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Santiago, 2 de mayo de 2017

Honorable Miembro de la Cámara de Diputados


Presente

Nos dirigimos a usted con el propósito de manifestar nuestra preocupación por el


Proyecto de Ley denominado Sistema de Garantías de los Derechos de la Niñez (Boletín N°10315-
18) que se encuentra en su Primer Trámite Constitucional y que será votado este martes 02 de
mayo.

Pensamos que en conformidad a la legislación internacional vigente es fundamental respetar los


Derechos de los Niños y, como padres, debemos resguardar el pleno goce de estos. Sin embargo,
determinar que cada niño entre 0 a 18 años puede “ejercer sus derechos por sí mismo”(art.7) atenta
intrínsecamente con su desarrollo evolutivo. Por otra parte, consideramos que en el espíritu y letra
de esta ley se pretende crear un conflicto entre padres e hijos poniendo a órganos administrativos y
judiciales a mediar entre ellos. De cierta forma, se sitúa a los padres como los principales
sospechosos infractores de los derechos de los niños.

Si bien los niños son sujetos de derecho y estos ya están garantizados en la


Constitución de nuestro país es preocupante que se les endose una larga batería de derechos sin
mencionar, en ningún momento, los deberes asociados a esos derechos, y a la vez, desplazando el
rol de los padres a actores secundarios en la crianza de sus propios hijos. Y esto se vuelve más
alarmante cuando educadores, profesores, psicólogos y psiquiatras especialistas en niñez y
adolescencia califican a este grupo como una generación sin límites.

Para ilustrar este aspecto, vale mencionar el caso contingente del juego “La Ballena
Azul”. Por una parte, la PDI solicita a los padres supervisar y controlar el uso de Internet de sus
hijos en contraposición al Artículo 27 en el que se explícita el derecho de los niños a “buscar,
acceder y recibir contenidos informativos, por cualquier medio”. Junto a este existe además,
el Artículo 25 en el que se expresa que “todo niño tiene derecho a desarrollar su vida privada,
a gozar de intimidad y a mantener comunicaciones sin injerencias arbitrarias o ilegales”. De
esta forma, los padres quedamos fuera de la protección de nuestros hijos si ellos apelan al Artículo
7 en el que se expresa que “Todo niño, en conformidad a la ley, podrá ejercer sus derechos
por sí mismo, en consonancia a la evolución de sus facultades, su edad y madurez”.

Es por esto, que creemos que este Proyecto de Ley que ubica al niño como sujeto de
derecho, al Estado como garante del ejercicio y cumplimiento de estos y a los padres como
principales sospechosos de coartarlos; limita y crea artificiosamente un conflicto en el núcleo de la
sociedad que es la familia. Entonces debemos preguntarnos: ¿a qué edad el niño puede “ejercer
sus derechos por sí mismo”(art.7)? ¿Hasta qué edad una madre podrá limitar las “comunicaciones”
de su hijo sin que sea una “injerencia arbitraria”(art.25)? ¿Qué sucederá si a mi hija adolescente le
pido que no le hable irrespetuosamente a su abuelo? ¿Vendrá su “representante legal” a velar por
su libertad de expresión (art.22)?

Entonces, como padres ¿qué debemos esperar? Que frente a nuestro estilo de crianza,
modelos de aprendizaje y sistemas de protección y disciplina, un burócrata del Estado se instale en
la mesa del comedor de nuestra casa y “medie” nuestro diario vivir. No lo aceptamos y es por esto
que les solicitamos a ustedes, nuestros diputados, que ejerzan el poder que se les delegó a través
del sistema democrático, y se opongan a este Proyecto de Ley que pretende rebajar el DERECHO
preferente de nosotros, los padres garantizado en la Constitución art. 19 N°10, a criar a nuestros
hijos a una mera responsabilidad (art. 8, PL Sist. Garantías de los Derechos de la Niñez).

Esperando una favorable respuesta, los saludan atentamente

Padres de familia, Chile.

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