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GESTIÓN DE PERSONAL Y HABILIDADES DIRECTIVAS

4. DIRIGIR TU EQUIPO CON EFICACIA: ESTRATEGIAS

4.1. FRENTE A UNO MISMO

Definir tus propios rasgos

Una persona que dirija un equipo de trabajo debe saber cómo puede dar lo mejor de sí
mismo, y saber cuáles son sus puntos fuertes y débiles, ya que de todo esto dependerá
si daremos buenos resultados o no como líder o jefe.

Uno de los aspectos más importantes es darle importancia al cultivo de nuevas


cualidades o al desarrollo de las cualidades de cada persona, la importancia de
fortalecerlas y convertirse en una persona realizada.

Según Maslow, hay una serie de cualidades que suelen desarrollar las personas
realizadas, y estas a su vez, son unos buenos líderes de equipo. Son las siguientes:

- Capacidad de percibir la realidad con eficacia y precisión.

- Aceptarse a sí mismo y a los demás.

- Ser espontaneo y natural.

- Dar importancia a los problemas.

- Ser relativamente autónomo.

- Capacidad para apreciar las cosas y satisfacciones más sencillas.

- Experimentar ocasionalmente sensaciones místicas, en las que se puede sentir


uno fuera de época y lugar.

- Sentirte identificado con todo el género humano.

- Ser democrático y respetar a los demás.

- Ser justo y diferenciar lo que está bien y lo que está mal.

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- Razonar, poseer un inofensivo sentido del humor, reírse con alguien, no de


alguien.

- Ser creativo e inventivo en las cosas más sencillas.

- Tener siempre la necesidad de cambiar y mejorar.

 Fortalecer el yo

El yo tiene mucho que ver con la imagen interior de nosotros mismos, se debe tener
claro nuestro yo, saber dónde queremos ir y qué queremos hacer. Lo más importante
para fortalecerlo es poseer una buena salud mental.

 Dar lo mejor de nosotros mismos: el éxito

La clave en dar lo mejor de nosotros mismos está en desarrollar un programa para que
nos obligue o exija a dar lo mejor de nosotros mismos. Lo primero que se debe hacer
es plantearnos metas:

- Fijarnos objetivos válidos.

- Conseguir los objetivos.

- Tener en cuenta los obstáculos que puedan aparecer.

- Contar con unas reglas de acción.

- Confiar en nuestras posibilidades.

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Figura 4.1 Cómo son los objetivos válidos

Mesurables
Alcanzables
Motivadores
Exigentes con nosotros mismos
Escritos
Con límite de fecha
Consecuentes (empresa y personal)
Participativos
Flexibles

Figura 4.2 Reglas de acción de los objetivos

Conocer bien lo que se quiere


Confiar en nuestras fuerzas
Recolectar toda la información posible
Rechazar actitudes negativas o de duda
Planificar metas parciales
Aprovechar todas las oportunidades
Conectarse al máximo en todas las áreas

 Ser consciente de las emociones

Las emociones, nos guste o no, están siempre presentes, y estas pueden alterar
nuestro trabajo. Las hay que lo favorecen porque en ocasiones pueden ayudar a
enfrentarnos a situaciones de urgencia. Pero también están aquellas emociones que
pueden coartar la acción eficaz de nuestros objetivos, y son estas las que se deben
controlar.

Muchas veces hay emociones que nos motivan a la hora de trabajar, las que están
relacionadas con nuestra salud física, las cuales debemos tener siempre presentes y
llevarlas de la mejor manera posible.

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 Intentar siempre mejorar

Todos somos mejorables, y siempre debemos mirar a la cima, para alcanzar el éxito.
Pero para mejorar se deben afrontar los retos con ilusión y entusiasmo.

Muchas personas no llegan a un mayor crecimiento personal y profesional porque se


autoimponen límites, porque por ejemplo piensan que no lo podrán conseguir, porque
es demasiada faena, o porque no lo harán bien.

Las características más citadas que exponen madurez personal y que sirven para
mejorar son las siguientes:

- Ser imparcial.

- Ser sincero.

- Vivir según tus valores.

- Preocuparse por perfeccionar.

- Tener sentimientos de culpa por nuestro egoísmo.

- Controlar la cólera.

- Aceptar a los demás y a nosotros mismos, nadie es mejor que el otro.

- Dar sin esperar nada a cambio.

- Ser franco en las relaciones humanas.

- Ser bondadoso.

- Capacidad de estar solo sin sentir angustia.

