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La semiología

gráfica: análisis de
la imagen

Natalia González Zaragoza

ngzaragoza@yahoo.es

telf.: 600745169

DNI: 48395126-k
INTRODUCCIÓN

Este artículo se centra en los elementos básicos que configuran a las


organizaciones visuales de nuestro entorno real, los cuales están dotados de
significado, y permiten que el hombre pueda expresarse a través de su
conocimiento. La semiología se define como la ciencia que estudia al signo. La
definición más corriente de signo es la de elemento sensorial que se refiere a
otra realidad, a la cual debe evocar.

El ojo es capaz de detectar organizaciones visuales y esto implica a la


existencia de una operación semiótica, lo que permite que demos sentido a la
realidad visual y las partes que la gobiernan u ordenan.

Explicar a través de elementos y signos visuales a la realidad visual, puede ser


una propuesta tan arbitraria como cualquier otra. Existen distintos sistemas y
métodos de signos que tratan de explicar los elementos significativos de la
realidad visual. Estos modelos sirven a los artistas para interpretar la realidad o
construir otras realidades. A continuación se exponen a los elementos
estudiados por el teórico Jacques Bertin.

LA SEMIOLOGÍA GRÁFICA: ANÁLISIS DE LA IMAGEN

En los años sesenta y setenta se crearon unos modelos teóricos determinantes


para estudiar las formas visuales. Los fundamentos teóricos se apoyaban en
las teorías derivadas de la Gestalt y la Bauhaus. De todas aquellas
aportaciones que teorizaban el lenguaje plástico la más aceptada fue la
formulada en 1967 por Jacques Bertín, en su obra: “Semiología gráfica”, en
donde, se analizaban a las variables utilizadas en el arte bidimensional, con
independencia del uso de una técnica plástica.

Bertín, expone en su libro como un trazo visible puede variar en relación a las
dos dimensiones de un plano por su tamaño, valor, grano, color, orientación y
forma. En el plano, la mínima acción plástica determina al punto, después una
sucesión de puntos determina a la línea y por último la conjugación de ambos
elementos configuraría a un plano. A continuación, se expresan sus
características expresivas y sus relaciones más simples en el espacio
bidimensional:

-El punto: Carece de longitud y superficie. Es el elemento más simple del


lenguaje visual y cuando aparece de modo independiente y con un mayor
tamaño crea una gran tensión visual que ha sido muy utilizada en el arte
oriental y en el arte abstracto, en cambio, cuando este se multiplica en un
soporte como elemento tonal, crea superficies cromáticas muy vibrantes
carentes de contornos, muy utilizadas en el impresionismo, con artistas como
Seurat. En este caso los puntos presentan una implementación tonal y lideran a
la superficie como único elemento básico de la sintaxis visual.

Con la revolución tecnológica de los medios digitales, ha cambiado nuestra


visión de la imagen como tal. Hemos aprendido a percibir en pixeles y ahora
podemos comprobar cómo las fotografías e imágenes en papel tienen como
base cromática cientos de puntos, magenta, cian y amarillo que crean la
mezcla óptica.

Su grosor puede variar al igual que su situación con respecto al plano y la


línea. En función de ello se generan diferentes relaciones espaciales y
múltiples experiencias visuales.

-Línea: Es más expresiva que el punto, pues puede definir formas y separar
dos zonas.es un elemento plano de longitud medible, pero carece de superficie.
Su máxima expresión se encuentra en el dibujo, el boceto y el grabado, pero en
el arte moderno predomina como elemento fundamental en obras pictóricas de
artistas como Alberto Giacometti, Tapies y Baselitz.

-Zona: se refiere a la zona del plano que puede ser medible y contiene a
innumerables puntos y posiciones de líneas. A través de estos tres elementos
básicos podemos obtener una implantación puntual de color, de texturas o de
claroscuros. Las capacidades expresivas de un plano, sin ser tan grandes
como las de la recta aportan nuevas nociones espaciales. Diversos planos
superpuestos pueden crear sensación de perspectiva y tridimensionalidad. Su
campo artístico más característico es la pintura. Las variables serían las
siguientes:

-Tamaño: los puntos, líneas y planos pueden adoptar diversos tamaños y


proporciones.

-Valor: Se refiere a las variaciones de luminosidad que pueden tener cada uno
de estos elementos .Por ejemplo, los valores de luminosidad del tenebrismo
crearon un gran contraste entre la luz y la oscuridad y definen a la luz como un
elemento directo y concreto que proviene normalmente de un único foco.

Los valores de luminosidad en el impresionismo carecen de efectos de


claroscuro por lo que el color solo representa los efectos cambiantes de la luz.

-Grano: El grano se identifica con la textura producida en una superficie o en


una línea interrumpida. Su percepción genera una sensación de rugosidad,
aspereza y volumen que se acerca al espectador y es una variable que afecta
al color y luminosidad de los de los objetos de modo que estos son percibidos
como menos brillantes. Las técnicas del grabado como la aguatinta realzan su
valor al igual que las técnicas del frottage.

-Color: El color se manifiesta en las tres unidades del lenguaje visual: línea,
punto y plano. Los puntos de color que determinan espacios y figuras
difuminadas, suelen ser de tonos muy saturados, para así crear efectos ópticos
visuales de gran contraste cuando son contemplados en su totalidad; con la
línea crea movimientos esquemáticos vibrantes y su mejor ejemplo se
encuentra en la obra de Toulouse Lautrec y, las zonas tonales percibidas como
espacios predominantes de color son especialmente resaltables en las obras
de los fauvistas, como Matisse.

-Orientación: Se refiere a las diferentes variaciones que se obtienen a través


de líneas y zonas que cambian de ángulo y sentido. Se crean espacios de
contemplación que confieren tranquilidad, si la orientación de los elementos
tiende a crear espacios cerrados o, desasosiego si crean espacios abiertos.

-Forma: La forma es la variable encargada de conferir una configuración


geométrica a través de una serie de puntos o un conjunto de líneas que
describen un movimiento o, a un plano limitado. Generalmente la forma se
asocia a una superficie que puede ser abierta o cerrada, siendo las más
usuales las que tienen formas geométricas simples como un triángulo, muy
usadas en el renacimiento, redondas y elípticas, más características del
barroco. Las formas abiertas como las aspeadas o en forma de cruz, son más
típicas del romanticismo, pero también están presentes en el barroco pues, a
diferencia de las cerradas, crean sensación de movimiento e inestabilidad, y en
el barroco gustaban mucho por sus efectos teatrales.

Estas variables establecen entre sí, propiedades que permiten transmitir


relaciones de asociación, selección, orden y cantidad. Veamos que significa
cada una de ellas:
-Asociación: Todas las variables anteriores pueden ser percibidas como
semejantes entre sí, creando un espacio armonioso a través de ritmos
repetitivos. Un ejemplo de elementos asociados puede encontrarse en las
obras abstractas de Jackson Pollock, cuyas formas abstractas son parecidas
entre sí en un mismo cuadro, los colores utilizados son casi iguales y el tamaño
de los elementos esparcidos en sus cuadros se mantiene en la misma
proporción.

-Selección: los signos anteriores son percibidos como independientes,


diferentes y forman familias. Las formas son identificables como elementos
distintos a la textura o grano, estas se ordenan en regulares, irregulares,
orgánicas, inorgánicas, cerrada o abiertas. Las texturas o granos forman entre
sí un núcleo o varios núcleos identificables que permiten conocer la naturaleza
de una superficie, alejarla del espectador o acercarla a él.
-Orden: todos los signos son percibidos como ordenables y ordenados.
Efectivamente estas variables pueden ser ordenadas por su intensidad,
brillantez y tono, si es el color, en grande, pequeño, mediano si es el tamaño,
en los diferentes gradientes de luminosidad si se trata del valor, etc.

-Cantidad: todos los signos pueden ser percibidos como proporcionales entre
ellos. Esto quiere decir que en una composición pictórica la presencia de un
color muy pesado como es el rojo puede ser compensado con la presencia de
una forma regular de gran tamaño.

Otros autores, apoyándose en distintos criterios, clasifican los distintos tipos de


signos visuales de otro modo, e incorporan otros nuevos, relacionados además,
con los nuevos medios informáticos y con el espacio tridimensional. Por
ejemplo, Maitland Graves, define a siete elementos: línea, dirección, forma,
tamaño, textura, valor, y color. Arthur Pope, distingue a tres factores
espaciales: posición, tamaño, y forma y a tres factores tonales referentes al
color: valor, tinte e intensidad. Otros autores añadieron a la textura, forma, la
estructura y el movimiento como Bruno Murani. El movimiento es quizás el
elemento que más se atribuye a la tv, el cine, video, animación y nuevas
tecnologías y formas de expresión en las que aparezca algún aspecto cinético.

El color nos permite ver como es percibida la luz, la forma se refiere a la


delimitación del espacio. La textura aborda a la configuración matérica del
espacio, y con el movimiento entramos en el espacio bidimensional, donde el
ojo debe realizar distintos recorridos identificando los puntos más destacables o
las líneas direccionales que imitan al movimiento real; y en el tridimensional y
óptico entraríamos en la variable del tiempo.

BIBLIOGRAFÍA

El manual del dibujo. Estrategias de su enseñanza en el siglo XX. Editorial


Cátedra.

Arte y percepción .R. Arheim. Editorial Eudeba.

Léxico técnico de las artes plásticas. I. Crespi, J. Ferrario. Manuales Eudeba.

Diseño y comunicación visual. Barcelona. Editorial Gustavo Gili.

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