuestro mundo pertenece al nivel animado. Por
consiguiente, somos nosotros los que les facilitamos el conocimiento,
los deportes, la música, la educación, y todo lo demás. En otras
palabras, les agregamos el nivel humano, el nivel “hablante” dándoles
así la oportunidad de crecer en el mundo que hemos creado para ellos.

En contraste, si bien la humanidad evoluciona de generación


en generación, no existe nadie encargado de vigilar que lo haga
correctamente. En consecuencia, cada nueva generación más avanzada
se torna también más miserable, percibiéndose carente y vacía.

Por una parte no cesamos en nuestro deseo de probar nuevas


tecnologías en aparatos, pero por la otra nos sentimos tan vacíos que
nos preguntamos ¿qué nos ha dado todo el progreso?, ¿qué hemos
logrado?

Es verdad, hemos penetrado el espacio exterior, hemos enviado


sondas exploradoras a Marte, alunizamos en nuestro satélite natural,
pero a nadie le emocionan estas hazañas porque lo tomamos como
hechos ordinarios. Podríamos lograr casi todo lo que quisiéramos sobre
la faz de la Tierra… ¿pero y nosotros? No sabemos cómo comportarnos
para sentirnos felices. Nos encontramos dentro de una crisis profunda:
las familias se desintegran y se disparan los índices de divorcio, los hijos
sufren, los padres sufren y la sociedad sufre debido al terrorismo y las
drogas. ¿En dónde se halla la alegría, nuestra felicidad?

La depresión es la enfermedad más frecuente en el mundo. Así es que


si pensamos en la humanidad como si fuera un bebé, diríamos que no
tenemos unos buenos padres que se ocupen de nosotros y nos críen
como corresponde.

Si examinamos a la Naturaleza, veremos que se preocupa sobremanera


del desarrollo correcto de todos sus componentes. Nosotros mismos,

45
CONECTADOS

como padres, sentimos un gran amor por nuestros hijos: queremos lo


mejor para ellos, entregamos nuestra vida por ellos, imaginando toda
clase de sistemas para apoyarlos. De hecho, el mundo entero trabaja
para promover a los niños, para que su vida sea mejor.

Pero no lo estamos consiguiendo, a pesar de que la Naturaleza nos


ofrece todos los medios para lograrlo. Nos dotó de amor, sin el cual no
cuidaríamos de nuestros niños, pero los amamos como los animales lo
hacen con sus crías. En otras palabras, la Naturaleza atiende el desarrollo
de cada uno de sus elementos y criaturas en forma muy particular. Sin
embargo, a pesar de que ella se esmera por hacerlos crecer seguros y en
las mejores condiciones -infundiendo en los padres el amor instintivo
por su descendencia- y los obliga a cuidar de ellos, los humanos no
estamos cumpliendo con estas directivas.

Si examinamos el fruto de un árbol, veremos que en sus inicios es


ácido y desabrido. Pero al ir madurando se vuelve hermoso, fragante
y delicioso.

Es posible que al igual que el fruto del árbol, estemos atravesando


por una etapa de maduración. Tal vez somos como una manzana verde,
dura y amarga, sin que nadie sospeche que se convertirá en un atractivo
fruto, a menos que la experiencia se lo haya enseñado.

Lo mismo ocurre con los humanos. Tienen que pasar al menos veinte
años para que un infante crezca y se vuelva apto para vivir como adulto,
capaz de aprender, de aplicar el conocimiento y dejar su huella en el
mundo. Por el contrario, el animal necesita de unas cuantas semanas
o meses para alcanzar su total desarrollo. Sin embargo, su progreso
es mínimo y permanece con sus cualidades animales, cuidándose por
instinto. No puede transformarse ni transformar al mundo.

Podemos concluir que nuestro desarrollo es gradual, como el de un


fruto cuyo sabor es desagradable al brotar, pero al crecer se vuelve dulce
y apetitoso. Y cuanto más extensas son las etapas de su desarrollo, más
complejo será el resultado final y mayores sus alcances.

46
Según las leyes de la Naturaleza

A partir del aprendizaje que imparte la Naturaleza, podemos inferir


que ahora recorremos un proceso muy particular: de generación en
generación nos presentamos como una criatura única en sus etapas
tempranas de desarrollo; por ese motivo, parecemos tan “amargos”
e infructuosos. Sin embargo, cuando lleguemos al final de nuestra
maduración está garantizado que seremos dulces y perfectos.

De los cuatro niveles de la realidad, -inerte, vegetal, animal y humano-


la especie humana se encuentra en lo más alto. El hombre es la cúspide
de la creación. Es debido a esto que su desarrollo toma tanto tiempo
y las etapas por las que atraviesa -desde el inicio de su desarrollo
hasta el final- son extremas y en su acabado final tiene el aspecto de
una especie totalmente distinta de la original. Puestos a considerar la
dirección a la que nos lleva la Naturaleza podemos deducir la conclusión
correcta sobre nosotros mismos y la actitud que ella nos muestra, pero
únicamente podemos ver desde el principio cuál será el final.

Si examinamos la manzana en sus fases más tempranas de desarrollo


pensaríamos que es un elemento sin utilidad alguna. Sólo al final vemos
la gran sabiduría de la Naturaleza al desarrollar un fruto de tal belleza y
delicado sabor.

Partiendo de la Ley de Desarrollo, nosotros también nos encontramos


bajo el mismo patrón, y el propósito de éste es sin duda conducirnos a
un estado de perfecta terminación.

¿En que podría consistir este estado perfecto? Si la Naturaleza se


encarga de nuestro crecimiento a modo de que cada generación
adquiera nuevas sensaciones y percepciones, que entienda cada
vez más la naturaleza de la Creación, que ascienda y sea capaz de
aprehenderla y regirla, se deduce que con nuestro desarrollo final
realmente alcanzaremos el grado más elevado de la realidad.

¿Cómo evolucionaremos y a través de qué medios? ¿Qué fuerzas son


las encargadas de ésto? Podría ser que el desarrollo fuera parecido al
de un niño que crece mediante sus impulsos naturales. Si los estímulos

47
CONECTADOS

humanos externos están ausentes, el infante crecerá como un animal,


sin aprender a manejar dichos medios que la humanidad ha concebido
para tal fin. Si aislamos al niño de sus pares, no sabrá cómo compor
tarse en compañía de ellos, cómo jugar, relacionarse, ayudarles y recibir
su ayuda.

Pero si construimos alrededor de ese niño una sociedad como un jardín


de niños, escuela, educadores, juegos y padres que constantemente
lo alientan, podemos acelerar significativamente su desarrollo. Este
estímulo no tomará los cauces naturales, sino que usará incentivos
del ambiente que tiren de él hacia su desarrollo. Podemos enseñar a
los niños música, pintura, escultura, danza, computación y demás, y de
esta forma progresará con estos recursos y no por los naturales.

Por lo tanto, existen dos fuerzas de desarrollo. La primera es a través


de la fuerza de la Naturaleza que nos empuja por detrás. La segunda,
es esa fuerza que tira de nosotros hacia adelante. Los niños reciben la
influencia de esta última si se encuentran en el ambiente correcto.

El mismo principio se aplica a nosotros. Si entendemos que nuestro


desarrollo es como el del fruto del árbol -desde estados mínimos
pasamos a mayores- entonces tal vez si construimos un ambiente que
nos ayude a tomar la delantera, de manera rápida y llana, pasaremos
por el proceso de maduración. No tendremos que sufrir la presión, los
embates y el sufrimiento, sino que por el contrario el desarrollo se hará
mediante métodos favorables como juegos, explicaciones e influencias
positivas.

Hoy en día nos encontramos en una situación trágica, una crisis


generalizada que la humanidad no sabe cómo manejar. Somos como
niños en medio de la habitación, perdidos y abandonados a nuestra
suerte sin saber hacia dónde volvernos para buscar ayuda.

En medio de las crisis familiares, educativas, culturales, matrimoniales,


generacionales, las drogas, los divorcios, la ciencia y en particular la
economía y la ecología, no sabemos qué podemos esperar. Lo único

48
Según las leyes de la Naturaleza

que falta es que en dos semanas se forme un huracán de gran magnitud


que nos deje inundados y sin energía eléctrica. Ya no sabemos qué
puede ocurrir.

En tal situación, ¿qué podemos hacer para que nuestras vidas se


desarrollen en forma correcta lo más rápido posible? Todo depende
del ambiente y podemos construirlo de tal modo que acelere nuestro
progreso. Nos ha tomado miles de años concebir y desarrollar
juegos para los niños, computadoras, música, danza, deportes, etc.
Entendemos que lo hicimos por su bien, entonces tal vez deberíamos
hacer lo mismo para los adultos.

Cuando queremos el desarrollo rápido de algo, ideamos un


dispositivo para acelerarlo. Por ejemplo, una incubadora de huevos. No
deseamos esperar mucho tiempo a que los huevos empollen por lo que
los colocamos en una incubadora de donde saldrán polluelos saludables
sin tener que aguardar que las gallinas lo hagan con el mismo resultado.

En otras palabras, podemos conseguir un desarrollo correcto, evitar


toda clase de infortunios en el trayecto y crecer apropiadamente
como un niño dentro de una familia que le proporciona los medios en
el momento oportuno. De esa forma, el niño no tendrá problemas a
medida que crece y sólo tendríamos que reflexionar sobre el medio que
lo facilite.

Es a partir de este momento que llegamos a la solución. La crisis


actual es global e integral. Esto significa que por una parte, se están
formando alrededor del planeta, al tiempo que esta terrible situación y
sus derivados son una muestra de nuestra falta de desarrollo.

En la actualidad, nuestros estudios confirman que somos totalmente


interdependientes y nuestra incapacidad para interconectarnos es
la fuente de todos nuestros problemas. Esta falta de disposición es
la que nos hace la vida miserable, insegura y atemorizante. Algo nos
impide relacionarnos apropiadamente, a pesar de que en ello estriba la
erradicación de la mayoría de nuestros problemas.

49
CONECTADOS

Lo vemos también en el proceso de desarrollo por el que hemos


pasado. De generación en generación la humanidad incrementó
su integración, cooperación e interdependencia en la educación, la
ciencia, la cultura, la industria, etc. Hemos llegado a un estado en que
no sólo dependemos unos de otros para nuestra subsistencia, sino que
dependemos de los demás en el nivel humano. Pero al mismo tiempo,
hemos alcanzado un punto en que no podemos conectarnos con los
otros y esa desconexión nos impide crear una vida estable y segura.

En cierto sentido, nos asemejamos a una familia que vive bajo el


mismo techo pero que no se entiende. Sin embargo, a diferencia de
esta familia, no podemos divorciarnos porque no existe otra Tierra que
podamos colonizar.

Los estudios publicados sobre el tema indican que el camino más


favorable de desarrollo es a través de la vinculación, de conectarnos
como tortolitos. Si toda la humanidad alcanzara tal grado de conexión
completa, todos seríamos felices. Esto constituye claramente nuestro
quehacer: construir un ambiente que nos enseñe a conectarnos
apropiadamente.

En nuestros intentos por crear para nosotros el ambiente adecuado


somos como niños que comprenden que deben crecer adecuada y
correctamente y por consiguiente establecer un ambiente apropiado
para ellos. Algunos inteligentes irían con el vecino a decirle: “Te
pagaremos para que nos muestres lo que es estar conectado, y de esta
forma nos sentiremos atraídos hacia este vínculo. Estamos al tanto de
que si los otros niños observan tales ejemplos crecerán bien, así que
deseamos salir de esta situación a través de tu ejemplo”.

Otro ejemplo sería: si quiero ser músico, pero me falta la fuerza


para estudiar, necesito un estímulo, alguien que me convenza sobre la
belleza de la música. Puedo pagar a unos maestros que vengan a casa,
toquen sus instrumentos, me hablen de música, me permitan ensayar,
tal vez alguno componga en mi presencia, lo cual dejaría una huella
y una impresión profunda en mí sobre la importancia de la música. Al

50
Según las leyes de la Naturaleza

observarlos estaría construyendo el ambiente para mi desarrollo.

Pagarles no es lo importante, lo que cuenta es el resultado. Sería


como pertenecer a un equipo deportivo y recibir la influencia de los
otros jugadores. Lo más importante para nosotros es la sociedad.

Podemos crear la sociedad nosotros mismos, pero es mejor si la edifican


personas con conocimientos. Existen individuos muy preparados,
científicos que comprenden el desarrollo humano; sólo es necesario
seguir sus indicaciones. Ya nos han dicho que deberíamos organizar
un ambiente que influya a todos y a través del cual progresemos
positivamente en la dirección correcta de manera favorable y gradual.
De esta forma seremos como ese fruto que madura antes de que se
presenten las dificultades y nos obliguen a crecer por la fuerza. Nos
anticiparemos al desarrollo lo mismo que el huevo que crece dentro de
la incubadora.

Si examinamos el desarrollo del Hombre a través de los milenios,


descubriremos que nuestra situación no es óptima. Y sin embargo,
sabemos que podemos salir de este predicamento por nuestros propios
medios, y no esperar que suceda algo más. En lugar de esperar, podemos
escuchar a todos aquellos que dicen que necesitamos de un ambiente
apropiado para nuestro desarrollo que nos conduzca a un estado de
perfección -etapa por etapa- suave y con fluidez.

Por consiguiente todo lo que necesitamos es este ambiente propicio.


En él percibiremos los defectos de nuestra propia Naturaleza: el
egoísmo, el rechazo a vincularnos, la pereza, la indolencia e indiferencia.
Pero también percibiremos que existen muchas cualidades en nuestro
interior que no deseamos desarrollar. Pero justamente, al reconocer
este lado negativo comprenderemos que es indispensable crear una
sociedad amigable.

Y sin embargo, no es necesario desarrollar cualquier ambiente.


Necesitamos crear uno que se ocupe de cada uno de nosotros para que
nadie permanezca ocioso y fuera de la jugada. Al igual que los niños

51
CONECTADOS

se vuelven más inteligentes cuando juegan, nosotros alcanzaremos


nuestra forma perfecta y llevaremos una vida plena por medio de juegos
dentro de una sociedad que nos aliente.

En ese estado, el ambiente reflejará lo opuesto a lo que sucede el día de


hoy. No habrá más divorcios y las personas estarán en buenos términos
entre ellas. Los hijos se llevarán bien con sus padres, las relaciones
internacionales serán positivas, no habrá guerras, ni armamentos,
terrorismo, drogas o deudas. Es imprescindible erigir un modelo de
sociedad así que nos influya a todos. Necesitamos de sus valores que
nos persuadan, o nos reprogramen para ser similares a ella.

Nos hemos embarcado en el camino que nos lleva por la fuerza hacia
el desarrollo. Hasta este momento hemos evolucionado a través del
empuje de la fuerza de la Naturaleza y hemos podido mantener el paso
o el ritmo de desarrollo. Ahora, tanto el paso como el método dependen
de nosotros, de nuestra cognición, del grado en que visualicemos lo que
debemos ser en el futuro. En ese momento podremos apuntar hacia
este objetivo.

La crisis es global. Nuestro desarrollo se ha detenido y permanecerá


en suspenso hasta que estemos conscientes de que en cada nueva
etapa del mismo, debemos primero tener pleno conocimiento de causa
y cultivar nuestro deseo de alcanzarla. En otras palabras, en adelante
nuestro crecimiento no será instintivo sino más bien sucederá al
incrementar nuestro nivel de consciencia en cada fase.

Este es el significado de “encontrarse en la etapa humana del


desarrollo”, el grado del hablante. Algo nuevo está evolucionando: el
entendimiento de la Naturaleza, una nueva meta y la necesidad de
aprehender e integrar el sistema de la Naturaleza a nuestra evolución.

En esta última etapa del desarrollo de la humanidad, el “fruto”,


refiriéndonos a nosotros, debe adquirir la dulzura, el color y la fragancia
de la maduración. Todas estas cualidades surgen del fruto mismo,
conforme al amor de la Naturaleza por éste. La Naturaleza lo desarrolló

52
Según las leyes de la Naturaleza

como una madre cuida de su pequeño. Debemos alcanzar esa misma


fuerza de amor, otorgamiento y reciprocidad. Debemos llegar a la
conexión global entre nosotros y con la Naturaleza.

Tal conexión sólo se presenta cuando somos conscientes, cuando


entendemos y percibimos ese desarrollo y la manera en que lo
experimentamos. No podemos garantizar una vida plena a las personas
sin antes elevar sus niveles de percepción y sensación. Deben tomar
consciencia; deben saber en qué clase de mundo viven, descubrir a la
Naturaleza.

La humanidad no avanzará sin que las personas se tornen sabias,


deben saber por qué nacieron, comprender que la Naturaleza nos hace
avanzar y hacia dónde nos dirige. De lo contrario, tendremos que sufrir
consecuencias nefastas.

En resumen, la Naturaleza nos admite para llegar a la perfección


pasando por diversas etapas. Hasta ahora, hemos avanzado a través
de fuerzas que nos impulsan. Pero en adelante, avanzaremos sólo
tomando consciencia de cómo nos desarrollamos. Podemos mejorar,
endulzarnos y acelerar nuestro desarrollo utilizando al ambiente, igual
que lo hemos hecho en otros campos hasta ahora.

Los niños se desarrollan a través del ambiente; los adultos lo hacen


a través del ambiente, todo se modifica a través del ambiente. Fíjense
en los grupos de Alcohólicos Anónimos, por ejemplo, o los centros
de rehabilitación, o los grupos para perder peso. Al igual que ellos,
debemos crear un ambiente que influya a las personas y luego nos
desarrollaremos como niños aplicados que han crecido en un ambiente
benéfico. Asimismo, estaríamos creando un ambiente propicio para
nuestros hijos, para que ellos puedan crecer como individuos felices y
plenos.

Los padres -de buena gana- llevarían a sus hijos a gozar de un lugar
que les brinde calidez y buenas relaciones, que les ayude a conectarse
con los demás, que aliente la apertura y la confianza en ellos sin temor

53
CONECTADOS

a la violencia o a la crueldad. No existe un lugar así en nuestro mundo,


una institución que promueva un desarrollo tan sutil.

Dentro de un ambiente así, los niños crecerán con la habilidad


de absorber la información y volverse perceptivos, desarrollarían
capacidades inimaginables, puesto que no sentirán que tienen que
protegerse constantemente de un ambiente hostil.

Nosotros -los adultos- entendemos lo que significa vivir dentro de


un ambiente positivo. Se podría comparar al estado de un bebé en los
brazos de su madre, sin sentir sino su seguridad y comodidad. Sólo este
tipo de sensación le da al infante el poder de desarrollarse. No tenemos
esta sensación y es debido a ello que hemos detenido nuestra evolución.

Así es que por una parte, una crisis puede ser aplastante, pero por otro
lado, es como un renacimiento. ¿Qué necesitamos para ser felices? Un
ambiente positivo que nos brinde la sensación de bienestar, seguridad
y confianza. Un ambiente que nos haga sentir que todo el mundo quiere
lo mejor para nosotros y se preocupa. Entonces en reciprocidad nos
preocuparemos de los demás dentro de un lugar cálido y placentero, un
mundo de amor.

54
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 3:
El hombre como producto de su ambiente

¿Hasta qué punto tenemos libertad de elección en el sistema?

La humanidad se encuentra en medio de un proceso de evolución,


transmutándose a medida que éste se desenvuelve. A través de nuestro
desarrollo de generación en generación -durante miles de años- hemos
llegado a una situación muy particular: existimos en un planeta global,
dentro de una sociedad conectada. Con nuestro desarrollo hemos
adquirido conocimientos, capacidades y el poder de captar sensaciones
y percepciones que no poseíamos anteriormente.

Aún nos encontramos en medio del desarrollo y no vislumbramos el


fin, pero en breve esperamos ver un resultado positivo. Por consiguiente,
examinemos cuál es la particularidad de nuestra situación y lo que
debemos hacer para asegurarnos que la transición hacia un esclarecido
estado de confianza, prosperidad y bienestar se lleve a cabo sin percances.

55
CONECTADOS

Al evolucionar, experimentamos numerosos y diversos estados que


realmente no podemos controlar. Transformamos nuestras vidas
conforme a estos estados y procuramos que sean más convenientes.
Cambiamos la sociedad, la vida familiar, la educación, la cultura
y las relaciones humanas. Intentamos que nuestras vidas sean tan
provechosas y cómodas como nos es posible, porque en la misma raíz
de cada uno se encuentra nuestro deseo de disfrutar.

Evolucionamos gradualmente empleando a cada paso cualquier


medio a nuestra disposición. Cuando quisimos cambiar nuestro
modo de vida, evolucionamos por medio de la ciencia. Estudiamos la
Naturaleza y resolvimos aprender de su ejemplo para poder realizar las
modificaciones personales en consecuencia. Nos propusimos aprender
sobre sus leyes como medida de prevención.

Por ejemplo, estudiamos el clima para entender las implicaciones de


cada estación y sus características. Asimismo, investigamos nuestros
cuerpos para descubrir el remedio a nuestras enfermedades. De la
misma forma, analizamos las necesidades humanas y en consecuencia
inventamos accesorios para el hogar que nos facilitaron las tareas:
lavadoras de ropa, secadoras, hornos, etc. Así es como nos esforzamos
por rodearnos de un ambiente cómodo, a manera de escapar o suavizar
nuestras pequeñas miserias y nuestra creciente desolación global.

Además, ponemos todo de nuestra parte para incrementar la calidad


de la vida y sacar provecho de cada situación. La naturaleza humana
lucha por ello y utilizamos todos los medios posibles para efectuarlo.

Nos desarrollamos por medio de los impulsos que surgen de nuestro


interior. A cada momento, en cada etapa, se despliega un nuevo
deseo al que hemos de dar seguimiento. Si nos analizamos, veremos
que somos igual que niños deseosos de toda clase de cosas a cada
instante. Queremos beber, comer, descubrir algo interesante, dormir.
Fatalmente, tenemos que trabajar para conseguir el sustento.

56
Según las leyes de la Naturaleza

Constantemente nos desarrollamos bajo la influencia de diversas


fuerzas. Por ejemplo, una de ellas nos empuja hacia adelante, nos obliga
a trabajar o realizar ciertas diligencias. Nada es sencillo; los placeres no
llegan para satisfacernos como quisiéramos. En un estado futuro, esto
será factible, pero por ahora aún no hemos descubierto tal plenitud.

¿De dónde provienen nuestros deseos? Algunos de ellos de nuestra


fisiología, de las necesidades corporales que debemos satisfacer tales
como alimento, descanso y en el intermedio aprender algo interesante.

Hemos de clasificar nuestros deseos en, comida, sexo y familia, que son
básicos y sin los cuales, como miembros del reino animal, no podríamos
subsistir. Además, necesitamos los elementos que pertenecen a la
especie humana, como dinero, respeto, poder, conocimiento, cultura,
educación, religión y tantos otros que hemos desarrollado y son
primordiales como la comida, el sexo y la familia.

Sin embargo, con frecuencia estamos dispuestos a sacrificar algo


de nuestros deseos por comida, sexo y familia a cambio de una mayor
educación, cultura y ciencia. Existen personas resueltas a grandes
sacrificios para conseguir dinero, respeto y poder. Poco les preocupa
la comida, el sexo o la familia y satisfacen esas necesidades sólo de ser
necesario.

Estos deseos de comida, sexo, familia, dinero, respeto, poder y


conocimientos existen en todos nosotros en diferente medida y cada
uno intenta hacerse cargo lo mejor posible de cada uno. La medida en
que se persigue alguno de ellos y la manera en que lo hace depende
del ambiente y de la educación recibida. El balance entre la realización
de las tendencias naturales en el plano físico y la realización de las
tendencias en el plano humano, o “hablante”, dependen también del
ambiente, el cual determina las que se desarrollarán en mayor o menor
grado.

Si ubicamos a un niño en un cierto ambiente, que puede ser proclive


a las ciencias, y el infante es tan sólo una “pizarra en blanco”, absorberá

57
CONECTADOS

de éste la importancia de las ciencias y lo honorable de un buen


desempeño. A pesar de que casi todas las personas sienten cierta
simpatía por las ciencias, el ambiente puede fomentar esa preferencia
en particular. Se deduce que el ambiente puede inclinar la balanza del
individuo y desarrollar algunos talentos más que otros.

Si los padres quieren que sus hijos se encaminen en cierta dirección,


los llevarán al ambiente apropiado, por ejemplo, equipos deportivos o
escuelas de música. Incluso si el niño no se interesa tanto en la música,
aprenderá a entenderla y apreciarla por el resto de sus días.

Así ocurre con todo. El desarrollo del infante se produce a través


de su ambiente y la capacidad de los padres por llevarlo a cabo
será determinante en la dirección que tome, fortaleciendo algunas
tendencias más que otras e incluso suprimiendo otros deseos. Así es
como al crecer, nuestra libre elección se vuelve limitada, perfilada por
el ambiente en el que nacimos y crecimos cuando niños. De adultos,
continuaremos en ese camino por el resto de nuestra existencia.

En cuanto a la pregunta, ¿hasta qué punto tenemos libertad de


elección? Tenemos un mínimo grado de libertad, pero a fin de cuentas,
esa pequeña parte también proviene del ambiente. Nos influyen las
tendencias de los amigos que nos rodean, inculcándonos toda clase de
valores y preferencias.

Tenemos que entender que también hacen su aparición los


“recuerdos” de las experiencias que hemos tenido en vidas pasadas.
Son trozos de información de encarnaciones anteriores, a través de los
cuales nos desarrollamos. Por consiguiente, no solamente nacemos en
una sociedad más avanzada en cada reencarnación, sino que también se
desenvuelven nuevas preferencias en virtud de estos mismos recuerdos
que nos desarrollan.

Lo comprobamos claramente ahora con nuestros hijos, quienes


manejan las nuevas tecnologías con mayor destreza que un adulto. Es
como si hubieran nacido ya preparados, con escrutinios y cualidades

58
Según las leyes de la Naturaleza

preexistentes que les permiten percibir y desenvolverse en el mundo


moderno. Rápidamente aprenden a operar un teléfono celular, las
computadoras y otras nuevas tecnologías, mientras que las personas de
mayor edad lo logran a duras penas. Es como si esta nueva generación
hubiera nacido ya apta para captarlo todo debido a su naturaleza
intrínseca. Abordan estas innovaciones y las conocen como si todos
fueran niños índigo, aterrizados del espacio exterior en nuestro planeta.

Por todo lo anterior, podemos concluir que guardamos en nuestro


interior “recuerdos”, genes informativos que evolucionan de generación
en generación. Los llamamos “encarnaciones”. No es misticismo, sino
más bien la descripción de un estado dentro del cual todos estamos
interconectados, como venimos descubriéndolo ahora.

Así como existen campos de fuerza física, como los electromagnéticos


o los gravitacionales, existe un campo incluyente de pensamiento,
un deseo que nos conecta a todos más allá del tiempo y la distancia y
nosotros nos encontramos dentro de ese campo. De esta manera es
como comunicamos a los demás la información que hemos adquirido
de generación en generación. Nuestros cuerpos, que se hallan en este
campo, absorben la información de manera que la siguiente generación
ya viene preparada para la vida en ese nuevo estado, esa nueva era.

Nuestro desarrollo entero se lleva a cabo a través del ambiente. De


no ser por éste, no podríamos desarrollarnos, con todo y nuestros
recuerdos de vidas pasadas.

Incluso nuestros cuerpos dependen en gran medida de la sociedad en


la que nos desarrollamos. El hombre se adapta fácilmente a diferencia
de los animales. Los gatos o los perros que han acompañado a la
humanidad durante milenios y se han acostumbrado a la compañía de
los hombres han cambiado muy poco. Es cierto que ya no pueden
subsistir como lo hacen los gatos o perros salvajes, y que su naturaleza
es diferente, transmitiendo a su descendencia una actitud distinta hacia
el hombre y hacia el ambiente. No obstante, no se adaptan como los

59
CONECTADOS

humanos. Los individuos que se integran a un determinado ambiente


reciben sus impresiones en forma sustancial.

Debido a que dependemos del ambiente, esto es lo primero que


debemos tomar en cuenta al pensar en la educación: el ambiente como
la causa del desarrollo del ser humano, ya que todo su futuro depende
de ello. Si nosotros como padres, cambiamos el ambiente social de
nuestros hijos o incluso nuestro propio ambiente, cambiamos nuestra
naturaleza, nuestros deseos y nuestra visión de la vida. Por lo tanto,
debemos examinar cuidadosamente y pensar hacia dónde dirigimos
nuestros pasos, los amigos que nos acompañan y los círculos en los que
pasaremos el tiempo, a quiénes “nos entregaremos”.

Por consiguiente, necesitamos enseñar a las personas acerca de la


clase de círculos, los diversos ambientes que nos rodean, en qué medida
dependemos de ellos y cómo conducir su vida por medio de ellos. Si con
todos estos ejemplos comprobamos que el hombre es verdaderamente
un vástago de su ambiente, entonces es de suma importancia que
establezcamos ambientes sanos para toda la humanidad. Su creación
deberá ser tan heterogénea que cada persona sea capaz de integrase
a un ambiente u otro, en función de las tendencias individuales y
la personalidad. De esta forma, el individuo se desarrollará para
convertirse en un ser humano completo. Es debido a esto que en
materia de educación debemos asegurarnos que tales grupos estén al
alcance de todos.

Si exploramos aún más a fondo, veremos que en nosotros existen


condiciones internas, genes con los que nacimos y diversas tendencias
adquiridas en los primeros años de nuestras vidas cuando estábamos
cerca de nuestra madre y más adelante a través del ambiente. Es por
esta razón que necesitamos que tanto en los jardines de niños como en
las escuelas incluyan materias extra-curriculares para niños pequeños
y mayores. Esto garantizaría que cada niño tuviera a su alcance una
selección de cursos y ambientes sociales por medio de los cuales
expandir su potencial en todos los aspectos. Incluso debemos velar que
todos puedan desarrollar las aptitudes en las cuales no se destacan,

60
Según las leyes de la Naturaleza

con el propósito de que se conviertan en individuos de una gran riqueza


interior. Son recomendables los estudios de música, literatura, teatro y
arte.

El individuo necesita tener una familia, criar a sus hijos, aprender a


relacionarse con su pareja y sus amigos en forma correcta, comportarse
adecuadamente en el trabajo y en la sociedad en general. Debemos
presentar a las personas ejemplos que les mostrarán la manera correcta
de conducirse empleando el ambiente correcto. Serán personas
sencillas que se esforzarán por alcanzar sus metas.

Dos elementos nos inducen y nos rigen en cada momento de


nuestra existencia: nuestras tendencias naturales y la causa principal
-el ambiente- y su influencia en estas tendencias naturales. Elegir el
ambiente correcto, depende de la enseñanza que recibamos, que nos
promueva a estados más avanzados, mediante los cuales lograr más
seguridad, bienestar y el alcance de los niveles elevados de nuestra
existencia; de esta manera nos desarrollamos constantemente.

Por lo tanto, el camino para asegurar a nuestros hijos el acceso a


una vida mejor -que la siguiente generación esté más preparada y su
futuro sea más seguro- es ubicándolos en un ambiente que los forme
y los eduque. Ese ambiente los convertirá en personas que potencian
sus inclinaciones positivas, sin inhibir las menos favorables, sino
mejorándolas y acrecentándolas.

Cada uno de nosotros posee la tendencia a actuar desfavorablemente


hacia los demás. Las acciones favorables o desfavorables son
determinadas por la actitud hacia nosotros mismos y a nuestro
ambiente. En lo referente a nuestra actitud hacia nosotros mismos,
debemos enseñar a la gente a no causarse daño, particularmente en el
aspecto físico, porque a pesar de que por naturaleza nos protegemos,
también tenemos algunas inclinaciones autodestructivas.

También es necesario definir nuestra actitud hacia el ambiente, hacia


el inerte, vegetal y animal; el ambiente en el que vivimos y debemos

61
CONECTADOS

mantener. Vivimos dentro de la Naturaleza. El inerte, vegetal y animal


son indispensables porque de ellos recibimos todo lo que necesitamos
para la subsistencia. Recibimos el alimento de la Naturaleza y depen
demos de su clima. Es debido a esto que debemos enseñar a las personas
a preservar la ecología en su ambiente.

Asimismo, necesitamos educar a las personas para relacionarse con


la sociedad humana. Si influimos a la sociedad favorablemente, esa
actitud a la larga se reflejará en nosotros creando un ambiente propicio.
Además de eso, necesitamos capacitar a los individuos con profesiones
que beneficien a la comunidad y les permitan ganar el sustento
dignamente.

Por consiguiente, podemos deducir a partir de nuestra propia


existencia, que el tema principal por desarrollar es la educación que nos
transformará y permitirá que los adultos y los niños se superen. Cada
quien por sí mismo no puede promover ningún cambio trascendente en
su vida a menos que la sociedad lo induzca. Si la sociedad ayuda y apoya
al individuo, si cambia sus valores y determina lo que está bien y lo que
no, los deseos de esa persona cambiarán en consecuencia y se fijará
nuevas metas personales.

Se deduce que nuestro futuro depende únicamente de la elección


que hagamos del ambiente y su construcción; particularmente hoy
en día hemos llegado a un punto en el que somos completamente
interdependientes y estamos conectados integralmente a lo largo
y ancho del mundo. Por consiguiente, las personas a nivel global
determinan su futuro. Si un país abusa de otro o si la sociedad es
amenazante, esto afecta nuestras vidas y debemos reaccionar ante una
influencia adversa.

Es necesario comprender que la dependencia mutua requiere que


proyectemos y establezcamos una educación global. Pero antes de
esto, todos nosotros debemos entender que a la larga, nuestro futuro
depende enteramente de nuestro ambiente.

62
Según las leyes de la Naturaleza

Una pregunta significativa es si tenemos la libertad de elección para


actuar. En efecto, observamos que realmente no la tenemos. Hasta
ahora, nos hemos desarrollado a través de nuestros impulsos -los genes
con los cuales nacimos- y a través del ambiente exterior, los padres,
el jardín de niños, la escuela. Como adultos podemos elegir nuestros
cambios, pero su realización siempre pasará a través del ambiente,
mediante la elección selectiva de un entorno determinado. Entonces,
tenemos libertad de elección, pero se actualiza sólo por medio del
ambiente.

Hemos llegado a una conclusión todavía más trascendente con


respecto a la nueva generación o a la nueva era en la que vivimos.
Estamos fuertemente conectados y somos interdependientes en todo
el mundo. El ambiente se ha vuelto uniforme. Por ejemplo, si influimos
en el clima de un cierto lugar, eso podría desatar un terremoto o un
tsunami en otro. O si estalla una guerra en una región de inmediato
afectará a otras zonas.

Y en vista de que estamos conectados, no es posible sencillamente


integrarnos a esta o aquella sociedad, o a aquel círculo. Más bien, lo
que necesitamos es establecer una educación integral, general, global,
para todos. Si todos estamos vinculados, necesitamos que la educación
y el ambiente sean factores que inculquen los mismos valores en todos
los individuos, para que tengamos la capacidad de entendernos. Si bien
necesitamos nuestra libertad personal, en última instancia somos tan
interdependientes que necesitamos entender y sentir el estar cerca de
los demás.

Todo el problema se resume a que no nos entendemos entre nosotros.


Es lo mismo que en una familia en donde constantemente existen
quejas: “no me comprende”; “no sabe cómo me siento”. Sucede debido
a la incongruencia entre la gente. No recibieron valores, percepciones,
perspectivas de la vida que den preponderancia al entendimiento
entre las personas, sin importar que se trate de un extraño. También se
requiere de educación para que el extraño, el otro, no nos parezca tan
ajeno.

63
CONECTADOS

Si estamos tan cerca y somos tan interdependientes en cada sistema,


ya sea cultural, educativo o económico, debemos desarrollar una
educación internacional administrada por un organismo internacional.
Será el medio que asegure que cada persona en el mundo tenga algo
en común con los otros, en perspectivas o en actitudes hacia la vida,
la cultura y la educación. De esta forma las personas sabrán aceptar y
apreciar a los demás.

Este sentido de aceptación derivará en una vida más segura y


nos permitirá llegar a acuerdos que redunden en las relaciones
internacionales relativas a la política, la economía y la carrera
armamentista. Todo depende de la manera en que establezcamos un
marco uniforme de educación para todos.

Necesitamos entender que nuestro ambiente puede erigirse como el


problema o como la solución a todos nuestros conflictos, porque esa
es la manera en que actúa la Naturaleza. Es por esto que cuando las
personas se causan daño a sí mismas o a la sociedad, en lugar de aislarlas
en una prisión, deberíamos ubicarlas en un ambiente social particular
que las reforme y sean útiles a la sociedad. Este sería un excelente medio
para medir en qué forma el ambiente influye al individuo, y conforme
a ello, devolver a la persona a la sociedad, cuando se lo ha reformado
debidamente.

Con los niños, siempre debemos analizar, clasificar y unirlos al


ambiente apropiado según su nivel, edad, personalidad y predisposición.
Al determinar cómo los diversos ambientes influyen a los diferentes
individuos, cada cual tendrá la posibilidad de realizar todo su potencial.
Tenemos a nuestra disposición una herramienta versátil que son los
numerosos tipos de ambientes y sociedades. Deberíamos siempre
esmerarnos en ubicar a las personas en un ambiente adecuado que
propicie su crecimiento.

Este proceso es como el de una fruta creciendo en el árbol. Requiere


de ciertas condiciones, como calor y frío, día y noche, humedad y
sequedad así como una mezcla de minerales para prosperar. Existen

64
Según las leyes de la Naturaleza

treinta y nueve procesos que se pueden seguir para que un árbol dé


frutos. El mismo principio se aplica a las personas. Tenemos que influirla
de diversas formas para que produzca buenos frutos, gratos para todos.

Es debido a esto que el ambiente es el único elemento que podemos


emplear para corregir la corrupción que existe en el Hombre.
Necesitamos tomar esa herramienta en nuestras manos y moldear
el ambiente con toda la variedad de formas y posibilidades, según
la cultura, la educación y costumbres de la nación o civilización que
deseamos respaldar. Es así que debemos acercarnos a cada sector de la
sociedad humana en cada país y a cada persona.

En un futuro cercano, la humanidad desechará todas las ocupaciones


redundantes, salvo aquellas que abastezcan sus necesidades para vivir
en condiciones razonables. La gente trabajará de dos a tres horas al día
para satisfacer sus necesidades y el resto del día lo tendrá libre.

Estas horas de libertad las empleará para planear los ambientes que
beneficiarán a todos. Ya que cada uno de nosotros tiene un efecto en
los demás, tomaremos parte en los entrenamientos para que cada uno
esté rodeado por la influencia apropiada proveniente de las diversas
sociedades y ambientes, que promocionarán nuestro constante
crecimiento.

Cuando cultivamos frutas y verduras en un invernadero,


nos preocupamos por procurarles las condiciones necesarias,
combinándolas para que crezcan para que el resultado sea un producto
hermoso y de buen sabor. Tendremos que aplicar el mismo proceso en
nosotros mismos y en nuestros hijos. Ésta será la ocupación principal
del hombre en la nueva era.

Por esta razón la crisis no es negativa, sino más bien positiva. Se trata
del nacimiento de una nueva sociedad, una nueva humanidad. Dentro
de ella, empezaremos a proyectarnos en un nuevo nivel de conexión,
implementando el potencial total que existe en cada uno de nosotros.

65
CONECTADOS

Avanzamos hacia la unión y el entendimiento recíproco, que concibe


a la humanidad como a una sola persona, con todos los órganos en
esa imagen colectiva complementándose unos con otros. En algún
momento, llegaremos a un estado en que toda la humanidad será como
una sola entidad.

Cuando lleguemos a ese estado, descubriremos una fuerza en la que


sentimos que vivimos dentro de una percepción colectiva y no en la
percepción personal, interior de cada uno de nosotros. En tal estado,
también experimentaremos la vida misma de los demás; todos serán
cercanos a nosotros y entenderemos mejor sus sentimientos. Nos
integraremos a ellos.

En este momento la vida no será más la experiencia de un solo


individuo, sino será como si viviéramos y respiráramos junto a toda
la humanidad. Por lo tanto, abandonaremos nuestra pequeñez
para encaminarnos a la grandeza y magnificencia de la Naturaleza.
Empezaremos a experimentar la vida desde una nueva dimensión
denominada “el nivel hablante” como si fuéramos una especie nueva.

En el nivel del hablante, la percepción del mundo pasa de la estrechez


personal del egocentrismo a una abierta y global. Con la nueva lente
empezaremos a observar un nuevo mundo como si lo viéramos a
través de toda la humanidad. Cuando lo miramos de esta manera y
descubrimos una vida que no depende sólo de nosotros mismos, sino
de todas las personas, trascendemos hacia la sensación de la vida fuera
del cuerpo.

Por medio de este ascenso, llegaremos a un estado especial. Incluso


ahora vivimos fuera de nuestros cuerpos, con nuestras emociones,
deseos y pensamientos que recibimos del ambiente y que nos son
propios. A pesar de que se encuentren en nuestro interior, nosotros
consideramos que se encuentran “fuera del cuerpo”, porque vivimos
como nos dijeron que debíamos vivir, pensar, sentir y ser. No tenemos
consciencia de cuán diferente sería nuestra percepción del mundo si
viviéramos en un ambiente distinto, como por ejemplo en un bosque.

66
Según las leyes de la Naturaleza

Existimos dentro de un patrón que la sociedad nos ha infundido


mientras crecíamos y nos desarrollábamos, y así es como percibimos
el mundo. El ambiente nos da una cierta visión de éste, forzándonos a
contemplarlo de cierta manera. Hoy en día es difícil advertirlo porque
estamos entremezclados a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo,
notamos que nuestros valores cambian según el lugar en donde
habitamos. Las personas piensan en forma diferente a nosotros y
perciben la vida de otro modo. No ven lo mismo que nosotros porque
advierten una realidad distinta a la nuestra.

El problema es que no nos entendemos entre nosotros. El esposo o


la esposa, a menudo se quejan que el otro no la/lo entiende. Es verdad,
no comprendemos a nuestra pareja porque no recibimos la educación
adecuada; nunca nos enseñaron a vivir en familia.

A los varones jóvenes no les enseñan lo esencial acerca de las mujeres.


¿Cuáles son sus necesidades? ¿Cómo es su personalidad? ¿Su visión
de la vida es diferente a la del hombre? ¿La entiendo? ¿Quiero llegar
a entenderla? ¿Soy considerado con ella? ¿Tengo capacidad para ser
considerado? Después de todo, el mundo de la mujer es totalmente
opuesto al del hombre. Ella vive en su propio mundo.

Como a los hombres no les enseñan los patrones internos para


entender a las mujeres, no pueden tener tales consideraciones con ellas
y comprenderlas. Los encuentros terminan siempre en un choque: cada
uno intenta vivir con el otro, pero ninguno en realidad entiende o se
fusiona con el otro. Esta es la gran falla de nuestra educación, cuando
vemos las tasas de divorcio y el número de personas que evitan el
matrimonio.

El mismo problema existe cuando se educa a los niños. No sabemos


cómo relacionarnos con ellos. Observamos con cuanta crueldad algunos
padres tratan a sus hijos porque no los entienden. Los padres deben
educar, formar la psiquis del niño con la que ellos van a transitar por
la vida. Es por estas razones que la educación debe ocuparse de estos
temas.

67
CONECTADOS

Durante cientos de años, hemos evolucionado al azar. Esto es, no


hicimos nada para darle una dirección. La psicología, la ciencia que
trata sobre la naturaleza humana, el mundo interior del hombre, hizo
su aparición hace apenas unos cien años. Antes de esto, no pasaba por
nuestra mente aprender o controlar nuestro desarrollo. Evolucionamos
como los animales: al azar. Sólo en nuestros días hemos llegado a una
situación en que no tenemos otro remedio sino estudiar la naturaleza
humana, la sociedad, el ambiente, cómo formar al hombre y lo que
tenemos que hacer con nuestras vidas.

Por consiguiente, cuando hablamos acerca de la vida fuera del cuerpo,


no nos referimos a nada de tipo místico, sino a valores y puntos de vista
que recibimos de los demás. Cuando podemos observar el mundo a
través de los ojos de los demás, podemos comprenderlos. Esto es lo
que necesitamos aprender.

Es muy complicado para los hombres percibir el mundo a través de los


ojos de la mujer, pero debido a que aún vivimos en familia, es necesario
procurar un buen ambiente en el interior de ella. Debemos preparar
a nuestros hijos para la vida y ayudarlos a comprender la psicología
del sexo opuesto, no solo cómo vivir juntos, sino cómo gozar de esa
experiencia.

A través de esta fusión, nos anexaremos la otra mitad del mundo.


Cuando podemos agregar algo fuera de nuestros cuerpos, a eso lo
llamamos “vivir fuera del cuerpo”. Así es como nos construimos.

Hasta nuestros días, hemos evolucionado dentro de nuestros cuerpos,


con una vida en verdad egocéntrica, satisfaciéndonos todo lo que
podemos e ignorando las opiniones, pensamientos y perspectivas de
los otros, tanto como nos es posible. Hoy las crisis que enfrentamos nos
empujan a fusionarnos con los otros y aceptar su visión, o “su interior”
como si saliéramos de nosotros mismos para incluirnos en los demás.

Al lograrlo, nos apropiaremos de las capacidades del resto del


mundo, de sus deseos y pensamientos. Por lo tanto, nos volveremos

68
Según las leyes de la Naturaleza

como el resto del mundo, como si saliéramos de nuestro propio cuerpo,


adquiriendo la habilidad de percibir la realidad entera.

Se ha abierto un espacio para una nueva dimensión, un lugar para una


sensación completamente nueva, ver y sentir la realidad -no a través
de la estrecha percepción personal- sino a través de las sensaciones y
percepciones colectivas: el cúmulo de toda la gente.

Cuando me acerco a los demás, recibo la educación de esa sociedad


con toda la riqueza que posee. Adquiero la habilidad de ver la vida a
través de sus multifacéticos intelectos y emociones, ya no sólo a través
de los míos propios, sino a través de todos esos seres dentro de mí. Me
incluyo en este grupo y advierto un mundo mucho más pleno que el que
veo ahora. Esto es lo que llamamos “vivir fuera del cuerpo”, fuera de mi
ego corriente.

Se nos presenta aquí la oportunidad muy especial de expandir


nuestras percepciones emocionales e intelectuales. Si yo formo parte
de los otros, sintiendo lo que ellos sienten y pensando lo que ellos
piensan, amplío mis habilidades mucho más que si permanezco como
una persona común y corriente.

Nuestra percepción general depende enteramente del número


de discernimientos que hacemos y su propósito. Este número de
discernimientos depende de los opuestos que tenemos, los contrastes
que detectamos en las cosas, y la forma en que los empleamos como
elementos de construcción, como bloques de Lego.

Por consiguiente, analizamos de lo que está hecho todo y cómo esta


complejidad difiere de otras complejidades. Me enriquezco cuando
absorbo las emociones de los otros y los incluyo dentro de mí. Me
convierto en una colección de opuestos, mediante lo cual empiezo
a percibir el mundo de una manera versátil que comparada a mi
percepción superficial anterior, siento como si hubiera pasado a otra
percepción.

69
CONECTADOS

Esta es verdaderamente la psicología de una nueva percepción,


un nuevo mundo. Con ella trascendemos los límites del cuerpo, las
fronteras del tiempo, el espacio, el movimiento, porque nos hemos
incluido en toda la humanidad, adquiriendo las emociones colectivas y
todas sus percepciones, como una inteligencia única operando en toda
la humanidad.

Empezamos incluyéndonos en los otros y descubriendo sus


sentimientos colectivos y sus percepciones, que en realidad llegan
hasta nosotros desde la Naturaleza. Tenemos la capacidad de llegar
hasta aquello que se esconde dentro de la Naturaleza, “el corazón
y la mente”, desde donde surge todo el desarrollo en este mundo. Al
avanzar en esa dirección, retornamos al mismo lugar, la raíz desde
donde emergió toda la cadena de los niveles inerte, vegetal, animal y el
de nosotros, el hablante. Volvemos al principio de la evolución y de esta
forma cerramos el círculo.

Es por esta buena razón que la Naturaleza nos empuja a la conexión


mutua, casi hasta el punto de perder nuestra individualidad. En verdad,
no la perdemos, nos elevamos por encima de ella. Nuestra individualidad
es corporal, animal y sólo presta atención al cuerpo para que exista tan
cómodamente como sea posible durante el tiempo que se le conceda.
Pero el propósito de nuestra evolución es elevarnos por encima de las
preocupaciones de nuestro cuerpo y avanzar hacia una preocupación
general que nos provea de herramientas totalmente diferentes para
vivir fuera de nuestro cuerpo. Es por este motivo que nos referimos a
“salir de nuestro propio cuerpo”.

Al elevarme por encima del ego hacia el cuidado del colectivo, descubro
el proyecto y el propósito de la creación, la intención de la Naturaleza.
Allí, nada evoluciona al azar, sino que todo se apega a un plan. Puedo
comprobarlo en el instante que asciendo a una visión integral. Es como
si cambiara mis gafas por unas “circulares” e integrales con las cuales
puedo ver toda la Naturaleza.

70
Según las leyes de la Naturaleza

No es que reciba de la Naturaleza algo para mi propio cuerpo, como


comida o reposo. Ya he dejado este nivel atrás; ahora, miro la vida sin
tomar en cuenta a mi cuerpo. Miro a la Naturaleza como si no estuviera
en mi cuerpo. Juzgo, examino y escudriño la vida con la mente y el

corazón de toda la humanidad. Es un grado completamente diferente


al que existo ahora.

Por ahora soy tan sólo como cualquier otro animal. Un poco más
desarrollado, pero no es seguro que sea para bien o para mal. Pero
cuando me fusiono con el resto de la humanidad, llego a una nueva
dimensión. Cualitativamente cambio mi percepción del mundo en el
que existo y este cambio se convierte en mi mundo real. Ya no miro la
vida a través de mi hendidura angosta y egoísta, buscando lo que me
beneficie para poder tomarlo desde una rendija en la pared: algo de
comida, reposo, otros placeres y se acabó.

En lugar de esto, salgo de esa hendidura y vivo fuera, en el mundo. Y


allí en el mundo exterior, la perspectiva es totalmente diferente. Ya no
se presenta a través de un filtro egoísta marcado -“¿qué me conviene?”-
con el que sólo veo lo que me beneficia o lo que me daña. Más bien, veo
el mundo a pesar de mí mismo. A esto se le llama, “la nueva dimensión”,
“la dimensión del hablante”. Descubro “la mente y el corazón” que
existen en esta dimensión, como un estado iluminado fuera de mi
cuerpo, fuera del muro. Salgo de la hendidura y descubro el proceso
entero, el propósito mismo de la creación.

Actualmente, sólo descubrimos una fracción de lo que puede existir


más allá del muro, a semejanza de la materia oscura del universo. Sin
embargo, a pesar de que no podemos percibirla, la materia oscura
constituye más del 90% de toda la materia que conforma el universo.
De igual forma, no hemos descubierto la mente y el corazón incluyente
del universo.

Los científicos a menudo hablan sobre ello. Los cosmólogos dicen


que esta mente y corazón es algo inmenso, pero no podemos percibirlo,

71
CONECTADOS

al igual que los sonidos que no podemos oír con nuestros sentidos
naturales, porque provienen de una dimensión por encima de la
nuestra. Y sin embargo, a través de nuestros nuevos sentidos globales,
descubriremos esa dimensión.

En resumen, podemos dividir el proceso por el cual hemos atravesado


en dos etapas. La primera es la que hemos experimentado hasta ahora,
evolucionando al azar sin emplear el ambiente para monitorear nuestro
crecimiento. Pero ahora que hemos entrado en la siguiente etapa,
sentimos que no tenemos otra elección sino evolucionar en forma
distinta, hacia una cierta dirección. Sentimos que debemos volvernos
integrales y globales, conectados como un individuo con un corazón,
con el resto de la humanidad.

Este, de hecho, es el “grado del hablante”. Alcanzamos este grado


utilizando el ambiente correcto a través del cual trascendemos el grado
animal -nuestras vidas incidentales- y aspiramos a convertirnos en
una fruta hermosa, cultivada en un invernadero hasta que madura a la
perfección.

Por lo tanto, vemos que todo depende del ambiente, y nuestro único
problema es cómo establecer ambientes tan diversos que se adecúen
a todos, para que sea posible recibir una educación dentro de él,
expresarse en forma apropiada y conectarse a los demás en el sistema
integral.

Necesitamos examinar a la gente a partir de su disposición de incluirse


en una sociedad positiva y por lo tanto poder diseñarse ellos mismos.
Nuestro propósito es contemplar cómo darle a cada uno un ambiente
propicio, ignorando la clase de gente que nos rodea; enfocándonos en
adelante en la construcción de un ambiente benéfico.

A medida que construimos el ambiente, veremos la influencia que


ejercemos en los demás; qué tanto nos entendemos; en qué medida
podemos cambiar a la sociedad y al ambiente; y si nuestras relaciones
con los demás modifican su comportamiento y estados de ánimo.

72
Según las leyes de la Naturaleza

A través de esta nueva Educación Integral, sabremos cómo construir


nuestro ambiente para que nos proporcione la unidad, en la cual todos
encontremos la expresión perfecta de cada uno. Es debido a esto que
hacemos hincapié en el ambiente como el factor de un futuro mejor y
esperamos que sea aceptado por el mundo entero, por el bien de toda
la humanidad.

73
CONECTADOS

74
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 4:
Una ley que incumbe a todos

¿Qué hacer para que la Naturaleza nos considere adecuados?

Con el paso del tiempo, los niveles inerte, vegetal, animal y humano
fueron creados y evolucionaron gradualmente. Por nuestra parte lo
hacemos de generación en generación, de año en año, e incluso de día
en día. Si examinamos la forma como progresamos en la vida, veremos
que al parecer existe una regla, un mecanismo que conduce a la
Naturaleza hacia una gran complejidad e interconexión entre sus partes.
Todos los elementos de la realidad -todo lo que observamos sobre la
Tierra- continúan su avance en la misma dirección, como si no existiera
más que una sola ley que operara dentro de nosotros y nos obligara a
desarrollarnos en una dirección, en la que actuaríamos conforme a sus
principios, lo queramos o no. En consecuencia, debemos estudiar esa
ley general de la Naturaleza, una ley que nos contiene y nos influye.

La investigación científica estudia las leyes de la Naturaleza; conocerlas


produce óptimos resultados. Aprendemos a evitar las situaciones

75
CONECTADOS

perjudiciales, a acercarnos a las positivas y a evitar los errores. Por lo


tanto, deberíamos conocer la ley general que engloba todas las leyes de
la física, química, biología, zoología, astronomía y que regula al cuerpo
humano y su psicología. Cuanto más aprehendamos de esta ley -que
conocemos muy poco- mayor efecto tendrá en nosotros.

La ciencia nos ayuda a mejorar nuestras vidas y hacerlas más


satisfactorias. Anteriormente, el hombre tenía que trabajar arduamente
de sol a sol para sobrevivir. Hoy, gracias a los avances tecnológicos,
el individuo puede producir alimentos para miles de personas. Y eso
es cierto no solamente en la industria alimenticia, sino también en
la construcción, la textil, la tecnología de punta y la cultura, por no
mencionar sino unas cuantas áreas. La humanidad ha avanzado de
tal forma que en nuestros días un número relativamente reducido de
personas puede brindar a la humanidad una vida libre de problemas,
razonable y tranquila.

Existe sin embargo un problema: el hombre es egoísta por naturaleza.


Es por esto que no podemos utilizar nuestro enorme potencial, las
capacidades que obtendríamos conociendo las leyes de la Naturaleza.
A pesar de que existe la abundancia, muy pocos tienen poder, dinero e
instrumentos. Como resultado, las necesidades básicas para el sustento
no están al alcance de muchos. Dicho de otra forma, existe una causa en
virtud de la cual no podemos crear una vida pacífica, cómoda, segura,
saludable o provechosa en este hermoso y próspero planeta; y esta es
la naturaleza egocéntrica del hombre.

Es por esto que necesitamos estudiar la naturaleza humana y


descubrir la forma correcta de trabajar con ella. Debemos aprender
qué podemos hacer para procurarnos una vida plena; cómo podemos
reformar nuestra naturaleza para que la existencia sea agradable y útil
para todos.

Apenas ahora empezamos a entender que todo el problema radica


en el egocentrismo natural del hombre. Esta comprensión se funda en
el descubrimiento de la ley general que se revela ante nosotros: la Ley

76
Según las leyes de la Naturaleza

de la Fuerza Global, la fuerza que contiene a todas las demás fuerzas.


Lo queramos o no -y por regla general no lo queremos- la fuerza nos
conduce a una mayor conexión y a necesitar cada vez más al prójimo.

Los científicos escriben que la dirección que sigue la ley evolutiva que
nos desarrolla, es llevarnos a adquirir una forma determinada, dentro
de la cual estaremos tan conectados que sentiremos que cada persona
realmente depende de toda la humanidad, y toda la humanidad
depende de cada persona. Esta realidad puede parecer descabellada
pero ya queda claro que hacia ella nos encaminamos.

