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Los símbolos institucionales fueron constituidos en el marco del Proyecto de

Identidad Institucional en el año 2010, proyecto desarrollado con la participación


de toda la comunidad educativa: docentes, padres de familia, estudiantes y
equipo administrativo; a través de concursos y socialización en los distintos
Consejos de la Institución (Estudiantil, Padres de Familia y Directivo).

Entrega de Símbolos.

La fe en Dios les brindará un nuevo camino en esta etapa de sus vidas, dejando
un legado a la institución de valentía y compromiso ante una comunidad
educativa que los recordará por sus grandes logros.

Estos símbolos son el compromiso y la identidad con la comunidad Santa Luisa,


cada uno de ellos será una representación de orgullo y pasión frente a la
institución.

LA TAU – CRUZ FRANCISCANA

LA CRUZ COMO SÍMBOLO

...Porque la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios. 1Corintios 1:18.

La Cruz es sin duda el símbolo del Cristianismo por excelencia. Aquél símbolo de la
maldición romana para muerte del reo, se convertiría en símbolo de la vida y la
resurrección, en la obra del Hijo de Dios.

Cristo en la Cruz fue levantado como la serpiente de bronce, que es símbolo de la


Ley de Dios. Juan 3:14. En la cruz, los pies y las manos son clavados, inmovilizados.
Este es el significado de la cruz, quedar imposibilitado para hacer nuestra
voluntad, negarse a uno mismo. Si nuestros pies están clavados en la cruz, no
podemos ir a donde queremos. Del mismo modo, si nuestras manos están
clavadas en la cruz, no podemos hacer lo que queremos, ni protegernos, ni
defendernos; nada, quedamos a la merced de Dios. La anulación total del yo.
¿Tomaremos nuestra cruz para seguir al Maestro, cada día y compartiremos Su
yugo?

La batalla del enemigo espiritual es tal por negar la Cruz que han corrido ríos de
tinta argumentando que no era una cruz, que era un árbol, que era un poste, con
un "patibulum" travesaño, que era "el madero de tormento", en definitiva, todo
tipo de argumentos para negar la forma de aquel instrumento de tormento usado
ampliamente por Roma para ejecutar la pena máxima y que está histórica y
sobradamente documentado. Jesucristo ya en Sus enseñanzas, que podemos
leer en los Evangelios, usaba el símbolo de la cruz para referirse a Su muerte y al
significado alegórico de la carga y muerte espiritual de negarse a uno mismo por
amor a los demás, la persecución que trae anunciar el Reino de Dios en el reino
de este mundo.

Para zanjar la cuestión es que cualquiera que ve una cruz, de inmediato piensa
en Cristo, en la Iglesia y en el cristianismo. La cruz es una forma de vida, de
negación de uno mismo, de vida por Dios y por el prójimo, lo contrario a la
naturaleza del hombre, y que solo naciendo de nuevo del Espíritu de Dios se
puede sentir y desear. Muchos cristianos alegan haber nacido de nuevo, pero
con su forma de tratar a los demás niegan la cruz, porque no buscan lo de Cristo
ni lo de su prójimo, sino lo suyo. Por lo demás, una simple cruz es y será símbolo del
cristianismo y de Cristo.

Llevar la cruz de Cristo significa llevar Su testimonio, predicar el Evangelio, ser la sal
de la tierra y la luz del mundo, proclamar Su obra entre los hombres, hablar en los
lugares y circunstancias en los que nadie habla de Dios sino de las vanidades, del
lucro y de la carne, defender por amor de ellos la salvación del alma y el
arrepentimiento, publicar un tipo de conversación que no le gusta a la mente
humana, porque la condena, porque le anuncia su caducidad y necedad.

Además, la cruz de Cristo implica llevar el sufrimiento que Él lleva viendo las almas
perderse porque Le aborrecen a Él y a nosotros, por ver a la humanidad destruirse,
a las personas dañándose mutuamente, por dominar, por envidias, por poder, por
prevalecer, por odiar; todo lo contrario al amor de Dios, todo eso ha sido clavado
en la Cruz en aquellos que Le aceptan como Salvador, cambiando sus
corazones.

