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de vínculos sociales
Encontrar a través de un recorrido histórico las diferentes teorías que con un enfoque
comunicativo pretenden mostrar nuevas posibilidades de estudio en este campo, es
comprender que está en el sistema social el punto de origen de cualquier proceso. Un
sistema conformado por actores y protagonistas de una realidad que en su misma
cotidianidad establecen reglas de juego y en su continuo intercambio se entretejen intereses
colectivos que buscan la apropiación y el reconocimiento.
Con supremacía y un halo de poder se levanta dentro de ese contexto social, al pasar el
tiempo, una nueva perspectiva la Mass Communiation Research. Los medios de difusión
llegan a imponerse como una opción absoluta, establecida y determinada a convertirse en
los instrumentos de la “gestión gubernamental de las opiniones” (Mattelart, 1995 p. 28). Y
en la actualidad esta propuesta no está alejada de la realidad; en el escenario colombiano
por ejemplo y haciendo alusión a lo dicho por Laswell (1927), “propaganda y democracia
van de la mano”, esto se hace evidente cuando en épocas de elección, se pretende a través
de la primera conseguir la persuasión de las masas e influir en ellas para lograr una
adhesión, un voto y el apoyo de todo un pueblo. Aunque se esperaría que esto permitiera el
desarrollo de una democracia fiel a los preceptos de participación, en el mundo real su
esencia en ocasiones es desvirtuada, tal y como lo manifiesta el autor al asegurar que
“puede ser utilizada tanto para fines buenos como malos”. Bajo esta premisa el medio de
comunicación se vuelve un instrumento de medición a través de la opinión pública y actúa
según el modelo de la “aguja hipodérmica” para señalar el efecto o el impacto causado por
aquellos mensajes que de manera estratégica son direccionados sin piedad hacia las
personas, en palabras de Laswell una forma de atomización con los individuos. Un
panorama que se reconoce en los sondeos de opinión que salen a la luz como una manera
de gestión para tener un acercamiento con el sujeto y extraer la información clave que
puede orientar unas decisiones que no tienen otro fin que el éxito de ese gobierno.
En contraste, las líneas propuestas por Barbero (2002) se diversifican en tres aspectos
puntuales: en el primer caso se apuesta a una estructura transnacional de la información que
abre las puertas a nuevos conocimientos donde el componente cultural se hace decisivo en
el proceso comunicativo a partir y desde la propia colectividad. Por eso el autor es enfático
en afirmar que los investigadores latinoamericanos avanzan como pioneros de este campo
en el señalamiento de alternativas que parten de realidades circundantes y de inclusión con
el actor social. Además, manifiesta que “quizá ningún otro campo ha estado tan
eficazmente articulado a la denuncia y la elaboración de políticas” (Barbero, 2002). Él,
sumado a lo anterior, plantea la necesidad de ahondar en el estudio de las estructuras de
producción de la información tomando como referencia las dimensiones política e
ideológica. Enfoques que han sido mirados en la actualidad de una manera ajena cuando en
realidad su impacto es determinante en la construcción de una comunidad.
Y en la última instancia, las nuevas tecnologías de la comunicación que entran con fuerza a
un mundo globalizado, este es un campo que según Barbero (2002) se está convirtiendo
aceleradamente en uno de los enclaves económicos y políticos más decisivos. Aquí los
medios masivos juegan un papel fundamental al poner en funcionamiento cada uno de sus
circuitos comunicativos que permiten el feed-back instantáneo, aplicado tanto a la
información noticiosa como a la compra de mercancías o al disfrute de programas
culturales. La tecnología vista más que un conjunto de herramientas como una racionalidad
práctica y de materialización de un modelo de sociedad. El autor enfatiza en la necesidad de
una investigación capaz de asumir la complejidad del reto que las tecnologías plantean.
Porque más allá de su concepto de practicidad, de alcance inmediato y de obtención de
información con tan solo un “click”, está demostrado el rol que dentro de la sociedad
asumen, al volverse parte activa del día a día de los individuos, un compromiso que se
adquiere y que influye, a través de su ejercicio, en todo el sistema cultural de una
población.
