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“Todos para uno y uno para todos”

Guía didáctica N° 3 – Productores de imágenes.


Integrantes:

Daniel Blake es el nombre de una película del director británico Ken


Loach de 2016; elegimos este filme sobre los otros sugeridos, tras un
largo debate entre el grupo en el cual coincidimos que Daniel nos lleva
a emocionarnos en lo más íntimo y a
establecer una empatía con el
personaje, conocer su intimidad con el
agregado de una la trama de una
madre que vive momentos realmente
dramáticos y que nos permite realizar
nuevos análisis del rol de la mujer en el
más cruel y despiadado
neocapitalismo.
La sociedad contemporánea nos lleva a un ritmo de aceleración que
no son posibles las mediaciones temporales tal como las
comprendimos, llevándonos a la superación permanente
sobreponiéndonos a cada momento para “mejorar” y en ese proceso
de mejorar, debemos construir constantemente nuestra subjetividad
siempre interpelada.
Es por eso que en el cine nos permite un encuentro de nuestra tabla
de salvación para una vida triste y angustiada. Al igual que Alain
Bergala nos encontramos emocionados con esta película (Yo, Daniel
Blake) por que en el personaje de Daniel encontramos a un héroe, que
lucha contra el nuevo sistema de burocratización al cual no está
habituado ya es un sistema burocrático intangible y despiadado.
Si pudiéramos cambiar parte de
la película o parte del guion lo
que cambiáramos algunos
aspectos del personaje de Clarie
por el de Enrico, (personaje de
Sennett) mantendríamos su rol
de madre soltera. Sería una
Claire, madre con sus dos hijos,
ejecutiva, cambia de casa
constantemente y, por tanto, está continuamente cambiando de trabajo
y de ciudad, donde puede pasar de ser el jefe a hacerse el mismo el
café o unas simples fotocopias. Y que, en una de esas mudanzas, se
muda al lado de la casa de Daniel y comienza a entablar un dialogo.
Convirtiéndose Daniel en el confidente, en la ayuda que necesita
Claire para llevar adelante su vida de ejecutiva.
Entonces el personaje de Claire muy preocupada por la clase de ética
que inculca a sus hijos (ya que en el fondo piensa que está demasiado
involucrada en su trabajo y no presta a su familia la atención que
debería). Sus planes siempre son a corto plazo, solo puede planear su
vida para mañana; nunca puede asegurar donde estará dentro de un
mes (algo a lo que por otro lado le da muchas vueltas, quizá porque en
el fondo ese tipo de vida no le gusta o no acaba de integrarse en ella).
Tiene un gran sentido de la responsabilidad, pero vive marcado por la
flexibilidad del nuevo capitalismo.
Mantendríamos el dramatismo del tiempo que es crucial tanto en la
película “Yo, Daniel
Blake” como en los
textos de Sennett;
fortaleciendo el
protagonismo de
Daniel, resaltando el
momento en el cual
puede escribir en la
pared su nombre,
convirtiéndolo en arte
en un germen
anarquía, desorden y resistencia (como expresa Alain Bergala); para
sacarnos del ostracismo que interpelará a cada uno de nosotros como
espectadores. Y también a Claire con este nuevo personaje “de Rico”
pero que para Daniel sería esa tabla que aparece en el medio del
océano ya que Clarie sería la heroína de Daniel que lo ayudará a
transitar la nueva burocracia tecnología
El final será brindar un mensaje esperanzador contra la lucha del
capitalismo. Atacando a la nueva burocracia alienante deshumanizada
e interpelar si la flexibilidad le da a la gente una mayor libertad para
moldear su vida. Y que la única manera de lograrlo es en el colectivo
social.

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