La Cruz de Cristo implica que seremos aborrecidos, perseguidos, algunos


matados, y toda esta tribulación es para la gloria del Señor, algo distinto al
evangelio del bienestar, la prosperidad económica y las bendiciones que hoy
buscan las multitudes en algunas iglesias-espectáculo.

Los Cristianos somos llamados a llevar nuestra propia cruz por amor de Cristo, y por
amor de los hermanos, lo vemos en Gálatas 6:2 y el 1Juan 3:16 y 17, este es
nuestro Sacerdocio de Melquisedec, sacerdote para siempre, nuestro Señor
Jesucristo.

La Cruz de Cristo es el Evangelio que predicamos, que es locura para el mundo.


Cristo lo protagoniza y nosotros lo anunciamos. La Cruz es el cumplimiento de la
justicia de Dios. Cristo la cumplió, y nosotros la recibimos por la fe, lo cual
anunciamos como la buena noticia. El yugo es nuestro ministerio entre los
hermanos reflejado en Gálatas 6:2 pero la cruz es nuestra misión en la tierra, para
alcanzar nuestro objetivo que son las almas. Nuestra herramienta y parte de la
espada del Espíritu, la Biblia, la Palabra de Dios. La cruz es, pues, persecución por
justicia para salvación, por amor al prójimo. El centro del mensaje del Evangelio es
lo que ocurre en la Cruz del Calvario por la obra del Hijo de Dios, muriendo y
resucitando, pagando por nuestros pecados, y esta Obra está cumplida;
¡Anúnciala, predica el Evangelio y salva las almas para Cristo!. ...Elí, Elí, Lama
Sabactani... Hecho está... Amén, Señor Jesús, tuyo es el Reino, el poder y la gloria
por los siglos de los siglos. Amén. El Señor viene.
Los rituales escolares en la escuela pública polimodal argentina.

Resumen

El objetivo del presente artículo es responder a los siguientes interrogantes: ¿qué


mantiene los rituales escolares? ¿Cuál es la motivación que subyace en directivos
y docentes para mantenerlos? Con el fin de indagar y responder a estas
cuestiones, en primer lugar se desarrollan los conceptos de ritual, rutina, símbolo y
creencias. Para luego realizar un breve recorrido histórico que pone en contexto
los actos escolares. La metodología utilizada es la entrevista, la observación
participante y encuestas en dos escuelas polimodales de la ciudad de Mar del
Plata, tanto a alumnos como a docentes y jefa de preceptores. La idea que sigo
es que estos rituales patrióticos en la escuela permiten la reproducción de un
modelo de obediencia, disciplina y verticalismo alejado de la espontaneidad.
Este modelo de ritual, solemne y formal, sostiene y perpetúa, a veces por inercia,
una historia alejada de las luchas sociales, políticas e ideológicas. El discurso
escolar mantiene así la historia oficial, reforzando la intención ideológica original.

Planteo del problema y presentación de la investigación.

Los rituales escolares aparecen, ante una primera mirada, como un quiebre de la
cotidianeidad de la institución escolar. Quiebre que supone una puesta en
escena donde los cuerpos se tensan, el rostro se vuelve rígido y la mirada
institucional, manifiesta. Coreografías estrictas donde la participación es obligada
y en las cuáles generalmente son muertes lo que se conmemora. Aún cuando los
alumnos declaran aburrirse y los docentes afirman sentirlo como una carga, estos
rituales se perpetúan en la institución escolar. Es a partir de esta aparente
contradicción entre disconformidad retórica y conformidad performativa que me
sentí impelida a investigar qué sucede en torno de los rituales patrióticos en la
escuela, o más específicamente ¿qué mantiene los rituales escolares? ¿Cuáles
son las motivaciones que subyacen a directivos y docentes para mantenerlos?

La investigación enfocada en indagar y responder estas cuestiones tuvo por


escenario la ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, República
Argentina, más específicamente dos escuelas públicas polimodales 1 de la zona
urbana en la que me desempeño como profesora de Lengua y Literatura y
regente de estudios respectivamente2.

