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MÓDULO 4: Intervención psicosocial en la discapacidad Psíquica.

MÓDULO IV: INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL EN LA


DISCAPACIDAD PSÍQUICA

1. DETERMINACIÓN Y EVALUACIÓN DE LOS


TRASTORNOS PSÍQUICOS

1.1.- TRASTORNOS DE INICIO EN LA INFANCIA, NIÑEZ O


ADOLESCENCIA.

1.1.1.- Retraso mental.

1.1 .2.- Síndrome Down.

1.1.3.- Síndrome X frágil.

1.1.4.- Trastornos generalizados del desarrollo: autismo...

1.2.- TRASTORNOS PSICÓTICOS, ESQUIZOFRENIA.

2. INTERVENCIÓN EN EL CAMPO DE LAS


DISCAPACIDADES PSÍQUICAS

2.1.- INTERVENCIÓN EN RETRASO MENTAL

2 .2.- INTERVENCIÓN EN AUTISMO

2 .3.- INTERVENCIÓN EN TRASTORNOS PSICÓTICOS

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1. DETERMINACIÓN Y EVALUACIÓN DE LOS
TRASTORNOS PSÍQUICOS:

1.1.- TRASTORNOS DE INICIO EN LA INFANCIA, NIÑEZ O


ADOLESCENCIA.

1.1.1.- Retraso mental.

El concepto diagnóstico del retraso mental (RM), está constituido por


bajo CI y déficits adaptativos. Actualmente se enfatiza la idea de que el
retraso mental no es una característica innata de un individuo, sino el
resultado variable de la interacción entre las capacidades intelectuales de la
persona y el ambiente, es decir, la concepción actual se ajusta a un modelo
biopsicosocial.

El 90% de los individuos de baja inteligencia están diagnosticados


a los 18 años y requieren tres características:

1.- Inteligencia por debajo del promedio (Ci 70 o inferior).

2.- Deterioro de la capacidad adaptativa. :

Déficits o alteraciones concurrentes de la actividad actual (la eficacia


de la persona para satisfacer las exigencias planteadas para su edad y por su
grupo cultural), en por lo menos dos de las áreas siguientes:

− Comunicación.
− Cuidado personal.
− Vida doméstica.
− Ocio.
− Habilidades sociales/interpersonales.
− Trabajo.
− Utilización de recursos comunitarios.
− Salud y seguridad.

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3.- Comienzo en la infancia.

El DSM-IV-TR subclasifica la gravedad del retraso mental


basándose en puntuaciones de CI. Retraso mental leve: CI entre 55 y 70.

Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50-55.

Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40. Retraso mental


profundo: CI inferior a 20-25.

Retraso mental de gravedad no especificada: cuando existe clara


presunción de retraso mental, pero la inteligencia del sujeto no puede ser
evaluada mediante los tests habituales.

Descripción clínica:

En el retraso mental se aprecia un enlentecimiento del desarrollo, en


general en todas las áreas de funcionamiento, que se pone de manifiesto en
las siguientes áreas:

COGNITIVAMENTE, puede existir una orientación hacia lo


concreto, egocentrismo, distractibilidad y poca capacidad de atención. La
hiperactividad sensorial puede conducir a conductas desbordantes, a la
evitación de estímulos, y a la necesidad de procesar estímulos a niveles de
intensidad baja.

EMOCIONALMENTE, tienen dificultades para expresar


sentimientos y percibir afectos tanto en sí mismo como en los otros. La
expresión de la afectividad puede estar modificada por los impedimentos
físicos (hipertonía, hipotonía,...).

RETRASO DEL HABLA, que pueden inhibir la expresión del afecto

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negativo, lo que conduce a instancia de una hiperactividad afectiva
aparente que incluye una ira impulsiva y una baja tolerancia a la
frustración.

DIFICULTADES ADAPTATIVAS, las complejidades normales


de las interacciones diarias pueden poner a prueba los límites cognitivos
de las personas con RM. En casos extremos, el descontrol impulsivo puede
conducir a la violencia y la destructividad. Los cambios en la vida diaria
pueden forzar las capacidades cognitivas y las habilidades de
afrontamiento, lo que a veces conduce a la frustración.

REACCIONES EMOCIONALES PRIMITIVAS, a la frustración y a


la tensión pueden implicar conductas agresivas, autolesivas o
autoestimulantes.

Existe un número de patología de dos a cuatro veces mayor entre


las personas con retraso mental, por lo que muchos individuos presentan
diagnósticos múltiples, entre ellos más del 50% tienen un diagnóstico
psiquiátrico adicional.

Algunos trastornos se dan en mayores proporciones en


asociaciones con el retraso mental: TDAH, pica, trastornos del estado de
ánimo, trastornos de comunicación, trastornos generalizados del desarrollo,
trastorno por movimientos estereotipados y esquizofrenia. También pueden
apreciarse trastorno por estrés postraumático y trastornos adaptativos.
Además, pueden darse toda la serie de tipos de personalidad y trastornos de
personalidad.

Etiología:

Depende en parte del nivel de retraso mental. El retraso mental leve


es generalmente idiopático o familiar, es decir, está asociado a dificultades

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socioculturales o psicosociales. Estos individuos viven en condiciones
precarias, y su funcionamiento se ve influido por la pobreza, la
enfermedad, las deficiencias en el cuidado de la salud, y el deterioro en la
búsqueda de ayuda.

Pobreza:

− Vivienda precaria.
− Escasa higiene.
− Desnutrición.
− Enfermedades o infecciones.
− Tratamiento médico inadecuado.
− Asistencia médica insuficiente.
− Carencias socioculturales.

Padres:

− Edad, embarazos no deseados.


− Educación de los padres.
− Ingresos y trabajo.
− Trastornos psiquiátricos.
− Deficiente cuidado de los niños.
− Pobre estimulación psicosocial.
− Abusos y negligencias con los niños.

Social:

− Vivienda.
− Pobre atención médica.
− Inseguridad en el barrio.
− Fondos públicos.

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− Actitudes políticas.
− Estabilidad económica del país.

Sin embargo, la presentación de varias anormalidades genéticas,


físicas y neurológicas en las personas con retraso mental leve, recuerda
que las fuerzas sociales pueden no ser el factor etiológico dominante.

El 25% de las formas grave y profunda del retraso mental pueden


identificarse etiologías biomédicas conocidas, entre las que se incluyen las
alteraciones genéticas.

