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Efímeros Fragmentos
1
Manifiesto
Visiones
Abolir la realidad, desmentirla
y rasgar el velo a las palabras
Ser irreverente con los significados
deshacerlos en las manos
Burlar la muerte muriendo cada día
saltar al abismo, desaparecer sin tocar fondo
beberse las estrellas hasta vaciar el cielo
y amar hasta temblar de miedo
Descomponerse con la brisa estival
poder ser la roca que las olas embaten
poder ser las olas
Vivir indeterminado.
2
Cerraré los ojos y me entregaré a los perros
Para que desmiembren mi cuerpo y desgarren mi carne
Para que me arrastren por las calles
Para que cubran la ciudad con mi sangre.
3
Cantará mi voz en tono pacífico
Y su modulación triste y resignada
Delatará que no existe paz en mis palabras
Y el poema será silencioso estallido.
4
Al sol han macerado mis esperanzas
sus efluvios vaporosos me obnubilan
y desgarran en jirones las pesadas tardes
nebulosas en nervios y actos truncos.
Perdido camino el lento barrio
donde el tiempo cicatriza en gotas
fragmentos de ocio de sábado.
No quiero que me hallen.
No quiero ser hallado.
No quiero el asfalto sucio
ni de la multitud los alaridos
No quiero majestuosos monumentos
priápicos
Solo quiero, una tarde de barrio.
5
Pulso la cuerda del destino
Y las vibraciones me desarman
Me deshago en infinidad de esquirlas
Y espero herirlos a todos
6
El ajetreo de los días
En los huesos
Agitando la médula
Mordisqueando
Empujándola hacia fuera
Hasta chorrear liquida
Asomando en cada poro
Regando fértil la tierra.
Y entre mis pies brotarán entonces
Tiernos tallos que bailando
Crecerán vigorosos y apurados
Para respirar de cara al sol
El fuego de mi aliento viciado.
Ávidos de calor febril, de carne
Rodearán mi cuerpo y mi cansancio
Estrujando las formas del humano
Listos a estallar en mil florcitas,
7
habré muerto árbol.
8
Un sueño.
Quería volar
Volver a volar
Volar soñando.
Desprenderme de la tierra, de este cuerpo
Borrar la ciudad por pequeña
Borrar a los hombres
Las hormigas, los insectos.
Perderme en la vastedad del cielo
Renegar de pesos y ajetreos
Hasta expandirme inmenso
Aéreo.
Debía soñar con el vuelo
Pero no, no esta noche
Pies de barro
De piedra, inútil esfuerzo.
Tendido con todo mi cuerpo
Con mi pensamiento
9
Rastrero
El revólver en una mano
Temblando, desesperado
Sólo pude soñar
Un disparo
Y ¡Ay!
Me volé los sesos.
10
El beso que no di
Ha encapotado la tarde
Lloviendo la sentencia del desconocido
Iluminando, la intensidad de la mirada
Y en una bar de mala muerte
Algún cuadro se cae
Y nadie lo levanta.
Contra el piso.
Contra el piso se aplastan las palabras
Echálas al fuego, deja que ardan,
y descubre en ellas, mientras se retuercen
Toda tu vida abrasada.
Frente a ti unos labios que te buscan
Y una orden que no es formulada
Te desarman, te deshacen
Y me guardo el beso
Y quemo las palabras.
11
Si pudiera destrozar a dentelladas la piedra
Y frotar mi piel con sus filosas esquirlas
Hasta desangrarme en erótico goce
Siguiendo la enloquecida cadencia
A que el deseo trunco me obliga
Quizás entonces mis apéndices dejarían de ser
Inútiles amasijos bamboleantes
Que buscan a tientas en distancias insondables
Y mi cuerpo una tromba infernal
Que se deshace y se consume de lo ardiente
Quizás podría mi razón al fin ceder
Al placer de ese rojo incandescente
Que desbordándose impetuoso y brutal
Destruye el horrible mecanismo de tortura
Que es mi mente.
12
Sostengo en mis manos el tiempo
Como un juguete roto
Que fue prestado
Muchas veces
Mutilado, sin un brazo o una pierna.
Creo que lo he olvidado
Acostado
Boca abajo
En un brocal destartalado, descascarado
Un juguete roto de facciones borradas
Raspadas contra el suelo
Simulando las batallas
De alguna vida.
Sus articulaciones ablandadas por el uso
Bailantes, bailoteantes.
Tengo el tiempo roto en mis manos
13
¿Quién me ha confinado a este rincón oscuro
Donde las miserias se agolpan en mi garganta
Sin llegar a deformar mi rostro?