En lo que hace a la composición socioeconómica del alumnado, cabe señalar


que los alumnos de la Escuela 1 provienen mayoritariamente de hogares con
Ingresos Insuficientes (los habitualmente descriptos como pobres estructurales,
esto es por debajo de la línea de la pobreza a la vez que con Necesidades
Básicas Insatisfechas) (HalperínWeisburd, 1994: 12). Los alumnos de la Escuela 2,
por su parte, provienen mayoritariamente de hogares con Ingresos Bajos
(Vulnerables), a lo que cabe agregar un número considerable de alumnos que
provienen de hogares con Ingresos Suficientes, es decir, no pobres (Ídem).

Abordaje de la investigación

Tal como señalara en los párrafos precedentes, mi condición de profesora en una


de las escuelas (Escuela 1) y regente de estudios en otra (Escuela 2) me permitió
realizar observaciones participantes de los rituales patrióticos 3 realizados a lo largo
del año lectivo en las mencionadas escuelas, así como las prácticas involucradas
en la organización y puesta en escena de los mismos. Asimismo, atendiendo a lo
señalado por Isla y Bruce respecto de la necesidad de tener en cuenta la
pluralidad de perspectivas en la construcción de los rituales4, a las observaciones
de las prácticas mencionadas se agregaron entrevistas y cuestionarios con el
objeto de recoger hasta donde fuera posible las voces de los actores
involucrados en el fenómeno objeto de estudio.

La hipótesis que sostiene la investigación es que la instalación de las rutinas y los


rituales patrióticos en la escuela favorece la reproducción de un modelo de

Perspectivas sobre el ritual

A diferencia de lo que muchas veces suele suponerse, los rituales no son sólo
aquellas ceremonias vinculadas con creencias que se refieren a lo sobrenatural.
En este artículo entiendo por rito o ritual toda ceremonia que implique
procedimientos y prescripciones de comportamiento fuertemente reguladas; esto
es, maneras de actuar que se repiten con cierto grado de invariabilidad y que
aluden a cierta dimensión calificable de "sagrada" (Mac Laren. 1995: 55). Desde
esta perspectiva los rituales impregnan la existencia cotidiana ocupando un
punto nodal en la cultura y constituyendo importantes fundamentos de la vida
institucional de la sociedad y de sus organismos, entre los que se encuentran la
escuela.

En la Antropología, las prácticas rituales siempre han ocupado un lugar


importante. Al respecto cabe mencionar a Víctor Turner (1999) quien interpreta las
celebraciones rituales como fases específicas de los procesos sociales por los que
los grupos llegan a ajustarse a sus cambios internos y a adaptarse a su medio
ambiente. Analíticamente, Turner define el símbolo como la más pequeña unidad
del ritual que todavía conserva las propiedades específicas de la conducta ritual;
esto es, la unidad última de estructura específica en un contexto ritual. Los
símbolos, agrega, frecuentemente sirven para integrar significados culturales y
pueden dominar un sistema conceptual al proporcionarle marcos o modelos para
la formulación simbólica en diferentes áreas.

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE LA INSIGNIA DEL COLEGIO?

Para entender el significado de la Insignia Nahuelcura, debemos remitirnos a la


consideración que nuestro Proyecto Educativo tiene respecto de sus estudiantes.
Así, consideramos a nuestro alumno, como un sujeto irrepetible que está llamado
a ser protagonista de su propia formación y de su historia. Perfectible moral,
afectiva, intelectual y físicamente.

Nuestro Colegio pretende estudiantes que demuestren interés en desarrollar sus


potencialidades y se esfuercen por aprender. Deben verse a sí mismos, como los
únicos y principales responsables de sus acciones, entendiendo que su vida no
ocurre por casualidad sino por causalidad.

Los estudiantes del Colegio, en su proceso de desarrollo personal, han sido


capaces de confiar en los adultos educadores que los acompañan en la
Institución, especialmente en sus docentes, dejándose conducir y confiando en
sus directrices y orientaciones, razón por la cual, han tenido a su disposición el
valor que sus docentes le otorgan a las virtudes y perseverancia en el trabajo.