América Latina se sitúa en un aquí y en un ahora. En el primer caso se abre la visión hacia
nuevos horizontes, dejando a un lado esa pasividad, de la que tanto habla Barbero (2002)
que impide su autoreconocimiento para comprender la dinámica de sus prácticas, donde la
creatividad y la misma conflictividad son componentes decisivos de su realidad social. En
un segundo momento, la radiografía de los países de Sur América es clara a través de una
relación de “no contemporaneidad” que establece una distancia en esa modernidad siendo
visible una continua diferencia y resistencia por parte de las culturas dominadas.
Los países del Cono Sur abren sus puertas a una “reubicación múltiple” como parte de su
relación con las nuevas tecnologías, visibilizando un horizonte de encuentro dado por sus
propios formatos, pero también por esa demanda cultural que da sentido a su creación. Tal
y como lo establece Barbero (2002), las tecnologías ya no pueden ser consideradas como
herramientas dóciles, sino al contrario deben ser asumidas como elementos determinantes
en la construcción de una cultura, a través de su participación dentro de esa cotidianidad,
donde los actores sociales asumen un papel significativo.
En el siglo XXI la visión de Maldonado (2002) aporta diversas ideas, una de ellas la
liberación a esos modelos burocráticos existentes, que permiten que pensadores, técnicos y
científicos entren a probar procesos diversos en conocimientos sin quedarse atrapados en
estas líneas de dominación. En ese orden de ideas en la etapa contemporánea, la
operacionalización de pensamientos, proyectos, programas, planes y estrategias dependen
menos de los grandes conglomerados sistémicos, oligopólicos y megaindustriales, y más,
tal y como lo señala el autor, de las competencias intelectuales, científicas, técnicas y
artísticas de los bienes simbólicos. Comunicación desde la investigación no atada, ni
limitada al medio masivo, comunicación como sinónimo de nuevas experiencias de
interacción, de relaciones, de vínculos, de influencia cultural y de necesidades colectivas. A
lo cual Castells (2004) agrega que es gracias a la era digital la ampliación del acceso a los
recursos de producción, facilitando el ejercicio lúdico, creativo, inventivo y renovador de
los conjuntos culturales de significación.
Lo anterior se hace evidente en este siglo donde se está presenciando el intenso proceso de
informatización de las sociedades, como lo afirma Santos (2002) “no solo se transforman
los objetos técnicos que poseemos, nosotros somos transformados por ellos y
transformamos el espacio/tiempo”. El mundo en el cual estamos parados, es un mundo
donde se configuran modos de vida expresivos que contienen un nuevo dinamismo cultural,
abierto a la germinación de múltiples relaciones y procesos de significación dentro de una
constante construcción sociocultural. Una transformación social que influye en la vida de
las personas, de los trabajadores, de los ciudadanos, en pocas palabas de los seres humanos.
Siendo la investigación un método para descubrir y explorar, entra con fuerza y hace su
intervención en los procesos comunicacionales, aquellos que influyen con determinación la
misma existencia de las personas. Por eso, según Maldonado (2002) es en diez premisas
donde se halla esa conexión especial entre investigador y realidad. Supuestos que se
orientan en situar al ser humano como un elemento central de estudio, abrir vías de diálogo
a través de un enfoque abierto de pluralidad, el investigador asume un punto de vista
epistemológico integral, se da paso a un enfoque constructivo transdisciplinar, se posibilita
la indagación mediante conocimientos de otras áreas, se discute críticamente lo visto, es
importante en este punto adoptar una configuración metodológica diversa y un pensamiento
que aporte en la edificación del objeto empírico. Además de la interacción de teorías y
conceptos y el compromiso con la información misma del sujeto.
Dicho de otra manera el individuo como el núcleo del proceso investigativo, el insumo de
nuevos retos y la respuesta a revelaciones que en la búsqueda de su realidad encuentran la
verdad, aquella que es concluyente para comprender, desde la cotidianidad, sus diversas
formas de comunicar.
BIBILIOGRAFÍA: