Son aquellas clasificaciones que se le dan al equilibrio y desarrollo en función del
uso de los recursos de su entorno, en aspectos que van más allá del ecológico o ambiental. El medio ambiente ha demostrado su eficacia en lo que se refiere a la utilización y redistribución de recursos naturales para garantizar el equilibrio y la vida en sus espacios.
El hombre, con el paso del tiempo, ha crecido y se ha desarrollado social, política y
económicamente, no siempre de la manera más equitativa.
El auge por nuevas acciones sustentables ha puesto en marcha el abordaje y
desarrollo teórico de estas dimensiones de la sustentabilidad, que son las siguientes: ambiental, social, económica y política. En tres de estas cuatro dimensiones el hombre es el principal protagonista, sobre quien recaen las acciones que deberán ser tomadas para garantizar el desarrollo sustentable.
Dimensión ambiental. También conocida como dimensión ecológica o natural,
tiene como objetivo la búsqueda y preservación de los escenarios biológicos y todos los aspectos inherentes a estos. Para el desarrollo sustentable, la base de esta dimensión se encuentra en su capacidad para proveer los recursos naturales necesarios para el hombre. La actuación del hombre en esta dimensión responde a la utilización y distribución equitativa de los recursos naturales. También busca el impulso de la capacidad de renovación y la reducción del impacto y las perturbaciones sobre el medio ambiente.
Dimensión económica. También se plantea como objetivo fomentar la inversión
en nuevas formas de desarrollo que impliquen tecnologías menos dañinas y beneficios sociales equitativos, que configuren el escenario económico en función de un accionar sustentable. Las acciones económicas en función de la sustentabilidad deben provenir principalmente de los entes que posean el capital necesario para la inversión, y estos no siempre responden en apoyo a la preservación y al desarrollo sustentable.
Esta dimensión es una de las más vulnerables, dado que se ve viciada por los intereses particulares de ciertos cuerpos políticos o empresariales.
Dimensión social. La dimensión social de la sustentabilidad fomenta la adopción
de valores y cambios en el ámbito cultural, con el fin de reconciliar el accionar humano con el medio ambiente y optimizar las relaciones sociales para las generaciones futuras. Se trata de la reflexión de las actividades y comportamientos sociales y culturales comunes hasta el momento, con la finalidad de evaluar su incidencia en la preservación y el desarrollo sustentable. Los aspectos negativos que surjan de los colectivos culturales se verán transformados a través del aprendizaje y la concientización. Cada cultura mantiene una relación particular con el medio ambiente, los recursos que este le brinda y las bases sociales sobre las que se han fundamentado sus valores. A través del fortalecimiento de los valores, esta dimensión también busca minimizar los efectos de la pobreza y las aberraciones demográficas.
Dimensión política. La dimensión política no siempre es incluida cuando se trata
del desarrollo sustentable, ya que posee implicaciones estrechamente relacionadas con las dimensiones social y económica.
El principal protagonista de esta dimensión es el Estado. Mediante sus instituciones
y sus propias acciones debe ser garante de que todos los ciudadanos dentro de sus territorios puedan ser beneficiarios de los resultados del desarrollo sustentable.
La dimensión política de la sustentabilidad se complementa con la social y la
económica en cuanto a que las grandes decisiones económicas y de efectos sociales de la actualidad suelen provenir del poder ejercido por los gobiernos.