Nuestra confianza en ellos, se basa en que son capaces de desarrollar una serie
de actitudes que, no por poco vistosas, son las menos importantes, pero que son
cruciales para el éxito profesional y personal futuro.

Finalmente, la Insignia Nahuelcura, refleja al Tigre, el que expresa valores como el


trabajo para lograr lo anhelado, la visión de futuro para planear, la capacidad de
conquistar metas, el tesón de buscar los sueños, siempre con esfuerzo, con
valores, integralidad y solidaridad.

Todo esto, es la suma de lo que esperamos de nuestros alumnos y de su derrotero


a lo largo de sus vidas. Todo ello otorga significación al símbolo.

LA CRUZ TAU

Origen
La Cruz de tau, también llamada cruz de San Antonio (San Antonio Abad o San
Antón), cruz de Santa Tecla, o por simplificación, tau, es una figura emblemática
en forma de T, es un símbolo empleado por la Orden franciscana como signo
distintivo de los miembros de sus diferentes organizaciones.
La Tau corresponde a la última letra del alfabeto hebreo y a la decimonovena del
alfabeto griego, aunque también fue un símbolo utilizado en otras culturas como
la Egipcia (el símbolo de la vida eterna o cruz ansada: el anj). Fue el santo egipcio
San Antón (Antonio Abad) quien primero la usó como distintivo cristiano y por ello
es llamada más propiamente como cruz de San Antón. Con color azul sobre el
pecho de un hábito negro, era el uniforme distintivo de los miembros de la Orden
de San Antonio. Símbolo del dios Mithra de los Persas y de los Aryos de la India.
Para ellos, Mithra era el ángel de luz, o la luz celestial. Es usado por modernos
masones como símbolo de la T cuadrada.
Luego de tantos siglos nuevos significados y añadidos alejaron al símbolo egipcio
de lo que fue en su origen. Pasó a conocerse como la “Llave de la Vida” debido
a que, en tiempos antiguos, la Iglesia Copta de Egipto adoptó el Ankh como una
forma de la Cruz Cristiana. Hoy día se conoce como “cruz ansada” o “llave de la
vida”. El Ankh también fue identificado con la Tau griega; este símbolo se
transforma entonces en la “Cruz Egipcia”, apartándose completamente de su
significado original.

Uso franciscano
Su uso en el franciscanismo se remonta al mismo Francisco de Asís, quien la usaba
como su firma y sello personal. Durante la época de Francisco y a partir del IV
Concilio de Letrán, convocado por el Papa Inocencio III, la Tau era un símbolo
muy utilizado por la Iglesia Católica en general, como signo de conversión y señal
de la cruz.
Se le relacionaba con el libro de Ezequiel (9,3-6), en el cual Yahveh mandaba a su
enviado a marcar con una Tau en la frente a los justos de Jerusalén, mientras que
en el libro del Apocalipsis (7, 2-4), se asocia a la Tau como el símbolo que tienen
en la frente los siervos y salvos de Dios.
Otros pasajes bíblicos hacen referencia a la Tau, por ejemplo era el símbolo con el
que los israelitas marcaban los dinteles de sus puertas en la celebración de la
Pascua y representa a la vara que Moisés convirtió en serpiente.
Así la Tau, que tiene a sus espaldas una sólida tradición bíblico-cristiana, fue
acogida por san Francisco en su valor espiritual, y el Santo de Asís se apoderó de
ella de forma tan intensa y total hasta convertirse él mismo, a través de los
estigmas de su carne, al final de sus días, en la Tau viviente que él tanto había
contemplado, dibujado, pero sobre todo, amado.

San Francisco y la "Tau"


San Francisco de Asís, que participó en el IV Concilio de Letrán en calidad de
superior general de una Orden aprobada por la Iglesia, debió de tomarse muy en
serio la invitación de Inocencio III pues, según los compañeros y sus primeros
biógrafos, amaba y veneraba la Tau (nombre de la letra T en hebreo y griego)
"porque representa la cruz y significa una verdadera penitencia". Al comienzo de
cualquier actividad se santiguaba con dicha señal, la prefería a cualquier otro
signo y la pintaba en las paredes de las celdas. En sus conversaciones y
predicaciones la recomendaba a menudo, y la dibujaba a modo de firma en
todas sus cartas y escritos, "como si toda su preocupación fuese grabar el signo
de la tau, según el dicho profético, sobre las frentes de los hombres que gimen y
se lloran, convertidos de veras a Cristo Jesús".
Entre los manuscritos autógrafos de Francisco en que firma con la "Tau" se
encuentra su célebre "Bendición a fray León", reliquia que se conserva en la
Basílica de San Francisco de Asís.

