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EL TEST DE RORSCHACH

Introducción a su estudio y utilización

hellmut
brinkmann sch.
El Test de Rorschach
RIL editores
bibliodiversidad
Hellmut Brinkmann Sch.

El Test de Rorschach
Introducción a su estudio y utilización

Facultad de Ciencias Sociales


Departamento de Psicología
155.2842 Brinkmann Sch., Hellmut
I El Test de Rorschach/ Hellmut Brinkmann
Sch. – – Santiago : RIL editores, 2013.

156 p. ; 23 cm.
ISBN: 978-956-01-0014-6

  1 test de rorschach. 2 test psicológicos.

El Test de Rorschach
Introducción a su estudio y utilización
Primera edición: enero de 2014

© Hellmut Brinkmann Sch., 2014


Registro de Propiedad Intelectual
Nº 231.950

© RIL® editores, 2013


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ISBN 978-956-01-0014-6

Derechos reservados.
Índice

Capítulo 1
Introducción 11
Biografía de Hermann Rorschach 11
Historia del Método de Rorschach 19

Capítulo 2
Aplicación y toma del Protocolo 23
Instrucciones o consigna 23
Referencias 30

Capítulo 3
Codificación de área (o localización),
modo de apercepción y tipo aperceptivo 31
Modo de apercepción 31
Respuestas de detalle (D o Dd) 34
Respuestas con espacio blanco (S) 36
Valor psicológico del modo de apercepción 37
Las respuestas globales o W 37
Las respuestas de detalle grande o D 39
Las respuestas de detalle pequeño o inusual (Dd) 40
Las respuestas que incluyen blanco 40
Tipo Aperceptivo 42
La sucesión de los modos de apercepción 45
Resumen criterios y simbología de codificación de la
localización o área 47
Referencias 49

Capítulo 4
Los Determinantes 51
La forma como determinante 55
Valor psicológico del uso de la forma como determinante 57
Los colores como determinantes 61
Colores cromáticos 61
Significado psicológico del uso del color como determinante 62
Colores acromáticos 65
El claroscuro (los matices de gris, el sombreado) como
determinante 66
El determinante de dimensionalidad o
forma-dimensión (FD) 67
Movimiento como determinante 67
Movimiento humano (M) 68
Movimiento animal (FM) 69
Movimientos o fuerzas inanimadas (m) 70
Relación entre las respuestas de color cromático y de
movimiento humano: el Tipo Vivencial 71
Referencias 73

Capítulo 5
Codificación de contenidos 75
Respuestas populares 80
Referencias 84

Capítulo 6
Fenómenos especiales 85
1. Alteración amnésica del hallazgo de las palabras o
alteración amnésica 86
2. Anulación de la conciencia de interpretación 86
3. Disminución de la conciencia de interpretación
(Rorschach) 87
4. Aumento de la conciencia de interpretación 88
5. Autorreferencia o personalización 88
6. Color descriptivo: C des. 90
7. Color nombrado: Cn 90
8. Combinación confabulatoria (CC) 91
9. Combinatoria simultánea y sucesiva 94
10. Confabulación 94
11. Crítica de objeto (Frankel y Benjamin) 96
12. Crítica de sujeto (Rorschach) 97
13. Detalle oligofrénico (Rorschach) 98
14. Estupor frente a los símbolos sexuales (Bohm) 98
15. Evidencia 101
16. Fabulación (Portuondo) 101
17. Fracaso (Bohm) 102
18. Fusión figura fondo (Bohm) (FFF) 104
19. Inversión figura – fondo (IFF) 105
20. Giro instantáneo 106
21. Involucración 107
22. Lenguaje procaz 107
23. Lógica autista (Rapaport-Schaffer) 108
24. Movimiento humano en animales (M en A) 109
25. MOR (o mórbido), (Exner) 109
26. Movimientos alternativos (Zulliger) o movimiento
de doble sentido o con dos sentidos 110
27. Percepción invertida (Weber-Stern) 111
28. Perseveración 111
29. Perspectiva 116
30. Respuesta cambiada 117
31. Respuesta de reflejo 118
32. Respuesta o (Zulliger) 119
33. Respuestas simbólicas 120
34. Necesidad de agotar la lámina 121

Capítulo 7
Psicograma e interpretación 123
Psicograma Test de Rorschach 124
Explicación del Psicograma en el Test de Rorschach 125
Pauta y esquema para la interpretación del psicograma y
confección del informe de personalidad 128
I. Área del pensamiento y actividad intelectual 128
II. Área de la afectividad 130
III. Área de las relaciones interpersonales 135
Anexos 137
Lista de detalles grandes (codificación D) 139
Protocolo Rorschach (Ejemplo) 150
Resumen de codificaciones 153
Psicograma 154
Capítulo 1
Introducción

Para entender correctamente lo que es y lo que no es el Test de


Rorschach, así como para comprender la lógica que sustenta su utili-
zación e interpretación, me parece fundamental saber cómo se originó
y conocer a su autor. Para ello transcribo a continuación parte de la
publicación Archiv und Sammlung Hermann Rorschach, de la autora
Rita Signer1.

Biografía de Hermann Rorschach


Niñez y juventud
Hermann Rorschach nació el 8 de no-
viembre de 1884, en Zúrich. Pasó su niñez
y juventud en Schaffhausen, donde su padre
era profesor de dibujo en una preparatoria
para varones y en una escuela industrial. Un
año antes de que Hermann ingresara a la
escuela cantonal, él y sus hermanos menores
perdieron a su madre. Dos años más tarde, Como estudiante en 1905

su padre contrajo matrimonio con la media


hermana de su primera esposa. En su último año en la escuela canto-
nal, Hermann se unió a la asociación estudiantil semioficial Scaphusia.
Sobre la interrogante del porqué obtuvo allí precisamente el apodo de
Klex (mancha), solo se puede especular. Eventualmente influyó en que
obtuviera este apodo el hecho de que ya en aquel entonces llamaba la

1
Rita Signer (2007). Archiv und Sammlung Hermann Rorschach. Edición de la Uni-
versitätsbibliothek Bern. Una traducción al español fue publicada por la Editorial
Psimática. La presente traducción y transcripción fue autorizada por la autora.

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Hellmut Brinkmann Sch.

atención como buen dibujante. En 1904, Hermann aprobó la Maturität


(término con el que se designa el fin de los estudios secundarios) y en el
mismo año muere el padre tras un largo período de sufrimiento. Esta
muerte dejó a la familia en una situación económica difícil. A pesar de
esto, Hermann pudo estudiar medicina.

Estudios en Zúrich, Berlín y Berna


En el otoño de 1904, Rorschach se matriculó como alumno de
medicina en Zúrich luego de un primer semestre propedéutico en
Neuchatel. A los 22 años, decidió convertirse en psiquiatra y el 18 de
febrero de 1906 le escribió a su hermana, cuatro años menor que él:
«No quiero seguir solo leyendo libros, sino que a las personas».
A Rorschach le gustaba frecuentar el círculo de estudiantes rusos,
donde conoció a su colega rusa Olga Stempelin, con quien se casó
en 1910. En 1906, tras unos semestres en Berlín y Berna, continuó
su carrera en Zúrich. En sus
últimos dos semestres asistió
a las clases de Bleuler sobre
psiquiatría general y especial,
y clínica psiquiátrica y a cursos
de Jung sobre la psicopatolo-
gía de la histeria. En febrero
de 1909 terminó sus estudios
de medicina con los exámenes
Olga y Hermann, 1910 estatales.

Como asistente en diferentes hospitales


psiquiátricos
En el verano de 1909, tras una estadía de muchos meses donde
los parientes de su prometida en Rusia, asumió el cargo de asistente
en el Thurgauische Irrenanstalt Münsterlingen (Hospital Psiquiátri-
co de Münsterlingen en Turgovia). Aquí se dedicó pronto a estudiar el
experimento de asociación de Jung. Paralelamente, se dedicó en gran
medida a los problemas de los trastornos psíquicos hereditarios, que
en aquel entonces era un área de investigación importante. El interés

12
El Test de Rorschach

por el psicoanálisis, despertado indudablemente por Bleuler y Jung, se


refleja en el trabajo psiquiátrico de Rorschach. Tanto en el diagnóstico
como en la intervención terapéutica jugaron para él un rol importante
los principios del psicoanálisis. Para su tesis eligió en acuerdo con
Bleuler el tema Reflexhalluzinationen («Alucinaciones reflejas»). En
1911, realizó, en este contexto, las primeras experiencias con manchas.
La tesis se publicó, en 1912, con el título Über «Reflexhalluzinatio-
nen» und verwandte Erscheinungen (Sobre «alucinaciones reflejas»
y manifestaciones relacionadas). A continuación se dedicó en mayor
medida al psicoanálisis. Entre 1912 y 1914, Rorschach publicó varios
trabajos psicoanalíticos, pero también publicó un trabajo sobre la
patología y operabilidad de los tumores de la glándula pineal, para el
que realizó una investigación microscópica dirigida por Constantino
von Monakow, el famoso neurólogo ruso en Zúrich. En la misma época
reseñó unas dos docenas de obras y artículos de revista, de los cuales
casi la mitad pertenecían a la literatura especializada rusa.
En la primavera de 1913, Rorschach renunció a su trabajo en
Münsterlingen y realizó un reemplazo en el Bernische Kantonale
Irrenanstalt Münsingen (Hospital Psiquiátrico Cantonal de
Münsingen en Berna), durante algunos meses. Allí se encontró con el
historial clínico de un cierto Johannes Binggeli, fundador de una secta
religiosa, quien entre 1896 y 1909 estuvo internado en la clínica. Este
caso despertó un interés persistente en Rorschach. A fines de 1913,
viajó a Rusia con su esposa con la idea de establecerse en este lugar
como psiquiatra. Sin embargo, seis meses más tarde volvió a Suiza.
Evidentemente, las condiciones de trabajo que había encontrado allá,
no eran las que esperaba.
Rorschach aceptó un puesto mal pagado de asistente en el Bernis-
che Kantonale Irrenanstalt Waldau (Hospital Psiquiátrico Cantonal de
Waldau en Berna), donde conoció de cerca a Walter Morgenthaler, unos
años mayor que él, por quien desarrolló un gran aprecio. Rorschach se
ocupó del caso de Binggeli durante toda su estadía en Waldau (desde
julio de 1914 hasta octubre de 1915) como informó Morgenthaler en
sus Erinnerungen an Hermann Rorschach (Recuerdos de Hermann
Rorschach). Rorschach empezó a reunir material y a estudiar literatura
sobre sectas, folclore, mitología y sobre historia mitológica, religiosa y

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Hellmut Brinkmann Sch.

de las iglesias. Mientras más se ocupaba de la psicología y psicopato-


logía de la fundación de sectas, místicas y mitologías, más profundas
relaciones se le hicieron evidentes con ciertas formas de presentarse
las enfermedades esquizofrénicas.

El nacimiento de dos hijos y una obra conocida


mundialmente
En el otoño de 1915, Rorschach fue nombrado médico secundario
en el Appenzell-Ausserrhodische Heil- und Pflegeanstalt (Sanatorio
de Appenzell-Ausserrhoden) en Herisau. En 1917, nació una hija del
matrimonio y dos años más tarde un hijo. A fines de 1917, Rorscha-
ch retomó los experimentos con manchas que había comenzado en
1911 y luego dejado de lado. Los resultados de esta investigación
que lo mantuvieron ocupado durante años se publicaron, en junio
de 1921, con el título Psychodiagnostik. Methodik und Ergebnisse
eines wahrnemungsdiagnostischen Experiments (Deutenlassen von
Zufallsformen) (Psicodiagnóstico. Metodología y resultados de un ex-
perimento perceptivo-diagnóstico-interpretación de formas casuales).
Paralelo a esto continuó dedicándose a la temática de las sectas y se
comprometió como vicepresidente de la Schweizerische Gesellschaft
für Psychoanalyse (Sociedad Suiza para el Psicoanálisis), fundada en
1919.
Es notable que Rorschach pudiera ejercer todas estas actividades,
además de su trabajo clínico, sobre todo si se tiene en cuenta que no
había personal médico en la clínica a excepción de él, el director y
un voluntario para más de 300 pacientes. Tal vez le ayudaba a esto
su facultad de disfrutar sus pocas vacaciones despreocupadamente.
Hermann Rorschach murió el 2 de abril de 1922, ocho meses después
de la publicación de Psychodiagnostik, debido a una apendicitis diag-
nosticada muy tarde.

Origen y desarrollo del Test de Rorschach


Como Rorschach mismo escribió, su Wahrnemungsdiagnostisches
Experiment (Experimento perceptivo-diagnóstico) se originó en sus
investigaciones sobre las alucinaciones reflejas. El 17 de octubre de

14
El Test de Rorschach

1910 le pidió consejo a Eugen Bleuler sobre su tesis. En su carta hizo


varias propuestas de temas, entre otras, un trabajo sobre «alucinaciones
reflejas complicadas», agregando: «En caso de que sean necesarias in-
vestigaciones previas sobre los distintos tipos de intelectos, encontraría
material suficiente en los alumnos de un profesor de secundaria, amigo
y vecino mío». A lo que se refería, eran experimentos con láminas con
manchas. Como más tarde informó el profesor Konrad Gehring, con-
sultado por Henri F. Ellenberger, Rorschach había desarrollado un método
para examinar a sus pacientes con manchas de tinta y compararlo con
los experimentos de asociación de Jung. Entonces, según una propuesta
de Gehring, Rorschach también examinó con manchas de tinta a sus
alumnos. La interrogante fue si los estudiantes más inteligentes tenían más
fantasías que los menos inteligentes. Sin embargo, en la tesis publicada en
1912 Über «Reflexhalluzinationen» und verwandte Erscheinungen (Sobre
«alucinaciones reflejas» y manifestaciones relacionadas), Rorschach no
menciona estos experimentos con manchas.

Un experimento perceptivo-diagnóstico
En los siguientes años, Rorschach pareció no continuar con esta inves-
tigación. A fines de 1917, se publicó una tesis elaborada bajo la dirección
de Bleuler con el título Phantasieprüfungen mit formlosen Klecksen bei
Schulkindern, normalen Erwachsenen und Geisteskranken (Estudio de la
fantasía con manchas sin forma en escolares, adultos sanos y enfermos
mentales), de un tal Szymon Hens. Este había examinado con 8 láminas
monocromáticas a 1.000 niños, 100 adultos sanos y 100 psicóticos, con el
objetivo de evaluar la fantasía. En ella se limitó al análisis del contenido
de las respuestas, las que eran dadas a la interrogante «¿Qué es esto?». Sin
embargo, tuvo también en consideración que las respuestas podían estar
influenciadas por otros factores, además de la fantasía. Había comprobado,
por ejemplo, que algunos de los sujetos de prueba tendieron a interpretar
la mancha completa, mientras que otros tendieron a interpretar solo partes
aisladas. Asimismo señaló que el experimento podía producir resultados
interesantes con manchas de colores. La publicación de Hens debe haber
sido lo que impulsó a Rorschach a retomar nuevamente sus anteriores ex-
perimentos con manchas.

15
Hellmut Brinkmann Sch.

En un principio experimentó con diferentes láminas con manchas,


las que denominó Klexographien2. Los sujetos de prueba eran pacientes
y empleados de la clínica de Herisau. Finalmente, se definió una serie
de 10 láminas con manchas que demostraron ser aptas para sus inte-
rrogantes y que por lo tanto determinó como serie definitiva, e hizo
imprimir en cartón. Rorschach entregaba a los sujetos de prueba las
láminas una tras otra en la mano, preguntándoles: «¿Qué podría ser
esto?». Las respuestas fueron anotadas y luego examinadas según los
siguientes criterios, especialmente formales:
–¿Las manchas se percibían e interpretaban como un todo o en
partes?
–¿Estaba determinada la respuesta solo por la forma de la mancha
o también por el color e incluso por el movimiento visto en la
lámina?
–¿Qué es lo que se ve?

Los criterios formales como interpretación total o de detalle,


influencia de la forma, color y movimiento, tuvieron para Rorschach
mucha más importancia que el contenido objetivo de las respuestas.
En la evaluación aplicó un método estadístico y calculó las influencias
formales y los contenidos según su representación numérica en el pro-
tocolo y las relaciones entre ellos. Comprobó que los sujetos de prueba
actuaban de manera muy distinta en la solución de la tarea. El modo
en el que interpretaron las manchas ambiguas parecía depender de de-
terminadas características de personalidad de la persona en cuestión y
se mostró que con ello se podía deducir patrones de comportamientos
típicos de grupos de personas determinados; por ejemplo, los grupos
de personas pertenecientes a la población sana con distintos grados
de inteligencia o con talentos diferentes, u otros grupos de pacientes
como esquizofrénicos, epilépticos y maníaco-depresivos.

La búsqueda de un editor
Los resultados de sus experimentos los reunió Rorschach en un
borrador, fechado en 1918, con el título Untersuchungen über die

2
Klex: manchas; graphien: escritos (N. del A.)

16
El Test de Rorschach

Wahrnehmung und Auffassung bei Gesunden und Kranken (Inves-


tigación sobre la percepción y concepción en sanos y enfermos). El
trabajo le parecía tan ampliamente desarrollado que lo quería publi-
car. Por lo tanto, en agosto de 1918, se dirigió con una petición por
escrito a Constantino von Monakow, editor de la revista Schweizer
Archiv für Neurologie und Psychiatrie (Archivo Suizo para la Neuro-
logía y Psiquiatría). Con esta carta comenzó una lucha que duró casi
tres años por la publicación de una obra que daría a su autor fama
mundial póstuma. La piedra de toque fueron desde un principio los
altos costos de la reproducción lo más fiel posible de las 10 láminas
con manchas, lo que hacía retractarse a los editores consultados.
Finalmente, Walter Morgenthaler le propuso publicar el trabajo en
su colección Arbeiten zur Angewandten Psychiatrie (Trabajos de
Psiquiatría Aplicada), la que estaba siendo planificada por el editor
bernés Ernst Bircher. Rorschach estuvo de acuerdo y a principios de
1920, gracias a la mediación de Morgenthaler, Bircher manifestó
que estaba dispuesto a asumir la publicación del trabajo junto con
la reproducción de las 10 láminas.

Expansión del área de investigación y desarrollo


del experimento
Entre tanto, Rorschach había continuado con su investigación y el
desarrollo del test. Si bien en el primer año sus experimentos se vieron
limitados principalmente a pacientes y personal sanitario de la clínica,
se le ofreció después progresivamente, gracias a buenos contactos, la
posibilidad de examinar a sujetos de la población normal y con esto
respaldar más ampliamente sus resultados. Su amigo y colega Emil
Oberholzer, quien dirigía una consulta particular como psicoanalista
en Zúrich, jugó en esto un rol importante y desde un principio tomó
parte activa en los experimentos de Rorschach.
Oberholzer realizó el experimento con la serie de láminas de Rors-
chach con sus clientes y le enviaba los protocolos de respuestas para la
evaluación. Rorschach no conocía ni la edad ni el género de los sujetos
de prueba; tampoco si estos estaban enfermos o sanos. Con suspenso
esperó cada comentario de su amigo sobre su «diagnóstico a ciegas».
Rorschach también disertó sobre su método del test en distintas so-

17
Hellmut Brinkmann Sch.

ciedades especializadas. Los manuscritos redactados con este objetivo


documentan de manera impresionante el creciente perfeccionamiento
y precisión de sus ideas.
A la fecha de la firma del contrato, en abril de 1920, Rorschach
aún no tenía ningún manuscrito listo para ser impreso. Tres meses
después, envió el manuscrito listo a Morgenthaler con el título Metho-
dik und Ergebnisse eines wahrnemungsdiagnostischen Experiments
(Deutenlassen von Zufallsformen): Metodología y resultados de un
experimento perceptivo-diagnóstico (interpretación de formas casua-
les). Un mes más tarde, Morgenthaler le propuso cambiar el título
del manuscrito, argumentando que el «tema» de Rorschach sería
mucho más significativo que «Diagnóstico de la percepción» y sugi-
rió «Psychodiagnostik» («Psicodiagnóstico») como título principal.
Rorschach replicó con una amplia argumentación para conservar el
título; sin embargo, finalmente cedió al cambio, luego de analizar
en detalle los argumentos que agregó Morgenthaler en relación a
razones de mercado.

El Psicodiagnóstico aparece
Para mal de Rorschach, la impresión del texto se retardó mes
a mes. Cada vez más colegas interesados esperaban por las láminas
reproducidas para usar por sí mismos el experimento. Sobre todo
le preocupaba el médico alemán Georg A. Roemer, quien en 1919
trabajó como médico voluntario en el hospital psiquiátrico en
Herisau y fue iniciado por Rorschach en el «experimento de inter-
pretación de las formas» –nombre que utilizó Rorschach más tarde
para denominar su experimento. Roemer había elaborado, en aquel
entonces, algunas láminas propias con manchas, las que Rorschach
calificó como «muy fantásticas». De vuelta en Alemania, Roemer
experimentó con sus propias láminas con manchas y comenzó a
emplear el método de Rorschach de un modo que preocupó cada
vez más a este último.
El 10 de junio de 1921, cuando Rorschach tuvo finalmente en
sus manos los dos primeros ejemplares de Psychodiagnostik con sus
respectivas láminas, consideraba superadas muchas de sus ideas ori-

18
El Test de Rorschach

ginales plasmadas en ellos. Desde que finalizó su manuscrito continuó


experimentando y acumulando incansablemente nuevas experiencias,
que requerían mayor elaboración. También estaba consciente de que
carecía casi por completo de un fundamento teórico del test. Había
todavía mucho por hacer.

Portada de la primera edición.


La imagen de la izquierda corresponde a la carpeta con las láminas y la de la derecha
al texto.

En los últimos meses previos a su inesperada muerte, una interro-


gante lo mantuvo cada vez más ocupado: ¿se justificaba dar tan poca
importancia al contenido objetivo de una interpretación de la respuesta
como él lo había hecho hasta ahora? El manuscrito de una conferencia
que dictó en la Schweizerische Gesellschaft für Psychoanalyse (Aso-
ciación Suiza de Psicoanálisis), seis semanas antes de su muerte, no
deja dudas de que esta pregunta había movilizado algunas cosas en él.

Historia del Método de Rorschach


Antecedentes históricos
En una reseña de su conferencia sobre su experimento perceptivo-
diagnóstico escribió Rorschach: «Una actividad que muchas personas
hacen con agrado es mirar las nubes y según su forma ‘ver’ en ellas
animales, criaturas míticas, paisajes, etcétera. El experimento en cues-
tión sirve para poner a prueba este arte de la interpretación».
Por lo menos desde el Renacimiento, las formas indeterminadas
y originadas casualmente fascinaron e inspiraron a los artistas. Por
19
Hellmut Brinkmann Sch.

mencionar solo a dos importantes de la época: Leonardo da Vinci


(1452-1519) distinguió la peculiaridad de las manchas originadas
casualmente, además de otras formas indeterminadas y señaló a sus
alumnos el efecto estimulador de la fantasía, de tales formas casuales
(Tratado de pintura). Víctor Hugo (1802-1885), mientras se encontraba
exiliado en las islas Anglonormandas, detalló en sus escritos de entonces
todo lo que veía en las nubes y en las rocas mientras paseaba e hizo
láminas con manchas de tinta, las que se encuentran actualmente en
la Bibliothèque Nationale de París.
Casi al mismo tiempo que Hugo, el poeta-médico Justinus Kerner
(1786-1862) igual fabricó láminas con manchas, que lo inspiraron
para sus creaciones poéticas, las que denominó KIexographien. Estas
láminas fueron conocidas por el público por primera vez en 1890, casi
treinta años después de la muerte de Kerner.

Investigaciones psicológicas experimentales


Rorschach no fue el primero que usó las manchas de tinta para
propósitos científicos experimentales. Ya en 1895, los médicos y
psicólogos franceses Alfred Binet y Victor Henri emplearon manchas
de tinta para estudiar la imaginación y la riqueza de la fantasía en
el marco de estudios de inteligencia en niños. Les sucedieron otros
investigadores como George V. Dearborn (1898), Stella E. Sharp
(1899), Edwin A. Kirkpatrick (1900) y Guy Montrose Whippie (1910).
El psicólogo ruso Theodor Rybakow publicó, en 1910, el Atlas für
experimentell-psychologische Untersuchungen der Persönlichkeit
(Atlas para análisis psicológicos experimentales de la personalidad),
en el que se encuentran ocho manchas de tinta que servirían para la
investigación de la capacidad imaginativa y de elaborar fantasías.
Es muy poco probable que Rorschach haya tenido conocimiento de
todos estos trabajos. Sí es posible que conociera las investigaciones de
Rybakow. Para entonces, este era docente privado de la Universidad
de Moscú y director del laboratorio de la clínica psiquiátrica de esa
ciudad. Una indicación de que Rorschach posiblemente conoció el test
de las manchas de Rybakow en Rusia la encontramos en Georg A.
Roemer: «Originado a partir de la experiencia psiquiátrica en Rusia
y en Suiza, este [el experimento de Rorschach] aportó información

20
El Test de Rorschach

valiosa acerca de las funciones psíquicas centrales» (1922). En 1909,


Rorschach estuvo por varios meses en Rusia. Como se infiere de sus
cartas, en este tiempo tuvo acceso a diferentes hospitales y centros de
salud psiquiátricos. En 1914, en su segunda estadía en Rusia, trabajó
en un sanatorio privado para enfermedades nerviosas en las cercanías
de Moscú.
Todos los trabajos mencionados tienen en común que en las inves-
tigaciones psicológicas los experimentos con manchas fueron usados
solo como un medio más entre otros, principalmente para el estudio
de las capacidades de representación y fantasía. Rorschach investigó de
forma sistemática el potencial psicodiagnóstico de las manchas y tenía
el convencimiento de que su experimento examinaba en primer lugar
la función perceptiva. Consecuentemente, denominó su experimento
como «perceptivo-diagnóstico».

La psicología entre las ciencias naturales y humanis-


tas en el cambio del siglo XIX al XX
El hecho de que con su experimento se encontraba entre dos fren-
tes, le era penosamente evidente a Rorschach ya en el tiempo en que
apareció el Psychodiagnostik. Es así como el 18 de junio de 1921 le
escribió a un compañero de trabajo: «Hasta el momento no me ha ido
muy bien. El trabajo surgió de dos formas de pensamiento psicológico:
[psico]analítico y psicológico disciplinar [es decir, experimental]. El re-
sultado es que el psicólogo disciplinar lo considera demasiado analítico
y el [psico]analítico, frecuentemente, no entiende nada de ello, porque
permanece adherido a la interpretación del contenido y no comprende
los aspectos formales». Por cierto, en esta declaración se refleja el doble
enfoque del propio Rorschach. Por un lado, se sentía atraído por la
ciencia natural, como lo escribió el 9 de enero de 1922: «Sin embargo,
lo que más me atrae es la asimilación, no a la psicología disciplinar,
sino, por lo menos simultáneamente, con la tendencia biológica de la
escuela de Monakow, hacia donde me impulsan no solo mi propia
inclinación, sino también muchos hechos». Un acceso comprensivo al
vivenciar psicológico del individuo le era igualmente importante. «Leer
a las personas» fue para él siempre un objetivo.
La doble postura de Rorschach refleja, a su vez, las diferentes

21
Hellmut Brinkmann Sch.

corrientes dentro de la psicología. Por un lado, la psicología experi-


mental que buscaba satisfacer las exigencias de las ciencias naturales
y esperaba encontrar leyes comunes con ayuda de métodos de medida
y cálculos. Por otro lado, los principios de las ciencias humanistas
anclados en la tradición de Dilthey desaprobaban los métodos de «las
ciencias naturales» para la investigación de las personas y abogaban
por una aproximación dirigida al entendimiento de la singularidad de
cada individuo.
Ante esta situación, no puede sorprender que el experimento de
Rorschach se discutiera controvertidamente desde un comienzo.
El hecho de que su experimento perceptivo-diagnóstico requería
aún de mucha elaboración y análisis teóricos era algo de lo que
Rorschach estaba plenamente consciente, como lo demuestra la
Introducción, firmada en el otoño de 1920, en Herisau, con la que
presenta la primera edición de su obra3:

En lo que sigue se describe el método y los resultados prelimi-


nares de un experimento psicológico, el que, a pesar de su sencillez,
se ha demostrado como valioso en diversos aspectos, tanto como
prueba de investigación como de examen. Es necesario adelantar
que todo el trabajo tiene un carácter principalmente empírico. Las
preguntas de las cuales se derivaron los primeros ensayos de este
tipo (1911), eran esencialmente de otra naturaleza que aquellas que
se nos imponían después de los siguientes ensayos. Las conclusio-
nes que se derivan del experimento deben ser consideradas, por lo
tanto, más bien como hallazgos que como derivaciones teóricas. La
fundamentación teórica de los ensayos se encuentra parcialmente
todavía absolutamente en sus comienzos.

Es necesario adelantar también que los resultados respecto de las


personas sanas se obtuvieron en permanente comparación con los
resultados de enfermos mentales, y a la inversa.
A la luz de todo lo anterior se nos hace evidente que Rorschach
no tuvo en mente un enfoque teórico determinado ni cuando comen-
zó sus experimentos ni cuando llevó su obra al editor. Revisando sus
escritos, podemos reconocer en ellos un enfoque y análisis más bien
descriptivo-fenomenológico.

3
Rorschach, H. (1921). Psychodiagnostik. Berna: E. Bircher Verlag.

22
Capítulo 2
Aplicación y toma del protocolo

Como en toda situación de examen, pero en el caso de la aplica-


ción del Test de Rorschach tal vez más que en ninguna, es importante
que el sujeto que va a responder la prueba se encuentre tranquilo y
bien dispuesto. Para ello es necesario no solo que la situación no le
parezca amenazante, sino que el ambiente en general sea, al menos,
confortable. Esto significa que no debe haber elementos distractores, se
debe disponer de un adecuado espacio y superficie para manipular las
láminas y también del suficiente tiempo para la realización del test. Un
detalle adicional importante tratándose de una prueba que consiste en
la interpretación de manchas de tinta impresas, en las que hay diferentes
colores y tonalidades, es la adecuada iluminación: lo suficientemente
clara para percibir nítidamente los diferentes detalles y características
de las manchas, pero tampoco tan brillante que produzca reflejos que
interfieran. En este sentido, siempre que sea posible, deberá preferirse
el uso de luz natural.
Ocasionalmente puede ser necesario preguntar al examinado si usa
lentes ópticos, para que responda a la prueba haciendo uso de ellos.

Instrucciones o consigna
En su texto, Rorschach señala que al examinado se le entregan,
una tras otra, las láminas en posición a,4 a la vez que se le pregunta
«¿qué podría ser esto?» (Rorschach, 1921). La persona puede mover
4
Presentar la lámina en posición a significa que la lámina se encuentra horizontal y
con su base hacia el examinado. Esta posición se reconoce porque el texto impreso
al reverso de la misma (número de la lámina, datos de la edición), queda invertido
con respecto al examinador sentado enfrente. La posición c significa que la lámina
se encuentra horizontal, pero invertida, en tanto las posiciones b y d corresponden
a la lámina vertical, con uno u otro de sus lados más angostos hacia el examinado.

