Daniel Soberón Blanco 12/12/18

Prensado
Primero que nada, la cadencia indolente de su crítico, con un lenguaje poético,
político mordaz. Hace de este texto uno con gran sabor. Básicamente, la prensa
siempre ha sido así, supeditada al dinero, al capital y a los intereses de los
poderosos, las cosa así, se exige alzar la voz. Esa voz independiente de aquellos
intereses. Que toca a la sociedad cívica y colectivizada, participar.
La poca confianza que podríamos tener de la llamada objetividad
periodística, se desmorona a la más mínima inspección. Con Karl Krauss, es
profunda, pues va a las bases de un fenómeno que surge a su alrededor y crece
exponencial y sostenidamente por una década. Y nos deposita en el mundo del Big
Data, los algoritmos y la visión ética de un puñado de “Computer scientists” que
distan mucho de ser sólidos pensadores políticos y comprender las dinámicas de
poder a las que están a la vanguardia. Lo peor sería dejar estos espacios a la
corporación como se ha hecho tantas veces, y comprender los intereses que a final
de cuentas, hacen y harán uso de semejante información de billones de personas.