La "Tau" en tiempos de San Francisco


La devoción por la "Tau" no es original de Francisco. Parece ser que un tipo de
cruz romana tenía esa forma (ver, por ejemplo, una de las representaciones más
antiguas: el Grafito de Alexámenos), aunque no hay certeza absoluta sobre la
forma que pudo tener la cruz en que fuera crucificado Jesús. En tiempos de San
Francisco, o al menos desde 1191, la usaron profusamente como signo de
pertenencia a la orden y de su vocación caritativa, los Crucíferos o antonianos de
San Antonio Abad, que en Asís regentaban el hospital de San Salvador de las
Paredes. Los Valdenses, fundados por Pedro de Valdo, contemporáneo de San
Francisco, llegaron a declarar como dogma de fe que la cruz de Cristo tenía
forma de T. La Cruzada de los niños de 1212 la tomó por distintivo. En Jerusalén,
una orden caballeresca que tomó parte en la Segunda Cruzada era conocida
como Orden de la Tau y sus miembros llevaban ese signo en el cuello de la capa.
Por tanto, lo que hizo el santo de Asís fue asimilar un signo ya existente, que
encajaba bien con su espiritualidad e ideales, basados en la contemplación e
imitación de Cristo pobre y crucificado.
En él, el viejo signo profético se actualiza, se vuelve a colorear, vuelve a adquirir su
fuerza salvadora y expresa la bienaventuranza de la pobreza, elemento sustancial
de la forma de vida franciscana.
“Con este sello, san Francisco firmaba cada vez que, bien por necesidad, bien
por espíritu de caridad, firmaba alguna carta” (FF 980); “Con este comenzaba sus
acciones” (FF 1347). La Tau era por tanto el signo más querido para Francisco, su
sello, el signo revelador de una convicción espiritual profunda de que sólo en la
cruz de Cristo está la salvación de todo hombre.

Lo que no es la Tau
La Tau no es un amuleto mágico.
No es un fetiche, ni mucho menos un juguete cualquiera.
No da buena suerte ni hay que colgarlo porque “trae el bien ".
De qué es signo
Es el signo concreto de una devoción cristiana, pero sobre todo un compromiso
de vida en el seguimiento de Cristo pobre y crucificado.
Es el signo de reconocimiento del cristiano, es decir, el hijo de Dios, del hijo
salvado del peligro, del Salvado. Es un signo de poderosa protección contra el
mal (Ez 9,6).
Es un signo querido por Dios para mí, es un privilegio divino (Ap 9,4; Ap 7,1-4; Ap
14,1).
Es el signo de los redimidos por el Señor, de los sin mancha, de quienes se fían de
Él, de quienes se reconocen hijos amados y que saben que son preciosos para
Dios (Ez 9,6).
Es símbolo de la dignidad de los hijos de Dios, porque es la Cruz que ha sostenido
a Cristo.
Es un signo que me recuerda que debo yo también ser fuerte en las pruebas,
dispuesto a la obediencia del Padre y dócil en la sumisión, como lo fue Jesús a la
voluntad del Padre.

¿Por qué de madera?


La madera es un material muy pobre y dúctil, y los hijos de Dios son llamados a
vivir de manera sencilla y en pobreza de espíritu (Mt.5,3). La madera es un
material que se trabaja fácilmente, y también el cristiano bautizado debe dejarse
plasmar en la vida de todos los días por la Palabra de Dios, ser Voluntario de Su
Evangelio.

