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OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

Oficina Subregional para los Países Andinos

LA VARIACIÓN DE LA TASA DE SALARIOS


PROMEDIO Y DE LOS SALARIOS MINIMOS EN
LA ECONOMÍA ECUATORIANA:
Un análisis de sus relaciones y una propuesta para
el reajuste de los salarios mínimos

Félix Jiménez
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003

Primera edición 2003

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JIMÉNEZ, Felix
La variación de la tasa de salarios promedio y de los salarios mínimos en la economía ecuato-
riana: Un análisis de sus relaciones y una propuesta para el reajuste de los salarios mínimos.
Lima, OIT / Oficina Subregional para los Países Andinos, 2003. 49 p. + anexos

Salarios, salario mínimo, tasa de salario, estructura de los salarios, industrias


manufactureras, productividad, Ecuador. 13.07
(Estudios de Economía Laboral en Países Andinos N° 2)

ISBN: XX-X-XXXXXX-X (versión impresa)


ISBN: XX-X-XXXXXX-X (versión pdf)
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Impreso en el Perú
ADVERTENCIA

El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias


entre hombres y mujeres es una de las preocupaciones de
nuestra Organización. Sin embargo, no hay acuerdo entre los lin-
güistas sobre la manera de hacerlo en nuestro idioma.

En tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que su-


pondría utilizar en español o/a para marcar la existencia de
ambos sexos, hemos optado por emplear el masculino genérico
clásico, en el entendido de que todas las menciones en tal género
representan siempre a hombres y mujeres.
PRESENTACIÓN

El panorama laboral de los países andinos a fines de la década del noventa y


a inicios del nuevo siglo se caracteriza por elevadas tasas de desempleo ur-
bano y de informalidad, bajos ingresos promedio por trabajo, creciente des-
protección social y significativa debilidad de las organizaciones sindicales y
del diálogo social. Los déficit de trabajo decente se acrecientan en lugar de
reducirse.
De una parte, los procesos de estabilización y de reformas que buscaron
adecuar nuestras economías a las sucesivas crisis financieras internacio-
nales y a preservar la capacidad de pago de la deuda externa, no han sen-
tado las bases para el crecimiento y la ansiada mejora social. De otra parte,
las reformas laborales para flexibilizar los mercados de trabajo han condu-
cido a una situación de insatisfacción, tanto de trabajadores como de em-
pleadores, aunque por razones distintas, así como de los gobiernos.
Esta realidad ha motivado que surjan múltiples puntos de vista y pro-
puestas sobre cómo debe de modificarse la política laboral para lograr una
operación del mercado de trabajo eficiente o, lo que es lo mismo, para contar
con relaciones laborales armoniosas en las empresas de manera de contri-
buir al aumento de la productividad y competitividad.
Varias de esas propuestas no se basan en un análisis mínimo de la situa-
ción laboral ni cuentan con un sustento empírico. No obstante los debates en
materia de economía laboral se extienden. Los argumentos sobre la conve-
niencia o no de una mayor flexibilidad laboral, de qué debe hacerse para in-
crementar la demanda de empleos formales, sobre si conviene invertir en
capacitación en las empresas o fuera de ellas, sobre cuál es la mejor manera
de reducir los costos laborales por unidad de producto, en relación a la
asunción de políticas salariales, o sobre la protección de los trabajadores se
multiplican. En síntesis, además de estudiar cómo las tendencias de evolu-
ción de las economías afectan el empleo y los salarios, debe evaluarse la re-
forma laboral, la que o se ha llevado a cabo --en diversos grados--, o se dis-
cute la conveniencia de aplicarla en la mayoría de países andinos.
Entre las actividades de la Oficina Subregional para los Países Andinos
tiene un lugar destacado la contratación de consultores para estudiar una
6 RICARDO HERNÁNDEZ PULIDO

amplia gama de temas laborales de actualidad. Si bien los informes técnicos


especializados resultados de esos estudios se presentan y debaten de ma-
nera tripartita en los países, se ha creído conveniente difundirlos a un pú-
blico mas amplio en la medida que pueden contribuir al debate con argu-
mentos basados en cifras. De esta necesidad surge esta nueva serie de
publicaciones Estudios de Economía Laboral en los Países Andinos.
El objetivo de esta nueva serie es contribuir al conocimiento mas rigu-
roso de los problemas laborales de los países andinos, confrontando argu-
mentos y orientando el debate hacia la formulación de propuestas.

Ricardo Hernández Pulido


Director
Oficina Subregional
para los Países Andinos
RESUMEN DEL ESTUDIO

I. Introducción

El objetivo de este estudio, elaborado por el Dr. Félix Jiménez a solicitud de


la OIT, es proporcionar un fundamento teórico y empírico para la adopción
de una política de reajustes salariales que contribuya al mejoramiento de la
calidad de vida de los trabajadores sin limitar el crecimiento de la economía
en su conjunto, mediante la utilización del salario mínimo como instru-
mento de política. El estudio se circunscribe a investigar empíricamente
acerca de los determinantes de la tasa de variación de los salarios en la in-
dustria manufacturera, sector para el que se dispone de información esta-
dística relevante desagregada, y la relación de estos salarios con el salario
mínimo. Dado su objetivo, para ponderar la efectividad del salario mínimo
como instrumento de política primero se dilucida el canal de transmisión de
sus cambios hacia los cambios en los salarios promedio del mercado laboral.
El desarrollo de esta tarea condujo a identificar la presencia de diferenciales
salariales entre rama y rama industrial, y, sin duda, al interior de cada una
de ellas, reflejando la presencia de mercados segmentados.
El estudio revela que las industrias o ramas industriales enfrentan dos
tipos de mercado de trabajo, uno general a ellas, constituido básicamente por
la fuerza de trabajo directa no calificada, y otro interno o específico a las em-
presas, industrias o ramas industriales (en estos dos casos, siempre que
estén constituidos por empresas tecnológicamente parecidas). En el primer
mercado se determina una tasa de salarios más o menos común a todas las
empresas, industrias o ramas industriales que hemos denominado salario
base y en los mercados del segundo tipo los niveles salariales correspondan
a la diferenciación y jerarquías de trabajos establecidas por razones técnicas
y de organización de cada una de las empresas o industrias.

II. Las condiciones de oferta y demanda en la determinación de la


variación de los salarios

Las tasas de crecimiento salarial entre las diferentes ramas (o clases indus-
triales) pueden ser distintas porque enfrentan condiciones desiguales de
oferta y demanda de fuerza de trabajo. Si se supone que la oferta de trabajo
crece o varía a una tasa similar en las distintas industrias, entonces las ramas
industriales más dinámicas en términos de generación de empleo, experi-
8 FÉLIX JIMÉNEZ

mentarán una mayor tasa de aumento salarial. Lo contrario ocurrirá con


aquellas menos dinámicas. Esta hipótesis presupone la presencia de un
mercado de trabajo único. El análisis empírico se realizó con información de
salarios monetarios promedio y del número de asalariados por ramas in-
dustriales, para el período 1990-1997, mediante el método de panel data. Los
resultados indican que las condiciones de oferta y demanda no constituyen
un factor explicativo importante de la variación de los salarios monetarios
promedio y, por tanto, que no existe un mercado de trabajo único en la eco-
nomía ecuatoriana.

III. Los cambios en la productividad y la tasa de variación de los salarios


monetarios

Una explicación alternativa a las condiciones de oferta y demanda de tra-


bajo sería el cambio porcentual en el nivel de productividad en las dife-
rentes ramas industriales. La teoría indica que en mercados competitivos
los aumentos de la productividad se expresan en una disminución de los
precios, debido a que aquellos aumentos se traducen en disminución de
costos unitarios. La competencia impedirá que haya una sola empresa que
pretenda aumentar sus ganancias mediante la introducción de una innova-
ción. En cambio, los mercados oligopólicos constituyen el medio propicio
para que los aumentos de la productividad no se traduzcan en disminu-
ciones de precios. Las empresas que operan en mercados oligopólicos
buscan o privilegian la estabilidad de su producción para hacer rentables
sus inversiones; en consecuencia, están más dispuestas a la negociación de
aumentos salariales y, por tanto, a evitar una huelga, pues de este modo im-
pedirían la interrupción de la producción. Por la misma razón, las empresas
que operan en estructuras oligopólicas están más dispuestas a convertir el
crecimiento de la productividad en aumento de salarios. Los resultados ob-
tenidos con el método panel, indican que entre la tasa de variación salarial y
la tasa de variación de la productividad existe una relación positiva, aunque
no altamente significativa desde el punto de vista estadístico.

IV. Salario mínimo, salario base y estructura salarial en la industria


manufacturera

Según los resultados empíricos de este trabajo no puede afirmarse que la


presencia del oligopolio sea totalmente generalizada. Puede decirse, sin em-
bargo, que existen mercados de competencia imperfecta a los que se en-
cuentran asociados los diferenciales salariales intra e inter industriales. Con
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 9

este tipo de mercados coexiste el general, constituido por la mano de obra


no calificada. El salario promedio del sector es el resultado de los salarios de
ambos tipos de mercados cuyos determinantes, claro está, son distintos. En
el mercado general, donde se encuentran los salarios más bajos de todas las
industrias debido a la similitud en la calificación de la mano de obra, se de-
termina el salario base sobre el que descansa toda la estructura salarial in-
traindustrial e interindustrial. Las variaciones de este salario base son las que
influyen inversamente en el grado de dispersión de la estructura salarial,
mientras que entre este salario y el salario mínimo existe una relación di-
recta.

a. La relación entre el salario base y el salario mínimo

Debido a que no existe información desagregada, se utilizó como proxy de


salario base el salario promedio del sector informal urbano. Este sector está
constituido por trabajadores no calificados que “salen” de la empresa o la
industria y al que pueden recurrir para reemplazarlos con relativa facilidad.
En la medida en que en la fijación del salario mínimo establecido por ley se
toma en cuenta básicamente al trabajo no calificado, puede suponerse que
éste constituye el determinante fundamental del salario base. En efecto, la
evidencia empírica muestra que cambios en el salario mínimo son acompa-
ñados por cambios casi idénticos en el salario base. Un aumento de 10% en el
salario mínimo daría lugar a un aumento de 9.62% en el salario base.

b. La relación entre el salario base y la dispersión de la estructura salarial

Los cambios en el nivel del salario base real (es decir, deflactado por el índice
de precios al consumidor) ocasionan cambios, en sentido contrario, en la
amplitud de la dispersión salarial, debido a que origina una tendencia a la
homogeneización tecnológica de la estructura industrial en su conjunto, y
viceversa. Los resultados del análisis empírico corroboran esta hipótesis: los
aumentos en el salario base real dan lugar a modificaciones en sentido in-
verso en la dispersión salarial. Una mayor heterogeneidad tecnológica entre
ramas industriales corresponde a una mayor dispersión de la estructura sa-
larial, y viceversa. Esto quiere decir que ante salarios base reales reducidos y
que no tienden a crecer, es más probable que se acentúe el retraso tecnoló-
gico de algunas ramas industriales porque daría lugar a que empresas con
tecnologías relativamente atrasadas entren al mercado.
10 FÉLIX JIMÉNEZ

V. La inflación y la tasa de variación de los salarios monetarios

La inflación se transmite del salario mínimo al salario base y de éste a los ni-
veles y estructura salarial intra e inter ramas industriales. El análisis estadís-
tico-econométrico efectuado muestra que la elasticidad de los salarios mí-
nimos respecto al índice de precios al consumidor, no es igual a la unidad
(0.568). Similar resultado se obtiene si el análisis se efectúa con tasas de va-
riación: una inflación de 10%, se traduce en aumento del salario mínimo de
sólo 6.75%. Este hallazgo revela la presencia de una política de incrementos
salariales por debajo de la inflación. El comportamiento de los salarios de
todas las ramas industriales también muestra que ésta es una práctica más o
menos común por parte de las industrias, es decir, la práctica de una política
empresarial que no protege la erosión por la inflación de los niveles de los
salarios reales.

