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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN


PROYECTO CURRICULAR
Docente: AMANDA CORTÉS SALCEDO
NOMBRE DEL ESPACIO ACADÉMICO:
Seminario de fundamentación ético-política

CÓDIGO: 20181029006 PERÍODO ACADÉMICO:2 NÚMERO DE CRÉDITOS: 3

Biopolítica- Biopoder
MICHELLE FOCAULT

CONTEXTO

El ejercicio del poder del Estado, se manifiesta por las políticas públicas que pretenden controlar a
los individuos y garantizar el orden social. Foucault establece con claridad dos aspectos del poder
que tienen que ver con la vida de los seres humanos: en primer lugar, un poder cuya finalidad
consiste en “hacer morir o dejar vivir”, facultad de la soberanía; en segundo lugar, un poder inverso
al primero, cuya premisa consiste en “hacer vivir o dejar morir” y que se identifica como biopoder
(Foucault, 2002: 165). Según nuestro autor, ese biopoder, cuyo objetivo consiste en administrar y
controlar a las personas, se manifiesta en dos formas, una dirigida al control de las personas de
forma individual, identificada como anatomopolítica, y otra dirigida a las poblaciones en su conjunto,
la biopolítica. Para su ejercicio, ambas vertientes del biopoder, se valen de minuciosas estrategias
que varían según los objetivos que el poder pretenda.

En Vigilar y castigar, Foucault explica cómo operan las técnicas anatomopolíticas: “A estos métodos
que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción
constante de sus fuerzas y le imponen una relación de docilidad-utilidad, es a lo que se puede
llamar las disciplinas” (Foucault, 2004: 141). El sustento principal o brazo ejecutorio del control de
las colectividades está constituido por las políticas gubernamentales de orden público, que operan
como disposiciones a través de leyes que se conforman como normas jurídicas de ejecución
“obligatoria”. En esa lógica, para entender cómo actúa el poder en la actualidad, se abordarán las
políticas públicas de salud en torno a los migrantes indocumentados, cuyo objetivo conlleva el
control de estas poblaciones de no ciudadanos.

Si se parte del supuesto de que las políticas públicas atienden esencialmente las prioridades de la
población más necesitada, se podrá ver en la práctica que, en no pocas ocasiones, dichas políticas
no están encaminadas a tales fines, sino que su misión más importante consiste en proteger a los
menos necesitados a partir de la aplicación de medidas sobre los más pobres, por ejemplo: “las
intervenciones en los lugares insalubres, la aplicación de vacunas, los registros de las
enfermedades, son medidas [...] que tienen por objeto el control de las clases sociales más
necesitadas” (Foucault, 1999b: 384). Esta descripción corresponde a ciertas acciones del siglo XIX
que, sin embargo, permanecen vigentes y son un claro ejemplo de estrategias biopolíticas de
actualidad.
Foucault sitúa el nacimiento del biopoder en el alba de la Revolución Industrial (finales del siglo
XVII, principios del siglo XVIII), etapa en la que se requería mano de obra obediente y bien
preparada. A partir de este momento, se afinan las tecnologías de control de los cuerpos y se
fortalecen las técnicas de disciplinamiento para moldear y construir los cuerpos de los trabajadores,
de tal manera que cumplan cabalmente con las tareas a su cargo y se sujeten fielmente a las
normas de las empresas; es el momento de las prácticas disciplinarias no sólo en las empresas
laborales, sino en prácticamente todos los espacios públicos (reclusorios, escuelas, monasterios,
fábricas).

En torno al rigor de los disciplinamientos, la formación o construcción de los soldados es un ejemplo


claro:

El soldado se ha convertido en algo que se fabrica; de una pasta uninforme, de un cuerpo inepto,
se ha hecho la máquina que se necesitaba; se han corregido poco a poco las posturas; lentamente,
una coacción calculada recorre cada parte del cuerpo, lo domina, pliega el conjunto, lo vuelve
perpetuamente disponible, y se prolonga, en silencio, en el automatismo de los hábitos; en suma,
se ha “expulsado al campesino” (Foucault, 2002: 139).

