morfina y cocaína mitigan la angustia de estar mentalmente inactivo.
Aun cuando sabe de
la influencia negativa de las drogas en su cuerpo, los efectos destructivos le parecen pocos comparados con lo estimulante que le resultan, y la manera en que clarifican su mente. Las drogas ayudan a Holmes a escapar del aburrimiento que le produce la cotidianidad, pero no necesariamente a “expandir” su mente, como en la memoria colectiva se suele plantear a partir de la década de 1960. De hecho, no busca extender su horizonte. Su hermetismo no se limita a su personalidad, sino también a su método analítico. Está convencido de que una atmósfera concentrada ayuda también a una concentración mental, por lo que trabaja mucho mejor cuando está totalmente encerrado. Bromea diciendo que no ha llegado al punto de meterse a una caja para pensar, pero que sin duda sería eventualmente ése el resultado lógico de su manera de pensar. Con respecto a esta aparente cerrazón intelectual, nada impresiona más a Watson, por ejemplo, que el hecho de que Holmes ignorara por completo la teoría de Copérnico y la composición del sistema solar, al grado de no saber que la Tierra gira alrededor del Sol. Confrontado con este hecho, Holmes explica que considera que un cerebro humano es originalmente como un pequeño ático vacío que se debe llenar con el mobiliario que se elija. Un tonto mete toda la leña de todo tipo que encuentra, por lo que el conocimiento que le podría ser útil se pierde entre el desorden, o en el mejor de los casos se amontona con muchas otras cosas por lo que le es difícil encontrarlo. Pero el trabajador cuidadoso pone atención a lo que mete en su “ático cerebral”. No tendrá ahí mas que las herramientas que pueden ayudarle a hacer su trabajo, pero de éstas tendrá una gran variedad y todas en perfecto orden. En Las cinco semillas de naranja Holmes reconoce que para desarrollar al máximo el arte del razonamiento, es necesario que el razonador sea capaz de usar todos los hechos que conoce, y esto en sí mismo implica, el poseer todo el conocimiento, que aún en estos días de educación gratuita y de enciclopedias, es un logro poco común. Casi vislumbrando la edad de la especialización en que ahora vivimos, plantea que no es tan imposible que un hombre posea todos los conocimientos que puede utilizar en su trabajo, y esto es justamente lo que se propone hacer. Para él existe una similitud familiar muy fuerte entre las fechorías, y si se tienen los detalles de miles de éstas a la mano, sería raro que no puediera resolver la siguiente.