Donde la realidad es un campo estéril
Minado de pasiones reprimidas y enfermizas
Sembradas con mis propias manos.
Que estallen las pústulas en la carne
Y depuren el alma de tanta inmundicia
Que manchen los espejos con la sangre
Y nos impidan reconocer nuestras caras.
Y quizás entonces mientras gateamos
Ciegos por el sendero escarpado
Con los dedos crispados
Toquemos nuestras lágrimas.
14
Un colchón
donde vienen a morir mis esperanzas
Una pantalla
vaga conocedora de lentas necrologías
Los libros
depositarios de las lágrimas y la grasa
Un violín
que nunca fue hecho ni amaestrado
Una presencia
pesada de sangre oscura que grita
y llama y pide ser derramada
Otra pantalla
inerte que ignora si vive o la han matado
Los platos
prismas rotos que el deseo no compone
Una sombra
que quiere liberarse, o desaparecer
o cambiar de dueño
Una persona
15
sola, que no sabe qué hacer, con todo eso.
16
Solo en la casa había estado siempre
así se dilataban las horas esa tarde
la lluvia real sofocaba la radio imaginada
caminando vacilante andaba los salones
tropezando con recuerdos al polvo adheridos
llegué a un rincón enmohecido, prefigurado
y encontré mi vieja caja de juguetes.
La abrí, adentro estaba yo de niño
me abracé y nos acurrucamos juntos en el piso
tal vez sentí llorar al chico
lo abracé más fuerte, y por no perderlo
lo asfixié hasta la muerte contra mi pecho.
17
Tener que borrar con agua las palabras
Para mentir lágrimas no derramadas
Y sangrar la garganta por no gritar
Por no poder, por no saber.
Apuñalar y apuñalarse
Hasta copular con la traición
Y escupir entonces vulgaridades
Sobre ese fruto desdeñable.
Sentir vergüenza.
Beberse los años entre la cicuta
Sin pedir perdón, arañando descarnado
La sentencia que nadie proclamó.
Culpable.
¡Qué asqueroso, rastrero, miserable!
Haber asesinado
Haber destruido tantas vidas con engaños
Y no ser capaz de quitarse la propia.
18
Esa es una sonrisa
que se deshace por todos lados
que nada espera
que presagia el fin
así me sonreías esa noche
entre los olmos y las glicinas en flor
el perfume nos llenaba de nostalgia
nos cristalizaba, formas unidas
libres al margen del tiempo.
Las flores no pudieron hacer nada
el perfume la noche no pudo
las estrellas no pudieron
tú me sonreíste, te morías
yo moría
te sonreí de nuevo.
19
Disputado por el Principio y por el Fin
Mi cuerpo se tensa penosamente
Mi mente se dilata hasta que dentro
Se rompen los sutiles nudos
Que intentan enlazar mis pensamientos,
Y entonces este intermedio constante
Se me hace atroz suplicio
Espacio, pausa, espera sorprendente
Inexplicable contrapunto de la muerte.
20
Necesitamos más tormentas
¡Sí!
¡Más tormentas!
Que los rayos iluminen
La horrorosa faz del hombre
La fisonomía,
El rictus cruel de la ciudad
Y la lluvia
Que la lluvia nos bañe ácida
Que nos limpie de impurezas
Necesitamos lluvia
¡Sí!
¡Y mojarnos!
Que cada gota sea
Una nueva forma de experiencia
Que nos deje
Fuera de la historia
Que nos cale hasta los huesos
Y nos funda con el lodo
21
Para poder así
En la tierra tomar forma
Y levantarnos nuevos.
22
Primavera
23
Colgados de la tarde
Esperando
Las bombas incendiarias
Siempre en el horizonte
Siempre llegando
Inexorable
El sol se apagaba.
24
Llamado a vivir en primavera
Por la explosión de matices verdeantes
Y el arrullo perfumado de los árboles
Que ríos de savia invitan a despertar
Estiro los miembros entumecidos
Sacudo el espíritu tumefacto
Me rasco la piel, las costras, las crenchas
Y salgo.
Las casonas, la gente, el barullo mundano
Me inunda me abruma me confunde
Me embriaga con lo variopinto de sus vahos
Y de pronto no puedo menos que extrañar
La sombra de un cedro en mi jardín
El algodón y las flores en el patio
El olor de una comida andando por los cuartos
Y también alguna ropa, algún color desteñido
Las manchas del pasto en las rodillas…
Raro es el fluctuar de esta época
Que ya al nacer nos recuerda
25
A la otra, a la vivida, a la muerta.