Sin embargo, por ahora esta ley contradice nuestra naturaleza. No


estamos hechos para aceptarla, ya que cada uno de nosotros sólo piensa
en sí mismo, sin comprender que todos somos interdependientes. Si
sintiéramos, percibiéramos, comprobáramos que somos dependientes,
que estamos conectados a los demás, de inmediato nos aseguraríamos
de que todos fueran felices y se relacionen amistosamente.

El problema es que no percibimos cuán “circular” y conectado está


el mundo. Por eso es que nos encontramos en medio de tal crisis, que
forzosamente nos aleja de la vida que tuvimos en décadas pasadas.
Nos hemos habituado a trabajar durante largas horas, ganado dinero,
malgastándolo y produciendo objetos que no necesitamos, tan
solo para venderlos. Acumulamos posesiones y riqueza intentando
asegurarnos pensión, gastos médicos, habitación, ahorros, para que al
final de nuestra vida, ni a nosotros ni a nuestros hijos nos falte nada.

Nos queda claro dónde queremos llegar, pero el camino que


seguimos es el equivocado. La Naturaleza está destruyendo nuestros
planes. Incluso las personas adineradas no pueden realizar ese sueño,
mucho menos las que pertenecen a la clase media y baja, de las que
se compone la mayoría de la humanidad. De hecho, la Naturaleza nos
conduce en dirección contraria: encontrar la seguridad, prosperidad y
desarrollo dentro de las buenas conexiones entre nosotros.

77
CONECTADOS

A través del canal de las buenas relaciones, recibiremos todo lo que


deseamos, lo cual no sucederá si intentamos aferrarnos a nuestra
cómoda vida privada. Podemos vislumbrar claramente el cambio que
se aproxima analizando las crisis que nos rodean, que están derribando
todos los modelos anteriores.

La crisis nos muestra que nos encontramos dentro de un nuevo mundo.


Por primera vez, en lugar de esas numerosas, diversas, desconectadas
y dispares leyes de la Naturaleza, empezamos a percibir que una nueva
ley opera en nosotros. De pronto estamos bajo su influencia que nos
conduce a todos en la misma dirección.

En toda la historia de la humanidad nunca se dieron las circunstancias


de que distintos países enfrentaran situaciones similares. En todas
partes -América del Norte; América del Sur; Europa; África; Asia;
Siberia, e incluso en Australia y Nueva Zelanda- todo el mundo está en
el mismo proceso de decadencia. Independientemente de la sociedad,
la civilización, la religión, o el medio ambiente, de repente una gran
nube ha descendido sobre nosotros, envolviéndonos a todos juntos.

Dependemos unos de otros: los científicos lo están descubriendo,


al igual que nosotros lo presentimos debido a las crisis y nuestras
conexiones. El “efecto mariposa” actúa de tal forma que a través de
la amistad con seis personas, ¡cada quien conoce a casi todo el resto
del mundo! Existen estudios recientes en los que se comprueba que
incluso nuestros pensamientos afectan el clima; los terremotos y los
tsunamis dependen de las relaciones humanas y el modo de vida de los
individuos. Se deduce que nos encontramos ante una ley que nos fuerza
a la unidad.

Por consiguiente, para lograr que nuestra vida mejore, debemos


esclarecer cómo concordar con esta ley en lugar de rechazarla; aceptar
la unidad y avanzar en esa dirección de manera pacífica, perfecta,
cómoda; armonizar con las leyes de la Naturaleza y no ir en contra de
ellas. De lo contrario, la Naturaleza ganará y sin duda eso nos quebrará.

78
Según las leyes de la Naturaleza

Las leyes de la Naturaleza están cambiando. No se trata de leyes


políticas que podemos manipular a nuestra conveniencia. Las leyes de
la Naturaleza son superiores a nosotros. Podemos estudiar las leyes
que rigen la física, química, biología, para saber cómo emplearlas
apropiadamente, pero las leyes de la Naturaleza son absolutas.
Deducimos que es necesario estudiar la ley singular, la Ley Exhaustiva
de Unidad y adherirnos a ella a toda costa, ya que dicha ley general es la
que impera en toda la Naturaleza.

Por lo tanto, ¿qué debemos cambiar en nuestro interior para ser más
congruentes con la Naturaleza? Cuando lo somos, no sentimos presión
alguna por parte de ella. Tales presiones se manifiestan de varios
modos, como severos cambios climáticos, terremotos, epidemias,
guerras, divorcios.

La averiguación para responder a la pregunta del párrafo anterior


nos conduce al estudio de la naturaleza humana, que está constituida
por el deseo de vivir, de sentirnos bien, de disfrutar. Eso significa que
constantemente queremos satisfacer algo nuestro que se llama “deseo”.
Cuando sentimos fatiga, queremos llenar el deseo de descansar.
Cuando tenemos hambre, queremos saciar nuestro deseo de comer y
así sucesivamente.

Los deseos humanos se dividen en varias categorías básicas: alimento,


sexo, familia, dinero, respeto, poder (dominio) y conocimiento. Todo el
resto se manifiesta en “sub deseos” que se derivan de estas categorías.
Todos nuestros deseos llevan el nombre de “deseo de disfrutar” o deseo
de satisfacción. Si logro entender que me conviene vincularme con los
otros a través de estos deseos para ser congruentes con la fuerza de la
Naturaleza -esa ley singular- debo entonces reformarlos para que me
lleven a la conexión con los demás.

En consecuencia, necesito orientar todos mis deseos para beneficiar


a los otros. Si sólo quiero satisfacer mi deseo personal, se trata ya de un
“deseo egoísta”. Si encauzo todos mis deseos para provecho de todos,
se deduce que tengo que tomar a todos en consideración y que todos

79
CONECTADOS

piensen como un solo ser, como esa ley singular que me impulsa. Por lo
tanto, el propósito de cada deseo debe ser para favorecer a los demás.

La pregunta es: ¿cómo lograrlo?

Los científicos, economistas, psicólogos, sociólogos, así como nuestra


experiencia, nos dicen que ya no existe más opción sino ocuparnos
unos de otros y actuar como un organismo único. Sin embargo, mi
naturaleza me dice todo lo contrario. Está convencida que debo recibir
primero para mí mismo, satisfacer mis deseos sin siquiera pensar en los
demás. Y si acaso decido ocuparme de ellos es tan solo gracias a alguna
recompensa que conseguiré, como mi autoestima.

Pero mi bienestar no es suficiente. Dentro de una familia decente,


no es así como actúo; pienso en la familia como un todo, en lugar
de condicionar mi comportamiento para resguardar mis intereses.
Asimismo, la Ley de la Fuerza Global insiste en que nos acostumbremos
a pensar en todos como en una unidad, pensar que el mundo es una sola
familia.

Para hacerlo, cada uno debe ayudar a los demás, estableciendo así
-juntos- un nuevo sistema, un método de educación integral que nos
conectará y nos mostrará que no tenemos otra opción.

Entonces, ¿cómo podemos unirnos?

Existe otra ley particular en la Naturaleza que nos ayudaría a acercarnos


y vencer nuestro ego. Lleva el nombre de “el hábito se convierte en una
segunda naturaleza”. Sabemos que para lograr resultados positivos,
debemos repetir ciertas acciones un buen número de veces. Ejercemos
esta acción hasta que se convierte en un hábito. Pero, la posibilidad de
que tengamos éxito depende del respaldo de nuestro entorno, de que
todo el mundo esté haciendo lo mismo y del grado en que esta acción
esté apoyada por lo que vemos en nuestro entorno.

Por consiguiente, si establecemos un medio ambiente educativo de


apoyo para cada uno de nosotros, seremos capaces de avanzar a ese

80
Según las leyes de la Naturaleza

estado en que el individuo recibe la impronta de que las personas deben


preocuparse por los demás. Podemos conseguirlo al influir a la opinión
pública empleando los medios y las explicaciones apropiadas.

Con todo propósito debemos fingir que somos buenas personas,


consideradas, como dentro de una familia correcta y mostrar que nos
preocupamos por ellos como de nosotros mismos. Debemos mantener
esta actuación todo el tiempo, comportarnos como si ya fuéramos una
sociedad reformada.

Gradualmente, mediante el ejercicio de este comportamiento, con la


opinión pública y la influencia del ambiente, empezaremos realmente
a pensar de esta forma. Estaremos impresionados y adquiriremos un
hábito interno del que no podremos desprendernos. De esta manera,
a pesar de haber adquirido el hábito desde el exterior, y habiéndonos
forzado a ello, se volverá una segunda naturaleza, igual a aquella con
la que nacimos.

Es por esta razón que es imperativo emplear esta ley “el hábito se
convierte en una segunda naturaleza”. Depende de la medida en
que sintamos nuestra propia presión y la presión de la sociedad para
recordar el juego y por ende, avanzar.

Podríamos decir que estamos actuando como niños. Ellos también


imaginan que tienen un proyecto importante, que están construyéndolo,
mientras que nosotros sabemos que es un juego y no es la realidad. Los
niños cometen errores durante el juego, pero vuelven a construir, luego
rompen todo y edifican de nuevo. Pero es precisamente a través de este
proceso que aprenden y entienden.

Sin el juego, el niño crece como un salvaje, como un cachorro que se


desarrolla en la naturaleza. Es por esta razón que existen psicólogos y
otros profesionales que trabajan en instituciones especializadas para
diseñar sistemas de juegos para niños a partir de diversos materiales y
de formas diferentes. Esta es la única forma en que podemos avanzar.

81
CONECTADOS

Incluso nuestro desarrollo físico sería impensable sin el juego. Los


llamamos “deportes”. Son juegos a través de los cuales nos ejercitamos
para realizar acciones que no podríamos hacer sin tener práctica (el juego),
es decir la repetición de ese mismo acto. Es exacto que podemos
alcanzar grandes cosas a través de los hábitos.

Observamos también que las personas que viven juntas, se entienden


entre ellas sin decir palabra. Es como un coloquio íntimo -el resultado del
hábito- porque al vivir bajo el mismo techo y compenetrarse entre ellas,
llegan a la fusión. En épocas anteriores las naciones y las civilizaciones
estaban estructuradas de esta forma: se mezclaban personas ajenas
hasta que adquirían las características de una nación.

Dicho de otro forma, la ley, “el hábito se convierte en una segunda


naturaleza” fue diseñada particularmente para nosotros. Con esta ley,
incluso desde nuestra forma indeseable y antinatural, alcanzaremos
un estado en el que asumiremos la forma que hayamos elegido en
contra de nuestra naturaleza, y lo convertiremos en una nueva forma
que ya existe dentro de nosotros. Así es como avanzaremos y nos
construiremos.

Nacemos con un solo deseo egoísta de disfrutar, sin preocuparnos


de nada más que de nosotros mismos, como un recién nacido que se
percibe como único y piensa sólo en sí mismo. Pasarán varias semanas
antes de que el bebé comience a percibir el mundo que existe fuera de
él, a realmente ver y oír, para encender sus sentidos. Pero lo que quiere
de la vida y del ambiente, es que sus necesidades sean satisfechas, al
principio por su madre; así es como crecemos.

Nos debe quedar claro que deliberadamente recibimos este deseo


egoísta con el que venimos al mundo para que fundemos sobre él algo
distinto a nuestra naturaleza de origen, una forma de altruismo para
dar y vincularnos recurriendo a la ley “el hábito se convierte en una
segunda naturaleza”.

Sin embargo, somos totalmente opuestos. Somos individualistas;

82
Según las leyes de la Naturaleza

cada uno quiere aprovecharse de los otros, ser desconsiderado. Por


ende, constantemente tenemos conflictos y choques con los demás.

La Naturaleza deliberadamente creó esta forma negativa dentro


de nosotros para que podamos diseñar una positiva y buena, que nos
conecte. Utilizaremos todos los poderes a nuestra disposición para
crear esa nueva forma consciente, con la comprensión completa.
Llegaremos a un estado en el que todo está conectado y a semejanza
de la ley general de la Naturaleza que es otorgamiento, bondad y amor.

Entonces entenderemos que esta ley no es en realidad adversa, que


todas las fuerzas que por ahora experimentamos como agresivas no lo
son en realidad. La desintegración familiar, las drogas, el terrorismo, el
temor a una guerra mundial nuclear, las crisis ecológicas y financieras son
todas fuerzas que al parecer son negativas pero sirven para ayudarnos
a construir nuestras fuerzas de amor, otorgamiento y unión. Cualquier
cosa que esté sucediendo se percibe como una fuerza negativa porque
somos opuestos a esa ley singular.

Por ejemplo, cuando sufrimos de insolación o hipotermia, sabemos


qué hacer para equilibrar la temperatura corporal y regresarla a los
parámetros normales. Cuando el cuerpo se halla bajo presión, por
ejemplo, durante el buceo, o escalando a una altitud en donde falta
el oxígeno, creamos una clase de compensación que nos devuelve el
equilibrio con la Naturaleza.

Actualmente, sentimos que los golpes nos llegan de todas


direcciones. Cada día, la humanidad sufre la presión bajo los embates
que experimenta. ¿Existe un instrumento que nos regrese al equilibrio
con la Naturaleza?

Todo lo que nos ocurre es una expresión de nuestra contradicción con


ella. Por consiguiente, tenemos que compensar esa discordancia. La
Naturaleza nos presenta fenómenos adversos pero si nos superamos,
nos reformamos, nos volvemos similares a ella tanto como es
posible, experimentaremos estas mismas fuerzas positivamente

83
CONECTADOS

porque estaremos en equilibrio. En ese momento, todas las


crisis climáticas, familiares, crisis de relaciones internacionales
y económicas, se reducirán en gran medida y descubriremos
el camino correcto para una vida plena en todos los aspectos.

¿Cómo podemos seguir el juego? Hemos aprendido que la Naturaleza


es una fuerza singular que opera en todos, que desea que aprendamos
a equilibrarnos porque de esta forma comprenderemos la realidad. Al
unirnos, entenderemos en donde nos encontramos. Podemos llegar a
esta unión cultivando buenas relaciones. A pesar de que no estemos
de acuerdo, podemos crearlas jugando, usando la ley “el hábito se
convierte en una segunda naturaleza”.

Para materializar entre nosotros la unión, es necesario crear vínculos


dentro de la sociedad a través de nuestra actitud hacia ella; construir
sistemas sociales dentro de los que cada persona se sienta obligada
a tratar a la sociedad amistosamente, esto es, que el bienestar de la
sociedad, así como el propio, dependa de la actitud personal de cada
uno hacia la sociedad.

Si queremos reestructurar la actitud del hombre hacia la sociedad


-debido a que dependemos de cada uno y la sociedad exige que
todos la tratemos como corresponde- debemos entender lo que la
sociedad necesita concretamente. Para ello, nos debe dar ejemplos de
buen comportamiento, como lo haría una madre hacia su hijo; debe
transformar fundamentalmente su impacto en cada uno, comenzando
con los medios de comunicación y el sistema educativo que deben
comunicarnos la urgencia de cambiar nuestras actitudes hacia los otros.

Una sociedad adecuada debería asemejarse a una incubadora, que


arropa y brinda calor a sus polluelos, un lugar en donde desarrollarse
bien. Al igual que la temperatura, la humedad y todas las condiciones de
la incubadora deben ser óptimas para el desarrollo del huevo en forma
rápida y efectiva, necesitamos armar una sociedad que hará el papel de
una incubadora perfecta. En el seno de esta sociedad, nos sentiremos
cómodos, amparados, abrigados y no querremos abandonarla nunca. Así

84
Según las leyes de la Naturaleza

como el feto se desarrolla en el vientre de su madre, bien resguardado,


porque el útero está preparado para ello, asimismo debemos crear una
sociedad dentro de la cual todos se desarrollen de manera completa.

Dentro de esta incubadora, cada persona construye una sociedad


para sí mismo y para los demás. Cuando cada quien trabaje para
beneficiar a los demás, formaremos una gran familia y todos estaremos
relacionados.

Resulta que nuestra actitud hacia la Naturaleza, hacia esa ley singular
que dice que debemos ser como uno solo, se materializa dentro de la
sociedad. De hecho, nuestra actitud hacia la sociedad y cumplir esta
ley dentro de ella es más importante que nuestra actitud hacia la
Naturaleza misma. Lo más importante y lo único que debemos crear es
nuestro ambiente humano. Por esta razón, todos deben estudiar esta
nueva materia y adquirir una nueva profesión: convertirse en un ser
humano dentro de la nueva sociedad.

Para dominar esta nueva carrera de “ser humano” cada uno de nosotros
debe elevarse a un nivel en donde entienda lo que ocurre en la Naturaleza,
lo que pasa dentro de nosotros y cómo debemos relacionarnos con los
demás. Los estudios indican que en el momento que esta consciencia
influye a todos los miembros de la sociedad, nadie puede escapar de ella.
Nutre a las personas y las cambia involuntariamente. Igual que los niños
se transforman a través de la sociedad sencillamente observando a los
otros; recibimos educación y adquirimos modelos de comportamiento,
actitudes y valores estudiando los ejemplos de la sociedad.

Ya no calcularemos nuestros deseos de comida, sexo, familia, dinero,


respeto, poder y conocimiento, o los cientos de deseos que se derivan
de éstos. No causaremos molestias a nuestra inteligencia con los
deseos mismos, sino más bien pensaremos cómo utilizarlos, es decir,
cuál será la intención propia para la sociedad cuando los usemos.
Lo que es importante es la intención cuando nuestro “yo” use sus
deseos. Necesitamos transformar nuestra capacidad para que siempre
favorezca a la sociedad.

85
CONECTADOS

Cuando esto ocurra, nuestro sentido “yo” individualista, se convertirá


en “nosotros” y luego “nosotros” -una colección de individuos que se
vuelve “Uno”- estaremos en unidad y equilibro con la ley singular que
nos organiza y que se encuentra en conexión positiva con nosotros.

Por lo tanto, el ser humano se convierte verdaderamente en humano,


cuando entiende su propia naturaleza global. Para alcanzar ese estado,
la persona aprende numerosas reglas psicológicas y las de la realidad.
Así es como uno se incorpora a todo lo que existe en la Naturaleza y
alcanza el grado más alto -el de la fuerza singular que opera en nosotros
y nos atrae hacia ella- de tal forma que por ahora la percibimos como
una crisis.

De hecho, nos encontramos en medio de una burbuja que nos obliga


al cambio. Estamos sitiados y no tenemos escapatoria, descubrimos
que una ley opera en todos los elementos en cada nivel, la ley general
de equilibrio en un sistema global e integral y le damos el nombre de
“Naturaleza”.

El concepto de Naturaleza se refiere a todas las leyes que operan


en los niveles inerte, vegetal, animal y humano. Todas las leyes que
pertenecen al sistema global integral se encuentran bajo una sola ley,
la Ley de Equilibrio, también conocida como “homeostasis” y toda la
Naturaleza gravita alrededor de ella.

La ley existe en la física también. Todo busca sentirse en un estado


de calma, de inmovilidad, bienestar, estatismo, la entropía mínima y el
menor gasto de energía. Si un punto está caliente y otro frío, la brecha
entre ambos gradualmente irá desapareciendo hasta equilibrarlos.
Esto es “la igualdad de presión”. Así es como opera la Naturaleza; es
la ley general, y nosotros los seres humanos debemos cumplirla en
consecuencia. Esto es, nosotros también debemos equilibrarnos, como
lo hace la Naturaleza.

Es debido a esto que las crisis que experimentamos el día de hoy


afectan el nivel humano, y nos obligan a aceptar que todos estamos

86
Según las leyes de la Naturaleza

conectados a un sistema único; que todos somos partes de la


Naturaleza, aún en el nivel humano. Muchos científicos y académicos
ya ven el mundo como global e integral y reconocen que vivimos en un
mundo holístico (que proviene de la palabra “completo”). Sólo existe
una Naturaleza, en consecuencia, todas las ciencias -física, química,
biología y zoología- están interconectadas.

Cada sustancia consiste de elementos que a su vez están conformados


por átomos. Las diversas conexiones entre los átomos conforman los
diferentes materiales. A pesar de que son numerosos, sólo existe una
sola fuerza que opera en todos los niveles del inerte, vegetal, animal y
humano. En los átomos y moléculas, esa fuerza actúa como una fuerza
que atrae y repele. En los humanos es la fuerza que expande y contrae
los pulmones y el corazón y crea las contradicciones entre el hecho y
la ficción. Siempre tenemos dos fuerzas en conflicto que actúan una
frente a la otra. Sin embargo, están operadas por la fuerza única que las
equilibra, dado que toda la Naturaleza lucha por el equilibrio.

El hombre necesita herramientas que le permitan ver que el mundo es


redondo, que todos dependen de todos, que todos están sujetos a una
influencia y que deben obedecer a la ley única. Esta es la perspectiva
de la vida, la filosofía, la psicología y la información que debemos
adquirir para el resto de nuestra existencia. En tanto no estudiemos y
comprendamos esta ley, nuestras vidas nos parecerán miserables, no
tendremos idea del mundo que preparamos para nuestros hijos y nietos
y para empezar no entenderemos porqué nos encontramos aquí.

Para percibir nuestra interdependencia, necesitamos un buen


ambiente que nos influya. Podemos observar los efectos que tiene la
sociedad en la vida, la educación y en prácticamente cualquier otra
actividad. A través de un buen ambiente, podemos prescribir el remedio
para la enfermedad antes de que ésta se presente, ya que cualquier
impacto negativo de la Naturaleza es porque no estamos sincronizados
a ella o con el ambiente. Cada desastre es un testimonio de este estado
de desequilibrio.

87
CONECTADOS

Por consiguiente, así como tengo que abrigarme cuando hace frío,
debo neutralizar el desequilibrio. Si el ambiente nos afecta, debemos
crear uno que nos influya positivamente. Forzaremos a todos a
comportarse amablemente con los demás y despediremos a quien se
resista. Después de todo, aspiramos a una vida satisfactoria. Queremos
que todos tengan alimento, techo, familia, educación, cuidados de salud,
pensión para la vejez, vacaciones, que es lo que todos necesitamos.

Si deseamos que así sea, tendremos la oportunidad de crear una


sociedad en la que todos se preocupen de todos. Sin embargo, debe
ser un ambiente en donde todos sean tratados correctamente.
Esta amabilidad podrá ser obligatoria, pero si actuamos estas
buenas relaciones y aceptamos esa ley de comportamiento, nos
acostumbraremos y se convertirá en un hábito y nuestra segunda
naturaleza.

Hasta ahora hemos sido como “salvajes” deseando devorarnos unos


a otros. En adelante, si nos comportamos bien con los demás, nos
transformaremos a fondo. Con el tiempo no seremos tan salvajes sino
más “humanitarios”, y la humanidad será totalmente diferente.

Cuando estemos en equilibrio con la Naturaleza, se abrirán nuevas


oportunidades para nosotros: percibiremos la Naturaleza, tendremos
nuevos descubrimientos, desarrollaremos capacidades, construiremos
instrumentos y revolucionaremos al mundo porque conoceremos las
leyes de la Naturaleza siendo similares a ella. Nos volveremos como
el resto de la realidad. Estaremos actuando porque no tenemos otro
remedio, pero estableciendo buenas relaciones con los demás.

La Naturaleza sabe precisamente cómo desarrollar a cada criatura con


gran sabiduría para que esté en equilibrio con su ambiente. Es la ley de
la evolución y ahora está influyendo a la humanidad también. Esta ley
tiene su proyecto, una fórmula de desarrollo que activó la ley evolutiva.
La Naturaleza tiene un plan para el futuro, para que cada deseo en cada
etapa alcance su desarrollo ideal y se equilibre con el ambiente.

88
Según las leyes de la Naturaleza

En resumen, conforme al plan implantado en la Naturaleza, debemos


elevarnos y desarrollarnos, etapa por etapa. Asimismo, cada fase
debe ser más desarrollada que la anterior. Para ello, debemos conocer
ambas etapas. Por lo tanto, ¿cómo debe elevarse la sociedad humana
desde su etapa actual a la siguiente en que seremos felices y estaremos
equilibrados con el ambiente?

En estos días, la evolución como la conocemos ha llegado a su término


y debemos elegir nuestra mejor forma futura, y luego esforzarnos
por ello. Es por esta razón que la crisis en la que nos encontramos es
única y requiere de la intervención humana. Debemos crecer, percibir
a la Naturaleza, sus leyes y direcciones, y crear nuestro desarrollo,
empleando el ambiente. La Naturaleza sencillamente estimula nuestros
deseos para que no pospongamos ni evitemos el desarrollo.

Dicho en forma diferente, para resolver la crisis, debemos conocer


cuál es nuestro siguiente estado, debemos estudiarlo, comprenderlo,
sentir necesidad de él y construir la naturaleza que nos ayudará a
avanzar hacia la forma correcta. Es posible porque ahora somos
nosotros que debemos actuar en lugar de la Naturaleza. Es decir, no
debemos permitir que nos empuje al desarrollo, según sus razones y
planes. Hoy en día debemos tomar el proyecto en nuestras manos,
adquirir el conocimiento, crear las fuerzas de desarrollo, el sistema, la
incubadora que mencionamos anteriormente, y crecer.

Si aprendemos a ser “humanos” alcanzaremos el mejor estado


posible, seguro y cómodo. Por consiguiente, debemos agradecer la
situación y el momento que vivimos; nos admiten a una nueva era, a un
mundo donde todo es bienestar.

Si materializamos esta ley singular dentro de nosotros, en unas


cuantas semanas percibiremos su modo de operación, que el hábito
se convierte en una segunda naturaleza y que no podemos continuar
relacionándonos mal con los demás. Y si acaso lo perdemos y lo
olvidamos nos acordaremos del momento en que estuvimos juntos,

89
CONECTADOS

sintiéndonos bien, en un maravilloso y agradable estado; entonces nos


sentiremos atraídos para volver a él.

Esperemos que con apoyo mutuo, tengamos la capacidad de llegar


actuando a un estado en el que el hábito nos lleve a adquirir una
naturaleza amable y amorosa.

90
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 5:
Todos enlazados

¿La interdependencia es un hecho?

Todos los sistemas que operan en la Naturaleza, en la sociedad humana


y en nuestras vidas personales existen bajo una influencia recíproca. De
hecho, toda la Naturaleza actúa como un mecanismo único. Entre más
profundizamos en el estudio del universo, más nos percatamos que
todos sus sistemas son interdependientes. Los planetas giran alrededor
del sol y la mayoría tienen lunas que orbitan alrededor de ellos. Es un
inmenso conjunto y examinándolo de cerca, vemos que sus elementos
se mueven en concordancia. Son tan interdependientes que nuestra
propia Luna, por ejemplo, influye en todos los procesos de la Tierra,
en nuestra salud, nuestros sentimientos, las mareas de los océanos
y muchos cambios. El sol también ejerce su efecto en todo. Cada
tormenta solar tiene su consecuencia, incluso algunas representan un
riesgo para los sistemas electrónicos y de comunicación en la Tierra.

La Tierra misma es una enorme bola de fuego ardiendo desde su

91
CONECTADOS

interior. Vivimos de hecho sobre la delgada y frágil costra de un volcán.


Sin embargo, todo mantiene un equilibrio muy sutil. Los biólogos,
zoólogos y botánicos opinan que la creación de vida como la vemos en
la Tierra requiere de condiciones muy particulares que aún no se han
encontrado en el universo. La presencia de la vida exige que se cumplan
ciertas precisiones actuando en total armonía: la gravedad, la cantidad
justa de agua, presiones, temperatura y un sinfín de factores. Estas
estipulaciones se combinan en una fórmula muy compleja que sostiene
una biósfera creadora de vida únicamente si todos los requisitos se han
cumplido al pie de la letra.

El clima es otro ejemplo de los elementos externos que afectan


nuestras vidas. Podemos pronosticar con una semana de anticipación
las condiciones climáticas con suficiente precisión. Las complicadas
fórmulas sobre temperatura, humedad, presión atmosférica,
desplazamiento de los vientos y otros elementos requieren de
computadoras muy sofisticadas porque los meteorólogos deben
considerar el clima en todo el mundo, lo cual crea una cantidad
inimaginable de datos, simplemente para informar cuál será la
temperatura el día de mañana, la velocidad del viento y la calidad de
las mareas.

Sin embargo, esta información es indispensable ya que no somos


sedentarios. Nos trasladamos de aquí para allá utilizando diversos
medios de transporte y queremos conocer el clima de nuestro lugar de
destino.

El clima es un buen ejemplo de los vínculos estrechos que encontramos


en el nivel inerte, que tiene un efecto en el vegetal, y éste a su vez en el
animal y en los humanos. También observamos cómo influye el hombre
a todos los elementos de esa cadena. Nuestras vidas dependen del nivel
inerte porque existimos gracias a los productos de la tierra, así como
del nivel vegetal que representa la agricultura y produce el oxígeno que
respiramos. También dependemos del nivel animal porque somos seres
vivos que necesitan alimentos, sin los cuales no podemos sobrevivir.

92
Según las leyes de la Naturaleza

Los humanos podemos subsistir únicamente en una sociedad en la


que cada uno desempeña un cierto papel ocupando un lugar específico
dentro del gran mosaico humano. Asimismo, nos estamos convirtiendo
en una sociedad extremadamente compleja debido a nuestra
dependencia mutua. Transferimos fondos de un banco a otro, de un
continente a otro y los barcos cargueros navegan el océano en dirección
a todos los rincones del planeta.

Por ejemplo, en la confección de la camisa que llevo puesta


participaron numerosos países con su materia prima, proceso, diseño,
costura, venta, envío, etc.

Nos hemos acostumbrado tanto a esta interdependencia que ya nos


parece común; por ahora es tan sólo comercial y no requiere de nuestro
concurso emocional. Sin embargo, últimamente notamos que las
conexiones entre nosotros han alcanzado tal profundidad que exigen
una mayor participación de nuestra parte.

Estamos tan atados que cualquier evento que se produzca en un


país de inmediato repercute en las naciones vecinas. Es por esta razón
que los estados hoy en día interfieren en los asuntos internos de otros
pueblos e incluso exigen un cambio de gobierno como si éstos no
tuvieran su propia soberanía.

Tenemos el caso de Siria. Muchos países alrededor del planeta lo


critican y tratan de poner fin a la matanza de civiles mediante sanciones
de tipo político y económico. Esta intromisión es la revelación de que
nuestra interdependencia nos obliga a todos a cuidarnos las espaldas.

Las conexiones entre nosotros son tan estrechas que requieren


la aplicación de mecanismos internacionales muy eficientes tanto
comerciales como científicos y culturales sin los cuales no sería posible
existir. Si aspiramos a una vida mejor debemos desarrollar a lo largo
y ancho del planeta, culturas, educación y perspectivas que sean muy
similares entre sí.

93
CONECTADOS

Por ejemplo, en las últimas décadas, el turismo se ha desarrollado


descomunalmente y ahora viajamos por todos los países sin ningún
problema. No es una coincidencia que los pueblos se hayan acercado a
través de su estilo de vida y maneras de percibir el mundo. Nos nutren
las mismas redes televisivas y las transmisiones de noticias; nuestras
conexiones vía Internet llevan veinte años. Muy pronto podremos
comunicarnos sin las barreras del lenguaje mediante programas de
traducción simultánea, esto es, aquellos que no entienden inglés, que
es el idioma internacional, tendrán la posibilidad de comunicarse con
todos.

Las investigaciones nos indican que estamos tan conectados, que


a través de seis personas, cualquier individuo tiene conexión con
cualquier persona sobre la faz de la Tierra. Es como si todos los hombres
del mundo estuvieran tomados de la mano.

Los países no pueden actuar como quisieran ni siquiera en su propio


territorio porque podrían cambiar el equilibrio del mundo, lo que
afectaría no sólo a sus vecinos, sino incluso a países remotos. Por esta
razón, los gobiernos llegan a acuerdos sobre temas variados como
el Protocolo de Kioto que regula las emisiones de gases de efecto
invernadero.

En nuestros días una mayoría de países cuenta con su propia cuota


de captura pesquera, de emisiones de gases de invernadero y cualquier
recurso natural que explotamos. En otras palabras, todos se dan cuenta
que contamos con una sola Tierra habitable que es nuestro hogar
común y dentro de ella todos somos dependientes. En consecuencia no
podemos hacer lo que queremos en el planeta.

Desafortunadamente, aún estamos en proceso de evolución; nos


encontramos en la etapa egoísta que no tiene consideración alguna por
el otro. Un ejemplo es el egocentrismo de la carrera espacial. Hemos
enviado toda clase de naves a la órbita terrestre y ya hemos causado un
caos significativo. Existen numerosos artefactos de diversos tamaños
conocidos como “basura espacial”, flotando libremente y pudiendo

94
Según las leyes de la Naturaleza

causar daños al caer o estrellarse con naves entrando o saliendo de la


Tierra.

Se han presentado algunos fenómenos insólitos en fechas recientes,


como las erupciones volcánicas en Islandia cuyos efectos se resintieron
en Europa y Siberia, provocando el cierre de la mayoría de los aeropuertos
en el continente. Asimismo en marzo del 2011 el tsunami que se abatió
sobre la estación eléctrica nuclear de Fukushima, en Japón, perjudicó a
todo el mundo y ocasionó que se reconsidere la construcción de nuevas
plantas nucleares y la clausura de las existentes.

Sin duda, ningún país el día de hoy puede establecer su política


interna, y muchos menos la exterior, sin tomar en cuenta cientos de
factores internacionales. Cada posible actividad supone que el país
debe contemplar el impacto que podría tener en el resto del mundo.
Incluso las grandes potencias calculan minuciosamente las medidas
que toman porque todos somos interdependientes y cualquier cambio
en un país puede afectar a los otros.

Percibimos claramente que vivimos en un mundo que cada día es


más complicado e interdependiente. Es por este motivo que es posible
proponer una ley en común que nos gobierne a todos: “la Ley de la
Garantía Mutua”. Esta ley ejercería su dominio no sólo sobre los países,
las empresas transnacionales y las relaciones internacionales, sino que
cada individuo estaría sujeto a su impacto.

Este efecto crece año tras año. Por ejemplo, si un banco en Europa
o Norteamérica se tambalea, todos los otros países lo resienten, en
particular China y la India, que producen y venden sus productos a esos
continentes. Asimismo, un problema en China afectará a la mitad del
mundo. La economía, las finanzas y el comercio nos han atado a tal
punto que mantenernos en contacto se ha vuelto vital para nuestra
supervivencia porque los alimentos, vestidos, medicamentos, la
electrónica y muchas otras industrias dependen de esto.

95
CONECTADOS

No existe un país en todo el mundo que provea sus propias


necesidades. Hace cien años, la mayoría era casi auto-suficiente. Pero
como Inglaterra conquistó a la India y decidió que era más sencillo
importar las frutas y verduras desde allá, en lugar de cultivarlas en sus
terrenos, se produjo un cambio determinante. En lugar de la agricultura
el Reino Unido desarrolló la industria e importó sus alimentos de la
India.

Las personas entendieron que la diferenciación era provechosa,


dando margen para una mayor calidad a bajo costo por producto, lo
que permitía a las personas comerciar entre ellas, comprando lo que
no manufacturaban a un costo más bajo y de mayor calidad que la de
producción propia. Al principio cada fábrica manufacturaba casi todo,
desde las tuercas y los tornillos hasta la maquinaria completa. Incluso la
electricidad que proveía la energía se producía en casa.

Más tarde, la industria dividió la producción entre distintas fábricas:


una producía los tornillos y las tuercas, otra las partes metálicas, una
tercera se ocupaba de la parte eléctrica y así sucesivamente. En la
actualidad, armar un automóvil requiere una cadena de producción en
decenas de lugares de diferentes países.

En los últimos años este fenómeno se ha expandido. Los automóviles


japoneses se arman en cualquier parte del mundo, en Estados Unidos o
la India; los japoneses dirigen las operaciones a larga distancia. Algunos
de ellos ya ni siquiera serían considerados japoneses pues incluso los
directores no son de esa nacionalidad y lo único que queda es la marca.

Resulta que existe tal confusión en todas las áreas que la mayoría de
las veces no podemos determinar quién produjo este o aquel producto.
En cada país nos encontramos con industrias, expendedoras de
gasolina o establecimientos de comida rápida que son transnacionales.
Cada empresa tiene accionistas extranjeros que se han unido para
hacer negocios. Los gobiernos no interfieren con el proceso porque
se benefician con él: los ciudadanos tienen empleo, el estado cobra
impuestos y todos salen ganando.

96
Según las leyes de la Naturaleza

Una vez que los países desarrollados progresaron lo suficiente, se


ocuparon del crecimiento de otros países del “tercer mundo”, esto es
África y Asia. Construyeron plantas y fábricas, estableciendo escuelas
en esos países para capacitar a los lugareños al mismo tiempo que los
países occidentales empezaron a aceptar estudiantes de esas regiones
en las universidades europeas.

De este modo, el mundo se conectó a través de la educación, la


cultura, la ciencia y la industria. Las conexiones globales se volvieron
tan poderosas que los norteamericanos solían bromear diciendo que
para llamar de Nueva York a Boston, había que pasar por el centro de
enlace en la India. Así pues, las líneas de comunicaciones se entretejen
por todo el mundo, logrando que la distancia de un sitio a otro sea
irrelevante.

Si observamos detenidamente veremos que todo el planeta está


conectado por una red inmensa, diversa, de multicapas. Es imposible
llevar a cabo una operación sin tener que conseguir para ello el equipo,
la tecnología y los recursos humanos provenientes de todas las regiones
del mundo.

Y sin embargo, la red global no trabaja a toda su capacidad como


debería. Existen algunas razones por las que los sociólogos y expertos
en ciencias políticas, así como economistas, tienen sus opiniones al
respecto. Pero en última instancia existe una razón única responsable
de la disfunción social: nuestras conexiones se han vuelto tan poderosas
que necesitan que profundicemos nuestras relaciones recíprocas.

Para dar continuidad a nuestro desarrollo, debemos vincularnos


estrechamente para entender el concepto de “garantía mutua”. Es
preciso darnos cuenta que somos interdependientes porque vivimos en
el mismo planeta, y no tenemos otra opción más que sentirnos como
una sola familia.

Nuestro desarrollo comenzó cuando empezamos a comerciar con


maquinaria, alimentos, vestidos. Posteriormente, colaborando en su

97
CONECTADOS

manufactura y finalmente creando el Banco Mundial y otras entidades


financieras. La bolsa de valores introdujo las computadoras y la red
de Internet en sus operaciones y ahora un individuo puede realizar
movimientos bursátiles en Tokio, Alemania, Moscú y Nueva York sin
moverse de su escritorio, porque las bolsas siguen un mismo patrón de
trabajo. Todo lo que se requiere es decidir cuánto y en qué invertir.

De hecho, el dinero no se traslada realmente de un sitio a otro. Se


transfiere electrónicamente. El dinero mismo podría ubicarse de facto
en cualquier país del mundo; lo que cuenta es la transferencia del flujo
de dinero que se envía por la red de Internet o por cable a cualquier
parte del mundo.

Como apuntamos anteriormente, percibimos ahora que las conexiones


entre nosotros no pueden seguir siendo como antes. Lo vemos en
Europa: por una parte, es un continente altamente desarrollado,
pero por la otra, es el más segregado de todos. Tenemos una falta de
congruencia entre los países, agobiados por los malos entendidos y la
desconfianza porque la gente no puede comprender con claridad que
todos ellos pertenecen al mismo sistema.

Ellos deberían entender que no es suficiente adherirse al Mercado


Común tan sólo por razones económicas. Más bien, sería importante
unir a los países mediante una conexión más viva, más cercana
espiritualmente, captando sus situaciones y reconociendo que no
podrán salir adelante sin esa unidad.

Es aquí, sin embargo, donde reside la dificultad. Las veintisiete


naciones que componen el Mercado Común Europeo deben entender
que la interdependencia entre ellos es indispensable. El obstáculo es que
a pesar de que los políticos, los científicos, los que toman las decisiones
y hasta el común de la gente entiende la situación, de cualquier forma
son renuentes a ello.

No obstante, no tendrían que renunciar a su estilo de vida, hábitos,


tradiciones, cultura, sino que tendrían que sobreponerse a esas

98
Según las leyes de la Naturaleza

diferencias y conectarse entre ellos con garantía mutua. Con todo y


nuestras diferencias debemos comportamos como una familia.

Tenemos que admitir que esto no es sencillo. Por ejemplo, si mis


padres aún viven y los de mi esposa también y ellos tiene otros hijos
y ambos tenemos hermanos y hermanas, así como nuestros propios
hijos, de alguna forma tendremos que considerar la postura de cada
uno, porque para bien o para mal, dependemos mutuamente. No
tenemos intención de cambiar y tampoco pretendemos forzar un
cambio en los demás. Comprendemos que todos somos diferentes y si
bien cada quien tiene sus prioridades, sin embargo estamos decididos
a vivir juntos.

Debido a esta decisión conjunta, incluso sin decirlo, estamos


dispuestos a construir nuestras vidas unidos, conscientes que no
siempre será un jardín de rosas. Sabemos que tendremos que hacer
concesiones y convenios, pero nos conectamos para formar nuestras
familias, la futura generación y apoyarnos incondicionalmente.

Las parejas jóvenes de hoy carecen de esta educación que prepara a


las personas para la vida en común. Nadie les ha enseñado a convivir en
paz con los demás, a pesar de las diferencias y los desacuerdos Aunque
gozamos de libre albedrío para elegir a nuestras parejas, a menudo nos
equivocamos en la elección.

Esta laguna en la educación en lo relativo a la coexistencia armoniosa


produce el grave problema de la desintegración familiar y los divorcios.
La mitad de la población a nivel mundial, y en particular los jóvenes,
permanece soltera hasta bien entrada la edad adulta o decide no
casarse ni tener hijos. Comprenden que no pueden cuidar de sí mismos,
mucho menos hacerse responsables de otras personas. Esta crisis que
se inició hace unos treinta años, empeora día tras día.

Podemos comparar la situación de las familias de hoy con la situación


que prevalece en los países, ya que cada uno da y recibe según los
acuerdos y relaciones que establece con otras naciones. La diplomacia

99
CONECTADOS

consiste asimismo en hacer concesiones y unirse más allá de las


diferencias y las brechas. Nunca habremos aprendido a ceder y llegar
a acuerdos por cuenta propia, pero a la larga es sólo mediante tales
concesiones que podemos esperar alcanzar buenos resultados.

Nos encontramos en medio de una crisis que nos advierte que tenemos
que alcanzar una garantía mutua, es decir convertirnos en “garantes”
de los demás. Tenemos la esperanza de que la humanidad perciba esta
necesidad y no terminemos en un “divorcio” porque tal cosa entre países
significaría la guerra. Necesitamos comprender que no nos queda otro
remedio más que mostrar moderación entre nosotros. Por este motivo
se instituyó la Organización de Naciones Unidas para abrir un espacio en
el que las naciones puedan reunirse y discutir en paz.

De hecho gran número de organismos han sido creados para discutir


temas como la educación y la salud. Durante un viaje a Ginebra para
impartir una serie de conferencias me sorprendió la cantidad de
organizaciones que existen allí. Calles enteras son ocupadas por las
sedes de estos organismos algunos de los cuales no conocía. Uno de
ellos asigna frecuencias de radio y televisión al mundo entero para que
no exista interferencia en las transmisiones. Otro fija las normas para
la producción de medicamentos. Un organismo de salud determina
criterios de salud y promueve la cooperación entre los países en favor
de los pacientes. Existe incluso uno que determina los colores de las
banderas de los países para evitar que utilicen los de otro país.

Dichas organizaciones determinan la reglamentación para todo


asunto imaginable porque la interconexión entre los países es tan
importante que ha sido necesario crear reglas para todos ellos. Al igual
que el parlamento de cada nación determina las leyes que rigen a toda
la población, a fin de propiciar la buena marcha de la vida moderna,
es imprescindible legislar para las relaciones mundiales. Sin estos
organismos internacionales que han existido durante décadas, sería
casi imposible mantener el orden global.

100
Según las leyes de la Naturaleza

Hoy en día ya no es tan primordial definir el territorio de cada nación,


como en el pasado. Nos encontramos en un contexto tal que más bien
deberíamos construir un “techo común” para todos los pueblos. Nos
referimos a que debemos entender y sentir que estamos todos juntos,
como en una sola habitación en la que sería muy complicado convivir
sin la creación de vínculos y una buena conexión. Dentro de ella,
debemos sentirnos cerca de los otros, sentir esta interdependencia que
nos convencerá de cambiar nuestras actitudes hacia los demás.

Esta imagen, que ya tenemos ante nuestros ojos, nos muestra


claramente cuan interdependientes somos realmente, nos guste o no.
Somos interdependientes en materia de alimentos, vestido, educación,
cultura, tecnología, industria, energía, agua, e incluso del aire que
respiramos, porque si alguien no observa las normas para regular los
contaminantes en la atmósfera, esto podría afectar al planeta entero.

Las organizaciones de la comunidad internacional son de suma


importancia porque nos dan esa sensación de dependencia mutua
que es mucho más precisa que la que percibimos de los miembros de
una familia. Dentro de ella una persona puede disgustarse con otra
e incluso dejar de hablarle y romper relaciones. Entre los países, no
existe tal prerrogativa. Los cientos de países que conforman el globo
están dispuestos como un mosaico del que nadie puede sustraerse.
Podemos ver que cuando un país quiere actuar en forma independiente,
generalmente fracasa y después de algún tiempo debe abandonar su
intento.

Algunos países aplican algún tipo de separación, que es más verbal


que de facto. Es casi imposible operar haciendo caso omiso del sistema
global.

La dependencia entre nosotros nos obliga incluso a conectarnos


emocionalmente, y no sólo como consecuencia del clima, la industria,
el sistema bancario o la educación. Hoy en día, los individuos -al igual
que los países- deben establecer buenas conexiones. Nuestro desarrollo
cultural y tecnológico, y por supuesto, toda nuestra evolución ya ha

101
CONECTADOS

llegado a este punto. Los niveles inerte, vegetal y animal de la Naturaleza


-al igual que el humano- han evolucionado para convertirnos en una
sola entidad, o más bien en una sola persona.

Lo anterior hace surgir una pregunta: ¿cómo podemos realizar estos


cambios en nuestras conexiones, ya que sin esta conexión significativa
entre nosotros no podremos sobrevivir? Sencillamente, las buenas
relaciones entre nosotros son indispensables debido a la etapa de
evolución de la humanidad. Sin ellas no podremos instaurar las leyes
necesarias para regular la economía, la industria y el comercio.

No cabe duda de que el mundo se encuentra desorientado y


confundido. Nadie sabe cuál debe ser el siguiente paso. Al parecer las
personas han perdido el contacto porque ahora se les exige crear una
conexión más profunda y emocional, que nunca antes había existido
entre ellas. Hasta ahora, una persona degradaba a la otra, o bien
se conformaba porque no tenía otra elección, incluso permanecían
juntas gracias a los intereses en común, como sucede en la industria,
el comercio, la educación, la cultura, o la salud. Pero nunca se había
pedido a las personas o a los países que se trataran amablemente.

Hoy debemos hacer un verdadero esfuerzo emocional al relacionarnos


con los otros porque nuestro desarrollo así lo requiere. Queda claro que
sin estas relaciones, no seremos capaces de continuar existiendo juntos
en nuestro “hogar” común. Si todos debiéramos convivir en la misma
casa, sin otra opción y cada habitante tuviera su reducido espacio, todo
marcharía muy bien. Pero ahora ya no tenemos nuestro rincón. Más
bien, ya todos somos compañeros de cuarto y tan dependientes uno
del otro que sin la actitud apropiada nuestra vida se convertirá en un
infierno.

A estas alturas, no queda otro camino sino intentar la “reconciliación


familiar”, lo cual equivaldría en realidad a la “garantía mutua”. Debemos
integrar la reciprocidad en nuestras relaciones, esa unidad que nos
convenza que nuestras vidas literalmente dependen de los otros. Sería
como un pelotón de élite en el ejército, donde la vida de cada soldado

102
Según las leyes de la Naturaleza

se encuentra en manos de su compañero. Si cada uno de los soldados


no cuida de los otros, todos podrían pagar el costo con sus vidas.

Existen tales sistemas en la Naturaleza; algunos sistemas tecnológicos


operan también de esa forma denominándose “sistemas integrales” o
“sistemas análogos” y todas sus partes son interdependientes. Si se
elimina una de sus partes, toda la maquinaria deja de funcionar. Parece
que después de toda su evolución, la sociedad humana también ha
llegado a este estado de gran conexión y dependencia recíproca total.

¿Cómo podríamos reformarnos para conseguir vivir seguros y bien?


Lo lograríamos mediante “la reconciliación familiar”, con la ayuda
de una fuerza externa. Por ejemplo, si una pareja tiene problemas en
su relación, a menudo recurren a una tercera persona, un consejero
profesional, un terapeuta, o un amigo que media entre ellos. Primero
habla con cada uno y después con los dos. Les puede hacer preguntas
o darles respuestas, pero al final logra que la pareja abra los canales de
comunicación que les ayudan a entenderse.

Finalmente, los interesados se darán cuenta que es mejor llegar a un


compromiso y hacer a un lado las diferencias entre ellos. De esta forma,
las personas aprenden a perdonar y aceptar lo que les molesta de su
pareja. Para tal efecto, existe un dicho muy antiguo que reza: “El amor
cubre todas las transgresiones”.

Debemos entender que nuestras “transgresiones” hacia los demás


se suscitan porque todos somos egoístas y desconsiderados cuando se
trata de la familia, nuestros hijos, el comercio y todos los campos de
nuestra vida cotidiana. No obstante, así es como nos creó la Naturaleza
y no tenemos otra opción más que descubrir lo que puede ayudarnos a
relacionarnos con los demás.

El método psicológico preconiza que necesitamos abrir nuestra mente


al otro para familiarizarnos con su naturaleza. No debemos sentirnos
avergonzados por nuestra forma de ser, sino que sencillamente
debemos asumirla y fundar nuestras relaciones por encima de todo esto.

103
CONECTADOS

No podemos reprimir o amonestar a un semejante por su naturaleza.


En efecto, todos tenemos fallas, pero por encima de ellas podemos
construir las conexiones porque “el amor cubre todas las transgresiones”,
de cada uno de nosotros, pero gradualmente, por amor podemos
soslayarlas.

Es como una madre que está convencida de que su hijo es el mejor y el


más hermoso en el mundo. No puede descubrir un defecto porque está
cegada por su amor y sólo ve sus virtudes y no sus defectos.

Pero interrogada sobre el hijo de su vecina, dirá exactamente todo lo


contrario. Percibe todo lo malo y no lo bueno porque no siente amor por
esa criatura. Si la amara no vería más que sus cualidades.

Incluso si le señalamos alguna característica negativa o un mal


comportamiento de su hijo, no estará dispuesta a aceptarlo. Lo justificará
absolutamente y argumentará que la conducta es adecuada y negará
enfáticamente que su hijo tenga tal atributo. No lo puede percibir. A
esto se refiere la frase “el amor cubre todas las transgresiones”.

Por consiguiente, necesitamos alcanzar la “garantía mutua”, de


tal forma que para comenzar estemos al tanto de las conexiones que
existen entre nosotros antes del encuentro. Es preciso que la estudiemos
antes de dar el primer paso, con el único propósito de construir buenas
conexiones, un lazo de amor que sobrepase las transgresiones. Esto
es que de antemano estaremos dispuestos a hacer concesiones como
único camino para unirnos en el nivel emocional y sentirnos muy
cercanos a los demás. Entonces el mundo será un lugar más seguro y
tranquilo.

En tal situación no tendremos temor de que nuestros hijos salgan


por la noche, ya que cualquier extraño cuidará de ellos tanto como sus
propios padres, del mismo modo que nosotros nos ocuparemos de los
otros. Nuestra sociedad sería insuperable si tan sólo se observara la ley
de la garantía mutua.

104
Según las leyes de la Naturaleza

Cada año nos encontramos más y más sumergidos en la crisis, no tan


sólo en la económica, sino en todas las demás pendientes de resolver
desde hace décadas, como el abuso de las drogas, la depresión, los
problemas ecológicos y la desintegración de las familias.

Finalmente, debemos entender que la solución a esos problemas


radica en establecer las conexiones correctas entre nosotros. Tales
conexiones tendrían su efecto en nuestras vidas, comenzando por las
relaciones familiares y prolongándose a las internacionales.

Resulta que si conocemos la importancia que tiene crear conexiones


correctas entre nosotros, es obligatorio que lo llevemos a cabo. No se
trata de firmar acuerdos y contratos recíprocos, como los convenios de
paz, de libre comercio, etc. Cuando una pareja contrae matrimonio, se
prepara un contrato que ellos firman. Es un papel que no necesariamente
compromete al corazón. Cuando conviven, si no han formado vínculo
entre los dos, después de un tiempo no podrán mantener la relación y
vendrá la ruptura.

Para evitar una guerra mundial provocada por una exacerbación de los
egos, debemos crear conciencia entre las personas de que existe esta
conexión entre nosotros. Debemos saber lo crucial que es establecer
entre nosotros conexiones genuinas y sinceras.

En la Naturaleza todo se encuentra impecablemente organizado.


Todos los recursos naturales, todas sus partes, desde la galaxia más
lejana hasta las más diminutas partículas, todo está conectado en
un sistema único. Entre más progresa la ciencia, más se revela la
conectividad, la integralidad y reciprocidad que existe en la Naturaleza.
Sabemos que si dañamos una especie, esto traerá como consecuencia
un gran número de repercusiones en el mundo y en nuestras vidas.

Debemos comprender la conectividad que existe en la sociedad


humana, tan notoria el día de hoy. Por ende, nuestro éxito depende de la
creación de buenas conexiones entre nosotros, lo que conocemos como

105
CONECTADOS

“garantía mutua”. En una conexión así, debemos tener la sensación de


que el individuo depende de todos y todos dependen de los demás.

En consecuencia deberían implantarse nuevas leyes sociales a nivel


internacional. Las relaciones entre las parejas y los familiares, los
colegas de trabajo y las personas en lugares públicos deben basarse en
esas normas. Cada persona, aunque esté sola, debe atender a nuestra
“gran familia”, la familia humana, pues todos nos encontramos en el
mismo sitio y estamos más conectados que los parientes que viven en
un solo departamento.

Tal interdependencia brinda confianza a todos y sensación de


prosperidad y abundancia. El individuo siente que hay personas de
buena voluntad que lo rodean y quieren lo mejor para él: todo el mundo
se convierte en una familia. En este contexto las personas no sentirán
temor ni vergüenza, sino que “todo el mundo es mío, puedo respirar
tranquilo y sentirme en casa dondequiera que vaya, en la calle, en mi
trabajo y en cualquier lugar”.

La educación es la clave para crear este sentimiento de confianza


y seguridad. Percibir las cosas tal como lo hemos descrito, decidir
a relacionarse así con los demás y trabajar para mantener esta
determinación requiere de mucho esfuerzo. Y sin embargo, no queda
más que llevarlo a cabo. Ahora que toda la humanidad entra en una
nueva era, tendremos que realizar este ajuste y ser no solamente
humanos, sino humanitarios.

Ser humanitarios significa que todos formamos parte de la especie


humana, que es en realidad una sola entidad y que nosotros somos sus
partes integrantes. Esperamos que a medida que evolucione la educación
integral, cada uno de nosotros compruebe que en la Naturaleza somos
uno solo. Los estudios científicos, la vida misma y nuestro desarrollo,
todo apunta a que nuestro deber es corregir nuestras conexiones. Si
estamos convencidos de unirnos a esta educación, el conocimiento
derivado de ella nos transformará y hará del nuestro, un mundo mejor.

106
Según las leyes de la Naturaleza

Nos encontramos en el umbral de este nuevo mundo. Lo mejor de


todo es que tan pronto nos conectemos con los otros, percibiremos el
mundo y la vida a través de ellos. Cuando amo a mi hijo, en cierta forma
experimento su vida junto a él; estoy con él cuando está en la escuela,
con sus amigos y en todos los lugares que visita. Disfruto lo que hace y
siento lo que él siente.

De igual forma, tan pronto como el individuo se conecte al mundo


entero, recibirá sus impresiones. Sentirá y conocerá lo que las personas
en el mundo saben. De esta forma, podrá expandir su vida a tal grado
que dejará de vivir dentro de sí mismo para habitar dentro de todos los
demás. En este momento tocará el punto de eternidad de su ser, en la
medida que se integre con todos en el sistema de garantía mutua.

El estudio de los principios de la garantía mutua deberá ser gradual.


Primero tenemos que aprender la psicología del individuo, luego la
psicología de los amigos, la de la pareja, las relaciones entre padres e
hijos, la actitud hacia los vecinos, familiares y todas las conexiones que
propician crítica. Después de estas esferas avanzaremos a círculos más
amplios, incluso a los lugares de trabajo. Enseguida aprenderemos a
expandir la garantía mutua a nivel nacional y al final a nivel mundial.