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Síndrome Retraso Mental Transmisión genética


S. de Aerskog-Scott Semidominante ligado al
cromosoma X
S. de Apert + - ?
S. de Sotos + - ?
S. de Cockayne + Autosómica recesiva
S, de Cohen + Autosómica recesiva
S. de Cornelia de + ?
Lange
S. del grito del gato + ?
S. de Crouzon Autosómica dominante
S. de Down + Trisomía 21
S. de Dubowitz + - Autosómica recesiva
5. Alcohólico fetal +
S. Hidantoínico fetal + -
S. de Goldenhar ?
Incontinentia + - Dominante, ligado al X (letal en
pigmenti varones)
5. de Laurence + Autosómica recesiva
S. de nevus sebáceo + ?
S. de Lowe + Recesiva, ligada a l cromosoma X
S. de Möbius + - ?
Neurofibromatosis + - Autosómica dominante
S. de Noonan + - ?
S. de Prader-WiIIi + ?
S. de Robín ?
S. de Rubinstein- + ?
Taybi
S. de Sackel + Autosómica recesiva
S. de Sjögre n- + Autosómica recesiva
Larsson
S. de Smith-Le mii- + Autosómica recesiva
Opitz
S. de Sturge-Weber + - ?
S. Treacher Collins Autosómica recesiva
Trisomía 18 + Trisomía 18
Trisomía 13 + Trisomía 13
Esclerosis tuberosa + - Autosómica dominante
S. de Waardenburg Autosómica dominante
S. de Williams + ?
S. de Zellwager
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Las alteraciones tempranas prenatales que dañan el cerebro son


catastróficas en el desarrollo temprano, dado que el feto no tiene una
respuesta inmunológica en la gestación temprana. Así, las infecciones de la
madre (toxoplasmosis, SIDA congénito, rubéola en el primer mes de
embarazo), exposición intrauterina a toxinas (alcohol, cocaína, plomo), a
los medicamentos y a la radiación X, pueden tener como resultado un
retraso en el crecimiento uterino. Más de 200 síndromes biológicos
reconocidos que implican retraso mental suponen la desorganización de
virtualmente, todos los sectores del funcionamiento bioquímico o
fisiológico del cerebro.

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HEREDITARIOS 

PRENATALES 

PERINATALES 

POSTNATALES 

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En el momento del nacimiento, el trauma obstétrico y la


isoinmunización Rh pueden causar lesión cerebral.

Normalmente, el nacimiento prematuro, no ser en casos


extremos (menos de 28 semanas de gestación o menos de 1500 g), no es
causa de retraso mental.

Algunas formas de alteración neuroevolutiva y pueden tener


lugar después del nacimiento. Los factores ambientales son
especialmente importantes en países subdesarrollados, en los que la
asistencia médica puede ser limitada. También pueden contribuir las
alteraciones e infecciones neurológicas, incluyendo las convulsiones.

1.1 .2.- Síndrome de Down:

La trisomía del cromosoma 21 (síndrome de Down) es la más común


y la mejor descrita. Los pacientes con trisomía del cromosoma 21 tienen
patología neuroquímica, incluyendo la pérdida importante de acetilcolina
(núcleo basal) y de neuronas de somatostatina (córtex cerebral), así como
la pérdida de vías serotoninérgicas y noradrenérgicas. Los pacientes con
síndrome de Down muestran cambios neuropatológicos progresivos
similares a los de la enfermedad de Alzheimer, incluyendo lesiones
neurofibrilares y placas neuríticas. El cromosoma 21 contiene el gen para la
betaamiloide, la proteína cerebral que se acumula en las placas neuríticas
de los pacientes.

En el síndrome de Down, la principal causa genética conocida de la


deficiencia mental, un cromosoma extra del par 21, o una parte esencial del
mismo, es responsable de las alteraciones de tipo morfológico, bioquímico
y funcional que se producen en diversos órganos, especialmente en el
cerebro, durante distintas etapas de la vida.

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La estructura molecular del cromosoma 21 extra confiere una serie


de anormalidades genéticas, que a su vez condicionan la estructura y la
función del cerebro y del sistema nervioso, e influyen sobre el aprendizaje
y la conducta de las personas con síndrome de Down. Los genes del
cromosoma 21 extra son también responsables de las características,
fenotipo, que presentan las personas trisómicas 21, las cuales exigen una
atención médica especializada y programas de medicina preventiva
diseñados por expertos.

Características más frecuentes del Síndrome Down:

Es la alteración genética humana más frecuente. 1/700 nacimientos.


La frecuencia aumenta con la edad materna, y de forma exponencial por
encima de los 35 años.

Sin embargo, dos tercios de los casos ocurren en mujeres que no han
alcanzado dicha edad. La causa se conoce desde hace más de 30 años: la
trisomía 21.

Es la causa genética más común de retraso mental. Cardiopatía


congénita. (40-50%).

Anomalías intestinales. Leucemia.

Aumento de la sensibilidad frente a las infecciones (anomalías del


sistema inmunitario).

Enfermedad de Alzheimer en la cuarta década.

Rasgos faciales y físicos característicos (fenotipo del SD).

Ninguna de estas características del S.D está presente en el 100% de


los individuos que lo padecen, con excepción de la hipotonía neonatal y el
RM, por lo que existe una importante variabilidad fenotípica cuyas causas
se desconocen hasta el momento.

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Tipos de síndrome Down:

El organismo humano tiene 46 cromosomas, de estos 23 pares, un


par determina el sexo del individuo y los otros 22 se denominan autosomas
y se numeran de 1 a 22 en función de su tamaño decreciente.

Una persona con Trisomía 21, tiene 3 cromosomas en el par 21.


Hablamos de tres tipos de tipos de síndrome de Down:

1.- Trisomía 21.

2.- Translocación cromosómica.

3.- Trisomía de mosaico.

El proceso de crecimiento normal consiste en la división celular, por


lo cual cada célula se reproduce a sí misma. Este proceso recibe el
nombre de mitosis. A este nivel pueden aparecer problemas que tienen
como resultado el mosaicismo, pero son relativamente raros. Con
diferencia, la norma más común del síndrome de Down es la trisomía 21,
resultado de un error genético que tiene lugar muy pronto en el proceso
reproductor.

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1.1 .3.- Síndrome de X frágil

En el síndrome de frágil X se presenta retraso mental de leve a


severo. Los varones afectados presentan grandes testículos
(macroorquidismo). En el 80% se presentan anomalías conductuales, que
incluyen hiperactividad, violencia, estereotipias, resistencia a los
cambios ambientales y conductas automutilantes, también exhiben déficits
del lenguaje expresivo y receptivo y problemas de articulación. Los
síntomas frontales pueden incluir lenguaje y conducta perseverantes, déficit
de atención y dificultad para cambiar de tema. Aproximadamente entre el
20 y el 40% de los varones con síndrome de frágil X presentan
características del trastorno autista. Alrededor de un tercio, tienen
anomalías neuroendocrinas (aumento de la línea base de LH y FSH,
disminución de testosterona, embotamiento de TSH siguiendo a una
infusión de TRH); en las hembras se observan tasas elevadas de fertilidad y
embarazos múltiples. En las mujeres (que están parcialmente protegidas por
el hecho de tener dos cromosomas X), un estado portador puede ser
asintomático, o estar asociado a retraso mental leve o a trastornos del
aprendizaje. Se ha propuesto que la anormalidad genética implica una
secuencia nucleótida (citosina-guanina-guanina) repetida de manera
redundante en varios grados y que resulta extremadamente larga. Los
pacientes con un síndrome del frágil X muestran un mayor número de
«localizaciones frágiles» en el q27.3 del final del brazo largo del
cromosoma X, que se corresponde con la localización de la secuencia del
gen anormal, cuando sus células se incuban en un medio bajo de folato y
timidina. La gravedad clínica parece correlacionar con el grado de
expresión citogenética. El folato oral reduce la frecuencia de localizaciones
frágiles in vivo y mejora el comportamiento y la atención.

