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Propuesta de ponencia para la Mesa Temática No. 6, intitulada: Ontología y sujeto.

Título de la ponencia: De la crítica a la metafísica de la subjetividad al concepto praxeológico de


«persona»: ¿eliminación de supuestos o préstamo de uno de ellos, a partir de la teología hebrea?

Resumen: Husserl intentó liberar a la filosofía de todos los supuestos, específicamente de la


creencia cotidiana en la existencia del mundo (tesis general de la actitud natural). Para él, el punto
de partida de la filosofía consistía en la negación de dicha tesis, la epojé, que posibilitaba la vuelta
del yo a sí mismo, erigiéndolo, tal como lo hizo Descartes tras su duda metódica, como un
fundamento indubitable del conocimiento. Al respecto, Heidegger cuestionó que su maestro no
eliminó de la fenomenología su supuesto subjetivista. Para remediar dicho error, él no despreció
la actitud natural, sino que la valoró como punto de partida del filosofar. En lugar de mantener la
representación del mundo como inicio del filosofar, que supone una objetualización del mismo por
parte de un sujeto, él propuso al manejo de útiles por parte del Dasein, que está correlacionado con
un mundo al que no fundamenta ni epistemológica ni ontológicamente.

A partir de la crítica de Heidegger a la metafísica de la subjetividad, tan ligada al olvido del ser,
más la superación de la misma por medio del enfoque en el uso práctico de lo que está a la mano,
González intenta corregir el proyecto fenomenológico iniciado por Husserl en su primera etapa de
pensamiento –caracterizada por las Investigaciones Lógicas, de 1900-1901–, partiendo de su
crítica al olvido del acto. Para el filósofo español es lamentable que Husserl haya rescatado al
cogito cartesiano, consistente en que se puede dudar de todo menos de que se está dudando, y que
no lo haya estimado como la verdad primera y el punto de partida del filosofar, sino que se haya
deslizado desde dicho acto de dudar hasta el sujeto metafísico que lo soporta, del cual no hay una
experiencia inmediata. Por eso, rescatando la primacía fenomenológica de los actos (praxis) sobre
las teorías que no son evidentes en la actualización de las cosas, González desiste de seguir usando
el concepto de «sujeto» y propone el de «persona», en tanto que acto encarnado. Con esto, él
considera que continúa el camino husserliano de la eliminación de supuestos de la filosofía y que
halla un punto indubitable para iniciarla, consistente en un ago o acto, que no es una cosa (porque
una cosa no puede ser la verdad primera de las demás cosas, así como una ciencia no puede ser el
fundamento de las demás ciencias, tal como pretendía el sicologismo combatido por Husserl), sino
el aparecer transparente o invisible de los mismos.

Con base en lo anterior, en esta ponencia se quiere contestar la siguiente hipótesis: ¿es la
transparencia de los actos la eliminación definitiva de los supuestos, que posibilita un inicio
diáfano del filosofar, o es, más bien, la inserción en la fenomenología de un supuesto no filosófico,
sino teológico, heredado de la tradición semítica que considera a Dios como acto puro, invisible,
transparente? De esta manera, se intenta valorar críticamente la propuesta fenomenológica del
filósofo español, Antonio González Fernández.

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