23
Hellmut Brinkmann Sch.

y girar la lámina como lo desee. Respecto de la distancia desde sus


ojos debe dejarse a elección del examinado, con la salvedad de que las
láminas no deben mirarse a la distancia. La persona debe sostener la
lámina en sus manos y la longitud del brazo extendido es la máxima
distancia permitida. Asimismo se debe tener cuidado que la persona
no vea anticipadamente desde lejos las láminas, debido a que esto
altera las condiciones de la prueba. El propio Rorschach señala a este
respecto que la Lámina I, por ejemplo, se interpreta frecuentemente
como «cabeza de zorro», cuando se la contempla desde algunos metros,
lo cual casi nunca ocurre cuando se la observa desde cerca. Pero si el
sujeto ya ha visto «la cabeza de zorro» desde cierta distancia, se le hará
difícil incluso desde cerca, ver otra cosa distinta a esa cabeza de zorro.
Rorschach señala igualmente, que, en lo posible, pero siempre
evitando cualquier sugestión, se deberá insistir en obtener al menos
una respuesta para cada lámina. Por lo demás, se registrarán todas las
respuestas en la medida en que el sujeto las produce. Se ha comprobado
que no tiene sentido establecer un tiempo fijo o limitado de exposi-
ción para cada lámina. Lo principal es que la experiencia transcurra
idealmente sin coerción.
A las personas desconfiadas puede ser necesario demostrarles frente
a su vista la forma en que se obtiene este tipo de láminas. Sin embar-
go, por lo común, ni las personas más desconfiadas ni los enfermos
mentales más interferidos se niegan a la prueba.
Por nuestra parte, nos atenemos plenamente a lo señalado por
Rorschach sobre las condiciones de aplicación de la prueba, agregando
algunas precisiones:
En cuanto a la ubicación, consideramos más adecuado conservar
la tradicional disposición de examinador-examinado frente a frente,
uno a cada lado del escritorio o mesa. Algunos autores como Exner
(Exner, 1994) y otros proponen que el examinador se siente al lado del
examinado, argumentando que permite apreciar mejor las descripciones
o los señalamientos que el examinado haga en la lámina. Pensamos
que esto no solo resulta poco habitual en nuestro medio, y que por la
excesiva proximidad que implica, puede incomodar al examinado, sino
que también tiene el inconveniente que el examinado puede distraerse
intentando leer lo que anotamos.

24
El Test de Rorschach

Teniendo presente que se trata de una prueba proyectiva, en la que


se obtiene mucha información adicional observando cómo el examina-
do la enfrenta, evitaremos cualquier forma de intervención o indicación
de cómo debe proceder. Especialmente al inicio, al entregar la primera
lámina, solo preguntamos «¿qué podría ser esto?», al momento que
le pasamos la lámina en sus manos. Cualquier pregunta o solicitud de
ayuda del examinado, deberá responderse del modo menos directivo
posible, diciendo simplemente «como guste», o «como prefiera», en
caso de que pregunte, por ejemplo, si la puede girar o si tiene que verla
completa o por partes. Coincido a este respecto con Aracena, cuando
señala que «todo intento por ‘preparar’ al examinado adecuadamente
es un error» (Aracena, 1967). Observar y conocer el comportamiento
espontáneo del sujeto frente al examen, así como la visión que se haya
formado del proceso mismo de examen, nos puede aportar información
valiosa para la adecuada interpretación del protocolo.
Es importante no usar otra formulación de la pregunta inicial («¿Qué
podría ser esto?»), en la cual la forma condicional (podría ser) deja
abiertas todas las posibilidades de respuesta, a la vez que no orienta ni
sugiere. Preguntar al examinado «¿qué ve usted aquí?», le puede hacer
pensar que se trata de un examen de la visión, o que debería ver una cosa
determinada (que sería la respuesta «correcta») y queremos descubrir si
la encuentra. También la pregunta «¿qué es esto?» puede hacer pensar al
examinado que la mancha representa algo específico que debe reconocer.
Un aspecto que, no por obvio hay que dejar de lado, es que debemos
asegurarnos de tener a mano todo lo necesario para aplicar la prueba:
las 10 láminas en buenas condiciones, suficiente papel para tomar el
protocolo de respuestas y un lápiz adecuado.
Si el examinador es diestro y está enfrente del examinado, al otro
lado del escritorio, resulta adecuado que coloque las láminas apiladas
con las figuras hacia abajo y en el orden que serán utilizadas (es decir,
la Lámina I arriba, luego la II, etcétera) cerca de su mano derecha,
pero fuera del alcance del examinado. Una vez que hemos terminado
con una lámina, la volvemos a dejar sobre el escritorio (en otro lugar,
que no se confunda con las láminas que aún no se han usado), con la
figura hacia abajo, antes de pasar al examinado la lámina siguiente en
sus manos (véase Fig. 1, p. 30).

25
Hellmut Brinkmann Sch.

Una vez iniciada la prueba, corresponde al examinador tomar


nota, tanto de las respuestas del examinado, las que anotará tex-
tualmente con la mayor fidelidad posible, como de todo otro hecho,
dato u observación que se presente. A este respecto, no se puede pe-
car por exceso y la experiencia siempre demuestra que es preferible
haber anotado más de lo necesario, que encontrarse con que faltan
elementos para una adecuada codificación o interpretación. Mucha
información relevante para la interpretación proviene de formas de
comunicación no verbales expresadas por el examinado. Lo que ex-
plicita verbalmente por lo general responde a nuestra pregunta inicial
(«¿Qué podría ser esto?») y se constituye en el núcleo o hilo conductor
del protocolo, a la vez que es lo que posteriormente tendremos que
codificar para elaborar el psicograma, que será asimismo el conjunto
de datos e indicadores en los cuales basaremos nuestra interpretación
y diagnóstico.
Pero junto a estas respuestas, siempre hay otras que son también
importantes y que pueden ser explícitas, como algunos comentarios
(«¡qué bonitos colores!») o preguntas («¿cuántas láminas faltan?»; o
«¿me dirá después lo que verdaderamente son?»), o no explicitadas
verbalmente, como una demora (latencia) inusualmente larga antes
de responder a una lámina determinada, o un cambio de actitud (por
ejemplo, no recibir una lámina que le estamos entregando), que de-
berán igualmente quedar registradas en el protocolo de un modo que
podamos siempre saber en qué momento exacto o en relación con qué
lámina o respuesta se produjo.
Para anotar todo esto no solo es necesario escribir velozmente,
sino que en ocasiones tal vez necesitemos pedir al examinado que se
detenga un momento, mientras terminamos de anotar.
Luego que hemos terminado de anotar las diferentes respuestas
que el examinado ha dado frente a nuestra pregunta «¿qué podría ser
esto?», y antes de pasarle la siguiente lámina, hacemos el interroga-
torio o encuesta de las respuestas. Este tiene por objeto obtener del
examinado la información necesaria para posteriormente codificar
correctamente cada respuesta. Esto significa, que tenemos que obtener
la información para responder las siguientes tres interrogantes para
cada una de las respuestas:

26
El Test de Rorschach

1. ¿Cuál es el contenido de la respuesta? Es decir, ¿qué es lo que vio?


2. ¿Cuál es la localización o área de la mancha a la que se refiere
la respuesta? Es decir, ¿dónde lo vio?
3. ¿Cuál es el determinante del contenido? Es decir, ¿por qué le
pareció eso?
En relación a lo primero, al contenido, normalmente no es nece-
sario preguntar, puesto que es lo que el examinado menciona en su
respuesta. Por ejemplo, que le pareció «un animal», o «el reflejo de un
árbol en el agua», etcétera.
Lo segundo, la localización, conviene precisarla siempre. Habi-
tualmente el examinado, al responder, da alguna información respecto
del ¿dónde?, diciendo, por ejemplo «esta parte aquí» y señala con el
dedo. Lo corriente, sin embargo, es que estos señalamientos sean bas-
tante vagos y no nos permitan decidir si se trata de un detalle habitual
(codificación D) o un detalle inusual (codificación Dd), cuando no se
trata de una interpretación de la mancha completa (respuesta global,
codificación W). En consecuencia, es provechoso preguntar o pedirle
que nos indique con precisión qué parte de la mancha abarca su res-
puesta y hacer esto para cada una de las respuestas en que sea necesario.
Lo más delicado es preguntar acerca del o de los determinantes.
Necesitamos saber qué elemento o característica de la mancha, o
eventualmente qué otro factor, fue lo que lo llevó a asociar esa parte
de la mancha con el contenido que menciona en su respuesta. Puesto
que debemos ser cautelosos de no inducir respuestas o de otra manera
interferir con el proceso de proyección, no podemos preguntar de modo
directo si le pareció eso «por la forma», o «por el color» o por alguna
otra razón. Más bien, tenemos que preguntar de manera que sea el
examinado el que nos dé la razón o fundamento de su asociación. Las
preguntas, por lo tanto, deberán ser del tipo «¿qué le hizo pensar que
podría ser...?»; o «¿en qué se parece a...?»; o «¿por qué le pareció que
podría ser...»? o con otra formulación que no aluda directa o explíci-
tamente a algún posible determinante.
Una vez que hemos obtenido la información que necesitamos para
responder a las tres preguntas, para cada una de las respuestas dadas
por el examinado en la lámina, pasamos a la siguiente lámina. Si es
la segunda lámina, podemos repetir nuestra pregunta inicial «¿qué

27
Hellmut Brinkmann Sch.

podría ser esto?». Si el examinado ha entendido la dinámica de la


prueba, tal vez no sea necesario repetir la pregunta con cada lámina,
sino simplemente entregársela en la mano. Lo que no podemos dejar
de hacer, es el interrogatorio o encuesta de cada una de las respuestas
dadas en las sucesivas láminas.
Para tomar el protocolo y alcanzar, por una parte, a anotar todo
lo necesario y, por otra, a no confundir después en el protocolo lo que
ha dicho el examinado y lo que sean observaciones o comentarios
nuestros que hemos registrado, será conveniente utilizar un sistema de
notación ad hoc, que incluya claves y símbolos personales, como por
ejemplo v, <, >, o Λ para indicar la posición de la lámina (v = lámina
invertida o en posición «c»; < lámina sobre un borde lateral, etc.); @
para indicar que giró la lámina varias veces; ... para indicar pausas
o latencias, etc. Es importante asimismo, no confundir lo que hemos
anotado y ha sido dicho por el examinado, con lo que hemos anota-
do como comentario u observación nuestra. Con ese fin puede servir
poner todas nuestras intervenciones y observaciones entre paréntesis.
Como ejemplo, transcribo las respuestas de una paciente y parte de la
encuesta a la Lámina I:
Lámina I: Como una figura... ... la cara de una niña. No sé, se le
distingue el pelo, los ojos..., una sonrisa... ... ... (¿Qué otra cosa po-
dría ser?)... También son como dos figuras, como dos mitades iguales,
pueden ser dos animales, que están unidos...
(¿Qué parte parece como cara de niña?) Es completa, es como la
cabeza entera (¿por qué como cara?), la forma que tiene (decía que se
distingue el pelo). Es este (señala las salientes laterales) son como dos
moñitos en realidad... (¿por qué parece pelo?)... No sé, son como dos
moñitos, porque están ubicados arriba de la cabeza y son algo vapo-
roso... da la impresión de pelo (¿y los ojos?) (Señala los dos blancos
superiores) (¿La sonrisa?) (Muestra los blancos inferiores).
En este contexto es importante insistir en la necesidad de registrar
en el protocolo todo lo que el examinado dice (aunque no sea una
respuesta codificable), en el momento en que lo dice, así como también
sus reacciones o manifestaciones no verbales, al igual que registrar
todas nuestras observaciones o comentarios, ya sea que los hayamos
explicitado o no.

28
El Test de Rorschach

Siempre en relación con la técnica de aplicación del test es impor-


tante no perder de vista que se trata de una prueba proyectiva, lo que
significa que debemos permitir que el examinado nos muestre su estilo
de proceder personal y espontáneo frente a la tarea. En consecuencia,
una vez dada la consigna inicial, evitamos cualquier otra forma de inter-
vención. Especialmente durante el trabajo con la primera lámina. Solo
si luego de dar su primera respuesta, el examinado dejara la lámina en
actitud de haber terminado, le preguntaremos «¿qué otra cosa podría
ser?», dando a entender que esperamos más de una respuesta. No in-
tervenimos de ninguna otra manera, salvo la necesaria encuesta de las
respuestas. Si después de responder a la segunda lámina hace ademán
de devolverla, sin haberla girado espontáneamente, le indicamos que
puede hacerlo. Del mismo modo, solo si tanto en la Lámina I como en
la II hubiera dado exclusivamente respuestas globales, será cuando dé
por terminada la Lámina II que le aclaramos que «sus respuestas se
pueden referir a la figura completa o solo a partes de ella». Después de
haber aclarado esas cuestiones al examinado, anotamos las respuestas
que agregue en relación a la Lámina II, junto con nuestras observacio-
nes. De ahí en adelante, no volvemos a insistir sobre esto y dejamos
al examinado que continúe con su estilo personal de responder, ya sea
que gire las láminas siguientes o no lo haga. No debemos olvidar que
los que nos interesa conocer son la conducta y estilo personal espon-
táneo del examinado.
Si durante la aplicación de la prueba el examinado hiciera otro
tipo de preguntas, a las que no podríamos dar una respuesta del tipo
«como quiera», le diremos que luego de terminar la aplicación del
test, con gusto responderemos a las preguntas o inquietudes que tenga
y continuamos con la toma del protocolo. En la gran mayoría de los
casos, no vuelven a preguntar una vez terminada la aplicación del test.
En caso de que si pregunte nuevamente, responderemos de un modo
general, evitando siempre entregar información acerca de cómo se
analiza o interpreta la prueba.

29
Hellmut Brinkmann Sch.

Figura 1. Ubicación durante el examen

Láminas ya
utilizadas

Láminas no
utilizadas

Referencias
Aracena, M. (1967). Introducción al estudio del Test de Rorschach (1ª ed.).
Santiago: Andrés Bello.
Exner, J. E. (1994). El Rorschach. Un sistema comprehensivo (M. E. Ramírez,
Trad. Vol. I). Madrid: Psimática.
Rorschach, H. (1921). Psychodiagnostik. Berna: E. Bircher Verlag.

30
Capítulo 3
Codificación de área (o localización),
modo de apercepción y tipo aperceptivo

Para efectuar un correcto análisis e interpretación de la infor-


mación recogida en un protocolo Rorschach, es necesario entender
y conceptualizar correctamente la situación y tarea que enfrenta el
examinado. De una manera muy sintética, la podemos conceptualizar
como una tarea de resolución de problema: la persona se ve enfrentada
a una realidad desconocida (láminas con manchas de tinta), ante la
cual se le pide que responda, sin contar con elementos que la orienten.
Si consideramos las láminas del test como la realidad a la que está
enfrentado, entonces el estilo aperceptivo, reflejado en la selección de
las localizaciones de las respuestas, nos muestra su modo de enfren-
tamiento con la realidad. Las formas en que puede proceder a este
respecto son muy variadas. De hecho, un mismo individuo puede usar
distintas estrategias en diferentes momentos, contextos o situaciones.
Lo que lógicamente pareciera ser más esperable, es que primero se haga
una idea general, luego considere los aspectos parciales (detalles) más
relevantes y por último preste atención a los detalles menores. En la
realidad, sin embargo, no siempre procedemos de modo tan sistemático
o lógico. El estilo o estrategia utilizado por el examinado, se refleja
en lo que en el Test de Rorschach se denomina modo de apercepción
y tipo aperceptivo.

Modo de apercepción
Rorschach (1921, 1962) denominó así a la manera como es per-
cibida la mancha por el examinado. Se refiere al modo en que el exa-
minado «enfoca» la lámina que se le presenta: ¿incluye su totalidad o
solo algunas partes de ella en su respuesta? Este es uno de los aspectos
31
Hellmut Brinkmann Sch.

que en general no presenta mayor dificultad para su codificación, salvo


en algunos casos en que la patología no permite al sujeto mostrar o
definir claramente el área utilizada en su respuesta.
Cuando el sujeto incluye la totalidad de la mancha en su respuesta,
la calificamos como una respuesta global, cuyo símbolo más utilizado
es W (o G). Si no considera la totalidad de la mancha, se la codifica
como D o Dd, dependiendo de la forma en que divida la mancha.
En cuanto a las W, Rorschach las dividió en primarias y secunda-
rias. Se diferencian solo porque las primeras se dan en un solo acto de
percepción; en cambio, las otras se construyen en varios actos. Cada
una de estas categorías las subdividió, de forma que entre las W prima-
rias habría unas que denominó simples o sencillas, y otras que serían
combinatorias simultáneas, y entre las W secundarias, distinguió las
combinatorias sucesivas, combinatorias confabulatorias contaminadas
y las confabulatorias. Estas últimas pueden, a su vez, dividirse en DW
y DdW, según hayan sido confabuladas a partir de un D o de un Dd.
Esquema de clasificación establecido por Rorschach para las
respuestas W

Sencilla
W primarias
Combinatoria simultánea

Combinatoria sucesiva
W DW
Confabulatoria
W secundarias DdW
Combinatoria confabulatoria
Contaminada

Respuestas W primarias: En ellas el sujeto considera la totalidad


de la mancha en su respuesta, en un solo acto perceptivo. Se dividen
en sencillas y combinatorias simultáneas.
W sencillas: En ellas hay un único contenido. Por ejemplo, la res-
puesta de «murciélago» para las láminas I o V.
W combinatoria simultánea: Dos o más contenidos son percibidos
simultáneamente, combinados o integrados en una sola idea, como

32
El Test de Rorschach

en las respuestas «un acuario» para la Lámina X, o la respuesta «dos


personas bailando en una fiesta», para la Lámina III.
Respuestas W secundarias: En estas respuestas también se incluye
la totalidad de la mancha, pero no resultan de un solo momento per-
ceptivo, sino que el sujeto en cierto modo las construye, combinando
o integrando diferentes partes en forma sucesiva.
W combinatoria sucesiva: Es habitualmente la más fácil de re-
conocer. El sujeto señala o identifica dos o más elementos y termina
concluyendo en un concepto o idea más general que los incluye. Por
ejemplo, ante la Lámina III puede decir «aquí se ve dos personas que
están como bailando... esto rojo (laterales) pueden ser unos globos
colgando y al centro se ve como una mariposa... ... ya sé, es una fiesta,
están los bailarines y los globos y la mariposa son del decorado».
W confabulatoria: En este tipo de respuestas, el sujeto, a partir de
la interpretación, generalmente adecuada, de un detalle o parte de la
figura, hace extensiva la interpretación al resto de la mancha. Así, por
ejemplo, puede interpretar las salientes superiores de la Lámina I, como
«pinzas de cangrejo» y a partir de ello decir que «toda la figura es un
cangrejo». Si bien la identificación inicial de las «pinzas» guarda una
relación comprensible con la parte de la mancha a la que se refiere, el
resultado final no tiene la misma adecuación formal. A pesar de ello, el
examinado mantiene su interpretación de la totalidad como cangrejo,
y la justifica «por las pinzas, son como pinzas de cangrejo, tiene que
ser un cangrejo».
Dependiendo si el detalle inicial a partir del cual se hace la iden-
tificación de la totalidad es un D o un Dd, Rorschach codificaba la
respuesta como DW, o DdW, para indicar que es una respuesta W con-
fabulada a partir de un D (o un Dd, respectivamente). La característica
confabulatoria queda en evidencia cuando al preguntarle al examinado
si habría visto lo mismo si no estuviera ese detalle, nos responde que no.
W combinatoria confabulatoria: Son similares a las anteriores, en
el sentido de que igual se identifican dos o más elementos, relativa-
mente bien percibidos, que luego son puestos en relación o integrados
en una idea más general, pero en este caso, sin respetar su tamaño o
posición relativa en la lámina, de modo que en el resultado final se
advierten errores lógicos: en la Lámina VII, «una mariposa que en el

33
Hellmut Brinkmann Sch.

extremo de sus alas balancea una cabeza de chancho y sobre estas


unas cabezas de niña».
W contaminada: En este caso se produce una doble interpretación
de la figura, de modo que surgen dos ideas diferentes que el sujeto,
sin embargo, no puede separar en su percepción, lo que lleva a una
condensación absurda o incomprensible. Por ejemplo, en la Lámina
V, el examinado ve una cabeza y los «cachos» de un caracol en el
detalle central superior, a la vez que el resto le parece un murciélago y
dice entonces que la figura es «un murciélago con cabeza y cachos de
caracol». Si se le pregunta si no puede separar las dos cosas, y ver, por
una parte, una cabeza y cachos de caracol y, por otra, un murciélago,
dice que no, que ve una sola cosa, un murciélago con cabeza y cachos
de caracol. Incluso puede que, al preguntarle si un animal así existe,
reconozca que no, pero insiste en que lo que está ahí en la lámina es
eso. En este ejemplo, la contaminación se produce por la fusión de
dos percepciones referidas a áreas distintas de la mancha, pero puede
ocurrir también que se superpongan dos percepciones en una misma
localización. Transcribimos a continuación el ejemplo que de esto da
M. Aracena (1967, p. 27) como respuesta a la Lámina II: «es un ele-
fante y un chancho, pero lo es al mismo tiempo, es como si las figuras
estuviesen con un papel transparente; Ud. ve el chancho, pero también
el elefante, son las dos cosas; no sabría cómo explicarle mejor».
Es de interés destacar con respecto a este tipo de respuestas, que
los sujetos frecuentemente se muestran algo sorprendidos o perplejos
frente a su propia producción y no pueden explicársela y, a pesar de
ello, no se desprenden de ella. La percepción se les impone, como si no
tuvieran la posibilidad de controlar su propio pensamiento.

Respuestas de detalle (D o Dd)


Los detalles D o «detalles grandes», Rorschach los define como
«aquellos detalles que en virtud de la distribución de las figuras en
el espacio, más se imponen». Agrega que es posible determinarlos
estadísticamente, pero innecesario.
El criterio señalado por Rorschach para distinguir los D podemos
precisarlo algo más diciendo que se refiere a aquellas porciones de la
mancha que por las características de la misma, resultan fácilmente

34
El Test de Rorschach

abstraíbles. En otras palabras, constituyen subdivisiones obvias de


la mancha, o se trata de partes de la mancha que por su configura-
ción, muy semejante a la de un determinado objeto, son fácilmente
asociadas a tal objeto. En este sentido, no se trata siempre necesa-
riamente de detalles o porciones grandes, sino que son fácilmente
separables del resto de la mancha. Por esta misma razón resultan
ser el tipo de respuestas más frecuentes y nos parece innecesaria la
elaboración de listados o tablas de ayuda para su codificación, sino
que consideramos preferible desarrollar un adecuado criterio, que
permita discriminar este tipo de respuestas y no confundirlas con las
que corresponde codificar Dd. A modo de ejemplo, he agregado en
los anexos láminas en que se ha demarcado áreas que correspondería
codificar como D.
Los detalles pequeños, o infrecuentes, codificados como Dd, co-
rresponden, según Rorschach, a «aquellos detalles de la imagen que
restan después de sustraer los detalles de mayor frecuencia estadísti-
ca, o sea, las D. Ocasionalmente se debe también codificar como Dd
porciones mayores de la figura. Esto, en casos tales en que se eligen
partes totalmente inusuales de la figura, o en que las D usuales son
interpretadas de un modo o en relaciones absolutamente desacos-
tumbrados. En la mayoría de los casos serán detalles mínimos de la
figura, que la persona normal casi siempre pasa por alto» (Rorschach,
1962). En síntesis, podemos decir que la codificación Dd se reserva
para aquellas interpretaciones en que se eligen porciones o se hacen
divisiones de la figura, que no son las habituales o más obvias, o que
constituyen áreas pequeñas que son escasamente consideradas por
los sujetos.
En este punto es oportuno señalar que no compartimos el criterio
de Exner (1994) de codificar como Dd las respuestas en que el exami-
nado combina dos (o más) áreas, cada una de las cuales normalmente
sería codificada D. Lo más probable es que al combinar dos o más
áreas, cada una de las cuales cumple los requisitos para ser codificada
D, el área total resultante de la combinación satisfaga asimismo los
criterios para ser codificada D. Por otra parte, si se combina un área
considerada D con otra cuya codificación sería Dd, el resultado será
una zona que corresponderá codificar Dd.

35
Hellmut Brinkmann Sch.

Respuestas con espacio blanco (S)


Ocasionalmente las personas que responden al test incluyen tam-
bién una parte blanca en la porción de la figura que interpretan. Rors-
chach utilizaba en esos casos la codificación Dzw, pero actualmente,
desde que su obra fue traducida al inglés, se encuentra generalizado
el uso de la letra S con este objetivo.5 En su obra original, Rorschach
consideraba estas respuestas como una de las dos formas especiales
de las Dd. (La otra la constituyen los Do, «detalles oligofrénicos»).
Actualmente se codifica estas respuestas de diferentes maneras, se-
gún cómo se encuentren integradas en la respuesta, pero siempre en
combinación con alguno de los códigos de localización explicados
anteriormente (W, D o Dd). Por otra parte, consideramos útil la dis-
tinción introducida por Zulliger (1956), en el sentido de diferenciar las
respuestas según la porción blanca sea la única usada, o se encuentre
agregada a un área gris o de color. De este modo podemos codificar
como WS el área o localización de una respuesta global, en que se ha
utilizado solo el blanco; por ejemplo, en la Lámina VII invertida, el
blanco central como «cabeza de soldado con casco. Se ve el contorno
de la cabeza cubierta por un casco, el cuello y los hombros». En este
caso la porción gris sirve únicamente para delimitar la figura percibida
en la parte blanca, pero no está integrada a la respuesta. En cambio, la
respuesta «una máscara, se ven los ojos y la boca» dada para la Lámina
I, recibiría la codificación Ws. En forma análoga, codificamos como
DS una respuesta en que se usa solo una parte blanca que cumple el
criterio para ser considerada D (por ejemplo, en la Lámina I, uno de
los detalles blancos superiores interpretado como «fantasma»), o como
Ds cuando se toma una porción de la mancha gris o de color que es
un D, incluyendo una parte blanca (el blanco central y rojo inferior
de la Lámina II visto como «un cohete despegando»: lo blanco es el
cohete y el rojo el fuego y humo de la propulsión). La misma lógica se
aplicaría en el caso de una DdS o Dds.
5
Algunos autores, menos influenciados por la literatura anglosajona (p. ej., Rizzo),
utilizan el código Dim para señalar estas áreas como «detalle intra- (o inter-) ma-
cular», haciendo la distinción entre Dim si la parte blanca usada cumple con los
criterios para codificarse D, o Ddim si corresponde más bien a lo que sería un Dd.
Por otra parte, una respuesta global que incluye partes blancas, sería codificada
como Gim.

36
El Test de Rorschach

El fundamento para la distinción entre S y s se discutirá más ade-


lante, cuando se analice su significado psicológico.

Valor psicológico del modo de apercepción


El modo de apercepción y el tipo aperceptivo nos muestran la forma
en que el sujeto enfrenta la realidad. Tal vez sea esto más evidente si
describimos fenomenológicamente la situación: cuando aplicamos el
Test de Rorschach, le pedimos al examinado que responda diciendo
qué podría ser (o qué le parece que podría ser) una serie de láminas
con manchas de tinta. En otras palabras, lo exponemos a una situación
problema que debe resolver verbalmente. Para responder a la exigencia
del examinador, tiene que percibir esa nueva realidad que enfrenta,
interpretarla o darle un significado, y hacer explícito este último al
examinador. Para hacerlo, puede proceder de distintas maneras: atender
a la totalidad de la realidad (la mancha) o solo a una (o más) parte(s)
de ella. Si la capta como totalidad, puede hacerse una idea general del
todo en forma simple, o elaborar un concepto general a partir de la
percepción de sus partes y las relaciones entre ellas. Si centra su atención
en las partes, puede mantenerse en este nivel de análisis y no llegar a
una idea o concepto global, etcétera.
Estas distintas maneras de proceder reflejan distintas formas y
capacidades de procesar la información.

Las respuestas globales o W


De un modo muy general, podemos decir que las respuestas globa-
les requieren de una mayor capacidad de abstracción que las respuestas
de detalle. Pero tampoco todas las respuestas globales implican lo
mismo. Una W primaria simple («mariposa» o «murciélago», en Lá-
mina V) es distinta de una W primaria combinatoria simultánea («dos
personas bailando en una fiesta, se ve elementos del decorado», en
Lámina III) y esta a su vez distinta de una W secundaria combinatoria
sucesiva («son dos personas que están bailando. Se ven unos globos y
una mariposa grande... ¡Ah!... ¡Ya sé! Son dos personas que están en
una fiesta y los globos y la mariposa son del decorado», en la misma
Lámina III). La W combinatoria simultánea refleja una aprehensión y

37
Hellmut Brinkmann Sch.

síntesis instantánea, en que los distintos elementos que componen una


situación compleja son percibidos integrados (instantáneamente) en una
conceptualización (o percepción) comprehensiva. La W combinatoria
sucesiva, en cambio, refleja un proceso en que los diferentes elementos
que componen la situación son identificados primero en forma aislada,
independientes unos de otros, en sucesivos actos perceptivos y luego
puestos en relación e incluidos en una conceptualización integradora.
Los procesos mentales que en cada uno de estos casos llevan a la
formulación final de la respuesta tienen características cualitativas distin-
tas, que corresponden a diferentes estilos de funcionamiento mental. En
este sentido, corresponden a distintos tipos (cualitativos) de inteligencia,
más que a diferentes niveles (cuantitativos) de capacidad intelectual. Esto
no quiere decir que el nivel o capacidad intelectual no sea importante a
este respecto. Es evidente que una persona «más inteligente» responderá
con mayor facilidad a la prueba y producirá no solo un mayor número
total de respuestas, sino también un mayor número de respuestas W
en cualquiera de sus tipos, que una persona con «menor inteligencia».
Sin embargo, el razonamiento inverso no es necesariamente cierto:
un protocolo con un número menor de respuestas, incluso con pocas
respuestas W, no siempre corresponde a una persona con «baja capaci-
dad intelectual». El bajo número de respuestas total y de respuestas W
puede ser el resultado de una muy buena elaboración e integración de
los diversos detalles parciales de las láminas en un concepto más amplio
y comprehensivo (y abstracto), dando lugar a menos respuestas, pero
muy complejas. En este caso estaríamos en presencia de una persona
con una muy buena capacidad de organización y planificación, con una
inteligencia y pensamientos flexibles, que es capaz de captar los detalles
o aspectos más concretos y evidentes, ponerlos en relación e integrarlos
coherentemente en un concepto más general, amplio y abarcativo.
En síntesis, respecto del significado de las W podemos decir que:
Las W primarias sencillas reflejan una aprehensión global o general
de la realidad, sin mayor elaboración.
Las W primarias combinatorias simultáneas evidencian una rápida
aprehensión general de una realidad compleja.
Las W secundarias combinatoria sucesivas son el producto o re-
sultado de procesos y esfuerzos más o menos conscientes de integrar
elementos parciales en una conceptualización global. Habitualmente

38
El Test de Rorschach

implican algún grado de creatividad u originalidad. La coherencia


y lógica en la relación entre las partes refleja la calidad del juicio de
realidad y capacidad crítica (y autocrítica) del pensamiento, o el en-
juiciamiento crítico del propio pensamiento.
La W secundarias confabulatorias (las DW y DdW de Rorschach)
implican un razonamiento apresurado, en que se extraen conclusiones
a partir de evidencias mínimas, insuficientes o inadecuadas. La per-
cepción inicial puede ser correcta, ajustada a la realidad, pero la con-
clusión resulta arbitraria y sin correspondencia con la realidad. Esto,
evidentemente, se puede presentar con diversos grados de anormalidad
o arbitrariedad, y corresponder, en sus grados más leves, a una simple
falta de rigor lógico o superficialidad en el pensamiento, o a una clara
alteración del juicio de realidad, en su forma más grave.
Las W secundarias combinatorias confabulatorias igualmente
reflejan fallas en el enjuiciamiento crítico del propio pensamiento y
cierto concretismo en la percepción (el sujeto no puede separar con-
ceptualmente elementos que se le presentan unidos en la percepción).
Las W contaminadas, por otra parte, siempre muestran algún grado
de patología del pensamiento y pérdida de independencia del sujeto
en relación a sus percepciones: la percepción de los dos contenidos
simultáneos se le impone, sin que pueda conceptualmente separarlos
o desechar la idea. A veces incluso a pesar de reconocer racionalmente
que lo que ve es absurdo o no existe en la realidad.