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Evaluación:

Todos los diagnósticos psiquiátricos pueden acompañar al retraso


mental y todos los tipos de personalidad pueden darse con el retraso
mental.

Aproximadamente de un tercio a la mitad de estos pacientes


presentan TDAH. Pueden presentar también trastornos afectivos unipolares
y bipolares, trastornos por ansiedad, reacciones psicóticas, trastorno autista
e incapacidades específicas del aprendizaje.

Las investigaciones más relevantes sobre la relación entre


enfermedad psiquiátrica y retraso mental sugieren que hay una tendencia a
infradiagnosticar los trastornos mentales en este tipo de pacientes. Estos
errores en el diagnóstico pueden deberse a un problema conocido como
ensombrecimiento diagnóstico, el término hace referencia a los casos en los
que la presencia del RM reduce la significación diagnóstica de un problema
acompañante se atribuyen al propio retraso.

La evaluación debería incluir:

- Un examen físico y tests de laboratorio, incluyendo estudios


cromosómicos, estudios de aminas y ácidos orgánicos, función tiroidea,
pruebas de plomo y un estudio de mucopolisacáridos. También
radiografías, rayos X, de los huesos largos y de las muñecas. Una
evaluación neurológica, incluyendo un EEG y una tomografía
computarizada. Se debería evaluar el tamaño y las simetrías de la cabeza y
la cara, la forma de la cabeza, incluyendo el pelo, la posición de ojos y
orejas y las asimetrías de las funciones motoras y sensoriales. Se debe
obtener información del historial materno de abortos, infecciones o

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exposiciones a tóxicos, y del tamaño y la actividad fetal.

- A nivel psicológico, se requieren test que incluyan una evaluación


neuropsicológica.

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1.1 .4.- Trastornos generalizados del desarrollo:

Concepto:

Trastorno autista.

Trastorno de Rett.

Trastorno de Asperger.

Trastorno desintegrativo infantil.

Los trastornos generalizados del desarrollo constituyen una serie de


trastornos neurobiológicamente diversos. Son estados caracterizados por
déficits masivos en diferentes áreas del funcionamiento, que conducen a
un deterioro generalizado del proceso evolutivo. Normalmente, estos
individuos, que están incapacitados de formas múltiples, muestran un
proceso evolutivo que no es meramente lento o limitado, sino atípico o
desviado. Muchos de ellos además, están afectados de retraso mental, y su
tratamiento requiere una rehabilitación a largo plazo orientada
evolutivamente de una forma multimodal.

El DSM-IV-TR (2002), reconoce diversos trastornos generalizados


del desarrollo que difieren en síntomas, gravedad y patrón de inicio:

- El trastorno autista, implica un inicio temprano de la alteración en


la interacción social, déficits de comunicación y actividades e intereses
restringidos.

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- El trastorno de Rett, es un síndrome de inicio temprano de progresiva


neurodegeneración que tiene lugar en mujeres y que se asocia con el retraso
mental, retraso generalizado del crecimiento y múltiples síntomas neurológicos
(incluyendo movimientos estereotipados de las manos). Este trastorno se
asemeja el trastorno autista durante un período limitado de la primera infancia.

- El trastorno de Asperger es similar a los autistas de alto nivel, en los


cuales hay una relativa preservación de las habilidades del lenguaje y del
intelecto.

- El trastorno desintegrativo infantil engloba síntomas que aparecen


tras al menos dos años de desarrollo aparentemente normal, entonces el niño
pierde los avances evolutivos que había alcanzado y queda estable en un
estado de funcionamiento tipo autista.

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TRASTORNO AUTISTA:

En 1943 el Dr. Leo Kanner, un psiquiatra de la Universidad e John


Hopkins, escribió la primera ponencia aplicando el término autismo a un
grupo de niños ensimismados y con severos problemas de índole social, de
comportamiento y de comunicación.

El autismo se considera un trastorno generalizado del desarrollo,


comienza en la infancia, y supone incapacidades importantes en
prácticamente todas las áreas psicológicas y conductuales. Este
síndrome se hace evidente durante los 30 primeros meses de vida y da lugar
a diferentes grados de alteración del lenguaje y la comunicación, de las
competencias sociales y de la imaginación y con frecuencia, estos
síntomas se acompañan de comportamientos anormales.

La definición del DSM-IV subraya especialmente el deterioro de las


interacciones sociales, los problemas de comunicación verbal y no verbal
(y las habilidades que se relacionan, tales como la simbolización), así como
la limitada gama de actividades e intereses. El trastorno autista se presenta
con un amplio espectro de gravedad.

Para que podamos hablar de autismo, se deben de cumplir los


siguientes criterios:

A.- Un total de 6 ó más ítems de 1,2 y 3, con por lo menos dos de 1 y


uno de 2 y de 3.

1.- Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al


menos por dos de las siguientes características:

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a.- Importante alteración del uso de múltiples comportamientos


no verbales, como son contacto ocular, expresión facial, posturas
corporales y gestos reguladores de la interacción social.

b.- Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros


adecuados al nivel de desarrollo.

c.- Ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras


personas disfrutes, intereses y objetivos (p.ej: no mostrar, traer o señalar
objetos de interés).

d.- Falta de reciprocidad social o emocional.

2.- Alteración cualitativa de la comunicación, manifestada al menos


por dos de las siguientes características:

a.- Retraso o aumento total del desarrollo del lenguaje oral (no
acompañada de intentos para compensarlo mediante modos alternativos de
comunicación, tales como gestos o mímica).

b.- En sujetos con un habla adecuada, alteración importante de la


capacidad para iniciar o mantener una conversación con otros.

c.- Utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje


idiosincrásico.

d.- Ausencia de juego realista espontáneo, variado, no de juego


imaginativo social propio del nivel de desarrollo.

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3.- Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidas,


repetitivas y estereotipadas, manifestados por lo menos mediante una de las
siguientes características:

a.- Preocupación absorbente por uno o más patrones estereotipados y


restrictivos de interés que resulta anormal, sea en su intensidad, sea en su
objetivo.

b.- Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales


específicos, no funcionales.

c.- Manierismos motores estereotipados y repetitivos (p.ej: sacudir o


girar las manos o dedos, o movimientos complejos de todo el cuerpo).

d.- Preocupación persistente por partes de objetivos.

