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El mito del infierno en Pedro Páramo de Juan Rulfo

Por Paulina Andrea Alonso Gómez


Jueves 24 de Septiembre de 2015

"Grita la gente por la condición melancólica y desconsolada de mi filosofía. Pero eso se debe
meramente a que yo, en vez de fabular un infierno futuro, como equivalente de los pecados de
la gente, he mostrado que ya hay algo de infernal allí donde está el pecado: en el mundo".
Arthur Schopenhauer.

Tesis a sostener: En el transcurso de la obra de Juan Rulfo, Pedro Páramo, destaca un aspecto
místico el cual sugiere que la obra contiene una paralela similitud a la de el Infierno en la
divina comedia, escrita por Dante de Alighieri.
Comala, el destino de Juan Preciado, se va modificando junto con sus personajes y representa
en si un símbolo que persiste hasta el final, donde el autor la describe como la descendencia a
un lugar habitado por almas en pena para encontrarse a si mismo.

Como introducción se pretende dar entendimiento a que es el concepto del infierno: De


acuerdo a la Real Academia Española hace referencia a un lugar donde los condenados sufren,
después de la muerte, el castigo eterno. En el caso de Comala, se interpretada como el lugar
en donde permanecen las esperanzas frustradas por que todos los personajes que ahí
murieron y tuvieron una ilusión la cual nunca pudieron concretar o no alcanzaron un estado de
gracia1, incluso algunos perdieron la esperanza de la vida y se paralizaron junto con el pueblo
para esperar su muerte, razón por la cual están condenados a permanecer eternamente en
Comala.

Que simboliza Comala

La cosmogonía que habla acerca del comienzo y transformación que lleva a cabo Comala se
segmenta por relatos en los cuales se narra la llegada y transcurso de Juan Preciado en
Comala, así como la previa vida de Pedro Páramo en ésta.

Esta historia narra las esperanzas frustradas del joven Juan Preciado por conocer a su padre:
Pedro Páramo. Quién le prometió en su lecho de muerte a su madre Dolores que viajaría a
Comala, un pueblo prácticamente fantasma donde habitan las ánimas2 de la gente que solía
vivir ahí.

«Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me
lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.» (Rulfo, 2005, p. 5)
En el transcurso del camino al pueblo Juan se topa con un viejo arriero3, el cual se serviría de
guía en su descenso al pueblo. Aquí engloba el concepto del segundo personaje quién
acompaña y guía al protagonista en su recorrido o descenso a su destino, el cual se encuentra
presente en "el infierno" de La Divina Comedia.

«-Me había topado con él en Los Encuentros, donde se cruzaban varios caminos[...]
-¿Conoce un lugar llamado Comala?
-Para allá mismo voy.
Y lo seguí.» (Rulfo, 6)

Al descender por la colina Juan Preciado nota que en lugar de ir recto, el camino parece tomar
una dirección extraña, además, percibe que la temperatura incrementa notablemente y decide
comentárselo al arriero, quién hace un comentario en relación a este aspecto:

«El camino subía y bajaba: "Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para el
que viene, baja".» (Rulfo, 6)

Que obra literaria hace intertextualidad con Pedro Páramo

Esto hace interferencia con lo que se presenta en el infierno; los que llegan deben bajar para
poder entrar, y los que salen de el descienden para continuar el camino. Por lo que da a
entender que además de que deben descender, la temperatura cambia y se vuelve sofocante,
tanto que se dice que se encuentra en el comienzo del inferno.

«-Hace calor aquí -dije.


-Sí, y esto no es nada -me contestó el otro-.
-Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas
de la tierra, en la mera boca del infierno[...]» (Rulfo, 7)

Se toma que al ser Abundio el guía hacia el pueblo para Juan Preciado a pesar de estar muerto,
en la parte de "el infierno" de la Divina Comedia también se encuentra muerto Virgilio, el guía
de Dante Alighieri, ambos deben ser almas que no encontraron un estado de gracia, por lo que
se encuentran eternamente en ese lugar y no podrán alejarse permanentemente de éste, sin
embargo, tienen la capacidad de orientar y dar instrucciones a aquellos que no pertenecen a
ese lugar.

