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Esteban niedojadlo Unamuno

Efímeros Fragmentos

1
Manifiesto

Visiones
Abolir la realidad, desmentirla
y rasgar el velo a las palabras
Ser irreverente con los significados
deshacerlos en las manos
Burlar la muerte muriendo cada día
saltar al abismo, desaparecer sin tocar fondo
beberse las estrellas hasta vaciar el cielo
y amar hasta temblar de miedo
Descomponerse con la brisa estival
poder ser la roca que las olas embaten
poder ser las olas

Vivir indeterminado.

2
Cerraré los ojos y me entregaré a los perros
Para que desmiembren mi cuerpo y desgarren mi carne
Para que me arrastren por las calles
Para que cubran la ciudad con mi sangre.

Será esa mi forma de extenderme


Mi forma de volcarme
De conocer cada piedra, cada rincón
De la ciudad cada detalle.

Siendo sustancia pringosa, execrable


Mancharé a cada individuo
A cada anónimo habitante
Lo marcaré en la ciudad con mi sangre.

Llegaré así a la verdad


Aprenderé así todo lo que es importante
Proyectando una sombra terrible en la ciudad
Me volveré sabio, me levantaré gigante.

3
Cantará mi voz en tono pacífico
Y su modulación triste y resignada
Delatará que no existe paz en mis palabras
Y el poema será silencioso estallido.

Descenderé a las entrañas de la ciudad


Rascaré su médula, arañaré sus huesos
Sólo por romper mis uñas
Sólo para sangrar mis dedos.

Y entonces, sabiéndolo todo


Seré el mayor ignorante
Seré un profeta desvalido, balbuceante
El indicado para cantar en Buenos Aires.

4
Al sol han macerado mis esperanzas
sus efluvios vaporosos me obnubilan
y desgarran en jirones las pesadas tardes
nebulosas en nervios y actos truncos.
Perdido camino el lento barrio
donde el tiempo cicatriza en gotas
fragmentos de ocio de sábado.
No quiero que me hallen.
No quiero ser hallado.
No quiero el asfalto sucio
ni de la multitud los alaridos
No quiero majestuosos monumentos
priápicos
Solo quiero, una tarde de barrio.

5
Pulso la cuerda del destino
Y las vibraciones me desarman
Me deshago en infinidad de esquirlas
Y espero herirlos a todos

Muero hacia afuera con el solo afán


De postergar la muerte por dentro
Vivo hacia afuera con el solo afán
De compartir todo lo que siento

Porque el mundo está inventado


En cada nueva mirada
Quiero prestar también mis ojos
Hacerme grito y si es necesario
Vagar en el vacio
Y arder antes de llegar al sol.

6
El ajetreo de los días
En los huesos
Agitando la médula
Mordisqueando
Empujándola hacia fuera
Hasta chorrear liquida
Asomando en cada poro
Regando fértil la tierra.
Y entre mis pies brotarán entonces
Tiernos tallos que bailando
Crecerán vigorosos y apurados
Para respirar de cara al sol
El fuego de mi aliento viciado.
Ávidos de calor febril, de carne
Rodearán mi cuerpo y mi cansancio
Estrujando las formas del humano
Listos a estallar en mil florcitas,

7
habré muerto árbol.

8
Un sueño.

Quería volar
Volver a volar
Volar soñando.
Desprenderme de la tierra, de este cuerpo
Borrar la ciudad por pequeña
Borrar a los hombres
Las hormigas, los insectos.
Perderme en la vastedad del cielo
Renegar de pesos y ajetreos
Hasta expandirme inmenso
Aéreo.
Debía soñar con el vuelo
Pero no, no esta noche
Pies de barro
De piedra, inútil esfuerzo.
Tendido con todo mi cuerpo
Con mi pensamiento

