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El ejemplo español para combinar arte y turismo

¿Puede el turismo cambiar la economía de un país? ¿Y puede hacerlo aliado del arte?
¿Es la cultura un ancla para atraer turistas? Estas y otras preguntas podría
responderlas mejor que nadie España, que ha marcado en 2017 el récord de 82
millones de turistas, solo por debajo de Francia y arriba de los Estados Unidos.
En moneda contante y sonante son 87.000 millones de euros que dejan los visitantes.
Y el dato viene a cuento más que nunca, porque el presidente Macri, en su discurso
inaugural del Congreso, puso un énfasis particular en el turismo como meta y
oportunidad.
Los españoles le dieron una vuelta de tuerca a su clásico esquema de sol y playa
sumando una oferta cultural única, con una red de museos que se multiplicó en las
últimas décadas como en ningún otro país del mundo, desde La Coruña hasta Málaga;
desde Cáceres hasta León. Se sabe que el Guggenheim cambió el destino decadente
de Bilbao.
Madrid, hasta fines de los 80, era una ciudad provinciana, ajena a lo nuevo tras
décadas de aislamiento franquista. Dio un giro copernicano con la puesta en marcha
de ARCO, la feria de la capital española que cerró la semana última su edición 37 con
100.000 visitantes, 30.000 profesionales, 300 coleccionistas de todo el mundo y un
nivel de ventas previo a la crisis.
Fue la baronesa Thyssen, nacida Carmen Cervera, quien cerró el trato con el duque
de Badajoz en los 90 para que los 800 cuadros de la colección del barón Heinrich, que
estaban en Suiza, quedaran en Madrid. Nació así el museo que completa el triángulo
de las Bellas Artes con el Prado y el Reina Sofía. La corona puso 300 millones de
euros y el palacio de Villa Hermosa, reacondicionado por Rafael Moneo. Y nació un
museo. El Thyssen implica, entre otras cosas, un día más de visita en Madrid con lo
que suma en hoteles, salidas, comidas y demás.
¿Puede la Argentina repetir la hazaña de una industria sin chimeneas en el modelo
español? Tiene varias cartas en la mano para lograrlo. Un país con paisajes increíbles,
una red de nuevos museos, infraestructura hotelera de calidad y la posibilidad de
mejores conexiones aéreas a partir de la llegada de las low cost.
Sigue siendo Buenos Aires el as en la manga para atraer turistas globales. Tiene en
arteBA su feria de arte contemporáneo que ya está en la agenda de los profesionales
y coleccionistas, y a la tradicional oferta de museos suma dos perlas: el Malba y la
Fundación Proa, ambas a la cabeza del ranking de preferencias. La colección de arte
latinoamericana del Malba es única y Proa logró la hazaña de llevar a La Boca
exposiciones que solo circulan por grandes instituciones como Louise Bourgeois,
Giacometti, Yves Klein, Duchamp y, ahora mismo, Ai Wei Wei.
El jefe de gobierno Rodríguez Larreta ha jugado sus cartas en este terreno al apostar
por el sur y sellar una alianza con Art Basel, feria suiza que tiene su versión Miami
Beach, para hacer en la Reina del Plata la primera edición de Art Basel Cities.
Septiembre tendrá su semana Basel, que se suma a un doblete de altísima visibilidad:
la cumbre del G-20 y las Olimpíadas de la Juventud.

Alicia de Arteaga

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