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Interventoría y supervisión como herramienta fundamental en la gestión del riesgo

en la construcción.
Autor: Fabio Augusto García Londoño, Ingeniero Civil Universidad del Quindío.

Resumen: El riesgo en la construcción, analizado como el producto de amenaza y vulnerabilidad, asumiendo la


amenaza como una constante, referente a los eventos naturales que siempre van a estar presentes, nos deja como
única variable la vulnerabilidad de las edificaciones, lo que conlleva a que un correcto desarrollo de un proyecto,
desde su diseño hasta ejecución, disminuya en forma significativa la vulnerabilidad de este. Es por ello que la
herramienta de la interventoría y supervisión que data desde los 500 a.c. debe ser aprovechada en su mayor
expresión, que se debe realizar un esfuerzo en conjunto con la academia y el sector gubernamental para generar el
reforzamiento estructural que requieren estos temas actualmente.

Palabras clave: construcción, gestión del riesgo, interventoría, supervisión.

Introducción: Riesgos, vulnerabilidad y amenazas en edificaciones. Panorama internacional,


nacional y local.
¿Qué está pasando en el mundo actualmente?, por qué la cantidad de sismos, variación de temperaturas,
aumento en velocidades del viento, y todas aquellas amenazas que ponen en peligro, no solo las
edificaciones si no la cantidad de vidas humanas, son muchos de los interrogantes que hoy en día rondan
no solo por medios de comunicación, si no en grandes grupos científicos en búsqueda de posibles
soluciones.
Entendiendo el riesgo, como la combinación entre la amenaza y la vulnerabilidad, y a su vez, amenaza
como todos aquellos fenómenos mencionados anteriormente, que puedan poner en riesgo la integridad
humana y material, y la vulnerabilidad, como la caracterización del ser humano o de una edificación, que
la hace susceptible a los efectos nocivos de una amenaza. Podemos definir entonces, que la gestión del
riesgo en edificaciones, son todos los esfuerzos que se puedan generar, en la disminución de la
vulnerabilidad, ya que la amenaza como tal existe y seguirá existiendo, para dar casos concretos
sísmicamente hablando tenemos que, de acuerdo al IRIS (Incorporated Research Institutions for
Seismology), institución encargada de la investigación en sismología a nivel mundial, presenta que desde
el día 30 de marzo al 2 de abril del 2019 se han presentado más de 100 sismos con magnitudes mayores
a los 4 grados en la escala Ritcher, con picos hasta de 6.5 grados en las Islas Rata en el océano pacifico,
mostrando un aumento en sismicidad en la zona del cinturón de fuego con sismos de altos grados en
Perú, México, Panama y Chile. Y en Colombia de acuerdo a los datos del servicio geológico colombiano
podemos concluir que, en las mismas fechas planteadas, se han presentado un total de 7 sismos con
magnitudes de más de 4 grados, principalmente en la costa que compartimos con Ecuador y en Santander.
Conociendo la importancia de analizar las amenazas para poder disminuir la vulnerabilidad, encontramos
los factores humanos en el momento de concebir un proyecto, desde su diseño hasta su construcción.
Pero desafortunadamente los casos a nivel internacional, nacional y local no son los más ejemplares.
Dentro de los más importantes tenemos el caso del terremoto de Ciudad de México en el 2017, que dejo
un total de 369 muertos en todo el país y algunos datos críticos, como un total de 978 colegios en mal
estado, dentro de las causas de colapso: encontraron cantidades de edificaciones que tenían orden de
demolición después del terremoto de 1985 y que no fueron ejecutadas y como era de esperarse colapsaron
en el 2017. Otro de los casos internacionales cercanos, que es bueno tener en cuenta, es la cantidad de
edificaciones informales en Lima, que según la cámara peruana llega al 70%, y esta, no es solo la
preocupación, según la misma cámara plantea que solo el 30% de las edificaciones formales son
fiscalizadas o supervisadas en el desarrollo de la construcción, de allí bien, los resultados del terremoto
en Lima del 2017.
Dentro del panorama nacional expongo algunos de los casos con mayor relevancia, el colapso de las
torres space, donde la suma de factores (diseño, materiales, ejecución, entre otros) dejaron como
resultado fatal el fin de un excelente proyecto, y generan un gran eco en nuestros vacíos legales que de
allí nace la ley de viviendas seguras, otro gran contra ejemplo fue el colapso del puente Chirajara, donde
queda frustrado un enorme proyecto vial, estos dos casos llegaron al punto de no retorno terminando en
colapso, pero que pasara con las 2363 viviendas que según la entidad de gestión del riesgo distrital se
encuentran el riesgo estructural y 378 de ellas clasificadas como amenaza de ruina?, ¿Será que el día de
un gran evento sísmico en la capital colombiana no cobrará factura sobre la mala calidad en que se
encuentran estas edificaciones?
La importancia de la disminución de vulnerabilidad en edificación está por nuestra cuenta, y es una
responsabilidad desde la propia concepcion del proyecto, la implantación correcta, diseños hechos con
calidad, con profesionalismo, y una construcción de alta calidad con parámetros técnicos suficientes para
el correcto desempeño de estas edificaciones.
Aun así, la importancia de un acompañamiento profesional en todo el proceso, como mediador entre los
contratistas y contratantes es más que vital para el éxito del proyecto, una mirada desde otra perspectiva
que abone al desarrollo del proyecto mejoraría sustancialmente el resultado final, y es allí donde nace la
necesidad de la interventoria y la supervision.