B.- Retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las


siguientes áreas, que aparecen antes de los 3 años de edad:

1.- Interacción social.

2.- Lenguaje utilizado en la comunidad social, o,

3.- Juego simbólico o imaginativo.

C.- El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno


de Rett o de un trastorno desintegrativo infantil.

Descripción clínica:

Los niños o adultos con un trastorno autista muestran déficits tanto


físico, como conductuales. A nivel físico:

Muchos individuos autistas parecen tener un deterioro en uno o

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más de uno de sus sentidos. Este deterioro puede abarcar la audición,


visión, tacto, gusto, equilibrio, olfato y propiocepción y pueden ser
hipersensibles, hiposensibles,... Como consecuencia de ello puede ser
difícil que los individuos con autismo procesen correctamente la
información que entra por los sentidos.

Muchos niños autistas presentan deficiencias en la lateralización


si siguen siendo ambidiestros a edades en las que el resto de los niños, ya
está establecida. Tienen también mayor incidencia de dermatoglifos
anormales, las huellas dactilares, comparados con la población
general. Esta observación puede indicar un trastorno en el desarrollo
neuroectodérmico.

A nivel conductual:

Existe un deterioro cualitativo en la interacción social, poca


interacción social, con una clara indiferencia hacia el calor humano, poca
imitación y raras veces ríen. Socialmente, estos individuos parecen pasivos
y extraños, inicialmente evitan los contactos sociales, aunque se dé el caso
de que disfruten y busquen experiencias interpersonales. Durante la
infancia, pueden presentar dificultades para comprender el lenguaje verbal
y no verbal. A menudo muestran déficits persistentes en la apreciación de
los sentimientos de los demás, así como en la comprensión de los procesos
y matices de las comunicaciones sociales.

Una característica muy común del autismo es la insistencia del


individuo en la uniformidad, esto es, la conducta persevante. Muchos niños
llegan a insistir excesivamente en rutinas, si se cambia una, aunque sea un
poco, el niño puede ponerse muy alterado y evidenciar conductas,
especialmente autoagresivas. Una causa posible de la insistencia ante la
uniformidad puede ser la incapacidad de la persona de comprender y hacer

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frente a nuevas situaciones.

En la comunicación y lenguaje: los gestos y el lenguaje


comunicativos son limitados y pueden resultar difíciles de entender debido
a la ecolalia, a la inversión de los pronombres y a los significados
idiosincrásicos. Normalmente el lenguaje es tardío y anormal, y a veces se
produce el fracaso en su desarrollo.

Las funciones fonatorias, producción de sonidos, y sintácticas,


gramática, pueden estar relativamente conservadas, con deterioros más
importantes de la semántica, significados socioculturales, y de la
pragmática, reglas del intercambio social, y de los aspectos de la
comunicación. Las funciones imaginativas y simbólicas, p.ej: el uso de los
juguetes en el juego, pueden estar profundamente afectadas.

Otros síntomas conductuales comunes son: los rituales, las


estereotipias, mecerse, dar vueltas, la autoestimulación, la automutilación y
los hábitos poco corrientes. Frecuentemente, existe un vínculo de tipo
obsesivo con determinadas personas u objetos, resistencia al cambio, y una
falta de espontaneidad. Las respuestas afectivas pueden ser superficiales,
excesivamente sensibles a cambios pequeños, indiferentes a cambios
amplios del entorno e imprevisiblemente lábiles y extrañas.

Entre los déficits cognitivos se incluye un deterioro de la abstracción,


de la secuencia y de la integración. Puede darse una percepción
distorsionada del olfato, el gusto o el tacto, y un subdesarrollo de los
procesos visuales y auditivos. La mayoría de individuos con un trastorno
autista muestran una inteligencia inferior a la normal, aunque algunos
presentan aumentos importantes en el CI medido durante el curso del
tratamiento o el desarrollo. Frecuentemente, existen inconsistencias
sorprendentes, con una dispersión extraordinaria entre las capacidades que
miden los diferentes subtest, y a lo largo del tiempo. Pueden darse

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capacidades poco corrientes o especiales, habilidades intelectuales, en áreas


particulares como la música, el dibujo, la aritmética o el cálculo del
calendario. Sin embargo, resulta característico que tengan disminuidas las
habilidades verbales y sociales.

Etiología:

Aunque no se han determinado aún las causas del autismo, se han


desarrollado un gran número de teorías, con mayor o menor validez
explicativa, que desde los diferentes enfoques y modelos intentan
aproximarse a las raíces de este trastorno. Las teorías explicativas que
imperar hoy día sobre la etiología del autismo se pueden agrupar en dos
grandes áreas:

El primer grupo de hipótesis hace referencia a los factores genéticos


y cromosómicos y a las variables neurobiológicas.

El segundo grupo integra las hipótesis que enfatizan los aspectos


psicológicos, afectivos, cognitivos y sociales, que subyacen al
comportamiento autista.

Estos dos grupos de hipótesis explicativas no son incompatibles entre


sí.

Evaluación:

Además de la evaluación psiquiátrica y conductual habituales, la


valoración del trastorno autista incluye la exploración del lenguaje, la
cognición, las habilidades sociales y la conducta adaptativa.

El examen neurológico incluirá la consideración de una posible


enfermedad metabólica innata o una enfermedad degenerativa. La inclusión

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de una prueba de fenilcetonuria, parece de gran utilidad.

Pueden ser aconsejables un EEG para un posible trastorno


convulsivo y un análisis cromosómico, especialmente para el frágil X.
En determinadas circunstancias puede ser necesario un examen auditivo
en caso de posible sordera, así como otras exploraciones para otros déficits
sensoriales.

Pueden resultar útiles los test psicológicos ara el retraso mental, los
trastornos psicóticos juveniles y los trastornos evolutivos del lenguaje
expresivo y receptivo. Un valoración del entrono del hogar y del apoyo
emocional de la familia puede ser de gran valor en determinados casos. Es
importante evaluar un posible trastorno del estado de ánimo, especialmente
depresión mauro o distimia, o de ansiedad, crisis de angustia o quizás
trastorno obsesivo-compulsivo, que pueden aparecer de forma comórbida
con el trastorno autista.

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1.2.- TRASTORNOS PSICÓTICOS Y ESQUIZOFRENIA:

Evolutivamente el término esquizofrenia hace referencia a mente


dividida (mente escindida).

El manual diagnóstico DSM-IV propone una serie de criterios


diagnósticos para la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

Trataremos las características diagnósticas, los diferentes


subtipos, los síntomas y trastornos asociados y los síntomas dependientes
de la cultura, edad y sexo.