9
Rastrero
El revólver en una mano
Temblando, desesperado
Sólo pude soñar
Un disparo
Y ¡Ay!
Me volé los sesos.

10
El beso que no di
Ha encapotado la tarde
Lloviendo la sentencia del desconocido
Iluminando, la intensidad de la mirada
Y en una bar de mala muerte
Algún cuadro se cae
Y nadie lo levanta.
Contra el piso.
Contra el piso se aplastan las palabras
Echálas al fuego, deja que ardan,
y descubre en ellas, mientras se retuercen
Toda tu vida abrasada.
Frente a ti unos labios que te buscan
Y una orden que no es formulada
Te desarman, te deshacen
Y me guardo el beso
Y quemo las palabras.

11
Si pudiera destrozar a dentelladas la piedra
Y frotar mi piel con sus filosas esquirlas
Hasta desangrarme en erótico goce
Siguiendo la enloquecida cadencia
A que el deseo trunco me obliga
Quizás entonces mis apéndices dejarían de ser
Inútiles amasijos bamboleantes
Que buscan a tientas en distancias insondables
Y mi cuerpo una tromba infernal
Que se deshace y se consume de lo ardiente
Quizás podría mi razón al fin ceder
Al placer de ese rojo incandescente
Que desbordándose impetuoso y brutal
Destruye el horrible mecanismo de tortura
Que es mi mente.

12
Sostengo en mis manos el tiempo
Como un juguete roto
Que fue prestado
Muchas veces
Mutilado, sin un brazo o una pierna.
Creo que lo he olvidado
Acostado
Boca abajo
En un brocal destartalado, descascarado
Un juguete roto de facciones borradas
Raspadas contra el suelo
Simulando las batallas
De alguna vida.
Sus articulaciones ablandadas por el uso
Bailantes, bailoteantes.
Tengo el tiempo roto en mis manos

(tengo el tiempo en mis manos rotas).

13
¿Quién me ha confinado a este rincón oscuro
Donde las miserias se agolpan en mi garganta
Sin llegar a deformar mi rostro?
Donde la realidad es un campo estéril
Minado de pasiones reprimidas y enfermizas
Sembradas con mis propias manos.
Que estallen las pústulas en la carne
Y depuren el alma de tanta inmundicia
Que manchen los espejos con la sangre
Y nos impidan reconocer nuestras caras.
Y quizás entonces mientras gateamos
Ciegos por el sendero escarpado
Con los dedos crispados
Toquemos nuestras lágrimas.

14
Un colchón
donde vienen a morir mis esperanzas
Una pantalla
vaga conocedora de lentas necrologías
Los libros
depositarios de las lágrimas y la grasa
Un violín
que nunca fue hecho ni amaestrado
Una presencia
pesada de sangre oscura que grita
y llama y pide ser derramada
Otra pantalla
inerte que ignora si vive o la han matado
Los platos
prismas rotos que el deseo no compone
Una sombra
que quiere liberarse, o desaparecer
o cambiar de dueño
Una persona

15
sola, que no sabe qué hacer, con todo eso.

16
Solo en la casa había estado siempre
así se dilataban las horas esa tarde
la lluvia real sofocaba la radio imaginada
caminando vacilante andaba los salones
tropezando con recuerdos al polvo adheridos
llegué a un rincón enmohecido, prefigurado
y encontré mi vieja caja de juguetes.
La abrí, adentro estaba yo de niño
me abracé y nos acurrucamos juntos en el piso
tal vez sentí llorar al chico
lo abracé más fuerte, y por no perderlo
lo asfixié hasta la muerte contra mi pecho.

17
Tener que borrar con agua las palabras
Para mentir lágrimas no derramadas
Y sangrar la garganta por no gritar
Por no poder, por no saber.
Apuñalar y apuñalarse
Hasta copular con la traición
Y escupir entonces vulgaridades
Sobre ese fruto desdeñable.
Sentir vergüenza.
Beberse los años entre la cicuta
Sin pedir perdón, arañando descarnado
La sentencia que nadie proclamó.
Culpable.
¡Qué asqueroso, rastrero, miserable!
Haber asesinado
Haber destruido tantas vidas con engaños
Y no ser capaz de quitarse la propia.