Historia de la interventoría
La interventoría o supervisión de obra ha sido un instinto más, de nosotros como seres humanos, la
búsqueda del buen desarrollo de los procesos, la optimización de materiales y el éxito en las tareas es
una práctica que tiene sus primeros registros en el 500 a.c. en Mesopotamia, por medio del quantity
surveying, donde su función principal era el control de inundaciones. El siguiente registro que
encontramos está en el Imperio romano por medio de los curatores viarum encargados de la supervisión
de construcción de vías en el siglo V en la edad media. Desde la época encontramos una gran cantidad
de términos que hacen referencia a diferentes actividades de interventoría y supervisión en diferentes
partes del mundo, por ejemplo: Francia: inspecteur de trauqux encargados en la supervisión del avance
de la obra, Europa en general: los arquitectos técnicos y en el mundo anglosajón: quantity surveying y
los quantity surveyor con funciones similares.
Acercándonos geográficamente un poco más a Colombia encontramos como ejemplo Brasil en su
búsqueda de legalizar la función de los fiscales de obra, decretan la Ley No. 8666 de 1993 que tienen
como función principal de dichos fiscales la verificación y la supervisión desde el aspecto técnico en
materiales y procesos.
Aquí conviene detenerse un momento a fin de exponer un corto resumen de la historia en Colombia de
la interventoría. La primera vez que se utiliza la palabra interventor en Colombia, data del año 1849 en
la Gaceta oficial No. 1077 del 14 de octubre: “interventor de las bodegas del puerto de los cachos…
desempeño de las funciones”, a continuación, pasamos al año 1874 en la Ley 41 que define las funciones
del interventor del ferrocarril de Bolívar: Visitas, diligenciar la bitácora, dirección del espacio y
presentación de informes. En 1889 hay un cambio de termino cuando se refieren puntualmente a obras
públicas, y queda plasmado en el decreto 188 donde definen que la suprema vigilancia de las obras
publicas la realiza el Inspector General. En 1906 y 1923 se realizaron diferentes contratos en cuanto a
construcción de vías férreas, continua la utilización de términos como interventor e inspector. En el año
1925 se lleva a cabo el primer contrato de interventoría donde asignan toda la responsabilidad técnica y
control sobre todos los detalles de ingeniería de los planos y de las obras.
La inclusión de la interventoría hasta 1925 como se pudo observar fue de manera improvisada sin muchos
argumentos teóricos, siempre en búsqueda del mejoramiento de los procesos, pero sin argumentación,
para el año 1951 en el diario oficial No. 27643 se publica el documento “organización de interventores
en las obras adelantadas por el ministerio de obras públicas”, además se publica el primer manual de
interventoría por Eric Bondesen. El siguiente cambio importante sobre el tema llego en el año 1976 en
el decreto 150, donde clasifican el contrato de interventoría como contrato de obras públicas y en su
artículo 71 generan el concurso de méritos para la obtención del contrato. El decreto 222 de 1983
dictamina que la experiencia mínima para el ejercicio de la interventoría es de 3 años y especifica que
las profesiones a fines para dicho ejercicio son de ingeniería y arquitectura.
Otro de los aspectos que aún no se tenía establecido correspondían a los honorarios para los trabajos de
interventoría los cuales son reglamentados en el decreto 2090 de 1989, de allí adelante entidades como
la superintendencia de industria y comercio, la norma sismo resistente, la asociación de ingeniería
sísmica, entre otras, definen la interventoría y supervisión, de maneras singulares para cada una de las
entidades, pero con un solo fin y se puede resumir en: Acción de controlar, disponer, examinar, mediar,
interceder, inspeccionar, autorizar, interponer, tomar parte entre quien ejecuta la acción y el dueño o
propietario de lo ejecutado, por lo que se podría decir que si bien debe poseer conocimientos específicos
sobre el proyecto y la técnica, debe servir como intermediario, conciliador, enlace mediador o rotula
entre dos o más partes.

