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INTRODUCCIÓN

El delito, definido desde el Derecho Penal, es una conducta humana que se


opone a lo que la ley manda o prohíbe bajo la amenaza de una pena, ello lleva a
considerar la importancia de tener en cuenta una serie de situaciones que
desemboquen o impulsen al ser humano a incurrir en conductas contrarias a la norma
penal, teniendo especial cuidado en lo que respecta a los niños, niñas y adolescentes,
ya que hoy en día se encuentran inmersos en un sinnúmero de distractores o factores
de riesgo que dificultan el acompañamiento educativo y una mejor guía en su crianza.
Más allá, cuando se habla específicamente de adolescencia se alude a un
momento vital en el que suceden multitud de cambios que afectan a todos los
aspectos fundamentales de una persona, puesto que se produce la transformación de
su cuerpo, mente, relaciones familiares y sociales. Los jóvenes sufren esas
transformaciones en la misma medida en que las disfrutan, ya que es un espacio
abierto a la inquietud y la tensión al al desarrollo de una nueva organización
psicológica y social.

No obstante, también en esa época de la vida del ser humano, se es vulnerable


a incurrir en conductas transgresoras, tan es así que en el campo de la Criminología se
ha intentado averiguar el origen y las causas de la delincuencia juvenil, desde
diversos enfoques y corrientes científicas, con fluctuaciones entre el interés mismo
tiempo que a la esperanza y al placer.

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Sin duda, la adolescencia es un proceso, más que una etapa de la vida, en este
proceso la persona alcanza madurez en relación con cada una de las esferas vitales en
momentos diferentes. Además, es un periodo dotado de una entidad singular, por dos
razones: los cambios que se producen cuantitativamente se dan en mayor proporción
y cualitativamente se asiste manifestado por los factores individuales y los factores
externos o sociales como causas explicativas de dichos comportamientos.

De hecho, se han propuesto diversos marcos teóricos en la explicación de los


comportamientos contrarios a los preceptos legales, entendiendo estos, como los
comportamientos que infringen el conjunto de conductas o normas establecidas por la
sociedad y que vienen recogidos en las leyes. Se entiende que el comportamiento
delictivo es una problemática multidimensional, que es el resultado de factores
personales o individuales, factores sociales y factores contextuales, tratándose así de
un fenómeno complejo.

Ahora bien, cuando se atiende a adolescentes, se debe tener presente el


concepto de riesgo, es decir, la probabilidad que ocurra algún hecho indeseable. Los
riesgos se interrelacionan con una compleja red de factores e intereses sociales,
culturales económicos y ambientales, por lo que el conocimiento de estos factores,
ayuda a demostrar la necesidad de realizar programas preventivos, organizar mejores
sistemas asistenciales y actuar de forma adecuada en estos casos. Es fundamental
destacar, que los factores de riesgo son todos esos elementos que tienen una gran
posibilidad de originar o asociarse al desencadenamiento de un hecho indeseable.

Tomando como base lo expuesto en párrafos precedentes, la investigación


desarrollada tuvo como objetivo general, analizar la incidencia de los factores de
riesgo en la conformación de conductas transgresoras en adolescentes, justificándose
el estudio ya que los comportamientos de riesgo en adolescentes estarían relacionados
con aquellas conductas que los exponen a interferir en el logro de las tareas normales
del desarrollo.

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Metodológicamente la investigación fue de tipo documental, de nivel


descriptivo y de modalidad jurídico dogmática, empleando como técnica de
recolección de información la documental, por tanto, fue indispensable la utilización
de la técnica del fichaje, la cualempleó como instrumento las fichas bibliográficas.
Finalmente, y siguiendo con los lineamientos establecidos en el Manual de normas
para la elaboración y aprobación de trabajos de grados de la UNERG, la presente
investigación se estructuró como se especifica a continuación:

En el primer capítulo denominado el problema, se realiza el planteamiento de la


situación problemática, lo que incluye los elementos que caracterizan la temática de
estudio. Luego, se presentan los objetivos de la investigación; desglosados en
objetivo general y objetivos específicos, justificación, cerrando el capítulo con la
delimitación del estudio.

En el segundo capítulo denominado marco teórico referencial, se desarrollan


las bases teóricas y se señalan los fundamentos legales de la investigación.

En el capítulo tercero denominado contexto metodológico, se incluye, el tipo


de investigación, método, técnicas y la recolección de información utilizadas en la
investigación.Luego se presentan las Conclusiones y Recomendaciones, generadas
del desarrollo de los objetivos proyectados. Finalmente se anexa los materiales de
referencia.

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La delincuencia es sin duda un problema común a todas las ciudades


latinoamericanas. Para muy pocos es extraño escuchar a diario cifras sobre robos,
secuestros, narcotráfico, homicidio, por mencionar algunos crímenes presentes en
cualquier calle del continente, lo que hace que el temor al delito y las tácticas de
supervivencia se vuelvan parte cotidiana de la experiencia de vida actual. Al respecto
Tiffer (1995), señala que la delincuencia no surge en el vacío, es el resultado de
diversos factores de riesgo y respuesta social. En la complejidad de las estructuras
sociales, económicas y familiares de toda sociedad es donde se encuentra su
explicación.

Esta situación se hace aún más grave por los efectos tan devastadores que
acarrea a los adolescentes, puesto que se tiene que enfrentar la creciente implicación
de los jóvenes en este tipo de conductas, junto con los costos personales, sociales y
económicos que conllevan tal panorama, lo que ha originado el consenso sobre la
necesidad de buscar una solución a estos problemas. Así, profesionales de diferentes
áreas, tales salud y educación, se abocan a buscar estrategias que permitan afrontar
este problema.
Para Beyer y Vergara, (2006), la comisión elevada de hechos delictivos, se
presenta sistemáticamente como una de las principales preocupaciones de la
ciudadanía en todos los estudios de opinión pública Pese a ello, existen cifras poco
claras en relación a la verdadera magnitud del problema, a pesar de los esfuerzos
realizados por las distintas fuentes de información y en particular, la delincuencia
juvenil constituye un tema al que no se le ha dado la importancia necesaria, lo que
puede constatarse ante las escasas políticas preventivas implementadas para hacerle
frente.

Erickson (2004) establece que la etapa de la adolescencia significa el


momento de la vida en que se termina de definir la identidad de cada individuo, pero
principalmente, donde aún se pueden modificar aspectos de su conducta y
pensamiento con relativa mayor facilidad, que en el caso de un adulto. De allí que, si
se determinan los factores de riesgo o potencializadores de conducta disocial en estas
poblaciones, se podría decir que aún existe la esperanza de educar a la persona con
patrones de conducta más adaptativos y evitar que continúe por un camino que le
generará más daño a sí mismo y a la sociedad en general.

Evidentemente, el estudio de las conductas de riesgo en adolescentes ha


adquirido relevancia en la actualidad debido al incremento de este sector,
involucrados en dichos comportamientos como son los actos delincuenciales, la
experimentación con drogas, la deserción escolar, los embarazos no deseados, las
manifestaciones de violencia, el pandillaje, entre otros. Lo que hace necesariopartir
deuna socialización adecuada del niño, siendo que lo contrario debilita las relaciones
de los jóvenes hacia los grupos convencionales como pueden ser la familia, la
sociedad, la escuela y le induce a crear vínculos con otros grupos en los que va
encontrando eco a su desintegración y en donde refuerza su conducta transgresora.

Vázquez (2003), define la conducta delictiva, en este caso juvenil, como


cualquier acto que pudiese poner en riesgo de adjudicación a los jóvenes que lo

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cometen, en el caso de que fuesen detectados. Sobre este punto vale comentar que
generalmente, los jóvenes infractores de laley viven en condiciones de pobreza, son
afectados como sujetos en su dimensión individual y social, por sus circunstancias de
vida, sus historias familiares, su ubicación social, pero al mismo tiempo, ellos son
agentes activos, contribuyentes a su realidad.

Partiendo de tal supuesto, puede decirse que la delincuencia juvenil es una


construcción en la vida social, pero también lo son los relatos de vida de quienes son
denominados transgresores. Basado en lo anterior, se busca caracterizar a los jóvenes
desde sus propias experiencias. En este contexto, es pertinente estudiar las
subjetividades de los jóvenes que delinquen, en tanto esto permite indagar respecto a
cómo intervenir y como prevenir las acciones delictivas.

Es esencial referir, que el origen de este fenómeno de la infracción por parte


de adolescentes obedece a múltiples causas y es resultado de la combinación de
diversos factores de riesgo, pero básicamente es una respuesta social que incluye a un
alto porcentaje de juventud que, en la imposibilidad de integrarse a un sistema tanto
en el orden material como en el social, va asumiendo una escala de antivalores de
violencia, agresividad, competencia y consumo entre otros, que se imponen a los
positivos valores establecidos por la sociedad, como la tolerancia, la solidaridad y la
justicia.

Indiscutiblemente, el enfoque de factores de riesgo brinda a la prevención del


delito explicaciones comprensivas acerca de la delincuencia, debido a que estudia el
fenómeno desde un punto de vista multicausal. La prevención del delito debe
identificar todos aquellos factores de riesgo que se encuentran asociados con la
delincuencia y aplicar acciones que sean efectivas en su reducción. Según Vázquez
(2003), existen diferentes tipos de factores que afectan a los adolescentes, y son
clasificados por diferentes autores como factores de riesgo y factores protección; los
factores de riesgo son todos ellos factores que pueden favorecer la aparición de una
conducta delictiva en un momento determinado, y no todos los factores poseen la
misma influencia, sino que esta va a depender del contexto socioeconómico-político y
cultural en el cual el joven este inserto.

