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1. ANTECEDENTES
El aprovechamiento del Cloruro de Sodio (sal común) se realizó desde tiempos ancestrales por los
pueblos originarios de la zona inter salar (del Salar de Uyuni y del Salar de Coipasa), en aquellos
tiempos los campesinos recogían la sal común para llevarlos a lomo de Llamo (camélido del
altiplano), hasta los valles del Sur y Cochabamba, para intercambiarlos por productos como el maíz,
frijoles, coca, frutas y otros.
El interés de la explotación del Litio y otros recursos del Salar de Uyuni cobra mayor interés con los
estudios de Francois Risacher, científico francés, que daba los primeros pasos en procura de
establecer la existencia de Litio en la salmuera de Uyuni. Sus primeros estudios y perforaciones se
iniciaron a mediados de los años 70 en el marco de un acuerdo entre la francesa ORSTOM, actual
IRD, y la UMSA. Las conclusiones de este trabajo que alcanzó una perforación de 120 m. de
profundidad, determinando una reserva de 8,9 millones de toneladas de Litio.
En el gobierno de Hernán Siles Suazo (1985), mediante Ley N° 719, crea el Complejo Industrial de
Recursos Evaporíticos del Salar de Uyuni (CIRESU), autorizando a la nueva entidad gestionar el
financiamiento requerido y convocar a licitación pública internacional, a fin de concretar la ejecución
de las investigaciones previas, la exploración, beneficio y comercialización de los recursos minerales
metálicos y no metálicos de la Cuenca Evaporítica del Salar de Uyuni, precautelando una
participación mayoritaria, en favor de la contraparte nacional.
El 3 de abril la Brigada Parlamentaria responde a los cuestionamientos dando a conocer una serie
de observaciones realizadas al contrato sobre la participación del Estado en la renta pública, que
tras dos semanas de negociaciones con la empresa se aprobaron en un 95%. El 16 de abril el
Consejo Nacional de Economía y Planificación (CONEPLAN) aprueba los términos del contrato, y
el 17, el Ministerio de Minería lo envía al Congreso Nacional para su aprobación.
A partir de ese momento, el CIRESU y las diversas organizaciones sociales involucradas, publican
sus propuestas de explotación del salar y de estrategias de desarrollo departamental, y las distintas
universidades nacionales (UMSA, UATF, UTO) organizan foros de debate públicos, y un proyecto
de diseño final de Planta Piloto de Carbonato de Litio para su funcionamiento a partir de las
salmueras del Salar de Uyuni.
Sin embargo, el 20 de agosto de 1991, a pedido del gobierno de Paz Zamora, la universidad potosina
UATF que participó del rechazo al contrato directo con la Lithco, entrega la redacción de los términos
de referencia base para la licitación internacional del salar de Uyuni.
Crown Agents efectuó la calificación y, un mes más tarde, recomendó la adjudicación en favor de la
FMC.” (Orellana Rocha, 1995). El 14 de febrero de 1992 se firma el contrato en pleno Salar de
Uyuni, cuya única diferencia con el contrato anulado era (además del procedimiento y la
colaboración de sectores de la universidad potosina y del directorio del CIRESU) el nivel de
participación del estado boliviano que aumentaba levemente.
Empero y sorpresivamente, días después de firmado el contrato, el parlamento decidió realizar unas
reformas incrementando el IVA del 10 al 13%. La FMC (ex Lithco) anunció inmediatamente su
repudió a las modificaciones, aduciendo que el contrato firmado garantizaba la estabilidad fiscal
frente a cualquier modificación tributaria.
Finalmente, tras casi un año de inciertas negociaciones, y a tres meses de haber asumido por
primera vez el dirigente del MNR y empresario minero Gonzalo Sánchez de Lozada, el 5 de
noviembre de 1993 la FMC–ex Lithco decide renunciar al contrato firmado con Bolivia
2. DESARROLLO