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¿Cuales son las principales preguntas y retos que el

módulo “impacto social, inclusión y contexto” te plantea


como persona, educador musical y ciudadano?

Daniel Leonardo Arango Castrillón

Universidad Nacional Abierta y a Distancia


Diplomado para Artistas formadores
Bogota, D.C.
2019
La educación artística musical desarrolla un papel muy importante en la
sociedad ya que a través de ella se potencia de manera significativa el
desarrollo humano, el cual se fortalece si mediante la práctica musical
se reconocen y tienen en cuenta tanto un enfoque cultural territorial,
como un enfoque de población diferencial. Así, el módulo “impacto
social, inclusión y contexto” al desarrollar cada una de los anteriores
conceptos nos plantea preguntas y retos que debemos contemplar
tanto como persona, educador musical y ciudadano. Para establecer
estas preguntas y retos mencionaré la importancia de cada concepto
desarrollado en cada módulo, y llegaré al interrogante y la reflexión
final, la cual es plantearnos si el poco o mucho trabajo que realicemos
como artistas formadores en las aulas, se puede potenciar de manera
exponencial para que llegue a afectar al individuo, comunidad y
sociedad.
La importancia de las artes en el desarrollo humano: Gil decía que
“el conocimiento artístico es una comprensión y acercamiento no
alcanzable desde otras disciplinas, ni de un sujeto exclusivamente
racional. Lo artístico, al desafiar un pensamiento mecánico, unívoco y
lineal, hace justicia a una realidad múltiple y plagada de planos,
tensiones y contradicciones”(2007), en otras palabras, Gil quiere decir
que los artistas tenemos una multipercepción o visión más extensa del
mundo que cualquier otra profesión. Esto nos permite ser más
sensibles a la interacción como formadores o educadores hacia
nuestros estudiantes, a diferencias de los docentes de la ciencias
exactas o “ciencias racionales” que se preocupan por enseñar un
concepto sin importar el estado ni las características del receptor o
estudiante. Los artistas formadores nos preocupamos no solo por el
concepto si no por transmitir una idea, preocupándonos por el
estudiante y su percepción de la misma. Así, dando lugar a un lenguaje
y trato más personal e íntimo con el estudiante y permitiendo un
ambiente propicio para que el estudiante muestre sus fortalezas y
características particulares para el aprendizaje y asi lograr potenciar su
desarrollo humano. Además, es importante tener en cuenta que la
música también es una forma de expresión mediante el cual se utiliza
un lenguaje en el cual se pueden transmitir ideas, pensamientos,
experiencias, mediante el cual la sociedad puede comunicarse y actuar
en comunidad y sociedad. Pese a esto, cabe preguntarnos ¿será esto
suficiente para crear una conciencia crítica y formativa en la que los
estudiantes hagan de sus experiencias musicales en el aula un modelo
ideal para replicarlo en diferentes ambientes de su vida cotidiana?, ¿de
qué manera estas vivencias podrían magnificarse a toda la comunidad
más cercana, vecinos, docentes, padres de familia ,etc..? Lo anterior
nos plantea como retos idear y aplicar metodologías de aprendizaje
adecuadas para que se logre el desarrollo humano.

Enfoque cultural territorial: Los derechos culturales hacen parte de


los derechos humanos, consagrados en la constitucional colombiana y
tratados internacionales, lo que faculta a todo ciudadano a tener
acceso, conocimiento, difusión y consumo de cultura. Como la define la
secretaria de de cultura recreación y deporte, cultura es el complejo
que incluye "los valores, creencias, convicciones, idiomas, saberes,
tradiciones, modos de vida, mediante los cuales se expresa la
humanidad y los significados que le dan a la existencia o desarrollo los
distintos grupos sociales" (SCRD - UPN, 2016). Es decir, la cultura es
entendida como las características particulares que tienen ciertas
comunidades en determinado territorio. En nuestro país hay muchas
culturas co-existiendo bajo un mismo territorio, lo que denominamos
pluriculturalidad, si se relacionan entre sí, o multiculturalidad si no se
relacionan. Como artistas formadores es nuestro deber velar para que
nuestros contenidos tengan un enfoque cultural territorial reconociendo
la interculturalidad que esto implica, generando dinámicas de trabajo
donde podamos aprovechar las características de cada una de los
factores que nos rodean para generar valores comunales en nuestro
grupo de trabajo, y que de este modo se cumplan con los derechos
anteriormente mencionados. No obstante, esto nos conlleva a las
siguientes preguntas: ¿qué tanto podemos aportar a una sociedad
intercultural, donde nuestras ideas académicas están basadas en una
cultura implementada por Europa y que a través de la historia sólo ha
sido accesible para una élite social y que hasta ahora se está llevando
a los actores menos favorecidos de la sociedad colombiana? ¿Cuál es
la mejor manera de mostrar este tipo de cultura europea para que llame
la atención de la sociedad media baja de Bogotá sin que se vea
segregada la cultura que este ya posee? Nuestro reto resulta entonces
reconocer las distintas culturas que conforman nuestra sociedad y
generar dinámicas de trabajo donde se aprovechen estas
características culturales.