18
Esa es una sonrisa
que se deshace por todos lados
que nada espera
que presagia el fin
así me sonreías esa noche
entre los olmos y las glicinas en flor
el perfume nos llenaba de nostalgia
nos cristalizaba, formas unidas
libres al margen del tiempo.
Las flores no pudieron hacer nada
el perfume la noche no pudo
las estrellas no pudieron
tú me sonreíste, te morías
yo moría
te sonreí de nuevo.

19
Disputado por el Principio y por el Fin
Mi cuerpo se tensa penosamente
Mi mente se dilata hasta que dentro
Se rompen los sutiles nudos
Que intentan enlazar mis pensamientos,
Y entonces este intermedio constante
Se me hace atroz suplicio
Espacio, pausa, espera sorprendente
Inexplicable contrapunto de la muerte.

20
Necesitamos más tormentas
¡Sí!
¡Más tormentas!
Que los rayos iluminen
La horrorosa faz del hombre
La fisonomía,
El rictus cruel de la ciudad
Y la lluvia
Que la lluvia nos bañe ácida
Que nos limpie de impurezas
Necesitamos lluvia
¡Sí!
¡Y mojarnos!
Que cada gota sea
Una nueva forma de experiencia
Que nos deje
Fuera de la historia
Que nos cale hasta los huesos
Y nos funda con el lodo

21
Para poder así
En la tierra tomar forma
Y levantarnos nuevos.

22
Primavera

Nos abrazábamos a la tarde


A lo esperado
A lo irrevocable.

Dejábamos que el sol nos calentara


Nuestros rostros
Nuestros ojos
Nuestros labios.

Disfrutábamos del momento


Mientras lo perdíamos
Mientras nos era escamoteado.

Vivíamos nuestro aliento


Como un absoluto
Y cada presente recibía
Una muerte secreta.

23
Colgados de la tarde
Esperando
Las bombas incendiarias

Siempre en el horizonte
Siempre llegando
Inexorable
El sol se apagaba.

24
Llamado a vivir en primavera
Por la explosión de matices verdeantes
Y el arrullo perfumado de los árboles
Que ríos de savia invitan a despertar
Estiro los miembros entumecidos
Sacudo el espíritu tumefacto
Me rasco la piel, las costras, las crenchas
Y salgo.
Las casonas, la gente, el barullo mundano
Me inunda me abruma me confunde
Me embriaga con lo variopinto de sus vahos
Y de pronto no puedo menos que extrañar
La sombra de un cedro en mi jardín
El algodón y las flores en el patio
El olor de una comida andando por los cuartos
Y también alguna ropa, algún color desteñido
Las manchas del pasto en las rodillas…
Raro es el fluctuar de esta época
Que ya al nacer nos recuerda

25
A la otra, a la vivida, a la muerta.

26
Los poetas
Más que palabras
Son colores
Borges, Amarillo
Y rayas negras, como su tigre
Y luego
Deshilvana mil tonos de pardos
Ocres y damascos.
Pizarnik
El azul
El gris ceniza
El azul oscuro, umbrío
De pozos insondables
Y los románticos ingleses
Tantos verdes
Tantos plateados y dorados
Tantos colores plumosos ligeros
Pero hoy, Javier Heraud
Es luz pura

27
Sus palabras iluminan
El brillo es más que cualquier color
Es irradiación de vida
Sin tamices.
Pero luego, pero entonces
La luz se apaga
En una alegría desesperada
La luz de amor se opaca
La guerrilla
El río
Y las balas.

28
Estaba sola.
Se acostó sobre la fría arena
Para mirar las estrellas
Y sentir los ruidos de la noche.
Volvió cabizbaja
La vista perdida entre los pastos
En la inmensidad del campo
Y encontró este poema.

