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2 LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Con las revoluciones liberales, la burguesía ha conseguido el poder necesario para llevar a cabo
una serie de transformaciones económicas, que cambiarán radicalmente la vida de la
humanidad, el paso del trabajo manual a la producción en la fábrica. Para que esto ocurra es
necesario tener unas condiciones idóneas para ello y Gran Bretaña las tenía: la realización de la
revolución agrícola, tener un sistema parlamentario, mano de obra, fuentes de energía, capitales,
innovaciones mecánicas, ingenieros, transportes desarrollados…

Así pues, a finales del siglo XVIII, antes de que comience la revolución industrial, en el campo
inglés se irán produciendo una serie de cambios aplicando la mentalidad capitalista. El cambio
se produce cuando el Parlamento inglés autoriza mediante una ley (Enclousure Act), el cercado
de los campos. Esta ley dictaba que los agricultores que no dispusiera de medios para cercar su
finca, deberían venderla a quien si disponga de ellos. Como consecuencia, la burguesía, que sí
dispone de medios, se hará con grandes extensiones de tierras. Por otra parte, esta ley también
dota al propietario de libertad para invertir y producir en sus tierras lo que quiera. Teniendo unas
consecuencias enormes, ya que el propietario siempre buscará el mayor rendimiento para
aumentar los beneficios de la producción. Se utilizarán mejores abonos, semillas de mejor calidad
y se aprovechara mejor el campo para no parar de producir (rotación trineal). Todo esto lleva a
un considerable aumento de la producción con lo cual habrá alimentos más que suficientes para
todos y grandes beneficios económicos que a su vez serán reinvertidos en la agricultura y en la
industria. Se mecanizará el campo y la mano de obra sobrante se irá a las ciudades,
produciéndose el éxodo de la población del campo a la ciudad. Y en la ciudad habrá mano de
obra para la industria. Debido a todo esto Inglaterra va a entrar en otro ciclo demográfico,
caracterizado por la alta natividad y la baja mortalidad.

Pero para que se produzca la industrialización, siguen siendo necesarios varios factores, además
de los ya expuestos. Por un lado, es necesario una gran concentración de capitales, dado que la
mecanización del campo y las infraestructuras de las fábricas son muy costosos. Tanto que una
sola familia no puede hacer frente a semejante gasto y tienen que recurrir a alguna institución
financiera para que les adelanten el capital, los bancos. Produciéndose de este modo, un
crecimiento de los medios financieros.

Otro requisito básico para la industrialización son los transportes, por este motivo a finales del
siglo XVIII, aparece el sistema de asfaltado de cominos (similar al actual), a manos del escocés
Mac Adams.

También son imprescindibles las fuentes de energía y la materia prima. En Inglaterra disponen
de materia prima procedente de sus colonias, el algodón, que utilizan en su industria textil. Y
para la industria siderúrgica tienen hierro que obtienen de su propio suelo y del exterior (País
Vasco).

Y por último es necesario la mecanización de la industria. Donde Inglaterra se pondrá en cabeza


con las innovaciones tecnológicas, algunas de las máquinas más importantes fueron:

Para la industria textil; la Spinning Jenny de Hargraves, una hiladora que aumentaba la
producción en menor tiempo. O el telar de Cartwright.

En la industria siderúrgica; el horno de Bessemer, que fundía el hierro a una temperatura tan
elevada que producía un metal excepcional.

Y la protagonista; la máquina de vapor de James Watt. Que produce movimiento a partir del
vapor. Y este será el motor de las nuevas máquinas. Se aplicará en las máquinas de navegación.
Así Robert Fulton inventa la navegación a vapor. Y Robert Stephenson, aplica a la máquina de
vapor una vagoneta montada sobre raíles de hierro, surgiendo el ferrocarril, que revolucionará el
panorama industrial inglés.

No obstante, la revolución industrial no acaba aquí, a finales del siglo XIX, comienza la segunda
revolución industrial con la aparición de nuevas fuentes de energía: el petróleo y la electricidad.
El petróleo cobra importancia con el descubrimiento de los motores de explosión (Diesel) y los
de combustión (K. Benz), ya que se utilizarán los derivados del petróleo como fuente de energía.
Respecto a la electricidad, destacan los trabajos de Volta, que descubre la pila en 1800; y el
trabajo de Grammes que en 1872 inventó la dinamo. Pero el más importante de todos fue Edison
que en 1882 puso en marcha la primera central eléctrica, y de ahí surgirán inventos como el
teléfono, el telégrafo, la bombilla….