Enfoque poblacional diferencial:


Partiendo de la definición del banco mundial sobre la discapacidad en
la cual “es el resultado de la interacción de personas con diferentes
niveles de funcionamiento y un entorno que no considera las
diferencias” contextualizándonos con nuestra realiddad social no solo
poseemos una multiculturalidad latente en nuestro territorio, debido a
múltiples factores, como el conflicto armado y la desigualdad social
Bogotá es es el crisol social y cultural del país, aquí llegan personas de
todos los rincones del territorio nacional buscando una oportunidad
para sobrevivir y coexistir comvirtiendo a nuestra cultura capitalina
necesariamente en intercultural, y con ello llegan todo tipo de individuos
con sus limitaciones o como es más comúnmente llamadas
discapacidades, y nuestra labor como educadores o artistas
formadores es usar un enfoque diferencial en nuestras practicas y
clases musicales.
Para lograr la promoción de un enfoque poblacional diferencial, es
menester diseñar las metodologías de trabajo teniendo como base e
indicación los siguientes cinco principios que nos plantea Arguedas:
Aprender a conocer a partir de la música: Llevar a la práctica
experiencias musicales ayuda a comprender el entorno, facilitando la
adquisición de aprendizajes desde el ámbito cognitivo, psicomotor y
socioafectivo.
Aprender a hacer con la música: La educación musical memorística y
repetitiva debe trascender hacia espacios lúdicos, interactivos y de
creatividad con un enfoque inclusivo desde la educación infantil.
Aprender a vivir juntos mediante la música: Al formar parte de una
actividad de expresión musical se implementa la convivencia, el respeto
a la diversidad en la toma de decisiones, a las formas de actuar de las
personas y a la unicidad de seres irrepetibles. De esta manera surgen
personas con libertad, con capacidad para decidir y con conciencia de
que su identidad se construye desde sí y con los otros.
Aprender a ser por medio de la música: La vivencia musical propone e
instaura situaciones propias, la persona experimenta y desarrolla la
imaginación. Esto identifica a cada quien y colaboran con su
aprendizaje, con la finalidad de que la persona disfrute su percepción y
se exprese con diversos implementos sonoros.
La música: una alternativa en la restitución de derechos: La música por
sí misma es un lenguaje, una forma de comunicación, por lo tanto,
permite expresar vivencias, hábitos, denuncias, creencias, actitudes,
subjetividades y principios; (2013).
El reto es idear prácticas pedagógicas donde se desarrollen y
fortalezcan las capacidades individuales de cada estudiante, así mismo
desarrollar metodologías donde se satisfagan las necesidades de
aprendizaje cada estudiante, sin dar lugar a la discriminación.

Para concluir, sabremos que seguramente no tendremos las respuestas


a los anteriores interrogantes, pues sólo podremos saberlas llegando a
la práctica con una disposición al cambio en nuestras metodologías, las
cuales seguramente tendremos que modificar en el camino, inclusive
utilizando mecanismos que no nos imaginaríamos que llegaríamos
tratar, pero que seguro nos permitirá hacer llegar nuestros
conocimientos y experiencias de una manera más eficiente, y
sobretodo reflexiva a nuestros estudiantes. Del mismo modo, las
reflexiones nos invitan a tomar de una manera mucho más seria y
responsable nuestro papel de educadores en la sociedad, y así mismo,
con las experiencias que da la docencia musical, enriquecerme como
persona y así, aportar a una mejor sociedad con la cual me pueda
sentir identificado como ciudadano. También es importante destacar
que como artistas formadores siempre estamos susceptibles a las
vicisitudes espaciales, sociales, coyunturales, académicas y sobre todo
metodológicas, que se presentan en el aula de clase. Esto nos plantea,
casi que de manera forzosa, retos para que no se vea afectado nuestro
fin de formar a los niños como personas íntegras socialmente y con
desarrollo humano, permitiendo así cumplir con nuestra labor
educadora.

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