Estaba solo.
Se acostó en la fría piedra
A mirar el bajo techo
Y sentir la humedad de la celda.
Se durmió murmurando
Los párpados bien apretados
Y en la inmensidad de sus sueños
Encontró este poema.

No se conocían

29
Pero sus palabras se cruzaron
En algún agujero misterioso
Del tiempo y del espacio
Y se amaron.

30
Desde la ventana

Descomponer la ciudad en el prisma


de cada una de las gotas de lluvia
Multiplicar los infinitos rostros
Burlar la presencia hostil del asfalto
Aferrarse a la frágil rama que reverdece
Quemarse y arder bajo el cielo entristecido
Cerrarse, consumirse anhelando indolencia
Querer desaparecer, despacito, sin hacer ruido
sin que nadie note la ausencia
Como si nunca hubiera sido.

31
En las horas muertas, aún de mañana
La presencia ineludible e indefinida
La pena líquida que empapa, la rabia
Unos cuadernos sucios y muchos rostros.
Las voces a gritos, mas silenciosas
Que el pesado silencio en soledad
Un arsenal de nombres sin médula
Conocerlos y juzgarlos sin conocerlos
La tarea, el placer y la mentira
Conjugados, rehuidos, conjurados.
Los gritos vuelven, el tiempo termina
el recreo.

32
Fantasmagorías en túneles impracticables
Que no pueden dar la cara al sol
Y se desenvuelven serpenteantes, calientes
Cuando el cuerpo sólo desea el reposo
Se encarnan y gritan y sangran
Para romper el silencio hostil
Más agradable que cualquier sonido
Fantasmagorías insolentes y desaforadas
Que crecen y barren sus límites
Y afloran y reclaman para sí la realidad
Los sueños que profetizan, los avisos
El implacable pregonero de la muerte.

33
Salvar unas pocas formas del olvido del tiempo
El contorno filoso de una montaña
El mar lamiendo mi piel de arena
La ingenua ola golpeando paciente la piedra
Haciendo socavones, creyéndose eterna.
El rostro de un amigo cristalizado a los doce años
Las tardes con él salvadas y perdidas
El recuerdo de la risa contagiada y compartida
Esos son los únicos grandes hechos
Que fundan tímidos nuestras vidas
No los otros, más oscuros, más monstruosos
Que se cobran poco a poco nuestros días
Salvar unas pocas formas, resguardarlas
De la decadencia de nuestra mente y nuestro cuerpo
Y acariciarlas añorando, mientras nos vamos diluyendo.

34
Austral

Tener que esperar la noche


Para consolarse con presencia oníricas
Dios ¿Es eso la vida?
Una sucesión de falsas imágenes
¿Qué también debemos soportar en vigilia?

Acariciar la plenitud de una amistad


Y llorar para que sea eterna
Arrojarse a ciegas contra el abismo
Sin querer quitarse de los ojos la venda.

Perderse de lleno en un amor


Que de ilusiones está fraguado
Levantarse luego cada día y descubrir
Que ese sueño ya fue olvidado.

35
Afuera la noche y la lluvia
adentro una cama vacía, la mesa sucia
la luz que no ilumina, y una intención
que no alcanza para concretar un deseo.
Rondando cualquier límite, el miedo
para acelerar o desterrar toda decisión
y las sombras que crecen y se cierran.
Entre ellas el poema baila y llama
la idea es una chispa y se consume
no hay nadie que vea, atienda o escuche
cualquier intento es vano, sólo cabe olvidar.
Para mí, hoy será noche insondable
olor a tierra mojada, una cama vacía
y muchas hojas, todas en blanco.