- Cumplir las promesas hechas.

- Aceptar las críticas, para así crecer.

- Cooperar.

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- No avergonzarse de nuestras emociones.

- Disfrutar de nuestra intimidad.

- Ser responsables y dedicados en nuestro trabajo.

- Aceptar y afrontar los riesgos que puedan aparecer.

- Ser flexible.

- Tener sentido del humor.

- Tener un equilibrio emocional.

- Sentirnos libres.

- Capacidad de querer a quien no piensa igual que nosotros.

- Ser objetivos y razonables.

4.2. FRENTE AL EQUIPO

 Crear una actitud favorable en el equipo

Se demuestra que un equipo responde a su líder en gran medida si este crea un


sentimiento positivo y favorable hacia el equipo, y que este responde a su actitud. Por
lo tanto, si un líder confía en el equipo y es positivo, el equipo responderá de la misma
manera. Porque los grandes líderes crean a su alrededor una actitud que favorece al
equipo y que las personas consigan resultados. Un buen líder es el espejo de lo que
hay que hacer bien, de lo que desean ver en su equipo, y si quieren compromiso son
los primeros en comprometerse.

 Hacer que otros consigan objetivos

Los resultados no los consigue el líder, los consigue el equipo. De forma que se deben
conseguir los resultados a través de las personas, lo que requiere conocer cómo
trabajan los miembros del equipo. Dependerá de la motivación, implicación y actitud si

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se consiguen o no. Al ser el líder o jefe del equipo se tiene mucha influencia y poder
sobre él, y es preciso mantener afiliada dicha capacidad.

 Tomar decisiones difíciles

Tomar decisiones difíciles está dentro del puesto de jefe o líder de equipo y jamás se
deben evitar o “aplazarlas”. Porque de ellas puede depender conseguir una serie de
resultados: positivos o negativos. Si no se está dispuesto a tomar decisiones difíciles se
pone en riesgo al equipo, porque la responsabilidad es la habilidad para responder
ante tu equipo, y un buen líder asume el riesgo, no tiene miedo de fracasar ni de
perder el cargo porque se debe ser valiente.

 Orientarte a la acción

De nada sirve ser un líder pasivo y reflexivo que no se pone manos a la obra para
alcanzar un objetivo en el menor tiempo posible. La reflexión es necesaria pero, al
final, uno es valorado por su capacidad a la hora conseguir objetivos. Saber qué es el
coaching de equipos y qué técnicas utilizar para desarrollar personas es fundamental
en el trabajo de un líder capaz de dirigir equipos.

 Lidiar con la complejidad

A medida que el mundo avanza, y con él las empresas, todo se vuelve más complejo.
Antes la complejidad y los cambios eran puntuales, ahora son constantes y para poder
llevar la dirección de un equipo se debe lidiar con todos estos cambios.

 Tener un gran autocontrol

El líder de un equipo en algunas ocasiones encuentra soledad, desánimo y además no


tiene ningún hombro sobre el que llorar, esto hace que la capacidad del líder para
autorregularse y autocontrolarse deba ser mayor. No se debe caer en la
desesperación.

 Orientarse al desarrollo

De nada sirve que en el equipo las personas hagan lo que el líder les dice u ordena si
en realidad no tienen la autonomía, ni posibilidades de desarrollo. El equipo es más

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potente que la suma de las partes, y es que los equipos que actúan con autonomía,
responsabilidad y creatividad son aquellos orientados al desarrollo.

 Cambiar la mirada

Se pueden mirar a los demás desde la capacidad o desde la incapacidad, si se miran


desde la capacidad se encontrarán personas capaces a nuestro alrededor. El mejor
líder consigue que las personas se sientan capaces y no duda de su capacidad para
dirigir equipos.

 Aprender a lidiar con las dinámicas del equipo

Se debe conocer los equipos, sus fases, roles, disfunciones y saber cómo hacer para
que las personas trabajen juntas de forma óptima. Es muy sencillo llevar a cabo un
único proyecto, pero cuando se llevan años trabajando juntos, aparecen dinámicas
ocultas en los equipos, conflictos que en muchos casos destruyen una gran cantidad de
energía. Y estos conflictos hay que saber manejarlos porque tal vez de un día para otro
el equipo trabaje de otra manera. El líder deber lidiar o adaptarse a estos cambios.

 Tener paciencia

Dirigir un equipo de trabajo es una carrera a fondo y de nada sirve querer ir deprisa, se
debe actuar de manera estratégica y avanzando poco a poco.

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