La esquizofrenia viene definida como una mezcla de signos y


síntomas peculiares tanto positivos como negativos que deben estar
presentes durante al menos un mes o bien menos tiempo si se ha habido
tratamiento, y con signos de trastorno que han seguido durante, al
menos 6 meses, aunque solamente se diagnostica esquizofrenia si hay
ideas delirantes o claras alucinaciones presentes, durante al menos 1 mes.

Todos estos signos deben estar asociados a una clara disfunción


laboral y social.

Los síntomas característicos de la esquizofrenia implican unas


disfunciones cognoscitivas y emocionales, tales como percepción,
pensamiento inferencial, lenguaje, comunicación, organización el
comportamiento, afectividad, fluidez y productividad el pensamiento y del
habla, la capacidad hedónica, la voluntad, la motivación y la atención.
Estos signos deben de venir acompañados por las ideas delirantes o las
alucinaciones, ya que por sí solos no conforman el trastorno
esquizofrénico. Además el diagnóstico implica que esta constelación de
signos y síntomas vengan acompañados de un deterioro social y laboral.

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MÓDULO 4: Intervención psicosocial en la discapacidad Psíquica. 27 

Los síntomas más característicos pueden agruparse en torno a


dos categorías (criterio A): los síntomas positivos que conllevan un
exceso o distorsión de las funciones normales, y los síntomas negativos que
implican la disminución y pérdida de funciones normales.

Dentro de los síntomas positivos podemos encontrar distorsiones del


pensamiento, como por ejemplo las ideas delirantes, distorsiones de la
percepción, como por ejemplo las alucinaciones, distorsiones del lenguaje,
como por ejemplo, el lenguaje desorganizado y distorsiones de la
organización del comportamiento, como el comportamiento desorganizado
y catatónico.

Las ideas delirantes, criterio A1, son creencias que habitualmente


implican una mala interpretación de la percepción o de las experiencias. Su
contenido puede incluir diversos temas, por ejemplo, de persecución,
religiosos o grandiosos, de autorreferencia o somáticos.

La distinción entre idea delirante e idea sostenida resulta difícil de


establecer y dependen del grado de convicción con la que se mantiene la
creencia. Las ideas delirantes se califican como extrañas, si son claramente
imposibles e incomprensibles y si no derivan de las experiencias
corrientes de la vida. Si las ideas son juzgadas como extrañas se satisface
el criterio A.

Las alucinaciones, criterio A2, ocurren en cualquier modalidad


sensorial, pero la más frecuente es la auditiva. Dichas alucinaciones deben
presentarse en un contexto de claridad sensorial, o bien las que se
presentan antes de conciliar el sueño, también llamadas hipnagógicas,
o bien al despertar, llamadas hipnopómpicas. Algunos tipos de
alucinaciones auditivas, por ejemplo, oír dos o más voces conversando
entre ellas en la cabeza del enfermo, se han considerado características de
la esquizofrenia.

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El pensamiento desorganizado, también llamado trastorno


formal del pensamiento, ha sido considerado por numerosos autores
como la característica más importante de definición de la esquizofrenia.

El lenguaje de las personas que padecen esquizofrenia puede tener


distintas formas de desorganización:

1.- El sujeto puede perder el hilo de la comunicación, saltando de un


tema a otro.

2.- Respuestas que no tienen relación con la pregunta formulada, o


bien esta relación sea oblicua.

3.- Lenguaje casi incomprensible.

Pero también puede ocurrir que en los distintos momentos de la


esquizofrenia, por ejemplo en el período prodrómico o residual, la
desorganización del pensamiento y del lenguaje sea menos grave.

El comportamiento desorganizado incluye varias formas que ven


desde las tonterías infantiloides hasta una agitación impredecible.

Dentro del criterio A4 encontramos también el comportamiento


catatónico que implica una importante disminución de la reactividad al
entorno, pero que tiene diversos grados; así podemos hablar de estupor
catatónico, cuando la falta de atención alcanza un grado extremo; rigidez
catatónica cuando el afectado mantiene una postura rígida resistiéndose a
ser movido; negativismo catatónico que consiste en ejercer una gran
resistencia a las órdenes y a los intentos de ser movido; y por último la
llamada agitación catatónica que consiste en una actividad motora excesiva
sin estímulo provocador.

Los síntomas negativos de la esquizofrenia (criterio A5) constituyen


una parte sustancial de la morbilidad asociada a la esquizofrenia. Tres son

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los síntomas negativos por excelencia: aplanamiento afectivo, alogia y


abulia. El aplanamiento afectivo es frecuente y puede definirse por la
inmovilidad y falta de respuesta en la expresión facial del sujeto, junto
con un contacto visual pobre y una reducción del lenguaje corporal.
Esto no implica que la persona no pueda sonreír o mostrarse cálida en
determinados momentos, a lo que nos estamos refiriendo es a que la
mayoría del tiempo esta persona mantiene su expresividad emocional
disminuida. Para poder determinar si una persona cumple este criterio o
no, podemos verla interactuar con otras personas. La alogia o pobreza del
habla puede venir provocada porque el sujeto tenga una disminución de
pensamientos, lo que provoca un descenso en la fluidez y productividad del
habla.

Sin embargo hay que tener cuidado de no confundir este criterio con
la falta de ganas del sujeto para hablar, por ello la observación debe ser
muy minuciosa. La abulia viene definida por una incapacidad para iniciar o
persistir en actividades dirigidas a un fin.

A pesar de todo esto los síntomas negativos pueden ser difíciles de


evaluar, porque ocurren en la normalidad de la vida de los pacientes, son
un poco inespecíficos y pueden deberse a otros factores, como por ejemplo
a efectos secundarios de la medicación, hipoestimulación ambiental o
pueden ser consecuencia directa de los síntomas positivos. Por ejemplo una
persona que piensa que le persiguen, no va a salir de la habitación, por lo
que puede estar en un aislamiento social. La distinción entre los síntomas
negativos reales y los debidos a la medicación dependen del juicio clínico,
del tipo de antipsicóticos proporcionado, de la dosis y de los efectos de la
actividad anticolinérgica. La mejor prueba para establecer la presencia de
síntomas negativos en el diagnóstico de la esquizofrenia es su persistencia
durante un periodo de tiempo considerable.

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Para diagnosticar de esquizofrenia, se requiere que al menos, dos de


los cinco ítems que estén presentes de forma simultánea durante como
mínimo 1 mes. Sin embargo, si hay ideas delirantes o extrañas o
alucinaciones que implican voces, entonces sólo se requiere éste último
ítem. En los niños, la evaluación de estos síntomas debe tener en cuenta la
presencia de otros trastornos o dificultades en el desarrollo. Por ejemplo, el
lenguaje desorganizado de un niño con un trastorno de comunicación no
debe ser necesario para diagnosticar de esquizofrenia, al menos, que la
desorganización supere a lo que sería esperable en dicho trastorno de
comunicación.