26
Los poetas
Más que palabras
Son colores
Borges, Amarillo
Y rayas negras, como su tigre
Y luego
Deshilvana mil tonos de pardos
Ocres y damascos.
Pizarnik
El azul
El gris ceniza
El azul oscuro, umbrío
De pozos insondables
Y los románticos ingleses
Tantos verdes
Tantos plateados y dorados
Tantos colores plumosos ligeros
Pero hoy, Javier Heraud
Es luz pura
27
Sus palabras iluminan
El brillo es más que cualquier color
Es irradiación de vida
Sin tamices.
Pero luego, pero entonces
La luz se apaga
En una alegría desesperada
La luz de amor se opaca
La guerrilla
El río
Y las balas.
28
Estaba sola.
Se acostó sobre la fría arena
Para mirar las estrellas
Y sentir los ruidos de la noche.
Volvió cabizbaja
La vista perdida entre los pastos
En la inmensidad del campo
Y encontró este poema.
Estaba solo.
Se acostó en la fría piedra
A mirar el bajo techo
Y sentir la humedad de la celda.
Se durmió murmurando
Los párpados bien apretados
Y en la inmensidad de sus sueños
Encontró este poema.
No se conocían
29
Pero sus palabras se cruzaron
En algún agujero misterioso
Del tiempo y del espacio
Y se amaron.
30
Desde la ventana
31
En las horas muertas, aún de mañana
La presencia ineludible e indefinida
La pena líquida que empapa, la rabia
Unos cuadernos sucios y muchos rostros.
Las voces a gritos, mas silenciosas
Que el pesado silencio en soledad
Un arsenal de nombres sin médula
Conocerlos y juzgarlos sin conocerlos
La tarea, el placer y la mentira
Conjugados, rehuidos, conjurados.
Los gritos vuelven, el tiempo termina
el recreo.
32
Fantasmagorías en túneles impracticables
Que no pueden dar la cara al sol
Y se desenvuelven serpenteantes, calientes
Cuando el cuerpo sólo desea el reposo
Se encarnan y gritan y sangran
Para romper el silencio hostil
Más agradable que cualquier sonido
Fantasmagorías insolentes y desaforadas
Que crecen y barren sus límites
Y afloran y reclaman para sí la realidad
Los sueños que profetizan, los avisos
El implacable pregonero de la muerte.
33
Salvar unas pocas formas del olvido del tiempo
El contorno filoso de una montaña
El mar lamiendo mi piel de arena
La ingenua ola golpeando paciente la piedra
Haciendo socavones, creyéndose eterna.
El rostro de un amigo cristalizado a los doce años
Las tardes con él salvadas y perdidas
El recuerdo de la risa contagiada y compartida
Esos son los únicos grandes hechos
Que fundan tímidos nuestras vidas
No los otros, más oscuros, más monstruosos
Que se cobran poco a poco nuestros días
Salvar unas pocas formas, resguardarlas
De la decadencia de nuestra mente y nuestro cuerpo
Y acariciarlas añorando, mientras nos vamos diluyendo.
34
Austral
35
Afuera la noche y la lluvia
adentro una cama vacía, la mesa sucia
la luz que no ilumina, y una intención
que no alcanza para concretar un deseo.
Rondando cualquier límite, el miedo
para acelerar o desterrar toda decisión
y las sombras que crecen y se cierran.
Entre ellas el poema baila y llama
la idea es una chispa y se consume
no hay nadie que vea, atienda o escuche
cualquier intento es vano, sólo cabe olvidar.
Para mí, hoy será noche insondable
olor a tierra mojada, una cama vacía
y muchas hojas, todas en blanco.
36
Las cosas
Las gentes
Los afectos
Las palabras
Se gastan se rompen se tiran
Se cambian
Mis ganas
Se gastan se rompen
Se cansan pero no se tiran no se cambian
Gastadas buscan
Los afectos rotos
Cansadas juntan
Los deshechos de las cosas
Y nuevas palabras
Gastadas y cansadas siguen buscando
A las gentes cansadas y gastadas
Las gentes
Que se rompen
Que se tiran
37
Que se cambian
Como mis ganas.
38
Estando harto
De las apneas inducidas
De las torturas merecidas
De las lágrimas contenidas
Estando harto
De buscar palabras
De repetirlas
De perderlas
Estando harto
De olvidar
De no saber
O de saber
De recordar.
Estando harto
De despedirme
De dividirme
De diluirme;
Nunca harto
De ser
39
De sentir
De estar
De vivir.
40
Expectativas.