Mantener saludables los cuerpos de los “servidores” (trabajadores) y de sus familiares constituyó
uno de los principios más importantes de la industria. El fordismo o Estado de bienestar keynesiano
es, sin duda, una fiel manifestación de ello. Foucault (1988: 231) considera que, entre las
estrategias más importantes para moldear y controlar a las poblaciones, la más efectiva es la
subjetivación, ya que por ese medio se construye a los seres humanos bajo un esquema social de
dominación y control a partir de distintos mecanismos. Mora (2010) coincide con este planteamiento
de control a través del discurso sin violencia que, sin embargo, produce efectos en la voluntad de
los dominados, donde la construcción social de los individuos es exigir que se rindan ante el poder,
obedezcan y asuman dicha relación como natural. La subjetivación a la que Foucault hace
referencia se sustenta en discursos de “verdad”, aduciendo que el poder no sólo es represivo, ya
que de este modo difícilmente se podría sostener, sino que también induce placer, produce cosas,
no se limita a decir no (Foucault, 2008: 148).

De este modo, uno de los centros de atención de la política contemporánea se ha situado en la


biopolítica. El control del Estado sobre el cuerpo de los individuos se manifiesta, por ejemplo, en la
prohibición del aborto, la tolerancia sexual, la eutanasia, nuevas formas de procreación, así como
en directrices específicas sobre quiénes tienen acceso a la salud; Esto último puede plantearse
para el control de los migrantes mediante procesos biológicos.

Considerando lo visto en clase y todos los contextos vistos, se puede concluir, que, Focault, fue
visionario en el mecanismos político futuro, ver como esas estrategias sobre el cuerpo y la mente,
así a través de ese biopoder, tener el control social y racional de la población, ya que, pensar es un
acto de rebeldía, estamos sujetados, seguimos sujetados a ese poder invisible y maquinador, que
siempre tendrá un objetivo claro y son sus recursos propios en el compendio ignorante de una
sociedad consumista.

Ver tantas aristas, como en el caleldoscopio realizado, es abrir la mente, a ese dominio en que
caemos, podemos ver varios ejes temáticos obvios en está realización, como la deconstrucción de
las teorías tradicionales del poder, dispositivo disciplinario, dispositivo de la sexualidad, crisis del
dispositivo de gubernamentalidad, por decir algunos, pero esa máquina espantosa y estratégica, ha
hecho un sentir social, al menos desde el estudiantado, para poner una resistencia en evidencia, si
hablamos de biopoder, y ejemplos, Colombia los tiene en auge, aunque podemos ver que desde
tiempos anteriores y no muy lejanos, como , -las narrativas de la ciudad de Bogotá, como presa del
caos, del desorden, no es una invención de Mockus. No obstante, su singularidad consiste en haber
sido capaz de articular en términos de la “cultura ciudadana” esta urgencia de “orden”, de
“seguridad”, de “funcionalidad”. Esta articulación fue posible a partir de un diagnóstico que se
fundamenta conceptualmente en uno de los tres sistemas regulatorios, que confluye en la idea de
“pánico cultural”. Las ansiedades derivadas de las experiencias vividas del creciente caos en la
ciudad son interpretadas por Mockus, como la expresión de un preocupante “divorcio” entre los tres
sistemas regulatorios, de los cuales es el de la cultura el que sitúa como punto de quiebre y el lugar
de intervención. Un pánico de “falta” de cultura, del desbordamiento de comportamientos
“inadecuados”, de preocupantes permisibilidades culturales ante el incumplimiento de la ley y las
normas es lo que Mockus instala en el imaginario social y político bajo la egida de la “cultura
ciudadana”-.