En otras palabras, el desarrollo deberá ser progresivo empezando en


los círculos más cercanos y accesibles que podemos entender y sentir.
Luego de adquirir experiencia y percepciones, se extenderá a sectores
más amplios. Finalmente veremos que los países se pueden unir entre
ellos, incluyendo a legisladores y gobernantes. Imaginaremos estos
sistemas bajo su nuevo aspecto y veremos hasta qué punto estamos
incluidos en ellos, para entender los cambios que deben ocurrir en el
mundo.

Hoy en día parece que los líderes mundiales se han vuelto


incompetentes. Debido a que nunca recibieron una educación de
garantía mutua -que enseña sobre los sistemas integrales- y no
pueden visualizar al mundo a través de esta lente. En primer término
deben absorber los sentimientos, el entusiasmo, el entendimiento y

107
CONECTADOS

los métodos para alcanzar la garantía mutua para finalmente llegar al


amor.

Las concesiones mutuas deben incluirse en este proceso educativo. Al


principio debemos aspirar a establecer buenas relaciones, entender que
no podemos huir de los demás. Cuando firmamos un contrato o llegamos
a un acuerdo, queda claro desde el inicio que no lo romperemos. Resulta
que a todos los niveles, el problema es básicamente educativo.

Existen diversos caminos para llegar a la garantía mutua. Uno de ellos


es que las personas observen y sientan -a través de muchos ejemplos-
cuán conectadas están y dependen de los otros y qué bueno es estar
conectados adecuadamente; deben ver y sentir el beneficio que se
deriva de ello, así como lo que perderían de lo contrario. Este es un
medio para convencerlas que realicen el cambio.

Otro camino sería a través de las actividades de grupo, mediante


preguntas y respuestas, juegos, canciones y películas que les transmitan
emociones, que les permitan experimentar los pros y contras de la
garantía mutua y determinar claramente lo que cada posibilidad aporta.

La tercera vía es emplear la ley “el hábito se convierte en una segunda


naturaleza”. Si la gente se acostumbra a tener consideraciones con los
demás y a conectarse en grupos reducidos, aprenderán poco a poco que
la conexión es muy provechosa. Entonces podrán transmitir lo que han
aprendido a un círculo más extendido hasta que tengan sentimientos
hacia el mundo en general, similares a los que sienten por sus seres
queridos.

Todo se puede obtener empleando la influencia y la persuasión del


medio ambiente, a través de los buenos ejemplos de los demás, de
películas, canciones y otros medios para influir a las personas. El efecto
que ejerce el ambiente puede lograr que el individuo haga casi cualquier
cosa. Incluso puede reprogramar a la gente para que odie a sus propios
hijos y ame a los del vecino. El ambiente es más poderoso que nuestra
naturaleza porque opera en el nivel humano, mientras que nuestra

108
Según las leyes de la Naturaleza

naturaleza opera en el nivel animal. Por ende, debemos emplear el poder


del ambiente porque puede lograr que actuemos en forma contraria a
nuestras cualidades innatas y revocar completamente nuestra forma de
ser antes de unirnos al ambiente.

En 1951 el psicólogo Solomon Ash llevó a cabo un experimento que


recibió el nombre de Experimento Ash de Conformidad, demostrando
que la presión social tiene un efecto en el comportamiento y creencias
de las personas. Utilizando una prueba de visión del largo de unas
líneas, Ash reunió a un participante verdadero junto con otras siete
personas cómplices, que de antemano se habían puesto de acuerdo en
sus respuestas. El participante verdadero no estaba al corriente de esto
y creía que los otros participaban como él.

Cada persona en el salón decía en voz alta cuál de las líneas en un


tablero (A, B, C) era más parecida a la línea del ejemplo. La respuesta
siempre era obvia. El participante verdadero se sentaba en la última
fila y daba su respuesta hasta el final. De 18 exámenes en total los
participantes cómplices dieron la respuesta equivocada 12 veces.

Los resultados en promedio fueron que una tercera parte (el 32%)
de los participantes verdaderos que fueron sometidos al examen se
plegaron y se conformaron a la respuesta equivocada de la mayoría. En

109
CONECTADOS

más de 18 exámenes, cerca del 75% de los voluntarios se conformaron


al menos una vez y el 25% de ellos nunca lo hizo.

Por consiguiente, la influencia del ambiente es la más poderosa,


transformando nuestros hábitos y nuestras estructuras. Es también de
esta forma que crecimos y fuimos educados. Se le puede enseñar a una
persona cualquier cosa y lo que haya aprendido es difícil de borrar. Por
lo tanto, el propósito de este estudio es reformar la distorsión egoísta
para que a través de los demás, a través del ambiente, la gente se
beneficie.

A la larga, es precisamente con la garantía mutua que descubrirán la


ganancia egoísta mejor garantizada, porque lograrán que todos a su
alrededor se preocupen y procuren su bienestar. Para que esto suceda,
todo lo que necesitamos es hacer algunas concesiones, pero la verdad
es que tenemos que pagar por todo. De hecho no existen concesiones
en esto porque en el momento en que las personas se relacionen con los
demás en buenos términos y con amor, también disfrutarán otorgando.

La idea no es que la gente se sienta tan frustrada y presionada que


piensen que no tienen más remedio que ser amables entre ellos. Más
bien, debemos emplear las influencias externas en la gente como los
medios para cambiarlos y puedan actuar naturalmente de esta forma.
De esta manera comenzarán a disfrutar de su actitud favorable a los
demás. Sentirán que se encuentran en un mundo perfecto porque se
les trata bien en todas partes y ellos tratan amistosamente a los demás.
Todo debe pasar de ser obligatorio a voluntario.

En resumen, nuestra crisis actual es multifacética y nos muestra que


carecemos de la garantía mutua. No se presenta gracias a nuestro
deseo de cambiar. Más bien está siendo provocada por la Naturaleza
para continuar con nuestro desarrollo. El primer paso hacia ella es la
concesión mutua, seguido de la consideración mutua.

La garantía mutua es la red que nos une. En 1960 el Club de Roma


escribió sobre ello, y en los albores de 1900 los científicos empezaron

110
Según las leyes de la Naturaleza

a hablar de nuestra conexión a través de un concepto conocido como


“Noósfera”. Desde entonces se han realizado numerosos estudios al
respecto.

Para ahorrar al mundo y a nosotros mismos mayores crisis, debemos


aprender a implementar la garantía mutua en nuestros sistemas de
vida. Para esto, debemos construir un sistema informativo que inculque
el conocimiento y un sistema que enseñe ética y comportamiento, no
conocimientos. Con el tiempo, estos sistemas tendrán su efecto en la
gente, los grupos, el ambiente, la nación y en las naciones unidas hasta
que todos estemos educados bajo el mismo paradigma que nos enseñe
a vivir en unidad provechosamente. Ha llegado una nueva era en que
debemos cambiar nuestras relaciones de competencia egocéntrica por
la garantía mutua y desde allí al amor mutuo.

111
CONECTADOS

112
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 6:
Tan pronto como lo sentimos

Descubriendo la conexión interior entre nosotros

Nos encontramos en una situación sin precedentes. Por primera vez


en la historia experimentamos una crisis que se apodera de cada plano
de nuestra existencia. Muchos expertos en varios campos sostienen
que la raíz de las crisis son las conexiones fallidas entre nosotros.

A diferencia de antes, cambiar el paradigma social o económico en sí


no resolverá la crisis, ni tampoco nos traerá nuevas tecnologías. Tales
recursos que siempre nos ayudaron antes a avanzar, no servirán de
nada en la crisis actual. Hoy sabemos que incluso un descubrimiento
tecnológico que nos permitiera concebir y producir cuanto quisiéramos,
no resolvería la crisis, ya que esa no es la raíz del problema.

Más bien, necesitamos examinar el desarrollo de nuestros deseos, pues


nosotros vamos naturalmente tras ellos. Es como una pareja que no se
entiende bien y quiere divorciarse. Las mejores condiciones materiales

113
CONECTADOS

no cambiarán en nada sus sentimientos. Sin embargo cuando existe


amor entre ellos y quieren vivir juntos, se contentarán con una sencilla
vivienda. Dicho de otra forma, la realidad de hoy exige que reformemos
primero nuestras conexiones, antes de corregir cualquier otra cosa.

Los niños también se sienten atraídos por lo que encuentran que es


interesante, divertido y bueno. Las personas siguen sus deseos y hoy
necesitamos examinar hacia dónde nos conducen.

Hemos estado evolucionando a través de nuestros deseos durante


generaciones. En los albores de la humanidad, los deseos eran muy
básicos: comida, reproducción, familia. Nuestras vidas giraban en
torno a estos temas. Pero al evolucionar la tecnología, empezamos a
interesarnos en otras ocupaciones. Aprendimos a manufacturar, vender,
comprar la producción de terceros, organizar la industria, el comercio y
la ciencia. La raza humana empezó a producir excedentes, provocando
que la gente se desconectara gradualmente de la tierra como fuente de
sustento.

A medida que había más tiempo disponible para otras ocupaciones, el


hombre se interesó por la erudición, la escritura y la cultura, que fueron
bien acogidas entre las diversas clases sociales. El desarrollo continuó,
las naciones se politizaron, se fundó la industria y se descubrieron
nuevos continentes. La humanidad evolucionaba en virtud de su
constante deseo. En el Siglo 20 incluso despegamos hacia el espacio
exterior y excavamos en las profundidades de la tierra y el mar, llegando
tan alto y hondo como nos fue posible.

Pero de pronto nos paralizamos, como sucede cuando perdemos el


interés y sencillamente queremos abandonarlo todo y rendirnos.

Durante los años 60 crecía una nueva generación, que despreciaba


todo y pensaba que todas estas obligaciones no tenían sentido. Se les
dio el nombre de “hijos de las flores” o “hippies”. Los observadores
opinaron que sólo estaban hastiados, puesto que hacía poco había
terminado la 2da. Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam apenas

114
Según las leyes de la Naturaleza

comenzaba. O creyeron que la gente estaba aburrida y dado que “tenían


la vida fácil” sencillamente se rebelaban.

Sin embargo, no fueron esas las razones, sino algo muy recóndito.
Un deseo más evolucionado se despertaba en esa juventud. No querían
conformarse con procurarse una vida mejor, sino que querían conocer el
propósito de su existencia. Les repelía tener que ajustarse a los “roles”
impuestos por la sociedad y protestaban porque no querían convertirse
en “robots” y que alguien consiguiera a costa de ellos grandes riquezas
o poder político.

Nuestros deseos continúan creciendo. Hoy, la cuestión ha llegado


a tal punto que se ha instalado el desaliento y la depresión. Pero más
allá de todo esto, podemos entrever que la naturaleza lleva una cierta
dirección en su evolución y cada vez más un número mayor de personas
se preguntan cuál es el propósito de su existencia. No se contentan
con ir sobreviviendo, en parte por los problemas y en parte porque el
desenvolvimiento de sus deseos les exige saber para qué sirve esta vida.

En esta época muy pocas personas gozan de la vida y menos aún


tienen expectativas. Más bien, el ánimo que prevalece es, “¿qué le
vamos a hacer? ¡Así es la vida!”. A pesar de que nos encontramos en una
generación que lo tiene todo, la gente está cada vez más deprimida.

Pero, ¿qué es lo que nos falta? Podemos aprender cualquier profesión


que nos convenga, podemos ser artistas, músicos, tenemos un sinfín
de pasatiempos, podemos viajar por todo el mundo. Y a pesar de
todo, el crecimiento del deseo no parece conducirnos a ningún lado.
No queremos nada conocido hasta ahora, que sea único para nuestra
generación.

Hemos llegado a un punto muerto del que no podemos escapar a


menos que demos la respuesta correcta: descubrir el significado de la
vida y hacerlo precisamente conectados entre nosotros. Difícilmente
esa sea la respuesta que esperamos, pero las crisis que se abaten
sobre nosotros y el rechazo que sentimos por todo lo que la vida nos

115
CONECTADOS

ofrece, indica que nuestros problemas tienen un solo origen: la falta de


conexiones positivas y sólidas entre nosotros.

Tomemos el ejemplo de la medicina. La gente pierde la fe en los


doctores porque gracias a la intensidad del ego, la medicina se ha
convertido en un comercio. Sin la medicina privada y sus costosos
seguros de gastos médicos, no es fácil sobrevivir. Los medicamentos
se han vuelto artículos de consumo y la industria farmacéutica trata de
vender lo más que puede. Como resultado nos piden realizar estudios
innecesarios, algunas veces perjudiciales porque son radioactivos o
precisan la inyección de sustancias tóxicas. Ya no existe el dedicado
doctor familiar que alguna vez conocimos. Nos obligan a peregrinar de
especialista en especialista sin que nadie asuma la responsabilidad, al
mismo tiempo que cuidan los ingresos de otros doctores.

Resumiendo, incluso si este cuadro les parece extremo, no cabe duda


de que la mayoría de los problemas de la medicina moderna se originan
en la comercialización. Bajo tales circunstancias no es de sorprender
que enormes recursos del presupuesto nacional sean destinados al
sistema de salud.

Este es tan sólo el ejemplo de la falta de confianza en nuestra sociedad.


El ego ha malogrado nuestras relaciones y lo mismo sucede en todos
los ámbitos de la existencia: con las autoridades, en el trabajo, en la
fila del supermercado y en cualquier lugar en donde tenemos contacto
humano. Cada vez más nos encontramos con personas que parecen
querer hacernos pasar un mal rato, como si disfrutaran la desdicha
ajena.

Muchas personas ven a los demás como una fuente de ganancias,


ignorando al ser humano que tienen enfrente, y calculan cómo sacar
el mayor provecho o la menor pérdida de este “objeto”. En el sistema
financiero, en el comercio y en la industria, encontramos obstáculos
porque todos piensan sólo en su ganancia personal sin importar
el beneficio de todos los interesados. Debido a esto proliferan los
reglamentos que protegen los intereses del público.

116
Según las leyes de la Naturaleza

Lo peor es que las organizaciones despilfarran millones y miles de


millones sencillamente para impedir que los competidores obtengan
beneficios, esperando que fracasen para ganar a costa de ellos.

La falta de buenas conexiones entre nosotros está obstaculizando el


buen funcionamiento de todos nuestros sistemas. Es particularmente
evidente en la educación de los niños. No existe coordinación entre los
involucrados en la educación: los padres, maestros y las autoridades
responsables. Cada elemento en el sistema trata de llevar agua a su
molino y el resultado es que hemos fracasado en formar a la siguiente
generación como corresponde.

Este lamentable estado causa que las personas se pregunten para qué
tener hijos, que en principio sólo vendrían a sufrir al mundo. Después
de todo, la situación se deteriora día tras día. La seguridad personal va
en caída libre e incluso hay quien predice que en unos cuantos años el
mundo como lo conocemos llegará a su fin como consecuencia de una
guerra nuclear, un desastre natural, falta de comida, agua o energía, o
todo junto. ¿Cuál sería entonces el caso de tener hijos?

Las relaciones entre padres e hijos, padres y abuelos han cambiado


también. No existe más la conexión entre las generaciones y las
unidades familiares sencillamente se están desmoronando.

Además, nuestra actitud hacia nuestro lugar de nacimiento se ha


modificado significativamente. Podemos mudarnos a otra ciudad o
país con mucha facilidad. Si vencemos la barrera del lenguaje, podemos
vivir en donde nos plazca. Sin embargo, esto no hace sino incrementar
la desconexión. Hay personas que pasan su vida entera viajando y no
sienten apego por algún lugar en particular, a pesar de que dentro de
nosotros, aspiramos tener un refugio cálido y seguro, un hogar; es
innato en todos.

Vemos que si continuamos por este sendero, no podremos resolver


nuestros problemas. La desconfianza y la falta de buena voluntad
entre nosotros se encuentran en el corazón de toda crisis. Siempre

117
CONECTADOS

pensamos que debíamos pensar técnicamente, calcular las ganancias,


las materias primas y los productos. Nunca dimos ninguna importancia
a las personas que se encontraban detrás de todos estos cálculos.

Pero esta actitud no funciona más. Descubrimos que necesitamos


impregnar con cariño, cuidado y confianza nuestras relaciones, o todo
el resto se desplomará.

Por lo tanto, a la frialdad de los cálculos, debemos agregar una


actitud benévola, esforzarnos en nuestras relaciones, aprender a
hacer concesiones, y a poner un poco de nuestra parte en nuestras
asociaciones. Sin un cambio de actitud de esta índole no podemos
funcionar porque nuestro deseo, lo que nos mueve a la acción, exige
satisfacción y plenitud.

Y sin embargo, nadie le puede poner precio a la satisfacción. Disfruto


la sonrisa de mi hijo porque lo amo. No lo vendería por nada. Además,
tengo la seguridad de que mis familiares cercanos me cuidarán tanto
como sea posible y estos sentimientos no los podemos comprar con
dinero.

En otras palabras, desde la rutina familiar, pasando por el sistema


de salud, de la educación, la cultura y la economía, el comercio y la
seguridad, en todo hemos perdido contacto entre nosotros. Nadie nos
ha enseñado a plantar y cultivar la conexión con los demás.

En el pasado, tales conexiones entre las personas eran más naturales,


pero ahora percibimos la conexión como un compromiso que
evitaríamos de ser posible. Incluso el buen trato de alguien lo sentimos
como una pesada carga. No obstante, sin amor no seremos capaces de
continuar existiendo.

Antes, la gente se sentía ligada a su tierra natal, a su ciudad, a su país.


Se dedicaban a las labores de la tierra, eran patrióticos, arraigados
al suelo que los había visto nacer. Hoy tales circunstancias se están
desvaneciendo y cuando perdemos nuestros orígenes, nuestros

118
Según las leyes de la Naturaleza

hogares, que son tan importantes, una sensación de insensatez se


apodera de nosotros.

No es una coincidencia que la crisis que ahora experimentamos


abarque todas las áreas de la existencia. De hecho, la crisis hizo su
aparición hace ya largo tiempo, primero en las dificultades de la vida
personal del individuo, después se extendió afectando las conexiones
familiares, luego a la educación, la cultura, la salud, la seguridad y
últimamente la economía. En todos esos años previos a su erupción en
esta última, nadie puso atención. Durante años no nos importó hacer a
un lado nuestras emociones. Pero ahora no podemos ignorar la situación
porque hemos llegado al final del camino. Si tomamos cierta distancia
del aspecto financiero y consideramos al corazón, nos daremos cuenta
que si no restauramos la confianza, no podremos continuar existiendo.

Nuestra sociedad se está acercando cada vez más, se está vinculando.


Es un proceso natural del desarrollo. Podemos observarlo, criticarlo,
escudriñarlo pero es un hecho y no se puede discutir con la realidad.
Que nos guste o no, es un proceso inherente de la naturaleza que
sencillamente debe tomar su forma.

Por consiguiente, no tenemos otra elección sino erigirnos como una


sociedad de personas más conectadas, más amables que se tratan con
gran consideración. Está escrito en muchos textos antiguos que los
humanos a la larga llegaremos a amarnos los unos a los otros.

Las personas que viven en la naturaleza son testigos de ello. Sienten


el amor que la impregna, que la recorre en su totalidad y perciben el
cuidado que da a todos sus integrantes. Pero cuando miramos a la
naturaleza desde nuestro punto de vista egocéntrico, es imposible
descubrirlo.

En alguna ocasión le pregunté a la famosa primatóloga y antropóloga,


Jane Goodall, estudiosa del comportamiento de los chimpancés durante
muchos años, lo que había sentido mientras había vivido en la selva,
aceptada por los simios. Ella me respondió: “Amor… esto es lo que sentí

119
CONECTADOS

que existía entre ellos”. También descubrió el amor por los árboles, la
selva, el cielo y la tierra.

En un principio, ella estaba totalmente desligada de la naturaleza, así


que fue muy interesante escuchar acerca del proceso que experimentó
y lo que descubrió. Una persona que vive en la selva por tanto tiempo, y
ha llegado allí proveniente de la selva urbana, lentamente descubre que
la naturaleza es amor.

¿Acaso el largo proceso por el que ha venido pasando la humanidad no


ha tenido otro propósito sino desarrollar su cognición respecto al amor
por los demás para abrirse a ese sentimiento y abrazarlo? Después de
todo el amor no puede imponerse. Podemos lograr que los individuos
se comporten con decencia y sean amables; podemos lograr casi todo
con dinero, pero no podemos comprar el amor.

El amor es un sentimiento muy especial, superior a todas las otras


emociones humanas. Podemos crear una confianza relativa, que
podemos sostener todo el tiempo que necesitemos unos de otros. Pero
si se presentara un tercero y nos ofreciera algo mejor o la promesa
de mayor placer, perderíamos la confianza y el apoyo mutuo entre
nosotros. Deducimos entonces que la importancia que nos otorgamos
depende de lo que podemos obtener del otro.

Nos encontramos en una situación muy especial. La evolución nos ha


hecho sentir claramente que dependemos unos de otros y necesitamos
tener buenas conexiones. En realidad lo indispensable es amarnos,
porque de lo contrario no lograremos la confianza requerida para
establecer una vida mejor.

No es por casualidad que hemos llegado hasta el grado de esconder


nuestras armas atómicas en la espalda. Existe una buena razón por
la que nuestras vidas están llenas de crueldad, maldad y frustración,
se trata de que debemos entender que no tenemos otra opción sino
trasladar nuestras relaciones totalmente en el sentido opuesto.

120
Según las leyes de la Naturaleza

En el medio -entre el amor y el odio recíprocos- se encuentra la crisis


que nos advierte que si no convertimos el odio en amor y si no confiamos
verdaderamente los unos en los otros, no podemos sobrevivir sobre la
Tierra. Más allá de las crisis financieras, las bombas atómicas, y todas
las otras invenciones, necesitamos darnos cuenta que vivimos en un
sistema cerrado, circular y conectado. Así fue creado, nos guste o no,
pero este sistema está cargado de armamentos y odio, por lo que no
nos queda otra alternativa más que transformarlo. La crisis nos enseña
que dentro de un sistema conectado debemos hacer esta conversión
del odio al amor, o nos dirigiremos a un estado en que no tendremos
nada que comer.

Estos no son problemas que podemos ignorar, como podríamos


hacerlo con la educación. La crisis económica va a afectarnos en lo
más sensible. Muchas personas ya no pueden proveer a sus familias las
necesidades básicas, el sustento vital. Y cuando un país deja de apoyar
a sus ciudadanos, la multitud se desborda en las calles.

La desconsideración mutua derivará en una situación en que ninguna


nación podrá lidiar con sus problemas, incluso si se trata de un país tan
poderoso como Alemania. Incluso si sus arcas del tesoro están repletas
de oro, no podrán proporcionar a la gente las condiciones decentes de
vida debido a la desconsideración recíproca existente. Hoy por hoy, la
mitad del mundo está muriendo de hambre, mientras que la otra mitad
desperdicia suficiente comida para alimentar a cada persona necesitada
en el mundo e incluso habría excedentes. A menos que aprendamos a
amar a los demás, sencillamente no sobreviviremos.

¿Por qué tenemos que vivir en un mundo así? ¿Por qué existe el
terrorismo, las guerras, el desperdicio de energía y la contaminación?
¿No tendrán su origen en nuestra desconsideración hacia los demás?

Debemos aprender lo que significa ser considerados y empezar


a construir sistemas similares con los que intentaremos establecer
un modo de vida equilibrado. Si no cimentamos las relaciones de
amor entre nosotros, no lograremos nada. Debemos aprender a ser

121
CONECTADOS

considerados entre nosotros, entender las necesidades de los demás y


ver que queden satisfechas. De otra forma, la vida en la Tierra -como la
conocemos- llegará a su término.

Si la Ley del Amor es la ley general para el hombre, ¿cómo podríamos


implementarla? Debemos exponer todos los deseos que tenemos -sin
importar el número- de tal forma que no los utilicemos para nosotros
mismos, sino más bien para los demás. Cada uno debe estar conectado
con el resto del mundo. No significa que cada uno de nosotros deba
conocer a todo el resto de los habitantes del planeta, sino que debe
sentir que todos estamos unidos, que nos preocupamos de los demás,
como lo hacemos por nosotros mismos.

¿Cómo podemos cambiar nuestra naturaleza egoísta tan


drásticamente? Vivimos una época muy particular. Nunca -en alguna
circunstancia interna o externa- la naturaleza o nuestro propio
desarrollo nos habían pedido realizar un cambio. Siempre hemos
seguido el curso del desenvolvimiento del ego, explotando el mundo
todo cuanto pudimos. Ahora, por primera vez, debemos cuidarnos
y crear para nosotros mismos una educación integral global que nos
ayude a ser considerados con los demás, para ser como niños de buen
comportamiento en la escuela. Sin tal actitud, nuestra bella canica azul
dejará de existir.

Si preguntamos a los sociólogos y psicólogos dirán que el marco


apropiado para este proceso educativo se daría dentro de un grupo. Por
lo tanto, debemos organizar grupos en donde podamos llevar a cabo
discusiones, capacitaciones, actividades y ejercicios que nos permitan
descubrir el beneficio de estar juntos, descubriendo lo que ganamos al
rodearnos de personas consideradas y los resultados extraordinarios
y asombrosos que podemos lograr si trabajamos en colaboración y
apoyo mutuo.

Al evolucionar, nos enfrascamos en el comercio, la industria y la


ciencia. Pero si nos reeducamos para crecer sin tomar como base el
egoísmo, sino la consideración y la conexión mutuas, nos liberaremos

122
Según las leyes de la Naturaleza

de los problemas y preocupaciones de nuestras provisiones y crearemos


una nueva industria. Esta vez, sin embargo, será un tipo muy diferente
de industria que no estará basada en la tecnología, sino en el corazón.
Será la “tecnología espiritual”.

Hasta hoy, hemos desarrollado la tecnología a través del ego, que ha


impulsado nuestro desarrollo. Si atendemos nuestro desarrollo interior,
desarrollaremos un nuevo mundo, uno interior, pleno de emociones,
perspectivas, pensamientos, nuevos desarrollos y discernimientos.
Aparecerán dentro de las buenas relaciones que tendremos. Cuando
esto suceda no necesitaremos de la red de Internet o de las líneas de
comunicación que utilizamos ahora. Nos conectaremos entre nosotros
emocionalmente.

Tan pronto como inculquemos la consciencia de nuestra interconexión


en los vínculos que ya tenemos, nos liberaremos y experimentaremos
un desarrollo muy particular que será cualitativo. Empezaremos a
sentirnos mutuamente como una madre siente a su hijo querido.

En esta circunstancia, será como si todos estuviéramos mezclados


emocionalmente. Experimentaremos lo que le acontece a los demás
y ellos experimentarán lo que nos sucede. De esta forma, llegaremos
a tener una consideración mutua y una conexión total e integral entre
nosotros. Comprenderemos las palabras de Jane Goodall y muchos
otros que nos dicen que el amor es la ley general de la realidad, que el
amor es lo que existe en la Naturaleza.

Los sociólogos y psicólogos explican que por medio de ejercicios


dentro de pequeños grupos, podemos alcanzar niveles tan profundos
que sentiremos verdaderamente las fuerzas inherentes que existen
dentro de todos. Al lograrlo, sentiremos el amor absoluto que existe en
la Naturaleza.

Si mejoramos nuestras relaciones, seguramente tendremos un


mercado común sobrado de éxito. Encontraremos el éxito en todos los
ámbitos de la vida y será una vida feliz.

123
CONECTADOS

Hoy en día, una tercera parte de los presupuestos nacionales se


invierten en salud pública. Sin embargo, sólo una fracción se emplea
para beneficiar realmente a los ciudadanos. Otra enorme porción
de los presupuestos de los países van a parar a defensa, seguridad y
a burocracia. Si actuamos con consideración mutua, liberaríamos
cerca del 90% del tiempo que pasamos haciendo cosas que no nos
benefician en nada. Nos daremos cuenta que no tiene caso trabajar tan
arduamente.

Al igual que la crisis actual nos está obligando a repensar nuestra


actitud hacia la vida, tendremos que entender que el hombre debe ser
libre y que debemos ser más considerados unos con otros. Entonces
las personas se apresurarán para ir al trabajo para ocuparse de los
demás. Seguirán construyendo, produciendo alimentos, vestidos y
otros artículos básicos, desarrollando las maquinarias necesarias. Sin
embargo, siempre tendrán presente el bienestar colectivo. En este
momento tal vez no sea necesaria la riesgosa energía nuclear y todo
lo que es superfluo. En suma, las cosas tomarán su lugar gracias a la
consideración que tendremos por los demás, que es totalmente lo
contrario a la tendencia actual.

Karl Marx, cuyas ideas constituyeron la base del comunismo, advirtió


sobre las perversiones existentes en las relaciones humanas desde el
ángulo económico. Basándose en los cálculos que presenta en su obra
El Capital, demostró que si las cosas seguían así, el método se destruiría
por sí mismo. Tenía razón. Podemos estar o no de acuerdo con Marx,
pero él comprendió que el ego llegaría al final de su evolución y que
únicamente entonces descubriríamos que es finito, lo cual ya está
ocurriendo el día de hoy.

Por consiguiente, entre más rápido percibamos que el mundo global


e integral nos exige ser considerados, comprensivos y amar a los
demás -lo que se perfila como la ley general de la realidad- más pronto
llegaremos al final de la crisis y al inicio de una vida plena.

124
Según las leyes de la Naturaleza

Debemos empezar a avanzar en esa dirección, tal vez dando


pequeños pasos al principio, no fuera, sino por nuestros hijos, la
siguiente generación. Si podemos educarlos para que sean un poco más
considerados con los demás, ellos serán más felices de lo que somos
nosotros.

Podríamos empezar a esbozar los sistemas que necesitaríamos para


implantar estos cambios en la sociedad humana. Necesitamos construir
estos nuevos sistemas, formar grupos y capacitarlos. Por supuesto, en
primer lugar viene la capacitación de los maestros y educadores para
que comprendan los principios. Estos instructores primero deben sentir
internamente los conceptos, ya que si no se impregnan del tema, no
lo podrán transmitir a los demás mediante las diversas actividades;
aprenderán a ser considerados con todos y descubrirán las ventajas de
ello, tanto en su paz interior, como en su cuenta bancaria.

Las personas que toman las calles para protestar descubren que se
sienten felices de estar juntos, de pertenecer a algún movimiento,
de tener algo en común. Lo perciben cuando salen a protestar, es
cierto, pero, ¿es la forma correcta de resolver el asunto? ¿No sería
mejor conseguir los mismos objetivos realizando festivales, reuniones
masivas, a las que acudirían un gran número de personas? ¿Por qué no
introducir un modo de vida más positivo? ¿Por qué no debería mejor la
gente experimentar el compañerismo, la consideración, la conexión y
la unidad?

Mediante el curso de capacitación experimentaremos que salimos


ganando mucho más si nos unimos. Comprobaremos que es más
provechoso estar cerca de los demás, que el mundo sería más sano y
seguro. Los menores agresores no molestarán a nuestros niños en la
escuela y los adolescentes no estarán expuestos a las drogas o sentirán
miedo cuando salgan a la calle. Conduciremos nuestros autos con
cuidado para no provocar accidentes en las carreteras. Pondremos un
alto a la carrera armamentista y sanaremos al mismo sistema de salud.
En suma, nos constituiremos como una familia única, cariñosa, por
encima de las diferencias y las contrariedades.

125
CONECTADOS

Y podremos lograrlo con nuestro ego al lado. No tendremos que


inhibirlo sino que trabajaremos con él, como en una familia cuyos
miembros entienden que cada persona es distinta, única y debemos ser
considerados con todos.

Amar significa que yo amo al otro, aunque éste no sea como yo


quiero que sea. Así es como podemos redondear al mundo, cada uno
complementando al otro, suscitando en el otro -a través del amor- los
cambios que le gustaría ver, para amarse, alcanzando de esta forma la
paz y la perfección. Este es el primer paso hacia la completitud.

Para conseguirlo, debemos establecer sistemas para educar a la gente.


Cuando una persona ha pasado por un cambio gradual, participando
en cursos que le ayudan a comprender a través de ejercicios, ésta
aspira a una sociedad más equilibrada y a aceptar un modo de vida
relativamente uniforme.

En primer lugar, debemos alcanzar una situación común en la que


todos cubran sus necesidades básicas. En el término de cinco años
podríamos lograr que todos tuvieran un techo sobre su cabeza, una
provisión de alimento y vestido y todo lo necesario en el hogar, cada
quien con su propia definición de lo que “necesita en el hogar”.

El abastecimiento de estas necesidades se haría con los excedentes.


Si hiciéramos el cálculo, descubriríamos que son del 90%. Cuando las
personas se aman, pueden dar sin experimentar una sensación de
pérdida. También, si cada persona entrega el 10% de su salario a favor
de alguien más, acabarían por no notarlo.

El cambio tiene que ocurrir a escala global en el mundo y tiene que


ocurrir a través de la educación. La educación viene en primer lugar.
Un cambio no puede efectuarse por la fuerza sino por voluntad propia.
Los bolcheviques en Rusia quisieron imponer el cambio y miren en qué
terminó todo. Por lo tanto, primero viene la educación.

126
Según las leyes de la Naturaleza

Cada vez que hagamos algo por los demás, necesitamos demostrar
lo que hemos logrado. Debemos rendir cuentas a los benefactores ricos
sobre lo que los pobres reciben y en qué forma ellos contribuyen al
equilibrio y armonía de la colectividad.

Debemos demostrar que mediante la participación mutua, podemos


deshacernos de los excedentes, que no estamos produciendo en exceso
miles de medicamentos sólo para que alguien se haga rico, enfermando
y envenenando al resto de la humanidad. Necesitamos asimismo
examinar nuestros gastos de seguridad y defensa y evitar invertir
fortunas en la innecesaria compra de armamento.

La Naturaleza nos ha traído hasta esta nueva era en la que es preciso


reformar los sistemas egoístas que hemos construido. La crisis ha
llegado a tal punto que si no actuamos para resolverla, la población
se contraerá y no podrá sostener los egoístas sistemas superfluos que
hemos implantado. Es por esto que el mundo está en decadencia y
cayendo en una crisis. Necesitamos tomar consciencia de que nuestras
actitudes corrompidas causan todo el mal y las buenas actitudes revelan
tesoros, verdaderas minas de oro.

Y en cuanto a la resolución de la crisis global, lo primero es la


educación. En lugar de hablar de soluciones económicas, déficits y la
división de excedentes, necesitamos entender que como resultado de
nuestra evolución humana, hemos llegado al punto en que necesitamos
comenzar a conectarnos porque entre nosotros está apareciendo una
red de conexiones que nos fuerza a mantener buenos contactos.

Las conexiones equivocadas entre las personas son la causa de todas


las crisis: dentro de las familias, la educación, la cultura y la economía.
Estas crisis no se solventarán hasta que no las resolvamos mediante la
consideración sincera que mostremos a los demás y la confianza mutua.
Sólo entonces podremos desarrollar sistemas que pondrán en práctica
las reformas necesarias.

127
CONECTADOS

En el mundo, así como dentro de nosotros, está apareciendo un


formato global e integral. No hay hacia dónde moverse. No es por
casualidad que la Naturaleza no nos desarrolla más, como lo venía
haciendo hasta ahora.

Hasta que una persona no descubre el mal, hasta que no le queda otra
opción sino cambiar porque se encuentra en una situación de vida o
muerte, no se acercará a una nueva educación. Debemos descubrir que
no tenemos otra opción más que educarnos para construir un nuevo
sistema de vida.

Los psicólogos dicen que para construir tales sistemas o métodos,


podemos aprovechar el poder de un grupo. Los sociólogos hablan de
involucrar otros círculos también, como los políticos, los maestros, los
educadores y los entrenadores deportivos. Debemos buscar la ayuda
de quien lo desee. Necesitamos construir métodos que logren que las
personas comprendan la necesidad del cambio, así como la manera
de implementarlo. Estos métodos estarán disponibles allí donde las
personas tengan la posibilidad de aprenderlos.

La Naturaleza nos empuja hacia una situación en la que tenemos que


decidir nuestro siguiente paso en la evolución. Siempre lo hemos hecho
a ciegas, pero ahora, por primera vez, necesitamos hacerlo por nuestra
cuenta. Hasta ahora el ego nos incitó al desarrollo. Nos apresuramos
a desarrollarlo todo, a descubrir y producir toda clase de artefactos
mientras que miles de personas vendían estos productos. Así es como
evolucionamos.

Ahora nos encontramos en un paro total. Es la primera vez que


estamos detenidos para reflexionar a dónde hemos llegado y lo que
ha ocurrido. Nuestros hijos no nos toman como modelos a seguir; al
parecer nos dicen: ¿por qué me has traído a este mundo? ¿Por qué me
has dado a luz?

128
Según las leyes de la Naturaleza

Hemos detenido nuestra carrera y nos preguntamos en qué dirección


continuar y por qué. En verdad, a dónde hemos llegado, si no es a un
desierto desolado y vacío.

Primero, necesitamos reconocer las circunstancias que se han creado


con nuestra evolución. Necesitamos examinarlas y comprenderlas o
no llegaremos a un estado en que seremos considerados con los otros.
Esto ha cambiado. Una nueva ley está apareciendo y todos debemos
observarla. Debido a eso necesitamos aprender.

Es imposible forzar a las personas a cumplir con esta ley, multarlos o


meterlos en prisión si no lo hacen. Es necesario impregnar esta ley justo
en sus conexiones con los otros, en el corazón de la gente. Esta vez no
se trata de comprar o vender, es un contexto nuevo y particular.

Hoy, muchas personas hablan sobre un proceso que apenas inicia


y que está en un distinto nivel de desarrollo. Ese proceso se llama “la
evolución del hombre”. Estamos construyendo entre nosotros un
formato singular, un sistema recíproco, una conexión mutua que se
llama “hombre”. No puede haber nadie, en ningún lugar del mundo que
no quiera participar de ello. No existe otra opción, tenemos que llegar a
todos porque somos interdependientes.

Pero primero debe existir una genuina revolución en la educación


de los niños de la nueva generación. Así al menos veremos que ellos sí
tendrán consideración por los demás y tendrán una vida equilibrada y
segura; ningún abusivo golpeará a los pequeños, ni les venderá drogas
o los incitará a la prostitución.

Nuestros hijos son nuestro reflejo. Debido a que nosotros no hemos


cambiado no podemos pedir a nuestros hijos que se comporten de otra
manera. ¿Cómo pedirles que se porten bien cuando nosotros les damos
malos ejemplos? Es por esto que nos rechazan. Podrán ser peor que
nosotros, pero sólo continúan la tendencia que iniciamos. Podemos
decir que son malos, que corremos cuesta abajo, pero nuestros hijos
van adelante de nosotros porque son la generación que nos sigue.

129
CONECTADOS

Tenemos la posibilidad de hacer una introspección. Podemos


experimentar todas las etapas de la revolución interior y virar hacia una
nueva dirección. Necesitamos hacerlo porque la vida nos compromete
a ello, no porque algún sabio nos lo dice. Es necesario examinar todos
los datos científicos, psicológicos y sociológicos, y nuestras propias
experiencias para deducir cómo podemos erigir juntos el nuevo mundo.

En un mundo de relaciones humanas afectuosas, la persona egoísta


disfrutará empleando su ego en forma inversa, cuando sea testigo de los
ejemplos de conductas sociales positivas, y las imite gracias al poder de
influencia que tiene la sociedad. Así aprenderemos a alcanzar nuestro
potencial pro-social, apoyados por la sociedad misma que ejercerá su
influencia a través de la recompensa y el castigo y el reconocimiento de
nuestros familiares, a quienes tenemos en alta estima.

Podemos jugar con el ego de muchas maneras, en función del


ambiente que habremos creado. Existen cuatro niveles de desarrollo:
inerte, vegetal, animal y hablante (humano). Conforme a estos niveles,
se necesita construir el ambiente que incluya los diferentes niveles.

Por ejemplo, podemos influir a las personas a través de sus familiares.


Si mis hijos me observan y valoran mi contribución a la sociedad,
esto realmente podría motivarme. También se puede utilizar el
reconocimiento de los vecinos, los colegas de trabajo y otros conocidos.

Necesitamos construir para las personas un ambiente del cual


no se puedan escapar, como si fuera una prisión pero tratando con
consideración a nuestro ego porque así lo requiere la Naturaleza.
Necesitamos enseñar a la gente no lo que ganarían suprimiendo el
ego, sino que lo usen correctamente y disfruten emplearlo a favor de
la sociedad.

Si tengo hijos ¿estaría mal usar mi ego para hacer una fortuna que
asegure su porvenir? Nuestro problema no es si usamos nuestro ego, lo
cual podría ser un gran activo. La única pregunta sería, ¿cómo utilizarlo?
Si la sociedad me obliga a usarlo en forma positiva, puedo abrirlo y usarlo

130
Según las leyes de la Naturaleza

favorablemente. Si no le doy un uso adecuado la sociedad debe venir al


rescate. Todo depende del marco social. El hombre es el resultado de su
ambiente, razón por la cual tenemos que actuar sin presión ni opresión.

Todos tomaremos los cursos en el nuevo mundo relativos a la


psicología humana, las relaciones humanas, entre padres e hijos,
entre parejas, educación para los niños, estructuras de la sociedad, la
historia del desarrollo egoísta y el sistema global e integral, a través del
funcionamiento del cuerpo humano y del universo. Necesitamos estar
más alertas sobre lo que sucede en el mundo. Sin embargo, necesitamos
aprenderlo de manera agradable, sin calificaciones, sino mediante
discusiones y consideración mutua, dentro de grupos de estudio.

No serían clases donde se viene a estudiar y volver a casa al finalizar


el día. Más bien el estudiante se encontrará en una atmósfera especial
porque necesita conocerse a sí mismo y al mundo en donde vive. Será
igual que el aprendizaje de los niños, porque queremos que entiendan
el mundo en el que viven y cómo pueden usar todo lo que los rodea.

Ahora necesitamos impartir la misma educación, a los “niños


adultos”, porque no la recibimos cuando fuimos niños. De hecho
estamos aprendiendo acerca del “yo” y “el mundo” y sobre cómo “yo
y el mundo” debemos llegar a ser “nosotros y el mundo” y después
“nosotros y el mundo” se convertirán en integrales, en “uno”.

Necesitamos educar a las personas hacia una realidad así porque la


ley general de la Naturaleza es el equilibrio. En consecuencia, siempre
luchamos por encontrarnos en la postura más cómoda. Todo obedece
al equilibrio. Se debe enseñar a las personas que las leyes del equilibrio
actúan en la física, química, biología y zoología. Por lo tanto, la sociedad
humana también se debe organizar apegándose a esta ley.

No se trata de misticismo, es científico. Utilizando la crisis global, la


Naturaleza nos obliga a cumplir sus leyes. Para lograrlo, nos volvemos
expertos en diversos campos, tal como los científicos y los psicólogos,
para ayudarnos a erigir la sociedad futura.

131
CONECTADOS

Resumiendo, el cambio debe comenzar hoy mismo. El problema


es que las personas se acostumbran a aceptar lo malo en lugar de lo
bueno. Mi abuelo, por ejemplo era un hombre sencillo. Tenía un viejo
colchón con una hendidura en el medio. Con el paso del tiempo su
cuerpo y ésta eran iguales. Cuando le ofrecí comprarle uno nuevo para
no tener que acostarse en ese hoyo, se negó y me dijo: “No, está bien,
ya me acostumbré”.

Esto no está bien; se trata de un hábito. La gente se acostumbra a


muchas cosas: se acostumbran a pelear entre ellas y pronto el hábito
se convierte en una segunda naturaleza. Los hábitos logran borrar
lo negativo de los sentimientos para convertirlos en aceptables.
Encontramos tranquilidad en la familiaridad de los hábitos.

En cierta ocasión hablé con un hombre que había pasado 25 años


en un campo de trabajos forzados en Siberia. Cuando lo liberaron, no
quería marcharse. No sabía cómo enfrentar al mundo exterior porque
todo su universo era la prisión. Al lado del penal había un poblado cuyos
habitantes eran todos ex convictos. Al igual que él no querían ir a ningún
lado, así es que se habían establecido en el poblado para terminar allí
sus vidas. El lugar se hallaba en un lugar muy desolado y desierto, pero
los prisioneros ahora libres no tenían idea cómo desenvolverse en el
mundo, mientras que en Siberia tenían todo lo que era familiar para
ellos.

Tan pronto sintamos a los demás, descubriremos la red de conexiones


entre nosotros, la comunicación interior de corazón a corazón y de
mente con mente. Los científicos sostienen que estamos conectados
en un solo campo en el nivel humano. Al igual que existen campos
de fuerza eléctricos, campos de fuerza magnéticos y campos de
fuerza gravitacional, existen otros campos de fuerza. Sabemos que
existen campos de fuerza del pensamiento: si una persona piensa en
algo otra seguramente la presentirá, o si alguien quiere algo también
otro lo querrá. Existen muchas personas sensibles que tienen estos
presentimientos.

132
Según las leyes de la Naturaleza

Con el estudio desarrollamos nuestra sensibilidad hacia los otros,


para empezar a sentirnos y comprendernos, incluso sin palabras.
Podemos salir de nosotros mismos para sentir a toda la humanidad,
como si fueran nuestros familiares, como si ellos se infiltraran cada
vez más hondo en nuestros corazones y sentiremos que nosotros nos
infiltramos asimismo en el de ellos.

Se forma una conexión entre nosotros que no requiere de Internet,


palabras o algo más. Más bien, este “lenguaje de corazón a corazón”
es todo lo que necesitamos. Es como los amantes que no necesitan
palabras, sencillamente se miran a los ojos y sonríen cómplices de lo
mismo. La sensación de que están uno en el corazón del otro es todo lo
que requieren.

Pero aquí hablamos de mucho más. No es tan solo una sensación


de enamoramiento sino son todas las líneas de Internet, todas las
formas de comunicación, del comercio, la cultura y la educación que
experimentaremos en nuestra “tecnología interna”. Descubriremos en
nuestra conexión interior un espacio en el que podemos construir una
nueva humanidad, un nuevo mundo lleno de emociones y pensamientos.
Y allí, dentro de nosotros, fundados sobre esta sensación podremos
erigir un nuevo mundo.

Estas relaciones nos llenarán de música, literatura, teatro y películas.


Lo encontraremos todo en estas artes y no tendremos que realizar
movimientos físicos para inspirarnos por las formas internas de nuestra
conexión. Si todas las formas de arte hablan de las impresiones del
hombre, las sentiremos en nuestras conexiones. Desarrollaremos
tecnologías para nuestras necesidades y pasaremos el resto de nuestro
tiempo disfrutando.

Ciertamente, el placer es un concepto abstracto. Puedo disfrutar la


vida sin producir montañas de concreto y material inerte a mi alrededor.
El elemento importante es la plenitud interior, es para lo que vivimos.

133
CONECTADOS

¿Qué es lo que tiene una persona con una cuenta bancaria de diez
dígitos? Tiene una sensación. Y es la sensación lo que cuenta. Si le
robaran el dinero, mientras esta persona no se entere se seguirá
sintiendo muy bien. En otras palabras, podemos darle a la gente tanto
deleite que no necesitarán otra cosa, sino mantener su cuerpo físico,
mientras que su plenitud de ser humano crecerá constantemente.

Por lo tanto, todo lo que observamos nos indica que debemos


desarrollarnos solos, dar nuestro siguiente paso hacia el próximo nivel.
Somos nosotros que lo construimos, nada nos empuja por la fuerza.
Primero descubrimos que tan miserables nos sentimos en las presentes
circunstancias y entonces anhelaremos comenzar a preparar un futuro
mejor. Sin embargo, avanzaremos a ese maravilloso futuro sólo si
entendemos, reconocemos y queremos construirlo nosotros mismos.

El siguiente paso es la construcción de una humanidad feliz, en un


estado perfecto, en el que todos estamos juntos, unidos con toda la
Naturaleza.

134
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 7:
Trabajo y empleo en el nuevo mundo

Nuestros horarios cotidianos están por cambiar

Hoy en día muchas personas no tienen la certeza y están ansiosas


acerca del futuro. Los economistas, financieros y sociólogos estiman
que pronto habrá a nivel mundial cientos de millones de desempleados,
sin ingresos y sin esperanza de conseguirlos. Según las estadísticas, una
de cada seis personas en Estados Unidos adquiere sus provisiones con
cupones de alimentos. Millones reciben otro tipo de ayuda, ya sea en
cocinas públicas, donación de vestimenta, seguro social o todo esto
junto.

Sin embargo, no tener ingresos y no tener un empleo son dos


problemas distintos. El primer problema, la falta de ingresos, se
presenta cuando una persona no es capaz de proveer lo indispensable
a su familia ni a sí mismo, pagar las facturas, ahorrar para su pensión
y para el futuro de sus hijos. Con la ausencia de ingreso, la presión
aumenta y se torna en ansiedad.

135
CONECTADOS

El segundo problema es el desempleo. Los individuos que pierden el


trabajo normalmente buscan otro. Pero hasta que encuentran uno -un
proceso que podría tomar meses e incluso años- disponen de mucho
tiempo libre que es necesario ocupar en algo provechoso. Además, las
colonias con mayor desempleo se convierten en zonas delictivas, en
donde reptan la prostitución, las drogas y otras actividades socialmente
reprobables.

La persona que permaneció sin trabajo durante varios años, más


adelante no será capaz de conservar el que consiga. Incluso un
profesional no podrá mantenerlo porque si estuvo desempleado por
largo tiempo, habrá perdido la voluntad de ir al trabajo y se extinguirá
la habilidad de comprometerse, de ser productivo, de responsabilizarse
y de presentarse al trabajo cinco días a la semana.

Esto plantea un enorme problema que la sociedad no sabrá cómo


resolver. En consecuencia, la frustración y la ira harán erupción bajo la
forma de revoluciones y revueltas, cuando cientos de miles o millones
de personas no puedan acceder a un trabajo. Será como un tsunami
devastando al planeta entero, una epidemia social que prorrumpirá en
un país, despertando el desasosiego, las protestas y los movimientos
como un virus que contagie país por país; nadie será inmune.

En otras palabras, el problema de despedir a las personas de su


trabajo es la ociosidad y los malos hábitos que se van implantando
con el tiempo. Hoy en día, la sociedad a duras penas puede pagar al
desempleado durante un año, tal vez dos, antes de abandonarlo a su
propia suerte para buscar su sustento.

Peor aún, si bien el número de personas que no encuentran trabajo por


ahora es relativamente pequeño, si habláramos de millones de personas
que pierden el empleo ya no se trataría de un problema financiero, no
hablaríamos de proveer a los desposeídos con lo necesario, ya que no se
conformarían con migajas. Si suman millones, tendrán poder, tendrán
voz en las elecciones y voz durante las protestas. Ya conocemos a
dónde puede llegar tal estado de cosas. Tal vez sería más desastroso

136
Según las leyes de la Naturaleza

que la Primavera Árabe; de hecho podría convertirse en una Primavera


Europea o en una Primavera Norteamericana.

El problema es que nunca hemos enseñado a las personas el papel


que desempeña el trabajo en su existencia. No hemos transmitido una
actitud ante la vida que el individuo pueda adquirir; redefinir el concepto
“estar desempleado”. Por lo tanto, esclarezcamos primero el concepto
detrás de la palabra “trabajo”.

Si examinamos la historia veremos que al ir evolucionando, nos hemos


apartado más y más de trabajar para procurarnos las necesidades
básicas. En su lugar, nos hemos inclinado por el comercio, la industria,
la cultura, la educación, el arte, las leyes, la contabilidad, la moda, los
medios, ninguno de los cuales son indispensables para la existencia.
Son más bien como un agregado a estas necesidades y sin embargo
constituyen el 90% de las ocupaciones de la sociedad humana.

Las personas en las grandes ciudades no se dedican a la agricultura, no


crían ganado, o se ocupan de los animales de la granja, ni tampoco son
obreros. Se ganan la vida procurando servicios a los demás de diversas
formas que no son necesarias para el sustento.

De hecho, millones de habitantes de las grandes ciudades


potencialmente podrían quedarse sin trabajo y serían incapaces de
proveer sus necesidades básicas. No podrían cultivar sus propias
hortalizas y en el caso de un colapso de la economía y despidos masivos,
¿cómo podríamos aprovisionar a los miles de millones de habitantes de
las grandes ciudades?

Hasta hace aproximadamente doscientos años, las personas


trabajaban largas horas pues no existían ni maquinarias ni la tecnología
moderna. Por lo tanto, la gente producía para su consumo y su
supervivencia. En aquellos días, había muy pocos, apenas algunos, que
proporcionaban servicios en oficios innecesarios para la subsistencia.

137
CONECTADOS

Más tarde, la industria y la tecnología se desarrollaron y ahora una sola


planta industrial produce miles de automóviles o maquinarias al día. Los
centros comerciales tienen tal abasto de alimentos que no necesitamos
cocinar casi nada en casa. Si tenemos un horno de microondas podemos
preparar la comida rápido y sin esfuerzo, a diferencia de las largas horas
que debíamos invertir en esto en el pasado.

Avanzando constantemente, hemos desarrollado una nueva forma de


vida moderna. Hemos desarrollado la tecnología que nos permite crear
todo lo que nos rodea. Como resultado, junto con el progreso, tenemos
mucho tiempo libre que hemos llenado de múltiples compromisos
que nada tienen que ver con nuestros requerimientos básicos, aunque
nosotros consideremos que lo son.

Por ejemplo, en lugar de un médico general, tenemos cientos de


especialistas, cantidad de instrumentos y cientos de medicamentos. El
resultado es que estamos totalmente confundidos. Tenemos muchos
consejeros, contadores, economistas, financieros y banqueros. Existe
toda una industria financiera, así como una industria de comercio
internacional. En los últimos doscientos años nos hemos rodeado de
negocios que no tienen valor real o justificación alguna.

Un buen ejemplo de un negocio controversial, exagerado, innecesario


es el sistema de salud. En los últimos cincuenta o sesenta años, la
medicina se ha convertido en una transacción multimillonaria. Tenemos
innumerables estudios y análisis médicos, medicamentos, expertos,
instrumentos y vacunas. Pero junto con estos avances, los mecanismos
de salud se han hinchado e inflado para convertirse en un negocio cuya
meta es obtener ganancias de las personas más que servirlas.

Un tajada importante de los presupuestos nacionales se aplican al


sistema de salud, sin embargo la gente tiene que pagar un seguro privado
de gastos médicos. Hemos perdido la confianza en los doctores porque
su mentalidad opera para ganar dinero, a diferencia de los médicos de
antaño cuya única vocación era mejorar la salud de sus pacientes. En

138
Según las leyes de la Naturaleza

esta época si una persona no cuenta con un seguro privado de gastos


médicos, no puede acceder a cuidados médicos decentes.

Si elimináramos del sistema de salud todos los elementos basados en


el ego, en obtener ganancias, poder y reconocimiento, descubriríamos
que gran parte de ese aparato es superfluo.

Hoy, la mayor parte de los doctores se especializan en campos


específicos de medicina. Si bien en algunos casos se justifica, sería
mejor si nos deshiciéramos de todos los problemas causados por la vida
que llevamos, sus valores, nuestro trabajo, frustraciones, presiones y la
gran contaminación que hemos creado.

Es muy sencillo demostrar que si el individuo viviera sin la presión de


destacarse, trabajando sólo para ser más sociable y perteneciendo a
una sociedad sana, agradable, disfrutando de relaciones positivas, su
sistema nervioso y el resto de sus sistemas físicos se verían favorecidos
por esta influencia positiva. Los problemas como los contaminantes,
los esteroides en nuestros alimentos y otros problemas causados por la
vida moderna dejarían de existir. Cuando consideramos estos elementos
como un mecanismo interdependiente y único, vemos que si el cuerpo
humano está equilibrado se produce una curación generalizada en las
familias, los individuos y la sociedad.

En una ocasión vi por televisión la transmisión de la graduación de la


Facultad de Leyes en Israel, un país de siete millones de personas. Era un
estadio de graduados y sus familiares. Me pregunté ¿por qué la sociedad
necesita tantos abogados? ¿Acaso será porque constantemente nos
tenemos que proteger de nuestros semejantes?

¿Por qué necesitamos tantos contadores y el complejo sistema


de pago de impuestos? No necesitaríamos estas profesiones si
trabajáramos por las necesidades familiares y las propias y el resto del
tiempo aprendiéramos a crear una sociedad correcta, construida en la
justicia social y la garantía mutua.

139
CONECTADOS

Pero el mayor problema es que ocupamos nuestro tiempo trabajando


principalmente para satisfacer nuestros impulsos y pasiones. El resto del
tiempo solamente jugueteamos en lugar de dedicarnos a lo importante,
como ocuparnos de nuestros aspectos humanos. En lugar de perder el
tiempo, debemos estudiar un sistema que nos permita construir una
sociedad justa enfocada en la garantía mutua.

Si examinamos nuestro modo de vida, descubriremos que trabajamos


de diez a doce horas por día. Nos levantamos temprano, nos despedimos
de nuestros hijos que enviamos a una guardería apenas cumplen unos
meses de edad y corremos al trabajo en donde pasamos al menos ocho
horas al día.

Por la noche, antes de ir a casa, nos detenemos a comprar los


comestibles y a recoger a los niños. Cuando llegamos al hogar tenemos
tareas inmediatas como alimentarlos, asearlos y ponerlos a dormir.
Nos encontramos bajo una presión constante.