Las respuestas de detalle grande o D


En la medida en que los D son los detalles o aspectos más obvios e
inmediatamente perceptibles, tienen evidente relación con el pensamien-
to práctico. La percepción de lo inmediato y de lo obvio es propia de las
personas prácticas y concretas, que responden a la realidad inmediata.
En esta línea de pensamiento, pueden también estar relacionadas con el
contacto social, como lo señala Bohm (1968), y ser consideradas como
un índice de adaptación. Sin embargo, no toda D tiene este significado
de pensamiento práctico o concreto. Ocasionalmente, hay respuestas D
que resultan de una adecuada integración o combinación de detalles,
cuyo valor sería entonces similar al de las W combinatorias, con la
consideración agregada de que han sido abstracciones construidas a

39
Hellmut Brinkmann Sch.

partir de lo que se ha definido como convencional y concreto. En este


sentido, estas «D combinatorias» podrían representar una forma más
rica o elaborada de abstracción.
El valor como indicador de una orientación práctica y concreta
ante los problemas (o la realidad) de la vida diaria, dependerá, ob-
viamente, de la proporción en que las D se encuentran con respecto
a las W, Dd, y S. En líneas generales, podemos decir que menos de un
tercio de respuestas D en relación al total de respuestas, sugiere una
falta de adaptación a los problemas de la vida diaria, ya sea debido
a una excesiva dedicación o atención a los detalles menos relevantes
(que estaría indicada por un aumento de las Dd), o por un enfoque
demasiado general y/o superficial (en el caso de aumento de W prima-
rias sencillas). Por otra parte, si representan más de tres cuartas partes
del total, pueden reflejar la incapacidad del sujeto para organizar sus
apreciaciones en conceptos más amplios o para manejarse en un plano
más global e integrado. Esto implicaría una orientación predominante
a lo más inmediato, evidente o concreto de las situaciones.

Las respuestas de detalle pequeño o inusual (Dd)


En la medida en que para dar una respuesta en un Dd hay que
dirigir la atención hacia partes «especiales», comúnmente no conside-
radas por las demás personas, reflejan una preocupación por lo nimio,
insignificante o rebuscado. La preocupación por los detalles menores
no es en sí misma algo negativo y puede tener gran importancia, pero
no debe transformarse en el afán predominante. La proporción de Dd
en un protocolo normal es habitualmente baja (menos del 10%). Un
aumento significativo de esta proporción podría ser indicador de una
actitud minuciosa, un pensamiento acucioso, tal vez crítico o incluso
paranoide. En este sentido, podría asociarse a dificultades en el ajuste
social.

Las respuestas que incluyen blanco


Las respuestas S han sido consideradas tradicionalmente como
indicadoras de oposicionismo. Esta interpretación, sin embargo, parece
algo simplista y no siempre correcta. Para comprender lo que implican

40
El Test de Rorschach

las respuestas en que se incluye partes blancas, es necesario considerar


lo que significa este hecho en el contexto del proceso perceptivo que
tiene lugar cuando el sujeto responde al test. Lo habitual es que se
conceptualice la mancha como «figura», respecto de la cual hemos
solicitado al examinado que nos diga «qué le parece», «qué podría
ser» o «qué es lo que ve ahí». El resto de la tarjeta, es decir, lo blanco,
se constituye entonces en el «fondo» sobre el que se destaca la figura.
Considerado de este modo, cuando el examinado proporciona una
respuesta en la cual considera solo una parte blanca, como el blanco
central en la Lámina II o en la Lámina VII, para la cual utilizamos la
codificación S, en su proceso perceptivo ha invertido la relación figura-
fondo: la porción blanca la considera como la figura, y la mancha
(gris o de color) se transforma en el fondo sobre el que se recorta la
figura. Por otra parte, cuando en la respuesta se integran o combinan
porciones blancas con partes o la totalidad de la mancha, para lo
cual utilizamos la codificación s, lo que se produce es una fusión de
figura-fondo. Esta distinción ha sido señalada tanto por Bohm (1968)
como por otros autores, como Zulliger (1970) y Rizzo. Aun cuando
no proponen un código diferente según se trate de una inversión o de
una fusión de figura-fondo, sí consideran algunas diferencias en su
interpretación. La inversión de figura-fondo (IFF) implica un cambio
en la «mirada» o actitud frente a la lámina, en la que se adopta el
punto de vista opuesto al común y, en ese caso, puede ser considera-
do manifestación de oposicionismo. En un sentido positivo, implica
flexibilidad de pensamiento para examinar las cosas desde puntos de
vista opuestos, sobre todo si en la misma lámina hay también otras
respuestas en que no está presente este fenómeno, especialmente si la
respuesta con IFF no es la primera.
La fusión de figura-fondo (FFF), a su vez, comparte con la anterior
el aspecto de flexibilidad de pensamiento al recombinar diferentes
planos perceptivos, pero implica una cierta pérdida o confusión de los
límites entre lo esencial y el contexto. Pensamos que podría estar más
asociada a la creatividad que al oposicionismo.
En todo caso, el real significado, tanto de la IFF como de la FFF,
deberá buscarse a la luz del resto del protocolo. El mismo número o
proporción de respuestas con IFF, por ejemplo, no tendrá el mismo valor

41
Hellmut Brinkmann Sch.

en un protocolo con indicadores de descontrol emocional y respuestas


de contenidos agresivos que en otro sin esas características. Del mismo
modo, el significado de la FFF será distinto si además hay respuestas
confabulatorias, que si no las hay.
En forma breve, podemos decir que el S% (el porcentaje de res-
puestas que incluyen blanco con respecto al total de respuestas) es
un indicador de una tendencia general por utilizar puntos de vista
propios o diferentes a los convencionales. La presencia de respuestas
S podría ser indicador de tendencia oposicionista, especialmente si se
da como primera respuesta a la lámina. Si no es primera respuesta,
puede implicar la búsqueda de una solución desde otro punto de vista
o «capacidad para ver la otra cara de la moneda». Asimismo, si hay
respuestas s como primera respuesta, sería un indicador de dificultad
para discriminar lo esencial de lo accesorio o cierta desorganización
en la tarea. En cambio, si se presenta en respuestas que no son la pri-
mera, podría corresponder más a flexibilidad (tal vez labilidad) del
pensamiento y poco rigor conceptual.

Tipo Aperceptivo
El Tipo Aperceptivo refleja el estilo cognitivo con el que el sujeto
enfrenta las situaciones, es decir, la manera cómo el examinado enfrenta
los diversos problemas que el medio le presenta. Es un indicador del
uso que hace de sus capacidades de abstracción, de su percepción de
los aspectos más evidentes, concretos o inmediatos, o aquellos más in-
significantes y nimios. Se obtiene en base a la proporción en que utiliza
las áreas o localizaciones en las respuestas a las diferentes láminas. El
procedimiento requiere del cálculo del porcentaje de respuestas que
han recibido la codificación W, D, Dd y S, respectivamente, en relación
al total de respuestas del protocolo (R).
Rorschach había señalado (en un protocolo publicado póstuma-
mente por Oberholzer) que en un protocolo «normal» de 34 respuestas,
debía haber 8 W (23,5%); 23 D (67,6%); 2 Dd (5,8%); y 1 S (2,9%).
Autores posteriores han presentado proporciones ligeramente dife-
rentes para los promedios normales, siendo el cuadro propuesto por
Bochner y Halpern (1948) uno de los más completos y prácticos para
la determinación del tipo aperceptivo. Aracena (1967) lo presenta en

42
El Test de Rorschach

su libro, de donde lo tomamos y reproducimos con ligeras modifica-


ciones (Tabla 1).

Tabla 1. Determinación del tipo aperceptivo

W D Dd S
W = 20 – 30% D = 60 – 68% Dd = < 10% S = 3%
W = 31 – 45% D = 69 – 80% Dd = 10 – 15% S = 4 – 6%
W = 46 – 60% D = 81 – 90% Dd = 16 – 25% S = 7 – 12%
= = = =
W = > 60% D = > 90% Dd = > 25% S = > 12%
≡ ≡ ≡ ≡

Según la desviación que muestre la proporción de los tipos de res-


puesta con respecto a los valores normales o promedios, presentados
en la primera fila de la tabla, se escribe la letra correspondiente entre
paréntesis (cuando la proporción es menor a la señalada en la tabla),
o subrayada con una, dos o tres líneas, dependiendo del grado en que
esté aumentada. Un tipo de localización que no esté presente en el
protocolo, no se anota en el tipo aperceptivo. Así, por ejemplo, en un
protocolo con 33% de W; 55% de D; 11% de Dd y 15% de S, el tipo
aperceptivo se escribiría: W – (D) – Dd – S

Los tipos aperceptivos teóricamente posibles de encontrar son
múltiples y muy variados, sin que podamos decir que uno u otro es
mejor que otro, o más patológico. Son simplemente diferentes estilos,
que pueden resultar más o menos adecuados o adaptativos, según el
contexto. A continuación señalaremos algunos y su interpretación como
una manera de proporcionar ejemplos orientadores para el análisis de
casos por parte del lector.
El tipo «W puro» o con muy alto predominio de W, correspondería
a una persona que enfrenta la realidad en forma global, como un todo.
Dependiendo de la naturaleza y calidad de las W, podría implicar un
estilo superficial, de escaso compromiso o elaboración (cuando son
fundamentalmente W primarias sencillas), o un pensamiento teórico,
de gran capacidad de abstracción y organización, cuando una alta
proporción de las W (un tercio de ellas al menos) es de tipo combina-
torio. Puesto que este tipo de W está compuesto por detalles que son

43
Hellmut Brinkmann Sch.

integrados en un todo armónico, implica que el sujeto no desdeña lo


práctico o concreto, representado por las D, sino que lo integra en un
plan o concepto mayor, más general. La mejor descripción de estos
sujetos tal vez sería decir que poseen una gran capacidad de organi-
zación y de síntesis.
El tipo W – D es aquel que aparentemente presenta el mejor estilo
de enfrentamiento con la realidad. Muestra una tendencia mayor a la
abstracción o al enfoque teórico, al mismo tiempo que tiene la capaci-
dad para considerar los detalles o aspectos concretos, sin que pierdan
su importancia en el contexto de la totalidad. La calidad y naturaleza
de las W debe considerarse para dar mayor precisión a la descripción
en cada caso particular.
En el tipo W – D, a su vez, hay un predominio de las aptitudes
práctico-concretas sobre las más conceptuales. Es decir, el pensamien-
to y el modo de enfrentar las situaciones están centrados en lo más
concreto, inmediato o evidente de ellas, con dificultad para integrar
elementos parciales en un todo más comprehensivo. Lo concreto no le
permite una visión de perspectiva. Hay cierta dificultad para lograr por
sí mismo una visión completa de una situación global, aun cuando es
capaz de entender los problemas que se le planteen en forma abstracta,
si esta visión le es presentada desde fuera.
El tipo W – D – Dd, por otra parte, podría ser descrito como
«equilibrado», en el sentido de que muestra un enfrentamiento con la
realidad flexible, en que por momentos se maneja en un plano global
o general, pero es capaz también de considerar los detalles o aspectos
más inmediatos o concretos en su justa medida, al igual que los deta-
lles menores. En este sentido, sería una persona con adecuado sentido
común o práctico y plasticidad en el manejo de las situaciones.
El tipo (W) – D – Dd; o (W) – D – Dd se caracteriza por su dedica-
ción al detalle, a lo nimio o insignificante, con escasa capacidad teórica
o de abstracción. Puede reflejar una buena capacidad de observación y
precisión en el análisis de las situaciones, pero tiende a perderse en los
detalles. Respecto de este tipo, es importante considerar las caracterís-
ticas afectivas, para saber si esta capacidad está al servicio de actitudes
positivas (esmero y cuidado en trabajos que requieren precisión) o
negativas (actitud crítica y/o paranoide frente a la realidad).

44
El Test de Rorschach

El tipo D – Dd – S; o D – Dd – S es el pleitista o querulante por


excelencia, que dedica su atención y preocupación a los detalles menores
o sin importancia y preferentemente desde una postura o perspectiva
opuesta a la de los demás. Difícilmente aceptará una opinión o punto de
vista diferente al propio. Si además hay algunas W (tipo (W) – D – Dd –
S; o (W) – D – Dd – S), ocasionalmente, podría tratarse de una persona
adecuada en su interacción con el medio, con puntos de vista originales
o muy personales, como en algunos artistas. La configuración general
del protocolo, y especialmente el área afectiva, permitirá dilucidar esto.
El tipo W – (D) – Dd; o W – Dd, se caracteriza por la falta de
sentido común o práctico. Tiende a evadir las situaciones concretas.
Puede tener ideas o pensamientos originales, pero poca (o ninguna)
capacidad para llevar a la práctica sus ideas. Cuando trata de concre-
tizar, se desordena y disgrega en detalles.

La sucesión de los modos de apercepción


En el mismo contexto del análisis del modo cómo el sujeto en-
frenta la realidad, considera Rorschach también la sucesión o el orden
en que el sujeto utiliza los enfoques correspondientes a las W, D, Dd
o S, describiéndolo como un indicador de las estrategias o hábitos de
trabajo en el enfrentamiento de los problemas, de la lógica y orden (o
disciplina) del pensamiento. Un análisis adecuado del orden de sucesión
de las localizaciones solo puede hacerse cuando en el protocolo se tienen
varias respuestas por lámina y debe hacerse siempre considerando las
características de las W. Lo que se analiza en cada una de las láminas
es la secuencia en que el examinado utiliza o centra su atención en las
diferentes áreas, interpretándolo como un indicador del orden en que se
aproxima o analiza una situación o problema nuevo que se le presenta:
¿en sus respuestas considera primero la totalidad, para pasar luego a
los detalles mayores y finalmente a los menores? ¿O se fija primero en
los detalles y en un segundo momento en la totalidad? ¿Lo hace de la
misma manera en las diferentes láminas en forma rígida?
Rorschach distinguió cuatro tipos de sucesión que posteriormente
Zulliger complementó con otras consideraciones. Así podemos describir
los siguientes tipos de sucesión:
Según el orden de uso de las localizaciones:

45
Hellmut Brinkmann Sch.

Directa: En ella, el sujeto comienza dando respuestas W y luego D.


La utilizan en general individuos de inteligencia abstracta, analíticos,
deductivos, racionales o de pensamiento científico.
Invertida: Cuando se empieza con respuestas D y luego W. Según
Zulliger, correspondería a una inteligencia constructiva, inductiva, de
sujetos más subjetivos, sintetizadores, pero podría también reflejar cau-
tela o inhibición. Se puede encontrar, además, en sujetos imaginativos.

Según utilice el mismo orden de sucesión en las diferentes láminas:

Rígida: Se mantiene el mismo orden (primero W, luego D y des-


pués Dd y S) como secuencia para las respuestas de todas las láminas,
una tras otra. Se encuentra en personas formalistas de la lógica, en los
pedantes, obsesivos e igualmente en deprimidos y ansiosos.
Ordenada: Tiende a emplear la misma secuencia, pero no en for-
ma rígida. Hay un cambio en la sucesión en no más de 3 láminas. Es
propia de la mayoría de los sujetos normales, que tienen buen juicio
y flexibilidad para adaptar su pensamiento a los cambios del medio.
Ordenados y sistemáticos en su trabajo.
Relajada: Hay cambios en el orden de sucesión en 3 a 6 láminas. Se
presenta en personas de pensamiento fluctuante o con deficiencia lógica.
Puede ser por poca inteligencia o por un «estilo» más desordenado,
una forma de trabajo poco rigurosa. Se puede encontrar asimismo en
algunos artistas y personas neuróticas.
Desordenada, desintegrada o incoherente: El orden de sucesión es
tan cambiante que no alcanza a reconocerse. Se presenta en personas
de pensamiento fluctuante o con cierta deficiencia lógica. Puede ser por
poca inteligencia o por un «estilo» más desordenado, una manera de
trabajo poco rigurosa. Se puede encontrar también en algunos artistas
y personas neuróticas.
Zulliger propone que, además, se considere si el sujeto sigue un
orden lateral-central, es decir, comienza con detalles externos de la
mancha y avanza hacia el centro o, por el contrario, central-lateral, en
que empieza interpretando detalles centrales y avanza hacia la perife-
ria. En el primer caso (lateral-central) se trataría de sujetos prácticos,
oportunistas, con habilidades y orientación hacia trabajos manuales.

46
El Test de Rorschach

En el segundo caso (central-lateral), serían personas con una actitud


más reflexiva, menos segura de sí mismas, pero más sistemáticas para
trabajar. La preferencia por la parte central de la figura implica senti-
mientos de inseguridad e inestabilidad, de temor a perderse.

Ejemplo de sucesión directa y rígida:

Resp. L. I L. II L. III L. IV L. V L. VI L. VII L. VIII L. IX L. X


1 W W W W W W W W W W
2 D D D D D D D D D D
3 D D Dd D Dd D D Ds D
4 Dd D Dd D
5 DS

Ejemplo de sucesión directa y ordenada:

Resp. L. I L. II L. III L. IV L. V L. VI L. VII L. VIII L. IX L. X


1 W D W W W D W W W W
2 D D D D D W D D D D
3 Dd W D Dd D Dd D Ds D
4 DS D Dd D

Resumen criterios y simbología de codificación de


la localización o área
W = Respuesta o interpretación global, es decir, que abarca to-
das las porciones de la mancha (corresponde a la G de Rorschach).
Únicamente en la lámina III se hace la excepción de codificar W una
respuesta que no incluya las manchas rojas, exclusivamente cuando
las manchas negras son interpretadas como figuras humanas que se
encuentran en algún tipo de relación o interacción, y es la primera
respuesta a la lámina.
D = Interpretaciones de partes relativamente grandes de la man-
cha, fácilmente separables del resto. También porciones menores que
sean frecuentemente interpretadas o constituyan subdivisiones obvias
de la figura.

47
Hellmut Brinkmann Sch.

Dd = Interpretaciones de un detalle pequeño o que constituye una


subdivisión arbitraria o inusual de la mancha.
S = Interpretación de una porción blanca. Este símbolo no se
anota solo, sino siempre en combinación con alguno de los símbolos de
área (G, D, o Dd), según corresponda. Por otra parte, lo anotamos como
S cuando la porción blanca es toda el área incluida en la respuesta, y
como s cuando el blanco es parte de la respuesta, junto con porciones
coloreadas (o grises). Así tenemos las siguientes posibilidades:
WS = Respuesta que abarca una porción blanca que constituiría
una respuesta global. Por ejemplo, toda el área central de la Lámina
VII (invertida), «cabeza y cuello de un soldado con casco».
Ws = Respuesta global que abarca toda la mancha, incluyendo
espacios en blanco. Por ejemplo, en la Lámina I, «una máscara, con
sus ojos y boca».
DS = Interpretación de un área blanca que cumple con las carac-
terísticas para ser considerada un D, como una de las porciones blan-
cas de la lámina I: «Un fantasma flotando en el aire, tiene las manos
estiradas hacia adelante».
Ds = Respuesta en un área D de la mancha, que incluye partes
blancas. Por ejemplo, el tercio central de la Lámina VII, «cabeza de
cerdo, se ve el ojo».
DdS = Interpretación de un área blanca con características corres-
pondientes a un Dd, como el blanco en la porción gris central inferior
de la Lámina III. «un pequeño platillo volador».
Dds = Respuesta Dd con inclusión de partes blancas. Por ejemplo,
en la Lámina III, la porción del gris y negra del centro (abajo), inclu-
yendo parte del blanco por encima y por debajo, «un rostro o máscara
terrorífico, se ven los ojos (en el blanco superior) y unas fauces abiertas,
con colmillos (en el blanco inferior)».
DSW, DsW, DdSW o DdsW = respuesta W confabulada a partir de
un DS, Ds, DdS o Dds, respectivamente. Análogamente, puede haber
DdSD o DdsD.

48
El Test de Rorschach

Referencias
Aracena, M. (1967). Introducción al estudio del Test de Rorschach (1ª ed.).
Santiago: Andrés Bello.
Böchner, R. & Halpern, F. (1948). L’application clinique du Test de Rorschach.
Pars: Presse Universitaire de France.
Bohm, E. (1968). Manual del psicodiagnóstico de Rorschach (D. A. Serrate,
Trad. 3ª ed.). Madrid: Ediciones Morata S.A.
Exner, J. E. (1994). El Rorschach. Un sistema comprehensivo (M. E. Ramírez,
Trad. Vol. I). Madrid: Psimática.
Rizzo, C. (1972). L’Adulto sano di mente alla luce della psicodiagnosi Rors-
chach. Roma: Escuela Romana de Rorschach.
Rorschach, H. (1921). Psychodiagnostik. Berna: E. Bircher Verlag.
Rorschach, H. (1962). Psychodiagnostik (8 ed.). Bern: Verlag Hans Huber.
Zulliger, H., & Salomon, F. (1970). El Test de Zulliger. Un test individual y
colectivo (J. J. Thomas, Trad.). Buenos Aires: Editorial Kapelusz, S.A.

49
Capítulo 4
Los Determinantes

Diversos autores han definido el concepto de determinante señalan-


do que se refiere a las propiedades determinantes del estímulo (es decir,
de las manchas), queriendo significar que se trata de características del
estímulo que de algún modo determinan o llevan a que esa parte de
la mancha (o la mancha completa), el examinado la asocie a un cierto
contenido. De acuerdo con Bohm (1968), «en ellos [los determinantes]
se investiga lo que ha determinado la respuesta del probando, si la
forma u otro elemento, bien sea sólo o en combinación con aquella».
Exner (1994), por otra parte, al hablar de los determinantes señala
que son «los elementos de la mancha que han contribuido a la forma-
ción del percepto». Y agrega: «[El] propósito de la codificación de los
determinantes es obtener información concerniente al complejo pro-
ceso perceptivo-cognitivo que ha dado lugar a la respuesta» (p. 103).
Probablemente sea esta formulación la que más se acerque a definir lo
que debemos entender por determinante, a pesar de lo cual el propio
Exner en más de algún momento parece desconocer esta idea cuando
argumenta cómo deben codificarse algunas respuestas en cuanto a su
determinante.
Rorschach, a su vez, tituló «Los momentos de forma, cinestesia y
color y su relación con el proceso perceptivo» la sección de su libro en
que habla de la codificación. Luego, en el texto, usa ocasionalmente la
expresión determinante cuando se refiere a estos elementos y su función
elicitadora de la respuesta.
Por otra parte, es evidente que limitar el concepto de determinante
a propiedades o características estimulares de las manchas, es un error
conceptual, puesto que en muchas ocasiones la mancha no posee las
características que consignamos en el determinante (por ejemplo, no se

51
Hellmut Brinkmann Sch.

mueven, a pesar de lo cual codificamos diversos tipos de movimiento


como determinante). Que no son solo «propiedades estimulares de la
mancha» las que actúan como determinante de la respuesta, está cla-
ramente demostrado en el hecho de que diferentes personas justifican
una misma respuesta, referida a la misma mancha, de distinta manera.
Por ejemplo, una puede decir que la mancha roja inferior de la Lámina
II le parece mariposa, por la forma; otra justifica la misma mariposa,
por el color; y una tercera tal vez no vea ahí una mariposa, sino un
botón de rosa. ¿A qué se deben estas diferencias, si las propiedades
del estímulo en los tres casos son las mismas? Es evidente que «las
propiedades estimulares de la mancha» han sido procesadas de modo
diferente. Esto significa que son los procesos preceptivo-cognitivos que
median entre el estímulo y la verbalización de la respuesta, los que «de-
terminan» la respuesta. Además, destacar la participación de procesos
perceptivo-cognitivos no se opone a la noción de que las características
del estímulo también influyen en el proceso, lo que nos lleva a concluir
que la formulación de la respuesta es el producto de una interacción
entre algunas características del estímulo y ciertos procesos de selección
y procesamiento de información que tienen lugar en la mente de quien
responde al test. Estos procesos, a su vez, ocurren de un modo que
mayormente escapa a nuestras posibilidades de observación.
Podríamos, en consecuencia, definir el concepto de determinante
de las respuestas dadas al test de Rorschach como aquellos procesos
o factores perceptivo-cognitivos, afectivos y motivacionales que in-
ducen al sujeto a asociar características de la mancha o de una parte
de ella, con un contenido presente en su repertorio de conocimientos.
El resultado de estos procesos es luego verbalizado como respuesta.
En esta definición se enfatiza los procesos psicológicos que ocurren
en la mente del examinado, más que las propiedades estimulares de la
mancha, por dos razones: en primer lugar, me parece que en algunas
ocasiones tienen más peso como «determinantes» de la respuesta, en el
sentido que pueden sobreponerse a las características «reales» de la man-
cha –como por ejemplo cuando en la respuesta se agrega movimiento– y,
en segundo lugar, pero no menos importante, porque son precisamente
estos procesos psicológicos (que tienen lugar en la «mente» del exami-
nado) los que interesa consignar y reflejar en la codificación que se haga

52
El Test de Rorschach

de la respuesta. Esto nos lleva directamente al segundo de los aspectos


señalados más arriba: qué se debe codificar como determinante.
De lo analizado hasta acá, y teniendo presente que utilizamos el
Rorschach como instrumento para conocer la condición psicológica
en que se encuentra el examinado, es decir, una persona en particular,
se desprende que la codificación de las respuestas –y los determinantes
son parte de esa codificación– debe recoger y reflejar todos los procesos
psicológicos (y sus características) que han tenido lugar en la mente
del examinado, cuando elabora su respuesta. Esto significa que la co-
dificación no recoge o no se refiere a las características o propiedades
de las láminas, como tampoco a las reacciones o conceptualizaciones
del examinador.
Insisto en este aspecto debido a que hay autores que incluyen en la
codificación de algunos determinantes, características que los objetos
mencionados como contenido de las respuestas tienen en la realidad
(especialmente la forma), aun cuando el examinado no los haya con-
siderado en la elaboración de su respuesta. Así, por ejemplo, Exner
señala: «de ordinario, los objetos que no tengan un requerimiento
formal específico se codificarán CF, pero ésta no es una regla estricta.
Por ejemplo, un sujeto puede decir: Este verde tiene el color de las
hojas, como el de una hoja de arbusto. Si no se produce una mayor
elaboración formal, la respuesta debe codificarse CF» (Exner, 1994,
p. 119). Considero esto un error. En el ejemplo citado, el sujeto ha
hecho referencia solamente al color como justificación de su respuesta,
es decir, como justificación para la asociación de esa mancha con ese
contenido. La codificación, en consecuencia, debe ser C. Es indiscutible
que todas las hojas tienen alguna forma, pero el sujeto no consideró,
en la elaboración de su respuesta, este hecho, sino que solamente la
similitud del color de la mancha con el color de las hojas y eso es lo
que se debe reflejar en la codificación.
Otro error contenido en el Sistema Comprehensivo, igualmente
referido a los determinantes, es la codificación de la idea de reflejo
como determinante. Exner, al explicar este código, hace énfasis en
los elementos de forma y en la consideración de la simetría (también
una característica de la forma), agregando que es necesario «que el
sujeto introduzca el concepto de reflejo, el cual puede manifestarse

53
Hellmut Brinkmann Sch.

directamente porque aparece la palabra ‘reflejo’, o indirectamente por


expresiones como ‘imagen reflejada’, o ‘se está mirando en el lago»
(Exner, 1994, p. 139).
Dependiendo de la importancia que el sujeto dé a los elementos
de simetría, la respuesta se codificará, según este y otros autores, como
de reflejo-forma, rF, o de forma-reflejo, Fr. Ambas codificaciones son,
a mi juicio, erradas, debido a que la noción de reflejo no actúa como
determinante del contenido, sino que es una adjetivación del conteni-
do, por lo que corresponde consignarlo junto a este o, mejor todavía,
como un fenómeno especial. Si una persona en la lámina III señala que
le parece una mujer frente a un espejo, porque «parece una mujer que
estuviera reflejada», el determinante del contenido (mujer) no ha sido
la idea de reflejo o la simetría de la mancha, sino su forma, semejante
a la de una mujer, y después de identificado el contenido, se agrega
la idea de que se ve reflejado, con lo que el contenido termina siendo
«una mujer frente a un espejo». Es decir, la idea de reflejo es parte del
contenido, no un determinante del mismo. En consecuencia, no con-
sideramos los reflejos entre los determinantes, sino que consignamos
su aparición como una observación o un fenómeno especial, junto a
la codificación de la respuesta.
Al conceptualizar los determinantes en la forma que aquí estamos
proponiendo, se resuelve asimismo el problema de la legitimidad de
considerar el movimiento como determinante. Las manchas en las lá-
minas del test no se mueven y ya el propio Rorschach tuvo dificultades
para justificar o explicar la codificación del movimiento como uno de
los determinantes de algunas respuestas. Para Rorschach era evidente
que no son solo características de las manchas las que actúan como
determinantes de las respuestas, pero no llegó a explicar el proceso,
probablemente debido a que los conocimientos que en su tiempo se
tenía respecto del fenómeno de la percepción (o del proceso perceptivo)
no le eran suficientes para resolver el problema. El hecho es que solo
consideró la posibilidad de que las cenestesias (o sensaciones cenesté-
sicas) intervinieran como determinantes en algunos casos y siempre en
asociación con la consideración de aspectos formales. Por otra parte,
considerando que para que surja la sensación cenestésica en el examina-
do, es necesaria una fuerte identificación con la figura percibida, pensó

54
El Test de Rorschach

Rorschach que únicamente podrían aparecer asociadas a contenidos


humanos o antropomorfos (osos, monos, en actitudes humanas).
Como veremos más adelante, en la actualidad se ha ampliado la
gama de posibilidades para codificar movimiento.

