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Análisis crítico sobre la comprensión que el Tribunal Constitucional tiene de las leyes penales
en blanco, a partir de las sentencias donde se pronuncia respecto de requerimientos de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad del artículo 299, número 3, del Código de Justicia
Militar.
B) DEPARTAMENTO
De acuerdo con el §1, “Reglas generales sobre Memorias de Prueba”, de la resolución N°725
del 09 de diciembre de 2015, que “Aprueba Instructivo sobre Memoria de Prueba y Talleres de
Memoria”, la futura memoria que en este proyecto se inscribe, adoptará la forma y
metodología de una “Investigación”. Es decir, mediante la recolección de datos empíricos,
principalmente jurisprudenciales, se examinará críticamente la concepción que el Tribunal
Constitucional – en su aplicación al art. 299 N°3 del Código de Justicia Militar – tiene de las
leyes penales
1 En adelante, la referencia a la “Jurisprudencia” del Tribunal Constitucional (o del TC), equivaldrá a hablar de
las siguientes sentencias: STC 24, STC 468, STC 559, STC 781, STC 1011 y STC 2773. Además, se estará muy
atento al requerimiento de inaplicabilidad presentado por Francheska Nicole Valenzuela López, el 14 de septiembre
de 2018, respecto del artículo 299, N°3, del Código de Justicia Militar, sobre incumplimiento de deberes militares
(Rol de ingreso: 5304-18).
2 El artículo 299 N°3 del Código de Justicia Militar dispone que: “Será castigado con presidio militar menor en
cualquiera de sus grados o con la pérdida del estado militar, el militar: …3° El que sin incurrir en desobediencia o
en el delito previsto en el artículo 294, deje de cumplir sus deberes militares”
3 Artículo 431 CJM: “El Presidente de la República dictará en cada Institución los reglamentos
correspondientes sobre los deberes militares, las faltas de disciplina, las reglas del servicio y demás necesarios
para el régimen militar.
En ellos se señalarán las autoridades a quienes corresponde el derecho de sancionar las faltas de disciplina,
atendidas a las categorías del hechor y a la mayor o menor gravedad de las infracciones.
Las penas disciplinarias que podrán imponer serán:
Amonestación, reprensión y arresto militar hasta por dos meses respecto de todo militar; suspensión del
empleo, retiro, disponibilidad, calificación y separación del servicio, tratándose de oficiales; y rebaja en el grado,
deposición del empleo y licenciamiento del servicio, tratándose de individuos de
tropa o de tripulación.
13°, STC 781]), a acoger parcialmente un requerimiento de inaplicabilidad, donde ni siquiera
“[veía] vinculación entre la ley penal remisora, esto es, el número 3° del artículo 299 del Código
de Justicia Militar, y las normas inferiores complementarias…” (c. 16°, STC 1011).
Podrán también imponerse a los suboficiales, cabos y soldados otros castigos disciplinarios menores, como
servicios extraordinarios o especiales, presentaciones y otros, en los cuales no se rebaje la dignidad de los
suboficiales ni se comprometa la salud de los infractores”.
d.3) Marco teórico
El problema de investigación expuesto – que en lo medular se identifica con la cuestión de las
leyes penales en blanco 4 – puede llegar a comprometer la utilización de herramientas
pertenecientes a las más diversas disciplinas, no sólo jurídicas ni jurídico-penales.
Evidentemente, este trabajo prescindirá de la mayoría de aquellas. En este apartado se dará
cuenta de aquellas disciplinas con las que es posible: (i) explicar coherentemente el problema
de investigación expuesto, y (ii) obtener herramientas que permitan cumplir el objetivo de
investigación que se expondrá. Estas disciplinas son fundamentalmente dos: el Derecho Penal
y el Derecho Constitucional.
Ante todo, las leyes penales en blanco constituyen una circunstancia propia del derecho
penal, de técnica legislativa de formulación de enunciados penales. Originalmente, el problema
fue advertido – y el concepto acuñado – “[por] un hallazgo de BINDING, que este encontró con
ocasión de sus investigaciones sobre la estructura de la ley penal en general”5. Otro tanto hizo
MEZGER6 al sistematizar por primera vez el concepto mediante una clasificación que, además
de seguir plenamente vigente, constituirá un punto de partida para esta memoria (leyes
penales en blanco propias e impropias).