RITO DE LA ENTREGA DE LA CRUZ


RITOS INICIALES

Monitor: La vida de cada persona está marcada por diversos acontecimientos…


Como cristianos, desde el momento de nuestro Bautismo, en que comenzamos a
ser hijos de Dios, vamos creciendo en la vida de la gracia. Y este crecimiento nos
condujo a estar hoy aquí, reunidos para dar un paso fundamental en el camino
de nuestra fe.
Hoy son ustedes, niños, quienes van a prometer que vivirán como hijos de Dios y,
como han elegido ser seguidores de Jesús, recibirán la cruz que los identifica
como cristianos.
No es un simple adorno. Recuérdenlo siempre: es el símbolo de quienes amamos y
seguimos al Señor, de quienes queremos parecernos a Él.
Pedimos a Dios la gracia de ser fieles a su Palabra, y la fortaleza para poner en
práctica todo cuanto aprendimos.

La entrega de la cruz señala a todos aquellos que quieren hacer una opción
visible, externa y consecuente con el mensaje de la Buena Noticia de Jesús,
manifestada en su entrega generosa por todos nosotros en la cruz salvadora.

Mediante este rito de la entrega de la cruz, los estudiantes, en presencia de sus


padres, que quieren para ellos una vida entregada a los demás como la de Jesús,
se van a comprometer a tener como ideal de vida la ley de Francisco de Asís
“Amaos unos a otros como Jesús nos ha enseñado”.

Además, expresaran su deseo de continuar viviendo el Estilo de Vida


comprometiéndose a un nuevo Principio de Vida, “Defender la justicia y luchar
por un mundo nuevo”.

En esta celebración damos gracias a Dios que sigue suscitando personas


dispuestas a anunciar de manera directa el Evangelio.

Pedimos por la fe y la generosidad de estos hermanos y hermanas nuestras y


encomendamos a ellos y su labor misionera a la guía y protección de la Virgen
María, Divina Pastora de las Almas, a los Apóstoles, a san Francisco de Asís, y a
todos los Santos, para que pongan en el Señor su confianza. Nos ponemos de pie
para recibir al celebrante, precedido por el gran símbolo del cristiano, la cruz, que
indica el sacrificio que hizo Jesús por cada uno de nosotros.

Canto:

LITURGIA DE LA PALABRA

Presentación de los que van a ser enviados


Celebración de la Palabra de Dios 7. Exhortación antes de la primera lectura
«Carta a todos Iosfieles» 2.ª redacción vers. 87. Escuchemos la palabra de Dios,
según el espíritu de San Francisco, que nos exhorta: «Os ruego y exhorto en la
caridad, que es Dios, a que recibáis estas palabras olorosas de Nuestro Señor
Jesucristo con humildad y amor, las pongáis por obra y las observéis
perfectamente». 8.

Primera lectura: «Vivamos una vida nueva»

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos. 6,3-11.

Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos


incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte,
para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del
Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra
existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una
resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido
crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores,
y nosotros libres de la esclavitud del pecado. Por tanto, si hemos muerto con
Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez
resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio
sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir
es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos
para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. Palabra de Dios.

Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial.

Sal. 23 V/.
Este es el grupo que busca al Señor. R/

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,


el orbe y todos sus habitantes;
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/

¿Quién puede subir al monte del Señor?


¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón
que no toma en vano el nombre del Señor ni jura en falso. R/

Este recibirá la bendición del Señor,


le hará justicia el Dios de la salvación.
Este es el grupo que busca al Señor
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/

¡Portones, alzad los dinteles,


que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria!
¿Quién es ese Rey de la Gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/
¡Portones, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria!
¿Quién es ese Rey de la Gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/

Evangelio. «Convertíos y creed el Evangelio»

+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos. 1, 12-15.

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto


cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le
servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el
Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios.
Convertíos y creed la Buena Noticia». Palabra de Dios.

Todos: Te alabamos, Señor.


Homilía

Bendición de los van a ser enviados y entrega de las taus

Monición

Invocamos la bendición de Dios sobre los que van a ser enviados. Después
de recordar a la Virgen, a los Apóstoles y los Patronos de las Misiones pedimos que
sean fieles colaboradores en la obra de la evangelización y la salvación de toda
la humanidad.

