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Universidad Central del Ecuador

Facultad de Ciencias Sociales y Humanas


Formación Social del Ecuador II
Nombre: Jordy Ricardo Zambrano Pillalaza
Curso: Sociología 5 Semana No: 2 Fecha: 04/10/2018

Texto a reseñar: Ayala Mora, Enrique (1988). De la revolución Alfarista al régimen oligárquico
liberal (1895-1925). En “Nueva historia del Ecuador”. Enrique Ayala (Ed). Corporación Editora
Nacional/Editorial Grijalbo Ecuatoriana, Quito. Vol. 9, (págs. 119-166).

Mora en su texto nos habla de quien se considera hasta la actualidad como el máximo líder
de la revolución liberal. Alfaro nace en Manabí en 1842, de padre español y madre manabita, empieza
a participar activamente en la vida política del país desde la década de los sesenta del siglo pasado,
para el 84 encabezo la revuelta de los montoneros dirigida contra Caamaño, suspendiéndola por un
tiempo para viajar por Sudamérica a reunirse con importantes líderes liberales, es en Nicaragua donde
le confieren el grado de General.
Para 1895 el Estado Oligárquico Terrateniente se desmoronaba, existían grupos populares
movilizadores en favor de los grupos dominante pero por otro lado encontramos a los campesinos
costeños de Manabí y Esmeraldas -incluida la naciente clases obrera de Guayaquil- se lanzaban a la
montonera cuyo proyecto político era la reivindicación de la propiedad de la tierra y la eliminación
de la servidumbre
Desde la ‘venta de la bandera’ la presión por derrocar al gobierno crecía y Guayaquil había
desplazado a Quito en protagonismo, Alfaro tenía fuerte oposición siendo nombrado por esta como
Dictador el 5 de junio pero existía una oposición fuerte con los conservadores y el clero que
intentaron varios golpes de estado. En 1896 Alfaro derroto a un grupo cuencanos revoltosos y se
toma la ciudad, aunque existía un clima inestable Alfaro ordeno la suspensión del pago de la deuda
externa, en el mismo año se realizaron elecciones para la Asamblea Constituyente en donde todos
los diputados eran liberales, se consagraron garantías de libertad de conciencia y la libertad de cultos,
en oposición la iglesia realizaron protestas y amenazas. En la Asamblea Alfaro es declarado
Presidente Constitucional, sus prioridades de gobierno serían las relaciones Iglesia-Estado y la
construcción del ferrocarril, el mismo que tuvo una campaña mediática e incluso liberales en su
contra.
Para el año de 1900 Alfaro nombro como sucesor al General Leónidas Plaza quien ganaría las
elecciones el año siguiente, pero recién entrado al poder Alfaro quería forzarlo a renunciar y
proclamar una dictadura por esta razón se daría una división dentro de los liberales. En el gobierno
de Plaza se dan las reformas más radicales del Estado Laico, este concentro el ataque contra los
intereses de la iglesia impulsando así la ruptura entre Estado e Iglesia pero al mismo tiempo su
gobierno se comprometió a no hacer reformas agrarias y con reprimir a los sectores populares.
El placismo fue una clara oposición al alfarismo, allí se encontraban “la gente de bien”, burguesía
porteña, latifundistas serranos liberales o los conservadores colaboracionistas, profesionales,
comerciantes, periodistas e intelectuales, con la clara vinculación también del Banco Comercial
Agrícola.
Lizardo García fue electo presidente en 1905 y su gobierno tenía varias debilidades que fueron
aprovechadas por la revolución de diciembre de 1905 encabezada por Alfaro que triunfaría con la
ayuda del ejército, grupos populares, intelectuales radicales liberales así como un pequeño sector de
la burguesía con intereses industriales y necesitados de proteccionismo.
En el segundo periodo de Alfaro se institucionalizo la reforma liberal, en este periodo no se tomó
ninguna media importante para las bases populares. El 25 de julio de 1908 el ferrocarril es inaugurado
pero con una gran deuda que pagar y sin los efectos milagrosos e inmediatos que esperaban, su base
social se fue perdiendo pero su respaldo volvió de forma unánime cuando marcho a la frontera del
Perú.
Alfaro escogió como sucesor para las elecciones de 1911 a Emilio Estrada, después de ganarlas este
intento obligar a renunciar pero fracaso y viajo a Panamá con la promesa de no intervenir
políticamente por dos años. Estrada no duro mucho y murió en diciembre del mismo año provocando
alzamientos armados en Esmeraldas y Guayaquil pero fueron rápidamente vencidas por el gobierno,
Franco y Alfaro serian detenidos y enviados a Quito, donde una multitud enloquecida asalto el
panóptico, fueron asesinados y posterior arrastrados por las calles de Quito donde finalmente fueron
incinerados en El Ejido.
Las reformas y sus expectativas alarmaron a la burguesía pero no lograron ni de lejos satisfacer a
abolición del concertaje y la reforma agraria. Los años siguientes a la muerte de Alfaro y del
agotamiento del liberalismo fueron un proceso de consolidación de la burguesía comercial y
bancaria, la iglesia logro la garantía de que las reformas laicas no se iban a profundizar así como
incrementar la influencia en instituciones educativas.
Después de la muerte Alfaro vendrá un periodo denominado predomino plutocrático (1912-1925),
donde la política económica y la designación de cargos llegaron a concentrarse en el Gerente General
del Banco a quien se lo llegó a considerar jefe efectivo del gobierno del país y durante estos años se
turnarían el poder representando al “liberalismo plutocrático” o más concretamente a las alianzas
dirigidas entre el grupo vinculado al Banco Comercial y Agrícola y el sector denominado placista.

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