La forma como determinante


Cuando el factor determinante de la respuesta son las caracterís-
ticas formales, generalmente y de modo más específico, el contorno
de la mancha o de una parte de ella, hacemos constar esto en la co-
dificación escribiendo la letra F. Habitualmente no es difícil apreciar
si los elementos formales han intervenido como determinante de una
respuesta, ya sea porque el examinado lo verbaliza cuando da su
respuesta, diciendo, por ejemplo, «esta parte tiene la forma de…»,
o porque señala y describe partes del contenido de una manera que
implica consideraciones de la forma (como cuando dice «esta parte
podría ser la cabeza, acá las alas, las patas», etcétera).
Un aspecto de la codificación que puede implicar un grado algo
mayor de dificultad, es precisar si además de la forma ha intervenido
otro factor como determinante y, si ha sido así, cuál es su importan-
cia relativa con respecto a la forma. Este es un aspecto que debe ser
aclarado en la encuesta que se haga de la respuesta. Por ahora nos
limitaremos a considerar solamente la forma como determinante y sus
implicaciones psicológicas.
Llamamos «de forma pura» aquellas respuestas en que unicamente
la forma ha actuado como determinante y en las cuales anotamos sólo
una F (en mayúscula) en la columna de los determinantes. Este símbolo
fue utilizado originalmente por Rorschach y ha sido adoptado también
por los demás autores (probablemente porque la letra efe es la primera
letra de la palabra con que se nombra la forma en prácticamente todos
los idiomas).
Las explicaciones que habitualmente se dan respecto de los criterios
para codificar F son en general escuetas, en el sentido de que se señala
simplemente que corresponde a las respuestas en que la forma ha sido
el determinante. Más explícitas son cuando se refieren a los criterios
para codificar las diferencias de la calidad formal, es decir, el grado de
ajuste o correspondencia entre la forma o contorno de la mancha que

55
Hellmut Brinkmann Sch.

ha sido seleccionada como localización de la respuesta y la forma que


el objeto (contenido de la respuesta) posee «en la realidad».
Rorschach originalmente solo consideró dos posibilidades a este
respecto: la codificación como F+ de las respuestas en que había una
buena correspondencia entre las características formales del contenido
señalado en la respuesta y las características formales (el contorno) de
la mancha, y la codificación como F- en los casos en que no se cumple
ese requisito o hay un uso arbitrario de la forma. En casos excepciona-
les, en que las características formales del percepto no resultaban bien
definidas, pero tampoco eran evidentemente arbitrarias, codificaba F±.
Actualmente, sin embargo, utilizamos los códigos de calidad formal
propuestos por Exner (1994) a partir de su revisión de aquellos utili-
zados por Mayman (1970).
Estos códigos para la calidad formal se agregan como subíndice
a los determinantes que corresponda, en cada respuesta. Solamente se
codifica una vez la calidad formal para cada respuesta (salvo excep-
ciones en algunas respuestas complejas) y debe codificarse siempre que
el factor forma participa como determinante.
Los cuatro códigos y sus respectivos criterios de asignación son
los siguientes:
Respuesta «ordinaria» = o (la letra o minúscula, como subíndice;
por ejemplo, Fo; FC’o). El concepto de «ordinaria» en este caso no tiene
implicancias peyorativas, sino que está tomado en su significado de
algo común o frecuente. En consecuencia, asignamos este código en
todos los casos en que hay una relación obvia entre las características
formales del contenido de la respuesta y la mancha, en una interpreta-
ción que es frecuente. La respuesta es corriente y fácil de ver. Ejemplos
de respuestas codificadas Fo serían «murciélago» o «mariposa» en la
Lámina V; o «máscara» en la Lámina I.
Respuesta de calidad superior o elaborada = + (el signo + como
subíndice; por ejemplo, F+; FM+). Son respuestas a las que correspon-
dería calificar como o (ordinaria), pero que han sido enriquecidas o
mejoradas al agregar detalles en su descripción, de modo que se ven
mejor, con características adicionales a la manera común de percibirlas.
Un ejemplo sería la respuesta de «tótem indio» para la saliente supe-
rior de la Lámina VI. Si el examinado dijera solamente que «parece

56
El Test de Rorschach

un tótem, por la forma que tiene», correspondería asignarle calidad


formal o, pero si dijera que «parece tótem por la forma y además tiene
unos adornos, como plumas y parece estar tallado –señala el negro más
oscuro en la línea media– con una forma de cara aquí arriba, y parece
estar clavado sobre un montículo», tendríamos que codificarla como F+.
Respuesta «inusual» (unusual en inglés) = u (la letra minúscula u
como subíndice; por ejemplo, Fu; CFu). Aquí el término «inusual» debe
entenderse en el sentido de poco frecuente o en algún modo, especial.
Son respuestas poco frecuentes, en que las características formales no
son forzadas o arbitrarias, sino que siguen siendo adecuadas. El exami-
nador logra verlas sin mucha dificultad, atendiendo las explicaciones
del examinado. Como ejemplo puede servir la respuesta «una señora
gorda sobre una moto» en el detalle verde de la Lámina IX en posición
b o d (vertical sobre un lado). Probablemente no la hubiésemos visto
espontáneamente, pero si nos indican «aquí parecen como ruedas, la
figura es como de alguien agachado que va tomando el manubrio de la
moto», la podemos ver sin mucha dificultad, sin que la forma sea forzada.
Respuesta «menos» = - (el signo - como subíndice). La forma
se usa de manera arbitraria, no hay real correspondencia entre las
características formales del objeto interpretado y la mancha. Incluso
pueden especificarse contornos o límites arbitrarios donde no existen,
de modo que la respuesta es impuesta sobre la estructura de la mancha
con poca o ninguna consideración de los contornos de esta. Un ejemplo
claro sería decir que la L I «parece una pelota de fútbol, por la forma».

Valor psicológico del uso de la forma como


determinante
En cuanto al valor o significado psicológico del factor forma en
las respuestas al test de Rorschach, se nos hace evidente si analizamos
la dinámica de la interacción que se produce entre el examinado y el
estímulo (las láminas con manchas de tinta) cuando le solicitamos
responder al test. Sabemos que esas manchas de tinta no son más que
eso, simples manchas que no representan nada específico o definido.
La gran mayoría de los examinados también lo entiende así, sin que
sea necesario explicárselo. En consecuencia, cuando el examinado ve
la mancha y luego nos dice que parece, por ejemplo, un animal, de

57
Hellmut Brinkmann Sch.

algún modo ha llegado a asociar esa mancha con la idea de animal.


Los factores que llevaron a que se produzca esa asociación (los que
hemos definido como determinantes) habitualmente no son del todo
conscientes. La idea de animal que surge en la mente del examinado,
sin embargo, sí lo es. Esto implica que antes de verbalizar esa idea y
expresarla como respuesta, el examinado habrá analizado la corres-
pondencia o adecuación o, en otras palabras, el parecido de una figura
de animal con las características formales de la mancha, concluyendo
que el parecido es suficiente como para que su respuesta sea aceptable.
Esto implica que de alguna forma ha enjuiciado su idea, es decir, ha
sometido a un juicio crítico la correspondencia entre su idea y las ca-
racterísticas de la realidad que está enfrentando (la mancha). Podemos
concluir, en consecuencia, en primer lugar, que el uso de la forma como
determinante implica un procesamiento racional y consciente de las
propiedades estimulares (formales) de la mancha, así como también
un enjuiciamiento crítico de las propias ideas o pensamientos. En
sujetos «normales», con una adecuada capacidad de juicio crítico y
de autocrítica, y por lo tanto, un adecuado juicio de realidad, esto se
manifestará a través de un predominio de respuestas con calidad formal
o, algunas de calidad formal + y también algunas de calidad u. Si no
se trata de una persona muy rígida o autoexigente a este respecto, se
podrá permitir asimismo alguna de calidad formal - , especialmente si
la forma no es el determinante principal en esa respuesta.
Con base en estas consideraciones podemos analizar en cada uno
de los protocolos el grado y la adecuación con que el examinado usa
los procesos racionales o intelectuales en su interacción o relación con
la realidad, o los problemas que enfrenta. Como veremos más adelante,
la forma no es el único determinante, pero es el más racional. Si en un
caso en particular obtenemos un protocolo en que únicamente aparece
la forma como determinante, ello significaría que esa persona solo se
permite interactuar con la realidad en un plano racional o intelectual,
o que utiliza exclusivamente recursos racionales para manejarse en la
vida. Por otra parte, la mayor o menor proporción en que emplea de
un modo adecuado la forma, nos habla del grado de adecuación de los
procesos racionales (o de su juicio de realidad). Este es el razonamiento
que subyace al cálculo de los siguientes índices:

58
El Test de Rorschach

F%. Para calcular este valor, contamos el número de respuestas


en que hemos codificado solamente la forma como determinante
(respuestas de forma pura F), sin considerar los valores de calidad
formal. El valor obtenido lo dividimos luego por el número total de
determinantes codificados en el protocolo (incluyendo las F puras) y
lo multiplicamos por 100.
Σ F puras
La fórmula a utilizar es: F%= x 100
Σtotal determinantes

Este porcentaje se interpreta como un indicador de la medida en


que la persona hace prevalecer los momentos racionales o intelectua-
les en su interacción con la realidad. Como lo expresan Maffioletti
y Andreucci (2001), «representa el grado en que las consideraciones
lógico-formales dominan la conducta y el pensamiento. Indica la me-
dida en que los procesos de razonamiento formal pueden proseguir
su curso sin verse interrumpidos o reorientados por la intrusión de
afectos, ansiedades o preocupaciones; es decir, el grado de control de
un individuo y su capacidad para manejar situaciones sin implicarse
emocionalmente. Representa el grado de autonomía de los procesos
mentales conscientes que se resiste a la intromisión de factores sub-
conscientes». El rango de variación que se encuentra normalmente en
la población oscila entre 30% y 50%.
F+%. Este índice lo calculamos también considerando solo las
respuestas con determinante F pura, pero ahora sumando aquellas
que tienen calidad formal +, o y u, dividido por el total de F pura y
multiplicado por 100.
(F+) + (Fo) + (Fu)
La fórmula en este caso es: F+% = x 100
Total de F puras

Este índice lo interpretamos como un indicador de la precisión o


estrictez del juicio de realidad del examinado. En este sentido, señala
el grado de eficiencia de los mecanismos de control o la actitud crítica
hacia el propio pensamiento. En la medida en que para el cálculo se
considera solamente las respuestas con determinante F, nos indica el
grado de ajuste a la realidad de los procesos cognitivo-racionales o de
59
Hellmut Brinkmann Sch.

la conducta del sujeto cuando actúa guiado únicamente por la razón.


Los valores normales para este índice alcanzan entre 80% y 95%.
F % ext. (F% extenso). Indica la proporción de respuestas en que la
forma (F) participa como determinante primario o principal, incluidas
las F puras, con respecto al total de determinantes. Esto significa que
debemos sumar las F, M, FM, FC, FC’, FT, FV, FY, FD y Fm y dividir
ese valor por el total de determinantes, multiplicado por 100.

F+M+FM+FC+FC’+FT+FV+FY+FD+Fm
La fórmula es: F% ext.= x 100
Total de determinantes

Es un importante indicador adicional de la prueba de realidad y


del grado de control racional que la persona ejerce sobre su conducta
en la interacción con el medio. Nos dice en qué proporción participa
la razón como factor predominante en la interacción del sujeto con la
realidad cuando en sus reacciones hay igualmente participación de los
factores afectivos, de modo que estos no distorsionen su percepción de
la realidad. Representa el control lógico-formal que ejerce el individuo
sobre sus afectos y ansiedades para intentar modularlas. El valor normal
esperado se encuentre en el rango entre 85% y 95%.
F+ % ext. (F+% extenso). En este caso sumamos todos los deter-
minantes que tienen F como determinante principal (se incluyen, por
lo tanto, las F puras) y tienen buena calidad formal, es decir, tienen
calidad formal o, u y + y lo dividimos por el total de determinantes
con F como determinante principal.
La fórmula es:

determinantes F pura o con F como det. principal y calidad o, u y +


F + % ext. = x 100
total determ. F pura y con F como det. principal

Este porcentaje nos indica qué tan efectivo es el control racional


que el individuo intenta ejercer sobre sus reacciones en la interacción
con el medio, cuando en ellas están involucrados los afectos. También
en este caso esperamos entre un 85% y 95% como valor normal.

60
El Test de Rorschach

Los colores como determinantes


En este rubro es necesario distinguir entre el uso de los que deno-
minamos colores cromáticos y el uso de aquellos que llamamos colores
acromáticos. Los primeros son los que normalmente llamamos colores
(rojo, verde, azul, etc.) y los segundos se refieren al uso del blanco,
negro o gris con valor de color en la determinación de una respuesta.

Colores cromáticos
Cuando alguno de los colores cromáticos participa como determi-
nante de una respuesta, lo señalamos escribiendo la letra C en el lugar
de los determinantes. Dependiendo de la importancia que tenga como
determinante, puede anotarse sola (lo que llamamos «una C pura»),
o combinada con F, como CF (respuesta de color-forma), en el caso
de que el color sea el determinante principal o primario y la forma
participe como determinante secundario, o como FC (respuesta de
forma-color), cuando la forma es el determinante principal y el color
participa como determinante secundario.
Una respuesta C será aquella que el examinado justifica exclu-
sivamente con referencia al factor de color. En otras palabras, lo
único que ha considerado para hacer la asociación de la mancha con
el contenido de su respuesta, ha sido el color. Ejemplos de este tipo
son las respuestas de «sangre» para las manchas rojas en la Lámina
II o Lámina III, justificadas «porque son rojas, como la sangre»; o la
respuesta de «pasto», en el verde de la Lámina IX, «porque es verde».
Teniendo presente nuestro principio de reflejar en la codificación los
procesos psicológicos activos en la mente del examinado cuando
responde a la prueba (y no las ideas o conceptos que pueda tener
el examinador), mantenemos la codificación C (C pura) aun en los
casos en que el contenido tiene (en la realidad) una forma definida, a
diferencia de lo que hacen Exner y sus seguidores, que en esos casos
codifican CF. Si, por ejemplo, la respuesta fuera «una gota de sangre»
que el examinado justifica «porque es roja», sin aludir a la forma de
gota, nuestra codificación será C, aun cuando sabemos que las gotas
tienen una forma precisa. Con base en esta consideración de que la
gota tiene en la realidad una forma definida, Exner plantea que la co-

61
Hellmut Brinkmann Sch.

dificación debiera ser CF, a pesar de que el examinado no haya hecho


referencia a la forma. Como ya lo expresé antes, considero errado ese
proceder. Distinto sería si al justificar la respuesta dijera «porque es
roja, y parece como gota», caso en el que codificamos CF, o si dijera
«tiene forma de gota, y es roja, como de sangre», a lo que corresponde
una codificación FC.

Significado psicológico del uso del color


como determinante
Los colores los asociamos a los afectos y en el caso del test de Rors-
chach nos informan acerca del papel y dinámica de los afectos en la vida
de relación del examinado. En este sentido, relacionamos los colores
cromáticos con afectos positivos o eutímicos y los colores acromáticos
con afectos negativos o distímicos. En la medida en que el examinado
en su respuesta nos da a conocer su reacción frente a la lámina como
realidad que está enfrentando, la presencia de color implicará o reflejará
la participación de los afectos en su reacción. Así, una respuesta C (C
pura) significará que su respuesta fue determinada exclusivamente por
una reacción afectiva que se exterioriza de manera directa. Una respuesta
FC, en cambio, correspondería a una reacción afectiva o emocional que
ha sido sometida o mediatizada por el control racional (representado por
la F), sin ser negada. El momento racional predomina sobre y modula
la expresión del afecto. Es lo que consideramos un modo «maduro»
de reaccionar cuando están involucrados los afectos. Las CF, por otra
parte, corresponden a respuestas en que hay un intento de control
racional, pero predomina el afecto. En este sentido, podemos indicar
una gradiente de control, que va desde la C pura como manifestación
o exteriorización del afecto sin control o modulación racional, como
es característico, por ejemplo, en los niños pequeños, pasando por ma-
nifestaciones emocionales en las que hay cierta racionalidad, aunque
el predominio sigue siendo de los momentos emocionales (CF), hasta
las FC que, como dijimos, corresponden a manifestaciones emocionales
moduladas o controladas por factores racionales.
De un modo muy general podríamos decir que las C reflejan im-
pulsividad e inestabilidad emocional (la reacción emocional depende
exclusivamente del estímulo exterior); las CF reflejan sugestibilidad y

62
El Test de Rorschach

una excesiva permeabilidad frente a la estimulación externa; y las FC,


en las que hay predominio de lo racional sobre lo afectivo, reflejan una
afectividad madura y capacidad de empatía.
En un protocolo correspondiente a una persona adulta, madura y
emocionalmente estable, esperaríamos un predominio de respuestas FC,
unas pocas CF y ninguna C. En un niño, en cambio, las proporciones
serían inversas: predominio de C, algunas CF y ausencia de FC.
Una consideración aparte merece el fenómeno especial conocido
como «proyección de color» (Cp), en que el examinado justifica su
respuesta por el (o los) color(es), en una lámina acromática que solo
tiene diferentes tonos de negro y gris. Es decir, se codifica Cp cuando el
sujeto identifica la presencia de color cromático en un área acromática
de la mancha. Por ejemplo, en la Lámina I: «Una preciosa flor, tiene
pétalos azules y amarillos». Puesto que la mayoría de las veces este
fenómeno parece producirse a partir de los matices o diferencias de
intensidad del color acromático, Exner propone codificar como deter-
minante el sombreado difuso (FY, YF o Y), y anotar CP como código
especial, agregado a la fórmula. Por nuestra parte, y por las razones
que ya hemos expuesto, en el sentido de reflejar en la codificación los
procesos que tienen lugar en el examinado, preferimos consignar Cp
como determinante directamente en la codificación de la respuesta.
Desde luego, corresponde consignarlo además en el listado de los
fenómenos especiales presentes en el protocolo.
En cuanto a su significado psicológico, implica una reacción de-
fensiva frente a lo disfórico del color acromático, mediante un esfuer-
zo consciente de mostrarse alegre y negar u ocultar los sentimientos
negativos que lo afectan.
Asimismo, en relación con los colores como determinantes, tenemos
que mencionar las respuestas de «nominación de color», que reciben la
codificación Cn. En este caso, el examinado, como respuesta, simple-
mente nombra los colores que ve en la lámina. Dirá, por ejemplo, «este
es un rosado, aquí hay verde», o «esto es azul». Lo importante para
codificar Cn, es que debe decirlo como respuesta, no como un comen-
tario o descripción. Si dijera «esta lámina es en colores, veo un verde,
rosado y naranjo», no corresponde codificarlo como respuesta, sino
solo consignarlo como comentario o descripción. En cambio, si con la
misma actitud que antes dijo «esto es un murciélago» o «esto parece un

63
Hellmut Brinkmann Sch.

cuero», ahora dice «esto es rosado», debe codificarse como respuesta


con determinante Cn.
Aparece ocasionalmente en protocolos de niños pequeños y tam-
bién en adultos con deterioro cognitivo y/o daño orgánico cerebral.
Según Klopfer (1952), representan (en los adultos) un intento fraca-
sado de superar una situación emocional utilizando medios mágicos
o no realistas.
Siempre en relación a los colores como determinantes, tenemos
que mencionar también otras formas en que pueden estar presentes
en un protocolo, como por ejemplo el uso simbólico del color. Si al
responder a la Lámina III nos dice que se ven «dos personas que están
muy enamoradas» y justifica esta idea porque «el rojo del medio re-
presenta el amor que los une», es evidente que asigna al rojo un valor
simbólico. En estos casos, corresponde anotar el código Csym (por
color simbólico) en el determinante, además de anotar «simbolización»
(o «abstracción») en los fenómenos especiales. Psicológicamente, evi-
dencian un enfoque intelectualizado de las situaciones emocionales.
En ocasiones las personas utilizan el color de un modo que no
corresponde a la realidad, en las respuestas que son llamadas de co-
lor artificial (o color forzado). El determinante principal es la forma,
pero el examinado agrega el color, a pesar de ser este incongruente o
inadecuado para el objeto. Por ejemplo, cuando en la Lámina VIII los
animales laterales son identificados como «tigres rosados», Klopfer
propone el código FC para este determinante. Por mi parte prefiero
agregar la abreviación art. a la C, como subíndice (FCart.). Representan
un esfuerzo por mostrar una emoción o afecto que no se siente, o de
simular adaptación emocional.
Similares a las anteriores son las respuestas de color arbitrario.
En este caso, el color se incluye en la respuesta como un medio para
distinguir partes o zonas, de un modo arbitrario, en el sentido de
que se podría haber utilizado cualquier color con el mismo fin. Por
ejemplo, en las respuestas de «mapa», en que los diferentes colores
representan diferentes países, o de «una ilustración de anatomía»,
en que los colores representan diferentes órganos. El símbolo con el
cual se codifican de acuerdo con Klopfer es FC. Considero que en
la medida en que esta idea depende más de las diferencias de color,

64
El Test de Rorschach

que de las formas de las manchas, debiera ponerse el color como


determinante principal y la forma de modo secundario, agregando
la abreviatura arb. como subíndice a la C (CarbF). Si el examinado
hiciera énfasis en los aspectos formales (por ejemplo, «mapa de Amé-
rica del Sur, por la forma cónica»), correspondería la codificación
FCarb. Reflejan también inautenticidad emocional, adoptando el sujeto
una conducta superficial y poco genuina, que no tiene relación con
su afectividad real. Resultan de una integración afectiva deficiente
frente a las demandas de la realidad externa. Pueden ser también
manifestación de una evasión neurótica del compromiso emocional
en los vínculos interpersonales.

Colores acromáticos
La codificación como color acromático (C’, «C prima») se utiliza
cuando los tonos blancos, grises o negros de la mancha son usados
como color y determinan la respuesta. Ejemplo: la Lámina V, interpre-
tada como «un trozo de carbón, por lo negro». En este caso, la codifi-
cación será C’. Al igual que con el color cromático, se puede presentar
solo o en combinación con otro determinante, habitualmente la forma.
Según la importancia relativa, la codificación será C’F (respuesta deter-
minada principalmente por el color acromático, con participación de
la forma), como en el caso de la respuesta «nubes de tormenta» para
la lámina VII, justificada «porque son grises y tienen formas como de
nubes» o FC’ (respuesta determinada primariamente por la forma,
y secundariamente por el blanco, gris o negro como color) como en
la respuesta de «murciélago» en la Lámina V, con la explicación de
que «tiene forma de murciélago, y además es oscuro». En caso que se
esté utilizando el blanco como color (blanco central de la Lámina II:
«pantalla de lámpara, porque es blanco, como de porcelana»), se le
agrega bl como subíndice (C’bl).
El color acromático, por otra parte, lo consideramos reflejo o
manifestación de afectos disfóricos, habitualmente de tipo depresivo,
con excepción de aquellas (poco frecuentes) que tienen el blanco como
determinante. Usar el blanco como color es indicador de una gran
sensibilidad de tipo sensitivo.

65
Hellmut Brinkmann Sch.

El claroscuro (los matices de gris, el sombreado)


como determinante
Corresponde consignar alguno de estos determinantes cuando el
examinado justifica su respuesta en las diferencias de tonalidad de las
manchas, es decir, en la impresión de sombreado o claroscuro. A este
respecto se distinguen las respuestas de textura (T); las respuestas de
vista (V), y de sombreado difuso (Y).
Textura: Cuando el examinado interpreta los matices o las tona-
lidades (ocasionalmente también el color como tal, sea cromático o
acromático) como textura, es decir, los asocia con sensaciones táctiles
(rugoso, áspero, liso, frío, pulido, caliente, esponjoso, etc.), corresponde
codificar el determinante T. Como en los casos anteriores, este determi-
nante puede ser el único (codificación T, por ejemplo al interpretar la
Lámina VI como «un cuero, porque me parece peludo, como piel»), o
puede estar asociado con otro. Lo más frecuente es que la textura sea
el determinante principal (Lámina IV: «Es el [abominable] hombre de
las nieves, el Yeti, porque parece que tuviera un pelaje grueso y una
forma medio humana», codificación TF), o el determinante secundario
(Lámina VII: «Estos parecen como muñecas de trapo, porque tienen
como una cabeza y un cuerpo algo deforme, que parece blando»; codifi-
cación FT), pero también puede combinarse con color, como la porción
más lateral del rosado inferior en la Lámina IX interpretado «como
esos algodones de azúcar, así, porque tiene la típica forma redonda, es
rosado y me parece como blando» (Codificación: FC.FT).6 El uso de
la textura como determinante único, por otra parte, es poco frecuente.
Vista: En este caso, las diferencias de tonalidad producen una im-
presión de profundidad, tridimensionalidad o perspectiva. La Lámina
VI, por ejemplo, interpretada como «una quebrada profunda, como
el cañón del Colorado, porque da la impresión de profundidad» (Co-
dificación V). Lámina VII: «Son como islas que se ven desde arriba,
como desde un avión (‘¿por qué parecen islas?’): porque tienen forma,
así como de un archipiélago y la tonalidad da la impresión de relieve,
como montañas más altas y partes más bajas» (Codificación FV).

6
En algunos casos, en las llamadas “respuestas complejas”, puede haber más de un
determinante, los que se anotan separados por un punto. Esto se verá en detalle
más adelante.

66
El Test de Rorschach

Sombreado difuso: Se consiga este determinante cuando a los


matices o la tonalidad no se le da un significado diferente, sino que se
utiliza directamente, como tal. Ejemplo: la Lámina IV interpretada como
«una radiografía (‘¿qué la hace parecer radiografía?’): las diferencias de
tonalidad, unas partes más claras y otras más oscuras, como es típico
en las radiografías o ecografías» (Codificación: Y). La Lámina VI, sin
considerar las salientes laterales: «Una radiografía de los pulmones
(‘¿por qué?’). Porque son como dos pulmones con la tráquea hacia
arriba y parece radiografía por los matices del gris» (Codificación FY).

El determinante de dimensionalidad o
forma-dimensión (FD)
También implica una impresión de tridimensionalidad o perspecti-
va, pero a diferencia de las respuestas con determinante V, en este caso
la tridimensionalidad está dada por aspectos formales de la mancha,
habitualmente bordes que recortan parte de la figura, de modo que
parecen haber dos planos. Un buen ejemplo lo representa la respuesta
«unos ojos o una cara que estuviera mirando como desde detrás de unos
arbustos» para el detalle central en la Lámina IX. Los «ojos y cara» son
el detalle central y los «arbustos» son las manchas verdes que son vistas
como en primer plano, delante y cubriendo parcialmente la «cara».
Otro ejemplo puede ser en la Lámina IV la respuesta de «un caracol
o babosa –el detalle central inferior, entre las botas– que viene como
saliendo por debajo de unas hojas». A diferencia de otros determinantes,
en este caso la forma siempre interviene y es requisito para la impresión
de perspectiva o planos diferentes, por lo que la codificación siempre
es FD. Se aplica igualmente a la respuesta de «gigante» en la Lámina
IV cuando se describe como «un gigante visto desde abajo, se ven los
pies grandes y arriba la cabeza chica (‘¿por qué gigante?’). Porque se
ve más angosto hacia arriba, parece que estuviera más lejos». En este
caso es claramente la forma la que causa la impresión de perspectiva.

Movimiento como determinante


A pesar de que las manchas en las láminas del test no se mueven,
es frecuente que en las respuestas a ellas intervenga una impresión de
movimiento como determinante. Esto fue reconocido ya por el propio

67
Hellmut Brinkmann Sch.

Rorschach, que incluyó un símbolo para codificar movimiento humano


en su sistema. Posteriormente se han agregado también símbolos para
codificar otros tipos de movimiento, como el de animales y de objetos.
Sin embargo, debemos precisar que el criterio para codificar «movi-
miento» es más amplio, en el sentido que incluye cualquier forma de
actividad en el caso de un ser vivo (humano o animal) y el movimiento
o la presencia de fuerzas activas, en el caso de objetos inanimados.

Movimiento humano (M)


Utilizamos la letra M mayúscula para codificar el determinante de
una respuesta en que el examinado menciona o alude a una actividad
propia o característica de los seres humanos. A este respecto puede ser
pertinente insistir en que nuestra codificación debe reflejar lo que ocurre
en la mente del examinado, y no lo que personalmente consideremos
que debiera ser o sea correcto. Así, si la respuesta es «un perro que
está concentrado, pensando», la codificación será M, porque el tipo
de actividad (pensar en forma concentrada) es una actividad propia de
los seres humanos. De la misma manera, la respuesta en las manchas
grises de la Lámina II de «dos osos bailando, como bailando un minué»,
igual debe codificarse con M en el determinante.
Desde luego que si se mencionan figuras o seres humanos que
realizan una actividad que es propia de la naturaleza humana, también
se codifica M, como en el caso de «dos personas bailando», o «una
persona mirándose al espejo», en la Lámina III. Este criterio se hace
extensivo asimismo a seres no humanos, pero antropomorfizados, que
realicen una actividad humana, como podría ser «un ogro, caminando»,
o «un extraterrestre hablando» e incluso «el ratón Mickey cantando».
También se usa en el caso en que sea un animal el que está en una actitud
o actividad propia de los seres humanos, como «un gato meditando».
A este respecto hay que ser cuidadoso, porque, por ejemplo, «un gallo
cantando» está realizando una actividad que es propia de su especie
animal y el código correspondiente es el de movimiento animal (FM).
Otro aspecto importante en relación a este código, es que se
considera siempre que incluye a la forma. Aunque el símbolo para su
codificación es solo la letra M, se asume que hay consideración igual-
mente de la forma, por lo que corresponde agregar siempre el subíndice

68
El Test de Rorschach

pertinente para la calidad formal (o, +, u, -), además de incluirlo en el


cálculo del F%ext. y F+%ext.
El valor psicológico de este determinante ha sido objeto de estudio
desde los inicios de la historia del test. Ya el propio autor se refirió a
los complejos procesos psicológicos que podían llevar a que alguien
incluyera el movimiento como determinante, si este no está presente
en las manchas. Tanto la teoría como la evidencia empírica señalan
que la M está relacionada con el mundo vivencial interno, los procesos
ideativos (inteligencia) y creativos y el contacto que el propio sujeto
tiene con estos procesos.

Movimiento animal (FM)


Si la respuesta tiene como contenido un animal que realiza una
actividad o movimiento propio de los de su clase, se codificará el de-
terminante con el símbolo FM. En general no hay mayores dificultades
respecto de este código, pero en ocasiones puede ser necesario pedir
mayores precisiones o explicaciones al examinado. Por ejemplo, si la
respuesta a la Lámina V fuera «una mariposa, con las alas extendidas»,
se hace necesario distinguir entre una percepción de movimiento, en
que la mariposa esté extendiendo o haya extendido las alas y una per-
cepción solamente de una forma de mariposa con alas extendidas. Al
preguntar al examinado «¿dijo con las alas extendidas?», nos podría
responder: «Sí, la veo como puesta en un insectario, con las alas abier-
tas». Obviamente, en este caso no corresponde codificar movimiento
sino solo forma. Distinto sería si nuestra pregunta tuviera como res-
puesta: «Sí, la veo con las alas abiertas, como posada en una flor», a
lo que corresponde la codificación FM.
Al igual que en el caso de las M, también en las FM hay una
percepción de la forma que está incluida en el símbolo y que es nece-
sario considerar y codificar en cuanto a su adecuación, agregando el
subíndice correspondiente.
Psicológicamente, este determinante se relaciona con los impulsos
y necesidades más instintivas o primitivas, que buscan o requieren
gratificación inmediata. En este sentido, pueden reflejar impulsividad
e inmadurez.

69
Hellmut Brinkmann Sch.

Movimientos o fuerzas inanimadas (m)


Una tercera posibilidad de codificar movimiento se da cuando
en la justificación de la respuesta se alude a movimientos de objetos
inanimados o la presencia de fuerzas activas sobre un objeto, aunque
este no se mueva. En estos casos, en que el movimiento no es causado
ni por una actividad humana ni por una actividad animal, el código
que se utilizará es m. A diferencia de los casos anteriores, aquí sí hay
que señalar la participación de la forma y su importancia como de-
terminante. Así, en el caso de los detalles rojos laterales de la Lámina
III vistos como «una bolsa, que parece que viene cayendo» y que el
examinado justifica como que «parece como una bolsa o mochila, y da
la impresión que viene cayendo», la codificación del determinante sería
Fm (la forma como determinante principal y el movimiento inanimado
agregado). El mismo código corresponde utilizarlo si la respuesta (en
el mismo detalle) fuese «un mono que viene cayendo», descrita como
«parece un mono, como con la cabeza hacia abajo, las patas aquí al
lado y la cola hacia arriba. Viene cayendo cabeza abajo». En este caso,
el movimiento (caer) se debe a la acción de la fuerza de gravedad, por
lo que el código correcto es Fm, y no FM, aunque sea un animal el
que cae. Distinto sería si dijese que ahí ve «un mono saltando, como
dando una voltereta». En este caso si corresponde FM.
Hay casos en que la presencia de una fuerza activa no implica o
produce movimiento. Sin embargo, en la medida en que se percibe la
presencia o acción de esa fuerza, debe codificarse. Por ejemplo, en el
caso de que los rojos laterales de la Lámina III sean vistos como «una
bolsa o mochila que parece estar colgando de un clavo», o la Lámina
VI como «un cuero estacado, puesto a secar. Da la impresión de que
está tirante», corresponde agregar m en el determinante, junto a la
forma (Fm).
Por otra parte, también puede haber respuestas en que no hay
participación de la forma en el determinante, sino solo el movimiento
inanimado, ocasionalmente en asociación al color, como en la interpre-
tación de la Lámina X como «fuegos artificiales», justificada «porque
parece que están explotando, y son de colores». En este caso, la codi-
ficación del determinante sería mC.