Para Berkowitz (1996), un factor de riesgo es una condición que aumenta la


probabilidad de la ocurrencia de acciones agresivas, aunque no de forma invariable.
Loeber (1990), por otra parte, conceptualiza estos factores como eventos que ocurren
con anterioridad al inicio del problema y que predicen el resultado posterior,
incrementando la probabilidad de su ocurrencia por encima de los índices básicos de
la población. Esta perspectiva es la que, a juicio de Berkowitz (1996), debería
adoptarse al considerar todas las condiciones que pueden promover la conducta
antisocial y delictiva en jóvenes y adolescentes.

Saldaña, (2001) citado por Sánchez y Gutiérrez (1997), indica que la


adolescencia es un período del ciclo vital normalmente conceptualizado como una
época de transición entre la infancia y la adultez, debido a los importantes cambios y
transformaciones, físicas y psicosociales, a las cuales debe hacer frente el joven. Esta
transición no es necesariamente traumática, aunque las características personales y las
habilidades que se desarrollen en esta etapa pueden resultar fundamentales para el
posterior afrontamiento de la vida adulta.

Como en toda acción de prevención social del delito, el cabal entendimiento


de los factores de riesgo y de los correspondientes factores de protección, permitirán
elaborar un planteamiento objetivo que favorezca no sólo el diseño de nuevas
soluciones a viejos problemas y la creación de un sistema unificado de contenedores
sociales que actúen de manera sistémica y planificada, sino también y sobre todo,
llevar al terreno del núcleo social más importante como lo es la familia, las
estrategias precisas para conocer las consecuencias de la soledad, el aislamiento, la
frustración y la falta de atención en los niños, adolescentes y jóvenes.
Sobre la base de lo anteriormente planteado surgen las siguientes interrogantes:

¿Cuál es la utilidad de la prevención como medida para evitar o atenuar las


acciones delictivas?

¿Cuál es la importancia de los factores protectores en la conformación de la


conducta futura del adolescente?

¿De qué manera los factores de riesgo son elementos desencadenantes de


conductas transgresoras en adolescentes?

Objetivos de la Investigación

Objetivo General

Analizar la incidencia de los factores de riesgo en la conformación de conductas


transgresoras en adolescentes.

Objetivos Específicos

Determinar la utilidad de la prevención como medida para evitar o atenuar las


acciones delictivas en adolescentes.

Señalar la importancia de los factores protectores en la conformación de la


conducta futura del adolescente.
Caracterizar los factores de riesgo como elementos desencadenantes de
conductas transgresoras en adolescentes.

Justificación

Desde el punto de vista de la dinámica familiar, vale puntualizar, que los


niños, niñas y adolescentes enfrentan numerosos riesgos en su desarrollo tales como
problemas de conducta, sociales y emocionales, al mismo tiempo dificultades
actitudinales y cognitivas, por lo que al quedar sin la debida protección y orientación
de sus padres; al no encontrar, fácilmente factores de protección, ello puede
conducirle por los caminos de la transgresión a las leyes.

Vale aclarar, que los adolescentes son titulares de los derechos que les
corresponden a todas las personas. Además, en virtud de las especiales características
de su edad, poseen una supra protección o derechos complementarios que están
señalados de manera explícita en variados instrumentos internacionales. De acuerdo a
lo establecido por la normativa internacional, es posible observar una tendencia a que
el sistema de justicia penal juvenil tenga una finalidad de integración social y que
opere bajo el supuesto de un trato digno para quienes se vean afectados por el mismo.

En cuanto a la relevancia social, puede decirse, que esta investigación reviste


gran importancia puesto que para hacer frente a un problema tan complejo como es la
elevada incidencia de adolescentes en la comisión de hechos contrarios a la noma
penal, ante ello se requiere de la intervención de todos los sectores, además de un
compromiso presupuestario nacional, estatal y municipal para políticas preventivas,
acorde con la magnitud y gravedad del tema que aquí se trata, ante la necesidad de
abocarse a atender una realidad que pareciera quererse mantener tras un velo de falsas
apariencias o de indiferencia, siendo que cada día el crimen capta a los jóvenes
venezolanos.

El aporte teórico, se encuentra en la gama de contenido que aborda el


problema de investigación para llevar al análisis y cavilación acerca de una situación
que aqueja un número considerables de familias cuyos hijos han incurrido o están
incurriendo en acciones delictivas, que de ser aprehendidos, se sabe el destino que
correrán, puesto que desafortunadamente en los centros de internación no se cumple
con la función reeducadora.

Por último puede decirse, que este trabajo es parte de una actualidad a la cual
hay que enfrentar, por lo que con el mismo deberá despertar la inquietud de nuevos
investigadores en el área, para que uniendo voces y esfuerzos se le dé la debida
atención a éste fenómeno y se logre llevar una esperanza a quienes a pesar de ser
niño, niñas o adolescentes viven la experiencia de carecer de suficientes elementos,
para seguir una conducta apegada a la normativa legal, por diversidad de
circunstancias que le impiden diferenciar asertivamente, una actuación debida o no, lo
que será insumo de interés para abogados, estudiantes de derecho, funcionarios
judiciales o cualquier padre, madre o ciudadano responsable.

Delimitación de la investigación

La delincuencia protagonizada por jóvenes, hace referencia al conjunto de


delitos, infracciones y todo comportamiento socialmente reprochable realizado por
quienes no alcanzan la mayoría de edad, tal fenómeno en Venezuela, ha venido
acrecentándose paulatinamente, lo que ha producido un gran impacto en la sociedad y
por ende crea honda preocupación al Estado. Se desarrolla fundamentalmente en esta
investigación, la problemática de los jóvenes en conflicto con la ley penal desde la
perspectiva de los factores de riesgo, dado que este tema ha cobrado gran notoriedad
en los últimos años en el país. Por lo tanto, partiendo del supuesto que no existe un
único factor capaz de explicar lo que es la delincuencia juvenil, sino que está
originada y mantenida por diversos factores de naturaleza multidimensional, se
abordan los factores de riesgo como elementos desencadenantes de la conducta
trasgresora en adolescentes.
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

El fin que tiene el contexto teórico es el de situar el problema objeto de estudio


dentro de un conjunto de conocimientos, que permita orientar la búsqueda y ofrezca
una conceptualización adecuada de los términos que van a utilizarse. Según
Bavaresco (2006:31) el marco teórico referencial, “brinda a la investigación un
sistema coordinado y coherente de conceptos y proposiciones que permiten abordar el
problema dentro de un ámbito dónde éste cobre sentido”.

Antecedentes de la Investigación

Los antecedentes de la investigación se refieren a la revisión de trabajos previos


sobre el tema en estudio, realizados por instituciones de educación superior. Los
antecedentes pueden ser: trabajos de grado, postgrado, trabajos de ascenso, resultados
de investigaciones institucionales, ponencias, conferencias, congresos, revistas
especializadas a continuación se presentan los relacionado con el tema de estudio.

Heredia (2014), realizó un trabajo de investigación titulado “La conducta


antisocial y los ambientes en los que se desarrolla”, para optar al grado de Magister
en Ciencias Sociales con Orientación en Desarrollo Sustentable en la
UniversidadAutónoma de Nuevo León. Este estudio se desarrolla con el objetivo de

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conocer los diferentes ambientes en los que los menores infractores estuvieron
presentes de manera directa o indirecta y su posible influencia con la conducta
antisocial. En la investigación realizada se encontró que para el caso de los menores
del Centro Especializado de Readaptación y Tratamiento para Menores Infractores
Nº1 (CERTMI) del estado de Durango, la mayoría comparte determinadas
características en los distintos ambientes que les rodea. Cerca del 50% de los menores
vivían en familias catalogadas como monoparentales, asimismo un porcentaje
considerable de menores convivía con amigos que cometen conductas antisociales, y
pensaba que las personas que cometían delitos no eran atrapadas, por último, entre las
características relacionadas de la colonia en donde vivían, se encontró que el 41% de
los menores provenían de colonias con cierto grado de marginación importante.

De manera general se puede concluir que existe cierta influencia de los


diferentes ambientes estudiados, al detectarse altos porcentajes en las diferentes
situaciones que incluían a los menores infractores, se recomiendaque para la
prevención es de vital importancia analizar y reconocer las causas del fenómeno y en
particular, su multicausalidad.

La relación de la mencionada investigación con la presente, estriba en ele hecho


que la conducta transgresora en jóvenes que no han alcanzado la mayoría de edad, se
ha venido incrementando al igual que en Venezuela e igualmente, representa un
problema primordial para todos como sociedad, debido a las altas cifras registradas en
los últimos años de adolescentes, involucrados en delitos tipificados por la ley penal
como graves.
Olivo (2012), desarrolló un trabajo en la Universidad Bicentenaria de Aragua,
para obtener el grado de Magíster en Derecho Penal y Criminología, el cual llevó por
título “El trato cruel a niños, niñas y adolescentes como factor desencadenante de
conductas delictivas”. Se justificó el trabajo puesto que, ante la intensificación de la
violencia y el incremento de conductas delictivas en los niños, es importante
considerar los factores que pudiesen incidir en conformación de tales conductas,
como forma de prevención a futuro.