Cuando los hijos duermen, podemos atar los cabos sueltos del trabajo,
mirar la televisión, navegar por Internet. Así termina el día. Si tenemos
vacaciones, es porque tenemos un trabajo bien remunerado que se ha
convertido en el centro de nuestra existencia, y esa es la razón por la
cual es tan duro perderlo.

Estamos acostumbrados a la competencia feroz, por lo que llenamos


nuestro tiempo con el trabajo. Por eso nos preguntamos, “¿qué
haremos cuando nos jubilemos? Nos volveremos locos sin nada que
hacer”. Cuando conocemos a una persona, le preguntamos qué hace
para ganarse la vida, no nos interesa conocerla, ni saber cuáles son sus
intereses, sus pasatiempos y preferencias.

El trabajo es lo más importante, por supuesto. La identidad y estado


de la persona es determinada por el lugar que ocupa en la escala laboral
y el dinero que gana. En otras palabras, no examinamos a la persona
misma, sino su puesto.

140
Según las leyes de la Naturaleza

Desde los inicios de la Revolución Industrial, parece que nos hemos


olvidado el aspecto humano del Hombre. Si bien hemos desarrollado la
industria, el comercio y los negocios aún nos sentimos como esclavos
de nuestro trabajo. Lo más importante para nosotros es tener éxito en
el empleo; se ha convertido en el eje de nuestras vidas.

Dicho de otra forma, nacimos para trabajar y nos preparamos para


ello durante las primeras décadas de la existencia. Gracias a los avances
médicos, podemos permanecer diez o veinte años más trabajando
si estamos fuertes y sanos, lo importante es seguir activos. La única
pregunta que necesitamos considerar es, “¿es esto para lo que nacimos
y el motivo de nuestra existencia?”.

Al comienzo de la Era Industrial, Karl Marx dijo que el desarrollo


industrial no podía continuar bajo ese formato. Él se concentraba en la
naturaleza de la evolución que siempre debe conducir a una crisis. Sin
embargo, en ese momento nadie imaginaba los problemas ecológicos
que sobrevendrían con la industrialización: la destrucción del planeta,
el empobrecimiento de los recursos naturales -gas, petróleo, carbón,
agua, tierra fértil- y el problema de las plantas de energía nuclear.

Por lo demás, hemos desequilibrado los sistemas de la Naturaleza.


Queda claro que no podemos continuar comportándonos como antes.
Las crisis actuales exigen un cambio.

Las familias también crecen dentro de estructuras disfuncionales,


con los niños lejos de casa todo el día, una desconexión patente entre
los padres demasiado ocupados fuera del hogar casi todo el día.
Como resultado, no estamos evolucionando como seres humanos.
Nos enfocamos enteramente en nuestra profesión y cualquier
idea de desarrollo se centra en el trabajo, también en los cursos de
entrenamiento profesional.

La crisis de hoy sintetiza y concluye nuestro desarrollo de los últimos


dos siglos. Desde la época de Marx, muchos expertos han predicho
que esta mentalidad de trabajo-trabajo-trabajo conduciría a un

141
CONECTADOS

callejón sin salida. En los años sesenta algunos pronosticaron que si la


humanidad continuaba por esa vía, la especie no podría subsistir. Sin
embargo, casi todos teníamos una perspectiva egocéntrica de la vida;
estábamos ciegos e insensibles. No queríamos reconocer el hecho de
que destruíamos la Tierra, a nuestros hijos, nuestro futuro y a nosotros
mismos.

Ahora que la crisis es una realidad no tenemos otra salida sino


transformarlo todo. ¿Pero cómo debemos abordarla? Primero, la crisis
“limpiará” a la sociedad humana. Será como tomar un sacudidor y
desempolvar todo, dado que la crisis desintegrará todas las profesiones
y los roles que no son necesarios para la existencia del hombre. Estas
profesiones provocan el desequilibrio de la Naturaleza porque son
redundantes y sólo nos dificultan la vida. También nos fuerzan a trabajar
más de lo necesario para ganar el sustento. Estas profesiones dañan
tanto a la sociedad como a la Tierra en general.

La crisis también pondrá fin a nuestra tendencia a calificar al individuo


por su trabajo y sus condiciones de empleo en lugar de valorar a la
persona misma. Nos conectaremos con el lado humano de la gente que
nos rodea, esa parte que todos debemos complementar.

El propósito de la creación como se presenta a partir de la evolución


es conducirnos a una sociedad única, integral, en equilibrio con toda
la Naturaleza. Ahora descubrimos que esta crisis global nos obliga a
hacer justamente esto. Que nos guste o no, con el fin de darle el orden
correcto a nuestras vidas, necesitamos conectarnos.

Para conectarnos, necesitamos aprender a reorganizar toda la


sociedad. A medida que nos van despidiendo de nuestros empleos,
debemos dedicar el tiempo disponible a aprender cómo transformarnos,
crear una conexión mutua e íntegra, establecer la garantía mutua,
cambiar y descubrir al ser humano que llevamos dentro y lograr que sea
una parte vital de la nueva sociedad unida.

142
Según las leyes de la Naturaleza

Para establecer una sociedad así, necesitamos de una educación


integral al alcance de todos. Debemos establecer una red que nos
mantenga tan ocupados como siempre, y organizar las actividades para
que se dividan en dos horas de trabajo y seis o siete horas de aprendizaje
y actividades.

Durante estas horas, aprenderemos, interiorizaremos y nos


transformaremos junto a los demás para establecer esta sociedad
integral. Entonces, apreciaremos a las personas como seres humanos,
por sus esfuerzos y éxitos como tales y no en función de sus puestos y
empleos.

Se trata de una tarea monumental, pero si no la realizamos, no


pasaremos al siguiente nivel que la Naturaleza ha preparado para
nosotros, y que se revela a través de las crisis actuales. La crisis nos
muestra nuestro próximo estado, así como las fallas que existen dentro
de nosotros, en comparación con el siguiente grado al que podemos
aspirar. Percibimos que es necesario poner orden en nuestras familias,
en la educación de nuestros hijos, con nuestras parejas, entre vecinos,
naciones, la humanidad entera, y el deterioro que le hemos causado a
la Naturaleza.

Para lograr todo esto debemos cambiar desde nuestro interior.


Debemos percibir cuánto dependemos de los demás y sacar las
conclusiones correctas. Dicho de otra forma, necesitamos recrearnos
como seres humanos, cosa que no hemos hecho antes porque no
pensamos que era necesario.

A través de la historia nos preocupamos por ganarnos la vida,


proveer para nosotros mismos. Es cierto que hasta aproximadamente
doscientos años tuvimos que ocuparnos en conseguir las necesidades
básicas para la vida. Pero en los dos últimos siglos, la industria y la
tecnología crecieron tanto que ahora producimos en exceso. Hemos
super desarrollado nuestras industrias. De hecho, ahora es el momento
de “reconocer el mal”, el momento de reconocer que el ego nos ha

143
CONECTADOS

conducido a usar nuestra capacidad en forma equivocada y nos hemos


salido del camino correcto.

En lugar de regalarnos seis o siete horas libres de las preocupaciones


de nuestras necesidades cotidianas, hemos llenado estas horas con
redundancias. Ahora, gracias a la crisis, finalmente nos damos cuenta
que tenemos que abrir espacios para construirnos como seres humanos.

Nosotros, así como nuestros hijos, requerimos de esta educación.


Hasta ahora nos hemos preocupado para que ellos accedan a una buena
educación, como medio para conseguir un empleo. No atendimos a
su formación como seres humanos, sino que hicimos hincapié en la
importancia de conseguir un empleo, en aprender a manipular a los
demás y en sobresalir.

Ahora es necesario enfocarnos en la educación destinada a construir


a nuestros hijos y a nosotros mismos como seres humanos. Tan pronto
lo hagamos veremos una sociedad integral, mejor, la desaparición de
todas las crisis que nos afligen y el despertar de un nuevo mundo.

El cambio será tal que ya no pasaremos nuestra existencia trabajando


de sol a sol, con tan sólo dos horas, en el mejor de los casos, para
convivir con la familia y apresurarse para otras tareas domésticas.
Necesitamos convertir nuestra vida en algo distinto, crear sistemas
para que las personas trabajen las horas necesarias y pasen el resto
del día aprendiendo, capacitándose, formándose. De hecho ha llegado
el momento de cambiar toda la estructura social. Este es el reto que
tenemos frente a nosotros.

Por lo general, consideramos que la crisis global sólo se presenta en el


comercio, la industria y las finanzas. Sin embargo, tenemos problemas
con la atmósfera terrestre, la desintegración familiar, las crisis en la
educación, la cultura, y con prácticamente todo lo que emprendemos.
Las crisis que más nos afectan son la financiera y la ecológica, porque
amenazan nuestras vidas: el sistema financiero provoca presiones,

144
Según las leyes de la Naturaleza

revoluciones, guerras y revueltas, y el sistema ecológico complementa


el cuadro con el desabastecimiento de alimentos y el clima extremo.

En efecto, el costo de los desastres naturales en 2011 estuvo entre los


más elevados a nivel mundial, alcanzando los 35 mil millones de dólares,
en virtud de un incremento significativo de tales acontecimientos en
comparación a años anteriores. Hoy el precio de los desastres va en
ascenso. Los expertos advierten que los daños causados por el clima
extremo y los desastres naturales como tsunamis y terremotos,
tornados y huracanes serán enormes y afectarán a muchas más
personas. Aún podemos sentir las secuelas del terremoto y el tsunami
en Japón en 2011.

Resulta que el aspecto ecológico también está relacionado con el


equilibrio económico. Es difícil captar que somos nosotros mismos
que hemos provocado el desequilibrio en la Naturaleza, que no sólo
proviene del abuso de los recursos naturales. El sistema que sostiene
la vida sobre la Tierra está fundado en una delgada corteza bajo la cual
existe una enorme masa de magma en movimiento. Los continentes
son pequeños trozos de tierra, cabalgando sobre océanos de una
materia sofocante. Estas costras son las áreas habitables de la Tierra,
y sin embargo estamos saqueando de nuestro subsuelo todos los
minerales, petróleo y gas.

Los científicos predicen que cuando la capa de hielo polar se derrita


debido al calentamiento de la Tierra, el nivel del agua de los océanos
subirá 20 metros por encima de los niveles actuales. Imaginen la
cantidad de tierra que quedará cubierta por el agua, cuántas personas
morirán… y piensen en el tipo de vida que tendrán que soportar los que
queden.

Estamos frente a terrible desastres y nuestro ego nos venda los ojos.
En realidad, de no ser por la crisis financiera, ni siquiera lo notaríamos
sino hasta el último instante. Existiríamos bajo la premisa de
“comamos, bebamos y estemos felices, porque mañana moriremos”.
Pero el problema es que no sucederá mañana. Hoy mismo, estamos

145
CONECTADOS

en peligro de conflictos civiles violentos cuyas consecuencias serán la


ingobernabilidad de una nación.

Por esta razón debemos empezar por educar a la gente, mejorar


las conexiones que existen entre ellas y llegar a un estado en que
podamos convivir entre nosotros. La crisis es tan sólo un síntoma de las
conexiones defectuosas, que nos muestran que no podemos continuar
en la dirección que tomamos hace dos siglos.

Marx avanzó que no era prudente que la humanidad continuara


por este sendero que conducía a una crisis. Él estaba en contra de las
revoluciones y señaló que el cambio debía suceder a un desarrollo
gradual, que a las personas había que educarlas y desarrollarlas. Predijo
que llegaríamos a un punto en que no habría más trabajo y que la gente
saldría a las calles a amotinarse tal como sucede en nuestros días. Es
por esta razón que él sugería que además de los avances tecnológicos
había que desarrollar a la gente.

Sus sucesores hicieron a un lado lo que era trascendente, tomaron


lo que no tenía importancia -cambiar el gobierno- y decidieron que su
meta principal era establecer un régimen comunista. ¿Pero cómo sería
posible que se realizara si la multitud no lo deseaba y los potentados
aún menos? La solución fue iniciar una revolución.

La percepción de la gente sobre el comunismo está totalmente


distorsionada por la gente que subió al poder después de Marx y Engels.
Éste último entendió más o menos a Marx, pero los gobernantes
posteriores en la Unión Soviética crearon una percepción deformada de
la ideología.

Al considerar el progreso de la historia y sus movimientos como olas


de transformación y desarrollo de las sociedades, vemos que algunas
personas se elevan sobre otras y conducen el proceso histórico. Eso
sucede no por su propia creación, sino como resultado del trabajo de
un vasto sistema integral que nos conduce a una sencilla conclusión:
tenemos que aprender a ser similares a ese sistema.

146
Según las leyes de la Naturaleza

Hoy, dado lo crítico de la situación, queremos cambiar el camino


que hemos recorrido durante los dos últimos siglos. Tenemos mayor
libertad gracias a la industria y a la tecnología, pero para llenar el tiempo
libre, creamos el horario extra con el que arruinamos nuestro planeta y
nuestras vidas; nos hemos convertido en esclavos de nuestra industria.

Son precisamente esas horas extras que debemos liberar para


aprender a ser humanos. Necesitamos examinar la vida desde un
ángulo diferente, a través de una percepción integral, que es nuestra
meta principal. Para esto fue hecho el hombre y es por esto que hemos
evolucionado a través del tiempo.

En resumen, tenemos la opción de caer en los regímenes de extrema


derecha y una tercera guerra mundial, o la educación integral que nos
lleve al equilibrio. Nos encontramos en una encrucijada: o dejamos que
el ego nos domine, o activamos la educación integral apegándonos a la
ley de la Naturaleza para alcanzar un equilibrio completo.

Con la Educación Integral cambiaremos nuestra percepción sobre la


consideración de limitar la vida al trabajo esclavo como nuestra fuente
de sustento. Más bien, debemos aprender a vernos a nosotros mismos
como personas dignas y valiosas, que junto con nuestro entorno,
podremos empezar a construir la nueva humanidad y alcanzar la
plenitud.

Cuando experimentemos el sistema integral, sentiremos la perfección


de la Naturaleza y esa sensación nos llenará de satisfacción. Nuestra
sociedad se convertirá en una sola entidad y reviviremos con entusiasmo
e inspiración, un deseo y un pensamiento en común, estaremos en un
estado que nos revive. No nos sentiremos solos porque seremos parte
de un sistema absoluto.

147
CONECTADOS

148
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 8:
Otra forma de desarrollo

El uso constructivo del ego

Todos queremos vivir en una generación renovada. Al menos


quisiéramos que nuestros hijos gozaran de ella. No queremos que
ellos crezcan en una sociedad competitiva en la que constantemente
nos tenemos que proteger de los demás, en la que todo el tiempo los
países se encuentran en conflicto y bajo la amenaza de destrucción por
el armamento nuclear que hemos acumulado.

No queremos que nuestros hijos pasen por estas mismas pruebas que
sobrellevamos y que además se están intensificando. No queremos que
vivan en una sociedad en la que no es posible andar por la calle después
del atardecer, que no sabemos lo que pasará en el instante siguiente y
cuyas condiciones de vida empeoran año tras año.

Las tasas de divorcio aumentan así como el número de individuos


deprimidos, desesperados y estresados, disparando los índices de

149
CONECTADOS

suicidios. Incluso crece el número de enfermedades resistentes a los


medicamentos, así como las violaciones y otras formas de abuso.

Se incrementa también el desempleo en el mundo y la incidencia


de violencia escolar y las adicciones al alcohol y las drogas. Al mismo
tiempo a través del planeta se amplía el número de zonas en conflicto
debido a la escasez de alimentos, problemas de seguridad, malestar
social y revoluciones.

Los desastres naturales son cada vez más frecuentes: los tsunamis,
terremotos, erupciones volcánicas, huracanes y tornados ocurren
mucho más a menudo. Los errores técnicos, como los derrames de
petróleo, provocan catástrofes ambientales y cada año, tales tragedias
son cada vez más ordinarias.

Nos encontramos en una situación muy alarmante. La gente no


advierte más los peligros no porque no son palpables, sino porque no
podemos estar pensando en ellos todo el tiempo, así que preferimos
desconectarnos de la realidad y seguir la corriente. Sin embargo, si
nos detenemos y consideramos el mundo que estamos legando a
nuestros hijos, nos daremos cuenta que no les estamos asegurando una
existencia feliz, pacífica o segura que les brinde satisfacciones, cariño y
confianza.

Parece que durante la evolución hemos perdido nuestro camino. A


través de la historia progresamos junto con nuestro creciente ego, que
nos impulsaba a avanzar para descubrir nuevos modos de vida social,
política y económica. Hemos desarrollado la ciencia y la tecnología,
hemos realizado grandes cosas usando nuestro deseo de prosperar
y crecer. Pero ahora hemos perdido la brújula y no sabemos cómo
aprovechar las enormes posibilidades a nuestro alcance.

Hoy en día, la humanidad es como un grupo de personas extraviadas


en el desierto, que no saben hacia dónde encaminar sus pasos. Los
líderes mundiales, quienes toman las decisiones, los pensadores y los
científicos se reúnen en importantes asambleas, como el G7, G8 y G20,

150
Según las leyes de la Naturaleza

y no saben qué decisión tomar. No tienen un plan de rescate para sus


países o para el mundo.

Nuestros egos constantemente nos empujan, pero ¿qué ocurrirá


si continuamos desarrollándonos como antes? Si lo hacemos de esa
manera, acabaríamos en una destrucción masiva, con hambruna,
plagas, catástrofes climáticas y ecológicas. ¿Existe entonces otra forma
de desarrollo que podamos elegir?

Sabemos que el hombre se desarrolla a través de su medio ambiente.


Literalmente somos el producto de su influencia, entonces ¿por qué no
crear un ambiente que nos desarrolle y que nos conduzca a la dirección
elegida? Tal vez esto sea todo lo que necesita llevar a cabo nuestra
generación.

Existe una buena razón por la que sentimos que la Naturaleza ya no nos
empuja a desarrollarnos como antes. Es como si estuviera esperando
algo de nosotros. Tenemos ahora el conocimiento y la sensibilidad y tal
vez los medios para arreglar la sociedad de tal forma que por primera
vez en la historia podemos determinar nuestro propio desarrollo.

Es posible que luego de milenios de desarrollo obligados por la


Naturaleza, ahora contemos con la información suficiente, el sentido
y la habilidad analítica para desarrollar nosotros mismos un medio
ambiente que nos haga avanzar. Ahora, la única elección que tenemos
que hacer es ubicarnos en un buen ambiente y dejar que nos moldee.

Si empleamos el poder del medio ambiente adecuadamente,


reformaremos nuestra naturaleza. En lugar de ser egocéntricos,
necesitamos aprender a usar nuestro ego para crear un buen ambiente.
Hasta ahora habíamos estado ciegos porque no veíamos hacia dónde
nos llevaba el ego y cómo nos afectaba, aunque ahora ya estamos
conscientes de que no vamos en la dirección correcta, hacia la
prosperidad, la seguridad y la paz emocional.

151
CONECTADOS

Necesitamos construir un buen ambiente que nos convierta en buenas


personas que emplean sus impulsos y capacidad en forma constructiva.
De esta forma, no será necesario construir nada nuevo, salvo un nuevo
medio ambiente.

Podemos construir un ambiente que sea similar a los que creamos


para los niños, en donde cada uno recibe la educación apropiada y la
formación la imparten los educadores que saben cómo aprovechar los
impulsos de los niños en forma constructiva.

Nuestro desarrollo tecnológico, económico y comercial nos permite


dedicar mucho tiempo y energía para estructurar un nuevo ambiente.
El 80% de aquellos capacitados para trabajar deberían ocuparse en el
desarrollo del ambiente y sólo el 10 o 12% de los individuos calificados
para trabajar deberían ocuparse en lo necesario para nuestro sustento.

Las investigaciones recientes indican que el 10% de la población


mundial tiene una inclinación natural para ayudar a los demás. Se
afilian a las organizaciones caritativas, ayudan a los pobres y enfermos,
trabajan para comedores populares y viajan a lugares remotos para
asistir a las personas desamparadas.

Sin embargo, estos idealistas son muy pocos. Su deseo de ayudar


a los demás tiene su origen también en el ego, que los inspira para
realizar tales acciones. Si bien están dispuestos a dedicar sus vidas al
bienestar y el progreso de la sociedad, estos “altruistas-egoístas” natos
no son el objetivo de la nueva educación. Más bien, el enfoque está en la
mayoría, la gente común y corriente que sólo busca su propio bienestar.
La idea es que todos acepten una transformación positiva para que el
mundo cambie, y todas esas fuerzas enfocadas en la destrucción del
mundo se reviertan para beneficiar al Hombre.

El único medio para promover esta transformación es por supuesto


la educación, la cual hasta cierto punto se basa en el aprendizaje, en la
transmisión de la información. Más allá de eso, se trata principalmente
de la influencia del ambiente. Necesitamos implantar cursos, un

152
Según las leyes de la Naturaleza

ambiente virtual, cultura, teatro, música, películas, libros y todo lo que


describa al nuevo mundo incluyendo los medios en general.

A pesar de que aún debemos detallar con realismo estos cambios


favorables, podríamos educarnos construyendo un buen ambiente
para adultos, como lo haremos con los niños. Esto es, subiríamos a un
grado superior de madurez desde el cual construiríamos el sistema que
ejerciera su influencia en nosotros positivamente.

Si lleváramos a cabo esto, la gente se vería inmersa en una infinidad


de buenos ejemplos que se manifestarían en el mundo exterior para
influirnos, al grado que nos acostumbraríamos a recibir el efecto
de dichos ejemplos. Sabríamos cómo debemos comportarnos. No
tendríamos elección porque el ambiente actuaría en ese sentido, y
conocemos el poder que ejerce en nosotros el ambiente.

Incluso si todas estas actitudes fueran artificiales, los ejemplos


recibidos de todas formas nos influirían. A pesar de que provengan
de diferentes entornos y en contra de nuestra voluntad, funcionarían,
primero en contra de nuestra voluntad, luego por voluntad propia.
Poco a poco los aceptaríamos, porque el hábito se convierte en una
segunda naturaleza. Estaríamos dispuestos a adoptar nuevos valores
por nuestros hijos, por nuestra seguridad y para un futuro mejor. Ahora
debemos empezar a organizarnos hacia esta nueva forma de vida.

Todas las crisis que estamos atravesando, todos las situaciones que se
crean con nuestro acontecer, son en realidad revelaciones de las fallas
de nuestra naturaleza que no podemos componer. Por consiguiente,
primero debemos entender lo que implica “una nueva vida”, para
que podamos imaginarla y fantasear acerca de ello. La nueva vida es
insuperable, incluso sus condiciones son utópicas. Así que primero
debemos sumergirnos en ese sueño.

Queda claro que la mejor situación y la más segura es que todo


el mundo actúe como una familia armoniosa que vive brindándose
cuidados: todos dependen de todos. El bienestar de uno está en manos

153
CONECTADOS

de toda esa sociedad, en donde uno es para todos y todos para uno. En
consecuencia, cada miembro trabajará lo mejor que pueda para todos,
al igual que lo hacemos ahora para nuestra propia familia. A cambio
de trabajar para beneficiar a la sociedad, cada individuo recibirá lo que
necesita para su sustento.

Es cierto que las personas son muy diferentes. La sociedad humana es


heterogénea, con numerosas religiones, creencias y costumbres. Y sin
embargo, debemos tratar a todos con comprensión y respeto, incluyendo
a cada segmento y sector de la sociedad humana. Necesitamos crear un
espacio para cada individuo y respetar las ocupaciones de la gente y
sus hábitos. La idea no es moldear a las personas dándoles una forma
uniforme, o borrar las brechas y reforzar una sola cultura. Más bien, la
idea es que todos guarden sus características y añadir a la sociedad el
ingrediente de la buena voluntad que existirá entre nosotros.

Sólo una educación que gradualmente transforme a las personas nos


impulsará hacia la realización de grandes cambios en las estructuras,
políticas, sociales e internacionales. Dicho cambio propiciaría la
eliminación de las fronteras y finalmente de los estados mismos, con el
objetivo de crear una humanidad “circular” y global.

No queremos establecer leyes o marcos de acción, solo proponemos


que todo lo que hagamos favorezca la integralidad de la humanidad.
Todo debe suceder por convencimiento propio, a través de la influencia
de un ambiente propicio que ofrezca una sensación de pertenencia y
nos eduque para hacer concesiones y ser considerados hasta el punto
de poder amar a los demás. Así es como construiremos el futuro.

Debemos entender que necesitamos organizarnos contra las


amenazas que la vida moderna nos plantea: el aumento del costo de
la vida, la crisis en la educación, la cultura, y los peligros a los que están
expuestos nuestros hijos en sus entornos. Es necesario luchar contra el
abuso del alcohol y las drogas, la prostitución y la educación mediocre,
para que nuestros hijos puedan salir adelante en la vida.

154
Según las leyes de la Naturaleza

Necesitamos gozar de un buen ambiente que podemos crear con


la ayuda de educadores, psicólogos y las personas que entienden
cómo debe construirse la nueva sociedad y cuánto puede influirnos.
Es imperativo que todos demos la bienvenida a ese ambiente y que
nosotros y nuestros hijos quieran recibir su influencia. Deberíamos
empezar a implantar esos sistemas para que todos se encuentren bajo
esta influencia positiva y se transformen.

Naturalmente, necesitamos establecer sistemas de comunicaciones,


de educación, de información y un nuevo sistema de valores. Para ello
necesitaremos los servicios de un buen número de profesionales de
cualquier medio de influencia que exista.

Sin embargo, no lo haremos como el gobierno y los administradores


de los medios, que manipulan a las personas para sus intereses
personales empleando cualquier medio que tengan a su alcance. Más
bien, lo haremos junto con todos, explicando claramente nuestras
razones. Estaremos construyendo esta envoltura ambiental para
que nos influya, pero con la participación de la comunidad, de todos
sus integrantes, para que podamos avanzar juntos, percibiendo y
comprendiendo nuestra autoconstrucción.

Por consiguiente, a través de la construcción personal, los individuos


se elevarán en su grado de autonomía y participarán en su propia
educación. Todos estarán involucrados en la construcción del ambiente
cuyo propósito sea desarrollarlos.

Si lo llevamos a cabo, existe la esperanza de que este grupo de


personas que se han extraviado en el desierto, logren construir un mejor
futuro para sí mismas. Puede sonar un tanto fantástico y utópico pero es
un futuro realista en el que podemos desarrollarnos según sea nuestra
capacidad de absorber la educación y de transformarnos mutuamente
a través de la envoltura que estamos construyendo.

De esta manera recíproca, constantemente iremos perfeccionando


esta envoltura -el ambiente que habremos construido- para educarnos

155
CONECTADOS

cada vez más.Y a medida que alcancemos un nuevo grado de educación,


reconstruiremos y planearemos el siguiente ambiente que continuará
influyéndonos con demandas y discernimientos más elevados.

Por lo tanto, nos encontraremos en un flujo continuo de cambio,


derivado del análisis y la cognición personal y extraeremos lo mejor
de nosotros mismos; y desde cualquier situación dada, subiremos
cada vez más alto en la escalera de la reciprocidad, la amabilidad, la
consideración y el amor.

Cualquiera que participe en este proceso no estará solamente


empezando una vida más tranquila y mejor, en la que todos lo traten
bien, sino que cada persona corresponderá a esta actitud de los demás
como resultado de una buena educación, constituyéndose en parte
activa del sistema. Es de esta forma que el sistema en su totalidad se
planea y se construye a sí mismo.

Por primera vez en la historia, no estamos evolucionando como


resultado de los impulsos del ego. Por el contrario, evolucionaremos a
través de la auto-educación, utilizando el ambiente. Nos volveremos
menos egoístas, más amables y cooperativos. Entonces, la gran crisis
humana -que se suscitó debido a la carencia de educación a través de los
milenios- quedará corregida y el Hombre, en el centro de la creación, se
encontrará en un nivel que le permitirá construir un ambiente adecuado
y favorable. De esta forma, el hombre y la creación entera alcanzarán
rectificarse mutuamente.

Las frases que escuchamos de los manifestantes durante las marchas


de protesta en el mundo exigiendo justicia social, división equitativa,
repartición de ganancias, una vida digna y vivienda para todos, lo que
en realidad quieren decir es: “podemos hacerlo, construyamos esa
sociedad, el planeta está listo para ello, tiene de todo; cómo usarlo es
responsabilidad de todos”.

Vemos que las personas tienen una visión, una voz y un poder cuando
se conectan, y sus exigencias son válidas y relevantes. No es así cuando

156
Según las leyes de la Naturaleza

tienen demandas que beneficiarían sólo a una pequeña fracción de


las partes, mientras que el resto se quedaría fuera de la jugada. Por
consiguiente, la esperanza de gozar de una vida decente por encima de
la línea de pobreza y una vida segura con buena educación, dependerá
de la construcción del ambiente correcto en la sociedad apropiada.

El hombre es la única criatura que tiene un ego que se desarrolla de


generación en generación, año tras año, día a día. Nuestro desarrollo
es distinto al de los animales y las plantas. Y como con todo fenómeno
natural, lo debemos considerar como la manifestación de una fuerza
benigna.

Pero cuando el hombre comienza a usar el ego a favor de sí mismo,


debemos ocuparnos y prevenirlo mediante la educación. Necesitamos
demostrar que a la larga, usar nuestro ego para beneficio personal no
nos conduce a nada; que el ambiente ya no tolerará más el daño de
quien proceda así, egoístamente. Educados, convertimos a nuestro ego
en una fuerza positiva dentro de nosotros, una cualidad buena a través
de la cual evolucionamos.

Si antes teníamos que trabajar de sol a sol para alimentar a nuestras


familias, criar animales en la granja y labrar la tierra, hoy en día, gracias
al progreso generado por nuestro ego, hemos construido maquinaria
y tecnología científica que nos permite trabajar un par de horas al día
para cubrir nuestras necesidades de comestibles, vestido y vivienda.

Actualmente la población mundial ha rebasado los siete mil millones


de personas y sin embargo cada individuo podría trabajar una o dos
horas al día para proveer a la familia, sin necesidad de vivir por debajo
de la línea de la pobreza y cubrir todas sus necesidades de casa, vestido,
calefacción, salud, pensión, libertad y educación. Realmente podemos
lograr que esto se convierta en realidad.

El instrumento que determinará que actuemos favorable o


desfavorablemente es la intención de beneficiar a los otros. Debemos
construir nuestra sociedad con la misma intención -sin utilizar este

157
CONECTADOS

instrumento en forma egoísta- para beneficio personal, sino pensando


en el beneficio de los demás. Sólo una educación que inculque la
intención de beneficiar a los demás y a nuestro ambiente, puede
salvarnos, logrando que nuestras aspiraciones sean las correctas en lo
relativo a nuestro trabajo y a nuestra conducta.

Para que nuestros bebés no se lastimen, nos aseguramos de que no


tengan a su alcance objetos punzantes o cortantes, que sus juguetes
no sean demasiado frágiles, pesados o tan pequeños que puedan
tragarlos. Es decir, nos rodeamos de un ambiente en el que los bebés se
desarrollen segura y favorablemente. Cuando crecen y aprenden a usar
sus juguetes apropiadamente, en forma segura, les ofrecemos otros
porque sabemos que no los usarán en forma insegura. Así es como ellos
aprenden a conocer los límites más allá de los cuales el ego se convierte
en un riesgo.

Como sociedad, necesitamos mostrarles ejemplos que se ajusten a su


nivel de desarrollo y el nivel educativo que han adquirido. Sólo entonces
podrán observar y controlar su ego con propiedad y para beneficio de
todos.

Podemos definir hoy a los seres humanos como egoístas que han
perdido el rumbo de su existencia, que no saben cómo construir una
vida buena y valiosa. Hoy en día las personas tienen exigencias que no
saben cómo satisfacer. No saben cómo sostener a sus familias y sienten
temor por los hijos que se han corrompido y son tan rebeldes que sus
propios padres no vislumbran un buen porvenir para ellos. La gente
ha perdido la esperanza en el futuro de sus familias, sus parientes, el
mundo y en el suyo. Pero como prefieren no pensar en ello, pueden
tolerar esta vida, que a veces parece peor que la muerte.

El hombre está roto, destruido y perdido. Es parte de una crisis de


gran alcance en todos los niveles: ambiental, personal, social, en la
Naturaleza y en la ecología.

158
Según las leyes de la Naturaleza

Incluso nuestro marco acostumbrado, esto es, nuestro trabajo


que absorbía nuestra dedicación, nuestra esclavitud a los patrones,
a la TV, y los medios en su conjunto, están en crisis, lo cual ha tenido
efectos adversos para nosotros y ahora nos encontramos sin trabajo
ni dirección y sentimos que nos han dejado con las manos vacías en
todos los frentes. En consecuencia nos preguntamos, “¿qué sucederá
después?”. Por lo que podemos volvernos más abiertos para considerar
darle una nueva dirección al desarrollo.

Necesitamos descubrir cómo podemos alcanzar seguridad, salud,


una vida familiar agradable y una buena educación para nuestros hijos;
reflexionar en lo que se debe hacer para que la gente tenga empleo
y otras satisfacciones de la existencia, incluyendo esperanza y una
atmósfera de seguridad.

Para lograrlo debemos transformar a la sociedad, a cada uno de


nosotros y las conexiones entre nosotros. Se puede hacer a través de la
única libre elección que tenemos, el único medio que puede transformar
el ambiente social y a las personas: la influencia del ambiente; por lo
que necesitamos construirlo acertadamente, conscientes de lo que
hacemos.

Nuestro estado actual es de indefensión, pero afortunadamente el


Hombre es una especie inteligente que se puede educar a sí mismo. No
cabe duda que la educación de hoy está mal enfocada, sin embargo,
tiene arreglo. Debemos examinar el tipo de sociedad que queremos
construir con el fin de educarnos. Nadie puede venir a decirnos, “haz
esto o aquello; deja de pelear; sé un buen chico”. Nosotros mismos
debemos construir nuestro ambiente con sabiduría y madurez.

La Naturaleza “deliberadamente” nos hizo de esta manera, para


que cambiáramos y creciéramos a través del ambiente. Si éste es
el único medio que ejerce influencia en una persona, necesitamos
construir un ambiente que tenga un efecto positivo en todos. Bajo
esas circunstancias, nos estaríamos educando nosotros mismos. Nadie
vendrá a hacerlo, por lo que debemos discutir juntos el problema,

159
CONECTADOS

esperando hallar una forma de otorgamiento que nos transforme para


construir un nuevo ambiente.

El verdadero educador trata a todos con respeto y tiene confianza en la


capacidad que tiene la gente de reconocer que se equivoca. El educador
también confía en la habilidad analítica del estudiante y su destreza
para desarrollarse hasta un nivel en que entienda toda la creación. Por
lo tanto, nadie vendrá del éter para educar a la humanidad, como si nos
encontráramos en un inmenso jardín de niños. Ahora corregimos a toda
la humanidad y a nosotros mismos de tal manera que continuemos
llevándolo a cabo en adelante.

Por primera vez en la historia, tenemos un nuevo desarrollo mediante


el cual la humanidad está construyéndose a sí misma. La crisis actual no
nos deja otra opción sino avanzar para hacer surgir al ser humano que
llevamos dentro. Cada quien debe alcanzar el nivel de participación,
reciprocidad, consideración y garantía mutua, el nivel de “ama a tu
prójimo como a ti mismo. A esto se lo denomina, “educarnos para
alcanzar el nivel humano”. Además tendremos que hacerlo con
entendimiento, cognición y consciencia.

En un principio, podríamos no estar conscientes del cambio, pero


gradualmente, a través de las actividades y conversaciones en grupos
-mediante los cuales lleguemos a entendimientos y acuerdos en
común- nos daremos cuenta que necesitamos de un ambiente así. Y
mientras nos hallemos dentro de un grupo, estaremos construyendo
este ambiente para nosotros mismos.

Esto es, sabremos lo que estamos haciendo, por qué lo hacemos y


los cambios que deben ocurrir en nosotros. Cada uno será su propio
analista y fungirá como tal para los otros integrantes del grupo. Cada
individuo deberá convertirse en experto de la naturaleza humana.

Se diría que existe una contradicción, porque al principio debemos


tratar a las personas como si no tuvieran conocimiento. Por supuesto,
que no es su culpa, ya que así es como fueron criados y esto fue lo que

160
Según las leyes de la Naturaleza

nos orilló a la crisis. Sin embargo, todos deben ser tratados con respeto
y promover sus capacidades y su potencial para transformar al mundo
entero.

Empezamos diciendo que somos como personas que han extraviado


su rumbo en el desierto. Ahora nos toca encontrar nuestro destino:
la vida plena que estamos examinando. Durante esta investigación y
después, construiremos un mundo de abundancia, justo en medio de
nuestro desierto.

Primero, debemos actuar a favor del grupo, después a favor de


nuestros vecinos, luego del estado y luego del mundo, en concordancia
con nuestro ritmo de desarrollo.

De esta forma, los cambios ocurrirán en las personas, y comprobarán


que estas acciones son necesarias para nuestra continuidad, ya que no
existe otra opción. En efecto, la humanidad puede deteriorarse hasta
caer en una guerra nuclear y la destrucción global (lo cual no puede
suceder sin guerras) o puede cambiar y seguir la dirección correcta. Esta
es la encrucijada en la que nos hallamos ahora.

El formato utópico debe ser tal que a la larga todos vivamos en el mismo
nivel recibiendo lo que necesitamos para una vida decente y plena, al
mismo tiempo que nos preocupamos por los demás, participando en la
vida de la sociedad. Las pasiones del hombre no deben ser eliminadas;
existirá la competencia, la envidia y los deseos, incluyendo el honor
y el dominio. El ego permanecerá igual, pero encontraremos nuevas
maneras de expresarlo para que trabaje en favor de la humanidad.

Aquí es en donde debemos trabajar de manera innovadora e


interesante. Estas son cuestiones que pueden desafiar a cualquiera:
emplear favorablemente la envidia, la codicia, el dominio, la búsqueda
de honores, conocimientos y astucia, en lugar de que actúen en contra.
Lo anterior no significa que necesitamos conformarnos con recibir nada
más que comida, tener una familia, una casa, seguridad, salud. Más bien
podemos continuar elevando los niveles de vida alrededor del mundo

161
CONECTADOS

y mantener nuestro equilibrio con la Naturaleza. Viviendo dentro del


equilibrio no sufriremos por las catástrofes naturales y podremos crecer
y prosperar por siempre. No queremos que las personas vivan como
animales, contentándose con lo mínimo. Más bien todos vivirán muy
por encima de la línea de pobreza.

Para ello, necesitamos nuevos tribunales en donde se juzgue a


las personas por sus acciones y comportamientos, apropiados o
inapropiados. En otras palabras, el ambiente sería el medio para
educar, todos sabrían mediante la reacción del ambiente hacia ellos si
se comportan bien o mal.

Si la intención de un individuo es beneficiar al ambiente, esa persona


y su familia recibirán reconocimientos y compensaciones. Pero si una
persona actúa en contra de éste, las presiones sociales lo convencerán
de cambiar su conducta. Sin embargo, no se empleará la presión, sino
sólo el reproche de sus amigos, familiares y el medio social. El objetivo
será la satisfacción personal de realizar las acciones correctas.

Necesitamos determinar si las personas piden sólo lo que es necesario


para una vida plena, o no. Se deben definir las necesidades de todos
y registrarlas según la personalidad del individuo, su carácter, sus
hábitos y circunstancias; un servicio se encargaría de dar a todos lo que
requieran de acuerdo a esta información.

Existe un gran número de asuntos que tenemos que esclarecer acerca


de cómo administrar el ambiente social. Si habrá sistemas similares a
los que ya tenemos o se establecerán nuevos. Será menester examinar
cada aspecto y tratar de mejorar todo lo que podamos.

Constantemente estamos construyendo el ambiente como un


elemento de educación para nosotros mismos. El medio ambiente debe
estar un paso adelante y más avanzado que nosotros para que tenga un
efecto positivo; así es como nos elevaremos a un nivel superior.

Constantemente busco una imagen que me indique cómo mejorar mi

162
Según las leyes de la Naturaleza

comportamiento. ¿Cómo me impresionará esta imagen? ¿Cómo debe


mantenerse frente a mí como una imagen educativa con la que me
identifico? De hecho, esta imagen soy yo mismo en un nivel superior.

Y como esta imagen es “mi yo óptimo” me esfuerzo para que mis


cualidades actuales sean iguales a las de la imagen que he construido.
Hay características en esta imagen que imagino, pero no son fantasías,
sino más bien son mis propias características ligeramente mejoradas.
Las hago realidad examinando mis características actuales y determino
los rasgos defectuosos que veo en mí. El aspecto desfavorable que
aparece es lo que debo reformar.

Después, imagino esa capa en su formato opuesto, en la imagen


educativa del ambiente, ya que la imagen del educador y la imagen del
ambiente son lo mismo.

La persona debe examinar cómo desea verse si pudiera corregir sus


rasgos negativos en relación con los demás. Esto es, se imaginará a sí
misma en un nivel muy avanzado de interés y preocupación por el medio
ambiente. Esto se denomina “la imagen del educador” o “la imagen del
ambiente”, o “la imagen de la sociedad”. En suma, esto se denomina,
“elegir cada vez un mejor ambiente”.

En la medida que es impresionada e inspirada por esta imagen, la


persona intenta alcanzar estos principios y valores, constantemente
imaginando una mejor imagen de sí misma e intentando sentir
atracción por ella. Puede imaginar imágenes que son mejores y llegar al
nivel que desea avanzar, excepto que no sepa cómo hacerlo. Entonces,
lo único que resta es pedir al ambiente que la influya. Si está en un
ambiente mejor, recibirá el estímulo para entrar en la imagen que está
imaginando.

¿Cómo llegamos a un estado en que percibimos que somos malos?


Habitamos en un cierto medio social, un círculo social. En ese medio
habitan otros -que como yo- participan en la educación integral. Dentro
de este círculo social descubro mi parte defectuosa y lo que necesito

163
CONECTADOS

corregir. A esto se le llama “reconocer lo que está mal en relación con el


ambiente social”. Este ambiente me muestra mi siguiente grado y puedo
verlo porque me desenvuelvo en ese ambiente. ¿Si no lo hiciera, cómo
sería posible reconocer lo que está mal? El ambiente es imprescindible
como modelo de medición.

Si no tuviera deseos malos, estaría conectado a los demás,


abrazándolos figurativamente con mis cualidades interiores, en
equivalencia con ellos. “Equivalencia” significa vínculo interno al grado
de crear una forma perfecta. Me relacionaría con los demás de tal forma
que estaría dispuesto a abrazarlos como si no hubiera diferencias entre
nosotros.

Por supuesto, todo lo anterior no tiene nada que ver con abrazos
físicos, sino con mi deseo de tratar a los otros como ellos me tratan a
mí: bien. Reconocer el mal se mide por la actitud que tenemos hacia los
otros, al compararnos con ellos. Debe existir una pauta, una medida,
y esto es lo que detecto; su buena actitud hacia mí, que contrasta
con mi propia mala actitud hacia ellos. Esta brecha se denomina
“reconocimiento del mal”.

A través de la influencia que absorbe del ambiente, la persona percibe


su inferioridad con respecto a éste. La actitud del ambiente hacia la
persona es considerada mejor que la actitud de ésta hacia el ambiente.
Debido a que está en un nivel inferior, lo percibe en el ego como una
falta. Esto lo mueve a mejorarse en relación con el ambiente.

En otras palabras, por una parte la persona percibe en el ego una falta,
y por otra parte no tiene opción sino acercarse al ambiente, parecerse a
ellos, ser como ellos. Por lo tanto, el ambiente constantemente nos da
tales ejemplos y no tenemos otra opción sino igualarnos a éste como un
niño que aprende de sus maestros en el jardín de niños.

Para reforzar la conexión con el ambiente necesitamos redoblar


nuestros esfuerzos. Sin embargo, no son realmente nuestros esfuerzos.
De hecho necesitamos la influencia recíproca para acercarnos y

164
Según las leyes de la Naturaleza

conectarnos. Por lo tanto, por nuestra natural conexión seremos


testigos de los cambios de todos.

Resumiendo, lo más importante es que continuemos examinando


el espíritu general del ambiente, siempre procurando mantenernos
en la vía de la unión, consideración, reciprocidad y amor. Entonces
cambiaremos a pesar nuestro. Naturalmente nadie desea hacerlo.
Conocemos nuestra naturaleza humana, pero no tenemos otra opción
sino entrar a un sistema que nos transforme en contra de nuestro deseo
inicial, en contra de nuestra naturaleza egoísta.

El ambiente no nos cambiará de modo que corrompa nuestra


naturaleza. Más bien cambiará dependiendo de cómo usamos nuestro
ego -de egocéntrico a constructivo- a favor de los otros, del ambiente
y la humanidad. Entonces todos los que reciban esta educación serán
renovados y construirán el nuevo mundo.

165
CONECTADOS

166
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 9:
El final del ego

¿Qué ha cambiado en nuestras relaciones?

Después de siglos de desarrollo científico, descubrimos que existen


leyes fundamentales en nuestro mundo que afectan la calidad de
vida y a nosotros mismos. Nuestro compromiso en este mundo es
evolucionar y revelar esas leyes naturales del mundo que nos rodea.
Como seres inteligentes nos distinguimos del reino animal y probamos
y examinamos esas leyes de la Naturaleza: lo que nos beneficia, lo que
nos daña, cómo mejorar nuestras vidas y cómo garantizarnos un futuro
mejor.

El hombre no es un animal que actúe motivado por sus instintos,


guiado por sus impulsos naturales que dicten su comportamiento
desde su interior. A diferencia de los animales, el hombre tiene libertad
de elegir sus actos. Pero esta libertad en ocasiones produce resultados
no deseados. Los humanos se causan daño, mientras que los animales
no, pues estos no toman drogas o alcohol, o se hieren unos a otros

167
CONECTADOS

innecesariamente. Se devoran, pero únicamente para alimentarse, no


como consecuencia de su ego o por tener la inclinación de lastimar o
dominar a los demás.

En pocas palabras, los humanos tienen un “sobrante de deseo”


que no está sujeto a las leyes absolutas de la Naturaleza. Más bien
usamos nuestro libre albedrío para bien o para mal. Nuestros deseos
van más allá de alimentarnos, reproducirnos y construir un nido o una
madriguera. También queremos viajar, ver el mundo, desarrollar la
ciencia, el conocimiento, la cultura, la educación y todo lo que nos haga
la vida más placentera.

Por alguna razón, los humanos administran sus vidas peor que los
animales. Algunas veces envidio a algunos gatos o perros, porque
llevan una vida buena y segura; parecen tener todo lo que necesitan.
Los humanos constantemente sufren, se estresan, compiten y se
consumen a sí mismos. Cuando observamos a los demás los envidiamos
y odiamos, y sin embargo exigimos respeto por parte de ellos. En el
curso de la historia nunca hemos tenido idea de cómo emplear nuestras
superiores características humanas. En lugar de crearnos una existencia
plena de bienestar y felicidad, hemos venido a dar con un lugar de
desilusión y depresión.

La vida del individuo comienza con la gota de semen de su padre.


La Naturaleza ha preparado para nosotros un lugar seguro para
desarrollarnos: una matriz que nos protege. Cuando concluye nuestro
crecimiento dentro del albergue protector del útero, venimos a este
mundo. Quedamos confiados a los amorosos brazos de una madre y
un padre que nos cuidan, porque dependemos totalmente de ellos y no
podemos sobrevivir por cuenta propia.

La sociedad por igual cuida de los infantes y los trata con comprensión
hasta que maduran. Así fue como sucedió durante generaciones hasta
hace poco en que todo esto también ha sido dañado. Pero hasta llegar a
la madurez, cuando podemos valernos por nosotros mismos, recibimos

168
Según las leyes de la Naturaleza

el sostén de nuestros parientes y el de la sociedad que facilita nuestro


desarrollo.

Somos indulgentes con los niños y proveemos sus necesidades


porque no podemos pedirles que sean independientes cuando están
creciendo. Nuestra conducta hacia la nueva generación fue impresa por
la Naturaleza instintivamente en nosotros.

Más tarde, cuando los niños se convierten en adultos, ingresan al círculo


de la vida y la actitud de la sociedad cambia abruptamente. Las leyes de
la Naturaleza dictaminan la obligación de rendir cuentas, y la familia
y el ambiente exigen responsabilidad y fiabilidad. Las imprudencias
que cometemos cuando tenemos diez años, contempladas como
travesuras, serán percibidas de manera muy distinta a los veinte años y
podemos ser castigados por ello.

De hecho se invierte la actitud de la sociedad hacia nosotros. Mientras


somos jóvenes, la Naturaleza y el ambiente social son atentos y
complacientes. Pero en cuanto empezamos a acumular años, la actitud
cambia y se vuelven desconsiderados, si bien preferimos que continuaran
tratándonos como niños, sin el compromiso de madurar. Nos gustaría
que nos dispensaran y nos trataran como antes, pero las circunstancias
han cambiado. Ahora se espera de nosotros que desempeñemos ciertos
roles si queremos seguir contando con la aceptación del ambiente. La
indulgencia a la que estábamos acostumbrados de niños y adolescentes
ha llegado a su fin

El cambio de actitud hacia nosotros por parte de la Naturaleza es


radical. Entre los animales, los progenitores cuidan de sus crías hasta
que éstas pueden ponerse de pie, moverse y desenvolverse en su
medio ambiente. En unos meses -máximo dos años, dependiendo de
la especie- se pone en libertad a las crías que deben buscar su propio
alimento, seguridad, cuidar de sus retoños o convertirse en parte de la
manada.

169
CONECTADOS

Al parecer no debería ser así para nosotros porque nuestra sociedad


está conformada por personas inteligentes, conscientes y comprensivas.
Empleamos la inteligencia para transformar al mundo mejorándolo y
logrando que sea más agradable. ¿Entonces por qué no podemos crear
un mundo mejor para los adultos? Cuando llegamos a la edad adulta
y empezamos a dirigir nuestra vida, ¿por qué no podemos establecer
relaciones favorables y satisfactorias y continuar de esa forma?
Después de todo, vemos que la Naturaleza nos ha promovido a través
de la evolución; nos ha provocado sufrimiento para que cambiemos por
medio de la presión, el castigo y los tormentos, así que probablemente
podemos aprender de su guía.

En efecto, si nos relacionamos con el ambiente social apropiadamente


y construimos juntos una sociedad sana, viviremos como antes del
nacimiento, cuando estábamos protegidos en el útero y luego del
nacimiento en la incubadora de la familia, el jardín de niños y la escuela.
¿Por qué no podemos relacionarnos entre nosotros de esta forma
y continuar por ese sendero tan favorable? Asimismo, si así ocurre
durante ese período, qué es lo que nos impide continuar con este modo
de vida tan grato y conveniente.

Si examinamos la historia veremos que las generaciones anteriores


vivían en clanes, en aldeas, en donde todos se preocupaban por los
demás. Los hombres cazaban juntos para conseguir el alimento del
grupo y las mujeres se quedaban en casa, preparaban la comida y
atendían a los pequeños. Todas cuidaban de los hijos de las demás. Hoy
en día aún se puede ver este modo de vida en diferentes lugares del
planeta.

¿Por qué no continuamos nuestro desarrollo de esta forma,


conservando este ventajoso ambiente a una escala más amplia,
empleando la tecnología, la cultura y la educación que creamos? ¿Qué
vino a estropear estas relaciones? ¿Qué fue lo que cambió?

Lo que sucedió es que nuestro ego creció y como resultado nos hemos
apartado unos de otros. Empezamos a mirarnos no como hermanos,

170
Según las leyes de la Naturaleza

sino como competidores, evaluando quién valía más y quién menos.


Ahora queremos dominar a los otros, “comprarlos” como empleados
o esclavos. Incluso queremos robar lo que les pertenece porque no
tenemos nada en común con ellos, como sería mantener unida una
familia.

Nuestro ego comenzó a apartarnos y alejarnos de esa sociedad


primitiva, esa comunidad primordial, y se malograron las cosas. Si
nuestro ego no hubiera crecido y sólo hubiéramos acrecentado nuestro
conocimiento, la situación sería mejor.

El problema es que el ego creciente es justamente lo que nos motiva


a adquirir conocimientos y a realizar descubrimientos. El empuje del
ego para desarrollarnos y querer recibir más y más, es positivo. Pero
si ese deseo hubiera evolucionado para alcanzar algo benéfico, no sólo
para nosotros mismos, sino para nuestro ambiente, el resultado habría
sido mejor. Si hubiéramos estado conscientes y nos hubiéramos hecho
cargo a tiempo, habríamos triunfado sobre el ego y éste no nos habría
separado. Habríamos velado porque todas sus acciones -la educación
de nuestros deseos- se enfocaran sólo en beneficio del ambiente.

¿Pero acaso será esto posible? La historia nos prueba que no. Hasta
ahora, nos hemos desarrollado y nuestro ego se ha convertido en una
montaña de odio, envidia, codicia, deseo de honores y dominación.
Es por esta razón que nos encontramos en esta crisis. Lo tenemos
todo, pero debido a nuestras actitudes equivocadas hacia los demás
no podemos dictar leyes justas, somos infelices, sentimos molestia e
inseguridad. En virtud de la competencia, destruimos la Naturaleza
y la ecología pues empleamos el ego para perjudicar a los otros. No
podemos controlar al ego y como resultado nuestro modo de vida, cada
día es peor.

La Naturaleza, que nos desarrolla a través de sus leyes y el ambiente,


nos trata de dos formas. Por un lado intensifica el ego, por el otro nos
señala que el ego creciente nos separa y nos pone unos contra otros. Esta
es la causa de todo lo malo y estamos siendo castigados por esta razón.

171
CONECTADOS

Pero, ¿qué podemos hacer si tenemos dos fuerzas opuestas dentro


de nosotros? Por un lado tenemos la inclinación a sentir satisfacción
cuando obtenemos alguna ganancia a expensas de los demás. Por el
otro, con esta inclinación no sentimos satisfacción, porque cuando la
usamos el resultado es que todo -sociedad, ciencia, educación, cultura
y vida personal- queda destruido por el mismo poder del desarrollo, es
decir, el ego. La cuestión radica en poder cambiar el uso de nuestro de
ego y en aprender cómo hacerlo.

La Naturaleza es la fuerza que nos rodea y opera en toda la realidad


de manera uniforme, siguiendo una sola ley, la ley de unificación,
participación y amor, la ley de otorgamiento. Así es como la Naturaleza
opera en todas sus partes en todos los niveles -inerte, vegetal, animal y
humano-. Es debido a esto que tenemos evolución, que no sería posible
si la Naturaleza no nos proporcionara constantemente calor, alimento
y todo lo requerido para el crecimiento.

Si no podemos hallar dentro de nosotros el poder de restringir el ego,


debemos descubrir en la Naturaleza la fuerza que nos permita usarlo en
forma positiva. No significa que debemos dejar de ser egoístas, porque
precisamente a través de esta motivación hemos alcanzado mucho más
que alimento, vestido, vivienda y salud. Con sólo una tercera parte del
día, durante nuestro tiempo libre, podemos hacer muchas cosas que
serían buenas para los demás.

Si el ego nos ha llevado a tal excelencia en el desarrollo tecnológico,


debemos aprender a usarlo para algo mejor, ponerle riendas y llevarlo
lejos del odio a los demás y amarlos. De esta forma conservaremos
nuestro nivel de vida y continuaremos desarrollando todas las esferas
de nuestra existencia en este mundo, la familia, la educación de los
hijos, la cultura, la salud y todo el resto.

Si tan solo supiéramos cómo emplear nuestra naturaleza egoísta a


favor del ambiente y la sociedad, desarrollaríamos nuestro entorno y
a nosotros mismos de manera positiva y favorable, capacitando a la
gente para que cuiden de la sociedad en su conjunto y se vuelvan a

172
Según las leyes de la Naturaleza

sentir como la gente de hace miles de años viviendo en clanes y aldeas,


en familia. Ayudaríamos a la gente a salir de ese estado de indiferencia
hacia los demás.

Antaño, la gente consideraba a todos como parte de una sola entidad


porque el ego no se había desarrollado. Pero, ¿puede la gente de
hoy progresar por encima de su ego considerando a todos como sus
familiares? ¿Podemos hallar la cura que nos haga ver al mundo con una
perspectiva integral: que todos somos uno? ¿Cómo puedo considerar
a los siete mil millones de seres como parte mía, algo que nunca antes
supe o sentí?

Sería muy distinto a mi proceder actual, sólo tratando de ser


condescendiente con los individuos. En cambio, sentiría que tengo
que cuidar de ellos al menos tan bien como me cuido a mí mismo, o a
mis hijos, a quienes atiendo antes que a nada. ¿Cuál sería la cura con
la que podamos sanar nuestras relaciones y nuestras actitudes hacia
el ambiente y toda la humanidad? Si la encontramos, no cabe duda
que continuaríamos prosperando a pesar de la crisis que frena nuestro
desarrollo. Ahora, parece que ya no tenemos hacia dónde desarrollarnos;
estamos en un punto muerto, sintiendo que extraviamos el camino en
el desierto sin saber hacia dónde ir.