La esquizofrenia implica una disminución en una o más de las


principales áreas de actividad, ya sean, las relaciones interpersonales, el
trabajo, los estudios o bien el cuidado personal de uno mismo (criterio
B). El funcionamiento debe ser inferior al que se alcanzaría una vez que
empiezan a desarrollarse los síntomas. Si la alteración comienza ya desde
la adolescencia o infancia, más que un deterioro de la actividad, lo que
se produciría es un fracaso en la consecución de lo que sería esperable
por el sujeto; por ejemplo, el sujeto sería incapaz de terminar la
escolaridad.

El diagnóstico de un subtipo, se basa en los síntomas que se observan


en la evaluación del cuadro clínico, pero éstos pueden cambiar con el
tiempo. Los distintos subtipos de esquizofrenia, según recoge el DSM-
IV-TR son:

Esquizofrenia tipo paranoide

Lo más importante de este caso es la presencia de delirios más o


menos sistematizados. Estas ideas, sistemas, percepciones y ocurrencias
delirantes pueden ser de distintos tipos:

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- De tipo persecutorio.
- De tipo grandioso: presencia de capacidades extrañas como por
ejemplo creerse capaz de predecir el futuro, ideas geniales,
descubrimiento de cosas extraordinarias,…
- De tipo somático: ideas delirantes acerca del cuerpo, como que
el corazón ya no late, que tiene los intestinos vacíos,…
- De tipo religioso-místico: el paciente se cree ser hijo de Dios, ser
Dios mismo,…
- De tipo sexual: ideas delirantes de naturaleza sexual, como por
ejemplo, que todos saben su sexualidad, violaciones permanentes,
cambio de órganos sexuales,…
- De tipo nihilista: cree que el mundo es una farsa, se sabe
muerto,…

Estas ideas delirantes se acompañan normalmente de


pseudoalucinaciones auditivas. Todos los síntomas son frecuentemente
auditivos con poca tendencia a síntomas negativos.

Generalmente tiene un comienzo más tardío (20-25 años), y por lo


tanto con una personalidad más madura que durante largo tiempo permite
que el delirio se mantenga, sea estable y cambie muy poco una vez
instalado. Síntomas: ansiedad, ira, retraimiento y tendencia a disentir. El
sujeto puede presentar aire de superioridad, condescendencia, falta de
naturalidad o vehemencia extrema.

Hay deterioro mínimo o no existente en pruebas de baterías


neuropsicológicas. Este subtipo tiene un mejor pronóstico, sobre todo en la
actividad laboral y en la vida independiente.

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Esquizofrenia de tipo desorganizado

Es un cuadro que comienza hacia los 14 - 16 años, por lo que la


personalidad del sujeto no está formada y el pronóstico es mucho peor. Es
una esquizofrenia francamente desorganizada, donde los rasgos, al
comienzo, recuerdan a la conocida “edad del pavo” en la adolescencia. Son
personas pueriles, con conducta deshinbidida, desajustados,
desubicados. Hay fuertes alteraciones de la volición con pérdida del
sentido de la vida. Los pacientes tienen alteraciones significativas del
curso del pensamiento, más que del contenido (como en el tipo paranoide).
La afectividad está fuertemente alterada, inapropiada, plana e incluso
autista, con poco contacto con las personas e incluso consigo mismo. Si
hay ideas delirantes o alucinaciones, éstas no están integradas en un tema
coherente. Son más predominantes los síntomas negativos. Existe deterioro
en el rendimiento en pruebas neuropsicológicas y test cognoscitivos. Este
subtipo se llamó anteriormente esquizofrenia hebefrénica (término acuñado
por Kraëpelim).

Esquizofrenia de tipo catatónico

Tiene un comienzo más tardío que la hebefrénica, y tiene un mejor


pronóstico. Estos pacientes oscilan entre la inhibición y la excitación,
incluso se puede cursar con un cuadro clínico más bien raro llamado
catatonia periódica (en el que se produce el síndrome catatónico de manera
periódica). Los signos del síndrome catatónico pueden ser:

- Estupor catatónico: inmovilidad absoluta del sujeto, no


obedece órdenes y está retraído e inmóvil. En esta situación
puede pasar horas o días, lo que constituye una situación de

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urgencia, por falta de alimentación y/o de ingestión de líquidos, o


bien por la retención urinaria y de las deposiciones, lo que
lleva a complicaciones médicas potencialmente mortales.
- Catalepsia: el sujeto se mantiene en una posición fija durante
ratos más o menos largos (varios minutos).
- Obediencia automática: el paciente obedece a todas las órdenes
del examinador.
- Conductas de eco o de imitación: como por ejemplo la ecolalia
donde el paciente repite todo lo que dice la otra persona, o
bien la ecopraxia, donde lo que se repite igual son los
movimientos realizados por la otra persona.
- Negativismo en la conducta: hay resistencia en cuanto a lo que
se le solicita al paciente que haga. Hay distintos tipos:
1-negativismo activo en el que el paciente hace lo inverso a lo que
se le pide;
2- negativismo pasivo que ocurre cuando el paciente se niega a
hacer lo que se le pide;
3- negativismo interno que ocurre cuando el paciente se niega a
sus propias funciones internas, como por ejemplo, se retienen las
heces o la orina o se niega a consumir alimentos.
- Estereotipias: que son distintas a los tics. Son movimientos
activamente ejecutados por el sujeto, monótonos y que no
corresponden a ningún motivo que se pueda entender para su
ejecución.
- Estereotipias del lenguaje: son palabras que se repiten en el
discurso del paciente, y sin ningún motivo, lo que ayuda a la
disgregación del pensamiento.
- Hiperkinesia psicomotora: es todo lo contrario del estupor.
Se produce una agitación psicomotora que puede comenzar

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lenta o bruscamente, con intensa intranquilidad, inquietud,


ausencia de reposo o descanso y varios días sin dormir.
Puede llegar a estados de agotamiento con riesgo vital del
paciente e incluso puede conducir a actos brutales que son muy
peligrosos para los familiares y su entorno. Hay posibilidad de
suicidio y automutilación.

Esquizofrenia de tipo indiferenciado

Es la esquizofrenia que no cumple los criterios anteriores, es decir,


no puede clasificarse dentro de la esquizofrenia paranoide, desorganizada
ni catatónica; y además presenta una mezcla mayor o menor de los distintos
tipos de esquizofrenia.

Esquizofrenia de tipo residual

Se produce cuando ha habido un episodio de esquizofrenia, pero en


el cuadro actual no hay manifestaciones de síntomas psicóticos positivos y
si los hay están atenuados. Hay presencia de síntomas negativos. Si hay
ideas delirantes, éstas no son muy fuertes.