Se sustentó la investigación en las teorías del Iusnaturalismo, del


iuspositivismo y en la teoría humanista. La metodología empleada se enfocó en una
investigación de campo de nivel descriptivo, con apoyo documental, empleándose
como instrumento de recolección de información, el cuestionario, el cual fue aplicado
a treinta (30) funcionarios del Sistema Rector Nacional para la Protección Integral de
Niños, Niñas y Adolescentes del estado Aragua.

Los datos obtenidos llevaron a concluir la existencia de una serie de factores de


riesgos que pueden desembocar en conductas delictivas; así como la falta de
suficientes espacios y especialistas para atender a los niños niñas y adolescentes
víctimas de trato cruel. Se recomienda que el Estado a través de sus ministerios e
instituciones, implemente políticas de prevención, atención y control en materia de
trato cruel a niños, niñas y adolescentes.

Su relación con el trabajo en desarrollo se hace patente al observar la


existencia de una serie de factores de riesgos que pueden incidir en la conformación
de conductas delictivas; al no existir mecanismos adecuados de atención que permitan
atender estos casos y asumir tratamientos que controlen de alguna forma la
posibilidad de controlar y erradicar los efectos negativos del maltrato durante los
primeros años de vida.
Morea (2012), realizó una investigación en la Universidad de Carabobo par
optar al grado de especialista en Derecho Penal, titulada “Factores criminógenos que
inciden en la responsabilidad penal de los adolescentes infractores”. Este proyecto de
investigación se traza como objetivo determinar las causas de ordencriminógenos que
inciden en la responsabilidad penal de los adolescentes infractores. El contenido de la
presente investigación, pretende hacer un conjunto de reflexiones nacidas en la
experiencia carabobeña, con la mayor preocupación de llegar de manera directa a la
realidad sobre factores criminógenos y política criminal en el estado, su organización
social como herramienta para la transformación, humanizando las estructuras sociales
que se presentan en tal grado de desintegración, tanto interna como externa, que
afecta peligrosamente al desarrollo y plenitud del ciudadano.

Metodológicamente se ubicó en una investigación de tipo documental, Se


concluyó llegar de manera directa a la realidad sobre factores criminógenos y política
criminal en el estado, su organización social como herramienta para la
transformación, humanizando las estructuras sociales que se presentan en tal grado de
desintegración, tanto interna como externa, que afecta peligrosamente al desarrollo y
plenitud del ciudadano. Se recomendó estudiar las causas y consecuencias de una
criminalidad incontrolable, para así lograr coherencia entre las técnicas, estrategias o
medios sociales necesarios para evitar, prevenir o neutralizar los estímulos
criminógenos, con la realidad reinante en la entidad.

El aporte a este estudio se verifica en cuanto se plantea la recomposición


social con medidas preventivas dirigidas especialmente al sector de la transgresión
juvenil, el consenso de opiniones, para eso se requiere de una nueva institucionalidad
que propicie confianza, credibilidad y modelo para un mejor desarrollo de la
sociedad.

Castillo (2011), desarrolló una investigación para optar al grado de Magister en


Derecho Penal en la Universidad Santa María, la cual tituló “El Rol del Docente y La
familia como Factor de Prevención de las Conductas Delictivas en los Niños, Niña y
Adolescentes en Venezuela”.La investigación estuvo centrada en examinar el rol del
docente y la familia como factor de prevención de las conductas delictivas en los
niños, niña y adolescentes en Venezuela, ya que el rol del docente y de la familia son
fundamentales para lograr la prevención de la formación de las conductas criminales
en los niños, niñas y adolescentes en edad escolar en Venezuela. Se situó el estudio,
bajo la modalidad de investigación jurídica dogmática, apoyada en el análisis de la
información recolectada en diversas fuentes a consultar. La técnica de recolección de
datos, durante este estudio se utilizó la observación documental y empleó el método
deductivo analítico.

En cuanto a las conclusiones se puede decir que, el orden social queda


mantenido en buena medida mediante la socialización y no debido al control social.
La mayoría de los miembros de una sociedad se conforman con los valores del grupo.
A lo largo de su vida, el hombre va compartiendo valores con los miembros de su
grupo. La escuela es uno de los agentes socializadores más eficaces por que el niño se
ve juzgado por patrones diferentes a los del hogar, por ello se recomienda al Estado
quea través del Ministerio para el Poder Popular de la Educación, implemente
estrategias criminógenas a fin de evitar el incremento de las conductas delictivas en
los adolescentes en edad escolar en Venezuela.

Hay que destacar entonces, que la investigación guarda relación con el presente
estudio porque está inmersa en el contexto educativo y por ende en lo relacionado a
las orientaciones de las conductas de los educandos, lo que conlleva a destacar que
ésta se convierte en una fuente de información para el desarrollo de la investigación.

Fernández (2011), realizó un estudio titulado “Conducta Antisocial en


Adolescentes: factores de riesgo y de protección”, Universidad Complutense de
Madrid, para optar al grado de doctora en Psicología en el cual se trabajó en seis
centros de enseñanza pertenecientes al Municipio de Majadahonda, y encuesto a
1.629 participantes (786 hombres y 843 mujeres) de entre 14 y 17 años. Aplico un
cuestionario que incluyó una primera parte presentada en forma de encuesta y creada
exprofeso para la presente investigación y, una segunda parte, en la que se
presentaban un total de cinco escalas de evaluación psicológica. Los resultados
obtenidos, relacionados a los factores de protección y factores de riesgo, evidencian
que el consumo de sustancias es un indicador asociado a la conducta antisocial,
principalmente en varones. Y que esta conducta disminuye a medida que aumenta la
edad, salvo en casos en que se presenta consumo de sustancias

En general los resultados apuntan a mostrar como los factores de riesgos


afectan el surgimiento de conductas antisociales o violentas. Esto muestra la
importancia que pueden tener algunos factores de riesgo y factores protectores en el
resultado de 8 tratamientos no carcelario para adolescentes en conflicto con la ley
penal, a los fines de detectar, prevenir y/o disminuir su efecto.

Bases Teóricas

Hernández y otros (2007:48), expresan que las bases teóricas “se refieren a los
basamentos teóricos de contenido, teorías, concepciones, filosofías, adoptadas en una
investigación y que sirven de fundamentos a la investigación”. De acuerdo a la cita se
puede decir que los aspectos conceptuales proveen elementos que contribuirán con el
trabajo realizado, ya que servirán de base para conocer acerca del problema que se
está planteando a través de diversas sustentaciones de otros autores.

Adolescencia

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano que media entre la niñez
dependiente y la edad adulta autónoma, siendo una etapa crucial en la vida del ser
humano; puesto que con ella comienza la participación del adolescente en todas las
áreas de interrelaciones humanas y por ende consolida su integración en la sociedad.

De acuerdo con Martínez, (2000:150). Debe entenderse al adolescente:

Como sujeto bio-psico-social y la adolescencia como realidad sustantiva


que denomina a ese período de la vida del hombre ubicado entre la niñez y
la adultez, deben concebirse como expresión de especificidad, entendiendo
al adolescente como la persona que experimenta, en su vida, la
adolescencia, y a ésta, la adolescencia, como el período del desarrollo
humano en el que se produce un fenómeno de crecimiento transformador
en el que se dan, simultáneamente, el crecimiento físico progresivo, el
crecimiento psicológico de igual modo progresivo, y la búsqueda de un
espacio propio en el entorno social. La importancia de este período en el
desarrollo del ser humano, es tan significativa, que autores como Debesse
proponen que su estudio se haga de manera distinta al de los adultos, por
estar el adolescente sometido a leyes socio-naturales especiales tanto desde
el punto de vista biológico (leyes biológicas), psicológico (leyes
psicológicas) y social (leyes sociológicas)”

Como se aprecia, el adolescente es un ente potencial en período de desarrollo,


es por ello que siempre se tiene una determinada situación con respecto al núcleo
familiar en el que convive. Él es un receptor sensible de la conducta del padre, la
madre o de ambos, que capta los problemas familiares, y los impactos que en ellos se
produce se convierten en sentimientos de rencor y reacciones inmoderadas hacia las
personas, estas reacciones pueden producir, en algunas oportunidades, conductas
transgresoras, entendidas como aquellas acciones de los adolescentes que se orientan
en una dirección cuestionada por la sociedad, es decir, que reflejan dificultades para
adaptarse a las normas existentes en el medio familiar y social donde se
desenvuelven.

Hirschi (1999), refiere que tales conductas son el producto de motivaciones


individuales, que podrían explicarse a través de esquemas comunes de desadaptación
de normas y valores en las relaciones familiares, jugando la familia un rol decisivo
por ser el primer modelo, producto de la interacción existente en el grupo familiar,
donde sus fallas traen como consecuencia algunas veces conductas transgresoras y
delictivas; esto comprueba que la familia puede constituirse en un factor criminógeno
en la sociedad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS: 2001), define la


adolescencia como: “la etapa que transcurre entre los 10 y 19 años, considerándose
dos fases, la adolescencia temprana 10 a 14 años y la adolescencia tardía 15 a 19
años"; visto de esta forma la adolescencia es un continuo crecimiento de la existencia
de los jóvenes, en donde se realiza la transición entre el niño o niña en edad escolar y
el adulto.