70
El Test de Rorschach

El determinante m exterioriza sentimientos de tensión o conflicto


intrapsíquico, habitualmente debidos a circunstancias transitorias. En
este sentido, es un indicador inestable, que puede estar presente en el
protocolo de una persona en un momento en que vive un conflicto,
y no aparecer en un protocolo posterior de la misma persona, si el
conflicto ha sido superado o resuelto.

Relación entre las respuestas de color cromático y


de movimiento humano: el Tipo Vivencial
La relación cuantitativa entre las respuestas de color cromático
(C, CF y FC) y las respuestas de movimiento humano (M), se conoce
como el Tipo Vivencial (TV). Ya el propio Rorschach destacó que «las
cantidades absolutas de M y C, por más importancia que tengan como
representaciones de la vida interior y de los afectos, respectivamente,
no son, por sí solas, expresión suficiente de estos; lo esencial es, en
cambio, su proporción mutua». Esta proporción la escribimos en la
forma M: C, en la que M representa el número o cantidad de veces
que se ha codificado el determinante de movimiento humano en el
protocolo y C representa la suma ponderada de los determinantes
de color cromático que se han codificado, de acuerdo a la siguiente
ponderación:
cada C vale 1,5 puntos
cada CF vale 1 punto, y
cada FC vale 0,5 puntos.
Así, si en un protocolo determinado tenemos cinco respuestas con
determinante de movimiento humano, el valor de M será 5; y si en el
mismo protocolo se ha codificado dos respuestas con C, dos respuestas
con CF y tres respuestas FC, la correspondiente suma ponderada (es
decir, el valor de C en la relación) será: 2C * 1,5 = 3, más 2CF * 1 =
2, más 3FC * 0,5 = 1,5, lo que da un total = 6,5. El tipo vivencial, en
consecuencia, será M : C = 5 : 6,5.
Según los valores de M y de C se encuentren en equilibrio o pre-
domine uno sobre otro, se describen diferentes tipos vivenciales:
Distinguimos un tipo vivencial introversivo, cuando el valor de M
es superior al menos en dos puntos al valor de C. Corresponde a per-

71
Hellmut Brinkmann Sch.

sonas que viven más bien de sus pensamientos y, con cierta frecuencia,
de sus fantasías, en vez de adaptarse al mundo exterior. Contactan más
con su mundo vivencial interno que con los estímulos del exterior. En la
vida de relación, son más intensivos que extensivos, es decir, prefieren
relacionarse de modo más profundo con pocas personas, que cultivar
muchas relaciones superficiales.
Lo opuesto sería válido para el tipo vivencial extratensivo, en el
que el valor de C es dos o más puntos superior al de M (por ejemplo,
M :C = 2 : 5). En este caso es necesario analizar las características de
las respuestas de color. Si hay un predominio de C y CF por sobre las
FC, el tipo vivencial lo consideramos extratensivo – desadaptativo o
egocéntrico: predominan en él los afectos inestables, egocéntricos, la
impulsividad. Poseen una afectividad inestable, con marcado impulso
a vivir hacia fuera, fácilmente excitables y, en general, regidos por los
afectos. En cambio, si el valor de C resulta de una mayoría de FC, con
pocas CF o C, lo calificamos como extratensivo – adaptativo. En este,
las funciones lógicas o cognitivas predominan y modulan la expresión
de los afectos. Son personas de gran adaptabilidad afectiva e intelectual,
que hacen amigos con facilidad.
Si los valores de M y de C en el tipo vivencial son similares (di-
ferencia de 1, máximo 1,5 puntos), lo llamamos ambigual. En estas
personas coexisten rasgos o tendencias introversivas y extratensivas,
dando como resultado una buena productividad, relaciones intensivas
y extensivas, con capacidad de empatía y buena adaptabilidad afectiva.
(Esto debe ser relativizado o matizado según las características de las
respuestas de color).
Por último, están los tipos vivenciales coartado y coartativo. En el
primero, los valores de M y de C no superan 1 o máximo 1,5 puntos.
En el segundo, pueden llegar a 2,5 puntos. La baja cantidad de M y
de C implican habitualmente un predominio de F en el protocolo. Si
además la calidad formal es buena, corresponde a personas formales,
que no se permiten tener imaginación y rechazan las manifestaciones
afectivas. Se encuentran dominados por las reglas de la etiqueta y
ejercen un marcado autocontrol (ya automatizado) en todo momento
de su vida. Son personas lógicas, que saben someterse a una discipli-
na. La afectividad está empobrecida y el humor puede ser depresivo.

72
El Test de Rorschach

Obviamente, estas características son más marcadas en el coartado


que en el coartativo.

Referencias
Bohm, E. (1968). Manual del psicodiagnóstico de Rorschach (D. A. Serrate,
Trad. 3ª ed.). Madrid: Ediciones Morata S.A.
Exner, J. E. (1994). El Rorschach. Un sistema comprehensivo (M. E. Ramírez,
Trad. Vol. I). Madrid: Psimática.
Klopfer, B. (1952). Técnica del psicodiagnóstico de Rorschach. Buenos Aires:
Paidós.
Maffioletti, F. y Andreucci, P. (2001). Manual de apoyo para la codificación
e interpretación del Test de Rorschach. Santiago: Universidad Diego
Portales.
Mayman, M. (1970). Reality contact, defense effectiveness and psychopa-
thology in Rorschach form-level scores. In B. Klopfer, M. M. Meyer,
F. B. Brawer & W. G. Klopfer (Eds.), Developments in the Rorschach
Technique, III. Aspects of Personality Structure (pp. 11-46). New York:
Harcourt Brace Jovanovich.
Rorschach, H. (1962). Psychodiagnostik (8 ed.). Bern: Verlag Hans Huber.

73
Capítulo 5
Codificación de contenidos

Los contenidos de las respuestas responden a las preguntas «¿qué


fue lo que vio?» o «¿con qué asoció la mancha?», y son de interés
tanto en un sentido cuantitativo como cualitativo. Atributos, detalles,
adornos, comentarios u observaciones especiales, así como también
manifestaciones emocionales del examinado en relación a algún conte-
nido, tienen siempre algún significado psicológico que será esclarecedor
en la interpretación del protocolo.
Para la codificación y análisis de los contenidos, se los agrupa en
diversas categorías que son las que se identifican con los diferentes
códigos. A este respecto utilizamos básicamente la misma lista de sím-
bolos de Exner (2007), aunque con algunas diferencias o precisiones7.
H = Figura humana completa.
Hd = Figura humana incompleta, parte de una figura humana.
(H) = Figura humana o antropomorfa, ficticia o mitológica com-
pleta. También monstruos y animales antropomorfos (el
Pato Donald, brujas, gigantes, el Yeti, etc.). No compartimos
el criterio de Exner de incluir igualmente en este código las
figuras humanas reales disfrazadas, como los payasos o ni-
ños disfrazados. En su lugar, proponemos en estos casos la
codificación H, agregando Disfraz como código secundario.
(Hd) = Parte de una figura humana ficticia o mitológica.
Hx = Experiencia, vivencia o emoción humana. Generalmente
se agrega como código secundario, como en la respuesta:
«Personas peleándose con mucho odio».
7
Con el objeto de favorecer el uso de un lenguaje más universal del Rorschach,
sobre todo considerando la amplia difusión del sistema comprehensivo de Exner,
he optado por usar sus signos de codificación, con algunas correcciones que con-
sidero necesarias.

75
Hellmut Brinkmann Sch.

A = Figura animal completa.


Ad = Detalle o parte de un animal.
(A) = Animal ficticio o mitológico, completo (dragón, unicornio,
etc.).
(Ad) = Parte o detalle de un animal ficticio o mitológico.
Ab. = Contenidos abstractos o inmateriales («belleza»; «fuerza»).
An = Respuesta de contenido anatómico. Partes de un cuerpo
humano o animal que comúnmente no son visibles, a
menos que el cuerpo sea abierto.
Art. = Arte. Objetos de arte en general, pinturas, esculturas, etc.
Arq. = Arquitectura. Edificios, construcciones.
Ay. = Antropología. Contenidos de connotación histórica o
cultural, como tótem, casco romano, lanza, Napoleón,
Arturo Prat, etc.
Bl. = Sangre.
Bt. = Botánica. Plantas o partes de plantas.
Cg. = Ropa. Ropas y vestimentas en general: corbata, botas,
chaqueta, vestido, capa, etc.
Cl = Nubes.
Ex = Explosión, fuegos artificiales, erupción volcánica.
Fi. = Fuego o humo.
Fd = Comida, cualquier cosa comestible para un ser humano
(helados, bistec, pescado frito, algodón de azúcar, etc.).
Geo. = Geografía, mapas.
Hh. = Hogar. Objetos y utensilios domésticos en general.
Ls. = Paisaje. Montaña, río, cueva, desierto. Incluye fondo o
paisaje marino.
Msc. = Máscaras y disfraces, personas disfrazadas.
Na. = Naturaleza. Elementos de la naturaleza no incluidos en
Bt o Ls: nieve, arcoíris, noche, lago, etc.
Obj. = Objeto, cosa no viva.
Sc. = Ciencia. Contenidos asociados a la ciencia o ciencia fic-
ción, o que son producto de ella.
Sx. = Sexo. Respuesta con referencia a órganos sexuales, acti-
vidad sexual, o con implicaciones eróticas.
Xy = Radiografías.

76
El Test de Rorschach

Respecto de los criterios de codificación expuestos por Exner,


consideramos las siguientes diferencias:
Los contenidos de «disfraz» o «máscara» no los incluimos en el
concepto de antropología como lo hace Exner, sino que los tratamos
del siguiente modo: las respuestas de «disfraz» las agregamos como
contenido secundario, junto a H; y las respuestas de «máscara», las
anotamos simplemente como tales (máscara) en los contenidos. Este
proceder se fundamenta en la significación psicológica de estos conte-
nidos, que justifica diferenciarlos y destacarlos.
Los contenidos de «escudo» y «armadura» tampoco los inclui-
mos en antropología, sino que los anotamos como «escudo», por los
mismos motivos.
Exner propone, además, la utilización del símbolo (2) -el dígito dos
entre paréntesis– como código agregado a la fórmula de una respuesta,
cuando en ella se explicita que se ven «dos» o «un par» de objetos
(contenidos) iguales.
Respecto del valor psicológico de los contenidos de las respuestas,
debemos considerar que los contenidos responden a las preguntas
«¿en qué pensó?» o «¿con qué asoció»? La mayor o menor variedad
o diversidad de contenidos reflejará entonces, de una manera general,
la gama de intereses del examinado o su acervo cultural.
Por otra parte, hay que considerar que por sus características, las
manchas son más fácilmente asociadas a contenidos de animales, los
que son normalmente los más numerosos en un protocolo.
De hecho, la proporción de respuestas con contenido animal o
A% se calcula sumando la cantidad de respuestas de contenido A, +
aquellas que son Ad +(A) + (Ad); sumatoria que se divide por el total
de contenidos del protocolo y se multiplica por 100.

A + Ad + (A) + (Ad)
A% = x 100
Total de contenidos

El A% así calculado normalmente se encuentra en un rango en-


tre 35% y 50%. Un hecho a tener presente es que este porcentaje es
muy dependiente del número total de respuestas (R) en el protocolo
y tiende a disminuir a medida que aumenta R, y a la inversa. Un por-

77
Hellmut Brinkmann Sch.

centaje superior a 55% en un protocolo de longitud «normal» (20 a


30 respuestas), se considera indicador de cierta estereotipia o pobreza
de pensamiento (pobreza de ideas), por lo que puede encontrarse en
personas poco ocurrentes, muy orientadas a lo concreto y más evidente,
así como en aquellas poco inteligentes, con daño orgánico cerebral o
con otras patologías psiquiátricas. Una proporción menor, en cambio,
reflejaría un mayor desarrollo de la inteligencia y de la productividad
intelectual, una mayor apertura y flexibilidad frente a las impresiones
y estímulos del medio, que podría corresponder a artistas entre los nor-
males, o a psicóticos productivos (maníacos, algunos esquizofrénicos)
entre los enfermos mentales.
Con una fórmula similar se calcula el H%, índice que refleja el
grado de interés que el examinado tiene por los asuntos humanos en
general, o por los demás. Su valor normal oscila en el rango entre
10% y 20%.

H + Hd + (H) + (Hd)
H% = x 100
Total de contenidos

Una proporción mayor indicaría un alto grado de interés por los


demás, cuyo significado real deberá dilucidarse en el contexto de los
otros indicadores en el protocolo global, puesto que podría ser una
preocupación autorreferente (muy preocupado por lo que los demás
puedan decir o pensar), o puede ser también una manifestación de un
interés egocéntrico (los demás son objeto de interés utilitario, me in-
teresan en función de lo que me pueden dar, de cómo responden a mis
necesidades), como asimismo podría ser un auténtico interés empático
hacia los demás.
A este respecto es importante considerar igualmente otros aspectos,
más que únicamente el cuantitativo. Por ejemplo, si hay un predomi-
nio de figuras humanas solas o individuales, o aparecen dos o más en
la respuesta. Si la tendencia predominante es a ver figuras solitarias,
falta el aspecto social y de interacción, lo que sería característico de
personas que «marchan solas por la vida». Por otra parte, si son más
frecuentes las respuestas en que hay más de una figura humana, es im-
portante analizar el tipo de relación o interacción entre ellas, que sería

78
El Test de Rorschach

una proyección de la disposición e intenciones con que el examinado


se involucra en las relaciones interpersonales.
Respecto a los demás contenidos, no consideramos apropiado
calcular porcentajes o proporciones (como el «índice de aislamiento»
de Exner), sino que se analizan de acuerdo a su número en términos
absolutos, aunque siempre teniendo presente cierta proporcionalidad.
(No se le da el mismo valor a 3 respuestas de un determinado contenido
en un protocolo de 10 respuestas en total, que las mismas 3 respuestas
en un protocolo de 30 o más respuestas).
Las respuestas An (contenido anatómico) pueden estar ausentes
en un protocolo sin que ello implique nada. Una de estas respuestas en
un protocolo normal de 20 o más respuestas, habitualmente no tiene
mayor significado, especialmente si es adecuada (bien vista). Un número
mayor podría ser indicador de algún tipo de preocupación especial
por lo orgánico o fisiológico, ya sea en el sentido de temor a enfermar
o aprehensiones relativas al funcionamiento del propio organismo, o
preocupaciones por el tema de la salud motivadas por alguna circuns-
tancia. También pueden dar un número aumentado de respuestas An
algunas personas con un afán de mostrar sus conocimientos o cultura.
Respuestas de contenido Sex pueden igualmente no aparecer, sin que
ello tenga algún significado especial. También en este caso, una respuesta
de este tipo, adecuadamente vista, en un protocolo de características
normales, carece de relevancia. Un número mayor, sin embargo, debe
ser considerado indicador de algún tipo de preocupación por el tema.
El significado más preciso deberá aclararse a la luz del resto del proto-
colo. ¿Son todas del mismo sexo? ¿Se asocian a otro tipo de fenómenos
o manifestaciones –por ejemplo, shock–? ¿Corresponden al sexo del
examinado?, son algunas preguntas a considerar.
Las respuestas de máscaras y de disfraz merecen asimismo una
atención especial, en el sentido que su sola aparición en un protocolo
debe ser considerada como indicador de una tendencia del examinado
a «no mostrar su verdadera cara». Esta tendencia al ocultamiento pue-
de tener implicaciones de falta de sinceridad o deberse a una actitud
defensiva. En este contexto, las respuestas codificadas como «escudo»
son también de importancia en el sentido que implican una necesidad
de protegerse o escudarse.

79
Hellmut Brinkmann Sch.

Respuestas populares
En relación a los contenidos de las respuestas entregadas por un
sujeto, es también de interés considerar su relación con el contexto
cultural más amplio. En este sentido, ya Rorschach había señalado
que hay algunos contenidos que son mencionados por muchos sujetos,
calificándolos como «respuestas vulgares» cuando se repetían en uno
de cada tres protocolos (aparecen en 33% de los protocolos). Por con-
sideraciones idiomáticas, preferimos referirnos a estas respuestas como
«populares», consignando su presencia en un protocolo anotando la
letra P junto a la codificación de la respectiva respuesta.
Diversas investigaciones, entre ellas también algunas de Exner
(2007), demuestran que las respuestas populares son prácticamente
las mismas en diferentes grupos culturales, aunque igual hay algunas
variaciones según el grupo, la época o la cultura.
En nuestro medio, Aracena (1967) presenta una lista de respuestas
populares establecida por H. Tuane. De acuerdo a ella, serían populares
en Chile las siguientes respuestas:

Lámina I:
Murciélago (W)
Mariposa (W)
Cuerpo humano (D central)

Lámina II:
Figuras humanas (W)
Dos animales (D grises)
Mariposa (D rojo inferior)

Lámina III:
Figuras humanas (codificada como W, aunque solo incluya las manchas
grises, si es primera respuesta y están en relación)
Mariposa, polilla o corbata de humita (D rojo central)

Lámina IV:
Piel de animal (W)
Murciélago (W)
Pies, botas o zapatos (D laterales inferiores)

80
El Test de Rorschach

Lámina V:
Murciélago (W)
Mariposa (W)
Pierna humana (D, saliente lateral exterior)

Lámina VI:
Piel (W o D sin saliente superior)

Lámina VII:
1. Nubes (W o D)
Cabezas o caras humanas (D superior)

Lámina VIII:
1. Animales (D laterales)

Lámina IX:
1. Cabeza o cara (D lateral externo rojo inferior)
2. Figuras humanas (D naranjo)

Lámina X:
1. Jaiba (D azul superior)
2. Araña (D azul superior)
3. Cangrejo (D azul superior)

Un estudio más actualizado (el único del que tenemos conocimien-


to hasta ahora), fue presentado por A. Mazzarelli en el X Congreso
Latinoamericano de Psicodiagnóstico de Rorschach y otras Técnicas
Proyectivas, realizado en Santiago entre el 23 y 26 de septiembre de
1998. De ese estudio hemos extraído la siguiente lista de respuestas
populares que consideramos como referente, y que reproducimos con
la autorización del autor8:

8
Esta lista es válida únicamente para la población a la que pertenece la muestra
tomada, es decir, chilenos, con estudios realizados en nuestro país, de ambos sexos,
con una escolaridad correspondiente, de preferencia al nivel medio o superior, entre
17 y 49 años, con un C.I. “Normal promedio” o superior y pertenecientes al N. S.
E. Medio y Alto.

81
Hellmut Brinkmann Sch.

Lámina I:
1. Murciélago o vampiro (W)

Lámina II:
1. Animal(es) cuadrúpedo(s): oso, perro, conejo (D)

Lámina III:
1. Dos seres humanos (D gris)
2. Mariposa (D rojo central)
3. Corbata de humita (D rojo central)

Lámina IV:
1. Cuero o piel de animal (W o D)

Lámina V:
Murciélago (W)
Mariposa (W)

Lámina VI:
Cuero o piel de animal (W)

Lámina VII:
Cabeza(s) de mujer(es) (D superior, también si se incluye D lateral
medio)

Lámina VIII:
Animal(es) cuadrúpedo(s) (D laterales)

Lámina IX:
No hay respuestas que cumplan el criterio

Lámina X:
Jaiba(s), langosta(s), centolla(s), cangrejo(s) (D azules laterales supe-
riores).

Para la valoración de las respuestas populares nos guiamos por


los siguientes criterios:

82
El Test de Rorschach

Consideramos que su número o cantidad es Bajo cuando se encuen-


tra entre 0 y 3 en un protocolo con un número «normal» de respuestas.
Consideramos Normal entre 4 y 5 respuestas populares
Consideramos Alto un número igual o superior a 6 respuestas
populares.
Por otra parte, no parece ser adecuado expresar el valor de P en
porcentajes, ya que dependiendo el número de respuestas, este podría
aparecer artificialmente alto o artificialmente bajo, puesto que el nú-
mero de Populares es limitado, y la cantidad de respuestas es variable.
En cuanto a su significado, se considera que son un indicador del
grado en que la persona comparte o reconoce las normas sociales. En
este sentido, pueden ser también un indicador de la relación o conexión
del sujeto con la realidad, especialmente si se consideran en relación al
F+% y D%. Exner considera que un número bajo de P, sobre todo si el
sujeto no da respuestas populares en las láminas I, III, V u VIII, indica
una patología severa, oposicionismo o rechazo de lo convencional.
Pensamos que esto no puede afirmarse de modo taxativo. De hecho,
puede haber personas que son poco convencionales sin ser conflictivas
u oposicionistas.
Una consideración importante de hacer respecto de las respuestas
Populares, es que son un indicador del reconocimiento (o conocimiento)
que el examinado tiene de las normas y convenciones sociales, pero no
necesariamente de que se atenga a ellas en su comportamiento.
En relación a las respuestas populares, es también de interés el
cálculo de lo que Stephan Neiger llamó el Índice de Realidad (IR),
(Realitätindex). En él se considera cuatro respuestas (consideradas
por Neiger respuestas realistas) como particularmente importantes
en cuanto indicadores del ajuste a la realidad del examinado: 1. Toda
respuesta de contenido H y con determinante M en la Lámina III (no
se consideran las que tengan determinante F); 2. La respuesta de mur-
ciélago como W en Lámina V (incluso en posición c –lámina invertida);
3. Toda respuesta de animal en los D laterales de la Lámina VIII; y 4.
Cualquier respuesta de animal en la Lámina X, sea que corresponda
a una popular o no. Si estas respuestas son dadas como primera res-
puesta en la lámina respectiva, considera Neiger que evidencian una
buena observación y se computan con dos puntos (solo en la Lámina
V puede ir precedida de la respuesta mariposa). Si la respuesta no es

83
Hellmut Brinkmann Sch.

dada como primera respuesta a la lámina, la considera como evidencia


de una observación lenta y se computa con un punto. Si no aparece,
habría falta de observación y vale cero. De este modo, el puntaje máxi-
mo posible es 8 y el mínimo, 0 (cero).
Un puntaje en el IR = 8 implica una actitud exageradamente rígida
en el examen de realidad, como se puede encontrar en sujetos paranoi-
des u obsesivos, ya sea en cuadros neuróticos o psicóticos.
Si el IR está en 7 o 6, lo consideramos normal. Implica capacidad
de evaluar en forma realista los propios pensamientos, afectos y con-
ductas, y se adecúa a la realidad. Es capaz de evaluar correctamente
los elementos más comunes de su medio. Tiene conservados los pará-
metros de tiempo, espacio y lógica, y sus afectos son congruentes con
los estímulos de la realidad.
Un IR = 5 o 4 corresponde a la típica organización limítrofe, que
tiene conservados los parámetros lógicos, pero puede tener alteraciones
en «el sentido de realidad».
Si el IR es igual o inferior a 3, indica que hay alteraciones serias
en el examen de la realidad, en el sentido de una ruptura en relación a
tiempo, espacio y lógica. Se presenta en cuadros psicóticos y orgánicos.

Referencias
Aracena, M. (1967). Introducción al estudio del Test de Rorschach (1ª ed.).
Santiago: Andrés Bello.
Exner, J. (2007). Manual de Codificación del Rorschach para el Sistema Com-
prehensivo (M. Esbert, Trad. 3a ed.). Madrid: Psimática.

84
Capítulo 6
Fenómenos especiales

En muchos protocolos Rorschach, especialmente en aquellos que


corresponden a sujetos con algún grado de patología, se encuentra uno
con diversas manifestaciones, verbales o de otra naturaleza, asociadas
al proceso de responder a la prueba y que no constituyen respuestas
codificables en sí mismas, a pesar de lo cual son de importancia al
momento de analizar el protocolo y elaborar un diagnóstico. Exner,
en su Sistema Comprehensivo, incluye un gran número de ellos y los
clasifica siguiendo diferentes criterios, agrupándolos en un capítulo
de Códigos Especiales (Exner, 1994). Tradicionalmente, sin embargo,
han sido denominados fenómenos especiales y tratados de un modo
más descriptivo o fenomenológico (por ejemplo, en Bohm, 1968;
Passalacqua & Gravenhorst, 1996), que es también la forma en que
los trataremos acá.
La lista de los fenómenos especiales incluye un amplio número de
factores, distintos a aquellos considerados para la codificación de las
respuestas, y que son de gran importancia en el momento de valorar e
interpretar el protocolo obtenido. Puesto que es importante no solo el
hecho de que aparezcan, sino también en qué momento y en relación
a qué lámina o respuesta surgen, acostumbramos a consignarlos junto
a la codificación de la respectiva respuesta, en una columna adicional
destinada a ello, con el encabezamiento de «observaciones».
A continuación analizaremos los más importantes de los fenó-
menos especiales, siguiendo fundamentalmente la lista y descripción
que de ellos presentan E. Bohm (1968) y Passalacqua & Gravenhorst
(1996).

85
Hellmut Brinkmann Sch.

1. Alteración amnésica del hallazgo de las palabras


o alteración amnésica
Se consigna este fenómeno cuando el sujeto percibe un objeto
habitual conocido, pero no recuerda su nombre, y en su lugar hace
referencias intentando describirlo.
Debe tratarse realmente del olvido del nombre de algo común y no
de objetos excéntricos, con nombres complicados, o que no pertenezcan
al medio cultural y/o al idioma del examinado.

Ejemplos:
Lámina V: «Un animal que es un bicho negro, que anda de noche
con radar, pero no recuerdo como se llama».
Lámina X: «Uno de esos animales que tienen muchas patas y
pican» (refiriéndose a las arañas).

Se asocia a un déficit de memoria. Según Bohm se presenta habi-


tualmente, pero no siempre, en cuadros orgánicos. Lo encontramos en
demencias y cuadros con deterioro, con falla de la memoria anterógra-
da, entre otros, en donde se daría como un relleno frente a la ausencia.
Puede ser índice, asimismo, de represión intensa, cuando se presenta
ante respuestas de contenido conflictivo para quien la da. Por ejemplo,
en histéricos ante respuestas sexuales.
Hay que hacer la diferenciación entre los dos significados.
Es un fenómeno que pocas veces se repite en el mismo test. Si ello
ocurre, hay que pensar más en la existencia de componentes orgánicos.
Incluso puede ser un primer indicador de una afasia.

2. Anulación de la conciencia de interpretación


Se presenta cuando la persona considera lo que ve o interpreta
en la lámina, como real, como que la lámina efectivamente muestra
«eso» y no otra cosa, pudiendo convertirse esa realidad en persecutoria,
llegándose (en casos extremos) a la interrupción de la prueba.
Ocurre una pérdida de límites, una pérdida de distancia absoluta
entre el sujeto y la lámina.

86
El Test de Rorschach

Ejemplos:
Lámina I: «¡Me asusta! ¿Qué es esto? ¡Me da miedo!» (Devuelve
la lámina).
Lámina IV: «¿Qué me muestra? Me hace mal (llora). ¡Me voy, me
voy, no quiero ver más!» (Se levanta y sale corriendo).
Lámina V: «Es un vampiro que se me viene encima».
Lámina III: «Una mariposa… ¡Qué linda! Se me va a posar en el
brazo».
Lámina X: «Yo, mi mujer y mis hijas».

Implica una pérdida absoluta del juicio de realidad y aparece


frecuentemente en psicóticos exclusivamente, sobre todo cuando se
acompaña de autorreferencia.
Según Bohm se da en esquizofrénicos y en imbéciles o débiles
profundos. También lo presentan algunos niños pequeños como algo
natural, de acuerdo con el momento evolutivo.

3. Disminución de la conciencia de interpretación


(Rorschach)
Es un fenómeno intermedio entre el aumento y la anulación de
la conciencia de interpretación y más cercano a esta última. Aquí hay
también una pérdida de distancia, aunque sin llegar a una anulación.
El sujeto cree que su interpretación es la única posible o que existe
una interpretación que sería la «correcta» y pide que se lo confirme-
mos, como si realmente estuviera dando un examen de conocimientos.

Ejemplos:
Lámina II: «Dos elefantes haciendo piruetas, ¿está bien lo que veo?
¿Me dirá después si es así realmente?».
Lámina V: «Esto es realmente un murciélago» (Dicho en tono
afirmativo, como confirmando).

Se presenta en personas que se someten al juicio ajeno y que ne-


cesitan del otro para sentirse seguros. En este sentido, es un índice de
inseguridad y duda.

87
Hellmut Brinkmann Sch.

Puede darse en cualquier neurótico, en orgánicos, en epilépticos y


en personas con déficit o inhibición intelectual, y asimismo en los que
tienen en general dificultad para discriminar yo no-yo y confunden
fantasía con realidad. Implica, por lo tanto, cierta disminución de la
prueba de realidad.
Es normal en los niños pequeños que creen que su interpretación
es una percepción.

4. Aumento de la conciencia de interpretación


Es lo contrario a la anulación. El sujeto se ve en la necesidad de
aclarar de alguna manera que lo que percibe es solo una representación
de la realidad y no esta misma. Pone una distancia máxima entre él
y la lámina.

Ejemplos:
Lámina I: «Esto no significa nada. Son solo manchas… pero podría
parecerse a un murciélago».
Lámina III: «No existen en realidad, pero podrían ser como dos
personas».
Lámina X: «Podrían ser vistos como cangrejos, pero no lo son; se
representan cangrejos».

Obviamente el sujeto intenta una toma de distancia frente a la


prueba, y convencer al mismo tiempo al examinador de que su sentido
de realidad está preservado. Es decir, es una forma de mostrarse seguro
y «sano», lo que implica un sentimiento de inseguridad subyacente.
Está asociado también con temor a proyectarse, en personas muy
defensivas, con elementos paranoides, y en obsesivos y psicópatas.
Para Bohm «se presentan casi siempre en deprimidos, pedantes y
en psicasténicos con sentimientos de extrañeza».

5. Autorreferencia o personalización
Llamadas también referencias al Yo. La persona hace una referencia
a sí misma, o asocia la respuesta que está dando a alguna circunstancia
o hecho personal que menciona o relata.

88
El Test de Rorschach

Ejemplos:
Lámina IV: «Este es mi papá».
Lámina III: «Una vez cacé una mariposa como esta».
Lámina IX: «¡Qué lindos colores para comprarme una tela para
un vestido!».
Lámina VIII: «Dos osos trepados por las hojas. Así nunca van a
llegar. ¿No seré yo esta que me tomo de las hojitas para no caerme?».
Lámina I: «Yo, mi mamá y mi papá; se están peleando por mí que
estoy en el medio».
Lámina VI: «En mi casa tenemos una piel de tigre así».