Síntomas dependientes de la cultura, sexo, edad:

Hay que tener muy en cuenta las diferencias culturales a la hora


de diagnosticar la esquizofrenia, debido a que, por ejemplo, ideas
delirantes que pueden aparecer en una cultura, puede que en otras sean
corrientes. Por otra parte la evolución del lenguaje desorganizado puede
hacerse difícil debido a variaciones lingüísticas y expresivas de las distintas
culturas. Existen indicios en diversos estudios, en concreto los llevados a
cabo en Reino Unido y Estados Unidos, de que se tiende a

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sobrediagnosticar esquizofrenia en algunos grupos étnicos, como por


ejemplo en afroamericanos y asioamericanos. Se han encontrado además
diferencias culturales en la presentación, curso y evolución de la
esquizofrenia, así, por ejemplo, la esquizofrenia con comportamiento
catatónico se ha visto que es más frecuente en los países del este.

Por otra parte, también existen diferencias en cuanto a los síntomas


que ocurren dependiendo de la edad de comienzo de la enfermedad. La
esquizofrenia suele manifestarse en los últimos años de la 2ª década de la
vida y en la mitad de la cuarta. Excepcionalmente se han diagnosticado
casos de esquizofrenia en la infancia, con la consiguiente dificultad que
ello entraña, debido a que, por ejemplo, si el niño/a desarrolla ideas
delirantes o alucinaciones, éstas son menos elaboradas. El lenguaje
desorganizado que se presenta en los niños puede ser causa de otros
problemas infantiles y no tratarse específicamente de esquizofrenia.

Diversos resultados implican que la forma de manifestación de la


esquizofrenia en hombres y mujeres es distinta. Así, por ejemplo, la edad
de aparición más frecuente de la enfermedad en hombres se encuentra en el
intervalo de los 18 a los 25 años, mientras que en las mujeres está entre los
25 y los 45.

Los hombres tienden a expresar una sintomatología más afectiva con


ideas delirantes, paranoides y alucinaciones; mientras que las mujeres
tienden a expresar más una sintomatología negativa; sin embargo todo esto
tiende a atenuarse con la edad. Se ha demostrado una incidencia
ligeramente superior en hombres que en mujeres.

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2 INTERVENCIÓN EN EL CAMPO DE LAS


DISCAPACIDADES PSÍQUICAS:

2.1.- INTERVENCIÓN EN RETRASO MENTAL:

En las últimas dos décadas , el problema de la enfermedad mental en


sujetos con RM ha recibido una atención creciente por el reconocimiento
del derecho de los sujetos con RM a recibir los cuidados médicos
apropiados y por el principio de normalización, que apoya el que los sujetos
con RM vivan en la comunidad y utilicen sus recursos.

Para el tratamiento de los múltiples handicaps y complicaciones


asociadas con el retraso mental, resulta característico el tratamiento
multimodal, con una orientación evolutiva. Así, los programas de
rehabilitación a largo plazo suponen la intervención de un gran número de
especialistas y organismos trabajando en colaboración a lo largo del
tiempo.

A nivel psicológico aunque los tratamientos basados en el


pensamiento abstracto, pueden no resultar útiles, las intervenciones
psicoterapéuticas orientadas evolutivamente pueden resultar eficaces en el
manejo de crisis o en los objetivos psicosociales a largo plazo.

En determinados pacientes adolescentes o adultos con un retraso


mental leve, la psicoterapia individual puede utilizarse para promover la
diferenciación de uno mismo y de otro, la autoestima, la formación de la
identidad, el desarrollo interpersonal, el control emocional y conductual.

La modificación de la conducta resulta útil para el tratamiento de la


agresión, el desafío, la hiperactividad, las estereotipias, las autolesiones, la
pica y el comportamiento asocial.

En algunos casos puede enseñarse el entrenamiento del control de

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esfínteres, a vestirse y acicalarse, y las habilidades para comer.

La psicoterapia de grupo, ha sido más utilizada que la individual, ya


que es especialmente útil para los adolescentes y adultos jóvenes que
necesitan el apoyo de sus compañeros para poder separarse de sus
familias, y además pueden utilizarlos como modelos de rol.

El entrenamiento educativo y evolutivo para aumentar las


habilidades del lenguaje y del habla, motoras, cognitivas, ocupacionales,
así como sociales, recreativas, sexuales y adaptativas, se llevan a cabo por
profesionales especializados. El individuo puede entrenarse para iniciar
simplificaciones de tareas, pedir clarificaciones de comunicación, y realizar
mejoras ambientales. La educación y asesoramiento de los padres, así como
el apoyo a la familia son una norma.

El componente psiquiátrico incluye a los fármacos psicotropos que


funcionan y deben utilizarse del mismo modo que si la inteligencia del
paciente es normal. En el RM deben ser usados dentro del contexto de
un programa global y no como tratamiento único.

Dependiendo del trastorno psiquiátrico concomitante pueden


prescribirse antipsicóticos, antidepresivos, sales de litio o ansiolíticos.

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2 .2.- INTERVENCIÓN EN AUTISMO:

Actualmente el tratamiento riguroso multimodal resulta útil, y a


veces produce efectos espectaculares. Los objetivos del tratamiento son
mejorar las conductas sociales y disminuir las conductas extrañas, también
ayudar al desarrollo de la comunicación verbal y no verbal.

La terapia conductual puede resultar muy importante para controlar


los síntomas no deseados, promover las interacciones sociales, incrementar
la autoconfianza y facilitar la exploración, la conducta de búsqueda de lo
nuevo. Resultan básicos la educación especial, el entrenamiento
vocacional, la enseñanza de las habilidades adaptativas, y la ayuda en el
manejo de acontecimientos importantes de la vida.

La medicación psicotrópica puede utilizarse para el tratamiento de


los trastornos psiquiátricos concurrentes, para el manejo de las crisis
epilépticas o controlar los síntomas conductuales, aunque los riesgos de la
sobremedicación requieren atención continua. Los neurolépticos no
sedantes a dosis bajas pueden resultar útiles para facilitar el aprendizaje,
controlar los síntomas conductuales, reducir los niveles excesivos de
actividad y realzar el efecto de la terapia de conducta.

La medicación psicoestimulante puede resultar útil para los niños


hiperactivos o los que presentan un TDAH concurrente. La medicación más
ampliamente recetada para los niños autistas es Ritalin, un estimulante que
se usa para tratar los déficit de atención/hiperactividad.

La medicación anticonvulsiva puede ser útil en muchos de estos


pacientes, que a menudo presentan crisis clínicas o subclínicas. Los agentes
betabloqueantes y la clonidina también pueden ser útiles para manejar
síntomas de impulsividad y agresión. La naltrexsona, un agente bloqueador
de los receptores opiáceos, puede ser útil para mejorar el afecto, promover
la reciprocidad social y reducir las conductas motoras estereotipadas y

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autolesivas. Según datos preliminares, la fluoxetina puede resultar útil para


mejorar los síntomas obsesivos y depresivos en pacientes autistas.