36
Las cosas
Las gentes
Los afectos
Las palabras
Se gastan se rompen se tiran
Se cambian
Mis ganas
Se gastan se rompen
Se cansan pero no se tiran no se cambian
Gastadas buscan
Los afectos rotos
Cansadas juntan
Los deshechos de las cosas
Y nuevas palabras
Gastadas y cansadas siguen buscando
A las gentes cansadas y gastadas
Las gentes
Que se rompen
Que se tiran

37
Que se cambian
Como mis ganas.

38
Estando harto
De las apneas inducidas
De las torturas merecidas
De las lágrimas contenidas
Estando harto
De buscar palabras
De repetirlas
De perderlas
Estando harto
De olvidar
De no saber
O de saber
De recordar.
Estando harto
De despedirme
De dividirme
De diluirme;
Nunca harto
De ser

39
De sentir
De estar
De vivir.

40
Expectativas.

¿Lloraré tendido ante su tumba?


¿Resistiré el golpe bruto de le historia?
¿Veré el barco quebrarse en el oleaje?
¿Seguiré siendo el mismo?
Morimos cada día y decimos conocernos
Somos otros hasta estando solos, lo sabemos.
¿Serás mi ancla, me salvarás de un destino vago?
¿Serás mi ancla, encadenarás mi vuelo?
¿Se interpondrá la fría espada entre nosotros?
¿La del tiempo? ¿La del tedio?
¿La espada de la verdad?
¿La que desnuda las máscaras?
Cortará la espada, pero no le temeremos.

41
La fuerza para seguir
Para juntar los fragmentos
Para intentarlo
Una y otra vez
A pesar de la locura
De los paisajes en fuga
De los dedos que se rompen
Contra las piezas
Contra esas piedras
El empuje
La única razón
La poesía.

42
Efímeros fragmentos

43
I

Efímeros
Fragmentos del mundo
Retazos de una experiencia
De la totalidad inaprensible.

Mentir
En la expresión de la sensibilidad
Los tristes límites
De la inteligencia.

Caminar nocturno
Perder la mirada

44
El corazón
No vislumbrar
En qué consiste el mundo.

Vivir magnificado
Ser fibra
Y la tensión de la fibra
Hasta traspasar el velo.

Efímero suceso
Devenir recuerdo
Y reflujo involuntario.

Hacer de la vida poesía


Magnificar cada momento
Elevarlo sobre el tiempo
Para sentirse eterno.

45
No habito en las cosas
Habito en la poesía
En la palabra,
Y los mejores poemas
Son el otro.

46
II

Venus prisma
Mil formas placer
Y estallido.

Calma brizna
Pequeñez y colchón
Para mil cuerpos cansados.

Vapor en los azulejos


La pava, el fuego
Las horas húmedas
Flotando entre ellos.

47
Entre cuarzo y caracoles
Un fénix de cera espera arder
Y marcar mis horas

¿División necesaria
De la persona
Entre el trabajo
Y el interior?

Confusión de colores
Ignorancia y descuido
El accidente casual
La fatalidad velada.

48
Imagen capturada
De una antigüedad
Siempre actualizándose
Efímero momento robado
Al olvido.

Más que cualquier alimento


Necesito primavera
Aunque sea engaño
de florecimientos imposibles.

49
III

Esperar ser habitado


Alguien que pueda poner orden
Al desperdicio de mis días.

Como solaz de primavera


Su presencia queda
En la cama en las sábanas
En el café en la mesa en las ropas
En algunas cosas
Y en algunas palabras.

Los dedos en la reja

50
Una pisada en el pasto
El sol, agosto
La sombra, el deseo.

Amar en lejanía
Y que la distancia intransitable
haga imposible la posesión.

Como un anticipo de la muerte


El amor se acaba
El tiempo pasa
Y no volverán a verse.

Su voz lo dice
En otro cuerpo

51
En otra ciudad
En otro tiempo.

Vista por la ventana


Esta mansa lluvia
Mitiga una ausencia.

Volver a amar
La lluvia
La noche solo
La lectura
Encontrarse (en alguna cosa)
Después de haber amado.