El Derecho Constitucional, por su parte, es una disciplina que indudablemente tiene
mucho que aportar al desarrollo de esta investigación. Por un lado, porque lo que se analiza
no es la ley penal en blanco in abstracto, sino que la ley penal en blanco bajo la concepción
que el TC tiene de ella, y que a través de su Jurisprudencia es posible advertir. Por otro lado,
porque la mayoría de la Jurisprudencia analizada es tributaria de una forma de controlar la
constitucionalidad de una norma, que no ha estado exenta de críticas sobre su diseño
procedimental. De hecho, en el proceso de desarrollo de esta memoria, una de las aristas
críticas que se pretende explorar dice relación con un aspecto netamente orgánico-
constitucional; esto es, si la actuación del TC, en las sentencias posteriores a STC 24, respetó
la competencia que, tanto la Constitución (art. 93 N°6) como su propia Ley Orgánica (art. 84
N°4), le otorgan.
Pero aun cuando el problema de investigación no tuviese nada que ver con lo que el
Tribunal Constitucional ha resuelto al respecto, el rendimiento que proporciona las
herramientas del Derecho Constitucional no podría, bajo ninguna circunstancia, ser soslayado:
a fin de cuentas, tanto como se discute sobre la estructura de la ley penal en blanco, también
4 En adelante, la expresión “ley(es) – o norma(s) – penal(es) en blanco” hará referencia exclusiva a las leyes
7 La memoria aquí proyectada, partirá de la base que, cumpliéndose ciertos requisitos, el TC adhiere a la
constitucionalidad en abstracto de las leyes penales en blanco. Vid. apartado siguiente y, sobre todo, nota al pie
N°10.
8 Cfr. María Magdalena Ossandón Widow, “Leyes penales en blanco”, en La formulación de tipos penales.
Valoración crítica de los Instrumentos de Técnica Legislativa (Santiago: Editorial Jurídica, 2011), 161–228.
penal en blanco, tiene el Tribunal Constitucional. Naturalmente, aquella aserción – el encuadre
en un análisis crítico – constituye sólo el marco del objetivo.
Atendida la naturaleza de este documento, es probable (quizás esperable) que el objetivo
de investigación sea modificado conforme crezca la información recabada, así como el dominio
de los conocimientos expuestos en el marco teórico. De hecho, lo propio se puede decir del
marco teórico: es quizás deseable que en el transcurso de esta investigación se llegue a la
convicción de que resulta necesario incluir – no forzadamente – disciplinas extrajurídicas, que
permitan dar una más eficaz respuesta, sea del problema de investigación expuesto, sea del
problema in abstracto que plantean las leyes en blanco9.
No obstante – y, atendido el estado actual de la información y conocimientos de este
memorista –, considero que, una vez analizada críticamente la Jurisprudencia del TC,
contrastadas sus diversas aseveraciones con nuestro marco legal, y también con la literatura
existente sobre ellas, será plausible responder las preguntas que a continuación se enuncian.
Sobre estas preguntas habrá de notarse dos cosas: primero, que todas parten de la base de
que nuestro Tribunal Constitucional admite, aunque con diversos matices, la constitucionalidad
de las leyes en blanco propias10; segundo, que las preguntas que en el párrafo siguiente se
formulan, pretenden, todas, respuestas “descriptivas”. Esto se explica porque constituyen una
antesala de las preguntas reflexivas que se formularán en el párrafo subsiguiente.
Las preguntas descriptivas son:
1) ¿Qué ha entendido el Tribunal Constitucional por ley penal en blanco propia? ¿Ha
cambiado su concepción desde STC 24?
2) ¿Qué ha entendido por “núcleo central” de la conducta punible? ¿Qué diferencias se
advierte entre el núcleo central del artículo 1° del proyecto que sanciona el tráfico ilícito
9 Así por ejemplo: Juan Pablo Montiel Fernández, “Estructuras analíticas del principio de legalidad”, Indret:
nuestro TC desde su más tierna creación, por la Constitución Política de 1980. Así: párrs. 12 y ss., c. 3° de la STC
24; c. 6° de la STC 468; c. 7° de la STC 559; c. 8° de la STC 781; c. 4° de la STC 1011; y c. 13° de la STC 2773.