Por lo tanto, necesitamos considerar de dónde sacaremos la fuerza


para usar nuestra naturaleza en forma positiva y no negativa. Ahora,
constantemente queremos tener a todo el mundo a nuestras órdenes
para beneficio personal, a pesar de que somos nosotros que sufrimos
con esta intención, y sin embargo instintivamente operamos de esta
manera. Si revirtiéramos nuestra actitud y pensáramos en el bienestar
de los demás y del ambiente, como lo hacemos con nuestros hijos,
instintivamente, el mundo estaría lleno de amor.

Además, tal vez finalmente entenderíamos que somos nosotros los


que estamos destruyendo el sistema ecológico; la corrupción no viene
de fuera. Si estableciéramos entre nosotros relaciones basadas en la

173
CONECTADOS

bondad, consideración y unidad, lograríamos que la Naturaleza y el


ambiente también se volvieran unidos y considerados.

Estudios recientes muestran que todas las partes de la Naturaleza están


interconectadas, que es “circular” e integral y que estamos afectando a
los niveles inerte, vegetal y animal. Si establecemos buenas relaciones
entre nosotros, entonces no solamente nuestro comportamiento hacia
la Naturaleza y el ambiente cambiará la tendencia actual de corrupción
y destrucción, sino que la calidad de nuestras relaciones mejorará
también.

Las relaciones entre nosotros también se basan en nuestro poder


mental e intelectual, el poder del deseo, que son los más grandes en
la realidad. Estas fuerzas existen en ese mismo campo, pasando a
través de todo nuestro mundo de un extremo a otro, gobernando a
todos los sistemas, desde el interestelar hasta el humano. Por lo tanto,
estabilizando nuestras relaciones, podemos propiciar mayor equilibrio
en la Naturaleza. No solamente nosotros estaremos equilibrados, sino
que todo nuestro mundo se volverá más tranquilo y armonioso.

La Naturaleza nos enseña que el único camino para influir a la gente


es a través del ambiente, precisamente por nuestro deseo egoísta de
dominar el ambiente. En otras palabras, además de estar vivos, los
individuos dependen del ambiente, y quieren regirlo usándolo para
su propio beneficio, curvándolo para que esté bajo sus órdenes. Si
situamos a una persona en un ambiente que es todo lo opuesto, que
espera que el individuo sea amable y considerado y que de lo contrario
el individuo será rechazado, él modificará su tendencia original hacia
la envidia, codicia, honor y poder, para observar las exigencias de la
sociedad y beneficiar a los demás.

Es precisamente esa inclinación al mal en nosotros que exige estar


conectados con el ambiente, salvo ahora en que la conexión es tal que
la inclinación al mal es la soberana. Si no revocamos esa conexión, el
ambiente puede hacernos entender que si queremos ser grandes y
estar orgullosos, debemos funcionar bondadosamente, sin crueldad. En

174
Según las leyes de la Naturaleza

forma gradual, debido a que dependemos de la sociedad, esa persona


comprenderá que el deseo de beneficiarse a sí mismo, en detrimento
de la sociedad debe revertirse para beneficiar a toda la sociedad.

Podemos observarlo en los ejemplos corrompidos de nuestro mundo.


Una persona que desea ser elegida presidente, en realidad lo que desea
es gobernar, mostrar a todos que es poderosa, que puede dictar leyes,
establecer un nuevo régimen, porque se siente superior a los demás.
Sin embargo, el candidato se muestra en forma opuesta a sus electores:
“voy a servirles mejor que cualquier otro; sólo tengo el interés de la
población en mente; soy la mejor opción; seré como un padre para
ustedes”.

Esto es lo habitual en muchas situaciones. Nuestras intenciones hacia


el ambiente pueden ser totalmente egoístas, pero entendemos que
debemos actuar en forma contraria, o fingir que lo hacemos.

Por lo tanto, sólo hay una forma de inducir el cambio. Si le mostramos a


la gente un ambiente que puede educarlos para adquirir nuevos valores,
no tendremos mayor problema. Una persona egoísta que aspira a ser
presidente, prometerá a todos empleo, vivienda, vacaciones, cuidados
de salud y seguridad y será recibido de tal forma por la sociedad que
le dirá: “si quieres ser presidente, primero trabaja a favor de nosotros,
obtén buenos resultados y luego tendrás nuestro reconocimiento;
conseguirás lo que mereces como consecuencia de los buenos actos
que habrás hecho por nosotros”.

En otras palabras, volvemos a la situación en que no podemos acudir


a nadie para quejarnos. Cuando tratamos de cambiar nuestras vidas,
no podemos pedirle a nadie que lo haga por nosotros. No estamos
señalando a nadie con el dedo pidiéndole que cambie. Esa exigencia,
ese enfoque, no sería prudente. Lo que sí podemos hacer es llegar
hasta cada individuo en forma indirecta por medio del ambiente e
influirlo de tal forma que esa persona reciba todo lo que necesita sin
mayor esfuerzo. La persona crecerá como en un invernadero, donde
la temperatura y la humedad se mantienen en las condiciones ideales

175
CONECTADOS

y mediante representaciones y actuaciones el individuo se convertirá


en el molde de una nueva sociedad y será feliz, como los niños que
aprenden jugando y así crecen para ser adultos conscientes.

Esto quiere decir que todo depende de la influencia del ambiente en


una persona. Si somos inteligentes, no tenemos que pensar cómo debe
ser nuestra transformación. En lugar de eso, crearemos un “escenario
teatral”, un juego divertido. Pasaremos el tiempo libre que el ego nos
ha dejado para construir un buen ambiente apropiado para todos.
Con la ayuda de los educadores, asistentes y maestros, sin grandes
reflexiones o esfuerzos creceremos, como los niños lo hacen cuando
juegan, logrando el cambio sin molestias. Todo lo que necesitamos es
saber emplear el tiempo libre y las leyes que estamos aprendiendo para
adquirir por nuestra cuenta una imagen correcta.

Nunca lo hicimos antes porque ignorábamos todo esto. Fuimos muy


ingenuos para no darnos cuenta del mal que vive en nosotros. Pensamos
que el ego nos ayudaba a crecer y no consideramos que fuera malo.
Sentimos que nos impulsaba, creando familias, sociedades y países,
pero no percibimos lo distantes que nos volvimos. Nunca creímos que
el ego nos traería tal destrucción y daño.

Sólo en épocas recientes hemos empezado a comprender lo


desesperados que nos sentimos. Y sólo construyendo un nuevo
ambiente podemos influirnos para crear “nuevos seres humanos”
dentro de un ambiente “incubadora” o “invernadero”. Como un artista,
este ambiente nos esculpirá para ser nuevas personas. En lugar de usar
la fuerza que poseemos, que es superior a la de los animales, para el
mal, la usaremos para el bien.

Para que esto ocurra, usaremos el poder que tiene la sociedad,


el ambiente, la humanidad, para dirigirlo en la dirección correcta.
Cualquiera que empiece a vincularse con los demás sentirá que está
unido a todos con su corazón y su alma: una mente, un sólo cuerpo. La
sensación será tan fuerte que percibirá los pensamientos y deseos que

176
Según las leyes de la Naturaleza

recorren al mundo y cada uno de nosotros incluirá a toda la humanidad


dentro de sí.

Entonces veremos que la evolución y el impacto que ha tenido la


Naturaleza en nosotros, nos trajeron a un estado maravilloso, en el que
cada uno de nosotros siente su propio ser como un todo. Llegaremos
a ese estado en que el individuo podrá salir de la sensación de su vida
breve y limitada para percibir el mundo integral a través de toda la
humanidad. De esta forma materializaremos la principal fuerza de vida.
El ego que nos separa y nos eleva del nivel animal, nos hará ascender al
nivel humano.

Como animales, somos distintos a otros animales porque deseamos


usar el ambiente ya sea a favor o en detrimento de éste. Usar el
ambiente a favor, quiere decir que deseo recibir todo lo que el ambiente
humano puede ofrecerme. Si deseo usar el ambiente en forma cruel, es
decir en detrimento de éste, entonces puedo disponer del dinero de los
otros por medio de un fraude, invadir otro país y esclavizar a su gente,
explotando además sus recursos naturales.

Lo anterior significa que el hombre se eleva sobre el nivel animal


mediante dos aspectos: en relación al ambiente y en relación a la
sabiduría humana. Por un lado, el ambiente humano es algo que
los animales no tienen. Sin embargo, la Naturaleza ha instituido el
ambiente humano para nosotros, nos ha vinculado a él y nos obliga
a incorporarnos a él si queremos existir bien. No podríamos vivir
como seres humanos sin este ambiente. Si viviéramos en la jungla,
descenderíamos al nivel de los animales.

Por lo tanto, cuando usamos el ambiente en detrimento de


éste, a la larga terminamos envueltos en una crisis, ya que somos
interdependientes y esa dependencia provoca que nos odiemos.
Entonces todo se detiene y la vida deja de ser buena. No nos causa
alegría, libertad o cariño, sino por el contrario, la vida se vuelve tan
mecánica y amenazante que preferimos escapar por la puerta de las

177
CONECTADOS

drogas y el alcohol, incluso intentar matar a otros porque no sabemos


qué hacer con los individuos que nos rodean.

Es una situación terrible, pero es nuestra realidad. Estamos


descontentos con la vida: al observar las escuelas de nuestros hijos y
la atmósfera que reina allí, nadie podría sentirse bien con lo que ve allí.
Todo lo que podemos hacer es convencernos que es el menor de los
males.

Por otra parte, tenemos la inteligencia del hombre, que los


animales no poseen. Con ella, podemos analizar lo que percibimos,
las situaciones que encontramos y sacar nuestras conclusiones, como
por ejemplo, que el origen de nuestra deplorable existencia es nuestra
actitud hacia el ambiente. Si cambiáramos esa actitud por una buena,
podríamos alimentar a todo el mundo únicamente con los excedentes
de producción alimenticia que ahora desechamos. ¡Los fondos que
gastamos en armamento serían suficientes para construir una casa con
piscina para todas las personas en el mundo! Podríamos hacer grandes
obras para preservar la ecología en todos los lugares del planeta.

Hace algunos años, la gente estaba muy entusiasmada por el nuevo


acelerador de partículas en Suiza, que intentaba descubrir la partícula
elemental, el bosón de Higgs, que supuestamente excede la velocidad
de la luz. La construcción del acelerador requirió recaudar fondos
durante varios años, pero la cantidad necesaria para el financiamiento
del proyecto en su totalidad era igual a la cantidad de dinero que el
ejército de Estados Unidos gastaba en Iraq en tan sólo dos semanas.

Este es un ejemplo de lo que podríamos hacer con el dinero si nuestra


actitud hacia el ambiente fuera distinto y no estuviéramos derrochando
tales fortunas en defensa o armas. Vemos el tesoro que tenemos,
una mina de oro que botamos al mar y nuestros egos lo consumen
todo, impidiéndonos usar nuestros recursos para gozar de una vida
placentera.

178
Según las leyes de la Naturaleza

Si calculáramos lo que podríamos recuperar si la carrera armamentista


llegara a su fin y cesara el desperdicio de la sobreproducción, el resultado
sería que con el 5 o 10% de la población mundial podríamos proveer a
toda la humanidad. Es evidente que la única razón por la que existe la
sobreproducción es nuestro ego.

Por lo tanto, no necesitamos pensar que si producimos sólo lo necesario


para nuestro sustento, nos quedará tiempo libre para broncearnos al
sol. Para mantener la actitud correcta frente el ambiente, necesitamos
participar en la creación de un ambiente favorable durante varias horas
al día. Es por esta razón que se nos entrega este tiempo “libre”. Cada
persona que queda relevada del cargo de ocuparse de sí misma, necesita
aceptar todo lo que implica este nuevo mundo y las nuevas relaciones
y entonces ocuparse de estas nuevas conexiones. Al ser liberados de la
carga de ocuparse de uno mismo, tendremos que promover nuestras
relaciones con el ambiente, dándoles preferencia constante más allá de
las inclinaciones de nuestros egos.

Estamos hablando de usar las fuerzas conocidas de la Naturaleza, pero


la gente no lo aceptará sino cuando no les quede otra opción, cuando
los millones de desempleados tomen las calles y las madres tengan
temor de enviar a sus hijos a la escuela debido a la violencia, las drogas
y la prostitución. Será una situación en que la gente tendrá miedo de
salir a las calles y nadie podrá predecir lo que le depare el mañana con
respecto a la seguridad personal y los cuidados de salud.

En tal estado se detendrá todo el desarrollo de la cultura que es tan


importante para los humanos. Llegaremos a la conclusión que vivir así
no se considera vida.

Incluso hoy, cada vez menos personas quieren casarse o tener hijos.
Nuestros propios hijos ya no quieren esta existencia y se preguntan
por qué los trajimos al mundo. Tenemos una generación que no puede
vislumbrar su futuro y no podemos vivir, mucho menos desarrollarnos,
sin tener una visión de lo que nos espera. Es por este motivo que la

179
CONECTADOS

depresión y la desesperación son las enfermedades más comunes a


nivel mundial, ¡incluso a las mascotas se les recetan antidepresivos!

Teóricamente, podríamos haber evolucionado estupendamente,


como en las generaciones anteriores en que instintivamente vivíamos
en unidad como hermanos, pero fallamos. Porque si bien evolucionamos
naturalmente con nuestros egos, hasta ahora llegamos a este estado
en que descubrimos que el ego es nuestra inclinación al mal, que nos
perjudica. ¿Quién pensó antes que su ego era el villano?

Por ejemplo, cuando yo era un niño me gustaba la tecnología y la


ciencia y las estudié en la escuela. También seguí diversos cursos y más
tarde fui a la universidad. Cuando terminé mis estudios académicos,
trabajé para un centro de investigaciones. Mi ego constantemente
me empujaba hacia cuestiones que yo percibía como positivas. Quería
conocer el mundo. Esto era en cierta forma deseo de controlar, salvo
que no estaba enfocado a un dominio para imponerme por la fuerza a
los demás, sino estar por encima de esto.

En ese momento pensaba que no me importaba la humanidad; no


quería fijarme en todas esas patéticas criaturas. Quería ser como un
dios, conocer todo lo que sucedía, encontrarme en el nivel de las leyes,
las cualidades más elevadas de la Naturaleza que gobiernan al hombre.
Quería entender y absorberlo todo -la sabiduría de la Naturaleza, sus
capacidades- y no sólo ser superior en el nivel humano. A pesar de que
en aquel entonces este rasgo no era muy evidente, en retrospectiva veo
que tenía su origen en un deseo de control.

Recuerdo cómo me relacionaba con la humanidad y a todo lo que


existe sobre la Tierra. No sólo quería absorber al planeta, quería estar a
un nivel en que pudiera inhalar al universo entero. Si bien esta aspiración
es egoísta, en esos días me impulsó hacia el desarrollo. Sólo más tarde
me di cuenta que si el desarrollo no es a favor de la humanidad, es malo.

En realidad, existen varios grados de “malo”. Podría ser un altruista


que ayuda a la humanidad porque no me queda otro remedio o porque

180
Según las leyes de la Naturaleza

quiero recibir grandes reconocimientos. Alternativamente, podría


ser que sencillamente amara a la humanidad. Si bien pienso que me
beneficiaré haciendo donaciones, empiezo a entender que hacerlo es
bueno incluso si no recibo una recompensa inmediata. Hay algo especial
en este rasgo que me conforta el corazón y amplía mis sensaciones,
por lo que disfruto amando a los demás, no de lo que podría recibir a
cambio.

De pronto, surgen grandes vacíos en nuestros sentimientos y


una sensibilización de la que no estamos conscientes ahora. Pero
gradualmente, por medio de la causa y el efecto, nos abrimos más y más
a las cualidades que están latentes y que ahora evolucionan. Aunque
son rasgos triviales que ya usamos, estas cualidades ya se encuentran
en nosotros, sólo que anteriormente no teníamos conocimiento del
mal, y no podíamos usarlas para atendernos.

Necesitamos comprender que es precisamente el ego creciente que


nos empuja a la sabiduría. Así es como nos promueve. A pesar de que es
el ego, no es la inclinación al mal. Existen dos niveles en el ego. Un nivel
en el que quiero llenarme de conocimientos, de buenas sensaciones, de
comida, sexo, familia. Es como si estuviéramos solos en el mundo, sin
hacer daño a nadie, como cualquier organismo que busca satisfacción.
En el otro nivel del ego existe una inclinación al mal y quiero llenarme
de riqueza, honores y conocimiento, cosas que sólo puedo obtener
explotando al ambiente y a los demás.

La riqueza, el honor y el conocimiento son grados por encima del nivel


animal. Son deseos humanos que usamos para satisfacer nuestra parte
humana. Se derivan del ego y se originan en mi deseo de alcanzar tanta
satisfacción como sea posible. Esta es la parte llamada “inclinación al
mal”, cuando quiero obtener mi propia satisfacción oprimiendo a los
demás.

Y también existe otro grado que se manifiesta cuando uso a los otros y
los otros me usan, en buena forma, como sucede dentro de una familia
y entre los seres queridos. Dentro de la familia, uso a los que amo y ellos

181
CONECTADOS

me usan para disfrutar mutuamente, beneficiarnos, sentirnos felices y


contentos. Este es el grado de unidad: podría tratarse de amigos, una
pareja o quien sea. Debido a que implica usar a los demás, se considera
también como ego, inclinación, deseo, pero no es malo porque no tiene
la intención de dañar a los demás.

Sólo si tengo la intención de obtener placer a la fuerza, se considera


una inclinación al mal porque quiero disfrutar sin tomar en cuenta a los
otros, e incluso deseo dañarlos.

Tenemos aquí una amplia gama de relaciones. Podría estar recibiendo


placer independientemente de los demás, o podría hasta obtener placer
específicamente lastimando a los otros. Pero absolutamente, mi deseo
de disfrutar el sufrimiento que provoco en los demás -o el hecho de que
no tengo consideración por los demás y no me preocupa si otro está
sufriendo- se llama “el mal”.

Supongamos que cometí un fraude bancario y pude robar un dólar


de cada cliente; luego huí con este dinero y acumulé millones. Puedo
disfrutar del hecho que ahora tengo mucho dinero pero también puedo
disfrutar la humillación que infringí a quienes robé.

Esto es sólo parte de una amplia gama de actitudes que puedo tener
hacia el ambiente, empezando por ser desconsiderado y terminar por
disfrutar el sufrimiento de los otros. Si sencillamente soy desconsiderado,
hago que los otros trabajen para mí y les trato como a una maquinaría
que opero. Recibo lo que necesito como hace doscientos años cuando los
trabajadores eran tratados como esclavos. Si también tomo en cuenta
las capacidades de los otros, trato de usarlos tanto como me es posible,
es decir, tomo en consideración sus personalidades, conocimientos y
habilidades. Hoy en día nuestra inclinación al mal ha evolucionado
tanto que como humanidad disfrutamos dañando a los otros.

Estos placeres egoístas son señales de que hemos llegado al nivel


más avanzado de egoísmo. Con nuestro desarrollo, todos estamos a un

182
Según las leyes de la Naturaleza

determinado nivel y nuestro ego disfruta al comprobar lo superior que


soy a ti y como puedo explotarte.

Ya no es suficiente ser rico si nadie lo sabe, salvo mi banquero. Gozo


sólo si todos pueden ver mi lujoso automóvil, mi yate, mi posesión
de fábricas y el control del personal a mi servicio. También disfruto
oprimiendo a los otros, porque el dinero en sí no me satisface más, sino
que me catalogo en relación a otras personas.

Todo lo anterior es considerado “usar a los otros en su detrimento”,


porque quiero ser superior a ellos. Esto es lo que está provocando
el sentimiento prevaleciente de insatisfacción y el alza de tasas de
suicidios en todos los países. Nada es suficiente para nosotros; estamos
en un callejón sin salida y ya nada nos produce placer.

Sin embargo, el ego también nos desarrolla. Nos está llevando


a un estado en el que no sabemos hacia dónde movernos. Nos ha
traído hasta el punto en que no disfrutamos incluso del deseo de ser
superiores a los otros. Y si ya no puedo gozar ser superior, no tengo
hacia dónde desarrollarme y nada por qué vivir, porque ser más rico y
poderoso no me aporta nada, entonces ¿por qué molestarme si ya nada
me complace?

Hoy en día el Hombre ha perdido su motivación para desarrollarse,


el fundamento, la maquinaria de desarrollo. No tiene nada más que lo
propulse a continuar. Ya no le importa si tiene más o menos. El futuro
le es totalmente indiferente. Esta es una proyección de una falta de
deseo, una impotencia dentro de nosotros. Antes queríamos ser ricos,
poderosos y sabios. Ahora no queremos nada. De hecho, ni siquiera
deseamos continuar como especie; incluso nos preguntamos la razón
para engendrar hijos.

Todo el mundo se encuentra en este estado general de confusión.


La situación es muy complicada, y tiene muchas capas. La solución se
encuentra en nuestra relación con el ambiente y la relación de éste con
nosotros. Si logramos establecer buenas relaciones entre nosotros,

183
CONECTADOS

que sean apropiadas, podremos crear una vida maravillosa y podremos


recibir nueva energía, a diferencia de ahora en que nos descubrimos
imposibilitados y no tenemos dónde ir.

Hasta el día de hoy todos nos desarrollamos individual, linealmente,


como en una línea recta desde el principio de los tiempos hasta este
día. Nuestro deseo evolucionó tanto en cantidad como en calidad y
nos produjo buenos resultados. Pero de pronto estamos en un alto, sin
razón para continuar. Hemos llegado corriendo y nos detuvimos porque
no existe razón para proseguir la carrera. Hemos extraviado nuestro
camino en medio del desierto. Es como si estuviéramos en el espacio.

La motivación individual se ha apagado, por lo que estamos inmersos


en la desesperación que se inició hace unos cincuenta años y está
provocando crisis en todos los ámbitos: la educación, la cultura y en
nuestras vidas personales. De hecho son estas crisis las que han motivado
el estancamiento. No se renovarán los impulsos porque hemos llegado
al final y no tenemos nada por qué vivir, como pueden atestiguar los
médicos que prescriben los antidepresivos. Estadísticamente, las tasas
de suicidio son de un millón al año en el mundo, un incremento del 60%
sobre los últimos cincuenta años.

Ahora queremos salvar al paciente al que se le da el nombre de


humanidad, antes de que muera. La situación es crítica, pero no
irremediable. Podemos corregirla usando los poderes suplementarios
que harían avanzar a la humanidad. Es una fuerza que no viene del
interior del ser humano, porque no tenemos de dónde sacar más deseos
para vivir. En lugar de eso las personas empezarán a conectarse entre
ellas y tendrán fuerzas renovadas.

Veríamos como el paciente llamado “humanidad” recibe fuerzas


adicionales y sale de su depresión, su impotencia y punto muerto.
Podríamos ver cómo absorbe nueva vida del medio ambiente que lo
rodea y descubre que ese medio ambiente es sencillamente él mismo,
es decir, que todos somos uno y estamos conectados. Esto es, que

184
Según las leyes de la Naturaleza

uniéndonos encastraríamos partes que eran en realidad nuestras, pero


que no sentíamos como propias.

Es como una mujer que se convierte en abuela y esto le da una


nueva vida. Ama a sus nietos más que a sus propios hijos porque ahora
es el único placer que puede tener en la vida. Para ella, los nietos son
-literalmente- un remedio.

Resumiendo, nuestro estado actual es tal que si no adquirimos del


ambiente los deseos suplementarios de los que obtendremos grandes
placeres adicionales, no solamente terminaremos en la desesperación
y la depresión, sino en el terrorismo y en las guerras mundiales. Nos
veremos impotentes y sin esperanza y no entenderemos por qué
estamos en un mundo en el que sería mejor estar muertos que vivos.
Viviremos apegándonos a la máxima: “coman, beban y estén alegres,
porque mañana moriremos”.

Tendremos revueltas y estallidos para poder ignorar la pregunta de


para qué nos sirve la vida. Incluso ahora podemos presentir la pregunta
pero en proporciones mínimas. La gente busca la paz y la tranquilidad
de muchas maneras, pero no encuentra nada. Después, esto dará como
resultado los disturbios que conducirán a la guerra.

Es posible que estemos desesperados porque no encontramos la


cura a nuestra situación, pero ésta se encuentra aquí, en la unión y la
conexión. Sólo uniéndonos con la Naturaleza y con los demás, cada uno
de nosotros recibirá la energía, el apoyo y el cuidado que necesita; y con
el nuevo deseo que recibiremos del ambiente, obtendremos nuevas
satisfacciones.

Cuando nos conectemos a todos, descubriremos dentro del ambiente


la plenitud que nos elevará al nivel del ser humano. Empezaremos a
experimentar nuestras vidas por encima del nivel animal. Percibiremos
la perfección de la Naturaleza, la eternidad y la relativa tranquilidad que
nos rodea ahora. Reconoceremos también el mal que se ha revelado,
permitiéndonos corregir la situación con todo éxito.

185
CONECTADOS

186
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 10:
Hagamos que el mundo vuelva a prosperar

Equilibrando el bien y el mal en el hombre

Durante nuestras vidas, atravesamos por un proceso de evolución. Al


principio, como no vemos el final del proceso, no podemos entender la
razón de cada una de las fases. Lo que queda claro, sin embargo, es que
todo por lo que pasamos en nuestra existencia nos parece corrompido o
redundante. Nos sentimos incómodos con nuestra naturaleza y hábitos
y la mayor parte del tiempo no estamos satisfechos ni de nosotros
mismos ni de los que nos rodean.

Podemos comparar dicho proceso evolutivo con la maduración de


una manzana. Cuando empieza es pequeña, dura y amarga. Pero al
desarrollarse absorbe agua, minerales, gases esenciales como CO2 y la
luz del sol. Gradualmente crece y madura. No percibimos la necesidad
de las etapas del proceso, pero al final tenemos un fruto hermoso y
delicioso, totalmente contrario a su amargo estado inicial.

187
CONECTADOS

Al igual que la manzana, pasamos por un proceso que tiene un


objetivo determinado, sólo que no lo notamos. No entendemos ni la
finalidad de todo el proceso, ni que las fases por las que atravesamos
son indispensables. Llegamos al final de nuestros días sin entender
que estamos avanzando hacia una situación superior en la que todos
seremos sabios, bondadosos y tendremos buena voluntad.

A diferencia de las manzanas, de las plantas o los animales, las personas


progresan de generación en generación; la siguiente etapa será más
evolucionada que la precedente. Por esta razón no podemos contemplar
la vida desde la perspectiva de una generación aislada. La evolución de
la humanidad a través de los milenios es como la maduración de una
persona desde sus inicios, pasando por el cumplimiento de su destino,
hasta llegar a su estado ideal.

Así es como evolucionamos. De ahí que decimos, “no le muestres a


un necio un trabajo a medio terminar”. La diferencia entre una persona
prudente y un necio es que el prudente ve el futuro y conoce el final,
por lo que puede justificar el proceso que se está llevando a cabo. Pero
nosotros somos unos necios; no vemos cómo será el trabajo terminado
y es difícil justificar las situaciones que experimentamos a lo largo del
camino.

Es cierto que el proceso es largo, difícil y doloroso. Vamos avanzando


entre golpes, errores, dificultades y todo tipo de problemas; sin
embargo, de alguna forma continuamos avanzando. Empero, ahora
nos encontramos en una encrucijada, o peor aún en un punto muerto.
Como si hubiéramos extraviado el camino, estamos perdidos en el
desierto sin tener idea hacia dónde dirigir nuestros pasos. De nuevo,
necesitamos aprender de la Naturaleza, de la que somos parte
integral. La Naturaleza siempre busca el equilibrio, y el equilibrio con la
Naturaleza significa adquirir las mismas cualidades de ella.

Puesto que nos hallamos en medio de un proceso evolutivo, es


menester descubrir la fuerza general de la Naturaleza, entender hacia
dónde se dirige, lo que “quiere” y lo que nos sostiene. Si lo logramos,

188
Según las leyes de la Naturaleza

veremos que estamos evolucionando en forma positiva y que es la


forma de llegar al reconocimiento del mal, nuestro ego. Entonces
entenderemos hasta qué punto nos estamos amargando nuestra propia
existencia y la de los demás.

Percibimos que cuando queremos triunfar a través del ambiente,


explotar a todos y volvernos poderosos, acaudalados y dominantes, esta
forma de actuar se vuelve en contra nuestro, en detrimento de nuestros
intereses. No tenemos más que observar la sociedad que hemos
construido, la clase de seres humanos en que nos hemos convertido. La
humanidad tiene muchos conocimientos y riquezas, entonces ¿por qué
nos hallamos en este estado al que nunca planeamos llegar?

¿Cuál es la razón del surgimiento de tanto mal? ¿Por qué continuamos


cometiendo errores y sacando conclusiones equivocadas sobre por qué
somos desdichados? Perseguimos una metas que pensamos nos hará
felices y en cuanto ésta nos falla corremos tras otra esperando que esta
vez sí alcancemos la felicidad. Pero al final, todo termina en desilusión
cuando no en tragedias, como serían guerras o enfermedades.

Cuando nos comparamos con los otros niveles de la Naturaleza


-inerte, vegetal y animal- comprobamos que su evolución es muy lenta.
Esto se debe a que la evolución en esos niveles sólo ocurre cuando se
cumplen los impulsos naturales derivados de instrucciones internas.
Por ejemplo, si examinamos el comportamiento de un caballo, un perro
o un gato, veremos que actúan conforme a su naturaleza y no cometen
errores. Llevan integradas sus propias leyes de vida.

En contraste, los seres humanos constantemente nos equivocamos.


Estos errores deberían promover nuestro desarrollo intelectual.
No obstante, si nuestra inteligencia evoluciona de generación en
generación mediante la adquisición de nuevos conocimientos, la
cognición del mundo, la Naturaleza y nosotros mismos, estamos
usando indebidamente nuestro intelecto.

189
CONECTADOS

Los académicos de la antigüedad como Aristóteles y Platón hablaron


acerca del uso adecuado o inadecuado del intelecto. Ellos sentaron las
bases de la ciencia moderna y argumentaron que el conocimiento no
se le debe impartir a cualquiera, sino sólo a personas que lo empleen
a favor de la humanidad. Entonces, a través de este conocimiento la
gente desarrollaría buenas relaciones con sus semejantes.

El conocimiento estaba destinado a alcanzar una vida mejor para la


humanidad. Pero cuando dicho conocimiento es de dominio público
perjudica a la humanidad, porque el ego hace mal uso de éste, en
detrimento de la persona y de su entorno. El mal se vuelve en contra
y termina por destruir el ambiente, provocando la fabricación de
armamentos y otro tipo de cosas innecesarias.

Comprendemos ahora que a través de la ciencia, el conocimiento


y nuestras enormes capacidades, nos hemos hecho de una gran
abundancia que usamos para destruir y echar a perder. Nos
encontramos en medio de una crisis total que afecta cada aspecto de
nuestra existencia y a todo nivel de población. Incluso la ciencia se halla
en crisis. La educación, la familia, las relaciones humanas, las relaciones
entre parejas y entre familiares e hijos, el sistema de salud, la cultura y
los medios, todos están en crisis. Existe un cisma entre lo que debería
haber sido y lo que es.

Hemos hecho uso indebido de nuestras capacidades a lo largo de


generaciones. Después de milenios de evolución hemos llegado a
un punto en que las personas emplean la ciencia para apoyar diversas
formas de dominio sobre la gente, para desarrollar armamento y
medicamentos innecesarios que comercian obteniendo grandes
ganancias. En nuestros días, la ciencia está al servicio del hombre en
áreas que éste no necesita y los científicos venden sus inventos al mejor
postor. El científico honesto ama la ciencia y adquiere conocimientos
por amor y no para venderlos.

Sin embargo, ya reconocemos hasta cierto punto, el mal que existe


en nuestro desarrollo. Parece que aún es tiempo de desarrollarnos en

190
Según las leyes de la Naturaleza

forma positiva. Causamos algún daño, rectificamos y rápidamente


retornamos al buen camino. Después causamos más daño para volver
al bien. Lo único que necesitamos es activar nuestro sentido para
reconocer el mal, para admitir nuestros errores y corregirlos enseguida,
sin sumergirnos en el mal. Sería como un pequeño a quien se le entrega
un juguete para que pueda desmantelarlo y luego lo pueda arreglar
para usarlo correctamente. Así es como funcionamos.

Todo lo que necesitamos cambiar es nuestro enfoque y entender que


nuestras vidas están construidas de tal forma que el mal es obligatorio.
En primer lugar debemos reconocer que el ego es malo y elevar
nuestra capacidad del nivel animal al nivel humano, capacidad por la
cual se nos da el nombre de “hablantes”, “humanos”. Si empleamos
estas características correctamente, examinando lo que es correcto e
incorrecto, a través de este escrutinio podemos pasar del mal hacia el
bien. Comprobaremos que el progreso ocurre por medio de la acción
de dos fuerzas antagónicas, como los sistemas en nuestros cuerpos
que trabajan mediante contracción y expansión, tal como el sistema
respiratorio o cardiovascular.

Es lo mismo que los sistemas de una maquinaria que opera


absorbiendo y expulsando, o la rueda de una bicicleta accionada por
dos fuerzas opuestas -una que avanza y otra que retrocede- causando
que avance hacia adelante.

De hecho, en toda evolución siempre existen dos fuerzas


contradictorias que trabajan en armonía y se complementan entre
ellas. Por lo tanto, no necesitamos renunciar a nada en nuestro mundo,
porque tuvimos que evolucionar así. Lo que nos hace falta es activar
nuestro sentido crítico para examinar las situaciones y hacer una crítica
constructiva de lo que hemos realizado. De esta forma aprenderemos
a avanzar mediante las correcciones necesarias. Cuando actuemos de
esta manera, todo el mal se convertirá en un medio para apoyar al bien.

De esta forma, estaremos usando tanto el mal como el bien para


avanzar y entonces ya no existirá ni el bien ni el mal, sino dos fuerzas

191
CONECTADOS

para auxiliarnos. Entenderemos que nuestra naturaleza egoísta es


buena, que por medio de ella en realidad habremos desarrollado
nuestra habilidad para analizar y corregirnos.

Por consiguiente, es necesario admitir que nuestro desarrollo fue


favorable y bueno y que la sabiduría que hemos recibido frente al
ego destructor (estas dos fuerzas dentro de nosotros) nos ayudará a
avanzar. Si trabajamos de esta forma, podemos entender que nuestro
libre albedrío se encuentra justo entre estas dos fuerzas. Por un lado,
tenemos la fuerza en apariencia mala, y por el otro, el intelecto, la
fuerza buena que nos asiste ya que los humanos valoran y respetan la
sabiduría.

En medio de nuestro aspecto malo y el intelecto sabio podemos


descubrir el camino correcto y positivo. Es un camino bueno para
la Naturaleza, para nosotros y para el inerte, vegetal y animado.
Así conseguiremos la armonía con todas las formas de vida y con la
Naturaleza en su totalidad.

En última instancia, el sufrimiento por el que atravesamos es en


realidad una invitación para activar nuestro libre albedrío y usar
correctamente el equilibrio entre las dos fuerzas a nuestra disposición.
No cabe duda que todo el mundo necesita entender y usar la gran fuerza
del intelecto de esta manera, con el fin de poner rienda a nuestro ego y
usarlo correctamente, no destruirlo.

Existen diversas técnicas y creencias que sostienen que el ego es malo


y que debe ser neutralizado. Necesitamos comprender que no existe
algo que sea “malo” en la Naturaleza. Sólo existe la capacidad para
usar la Naturaleza positivamente. Si no hacemos uso de ella en forma
positiva, se convierte en negativa. Por consiguiente, lo que necesitamos
aprender es cómo usar nuestro intelecto.

Necesitamos desarrollar la técnica y el método, el programa para usar


el bien y el mal en forma adecuada, para crear una vida buena con los dos
elementos. No necesitamos considerar lo que tenemos actualmente,

192
Según las leyes de la Naturaleza

como se dice, “no le muestres a un necio el trabajo a medio terminar”.


En otras palabras, no actuemos como necios juzgando el proceso
durante su desarrollo para quejarnos. Más bien, es preciso examinarlo
a la luz de la meta y comprender que cada etapa es justa y que estamos
avanzando hacia la meta correcta, que se encuentre a la vuelta de la
esquina, que nos aproximamos a ella con cada paso, acercándonos a
una vida corregida y a un buen futuro.

No podemos maltratar, exigir, quejarnos, criticar, irrespetar o


despreciar a la Naturaleza, a nosotros mismos o a los demás. Es
menester comprender que todos estamos atravesando por las mismas
etapas, el mismo proceso y debemos ayudarnos mutuamente. Esto es
lo que requieren las personas perdidas en el desierto. No llegarán al
oasis sin la ayuda de los demás. Esa corrección y ayuda mutua son la
clave que nos conducirá hacia la buena meta.

Para establecer la ayuda mutual y a través de ésta alcanzar la meta,


en primer lugar es preciso entender cómo estamos hechos y que en
cada uno de nosotros existen tres tipos de deseos: el primero se refiere
a los deseos físicos, que denominamos “animados” porque también se
encuentran en los animales, que siguen estos deseos instintivamente.
Son los deseos de conservarnos en el mejor estado posible, limpios,
sanos, bien alimentados, descansados y cuidar de que el cuerpo reciba
lo necesario.

El segundo tipo de deseos se refiere a los deseos egoístas, a través de


los que nos desarrollamos por encima del nivel animado. Los humanos
también sienten deseos de dominio, codicia, honores, y con ellos
quieren ser superiores a los otros. Estos deseos pertenecen sólo a la
especie humana; los animales carecen de ellos. Pueden devorarse entre
ellos, pero no es porque quieran dañarse, mandar o gobernar; actúan
así únicamente para alimentarse.

El león que caza a una cebra no lo hace con el deliberado propósito


de dañarla; sencillamente sigue las instrucciones de la Naturaleza. No
existe animosidad entre las especies; así es como trabaja la Naturaleza.

193
CONECTADOS

Nosotros también tenemos este comportamiento. No odiamos a las


vacas, los pollos o el pescado que consumimos. Sencillamente los
comemos porque tenemos que hacerlo, e intentamos que el proceso
sea lo más humano posible.

Es únicamente hacia los seres humanos que enfocamos nuestro


ego. Nos fijamos en el césped del vecino, en su auto, en sus hijos, su
sueldo, etc., y medimos nuestro desempeño en la vida comparándonos
con él. Existen estadísticas que prueban que un individuo sería más
feliz si ganara $50,000 al año por encima del promedio salarial en su
comunidad, que $100,000 al año por debajo del promedio de ingresos
de sus vecinos.

Nos valoramos en comparación con los demás. Esto es, no apreciamos


las cosas en relación a nosotros mismos, sino en relación a los demás.
A este tipo de deseos los denominamos “deseos humanos” porque los
animales no los tienen. A ellos no les importa lo que los otros animales
poseen, sólo necesitan saciarse. Los deseos humanos, sin embargo, son
todos malos.

Un tercer tipo de deseos -exclusivamente humanos- se encuentra


por encima de los dos anteriores. Se refiere al deseo de conocimiento,
de sabiduría. Es el deseo de saber por qué estoy vivo, cómo funciona
la Naturaleza, lo que sucede a mi alrededor y la conexión entre los
objetos. En otras palabras, es el amor por la sabiduría de la Naturaleza,
por el conocimiento y el estudio de ella.

Nos encontramos en una burbuja denominada “Naturaleza” y


recibimos todo de ella. Estamos, por así decirlo, dentro de una esfera,
removiendo capa tras capa. Al examinar cada una de ellas, descubrimos
sus leyes, les damos el nombre de “ciencia”. En el futuro revelaremos
otras leyes que ya existen hoy en día, pero aún no tenemos la sabiduría
para percibirlas. Entre más estudiemos, descubriremos más leyes que
existen en la Naturaleza.

194
Según las leyes de la Naturaleza

Resulta que en todas las personas se combinan estos tres tipos de


deseos: el deseo animado, el humano y el deseo de conocimiento. Lo
que cambia de un individuo a otro es la mezcla de los mismos. Uno
puede tener deseos de conocimiento, otro querrá ser superior a los
otros en riqueza y en posición social, y el tercero se conformará con el
fútbol y una cerveza en su sillón. Todos están hechos en forma distinta y
no hay nada ni bueno ni malo en ello; cada uno tiene sus características.
Los tres tipos de deseo existen en todos, pero cada persona se inclina
hacia uno de ellos más que hacia los otros. Cada persona encuentra su
lugar en el ambiente siguiendo sus deseos y progresa en función de
esto.

El deseo preponderante corresponde a las necesidades corporales. La


prueba es que son pocos los que quieren alcanzar poder y dominio y
situarse en la cima de la sociedad humana. En otras palabras, si estoy
inmerso en mis deseos físicos, uso lo que me rodea para satisfacer mis
necesidades físicas. Si mis deseos pertenecen al nivel humano entonces
quiero ser superior a los demás, dominarlos, ser más fuerte, inteligente
y exitoso.

Si me inclino por la ciencia, quiero situarme por encima de los deseos


animados, así como por encima de los deseos humanos. Se trata del
deseo de comprender, conectarse a la Naturaleza y saber por qué las
cosas están construidas de tal forma. Quiero aprender filosofía y ciencia
y no me interesa si tengo menos posesiones que los demás. Puedo
comer poco y casi si me mantengo en contacto con otras personas, pero
es importante conectarme con lo que está más allá, con la causalidad
del universo.

La sociedad humana está conformada por toda clase de personas, y


cada una encuentra su propio camino, forma una familia, un ambiente,
y una sociedad siguiendo sus propios deseos.

Las personas inteligentes, que usan la ciencia apropiadamente


conocen la Naturaleza y saben que sigue un proceso y tiene proyecto.
Aún no conocemos las reglas del proceso, pero sabemos que existe.

195
CONECTADOS

Aún no estamos seguros hacia dónde se dirige y sólo podemos adivinar


que el proceso nos lleva hacia el equilibro.

El equilibrio en la Naturaleza puede expresarse en la temperatura,


el viento, las tormentas y las erupciones volcánicas. Todo sucede con
el fin de alcanzar equilibrio. La Naturaleza actúa para equilibrarse y el
hombre -como parte de ella- también debe equilibrarse.

Debido a que existen fuerzas malas y buenas dentro de nosotros, para


prevenir que causaran caos, nos fue entregada la ciencia. A través del
conocimiento que hemos adquirido podemos lograr el equilibrio entre
estas fuerzas que tenemos. Podemos usar la fuerza buena y mala del
intelecto para equilibrarlos y progresar en armonía.

Debemos equilibrar la fuerza del intelecto con nuestra fuerza mala


interna. El ser humano tiene deseos en el nivel inerte, es decir, en los
elementos de los que está hecho mi cuerpo. También tengo deseos en
el nivel vegetal, las partes de mi organismo que crecen, como el cabello,
las uñas y los huesos. También tengo deseos del nivel animal que son
el resto de las partes de mi organismo. Tengo el intelecto, que es un
deseo por encima del nivel animado y fuerza del mal, que es el ego.
Estas partes son las que nos componen.

No hay nada que corregir en los deseos de los niveles inerte, vegetal
y animal. El problema se encuentra en las relaciones entre nosotros. Es
allí que se corrompe nuestra existencia, ya que tenemos una naturaleza
que es mala, el ego, aunque tenemos la tendencia de decirnos a nosotros
mismos que no somos malos. Son los otros los malos, la humanidad es
mala, o la Naturaleza es mala, pero yo en lo personal, en absoluto.

El individuo no debe ocuparse simplemente en su progreso personal,


porque el nivel animal sólo debe alcanzar un consumo equilibrado. Más
bien, todas las personas deben aspirar a alcanzar el equilibrio en el nivel
humano, es decir que todos sean iguales, como en una familia. Esta es
la situación a la que debemos aspirar para la sociedad humana, estar en

196
Según las leyes de la Naturaleza

el nivel humano de conocimiento. De esa forma, llegaremos al estado


de perfección, como una manzana madura.

Por lo tanto, tenemos una tarea muy importante que realizar. No


existe un reto más grande y digno que el que ahora enfrentamos, pero
por medio de este conocimiento, podremos realizarlo en beneficio de
toda la humanidad.

El hombre tiene un potencial inmenso, pero pudiendo usarlo para


mejorar su existencia, no lo está haciendo. Lo frena su naturaleza egoísta
porque quiere emplear todo su poder, su destreza y capacidad para ser
superior a los demás. En consecuencia, al competir con todos, cada uno
intenta subir pasando por encima de los demás. Esta inclinación al mal
no nos permite llevar la vida plena a la que tenemos derecho.

Hay otros discernimientos que debemos hacer con respecto a la


inclinación al bien y al mal. Por ejemplo, ¿cómo sería nuestra vida
dentro de la inclinación al bien? En ese contexto, todos tendríamos
que ser iguales. ¿Acaso sería posible ser como todos los demás? ¿Qué
podríamos disfrutar? Si todos fuéramos iguales y nadie más o menos
que los otros, entonces no tendríamos nada por qué vivir, no nos
sentiríamos vivos. Toda nuestra actividad tiene como propósito tener
más que los demás. Inconscientemente, nos comparamos todo el
tiempo con el prójimo y esta comparación es nuestra razón de vivir; nos
empuja a lograr lo que queremos. Lo comprobamos en el deporte y en
el trabajo. Tenemos que medirnos en relación con los otros; así es como
valoramos nuestras vidas.

Esto nos plantea algunas preguntas capitales: ¿qué podría


satisfacernos?, ¿la Naturaleza quiere convertirnos en robots?, ¿qué
quiere decir que todos estamos emparentados? Si todos pertenecemos
a la misma familia, esto significa que todos somos iguales, todos
tenemos la misma cantidad. Pero entonces sentiré que no tengo nada
por qué vivir. ¿Existe otra meta que no puedo percibir en mi estado
actual?

197
CONECTADOS

Una persona siempre quiere materializar su potencial. Para algunos


será la ciencia; para otro será escribir, o la fotografía, la educación. Pero
en última instancia, la persona quiere sobresalir. Esa necesidad es lo
que nos empuja a desarrollarnos. Si todos nos volvemos equilibrados
e iguales porque nos damos cuenta que estamos en crisis y es la única
forma de resolverla, ¿cómo llenaremos nuestra necesidad de sentirnos
superiores?

En el futuro, podremos trabajar durante dos horas al día para


aprovisionarnos. Pero si todos trabajamos dos horas al día y no más
que los otros, y si todos somos iguales y nos conformamos sólo con lo
necesario, ¿cómo podremos satisfacer nuestro deseo de descollar? Por
ahora, trabajamos al menos seis horas al día para ganar más que los
otros. Si nos liberamos de estas seis horas, podríamos perder la razón
con tanta libertad. ¿Acaso la Naturaleza lo planeó así?

Así es como descubrimos el otro lado de la Naturaleza, en el que


usamos el ego en forma contraria. Esto es, el ego constantemente
crece, pero no para ser superior a los demás. Más bien, es para que cada
uno de nosotros pase por encima de su ego para equilibrarse y ser igual
a los otros. De esta forma obtenemos satisfacción al estrechar nuestros
lazos con las otras personas, porque mientras más crecen nuestros
egos, más podremos dar a los demás y llegar a una mayor vinculación y
equilibrio. Disfrutaremos de estas fuertes conexiones con ellos.

Entre más nos conectemos con ellos a través de nuestros egos


corregidos, más disfrutaremos, porque tendremos un nuevo deseo del
cual obtener placer: el deseo colectivo, que hemos unido a nosotros
al conectarnos. La satisfacción que se derive de ese deseo se llama
“amor mutuo”. De esta forma, podemos lograr una plenitud superior
a la que tenemos hoy en día en que sólo actuamos para sobresalir. Por
consiguiente, solo el uso correcto de todos los elementos dentro de
nosotros nos permitirán alcanzar la abundancia.

El uso correcto de todos los elementos significa que en nuestro


interior, creamos un equilibrio entre el intelecto y la inclinación al

198
Según las leyes de la Naturaleza

mal, el ego. Usando nuestro intelecto y la ciencia, entendemos que no


tenemos elección -ya sea que usamos la ciencia y nuestra inclinación al
mal para fabricar armamentos o usamos el intelecto por encima de la
inclinación al mal y entonces “lo reformamos”- para conectarnos con los
otros positivamente. En ese caso, el intelecto gobernará la inclinación
al mal. Así es como alcanzamos la abundancia y una vida buena, segura,
dentro de la garantía mutua.

El equilibrio no compagina con el mal. Más bien, el equilibrio se


alcanza usando el mal para equilibrarlo con la sociedad humana, con
la Naturaleza. Cuando uso la inclinación al mal, la convierto en buena,
pero de cualquier forma uso el deseo en su totalidad.

Sin embargo, dentro de este mal, quiero lo opuesto: usarlo para


mejorar. Observamos que el crecimiento, el desarrollo correcto en
todas las formas de la Naturaleza, se lleva a cabo a través del equilibrio
entre dos fuerzas: la fuerza buena y la fuerza mala. La combinación de
ambas es lo que produce abundancia. ¿Entonces, cómo puedo equilibrar
la fuerza mala -mi ego- que está destruyendo mi vida? Necesito algo
que sea igual y este es mi intelecto. Por lo tanto, por encima los deseos
físicos y humanos, existe una ciencia mediante la cual puedo equilibrar
mi lado humano.

Cada persona posee una habilidad intelectual para hacer frente al


ego. Mi intelecto debe ser como el conductor del automóvil marca
“ego”, para que usando mi inteligencia conduzca mi ego en el camino
correcto. ¿Cuál sería el camino correcto? Es un estado en donde todos
nosotros somos iguales, estamos conectados, somos familia.

El intelecto puede llevarme al estado de “humano”, operando con


mi intelecto en lugar de a través de la irrupción de mi ego. Cuando
el ego estalla y se usa el intelecto se puede llegar a todo tipo de
descubrimientos creativos, como la bomba atómica. Como ya lo
mencionamos, Aristóteles y Platón determinaron que el conocimiento
es sólo para los que quieren controlar sus inclinaciones.

199
CONECTADOS

Debido a que no atendimos sus advertencias, la situación actual es


desastrosa. Hasta ahora, hemos seguido al ego y lo hemos apoyado
con toda nuestra sapiencia. Ahora debemos reflexionar y comenzar a
desarrollarnos en sentido contrario, por medio de la razón. Debemos
reconocer lo que está mal, como un hombre sabio que contempla el
futuro. Veremos a dónde queremos llegar, decidir la naturaleza del
buen estado que debemos fijarnos como nuestra meta y luego avanzar
hacia ella.

Cuando así sea, descubriremos que la inclinación al mal es “la ayuda


en contra de nosotros”. Tan sólo aparenta trabajar en contra de la meta,
si bien en realidad nos da la energía y el combustible que nos estimula
para desarrollarnos en la dirección positiva. Podemos convertir la
inclinación al mal en una buena inclinación a través de la ciencia y el
conocimiento y por medio de nuestro análisis de lo que es bueno y malo.

Por lo tanto, utilizar el ego apropiada o inapropiadamente es toda la


libertad de elección que tenemos.

En la Naturaleza no existe una fuerza mala o buena; depende de


cómo usemos cada fuerza. Por ejemplo, hace 100,000 años no éramos
sino un clan, viviendo en la sabana, compartiéndolo todo en armonía.
Nadie se sentía superior o inferior a los otros. Después el ego empezó a
desarrollarse y junto con éste, el intelecto se utilizó para servir al ego. Si
una persona tenía más éxito que los demás, tomaba más para sí misma
que los demás, se apartaba del clan, se construía una buena vivienda y
se casaba con muchas mujeres.

En otras palabras, a través de los impulsos egoístas que se despertaban,


algunos empezaron a pensar que eran superiores a los otros, y con su
intelecto y capacidades, los dominaron hasta el punto que los dejaban
sin alimentos. El “superior” los alimentaba y a cambio de la comida, los
convertía en esclavos. Los otros se alineaban con el fin de no morir de
hambre y pasaban a ser propiedad del amo. Después, el amo constituía
un ejército de esclavos, conquistaba los territorios adyacentes y se
proclamaba rey.

200
Según las leyes de la Naturaleza

Incluso hoy, usamos el intelecto personal y el conocimiento para


tomar el control de algunas situaciones y manipular a la gente para
superarla. Esto es lo que hace todo el mundo, cuando puede. Hasta las
personas que fueron víctimas alguna vez del sistema se han convertido
en expertos en sus profesiones y han progresado. Todos avanzan
y después otros avanzan más que ellos. Así es como la sociedad
evoluciona.

En otras palabras, todos usan su intelecto para obtener sus deseos, ya


sea para dominar a los otros y superarlos. El intelecto es el sirviente del
ego y el ego es el patrón.

Así fue hasta la llegada de Platón y Aristóteles. En esa época, el


intelecto y la ciencia empezaron a desarrollarse más intensamente. Fue
un período de tiempo muy particular durante el cual las matemáticas y
la geometría se desarrollaron.

Entonces se suscitó un problema. Para observar las estrellas, los


científicos necesitaban telescopios que eran muy costosos. ¿De dónde
podría el científico obtener el dinero? Necesitaban el financiamiento de
los hombres acaudalados, pero los científicos no tenían otra cosa que
vender más que sus conocimientos, así es que lo hicieron, para construir
telescopios y otros equipos. Como resultado entró la corrupción en la
ciencia.

Si los científicos construían telescopios, los poderosos lo comprobaban


para vigilar a sus enemigos cuando se aproximaban. Con esta habilidad
de vigilarlos se propició la capacidad de derrotarlos porque ahora el
potentado tenía una ventaja: podía ver al enemigo antes de que el
enemigo lo viera a él. Este es tan sólo un ejemplo de cómo la sabiduría
científica fue usada para propósitos egoístas.

En otras palabras, la ciencia se puso al servicio de la inclinación al mal


del hombre, sirviéndole como fuera necesario. Después, los gobernantes
se apoderaron de los científicos, conservándolos bajo su dominio y
amenazaron con matarlos si no les entregaban sus conocimientos.

201
CONECTADOS

En otras instancias, los científicos instituyeron universidades y


enseñaron. Así es como la ciencia empezó a servir al hombre en todos
los aspectos posibles. Somos testigos que hasta el día de hoy, la mayoría
de las ciencias, el conocimiento y el dinero se invirtió en la ciencia para
desarrollar las armas y la defensa.

Pero con la educación integral debe suceder todo lo contrario: la ciencia


debe encausar el mal hacia el bien. A través de nuestro intelecto, hemos
llegado hasta un punto en que no necesitamos trabajar tantas horas
al día para nuestro sustento. En efecto la crisis misma está causando
que esto suceda, haciéndonos el “favor” de crear el desempleo. Ahora
necesitamos hacer examen de consciencia y juzgar nuestra naturaleza
y nuestro modo de vida. Necesitamos entender cómo usamos nuestro
ego negativamente e intentar revertir su uso positivamente.

Existe un dicho que dice: “sabio es quien observa el futuro”. Esto es, el
sabio ve por anticipado el resultado y por lo tanto evita el sufrimiento.
Una persona sabia está consciente de los otros y sabe que vale la pena
beneficiarlos. Desarrollamos la ciencia para remediar las enfermedades
mortales. La pregunta sería: ¿cómo podemos imaginar el proceso de
tal forma que nos revele que de continuar por este camino, vamos a
nuestra perdición?

En efecto, ¿cómo podemos reformarnos?, ¿qué medicina debemos


recetarnos para vivir pacíficamente?

Esta misma ciencia, el mismo desarrollo, debería ahora hacernos


entender, percibir todo lo que nos sucede y la dirección en la que nos
estamos desarrollando. La ciencia nos lo debería revelar de manera
que sea comprensible y se pueda dar a conocer a la opinión pública con
tal fuerza que nadie quiera usar la inclinación al mal en contra de los
otros. En lugar de eso tendremos claro que beneficiar a los demás es
beneficiarnos nosotros mismos.

Cuando sienta que otra persona quiere mi bienestar, veré la forma de


comprarlo, qué puedo dar para lograr que la actitud del otro me sea

202
Según las leyes de la Naturaleza

favorable. De este modo logro convertirla en una buena persona que


no desea dañarme; evito que nuestras relaciones se deterioren al punto
que se instale la indiferencia, el odio y la repulsión entre nosotros. No
llegaremos al grado en que evitemos vivir juntos, formar una familia,
tener hijos, tal es el futuro al que nos estamos dirigiendo.

Antaño vivimos en familia, en nuestra casa con los hermanos y


hermanas, parientes y abuelos y todo estaba bien. Hoy no queremos a
nadie cerca de nosotros. Las personas a duras penas se toleran y hasta
se drogan para no sentir todas sus emociones. Nos movemos en una
dirección muy clara. Con toda la violencia, las violaciones y la agresión
de hoy en día, pronto no será posible salir de la casa y sentirnos seguros.

Los chicos tienen miedo de ir a la escuela por la mañana porque hay


agresores escolares y traficantes de drogas, pero no tienen opción,
tienen que presentarse allí. Si esto continúa sentirán que están
rodeados por un mundo hostil. Este no es el lugar en el que quieren vivir,
por lo que necesitamos arreglar el mundo ahora mismo.