Zulliger hace una distinción entre «Autorreferencias negativas»,


que están asociadas a disminución o anulación de la conciencia de
interpretación, como el primer y quinto ejemplo, y los «Recuerdos
personales», que serían todas aquellas autorreferencias donde no hay
necesariamente una disminución o anulación de la conciencia de in-
terpretación, como en los ejemplos 2 y 3.
Aunque Bohm dice que no es necesario hacer esta diferencia, esto
ha sido interpretado de diferentes maneras y muchos autores al hablar
de autorreferencia se refieren, erróneamente, únicamente a las más
graves, las negativas de Zulliger.
En el caso de las autorreferencias graves, se encuentran principal-
mente en esquizofrénicos y en algunas enfermedades orgánicas.
Las formas más leves, según Bohm, se hallan en neuróticos, como
índice de egocentrismo, y también en esquizoides. También se pueden
encontrar en cuadros histéricos y en personalidades infantiles, egocén-
tricas, que intentan buscar, recurriendo a lo propio y conocido, una
seguridad que no poseen, cuando se da en adultos. Esta necesidad de
referir todo a sí mismo es esperable, por ejemplo, en los niños.
Pueden ser superficiales y distractoras, como en el ejemplo 3, o
verdaderos relatos sobre su vida (esto es más común en los histéricos).
A veces es indicador de cierto insight como en el ejemplo 4, cuando la
persona asocia libremente con la respuesta sin que se lo haya pedido
el examen de límites. En este caso sería incluso un fenómeno positivo.
Sin embargo, hay ocasiones en que bajo la apariencia de insight
hay un severo trastorno, y aquí casi siempre va acompañada la dis-

89
Hellmut Brinkmann Sch.

minución o anulación de la conciencia de interpretación, como en el


ejemplo 5.
Pueden ser también vagas e impersonales, como en el ejemplo 6,
las que son comunes en los esquizoides.

6. Color descriptivo: C des.


Es similar al color nombrado (Cn), pero con un matiz intelectual y
artístico, es decir, los colores se describen por lo general técnicamente.
Comúnmente va acompañado de otras respuestas en la misma
lámina, antes o después de él.
No se incluye en la sumatoria de color cuando es fenómeno especial.

Ejemplos:
Lámina VIII: «Abajo, dos tonos de rosa y naranja. Un rosado más
definido a los costados que parecen dos animales».
Lámina IX: «El verde se mezcla con el naranja y aquí se diluye
dando una tonalidad más clara. Son dos payasos».

Puede ser un índice de shock al color. Es decir, a la representación


afectiva se le agrega la intelectualización como defensa ante el impacto
de los colores. Indica una afectividad mal reprimida y mal modulada.
El sujeto logra establecer un control racional o intelectual, sin mostrar
lo que siente.
Las personas que lo presentan no muestran lo que sienten, tienen
miedo y ponen distancia, se defienden (es algo casi consciente), enfo-
cando de forma intelectual las situaciones emocionales.
Se da en personalidades normales y con cierto nivel intelectual,
en artistas, creativos y en aquellos que por su actividad o profesión
manejan los colores y su composición.

7. Color nombrado: Cn
También llamado nominación o designación de color.
Puede darse de dos formas:
Cuando el sujeto nombra los colores y luego da una respuesta:

90
El Test de Rorschach

Ejemplo:
Lámina VIII: «Rosado, verde, azul y naranja. Al costado dos
animales».

Esto generalmente es índice del shock al color: el sujeto quiere


ganar tiempo para reponerse del impacto de los colores y elaborar una
respuesta. Como modo de expresión del shock al color, hace referen-
cia a represión. En niños menores de 5 años es normal y no tiene las
connotaciones de shock.
Cuando el color es nombrado sin estar seguido de respuesta, es
decir, nombrar los colores es dado como respuesta. En este caso no sólo
se consigna como fenómeno especial, sino que debe además codificarse
como respuesta.

Ejemplo:
Lámina IX: «Aquí hay colores: verde claro, naranja, rosado, verde
oscuro».

Cuando se da en adultos o en niños mayores de 5 años, indica una


falla en el proceso normal de pensamiento.
No se presenta en protocolos normales, sino en psicosis, en lesiones
cerebrales, luego de electroshock, en deficientes mentales con base or-
gánica, en alcohólicos, en demencias. Es índice de deterioro psicótico u
orgánico (post encefálico o traumático). Al codificarlo como respuesta,
se computa como C puro.

8. Combinación confabulatoria (CC)


Se da cuando el sujeto percibe diferentes partes de la lámina como
Gestalten generalmente bien vistas por separado (aunque esto no es
excluyente), pero las relaciona incorrectamente. Es decir, consiste en
combinar diferentes elementos que, aislados, pueden o no estar bien
vistos, pero se falla al unirlos o combinarlos.
La combinación puede resultar incorrecta por diversos motivos:
a) Por el tamaño: El tamaño relativo de las partes no resulta con-
gruente en la totalidad con respecto a los otros. Acá debemos hacer
una aclaración pertinente: si bien «Dos osos subiendo a una montaña»

91
Hellmut Brinkmann Sch.

tampoco guarda una relación de tamaño adecuada, es una respuesta


tan frecuente (en la Lámina VIII) que no se considera combinación
confabulatoria.

Ejemplo:
Lámina VIII: «Dos ratones recorriendo la masa terráquea».

b) Por la ubicación: No es respetada la posición que en la reali-


dad tienen las formas vistas, produciéndose una alteración espacial.
Ejemplo:
Lámina IX: «Partes del cuerpo humano, lo naranja serían los ri-
ñones, en el centro la columna, lo verde los ovarios y el rosa inferior
el corazón».

c) Por el contenido: Las interpretaciones se relacionan ilógicamente,


resultando contenidos absurdo.
Ejemplos:
Lámina II: «Dos perros levantando una probeta»
Lámina VII: «Una mariposa que balancea en la esquina de sus
alas la cabeza de un chancho y encima de estas, una cabezas de niña».

d) Por la relación temporal: Las partes relacionadas transgreden


el tiempo cronológico.
Ejemplo:
Lámina III: «Un hombre del 900 dialogando con un astronauta».

e) Por la confluencia de algunos de estos factores


Ejemplo:
Lámina X: «Una araña que arrastra a la Península itálica» (incon-
gruencia de tamaño y de contenido).

Hay que tener presente que para que se dé una combinación con-
fabulatoria debe haber por lo menos dos contenidos diferentes.
Las combinaciones confabulatorias (CC) implican una falla del
pensamiento lógico en cuanto al establecimiento inadecuado de re-
laciones y de la integración. Por ello muchos autores lo consideran

92
El Test de Rorschach

un fenómeno muy patológico. Sin embargo, es bastante común en


diversos cuadros, de diferentes grados de patología. Tiene como base
un razonar y actuar impulsivamente y cierta pérdida de libertad del
sujeto frente a su propia percepción: los diferentes elementos que son
combinados son vistos cada uno como una entidad distinta, pero como
en la lámina aparecen unidos (las manchas se tocan o sobreponen),
se ve forzado a representárselos unidos. Hay una incapacidad de
separarlos o abstraerlos conceptualmente en el plano cognitivo. Por
otra parte, en la medida en que el sujeto verbaliza la idea (la entrega
como respuesta), es evidente que no enjuicia críticamente (no censu-
ra) su «producción». Esto implica que actúa sin detenerse a (o antes
de) enjuiciar lo adecuado o inadecuado de su acción. Es propio de
personas que mienten y tienden a actuar, sin pensar bien o anticipar
las consecuencias de su acción. Reemplazan así el pensamiento por
conductas actuadoras (acting-out).
En una interesante presentación, Marta Pagola propone hacer notar
al sujeto que combina confabulatoriamente (como así también al que
confabula) lo absurdo de la relación que ha establecido con el fin de
tener en cuenta su respuesta con fines diagnósticos (incluso diferencia-
les). El modo de hacerlo es preguntando, por ejemplo: «¿Cómo explica
Ud. esto?» o «¿Cómo puede ser?». Aunque el histérico, el orgánico y
el psicópata se dan cuenta del error, su reacción posterior es diferente.
El orgánico queda perplejo ante nuestro pedido de explicación, sin
intentar remediar el error; el psicópata lo justifica a toda costa inten-
tando convencernos de que él tiene la razón, arreglando la respuesta
con un razonamiento a menudo absurdo y haciéndonos hasta dudar
de la lógica real. Muchas veces, inclusive logran que no detectemos
siquiera la CC hasta después y por lo tanto no la interroguemos, de
tan bien armadas y organizadas que parecen.
El histérico se rectifica inmediatamente, duda, se ríe nerviosamente,
pero aunque tampoco puede pensar claramente, no intenta mentir.
Los psicóticos y los débiles mentales –que también pueden dar
CC– no perciben el error, haciéndose a veces inútil indagar sobre ello,
dado que la calidad de la respuesta permite inferir que se va a conse-
guir poco con hacerlo. El psicótico contestará con juicios carentes de
lógica. El esquizoide, que igual puede dar CC, no las explica o dice

93
Hellmut Brinkmann Sch.

que se trata de una fantasía, sin importarle justificarla confrontándola


con la realidad, por su pensamiento omnipotente.

9. Combinatoria simultánea y sucesiva


Es cuando se arma una repuesta global, partiendo de la integración
simultánea o sucesiva de varios detalles aislados (véase asimismo lo per-
tinente en el apartado del Tipo Aperceptivo). Si bien en la codificación
de la respuesta la consignamos como una W, conviene hacer constar el
fenómeno (C Sim., o C Suc.) en la columna de los fenómenos especiales.
Ejemplos:
Lámina I: «Dos ángeles jurando ante un altar» (simultánea).
Lámina VIII: «Dos osos. En el medio se puede ver una montaña.
Los animales parece que suben a ella» (sucesiva).

Son respuestas propias del pensamiento que llega a la síntesis


luego de un previo análisis. Unas y otras se diferencian por la mayor
o menor celeridad del proceso asociativo y por la relación vincular,
que en las simultáneas parece inherente a los conceptos dados y a lo
que estos representan. Indican la posibilidad de establecer razona-
mientos inductivos (o hipotéticos) y deductivos, propios del creador.
Si bien generaliza, no le falta capacidad analítica. Son de inteligencia
teórica y práctica a la vez. Pueden ver lo obvio, pero lo integran en
una totalidad. Son imaginativos y flexibles. Las personas que las dan
tienen la posibilidad de observar atentamente los diferentes aspectos
de la realidad por separado y organizarlos, integrándolos en una
síntesis abarcativa.
Son típicas de artista o del inventor, si son buenas en su calidad
formal y en su integración (cuando no son combinaciones confabu-
latorias). Pueden también reflejar una capacidad creativa no artística,
como la tienen personas que son buenos organizadores o planificadores.

10. Confabulación
En ellas el sujeto parte de un sector de la mancha interpretando
allí algo que puede o no estar bien visto, y generaliza a un sector más
amplio proyectando en él un contenido que está mal visto, siendo por

94
El Test de Rorschach

lo tanto siempre negativa o parcialmente inexacta su calidad formal.


Aunque son a menudo respuestas globales, pueden no serlo y tener
como resultante cualquier localización, como lo advirtieron Bohm
y otros autores. Lo importante en él es que se amplía el percepto en
desmedro de la forma; de dónde se parte y adónde llega en cuanto al
sector de la mancha que abarca, es un elemento secundario.
Como localización pueden ser por lo tanto DW (detalle usual a
global), SW (espacio en blanco a global), DD (detalle usual a detalle
usual), DdD (detalle inusual a detalle usual), etcétera. Las anotamos
en esta misma forma al hacer la codificación, subrayando la localiza-
ción a la que se llega porque es la que finalmente se computará para
hallar los porcentajes de localizaciones y el Tipo Aperceptivo (T. App).
Lo que hay que destacar es que no todas las respuestas de DW o
de SW que son en definitiva localizaciones, son confabulaciones como
Fenómeno Especial. Es decir, que hay que diferenciar las DW de forma
positiva que, como dice Rorschach, «son aquellas W en que se parte
de un detalle para conformar la totalidad» (y que no necesariamente
constituyen este fenómeno especial y sí un tipo de pensamiento espe-
cial), de las DW con forma negativa, que sí son confabulaciones. En
estas últimas, la persona carece de suficiente control lógico sobre su
pensar, y es extraviado por su tendencia a la global.
Como dice Alcock: «Parte de la mancha se percibe correctamente
de acuerdo con su forma y el resto se distorsiona para hacerlo compa-
tible con una idea que solo sería correcta en relación con una parte».
Irene Orlando aclara que el mecanismo de producción de las
DW «alcanza el nivel de F- solo cuando para la formación de tal W
se omite considerar el resto de los detalles de la mancha o sea que se
los completa a partir de los datos iniciales. Y en cambio el mecanis-
mo puede producir una F+ si se parte de un detalle y se considera a
posteriori los otros».

Ejemplos:
Lámina I: «Cangrejo, por las pinzas», que clasificamos:
DG F- A Confabulación
Lámina VI (D. superior): «Un gato, por los bigotes».
DdD F- A Confabulación

95
Hellmut Brinkmann Sch.

«Cabeza de gato» no sería Confabulación, en ese mismo detalle,


aun cuando también la justificara por los bigotes (pequeñas prolonga-
ciones laterales superiores). La clasificaríamos DdD F+ Ad.
El sujeto que confabula observa un aspecto de la realidad e induce
el resto, fallando en su afán de generalizar, muchas veces por impa-
ciencia, con la finalidad de sacarse el material de encima rápidamente.
Implica omnipotencia a nivel de pensamiento que lo lleva a errar y luego
a mentir, por la consiguiente suposición de la realidad a partir de un
dato. La inferencia que hace es totalmente errónea. Le cuesta meterse
dentro de sí mismo y habla, por lo tanto, de una tendencia a actuar. Es
la persona que toma la parte por el todo. Rapaport lo asocia al pen-
samiento transductivo (Piaget), típico de los niños y para él asimismo
típico de estados psicóticos o prepsicóticos, de ansiedad, depresivos y
débiles mentales. Es decir, sería índice de un pensamiento que encadena
juicios particulares para llegar a una conclusión también particular y,
por lo tanto, casi siempre equivocada, ya que no es un verdadero ra-
zonamiento deductivo. Pareciera asociarse al razonamiento analógico
siguiente: 1) Este bicho tiene pinza; 2) El cangrejo tiene pinza; 3) Este
bicho es un cangrejo. Ya habla de déficit en la formación del concepto
al tomar como esencial un atributo accesorio (pinza). Otros casos se-
rían: «Como hay ropa de mujer, debe ser una mujer». «Las orejas son
de conejo, luego como tiene orejas de conejo, debe serlo». La dan, en
definitiva, los orgánicos, psicópatas y débiles mentales, fundamental-
mente, aunque se encuentra en diversas patologías.
Como en el caso de la combinación confabulatoria, se debe pre-
guntar al sujeto si lo que interpretó se parece al objeto en la realidad,
para confrontarlo con su respuesta de forma negativa. Los psicóticos
y los débiles generalmente no advierten la arbitrariedad de la forma;
el histérico en seguida cae en la cuenta del error y se rectifica con algo
de ansiedad; el orgánico si bien también advierte la incongruencia for-
mal, se queda perplejo ante nuestra pregunta, y el psicópata tratará de
convencernos de la existencia de alguna forma parecida en la realidad.

11. Crítica de objeto (Frankel y Benjamin)


El sujeto critica algún aspecto de lo percibido como no coincidente
con el objeto real, porque está mal dibujado o mal hecho.

96
El Test de Rorschach

Acá hay que aclarar: muchas veces la persona habla de un conte-


nido deformado y no hace una crítica de objeto, sino que se refiere a
algo deformado como proyección.
La pregunta «¿por qué deformado?» y su respuesta nos permitirán
aclarar de qué se trata.

Ejemplos:
Lámina I: «Es un murciélago, pero no está bien hecho, está hecho
sin considerar su forma precisa».
Lámina V: «Una mariposa, pero estas puntas no corresponden a
ella, están de más».
Lo presentan personas criticonas, detallistas, muy exigente, que
les cuesta aceptar la realidad.
Critican la lámina en lugar de hacer su propia crítica y proyectan
allí su agresión. Se da en casi todos los cuadros neuróticos (fundamen-
talmente en obsesivos) y en paranoides.
Según Bohm, también en orgánicos (como manifestación de con-
cretismo) y en personas pedantes y poco imaginativas.

12. Crítica de sujeto (Rorschach)


Como su nombre lo indica, es la crítica que se hace el examinado
a sí mismo. Consiste en comentarios tales como «yo no lo entiendo»,
«no sé qué ver» «no puedo ver nada más, no tengo imaginación», «me
resulta difícil».
A veces es necesario distinguir si se trata de una crítica de sujeto o
de objeto. Muchas veces coinciden los dos fenómenos en un protocolo.
A menudo detrás de una crítica de sujeto hay una crítica de objeto, es
decir, que lo que se quiere decir es que no es que no pueda ver nada
porque él no ve, sino porque las láminas están mal hechas. Aquí es
importante tener en cuenta el tono en que el sujeto lo diga.

Ejemplos:
Lámina IV: «Es una radiografía de alguna parte del cuerpo, pero
como yo no sé nada de anatomía, no sé de qué parte».
Lámina VIII: «Esto es muy difícil para mí, parecen dos animales».

97
Hellmut Brinkmann Sch.

Son personas inseguras, autoexigentes, con tendencia a la duda,


ambivalentes, con baja autoestima, con sentimiento de inseguridad
subyacente.
Se da especialmente en depresiones, melancolías; también en or-
gánicos, en obsesivos y en crisis de angustia.

13. Detalle oligofrénico (Rorschach)


Consiste en percibir en respuestas populares o habituales, partes
humanas o animales en lugar de la respuesta humana o animal com-
pleta. Es decir, se percibe con buena forma una parte de un todo sin
considerarlo dentro de la totalidad que habitualmente se estructura y,
por lo tanto, haciendo exclusión de ella.

Ejemplos:
Lámina I (Solo el detalle central): «Cuerpo de una mariposa».
Lámina III (Solo la parte de la cabeza): «Es la cabeza de una
persona».
Lámina V (Solo los laterales): «Alas de murciélago».

Se lo asocia con angustia y con la posibilidad de que la ansiedad


se traduzca en el pensamiento en miedo.
Algunos autores sugieren que hay que analizar qué parte es la que
el sujeto no considera, porque significaría que tiene alguna dificultad
con ella.
Rorschach creyó que se daba exclusivamente en oligofrénicos,
de ahí su nombre, pero aparece también en personas con buen nivel
intelectual y un rendimiento deficiente por restricción neurótica, es
decir, por situaciones conflictivas.
Se ve también en fóbicos, crisis de angustia, en niños y adolescentes.
Puede indicar, asimismo, deterioro.

14. Estupor frente a los símbolos sexuales (Bohm)


Se da cuando nos encontramos frente a manifestaciones verbales
que evidencian una perturbación, de distinta intensidad, ante lo que
habitualmente se consideran «zonas sexuales» de las láminas, ya que
en ellas algunas personas dan respuestas de genitales masculinos o fe-

98
El Test de Rorschach

meninos. En el caso de este Fenómeno especial, no es necesario que el


examinado dé antes o después una respuesta sexual directa (de hecho,
difícilmente ello sucede), pero la deducción igualmente es que la per-
turbación tuvo como origen una asociación de la zona con el órgano
sexual que, como dice Bohm, puede ser consciente o inconsciente.
También, como en el caso de los shocks, la persona puede o no
sobreponerse a posteriori, dando algunas respuestas en esa localización.
No podemos, en cambio, consignarlo como Fenómeno especial cuando
meramente existe una actitud silenciosa contemplativa hacia dichas
zonas, aunque sospechemos lo que puede estar tapando ese silencio.
Muchas veces recién en el Examen de Límites surge la asociación sexual,
primeramente censurada. Bohm igual lo consigna como F. E. cuando se
dan varias respuestas en algunos de esos sectores, interpretando esto
como una sobre compensación.
Como hay zonas femeninas y zonas masculinas, este fenómeno se
desdobla en dos: Estupor frente al símbolo sexual femenino (EFSSF) y
Estupor frente al símbolo sexual masculino (EFSSM), respectivamente.
Aunque las zonas más claras o donde más se destaca habitualmente
el estupor son en el detalle central inferior de la Lámina VII como zona
femenina y el detalle central inferior de la Lámina IV o el superior de
la VI como zona masculina, existen también otras zonas que con cierta
frecuencia se asocian a contenidos sexuales, como por ejemplo:

Lámina I: Zona central: femenina.


Puntas: masculina (más raro).
Lámina II: Zona central inferior: femenina (puede acá también
haber shock al rojo y a veces hay que discriminarlo).
Lámina III: Parte media del detalle gris central inferior: femenina.
«Piernas» y sus salientes medias: masculina.
Lámina IV: Parte central superior, puntas laterales y zona central
inferior: masculina (a veces, excepcionalmente, se interpreta la primera
zona como femenina).
Lámina V: Es difícil el estupor sexual en esta lámina; de todos
modos, puede tomarse la parte central como zona femenina y las
prolongaciones como masculinas.
Lámina VI: Parte central, detalle inferior: femenina.

99
Hellmut Brinkmann Sch.

Lámina VII: Parte central inferior: femenina (muy frecuente).


Salientes superiores: masculina.
Lámina VIII: Zona central inferior: femenina.
Prolongaciones y «piquitos»: masculina (poco frecuente).
Lámina IX: Zona central inferior: femenina (y a veces también el
espacio blanco central).
Columna central: masculina.
Lámina X: Zonas medias de los detalles centrales (excepto el
superior): femeninas.
Parte central superior: masculina.
Se consideran asimismo femeninas las zonas blancas de las lámi-
nas II, VII y como ya dijimos, IX, debiéndose a veces diferenciar en
ellas (lo cual es muy difícil) si se trata de estupor sexual o de shock al
blanco o al vacío.
Ejemplos:
Lámina IV (detalle central inferior): «Esto no sé qué es; lo saca-
ría». EFSSM.
Lámina VII (detalle central inferior): «La unión que tienen aquí
abajo no la entiendo. No tendría que estar; parece un cierre». EFSSF.
Lámina III (saliencia de piernas): «Esta prolongación que parece
un pene no sé por qué está; si son mujeres». EFSSM.

En líneas generales, podemos decir que el estupor sexual habla


del rechazo de la sexualidad propia o ajena (de acuerdo a si el estupor
es frente al símbolo sexual del mismo sexo que el administrado, o al
otro), de represión, de conflictos con la sexualidad propia o del otro
sexo, de ansiedad de castración y, muchas veces, de desconocimiento,
miedo y angustia frente a la genitalidad, además de una identidad se-
xual problemática y hasta de posible homosexualidad (en el caso en
que el estupor sea al propio sexo del administrado y que, por supuesto,
existan otros índices concurrentes).
Se da en adolescentes y en cualquier neurosis, según Bohm, con
mejor pronóstico terapéutico que cuando se dan respuestas sexuales
directas, a veces encubriendo una caracteropatía.
Es más frecuente en histéricos y en fóbicos. En los hombres, el estu-
por frente al símbolo sexual femenino puede ser índice de retraimiento

100
El Test de Rorschach

sexual por angustia ante el contacto con las mujeres y/o misoginia
(aversión al sexo femenino) paranoide.

15. Evidencia
Este fenómeno se da generalmente como respuesta a nuestro
interrogatorio, buscando los determinantes de una respuesta o, más
raramente, de modo espontáneo cuando el sujeto justifica lo que
percibió trayendo una referencia externa, o su propio criterio a veces
ilógico. Suele estar acompañado de autorreferencias, aunque esto no
es excluyente.
Ejemplos:
Lámina I: «Una cadera» (?). «Y… porque es así».
Lámina IX (en global): «Un mapa; así parece en los libros de
geografía».
Lámina X (G): «París, porque así lo muestran las películas que
he visto».
Lámina VIII (todo lo central): «El interior del cuerpo humano».
(?) »Porque es como lo dibujan los libros de anatomía que estudiaba
en el liceo».

Se da fundamentalmente en niños, ya que indica un pensamiento


concreto e infantil. Cuando se encuentra en adultos se habla de per-
sonas que sustentan una lógica un tanto personal (o hasta autista), o
que tienen una convicción muy lábil, tratando de adecuarse por ello a
ciertos cánones externos, en la búsqueda de seguridad.
Es decir, que se daría en personas infantiles, inmaduras, depen-
dientes y sometidas, que no pueden asumir su propia percepción, y con
rasgos esquizoides, muy comúnmente. Dependen de reglas externas o
carecen de ellas interiormente.
Para Piotrowski, es común en los adolescentes.

16. Fabulación (Portuondo)


Se da cuando una persona parte de algo de la lámina agregando
elementos que no están en la misma, haciendo un cuento o fábula, como
su nombre lo indica, por medio de un ejercicio imaginativo.

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Hellmut Brinkmann Sch.

Ejemplos:
Lámina III: «Dos personas con armaduras que están peleando con
zuecos de madera que encontraron en un cofre en el altillo de su casa».
Lámina VIII: «Dos osos que acaban de salir del fuego».
Lámina IX: «Dos brujas conjurando un maleficio».

Una forma más atenuada de este fenómeno es lo que este autor


llama «sobrelaboración». Sería una fabulación simple, dado que se
agrega algo que no se infiere de la Gestalt de la mancha.

Ejemplos:
Lámina II: «Animales horribles que están peleando».
Lámina VII: «Dos ancianas vecinas conversando animadamente».
Lámina IX: «Una mujer en motoneta que pasa contenta».

La dan personas con tendencia a mentir y a fantasear, que adornan


lo que las rodea. Personalidades inmaduras e infantiles que buscan gra-
tificaciones en la fantasía, más que en la realidad (sobre todo cuando
utilizan personajes de cuentos clásicos). Proyectan su mundo interno
sin tener en cuenta la realidad externa.
Se da especialmente en histéricos, en fóbicos y en adolescentes. La
sobrelaboración también puede darse en obsesivos.

17. Fracaso (Bohm)


Se consigna ante la imposibilidad de un sujeto de dar alguna
respuesta ante una lámina (o varias) y se lo coloca como Fenómeno
especial todas las veces que eso suceda.
Es necesario distinguir cuándo, además de un fracaso, hay un
rechazo. La persona que simplemente fracasa en el intento de dar
respuestas en una lámina, puede quedarse largo tiempo observándola,
tratando de resolverla sin lograrlo.
El que rechaza, además de no dar ninguna respuesta en esa lámina,
la repudia explícitamente, a menudo sin alcanzar a observarla casi,
devolviéndola inmediatamente, verbalizando que no puede ver nada
y pidiendo que se la saquemos de la vista (Ej. Lámina IX: «¡Qué ho-
rrible que es!» – Lámina II: «Sáquenmela, esta lámina no me gusta»).

102
El Test de Rorschach

En cualquiera de los casos hay que registrar el fracaso, pudiéndose


aclarar entre paréntesis si además hay rechazo. La distinción es válida
más para la interpretación.
Ante un fracaso en la Lámina I conviene repetir la consigna, y en
segunda instancia mencionar que la mayoría de la gente puede ver
algo, porque puede ser producido por un shock de adaptación (o shock
inicial). Esto no corresponde hacerlo, cuando se da en cualquier otra
lámina que no sea la primera.
El fracaso, sobre todo si hay también un rechazo, es el índice más
intenso de shock; por eso hay que ver dónde se presenta para distin-
guir, en un principio, si puede ser un shock al color o al gris. En el
primer caso, indicará una represión afectiva intensa; en el segundo, la
existencia de un gran monto de angustia. En ambos casos se hallará
en protocolos neuróticos. Deberemos considerar también si no tiene
relación con el significado de la lámina en que se produce. Por ello es
importante analizar ante cuál se presenta. Se da más frecuentemente
en las láminas II, IV, VI y IX; sobre todo en las tres últimas.
En la Lámina II, puede deberse a un shock al color, al rojo o al
blanco. En las láminas IV y VI, a un shock al gris, determinado por
la oscuridad masiva de las manchas. En la Lámina IX, además de
asociarse al shock al color y, por tanto, a represión afectiva neurótica,
se considera que se halla relacionado con dificultades para resolver
problemas de índole intelectual, muchas veces de origen neurótico. Es
decir, que puede hablar de pobre rendimiento, no siempre producto
de un bajo nivel de inteligencia, sino, frecuentemente, de interferen-
cias emocionales a ese nivel. Esto porque la Lámina IX, al ser la más
ambigua, es sin duda la más difícil de resolver exitosamente. Conviene
poner ambos fenómenos especiales en la correspondiente columna:
Fracaso y Shock al Gris o Color.
Es importante considerar, por supuesto, cómo se sobrepone la
persona a un fracaso en el período de administración propiamente
dicha; es decir, si luego puede o no dar respuestas, indicando si tiene
o no posibilidades de reponerse del shock o que la represión ante esa
lámina es muy intensa.
Pero el fracaso puede indicar asimismo una interrupción del curso
del pensamiento. Como dice Bohm, hay que tener en cuenta el número

103
Hellmut Brinkmann Sch.

de respuestas de todo el test. Si se dan pocas respuestas y hay fracasos, se


interpreta como inhibición, pobreza de recurso y escasa productividad
en el sujeto. Si se presenta abruptamente en un examinado que venía
dando un número adecuado de respuestas, obedecería más probable-
mente a una interrupción del curso del pensamiento.
Pueden aparecer en casi todos los cuadros psicopatológicos. De
acuerdo a Bohm, se da en depresivos, esquizofrénicos y neuróticos,
destacando que los esquizofrénicos pueden fracasar en las láminas
«fáciles», como la II y la V, mientras que responden bien a las más
«difíciles».
En síntesis: el rechazo implica gran represión. En cambio, puede
haber fracaso también por otros motivos: falta de capacidad intelec-
tual, depresión, incluso por deterioro psicótico. Ellos son los que, sin
rechazar la lámina, frecuentemente no logran responder a ella, aun
después de observarla por largo rato.

18. Fusión figura fondo (Bohm) (FFF)


Son respuestas donde la figura y el fondo están en un mismo plano.
Es decir, el blanco se incluye y combina en la respuesta, con una parte
o la totalidad de la mancha. No debe verse el blanco como agujero,
como hueco, ni como fondo.
La mayoría de estas respuestas son originales por percepción,
dependiendo la calidad del nivel formal de la respuesta.

Ejemplo:
Lámina I: «Una mariposa con manchas blancas».
Lámina I: «Una máscara, con ojos y boca».
Lámina II: «Un frasco de perfume con el tapón gris» (Espacio
blanco central más detalle gris medio).
Lámina X: «La cara de un hippie con adornos» (Gs).

En general, son respuestas originales por percepción, pues muestran,


como señala Bohm, un alto grado de labilidad estructural y de movilidad
psíquica, al constituir una transgresión a una ley perceptual básica: la
existencia de una figura que se recorta sobre un fondo. Acá se fusiona la
figura con parte del fondo y otro espacio diferente pasa a ser el fondo.

104
El Test de Rorschach

Pueden indicar:

Una personalidad rica en matices, con buen nivel intelectual y ele-


mentos creativos, al percibir de modo diferente al común de la gente.
Suficiente capacidad para oponerse, dado que le pedimos que dé
respuestas en las figuras, no en el fondo.
Necesidad de controlar todo, porque abarca más allá de la figura.
Flexibilidad de pensamiento, imaginación y creatividad, si se asocia
a formas bien vistas y con un buen número de movimiento humano.
Alteraciones serias (sobre todo si A% es bajo), con apartamiento
de la realidad, cuando la calidad formal es mala.
Se da en diversidad de casos. En cuadros neuróticos, en personalida-
des artísticas y con capacidad creadora, en esquizoides, en paranoides,
en esquizofrénicos. También en disléxicos, en epilépticos y en orgánicos
en general, asociados a formas imprecisas frecuentemente, como índice
de un funcionamiento cerebral alterado. Se ha descrito asimismo en
psicópatas, tal vez por la transgresión que implica.

19. Inversión figura – fondo (IFF)


Este fenómeno especial implica que una respuesta ha sido dada en
un espacio en blanco (S), y que este sea tomado como figura, por lo
que el resto de la lámina pasa a ser fondo. En este caso, la respuesta
solo involucra un espacio en blanco.

Ejemplos:
Lámina II: «Un avión Delta» (el avión es el espacio blanco central).
Lámina VII: «Una isla rodeada de agua» (la isla es el espacio
blanco).

