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1 EL REALISMO POLÍTICO

La situación actual entre los Estados Unidos y Corea del Norte, ha destacado en
los principales medios internacionales debido al auge antagónico en las
declaraciones de los mandatarios de ambos estados, apelando al posible uso
del despliegue militar y de las armas de destrucción masiva que amenazan con
la estabilidad de la península coreana ante la tentativa norcoreana de emprender
la ‘reunificación’ forzada mediante la utilización de un numeroso ejército cuya
imagen de glorificación patriótica se alzaba en los medios norcoreanos tanto
dentro como fuera del país además de la negativa de los Estados Unidos en
retirar sus tropas instaladas en Corea del Sur donde se realizan maniobras
militares conjuntas consideradas como una “provocación” por su contraparte
norcoreana.

Pese al episodio de continuas amenazas, incluyendo los incidentes producto de


las pruebas misilísticas y nucleares realizadas por Corea del Norte, la situación
no ha ido más allá de las demostraciones de fuerza y airadas declaraciones
cuya acentuación ha ido disminuyendo durante los últimos meses cuando los
representantes de ambos países manifestaron la disposición de una cumbre en
búsqueda de una solución al conflicto. Desde la perspectiva realista podemos
observar que tales disposiciones obedecen a las necesidades particulares de
cada Estado en tanto preservar su integridad como tal sino además de crear
nuevas oportunidades para afirmar sus respectivas posiciones en la sociedad
internacional.

El empleo del desarrollo de tecnología nuclear con fines militares como medida
disuasoria, ha sido una práctica extendida entre los países con un conocido
historial de conflicto (varios de ellos aún sin resolver) donde la necesidad de
incrementar la capacidad militar ante la posible amenaza de agresión ha
impulsado el crecimiento del mercado de compra-venta de armamento militar en
donde países que lideran la producción de dicho armamento son los principales
beneficiados. Tanto Corea del Norte como Corea del Sur no están exentos de
ello ya que mientras el primero obtiene su arsenal por parte de los Estados
Unidos el segundo si bien desarrolla parte del armamento propio, otra parte del
mismo proviene de China mientras que el resto son equipamientos obtenidos
desde hace décadas por parte de la entonces URSS.

La Comunidad Internacional, o específicamente los países que integran el


llamado bloque occidental han manejado durante décadas con cierta cautela un
tema tan delicado como el del conflicto en la península coreana, aplicando
numerosas sanciones económicas que lejos de debilitar el régimen le otorga
mayor poder al permitirle señalar a dichos países como los causantes de la
hambruna y penurias que sufre su población. Las acciones militares eran
consideradas un riesgo mucho mayor ya que podrían desencadenar una
catástrofe a escala continental cuyos efectos sería difícilmente manejables tanto
para los Estados Unidos como para sus aliados y países involucrados. Se toma
en cuenta además el riesgo de una escalada de conflicto que podrían reavivar
viejas disputas entre algunos países asiáticos lo cual representaría un peligro sin
precedentes.

Tal escenario probablemente sea la razón fundamental por la que tanto Corea
del Norte como los Estados Unidos difícilmente podrían materializar un conflicto
militar directo: existen otros posibles actores que podrían entrar o de hecho ya
están dentro de las negociaciones como garantes de la seguridad del líder
norcoreano durante la cumbre (China) junto al apoyo diplomático mientras exista
una sincera disposición de llegar a un acuerdo satisfactorio entre las partes
(Rusia). Ambas potencias forman parte del conjunto de elementos que han
podido de alguna manera contrarrestar la influencia estadounidense además de
la “carta” a jugar que representan los misiles balísticos intercontinentales que
junto al desarrollo de ojivas nucleares miniaturizadas y de mayor potencia, le ha
dado cierta posición favorable al Estado norcoreano en la mesa de
negociaciones además de permitirle conservar su integridad como Estado-
nación, su soberanía y su capacidad de decisión al no plegarse a las exigencias
estadounidenses de un cambio de régimen para una transición democrática.

Es por ello que los acuerdos son una manera de canalizar las acciones que
resulten en la obtención de intereses particulares correspondientes a cada
Estado, el cese de las severas sanciones impuestas, una mayor apertura a las
posibilidades de acuerdos económicos cooperativos que apaguen las llamas del
empobrecimiento, además de conservar la figura del régimen al otorgarle mayor
legitimidad dentro de la sociedad internacional, figuran entre los principales
objetivos del Estado Norcoreano, mientras que los Estados Unidos por su parte
buscan mantener la imagen de liderazgo en la región propiciando las
condiciones necesarias para el desarme nuclear, cese de hostilidades, además
de propiciar las ventajas que traerían consigo la concesiones que pueda otorgar
la parte norcoreana que facilitarían el cambio de régimen que los diferentes
gobiernos en los Estados Unidos han estado exigiendo durante décadas.

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