Cada uno de nosotros debe determinar cómo usar cada fuerza en la


Naturaleza. El deseo de tener más que los otros no es negativo en sí
mismo; es negativo sólo si queremos oprimir a los otros.

Existen dos posibles estados: puedo mirar a otra persona y no sentir


envidia, sino más bien aprender de sus cualidades; esta es una buena
envidia. Pero si miro al otro y pienso, “¿por qué necesito trabajar tan
duro para tener lo que él tiene? Sería mejor si él no tuviera nada;
destruiré lo que tiene, no tendré nada que envidiar y me sentiré mejor”.

Entonces todo el tema consiste en cómo usar cada deseo o inclinación.


La inclinación misma no es ni buena ni mala, al igual que la envidia.
Existe la buena envidia y existe la mala envidia. La buena envidia me
promueve porque quiero crecer. La envidia mala me motiva a destruir
al otro. Con la buena envidia desearé que todos sean ricos para que yo
tenga algo a que aspirar; con la mala envidia querré que todos sean tan
pobres como yo.

203
CONECTADOS

La prueba es sencilla: ¿quiero la amistad de los otros o dañarlos?


También existe un estado intermedio. Si no estoy a favor del otro o en
su contra, sino sólo a favor de mí mismo, no desear mal al otro sería al
menos un progreso.

Sin embargo, observar a mi prójimo y querer lo que él tiene no me


lleva al equilibrio con la humanidad o la Naturaleza. A la larga, durante
el proceso evolutivo, la Naturaleza no nos pide que aprendamos unos
de otros y que estemos constantemente inmersos en la competitividad.
Más bien, requiere que aspiremos a una vida material equilibrada,
decente, y además evolucionemos como humanos con conexiones
mutuas. De esta forma, todos encontrarán su satisfacción a través de
las conexiones con los otros. Debemos llenarnos con amor, no con
juguetes lujosos, costosos, innovadores; estamos en crisis porque no
estamos cumpliendo con estos requisitos.

Últimamente, sentimos que no tenemos hacia dónde evolucionar.


Estamos cansados de observar a los otros; ya no nos proporciona placer.
La economía y tecnología son incapaces de seguir el paso. La Tierra no
tiene los suficientes recursos para sostener esta competencia sin fin. Por
lo tanto, deducimos que el plan de la Naturaleza no es desarrollarnos
hacia una aparente felicidad. El proceso que estamos viviendo indica
que debemos reconocer que no queda otro camino.

Si una persona ve un auto en la acera del vecino, esto no sería ni


bueno, ni malo. Sin embargo se podría volver muy malo si se trata de
una persona que estaba contenta de conducir una carreta tirada por un
caballo, y ahora descubre que su vecino tiene un auto nuevo. El carretero
se sentirá miserable y despojado. Sabe que tendrá que trabajar duro
para comprar un auto. La situación provoca pensamientos de envidia
y venganza. El problema no radica en nuestra autoestima en relación
con los otros. Más bien, es la Naturaleza que no nos permite continuar
compitiendo.

Estoy completamente a favor de la competencia que nos brinda


felicidad, en la que quiero otorgar a la sociedad tanto como tú. Esta es

204
Según las leyes de la Naturaleza

una competencia constructiva, en equilibrio con la Naturaleza, con la


misma meta. Cuando veo al otro y aprendo del otro, lo hago a través de
la envidia. La otra persona es grande y yo soy pequeño: el otro triunfa
y yo no.

¿Qué es lo que me da envidia? Si siento envidia de aquello que propicia


el equilibrio, paz para mí y para el mundo, que nos promueve hacia este
equilibrio que me convertirá en una manzana madura, es envidia buena
y competencia buena. Necesitamos alentarla, recompensarla con
premios y presentarla a los medios para inspirar con el buen ejemplo.
Pero si con la competitividad no avanzamos positivamente, sino que
nos metemos en problemas y dificultades, apartándonos de la meta, se
trata de envidia mala y competitividad mala. Todo se mide en relación a
la meta final porque no tenemos otra elección más que llegar al mismo
modelo equilibrado que vemos en la Naturaleza. Al contemplar el
equilibrio y la armonía en la Naturaleza, entendemos cómo debemos
ser y las razones de todo lo que nos sucede.

La competitividad está enraizada en nuestro ser. El hombre es un


ser social y por lo tanto es competitivo. La competencia no es una
inclinación ni buena ni mala; depende de la persona que la usa. Se ha
dicho, “la envidia, la codicia y el honor es lo que conducen al mundo”.
Si quiero avanzar desde mi estado actual y ser útil al ambiente, a mí
mismo y al mundo, necesito usar la envidia, la codicia y el honor de tal
forma que mi intelecto me diga cómo usarlos correctamente.

Podemos usar nuestras inclinaciones en forma positiva o negativa. Mi


intelecto necesita dirigirme hacia un uso positivo. Para eso se nos dio el
intelecto. Un ejemplo de buena competencia es cuando dos personas
van a un gimnasio juntas. Se alientan una a la otra, porque envidian la
apariencia de la otra y se esfuerzan. A esto se le considera una buena
envidia. Es posible que a una de ellas le gustara que la otra no estuviera
en forma y no tuviera buen cuerpo pero al fin y al cabo no se puede decir
que el proceso sea malo, a pesar de que la competencia está involucrada
en ello.

205
CONECTADOS

Cuando uno se compara con el otro, esto es competencia. Sin


embargo, también existe competencia con miras al desarrollo. A
pesar de que está movida por el ego, la envidia, la codicia y el honor
nos apremian a mejorar porque aumentan nuestro deseo de ser como
el otro. En este caso la competencia está dirigida al desarrollo. Pero
puedo estar en una competencia que me hace sentir mal al mirar a la
otra persona porque no lograré lo que el otro. No quiero ver este tipo de
ejemplo porque no me favorece; va en detrimento mío.

La buena competitividad es la que nos engrandece a ambos, en la


que estamos unidos y no podemos salir adelante sin el otro. Digamos
que dos personas inician juntas un negocio. Una aporta el dinero y la
otra el conocimiento. Sin el inversionista, el que tiene la técnica no
podría triunfar, por lo que es bueno que trabajen en colaboración. Sin
embargo, la asociación puede ser una fuente de envidia e incluso de
odio. En otras palabras, en muchos casos puede existir el pensamiento,
“sería increíble si no estuvieras tú”, incluso si los asociados dependen
uno del otro.

Sólo existe una clase de competencia en la que ambos son


dependientes, pero no son opuestos uno al otro, una competencia
para volverse uno. Es una competencia en la que medimos qué tanto
nos amamos, cuando no existe nada entre nosotros que compramos
o fabricamos. Los dos queremos el mismo resultado y por lo tanto no
estamos divididos. Ninguno aspira a ser superior al otro. Sólo existe
uno y eso proviene de fusionarnos uno en el otro, de entrelazar todas
las cualidades con las que nos complementamos. Ninguno puede estar
solo o adquirir la sensación de complementarse de algún modo excepto
a través del amor mutuo, o al menos la garantía mutua como una
preparación para el amor mutuo.

Cualquier otra solución que no nos conduzca a integrarnos como uno,


como resultado de la garantía mutua, a la larga conducirá a que el ego
haga su aparición entre nosotros y nos separe. La competencia que nos
convierte en uno solo es la única solución. Según este enfoque, cuando
nos comprometemos en vincularnos para revelar el amor, incluso si

206
Según las leyes de la Naturaleza

estamos compitiendo y aún si sentimos envidia, codicia y honor -es


decir odio y amor- todo se complementa. El amor es el resultado de la
unión misma. Para ello, todos necesitamos corregirnos en relación a la
conexión con los otros. Luego de esto, aparecerá el amor en la unión
entre nosotros.

Tenemos mucho trabajo que hacer con el intelecto. Estamos


equilibrando nuestras vidas corporales en una sola línea, en la que todos
reciben lo que el cuerpo necesita para su sustento y más allá de esto,
en el nivel humano, estamos arreglando el mal que existe en nuestro
interior. Por encima de ese grado -en el grado superior en nosotros-
desarrollamos toda nuestra ciencia, conocimiento e intelecto con el fin
de proveer nuestras necesidades físicas y convertir la inclinación al mal,
que constantemente aparece en nosotros, en una inclinación al bien
con la ayuda de la ciencia, hasta que alcancemos el amor.

Resumiendo, no hay nada que corregir en los deseos de los niveles


inerte, vegetal y animal. El problema se halla en nuestras relaciones con
los otros. Es en este contexto en que corrompo mi vida porque tengo
una naturaleza mala llamada ego. Todos estamos de acuerdo en esto.
Por lo tanto, la corrección de esta inclinación al mal es el destino del
Hombre. Tenemos mucho trabajo que hacer para corregir la inclinación
al mal, aunque puede parecernos sencillo. Se nos entregó la vida y
hemos evolucionado ya que tenemos que proveer nuestras necesidades
físicas sólo durante una pequeña parte del día. Debemos dedicar la
porción del león de nuestro tiempo para corregir la inclinación al mal y
llegar a la inclinación al bien. Al hacerlo, descubriremos la perfección de
la Naturaleza.

207
CONECTADOS

208
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 11:
Del amor por el hombre al amor por la Naturaleza

¿Cómo subir al nivel del ser hablante?

El hombre es la única criatura que se transforma durante su vida y


constantemente se desarrolla. Este proceso por el que atraviesan
los humanos es imperativo porque el ego continúa creciendo de
generación en generación. Lo vemos en nosotros mismos así como en
nuestros semejantes. Cada generación es diferente a la anterior. Todo
cambia, la cultura, las estructuras políticas, la educación, el carácter, las
relaciones humanas en general y las relaciones familiares en particular.
A diferencia de los humanos, los animales, mantienen su paso, su estilo
y el mismo marco de desarrollo todo el tiempo.

Poco después del nacimiento, el animal está en condiciones de


satisfacer sus necesidades de supervivencia. A corto plazo aprende a
cuidar de sí mismo. Por el contrario, el proceso de aprendizaje del ser
humano le lleva un buen número de años e implica absorber información

209
CONECTADOS

del entorno. Sólo pasado este período de tiempo el individuo aprende


a ser independiente.

Durante nuestra vida, aprendemos, nos desarrollamos, cambiamos y


somos afectados por nuestros deseos diversos. Nos vemos atraídos por
algún tema y después por otro. En el transcurso de nuestra existencia,
cambiamos de profesión, de familia, de lugar de residencia y áreas de
interés. Los humanos nos comportamos en forma impredecible porque
constantemente surgen nuevos deseos en nuestro interior. No sabemos
lo que ocurrirá en el minuto que sigue, mucho menos dentro de algunos
años.

En nuestro interior también se encuentra el nivel animal. Con este


nivel básico atendemos nuestro cuerpo dándole comida, sexo y una
familia; nos relacionamos con él como lo haría un animal, de manera
equilibrada y racional. A pesar de esto, las numerosas atenciones que
le damos son redundantes: algunas son buenas, pero si exageramos
se vuelven perjudiciales. En épocas anteriores, los médicos insistían
en que consumir grandes porciones de alimentos suculentos era más
perjudicial que consumir pequeñas cantidades de comestibles dañinos.

Por lo tanto, en el nivel físico, para sostener a la familia y a la


sociedad, necesitamos equilibrar nuestro consumo. Conforme lo
dicho anteriormente, un nivel razonable de consumo no significa que
debemos limitarnos al punto de llegar a sufrir y quejarnos por ello. Más
bien se trata de encontrar los límites saludables y correctos.

Pero, a diferencia de los animales, también tenemos el grado de


hablantes que es superior al de éstos. Debemos liberar el tiempo que
nos queda luego de haber cubierto nuestras necesidades básicas para
dedicarnos a construirnos como humanos. Necesitamos desarrollar
esta parte de nosotros que está por encima del nivel animal.

En cierto sentido, pertenecemos a ambos mundos, el reino animal, y


el reino humano que denominamos el grado del hablante. Este último
crece dentro de nosotros conectándonos con los demás. Tenemos

210
Según las leyes de la Naturaleza

mucho trabajo delante de nosotros en lo que se refiere a nuestras


conexiones con los otros. De hecho, necesitamos crear de esta persona
que somos ahora un ser humano que aún no ha nacido. Y sin embargo,
sólo tenemos una cosa que hacer para lograr este cometido: corregirnos.

Nacemos en el nivel animal como un organismo vivo que sale de


su madre, pesando alrededor de tres kilos. Cuando nos ocupamos de
un bebé, lo primero que hacemos es atender sus necesidades físicas,
dándole de comer y beber lo suficiente para que esté sano. Tratamos al
bebé como un organismo vivo. Después, a medida que crece observamos
sus reacciones a los ruidos y sonidos, a la luz y a la oscuridad. Empieza
moviendo su cuerpo involuntariamente, pero después lo hace en forma
voluntaria. Les compramos juguetes que los ayudan a desarrollarse. Si
no interviniéramos en este proceso como seres humanos, ofreciéndoles
todos estos elementos, no crecerían como humanos, sino como
animales. El ser humano que llevamos dentro se desarrolla sólo a través
de la educación que recibe.

El problema radica en que nuestra educación es completamente


egoísta, incitándonos a explotar al mundo. Entendemos que para estar
a salvo, es mejor no lastimar a los demás, no tomar lo que es suyo y
ser indulgentes. De esta forma seremos bien tratados. Enseñamos a
nuestros hijos que si son amables, los demás actuarán de igual forma.
Es por esta razón que, como parte de la educación, enseñamos a
nuestros hijos a estar en buenos términos con todos para no despertar
hostilidades. Cuando lo entendemos, los educamos en consecuencia.

Sin embargo, nuestros egos reciben la influencia de los medios,


la Internet, la televisión y el medio ambiente en general, que nos
bombardean con malos ejemplos. A pesar de no quererlo, nos
afectan en contra de nuestra voluntad y les enseñan a nuestros hijos a
aprovecharse de los demás para sobrevivir en el mundo. Los enviamos
a tomar clases de artes marciales o leyes para que sepan cómo
protegerse. No obstante, vemos que a pesar de nuestra evolución de
generación en generación y en nuestras vidas, seguimos llevándonos

211
CONECTADOS

mal entre nosotros. Cada uno construye su propia felicidad, riqueza,


alegría y éxito en la vida, aún en mínimo grado, dañando a los demás.

Por consiguiente, debido a nuestro desarrollo a través de las


generaciones hemos llegado a un estado de crisis. Poseemos armas de
destrucción masiva, hemos agotado los recursos del planeta, afectamos
a la Naturaleza, a la ecología y al clima; estamos destruyendo a la
sociedad humana y a nosotros mismos. Incluso el espacio exterior
cercano a la Tierra está lleno de basura espacial y satélites obsoletos.
Pero por encima de todo, no estamos satisfechos con nuestra vida. Un
sentimiento de desesperación recorre el mundo; existe una crisis aguda
en la educación y en los sistemas de aprendizaje que se agrega a los
otros importantes problemas que ya hemos mencionado.

En suma, nos enfrentamos al hecho de que no tenemos otra opción


más que cambiar. Dicho de otra forma, todo nuestro trabajo -individual,
colectivo, social y global- debería enfocarse en reeducarnos.Transformar
nuestras relaciones actuales basadas en el odio, la repulsión, el
orgullo, la envidia, el honor y el dominio, por relaciones basadas en
la consideración, la garantía mutua y el amor. No son sólo bonitas
palabras, no tenemos otra opción, a eso nos empuja la Naturaleza y
nuestro desarrollo: a establecer buenas relaciones.

Nuestros padres nos enseñaron a ser amables, respetuosos y


considerados para tener muchos amigos. Nos explicaron que había que
buscar a algunas personas y huir de otras para que pudiéramos elegir
un buen ambiente. De la misma forma debemos reeducarnos, porque
la situación actual amenaza nuestras vidas. Por consiguiente la única
corrección que debemos hacer es reconstruirnos como seres humanos.
Necesitamos dar a nuestros cuerpos lo necesariamente racional y
equilibrado para dedicarnos a desarrollar -por encima de la existencia
física, por encima de nuestro nivel animal- al ser humano, al nivel
hablante que llevamos dentro.

En el siglo pasado, nos ocupamos del desarrollo de las relaciones


internacionales, el comercio, la cultura y el turismo. La gente viaja de

212
Según las leyes de la Naturaleza

un país a otro por placer, sin embargo se encuentra con situaciones


desagradables; si queremos continuar nuestro desarrollo, debemos
unirnos.

Por ejemplo, ¿por qué no crear un mercado común, no sólo en Europa,


sino mundial? Si bien nuestros egos nos están llevando a esto, sin
embargo, también nos impiden establecer las conexiones apropiadas
entre nosotros, de consideración y entendimiento mutuo.

En Europa, también, a pesar de la cercanía y la interdependencia


que se creó con el Mercado Común, las personas y los países tienen
conflictos. A pesar de que se disolvieron las fronteras, se unificó la
moneda, pero algo les impide seguir avanzando. Europa podría haberse
erigido como una súper potencia, igual a Estados Unidos, Rusia o China,
pero en lugar de esto, envejece y se debilita porque los estados de la
Unión Europea no se pueden unir en una única fuerza. No pueden pasar
por encima de sus debilidades, ni siquiera en beneficio propio, en virtud
de sus diferencias culturales, educativas, históricas, que los frena a
trascender las hostilidades del pasado.

¿Acaso es posible soslayar estas brechas? Será posible cuando sobre


nuestras cabezas se extienda una cubierta de amor. De no ser así, todo
permanecerá como hasta ahora. El método mediante el cual subimos
por encima de nuestro ego, deja intactas nuestras diferencias culturales,
educativas y hasta políticas.

Cada persona puede vivir dentro del marco de su cultura, educación


y religión, y tratar a los demás amistosamente. Por ejemplo, en
una familia cuyos integrantes ejercen diversas profesiones, doctor,
ingeniero, filósofo, todos saben que pertenecen a la misma familia y
se compaginan entre ellos. En otras palabras, como tienen diferentes
opiniones, comportamientos y modo de vida, si no existiera la fuerza
unificadora de la familia para conectarlos más allá de sus diferencias,
nunca lograrían permanecer juntos.

213
CONECTADOS

¿Podríamos recrear este mismo contexto para lograr una vida


buena, sin guerras y destrucción, para detener tsunamis, huracanes,
erupciones volcánicas y el colapso del sistema económico? Dicen
que una persona está dispuesta a darlo todo a cambio de su vida. Ya
nos encontramos en una situación que amenaza nuestras vidas y
necesitamos entender que tenemos un método más afín a nosotros que
cualquier otra ciencia. Cualquier método científico y nuestros intereses
en la vida son evaluados conforme a la forma en que mejoran nuestra
existencia. Si tenemos un método para vincularnos y salvarnos de la
auto-destrucción, ciertamente este método sería superior a cualquier
ciencia y deberíamos examinarlo con toda seriedad.

El método de la Educación Integral nos salvará de todas las


calamidades que padecemos. No solamente neutralizará los peligros
que acechan el camino de la humanidad, como las guerras, el colapso
económico y el hambre, sino que nos salvará del daño ayudándonos
a establecer una buena vida y haciéndonos sentir que vivimos en otro
nivel. A través de nuestras relaciones corregidas, descubriremos lo
que significa pertenecer al nivel “humano” o “hablante”; estaremos en
contacto con el reino más profundo de la Naturaleza, con la fuente que
opera el proceso entero de nuestra evolución, el pensamiento, la fuerza
más poderosa en la Naturaleza.

De esta forma desarrollamos una habilidad para percibir la


Naturaleza, su eternidad y su perfección. Cuando lo descubrimos nos
mezclamos, nos llenamos con el método que nos sostiene. Esto es lo
que la corrección integral nos aporta, el método de Educación Integral.

Es debido a esto que dicha sabiduría es superior a otras, va más allá


de las ciencias que la humanidad ha creado. Los resultados que produce
muestran que nada se le compara. Cuando entendemos la importancia
de la Educación Integral, naturalmente nos parecerá importantísimo
que forme parte de nosotros. Sin embargo, es vital transmitirla a todos
porque en la medida en que ejercemos una influencia en los demás y
ellos en nosotros, intercambiamos ejemplos de otorgamiento mutuo a
través de una estimulación y presión positivas, y así avanzamos.

214
Según las leyes de la Naturaleza

Por estos motivos es importante -no tan sólo aprender a tratarnos


amablemente- circular esta actitud positiva y dar buenos ejemplos. Al
igual que nuestros padres sirvieron de ejemplo sobre cómo relacionarnos
en la vida, así nosotros debemos ser un canal de educación para los
demás.

Nadie es superior o inferior en este sistema educativo. Más bien,


cada persona sencillamente aprende de la otra. Es por esto que
constantemente necesitamos ejercer nuestra responsabilidad dando
ejemplos no sólo a los niños sino a nuestros amigos e incluso a
personas mayores, o de un nivel social superior. Cada uno debe sentir
que es un guía para los otros y ese sentimiento nos debe dar una
sensación de responsabilidad al grado que nos apegaremos a nuestro
comportamiento porque el destino de la humanidad depende de
nuestras acciones con el otro.

No se trata de palabras bonitas; así es como funciona nuestra


naturaleza. Recibimos la influencia de los otros, nos guste o no, incluso
inconscientemente. Hasta si siento muy poco respeto por una persona,
de cualquier forma recibo su influencia.

Considerando que la Naturaleza exige que nos comportemos de esta


forma hacia nuestros semejantes, es menester tomar la Educación
Integral muy en serio y entender que la humanidad está esperando esta
educación. La gente requiere este tipo de educación y la recibirá gustosa
si la impartimos en forma discreta y cuidadosa, igual como recibimos
la educación de nuestros padres cuando fuimos niños. Estos recuerdos
perduran en todos; todos quieren ser tratados con amabilidad; todos lo
desean.

Necesitamos crecer de esta manera, al igual que necesitamos de


nuestros padres que nos trataron amorosamente cuando fuimos bebés,
porque incluso ahora no entendemos el mundo que nos rodea. Pero
como necesitamos construir un mundo grande y maravilloso, una vez
que hemos sentido el amor de nuestros padres, sentiremos el amor de
nuestros amigos, que también recibieron una crianza correcta; luego

215
CONECTADOS

sentiremos el amor en la escuela y de los compañeros en la universidad,


en el trabajo y en la sociedad en general.

En otras palabras, gradualmente pasamos a unas “manos” más


grandes: las de toda la humanidad. Constantemente experimentamos
consideración y amor, como cuando éramos niños. Continuamos
sintiéndolo a lo largo de nuestras vidas hasta comprender que la Ley
General del Amor es la ley superior de la Naturaleza. De esta forma,
percibimos la armonía que existe en el sistema entero.

Crear sistemas similares entre nosotros significa construir la envoltura


o ambiente correcto para educar a la gente. Cuando formamos personas
así, estamos construyendo sólo el nivel humano, el hablante, por encima
del nivel animal que prevalece ahora entre nosotros.

Por consiguiente, con una buena actitud, consideración, reciprocidad y


deseo de dar, mantenemos dos modelos de comportamiento: el correcto
hacia las personas en el nivel humano y un buen comportamiento en el
nivel de toda la Naturaleza, en relación a la ley general de la Naturaleza,
que opera bajo la premisa de dar recíprocamente y con amor. Fuera de
esta fuerza general, la Naturaleza construye el resto del proceso en el
que nos encontramos.

De esta forma, se nos alienta, se nos fortalece, y ganamos por


partida doble: viviendo en una buena sociedad humana, y actuando en
equilibrio con la Naturaleza. De vez en cuando podríamos equivocarnos
con una actitud fuera de contexto. Por ejemplo, si nos relacionamos
adecuadamente con la Naturaleza, como lo hace Greenpeace, que se
ocupa sólo de la Naturaleza y los animales, en realidad no ayudamos a
su preservación. Si no tenemos las relaciones humanas apropiadas, no
podemos preservar la Naturaleza. Las dos áreas son interdependientes.
Después de todo, cuando una persona se vuelve buena lo es en todos
los sentidos. Esta persona protegerá los niveles inerte, vegetal y
animal, usándolos sólo por necesidad y entonces la Naturaleza volverá
al equilibrio. Cada área que hemos afectado cobrará nueva vida y
reaparecerá, todo el mundo regresará a su equilibrio.

216
Según las leyes de la Naturaleza

Necesitamos tomar en cuenta tanto a la Naturaleza como a las


relaciones humanas, pero es preciso educar primero a los humanos.
Desde el amor por el hombre, llegaremos al amor por toda la Naturaleza.
Esa es la dirección a seguir. Incluso al relacionarnos con los humanos
debemos entender que a la larga tenemos que lograr el equilibrio con
la ley general de la Naturaleza, con el proceso general y con nuestra
evolución en su totalidad. Es un proceso y necesitamos amar a las
personas y después llegar al amor general que existe en la Naturaleza.

La corrección que requerimos por encima del nivel animal, en el


nivel del hablante, se realiza como un proceso en la parte humana del
individuo. No es la parte animal de mi cuerpo a pesar de que se ejecuta
a través del cuerpo porque es la herramienta que usamos para ese
efecto. La actitud, la conexión y las acciones hacia los otros -favorable o
desfavorablemente como antes- se suscitan por la reflexión, la palabra
y la acción.

Primero viene el “pensamiento”, que precede al “habla” y a la acción.


Esto es lo primero que debo esclarecer. Surge de un cálculo interior,
desde el yo y la influencia del ambiente, la sociedad y mis educadores.
Primero debemos plantearnos el pensamiento y después materializarlo
al hablar. Hablar es “sólo plática” a menos que se exprese como acción,
y entonces es válido.

“Hablar” significa que necesitamos convencernos nosotros mismos


-a través de una plática interior, ya que constantemente hablamos
con nosotros mismos y con los demás- cómo debemos cambiar y en
qué dirección. Necesitamos decidir cuánto queremos cambiar y hasta
qué punto llegaremos con este proceso de integrar en nosotros la
benevolencia y el amor que todo lo envuelve.

“Acción” significa que durante las horas que tengo libres para atender
mis necesidades corporales, estaré estudiando Educación Integral y
estaré promoviendo y activando mi actitud integral hacia los otros. Lo
anterior contribuirá a que todas las personas tengan un modo de vida
decente, estándar, por encina de la línea de pobreza. También ayudará

217
CONECTADOS

a una división justa, para que nadie esté desprovisto en relación con los
demás.

En otras palabras, primero viene el pensamiento, luego el habla y


finalmente la acción, enfocado hacia la creación de una sociedad nueva
y equilibrada en donde todos se encuentren en un nivel integral en un
sistema análogo y uniforme.

Con el pensamiento, avanzo por medio de la influencia del ambiente,


pues con insistencia quiero que me influya un ambiente fuerte y
unido. Después, organizo este pensamiento en mi interior y lo llevo
a cabo hablando y convenciendo a los otros, dándoles información.
Finalmente, llega la acción cuando activamente doy a los otros a través
de la educación, la enseñanza, y elevando las normas de vida de todo
el mundo al punto que nadie tiene hambre o carece de lo básico para
existir. En esto consiste básicamente nuestro trabajo.

De esta forma, alcanzaremos el equilibrio con la Naturaleza. Todo el


tiempo necesitamos resaltar que nuestra meta es lograr el equilibrio
entre nosotros y a través de este equilibrio equilibrar a toda la Naturaleza.
En el proceso, construiremos un sistema circular y completo.

Si lo hacemos habremos completado nuestro proceso evolutivo,


cuando toda la evolución desde el principio de la vida en este planeta
al fin alcance el equilibrio completo. Los científicos dicen que el mundo
como lo conocemos pronto llegará a su fin. Pero cuando decimos que se
va a terminar, no nos referimos a un final físico, sino al final de nuestra
evolución impulsada por el ego. Si conseguimos un equilibrio completo
en armonía con la Naturaleza, no tendremos mayor presión de ella y
viviremos en la perfección.

Es de esperar que al menos empecemos a sentir ese estado en nosotros


y transmitirlo a nuestros hijos y nietos. Está en nuestras manos.

Necesitamos comprender que este desarrollo, que incluye persuasión,


escrutinio y la corrección de nuestro egoísmo para volvernos altruistas

218
Según las leyes de la Naturaleza

considerados y llenos de amor por el prójimo se puede lograr en una


sola generación. Todo depende de nuestra disposición para cambiar.

Como nuestro deseo depende enteramente del ambiente, debemos


trabajar juntos, en lugar de intentar persuadirnos por nuestra cuenta,
lo cual no puede funcionar. Debido a esto, debemos construir juntos un
ambiente que nos influya y acelere nuestro deseo de transformación y
conexión con garantía mutua. Mediante este cambio incrementaremos
la intensidad del impacto del ambiente para que el efecto sea rápido y
duradero.

La evolución de los grados inerte, vegetal y animal del hombre se llevó


a cabo a lo largo de millones de años, porque se hizo a través del ego
que necesitaba crecer en el hombre. No somos responsables de ello.
Más bien, evolucionamos de esta forma porque el ego fue creciendo
naturalmente y en consecuencia reaccionábamos a éste en mayor o
menor medida.

Pero ahora el ritmo y el paso de la evolución se encuentran en nuestras


manos y todo depende del ambiente. Nosotros estamos construyendo
un ambiente y entre más avanzado sea, más nos afectará y cobrará
importancia ante nuestros ojos, en expansión e impacto. Por lo tanto,
necesitamos echar mano de todos los medios a nuestra disposición,
incluyendo a los profesionales, como sociólogos, psicólogos y artistas.
Esta coalición nos ayudará a ejercer una influencia en nosotros intensa
y efectiva, dando como resultado una vida feliz durante nuestra
generación. Conoceremos el fin y nos sentiremos satisfechos de lo que
estamos legando a la posteridad.

Podemos dividir nuestros deseos en dos tipos: los personales que


pertenecen al individuo y los humanos, o los sociales. En lo personal
necesitamos limitar nuestros deseos a lo que requerimos para existir, lo
que se logra con nuestra corrección. Necesitamos asimismo desarrollar
nuestros deseos sociales con los que nos relacionamos a los demás. Esto
se realiza tomando en cuenta los círculos que nos rodean, comenzando
por los amigos cercanos -un grupo- ampliando el círculo. A la larga,

219
CONECTADOS

nos desarrollaremos a través de la influencia del ambiente ofreciendo


una actitud buena, considerada, responsable a todos, que incluya un
sentido de garantía mutua y amor por el mundo entero.

Necesitamos entender que en el proceso gradual, renunciamos como


individuos y nos percibimos más y más relacionados con los círculos
más amplios de la humanidad. Esta acción nos da mayor sabiduría,
sensibilidad e integración con los otros. De esta integración percibimos
toda la realidad hasta que nos volvemos sensibles a toda la Naturaleza.
Al salir de nosotros mismos y sentir a los demás, aprehendemos la
nueva realidad en la que vivimos.

Así será la existencia en el nivel humano, hablante, que la Naturaleza


ha preparado para nosotros. Así es como podemos conducir
correctamente nuestra existencia en este mundo.

Debemos preservar los niveles inerte, vegetal y animal y amar a la


Naturaleza. Necesitamos relacionarnos con todos los objetos naturales
con equilibrio. Amar a la Naturaleza significa que vivimos dentro de ella
y que no tomamos de ella todo cuanto podemos.

Es necesario entender lo que significa vivir en equilibrio, sentirlo


dentro de nosotros, sentirnos equilibrados. Estar en equilibrio significa
preservar todo y tomar de la Naturaleza sólo lo que es necesario para
la existencia, como lo hacen los animales. La Educación Integral es la
que nos enseña a tratar bien a toda la Naturaleza que nos rodea. Por
medio de nuestra conexión con ella, aprenderemos a relacionarnos
entre nosotros positivamente. Es por este motivo que no necesitamos
aprender sólo sobre buenas relaciones, salvo como parte de una
educación que se relaciona con toda la Naturaleza.

El término “Naturaleza” significa que estamos evolucionando. Algo


se mueve en nuestro interior que nos desarrolla. ¿De dónde provienen
las fuerzas que nos desarrollan? Observamos que existe un proceso
gradual: la Naturaleza nos desarrolla por medio de un proceso de

220
Según las leyes de la Naturaleza

causa y efecto en donde todo es interdependiente. Esta es la fórmula


incluyente de la Naturaleza.

Estos conceptos son conocidos para la ciencia, así como el impacto


mutuo entre todas las partes de la Naturaleza. No estamos descubriendo
nada nuevo; tan sólo aprendemos de nosotros mismos cómo unirnos
para volvernos uno con toda la Naturaleza y con su ley general que nos
desarrolla a todos.

La ley de la Naturaleza no me desarrolla únicamente a mi o a la


sociedad humana sino a todo el universo. No sabemos con qué fin,
pero el hecho es que el universo nos desarrolla y nos expande y existen
procesos que aún nos quedan por entender.

Entre más avanzamos comprobamos que existe un vasto sistema de


leyes en juego. Al final sabemos que todas las leyes que descubrimos
están entrelazadas, sólo que no vemos las conexiones entre las leyes
de biología, zoología, botánica, astronomía o psicología. A pesar de
esto, la Naturaleza es una y es uniforme. No tiene divisiones; este es un
hecho que aprendemos al estudiarla.

La vida también necesita que nos relacionemos en forma holística. La


palabra “conjunto” proviene de la palabra griega “holismo” y nosotros
somos parte de ese conjunto único.

Debido a que nuestra evolución debe pasar del amor al hombre al


amor a la Naturaleza, puedo desarrollar una buena actitud hacia la
sociedad humana, opuesta a una actitud que pueda destruir la Tierra.
Contrariamente, se podría preservar a la Naturaleza y no a las personas,
como quieren los ambientalistas que sólo se preocupan por la ecología.

Nuestra actitud debe ser circular y uniforme. Debemos tener una sola
visión de todo. En vista de que el Hombre es una parte de la Naturaleza,
debemos tener la misma actitud hacia la sociedad humana, hacia
la persona, la familia y hacia la Naturaleza como un todo. Debemos

221
CONECTADOS

equilibrar todas las partes de la Naturaleza porque esto es lo que existe


en ella. Así es como logramos cumplir con esta ley general.

Así como todas las estrellas y los planetas están en equilibrio siguiendo
sus órbitas y ejerciendo su influencia unos en los otros; así como las
acciones en un lado del planeta afectan al otro, así es como debemos
relacionarnos con los otros. Educar a todos para que las relaciones
humanas sean positivas, y se extiendan al inerte, vegetal y animal,
porque nos alimentamos de ellos. Esta misma actitud de equilibrio se
debería aplicar a la ley general de la Naturaleza que sostiene y desarrolla
toda la realidad. Es la maquinaria en la que reposa todo lo que existe.

Cuando estudiamos la Naturaleza, examinamos en particular las leyes


de esa ley incluyente que los científicos se esfuerzan en descubrir. Los
científicos tratan de encontrar la fórmula que exprese la totalidad de la
ley de la Naturaleza. Esta es la noción que Einstein y otros han querido
ardientemente percibir, entender, examinar, palpar. Los científicos
presienten que existe algo sin lo cual la existencia no sería posible.

Hacia allá es atraída la humanidad. Al Hombre se le llama a ocupar


su lugar y luego a entender en dónde se encuentra. Sentimos una
atracción por saber en dónde estamos, lo que en verdad somos, lo que
nos impulsa, porque nuestro futuro depende de ello; determina nuestro
pasado y nuestro destino. Si mis acciones corresponden a mi desarrollo,
lo lograré, tendré la capacidad de promoverme y tal vez acelerar mi
desarrollo. Sin embargo, si tomo la dirección opuesta, o tomo otra
dirección que no es la del desarrollo, en consecuencia, habré perdido.

Con frecuencia podemos predecir en qué áreas el niño alcanzará el


éxito y en cuáles no. En la medida que entendemos las leyes, podemos
explicar al niño, según sea su naturaleza, las condiciones bajo las
cuales existe y las posibilidades que tiene. También podemos explicar
con qué opciones podría salir adelante y con cuáles no. De esta forma,
impediríamos que los niños cometan errores graves.

222
Según las leyes de la Naturaleza

Lo mismo se aplica a nosotros. Queremos seguir la dirección correcta


y evitar los errores. Esta es la esencia del desarrollo científico.

Ciertamente, el desarrollo científico no consiste simplemente en


construir innovadores teléfonos celulares. Más bien su meta verdadera
es comprender la esencia de nuestra existencia: por qué vivimos y cómo
mejorar nuestra vida. Vemos que con todo y nuestra gran capacidad
hemos llegado a un estado de desesperación que nunca debería haber
sucedido. Por lo tanto, si conocemos la ley general y hacia ella nos
dirigimos, comprenderemos hacia dónde debemos caminar desde
ahora y cómo construirnos en forma positiva y práctica para mejorar
nuestra vida y la de nuestros hijos.

Los científicos y muchos otros hablan de este equilibrio. No se trata


de mi opinión personal, estoy hablando sobre la Naturaleza general,
global, en la que existen leyes científicas. Las ciencias muestran que al
final vemos que todo está conectado y que es “circular”.

Es un hecho que nos encontramos en medio de una crisis global que


nunca pensamos que ocurriría. Pensamos que podíamos hacer lo que
queríamos, y de pronto nos damos cuenta que no es así. No podemos
hacer lo que queremos porque todos estamos conectados. Hoy, vivimos
y percibimos el mundo como global; sentimos la esencia global de la
Naturaleza en todo lugar, en la cuenta bancaria, en nuestra salud, y en
la situación mundial.

Hoy, todos los científicos consideran que la física y la química están


conectadas. La Naturaleza siempre ha sido así, pero sólo pudimos
entenderlo en las últimas décadas. Esta es la influencia del ambiente
en el Hombre y la suya en el ambiente. Hoy vemos que todo es uno.
Vemos la influencia del hombre en el clima, en los océanos, y en toda la
Naturaleza en conjunto y entendemos que el Hombre debe alcanzar un
equilibrio con ella.

También debemos equilibrar nuestros cuerpos, nuestra salud.


Consumimos muchos productos que destruyen nuestro organismo y

223
CONECTADOS

algunos alimentos se producen tan sólo para enriquecer a unos pocos.


El resultado es que los hospitales están llenos de pacientes. La diabetes,
por ejemplo, es provocada por el consumo excesivo de azúcar. En la
Naturaleza casi no encontramos azúcar. Más bien existe la fruta y la
miel, pero no azúcar en crudo.

La humanidad necesita examinar todo lo que está haciendo y


gradualmente deshacerse de todos los productos tóxicos. Primero
necesitamos ofrecer sustitutos, pero a la larga deberemos eliminarlos
completamente. Así como combatimos el tabaco, combatiremos
todo aquello que sea nocivo para nuestro organismo y nuestra salud.
En la Naturaleza, existen las frutas y los vegetales, carne, pescado
y agua. Todo lo que no sale directamente de la Naturaleza es malo y
perjudicial para el cuerpo, aunque no haya sido probado y comprobado.
La cuestión es que necesitamos entender que si algo existe en la
Naturaleza podemos descubrir un buen uso para ello. Si no existe, su
uso ciertamente nos perjudicará.

Esto no significa que necesitamos convertirnos en vegetarianos o


comer sólo alimentos orgánicos sin pesticidas, hormonas o esteroides.
No tenemos otra opción más que comercializarlos, de otra forma no
podríamos alimentar a la humanidad y las personas morirían de hambre.
Necesitamos usar estos estimulantes pero también debemos empezar
a estudiar y gradualmente reemplazar lo que estamos creando a través
de la genética y la química con otros productos.

Podemos encontrar un ejemplo en lugares en donde no se emplean


los químicos como pesticidas. En lugar de ello se integran los enemigos
naturales de las plagas que las destruyen. Hay mucho por hacer, pero
primero debemos asegurar el abastecimiento de alimentos, para luego,
en forma gradual, ir progresando en evitar dañar la ecología. Es por
esto que el cambio debe llegar con la Educación Integral que nos llevará
al equilibrio y la corrección en todas las áreas de nuestra vida. De esta
forma desarrollaremos una actitud positiva y equilibrada hacia todo lo
que emprendemos y revolucionaremos nuestras actitudes en todas las
esferas de nuestra existencia, incluyendo la agricultura y la economía.

224
Según las leyes de la Naturaleza

Necesitamos educarnos a través de un buen ambiente y crearlo para


nosotros de manera que nos enseñe en forma progresiva lo que le
conviene. La gente estará bajo la influencia del ambiente y cambiará,
dado que nuestros deseos provienen del ambiente.

Tomemos como ejemplo la arquitectura. Supongamos que esta


profesión no me interesa en lo absoluto. Sin embargo, todos insisten
en que esta profesión me va a rendir muchos beneficios, por lo que
estudio arquitectura, asisto a eventos sobre arquitectura, conferencias
y convenciones. Allí todos hablan de la importancia de la profesión,
cómo se diseña un espacio o residencia y todos comparten sus ideas.
Escucho todo esto y me integro a este ambiente.

De pronto he dejado de sentir indiferencia. La inclusión me afecta y


comienzo a absorber sus deseos y he cambiado. Anteriormente no tenía
interés pero de pronto me importa, tengo mis opiniones y continúo con
mis estudios de arquitectura.

Así es como recibimos nuestros deseos. ¿De dónde adquiero mis


deseos por la ciencia, el conocimiento o cierta profesión? Los adquirimos
al ver a los otros en el mundo que nos rodea. Un campesino que vive
en un poblado remoto sin Internet o televisión sabrá que se tiene que
ocupar en algo que tenga que ver con la agricultura. Este es el oficio que
conoce. De las opciones que tiene elegirá lo que le conviene. Es así que
todos aprenden del ambiente.

Asimismo, el ambiente impresiona y afecta a cada persona de


conformidad a su propia naturaleza. Recuerdo que mi padre quería que
yo fuera músico. No me permitía ver películas para niños y en lugar de
esto me llevaba a ver películas de grandes compositores como Mozart
o Beethoven.

Seré honesto al decir que no veía nada grato en sus vidas: Mozart
enfermó y murió cuando apenas tenía 35 años; Beethoven se quedó
sordo. Lo que si adquirí, sin embargo, fue un inmenso reconocimiento
por estas personas. Aprecio su obra y los sacrificios que hicieron para

225
CONECTADOS

componer música. Esta impresión perduró en mí a pesar de que nunca


quise seguir sus pasos, ya que tenía mis propias impresiones. Otra
persona se hubiera impresionado y deseado convertirse en compositor.
Cada persona recibe las impresiones de su ambiente de acuerdo a su
propia naturaleza.

En resumen, sólo existe una cosa que necesitamos entender: “el amor
cubre todos los crímenes”. Esto significa que todos somos criminales y
sobre nuestros crímenes debemos extender una cubierta de amor. Así
es como nos equilibraremos con la Naturaleza y entonces no tendremos
problemas ni sentimientos malos. Nos sentiremos por encima de los
niveles inerte, vegetal y animal, por encima de nuestras vidas en un
nivel de amor y perfección y ese será un legado para nuestros hijos.

226
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 12:
El uso excesivo de la fuerza de recepción
provoca la crisis

Cómo adquirir la fuerza de otorgamiento del medio ambiente

Hasta ahora, hemos evolucionado a través de nuestra fuerza de


recepción. Esa fuerza nos ha estado impulsando hacia adelante, ha
desarrollado en nosotros el deseo de recibir todo para nosotros mismos:
adquirir, entender, saber, dominar y también envidiar a los demás, es
decir, querer para nosotros lo que otros poseen.

Hemos conseguido conocimientos acerca del mundo, hemos


aprendido a integrarnos, y ahora -que nos hemos convertido en
expertos- lo dominamos. Sin embargo, es menester equilibrar nuestra
fuerza de recepción con otra fuerza que existe en la Naturaleza: la fuerza
de otorgamiento. Vivir constantemente bajo el dominio de esta fuerza
de recepción -una fuerza perjudicial y nociva- crea un desequilibrio en la
Naturaleza, en el ambiente, en el hombre y la sociedad humana.

227
CONECTADOS

Por esta razón, debemos adquirir la fuerza de otorgamiento, el poder


de dar y participar. La fuerza de otorgamiento puede acrecentarse y
convertirse en la fuerza poderosa del amor. El Hombre puede desarrollar
esta fuerza únicamente si lo desea, a través de su libre albedrío,
creando un ambiente del que constantemente obtenga el ejemplo que
lo haga cambiar. Conocer la fuerza de otorgamiento y sus beneficios
nos ayudará a entender nuestras vidas y la realidad en general, más allá
de nuestro conocimiento actual.

Si analizamos nuestro propio desarrollo desde el nacimiento, veremos


que en un principio crecimos recibiendo el conocimiento acerca del
mundo de nuestros padres o de las personas cercanas a la cuna. Al crecer
aprendimos mediante los ejemplos que nos dieron los educadores
sobre cómo organizar nuestra existencia. Siendo adultos preparados
para la vida, continuamos adquiriendo conocimiento y experiencia para
desenvolvernos en el mundo a través de los ambientes, los eventos y
las situaciones que experimentamos. Esto es, actuamos con el poder,
el conocimiento y la preparación recibidos durante nuestra infancia
y al llegar a la edad adulta, tenemos a nuestros hijos educados y los
preparamos para la vida.

Así es como nos desarrollamos. Queda claro que si no conocemos el


mundo no podemos sobrevivir en él. Entre más sabemos y podemos
aplicar el conocimiento en nuestra vida, mayor será nuestro crecimiento
y aprovechamiento. Nuestro éxito depende del conocimiento que
adquirimos acerca del mundo. Es por eso que intentamos transmitir a
nuestros hijos la información valiosa que hemos adquirido para poner
en sus manos las herramientas necesarias para perseverar.

Luego de desarrollarnos durante miles de años, y particularmente


durante los últimos cincuenta o sesenta años, empezamos a vislumbrar
el final de nuestro desarrollo egoísta. Vemos que es imposible avanzar
con este único deseo de recibir, adquirir, acaparar la abundancia sólo
para nosotros mismos, sin consideración por nuestros semejantes y la
Naturaleza. Nuevos deseos surgen en la mente: queremos entender
más, sentir más, penetrar nuestro mundo. Nuestra fuerza no es

228
Según las leyes de la Naturaleza

suficiente, porque nos está destruyendo al igual que a nuestra sociedad


y a la Naturaleza que nos rodea.

Es por esto que ahora se despierta en nosotros la consciencia de la


otra fuerza que nos hace falta: el poder de dar. En verdad, esta fuerza
es la que de hecho administra al mundo. Es la gran fuerza de la “Madre
Naturaleza”, que está en el origen de toda evolución, porque todo
sucede a través de la fuerza de dar, la fuerza de otorgamiento. Como
los padres actúan con sus hijos, la Naturaleza nos cuida. Sin embargo, lo
disfrutamos porque lo recibimos todo de ella, pero no somos similares
a ella.

Si consideramos la esencia de nuestras vidas, el proceso por el que


pasamos durante nuestra evolución y el propósito que debemos
alcanzar, veremos que cada desarrollo en la Naturaleza tiene un objetivo.
Si queremos conocerlo, necesitamos conocer mejor a la Naturaleza,
para examinar y entender las fuerzas que actúan en ella y entonces
entenderemos lo que nos ocurre y consideraremos evolucionar hacia
una vida buena y en paz.

Si empezamos a pensar de esta forma, veremos que toda la Naturaleza


funciona con dos fuerzas: una fuerza que da y una que recibe. La fuerza
que da es la de otorgamiento, consideración, unión y en general el
poder del amor.

El poder del amor incluye dentro de sí a todas las fuerzas en todos


los grados de la Naturaleza, inerte, vegetal, animal y hablante. Estas
son las fuerzas que dan la vida, las influencias buenas que nos atraen
para unirnos y sostenernos. Evolucionamos específicamente a través
de estas dos fuerzas.

Si examinamos nuestros cuerpos, o cualquier otro objeto en el


universo, veremos que está gobernado por fuerzas. A través de la
conexión de estas dos fuerzas, desde los inicios del universo, empezaron
a crear una forma, que no es la de ninguna de ellas. Así es cómo se formó
la materia. Las fuerzas de otorgamiento y de recepción empezaron a

229
CONECTADOS

evolucionar juntas, creando partículas negativas y positivas, electrones


y protones, que a pesar de ser opuestos crearon unidos el átomo. Los
átomos se conectaron en bloques más grandes, formando cristales, que
son formas de la materia en el nivel inerte o mineral.

Más tarde, la Naturaleza inerte recibió fuerzas conflictivas -positivas y


negativas, dando y recibiendo- de tal forma que empezaron a mezclarse
cada vez más entre ellas con el fin de vincularse. Las fuerzas negativas
quisieron recibir de las fuerzas positivas y las fuerzas positivas le
ofrecieron. De esta forma, a través de una complementación recíproca,
la célula viva se formó. La célula se convirtió en una fuerza de recepción
en sí misma, recibiendo o absorbiendo sustancias y energía de su medio
ambiente.

En otras palabras, vemos de nuevo que las dos fuerzas constantemente


actúan en reciprocidad. Así es como evolucionó la vida, mediante la
combinación de esas fuerzas que se encuentran en una constante
dinámica entre ellas. Cuando esa dinámica entre ellas se volvió más
compleja, estas fuerzas crearon la materia viva. En la materia viva y
animada, existen datos muy precisos que se transmiten como herencia
de generación en generación.

Esa combinación de fuerzas también sucede en el nivel vegetal y en


el inerte, aunque para nosotros es más difícil notarlo. En los animales,
vemos cómo un organismo vivo se forma con la energía que existe en
la célula embrionaria. La célula absorbe sustancias del exterior y al
absorberlas, emitiendo y combinando estas substancias -conforme a
trozos informativos internos que son datos conflictivos entre las dos
fuerzas- se crea el cuerpo vivo.

En la Naturaleza inerte, vegetal y animal, todo se desarrolla a través


de la combinación de las dos fuerzas. Lo vemos en el desarrollo de
la naturaleza gradual e instintiva, siguiendo un rol predeterminado
integrado en todo ser vivo. Evolucionan según las leyes que los rigen
y conforme al ambiente. Si cambia el ambiente, la evolución cambia.
Al final, principalmente en el nivel humano, observamos que la fuerza

230
Según las leyes de la Naturaleza

de la Naturaleza, la que da, la proveedora del sustento está más oculta,


es más profunda, mientras que la fuerza de recepción es la fuerza de la
Naturaleza que desarrolla y es más conspicua y evidente.

A mayor recepción, mayor crecimiento. En el inerte, vegetal y animal


la recepción sigue un programa interior y es similar en el humano. El
hombre que ha estado evolucionando durante cientos de miles de
años, atraviesa por la misma evolución que los animales. Sin embargo,
si examinamos el estado en que nos encontramos hoy, parecería
que nuestra evolución animal ha llegado a su término y nos estamos
mudando a un modo diferente.

Hemos agotado toda la fuerza de recepción en nosotros; hemos


llegado a un estado en que no podemos desarrollarnos más a través de
ella y ahora realmente necesitamos la fuerza dadivosa de la Naturaleza,
que aparece ahora en la parte del otorgamiento general, en la parte que
da e incluso en la parte del amor.

Como resultado de nuestro estudio de la Naturaleza, descubrimos


que ella es circular, global, integral como si existiéramos en una esfera.
La Naturaleza se nos presenta cada vez más como incluyente y dadora.
En consecuencia, sentimos que somos opuestos a ella, que debemos
usar todos los tesoros que se nos han entregado de manera de alcanzar
un equilibrio con la Naturaleza. Y sin embargo, no podemos porque la
fuerza de otorgamiento está ausente en nuestro comportamiento, en
nuestro desarrollo y en nuestro conocimiento.

¿Cómo sería posible adquirir esta fuerza? Es posible de la misma


forma que recibimos información de nuestros padres, educadores y
el ambiente sobre el uso apropiado de la fuerza de recepción, es decir
cómo podemos recibir más de la vida y salir adelante. Así es como
debemos aprender a recibir del ambiente la información sobre la otra
fuerza, la fuerza original de la Naturaleza y su fuente, la fuerza dadora,
la fuerza de la unión, el poder del amor.

231
CONECTADOS

Durante nuestro desarrollo, siempre usamos el poder de la separación.


Nos hemos comparado a los demás, deseando ser superiores, más
exitosos y siempre superiores. Así como trabajamos con gran eficiencia
usando la fuerza de recepción, ahora debemos superarnos y adquirir la
otra fuerza del otorgamiento y del dar, para conocer cómo trabajar con
ella y cómo combinar estas dos fuerzas.

Nos encontramos en una situación particular que nos capacita para


recibir información acerca de la otra fuerza y aprender lo que podemos
lograr a través de ella. Podemos encontrar ejemplos incluso dentro
de nuestro mundo egoísta, que está construido alrededor de la fuerza
receptora.

La fuerza de recepción en el inerte, vegetal y animal es una fuerza


instintiva mediante la cual uno se come al otro. En el Hombre esa fuerza
es excesiva, de manera que él quiere recibir y usar al mundo entero para
su propio deleite, sin tomar en cuenta a nadie más. Aun así dentro de
nuestro ambiente, dentro de nuestra sociedad, existe un ejemplo de las
dos fuerzas opuestas: existo “yo” y existe “el otro”; “yo” y el “ambiente”;
“yo” y “la humanidad”.

A través de las relaciones entre los otros y yo, a través del impacto
de los otros en mí, seré capaz de establecer un ambiente, estudiar la
fuerza de otorgamiento, el poder de la unión y el poder de dar, frente
al poder de recibir. Por consiguiente, si instituimos apropiadamente la
psicología como una ciencia que investiga las relaciones del hombre con
el ambiente humano, podremos recibir información y datos precisos
sobre el poder del otorgamiento y estudiarlo en contraste con el poder
de recepción que hemos desarrollado hasta ahora. Descubriremos que
nos oponemos al ambiente. Si me encuentro en un buen ambiente que
favorece el progreso, me mostrará lo que es la fuerza de otorgamiento.
Y a pesar de mi resistencia, recibiré su influencia a través de los valores
que juzgaré indispensables de adoptar porque de otra forma yo mismo
me sentiré decepcionado y degradado. Seré expulsado de ese ambiente,
algo que nadie quiere que suceda.

232
Según las leyes de la Naturaleza

Mediante las mismas cualidades de envidia, codicia y honor, el


ambiente comienza a influirme y empiezo a sentir que no tengo otra
opción sino adaptarme a ello. De esta forma me gano su respeto y
aprecio, en lugar de la desgracia y la expulsión. Esto le deja a la persona
egoísta una sola elección, comportarse de manera correcta en relación
al ambiente con el fin de sentirse importante y respetado.

Ciertamente podemos organizar nuestros estudios y la conexión


con el ambiente de tal forma que si el ambiente es administrado por
los educadores idóneos, puede enseñarnos a cada uno de manera
que verdaderamente experimentemos la fuerza de otorgamiento y
comprobemos lo especial que es.

De esta forma, consideraremos nuestro ambiente como etapas de


nuestra educación. El ambiente será para mí como unos padres con un
bebé. Recibiré la influencia amorosa y cuidadosa como si fueran unos
padres que pueden dármelo todo, además de entender mis carencias
y debilidades.

Así, gradualmente, a través de pequeñas influencias provenientes de


un ambiente compasivo y considerado, creceré para convertirme en un
joven, a pesar de que ya soy un adulto. Esto se debe a que una persona
atraviesa por estas etapas de desarrollo como un bebé, luego como un
niño y luego como un joven.

Según la etapa de desarrollo, el ambiente nos influye y nos cuida.


También requiere que demos más de nosotros mismos, que trabajemos
unidos en él en una combinación de estados que nos llevan -mediante
las relaciones mutuas- a un otorgamiento recíproco.

Después, cuando haya crecido lo suficiente, entenderé que las


fuerzas de otorgamiento pueden trabajar a mi favor, que a través de
ellas yo puedo dar al ambiente. Entonces, también yo me convertiré
en un elemento de ese ambiente, como cualquiera de los otros que se
encuentran allí. Así es como llegaré a ser un miembro igual a los demás
y nos trataremos en forma equilibrada para que la fuerza de recepción

233
CONECTADOS

y la de otorgamiento encuentren el equilibrio entre nosotros. De esta


forma el ambiente nos desarrolla paso a paso.

Y en efecto, el ambiente desarrolla. Tanto así, que la fuerza de


otorgamiento se convierte en la fuerza dominante entre nosotros y
la que determina todas nuestras acciones, todas nuestras relaciones,
todos nuestros pensamientos y nuestras intenciones hacia los demás.

De esta forma construimos una sociedad estable y sana, sin


desperdicio, y formamos un tipo de familia en la que cada uno de sus
miembros se preocupa de los otros. En esa situación, la vida parecerá
distinta en comparación de las familias disfuncionales que vemos hoy
en día.

Además, adquiriremos el poder del otorgamiento. En la medida


que lo integremos, nos relacionaremos con la Naturaleza como con
una madre. Creceremos mediante el poder del otorgamiento que
habremos ido adquiriendo, un tipo de bebé otorgante, niño otorgante,
joven otorgante y adulto que otorga al ambiente. Seremos similares a
la Naturaleza, experimentando las fuerzas internas que existen en ella,
la fuerza que está detrás de la materia.

Si descomponemos la materia hasta sus más básicos elementos,


encontramos los átomos. Si los dividimos descubrimos las partículas;
si dividimos las partículas, hallamos una fuerza. Al final, esto es lo que
existe: una fuerza, que los físicos están descubriendo en sus aceleradores
de partículas.

También así es como adquirimos estas fuerzas fundamentales: la


fuerza del otorgamiento y la fuerza de la recepción, que existen en
la base misma de toda materia. Nos infiltramos en la materia, en la
creación, y percibimos y entendemos cómo está construida, cómo está
unida y cómo todo está conectado con una sabiduría asombrosa, tan sólo
combinando estas dos fuerzas. Entonces entendemos profundamente
lo que se esconde detrás de esas fuerzas, cómo operan y el programa
que las opera.

234
Según las leyes de la Naturaleza

Al estudiar estas fuerzas con nuestro intelecto, alcanzamos la


sabiduría interior de las que operan toda la Naturaleza. Nos conectamos
y entendemos, en verdad experimentamos el poder, el programa
interno, el mecanismo que está detrás de la materia, detrás de las
partículas y detrás de todo lo que sucede.

En otras palabras, al adquirir esas dos fuerzas de otorgamiento


y recepción para equilibrarlas dentro de mí, llego a conocer a la
Naturaleza, a la Madre, la fuerza operativa que crea la vida, la fuerza
que conduce a la vida a la consecución de su propósito. Es entonces que
también descubro el propósito y entiendo mejor mi vida, mi situación.
Todo se vuelve transparente; penetro todo lo que sucede a mí alrededor
y dentro de mí y veo todo como una combinación de fuerzas.

Este es el conocimiento que adquiero. No lo obtengo superficialmente,


como anteriormente lo lograba usando sólo la fuerza de recepción. Más
bien, la combinación de las dos fuerzas y las cualidades que obtengo me
entregan las herramientas internas. No se parecen a las exteriores que
los físicos, los químicos y otros científicos usan con sus instrumentos
de investigación. Más bien, experimento a toda la Naturaleza en mi
interior, en mi ser, como parte integral de ella.

De esta forma veo, vivo y me integro a todo este proceso, empiezo


a vivir en él. No me siento en el nivel sólido animal del cuerpo, o en los
niveles vegetal o inerte. Más bien, siento las fuerzas que operan en mi
organismo y como éstas se asimilan a la Naturaleza que nos rodea y se
unen y se conectan a la naturaleza general y global.

A esto me refiero con “naturaleza integral”, cuando una persona está


realmente conectada y encuentra el sistema interno de sus fuerzas
interiores, las fuerzas del ambiente y de toda la Naturaleza. En ese
estado uno se contempla como una parte integral de este sistema y
conoce las leyes de la Naturaleza, incluyendo la eternidad y la perfección
que existen en ella.

235
CONECTADOS

Así es como lentamente nos desprendemos de la sensación de


nosotros mismos. Nos desapegamos de la sensación que antes teníamos
en el cuerpo sólido, egocéntrico, cuando estábamos en conflicto con
el ambiente y las condiciones externas. Al saber y alcanzar -con esta
nueva consciencia- transitamos al reino de la Naturaleza inclusiva,
eterna y perfecta y nos elevamos al grado del “humano” que es similar
a este vasto sistema.

Este es verdaderamente el propósito de nuestra evolución en la


nueva era a la que hemos arribado. La diferencia entre ésta y la antigua
reside en nuestra nueva percepción de la vida. En épocas anteriores
progresábamos instintivamente porque nos operaba una fuerza única
-la de recepción- y trabajábamos para recibir todo lo que podíamos.
Ahora debemos operar con la fuerza de otorgamiento y desarrollar
una actitud considerada de unidad creciente, para complementar e
integrarnos con los otros y con el ambiente.

Estas dos fuerzas en mí se complementan entre sí en el nivel humano.


La fuerza que desarrollo es la fuerza de otorgamiento, de unidad,
consideración y amor. La otra fuerza es la fuerza de recepción dentro
de mí, que crece y se desarrolla junto con este proceso, aunque no en la
manera en que ha evolucionado hasta ahora. En lugar de eso, continúa
desarrollándose frente a la fuerza de otorgamiento.

También obtengo una mayor comprensión de la creatividad en el


proceso, porque ahora no me desarrollo ciegamente como antes,
cuando sencillamente corría hacia donde el ego me ordenaba. Ahora me
desarrollo a través de la comprensión, la sensibilidad, la aprehensión, el
escrutinio, la crítica y las correcciones que realizo. Alcanzo el equilibro
al combinar, complementar y conectar estas dos fuerzas, lo mismo que
el equilibrio que existe en los átomos, en las moléculas, y en cualquier
organismo vivo. Después, por arriba de este equilibrio descubro otra
carencia, una necesidad de alcanzar un equilibrio todavía mayor. De
esta forma continuamente nos desarrollamos de una completitud a
otra completitud todavía mayor.

236
Según las leyes de la Naturaleza

El propósito de este proceso es desarrollar una consciencia de lo que


somos, un conocimiento del sistema en el que existimos. Cuando nos
filtramos en la Naturaleza equilibrando nuestras fuerzas interiores,
sentimos las etapas que están ocultas, las fuerzas y los espacios que por
ahora no podemos alcanzar. Nos movemos a un sistema de fuerzas que
se encuentra por encima del tiempo, del espacio y del movimiento, y
llegamos a tal aprehensión y a tal plenitud interior en nuestras mentes y
corazones que no tienen conexión alguna con la existencia de nuestros
cuerpos. Todo ocurre dentro de la aprehensión y la consciencia que
adquirimos. Nuestros cuerpos son sólo una manifestación de nuestras
fuerzas animales iniciales, que nos permiten alcanzar el grado humano.

Es por esto que necesitamos reconocer la importancia de nuestra


época y el estado en que nos encontramos. Hemos llegado a un estado
de “entregarnos” como humanos que son similares a la Naturaleza. Por
lo tanto, ante nosotros tenemos un maravilloso y magnífico desarrollo
que trata de un entendimiento y alcance, que nos conducirán a una vida
buena sin limitaciones.

Necesitamos estar conscientes de que no somos animales viviendo


dentro de un cuerpo que sólo queremos satisfacer. No somos seres
egoístas que necesitan llenar su ego, que nos manipula con falsas
expectativas que sólo nos causan sufrimiento. Una máxima de sabiduría
dice: “el hombre muere con menos de la mitad de su anhelo en una
sola mano”. Quiere decir que nadie está satisfecho en su vida. Cuando
morimos no nos llevamos nada. Además hoy en día la mayoría no tiene
realmente nada, incluso durante su existencia.

Sin embargo, en potencia, somos seres sublimes, la cima de la


Naturaleza, que ella creó y formó a través del asombroso proceso del
universo, la Tierra, la evolución y los seres humanos.

La evolución llegará a su fin cuando todas las personas alcancen toda


la Naturaleza, convirtiéndose en similar a ella, estando en equilibrio, en
completitud y unidad, usando todas sus capacidades para dar. Esto es,
a la larga usaremos la fuerza de dar al igual que la Naturaleza. Se puede

237
CONECTADOS

llegar a esta situación de dos maneras: la sencilla y la difícil. Cuando


lleguemos a este estado veremos que toda nuestra evolución no ha sido
sino la preparación para llegar a esto. Incluso antes de la creación de la
Tierra, todas las formas de desarrollo del ego en el mundo de recepción
-desde el inerte, a través del vegetal y animal, al nacimiento de la
humanidad en nuestros días- han sido el preámbulo para la evolución
de la especie humana, ahora en el umbral de un nuevo mundo de
otorgamiento.

Vemos el equilibrio entre las dos fuerzas en nuestros cuerpos y en


todos los sistemas que estudiamos en la Naturaleza. Es el equilibrio
sobre el que reposa la armonía del clima y de los diversos sistemas
sociales como la economía y la salud. Equilibrio significa salud. Sin
embargo, existen diferentes niveles de equilibrio. En el nivel inerte, el
equilibrio inicia con la tranquilidad. En el nivel vegetal, el equilibrio trae
consigo la salud, al igual que el nivel animal.

Sin embargo, el equilibrio es siempre dinámico, pasando de un


equilibrio menor a uno mayor. Debemos observar las etapas; por
ejemplo, si consideramos una manzana que crece en un árbol, crece
desde un equilibrio menor a uno mayor hasta que madura. Pero, incluso
durante las etapas anteriores a la maduración, el equilibrio es relativo en
cada etapa, hasta que aparece el desequilibrio en relación al siguiente
nivel de maduración: así es como se desarrolla y crece.

¿Qué necesitamos hacer ahora que la humanidad es como una


manzana podrida? ¿Qué podemos hacer para equilibrarnos? ¿Cuál es la
fuerza necesaria para lograrlo? Necesitamos la fuerza de otorgamiento,
que debemos agregar a la fuerza de recepción, la fuerza del ego. Si
equilibramos estas dos fuerzas, viviremos en paz y con buena salud
dentro de nuestras familias, países y el mundo entero. Esto es todo lo
que necesitamos.

La única forma de obtener la fuerza de otorgamiento es a través del


ambiente correcto. Podemos educar a cualquier persona para obtener

238
Según las leyes de la Naturaleza

esta fuerza que le ayude en su vida personal y social, y después a toda


la civilización.

Durante miles de generaciones, hemos vivido en un mundo a través


de la fuerza de recepción. Ahora nuestro siguiente paso en el desarrollo
humano es pasar a un mundo de otorgamiento, en donde la fuerza de
dar domine y promueva nuestro desarrollo.

La fuerza de dar existe también en el mundo de recepción, pero la


hemos usado para recibir porque sólo puede existir una fuerza dominante
y la pregunta es, ¿qué fuerza será esa? Si la fuerza de recepción domina,
la fuerza de otorgamiento la sirve a través de nuestra disposición de dar
muy poco para recibir mucho.

Todo se desarrolla sólo a efectos de acumular para sí mismos. En el


nivel inerte, vegetal y animal en nuestro mundo, así como el Hombre,
que constituye parte del reino animal, la evolución se ha desplegado
mediante el dominio de la fuerza de recepción sobre la fuerza de
otorgamiento.

Esto es particularmente notable en el Hombre porque es un egoísta


que usa la fuerza de recepción para perjudicar a los demás. En el
Hombre, es evidente que la fuerza de recepción domina a la fuerza de
otorgamiento. También existe en grados inferiores, en el inerte, vegetal
y animal, pero es más claro en el Hombre porque es más evidente que
hacemos todo, estimulados por la satisfacción personal, para ganar.

Por naturaleza, no hago nada sin la perspectiva de ganar algo a cambio,


que me haga sentir placer, satisfacción o agregue a mi inversión. Mi
inversión es lo que doy, y lo que recibo debe ser superior a lo que doy.
Este es el significado de “la fuerza de recepción domina a la fuerza de
otorgamiento”.

Es por esto que hemos hecho uso excesivo de la fuerza de recepción,


que domina a la fuerza de otorgamiento, y con la cual queremos
aprovecharnos de los demás sin reservas. Esto es, estoy dispuesto

239
CONECTADOS

a vender a quien sea, destruir todo por un gramo de satisfacción, un


gramo de placer, sin consideración por nadie de ninguna forma, manera
o modo. No es que sea bueno o malo, pero el resultado del proceso es
la recepción sin medida en la cima de nuestro desarrollo egoísta y esto
es cierto en cada persona.

Una vez que hemos llegado hasta el punto en que la diferencia entre
la fuerza de recepción y otorgamiento se ha vuelto tan importante, nos
separamos de los demás. Es debido a esto que percibimos la crisis y
no podemos continuar existiendo. Ahora la fuerza de otorgamiento
está muy alejada de la fuerza de recepción y no nos puede ayudar a
desarrollarnos. El ego ha crecido al punto que queremos todo para
nosotros mismos; no nos permite ninguna acción de dar, ni siquiera
para ganancia personal. El ego no tolera a nadie junto a mí, por lo que
evito formar una familia y educar niños porque tengo que pagar, hacer
concesiones, tener consideración, pensar en la garantía mutua y no
estoy dispuesto a ello.

Vemos que la fuerza de recepción ha superado a la fuerza de


otorgamiento en cada esfera de la vida. En cada momento mi
pensamiento es sólo para acrecentar mis beneficios. Así es como
distorsionamos las reglas y creamos toda clase de normas que nos
permiten robar legalmente.

Las relaciones que hemos construido entre nosotros son tales que
no tenemos consideración por nadie, ni por nuestras familias, nuestros
hijos, la sociedad, el país o la humanidad. Es por este motivo que la
humanidad está en crisis, así como la cultura y la Naturaleza. ¿Cómo se
manifiesta la crisis en la Naturaleza? Arrojamos basura en los océanos
o en tiraderos y esperamos que los demás vengan a hacer la limpieza.

Nuestros egos no nos dejan pensar a futuro porque sólo les interesa
lo que obtenemos aquí y ahora. Si no conseguimos una ganancia
inmediata, no nos interesa lo que pueda suceder. Por lo tanto, a
diferencia de antes, cuando los economistas planeaban con cinco, diez e
incluso veinte años de anticipación, hoy ni siquiera podemos predecir lo

240
Según las leyes de la Naturaleza

que ocurrirá mañana. Nuestra indiferencia nos ha desorientado. El ego


ha destrozado nuestros sistemas e incluso la conexión que teníamos
entre la fuerza de otorgamiento y la fuerza de recepción no existe más.
Debido a lo anterior no podremos sobrevivir.

Pero cuando observamos el proceso de evolución, podemos anticipar


su fin porque, como dice el dicho: “en la cabeza del sabio se encuentran
sus ojos”. No necesitamos llegar hasta el punto en que nos destruiremos
entre nosotros para darnos cuenta que no sería bueno continuar por
ese camino. Es igual a un niño inteligente que aprende mediante las
advertencias a comportarse bien, en lugar de sufrir los castigos. Como
dijimos, ¿quién es sabio? El que prevé el futuro.

La solución es crear dentro de nuestro sistema social una estructura


que nos ayude, nos empuje y nos eduque para incrementar nuestra
fuerza de otorgamiento, sin la cual la vida no sería posible. La fuerza
de otorgamiento es el poder de unidad y conexión. Hoy no existe la
conexión en nuestras familias ni en la sociedad humana. En última
instancia, estamos dando muerte a la sociedad y a nosotros mismos,
porque no usamos esta fuerza.

Hoy en día, adquirir esa fuerza es obligatorio, una cuestión de vida


o muerte. Es por esta razón que se presenta la crisis, para dejarnos
ver nuestra situación. Nos revela que somos nosotros que hemos
construido ese estado y ahora necesitamos escudriñarlo, verificarlo y
comprobar que necesitamos la fuerza de otorgamiento.

Adquirimos esta fuerza a través de la construcción de un buen ambiente,


que nos dé el ejemplo, nos presione y nos aliente a ser más altruistas.
Esa sociedad se relaciona a cada uno de nosotros, señalándonos con el
dedo y diciendo: “si no quieres otorgar, nada recibirás; y no solamente
no recibirás nada sino que perderás la sensación que ahora tienes”.

La sociedad debe expresar su descontento a cualquiera que no dé, y


debe influir a la persona a través de las personas que son importantes
en su vida. Necesita actuar con todos a través de la sensación de

241
CONECTADOS

respeto, de autoestima y las sensaciones humanas. La sociedad deberá


ser irrespetuosa si alguno no está dando, e incluso deberá expulsarla si
persiste.

Es de esta forma que se forzará a la gente a adquirir la fuerza de


otorgamiento. Cuando entendemos lo que es la fuerza de otorgamiento,
cuando queremos adquirirla, la sociedad nos dará su reconocimiento y
aprecio. No tenemos elección, necesitamos aprender lo que significa
otorgar.

Cuando vengo a estudiar quiero que la sociedad me afecte en dos


niveles: por una parte con un garrote en contra de mi ego, expresando
desprecio por la cualidad de recepción, y por otra parte con un premio,
alentándome a adquirir la fuerza de otorgamiento. Así empiezo a
apreciar, en mi ego, la fuerza del otorgamiento que es contraria
a éste, dado que si integro esta fuerza, recibiré la satisfacción del
reconocimiento del ambiente.

En otras palabras, manipulamos al ego, que crece y es excesivo en


cada uno de nosotros. Podemos implementar esta educación sólo a
través del ambiente. Se la denomina “Educación Integral”. Cuando
educamos a las personas para ser integrales, conectados y ligados
a todos, empiezan a apreciar la fuerza del otorgamiento. Entonces a
través de esta fuerza se integran a un ambiente que los respeta.

Cuando una persona es apreciada y respetada, los demás la envidian


al ver cómo ha crecido a los ojos de la sociedad, y la valoran. Así sucede,
el individuo aprecia la fuerza de otorgamiento porque si demuestra que
posee esta fuerza, recibe respeto y un estatus social elevado.

Lo que sucede es que a través del ambiente correcto, el egoísta


aprecia la fuerza de otorgamiento. En esa medida el que adquiere
esta fuerza empieza a hacer alarde de ella en el ambiente. Esta es otra
demostración del poder del ambiente.

242
Según las leyes de la Naturaleza

El ambiente es como un educador, como el comportamiento del


adulto hacia un infante, como los padres hacia un bebé, como un
maestro hacia su estudiante o como la sociedad humana hacia todos
nosotros. La sociedad se relaciona a la persona conforme al progreso
que haga. Al emplear las fuerzas de recepción y otorgamiento hacia el
ambiente, la persona adquiere un medio para impregnarse a sí mismo,
a la sociedad y a la Naturaleza. A través de lo anterior, entiende lo que
sucede en el nivel de las fuerzas. Esta es nuestra psicología interior, la
del ambiente y la Naturaleza.

Al explorarnos, sentimos cómo estas dos fuerzas operan en toda


la realidad, cómo afectan el nivel inerte, vegetal y animal en nuestro
interior, en el ambiente, dentro de la familia, en todo. Empezamos a
trabajar con las dos fuerzas como si fueran nuestras y por medio de
ellas estudiamos y examinamos todo. Ingresamos en la red que conecta
toda la realidad, porque esa red es un tejido de estas dos fuerzas.

Así es como la persona entiende el propósito de toda la creación, el


proceso por el que pasó y hacia dónde lo conduce. Comprobamos que
todo está pasando por un proceso, aunque por ahora no lo podamos
discernir porque sólo tenemos una sola fuerza, la de recepción. Cuando
usamos las dos fuerzas, adquirimos una herramienta para examinar,
como los científicos, todo lo que sucede en la Naturaleza. Nos
convertimos en amos de nuestro destino y de todo lo que sucede. Y todo
lo conseguimos sencillamente al elevar nuestro nivel de consciencia.

Nuestra incapacidad para usar el equilibrio entre las dos fuerzas -la
de recepción y la de otorgamiento- nos conduce a la desorientación.
Es el resultado directo de nuestra desconsideración hacia los otros.
“Desconsideración” se refiere a que no estoy equilibrado entre la fuerza
de otorgamiento y la fuerza de recepción en mi interior y por lo tanto no
puedo ser considerado con los otros.

Por lo tanto debido a mi desequilibro entre las dos fuerzas, no


percibo en dónde me encuentro porque observo a través de mi propio

243
CONECTADOS

instrumento. Si ese instrumento está desajustado y no está calibrado,


veo al mundo con ojos sesgados y no comprendo lo que sucede.

Lo podemos ver entre los gobernantes, los economistas y financieros


que parecen no poder encontrar su camino en este mundo. Hacen lo
que pueden para posponer el inevitable y desastroso final, pero sólo
terminan en situaciones peores. Millones de personas deberán salir a las
calles a protestar, lo que podría derivar en guerras –tal vez mundiales-
pandemias y desastres naturales.

Si hablamos de un mundo de fuerzas, entonces somos los que


tenemos el poder más grande. Cuando adquirimos el poder superior del
equilibrio en el nivel humano, entendemos que estamos en el nivel más
alto del sistema.

Cuando estamos equilibrados interiormente, equilibramos a todos los


niveles inerte, vegetal y animal de toda la realidad, porque el Hombre
es la fuerza más elevada de consciencia y el poder del equilibrio es
la fuerza sutil de la Naturaleza, el poder del pensamiento. Todas las
otras fuerzas se encuentran en un nivel más bajo que el poder del
pensamiento. Son fuerzas materiales que se activan únicamente por el
poder del pensamiento, que no tiene relación con el poder de nuestro
pensamiento, sino con un poder de pensamiento que está presente
en la Naturaleza; se relaciona con el plan universal, la maquinaria que
trabaja y convierte todo en uno.

Nos encontramos en un punto particular de nuestro desarrollo. Hasta


ahora, la Naturaleza nos ha venido controlando y nos ha traído al punto
más bajo de nuestro desarrollo. A partir de ahora debemos subir y
adquirir la fuerza que existe en la Naturaleza: el poder de equilibrar el
bien y el mal.

Desde el ego, desde el deseo de recibir, debemos adquirir el deseo de


otorgar para tener entre nuestras manos las dos fuerzas, la de recepción
y la de otorgamiento. Si recibimos este instrumento -la capacidad de
combinar las dos fuerzas- empezaremos a dominar a toda la Naturaleza,

244
Según las leyes de la Naturaleza

ya que estamos en el mismo sistema. En consecuencia nos convertimos


en una parte activa, viva, desplazándonos, evolucionando, dando vida
a todo el sistema.

Conforme la fuerza de otorgamiento de una persona desarrolla, la


fuerza de recepción crece de nuevo. No es ya esa minúscula fuerza
egoísta del nivel animal, que el individuo usaba en el mundo antiguo.
Ahora las dos fuerzas se desarrollan dentro de él, juntas, las fuerzas
del Hombre en el nuevo mundo. Hasta ahora, el Hombre se había
desarrollado por instinto, como un animal, situándose en un nivel
intolerable. Ahora está por desarrollar la fuerza de otorgamiento hacia
el ambiente.

Dar y otorgar es lo mismo. Otorgar incluye dar consideración,


cercanía, apoyo, amabilidad y finalmente amor. El amor incluye todas
las expresiones de conexión. A simpatizar con el deseo del otro lo
denominamos “la fuerza del otorgamiento”. Tan pronto desarrollo esta
fuerza en mi interior, al lado surge la otra fuerza, la de recepción que
-de hecho- me ayuda a otorgar, porque dentro de mí no tengo nada
que dar a los otros. No tengo nada para conectarme, más bien, es
justamente cuando uso toda mi fuerza de recepción que puedo dar a
los otros. Fui creado por la Naturaleza como una fuerza de recepción
que ha venido evolucionando desde el principio del universo hasta este
día. La pregunta es, ¿cómo puedo otorgar a los demás? Es posible sólo
si me encuentro en una sociedad que me dice: “si no estás otorgando,
no te aceptaré, no te valoraré, sencillamente no te queremos porque
careces de valores”. Es una sociedad que me hace sentir que todos mis
familiares, las personas que me rodean y todos los que quiero no me
aprecian a menos que otorgue. Cuando reciba este trato y actitud de
todos, entenderé que tengo interés en otorgar.

En resumen, al adquirir la fuerza de otorgamiento adquiero la


habilidad de percibir a todo el mundo con transparencia. Tomo
consciencia de lo que sucede a mi alrededor, atiendo a mi familia, a mí
mismo y a la sociedad en general, cercana o lejana, organizo mi vida en
forma idónea.

245
CONECTADOS

En consecuencia, llego a un estado de felicidad y a una sensación


de realidad eterna. Estoy incluido en ella y alcanzo el grado de ser
humano. Siento que la vida tiene sentido, que quiero una familia y
experimento satisfacción y plenitud. Todo sucede al adquirir la fuerza de
otorgamiento que se construyó en mí estando en el ambiente correcto.

246
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 13:
Del odio al amor

Cómo volvernos humanos

La Naturaleza nos ha impuesto una condición para nuestra existencia:


debemos llegar a un estado de amor perfecto. ¿Pero podemos cumplir
con esta condición y alcanzar el amor que todo lo envuelve por los siete
mil millones de seres que habitan el planeta el día de hoy? Si tan sólo
cumplimos con una parte y avanzamos para lograr esa meta, ¿veremos
que la condición actúa a nuestro favor cambiando nuestra vida y el
ambiente entero?

En estos momentos nuestra naturaleza es cada uno cuidar de sí mismo.


No podemos pensar en nada o nadie más que en esto. Si examinamos a
la Naturaleza descubriremos que hasta el más leve movimiento, como
desplazar mi mano de un lugar hacia otro requiere de energía. Esa
energía está a mi disposición, a condición que reciba algún beneficio
derivado de la acción.

247
CONECTADOS

En otras palabras, la condición del movimiento, desde los niveles


atómico y molecular hasta los movimientos del cuerpo, incluyendo los
de la mente y el corazón se realizan a condición que el resultado será
mejor que el estado anterior. Así es como me relaciono con cualquier
acción en mi vida.

Hay cosas que hago por instinto. Por ejemplo, no pienso en cómo me
siento o hablo, es más bien un cálculo interno. Pero la mayoría de mis
acciones están condicionadas por la presencia del deseo egoísta de que
al final de cada acto, experimentaré una sensación agradable.

El deseo de sentirme bien crea y define cada uno de mis movimientos,


determina mi conducta, a dónde voy, lo que hago, cómo hablo y cómo
me comporto. Cada acción se sucede sólo para mejorar mi situación.
Cuando quiero dormir, comer, caminar, hablar, trabajar es sólo para
obtener una satisfacción. En otras palabras, no puedo pensar en nada
que no sea para beneficio propio.

De hecho, toda mi vida es un intento por alcanzar el provecho máximo,


sufrir lo menos posible y disfrutar mucho. Quiero recibir, para llenarme
con todo lo que pueda.

Este estado es el resultado de la educación, de la influencia del


ambiente, de los valores, buenos o malos que recibí naturalmente, o los
hábitos que se volvieron una segunda naturaleza. Me acostumbraron a
cumplir con ciertas pautas, a pesar de que no sean naturales y yo existo
en virtud de ellas. Muchas de las acciones en mi vida se originan en un
hábito al que me acostumbró la sociedad, mis padres y los educadores.
Esto es, llevo a cabo estos actos, no porque en principio yo quiera
hacerlos, sino que los hago automáticamente.

Gran parte de mi comportamiento no requiere que le dedique una


reflexión. El cuerpo, como sistema autónomo, es el que ejecuta casi
todas las operaciones.

248
Según las leyes de la Naturaleza

Existen acciones que realizo mediante un gran esfuerzo interior,


porque estoy convencido que vale la pena. Por ejemplo, cuando la
alarma deja de sonar quiero seguir durmiendo, pero me levanto de
todos modos y voy a mi trabajo. El trabajo puede ser pesado y tedioso,
pero sé que después de cumplir con el horario, regresaré a una casa
cómoda, donde se encuentra mi familia y podré descansar y sentirme
bien. Por lo que a fin de cuentas el trabajo tiene sus ventajas.

Todas mis conexiones con ciertas personas, o desconexiones de otras,


se producen con el fin de sentirme mejor: en todo momento me ocupo
de sentirme mejor. Así es mi naturaleza, es la naturaleza de todos y
cada uno de nosotros. Y esa naturaleza es básica en el nivel animal.
Incesantemente, los niveles inerte, vegetal y animal se sienten atraídos
por sentirse bien, en un estado superior que les parecerá equilibrado,
en el que no sentirán presión o tirones de ambos lados, sino más bien
armonía con lo que parece ser una vida mejor.

Se deduce que a través de mi vida, perpetuamente cumplo con


esta ley: “cómo sentirme mejor”. Existimos bajo esta condición y mi
naturaleza egoísta me conduce a ese estado a cada instante.

Lo anterior nos lleva a preguntarnos, si estoy tan comprometido


conmigo mismo a lo largo de mi vida, interna, instintiva y
conscientemente, ¿cómo puedo dar un giro completo a mi naturaleza
y amar a los demás? El amor verdadero por el otro es cuando con todo
mi ser me entrego a éste. Me pongo al servicio de los demás con toda
mi capacidad física, mi experiencia y todos los medios a mi alcance.
Pienso en el otro y me ocupo de él aunque no quede nada para mí. Sin
embargo, sigo al deseo de otorgar, de dar a los demás, asegurándome
en todo momento que están bien.

Podemos compararlo con una madre que se ocupa de su bebé. La


Naturaleza la impulsa a cuidar constantemente de que su hijo se siente
bien y esté seguro. No le preocupa otra cosa en la vida más que su hijo.
Lo contempla maravillada y se pregunta cómo alimentarlo, asearlo,
ponerlo en su cuna y todo lo que sea para que tenga lo mejor. No le

249
CONECTADOS

preocupa nada más. ¿Pero acaso sería realista pensar que me tengo que
relacionar con la humanidad con tanta devoción?

Además, si la Naturaleza nos ha dado esta condición, ¿por qué


habremos llegado al estado totalmente opuesto en que sólo nos
ocupamos de nosotros mismos? Es más, incluso los animales sólo se
preocupan de sí mismos, y el Hombre, más que los animales, sólo quiere
obtener ganancias a expensas de los otros, explotarlos e imponer sus
condiciones y opiniones. El Hombre goza siendo superior a los otros,
quiere subyugarlos y mantenerlos bajo su puño. El Hombre disfruta
que los otros sufran más que él y le satisface sentirse en una situación
privilegiada.

Constantemente nos probamos en relación a los demás. Con este


examen del ambiente, conocemos cuál es nuestra situación comparada
con los otros. Sin embargo esto plantea la pregunta, “si mi ego me ha
traído a una situación en que necesito de los demás sólo para sentirme
superior a ellos, ¿cómo podría convertir mi naturaleza en lo opuesto?”.

Si me imagino dentro de una situación utópica, en la que


verdaderamente me preocupo sólo por el bienestar de los otros, como
una madre hacia su hijo, si siento este amor y cuidado por ellos, puedo
ciertamente experimentar una gran satisfacción personal. Sin embargo,
ahora mismo no puedo comprender cómo podría llegar a un estado
parecido, entonces ¿por qué comprometerme a ello?

A través de la historia, el amor por el prójimo ha estado en la base


de la ética, las religiones y distintas doctrinas sociales. Se han escrito
un sinnúmero de libros acerca de ello. Desde hace siglos la gente está
intentando constituir círculos sociales en este sentido. Se han hecho
proyectos utópicos para construir aldeas, ciudades y hasta países
basándose en las buenas relaciones entre las personas. Pero todo ha
sido en vano.

Durante nuestra evolución nos volvimos inteligentes, estudiamos la


naturaleza humana y nos dimos cuenta que no podemos salir y crecer

250
Según las leyes de la Naturaleza

por encima de ella. Incluso si se consiguen resultados favorables en


una sociedad idealista que establece como fundamento el amor hacia
el prójimo, ha resultado imposible crear una sociedad que realmente
implemente el principio.

De hecho, nos hemos fijado limitantes por medio de reglas de


conducta para no perjudicarnos. Tenemos abogados, sociólogos,
psicólogos y políticos que nos ayudan a crear las leyes para el ambiente
social.

Nos conectamos para mejorar nuestros servicios públicos: la


disposición de la basura, la construcción de jardines de niños, o institutos
educativos y culturales para cubrir esas necesidades. En este sentido,
estamos dispuestos a tomar en cuenta las necesidades de todos, cuando
realmente obtenemos un beneficio a través de la unión, pagando poco
y recibiendo un servicio cuyo costo es menor cuando todos comparten
los gastos. Nos queda claro que las organizaciones colectivas rinden
beneficios. Sin embargo, sentimos que es muy difícil cambiar nuestra
actitud emocional y ser más considerados con los demás.

Hoy apenas empezamos a entender la crisis en la que nos


encontramos. Y su particularidad reside es que se trata en realidad de
una crisis en nuestras relaciones. Todos los sistemas egoístas en los que
nos movemos han conseguido crear una sociedad conveniente para
todos, pero que no considera a nadie. Y sin embargo hemos estado
conscientes que si el número de habitantes descontentos es mayor
que los satisfechos eso desembocaría en un choque y una guerra
civil. Hemos comprendido que necesitamos restringir el ego, para no
devorarnos unos a otros.

Las relaciones entre nosotros se han desarrollado bajo la protección


del egoísmo. Hemos entendido que así es nuestra naturaleza y que
de alguna forma debemos restringirnos. Aunque existen muchísimas
tonalidades de egoísmo, para evitar grandes catástrofes que arruinarían
todo lo que hemos logrado, necesitamos mecanismos unificadores. Por
eso la humanidad ha instituido organizaciones internacionales como El

251
CONECTADOS

Banco Mundial, La Organización de Naciones Unidas, etc., para lograr


que la humanidad delibere y llegue a consensos.

Particularmente durante el último siglo, nos hemos dado cuenta que


no tenemos otra opción sino ser más considerados. Después de padecer
dos guerras mundiales, todos sabemos que nadie gana en estas guerras,
que en realidad todos pierden y pagan un costo enorme.

Es debido a esto que la humanidad ha establecido diversos círculos


de conexión, como ciertos dispositivos que permiten a Washington
y Moscú estar en comunicación directa en caso de una amenaza de
ataque nuclear. Las potencias se tienen confianza en este reglón pues
entienden que nadie saldría triunfante de tal desastre. De hecho,
es precisamente la carrera armamentista la que permitió llegar al
entendimiento que necesitan estar comunicados y conectados. Por
una parte, es una conexión egoísta, pero por otra, esta situación los ha
acercado. Aunque nos odiamos más y queremos eliminarnos, estamos
conscientes de que el otro bando tiene el mismo poder que nosotros y
lo debemos tomar en cuenta.

El desarrollo egoísta se ha intensificado con los años a través de


las conexiones que tienen la industria y el comercio internacional.
Los negociantes de los países desarrollados comprendieron que si
trasladaban sus fábricas a países de menor desarrollo como China o
India, podrían encontrar mano de obra más barata que en sus propios
países. De esta forma gradualmente, las plantas y fábricas se mudaron
de Occidente, a los países del tercer mundo en donde los habitantes
estaban educados paras ser obreros. Por una parte, los industriales
incrementaron sus ingresos, pero por otra, los países se quedaron sin
trabajo y creció el desempleo. A los dueños no les importó que los
trabajadores se quedaran sin su empleo: su única intención fue ganar
dinero. Por lo que a ellos respecta, es el gobierno que debe cuidar de los
desempleados.

Cuando los gobiernos tienen que atender el sostén de millones de


desempleados, el país se empobrece, se endeuda e imprime dinero sin

252
Según las leyes de la Naturaleza

respaldo. El resultado del proceso es que los países desarrollados de


Europa y Norteamérica se han vuelto pobres, con poblaciones pobres.
El resultado aún no es tan evidente, pero es un proceso acumulativo
que gradualmente se está manifestando.

Lo peor, es que los propietarios de la industria y el comercio


internacional se han enriquecido todavía más y han fortalecido su poder
al trasladar sus fábricas a los países pobres. Realizaron una ganancia
doble, más de la que tenían en sus países de origen. Estas ganancias
acrecentaron su poder y con éste, empezaron a afectar la política en
Europa y Estados Unidos.

Así fue como ocurrió que el ego ascendió a la cima de la pirámide


humana, el dinero se convirtió en el producto más importante y la
riqueza es la soberana. Al final lo que hemos conseguido es una crisis
financiera y económica, la última crisis que ahora empezamos a
experimentar.

Pero con esta crisis no sólo enfrentamos la cuestión económica, sino


que también nos estamos hundiendo en otras situaciones complejas
causadas por nuestro ego, precisamente porque esos países que antes
eran desarrollados, ahora tienen ciudadanos pobres. La sociedad se
está destruyendo, se ha descuidado la educación y todo el sistema
social se está desmoronando.

La crisis es incluyente y global. Por un lado, la interconexión nos


está afectando a todos. Todos los países están interconectados, los
aparentemente ricos y los pobres. Éstos últimos manufacturando
la producción mundial de artículos. Por otro lado, lo que el tercer
mundo produce debe encontrar compradores en el antiguo mundo
desarrollado. Sin embargo, no existen compradores allá porque las
personas no tienen dinero; como vemos, la crisis no hace más que
profundizarse.

Ahora estamos llegando a un mundo global y una crisis que nos señala
las conexiones mutuas. Uno de sus síntomas es el problema ecológico,

253
CONECTADOS

causado por nuestra carrera por producir y vender tanto como sea
posible, para que pueda ganar unos miles de millones extras que
pondré a dormir en algún banco. Pensamos que esto continuaría para
siempre, pero ha llegado su fin porque ya no existen compradores. No
hay hacia dónde expandirse. El resultado es una crisis que ha afectado a
la educación, la cultura, las relaciones humanas y sigue extendiéndose.
En verdad, en el corazón de esta crisis, se encuentran las relaciones
humanas.

La crisis se manifiesta en las personas que luchan por sobrevivir.


El sector que quiere manufacturar puede aún progresar, pero nadie
compra su producción. Los habitantes en los países desarrollados que
ahora están agotados y que no tienen dinero ya no pueden comprar
todo. Anteriormente, se trataba de un círculo cerrado, un proceso
de producción y consumo: los individuos producían y consumían los
productos; ahora el círculo ha desaparecido.

Los acaudalados descubrieron una solución fraudulenta: comenzaron


a jugar con el dinero; aunque no hubiera producción, crearon una
demanda ficticia de acciones en el mercado de valores. Por eso se
formó una burbuja financiera que no tenía sentido ni razón de existir. Al
final, hemos llegado a otro tipo de crisis. La publicidad y el juego entre
los bancos y los sistemas financieros crearon una realidad económica
ficticia.

Ahora la crisis es evidente en todas las áreas de la vida. Hemos llegado


a tal estado en que las personas sobreviven a duras penas y padecen
una terrible miseria. Los jóvenes recién egresados de las universidades,
desean formar una familia y ganarse la vida decentemente. Quieren
hacer algo con su vida, pero pronto se dan cuenta que nadie necesita de
ellos y se encuentran desempleados.

Este fenómeno continuará agravándose y extendiéndose porque


todo el tiempo que estemos solamente preocupados por nosotros
mismos y no por el resto del mundo, ni siquiera podremos abastecernos
de materias primas. En un extremo del mundo se desperdician enormes

254
Según las leyes de la Naturaleza

cantidades de alimentos mientras que en el otro las personas mueren


de hambre. Los sobrantes de comida ni siquiera llegan a lugares que
los necesitan, porque el ego humano no se preocupa por los demás.
Los otros no importan en tanto que no se conviertan en una amenaza y
entonces, no tenemos otra opción sino darles sólo lo justo y necesario
para calmarlos.

Podemos comprobarlo en el trato que el mundo desarrollado le da


a África. En el pasado, los países africanos se sostenían por sí solos,
manufacturaban productos y eran una buena fuente de materias
primas. Cuando los productos europeos llegaron, deliberadamente se
vendieron a precios menores que los productos locales. Esto acabó
con los mercados locales y los habitantes dejaron de producir lo
necesario para su sustento. Cuando los locales dejaron sus profesiones
tradicionales, los países que exportaban productos baratos a África,
elevaron sus precios ya que no existía mayor competencia de los
productores locales. Es de esta forma que los africanos se volvieron
pobres e indigentes en nuestros días. Este es un ejemplo tan sólo, de
muchos países que se encuentran en condiciones similares.

Ahora que nos encontramos en una crisis global provocada por


el ego humano, empezamos a percibir la conexión que existe entre
nosotros. La crisis global la resienten tanto los países desarrollados del
Tercer Mundo, como Asia, en donde algunos países ya han iniciado su
desarrollo, o África que ahora está en la pobreza.

Estamos conscientes de que estamos en el mismo barco. Si uno de


nosotros lo daña, todos lo sentiremos y será imposible avanzar. De
hecho, nos encontramos en tal situación que nuestros egos se vuelven
contra nosotros como un búmeran, con una acción contraproducente.

Podemos verlo claramente en Europa en donde los países conectados


por sus ganancias son ahora más fuertes y exitosos. Se ha formado
una conexión inquebrantable entre ellos y si alguno de los países en el
sistema, como Grecia, se retira del Mercado Común, podría provocar
que los otros 26 países se derrumbaran. Esta situación tan peligrosa

255
CONECTADOS

colocaría al Mercado Común, a la sociedad europea, al Banco Central


Europeo y al Euro, su moneda, en un escenario tan desesperado que
ninguno de ellos podría actuar sin el consentimiento de los otros.

Desde la situación actual, vemos que debemos ser más considerados


con nuestros semejantes. En verdad existe una animosidad y una
historia de hostilidades entre nosotros, fraguadas por siglos de guerras
y dominación de una nación a otra. Sin embargo, a falta de opciones,
hemos llegado a un punto en que no será suficiente ser considerados.
No podemos continuar el juego con las reglas de una sociedad egoísta
del Mercado Común, reglas establecidas por nuestra naturaleza egoísta.
Ya no puede funcionar así.

En cambio, debemos actuar según la naturaleza incluyente y global,


como la ecología y la misma naturaleza del Hombre. Esto es, desde el
interior de la Naturaleza y desde sus alrededores, sentimos que nos
enfrentamos a nuevas condiciones que pesan sobre nuestra existencia
obligándonos a amar a los otros y no sólo a tratarlos con cierta
consideración egoísta.

Estas palabras podrían parecer irreales, descabelladas, incluso


inaceptables, pero podemos acercarnos a amar a los demás
construyendo en nuestro interior una voluntad de compromiso. En
lugar de que sea la Naturaleza que nos fuerza a amar a nuestros
semejantes y vivir en amor recíproco, con el fin de evitar la hambruna,
la enfermedad y los desastres naturales, podemos construir otra fuerza
que nos impulse a acercarnos al amor mutuo.

Esa fuerza puede existir sólo a través de un ambiente que nosotros


estableceríamos para que fuera más efectivo que nuestra propia
naturaleza y estuviera por encima de la economía, la educación y los
alimentos. Esa sociedad sería tan poderosa que resistiría nuestros
corazones egoístas y nuestra naturaleza actual. Nos forzaría a
cambiar nuestra actitud hacia los otros, pasar del odio al amor. Para
eso necesitamos trabajar para entender la clase de sociedad que
necesitamos.

256
Según las leyes de la Naturaleza

Deberá ser una sociedad que nos aliente por medio de refuerzos
positivos y nos rechace si no nos acercamos a los demás. Debemos
exaltar la consideración, la cercanía, la empatía, la garantía mutua y el
amor, para que estos valores continúen creciendo entre nosotros.

La sociedad necesita explicarnos constantemente cómo estudiar la


naturaleza humana e ir desarrollando a la sociedad en consecuencia.
Necesitamos aprender sobre la influencia que ejerce el ambiente en
cada uno de nosotros y de esta forma estaremos listos para el cambio,
sabremos lo que es necesario transformar y hallaremos la fuerza para
lograrlo.

Una acción sencilla, como mover una mano de un lugar a otro,


requiere de una cierta energía. De igual forma, en nuestras relaciones,
es necesario el estímulo positivo proveniente de la Naturaleza.
Para el individuo debe resultar insoportable sentirse odiado por su
competitividad e indiferencia, experimentar el repudio de los otros y
una fuerte resistencia a estos comportamientos. En contraste, hablar
con gentileza a los demás, con consideración, garantía mutua y amor
debe ser reconocido, causar satisfacción y plenitud. Es necesario
construir un ambiente que me provea de ambas fuerzas: la negativa
como respuesta a mi ego y la positiva como respuesta a mi amor por
mis semejantes.

Cuando hago algo tan sencillo como mover la mano de un lugar a


otro, es porque tengo la energía para hacerlo. Del mismo modo, en
nuestras relaciones, necesito sentir que el estímulo positivo viene a mí
desde la Naturaleza. Necesito que se me haga difícil sentir el odio, la
competencia, la lejanía, y la repulsión que pueden causarme los demás,
y también necesito sentir una fuerte resistencia a comportarme de esta
manera. Hablando amablemente a los demás, con consideración y en
garantía mutua, el amor será recibido rápidamente como el calor, al
igual que la satisfacción y la plenitud. Tenemos que construir el medio
ambiente que nos provea las dos fuerzas: la fuerza del mal como
respuesta a mi ego, y la fuerza del bien como respuesta a mi amor por
los demás.

257
CONECTADOS

Al crear un ambiente así, debemos tomar en consideración la


fuerza cuantitativa y la fuerza cualitativa que convenzan, alienten,
recompensen y adviertan a todos y cada uno de nosotros. A través de
una participación conjunta en la creación del ambiente, construiremos
la nueva Naturaleza que ejercerá su influencia en nosotros.
Complementaremos la fuerza egoísta que gobierna la naturaleza
humana con una fuerza buena, altruista, que no poseemos aún, pero
que debemos promover y desarrollar.

Debido a que ya entendemos que lo necesitamos, todo depende de


cómo nos organizaremos, qué tanto nos comprometeremos en trabajar
para convencernos de que esto es indispensable, utilizando los medios
de comunicación y cualquier otro sistema a nuestro alcance.

Nosotros nos encontramos mezclados, pero ahora sólo por motivos


egoístas. Aquí es donde las palabras mágicas “garantía mutua” expresan
la conexión comprometida entre nosotros que debemos tomar en
consideración. Con tal conexión de garantía mutua, el que perfore un
agujero en el bote, o actúe con motivos egoístas, causará que todos se
ahoguen en el mar de egoísmo que es común a todos.

Por lo tanto, aunque se trata de un ambiente en el que todos estamos


conectados en forma egoísta, la garantía mutua entre nosotros
empieza cuando entendemos que el ambiente debe enseñarnos la
necesidad de cambiar nuestras conexiones de egoístas a altruistas. Con
la garantía mutua debemos sentirnos como en familia, cada persona se
convierte en garante de todos los otros. Lo que hace uno afecta al resto.
Si estudiamos nuestras relaciones malas junto a nuestras conexiones
positivas, gradualmente deberíamos lograr una nueva consciencia que
nos ayudará a construir estas buenas conexiones entre nosotros.

De esta forma, entenderemos que la Naturaleza nos ha estado


incentivando durante milenios con este propósito, mediante una
situación que conocemos como “crisis”. La esencia del estado de
crisis es el nacimiento de una nueva humanidad, para que podamos
conectarnos a esa fuerza interior que existe en la Naturaleza -el poder

258
Según las leyes de la Naturaleza

del amor- y equilibrarnos con ella, a través de la armonía necesaria con


esa fuerza que existe en el mundo.

La fuerza del amor que existe en la Naturaleza sostiene a los niveles


inerte, vegetal, animal y al Hombre. Es la fuerza que otorga la vida. Si
adquirimos esa fuerza de amor en nuestras relaciones, como en “ama
a tu prójimo como a ti mismo”, de hecho estaríamos adquiriendo la ley
general de la Naturaleza, materializándola dentro de nosotros.

Para implementar la ley, debemos ser opuestos a ella, con el fin


de percibir lo mala que es la discordancia. Por medio del contraste,
podemos salir de nuestro enorme ego para entrar en el amor y llenar
la brecha que existe entre ellos. A través de la brecha, sentimos
la perfección, la eternidad y la grandeza del proceso que hemos
atravesado. Lo alcanzamos en nuestra percepción y entendemos cuán
poderoso, eterno y perfecto es.

Así como no existe el bien sin el mal, lo dulce sin lo amargo, todo
lo que nos deleita en la vida, todo lo que logramos y apreciamos
lo medimos comparándolo con su opuesto. Por eso medimos los
objetos comparándolos con otros. No es suficiente que me sienta
contento: necesito tener un poco más que el vecino. Podría vivir con
pocos centavos al día, bajo la condición que tenga un poco más que el
prójimo. Eso es lo que nos da satisfacción, tener éxito. Por ahora es lo
más importante para nosotros.

Esa ley actúa de la misma forma. Si logramos el amor, lo comparamos


al odio que lo precedió. A través del parámetro existente, percibimos
lo que hemos ganado, cuánto hemos crecido y cuánto ha crecido
nuestra satisfacción en comparación con otras situaciones que hemos
experimentado antes, que están implantadas en la memoria colectiva
de la humanidad; así es como alcanzamos el placer y la plenitud.

Establecer la condición del amor hacia los demás nos llevará a un


estado perfecto, de placer y perfección. La energía para realizar estas
acciones para cambiar del egoísmo al amor proviene de dos fuentes. Por

259
CONECTADOS

un lado, la Naturaleza nos alienta a alcanzar el equilibrio y la armonía


entre nosotros; pero para lograrlo está empleando algunos golpes que
amenazan nuestra existencia.

Por otro lado, existe esa fuerza positiva del ambiente, que creamos
artificialmente y que tira de nosotros para integrarnos a ella en una
conexión de garantía mutua y amor.

Estamos transitando por estos procesos con el fin de llegar a la Ley


del Amor que existe en la Naturaleza hasta que logremos implementar
esa ley dentro de nosotros. Todas las formas anteriores existen sólo
para que podamos identificar en ellas la forma opuesta, la insensatez, el
gran rompimiento que sufrimos. Con este rompimiento construiremos
un mecanismo admirable llamado “Hombre”, nosotros mismos.

En resumen, la cuestión es construirnos como seres humanos.


Somos nosotros que debemos crear el ambiente que cambie nuestra
situación del odio al amor. Debemos medirnos y estudiarnos, examinar
las leyes de la Naturaleza y la sociedad humana, aprender cómo
conducirnos, decidir qué clase de relaciones deben prevalecer entre
nosotros. En consecuencia, construiremos una sociedad, un ambiente
y nos adaptaremos a éste. En realidad, estaremos amaestrándonos
-amaestrando al ego-, volviéndonos dueños de él y por lo tanto
volviéndonos “humanos”.

El humano en nosotros no está en los niveles inerte, vegetal o animal.


Estos son cuatro fundamentos. No se trata tampoco de otro desarrollo
egoísta. Ser “humano” significa que necesitamos trabajar para hacernos
humanos. Necesitamos dar a luz al ser humano y elevarnos a ese nivel
interiormente. Nadie lo hará por nosotros. Recibimos fuerzas egoístas,
pero somos nosotros que debemos diseñar el sistema que nos educará.

Nos elevamos a través de los grados del amor. Así como nosotros
cambiamos el ambiente, éste a su vez nos transforma. De esta manera,
trabajamos juntos, en cada etapa, verificando los avances, corrigiendo

260
Según las leyes de la Naturaleza

y continuando en el avance. Según las etapas creamos un ambiente que


ejercerá su influencia en nosotros para promovernos al siguiente nivel.

Nadie puede hacerlo solo. Yo no puedo tirar de mí mismo para


salir de un pantano. La condición para triunfar es por consiguiente la
construcción de una fuerza exterior que me afecte, que no me deje
escapar y que me fuerce a otorgar ya sea de buen grado o por la fuerza;
es la única forma de lograrlo.

La Naturaleza nos ubica en esta condición nueva e incluyente para


sobrevivir. Aparece en nuestra consciencia como una crisis que nos
hace pensar que nos destruirá y que no hay salida. La Naturaleza nos
introduce a nuestra situación general y en ella debemos construir todas
las situaciones positivas empleado la influencia del ambiente en cada
uno de nosotros, aunque somos nosotros que lo construimos sobre la
marcha.

Durante el proceso, me estudio para saber quién soy, qué soy, cuál
es mi naturaleza, mi carácter y cuáles son mis predilecciones. A partir
de esto construyo el ambiente que me impulsa a cumplir con las
nuevas condiciones de la existencia que la Naturaleza me presenta,
exigiéndome a estar de acuerdo con tales cambios como resultado del
conocimiento de la meta.

Por lo tanto, primero necesitamos establecer la educación. Las


personas necesitan comprender que no tenemos opción, igual como
les decimos a los niños que deben ir a la escuela para salir adelante en
la vida. Estamos naciendo en un nuevo mundo. Para nacer cada uno y
todos unidos debemos estar persuadidos que debemos relacionarnos
entre nosotros y con el ambiente en forma diferente.

Necesitamos reconocer lo que somos y que lo que nos rodea forma


parte de nosotros y debemos llegar a este entendimiento por nosotros
mismos. A eso se le llama “construir al ser humano”.

261
CONECTADOS

Por ejemplo, en el pasado, los perros eran parecidos a los lobos. Con
el tiempo el hombre los ha domesticado volviéndolos fieles a él. De ser
enemigos, los perros se convirtieron en amigos. De igual forma debo
tratar a mi ego, como a un perro que debo domesticar y transformar.
Por lo tanto me “divido” en dos: la nueva consciencia que es el ser
humano en mi interior, y el ego, que es el perro. La relación entre los
dos me permite construir mi nuevo yo.

Podemos domesticarnos y llevar al máximo nuestro potencial para


evolucionar como humanos, construyendo el ambiente correcto que
nos forzará a arropar a nuestro ego con la cubierta opuesta, que es
positiva para nuestra existencia.

Cada persona debe estar consciente de los puntos clave en la


Educación Integral y que existe un proceso especial para crear una
realidad especial. Verdaderamente estamos construyendo al ser
humano y lo hacemos observando la ley de “ama a tu prójimo como a
ti mismo”, que es la ley incluyente que debemos implementar el día de
hoy.

Particularmente en esta época tenemos la oportunidad de descubrir


la Ley General de la Naturaleza porque nuestros egos han llegado al final
de su desarrollo, a un estado en el que estamos listos para la corrección.
Todo lo que necesitamos es influir a nuestros egos para que adquieran
una forma humana, usando una fuerza exterior que construimos
nosotros a través de la sociedad. Al crearla, implementamos la fuerza
general de la Naturaleza y descubrimos su profundidad total, su
vitalidad, eternidad, magnitud y armonía.

Entonces, gradualmente pasaremos de una vida de “perros” a alcanzar


el nivel de humanos, en donde permaneceremos. Nos adheriremos tan
fuertemente al nivel humano que nuestros cuerpos, nuestras vidas y
todo lo que hemos vivido en nuestra historia no será sino el preludio,
una preparación para lo que alcanzaremos en el futuro. Es por este
motivo que contemplamos la crisis actual como labores de parto de un
nuevo mundo lleno de luz.

262
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 14:
La mujer en el mundo conectado

La mujer como la fuerza dirigente en el nuevo mundo

Al examinar la sociedad corregida dentro de la cual queremos vivir, se


debe prestar particular atención a la unidad familiar. La familia será un
microcosmos del mundo en que vivimos. Es evidente que el progreso
correcto dará como resultado relaciones familiares positivas y buenas
relaciones en la siguiente generación.

En la sociedad del nuevo mundo, es preciso construir la economía y el


mercado del empleo en sincronización con la preservación de nuestras
familias, hogares y la educación de los niños. No cabe duda que la mujer
desempeñará un rol clave en la promoción del desarrollo personal de
cada miembro de la familia y el desarrollo de la sociedad.

Las mujeres son una fuerza con la que se puede contar. Constituyen
más del 50% de la población mundial y su poder y capacidad son
incuestionables. Ellas pueden administrar la casa, la familia, las

263
CONECTADOS

relaciones con su esposo, las relaciones entre los hijos y sus propias
relaciones con cada uno de ellos. La mujer es madre, esposa, maestra
y educadora, la economista del hogar y la economista de su esposo
e hijos. Como madre, la mujer es también la esencia espiritual de la
familia, complementando con educación la información que los niños
adquieren en la escuela.

La mujer es la única persona que irradia sentido y espíritu a sus hijos


a través de la sabiduría interior que ella transmite a su familia. La mujer
es una fuente de educación, cultura y conocimiento que entrega a sus
hijos.

Debemos atribuir un gran significado al pilar de la familia, la mujer.


Debemos poner a la mujer en un pedestal en todos los medios alabando
su lugar en la familia, en particular, y en la sociedad en general. La nueva
realidad requerirá que se establezcan nuevos modelos que apoyen el
papel fundamental que se deterioró en el siglo pasado: el rol de la mujer.

Entre más ensalce la sociedad y le atribuya importancia al papel de la


mujer en el mundo conectado, entre más lo visualice como una carrera
en sí misma -que requiere un entrenamiento especial-, más lograrán
tener éxito las mujeres en su papel de mujeres, esposas y madres.
Ganaremos personas que estarán más calificadas para la vida en común
y una sociedad mejor en su conjunto.

Debido a la disminución del papel de la mujer en la familia, la unidad


familiar -la piedra angular de la humanidad- está en decadencia. Se
encuentra desnuda y sin protección, sin su columna de sostén, y con ella
se tambalea toda la civilización fundada a su alrededor, marchitándose
y declinando en su velatorio.

Como especie que busca prolongar su existencia, debemos


aprovechar la ventana de la oportunidad que tenemos para cambiar la
opinión pública. Este cambio no puede ser dictado desde arriba. Tiene
que llegar a través de la influencia de la sociedad en nosotros.

264
Según las leyes de la Naturaleza

Nos tendremos que relacionar a otros elementos tales como la


evolución biológica, ya que nuestros genes también se desarrollan. Por
consiguiente necesitamos ocuparnos de la necesidad de las mujeres de
progresar, salir de la casa y cultivar su profesión.

Si bien es un gran cambio en el rol de la mujer, comparado con lo que


tenemos por costumbre ver en las últimas décadas, si no restituimos
el equilibrio en el papel de la mujer, lamentablemente veremos a la
sociedad deslizarse hacia un abismo y la generación continuará su caída
libre hacia las drogas, la prostitución y el crimen; el sistema escolar no
puede reemplazar a la familia.