La interventoría:
Partiendo de la definición entendemos entonces que la interventoria es el vínculo profesional y técnico
entre los contratistas y el contratante, que hoy en día en la gran mayoría de casos es solo un contrato más
de requisito para la elaboración de un proyecto, desde su diseño, hasta su construcción, es solo una figura
para aprobar adicionales de obra, y dar plazos a las entregas finales. Su función está más que demarcada
por un sistema lleno de investigaciones por doquier en las obras estatales, y un monumento a los elefantes
blancos en nuestro país. Con una desfiguración completa del real propósito de la interventoría y la
supervisión.
Cuando se observan y analizan los pliegos de condiciones de cualquier contrato de interventoría o
supervisión, quedan varios vacíos, en cuanto a las exigencias que se realizan para la obtención del mismo,
vacíos en cuanto a conocimientos exigidos y hasta la misma experiencia de quien ejecuta las
interventorías, que difiere a la experiencia de la empresa de interventoría, una cosa es quien gana y otra
quien ejecuta.
Teniendo en cuenta las situaciones anteriores, estamos tardíos de realizar un “reforzamiento estructural”
a los conceptos de interventoría desde el punto de vista de cumplimiento de labores, un trabajo de ética
que solo el MEN (Ministerio de educación nacional) tiene la responsabilidad, desde la misma infancia,
un refuerzo de valores, que tanto se han perdido. Pero no solo es la ética el problema, la base de una
buena interventoría son los conocimientos los cuales son la base de este reforzamiento, se requiere una
mejor educación en el campo de interventoría y supervisión, profesionales expertos en estos temas
capaces de poner en funcionamiento esta herramienta para el correcto desarrollo de todos los procesos.

El esfuerzo de la academia:

La herramienta de cada uno de los profesionales para el buen manejo técnico de un proceso de
interventoria es la preparación y profundización en cada una de las áreas, cuando analizamos el tema de
especializaciones en interventoria para arquitectos e ingenieros en el pais sólo existen 5
especializaciones: una en Medellín, tres en Santanderes y una en Cúcuta, que para un total de 16.169
arquitectos e ingenieros en el país en los últimos cinco años, según el observatorio laboral para la
educación (OLE), es un número muy bajo de esta modalidad de postgrados, pero más preocupación queda
cuando nos damos cuenta que no existe ninguna Maestría y menos Doctorado en el campo de la
interventoria en colombia, entonces queda la gran inquietud: ¿cómo se están preparando nuestros
interventores?, y si no adelantamos investigación desde los postgrados enfocados a estas áreas como
avanzaremos en el conocimiento.
Como podemos observar, la preparación para nuestros interventores no es la más especializada, y de
acuerdo a lo planteado durante todo el artículo, el objetivo principal es la disminución de la
vulnerabilidad de las edificaciones por medio de la herramienta de la interventoría, es por ellos que
invitamos a la academia a hacer parte de este proceso de ustedes depende también la disminución del
riesgo.

