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ORIGEN DEL ESTADO-NACIÓN

Giselle Henríquez

Instituto Tecnológico de Santo Domingo


Historia, Civilización y Cultura
Estado-Nación
Un Estado-Nación es una forma de organización política que se caracteriza por tener un
territorio claramente delimitado, una población relativamente constante, y un gobierno.

Origen de Estado-Nación
El mundo geopolítico está compuesto por entidades celosas de su soberanía. Uno de los
criterios que puede revestir dichas entidades es el tamaño, éste ha sido durante mucho tiempo
el factor más importante por filósofos y politólogos de la constitución política de un Estado.
Hasta una época reciente, la historia del mundo se resumió con frecuencia a una lucha de
poderes que oponía a las ideas con intenciones imperialistas de las grandes potencias contra el
deseo de supervivencia de las más pequeñas.

Además del criterio mencionado previamente, se encuentran: el plano geográfico como


demográfico, económico, político y su situación geográfica. Éstos revisten el Estado nacional
y determinan su naturaleza y su esencia.

El término de Estado-nación es en sí mismo profundamente incorrecto, ya que asocia la idea


del Estado a la de nación, cuando en realidad muchos países del mundo no se corresponden
con ese esquema y su identidad nacional o bien está ausente o bien es sepultada por otras formas
identitarias: regionales, étnicas o lingüísticas. A pesar de todo, el término de Estado-nación fue
imponiéndose con el tiempo, quizás reforzado por la creación de dos organismos que
reivindican ese concepto: la Sociedad de las Naciones y la Organización de las Naciones
Unidas.

En el siglo XIX es cuando convergen estos dos conceptos que son el Estado y la Nación y, cada
uno por su lado, encuentra en ese momento su máxima expresión: el primero con Hegel, el
segundo con Fichte (Discurso a la nación alemana) y luego Renan, autor, en 1882, del texto
fundador sobre el tema (¿Qué es una nación?) donde el escritor francés pensaba la nación como
“un alma, un principio espiritual”, es decir una entidad dotada de algún modo de una
personalidad colectiva, allí donde el Estado no es más que un organismo institucional. La
segunda mitad del siglo XIX asistió al surgimiento de las grandes ideologías nacionalistas de
derecha que, integrando a veces las nuevas teorías racistas, culminaron en las ideologías
fascistas.

El Estado-nación no se puede separar del Estado moderno. Se encuentra entre los siglos XVII
y XVIII con el surgimiento de una nueva ola de países: Suecia, Francia, Inglaterra, Países
Bajos, que asocian una organización política y económica mucho más eficiente que la de los
imperios, con una fuerte identidad nacional cultivada por el centro neurálgico del poder.

El Estado-nación se articula en torno a dos elementos fundamentales: la soberanía y la


ciudadanía. La soberanía corresponde al derecho de los Estados a ejercer la autoridad política
de manera exclusiva e indivisible sobre un territorio geográfico definido y sobre un pueblo o
grupo de pueblos que residen sobre ese territorio. El concepto moderno de soberanía encuentra
su expresión teórica original enunciada por el filósofo francés Jean Bodin en el siglo XVI: “el
poder de dar ley a todos en general y a cada uno en particular”. El principio de soberanía
se impuso como la partícula elemental del sistema geopolítico elaborado en el siglo siguiente
por Richelieu y Mazarin. El respeto absoluto de la soberanía nacional es la condición sine qua
non de la estabilidad europea después de 1648 y se mantendrá como el fundamento de todas
las formas de gobernanza transnacionales que surgen desde entonces (mecanismos del
congreso de Viena, luego Sociedad de las Naciones y Organización de las Naciones Unidas).

El Estado-nación sigue siendo indiscutible en la actualidad, aunque se vea cada vez más
desfasado e impotente. En consecuencia, los cambios necesarios para afrontar colectivamente
el presente y el futuro sólo pueden proceder de dos fuentes: o bien una transformación radical
de las mentalidades que permitiría que el Estado-nación se reinventara, manteniendo su
estatuto, o bien el desarrollo de mecanismos adaptados y la intervención de nuevos actores que
permitan paliar en forma eficaz las insuficiencias y deficiencias del Estado nacional (o una
mezcla de los dos). Sea como fuere lo que nos reserva el futuro, y aun cuando apareciera a
largo plazo un Estado mundial o una arquitectura de la gobernanza radicalmente distinta a la
de hoy en día, es más que probable que el Estado-nación tenga todavía unos largos años de
existencia por delante.
Bibliografía
Wikipedia, (2019). Estado nación. Recuperado de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Estado_naci%C3%B3n#Estado_naci%C3%B3n_y_globalizaci
%C3%B3n

Espino, E. (2019). Estado-nación: origen y evolución. Recuperado de:


https://impresa.prensa.com/opinion/Estado-nacion-origen-evolucion_0_1193130800.html

Diccionario del Poder Mundial, (2018). Estado-nación. Recuperado de: http://poder-


mundial.net/termino/estado-nacion/

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