VI. La relación entre los salarios reales y la productividad

De acuerdo con la literatura especializada la relación entre el crecimiento de


la productividad y el crecimiento de los salarios reales es distinta en el corto
plazo y en el mediano plazo. A corto plazo el crecimiento de los salarios
reales seguiría al crecimiento de la productividad especialmente en indus-
trias oligopólicas caracterizadas por una amplia presencia sindical. El creci-
miento de la productividad induce a los sindicatos a demandar altos sala-
rios y, al mismo tiempo, permite a las empresas satisfacer esta demanda. A
largo plazo, las empresas tratan de compensar los aumentos de los salarios
reales ahorrando mano de obra mediante la racionalización del proceso
productivo y la introducción de maquinaria orientada a aumentar la pro-
ductividad.
El análisis estadístico-econométrico muestra una asociación a corto
plazo débil entre la variación de los salarios reales y la variación de la pro-
ductividad. Un porcentaje reducido de los cambios en los salarios reales es
explicado por la productividad. Si la productividad aumenta en 10%, los
salarios reales aumentan en un poco más del 3.0% en cinco ramas indus-
triales (productos alimenticios, papel e imprentas, química y del caucho y
minerales básicos, metálicos y no metálicos); y, en el resto (textiles y
prendas de vestir, madera, maquinaria, equipo y material de transporte, y
otras industrias manufactureras) aumentan en menos del 3.0%. A largo
plazo la influencia de los cambios en los salarios reales sobre la producti-
vidad es inexistente estadísticamente, lo que revela la presencia de mer-
cados poco dinámicos. El escaso desarrollo de la industria y su debilita-
miento durante el proceso de estabilización y reformas estructurales, hace
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 11

suponer que es improbable la posibilidad de que un aumento de salarios


reales por encima de la productividad (o el aumento del costo por unidad
de trabajo) estimule el crecimiento de la productividad mediante el ahorro
de mano de obra.

VII. Tasa de desempleo y salario mínimo real

Existe abundante literatura, aunque controvertida, sobre el efecto negativo


del salario mínimo en el empleo aunque con referencia fundamentalmente a
los países industrializados. Sin embargo, la influencia positiva que sobre el
empleo tendría los aumentos del salario mínimo resulta menos discutible en
una economía como la ecuatoriana. Se podría esperar que el efecto de-
manda de este aumento es más importante en una economía con un sector
informal y de microempresas extendido. El aumento del salario mínimo al
provocar aumentos en el salario base, aumentaría la capacidad de compra
del sector de trabajadores de bajos ingresos. Este impacto positivo en la de-
manda, a su turno, estimularía el aumento de la producción de bienes y ser-
vicios de consumo masivo y, consecuentemente, el empleo. Como resul-
tado, la tasa de desempleo disminuiría. En este estudio se encuentra que el
incremento del salario mínimo real tiene un efecto negativo sobre la tasa de
desempleo: un aumento del 10% en el salario real produce una disminución
de cerca de medio punto en la tasa de desempleo urbano.

VIII. Salario mínimo y economía informal

Los efectos de un aumento del salario mínimo en el sector informal sólo


pueden identificarse de modo indirecto. Si el empleo aumenta en las activi-
dades industriales al aumentar el salario mínimo, este incremento provocaría
una reducción del empleo informal, siempre que exista una relación inversa
entre este tipo de empleo y el de la industria manufacturera. En efecto, en
este trabajo se muestra que el empleo en el sector informal parece tener un
comportamiento contracíclico: cuando se expande el empleo del sector ma-
nufacturero se contrae el empleo del sector informal. En consecuencia, si el
aumento del salario mínimo reduce la tasa de desempleo y esta reducción se
expresa en un incremento del empleo manufacturero, entonces los au-
mentos en dicho salario servirían también para reducir la informalidad y,
de esta manera, se contribuiría a la expansión del trabajo de calidad.
12 FÉLIX JIMÉNEZ

IX. ¿Porqué el salario mínimo es un instrumento útil de política? Una


propuesta de reajuste del salario mínimo

Hay tres razones por las cuales el salario mínimo constituye un instrumento
útil de política de empleo e ingresos: (1) porque los aumentos del salario mí-
nimo al influir positivamente en el salario base inducen a disminuir la disper-
sión de la estructura salarial y, por esta vía, estimulan el mejoramiento de la
distribución del ingreso o la disminución de la brecha salarial; (2) porque
los aumentos del salario mínimo real no tienen efectos negativos sobre el em-
pleo. Por esta razón, la utilización del salario mínimo como instrumento de
política sirve también para determinar un piso salarial que permitiría desa-
lentar labores o trabajos no socialmente útiles, mejorando de esta manera la
calidad de los empleos y, simultáneamente, los ingresos; y, (3) porque en
una economía donde el trabajo es de baja calidad y los ingresos son bajos, el
salario mínimo puede constituirse en el futuro en una referencia mínima del
bienestar socioeconómico.
Ahora bien, la regla para fijar los niveles y determinar las variaciones
del salario mínimo debe incluir:

• La determinación del nivel del salario mínimo (depurado y reunifica-


do) en función del costo de la canasta básica familiar. Como en las
condiciones actuales de la economía ecuatoriana no se puede fijar el
nivel del salario mínimo al nivel del costo de la canasta básica fami-
liar estimado por el INEC, se debe establecer un piso a partir del cual
se iniciaría su reajuste anual. Este piso puede estar constituido por el
costo de la canasta alimentaria básica.

• Establecido el nivel del salario mínimo al nivel del costo de la canasta


alimentaria básica, sus reajustes anuales deben hacerse en función
de la inflación esperada. Esta inflación debe ser la proyectada para
cada uno de los años por el Banco Central y/o del Instituto Nacional
de Estadística del Ecuador (INEC). Este procedimiento asegura la
desindexación y hace viable un aumento permanente del salario mí-
nimo real en el contexto actual de inflación.

• Debería considerarse, además, el incremento promedio anual de la


productividad media del trabajo en el sector no primario de la eco-
nomía, neta de su componente cíclico. El sector no primario es el que
multiplica más el empleo y, consecuentemente, el ingreso. De otro
lado, es indispensable quitarle el componente cíclico, justamente
porque se trata de un componente que no es permanente o que no re-
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 13

presenta su tendencia de largo plazo que es la que importa en térmi-


nos de viabilidad o sostenibilidad de las empresas en el mercado.

En resumen, una vez determinado el nivel inicial del salario mínimo, el


aumento porcentual anual del mismo debe ser igual a la inflación esperada
más el aumento de la productividad media del trabajo en el sector no pri-
mario de la economía, neta de los ciclos. Sin embargo, la consideración del
contexto económico (el estado actual de la industria, las fluctuaciones eco-
nómicas y los efectos de las políticas de estabilización y reformas estructu-
rales en la capacidad competitiva de las industrias) obliga a efectuar al-
gunos ajustes a esta regla general.

• La regla no tiene por qué ser simétrica ante variaciones positivas y


negativas de la inflación esperada y de los cambios en la productivi-
dad. Como se trata de un piso salarial y de protección social, el nivel
del salario mínimo debe ser rígido a la baja. Esto significa que ante
una caída de la tasa de variación de la productividad y/o ante una
deflación, el salario mínimo monetario debe permanecer constante.

• No se puede pasar todo el incremento de la productividad promedio


al salario. Si el salario mínimo constituye una señal para el mercado
de trabajo, esta señal debe indicar que importa el mejoramiento tan-
to de los ingresos de los trabajadores como el de la capacidad com-
petitiva de las empresas. Así, para que los costos unitarios de
producción bajen cuando aumenta la productividad media a largo
plazo, el salario monetario debe aumentar en menor proporción,
bajo el supuesto de ausencia de inflación. El criterio para el ajuste
por productividad podría ser el porcentaje promedio de los trabaja-
dores independientes y familiares no remunerados en el total del
empleo urbano (32.3% en el año 1999). En el futuro, cuando mejoren
sostenidamente las condiciones de la economía, este criterio puede
cambiarse por el porcentaje de los asalariados.

• Lo anterior no es suficiente para darle sostenibilidad a la regla del


reajuste, es decir, para hacer que las empresas la pongan en práctica
como un factor que las beneficia en lugar de perjudicarlas. Se precisa
que la transferencia sea de los frutos del crecimiento de la producti-
vidad pasado. Los cambios en la organización de la producción y en
los procedimientos técnicos toman tiempo y son éstos y no los cam-
bios temporales o cíclicos que deben ser considerados en la regla de
reajuste de los salarios. En este sentido se debe tomar el promedio de
14 FÉLIX JIMÉNEZ

las variaciones de la productividad media tendencial de los últimos


cinco años previos a la aplicación de la regla.

• Hay caídas cíclicas de la actividad económica que producen aumen-


tos significativos en las tasas de desempleo y que también aumentan
de modo significativo los costos unitarios de producción de las em-
presas. En estos casos se acentúan los problemas de empleo en gru-
pos vulnerables y se pone en riesgo la permanencia de empresas
(micro y pequeñas) con altos costos unitarios. Si no se toma en cuen-
ta estos efectos, podría exacerbarse la situación en los grupos y agen-
tes vulnerables en lugar de morigerarlos. En consecuencia, al
porcentaje de reajuste que corresponde a la regla debería descontár-
sele 2 puntos con el propósito de proteger a los jóvenes menores de
19 años, en caso de que su tasa de desempleo fuera igual o mayor a
dos veces a la tasa de desempleo general y si además la tasa de de-
sempleo de ese grupo de edad fuera igual o mayor al 20%. El cumpli-
miento de ambas condiciones sólo pretende aislar a dicho grupo
vulnerable.