41
La fuerza para seguir
Para juntar los fragmentos
Para intentarlo
Una y otra vez
A pesar de la locura
De los paisajes en fuga
De los dedos que se rompen
Contra las piezas
Contra esas piedras
El empuje
La única razón
La poesía.
42
Efímeros fragmentos
43
I
Efímeros
Fragmentos del mundo
Retazos de una experiencia
De la totalidad inaprensible.
Mentir
En la expresión de la sensibilidad
Los tristes límites
De la inteligencia.
Caminar nocturno
Perder la mirada
44
El corazón
No vislumbrar
En qué consiste el mundo.
Vivir magnificado
Ser fibra
Y la tensión de la fibra
Hasta traspasar el velo.
Efímero suceso
Devenir recuerdo
Y reflujo involuntario.
45
No habito en las cosas
Habito en la poesía
En la palabra,
Y los mejores poemas
Son el otro.
46
II
Venus prisma
Mil formas placer
Y estallido.
Calma brizna
Pequeñez y colchón
Para mil cuerpos cansados.
47
Entre cuarzo y caracoles
Un fénix de cera espera arder
Y marcar mis horas
¿División necesaria
De la persona
Entre el trabajo
Y el interior?
Confusión de colores
Ignorancia y descuido
El accidente casual
La fatalidad velada.
48
Imagen capturada
De una antigüedad
Siempre actualizándose
Efímero momento robado
Al olvido.
49
III
50
Una pisada en el pasto
El sol, agosto
La sombra, el deseo.
Amar en lejanía
Y que la distancia intransitable
haga imposible la posesión.
Su voz lo dice
En otro cuerpo
51
En otra ciudad
En otro tiempo.
Volver a amar
La lluvia
La noche solo
La lectura
Encontrarse (en alguna cosa)
Después de haber amado.
52
Su presencia queda
En las cosas
En la cama en las ropas
En algunos libros
Y algunas palabras.
Su rostro su cuerpo
Su olor sus palabras
Cálidos recuerdos
Disociados del deseo.
53
IV
54
Estas fachadas gastadas
Son tristes monumentos
Escupidos, vomitadas
En la decadencia del espíritu.
Todo el verde
Los aromas las flores
No alcanzan a ocultar
Las manchas de una piel envejecida
55
El color reseco
de salitre sed
y llagas
Grietas de la tarde
Adheridas a la piel
56
La felicidad del ocaso
En retrospectiva
Hace arder las miserias
De los últimos años.
No sé los nombres
No sé las fechas
No sé los hechos
Pero me pesan
Y los digo.
57
Arrastra sus pies contra el suelo
Vuelve a leer la Biblia
Y piensa
(que) hace mucho que vive de más.
Se siente entonces libre
Lo repite
Quiere convencerse.
Preparar café
En esa casa
Era revivir
Los olores del exilio.
La cocina el salón
58
Los cuartos de estar
Pinchados en el arco de un violín
Sangrando melancolía
Presencio
La destrucción del Yo
Y sonrío
Por los ojos vidriosos
Por la comisura de los labios
Chorrean fragmentos
Del mundo
De la colisión de los mundos.
59
La vida que me corre
Mujer hermosa y macabra
De zarpas afiladas
Y en su rostro, desencajada
La sonrisa de la muerte.
60
V
Tantos ojos
Tanta mirada perdida
En el movimiento
En el anhelo
Y en el regreso
En otras voces
En otras caras
Perderme y encontrarme
Para volver a perderme.
61
Roto por la lluvia
Fragmentado
Me busco en los techos de chapa
Pero no me hallo.
Atascado
En el hueco de un enorme tamiz
Sin saber
A dónde debíamos caer
Ni de dónde caíamos
Ni por qué nos estaban cribando.
Extraviado
En este baile de máscaras
Donde cada uno de los trajes
Me amedrenta por igual.
62
Descender al Averno
Descubrir la propia tumba
Querer volver, escapar, salir
Y por apurado
Errar el sendero.
El tiempo
Como un animal descomunal
Afila sus zarpas
En mi cuerpo
En mis huesos.
63
Mendigando pordiosera.
Primavera
Panégirico petulante
Danza macabra que nos arrastra
Al fin inexorable
Las palabras
Trozos desperdiciados
De un rompecabezas indecible
Como los hombres
Como tus gritos
Y tus gestos.
El tiempo desnudo
64
Siempre acá
Exhibiendo su cuerpo de viejo
Y frente al espejo
Otras formas me producen
El mismo asco.
65
Termino de beber
Termino de escribir
Salgo, me marcho,
No queda nada.
66