Oración de bendición

Después de la homilía y la monición todos los que van a ser enviados se levantan.

El celebrante dice:

Pidamos, hermanos, a Dios, que en atención a los méritos de su Hijo, Jesucristo,


nuestro Señor, de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia y Reina del
mundo, de los santos Apóstoles, fundamento de la Iglesia y de los santos Francisco
y Clara y todos los santos, se digne otorgar a estos hermanos y hermanas que hoy
enviamos, servidores de Cristo, que su amor aumente más y más y alcancen
sabiduría y entendimiento, para saber escoger siempre lo mejor, que se
mantengan fieles y sin tacha hasta el día que puedan presentar una abundante
cosecha de buenas acciones gracias a Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Sacerdote: Nuestra ayuda es en el Nombre del Señor.


Todos: Quien hizo el cielo y la tierra.
Sacerdote: El Señor sea con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.

Sacerdote: Oremos

El celebrante, Con las manos extendidas hacia los jóvenes dice:

Te bendecimos y alabamos, oh Dios, porque, según el designio inefable de tu


misericordia, enviaste a tu Hijo al mundo, para librar a los hombres, con la efusión
de su sangre, de la cautividad del pecado, y llenarlos de los dones del Espíritu
Santo. Él, después de haber vencido a la muerte, antes de subir a ti, Padre, envió
a los apóstoles cómo dispensadores de su amor y su poder, para que anunciaran
al mundo entero el Evangelio de la vida y purificaran a los creyentes con el baño
del bautismo salvador.

Te pedimos ahora, Señor, que dirijas tu mirada bondadosa sobre estos servidores
tuyos que, fortalecidos por el signo de la cruz, enviamos como mensajeros de paz
y bien. Con el poder de tu brazo, guía, Señor, sus pasos, fortalécelos con la fuerza
de tu gracia, para que el cansancio no los venza.

Dios Padre Todopoderoso, tu que enviaste a Jesús al mundo para que salvara a la
humanidad del pecado por medio de la más dolorosa y cruel muerte, la
crucifixión, y de esta forma resucitar a la vida eterna, bendice a los niños y
jóvenes de esta institución educativa y concédeles que vivan, a imitación tuya,
dándose por amor a los demás como miembros vivos de la Iglesia. Por Jesucristo,
nuestro Señor

Que sus palabras sean un eco de las palabras de Cristo para que sus oyentes
presten oído al Evangelio. Dígnate, Padre, infundir en sus corazones el Espíritu
Santo para que, hechos todo para todos, atraigan a muchos hacia ti, que te
alaben sin cesar en la santa Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

Monitor: La cruz que se les entrega ahora (cruz tau), es el signo del amor de Jesús
por todos los hombres y de la misión para la que han sido escogidos, para llevar el
mensaje de la fe a las personas que vengan a nosotros especialmente de nuestra
institución educativa.

Entrega de la Tau

Celebrante: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Todos: Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

Celebrante: Oremos
Dios, Señor y Padre nuestro, Tú quisiste que tu Hijo Jesucristo, elevado sobre
la Cruz, atrajese a todos hacia sí y diste fuerza a la Virgen Madre para que le
acompañara fielmente, permaneciendo firme al pie de la Cruz. Tú infundiste tu
amor y celo apasionado a san Francisco de Asís que a los pies del santo Cristo de
San Damián se lanzó a la tarea de restaurar tu Iglesia.

Bendice + estas taus que entregamos a estos hermanos que van a ser
enviados a anunciar la fe. Que estas cruces sean signo de que Tú estás siempre
con ellos hasta el fin del mundo siendo la fuente de su fe, esperanza, fortaleza,
alegría, fidelidad y amor. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, nuestro
Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.

Todos: Amén

El celebrante rocía los crucifijos o taus con agua bendita y pronuncia la fórmula
de entrega de la cruz una sola vez para todos, diciendo en voz alta:

Recibid la cruz signo del amor de Cristo y de la misión para la que Dios los ha
elegido en si institución educativa.

Todos: Amén.

Y se acercan ordenadamente al celebrante para recibir la cruz.