La inversión figura-fondo, indica un oposicionismo bastante mar-


cado, sobre todo si son muchas y están dadas como primera respuesta
a la lámina (y más aún si en el protocolo hay giro instantáneo). Pero al
mismo tiempo, si bien el tomar como fondo lo que habitualmente se ve
como figura es un índice de oposicionismo, también lo es de poder ver las
cosas de modo diferente al común de la gente, tanto como de plasticidad
a nivel de la percepción. Así debe ser tenido en cuenta, máxime cuando

105
Hellmut Brinkmann Sch.

se da una o dos en un protocolo rico. Muchas veces pueden llegar a ser


respuestas originales –y en ese caso– indican cierto grado de inteligencia.
También se asocia a homosexualidad (junto con otros signos).

20. Giro instantáneo


Se da cuando la persona gira la lámina en cuanto se la entrega,
a la posición d (lámina invertida). No se considera giro instantáneo
cuando gira la lámina a todas las posiciones, o cuando la gira después
de haberla observado en la posición a (derecha).
Este fenómeno se asocia fundamentalmente a oposicionismo, al
no aceptar cómo se le entrega la lámina y tratar de ver las cosas de
otra manera. Implica a veces desconfianza de que se le haya dado la
lámina en la forma correcta y como consecuencia, se lo haga «contestar
mal» adrede.
El giro instantáneo es natural (o casi normal) en adolescentes.
Asimismo se da en personas con rasgos paranoides.
En realidad, este fenómeno especial tiene mayor importancia cuan-
do se da en más de tres láminas y si se asocia con otros indicadores de
oposicionismo. Si se detecta una sola vez, debe vérselo asociado a otros
signos que apoyen su significación. Su relevancia en cuanto a rigidez
u oposicionismo es mayor si el sujeto no sale de la posición d, y da las
respuestas solo en ella. Esto remarcaría una actitud de desconfianza
y de desvalorización para el administrador de la prueba, ya que no
acepta su propuesta y se queda en lo suyo, siendo este un elemento de
pronóstico negativo a considerar.
Irene Orlando destaca la importancia de tener en cuenta lo contra-
rio: hay personas que no giran las láminas en todo el test, aun después
de sugerírselo. Esto, que hablaría de sometimiento y de poca plastici-
dad, en personas que dan espacios en blanco como localización puede
indicar un oposicionismo aparente o más consciente (y añadiríamos,
más a nivel de pensamiento que de acción). Es decir, que la posibilidad
de girar las láminas, en los que lo hacen instantáneamente, indicaría
un oposicionismo más profundo e inconsciente (pero al mismo tiempo
más actuado) y que no siempre indica autonomía.
Resumiendo, quienes dan S, pero no giran nunca las láminas
se «creen» oposicionistas, pero difícilmente lo lleven a la práctica,

106
El Test de Rorschach

porque en el fondo son rígidos y sometidos. El que, a la inversa, da


giro instantáneo pero no S, puede ser oposicionista en sus acciones,
con diversos fines, por el único placer de «llevar la contra», aunque
sin una base conceptual que lo sustente y con poco reconocimiento
de esa actitud.
Si S y giro instantáneo coexisten en un protocolo, el oposicio-
nismo será marcadamente mayor, y en ambos niveles. Y si los dos
están ausentes, la posibilidad de rigidez, poca energía y sometimiento
incondicional aumenta.

21. Involucración
Refleja los intentos del examinado por involucrar al examinador, ya
sea buscando su apoyo o pidiendo su opinión a través de preguntas, o
directamente dando por sentado que sabe cuáles son sus pensamientos
e incluso sentimientos.

Ejemplos:
Lámina I: «¿Acá también ve un murciélago como yo?».
Lámina II: «¡Cómo se reirá Ud. después de lo que decimos noso-
tros!».
Lámina IX: «¿Qué es lo que usted ve acá?».

Muchas de las respuestas interrogativas tienen la finalidad de invo-


lucrar al examinador, buscando la seguridad (en personas dependientes
e inseguras) o como forma de intentar revertir la relación asimétrica,
poniéndose, de modo contra fóbico o manejador, en el lugar del que
administra.

22. Lenguaje procaz


Este fenómeno implica utilizar un lenguaje vulgar o grosero. Suelen
usarlo: adolescentes, adultos de muy bajo nivel cultural o analizados que
quieren mostrar así, intelectualmente, que han «superado» los proble-
mas que a menudo tienen, o también por una genuina menor represión.
Esto adquiere connotaciones especialmente significativas en el
área laboral o forense, donde siempre se observa en las personas cierta

107
Hellmut Brinkmann Sch.

reticencia a mostrarse o cierto enmascaramiento, tratando de dar una


imagen mejor, y de causar, especialmente, una buena impresión.

Ejemplos:
Lámina VI: (G) «Un pico entrando en la concha».
Lámina III: «Dos mujeres con las tetas bien marcadas».
Lámina IV: «Un hombre agachado, mostrando el culo».

La procacidad en el lenguaje implica, generalmente, fallas en la


represión, ya sea porque nunca se ha instalado totalmente (en psicó-
ticos, borderlines, perversos, o psicópatas), o porque se puede estar
produciendo su relajación. Esto, que a menudo podría ser un signo
mayor de salud, cuando su uso es ocasional, en el retest de personas que
han comenzado su tratamiento siendo muy controladas y formales, es
mucha más preocupante cuando se presenta en una evaluación laboral
o en un estudio forense, y más aún cuando se da de manera reiterada
y burda, buscando incluso paralizar y/o desagradar al entrevistador.
Esto ha sido observado igualmente en perversos con severas fallas en
la represión (por ejemplo, en abusadores y violadores).
En general, las personas modulan o mejoran su lenguaje habitual
ante alguien que, como el profesional psicólogo, suponen más culto y
respetable. La excepción, hasta cierto punto, pueden ser los adolescentes
que, muchas veces, buscan impactar o hasta escandalizar, de acuerdo
a lo que ellos suponen.
De cualquier modo, muestra exhibicionismo.

23. Lógica autista (Rapaport-Schaffer)


Aunque estos autores incluyen en este fenómeno especial la respuesta
de posición –más algunos otros– y lo codifican dentro de las verbaliza-
ciones desviadas, preferimos diferenciarlos a pesar de sus significaciones
parecidas. La lógica autista se da cuando la persona trata espontá-
neamente de justificar lo percibido, a través de una lógica personal y,
además, desconectada de la realidad. No lo es cuando hace aclaraciones
que implican aumento de la conciencia de interpretación («supongo
que podría ser, con mucha imaginación») o cuando la aclaración surge
a través del interrogatorio, después de una pregunta del examinador.

108
El Test de Rorschach

Ejemplos:
Lámina I: «Debe ser una mariposa gigante porque cubre toda la
lámina».
Lámina X: «Familia de insectos, porque están juntos».
Lámina X (detalle amarillo central): «Esto es un león muy pequeño,
porque solo es una parte de la lámina».

Evidentemente, tiene que ver con una lógica personal, propia y


como consecuencia, muchas veces ilógica.
Aunque común en los niños, en los adultos se asocia a patologías
severas. Los esquizofrénicos y los autistas, además de los suicidas,
muchas veces lo dan como fenómeno especial.

24. Movimiento humano en animales (M en A)


Implica ver animales ejerciendo acciones humanas. Se clasifica
como M si no son demasiado ambiguas o posibles de ejecutarse con
adiestramiento, si ello es aclarado (hasta cierto punto), clasificándose
entonces como FM.

Ejemplos:
Lámina X: «Dos toros discutiendo» (detalle gris superior central).
Lámina II: «Dos elefantes de circo andando en bicicleta» (Por más
que se los adiestre, los elefantes no pueden andar en bicicleta).
Lámina X: «Dos gusanos tomando mate» (detalle morado más
azul central).

Cuando la relación del movimiento humano con el animal que lo


realiza es de naturaleza bizarra (como en los últimos ejemplos), aso-
ciándose por lo general a una combinación confabulatoria, se encuentra
con mucha frecuencia en esquizofrénicos. Esto posiblemente sea como
producto de una contaminación verdadera implícita entre el animal y
el contenido humano.

25. MOR (o mórbido), (Exner)


Identificación del objeto como muerto, destruido, arruinado, es-
tropeado, dañado, lesionado o roto.
109
Hellmut Brinkmann Sch.

Atribución a un objeto de un sentimiento o característica clara-


mente distrófica.

Ejemplos: «Espejo roto», «perro muerto», «botas desgastadas»,


«oso herido», «tela rasgada», «herida», «chaqueta rota», «hoja pu-
driéndose», «algo triste», «persona infeliz», «persona llorando», «casa
lóbrega», «lúgubre», «depresión».

Este fenómeno está indudablemente asociado a depresión, siendo


uno de los signos que en mayor proporción se encuentra en los suicidas
(junto con muchos otros), tal como fue comprobado por Exner. Se
encuentra frecuentemente como vivencia de daño, en duelos recientes
y después de situaciones traumáticas en general (accidentes, cambios
bruscos, catástrofes, etc.). Implica una percepción muy negativa de la
realidad.
Asociados a texturas desagradables, se lo ha encontrado en per-
versos abusadores de menores.

26. Movimientos alternativos (Zulliger) o


movimiento de doble sentido o con dos sentidos
Llamados también «movimientos disociados», son descritos por
Zulliger. Se da cuando el sujeto asigna un movimiento y su contrario en
la misma respuesta, en el mismo contenido humano; asimismo, cuando
da movimientos alternativos, no necesariamente opuestos.

Ejemplos:
Lámina II: «Dos payasos jugando con las palmas o peleando».
Lámina VII (en posición invertida): «Dos muchachas, una hace un
gesto de invitación, otra de rechazo».

Según Zulliger, «se trata de una tendencia encubridora dirigida


contra el propio interior, o sea, un no querer ver; actúan aquí tenden-
cias de huida y desdoblamiento». Consideramos que indica más bien la
coexistencia en el examinado, de tendencias distintas y a veces actitudes
ambivalentes. Se encuentra en neuróticos, caracteres esquizoides y en
estados de ánimo opuestos (risa-llanto).

110
El Test de Rorschach

En protocolos en que además hay otros signos de inseguridad


personal, pueden indicar la dificultad de la persona para decidirse por
un curso de acción.

27. Percepción invertida (Weber-Stern)


Es cuando el sujeto da una respuesta localizada en forma in-
vertida a como él está mirando, pero no da vuelta la lámina ni dice
verla al revés.

Ejemplos:
Lámina III (posición a): «Un señor con los brazos en alto y ante-
ojos oscuros».
Lámina X (detalle verde inferior central): «Un bailarín bailando
clásico».
Lámina II (espacio blanco): «Un abanico».

Parece ser índice de infantilismo y de una actitud dependiente


sumisa; igual se lo asocia a actitudes pedagógicas.
Para Bohm se da en dementes seniles y en algunos orgánicos (trau-
matismos craneanos y epilépticos). Esto parece ser cierto en los casos
en que la persona parece no advertir que está percibiendo «al revés».
Eventualmente también lo dan los disléxicos.
La percepción invertida en que el examinado se adecua a la posición
del examinador y tiene conciencia de que lo hace, rara vez se encuentra
en orgánicos, según nuestra experiencia. Más bien contraindica orga-
nicidad, ya que se necesita justamente tener la suficiente plasticidad
como para ver las cosas bien, aun haciéndolo al revés. En esos casos
se asocia a cierto grado de inteligencia y de abstracción, y flexibilidad
para ver las cosas desde distintas perspectivas.

28. Perseveración
La perseveración es un término muy amplio que abarca diversos
tipos de fenómenos en el Rorschach. En general, es cuando se repiten
los mismos contenidos o su temática, o las localizaciones, de manera
significativa. Tiene menor peso al encontrarse en un protocolo de
muchas respuestas y en contenidos habituales. Hay de diversos tipos.

111
Hellmut Brinkmann Sch.

Perseveración burda o tosca: es cuando la misma respuesta es


repetida en todas –o casi todas– las láminas (por lo menos seis veces);
además, es generalmente la única respuesta que se da en esa lámina.

Ejemplos:
«Piquitos» dados en las 10 láminas; Murciélago en las láminas I, II,
III, IV, V, VI, VIII; «Una columna» en las láminas II, II, IV, VI, VIII, IX, X.
Perseveración rumiante (Bohm): es cuando una respuesta se repite
tres o cuatro veces, por lo común alternada con otro tipo de contenidos.

Ejemplos:
«Una flor» en láminas II, VIII, IX.
«Un escudo» en láminas VI, VIII y IX.
«Una cadera» en láminas I, III, VIII.

Adherencia a la mancha (Bohm): es cuando se siguen dando res-


puestas en un mismo sector de la lámina, en forma reiterada (tres o
más).

Ejemplos:
Lámina X (detalle azul): «Una araña, un cangrejo, una mancha
de tinta, un pulpo».
Lámina II (detalle rojo central): «Moño, una mariposa, dos cora-
zones unidos, un almohadón».

Perseveración percepcional o perceptual (Guirdham): acá las


respuestas se dan en un mismo sector de la mayoría o de todas las
láminas, aun cuando también se puedan tomar otros sectores para
otras respuestas.

Ejemplos:
La zona central superior interpretada como diferentes cosas:
Lámina I: «Una cabeza de pájaro».
Lámina II: «Dos manos unidas».
Lámina IV: «Una hoja».
Lámina VIII: «Un pico de montaña».

112
El Test de Rorschach

Lámina IX: Una columna vertebral».


Lámina X: «Un palo».

A veces hay respuestas dadas en otros sectores de las láminas,


coexistiendo con las perseveradas.
Estereotipia: es cuando se dan respuestas que pueden ser clasi-
ficables como diferentes, pero dentro del mismo tipo de contenidos.
Así, hay estereotipia anatómica, estereotipia botánica, estereotipia
geográfica, etc.

Ejemplos:
Estereotipia anatómica:
Lámina I: «Una cadera».
Lámina II: «Tres pulmones»,
Lámina VI: «Una vértebra»,
Lámina VII: «Huesos».
Lámina VIII: «Columna vertebral».
Láminas IX y X: «Partes del cuerpo humano».

Estereotipia vegetal:
Lámina I: «Una hoja».
Lámina II: «Una flor».
Lámina III: «Un tronco».
Lámina IV: «Una hoja».
Lámina VI: «Un árbol».
Lámina VIII: «Un pino».
Lámina X «Semillas».

Estereotipia geográfica:
Lámina I: «Una isla».
Lámina II: «Un mapa».
Lámina IV: «Acantilados».
Lámina VI: «Un continente».
Lámina VII: «Un golfo».

113
Hellmut Brinkmann Sch.

Adherencia al tema (Bovet): es cuando se ven las mismas partes de


diferentes animales, generalmente pedazos pequeños de ellos.

Ejemplos:
Lámina I: «Cabeza de pájaro».
Lámina II: «Cabeza de elefante».
Lámina III: «Cabeza de pájaro».
Lámina IV: «Cabeza de pato».
Lámina V: «Cabeza de cocodrilo».
Lámina VII: «Cabeza de zorrino».
Lámina II: «Pata de caballo».
Lámina IV «Pata de elefante».
Lámina V: «Pata de liebre».
Lámina VII: «Pata de conejo».
Lámina IX: «Pata de pollo».

En general, las perseveraciones se asocian en principio a deterioro


y a organicidad, sobre todo cuando son contenidos sin ninguna carga
afectiva, y más aún si son del tipo burda, percepcional o adherencia
a la mancha.
La estereotipia, la adherencia al tema y a menudo la perseveración
rumiante, pueden evidenciar una preocupación más bien neurótica por
una temática o situación particularmente conflictiva. Así, por ejemplo,
la perseveración en mariposa muchas veces se encuentra en mujeres
que han sufrido una violación real (o fantaseada). También en histerias
descompensadas en las que les falla la represión, puede aparecer una
perseveración sexual o anatómica (estereotipia).
También los deprimidos perseveran por la inercia de su pensa-
miento y la restricción de sus intereses (asimismo, los melancólicos
por similares motivos).
De cualquier modo, la presencia de este fenómeno especial hace
necesario investigar la posibilidad de organicidad, aun asociada a
neurosis.
También perseveran los sujetos de muy bajo nivel intelectual. Las
estereotipias son típicas de los oligofrénicos, incapaces de variar los
contenidos por falta de riqueza. Asimismo en las psicosis tempranas
con deterioro, aparecen perseveraciones.
114
El Test de Rorschach

En síntesis, si bien todas están asociadas a deterioro y a organi-


cidad, la burda o tosca es la que los hace más evidentes y al mismo
tiempo –en el caso de la organicidad–, más seria. La adherencia a la
mancha se encuentra más específicamente en epilépticos o epileptoides.
La perseveración percepcional es casi exclusiva de los orgánicos.
La estereotipia puede indicar una preocupación que esté expresa-
da por el tipo de contenido. Si ella es muy marcada, excepto en el caso
de la animal –que supere el 50%–, puede llevar a anular el test y se
hace necesario retestar a la persona después de un tiempo. Este fue el
caso de una paciente que consultó aparentemente por un problema de
identificación vocacional, apareciendo con una estereotipia anatómica
muy elevada, solo con algunas respuestas adicionales diferentes, lo
cual llevó a indagar un poco más sobre qué era lo que le pasaba: en
realidad, estaba ante la inminencia de una operación muy temida de
cirugía estética por una angioma que le preocupaba bastante.
La adherencia al tema se encuentra igualmente en fóbicos que
proyectan un contenido como modo de expresar su preocupación en
esa área. A veces, inclusive en histerias de conversión se la encuentra
asociada al síntoma. Pero además es típica del epiléptico, por lo cual
nunca debe descartarse del todo esa posibilidad. Asimismo, si bien la
perseveración rumiante se asocia frecuentemente a complejos neuróti-
cos –sobre todo con contenidos anatómicos y/o sexuales–, se encuentra
muy a menudo en trastornos orgánicos en general, y en la epilepsia en
particular, por lo que hay que deslindarlos.
Cuanto menos cargado emocionalmente sea el contenido per-
severado, más significativo de organicidad va a ser, sobre todo si la
perseveración es burda, ya que esta a veces permite deducir problemas
lesionales severos.
En los niños, la perseveración es fisiológica, especialmente alrede-
dor de los 6 o 7 años.
La adherencia al tema, específicamente la perseveración en caras,
es, como dijimos anteriormente, un síntoma de angustia fóbica; y la
reiteración de partes corporales –brazos, dedos, piernas, seres huma-
nos– habla de la existencia de factores defensivos de inteligencia, casi
siempre de oligofrenia, o de infantilismo psíquico muy acentuado.

115
Hellmut Brinkmann Sch.

En el caso de determinarse que la perseveración –casi siempre la


burda– indique la presencia de deterioro, debe discriminarse si este es
orgánico o psicótico, con los otros signos correspondientes.

29. Perspectiva
Se da cuando en la respuesta del sujeto está implícita la distancia
o alguna indicación de que lo que ve está de algún modo alejado. Esta
impresión de distancia puede estar determinada, básicamente, por dos
factores: los matices de claroscuro, es decir, la degradación del color
(generalmente el gris-negro) o por elementos formales (como la forma,
el tamaño o la posición). Exner propone diferenciar ambas situaciones
asignando códigos diferentes a los determinantes: V (vista) en el primer
caso, y D (dimensión) en el segundo. Esta distinción se justificaría a
partir de la consideración de que los procesos psicológicos involucra-
dos son diferentes.
En el caso de la D (dimensión, también llamada perspectiva lineal
por otros autores), siempre implica una consideración de la forma, por
lo que la codificación generalmente es FD (forma-dimensión) y muy
rara vez DF (dimensión-forma). Por definición, no puede ser solo D.

Ejemplos:
Lámina IV: «Un monstruo alejado al que veo de abajo, porque las
patas son más grandes que la cabeza».
Lámina VI: «Un camino visto de arriba, porque la línea blanca
parece la que se dibuja en las carreteras».
Lámina II (posición invertida): «Los grises parece un camino con
dos árboles a lo lejos» (?). «Porque el camino se angosta, es más chico
en el fondo».
Lámina II: «Un castillo al final de un camino» (?). «Porque el
camino es más ancho adelante y más chico atrás y eso da la idea de
perspectiva».

La FD parece implicar en el sujeto un intento de alejar lo que


le angustia, quedándose con lo externo y formal para no acercarse
realmente a lo que se la produce. En este sentido, refleja un esfuerzo
del sujeto por alejar cognitivamente, intelectualmente, un contenido

116
El Test de Rorschach

(puede ser una asociación inconsciente) que le resulta angustiante. Es


un mecanismo de defensa ante la angustia, que utiliza recursos inte-
lectuales, racionales. En estos casos, el sujeto reprime su angustia e
intenta alejar el problema de sí en tiempo y en espacio.
En el caso de las respuestas de «vista» (V), también se recurre
a un alejamiento del contenido angustiante como forma de defensa
ante la angustia. Sin embargo, en la medida en que se reconoce la
influencia del claroscuro en el proceso, la intelectualización y repre-
sión es menor. El fenómeno por lo tanto ocurre en un plano más
próximo a la conciencia y podría llegar a elaborarse en un insight.
La mayor o menor probabilidad de esto se reflejará en la importancia
relativa que la forma tenga como determinante: si es FV, la represión
e intelectualización será mayor que si es VF, y en este caso, a su vez,
mayor que si es solo V.

Un ejemplo de respuesta «vista» es el siguiente:


Lámina VI: «Como una quebrada profunda» (¿). «La diferencia
en la tonalidad hace que se vea más profundo al medio».

Rorschach no hacía esta distinción y consideraba todas las res-


puestas de perspectiva como índice de una inestabilidad interior que
debe ser sobrecompensada. Bohm habla en este contexto de represión
sofropsíquica.
Creemos que el distanciamiento que traducen las perspectivas –o
el retirarse hacia el fondo, como también dice Zulliger– son síntomas
de una tendencia a la represión, que estaría presente en ambos casos,
con la diferencia que el grado de represión sería mayor en las FD y
en las FV el sujeto se encontraría más embargado o sobrepasado por
la ansiedad.

30. Respuesta cambiada


Es cuando una persona, ya sea en el período de asociación libre o
luego en el interrogatorio, modifica sus respuestas de modo tal, que a
veces el examinador tiene dificultad para discriminarlas.
Comúnmente, si el cambio es muy grande, se toman como respues-
tas alternativas. Si han sido dadas en el período de asociación libre,

117
Hellmut Brinkmann Sch.

se las considera como respuestas diferentes y se interroga a cada una.


Si la modificación se ha producido en el interrogatorio, muchas veces
son respuestas adicionales.

Ejemplos:
Lámina II: «Dos niñitos jugando, más parecen jugando en una
calesita. Aunque, mirándolos bien, podría ser que fueran dos viejos
inclinados levantando una canasta. También podría ser negros tocando
un tambor» (todo lo gris).
Lámina V: «Una mariposa, aunque por la terminación en punta
de las alas parece un cóndor, pero tiene la majestuosidad del albatros.
Sería una mujer disfrazada de algún pájaro».
La respuesta cambiada es un signo de labilidad e inseguridad,
que hace que el sujeto modifique constantemente su producción y, en
muchos casos, es índice de ansiedad confusional.
Se ve también en personas que pasan por una situación crítica y
asimismo en psicópatas (para escaparse y confundir al entrevistador)
y en borderlines. Junto con secuencia, implica a veces grandes trans-
formaciones. Igualmente se encuentra en psicóticos.

31. Respuesta de reflejo


Como su nombre lo indica, se produce cuando se da una respuesta
de reflejo o espejo, no importa cuál sea el determinante: puede ser la
forma o cualquier otro.

Ejemplos:
Lámina VII: «Una chica mirándose en un espejo».
Lámina VIII (posición lateral): «Una hiena reflejada en el agua».
Lámina V (posición lateral): «Una mariposa posada que se refleja
en un espejo de agua».
Lámina VI (posición lateral): «Un submarino que va avanzando
sobre el agua y se refleja sobre ella».

Alude a narcisismo, sobre todo, como dice Bohm, cuando son vis-
tos de arriba a abajo sobre el eje horizontal. También a autoerotismo,
ligado algunas veces con actividades masturbatorias.
Se da en personas que no se relacionan con los otros, sino to-
118
El Test de Rorschach

mándolos como prolongación de ellos mismos. Si el reflejo es por


claroscuro, implica casi siempre mayor insight que si es por simetría.
Lo importante en realidad es que la persona, en vez de ver dos cosas,
ve solo una reflejada, a raíz casi siempre de la simetría de la lámina.
Incluso la respuesta de espejo, más que la de reflejo, apunta a
narcisismo. Para Merei y Neiger, se da también en obsesivos y narci-
sistas. Para Morgenthaler, se produce en los que siempre piensan en
la impresión que producen en los demás, en histéricos y en fóbicos.
Es común, asimismo, en psicopatías histéricas y, por supuesto, en
adolescentes.
A diferencia de lo que plantea Exner, consideramos que este fenó-
meno debe consignarse como «fenómeno especial» en el protocolo y no
incluirse en la codificación del determinante (como Fr o rF según Exner),
por constituir esto un error conceptual de lo que es un determinante.

32. Respuesta o (Zulliger)


Es cuando el examinado presenta dos o más respuestas como
alternativas, aun cuando se decida espontáneamente –o ante nuestro
requerimiento– por una de ellas o, por el contrario, no pueda hacerlo.
Clasificamos a todas ellas cuando hay alguna variación, aunque sea
la más mínima, en localización, determinantes, contenidos o frecuencia,
debiendo interrogarlas a todas como respuestas separadas en el caso
que la hubiera. De cualquier modo, es conveniente preguntar también
cuál elige. Esto, más que para dejar de clasificar alguna de ellas (lo que
hacemos excepcionalmente en el caso de que las respuestas sean casi
idénticas; por ejemplo, en la Lámina VII: «Tigre o puma»), lo hacemos
para ver si la persona tiene posibilidad de discriminar y de decidirse.
Muchas veces en ese momento niegan la respuesta, pasando a consti-
tuir, además de respuesta o, otro fenómeno especial, ya mencionado:
respuesta negada. Irene Orlando describe el fenómeno de respuesta o
implícita, que es cuando la alternativa está igualmente, pero sin ser
explicitada mediante la o. (Lámina V: «Mariposa, murciélago, vampiro,
águila»; Lámina VIII: «Tigre, perro»).

Ejemplos:
Lámina II: «Una mariposa o un vampiro».

119
Hellmut Brinkmann Sch.

Lámina VII: «Dos bailarinas con plumas o dos enanitos de Blan-


canieves, contentos, cuando revive».
Lámina IX: «Pies o manos, no puedo definir».

Se produce en personas inseguras, indecisas, dubitativas, que


temen equivocarse o evitan comprometerse con una respuesta y con
la responsabilidad que ello implica. Generalmente, colocan valencias
positivas o negativas de igual peso para ellos en objetos diferentes, no
pudiendo decidirse por ninguno o cuya diferenciación es tan mínima
que las consideran equivalente. Si esto no se produjera, darían sus res-
puestas como diferentes y separadas. El no poder decidirse (de ahí la
pregunta nuestra en el interrogatorio) equivaldría a la temática típica
del conflicto atracción-atracción, o rechazo-rechazo, como plantea
Bleger tomándolo a su vez de Lewin, que, en última instancia, remite
a la ambivalencia, cuando no a una confusión subyacente. Quieren y
rechazan ambas alternativas. Esto se continúa más aún si la fórmula
vivencial es ambigual. Son personas que no se deciden por nada; a
veces muestran así aspectos totalmente opuestos de la misma persona
(por ejemplo en la alternativa: «Ángel o demonio»).
Subyacente a este fenómeno puede haber no solo un conflicto
neurótico y ambivalencia, sino una ansiedad confusional mucho más
primaria, y serios problemas de identidad. No saben qué o quiénes son
realmente. Sería, en algunos aspectos, similar a la respuesta cambiada,
que ya hemos tratado anteriormente.

33. Respuestas simbólicas


Conviene destacar la respuesta simbólica en los fenómenos espe-
ciales, independientemente de que haya habido o no un contenido o
un color simbólico así categorizado.

Ejemplos:
Lámina V: «Mariposa de cementerio, porque es negra y simboliza
la muerte».
Lámina IX: «Estos son pensamientos agradables».

120
El Test de Rorschach

Este tipo de respuestas se asocian, generalmente, a elementos ma-


níacos y/o melancólicos, pero también se da en personas que se refugian
en lo intelectual o de nivel mental superior y que afectivamente son poco
demostrativos. Son personas que intelectualizan y se relacionan con el
medio en el plano racional o intelectual, más que en el de los afectos.
Cuando el simbolismo está asociado con la muerte o a la búsque-
da de paz, tranquilidad o frialdad, muchas veces denuncia tendencias
suicidas.

34. Necesidad de agotar la lámina


Consignamos este fenómeno en los casos en que el examinado
hace evidentes esfuerzos por dar un significado o interpretar, ya sea
con un solo contenido en una respuesta o con diferentes contenidos
en diferentes respuestas, toda la lámina. El fenómeno se hace constar
aunque el examinado no logre su objetivo. Lo importante es que sea
evidente que desea o intenta darle un significado a todo.
Encontramos este fenómeno en personas controladoras que nece-
sitan «tenerlo todo claro», necesitan saberlo todo porque les incomoda
o no toleran no saber de qué se trata algo presente en su entorno.
Subyacente a esta necesidad, puede haber inseguridad, intolerancia a
la ambigüedad o temor a lo desconocido.

121
Capítulo 7
Psicograma e interpretación

Los datos resultantes de la codificación de las respuestas pueden


ordenarse en un resumen estructural o psicograma, en el que anota-
mos los principales valores y relaciones cuantitativas derivadas de la
codificación del protocolo de respuestas y que serán la base para su
interpretación.
También incluimos en el psicograma las observaciones y/o los
fenómenos especiales que hayamos consignado en el protocolo.
El esquema básico del psicograma es el que se presenta a continua-
ción. Anotamos en él los valores que correspondan según el resumen de
codificaciones, agregando los datos que sean necesarios. Por ejemplo: si
no hay respuestas C (C pura), anotamos C = 0 en el psicograma, pero
si entre las codificaciones tenemos 2 Fm, agregamos en el listado en la
columna de determinantes Fm = 2. Procedemos del mismo modo con
los contenidos: para los contenidos H, Hd, (H), (Hd), A, Ad, (A) y (Ad)
se escribe el valor correspondiente del número de veces que aparecen
en el protocolo, sea cero u otro y se agregan hacia abajo las demás
categorías de contenidos que se haya consignado en las codificaciones,
indicando el número de veces.

123
Hellmut Brinkmann Sch.

Psicograma Test De Rorschach


NOMBRE: _______________________________ EDAD: ________________
R. =
Det. =
Cont.=
W = = %
D = = %
Dd. = = % Tipo aperceptivo: _____________
(S = = %) Sucesión: ____________________

W:M=

F = F% = F+% =
M =
FC = Tipo vivencial: M : C =
CF =
C = Cromát.: Acromát. =
FM =
FC’ =
C’F = M : FM =
C’ = M : FM + m =

P = O = (2) =

Fenómenos especiales:
H =
Hd = H% =
(H) =
(Hd) =
A =
Ad =
(A) = A%=
(Ad) =

124
El Test de Rorschach

Explicación del Psicograma en el Test de Rorschach


R = número total de respuestas entregadas al test
Det. = número total de determinantes
Cont. = número total de contenidos
W = Nº de respuestas con localización global => % de W en relación a R
D = Nº de respuestas con localización detalle usual => % de D en
relación a R
Dd = Nº de respuestas con localización detalle inusual => % de Dd
en relación a R
S = N° de respuestas que incluyen blanco => % de S en relación a R

En esta parte se deben anotar también los ceros (p. ej., si no hay
respuestas Dd, anotamos Dd = 0).
Tipo aperceptivo: Se escribe según cada valor se encuentre au-
mentado, normal o disminuido (consultar tabla en capítulo Tipo
Aperceptivo).
Sucesión: Anotar el tipo de sucesión (consultar en capítulo Tipo
Aperceptivo).