Asimismo, es de considerar que esta transición de cuerpo y mente, proviene


no solamente de sí mismo, sino que se conjuga con su entorno, el cual es
trascendental para los grandes cambios psicológicos que se produce en el individuo.
La adolescencia es un fenómeno biológico, cultural y social, por lo tanto, sus límites
no se asocian solamente a características físicas.

La Familia en la Adolescencia

La importancia de la familia es indiscutible, puesto que se trata del grupo social


en el que la mayoría de las personas inician su desarrollo, permanecen durante largo
tiempo y conforman un entramado de relaciones y significados que les acompañarán
a lo largo de toda la vida. Además, esta relevancia de la familia permanece vigente en
todos los momentos vitales de la persona, desde la niñez hasta la vejez, y la
adolescencia no constituye una excepción. Así, el grado de apoyo, de afecto y de
comunicación que el adolescente percibe en este contexto es un elemento que
contribuye de modo significativo a su bienestar psicosocial, así como al del resto de
sus integrantes.
Según Musitu (2001), aunque el adolescente incorpora nuevas relaciones en su
red social como las amistades u otros adultos significativos, la familia sigue
constituyendo el eje central que organiza la vida de éstos y continúa ofreciendo
experiencias concretas de desarrollo que influyen en las interacciones que los
adolescentes establecen en otros contextos, como la escuela o la comunidad más
amplia

En este sentido, la familia tiene todavía el rol primordial de transmitir a sus


hijos una serie de creencias, valores y normas que les ayudarán a convivir en la
sociedad de la que forman parte, lo que se conoce como socialización. Posteriormente
describiremos este importante rol socializador de la familia, pero primero analicemos
qué se entiende, precisamente, por familia.

La Familia como un Contexto de riesgo y Protección ante la Violencia y la


Delincuencia

Martín (2004), expone que recientemente se ha señalado que en países


industrializados con economía de mercado como el nuestro, se está produciendo un
cambio cualitativo cuantitativo en el patrón de conductas delictivas y violentas en
adolescentes: no sólo se está dando un incremento en la frecuencia de actos delictivos
relacionados con el daño a bienes materiales públicos o privados, sino que también
está incrementando, y de forma más importante, la frecuencia de actos violentos
contra las personas, sobre todo aquellos dirigidos a personas de igual o menor edad,
como por ejemplo el robo con violencia e intimidación, el homicidio y asesinato y las
lesiones y delitos contra la libertad sexual.

Desde el punto de vista psicosocial las conductas violentas y delictivas, de


acuerdo con Cohen (2004), constituyen dos importantes índices de conducta
antisocial en adolescentes. De hecho, en distintos estudios se ha señalado que la
conducta violenta en edades tempranas constituye el predictor más importante de la
delincuencia en chicos y chicas adolescentes Ambos tipos de conductas están
relacionadas puesto que suponen la trasgresión de reglas formales e informales, sin
embargo, no todas las conductas delictivas implican violencia ni tampoco todas las
conductas de carácter violento constituyen delitos propiamente dichos.

Es importante analizar el papel que desempeña la familia en el desarrollo y


prevención de estas conductas en la adolescencia, conductas que implican la
trasgresión de normas sociales y/o de leyes y que atentan contra la integridad de otras
personas.

Desde el ámbito de la etiología del comportamiento delictivo y violento, explica


Cohen (2004), los investigadores coinciden en resaltar la idea de que los problemas
de conducta no se pueden atribuir únicamente a factores personales (por ejemplo,
influencias genéticas o temperamentales), sino que deben considerarse como el
producto de la interacción entre la persona y su entorno, y señalan que la familia
continúa siendo en la edad adolescente el entorno social más relevante en el sentido
de que desde el contexto familiar se traducen e interpretan las experiencias acaecidas
en otros contextos como la escuela y la comunidad más amplia.

En este sentido, los estudios que han adoptado esta perspectiva socio-ecológica,
han considerado a la familia como uno de los contextos fundamentales donde
coexisten una amplia variedad de factores de riesgo y protección en relación con las
conductas delictivas y violentas.

De hecho, la familia de acuerdo a su dinámica, bien puede ayudar a los hijos


adolescentes a afrontar de modo adaptativo los numerosos cambios y demandas
característicos de esta etapa, o bien puede entorpecer o perjudicar el buen desarrollo
psicosocial de éstos, en caso de que primen prácticas parentales poco adecuadas y
disfuncionales. En el siguiente cuadro se presenta un resumen de los factores
familiares de riesgo que se han asociado tradicionalmente con el desarrollo de
conductas delictivas y violentas en adolescentes.

Factores de Riesgo

Jessor y otros (1995:13) Señalan que Los riesgos se definen “como hechos o
elementos del individuo o el entorno que, si están presentes, aumentan la probabilidad
de desarrollar trastornos psicopatológicos, y comprometer la salud, el bienestar o la
performance social”. Esta probabilidad viene dada por la presencia de diversos
factores referidos tanto a los rasgos individuales como también a las características
sociales y a factores derivados de la interacción constante entre persona y entorno.

Se entiende por factores de riesgo aquellas variables individuales y


ambientales que aparecen vinculadas con el comportamiento desviado; y por factores
protectores, aquellas variables o características individuales y ambientales vinculadas
al comportamiento prosocial, como las que potencian las capacidades de los
individuos expuestos a altos niveles de riesgo para afrontar con éxito dichas
situaciones adversas. Al respecto, Farrington (1996) resumió en 12 los principales
factores de riesgo: factores pre y peri-natales; hiperactividad e impulsividad;
inteligencia baja y pocos conocimientos; supervisión, disciplina y actitudes
parentales; hogares rotos; criminalidad parental; familias de gran tamaño; de
privación socioeconómica; influencias de los iguales; influencias escolares;
influencias de la comunidad; y variables contextuales.

Por su parte, Lösel y Bender (2003) condensaron en 10 los factores


protectores más relevantes: factores psicofisiológicos y biológicos; temperamento y
otras características de personalidad; competencias cognitivas; apego a otros
significativos; cuidado en la familia y otros contextos; rendimiento escolar; vínculo
con la escuela y empleo; redes sociales y grupos de iguales; cogniciones relacionadas
con uno mismo, cogniciones sociales y creencias; y factores de la comunidad y
vecindario.

Estos factores de protección o riesgo no se da de forma aislada, sino en


combinación unos con otros, la combinación de los factores de riesgo ha dado lugar a
los modelos de vulnerabilidad o de déficit de destrezas en tanto la de los factores de
protección, a los de competencia. Un modelo de vulnerabilidad, Es un conjunto de
variables que se dan juntas y facilitan el comportamiento antisocial y delictivo. Por el
contrario, un modelo de competencia se obtiene de la unión de variables de
protección que pueden sumar sus efectos.

El factor de riesgo a desarrollar una conducta antisocial, a cometer hechos


delictivos o a ser reincidente en la conducta delictiva, será así una variable referida a
los individuos, al contexto familiar, social y educativo que formará parte del conjunto
de factores que se asocian a la conducta conflictiva en cuestión.

Los factores de riesgo no actúan de manera aislada (y además el riesgo tiende a


ser acumulativo y estable lo que magnifica las consecuencias negativas asociadas a él.
Intuitivamente, cuanto más tiempo estén el niño o el adolescente expuestos a altos
niveles de riesgo, mayor será la probabilidad de que importantes procesos de
desarrollo queden interrumpidos y el comportamiento se vea perturbado. Es decir, el
riesgo acumulativo está altamente asociado con resultados negativos, y la posibilidad
de un resultado negativo aumenta cuando mayor es el número de factores de riesgo.

Clasificación de los Factores de Riesgo

Garrido (2005) ofrece una clasificación de factores de riesgo, estableciendo un


continuo en el que estarían todo el repertorio de variables relacionadas con el
comportamiento antisocial. De esta manera, unos serían factores de riesgo próximos
(por ejemplo: los estilos de crianza de los padres o los amigos antisociales) y otros,
factores de riesgo lejanos (por ejemplo, la pobreza o las familias desestructuradas).
Las conductas antisociales son resultado de la mediación entre ambos tipos de
factores.

Gómez y Saburido, (1999) diferencian los factores de riesgo en función de si se


refieren a características inherentes al propio sujeto o bien ajenas al mismo,
distinguiendo entre:

a) Factores de tipo intrapersonal, que se refieren a una serie de características


con las que nacemos o que vamos adquiriendo durante el proceso de formación de la
personalidad, como pueden ser temperamento y carácter, es decir, son aquellos
factores que nacen y se desarrollan dentro del individuo.

b) Factores de tipo interpersonales, que tienen su origen y evolución como


consecuencia de la relación del individuo con el medio en el que se desenvuelve,
englobando al medio sociofamiliar (estilos de crianza, entorno familiar) y al contexto
sociocultural (amigos, barrios).

Factores Protectores

Los factores protectores son las circunstancias, características, condiciones y


atributos que facilitan conseguir la salud integral del adolescente y el desarrollo de
este como individuo y como grupo. Son definidos por Rutter (1979) señala que son
como aquellos” rasgos de las personas, entornos, situaciones y/o acontecimientos que
parecen moderar las predicciones de psicopatología basadas en niveles de riesgo
individual”.