Las terapias de apoyo a los padres son básicas, ya que a veces hacen
del niño crónicamente afligido el centro emocional de sus vidas. Aunque
esta atención pueda tener algunos efectos beneficiosos para el niño,
normalmente es conducida por una culpa injustificada, un pesimismo
irreal. Los padres pueden contribuir en el aprendizaje del niño, su
autosuficiencia y las habilidades adaptativas, en la disposición de la
educación especial y el trato con escuelas y otras entidades públicas, y
también en la realización de la planificación a largo plazo del futuro del
niño. Se requiere un seguimiento a largo plazo.

Resulta necesaria una reevaluación periódica para observar la posible


aparición de crisis o trastornos psiquiátricos concomitantes, incluyendo
trastornos afectivos y trastornos de ansiedad, que pueden estar
enmascarados por el trastorno autista.

A través de los años, las familias han probado varias clases de


tratamientos tradicionales para reducir la conducta autista e incrementar la
apropiada. De los tratamientos que han recibido más poyo empírico son:

- El uso de vitamina B6, con complementos de magnesio, que se


ha demostrado que aumenta el bienestar general, el conocimiento,
y la concentración en aproximadamente el 45% de los niños
autistas.
- Un suplemento alimenticio, la dimetilglicina (DMG), pues
personas con autismo tienen en su tracto intestinal cantidades
excesivas de una clase de una levadura llamada Candida albicans.

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Como resultado de ello, la levadura crece rápidamente y contamina


la sangre con toxinas, y estas toxinas pueden influir en el funcionamiento
del cerebro. Las muestras de defecación se pueden analizar por la presencia
de Candida albicans y un nivel excesivo de Candida albicans se puede
tratar con un medicamento suave como nistatina.

- Debido a que últimamente se han detectado la presencia de


péptidos anormales en la orina de individuos autistas, que se
atribuyen a la incapacidad del cuerpo de descomponer ciertas
proteínas en los aminoácidos, estas proteínas son el gluten,
presente en el trigo, cebada y avena, y la caseína, encontrada en
la leche humana y de vaca. Muchos padres han eliminado estas
sustancias de las dietas de sus niños y, en muchos casos, han
observado cambios positivos de salud y conducta.

En contraste con lo que ocurría hace 20 años, cuando muchos


individuos autistas eran institucionalizados, existen hoy día diversos
arreglos flexibles para acomodar a estas personas. Por lo general, sólo los
individuos más severamente afectados viven en instituciones, pero otros
viven en casa con sus padres, otros viven en instalaciones residenciales,
algunos viven de forma semi- independiente, casa de asistencia, y algunos
viven independientemente. Hay adultos autistas que se gradúan en la
universidad y reciben títulos académicos avanzados, y algunos desarrollan
relaciones con adultos y a veces se casan. En el ambiente del trabajo
muchos autistas pueden ser trabajadores muy concienzudos y dignos de
confianza.

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2 .3.- INTERVENCIÓN EN TRASTORNOS PSICÓTICOS:

Tratamientos biológicos:

El primer paso en el tratamiento farmacológico de la enfermedad es


el de efectuar un diagnóstico correcto. El segundo paso es establecer
un precoz y adecuado esquema terapéutico psicofarmacológico con
una triple finalidad:

1.- Controlar la sintomatología y normalizar la situación.

2.- Minimizar en lo posible el deterioro que pueda aparecer.

3.- Evitar nuevas reagudizaciones.

El control de la enfermedad esquizofrénica con los actuales


tratamientos ha mejorado de una forma notoria, pero se sigue
desconociendo el porqué de ello y también desconocemos cuáles son
sus causas, sin embargo, se ha avanzado en saber lo que no es, y en un
futuro no muy lejano se piensa que se podrá tratar aun de una forma más
efectiva.

En la enfermedad esquizofrénica hay que diferenciar dos momentos


evolutivos distintos, los cuales tienen distintas implicaciones terapéuticas:

- FASE AGUDA:

Ya sea porque se trata de un primer episodio como porque se


produzca una exacerbación de la enfermedad ya existente, es aconsejable
tratarla en un medio hospitalario, ya que ello permite un adecuado
control del paciente, de la toma de medicación por parte de éste, del control
de los efectos secundarios que puedan aparecer, y, asimismo, porque
también supone una protección frente a conductas desadaptativas.

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- FASE DE REMISIÓN:

Una vez que el cuadro se ha estabilizado nos encontramos que en


unos casos habrá una remisión completa cuando se dé un período libre de
síntomas de al menos dos años de duración. En otros casos los pacientes
presentan síntomas deficitarios. Según su número y su intensidad diremos
que el paciente presenta déficits sociales y conductuales moderados o
graves.

El tratamiento consistirá en el control médico periódico con un


ajuste de las dosis de psicofármacos así como la inclusión en programas
psicoterapéuticos específicos.

Entre los tratamientos biológicos se aplican:

1.- Tratamientos psicofarmacológicos:

a.- Neurolépticos:

Constituyen la esencia del tratamiento de la esquizofrenia. No se


trata de medicamentos específicos para una enfermedad, sino que son
fármacos que actúan sobre los síntomas de la enfermedad.

b.- Benzodiacepinas:

Se utilizan para controlar la ansiedad y los problemas para dormir. c.-


Antidepresivos:

Suelen utilizarse en el tratamiento de posibles depresiones que


pueden aparecer en el transcurso de la enfermedad.

d.- Anticolinérgicos:

2.- Tratamientos electroconvulsivo.

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Psicoterapias y terapias sociales:

Se han utilizado formas de terapia individual, de grupo, de


terapia familiar intensiva, así como diversas formas de la terapia del
comportamiento. Los resultados obtenidos, pueden aportar beneficios una
vez superada la fase aguda y siempre que se adecuen a la realidad del
paciente.

Algunas de las técnicas de tratamiento más utilizadas son:

1.- Técnicas de rehabilitación cognitiva:

Trata de dotar a las personas de las habilidades físicas, intelectuales


y emocionales necesarias para vivir, aprender y trabajar en la comunidad
con los mayores apoyos de servicios y profesionales posibles.

Una vez detectados los déficits: atención, memoria y percepción, se


podrá introducir un plan de rehabilitación razonado dentro de los tres
niveles típicos que se suele considerar dentro de la rehabilitación:

a.- Rehabilitar o recuperar la función deteriorada.

b.- Sustituir la función alterada por otra conservada. c.- Compensarla


con otras estrategias.

2.- Entrenamiento en habilidades sociales (EHS): Su estrategia consiste


en entrenar a los pacientes en respuestas tales como el contacto ocular, el
volumen de la voz, el entrenamiento de gestos, la expresión de
sentimientos,...

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