• Finalmente, como las economías son dinámicas y a largo plazo cam-


bian las estructuras de sus mercados y, entre ellos, especialmente el
laboral, la regla con sus ajustes puede reformularse cada cinco años
que es el período aproximado para registrar cambios estructurales
importantes. Lo que tendría que modificarse, claro está, son los pa-
rámetros y los criterios de ajuste a la metodología general.

En consecuencia, conocidos los efectos positivos que en una economía


como la ecuatoriana tiene el reajuste del salario mínimo tanto sobre el sa-
lario base, como sobre la dispersión salarial y el empleo, las materias que
para el reajuste de dicho salario mínimo deberían ser objeto de análisis y
acuerdo en una negociación tripartita entre las organizaciones de los traba-
jadores, de los empleadores y del gobierno serían, básicamente, las si-
guientes:
1. ¿Cuál es el costo de la canasta alimentaria básica, en función del cual
debería hacerse un primer reajuste del salario mínimo o estimarse el “sa-
lario mínimo de partida”?
2. ¿Es aceptable para las partes que intervienen en la negociación la esti-
mación gubernamental de cuál será la tasa de inflación esperada?
3. ¿Es aceptable para las partes la cifra oficial sobre el crecimiento de la
productividad media de los sectores no primarios, neto de sus variaciones
cíclicas, durante los últimos cinco años?
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 15

4. ¿Qué porcentaje de ese crecimiento de la productividad será incorpo-


rado al reajuste del salario mínimo? ¿Un tercio, como se propone en el es-
tudio, más, menos?
5. ¿Es cierto o no que el desempleo de los jóvenes duplica la tasa pro-
medio nacional urbana?. En caso afirmativo, ¿es aceptable que al porcentaje
de reajuste del salario mínimo resultante de los pasos anteriores se le des-
cuenten dos puntos porcentuales, o una cifra cercana, para no desincentivar
la contratación de jóvenes?

Un proceso de negociación del reajuste del salario mínimo, como el aquí


propuesto, sin duda contribuirá al bienestar de los trabajadores, a la moder-
nización y competitividad de las empresas, al aumento del empleo y, por el
proceso negociador en sí, al fortalecimiento de las organizaciones de los in-
terlocutores sociales; objetivos todos ellos que constituyen parte medular
del mandato de la OIT.
ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN 19

II. LAS CONDICIONES DE OFERTA Y DEMANDA EN LA


DETERMINACIÓN DE LA TASA DE VARIACIÓN DE
LOS SALARIOS 20

III. LOS CAMBIOS EN LA PRODUCTIVIDAD Y LA TASA DE


VARIACIÓN DE LOS SALARIOS MONETARIOS 23

IV. SALARIO MÍNIMO, SALARIO BASE Y ESTRUCTURA


SALARIAL EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA 25

V. LA INFLACIÓN Y LA TASA DE VARIACIÓN DE LOS


SALARIOS MONETARIOS 31

VI. LA RELACIÓN ENTRE LOS SALARIOS REALES Y LA


PRODUCTIVIDAD 34

VII. TASA DE DESEMPLEO Y SALARIO MÍNIMO REAL 39

VIII. ¿PORQUÉ EL SALARIO MÍNIMO ES UN INSTRUMENTO


ÚTIL DE POLÍTICA? 41

IX. CONCLUSIONES 47

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 49

ANEXO ESTADÍSTICO 51
I. INTRODUCCIÓN

El objetivo último de este ensayo es proporcionar un fundamento teórico y


empírico para la adopción de una política de reajustes salariales que contri-
buya al mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores sin limitar el
crecimiento de la economía en su conjunto. Este fundamento, como se com-
prenderá, está referido a la naturaleza del mercado de trabajo. La parte em-
pírica, debido a las limitaciones de información, corresponde específica-
mente al mercado de trabajo de la industria manufacturera.
El análisis empírico de los salarios plantea dos problemas teóricos im-
portantes que han sido poco tratados en la literatura económica conven-
cional. Estos son:
a. ¿Es posible plantearse el estudio de los determinantes de la tasa de sa-
larios promedio cuando en la realidad no existe un único mercado de tra-
bajo para todas y cada una de las ramas industriales?
b. Si junto a la no unicidad del mercado de trabajo existen, entre rama y
rama industrial, y al interior de cada una de ellas, diferenciales salariales
¿puede hablarse de tasa de salarios y sus determinantes?
Estos problemas no serán abordados directamente en este trabajo. Dado
su objetivo, sólo nos circunscribiremos a investigar empíricamente acerca
de los determinantes de la tasa de variación de los salarios. Nótese que no se
trata de explicar la determinación de sus niveles. Las tasas de crecimiento
salarial entre las diferentes ramas (o clases industriales) pueden ser dis-
tintas sea porque enfrentan desiguales condiciones de oferta y demanda de
fuerza de trabajo (primera hipótesis) o porque no experimentan las mismas
tasas de crecimiento de la productividad (segunda hipótesis). La tercera hi-
pótesis posible sería que los cambios de salarios acordados en determinadas
ramas industriales —industrias clave— se dispersa al resto de ramas provo-
cando cambios similares y, por tanto, manteniendo constantes los salarios
relativos (véase Márquez, 1980). La prueba de esta última hipótesis es sen-
cilla, pues sería suficiente estimar los respectivos coeficientes de variación
para aceptarla (si no son distintas de cero) o rechazarla (si son mayores que
cero).
La corroboración empírica de estas hipótesis permitirá identificar la po-
lítica de reajuste salarial más apropiada o compatible con el mantenimiento
de la competitividad de las ramas industriales y la expansión de sus respec-
tivos mercados de bienes. El doble carácter de la tasa de salarios —es costo e
ingreso, al mismo tiempo— lo ubica como elemento fundamental del creci-
miento económico y la distribución del ingreso.
20 FÉLIX JIMÉNEZ

II. LAS CONDICIONES DE OFERTA Y DEMANDA EN LA


DETERMINACIÓN DE LA TASA DE VARIACIÓN DE LOS
SALARIOS

La hipótesis sobre la tasa de variación salarial, provocada por la presión o


exceso de demanda de trabajo, puede corroborarse empíricamente con un
análisis de panel data de la siguiente especificación:

(1) & 1 = α0 + α1E& 1


W

donde:
W salarios
E empleo
. tasa de variación
i rama o clase industrial i (i=1, 2 ...)

Según esta ecuación un mayor exceso de demanda de trabajo en una


rama industrial implicará un mayor incremento salarial, y viceversa. Si se
supone que la oferta de trabajo crece o varía a una tasa similar en las dis-
tintas industrias, esta hipótesis indica que las ramas industriales más diná-
micas en términos de generación de empleo experimentarán una mayor
tasa de aumento salarial. Lo contrario ocurrirá con aquellas menos diná-
micas. Esta hipótesis presupone la presencia de un mercado de trabajo
único. En consecuencia, las modificaciones salariales en términos relativos
sería el mecanismo fundamental de asignación del “factor trabajo” entre las
ramas o clases industriales. Se atrae trabajadores a la rama mediante au-
mentos salariales, considerando como dato los salarios ofrecidos por el
resto de ramas industriales. En un contexto de crecimiento generalizado de
la ocupación, la rama más dinámica es la que registrará las mayores tasas de
crecimiento salarial. El proxy de presión de demanda utilizado en este tra-
bajo es la variación porcentual en el nivel del empleo. Siguiendo a Mulvey y
Foster (1976) se supone que en el corto plazo la elasticidad de la oferta de
trabajo no es perfecta y son similares en todas las industrias.
El análisis empírico se realizó con información de salarios monetarios
promedio y de número de asalariados por ramas industriales, para el pe-
ríodo 1990-1997. La elección de este período estuvo condicionada no sólo al
tipo de información disponible, sino fundamentalmente porque los años
mencionados corresponden a momentos similares del ciclo económico de
la producción manufacturera. Son años que corresponden a la fase ascen-
dente del ciclo que se inicia en 1983 y culmina en 1997, año que se alcanza el
segundo pico más importante del ciclo en los últimos 26 años, después del
alcanzado en 1981 (véase Gráfico 1). Este criterio de elección evita que la in-
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 21

G r á f ic o 1
C ic l o d e l a P r o d u c c i ó n M a n u f a c t u r e r a , 1 9 6 5 - 2 0 0 0

.12

.08

.04

.00

-.04

-.08
1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000

formación utilizada y, en consecuencia, los resultados de las estimaciones


resulten sesgados debido a que las distintas industrias o ramas industriales
reaccionan de manera distinta en términos de demanda de empleo en dis-
tintos momentos del ciclo económico. La información utilizada corres-
ponde a ocho ramas industriales de dos dígitos según la clasificación CIIU,
revisión 3.
Los resultados de la estimación con el método panel pueden observarse
en los Cuadros 1 y 2. Estos resultados son contrarios a los esperados. El coe-
ficiente de determinación es muy bajo y el coeficiente de regresión tiene un
signo opuesto además de no ser significativo estadísticamente. Se podría
concluir rápidamente que las condiciones de oferta y demanda no consti-
tuyen un factor explicativo importante o determinante de la variación de los
salarios monetarios promedio. Habría, por tanto, que investigar qué otro
tipo de variable explica dicha variación en la economía manufacturera ecua-
toriana. Esta conclusión, sin embargo, no cuestiona el supuesto de unicidad
del mercado de trabajo, cuando estos resultados pueden constituir indica-
ción de lo contrario. Es decir, las condiciones de oferta y demanda no in-
fluyen en el cambio de la tasa de salarios monetarios porque las industrias
manufactureras enfrentan mercados segmentados de trabajo. Junto a mer-
cados competitivos, la información incorpora ramas donde predominan
mercados de tipo oligopólico.
22 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 1

Dependent Variable: DLW3?


Method: GLS (Cross Section Weights)
Sample: 1990-1997
Included observations: 8
Number of cross-sections used: 8
Total panel (balanced) observations: 64
Convergence achieved after 7 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C 0.319289 0.013600 23.47691 0.0000
DLL3? -0.177082 0.203054 -0.872092 0.3865
Weighted Statistics
R-squared 0.296391 Mean dependent var 0.348943
Adjusted R-squared 0.285043 S.D. dependent var 0.142314
S.E. of regression 0.120334 Sum squared resid 0.897776
F-statistic 26.11713 Durbin-Watson stat 1.735506
Prob(F-statistic) 0.000003
Unweighted Statistics
R-squared 0.014498 Mean dependent var 0.321571
Adjusted R-squared -0.001397 S.D. dependent var 0.120250
S.E. of regression 0.120334 Sum squared resid 0.897777
Durbin-Watson stat 1.594353

Nótese, además, que estos resultados se obtienen no obstante haber uti-


lizado información muy agregada, pues no se encuentra a nivel de clase in-
dustrial. Una ruta de investigación posterior, dado estos resultados, sería
repetir el ejercicio con información más desagregada (a nivel de clase indus-
trial a cuatro dígitos) y clasificando las clases industriales por tipo de estruc-
turas de mercado. La hipótesis se sostiene específicamente para el denomi-
nado sector competitivo de la industria manufacturera. En los otros
sectores, los determinantes de la variación de la tasa de salarios serían dis-
tintos a la presión del exceso de demanda.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 23

III. LOS CAMBIOS EN LA PRODUCTIVIDAD Y LA TASA DE


VARIACIÓN DE LOS SALARIOS MONETARIOS

Una explicación alternativa a las condiciones de oferta y demanda de tra-


bajo sería el cambio porcentual en el nivel de productividad en las dife-
rentes ramas industriales durante el mismo período de análisis. La corres-
pondiente especificación sería la siguiente:

(2) Wi = β0 + β1 P& i

donde:
W salarios
P productividad
. tasa de variación
i rama o clase industrial i (i=1, 2 ...)

La teoría indica que en mercados competitivos los aumentos de la pro-


ductividad se expresan en una disminución de los precios, debido a que
aquellos aumentos se traducen en disminución de costos. La competencia
impedirá que haya una sola empresa que pretenda aumentar sus ganancias
mediante la introducción de una innovación. Éste es el planteamiento según
el cual el crecimiento de los salarios está desvinculado de la productividad.
¿En qué circunstancias el crecimiento de la productividad puede influir
en el crecimiento de los salarios monetarios? Los mercados oligopólicos
constituyen el medio propicio para que los aumentos de la productividad
no se traduzcan en disminuciones de precios. Una reacción en este sentido
podría provocar una guerra de precios que colocaría al borde de la exclu-
sión del mercado a la empresa que intentara hacerlo (Sylos- Labini, 1984).
Laa empresas que operan en mercados oligopólicos buscan o privilegian la
estabilidad de su producción para hacer rentable sus inversiones; en conse-
cuencia, estarán más dispuestas a la negociación de aumentos salariales y,
por tanto, a evitar una huelga, pues de este modo impedirían la interrup-
ción de la producción. Por la misma razón, las empresas que operan en es-
tructuras oligopólicas están más dispuestas a convertir el crecimiento de la
productividad en aumento de salarios.
La especificación anterior según la cual la tasa de variación salarial está
en función de la tasa de variación de la productividad, fue también esti-
mada con el método de panel para el período 1984-1997. Los resultados ob-
tenidos y que se presentan en el Cuadro 2, indican que entre la variación de
los salarios y de la productividad de las ramas industriales existe una rela-
ción positiva, aunque no altamente significativa desde el punto de vista es-
tadístico. Sin embargo, el valor relativamente bajo del coeficiente de deter-
24 FÉLIX JIMÉNEZ

minación no tiene por qué invalidar esta relación, pues la información


agregada que se ha utilizado no permite probar la hipótesis exclusivamente
en el sector oligopólico de la industria manufacturera. Por otro lado, estos
resultados, para los propósitos de nuestro trabajo, revelan que en la indus-
tria manufacturera ecuatoriana hay una importante presencia de mercados
oligopólicos aunque la práctica de traspasar los aumentos de la producti-
vidad a los salarios es reducida.

Cuadro 2

Dependent Variable: DLW3?


Method: GLS (Cross Section Weights)
Included observations: 8
Number of cross-sections used: 8
Total panel (balanced) observations: 64
Convergence achieved after 5 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C 0.310460 0.013583 22.85703 0.0000
DLP3? 0.321431 0.173540 1.852201 0.0688
Weighted Statistics
R-squared 0.341160 Mean dependent var 0.352653
Adjusted R-squared 0.330534 S.D. dependent var 0.145709
S.E. of regression 0.119220 Sum squared resid 0.881232
F-statistic 32.10481 Durbin-Watson stat 1.709561
Prob(F-statistic) 0.000000
Unweighted Statistics
R-squared 0.032657 Mean dependent var 0.321571
Adjusted R-squared 0.017054 S.D. dependent var 0.120250
S.E. of regression 0.119220 Sum squared resid 0.881235
Durbin-Watson stat 1.561624
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 25

IV. SALARIO MÍNIMO, SALARIO BASE Y ESTRUCTURA


SALARIAL EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA

Los resultados anteriores no son concluyentes sobre la naturaleza de los


mercados de las ramas industriales. Parece no ser dominante la presencia
de mercados competitivos en los cuales los excesos de demanda son funda-
mentales para explicar los aumentos de los salarios monetarios, pero, por
otro lado, no es del todo evidente que la importancia del oligopolio sea to-
talmente generalizado. De modo aproximado se puede decir que existen
signos de la presencia de mercados de competencia imperfecta en la indus-
tria manufacturera ecuatoriana. Sin embargo, hay que señalar que se pre-
cisa de un análisis más desagregado para corroborar esta hipótesis así como
otra sobre la presencia de mercados segmentados.
El análisis anterior se centra sólo en los determinantes de la tasa de va-
riación de los salarios monetarios promedio por rama industrial, pero no
permite necesariamente diagnosticar lo que ocurre con los diferenciales sa-
lariales o la dispersión de la estructura salarial ante cambios en el nivel de la
tasa de salarios. ¿Los cambios en la tasa de salarios implican cambios en la
dispersión de la estructura salarial?. Trabajos para otros países muestran
que los aumentos en la tasa de salarios implican una disminución en el
grado de dispersión de la estructura salarial (véase Souza, 1980; Márquez,
1981).
En la medida en que no hay un mercado de trabajo general para la in-
dustria manufacturera, no se puede encontrar ni teorizar sobre los determi-
nantes de la correspondiente tasa de salario promedio del sector. Es posible,
sin embargo, hablar de un mercado de trabajo general para toda la industria
constituida por la mano de obra no calificada, y de otro mercado propio de
cada industria o rama industrial. El salario promedio del sector es el resul-
tado de los salarios de ambos mercados cuyos determinantes, claro está, son
distintos. Por lo tanto, como señala Márquez (1981), desde el punto de vista
del rigor metodológico no se puede investigar directamente los determi-
nantes de dicho salario promedio, sino indirectamente.
Si las industrias enfrentan dos tipos de mercado de trabajo, uno general
al conjunto de la industria y otro interno o específico a la empresa (o a la in-
dustria, siempre que esté compuesta por empresas tecnológicamente pare-
cidas), es posible esperar que en el primero se determine una tasa de salarios
más o menos común a todas las empresas e industrias y en el segundo o,
más exactamente, en los mercados del segundo tipo los niveles salariales co-
rrespondan a la diferenciación y jerarquías de trabajos establecidas por ra-
zones técnicas y de organización de cada una de las empresas. De ser así, el
mercado general estará constituido básicamente por la fuerza de trabajo di-
recta no calificada y los mercados internos presentarán diferenciaciones
26 FÉLIX JIMÉNEZ

como resultado de la diversidad de técnicas y organización empresariales y,


por lo mismo, las características de su funcionamiento estarán determi-
nadas por los objetivos y políticas de la empresa (o industria).
En correspondencia con la existencia de un mercado de trabajo general
a la industria, donde se encuentran los salarios más bajos de todas las indus-
trias debido al grado de similitud en la calificación de la mano de obra, se
puede identificar, entonces, un salario promedio base o, simplemente salario
base sobre el que descansaría la estructura salarial intraindustrial e interin-
dustrial. Las variaciones de este salario base influirían inversamente en el
grado de dispersión de la estructura salarial intra e interindustrial.
Debido a la falta de información desagregada, se ha utilizado como sa-
lario base el salario promedio del sector informal urbano.1 Éste es el sector al
que se incorporan los trabajadores no calificados que “salen” de la empresa
o la industria manufacturera y el sector al que pueden recurrir para reem-
plazarlos con relativa facilidad. En cambio, la empresa cuida a sus trabaja-
dores calificados y de sus salarios, que han aprendido más con los años de
servicios, porque reponerlos es mucho más costoso. El salario base es único,
no mejora con los años de servicios y más bien responde a las condiciones de
oferta y demanda de trabajo no calificado y, fundamentalmente, del salario
mínimo legal fijado por el gobierno. Éste es su determinante fundamental
porque en su fijación se toma en cuenta básicamente al trabajo no calificado.
Además, puesto que es más lógico esperar que la influencia del Costo
de Vida en el Salario Base se dé a través del Salario Mínimo, el efecto de
aquel Costo en el Salario Medio industrial sería poco significativo.

a. La relación entre el salario base y el salario mínimo

La determinación del Salario Base por el Salario Mínimo legal se corrobora


mediante la estimación de la siguiente especificación:

(3) Ln WB = a + b Ln Wmin

1 Con información desagregada se podría calcular el promedio de los dos o tres

salarios más bajos en cada industria, sea cual sea las correspondientes ocupaciones,
con la única salvedad que éstas no exijan grados de calificación significativos. Este
sería el Salario Base (SBi) que se compararía con el Salario Medio de toda la industria
(SMi). La existencia del Salario Base se corroboraría si la similitud entre los SBi es
mayor que la existente entre los SMi. Estadísticamente, el coeficiente de variación
(desviación estándar entre el valor promedio) de los SBi debería ser menor que el de
los SMi.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 27

donde:

WB = Salario Base de la industria en su conjunto.


Wmin = Salario mínimo legal.

Los resultados obtenidos fueron los siguientes:

Cuadro 3

Dependent Variable: LW3_INFORM


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988-2000
Included observations: 13 after adjusting endpoints
Convergence achieved after 8 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
LMINWAGEH 1.251161 0.198069 6.316789 0.0001
C -0.784820 0.764797 -1.026181 0.3290
AR(1) 1.280181 0.113394 11.28972 0.0000
R-squared 0.994581 Mean dependent var 6.976929
Adjusted R-squared 0.993497 S.D. dependent var 1.335131
S.E. of regression 0.107668 Akaike info criterion -1.420353
Sum squared resid 0.115924 Schwarz criterion -1.289980
Log likelihood 12.23229 F-statistic 917.6243
Durbin-Watson stat 1.750731 Prob(F-statistic) 0.000000
Inverted AR Roots 1.28
Estimated AR process is nonstationary

Estos resultados corroboran aparentemente nuestra hipótesis. Hay una


estrecha correlación entre las variables y el coeficiente de regresión, tiene el
signo esperado y un valor estadísticamente igual a la unidad. Esto indicaría
que cambios en el salario mínimo son acompañados por cambios casi idén-
ticos en el salario base. Sin embargo, en la medida en que el proceso AR es
no estacionario, procedimos a estimar la especificación en términos de tasas
de crecimiento.
28 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 4

Dependent Variable: D(LW3_INFORM)


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988-1997
Included observations: 10 after adjusting endpoints
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
D(LMINWAGEH) 0.947379 0.215336 4.399538 0.0023
C 0.146145 0.047272 3.091578 0.0149
R-squared 0.707559 Mean dependent var 0.335228
Adjusted R-squared 0.671004 S.D. dependent var 0.108531
S.E. of regression 0.062252 Akaike info criterion -2.538411
Sum squared resid 0.031002 Schwarz criterion -2.477894
Log likelihood 14.69205 F-statistic 19.35593
Durbin-Watson stat 2.284081 Prob(F-statistic) 0.002288

Los resultados son altamente satisfactorios. Tenemos un alto coeficiente


de determinación ajustado por grados de libertad (0.67) y según el coefi-
ciente de regresión un aumento de 10% en el salario mínimo daría lugar a
un aumento de 9.62% en el salario base (0.15+9.47). Puede observarse com-
parando los Cuadros 5 y 6 que la naturaleza de la correlación entre las tasas
de crecimiento del salario base y del salario mínimo es diferente de aquella
que se obtiene cuando se estima la regresión de las tasas de crecimiento del
salario promedio de la industria y del salario mínimo.
La estrecha asociación que se obtiene entre el salario mínimo y el salario
base, y el sentido de determinación que va del primero hacia el segundo, no
excluye, como se señala en la literatura especializada, la presencia de deter-
minantes comunes a ambos salarios. Los factores que influyen en la fijación
de los salarios mínimos pueden ser los mismos que influyen en el salario
base. Tampoco excluye determinantes del salario base distintos e indepen-
dientes del salario mínimo (véase Márquez, 1981). Estudios con informa-
ción más desagregada y directa pueden profundizar en estos temas.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 29

Cuadro 5

Dependent Variable: DLW3_9B


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988-1997
Included observations: 10 after adjusting endpoints
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
D(LMINWAGEH) 0.657112 0.234686 2.799965 0.0232
C 0.210497 0.051520 4.085757 0.0035
R-squared 0.494943 Mean dependent var 0.341647
Adjusted R-squared 0.431811 S.D. dependent var 0.090007
S.E. of regression 0.067845 Akaike info criterion -2.366314
Sum squared resid 0.036824 Schwarz criterion -2.305797
Log likelihood 13.83157 F-statistic 7.839806
Durbin-Watson stat 1.309455 Prob(F-statistic) 0.023199

b. La relación entre el salario base y la dispersión de la estructura salarial

Por último, dado que el Salario Medio de una industria contiene a su corres-
pondiente Salario Base, cuanto menor sea la diferencia entre ambos, es
decir, cuanto mayor sea el nivel del Salario Base en una estructura salarial
determinada, menor será la amplitud de las diferenciaciones salariales al in-
terior de la industria. Un razonamiento similar puede hacerse para el caso
de industria en su conjunto: cuanto mayor sea el Salario Base de la industria
en su conjunto, menor será la amplitud de la diferenciación salarial interin-
dustrial.
Ahora bien, de aquí se desprende la necesaria existencia de una relación
entre el nivel del Salario Base y la amplitud de la dispersión de la estructura
salarial. Como hipótesis puede plantearse que los cambios en el nivel del
Salario Base ocasionan cambios, en sentido contrario, en la amplitud de la
dispersión intra e interindustrial. Una posible explicación de esta relación
inversa estaría en el proceso de transformación tecnológica de las industrias
provocado por cambios en el Salario Base real: el aumento en el Salario Base
real daría lugar a la disminución de la amplitud de los diferenciales sala-
riales debido a que origina una tendencia a la homogeneización tecnológica
de la estructura industrial en su conjunto, y viceversa.
Para corroborar empíricamente la existencia de dicha relación inversa
entre el salario base y la dispersión salarial intraindustrial tendría que esti-
marse la ecuación , donde D sería un proxy de la dispersión salarial intrain-
dustrial e igual al cociente de dividir el salario medio entre el salario base de
30 FÉLIX JIMÉNEZ

la industria individual, y WB es el salario base real del sector manufacturero


en su conjunto. Esta especificación no puede estimar porque no se dispone
de información sobre la estructura salarial de cada rama industrial.
La única hipótesis que someteremos a prueba empírica es la de la rela-
ción inversa entre la dispersión salarial interindustrial y el salario base real
(es decir, deflactado por el índice de precios al consumidor).

(4) V = b0 + b1 LnWB

donde:
V = Coeficiente de variación del Salario Promedio
del sector manufacturero
WB = Salario Base real

Los resultados de la estimación se encuentra en el Cuadro 6:

Cuadro 6

Dependent Variable: COEFVAR


Method: Least Squares
Sample: 1987-1997
Included observations: 11
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
LMINWAGEH-LIPC -0.148983 0.024784 -6.011298 0.0002
C 0.484315 0.042228 11.46906 0.0000
R-squared 0.800601 Mean dependent var 0.241217
Adjusted R-squared 0.778446 S.D. dependent var 0.085662
S.E. of regression 0.040321 Akaike info criterion -3.420945
Sum squared resid 0.014632 Schwarz criterion -3.348601
Log likelihood 20.81520 F-statistic 36.13571
Durbin-Watson stat 1.041284 Prob(F-statistic) 0.000200

Estos resultados confirman la hipótesis según la cual los cambios en el


salario base real dan lugar a modificaciones en sentido inverso en la disper-
sión salarial interindustrial. Una mayor heterogeneidad tecnológica entre
ramas industriales corresponde a una mayor dispersión de la estructura sa-
larial, y viceversa. Esto quiere decir que ante salarios base reales reducidos
y que no tienden a crecer, es más probable que se acentúe el retraso tecnoló-
gico de algunas ramas industriales porque daría lugar a que empresas con
tecnologías relativamente atrasadas entren al mercado. La heterogeneidad
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 31

tecnológica interindustrial es mayor en estas condiciones, mientras que un


mayor grado de homogeneidad es posible en un contexto de salarios base
reales crecientes. Sin duda esto debe ser válido también al interior de cada
rama industrial.
La explicación teórica de relación inversa entre la dispersión y el salario
base real es más elocuente cuando el salario base aumenta que cuando dis-
minuye. Los aumentos del salario base real fomentan la competencia capita-
lista y, por tanto, la modernización de las empresas e industrias (véase Nell,
1985). En los períodos de disminución del salario base real el grado de com-
petencia disminuye y se abren las puertas de un proceso de mayor hetero-
geneidad tecnológica industrial. En el caso de la economía ecuatoriana, el
comportamiento del salario base real no permite afirmar de modo contun-
dente que en el período ascendente del ciclo (1983-1997) se haya producido
un fuerte proceso de modernización, pues se trata de un período en el que
ocurrieron simultáneamente dos procesos: la pérdida de importancia rela-
tiva de la industria manufacturera y la reprimarización de la economía.

V. LA INFLACIÓN Y LA TASA DE VARIACIÓN DE LOS


SALARIOS MONETARIOS

¿Cómo influye la inflación en los niveles y variación de los salarios moneta-


rios?. De todo el análisis anterior se desprende que el mecanismo de trans-
misión de la inflación sería de los salarios mínimos al salario base y de este a
los niveles y estructura salarial intra e inter ramas industriales. En conse-
cuencia, importa fundamentalmente saber cual es la elasticidad de los sala-
rios mínimos respecto al índice de precios al consumidor. Con este fin se es-
tima la ecuación siguiente:

(5) LnWmin = q1 + q2 Ln IPC

donde:
Wmin = Salario mínimo legal.
IPC = Índice de precios al consumidor

Los resultados que se presentan en el Cuadro 7 muestran que la elasti-


cidad de salarios mínimos respecto al IPC no es igual a la unidad (0.568),
aunque la prueba t nos señala que no se puede rechazar la correspondiente
hipótesis nula.
32 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 7

Dependent Variable: LMINWAGEH


Method: Least Squares
Sample: 1987-1997
Included observations: 11
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
LIPC 0.568125 0.011000 51.64607 0.0000
C 3.210003 0.042087 76.27077 0.0000
R-squared 0.996637 Mean dependent var 5.286221
Adjusted R-squared 0.996264 S.D. dependent var 0.675944
S.E. of regression 0.041318 Akaike info criterion -3.372059
Sum squared resid 0.015365 Schwarz criterion -3.299714
Log likelihood 20.54632 F-statistic 2667.317
Durbin-Watson stat 1.771749 Prob(F-statistic) 0.000000

Resultados similares se obtienen si se “regresionan” las tasas de varia-


ción de los salarios mínimos y del índice de precios al consumidor. En
efecto, según el Cuadro 8, una inflación de 10%, se traduce en aumento del
salario mínimo de sólo 6.75% (-0.042+6.796). Este hallazgo empírico parece
revelar la presencia de una política salarial de incrementos por debajo de la
inflación. Esto fue así, en general, durante la década 1981-1991 (véase Pita,
1998). Según este mismo autor, la política de salario mínimo ha ido per-
diendo legitimidad e importancia como regulador de los salarios e ingresos
privados y públicos, debido a la inflación acelerada y a su vinculación con
las finanzas públicas. En los años noventa se produjo una recuperación de
los salarios reales pero, según el mismo autor, está muy lejos del nivel que
registrara en 1980. En suma, puede decirse que durante todo el período de
análisis se adoptó una política salarial restrictiva. Recuérdese que, como en
muchos otros países de la región, el salario mínimo fue institucionalizado
con el propósito de proteger a los trabajadores más vulnerables del mercado
de trabajo.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 33

Cuadro 8

Dependent Variable: D(LMINWAGEH)


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988-1997
Included observations: 10 after adjusting endpoints
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
D(LIPC) 0.679593 0.159689 4.255728 0.0028
C -0.042033 0.059527 -0.706123 0.5002
R-squared 0.693618 Mean dependent var 0.199585
Adjusted R-squared 0.655321 S.D. dependent var 0.096363
S.E. of regression 0.056574 Akaike info criterion -2.729664
Sum squared resid 0.025605 Schwarz criterion -2.669147
Log likelihood 15.64832 F-statistic 18.11122
Durbin-Watson stat 1.895177 Prob(F-statistic) 0.002777

Es posible, además, que la práctica salarial restrictiva haya sido genera-


lizada en el conjunto de las empresas industriales. La influencia no diferen-
ciada sino general que la inflación, (V), tiene en el comportamiento de los sa-
larios de todas las ramas industriales, puede corroborarse y cuantificarse
mediante la estimación de la siguiente especificación:

(6) & i = λ 0 + λ 1V&


W

donde:
W salarios
V ÍIndice de precios al consumidor (IPC) o del nivel
de costo de vida
. tasa de variación
i rama o clase industrial i (i=1, 2 ...)

Los resultados de la estimación de este modelo se encuentran en el


Cuadro 9. Se comprueba que es una práctica más o menos común por parte
de las industrias el reajustar los salarios nominales en función de la infla-
ción. Tanto el coeficiente de determinación como el coeficiente de regresión
son altos. Este último es, además de significativo, estadísticamente no dis-
tinto de la unidad, lo que evidencia el predominio de una política empresa-
rial que no protege la erosión por la inflación de los niveles de los salarios
reales. Por otro lado, al igual que en el caso de los salarios mínimos, no hay
evidencias de un sistema de indexación salarial a la inflación. Los reajustes
34 FÉLIX JIMÉNEZ

salariales por ramas industriales deben ser el resultado de negociaciones y


deben responder a la capacidad sindical de los asalariados.

Cuadro 9

Dependent Variable: DLW3?


Method: GLS (Cross Section Weights)
Sample: 1990-1997
Included observations: 8
Number of cross-sections used: 8
Total panel (balanced) observations: 64
Convergence achieved after 8 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
C 0.136733 0.047156 2.899600 0.0052
DLIPC 0.570090 0.143722 3.966616 0.0002
Weighted Statistics
R-squared 0.458091 Mean dependent var 0.348978
Adjusted R-squared 0.449350 S.D. dependent var 0.151188
S.E. of regression 0.112190 Sum squared resid 0.780374
F-statistic 52.41028 Durbin-Watson stat 1.706523
Prob(F-statistic) 0.000000
Unweighted Statistics
R-squared 0.143372 Mean dependent var 0.321571
Adjusted R-squared 0.129556 S.D. dependent var 0.120250
S.E. of regression 0.112190 Sum squared resid 0.780374
Durbin-Watson stat 1.722876

VI. LA RELACIÓN ENTRE LOS SALARIOS REALES Y


LA PRODUCTIVIDAD

De acuerdo con la literatura especializada, la relación entre el crecimiento


de la productividad y el crecimiento de los salarios reales es distinta en el
corto plazo y en el mediano plazo. Sylos-Labini (1974) sostiene que en el
corto plazo el crecimiento de los salarios reales sigue al crecimiento de la
productividad especialmente en industrias oligopólicas caracterizadas por
una amplia presencia sindical. Es causa del crecimiento de los salarios
reales porque el crecimiento de la productividad induce a los sindicatos a
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 35

demandar altos salarios y, al mismo tiempo, permite a las empresas satis-


facer esta demanda (Sylos-Labini, 1983-1984). Ciertamente también, como
señala el mismo autor, en determinadas circunstancias las empresas
pueden decidir espontáneamente incrementar los salarios para atraer y
mantener a los trabajadores más eficientes y asegurar la “paz social” dentro
de la empresa.
Para corroborar esta hipótesis se estimó la siguiente ecuación con el mé-
todo de panel data:

(7) & i − V& = δ0 + δ1 P& i


W

donde:
W tasa de salarios monetarios
P productividad
V índice de precios al consumidor (IPC) o del nivel de
costo de vida
. tasa de variación
i rama o clase industrial i (i=1, 2 ...)

Los resultados del Cuadro 10 muestran que hay una asociación débil
entre la variación de los salarios reales y la variación de la productividad.
Un porcentaje reducido de los cambios en los salarios reales es explicada
por la productividad, de acuerdo al coeficiente de determinación (R2). Si la
productividad aumenta en 10%, los salarios reales aumentan en un poco
más del 3.0% en cinco ramas industriales: 31 Industrias de productos ali-
menticios, 34 Papel e imprentas, 35 Química y del caucho y 36-37 Minerales
básicos, metálicos y no metálicos. En el resto de ramas los salarios reales au-
mentarían en menos de 3.0%; estas ramas son: 32 Textiles y prendas de
vestir, 33 Madera, 38 Maquinaria, equipo y material de transporte, y 39
Otras industrias manufactureras.
Hay que recordar que durante el período de análisis, que corresponde a
una fase ascendente del ciclo, se ejecutan reformas estructurales orientadas
a fortalecer el mecanismo de mercado y a eliminar la intervención del
Estado en la economía. A comienzos de la década se inicia la liberalización
del comercio exterior y, después, durante el gobierno de Durán Ballén
(1992-1996) se libera la cuenta de capitales y el mercado financiero. Se trata
pues de un período de apertura externa que da lugar a una intensa compe-
tencia de las importaciones con la producción industrial doméstica.
36 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 10

Dependent Variable: DLW3?-DLIPC


Method: GLS (Cross Section Weights)
Sample: 1990-1997
Included observations: 9
Number of cross-sections used: 8
Total panel (balanced) observations: 64
Convergence achieved after 7 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
DLP3? 0.307796 0.152572 2.017383 0.0486
AR(1) 0.226114 0.124850 1.811086 0.0757
Fixed Effects
_1B—C 0.003791
_2B—C -0.037995
_3B—C -0.003857
_4B—C 0.013550
_5B—C 0.057785
_6B—C 0.051064
_7B—C -0.029434
_8B—C -0.007383
Weighted Statistics
R-squared 0.165152 Mean dependent var 0.002403
Adjusted R-squared 0.026010 S.D. dependent var 0.117837
S.E. of regression 0.116294 Sum squared resid 0.730313
F-statistic 10.68241 Durbin-Watson stat 2.000607
Prob(F-statistic) 0.001884
Unweighted Statistics
R-squared 0.173941
Mean dependent var 0.004987
Adjusted R-squared 0.036264
S.D. dependent var 0.118462
S.E. of regression 0.116294
Sum squared resid 0.730313
Durbin-Watson stat 1.861507
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 37

Respecto a los efectos de largo plazo de los aumentos de los salarios


reales sobre la productividad, la literatura especializada sostiene que esto es
así porque las empresas tratan de compensar los aumentos de los salarios
reales ahorrando mano de obra tanto en términos absolutos mediante la ra-
cionalización del proceso productivo como en términos relativos mediante
la introducción de maquinaria orientada a aumentar la productividad
(véase Sylos-Labini, 1983-1984). Se estimó la siguiente especificación para
corroborar esta hipótesis:

(8) P& i = ϑ 0 + ϑ 1 (W
& i − V& i)

donde:
W tasa de salarios monetarios
P productividad
V índice de precios al consumidor (IPC) o del nivel
de costo de vida
. tasa de variación
i rama o clase industrial i (i=1, 2 ...)

Los resultados que se presentan en el Cuadro 11 muestran que la in-


fluencia de los cambios en los salarios reales sobre la productividad no
existen estadísticamente. Esto parece indicar la presencia de mercados poco
dinámicos en la economía ecuatoriana. El escaso desarrollo de su industria
manufacturera y su debilitamiento, durante el proceso de estabilización y
reformas estructurales, hace suponer que es improbable la posibilidad de
que un aumento de salarios reales por encima de la productividad (o el au-
mento del costo por unidad de trabajo) estimule el crecimiento de la pro-
ductividad mediante el ahorro de mano de obra en términos absolutos y re-
lativos. En general, se puede esperar que esta incapacidad de pasar el
incremento de los salarios reales a los precios de los bienes finales de con-
sumo, dados los precios de los bienes intermedios y de las materias primas,
provoca una disminución de las ganancias, con efectos negativos a largo
plazo sobre la inversión y el crecimiento. En otras palabras, las empresas
que no tienen éxito en pasar el incremento de sus costos a sus precios, al dis-
minuir sus márgenes brutos de ganancia, como señala Sylos-Labini
(1983-1984), eventualmente serían expulsadas del mercado. Éste parece ser
el caso de la industria manufacturera ecuatoriana expuesta, en la última dé-
cada, a una intensa competencia de importaciones exacerbada con la confi-
guración de una estructura de precios relativos contraria a la producción de
transables internacionalmente. Sin embargo, a largo plazo, es posible que el
relativo abaratamiento de las máquinas importadas asociada a la apertura,
en un contexto de salarios reales relativamente crecientes o en proceso de
38 FÉLIX JIMÉNEZ

recuperación, haga más rentable el ahorro de trabajo sustituyéndolo por


máquinas.

Cuadro 11

Dependent Variable: DLP3?


Method: GLS (Cross Section Weights)
Sample: 1990-1997
Included observations: 8
Number of cross-sections used: 8
Total panel (balanced) observations: 64
One-step weighting matrix
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
DLW3?-DLIPC 0.045059 0.053490 0.842378 0.4032
Fixed Effects
_1B—C -0.027020
_2B—C 0.017512
_3B—C 0.041793
_4B—C 0.027423
_5B—C 0.016022
_6B—C 0.024817
_7B—C 0.046080
_8B—C -0.028343
Weighted Statistics
R-squared 0.217785 Mean dependent var 0.034199
Adjusted R-squared 0.104008 S.D. dependent var 0.091052
S.E. of regression 0.086187 Sum squared resid 0.408547
Durbin-Watson stat 1.859180
Unweighted Statistics
R-squared 0.110617 Mean dependent var 0.015010
Adjusted R-squared -0.018747 S.D. dependent var 0.087208
S.E. of regression 0.088021 Sum squared resid 0.426127
Durbin-Watson stat 3.045923
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 39

VII. TASA DE DESEMPLEO Y SALARIO MÍNIMO REAL

¿Puede utilizarse el salario mínimo como instrumento de política salarial o


de ingreso?. La respuesta a esta pregunta no es directa, porque no tiene ex-
plícitos los objetivos de la utilización de dicho instrumento. ¿Su incremento
no conspira contra la generación de empleos en economías como la ecuato-
riana?. ¿No sería esto una mala señal para el mercado de trabajo? Existe
abundante literatura, aunque controvertida, sobre el efecto negativo de los
salarios mínimos en el empleo aunque con referencia fundamentalmente a
los países industrializados (véase Brown, Gilroy y Kohen, 1989; Card y
Krueger, 1995; Kennan, 1995). Para economías como la ecuatoriana la evi-
dencia empírica es prácticamente inexistente, tanto porque se carece de in-
formación desagregada para períodos largos y, sobre todo, porque no
existe un bien fundamentado marco teórico que de cuenta del comporta-
miento de los salarios y del empleo de modo consistente con el tipo de su es-
tructura económica subdesarrollada.
La influencia positiva que sobre el empleo tendría los aumentos del sa-
lario mínimo resulta menos discutible en una economía como la ecuato-
riana. Se podría esperar que el efecto demanda de un aumento de los sala-
rios mínimos es más importante en una economía con un sector informal y
de microempresas extendido. Los aumentos del salario mínimo al provocar
aumentos en los salarios base de la industria manufacturera, aumentaría la
capacidad de compra del sector de trabajadores de bajos ingresos. Este im-
pacto positivo en la demanda, a su turno, estimularía el aumento de la pro-
ducción de bienes y servicios de consumo masivo y, consecuentemente, el
empleo. Como resultado, la tasa de desempleo disminuiría. Se supone que
los desempleados están constituidos fundamentalmente por trabajadores
con baja calificación.
Para corroborar esta hipótesis se ha estimado la siguiente especifica-
ción:

(9) & min − V& )


PDU = ϕ 0 + ϕ 1 (W

donde:
PDU tasa de desempleo
Wmin tasa de salario mínimo monetario
V índice de precios al consumidor (IPC) o del nivel
de costo de vida
. tasa de variación
40 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 12

Dependent Variable: PDU


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988 2000
Included observations: 13 after adjusting endpoints
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
D(LMINWAGEH)- -0.061211 0.037686 -1.624239 0.1326
D(LIPC)
C 0.072021 0.010410 6.918535 0.0000
R-squared 0.193439 Mean dependent var 0.085846
Adjusted R-squared 0.120115 S.D. dependent var 0.023036
S.E. of regression 0.021608 Akaike info criterion -4.690874
Sum squared resid 0.005136 Schwarz criterion -4.603959
Log likelihood 32.49068 F-statistic 2.638153
Durbin-Watson stat 1.668977 Prob(F-statistic) 0.132608

Los resultados de esta estimación indican que el incremento de los sala-


rios mínimos reales tiene un efecto negativo sobre la tasa de desempleo. Un
aumento de 10% en el salario real produce una disminución de cerca de
medio punto en la tasa de desempleo urbano. En rigor, esta información es-
tadística sólo sirve como referencia para la toma de decisiones. El coefi-
ciente de determinación es muy bajo y el coeficiente de regresión no es alta-
mente significativo. Habría que analizar series más largas y consistentes
entre sí. De todos modos, es importante saber que en general, en la eco-
nomía ecuatoriana actual, una política activa de salarios mínimos no es con-
traria a los objetivos de empleo2.

2 OIT en Panorama Laboral No. 4 de 1997, señala, como hallazgo empírico, que

“al elevarse el salario mínimo aumenta también el porcentaje de asalariados del sec-
tor moderno que gana menos que el mínimo”. Y más adelante precisa que “el salario
mínimo puede constituir un instrumento para mejorar los ingresos de los pobres
hasta llegar a un nivel cercano a 2/3 del salario pagado por las microempresas. Ello
porque permite subir los salarios sin que dicho efecto sea compensado por pérdidas
de cobertura, aumentos de informalidad o del desempleo” . Finalmente, “si el sala-
rio mínimo se fija en niveles superiores a dicho límite, podría significar un costo la-
boral alto para las empresas medianas y grandes lo que, en definitiva, redundaría en
reducciones en la cobertura y en aumentos de la informalidad de los asalariados. A
pesar de ello, el desempleo podría disminuir”. (páginas 43 y 44).
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 41

Ahora bien, los salarios mínimos pueden aumentar, por un lado,


porque el objetivo directo es mantener un piso de ingresos reales compa-
tible con el trabajo decente y, en este caso, sus reajustes se asociarían a la in-
flación esperada que usualmente es anunciada por la autoridad monetaria;
y, por otro lado, con el propósito de contribuir al mejoramiento de la distri-
bución de ingresos mediante la difusión del progreso técnico o de las ganan-
cias de productividad. En este último caso los reajustes de los salarios mí-
nimos reales seguirían al comportamiento de la productividad.

VIII. ¿PORQUÉ EL SALARIO MÍNIMO ES UN INSTRUMENTO


ÚTIL DE POLÍTICA?

Del análisis efectuado hasta aquí se puede inferir tres razones por las cuales
el salario mínimo es un instrumento útil de política de empleo e ingresos.
En primer lugar, porque los aumentos del salario mínimo al influir po-
sitivamente en el salario base inducen a disminuir la dispersión de la estruc-
tura salarial y, por esta vía, estimulan el mejoramiento de la distribución del
ingreso o, más precisamente, la disminución de la llamada brecha salarial.
En segundo lugar, porque los aumentos de los salarios mínimos reales
no tienen efectos negativos sobre el empleo. Por esta razón, la utilización
del salario mínimo como instrumento de política sirve también para deter-
minar un piso salarial, el mismo que a su vez serviría para desalentar la-
bores o trabajos no socialmente útiles, mejorando de esta manera la calidad
de los empleos y, simultáneamente, los ingresos. Sin duda, todo lo anterior
es válido principalmente para la economía urbana y no necesariamente
para el medio rural donde predomina el trabajo independiente. Por otro
lado, los efectos de un aumento del salario mínimo en el sector informal sólo
pueden identificarse de modo indirecto. Si el empleo aumenta en las activi-
dades industriales al aumentar el salario mínimo, este incremento provo-
caría una reducción del empleo informal, siempre que exista una relación
inversa entre este tipo de empleo y el de la industria manufacturera. Para
corroborar esta hipótesis se estimó la siguiente especificación:

 EI   EM 
(10) ln = η0 + η1 ln
 PEA   PEA 
donde:
EI/PEA empleo informal sobre PEA
EM/PEA empleo en el sector manufacturero sobre PEA
42 FÉLIX JIMÉNEZ

Cuadro 13

Dependent Variable: LEI-LPEA


Method: Least Squares
Sample(adjusted): 1988-2000
Included observations: 13 after adjusting endpoints
Convergence achieved after 8 iterations
Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.
LEM_B-LPEA -0.384301 0.131744 -2.917028 0.0154
C -1.772577 0.310941 -5.700687 0.0002
AR(1) 0.476257 0.137904 3.453541 0.0062
R-squared 0.871112 Mean dependent var -0.895945
Adjusted R-squared 0.845334 S.D. dependent var 0.059371
S.E. of regression 0.023349 Akaike info criterion -4.477319
Sum squared resid 0.005452 Schwarz criterion -4.346946
Log likelihood 32.10257 F-statistic 33.79328
Durbin-Watson stat 2.594464 Prob(F-statistic) 0.000036
Inverted AR Roots .48

Los resultados de la estimación se encuentran en el Cuadro 13. En


efecto, el empleo en el sector informal de la economía ecuatoriana parece
tener un comportamiento contracíclico: cuando se expande el empleo del
sector manufacturero se contrae el empleo del sector informal. En conse-
cuencia, si el aumento del salario mínimo reduce la tasa de desempleo y esta
reducción se expresa en un incremento del empleo manufacturero, entonces
los aumentos en dicho salario servirían también para reducir la informa-
lidad en la economía ecuatoriana y, de esta manera, se contribuiría a la ex-
pansión del trabajo de calidad. Pero, no obstante, hay que señalar que la rea-
lización de estos efectos dependerá del contexto macroeconómico.
En tercer lugar, el salario mínimo es un instrumento útil de política de
empleo e ingresos, porque en una economía donde el trabajo es de baja ca-
lidad y los ingresos no son decentes, el salario mínimo puede constituirse en
el futuro en una referencia mínima de bienestar socioeconómico.
Ahora bien, ¿cómo fijar los niveles y determinar las variaciones del sa-
lario mínimo? Hay que recordar aquí que el convenio 131 sobre salario mí-
nimo de la OIT establece dos criterios fundamentales para la fijación y rea-
juste del mismo, a saber, las necesidades de los trabajadores y de sus
familias, por un lado, y los factores económicos o el contexto macroeconó-
mico, por el otro.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 43

La ponderación del primer criterio usualmente se realiza considerando


el costo de la canasta básica familiar y la evolución del índice de precios al
consumidor. Una vez fijado su nivel, sus variaciones deben efectuarse en
función de la inflación esperada, con lo cual se rompería la práctica más o
menos generalizada en la región, en la década anterior, de la indexación de
los salarios a la inflación pasada. Por su parte, la ponderación del segundo
criterio definido por la OIT para la fijación y reajuste de los salarios mí-
nimos se realizaría considerando el contexto macroeconómico del país, en
general, y, más específicamente, la evolución tendencial de la producti-
vidad y los efectos del ciclo en el mercado laboral.
Una política salarial prudente constituye un elemento clave no sólo
para no afectar la competitividad de las empresas y de la economía en su
conjunto, sino también, para mejorar la calidad de los ingresos y reducir la
pobreza en el país. La determinación de salarios en Ecuador se ha caracteri-
zado fundamentalmente por la presencia de un gran número de compo-
nentes que integran las remuneraciones, lo que hace muy compleja la tarea
de evaluar y predecir la evolución de los costos laborales. En medio de esta
complejidad, se deterioraron los salarios reales erosionando la protección
social mínima de los trabajadores (véase Pita, 1998; Carrasco, 1997).
Antes de explicar la metodología de reajuste de los salarios mínimos, es
importante señalar algunos aspectos institucionales que deben facilitar su
administración. En primer lugar, el Consejo Nacional de Salarios
(CONADES), de conformación tripartita paritaria, debe denominar salario
mínimo al salario básico unificado, previa evaluación de su capacidad de
compra de la canasta básica familiar. El CONADES tendría la responsabi-
lidad de determinar anualmente el salario mínimo mensual y por hora, para
esto debe establecerse por ley la definición de salario mínimo mensual y por
hora. Siendo 40 horas semanales el horario legal de trabajo, con base en un
promedio de 4.3 semanas al mes, el horario legal mensual es de 172 horas.
Por tanto el salario mínimo por hora sería igual al Salario mínimo mensual
dividido entre las 172 horas (véase OIT, 2000). Por último, con propósitos
de eficacia en su aplicación debe contemplarse la eliminación de la fijación
de salarios mínimos por sectores y su fusión en uno solo. Los asalariados no
cubiertos por un contrato colectivo negociado deben ser protegidos por este
salario mínimo; esto significa que no debería existir ningún salario en el
mercado que esté por debajo del mínimo.
La regla de fijación y variación del salario mínimo debe operar en forma
automática, y al mismo tiempo admitir la posibilidad de revisiones cuando
aparezcan alteraciones en el contexto económico y en el mercado de trabajo
en particular (véase OIT, 2000). Esta regla, por lo tanto, debe incluir:
44 FÉLIX JIMÉNEZ

• La determinación del nivel del salario mínimo en función del costo


de la canasta básica familiar. El INEC calcula mensualmente el costo
de una canasta básica familiar que cubre las necesidades de un ho-
gar de aproximadamente 4 miembros. Se estima, además, que exis-
ten 1.6 perceptores de salarios por hogar. En 1999 el salario mínimo
se ubicaba en torno a 92.7% del costo de una canasta alimentaria bá-
sica, pero representa solamente el 34.7% del costo de la canasta bási-
ca familiar. Por tanto, 1.6 salarios mínimos compraban en promedio
55.5% de la canasta básica familiar. Como en las actuales condicio-
nes de la economía ecuatoriana no se puede fijar el nivel del salario
mínimo al nivel del costo de la canasta básica familiar, se debe esta-
blecer un piso a partir del cual se iniciaría un reajuste con periodici-
dad anual. Este piso puede estar constituido por el costo de la
canasta alimentaria básica.

• Establecido el nivel del salario mínimo al nivel del costo de la canas-


ta alimentaria básica, sus reajustes anuales deben hacerse en función
de la inflación esperada. Esta inflación debe ser la proyectada para
cada uno de los años por el Banco Central y/o el INEC. Este procedi-
miento asegura la desindexación y hace incluso viable un aumento
permanente del salario mínimo real en el contexto de inflación baja
como el que actualmente experimenta la economía ecuatoriana (véa-
se Camargo y García, 1992).

• El segundo elemento que debería considerarse para el reajuste del


salario mínimo sería el incremento promedio anual de la productivi-
dad media del trabajo en el sector no primario de la economía, neta
de su componente cíclico. Como se sabe la productividad media del
trabajo en los sectores minero y petrolero es mucho más alta y en la
agricultura es, por el contrario, muy baja y con poco dinamismo en
el tiempo. La referencia al sector no primario es fundamental porque
es el que más multiplica el empleo y, consecuentemente, el ingreso.
De otro lado, es indispensable quitarle el componente cíclico a la
productividad media del trabajo en el sector no primario, justamen-
te porque se trata de un componente que no es permanente o que no
representa su tendencia de largo plazo pero es la que importa en tér-
minos de viabilidad o sostenibilidad de las empresas en el mercado.

En términos formales esta propuesta de fijación y reajuste se resume en


lo siguiente:
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 45

• Determinación del nivel del salario mínimo o la condición inicial


para los posteriores reajustes, previa depuración y reunificación.

Wmin inicial = Costo de la canasta básica alimentaria familiar del


correspondiente año en el que se iniciaría la aplicación de la nueva
metodología de reajuste de los salarios mínimos

• Fórmula general de reajuste del salario mínimo en años posteriores


al año inicial:

& min = p& e + q&


W

Esta fórmula general indica que el incremento porcentual de los salarios


mínimos debe ser igual a la inflación esperada (p& e) más el aumento de la pro-
ductividad media del trabajo en el sector no primario de la economía, neta
de los ciclos (q&).

Sin embargo, la consideración del contexto económico (el estado actual


de la industria, las fluctuaciones económicas y los efectos de las políticas de
estabilización y reformas estructurales en la capacidad competitiva de las
industrias) obliga a efectuar algunos ajustes en la citada fórmula general.
En primer lugar, la regla no es simétrica ante variaciones positivas y ne-
gativas de la inflación esperada y de los cambios en la productividad. Como
se trata de un piso salarial y de protección social, el nivel del salario mínimo
debe ser rígido a la baja. Esto significa que ante una caída de la tasa de va-
riación de la productividad y/o ante una deflación, los salarios monetarios
deben permanecer constantes.
En segundo lugar, no se puede postular, sobre todo en una economía
que ha perdido competitividad, pasar todo el incremento de la producti-
vidad promedio a los salarios. Estamos suponiendo, claro está, que el sa-
lario mínimo constituye una señal para el mercado de trabajo. En conse-
cuencia, esta señal debe indicar que junto al mejoramiento de los ingresos
de los trabajadores importa el mejoramiento de la capacidad competitiva de
las empresas en los mercados internacionales. En otras palabras, para que
los costos unitarios de producción bajen cuando aumenta la productividad
media a largo plazo, los salarios monetarios deben aumentar en menor pro-
porción, bajo el supuesto de ausencia de inflación. Si se adopta como polí-
tica aumentos salariales iguales a la inflación esperada, el incremento del sa-
lario real resultante debe ser menor que el aumento de la productividad
media, si se desea que aumente la competitividad o que bajen los costos
unitarios reales de las empresas. En este sentido, el criterio para el ajuste por
productividad podría ser el porcentaje promedio de los trabajadores inde-
46 FÉLIX JIMÉNEZ

pendientes y familiares no remunerados en el total del empleo urbano de


los últimos cinco años. Este porcentaje fue de 32.3% en el año 1999 (véase
OIT, 2000). En el futuro, cuando mejoren sostenidamente las condiciones de
la economía, este criterio puede cambiarse por el porcentaje de los asala-
riados.
En tercer lugar, considerar la tendencia de la productividad media para
el cálculo de su tasa de variación y pasar sólo una fracción de esta ganancia
de productividad a los salarios reales, no es suficiente para darle sostenibi-
lidad a la regla del reajuste, es decir, para hacer que las empresas la pongan
en práctica como un factor que las beneficia en lugar de perjudicarlas. Se
precisa que la transferencia sea de los frutos del crecimiento de la producti-
vidad pasada. Los cambios en la organización de la producción y en los pro-
cedimientos técnicos toman tiempo y éstos y no los cambios temporales o cí-
clicos que deben ser considerados en la regla de reajuste de los salarios.
Pero, como no se puede en este sentido estimar con rigor una tasa esperada
de variación de la productividad media tendencial, se debe tomar el pro-
medio de sus variaciones en los últimos cinco años previos a la aplicación de
la regla.
En cuarto lugar, hay caídas cíclicas importantes de la actividad econó-
mica que producen aumentos significativos en las tasas de desempleo y que
también aumentan de modo significativo los costos unitarios de producción
de las empresas. En estos casos se acentúan los problemas de empleo en
grupos vulnerables y se pone en riesgo la permanencia de empresas (micro
y pequeñas) con altos costos unitarios. Si la regla planteada se aplica sin
tomar en cuenta estos efectos, podría exacerbarse los efectos de la recesión
en los grupos y agentes vulnerables en lugar de contribuir a morigerarlos.
En consecuencia, tal como se propone en OIT (2000), al porcentaje de rea-
juste que corresponde a la regla, debería descontársele 2 puntos con el pro-
pósito de proteger a los jóvenes menores de 19 años, en caso de que su tasa
de desempleo fuera igual o mayor a dos veces a la tasa de desempleo ge-
neral y si además la tasa de desempleo de ese grupo de edad fuera igual o
mayor al 20%. El cumplimiento de ambas condiciones sólo pretende aislar a
dicho grupo vulnerable.3
Finalmente, como las economías son dinámicas y a largo plazo cambian
las estructuras de sus mercados y, entre ellos, especialmente el laboral, la
regla con sus ajustes puede reformularse cada cinco años, que es el período

3Las tasas de desempleo para personas de 15-24 años fueron en 1995 de1 5.3%,
en 1996 de 20.1%, en 1997 de 18.9%, en 1998 de 23.5% y en 1999 de 25.9%. Para estos
mismos años las tasas de desempleo total fueron de 6.9%, 10.4% , 9.2%, 11.5% y
14.4%, respectivamente.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 47

aproximado para registrar cambios estructurales importantes. Lo que ten-


dría que modificarse, claro está, son los parámetros y los criterios de ajuste a
la metodología general.
En resumen, de acuerdo a las consideraciones anteriores, la forma defi-
nitiva de la regla de reajustes del salario mínimo quedaría como sigue:

W& min = p& e + a q& - z


0<a<1
z = 2 si µj ≥ 2µ y µj ≥ 20%
z = 0 en caso contrario

El parámetro a es el porcentaje de trabajadores independientes y de tra-


bajadores familiares no remunerados. El valor de este parámetro se puede
revisar después de cinco años. El parámetro z es igual 2% si la tasa de de-
sempleo de los jóvenes menores de 19 años (mj) es igual o mayor a dos veces
la tasa de desempleo total (m) y al mismo tiempo es igual o mayor al 20%.
Por último, la tasa de crecimiento de la productividad media (q) & puede cal-
cularse mediante el procedimiento de los promedios móviles de las tasas de
variación de la productividad media del sector no primario de los últimos
cinco años. Hay otros procedimientos más sofisticados para la estimación
de la tendencia de la productividad media después de la cual se puede cal-
cular su tasa de crecimiento promedio anual de los últimos cinco años.
Como se comprenderá se requiere que la correspondiente información
estadística así como los estudios pertinentes estén disponibles en el mo-
mento de la aplicación de esta regla de reajuste de los salarios mínimos.

IX. CONCLUSIONES

La principal conclusión que se derivaría de los resultados obtenidos en esta


investigación es que el salario mínimo puede ser útil no sólo como instru-
mento de política de ingresos sino también como instrumento de política
del empleo. El aumento real de este salario contribuye a la reducción de la
pobreza y al mejoramiento de la calidad del empleo.
El salario mínimo influye en la amplitud del abanico salarial intra e in-
terindustrial a través del salario base. Dada la relación inversa entre este sa-
lario y el grado de dispersión de la estructura salarial, el gobierno ha in-
fluido y puede influir en la distribución del ingreso. Al aumentar el salario
mínimo, aumenta el salario base y de esta manera disminuye la amplitud
del abanico salarial. El gobierno influye en la determinación del salario base
mediante la fijación del nivel y variaciones del salario mínimo.
48 FÉLIX JIMÉNEZ

La presencia de un salario base refleja la existencia de un mercado de


trabajo general constituido, sin duda, por trabajadores de baja calificación.
Hay otros mercados donde predominan los trabajadores calificados y en los
cuales la determinación y los reajustes de salarios son diferenciados. En
consecuencia, no se puede hablar en la economía ecuatoriana de la exis-
tencia de un mercado único de trabajo ni de un proceso indiferenciado de
determinación salarial.
La relación inversa entre el salario base y la dispersión salarial (o dife-
renciales salariales intra e interindustriales) parece deberse a la presencia de
estructuras de mercado distintas al interior de las ramas o industrias, junto a
un mercado general de trabajo para el conjunto de las industrias. Mientras
en este mercado general se determina una tasa de salarios más o menos
común a todas las empresas e industrias (salario base), en los mercados del
segundo tipo los niveles salariales corresponderían a la diferenciación y je-
rarquías de trabajos establecidos por razones técnicas y de organización de
cada una de las empresas e industrias.
Por último, la evidencia empírica indica que en los mercados especí-
ficos o internos a las ramas e industrias las variaciones salariales responden
más a los cambios en la productividad que a las presiones de demanda de
trabajo. Es posible que con información más desagregada se identifiquen in-
dustrias competitivas donde las desiguales condiciones de oferta y de-
manda de trabajo que enfrentan sean las que explican las distintas tasas de
crecimiento salarial entre las diferentes industrias. El rasgo predominante
sin embargo no es la presencia de mercados competitivos sino de mercados
oligopólicos o cuasi oligopólicos. No obstante este hallazgo, no existen
muestras de dinamismo en la economía ecuatoriana, ni en ramas especí-
ficas, que permitan explicar el crecimiento de la productividad como resul-
tado del crecimiento de los salarios reales.
ESTUDIOS DE ECONOMÍA LABORAL EN PAÍSES ANDINOS /2 49

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