«Para librarte de ese temor, te diré́ por qué he venido, y lo que vi en el primer momento en
que me moviste a compasión. Yo estaba entre los que se hallan en suspenso4, y me llamó una
dama tan bienaventurada5 y tan bella, que le rogué́ me diera sus ordenes.» (Alighieri, 2009,
canto II)
El Arriero de nombre Abundio le da las indicaciones a Juan Preciado sobre como llegar a una
casa de hospedaje perteneciente a la señora Eduviges, en medio del pueblo. Mientras Juan
Preciado recorre Comala nota algo desconcertante: éste se encuentra vacío, sin embargo
escucha murmullos6 los cuales parecen proceder de habitantes no tan lejanos a el.

«[...]Aun que no había niños jugando, ni palomas, ni tejados azules, sentí ́ que el pueblo
vivía.
Y que si yo escuchaba solamente el silencio, era porque aun no estaba acostumbrado al
silencio;
tal vez porque mi cabeza venia llena de ruidos y de voces.
De voces, sí. Y aquí,́ donde el aire era escaso, se oían mejor. Se quedaban dentro de uno,
pesadas.» (Rulfo, 10)

El primer circulo del infierno7, el cual también se encuentra en la boca o comienzo del infierno,
se encuentra lleno de almas en pena que no cometieron pecados mayores o suficientes como
para ser condenados a un castigo severo, por lo que permanecen ahí siendo picados por abejas
y moscas, debido a que al dejar transcurrir su vida sin alguna interés por progresar estos
animales pretenden despertarlos o llamar su atención.

«[...]Allí,́ bajo un cielo sin estrellas, resonaban suspiros, quejas y profundos gemidos, de
suerte que al escucharlos comencé́ a llorar. Diversas lenguas, horribles blasfemias,
palabras de
dolor, acentos de ira, voces altas y roncas, acompañadas de palmadas, producían un
tumulto que
va rodando siempre por aquel espacio eternamente oscuro, como la arena impelida por
un
torbellino.» (Alighieri, 2009, canto III)

Ésta no es la única sorpresa que se lleva Juan Preciado en su primer día en el pueblo, ya que al
llegar a la casa de hospedaje la señora Eduviges lo recibe preparada y le menciona que su
madre, la señora Dolores, le había anunciado ese mismo día que él llegaría. Consternado por el
hecho de que su madre había muerto una semana antes, éste continua haciéndole preguntas a
Eduviges, quien incluso le menciona que Abundio, su guía8, también se encontraba muerto.

«-Soy Eduviges Dyada. Pase usted. Parecía que me hubiera estado esperando[...]
-¿De modo que usted es hijo de ella?
-¿De quién? -respondí.́
-De Doloritas.
-Sí, pero ¿cómo lo sabe?
-Ella me avisó que usted vendría. Y hoy precisamente. Que llegaría hoy[...]
Yo no supe qué pensar. Ni ella me dejó en qué pensar.» (Rulfo, 12)
La transformación de Comala

Antes de poder concebir el sueño por causa de los murmullos, Juan Preciado cuestiona el lugar
edénico7 y poblado que le había descrito su madre durante muchos años, ya que ella no vivió
el tiempo suficiente en el pueblo para contemplar su decadencia.

«Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; su nostalgia, entre
retazos
de suspiros. Siempre vivió suspirando por Comala, por el retorno... Traigo los ojos con
que ella
miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: "Hay allí pasando el puerto de Los
Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro.
Desde
ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola por la noche.» (Rulfo, 6)

Al segundo día de su estancia en Comala Juan tiene una charla con Eduviges donde ésta le
repite nuevamente que ella debió ser su madre, pero esta vez le explica por que:

«-La cosa es que el tal Osorio le pronosticó a tu madre[...], que "esa noche no debía
repegarse
a ningún hombre porque estaba brava la luna".
-Dolores fue a decirme toda apurada que no podía. Que simplemente se le hacía
imposible
acostarse esa noche con Pedro Páramo. Era su noche de bodas[...]
-No puedo -me dijo-. Anda tú por mí. No lo notará...
-Ve tú en mi lugar -me decía.
-Y fui.
-Me valí ́ de la oscuridad y de otra cosa que ella no sabía: y es que a mí también me
gustaba Pedro Páramo.» (Rulfo, 20)

Relación existe entre Juan Preciado y Pedro Páramo

Juan comienza a entrar en razón de que clase de persona fue su padre durante su vida, sin
embargo no esta del todo enterado de esto, por lo que continua su conversación y descubre
además que el casamiento de sus padre fue conveniencia de Pedro, puesto que le debía
dinero a su Dolores y su hermana y para librarse de este endeudamiento la enamoro y se casó
con ella.

A continuación se narra un texto que doña Eduviges cuenta a Juan Preciado acerca de una
conversación que tuvo personalmente con Pedro Páramo tras la marcha de Dolores:

«-Y tu madre se fue:


-Hasta luego, don Pedro.
-¡Adiós, Doloritas.
-Se fue de la Media Luna para siempre. Yo le pregunté muchos meses después a Pedro
Páramo
por ella.
-Quería más a su hermana que a mí. Allá debe estar a gusto. Además ya me tenía
enfadado. No
pienso inquirir por ella, si es eso lo que te preocupa.
-¿Pero de qué vivirán?
-Que Dios los asista.» (Rulfo, 22)

Dolores se marchó con la esperanza de que Pedro Páramo la buscara o se hiciera responsable
de su hijo, pero al nunca buscarla ella entra en razón de que nunca la quiso.

La noche siguiente continuaron su charla hasta que doña Eduviges se paró y no regresó, por lo
que Juan se va a dormir a su cuarto, cuando escucha un grito que lo despierta y puede
contemplar la llegada de Damiana Cisneros, la mujer que lo vio nacer, ésta le insinúa que
Eduviges esta muerta diciendo:

«-No sé cómo has podido entrar, cuando no existe llave para abrir esta puerta.
-Fue doña Eduviges quien abrió́. Me dijo que era el único cuarto que tenía disponible:
-¿Eduviges Dyada?
-Ella.
-Pobre Eduviges. Debe de andar penando8 todavía.» (Rulfo, 2005, p. 36)

Con esto hacemos referencia que al conocerla Juan Preciado notó que tenía puesto un collar
con una frase que llama la atención:

«Llevaba un vestido blanco muy antiguo, recargado de holanes, y del cuello, enhilada en un
cordón, le colgaba una María Santísima del Refugio con un letrero que decía: «Refugio de
pecadores".» (Rulfo, 19)

Esto muy probablemente puede tomarse como evidencia de que Eduviges esta muerta y se
encuentra ahí por que continua cumpliendo su sentencia para ir a un lugar mejor, tal como
menciona:

«Tu madre era tan bonita[...] que daba gusto quererla. Daban ganas de quererla. ¿De modo
que me lleva ventaja, no? Pero ten la seguridad de que la alcanzaré. Sólo yo entiendo lo lejos
que está el cielo de nosotros; pero conozco cómo acortar las veredas. Todo consiste en morir,
Dios mediante, cuando uno quiera y no cuando Él lo disponga. ".» (Rulfo, 13)
La crónica del descenso a Comala con relación a la muerte de Juan Preciado

Tras este discurso Juan deja de sospechar y da por hecho que algo sobrenatural9 esta
ocurriendo en ese lugar, sin embargo cuando decide que es hora de marcharse es demasiado
tarde, pues sucumbe a los murmullos y se encuentra a el mismo muerto:

«No sentía calor, como te dije antes; antes por el contrario, sentía frío. Desde que salí
de la
casa de aquella mujer que me prestó su cama y que, como te decía, la vi deshacerse en
el agua
de su sudor, desde entonces me entró frío. Y conforme yo andaba, el frío aumentaba
más y
más, hasta que se me enchinó el pellejo. Quise retroceder porque pensé que regresando
podría
encontrar el calor que acababa de dejar; pero me di cuenta a poco andar que el frío salía
de mí,
de mi propia sangre. Entonces se me heló el alma. Por eso es que ustedes me
encontraron
muerto".» (Rulfo, 13)

A diferencia de Dante, Juan Preciado cae en la tentación10 y muere en Comala, por lo que
ahora permanecerá ahí toda su vida, mientras que Dante logra salir impecable del infierno
para encontrarse con Beatriz, quién lo ayudará a continuar su viaje y por lo tanto llegara al
reino de Dios11.

En este punto de la historia se hace un cambio en la trama y comienza a narrarse la historia de


su padre, Pedro Páramo, quién a pesar de haber tenido una infancia en cercanía a sus seres
queridos, fue constantemente lastimado y decepcionado a lo largo de su vida, lo cual
posiblemente sería la causa de su amargura, que lo llevaría a descuidar sus relaciones
familiares e ignorar los sentimientos de los demás.

Como conclusión de este ensayo quisiera retroceder al hecho de porque Comala se encuentra
muerta, y es por una sencilla razón; Pedro Páramo, cacique y propietario de Comala tiene un
amor Platónico12 por Susana San Juan, cuyo padre mandó asesinar con la esperanza de al fin
poder poseerla al encontrarse ella viuda y sola:

«-Tu padre ha muerto, Susana. Antenoche murió, y hoy han venido a decir que no lo han
podido traer aquí porque el camino era muy largo. Te has quedado sola, Susana".» (Rulfo,
94)
El plan de Pedro Páramo pudo haber rendido frutos, sin embargo tras las guerras y
afrontamientos que había, esta se encuentra en una profunda depresión la cual termina
matándola tres años después, a pesar de los cuidados de Pedro y su esfuerzo por hacerla feliz,
a Susana la mata la tristeza y Pedro pierde toda esperanza, se encuentra a si mismo perdido
entre sus ganas de alcanzarla y el enojo de lo que le fue arrebatado, así que paraliza el tiempo
y con éste a Comala, como venganza, dejando que se consumiera hasta su final transcurriendo
solo un tiempo lineal13

«Hasta acá llegaba la luz del pueblo, que parecía una aureola sobre el cielo gris. Porque
fueron días grises, tristes para la media luna. Don Pedro no hablaba. No salía de su
cuarto.
Juró vengarse de Comala:
-Me cruzare de brazos y Comala se morirá14 de hambre.
Y así lo hizo.» (Rulfo, 124)

Finalmente se llega a la verdad: Comala se encuentra paralizada, muerta, al igual que sus
habitantes debido al sacrificio que hace Pedro Páramo por Susana San Juan.
Debido a toda la evidencia recaudada se puede probar que existe una relación entre Pedro
Páramo por Juan Rulfo y "El Infierno" de La Divina Comedia, por Dante Alighieri. El concepto
del personaje guía, las voces o "murmullos", el descenso para encontrarse a sí mismo, los
pecados cometidos por los habitantes condenados, etc. Todo parece estar narrado con la
misma intención, sin embargo, esta novela sufre un cambio en la trama al sucumbir a los
pecados Juan Preciado la noche que se acuesta con Damiana Cisneros. A diferencia de Dante,
quien logra susperar los obstaculos y al final de "El Infierno" continua su camino acompañado
por su nueva guía: Beatriz.

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