Los factores de protección, si están presentes, favorecen la resistencia ante el


riesgo y fomentan resultados caracterizados por patrones de adaptación y
competencia. Sin embargo, la ausencia de estos factores, como por ejemplo el
compromiso de la familia, la escuela, la religiosidad, el deporte, el trabajo, la falta de
valores morales y éticos, de capacidad de resolución de problemas, o de gestionar
adecuadamente las emociones, así como la falta de autoestima, son precursores de la
delincuencia y de conductas antisociales

Hablar de factores protectores, es hablar de características detectables en un


individuo, familia, grupo o comunidad que favorecen el desarrollo humano, el
mantenimiento o la recuperación de la salud; y que pueden contrarrestar los posibles
efectos de los factores de riesgo, de las conductas de riesgo y, por lo tanto, reducir la
vulnerabilidad, ya sea general o específica.

Donas Burak (2001) plantea que existen dos tipos de factores protectores: de
amplio espectro, o sea, indicativos de mayor probabilidad de conductas protectoras
que favorecen el no acontecer de daños o riesgos; y factores protectores específicos a
ciertas conductas de riesgo. Dentro de los factores de amplio espectro, nombra:
familia contenedora, con buena comunicación interpersonal; alta autoestima; proyecto
de vida elaborado, fuertemente internalizado; locus de control interno bien
establecido; sentido de la vida elaborado; permanecer en el sistema educativo formal
y un alto nivel de resiliencia.

Como factores protectores específicos, están: el uso de cinturón de seguridad


(que reduce o evita accidentes automovilísticos); no tener relaciones sexuales, o
tenerlas con uso de preservativo (que reduce o evita el embarazo, ETS, Sida); y no
fumar (reduce o evita el cáncer de pulmón y enfisema). Donas Burak (2001)
considera que el abordaje preventivo debe hacerse desde el marco de acciones que
cumplan con ciertos requisitos fundamentales: el objetivo debe ser el desarrollo
humano en los adolescentes; las acciones deben ser intersectoriales; la salud debe ser
vista desde el concepto de la integralidad; la atención debe ser multidisciplinaria;
debe existir un amplio ámbito para la participación social y en salud de los
adolescentes y debe existir una amplia participación de padres y profesores.

Según Serrano (1995) y Rutter (1992), citados por Rojas (2002), hablamos de
factores protectores a las circunstancias, características, condiciones y atributos que
facilitan conseguir la salud integral del adolescente y el desarrollo de este como
individuo y como grupo. Son definidos por Rutter (1979) como aquellos rasgos de las
personas, entornos, situaciones y/o acontecimientos que parecen moderar las
predicciones de psicopatología basadas en niveles de riesgo individual.

Palermo (2009), indica que los factores de protección, si están presentes,


favorecen la resistencia ante el riesgo y fomentan resultados caracterizados por
patrones de adaptación y competencia. Sin embargo, la ausencia de estos factores,
como por ejemplo el compromiso de la familia, la escuela, la religiosidad, el deporte,
el trabajo, la falta de valores morales y éticos, de capacidad de resolución de
problemas, o de gestionar adecuadamente las emociones, así como la falta de
autoestima, son precursores de la delincuencia y de conductas antisociales

Los factores de protección según Masten y Reed citados por Vanderbilt y


Shaw, (2008) se han identificado en tres áreas principales en el niño o adolescente,
(2) en la familia y (3) en la comunidad, siendo este último el menos estudiado. Por el
contrario, buena parte de la literatura científica es la relativa al infante y al
adolescente, probablemente porque la resiliencia se entendía como una característica
intrínseca de la persona. Esta concepción no contemplaba que en la comprensión de
la conducta humana es necesario incluir la influencia del entorno y del aprendizaje.

A grandes rasgos, podría considerarse que la existencia de diversas fuerzas


que refuerzan los factores de protección, no son fruto del azar. Ambos tipos de
factores, es decir de riesgo y protección, suelen ser el resultado de procesos iniciados
tiempo atrás y en ocasiones han incorporado los valores culturales como el
patrimonio social. Sin embargo, son susceptibles de ser reforzados y desaparecer, la
interacción entre ellos es dinámica, cambian dependiendo de las etapas de desarrollo,
y pueden variar de acuerdo con la situación de adversidad. También tal como lo
refiere Grotberg, (1995:34), “pueden actuar de manera independiente o interactuar
entre ellos, intensa o moderadamente para prevenir o minimizar el resultado de la
crisis o de la adversidad crónica”.

Transgresión Juvenil

Técnicamente, el adolescente transgresor, es aquella persona que no posee la


mayoría de edad penal y que comete un hecho que está castigado por las leyes. Lo
expuesto, permite afirmar a Herrero (2000:362) que el término delincuencia juvenil
“es un concepto eminentemente socio-histórico”. Y en este sentido, Garrido
(2002:62), define al delincuente juvenil “como una figura cultural”, porque su
definición y tratamiento legal responde a distintos factores en distintas naciones,
reflejando una mezcla de conceptos psicológicos y legales.

Prosigue Garrido (2002:85), técnicamente, el delincuente juvenil es “aquella


persona que no posee la mayoría de edad penal y que comete un hecho que está
castigado por las leyes” En opinión de Núñez (2002:11), en el ámbito de la
criminología el concepto de joven debe ser entendido en un sentido amplio,
abarcando las edades comprendidas entre los 14 y los 21 años, haciendo dentro de
este tramo de edades una subdivisión entre jóvenes y semi adultos.

El términotransgresión juvenil no tiene el mismo significado para todos los


criminólogos. Difieren básicamente en dos puntos, el primero en determinar la edad a
partir de la cual se puede hablar de delincuente juvenil y el segundo, que radica en
determinar cuáles deben ser las conductas que dan lugar a calificar a un joven como
delincuente.
El estudio de la criminalidad juvenil constituye un tema de actualidad, no sólo
del derecho penal, sino también de la criminología y de las ciencias conexas. El
constante aumento de los conflictos sociales, y con ellos el de la delincuencia, ha
incrementado el interés por el tema, tanto en los países industrializados o centrales,
como también en los llamados países periféricos como son los de América Latina.

Para comprender el interés por el análisis y la búsqueda de soluciones para la


transgresión juvenil, es necesario ubicar este fenómeno dentro de la problemática de
la sociedad actual. La estructura social en que les ha tocado vivir a los niños y
jóvenes de hoy, está caracterizada por una complejidad cada vez mayor, donde la
búsqueda de soluciones no depende ni de fórmulas tradicionales, ni de líderes
carismáticos.

La transgresión juvenil se ubica, por lo menos en América Latina, dentro de un


contexto social caracterizado por grupos de niños y adolescentes ubicados dentro de
niveles de miseria o pobreza, desempleo, narcotráfico concentración urbana, baja
escolaridad o analfabetismo, agresiones sexuales y desintegración familiar. A estos
grupos sociales se les ha negado todos los derechos humanos, tales como el derecho a
la vida, la salud la educación la vivienda, en fin, el derecho al desarrollo.

Sumado a este contexto, hay que agregar que la sociedad actual se caracteriza
por un debilitamiento de los sistemas tradicionales de apoyo para el desarrollo de la
niñez y de la adolescencia. Puede mencionarse, por lo menos, tres medios de apoyo
que con los cambios sociales, se han debilitado como para dar una respuesta efectiva
al desarrollo de la niñez y de los adolescentes. En primer lugar, está la Familia. Los
medios de comunicación sobre todo la televisión, han suprimido la jerarquía y
hegemonía que la familia tenía como formadora de costumbres sociales.

Además, la incorporación de la mujer al sistema laboral por necesidad u


oportunidades de desarrollo, y otros cambios en la estructura familiar, como la
ausencia generalizada del padre, replantean las relaciones del niño y del joven. La
Escuela, por su parte, se caracteriza por un marcado énfasis academicista y por la
competitividad feroz, borrando el sentido comunitario y la promoción del desarrollo
integral de los jóvenes. Además, los Sistemas de Asistencia y Recreación, como
apoyos alternativos, son mínimos y siempre insuficientes para la satisfacción de las
necesidades de la población juvenil.

En palabras de González (2003:147) La escuela junto a la familia es el otro gran


agente de socialización de nuestra sociedad, en la que los niños y adolescentes deben
aprender a tener un comportamiento pacífico en sociedad. No se debe olvidar que la
época escolar es un tramo en la vida de las personas por el que todos los niños deben
de pasar y que incide profundamente en su desarrollo personal.

En la escuela, además de aprender una serie de materias que conformarán una


base cultural, se enseña (o más correctamente se debería enseñar), sobre todo, a los
niños como deben comportarse, cuál debe ser la relación con sus compañeros, con los
profesores y con el resto de la comunidad, de tal forma que se realice la socialización
del individuo, con el objetivo de convertirlo en un buen ciudadano. El problema
reside en que la escuela que en principio debía de ser junto a la familia uno de los
principales apoyos en la educación y socialización de los niños y jóvenes, resulta que
es también uno de los principales factores criminógenos de la delincuencia infantil y
juvenil, ante la ausencia de una adecuada difusión de valores.