Con todo, el tono con que declara esta permisibilidad en las últimas dos sentencias es, perceptiblemente, menos
vehemente que el utilizado en STC 781. Tanto en STC 1011 como en STC 2773, llega incluso a señalar que “serán
contrarias a la constitución las leyes penales en blanco propias y las leyes penales en blanco abiertas …”. Sin
embargo, esas aserciones, sin perjuicio ser detonantes inmediatas para abrir sendas preguntas de investigación,
no deben ser utilizadas como argumento para creer que el TC repudia la formulación de tipos en blanco. De esto
se dará debida cuenta en el trabajo de investigación.
de drogas (STC 24), y el núcleo central de la conducta típica del art. 299 N°3 del
Código de Justicia Militar?
3) ¿Cómo es que se aviene (o no) la actual concepción que el TC tiene de ley penal en
blanco propia, con la concepción que de ella tiene la literatura dominante?
4) ¿Se puede deducir – y si es así, cómo - que nuestro Tribunal Constitucional resuelve
el conflicto entre ley penal en blanco y ley penal abierta?
5) Ante la afirmativa o la negativa de la pregunta anterior: ¿qué rol juega la declaración
de inaplicabilidad del artículo 433 del Código de Justicia Militar, en esa relación que
el TC advierte entre ley penal en blanco y ley penal abierta?
6) ¿Qué influencia juega la posición del ministro Jorge Correa en la formulación de la
posterior Jurisprudencia del TC? ¿Cómo se contrapone la posición de la ministra
Marisol Peña (y ministro Francisco Fernández)?
Las preguntas reflexivas son:
1) (Arista orgánico-constitucional) Dejando fuera a STC 24, ¿es posible sostener que el
Tribunal constitucional excedió los límites de su competencia material – impuestos por
su propia Ley Orgánica y por la Constitución – al entrar a analizar, en el contexto de
un control represivo y concreto de constitucionalidad, la legalidad penal (esto es, la
exigencia de determinación suficiente de la conducta punible) de reglamentos y
decretos supremos?11.
O formulada de otra manera: existiendo una declaración in abstracto (STC 24)
de que las leyes penales en blanco son aceptadas por nuestra Constitución – que, en
lo pertinente, se mantiene idéntica desde 1980 – ¿corresponde al legislador
(contramayoritario) o al Poder Judicial decidir si el presunto (y aparente) hecho
constitutivo de delito es típico?
2) (Arista penal) Poniendo especial atención en las inconsistencias que pudiere
encontrarse en la Jurisprudencia del TC (muchas de las cuales, se dirá, son salvable
11 Tres circunstancias me inducen a plantear una pregunta así: (i) el artículo 93 N°6 de la Constitución Política:
“Son atribuciones del Tribunal Constitucional: …6° Resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la
inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación en cualquier gestión que se siga ante un tribunal ordinario o
especial, resulte contraria a la Constitución; (ii) el artículo 84 N°4 del texto refundido de la Ley 17.977 Orgánica
Constitucional del Tribunal Constitucional: “Procederá declarar al inadmisibilidad en los siguientes casos: …4.
Cuando se promueva [el requerimiento de inaplicabilidad] respecto de un precepto que no tenga rango legal”; y, (iii)
el considerando 5° de STC 24, donde, antes de la declaración de que el “Anexo A” del proyecto (que entregaba la
determinación de las sustancias prohibidas a un reglamento) es constitucional, señalaba que: “no podrá incluirse
en el citado Reglamento, lícitamente, ninguna substancia o droga que no quede comprendida dentro de aquella
que genéricamente se indican en ambos incisos del artículo 1° del proyecto de ley”. Es decir, a diferencia de lo que
hace a partir de STC 468, al Tribunal le basta, para declarar la constitucionalidad de la ley penal, con corroborar
que la conducta genérica se encuentra suficientemente descrita en la misma ley. En cambio, a partir de STC 468
(pero con un enfoque distinto en STC 1011 y 2773) el Tribunal siempre necesitó adentrarse al texto mismo de la
norma infralegal.
atendida la naturaleza concreta del procedimiento del que emanaron las sentencias);
para, posteriormente, contrastar dichas inconsistencias con lo que la literatura ha
escrito: ¿podría concluirse que, mutatis mutandi, de las sentencias sobre
inaplicabilidad del 299 N°3 del CJM es posible extraer criterios que permitan
diferenciar las leyes penales en blanco de los elementos normativos del tipo cuando
estos se remiten a contenido valorativo jurídico-normativos?
E) PLAN DE TRABAJO
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