Otro visible impacto del biopoder un poco más actual, es la implementación que están haciendo en
Bogotá, (Peñaloza), quién ha dado canecas negras, en todas las localidades, para que la ciudad se
vea limpia, pero que hay detrás de esto?, quien maneja el reciclaje en Colombia? Para que hacer
que los ciudadanos organicen su basura?, quizás son muy simplistas estas preguntas, pero en un
país donde los hijos del Dr. “Uribe”, son los dueños de dichas empresas, se podría pensar que
tener un manejo de basuras dentro de un plan medio ambiental, es una cosa, pero que la
ciudadanía separe y organice su basura de forma sistemática, es una buena estrategia empresarial,
ya que no tendrían que dar trabajo a recicladores, se ahorrarían buena plata y procesos de
selección, no digo que No debería ser un mecanismo de aseo natural, en las casas de los
ciudadanos, pero, al final para qué?, o quiénes hacemos esa selección minuciosa de la basura, si
sabemos que uno de los negocios más promisorios es el reciclaje, pero la subordinación y
disciplinamiento continúan.

Eso viendo el biopoder desde una expresión no agresiva de la biopolítica-biopoder , pero si


queremos un ejemplo claro de biopoder en acción, y muy aterradora es, el área de la salud,- Las
personas mayores, los enfermos terminales y los crónicos, al ser considerados como seres
vivientes contextualizados, es decir como bios, son aptas de vivir y tienen que vivir. Por tanto, la
medicalización es un instrumento más de la biopolítica, para llevar a cabo su control y su regulación
sobre la vida.

-Por otra parte, la gente "sana", también es susceptible de medicalización dado que se debe regular
sus condiciones de vida y sobre todo, su "calidad" de vida. Es decir, no actúa tanto en el aspecto
biológico del concepto vida sino que, más bien, actúa sobre la concepción social de esta.

Esta concepción de la vida como concepto vacío de enfermedad, de sufrimiento, y, incluso de


muerte que tenemos hoy día-Como muestra de ello, podemos ver la película "La sangre del
cóndor", disponible en http://vimeo.com/10734543, en la que se narra la historia real de unos
americanos soberbios que se consideran superiores, y programan la esterilización sistemática de
las mujeres quechuas en Bolivia, durante la década de los años 60. Por otra parte, en la actualidad
y en muchos países desarrollados y democráticos, los conocimientos científicos se ponen al
servicio de la gente para ofrecer toda la información que sea necesaria con el fin de que se pueda
"decidir" si una vida nueva se ha de exterminar o no, debido a algún tipo de problema biológico no
normativo.-

Pensar entonces, en Libertad, como ciudadanos, es pensar en una utopía, ya que todo está bajo
los hilos de una estrategia muy diseñada y maquinada para perpetuar a unos pocos en las élites,
no solo en Colombia sino en el mundo, hay un desequilibrio social, económico, político, cultural, que
es evidente en el desarrollo hegemónico de todos estos procesos de biopoder, lo que a mí me
impacta más que todo este biopoder segmentado en la población, es uno base, la información
científica, en lo que respecta al universo, y lo que hay detrás de la estratosfera, la NASA, Rusia,
China, Japón, y sobre todo EEUU, tienen un poder espantoso, sobre esa verdad, que nos haría
realmente libres o por lo menos, menos ignorantes, del porque todo lo existente, pero mientras
seamos individuos atomizados, o los intentos validos por no estar así, seguiremos bajo el dominio
de ese biopoder. Nada que hacer, o mucho que hacer.

Bibliografía y cibergrafía

Foucault, M. La gubernamentalidad (1999) en Estética, ética y hermenéutica, (1978). Barcelona,


Paidós, en:
https://es.slideshare.net/doctorcienciasgerenciales/foucault-michel-estetica-etica-y-hermeneutica

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público. Prácticas de ciudadanización en la escuela colombiana. En
http://livrozilla.com/doc/636263/2-descargar-el-libro
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