De manos de vuestros educadores recibiréis una cruz, señal del cristiano, como
símbolo de los compromisos que acabáis de realizar. También llevareis una cruz a
vuestra familia, enviada con vosotros a amar a los demás con el mismo amor de
Jesús.

Ofrecimiento de los misioneros

Terminada la entrega de crucifijos recitan la oración de ofrecimiento:

Padre Dios, te damos gracias por haber fundado en Jesucristo tu Iglesia


santa y católica, "sacramento universal de salvación", y por querer reunir en ella a
todos los hombres de todos los siglos, razas, lenguas y pueblos, hasta consumar tu
Reino y la comunidad feliz de los santos.

Aquí nos tienes, Señor, dispuestos a la entrega generosa de nuestra


persona, enviados por la comunidad cristiana del Salvador, para que tu Reino sea
más conocido por las personas de nuestro entorno.

Queremos servir fraternalmente a todos y en especial a los más


pobres y alejados de ti, pues en ellos has querido hacerte presente de modo
singular.
Danos, Señor, la fidelidad a tu llamada y a tu mensaje salvador, para que lo
anunciemos constantemente con nuestras palabras y el testimonio de nuestras
vidas.
Que la Virgen Santa María, Madre de la Iglesia y todos los santos nos
acompañen y ayuden en esta tarea. Amén

Oración de los fieles

Celebrante: Presentemos ahora al Padre nuestra oración. Pidamos hoy


especialmente que el Evangelio de Jesucristo fecunde nuestras vidas y llegue a
todos los hombres. Oremos diciendo: Padre escúchanos.

1. Por el Papa Francisco y nuestro obispo José Luis Del Palacio, por los
sacerdotes, para que en la Eucaristía encuentren el modelo de su acción
pastoral universal, a favor de toda la Iglesia y de todos los hombres y
pueblos, roguemos al Señor.

2. Por toda la Iglesia y los creyentes en Cristo, para que, siguiendo las huellas
de san Francisco de Asís, se animen a ser testigos del amor y de la
salvación que viene por la Cruz, roguemos al Señor.

3. Por los que tienen responsabilidades en el gobierno de las naciones, para


que promuevan la verdadera solidaridad con los más pobres, necesitados
y sufrientes y contribuyan a saciar su hambre de amor y su sed de justicia,
roguemos al Señor.

4. Por todos los estudiantes, para que el lema “Paz y Bien” que nos acompaña
siempre, sea el ideal de nuestras vidas y nos lleve al amor de Dios reflejado
en nuestros hermanos, roguemos al Señor.

5. Por los misioneros de todo el mundo, por nuestros educadores, por nuestros
padres, para que continúen preocupándose en que conozcamos a Jesús y
encuentren en la Eucaristía la fuerza para seguir su misión, roguemos al
Señor.

6. Por nosotros que hemos celebrado la entrega de la cruz, para que este
paso que hemos dado nos recuerde siempre que Jesús camina a nuestro
lado, roguemos al Señor.

7. Por las vocaciones misioneras en todo estado de vida eclesial, por los
misioneros franciscanos, para que sin miedo se consagren totalmente a
Cristo y a la misión y hagan de sí mismos pan partido para la vida del
mundo, roguemos al Señor.

Celebrante: Padre, escucha nuestras oraciones y llena el mundo con tu Espíritu,


para que todos conozcan tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.
RITO DE CONCLUSIÓN

El celebrante, con las manos extendidas sobre los misioneros, los bendice, diciendo:

Celebrante: Dios, que en Cristo ha manifestado su verdad y su amor, os haga


mensajeros del Evangelio y testigos de su amor en el mundo.

Todos: Amén.

Celebrante: Jesús, el Señor, que prometió a su Iglesia que estaría con ella hasta el
fin del mundo, dirija vuestros pasos y confirme vuestras palabras.

Todos: Amén.

Celebrante: El Espíritu del Señor esté sobre vosotros, para que, recorriendo los
hogares de nuestra parroquia, podáis anunciar el Evangelio a los pobres y sanar
los corazones desgarrados.

Todos: Amén.

Celebrante: Y a todos vosotros que estáis aquí presentes, os bendiga Dios


todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Canto final: Paz y bien.

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