Por último, conviene manifestar que la delincuencia juvenil es el resultado de la


combinación de diversos factores de riesgo y respuesta social. Se presenta en toda
sociedad, en donde los antivalores de violencia, agresividad, competencia salvaje,
consumo se imponen a los valores supremos de la sociedad, como la tolerancia la
solidaridad y la justicia.
Tipología de los Adolescentes Transgresores:

Atendiendo a los rasgos peculiares de personalidad o de índole psicosocial, el


profesor Herrero (1997), señala tres categorías tipológicas de los menores
transgresores:

1. Una primera categoría de jóvenes delincuentes vendría definida por rasgos de


anormalidad patológica, fundamentalmente:

Menores delincuentes por psicopatías:aquí el punto de referencia lo constituye


la existencia de alguna de las formas de psicopatía, entendida por Hare como la
patología integrada, conjuntamente, de la incapacidad de quien la padece de sentir o
manifestar simpatía o alguna clase de calor humano para con el prójimo, en virtud de
la cual se le utiliza y manipula en beneficio del propio interés, y de la habilidad para
manifestarse con falsa sinceridad en orden a hacer creer a sus víctimas que es
inocente o que está profundamente arrepentido, y todo ello, para seguir manipulando
y mintiendo.

Consecuencia de ello, es que el menor es incapaz de adaptarse a su contexto y


actuar como tal, porque el trastorno de la personalidad que sufre, le impide inhibirse
respecto de conductas o comportamientos contrarios a las normas. El menor psicópata
tiende a perpetrar actos antisociales según la orientación nuclear de la propia
psicopatía, siendo de destacar en este sentido los actos que expresan frialdad y
crueldad por parte del sujeto.

Menores delincuentes por neurosis: la neurosis consiste en una grave


perturbación del psiquismo de carácter sobrevenido y que se manifiesta en desórdenes
de la conducta, pudiendo ser su origen muy diverso como fracasos, frustraciones,
abandono o pérdida de seres muy queridos, entre otros. Criminológicamente, el
neurótico trata de hacer desaparecer la situación de angustia que sufre cometiendo
delitos con el fin de obtener un castigo que le permita liberarse del sentimiento de
culpabilidad que sobre él pesa, y esto es también válido para el menor neurótico,
aunque sean muchos menos que los adultos.

Menores delincuentes por auto referencias sublimizadas de la realidad: aquí se


incluyen los menores que, por la confluencia depredisposiciones psicobiológicas
llegan a mezclar fantasía y juego de unaforma tan intensa que empiezan a vivir fuera
de la realidad. Esprecisamente ese estado anómalo el que puede conducirlos a
cometeractos antisociales.

2. Una segunda categoría integrada por jóvenes con rasgos de anormalidad no


patológica, y en la que entrarían:

Menores delincuentes con trastorno antisocial de la personalidad:se trata de


menores cuyas principales son lahiperactividad, excitabilidad, ausencia de
sentimiento de culpa, culpabilidad con los animales y las personas, fracaso escolar, y
son pocoo nada comunicativos.Una de la principal causa de este trastorno es la
ausencia o la figura distorsionada de la madre, aunque tampoco ha de infravalorarse
la disfuncionalidad del rol paterno, pues según algunos trabajos, el crecer sin padre
acarrea al niño nocivas consecuencias que afectan al campo de la delincuencia.

En muchos casos se trata de menores que viven en la calle, en situación de


permanente abandono, porque nos encontramos con menores que, a su edad,
acumulan graves frustraciones, rencores y cólera contra la sociedad, y que tienen un
mismo denominador común: el desamor, la falta de comprensión y de cariño, así
como de atención y cuidado de sus padres. En definitiva, son jóvenes con una
desviada socialización primaria que acaba por abocarles a la delincuencia.
Menores delincuentes con reacción de huida:En este caso se trata normalmente
de menores que han sufrido maltrato en el hogar y por ello abandonan el mismo. Son
menores psicológicamente débiles, y que en lugar de responder a la agresión, eligen
la huida sin plazos, y casi siempre sin rumbo. Ese alejamiento les hace propicios al
reclutamiento por parte de los responsables de la delincuencia organizada, que les
escogen para llevar a cabo actuaciones simples, pero de gran riesgo como el
transporte de drogas en su propio cuerpo.

3. En una tercera categoría incluye Herrero (ob.cit.) a aquellos menores


delincuentes que presentan rasgos de personalidad, estadísticamente normales o
próximos a la normalidad. Son aquellos afectados por situaciones disfuncionales que
no perturban de manera especialmente anormal, ni la conciencia, ni la capacidad
espontánea de decisión ni la emotividad o afectividad. Esta sería la categoría que
englobaría a la mayor parte de los menores delincuentes, entre los que podemos
incluir, sin ánimo exhaustivo, los siguientes:

Aquellos que llevan a cabo simples actos de vandalismo, ataques al mobiliario


urbano, entre otros., como consecuencia de las perturbaciones psicobiológicas que
producen la pre adolescencia y la adolescencia por motivos de desarrollo y cambio.
Los que cometen pequeños hurtos, robos o fraudes por motivos de autoafirmación
personal frente a compañeros, creyendo suscitar en ellos admiración.

Los que cometen delitos contra el patrimonio o la indemnidad sexual por puro
placer, siendo incapaces de resistir a sus estímulos seductores. Los que delinquen para
satisfacer meras apetencias consumistas. Respecto a la procedencia social de los
delincuentes juveniles, los investigadores han convenido, en destacar que por lo
general, la mayor incidencia criminal se encuentra en las personas de la clase social
baja, pero la verdadera magnitud de la propensión de cada clase no está clara del
todo.
En este sentido ya señalaba West (1969), que uno de los factores importantes
que tienen probabilidad de poner en marcha el mecanismo que puede llevar a
cualquiera a ser delincuente, es la baja categoría en el sistema de las clases sociales,
la deficiencia en la educación, la pobreza, un ambiente familiar inadecuado o
perturbado, la residencia en un mal vecindario y pertenencia a una familia numerosa.

Así, destacaba que entre las familias de la clase más baja, muchas residían en
barrios miserables, no limitaban el número de hijos y sufrían pobreza y falta de
educación. Dicho con otras palabras, los factores adversos tendían a presentarse todos
juntos y a actuar recíprocamente uno sobre otros hasta el punto de crear una situación
generadora de delitos.

Sin embargo, ya por entonces, algunos autores ya desafiaban la opinión de que


el comportamiento delictivo es más preponderante entre jóvenes de clase inferior, y
explicaban el hecho de que estuvieran más representados ante los Tribunales en
mayor número diciendo que las clases bajas están más expuestas a ser detenidas y
llevadas ante la justicia por malas acciones que serían juzgadas de otro modo si
fueran cometidas por personas de la clase media o alta.

Bases Legales

Pérez, (2002:60), define las bases legales como: "El conjunto de leyes,
reglamentos, normas, decretos, etc., que establecen el basamento jurídico que sustenta
la investigación (p.60). Por ello, el concepto de bases legales se define como el
conjunto de normativas legales desde las leyes, reglamentos, decretos entre otros que
guarde relación con la investigación de estudio.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 1999), en
su artículo 78, hace mención especial de la protección que poseen los niños, niñas y
adolescentes, expresando lo siguiente:

Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán


protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los
cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta
Constitución, la Convención sobre los Derechos del Niño y demás
tratados internacionales que en esta materia haya suscrito y ratificado la
República. El Estado, las familias y la sociedad asegurarán, con prioridad
absoluta, protección integral, para lo cual se tomará en cuenta su interés
superior en las decisiones y acciones que les conciernan. El Estado
promoverá su incorporación progresiva a la ciudadanía activa y creará un
sistema rector nacional para la protección integral de los niños, niñas y
adolescentes.

En el citado artículoconstitucional consagra la prioridad absoluta,protección


integral, e interés superior, como prioridades dentro de los principios que engloban la
protección de los niños, niñas y adolescentes. Este artículo contiene disposiciones
idóneas y suficientes que permiten construir un nuevo derecho para niños y
adolescentes, propiciar un cambio en las instituciones sociales a fin de activar ese
derecho y pasar del reproche individual de la situación del niño a una consideración
estructural del problema, dejando claro en el texto del mismo su esbozohacia la
creación de un sistema rector para la protección integral de la infancia y la
adolescencia.Por su parte el artículo 75 de la Norma Suprema expone que:

El Estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad


y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas.
Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes,
la solidaridad, el esfuerzo común, la comprensión mutua y el respeto
recíproco entre sus integrantes. El Estado garantizará protección a la
madre, al padre o a quienes ejerzan la jefatura de la familia. Los niños,
niñas y adolescentes tienen derecho a vivir, ser criados o criadas y a
desarrollarse en el seno de su familia de origen. Cuando ello sea
imposible o contrario a su interés superior, tendrán derecho a una familia
sustituta, de conformidad con la ley. La adopción tiene efectos similares a
la filiación y se establece siempre en beneficio del adoptado o la
adoptada, de conformidad con la ley. La adopción internacional es
subsidiaria de la nacional.

El estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es promover el


bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que permitan
a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización
espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que esta
constitución establece. El deber del estado es resguardar la seguridad nacional, dar
protección a la población y a la familia, propender al fortalecimiento de esta,
promover la integración armonice de todos los sectores de la nación y asegurar el
derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida
nacional.

La Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, (2015), en


el artículo 7 Prioridad Absoluta, expone lo siguiente:

El Estado, la familia y la sociedad deben asegurar, con Prioridad


Absoluta, todos los derechos y garantías de los niños y adolescentes. La
prioridad absoluta es imperativa para todos y comprende: a) Especial
preferencia y atención de los niños y adolescentes en la formulación y
ejecución de todas las políticas públicas; b) Asignación privilegiada y
preferente, en el presupuesto, de los recursos públicos para las áreas
relacionadas con los derechos y garantías de los niños y adolescentes y
para las políticas y programas de protección integral al niño y
adolescente; c) Precedencia de los niños y adolescentes en el acceso y la
atención a los servicios públicos; d) Primacía de los niños y adolescentes
en la protección y socorro en cualquier circunstancia.

La familia seguirá siendo la esencia de la protección al menor pero en aquellos


casos en que ésta falle o no sea posible su cuidado, a falta de la misma, se considera
que a sociedad debe y tiene derecho de participar activamente para lograr la vigencia
plena y efectiva de los derechos y garantías de todos los niños y adolescentes y el
Estado debe crear formas de participación directa y activa de la sociedad en la
definición, ejecución y control de las políticas de protección dirigidas a los niños y
adolescentes.

Ahora bien, en el caso de incurrir el adolescente en un hecho contrario a la ley


penal, ha de ser sometido al Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente, el
Artículo 90 de la Ley Orgánica Para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,
(2015), establece las Garantías del Adolescente en esta situación en los términos
siguientes:

Todos los adolescentes que, por sus actos, sean sometidos al sistema
penal de responsabilidad del adolescente, tienen derecho a las mismas
garantías sustantivas, procesales y de ejecución de la sanción, que las
personas mayores de dieciocho años, además de aquéllas que les
correspondan por su condición específica de adolescentes.

El Sistema Penal de Responsabilidad de Adolescentes, lo forma un conjunto de


órganos y entidades especializadas, que se encargan de establecer la responsabilidad
del o de la adolescente por los hechos punibles que cometan, así como la aplicación
de las sanciones y posterior control de tales sanciones, mediante un procedimiento
igualmente especial revestido de todas las garantías de todo proceso penal, además de
las que son exclusivas a este sistema, consagradas en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

Naturaleza de la Investigación

Los Trabajos de Grado de Especialización pueden realizarse siguiendo


cualquiera de los paradigmas o enfoques de investigación propios de las disciplinas
en las que se ubique la temática escogida, siempre y cuando el estudiante, en su
proyecto, logre justificar, de manera satisfactoria, la metodología seleccionada, en el
caso de este estudio de ubicó en una investigación documental.

Tipo de Investigación

La presente investigación, se encuentra ubicada en la investigación


documental. Los trabajos de corte documental son definidos por las Normas del
Manual de la Universidad Bicentenaria de Aragua (2012:5), como un “procedimiento
sistemático de indagación, recolección, organización, interpretación y presentación de
datos e información del tema, basado en una estrategia de análisis de documentos”.

Cabe mencionar, que este tipo de investigación consiste en la selección y


recopilación de información por medio de la lectura y crítica de documentos y
materiales bibliográficos, por lo que permite obtener documentos nuevos en los que
es posible describir, explicar, analizar, comparar, criticar entre otras actividades

36
38

intelectuales, un tema o asunto mediante el análisis de fuentes de información. Este


un proceso de búsqueda que se realiza en fuentes con el objeto de recoger
información organizada, describirla e interpretarla, respondiendo a elementos o
interrogantes o proporcionando información sobre cualquier hecho de la realidad.

Nivel de la investigación

El nivel de la investigación fue descriptivo, en cuanto a la concepción de la


investigación de nivel descriptivo, puede decirse que, mediante este tipo de
investigación, se logra caracterizar un objeto de estudio o una situación concreta,
señalar sus características y propiedades Según Sabino (2005:58):

La preocupación primordial de la investigación descriptiva radica en


describir algunas características fundamentales de conjuntos homogéneos
de fenómenos, utilizando criterios sistemáticos para destacar los
elementos esenciales de su naturaleza. De esta forma se pueden obtener
las notas que caracterizan a la realidad estudiada.

Esta investigación permitió obtener información del estado actual del


fenómeno en estudio. Por lo tanto, se precisó la naturaleza de una situación tal como
existe en el momento en que se produce, para luego compararlo con los resultados
finales Este enfoque se hace sobre conclusiones dominantes o sobre una persona,
grupo o cosa. En base a ello la investigadora plasmó los datos tal y como acontecen
en el escenario de estudio.
39

Modalidad de la investigación

Se utilizó la modalidad jurídico dogmática, la cual según Witker (1997:59), “es


aquel que concibe el problema jurídico desde una perspectiva estrictamente
formalista descontando todo elemento fáctico o real que se realice en la institución,
norma jurídica o estructura legal de la investigación”.

La definición de la dogmática jurídica viene a estar dada alrededor del derecho


positivo. La dogmática jurídica estudia el derecho vigente en determinado espacio y
tiempo históricos que se precisan en el ordenamiento jurídico de un país que, bajo la
forma de repúblicas o monarquías constitucionales, no es sino una parte de la
sociedad humana organizada con reglas y preceptos que establecen derechos y
obligaciones

Al respecto, Nino (2000:38), indica que: “en la labor dogmática


estaríaimplícita una adhesión formal al sistema legislado que se expresa mediante la
recomendación de que el derecho sea aplicado y obedecido tal como es, puesto que el
dogmático, al describir el derecho, recomienda su aplicación tal como surge de esa
descripción.

Método de Investigación

Para el desarrollo de la Investigación se utilizó el método analítico. En cuanto


al análisis en general, éste se sustentó en el criterio de Tamayo y Tamayo (2003:146),
quienes consideran que es:

…un proceso mediante el cual, usando un conjunto de informaciones


pertinentes como elementos de juicio, raciocinamos con la finalidad de
descubrir causas, efectos, cualidades, motivos, posibilidades, riesgos,
40

como base para la acción o para el conocimiento de una situación.

Del análisis progresivo de la información estudiada surgieron las conclusiones y


recomendaciones, las cuales fueron evaluadas y perfeccionadas a través de un
proceso de síntesis, lo cual se entendió como la recomposición de las partes o
elementos de un todo que el análisis había separado, para integrarlas en una unidad
coherente y con sentido pleno, que condujo a conclusiones finales, racionalmente
fundamentadas.

Técnicas de Recolección de Información

Según Brito (2003:15) “Las técnicas que facilitarán el análisis de la información


son la lectura, el fichaje, el subrayado y el análisis de contenido de las leyes, índices,
extractos, manuales, obras de autores, diccionarios, periódicos, páginas Web de
Internet, correos electrónicos”.

En este sentido, las técnicas que se emplearon fueron las adecuadas a la


investigación documental; entre las que se destacan:

El Análisis de contenido, el cual permitió clasificar la información, siguiendo


para ello lo considerado por Krippendorf (1980), citado por Hernández y otros
(2007:412), quien afirma que el análisis de contenido es “… una técnica de
investigación para hacer inferencias válidas y confiables de datos con respecto a su
contexto”.

Para llevar a cabo el análisis aludido, fue necesario diseñar una matriz de
análisis de contenido la cual será necesaria para registrar y analizar el contenido de la
41

información recolectada, Hernández y otros (2007:13), consideran que en esta es


necesario definir claramente el universo a analizar, las unidades de análisis y las
categorías de análisis.

Revisión documental. Para Balestrini, (2006:152), esta se utiliza como punto de


partida en el análisis de las fuentes documentales, mediante una lectura general de los
textos, se inicia la búsqueda y observación de los hechos presentes en los materiales
escritos consultados que son de interés para esta investigación.

Lectura evaluativa. Se entiende como aquella lectura que, según Alonso


(2002:115):

… es esencialmente crítica, pues, no se trata sólo de comprender el


pensamiento de un autor, sino de valorarlo. En ese sentido, se puede decir
que la lectura que se realiza para la recolección de los datos tiene un
carácter sumamente complejo, ya que la misma constituye el nivel más
difícil que puede alcanzarse en la actividad de leer.

Clasificación:Permite destacar los aspectos más resaltantes de esta


investigación mediante la clasificación de la información, la cual se lleva a cabo
tomando en cuenta los objetivos del estudio. En cuanto a las categorías teóricas, éstas
fueron clasificadas en conjuntos parciales y subordinados, de acuerdo con la
relación lógica que existe entre ellos, en tal sentido, esta se materializó a través del
análisis de contenido de naturaleza cualitativa.

Como instrumento de refuerzo para facilitar la recopilación y clasificación de la


información, se utilizaron fichas de trabajo, estas permitirán una mejor organización
de la información extraída de las fuentes consultadas, pudiéndose utilizar
adicionalmente entre otras, la técnica del subrayado y la técnica de asociaciones.
42

El subrayado. Fischer (2000:16), define el subrayado como “Resaltar por


medio de rayas, ideas centrales en una lectura”. El fichaje por su parte no es sino, el
vaciado de las ideas principales subrayadas en el texto, en la ficha. Al unir las ideas
principales fichadas, lógicamente, con su respectiva interpretación, se tiene un texto
ordenado y clarificador del problema que se investiga.