La única que puede remediar a la sociedad que se desintegra es una


mujer que entiende su papel en la ecuación. Por lo tanto, debemos
unirnos para cambiar la posición de las mujeres. Debemos exigir que no
se manipule o se juegue con las mujeres sencillamente por ser mujeres,
madres y portadoras de la vida. Es la mujer que decide lo que sucederá,
cómo sucederá y determinará el rostro del mundo. Las mujeres tienen
el intelecto y la sensibilidad, la flexibilidad y el nivel de desarrollo
requerido para comprender los cambios rápidamente.

Debemos cultivar la importancia del papel de las mujeres en la familia


porque sin esto, la siguiente generación no podrá disfrutar de la vida.
Vemos lo que ocurre en el mundo; cada generación está más perdida
que la anterior, más desorientada y sin rumbo. Quisiéramos que la
siguiente generación fuera más sana y feliz, ¿y quién más calificado
para llevar a cabo esta empresa que las mujeres?

Debemos enseñar a las mujeres ciencia, psicología, educación y


todo el conocimiento actualizado que les brinde un rol sustancial en
la construcción del sistema educativo del nuevo mundo. Ese papel
requerirá que reciba una educación pedagógica, administrativa de una
familia moderna, conozca lo que se enseña a los niños y trabaje con
las autoridades. A las mujeres se les tendrá al corriente de los nuevos
programas y entrenamientos para fortalecer su núcleo interior y el de
su familia.

265
CONECTADOS

Todo depende de educación y entrenamiento; y si queremos llevar


a la humanidad al nivel humano, tenemos que realizarlo a través de
las mujeres, de las madres. No podremos sacar nada de la siguiente
generación sin educación, sin inculcar valores a las personas, contenidos
y herramientas que los acompañen a lo largo de su existencia. Sólo una
madre puede cultivar esto en sus hijos y darles un bagaje para la vida.

A la larga, el 90% de lo que hacen los hombres/maridos se origina


en la influencia de la esposa. Ellos quieren complacerla. Por lo tanto,
si calificamos a la mujer en la psicología de las relaciones humanas,
descubriremos que tiene todas las herramientas para dirigir el mundo.

Pero las mujeres han perdido de vista la importancia de su papel;


han perdido su núcleo y toda la humanidad sufre como consecuencia
de ello. Todo empezó en los años 60 cuando las mujeres se unieron al
mercado del trabajo en gran número para proveer las necesidades de la
familia moderna; no tuvieron otra opción sino conseguir un trabajo para
ayudar con los ingresos de las casa. Hay quienes consideran esto como
un progreso pero no todos los desarrollos humanos son favorables
como podemos verlo en diversas áreas de nuestra vida.

Existen muchas razones por las que las mujeres salieron de casa para
ingresar al mundo del trabajo. El sueño americano dominó nuestras
vidas y la idea de que una familia necesita una casa en los suburbios,
dos autos en la cochera y toda clase de aparatos domésticos provocó
que las mujeres se precipitaran a encontrar un empleo. La mayoría de
ellas fue a trabajar porque no les quedó otra opción.

La humanidad debía progresar de generación en generación en su


educación, cultura y relaciones familiares. ¿Pero estamos avanzando
realmente en estas áreas? ¿Eso es el desarrollo? Podemos ver la
destrucción de la familia, niños que no conocen a sus padres, padres
que no saben lo que necesitan sus hijos y cómo dárselos. Por lo tanto,
tanto los padres como los hijos no están educados para vivir en una
casa, en un ambiente cálido, solidario, unido.

266
Según las leyes de la Naturaleza

Estamos perdiendo a la siguiente generación. Si examinamos las


estadísticas de las tasas de criminalidad, depresión y otros males de
la sociedad, entenderemos lo que tenemos que evitar si las familias
vuelven a ser familias nuevamente. La tasa de criminalidad caerá y se
resolverán numerosos problemas domésticos. El cambio proyectará
sobre toda la sociedad un halo de bienestar, incluyendo a los hombres,
las mujeres y los niños. Todo esto es posible y depende de la importancia
que le atribuyamos. De hecho, podemos hacerlo aquí y ahora en lugar
de esperar que sobrevenga una crisis mayor.

Es necesario que las mujeres entiendan que ellas también necesitan


alinearse con la Naturaleza porque al final todos queremos una vida
mejor. Necesitamos aprender lo que las leyes de la Naturaleza nos piden
y saber si nos podemos alinear a estas leyes: este es el único camino.

Debemos confiar en los científicos y psicólogos que entienden cómo


opera el sistema de las leyes de la Naturaleza. Podemos fiarnos de
los economistas y los estudios estadísticos que nos advierten que nos
están “lavando el cerebro”. Necesitamos comprender que los expertos
en opinión pública crean modas y tendencias ficticias, engañándonos
y obligándonos a consumir y comprar excesivamente y adherirnos a
ciertos puntos de vista sobre la vida.

Sólo las mujeres pueden percibir cuán mala es la situación y sólo


la fuerza femenina puede cambiarla. Si quieren, las mujeres pueden
lograrlo. Debemos explicarlo a las organizaciones de mujeres y que con
su ayuda sea posible transformar a la opinión pública. Cada organización
trabajará en su propia área para elevar la consciencia de la mujer acerca
de la familia y determinar la posición de la mujer como el centro de la
vida familiar.

Cuando esta consciencia se impregne en la opinión pública, las


mujeres pueden exigir las regulaciones que darán solidez a su estado. Si
las mujeres se unen se constituirán en una fuerza que ningún gobierno
podrá resistir. Las mujeres podrán hacer aprobar cualquier ley que
propongan. Las organizaciones de mujeres comprenderán que la

267
CONECTADOS

solución es sencilla: hacer resaltar y alabar las cualidades naturales de


las mujeres.

En resumen, debemos enfatizar que las mujeres necesitan acceder


a carreras universitarias, capacitaciones y cursos para adquirir
conocimientos, sobresalir en todas las áreas de la vida, incluyendo la
educación, la cultura, la psicología y la economía. Lo anterior deberá
hacerse realidad para que ellas puedan complementar la educación de
sus hijos, además de la enseñanza natural que reciben en la escuela, para
que cada niño sea único en su especialidad. Si comenzamos a corregir
la situación negativa en la sociedad -que no está sincronizada con las
leyes de la Naturaleza- y la corregimos positivamente, inculcando en
la opinión pública las explicaciones adecuadas, tendremos un inmenso
poder a nuestra disposición: el poder de la fuerza femenina, como así
también de la fuerza masculina.

268
Según las leyes de la Naturaleza

Capítulo 15:
Las prisiones como centros educativos

Cómo pueden los internos ayudar a la sociedad

Muchos estudios de criminalística tienen dudas sobre la efectividad


del encarcelamiento como medida preventiva. La influencia de la
prisión en los internos particularmente como medio de disuasión y
rehabilitación es un tema que requiere de una reflexión profunda.
Muchos países experimentan un incremento de la criminalidad no sólo
en el número de incidentes sino en su gravedad. Asimismo, los informes
muestran que los prisioneros que han sido puestos en libertad regresan
por reincidencia.

Existen muchos motivos por el incremento en la actividad criminal,


pero el común denominador es la incapacidad de la sociedad de
impartir una educación adecuada. Por un lado, desde temprana edad
los niños están expuestos a las escenas de crimen, violencia, conducta
agresiva y competitividad. Por otro lado, las instituciones encargadas
de la educación descuidan los valores y se enfocan erróneamente en los
exámenes y calificaciones.

269
CONECTADOS

Pero no sólo las escuelas contribuyen al problema. Cuando nuestros


hijos vuelven a casa de la escuela, les preguntamos, ¿cómo te fue, qué
aprendiste, cómo te fue en el examen? En otras palabras la principal
preocupación de los padres son también las calificaciones.

Al mismo tiempo, los niños se encuentran bajo una constante presión


social en la escuela. Tienen que enfrentar una competencia feroz, luchar
no sólo por su posición social, sino con la envidia, la codicia, la violencia
y las drogas, fenómenos que tratamos como “males necesarios”. ¿Pero,
lo son en realidad?

No estamos pugnando por convertir a los jóvenes en seres humanos,


ni educándolos para ser humanitarios. No estamos interesados en ver
que los niños crezcan siendo un modelo de educación, buenas personas,
que saben cómo comunicarse con los demás apropiadamente, que
conocen la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto, el bien y el mal.

La proliferación de la violencia se ha convertido en uno de los


problemas mayores de la sociedad en general y de las escuelas en
particular. Parecería que las escuelas se han convertido en semilleros
de futuros presidiarios.

¿En qué nos hemos equivocado? ¿Acaso no estamos educando a los


niños para ser íntegros desde el momento de su nacimiento? ¿Será
posible que no los estemos cultivando para resolver problemas en la
familia y no reciben las herramientas y el conocimiento para educar a
sus hijos en el futuro?

Con demasiada frecuencia escuchamos que los padres abusan de


sus hijos. Pero el abuso emocional es el más frecuente y rara vez
denunciado. La conclusión lógica sería que las personas nunca han sido
educadas para ser padres y entender la naturaleza de los niños y cómo
deben ser tratados. Los padres no recibieron buenos ejemplos para
actuar con sus hijos.

270
Según las leyes de la Naturaleza

La inclinación del corazón del hombre puede ser malvada desde su


juventud, como está escrito en el Génesis, pero dicha inclinación puede
cambiarse para bien. Puede canalizarse por los caminos que beneficien
a la sociedad. Por ejemplo, la terquedad puede volverse tenacidad
cuando se lucha por alcanzar ideales a favor de la sociedad.

En los hogares de hoy, los niños crecen viendo películas, series de


televisión violentas, y se divierten con juegos violentos en sus aparatos
electrónicos. Están expuestos a historias de crimen y abusos sexuales.
En la escuela los rodea una sociedad despiadada que amenaza su
seguridad personal, en donde el más poderoso es quien sale triunfante
y al final son juzgados sólo por sus calificaciones.

Lo que es más, las buenas calificaciones no son suficientes. Para ser


apreciados, necesitan tener mejores calificaciones que sus compañeros.
Así es como se mide el éxito. Los que nacen con talentos naturales
los usan en detrimento de los demás siguiendo los ejemplos que han
recibido. El débil usa su astucia y cortesía. Parece que se comportan
bien, pero en realidad, no es así, sencillamente conocen sus limitaciones
y dominan el arte de obtener lo que quieren de manera legal, pero sin
duda maliciosa.

Los niños no crecen en el vacío. Los patrones de nuestra sociedad


y sus reglas los moldean, y la responsabilidad de su comportamiento
reposa en los hombros de la sociedad.

Hemos descuidado la parte más importante de la vida: aprender a ser


buenas personas en una sociedad buena. Por ejemplo, no educamos
a las personas para ser buenos esposos y esposas, para mantener una
vida familiar sana y ciertamente las familias se están desintegrando. No
enseñamos a la gente a relacionarse con los demás, y no les hablamos
del hecho que formamos parte de una sociedad integral en la que todos
somos interdependientes. La persona que no percibe esta dependencia
mutua reaccionará egoístamente y hará lo que siente que es bueno
para sí misma, incluso si es ilegal y si está consciente que le aguarda

271
CONECTADOS

un castigo. Estas personas son peligrosas en extremo puesto que son


desinhibidas y no recibieron los ejemplos adecuados.

En nuestra sociedad egoísta cualquiera puede hacer lo que desea


mientras que no contravenga la ley, mientras que los daños se limiten
a las fronteras que ha fijado la sociedad. Pero en una sociedad integral,
opera una ley totalmente diferente. La persona debe dar, ser íntegra y
estar consciente de las conexiones que tiene con todos. Sólo observando
estas condiciones se puede decir que cumple con la ley.

La ley es participación general, garantía mutua, porque cada uno es


garante de todos los demás. Es debido a esto que tenemos que mostrar
a las personas la aplicación de estas leyes. Vemos que la Naturaleza, la
ecología y todo lo que está ocurriendo en el mundo integral y global nos
invita a convertirnos en asociados. El hecho de no recibir la educación
apropiada para llevarlo a cabo es la fuente de todos nuestros problemas.

A través de la educación, podemos prevenir el incumplimiento de


la ley por parte de las personas. Como parte de la educación integral,
podemos inculcar modelos de buenas conexiones que se enseñarían
en la escuela y en el jardín de niños. En lugar de sentarlos en filas de
pupitres frente al maestro, los niños se sentarían en círculo para
comunicarse entre ellos y aprender de los otros. Experimentaremos
yendo más allá de nuestros egos para conectarnos y construir el grupo.
Es lo mismo que una unidad de élite o un equipo deportivo en el que los
individuos se reúnen y se compenetran para alcanzar sus metas, gracias
a sus esfuerzos conjuntos y vínculos estrechos.

Necesitamos enseñar a la gente a ser ellos mismos los agentes del


orden. Sabrán lo que tienen que hacer, se convertirá en un hábito, en
una segunda naturaleza. Cada incidente fuera de lo común dentro de
la clase deberá tratarse mediante un debate dentro de un tribunal de
justicia. Durante la deliberación los niños determinarán lo correcto o
lo incorrecto del acontecimiento y presentarán todos los argumentos
del caso. En el proceso de escrutinio, los niños reaccionarán y se verán
influidos adquiriendo impresiones. Hasta que un niño no atraviesa por

272
Según las leyes de la Naturaleza

este proceso, no ha recibido una educación en el sentido humano de la


palabra.

“Educación” en el sentido humano de la palabra significa que el niño


recibe y experimenta ejemplos de vida. Los escrutinios se realizan
mediante debates, audiencias de justicia y actuaciones. Habrá un juez,
un abogado, un fiscal y el jurado. Todo el proceso podrá ser grabado y
más adelante los niños tendrán la oportunidad de ver el video y analizar
su conducta.

Todos deben participar en las discusiones; los roles de los niños


deben cambiar y recrear la escena desde diversos puntos de vista. La
recreación permitirá a los niños comprobar lo opuesto que puede ser su
comportamiento de una situación a otra.

Es una actividad muy enriquecedora cuando los niños “absorben”


diversos roles y personajes. De esta forma, aprenden a entender a
los otros cuando los puntos de vista de los otros son contrarios. Si el
niño experimenta lo que significa ser defensor, fiscal, y otros roles,
captará que existe otra visión completamente opuesta a la suya, que de
cualquier forma es muy válida.

Como parte de la Educación Integral, los niños no permanecen en


la escuela todo el tiempo. Disfrutan de salidas a bancos, hospitales,
fábricas, plantas y hasta prisiones para aprender sobre el trabajo de los
individuos y qué los motiva.

Estas salidas deberían analizarse a la luz del propósito de las visitas.


Mediante este proceso, los niños aprenden que todo el mundo está
conectado, que todos crean algo para los demás y de esta forma
amplían sus horizontes.

Si empezamos a formar a los niños como seres humanos de esta


forma y continuamos con esta educación a lo largo de su escolaridad,
nos acercaremos más a la constitución de una sociedad equilibrada y
estable, en la cual la seguridad personal de la gente será una realidad.

273
CONECTADOS

No tendremos temor de enviar a nuestros hijos a la escuela o dejarlos


salir por las tardes.

Hoy en día el problema es que ciertos elementos de la sociedad


obtienen grandes ganancias con las películas violentas. ¿Pero acaso es
una buena razón para permitir que envenenen la mente de nuestros
hijos? Los niños son los seres más impresionables, y nosotros como
padres somos los encargados de su formación. Con esta responsabilidad,
no puedo permitir que mi hijo vea películas de violencia o se divierta con
juegos violentos o esté expuesto a los malos ejemplos que he descrito.
No quiero que estudie en una institución en donde se promueva la
arrogancia y la competitividad a ultranza, que conduce a la violencia.
Quiero darle buenos ejemplos. Una persona aprende de los ejemplos
que observa y nosotros no les estamos dando buenos ejemplos.

Por lo tanto, para que nuestra sociedad sea sana, tenemos que
esforzarnos para transformar los paradigmas educativos. Si hablamos
con los maestros y educadores, los psicólogos y sociólogos, sabremos
lo que es necesario hacer y cuáles son las limitaciones que debemos
imponer en la sociedad.

Cuando vemos la televisión o navegamos por la red de Internet,


experimentamos muchas emociones relacionadas con la violencia que
moldean nuestra mentalidad. En vista de que ya estamos conscientes
de los efectos negativos que tienen estas imágenes en nuestra vida
diaria, y debido a que tenemos una consciencia en común con muchas
personas en el mundo, podemos detener la distribución de este tipo de
contenido y prohibir la distribución en los medios.

Una sociedad integral es la que contempla beneficiar a la gente, a


diferencia de una sociedad democrática que sostiene que el individuo
puede hacer lo que quiere mientras no perjudique a nadie y si sus
acciones no provoquen anarquía. El extremo de la democracia es la
anarquía y el otro es la dictadura. El individuo tiene que elegir cuál es
su postura, decidir cuál es el propósito de las diversas sociedades y
determinar su meta personal. La finalidad de la democracia era tener

274
Según las leyes de la Naturaleza

en cuenta el bienestar de la población, ¿pero cómo podríamos llevarlo


a cabo si todos somos egoístas? El beneficio de la población viene en
primer lugar, antes de limitar al ego.

En la mayoría de las prisiones del mundo, no sólo las condiciones son


vergonzosas, degradando la dignidad de los encarcelados, sino que no
existe un esfuerzo verdadero por rehabilitarlos y convertirlos en buenos
ciudadanos. Es debido a esto que los castigos no cumplen con su
objetivo. Los presos que cumplen su condena reinciden en su conducta.
Es su modo de vida. Pero si este es el caso, ¿por qué se encarcela a los
criminales? ¿Se debe encarcelar a una persona para cumplir su condena
o tenemos la obligación de reeducarla para que sea un ser humano
correcto? ¿Cuál es el papel de la prisión?

En tiempos remotos, en algunos países nunca se implementó el


sistema carcelario. La gente sabía que era inútil. Existían las ciudades
de refugio a donde huían los criminales y allí estaba prohibido matarlos.
Pero si a un ciudadano se le sorprendía robando, tenía que trabajar
para pagar lo robado. Cada transgresión tenía su castigo apropiado de
corrección, pero no se encarcelaba. Si realmente queremos corregir
nuestra situación, la corrección no depende de las condiciones
materiales sino de la educación.

Es por este motivo que las prisiones deben convertirse en escuelas.


Cuando los reclusos gozan de un tiempo libre deben recibir educación.
Deben aprender psicología, historia y lo que es un ser humano. Como
parte del temario del ser humano, deben aprender sobre el mundo
global actual, que subraya las conexiones entre todos. Y ya que los
prisioneros están bajo la tutela de la prisión, se les debe obligar a seguir
un programa intenso de educación.

Hoy en día, las prisiones de hecho ayudan a los reclutas a convertirse


en verdaderos profesionales del crimen. Los internos conocen a
criminales endurecidos y aprenden de ellos a mejorar sus capacidades.
Naturalmente que esto no ayuda a la corrección del individuo sino sólo
le agrega más corrupción. A pesar de los esfuerzos de rehabilitación en

275
CONECTADOS

las prisiones, es bien sabido que sólo unos cuantos internos se reforman
luego de su liberación y logran reconstruir una vida normal. La mayoría
reincide en sus transgresiones.

Los rasgos humanos se dividen en dos grupos principales: los


interiores, que recibimos por herencia y son innatos, y los exteriores
que adquirimos a través de la educación, del ambiente, los medios y
la sociedad en general. Ninguno de estos elementos depende del
individuo, a pesar de que constituyen su personalidad y determinan
su destino. Por lo tanto el prisionero no puede emplearlos, porque el
medio en el que se mueve no le provee buenos ejemplos.

La estructura de la rehabilitación por consiguiente debe cambiar


drásticamente. Por ejemplo, los reclusos pueden dividirse en grupos de
quince o veinte y ser conducidos por un psicólogo que trabajaría con
ellos para organizarlos. Se les darían conferencias relativas a temas tales
como la estructura de la sociedad humana; el ser humano mismo; las
relaciones y psicología humanas; qué es el hombre según su percepción
de la realidad y conducta hacia los demás; qué es el ego que siempre
nos gobierna; y cómo poder contemplarnos desde afuera y juzgarnos a
nosotros mismos.

Sería indispensable convertir a todo encarcelado en un buen


psicólogo que se entiende a sí mismo y puede contemplar el mundo
desde diferentes ángulos. Después de este entrenamiento el interno
que deje la prisión puede convertirse en un consejero juvenil porque
ya ha recorrido el camino negativo y fue reformado en la prisión. Al
salir de la cárcel esta persona puede convertirse en un activo para la
sociedad debido a su capacidad de comprender ambos modos de vida,
contribuyendo como un elemento positivo y benéfico para la sociedad.

En tanto que el recluso no complete el proceso de corrección y se


vuelva útil a la sociedad, es mejor que permanezca en prisión y no le
cause mayor daño a la sociedad. Por ahora, se libera a los prisioneros
y básicamente se aguarda hasta el momento que regresan. ¿Entonces,
por qué se perdieron tantos años? ¿Por qué la sociedad invirtió tanto

276
Según las leyes de la Naturaleza

dinero y esfuerzo en ese interno? ¿Qué ganó la sociedad? ¿Qué se gana


con el tiempo que pasó el detenido en prisión si no corrigió nada e incluso
regresa a ser un criminal con mejores armas después de pasar años en la
“universidad del crimen” en que se han convertido las prisiones?

Por consiguiente, las cortes que dictan sentencia a las personas para
su detención deberían considerarse como obsoletas. Los castigos no
deben aplicarse según la naturaleza del crimen o su gravedad, sino
el tiempo que llevará convertir al criminal en un elemento útil a la
sociedad. Al abandonar la prisión, el recluso aprendería una profesión
y se le enviaría a un lugar en donde pueda beneficiar a la sociedad. A
esto le llamaríamos “la corrección de la sociedad y la corrección del
Hombre”.

Por ejemplo, no hay necesidad de encarcelar a una persona que ha


robado por primera vez. En lugar de esto, el infractor puede estudiar en
casa o en un internado, tomar exámenes que acrediten la terminación
de la capacitación. De hecho, no importa si este individuo cometió un
fraude con el dinero de los clientes en el banco, o si es un carterista que
roba los bolsos de la gente. El criterio se determina de conformidad con
el proceso de corrección requerido. En tanto la sociedad no determina
que el delincuente está corregido seguirá capacitándose. La idea es
que las personas sean corregidas efectivamente y estas personas sean
positivas y útiles a la sociedad.

Estados Unidos es el ejemplo perfecto del fracaso por instituir


una sociedad corregida, una población equilibrada. Como país, ha
perdido el sentido de tratar adecuadamente a las personas hace ya
mucho tiempo. En la sociedad norteamericana actual, el individuo
no puede convertirse en una persona de bien a través del trabajo
duro y honrado. Los valores en el país han cambiado radicalmente
y mientras que hace medio siglo la modestia era una característica
valiosa, probablemente debido a la influencia dominante de la religión,
en nuestros días lo que se valora es todo lo contrario a la modestia.

277
CONECTADOS

En el capitalismo clásico, la persona trabaja duro para ganar una vida


honrada. Es motivo de orgullo ser un triunfador por su propio esfuerzo.
Pero hoy, aquellos que ganan son los magos de las finanzas. Estos son
los más respetados y poderosos en la sociedad. Este cambio resume la
pérdida de principios que solían simbolizar a los Estados Unidos y su
espíritu norteamericano.

Los ciudadanos de los Estados Unidos democráticos poseen más


licencias para portar armas que cualquier ejército en el mundo,
incluyendo el mismo ejército de ese país. En total existen cerca de
300,000 millones de habitantes en Estados Unidos y un número similar
de armas de fuego autorizadas en el país, una por cada hombre, mujer
y niño.

El número de personas encarceladas en Estados Unidos es alarmante.


Cerca de uno por cada cien habitantes del país se encuentra en prisión.
El número es mayor que en Irán y China, tanto relativamente como en
números absolutos. Sin embargo, el crimen no decrece.

Para realizar un cambio en ese enorme país, se debería promulgar


una ley para la Educación Integral en todas las instalaciones carcelarias.
Los reclusos deberán ser educados tanto en grupos físicos como
mencionamos anteriormente, como a través de cursos en línea, para
que a su debido tiempo ellos se conviertan también en educadores.

Un prisionero que recibe capacitación para ser educador no es una


persona ordinaria. Es un individuo muy especial y así es como debe ser
educado. Esta sería la condición para su liberación.

El tiempo que el recluso pasa en prisión, debe mostrar que puede


llegar a ser un modelo de educador. Este es el propósito y esa sería
su profesión en libertad. No tiene importancia si el convicto es un
economista que se robó miles de millones, un mendigo, o un asaltante
de bancos. Todos saldrán de la prisión como educadores porque es
parte del proceso de rehabilitación de un interno.

278
Según las leyes de la Naturaleza

El prisionero tendrá que transmitir a los demás mediante buenos


ejemplos lo que ha aprendido. Por ejemplo, los graduados se unirán al
equipo de delincuencia juvenil de las instalaciones, en donde tendrán
que demostrar durante seis meses seguidos si pueden o no educar a
los delincuentes, transformarlos y corregirlos. Naturalmente, todas
sus acciones serían monitoreadas y examinadas porque se trata de su
diploma, su pase para salir de la prisión.

En la cárcel, cada recluso estaría obligado a capacitarse en la


Educación Integral. De hecho, no sólo en las prisiones, sino que
el público en general debe tomar esta capacitación. Sin ella, sería
imposible corregir cualquiera de las crisis que experimentamos en la
educación, en la economía o en las familias. Estamos atravesando por
una crisis psicológica y crisis de salud, con un impresionante incremento
en el abuso de las drogas, depresión y desesperación. Todo aquello que
está relacionado con las vidas personales y sociales de la gente está en
crisis. Pero en tanto que no podamos detener los intereses egoístas que
se aprovechan de la crisis social global, no saldremos adelante.

Las prisiones pueden ser grandes ejemplos del mundo entero. Si


tenemos éxito en estos lugares, también triunfaremos en la sociedad
en apariencia normal. Convertir a las prisiones en universidades para
formar seres humanos sería una revolución en la percepción social. El
criterio para jóvenes y adultos, hombres y mujeres son los mismos.
Cualquiera que sea el crimen que haya cometido una persona,
necesita sentir, comprender y considerarse como una parte integral e
interdependiente del ambiente. Es a partir de este fundamento que el
recluso continúa con su crecimiento.

El número de personas en prisión en Estados Unidos nos confirma el


hecho de que la sociedad norteamericana está seriamente enferma.
Ese país no puede estar orgulloso de su democracia porque la
democracia fue concebida para trabajar a favor de las personas. Pero
si tienen a millones de personas encarceladas esto prueba que esta
democracia no está sirviendo a la población como corresponde. De
hecho, nos indica que esta población ha sido olvidada y nadie se ocupa

279
CONECTADOS

de ella. Detrás de los discursos acerca de las oportunidades iguales,


la sociedad norteamericana está mostrando una falta de respeto por
la persona humana y por la educación de la siguiente generación de
norteamericanos.

En Francia, por ejemplo, la cultura, la religión y la familia, son el


fundamento que mantiene la unión de la población. Se sienten orgullosos
de ser franceses. Es una sola nación, a diferencia de Estados Unidos.
Debido a la diversidad étnica en Estados Unidos, no hay nada que los
una. La disparidad profunda, la falta de un lenguaje en común plantea
grandes dificultades y requiere una revisión, una transformación de
actitud, con visión de la vida y de los valores. Y como la Educación
Integral trasciende todas las diversidades que crean malos entendidos,
debe implementarse en Estados Unidos.

Por encima de todo, debería existir un paraguas protector que dijera:


“pertenecemos a una nación, un país, una humanidad, y un mundo.
Si bien mantenemos la singularidad de cada persona, debemos
conectarnos por encima de ello porque la Naturaleza nos obliga”.
Este es el enfoque adecuado de acuerdo a la ley de la Naturaleza. La
Naturaleza es la que nos fija nuestro deber de conectarnos más allá de
las diferencias en el mundo integral, en la sociedad integral. Estamos
conectados lo queramos o no. No tenemos elección, no hay otra forma
de salvarnos de las dificultades como no sea a través de la unión.

Si empezamos a actuar de este modo en muchos lugares en el mundo,


veremos cómo afecta al resto del mundo. Hoy es difícil convencer a los
líderes fanáticos o autócratas, por lo que el cambio depende de una sola
cosa: alguien que dé un paso adelante para servir de modelo. Sólo si
ese país educa primero a la población demostrará la necesidad de la
Educación Integral.

No se puede influir al mundo con valores y principios cuando provienen


de alguien que resulta ser un corrupto. Por consiguiente, si Estados
Unidos quiere ser un ejemplo para el mundo debe empezar por reducir
el número de reclusos, debido a que su población está más educada y

280
Según las leyes de la Naturaleza

es más considerada, lo que reduce los índices de criminalidad. Cuando


Estados Unidos sea un modelo en todas esas áreas, podrá exportar sus
valores al resto del mundo.

No tenemos la intención de cambiar las leyes de Estados Unidos


porque sería imposible. Sólo deseamos que en las prisiones sean
admitidos educadores que tengan una maestría en educación social.
Estos educadores, capacitados para trabajar con personas, lograrán
que los internos aprendan a hacer las conexiones correctas e integrales.
Organizarán lecciones dentro de las cárceles y los internos deberán
participar. Estos estudios también podrán transmitirse por televisión,
Internet o presentando la información en un DVD. Los maestros darán
cursos y charlas a los internos, y los psicólogos contribuirán con sus
conocimientos. Debemos preparar educadores con esta ideología y
obtener permiso de las administraciones carcelarias para convertir las
prisiones en escuelas que eduquen a los internos.

Los logros de los reclusos deben difundirse en los medios y la sociedad


verá lo que se necesita para corregirse. De esta forma, aprenderemos
que no existe una gran diferencia entre los que están adentro y los
que están afuera, porque en lo que respecta a las leyes del mundo,
de la Naturaleza, la ecología y las relaciones humanas, todos somos
delincuentes. Todos tenemos la culpa de lo que sucede en el mundo.
No existen víctimas, todos somos responsables por lo bueno y lo malo.

Vivimos en un mundo que es integral y circular, sin principio ni final,


por lo que no hay a nadie a quien culpar. Todos los fenómenos que
suceden en la sociedad humana los provocan sus integrantes. Debemos
materializar la naturaleza de una sociedad integral, uniforme y empezar
a relacionarnos en forma distinta con nosotros mismos, con los otros y
con la Naturaleza que nos creó.

281
CONECTADOS

282
Según las leyes de la Naturaleza

Epílogo:

Un nuevo motor para la vida

Durante milenios, la humanidad se ha preguntado, ¿Dónde vamos?


¿Dónde nos lleva la evolución? ¿Qué podemos cambiar para mejorar
nuestra existencia? ¿Qué camino seguirá nuestra naturaleza humana?
Hemos descubierto modos de desarrollo, pero siempre somos
conducidos en la misma dirección.

Luego de muchos miles de años de desarrollo nos encontramos


dentro de una interesante situación: la fuerza egoísta que originó
nuestro desarrollo está declinando. La misma fuerza que nos impulsó
a mejorar nuestro modo de vida, a aprender, a entender y aspirar a la
felicidad, fortuna y fama. Pero debido a la disminución del empuje del
ego, una sensación de fatiga y hastío se ha apoderado de nosotros al
grado de que se ha extendido la depresión y desesperación.

Vivimos el “aquí y ahora” y no buscamos un mayor desarrollo o invertir


en el futuro. De hecho, estamos cambiando, pero vamos en el sentido
contrario al proceso que siempre nos había impulsado.

Estamos experimentando una crisis integral que afecta todos los


aspectos de nuestras vidas. Esta crisis no es particular a un solo país

283
CONECTADOS

o cultura. Es una crisis global que influye en todos los contextos de


nuestra existencia.

Parece que hemos agotado nuestra capacidad y energía, que tenemos


en demasía. Viajamos al espacio exterior y exploramos las profundidades
de los océanos, pero al mismo tiempo, estamos agotando los recursos
de la Tierra. Podríamos destruir toda la vida sobre la Tierra apretando
un botón, y sin embargo estamos a merced de la Madre Naturaleza,
aunque lo peor de todo es que hemos perdido nuestra dirección.

No es que la dirección en la que estábamos fuera buena, pero al menos


nos desarrollaba. Ahora, ni siquiera eso existe. Estamos empezando a
preguntarnos, ¿qué nos está sucediendo? y ¿cuál es el propósito de la
vida?

Estas preguntas que se plantean en la actualidad nos atañen a todos,


no sólo a los filósofos y pensadores. Hemos llegado a un alto en el que
no continuamos desarrollándonos, pero no podemos permanecer
paralizados, porque perderíamos todo lo que hemos ganado hasta
ahora. La industria que hemos venido desarrollando durante siglos
afloja el paso, la ciencia ha llegado a un punto muerto y la cultura y la
vida social han tocado fondo, como lo vemos en la programación de las
televisoras, que dirige y refleja nuestros valores actuales. Técnicamente,
podemos hacerlo todo, pero el contenido que llena nuestra vida es
cada vez más bajo, malo, superficial y en total disonancia con nuestras
capacidades tecnológicas.

Nunca antes la vida familiar había sido tan desastrosa. Las personas se
sienten solas, como ciegos, buscando su camino siguiendo las paredes
dentro de una habitación vacía. No se relacionan con otras personas, o
intentan conocerlas, no tienen la habilidad de conectarse a los demás
de modo adecuado, placentero y aconsejable. Las parejas dejan para
después el matrimonio, y la edad para tener hijos está aumentando.
No tenemos certeza en el futuro, porque nuestra naturaleza, el ego
-este mal generalizado que nos controla- ya no nos dirige hacia ninguna
dirección en particular.

284
Según las leyes de la Naturaleza

Estamos experimentando una crisis profunda y gran desesperanza.


La depresión es la enfermedad más común a nivel mundial y la primera
causa de muchos otros padecimientos. La incertidumbre es nuestra
constante en el presente y tenemos temor del futuro por los desastres
naturales o los que causa el egoísmo humano, ya que estamos
totalmente fuera de control.

Lo sabemos y lo entendemos; y muchos científicos han reconocido


las tendencias. Incluso el público en general lo reconoce también. No
obstante, fuera del diagnóstico de los síntomas, no hay gran cosa que
podamos hacer. Estamos indefensos cuando se trata de resolver esta
crisis masiva.

Podemos pensar que esta crisis es como una enfermedad que afecta
a toda la humanidad. Sus síntomas son la disfunción en diversas áreas,
como un cuerpo parcialmente funcional debido a un desequilibrio en
sus sistemas. De la misma manera, la sociedad humana no trabaja
adecuadamente; se encuentra en desarmonía y sus sistemas están
desequilibrados. Sin embargo, todo lo que podemos hacer es reconocer
que estamos gobernados por el egoísmo humano, la mala voluntad,
la envidia, el odio, la codicia y la búsqueda del poder y el respeto.
Somos como un ser a punto de auto-destruirse, y junto con él a toda la
civilización, bajo una imposibilidad de detenerse. Es como si conociera
de antemano el resultado de su conducta, pero sintiera propensión al
suicidio.

Debido a la crisis económica, el desempleo está en alza. Hemos


erigido industrias que manufacturan productos que suplen necesidades
realmente inexistentes, provocando el consumo redundante de tales
artículos. Peor aún, para incrementar sus ganancias, los industriales
fabrican aparatos que dejan de funcionar antes de lo debido, sólo para
forzarnos a comprar uno nuevo.

La sociedad ya no puede seguir este ritmo de producción, y cuando


la sociedad reduce su consumo, los fabricantes se colapsan junto con el
sistema financiero, los bancos, las compañías de seguros y las firmas de

285
CONECTADOS

inversionistas. Los expertos afirman que en el futuro previsible, sólo el


10% de la población mundial necesitará trabajar para proveer nuestras
necesidades, mientras que el resto de las personas estará de sobra.
Cientos de millones se quedarán fuera del mercado del empleo para
siempre.

Los millones de rechazados en la bolsa de trabajo necesitan ocuparse


en alguna función social. Ellos necesitarán promover un cambio
social, una transformación en el comportamiento humano y lograr
que la humanidad regrese al equilibrio con la Naturaleza. Es necesario
comprometernos a la construcción de un nuevo ser humano adecuado
para una nueva era a la que estamos llegando. Si el único problema que
percibimos en la situación actual es nuestro ego, podemos asumir que
al darse el cambio, nos elevaremos a un grado superior al del ego.

Así es como la humanidad ha evolucionado. Luego de una crisis, surge


una nueva situación que parece mejor, justa, avanzada y nos ofrece una
nueva vida. Después, una vez que nos hemos instalado en esta nueva
estructura, descubrimos que no todo era como habíamos esperado.

Al evolucionar, nuestro desarrollo siempre nos trae estados


negativos y de sufrimiento. Cuando las sensaciones negativas y los
discernimientos llegan a un punto crítico, que no podemos tolerar más,
hacemos una revolución o una guerra. Alternativamente, creamos un
cambio a través de nuestro intelecto mediante nuevas percepciones y
nivel de consciencia. Cuando esto sucede, se suscitan nuevos valores y
filosofías, permitiéndonos avanzar a una nueva etapa.

Parece que ahora nos enfrentamos a una situación igual. Ya hemos


agotado la situación anterior, observamos y entendemos que la causa de
nuestra complejo escenario es el ego y no podemos dejar que continúe
arruinando nuestras vidas. Por consiguiente nuestra naturaleza exige
un cambio.

Esta es la particularidad de nuestra situación. Nunca antes habíamos


cambiado la naturaleza humana, sólo pasábamos al siguiente nivel de

286
Según las leyes de la Naturaleza

desarrollo como el cambio de velocidades de un automóvil. Estamos


ahora en la última velocidad, hemos pisado el acelerador a fondo y el
motor está perdiendo su poder.

Ahora debemos cambiar de combustible o cambiar el motor.


Tenemos que cambiar el camino, los valores y las metas. El viejo motor
no funcionará en la nueva era hacia la cual nos conducimos, por lo
que necesitaremos uno nuevo. Es decir, necesitamos transformar la
naturaleza humana, el motor egoísta que nos empujó al desarrollo, al
descubrimiento y a la percepción. El resultado final es que tenemos que
cambiar nuestra naturaleza.

Existen dos fuerzas en la Naturaleza: la fuerza de recepción, nuestro


ego, y la fuerza de otorgamiento, el dar. Estas dos fuerzas son las
creadoras de la vida. La combinación, el equilibrio y la armonía entre
ellas hará que nuestras vidas sean mejores, pacíficas y avancen. Hemos
llegado a un estado en que la fuerza de recepción, el ego, ha dejado de
funcionar; por esto sentimos el hastío y la desesperanza, percibida en
cada esfera de nuestra vida.

Los científicos y los investigadores empiezan a percibir una solución.


Es preciso cambiar nuestro combustible y adaptar el motor para trabajar
con la fuerza de otorgamiento, para que esta fuerza de otorgamiento
esté a la cabeza, arrastrándonos hacia adelante, con la fuerza de
recepción como subsidiaria.

La sociedad humana ha evolucionado. Hemos desarrollado la


educación, la cultura, la industria, y particularmente el comercio. De
este modo, hemos empleado el otorgamiento como un medio para
recibir más.

Ahora estamos cambiando a un nuevo modus operandi, en donde


la fuerza de otorgamiento es el elemento prominente, y la fuerza de
recepción es tan sólo un medio para alcanzar la meta. Esto es, estamos
pasando a un nuevo modo de funcionamiento, nuevas conexiones,
nuevas relaciones; estamos cambiando la fuerza que dirige.

287
CONECTADOS

Necesitamos construir este nuevo motor para que opere en


concordancia con la fuerza de otorgamiento. Y como el motor es la
sociedad humana, tendremos que tratar con el cambio de cada persona
y por ende el cambio de la sociedad en general. No es necesario cambiar
la industria o la ciencia, sino a las personas que trabajan en ellas y las
relaciones entre nosotros; entonces todo estará bien.

Para transformarnos, primero necesitamos un nuevo sistema para


educar a la gente. La nueva educación considerará a las personas como
individuos y como un grupo global que llamamos “humanidad”. Las
preguntas que debemos plantearnos respecto a la nueva educación son:
“¿Quiénes somos? ¿Qué somos? ¿Cómo hemos evolucionado a través
de los milenios a nuestro estado actual y cómo debemos evolucionar
en adelante? ¿A qué tipo de cambio nos tendremos que someter y por
qué medios? ¿Qué tan gradualmente se deberá promover el cambio en
cada uno de nosotros como personas, y en la colectividad a nivel social,
nacional e internacional?”. Este cambio afectará a toda la civilización
humana.

Además del aprendizaje, que se apoyará en estudios científicos,


biológicos y sociológicos, necesitamos desarrollar la parte educativa:
cómo cambiar y por qué medios. En otras palabras, ¿cómo lograr que
la fuerza de otorgamiento nos controle y nos haga avanzar en lugar
de que lo haga la fuerza de recepción? ¿Cómo materializamos estos
cambios en las personas y en la sociedad? ¿Cómo y en qué orden, se
deben hacer los cambios en los niños, los adultos, hombres, mujeres y
en toda sociedad conforme a su mentalidad, religión y tradiciones?

Hoy en día, tenemos millones de personas que son despedidos de


talleres clandestinos, que manufacturan redundantes productos sin
valor. Estas personas pasarán a tener un nuevo empleo: cambiar la
sociedad humana.

Dividiremos el trabajo razonablemente entre todos, para que


podamos vivir con dignidad, como lo hacen las sociedades animales
en la Naturaleza. Entre las hormigas o las abejas, por ejemplo, algunas

288
Según las leyes de la Naturaleza

son obreras, algunas reproductoras, algunas producen alimentos.


Cuando se dividan los empleos entre nosotros, de la misma forma, sólo
trabajaremos algunas horas por día, tal vez no diariamente. Pasaremos
el resto del tiempo procurando el bien de la sociedad para que se
mantenga sana y estable. En este sentido, todos recibirán lo necesario
para una vida digna. Pero la ocupación principal será la transformación
personal de cada uno de nosotros y para todos en conjunto como
sociedad.

De esta manera, crearemos una nueva educación y una nueva


sociedad. Los medios cubrirán ampliamente este contenido y las
industria cinematográfica, la música, televisión, literatura, periódicos,
promoverán historias que divulguen la transformación de la sociedad
y el hombre.

Hoy en día, nuestro deber es cambiar a la humanidad. Es debido a


esto que Publicaciones ARI ha iniciado la impresión de una serie de
libros, la producción de material audiovisual de contenido como video
clips y películas para niños y adultos. Nuestra meta es acercarnos a los
cambios por lo que tendremos que pasar.

289
CONECTADOS

290
Según las leyes de la Naturaleza

Acerca del Autor

El Dr. Michael Laitman es Profesor de Ontología y Teoría del


Conocimiento, Doctor en Filosofía, con una Maestría de Grado en
Ciencias de la Cibernética Médica. Es fundador del Instituto ARI, con
subsidiarias repartidas en Norteamérica, Centro y Sudamérica, Asia,
África y Europa del Este y del Oeste.

El Dr. Laitman se dedica a promover cambios positivos en las políticas


y prácticas educativas a través de ideas y soluciones innovadoras
de los problemas educativos más acuciantes de nuestra época. Él ha
introducido una nueva perspectiva en la educación, implementando
reglas para un mundo interdependiente e integrado.

291
CONECTADOS

292
Según las leyes de la Naturaleza

Una guía de vida en un mundo globalizado

El Dr. Laitman nos ofrece una guía específica para vivir en la


nueva aldea global, nuestro interesante mundo tecnológicamente
interconectado. Su perspectiva fresca alcanza todas las áreas de
nuestra vida humana: social, económica, ambiental, con un particular
énfasis en la educación. Nos detalla un nuevo sistema educativo global,
basado en valores universales para crear una sociedad solidaria en una
realidad emergente, estrechamente interconectada.

Durante sus reuniones con la señora Irina Bokova, Directora General de


UNESCO y con la doctora Asha Rosa Migiro, Secretaria General Adjunta
de Naciones Unidas, discutió los problemas mundiales educativos
actuales y su visión para solucionarlos. Este tema global y crucial se
encuentra en medio de una transformación mayor. El Dr. Laitman
resalta la urgencia de emplear positivamente las nuevas herramientas
de comunicación disponibles, considerando las aspiraciones únicas de
la juventud de hoy y prepararlos para la vida dentro de un mundo global
altamente dinámico.

En años recientes, el Dr. Laitman ha trabajado de cerca con numerosas


instituciones internacionales y ha participado en diversos eventos
internacionales en Tokio (con la Fundación Goi para la Paz); en Arosa,

293
CONECTADOS

Suiza; en Düsseldorf, Alemania; así como con el Foro Internacional de


las Culturas en Monterrey, México. Estos eventos fueron organizados
con el respaldo de la UNESCO. En estos foros globales, contribuyó a
las discusiones vitales referentes a las crisis mundiales y ha subrayado
los pasos que se requieren para crear un cambio positivo mediante el
establecimiento de una consciencia global.

El Dr. Laitman ha tenido espacio en las siguientes publicaciones, entre


otras: Corriere della Sera, Chicago Tribune, Miami Herald, Jerusalem Post,
The Globe, y en RAI TV y Bloomberg TV.

El Dr. Laitman ha dedicado su vida a explorar la naturaleza humana


y la sociedad, buscando respuestas al significado de nuestra vida en el
mundo moderno. La combinación de sus antecedentes académicos y
un conocimiento muy extenso lo sitúan como uno de los pensadores y
conferencistas más solicitados en el mundo. El Dr. Laitman ha escrito
más de cuarenta libros que han sido traducidos a dieciocho idiomas,
todos con el propósito de ayudar a los individuos a lograr la armonía en
ellos mismos y con el ambiente que los rodea.

La propuesta científica del Dr. Laitman permite a las personas


provenientes de todo medio, nacionalidad y creencias pasar por encima
de sus preferencias y unirse al mensaje global de la responsabilidad
mutua y la colaboración.

294
Según las leyes de la Naturaleza

Acerca del Instituto ARI

Nuestra misión:

Promover una humanidad global consciente que haga frente a los


retos del mundo interdependiente de hoy.

Lo que hacemos:

• Exhortamos el diálogo entre científicos, académicos y


educadores.

• Impulsamos cambios positivos en las prácticas y


políticas educativas.

• Estamos creando un nuevo modelo de Educación


Integral para toda la gente.

Visión:

El mundo hoy en día se encuentra en una encrucijada: la evidencia


general muestra, bajo la forma de inestabilidad económica, fracaso
político y malestar social, que la humanidad atraviesa por un cambio
global. Muchos expertos observan que la naturaleza del cambio es que
nos volvemos tan interconectados e interdependientes que los antiguos
sistemas ya no funcionan.

Puesto que existe una amplia evidencia de que el término


“globalización” comprende más que la correlación entre los mercados
globales financieros, un significado más exacto del término debería
implicar la naturaleza interconectada de la sociedad en su conjunto.

295
CONECTADOS

Somos “globales” no sólo en el sentido financiero, sino también, lo


somos principalmente en el sentido social.

El malestar social que inició en el año 2011 y se prendió como un


incendio forestal global demostró cómo las llamaradas sociales pueden
difundirse a través de los continentes pasando de un país en conflicto a
otro a través de la Red Mundial de Internet.

Todos nos encontramos en el mismo barco y entre más rápido


tomemos consciencia de lo que sucede en el mundo, se suscitará
una transición más tranquila y segura. Si bien nos hemos vuelto
globalmente interdependientes, nuestra mentalidad y egocentrismo
todavía constituyen el paradigma predominante. Por lo tanto, la
interdependencia es un hecho en nuestras vidas. Pero nosotros, nuestra
forma de pensar, nuestros valores, aún se encuentran confinados en los
antiguos paradigmas. Por consiguiente, el camino a una solución viable a
las crisis que enfrenta la humanidad, debe iniciar con el establecimiento
de las nuevas condiciones emergentes: debemos educarnos y elevarnos
para abrazar nuestra dependencia mutua y la responsabilidad que
tenemos de todos los demás.

Los problemas que nos salen al paso no son las causas, sino tan sólo
los síntomas de nuestro problema verdadero: falta de solidaridad y
responsabilidad mutua de unos hacia otros. Muchos investigadores
han demostrado el poder de la influencia de la sociedad. ARI trabaja
para aprovechar el poder de la educación y la influencia social, para
sacarnos de la mentalidad mezquina, de la explotación del hombre,
reconociendo la realidad del sistema humano integrado y hacer los
ajustes correspondientes.

En la realidad globalizada de hoy, ganamos todos o lo perdemos


todo, debido a que somos interdependientes. Cuando un número
suficiente de personas abran los ojos a estos hechos de globalización
y responsabilidad compartida, se iniciará un gran cambio. Los países
y los pueblos ya no se explotarán unos a otros, nunca más los gigantes
transnacionales explotarán a los millones de trabajadores mal pagados

296
Según las leyes de la Naturaleza

alrededor del mundo, no se permitirá que existan niños que mueren de


hambre y enfermedades que pueden tratarse con simples antibióticos,
y no se abusará más de las mujeres sencillamente porque son mujeres.

En un mundo en donde las personas están conscientes de que


su propio bienestar depende del bienestar de los demás, éstas se
preocuparán de los otros que a cambio se preocuparán por ellas. Las
definiciones de “primer mundo” o “tercer mundo” dejarán de existir.
Sólo habrá un mundo y las personas que lo habitan. La educación
significa informar a la gente sobre la nueva era de globalización, sobre
la dependencia mutua y la responsabilidad compartida, de la que todos
formamos parte. Las últimas crisis financieras globales y la serie de
manifestaciones alrededor del mundo han sido evidencia suficiente
de que nos afectamos unos a otros en todos los niveles de la vida:
económico, social e incluso emocional.

ARI trabaja para promover la unidad y la solidaridad entre los


individuos y las naciones, en concordancia con la realidad actual
interconectada. Aprendemos de la Naturaleza la unidad, la reciprocidad
y la responsabilidad mutua, que son prerrequisitos para la vida. Ningún
organismo sobrevive a menos que sus células operen en armonía.
Asimismo, ningún ecosistema prospera si uno de sus elementos es
eliminado.

La humanidad es también una parte integral del sistema de la


Naturaleza. Sin embargo, somos la única especie que en su conjunto
no sigue la ley natural de dependencia mutua y reciprocidad. ARI
sostiene que la humanidad empieza a darse cuenta que nosotros
también estamos sujetos a esta interdependencia y debemos observar
esa regla si queremos sobrevivir y florecer en el Siglo 21. Aceptar
nuestra interdependencia, en lugar de ignorarla o resistirla, es la clave
de nuestro éxito para la construcción de una realidad sostenible para
nosotros y nuestros hijos.

Precisamente porque el mundo se encuentra en una encrucijada, ARI


está comprometido con una perspectiva positiva, optimista, de que

297
CONECTADOS

tenemos la oportunidad única de lograr una transformación global de


manera tranquila y segura. Teniendo esto en mente, la misión de ARI es
promover una consciencia global humana para triunfar con los retos del
mundo interdependiente de hoy.

298
Según las leyes de la Naturaleza

Otros títulos:

La Psicología de la Sociedad Integral

La Psicología de la Sociedad Integral nos ofrece una perspectiva


educativa revolucionaria. En un mundo interconectado e
interdependiente, enseñar a los niños a competir con sus compañeros
es tan complicado como enseñar a la mano izquierda a engañar a su
compañera, la mano derecha. En una sociedad integral todos sus
integrantes contribuyen al bienestar y buen desenvolvimiento de ésta.
La sociedad a su vez es responsable y cuida del bienestar y el éxito de
todos sus elementos, lo que produce una co-dependencia. En un mundo
globalizado e integrado, esta es la forma de vida razonable y sostenible.

En este libro, el diálogo entre los profesores Michael Laitman y


Anatoly Ulianov nos muestra los principios de una reveladora propuesta
educativa. Ausencia de competencia, formación a través del ambiente
social, igualdad entre compañeros, recompensa a los altruistas,
estructura dinámica del grupo y los instructores, son algunos de los
nuevos conceptos que se proponen en este libro que deben tener todos
quienes quieren ser mejores padres, maestros y personas en la sociedad
integral del Siglo 21.

“El tema que trata La Psicología de la Sociedad Integral debería hacer


pensar a la gente acerca de otras posibilidades. Cuando se intenta
resolver un problema complejo, se deben explorar todas las perspectivas.
Pasamos mucho tiempo compitiendo y tratando de soslayar que el
concepto de trabajar sencillamente en colaboración tiene en sí mismo,
tintes innovadores.” --Peter Croatto, ForeWord Magazine

299
CONECTADOS

Los Beneficios de Una Nueva Economía; resolviendo la crisis


económica global a través de la garantía mutua

¿Se han preguntado por qué, a pesar del esfuerzo de los grandes
economistas en el mundo la crisis económica se niega a desaparecer?
La respuesta a esta pregunta se encuentra dentro de nosotros, de todos
nosotros. La economía es un reflejo de nuestras relaciones. A través
del desarrollo natural, el mundo se ha convertido en una aldea global
integrada, dentro de la que todos somos interdependientes.

La interdependencia y la “globalización” significan que lo que sucede


en una parte del mundo afecta a la otra. Como resultado, una solución
a la crisis global debe incluir a todo el mundo, pues si una sola parte es
sanada, las otras partes enfermas, la contagiarán nuevamente.

Los Beneficios de Una Nueva Economía, fue escrito pensando en


nuestro futuro común. Su propósito es ayudarnos a desenmarañar el
enredo económico de hoy, sus causas, cómo puede solucionarse y el
resultado anticipado. El camino hacia una nueva economía no radica en
recaudar nuevos impuestos, imprimir dinero y cualquier otro remedio
del pasado. Más bien, la solución se encuentra dentro de la sociedad
misma en la cual todos apoyen a los otros con garantía mutua. Esto
crea un ambiente social de cuidado y consideración y el entendimiento
de que nos elevaremos o caeremos juntos, porque todos somos
interdependientes.

Este libro contiene trece ensayos independientes escritos en 2011


por diversos economistas y financieros en diferentes disciplinas. Cada
ensayo trata un tema específico y puede leerse como una unidad aislada.
Sin embargo, un tema los conecta a todos: la ausencia de garantía
mutua es la causa de nuestros problemas en el mundo global e integral.
Pueden leer estos ensayos en el orden de su preferencia. Nosotros, los
autores, pensamos que si leen al menos algunos de ellos, obtendrán
una perspectiva exhaustiva de la transformación que se necesita para
resolver la crisis global y crear una economía prospera y sostenible.

300
Según las leyes de la Naturaleza

Una Guía Para el Nuevo Mundo: por qué la garantía mutua es la


clave para recuperarnos de la crisis global

¿Por qué el 1% de la población mundial posee el 40% de la riqueza?


¿Por qué los sistemas educativos a través del mundo están creando
niños insatisfechos, con un nivel educativo muy bajo? ¿Por qué existe el
hambre? ¿Por qué aumenta el precio de los alimentos cuando hay más
que suficiente para todos? ¿Por qué existen países en donde la dignidad
humana y la justicia social son inexistentes? ¿Y cuándo se corregirán
todas estas injusticias?

Durante el año 2011 estas preguntas conmovieron los corazones de


millones de personas alrededor del mundo. La demanda de justicia
social se ha convertido en una reivindicación a la que todos se pueden
unir. Todos soñamos con una sociedad que ofrezca seguridad, que
podamos confiar en nuestros vecinos y garantizar el futuro de nuestros
hijos. En una sociedad así, todos se preocuparían por todos y florecería
la garantía mutua, siendo todos garantes del bienestar de los demás.

A pesar de todos los retos, creemos que el cambio es posible y que


podemos descubrir el medio de llevarlo a cabo. Por lo tanto, el libro que
tiene en sus manos es positivo y optimista. Tenemos la oportunidad
única de alcanzar la transformación global en forma apacible y Una
Guía Para el Nuevo Mundo: por qué la garantía mutua es la clave para
la recuperación de la crisis global, intenta ayudarnos a pavimentar el
camino hacia la meta.

El libro se divide en dos partes y algunos capítulos suplementarios.


La primera parte define el concepto de la garantía mutua. La segunda
parte nos ofrece las pautas para construir una nueva sociedad dentro
de la garantía mutua y resume los principios presentados en la primera
parte. Los capítulos suplementarios son publicaciones anteriores del
Instituto ARI sobre ideología social, educativa y económica.

301
Contacto para información general: info@ariresearch.org

Estados Unidos

009 85th St., Suite 51

Brooklyn NY, USA -11214

Tel. +1-917-6284343

Canadá

1057 Steeles Avenue West

Suite 532

Toronto, ON – M2R 3X1 Canada

Tel. +1 416 274 7287

Israel

112 Jabotinsky St.,

Petach Tikva, 49517 Israel

i.vinokur@ariresearch.org

Tel. +972-545606780

S-ar putea să vă placă și