Adherida como espesa baba

52
Su presencia queda
En las cosas
En la cama en las ropas
En algunos libros
Y algunas palabras.

Su rostro su cuerpo
Su olor sus palabras
Cálidos recuerdos
Disociados del deseo.

53
IV

Como grito desesperado


La presencia constante
La espera inerte
¿Y nadie sabe?
¿Nadie lo nota?

(Sentados) sobre el cordón


Languidecen existencias vacías
Porque nos falta coraje/vida
Para llenarlas.

54
Estas fachadas gastadas
Son tristes monumentos
Escupidos, vomitadas
En la decadencia del espíritu.

Tantos rostros en las calles


Híbridos de interior y adolescencia
Pero no estériles,
¡Ojalá lo fueran!

Todo el verde
Los aromas las flores
No alcanzan a ocultar
Las manchas de una piel envejecida

55
El color reseco
de salitre sed
y llagas
Grietas de la tarde
Adheridas a la piel

Llamé a mi mar de truenos y azar


Sembré en huecos sordos estulticia
Brotes tiernos el hierro
Y la muerte

Por ser luna


Por ser sol
Morir inmortal
Morir eterno
Para ser muerto.

56
La felicidad del ocaso
En retrospectiva
Hace arder las miserias
De los últimos años.

Dejarme toda la vida


En un marco
Que sólo se puede
Contemplar
Desde afuera.

No sé los nombres
No sé las fechas
No sé los hechos
Pero me pesan
Y los digo.

57
Arrastra sus pies contra el suelo
Vuelve a leer la Biblia
Y piensa
(que) hace mucho que vive de más.
Se siente entonces libre
Lo repite
Quiere convencerse.

Preparar café
En esa casa
Era revivir
Los olores del exilio.

La cocina el salón

58
Los cuartos de estar
Pinchados en el arco de un violín
Sangrando melancolía

En cada gota que cae


El mundo se deshace
¿Y cuántos lo notan?
¿Cuántos se detienen a observar?

Presencio
La destrucción del Yo
Y sonrío
Por los ojos vidriosos
Por la comisura de los labios
Chorrean fragmentos
Del mundo
De la colisión de los mundos.

59
La vida que me corre
Mujer hermosa y macabra
De zarpas afiladas
Y en su rostro, desencajada
La sonrisa de la muerte.

60
V

Tantos ojos
Tanta mirada perdida
En el movimiento
En el anhelo
Y en el regreso

En otras voces
En otras caras
Perderme y encontrarme
Para volver a perderme.

61
Roto por la lluvia
Fragmentado
Me busco en los techos de chapa
Pero no me hallo.

Atascado
En el hueco de un enorme tamiz
Sin saber
A dónde debíamos caer
Ni de dónde caíamos
Ni por qué nos estaban cribando.

Extraviado
En este baile de máscaras
Donde cada uno de los trajes
Me amedrenta por igual.

62
Descender al Averno
Descubrir la propia tumba
Querer volver, escapar, salir
Y por apurado
Errar el sendero.

El tiempo
Como un animal descomunal
Afila sus zarpas
En mi cuerpo
En mis huesos.

Doble vaga Lunasol


Siempre presente
Siempre distante
Dando de más

63
Mendigando pordiosera.

Primavera
Panégirico petulante
Danza macabra que nos arrastra
Al fin inexorable

Las palabras
Trozos desperdiciados
De un rompecabezas indecible
Como los hombres
Como tus gritos
Y tus gestos.

El tiempo desnudo

64
Siempre acá
Exhibiendo su cuerpo de viejo
Y frente al espejo
Otras formas me producen
El mismo asco.

Prolongar aunque sea


La incertidumbre
La angustia el sufrimiento
Antes que poner fin
Para evitar que de mí
Se enseñoree la muerte.

65
Termino de beber
Termino de escribir
Salgo, me marcho,
No queda nada.

66

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