El resumen. Ramírez (2001:34), considera que es “esquematizar bajo ideas


principales, la temática estudiada”. El autor afirma, que por medio del resumen se
logra indicar en forma reducida, la vida que ha tenido una investigación. Alonso
(2002:117), por su parte considera, que la técnica del resumen es entendida como “…
la exposición condensada de un escrito en el cual se refleja fielmente las ideas
expresada en el texto original, su extensión es variable, pues puede referirse desde un
párrafo hasta un libro”.
43

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La violación de la norma penal en adolescentes, se convierte en uno de los


fenómenos más complejos de las sociedades actuales, cobrando gran notoriedad en
los últimos años, este es un fenómeno que se desprende de una estructura socio-
cultural, que parte de las características de cada sociedad y cada país. En todo caso,
debe considerar la existencia de factores influyentes, personales y ambientales, en el
surgimiento de la conducta del joven en conflicto con la ley penal.

Conclusiones

Cuanto más se sabe respecto a los factores asociados a la conducta delictiva,


surge mayor evidencia en cuanto a que tal comportamiento, está menos asociado a
factores genéticos y fundamentalmente, más conectado a factores de índole
psicosociales. Partiendo de esta afirmación a continuación se inicia el resultado de los
objetivos propuestos para el presente estudio.

En líneas generales el objetivo determinar la utilidad de la prevención como


medida para evitar o atenuar las acciones delictivas, es importante en primer lugar
explicar que una acción preventiva es aquella que posee la cualidad de anticiparse y
cuyo fundamento reside en la utilidad de sus consecuencias. En este sentido, la
prevención puede ser definida como el conjunto de medidas cuyo propósito es reducir
o impedir la emergencia de conductas delictivas o proporcionar un tratamiento
dirigido a disminuir la reincidencia.
44

Otro aspecto de interés es el referido a que tales medidas pueden encontrarse


dirigidas a la sociedad, a grupos específicos en situaciones de riesgo o a personas que
necesitan ayuda urgente y cuyo objetivo se centra en implementar formas que frenen
el surgimiento de la delincuencia, es una manera de intervención consistente en
adoptar medidas para impedir la delincuencia o disminuir el riesgo de perpetración de
delitos, un modo de intervención social destinado a controlar la delincuencia.
41

Evidentemente, cuando se toca el punto de la prevención, no puede obviarse


que es menester distinguir los tres tipos que existen según el momento en que se
produzcan, sin olvidar que estas prevenciones son diferentes entre sí y a su vez
complementarias: prevención primaria, secundaria y terciaria. Con respecto a la
Prevención primaria, cabe destacar, que esta es la más importante de las medidas
llevadas a cabo en la prevención de comportamientos antisociales, puesto que de su
eficacia dependerá que se evite llegar a los dos restantes.

La prevención primaria incide en los factores generales con el objetivo de


debilitar o neutralizar la conducta objeto de prevención. Inhibiendo el conflicto
antisocial antes de que aparezca, procurando una socialización provechosa acorde
con los objetivos sociales. En este caso, todos los subsistemas sociales en los que se
desenvuelve el individuo tienen que programarse para fomentar conductas
constructivas y socialmente beneficiosas. También se podría entender esta prevención
como el mecanismo por medio del cual se pone al alcance de todos los recursos
físicos, personales y materiales, con la finalidad de utilizar estos medios para actuar y
cambiar las condiciones que rodean al joven y favorecen la aparición de
comportamientos antisociales.

En cuanto a la prevención secundaria esta actúa a corto o medio plazo con


grupos, que exhiben mayor riesgo de padecer o protagonizar un problema delictivo.
Las medidas de prevención secundaria hacen referencia a aquellas destinadas a
detectar e intervenir precozmente sobre los comportamientos antisociales. Este tipo
45

de medidas se llevan a cabo por expertos cuyo objetivo es detectar la población de


riesgo e implementarlas. Por tanto, el trabajo de los expertos en esta fase es la
aplicación de lo que se conoce como tratamiento precozcon los grupos que presentan
un alto riesgo.

La prevención terciaria puede ser definida como las medidas llevadas a cabo
una vez que el problema ya se ha hecho presente, consiste en la toma de acciones
para que el delito que apareció no se repita, por lo que se orienta básicamente a la
readaptación social que se le da al joven. Este tipo de prevención se refiere a las
actuaciones que se llevan a cabo sobre las conductas antisociales una vez declaradas
con medidas de rehabilitación y reeducación. Por tanto, es el último nivel, llegándose
a ella cuando han fracasado los dos niveles de prevención nombrados anteriormente.

En cuanto al objetivo señalar la importancia de los factores protectores en la


conformación de la conducta futura del adolescente, es básico mencionar, que
factores protectores abarca las circunstancias, características, condiciones y atributos
que facilitan conseguir la salud integral del adolescente y el desarrollo de este como
individuo y como grupo. Son definidos por Rutter (1979) como aquellos rasgos de las
personas, entornos, situaciones y/o acontecimientos que parecen moderar las
predicciones de psicopatología basadas en niveles de riesgo individual.

De hecho, si los factores de protección, están presentes, favorecen la


resistencia ante el riesgo y fomentan resultados caracterizados por patrones de
adaptación y competencia. Sin embargo, la ausencia de estos factores, como por
ejemplo el compromiso de la familia, la escuela, la religiosidad, el deporte, el trabajo,
la falta de valores morales y éticos, de capacidad de resolución de problemas, o de
gestionar adecuadamente las emociones, así como la falta de autoestima, son
precursores de la delincuencia y de conductas antisociales.
46

Los factores de protección se han identificado en tres áreas principales en el


niño, niña o adolescente, en la familia y en la comunidad, siendo este último el menos
estudiado. Por el contrario, buena parte de la literatura científica es la relativa al
infante y al adolescente, probablemente porque la resiliencia se entendía como una
característica intrínseca de la persona. Esta concepción no contemplaba que en la
comprensión de la conducta humana es necesario incluir la influencia del entorno y
del aprendizaje.

A grandes rasgos, podría considerarse que la existencia de diversas fuerzas


que potencian los factores de protección, no son producto del azar. Ambos tipos de
factores, es decir de riesgo y protección, suelen ser el resultado de procesos iniciados
tiempo atrás y en ocasiones han incorporado los valores culturales como el
patrimonio social. Sin embargo, son susceptibles de ser reforzados y desaparecer, la
interacción entre ellos es dinámica, cambian dependiendo de las etapas de desarrollo,
y pueden variar de acuerdo con la situación de adversidad.

Los factores de protección no necesitan necesariamente incluir hechos


intrínsecamente beneficiosos; el interés no es tanto por factores que nos hacen sentir
bien, como por procesos o mecanismos que nos protegen del riesgo. En los últimos
años el término factores de protección se ha utilizado para referirse a todos los
factores asociados a resultados positivos, independientemente de la procedencia o no
de exposición a situaciones de alto riesgo, argumentando algunos investigadores que
es preciso referirse a protección siempre y cuando esté interactuando con el riesgo, y
sirva para poder predecir un resultado.

Por último, el objetivo caracterizar los factores de riesgo como elementos


desencadenantes de conductas transgresoras en adolescentes, muestra que la
delincuencia juvenil puede verse causada por una serie de factores, que configuran la
multicausalidad del fenómeno. Ante un fenómeno tan complejo y basado en
definiciones conceptuales tan polémicas, una de las estrategias más eficaces para
47

comprenderlo consiste en conceptualizar sus determinantes, más que como causas,


como factores de riesgo.

Desde la Criminología se desarrolla el enfoque de los factores de riesgo, que


se encuentra centrado en identificar y estudiar las causas del comportamiento en
niños/as y jóvenes que delinquen, como estadio previo a la criminalidad adulta. Estos
factores de riesgo son aquellos que pueden favorecer la aparición de una conducta
determinada, en determinado contexto; y no todos los factores tienen el mismo peso o
influencia. Es necesario mencionar que el factor de riesgo es probabilístico, no
determinista a desarrollar conductas problemáticas; significa únicamente que, si lo
comparamos con un individuo sin esos factores, tendrá una mayor probabilidad de
llegar a implicarse en esas conductas.

Tanto los factores de riesgo presentes en la infancia como en la adolescencia se


encuentran situados en las diferencias individuales, familia, grupo de iguales, escuela,
y la comunidad o vecindario donde los niños, niñas y adolescentes, desarrollan sus
vidas. Dentro de las características familiares se encuentran el bajo nivel económico,
desempleo, violencia familiar, desacuerdos maritales, divorcio, violencia doméstica,
abuso en la infancia, entre otros. Es básico hacer notar, que no solo su presencia
incrementaría el riesgo, sino que, además por no presentarse en la mayoría de casos
de manera aislada, pueden aumentar en mayor medida el riesgo de desarrollar
conductas antisociales en años posteriores.

Recomendaciones

Implementar políticas preventivas en materias de protección por parte del


Estado a los adolescentes a fin de evitar factores que incidan en la conformación de
conducta transgresora.
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Impulsar las escuelas para padres en todas las instituciones educativas para
optimizar su función socializadora.

Crear actividades en la comunidad de carácter deportivo, cultural y recreativo


como factor de ocupación del tiempo libre de niños, niñas y adolescentes.

Organizar charlas, talleres, encuentros cuyo propósito fundamental gire en


torno al recate de valores dentro del núcleo familiar.

Incorporar en número suficiente a especialistas en atención de la conducta de


adolescentes incursos en conductas transgresoras, en diferentes entes públicos.
49

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