El esfuerzo gubernamental:

El sistema nacional de gestión del riego de desastres (SNGRD) a nivel nacional realiza un esfuerzo en
conjunto con los entes departamentales, servicio geológico colombiano, la asociación de ingeniería
sísmica, cruz roja, y un sin número de entidades, que han demostrado un gran avance en los temas de
gestión del riesgo, temas que se confirmaron en el 1 Foro internacional de redes sismológicas, amenaza
sísmica y gestión del riesgo de desastres, con una participación de más de 20 países de américa, y, el
primer encuentro nacional en riesgo sismo, dos eventos realizados en la ciudad de Armenia entre octubre
del 2018 y enero del 2019 en conmemoración a los 20 años del terremoto del eje cafetero. Donde
planteaban una es estrategia general, apuntándole a tres pilares de conocimiento en cuanto al proceso de
conocimiento de los riesgos, procesos de reducción del riesgo y procesos de manejo de desastres.

Una cantidad de herramientas en el plan de gestión del riesgo, estrategias de respuesta, planes de
recuperación, todos amarrados al plan de desarrollo y todo en conjunto con el fin de ofrecer seguridad y
bienestar a la población mejorando la calidad de vida.

Además, se reitera en la importancia del correcto desarrollo todos los procesos de un proyecto, desde sus
diseños, donde toda la responsabilidad la tienen las curadurías urbanas y oficinas de planeación, en su
revisión y exigencias de todas las leyes y decretos, hasta su ejecución, cuya responsabilidad del correcto
desarrollo recae en la interventoría contratada por los entes estatales, como rotula entre los contratistas y
el gobierno.
Conclusiones y recomendaciones:

Como resultado del análisis de los diferentes factores que forman parte de la interventoría y supervisión
como herramienta para la gestión del riesgo se puede concluir que:

- El riesgo = vulnerabilidad x amenaza, donde la amenaza es una constante, y se convierte en


nuestro deber, disminuir la vulnerabilidad, que está en nuestras manos, utilizar todas las
herramientas que tenemos hoy en día, leyes, decretos, avances científicos, herramientas
gubernamentales, etc.
- Teniendo la interventoría como herramienta para la disminución de la vulnerabilidad de
edificaciones, desde los diseños (revisiones externas), hasta la construcción en los gigantes
contratos de interventoría, esta, está siendo sub utilizada, el seguimiento y control a los procesos
y la búsqueda de una excelente calidad, no es su objetivo, está completamente distorsionada la
función del interventor y supervisor que hacen que muchos de los grandes proyectos patrocinados
por los mismos colombianos no tengan un final exitoso.
- Se debe mejorar en el nivel de exigencia de conocimiento y experiencia de los interventores,
definir de una manera detallada quien realmente será quien ejecute la acción de supervisar y
controlar los procesos, se debe requerir una profundización en el estudio de la interventoría y
supervisión por medio de postgrados, donde la academia debe realizar un esfuerzo en el tema.
- A pesar del gran esfuerzo del sector gubernamental se deben mejorar los controles a los entes de
control, como curadurías, oficinas de control físico y todos aquellos encargados del control en el
desarrollo de proyectos, recalcando con esto la importancia de la diminución de la vulnerabilidad.

Bibliografía

Antonio, R. M. C. (2014). Historia de la Interventoría en Colombia: Elementos de su Evolución.

Silva, N. J. (2014). Método integral de evaluación del riesgo sísmico del patrimonio arquitectónico menor.
Apuntes. Revista de estudios sobre patrimonio cultural, 27(1).

Departamento del Quindío, Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres. Quindío-Colombia
(2017).

Ministerio de educación nacional, plataforma observatorio laboral para la educación. Consulta realizada el 2 de
abril de 2019.

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