Por otra parte, la industria siderúrgica, abasteció la gran demanda de hierro, necesaria para el
desarrollo de las vías ferroviarias, la navegación o la industria de guerra. La novedad más
importante fue la obtención y generalización del uso del aluminio.

La acumulación de capital que se generó fue, en parte, una fuente de inversión para la
investigación de la industria química, que con sus nuevos descubrimientos consiguieron, entre
otras cosas, la mejora de fertilizantes, nuevos tintes y explosivos (dinamita).

Además, a finales del siglo XIX, Europa y América del Norte, desarrollaron sus transportes. Esto
supuso una gran inversión, pero consiguieron un incremento del a producción y multiplicaron los
intercambios comerciales. A parte, el uso de la máquina de vapor en la navegación, consiguió
aumentar la velocidad y se abrieron nuevas rutas comerciales (el Canal de Suez en 1869 y el
Canal de Panamá en 1914), mejorando de esta manera el comercio internacional.

Y, por último, la aparición del automóvil y la aviación, produjo un aumento en la producción


siderúrgica y una mejora en el trazado de las carreteras.

Como consecuencia de esta segunda revolución industrial, el volumen de intercambios


comerciales está experimentando un gran desarrollo, desde el 1870 al 1914, el comercio
internacional se ha cuadruplicado. Y de todas estas transacciones, un 75% provienen de Europa,
dado que Europa y América del Norte, se especializaron en productos procedentes de sus
industrias. Mientras que Asia, África y América del Sur se encargaron de abastecerles de
materias primas.

Otra de las consecuencias de la industrialización fue el auge del capitalismo. La burguesía tenía
el poder político y económico. Y obviamente creará leyes que favorezcan sus intereses, que se
basan en; la no-intervención del Estado en la economía y en la ley de la oferta y la demanda.

Con el triunfo del liberalismo y la industrialización, se fue imponiendo una nueva división social:
la sociedad de clases. Esta sociedad se caracterizaba por la diferencia económica entre dos
clases completamente antagónicas: la burguesía y el proletariado. La primera, la clase alta, la
que había implantado las nuevas reformas económicas, propias del sistema capitalista. Y la
segunda, la clase baja o la clase obrera, formada por obreros industriales que viven en
condiciones deplorables.

Poco a poco estos obreros irán tomando consciencia de los abusos de la burguesía. Esta
“conciencia obrera”, se establece sobre una identidad de intereses en contra de la sociedad
burguesa, ya que esta se enriquece escandalosamente, a cosa de pagar a los obreros sueldos
míseros. La clase obrera comienza su andadura a raíz de una situación de explotación absoluta;
jornadas laborales de 12 o 14 horas diarias, un salario insuficiente que obliga a mujeres y niños
a trabajar y unas condiciones de vida precarias, ya que vivían en espacios muy reducidos, con
unas condiciones de higiene nefastas. Todo esto provocará el surgimiento de los movimientos
de protesta contra esta situación.

Una de las primeras reacciones de los obreros fue su oposición al maquinismo y comenzaron a
destruir las máquinas. Este movimiento se denominó Ludismo, por Ned Ludd, el obrero inglés
que se puso al frente en 1811. A parte de Inglaterra, otros países europeos fueron alcanzados
por las destrucciones de las máquinas.

Hay que añadir, que el Estado tenía prohibido las asociaciones obreras. Pero esto cambia
cunado en 1824, por primera vez, en Inglaterra se reconoce el asociamiento obrero. La primara
sociedad obrera fue las Sociedades de Socorros Mutuos, donde los mutualistas cotizaban para
ser atendidos en caso de accidente, enfermedad o muerte. Posteriormente, en 1825, se formaron
las asociaciones de oficio o las Trade Unions, donde los obreros se organizaban para obtener
mejoras en las condiciones de trabajo, apareciendo de esta manera el sindicalismo.

Por otro lado, estaba la lucha por la participación en la política: el cartismo. El movimiento cartista
tuvo como objetivo la mejora de la condición obrera a través de la vía parlamentaria. La
asociación de Trabajadores de Londres, sin éxito, redacto la Carta del Pueblo, con peticiones
tipo político para avanzar con la democratización del Estado. Remitida en varias ocasiones al
Parlamento, la carta fue rechazada una y otra vez.

A raíz de todos estos cambios, políticos, económicos, demográfico, sociales… Van a aparecer
dos poderosas ideologías que tendrás un gran papel en el siglo XX: el anarquismo y el marxismo.
El primero cargado de idealismo, pretende la destrucción del Estado y la burguesía. Y el segundo,
imitar a los burgueses y que los obreros consigan el poder político a través de una revolución.

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