F = número de veces que se ha codificado forma (forma pura).


F% = % de determinante de forma pura en relación al total de deter-
minantes.
F+% = % de respuestas F+, Fo y Fu en relación al total de respuestas
de forma pura.
M = N° de veces que se ha codificado movimiento humano
FM = N° de veces que se ha codificado movimiento animal
FC = N° de veces que se ha codificado FC (forma-color cromático)
CF = N° de veces que se ha codificado CF (color cromático-forma)
C = N° de veces que se ha codificado C (color cromático puro)
FC’= N° de veces que se ha codificado FC’ (forma-color acromático)
C’F= N° de veces que se ha codificado C’F (color acromático-forma)
C’ = N° de veces que se ha codificado C’ (color acromático puro)

Para todos los determinantes listados hasta aquí, se anota el nú-


mero de veces que han sido codificados en el protocolo, anotando 0
(cero) si no aparecen.

125
Hellmut Brinkmann Sch.

Luego se continúa anotando todos los otros determinantes que


estén presentes en el protocolo, indicando en cada caso su número.

Más abajo continuamos anotando:


P = N° de respuestas populares
O = N° de respuestas originales
(2) = N° de respuestas par

Después anotamos:
H = N° de respuestas de contenido humano
Hd = N° de respuestas de detalle humano
(H) = N° de respuestas de contenido humano ficticio o antropomor-
fizado
(Hd) = N° de respuestas de detalle humano ficticio o antropomorfizado

La suma de H + Hd + (H) + (Hd), dividida por el total de con-


tenidos del protocolo y multiplicado por 100 nos da el H% (rango
normal entre 10% y 20%).

A = N° de respuestas de contenido animal


Ad = N° de respuestas de detalle animal .
(A) = N° de respuestas de contenido animal ficticio o mitológico
(Ad) = N° de respuestas de detalle animal ficticio o mitológico

La suma de A + AD + (A) + (Ad), dividida por el total de conteni-


dos del protocolo y multiplicado por 100 nos da el A% (rango normal
entre 40% y 50%).
Tanto para los códigos H, Hd, (H) y (Hd) como para A, Ad, (A) y
(Ad), anotamos el número de veces aunque sea 0 (cero).
Se continúa con todos los contenidos presentes, anotando su sím-
bolo (código) y el número de veces que se encuentra.
Fenómenos especiales – elementos cualitativos: Se especifican y
anotan cuáles aparecieron, cuántas veces y en qué lámina.
Relaciones y proporciones: En el psicograma anotamos también
las siguientes relaciones:

126
El Test de Rorschach

Relación W : M (lo normal es 3:1 o incluso 2:1)


Relación M : C (tipo vivencial, en que M es igual a la suma de res-
puestas de movimiento humano y C corresponde a la suma ponderada
de C + CF + FC, es decir, de las respuestas en que interviene el color
cromático como determinante)
Relación M: FM (lo normal es 1:1, máximo 2:1)
Relación M: FM + m
Relación cromát. : acromát. (sumatoria de las respuestas en que
interviene el color cromático como determinante vs. sumatoria de
respuestas en que interviene el color acromático como determinante).
Para esta sumatoria, se contabiliza un punto por cada respuesta en
que el color -sea cromático o acromático- es determinante primario (p.
ej., C, CF, C’, C’F, VF, TF, etc.) y medio punto cuando es determinante
secundario (como en FC, FC’, FT, etc.). Se espera que la suma de las
respuestas de color cromático sea mayor.
Es recomendable anotar en el psicograma cualquier otro dato u
observación que pudiera tener algún valor para la interpretación del
protocolo.

127
Hellmut Brinkmann Sch.

Pauta y esquema para la interpretación del psicogra-


ma y confección del informe de personalidad
La siguiente pauta de informe sigue básicamente el esquema presen-
tado por A.M. Alessandri, en su libro Test de Rorschach y diagnóstico
de la personalidad (Edit. Leo, Santiago, 1982).
Sin olvidar que la personalidad es una estructura psicológica inte-
grada y dinámica, en que todos los aspectos están interrelacionados,
podemos organizar el informe en función de tres niveles o áreas:

I. Área del pensamiento y actividad intelectual


II. Área de la afectividad
III. Área de las relaciones interpersonales

I. Área del pensamiento y actividad intelectual


Comenzamos analizando R, como indicador de la productividad
general, considerando los factores que la pueden haber afectado (pre-
sencia de fracasos, shock como interferencia afectiva en la actividad
cognitiva o intelectual, etc.). Comúnmente el número de R se encuentra
entre 20 y 40.
Cuando es muy inferior a 20, puede indicar ambición de calidad,
especialmente si hay muchas G de buena calidad, o inhibición de la
productividad por factores afectivos. Un bajo número de R puede de-
berse asimismo a falta de colaboración del examinado. En el campo de
la patología, encontramos pocas R en los orgánicos, en los depresivos
y ansiosos, en los negativistas.
Si hay más de 40 R, puede tratarse de personas con inteligencia
productiva, creativa (si se acompaña de muchas W, M, FC y alguna
O+), fantasiosa (cuando el F+% no es bueno). Un alto número de R se
encuentra igualmente en sujetos con humor exacerbado (maníacos), en
epilépticos, obsesivos, esquizofrénicos y algunos dementes.
Seguimos con el análisis de las W (relación cantidad vs. calidad,
presencia de W combinatorias y calidad de ellas, etc.) y del tipo aper-
ceptivo para describir el tipo de pensamiento o estilo de enfrentamiento
de la realidad.

128
El Test de Rorschach

Las W+ (W con buena calidad formal) denotan una buena capaci-


dad para ver las cosas como son un «buen ojo», capacidad de asociación
(perceptiva, de ideas) y optimismo. Si se trata de W combinatorias,
se asocian a capacidad de organización y planificación, o de resolver
problemas complejos. Implican capacidad de abstracción (incluir as-
pectos parciales diversos en un todo comprehensivo más amplio). Es
una capacidad natural, frecuentemente (aunque no necesariamente)
asociada a una buena inteligencia.
Las W- (W con baja calidad formal) significan que el esfuerzo por
abarcar o manejar la situación (o problema) completo, no ha tenido
un resultado cualitativamente bueno.
Las W numerosas revelan un alto nivel de aspiración, pero debe
examinarse los demás indicadores del protocolo a este respecto.
La relación W : M nos indica la relación entre la capacidad
planificadora, el nivel de aspiraciones, por una parte, y la capacidad
de ejecución o iniciativa, por otra. Esperamos que esta proporción
esté en un rango 2:1, máximo 3:1. Si las W exceden esta proporción,
indican que hay metas altas y/o capacidad de planificación, pero no
de ejecución de las tareas, desequilibrio entre las metas y el potencial
creativo, nivel de aspiraciones muy alto en relación a la creatividad real
del sujeto (puede haber potencial, pero no se utiliza por falta de una
dirección eficiente y positiva). A la inversa, si las G están disminuidas
en relación a M, el nivel de aspiraciones y la capacidad de organizarse
para perseguir objetivos personales, sería escaso, inferior a las reales
capacidades de ejecución del sujeto (falta de iniciativa, apatía, deja que
las cosas se resuelvan al azar).
En este contexto es importante también considerar el F% y el F+%,
como indicadores del grado de predominio de lo racional, del pensa-
miento, en el enfrentamiento de los problemas y de la realidad (F%),
y como indicador de la adecuación o control racional del pensamiento
(control sobre el propio pensamiento, juicio de realidad F+%).
El F% normal oscila entre 20% y 50%. Si es menor que 20%,
indica insuficiente capacidad para comprender y conocer la realidad
objetiva, subjetivismo aumentado (anormal), con incapacidad para
mantener una actitud emocionalmente neutra y objetiva (las situacio-
nes adquieren un significado personal que oscurece los juicios). Un

129
Hellmut Brinkmann Sch.

F% aumentado, próximo a 75% u 80% indica un grado de control


racional excesivo, inhibición del potencial creativo por represión de
las necesidades internas, excesiva crítica (y autocrítica) y afán de cali-
dad. Si se acerca al 100%, implica un enfrentamiento excesivamente
impersonal de la realidad, dependencia exterior (el sujeto está dirigido
o determinado principalmente por las demandas del medio), superfi-
cialidad y/o pobreza imaginativa.
El F+% debiera encontrarse entre 80% y 90%. En este rango y en
ausencia de indicadores de alteraciones del pensamiento, indicaría una
buena capacidad para comprender y conocer la realidad, pensamiento
realista, productivo y objetivo, con control eficiente sobre el propio
pensamiento.
Por otra parte, la sucesión nos informa acerca del modo o estilo de
trabajo del sujeto en el enfrentamiento de las situaciones o problemas.
Se espera que sea ordenada (considerando primero lo general, luego
lo particular), es decir, ni rígida (característica de los pedantes u ob-
sesivos) ni desordenada (como en los maníacos o esquizofrénicos). Si
es invertida, puede tratarse de una persona muy prudente, inteligente,
poco teórica, como algunos artistas; personas que van de lo particular
a lo general.
La sucesión depende de la estabilidad de la atención, de la ca-
pacidad de dirigir la función lógica y de la precisión del proceso de
pensamiento. Se trata, esencialmente, de una actitud aprendida, más
que de una tendencia natural.
Todo el análisis del área del pensamiento tiene que precisarse (re-
lativizarse) a la luz de otros indicadores, como la presencia o ausencia
(y calidad) de respuestas originales (O), el número de populares (P), fe-
nómenos especiales como respuestas confabulatorias, perseveraciones,
A% muy alto (superior a 50%, indicaría estereotipia, rigidez, pobreza
y monotonía del pensamiento), etc.

II. Área de la afectividad


Comenzamos describiendo el tipo vivencial (M : C). Un predo-
minio de M sobre C se califica como introversivo e indica riqueza del
mundo vivencial interno y tendencia a vivir en contacto con la propia
interioridad. Se asocia habitualmente a riqueza imaginativa, inteligencia

130
El Test de Rorschach

más diferenciada, afectividad equilibrada, relaciones interpersonales


más intensivas que extensivas (pocas relaciones, pero con vínculos
más profundos), pero menor capacidad para adaptarse al mundo o
a la realidad externa, excesivo sometimiento de los afectos al control
consciente (falta de libertad afectiva). Un tipo vivencial introversivo,
pero con predominio de C puras en la suma del color, es susceptible
de descargas emocionales violentas e inesperadas.
Cuando hay equilibrio entre M y C (no más de 0,5 de diferencia
entre M y C, o 1 punto si tanto M como C son altos), calificamos el
tipo vivencial (TV) como ambigual, con las características de buena
productividad intelectual (chequear otros indicadores relacionados con
este aspecto), creatividad, relaciones interpersonales tanto intensivas
como extensivas, buena capacidad de empatía y adaptación afectiva.
Si el TV es ambigual, pero las C son predominantemente C puras, hay
déficit en el control y tendencia a la impulsividad.
Si predomina C sobre M, el TV es catalogado de extratensivo y
puede ser adaptativo, cuando predominan las FC sobre las CF y C.
Implica un buen funcionamiento lógico y pensamiento de tipo práctico,
buena capacidad de adaptación a la realidad, predominio de la vida
exterior (vida de relación) sobre la interior (escaso mundo vivencial
interno), afectividad fácilmente adaptativa, relación social más exten-
siva que intensiva. En el caso que predominen las C y CF sobre las
FC, el tipo vivencial extratensivo se califica de desadaptativo e implica
déficit de las funciones lógicas, egocentrismo, labilidad (inestabilidad)
emocional (la afectividad no es regulada o modulada por el control
intelectual), impulsividad y obstinación. Si se acompaña de un buen
F+% y presencia de buenas respuestas originales, mejora la adaptación
afectiva. Si, por el contrario, predominan claramente las C puras, hay
franca impulsividad, posibilidad de descargas emocionales explosivas.
Por otra parte, calificamos el TV como coartado cuando no hay
respuestas M ni C, en ausencia de shock al color. Es indicador de una
afectividad empobrecida, frialdad afectiva y/o humor depresivo, baja
capacidad de imaginación, rechazo general de las manifestaciones
afectivas, marcado autocontrol (rígido y automatizado), formalismo
social. Puede encontrarse en protocolos de psicópatas o esquizofrénicos
(o «normales» con características esquizoides).

131
Hellmut Brinkmann Sch.

Si el valor de M o C no supera 1, calificamos el TV como coartativo.


En general, muestra las mismas características del coartado, pero con
menor intensidad: afectividad empobrecida, sujetos lógicos, racionales,
que saben someterse a una disciplina. Asociado a un F+% elevado, se
encuentra en sujetos de humor depresivo. Si el F+% es bajo, se asocia
a indolencia y obstinación.
Un predominio de FC sobre CF, con ausencia de C pura, es indica-
dor de una afectividad adecuada, madura, con capacidad de empatía
afectiva, afectos armónicos y estables. El predominio de CF (con o sin
presencia de FC, M y C) se asocia a sugestibilidad aumentada, reac-
ciones emocionales que dependen fundamentalmente de la influencia
exterior (permeabilidad frente a la influencia del medio; disminuye en
presencia de M).
Relación M : FM: Si ambos están razonablemente bien representa-
dos, indican ausencia de conflicto entre la vida impulsiva y el sistema de
valores del sujeto (vida impulsiva, instintiva, adecuadamente integrada
a la personalidad consciente). Espontaneidad madura y adecuado desa-
rrollo del sistema de valores. Existe control, pero con fácil aceptación
de los propios impulsos y buena imagen de sí mismo. Si existen CF,
el sujeto puede tener comportamientos infantiles sin perjuicio de su
madurez. En ausencia de respuestas de color: falta de espontaneidad,
rigidez y dominio del sistema de valores sobre la vida impulsiva.
Si M es superior a FM: La vida instintiva está subordinada al siste-
ma de valores. Si FM no es menor a la mitad de M (M : FM = 2:1), la
impulsividad es normal, está integrada al sistema de valores. El sujeto
es capaz de postergar la gratificación de sus necesidades, sin sentir
frustración o conflicto. Si FM es menor a la mitad de M, especialmente
si tiende a desaparecer, indica que la vida impulsiva ha sido reprimida
por los valores conscientes y no existe integración de los instintos. Hay
tensión y conflicto interno, excesivo control, falta de espontaneidad.
Si FM es mayor que M (superior al doble de M): La conducta del
sujeto está determinada por las necesidades de gratificación inmediata
más que por las metas de largo alcance. Tiene incapacidad para poster-
gar la gratificación de impulsos y deseos (inmadurez). Si además, CF es
mayor que FC, la impulsividad conductual es claramente inmadura. El
sujeto tiende a expresar sus impulsos sin control adecuado o socializa-

132
El Test de Rorschach

do, prevaleciendo el principio del placer. Si no hay énfasis en el color,


si FC es mayor que CF, puede haber preocupación por las necesidades
egocéntricas, que no son expresadas abiertamente en forma impulsiva.

Otros indicadores a considerar en el área de la


afectividad
M en A (respuestas de movimiento humano en animales): Puede
indicar inmadurez afectiva (afectividad detenida a un nivel infantil) y
puerilidad. En ausencia de otros signos de problemas afectivos, puede
reflejar la capacidad de jugar (disfrutar como niño) sin dejar de ser
adulto.
Respuestas de mención de color (Cn): Muestran superficialidad
emocional, cambios abruptos de humor, incapacidad de frenar los
impulsos ante los estímulos afectivos.
Aumento de las respuestas de textura: Puede indicar inmadurez
afectiva, necesidades de afecto de tipo infantil (necesidades de afecto
no satisfechas).
Predominio de CF y C sobre FC (existiendo FC): Las cargas afec-
tivas desadaptativas superan a las adaptativas. Son sujetos exigentes,
intolerantes, egocéntricos y egoístas.
Color simbólico (Csimb): Alta emotividad con serenidad aparente,
control emocional más exterior que interior.
FC artificiales: Respuestas emocionales forzadas, simulación de
aparente adaptación emocional.
Respuestas de color acromático: Cuando el determinante es el
blanco (C’bl): hipersensibilidad, susceptibilidad. Cuando el determi-
nante es el gris o negro: humor o afectividad depresiva. C’ puras (no
C’F ni FC’): indolencia y pasividad extremas.
Respuestas de sombreado (claroscuro): También se asocian, en
términos generales, a humor depresivo. Si la forma es determinante
primario y el sombreado secundario, la ansiedad es susceptible de cierto
control interno, estabilización de tipo introspectivo de las emociones. Si
la forma es secundaria o no está presente, hay severa inadaptabilidad
y escasa integración de los afectos a la personalidad.
Negación de color (Cd): Intentos de control de las manifestaciones
emocionales, represión consciente de la expresividad afectiva.

133
Hellmut Brinkmann Sch.

Predominio de las respuestas acromáticas sobre las cromáticas (el


doble o más): Interferencia conflictiva y/o traumática de la reactividad
emocional. Alta necesidad de afecto, inhibida en su expresión (por
temor al rechazo, a la frustración o al repudio).
Proyección de color (Cp): Intento consciente, deliberado, de mos-
trarse sereno o feliz, aun cuando existe un profundo sentimiento de
tristeza. Es un disfraz de la depresión y probablemente traduce una
aceptación de frustraciones que estima inevitables (resignación).
Shock al color: Inhibición o represión neurótica de las emociones.
Descripción de color (Cdes): Puede ser un índice de shock al color.
Indica afectividad mal reprimida y mal modulada. El sujeto logra
establecer un control, al menos externo, sin mostrar lo que siente (in-
telectualiza, pero puede ceder ante impulsos repentinos).
Respuestas de perspectiva (vista): Represión afectiva, distancia-
miento intelectual o racional. El sujeto, por inestabilidad y tensión
interna, tiende a evadir las situaciones emotivas.
Shock al rojo: Inhibición o represión de impulsos agresivos,
agresividad reprimida, temor a la propia agresividad. Si hay shock al
rojo y no se interpretan las áreas rojas: inhibición más inconsciente y
profunda de la agresividad.
Interpretación de las áreas rojas, sin mencionar el rojo como de-
terminante: Ambivalencia frente a la propia agresión.
Aumento de respuestas S (especialmente S mayúscula), con tipo
vivencial extratensivo: Oposición hacia el mundo exterior y negati-
vismo. Terquedad agresiva, con tendencia a la obstinación y disputa.
Con tipo vivencial introversivo o ambigual: Oposición frente a
sí mismo, vacilación o indecisión (puede ser con afán perfeccionista),
(emoción ambivalente).
Presencia de respuestas m: Indica tensión y conflicto intrapsíquico
en relación a circunstancias del momento. Una Fm en un protocolo
por lo demás normal, no es significativa, pero su aumento tiene que ser
tomado en cuenta. Si son Fm más que mF o m, la tensión no interfiere
significativamente (no desestructura) al sujeto. A la inversa, si son mF
y m más que Fm, el conflicto y al tensión pueden estar interfiriendo la
estabilidad y adaptación del sujeto.

134
El Test de Rorschach

III. Área de las relaciones interpersonales


H% bajo y escasas M: Falta de interés real por los demás.
H% y M normales: Adecuado interés por los demás. Si se acompa-
ña de un buen número de respuestas de color adecuadas, hay fuerte in-
terés o deseo de contactar con los demás y mantener vínculos estrechos.
H% alto con TV extratensivo, adaptativo: Necesidad y dependen-
cia del contacto interpersonal. Necesidad de aceptación por el grupo,
inclinación a pensar y actuar conforme a las normas del ambiente.
Relaciones interpersonales más extensivas que intensivas: facilidad para
establecer contacto, pero las relaciones son más superficiales (sujetos
amistosos, alegres). Si la afectividad es desadaptativa, la misma nece-
sidad tiene una expresión más egocéntrica: requiere la aceptación del
grupo para la satisfacción de las propias necesidades, sin capacidad
de adaptarse a las normas.
Consideración de los demás: Si hay predominio de FC sobre CF y
C, la socialización es adecuada, hay una adecuada consideración del
otro. Si las FC son excesivas: convencionalismo, excesivo respeto y
formalidad, inhibe la expresión auténtica de los afectos. Cuando faltan
las FC: la socialización es deficiente, menor consideración de los demás
y mayor egocentrismo. Predominio de CF: elementos de egocentrismo.
Los impulsos emocionales son lábiles y están centrados en sí mismo,
pero suavizados por saber que los demás deben ser considerados. Si
predominan las C puras: egocentrismo emocional, afectividad centrada
en sí mismo, prescindiendo de las reacciones, necesidades y derechos
de los demás.
Si el TV es introversivo: mayor dificultad para establecer contacto,
aunque una vez logrado, permite una relación más estable y profunda.
Relaciones interpersonales más intensivas que extensivas (círculo de
relaciones más reducido, pero con vínculo más profundo).
Si el tipo vivencial es ambigual: buena capacidad de empatía, re-
laciones interpersonales tanto intensivas como extensivas.
Actitud hacia los demás: es adecuada cuando se dan los signos
de afectividad descritos en los párrafos precedentes. Es inadecuada
cuando hay miedo a los demás (H% sobre 20%) o cuando hay mu-
chas «caras» y/o «perfiles» u «ojos», o preocupación por la opinión
de los demás (Hd aumentado en relación a H, respuestas de «ojos» o

135
Hellmut Brinkmann Sch.

alusión frecuente a ellos). La presencia de respuestas de «máscaras»


o «disfraces» implican una tendencia al ocultamiento, a no mostrarse
como realmente es, falta de espontaneidad.
H% bajo, con (H) y (Hd) aumentados: indican tendencias hos-
tiles y críticas hacia los demás. Implican dificultad para el contacto
interpersonal franco y directo (los demás son «deshumanizados» para
poder tratar con ellos).
Es importante analizar también los contenidos y el tipo de movi-
miento en las respuestas de contenido humano (presencia de agresión,
movimiento cooperativo, movimientos ambitendentes, etcétera).

136
Anexos
Lista de detalles grandes
(codificación D)

La lista que se presenta a continuación ha sido tomada del libro


Manual de apoyo para la codificación e interpretación del Test de
Rorschach, de los autores Francisco Maffioletti C. y Paola Andreucci
A., con la colaboración de Lorena Contreras T.; publicado por Edicio-
nes Universidad Diego Portales en 2001, con el ISBN 956-284-158-8.
Esta lista es solo una serie de ejemplos que ayudan a precisar el
criterio de codificación de los D y no debe considerarse como una lista
exhaustiva que incluye «todos» los D.

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Protocolo Rorschach (Ejemplo)

Corresponde a un hombre, adulto joven, profesional.


Lo que aparece entre paréntesis, son observaciones o intervencio-
nes del examinador. Los puntos suspensivos (...) indican pausas en la
verbalización. Los símbolos > < v @ indican la posición de la lámina.
@ indica que la lámina ha sido girada.
Lámina I. Un insecto... (¿algo más?). ¿La puedo mover?... @ … ∧
Como eso, todo lo que es mariposa, esos bichos simétricos, no más...
Una jaiba también puede ser.
(¿Insecto?) (Señala) Este es el cuerpo (centro) y estas las alas (la-
terales)
(¿Jaiba?) También podría ser como una pancorita... (¿), como las
tenacitas (señala salientes como «manos» en el centro superior) y esta
parte como el cuerpo. (El examinador tapa las «manos» y pregunta si
todavía parece jaiba). No. Yo dije jaiba porque tiene esas como tenazas
típicas de las jaibas. Sin eso, no parece jaiba.
Lámina II. Veo como una cuestión media genital @ v ... ... ... ...
cuando digo algo genital, me refiero a lo femenino.
(¿Genital?) Eso (el detalle rojo central inferior). Fue la primera
impresión (¿), bueno, la forma.
Ahora veo una mariposa. Está el cuerpo (línea media del rojo
central inferior), una alita, otra alita (laterales del rojo inferior).
Lámina III. Dos personas, de nuevo... ¿Cualquier rollo que me
pase? Me recuerda esas figuras medio étnicas, africanas, son negras,
las pechugas... ...
(¿Africanas?) Estas dos, parecen personas y son como... medias
negras, de piel oscura... y tienen las pechugas altas...
Lámina IV. Un bicho... y... esta es la cara (detalle central inferior).
Ahí están los ojos (señala pequeños detalles en el detalle central inferior)
y la trompa. ... Un bicho medio raro, no sé si caballito de mar o jaiba...
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bicho no más... como un animal invertido (¿qué parte parece como


bicho?): es que como que no es reconocible... Esta es la cara (detalle
central inferior)... Tendría que inventar... mi impresión es que como
va unido, ese es su cuerpo (resto de la figura), (¿por qué bicho?) Se ve
ahí una cara, con trompa.
Me parece uno de estos monstruos modernos, esa impresión me
da... (?). Es todo... Me parece de esos monstruos fantásticos que hay
ahora (?). La forma de la figura...
Lámina V. Bueno, este es un murciélago, rata con alas... ... sí, veo
otra cosa, o características... (cubre las porciones laterales con las
manos). La verdad es que sin estas cosas, parece como más ingenuo,
como conejito. Con alas, murciélago, pero igual simpático.
(¿Murciélago?) Toda la figura. De todos los animales alados, los
únicos que tienen patas y orejas y son negros, los murciélagos.
(¿Conejo?) Ahí (centro) como el cuerpo... tiene las patas y orejas
largas.
Lámina VI. ... ... aquí no veo casi nada. No se me ocurre... Ahora,
mirándolo bien, a lo mejor de nuevo me recuerda el rollo genital...
(¿aparte de eso, otra cosa?). No... en realidad no se me ocurre mucho
con esto... La parte superior me parece como un insecto...
(¿Parte genital?) La verdad, que me parece mucho (¿por qué?).
Esto, puh (señala la línea media)... entre las rayitas, las capitas, eso...
(no incluye la saliente superior en la respuesta).
(¿Insecto?) Me da la impresión por las antenitas a los lados y
la forma, cabecita... es solo esta parte (rodea con el dedo la saliente
superior).
Lámina VII. Bueno, de nuevo veo dos personajes, un poco tipo
conejos. Eso es... además, podrían ser dos pequeños monstruos. No
veo más...
(¿Personajes?), (señala los dos tercios superiores de la figura).
Como con caras de personas, veo un perfil humano, pero con orejas
y como con un pompón atrás, no sé, tal vez disfrazados, eso, son dos
personas disfrazadas de conejo.
(¿Monstruos?) Ambos (?) (Monstruos, señala el tercio medio
de cada lado). Me da la impresión de que los ojos están ahí... ahí a
cada lado (señala el «ojo» en el tercio medio) y parece que tuvieran
una boca. Se ve solo como una cabeza algo deforme. Hay un grado

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de dificultad para contactar conmigo, porque estoy con una neurosis


obsesivo-compulsiva. Más bien tomando esa parte nomás, monstruos
modernistas.
Lámina VIII. ... @ ... ∧ ... bueno, veo dos animales aquí, idénticos
en realidad... Ahí hay uno (señala a un lado), está la cara, las patitas,
no sé si puede ser un oso... un animal del bosque, salvaje... parece que
estuviera como tratando de subirse a algo.
Lámina IX. ¿Uno puede decir cualquier tontera? Veo como una am-
polleta ahí (señala parte central superior blanca)... veo como animales
del fondo del mar... esto (señala verde) como jaiba, como que dentro de
las mismas razas de jaibas... ahí hay otra (rosado). También veo como
caballitos de mar, medio mal hechos, pero me recuerdan caballitos de
mar... uno ahí, el otro ahí (señala ambos detalles naranjos superiores).
(¿Ampolleta?) Toda esta parte más clara (¿), por la forma que tiene
esta parte (señala el blanco central)...
(¿Jaiba?) Es que a mí me gustan mucho los animales, me he fijado
en el diseño de... ahí un ojito, la caparazón... la simetría... como el
carapacho, este (señala el verde).
(¿Caballitos de mar? Son estos (naranja). Me vino la idea porque
los vi del color y como forma de caballito de mar, aunque no es muy
exacta, pero me sugiere eso.
Ahora, también como dos monos (naranjo), ahí la boca, ahí el ojo
(pequeño detalle blanco en el naranjo), como dos monos locos, echados
para atrás, ahí la guata...
También como una cara... ahí los ojos (dos manchas en la parte
inferior del blanco central, en la zona media de la lámina) y la nariz
(más abajo, en el centro)
Lámina X. Aquí me da la impresión que hay pequeños animalitos.
En distintos lugares están los pequeños animalitos (?)... Por ejemplo
aquí... todos me parecen animalitos... insectos...(?) No lo sé... la for-
ma... las distintas formas (¿Los podría identificar?) Si estos... (señala
manchas marrón entre el rosado y amarillo lateral externo), estos
otros (verde centro inferior) tienen como la forma y el color de unas
cuncunas... y esos (señala azules laterales superiores) parecen arañas,
con tantas patas.
... ... Ahora, acabo de ver una mujer (en el blanco central de la mitad
superior) como japonesa, con los ojos achinados (pequeñas salientes

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inferiores del gris superior), eso es el pelo para arriba (gris superior),
con un sostén (azul)... y eso el cuerpo (hacia abajo, vagamente).

Resumen de codificaciones
Lám. Resp. Loc. Det. Cont. P/2 Contenidos Obs./Fen. Esp.
I 1 W F A Insecto
2 DW F A Jaiba
II 3 D F Sex Genital
4 D F A P Mariposa
III 5 W FC’ H,Sex P/(2) Personas
IV 6 W F A Bicho
7 W F (H) Monstruo
V 8 W FC’ A P Murciélago
9 D F A Conejo
VI 10 D F Sex Genital
11 D F A Insecto
H, Personas
VII 12 D F 2
Másc. disfrazadas
13 D F (Hd.) Monstruos Personalización
VIII 14 D FM A (2) Animales
IX 15 DS F Obj. Ampolleta
Personalización/
16 D F A Jaiba
Simetría
17 D CF A Caballitos de mar Crít. obj.
18 Ds FM A (2) Monos
19 Ds F Hd. Cara
X 20 D FC A Cuncunas
21 D F A P Arañas
22 Ds F H Mujer

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Psicograma
NOMBRE: ___________________________________ EDAD: _________
R = 22
Det. = 22
Cont.= 24

W = 6 = 27%
D = 16 = 72%
Dd. = 0 = 0% Tipo aperceptivo: W - D - S
(S = 4 = 18%) Sucesión: Ordenada

W:M=5:0

F = 16 F% = 73 F+% =
M = 0
FC = 1 Tipo vivencial: M : C = 0 : 1,5
CF = 1
C = 0 Cromát.: Acromát. =
FM = 2
FC’ = 2
M : FM = 0 : 2
M : FM + m = 0 : 2 + 0

P = 4 O = (2) = 4

Fenómenos especiales: Simetría (IX)

H = 3 Personalización (VII; IX)


Hd = 1 H%= 25% Crítica de objeto (IX)
(H) = 1
(Hd) = 1

A = 13
Ad = 0
(A) = 0 A % = 54%
(Ad) = 0

Sex. = 2
Másc. = 1
Obj. = 1

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Este libro se terminó de imprimir
en los talleres digitales de

RIL® editores
Teléfono: 2223-8100 / ril@rileditores.com
Santiago de Chile, diciembre de 2013
Se utilizó tecnología de última generación que reduce
el impacto medioambiental, pues ocupa estrictamente el
papel necesario para su producción, y se aplicaron altos
estándares para la gestión y reciclaje de desechos en
toda la cadena de producción.
E n el área de la psicología clínica, una de las técnicas pro-
yectivas más utilizadas es el Test de Rorschach. Este test se
relaciona con la identificación de estilos de personalidad, así
como con procesos de ideación y sintomatología.
Para la obtención de resultados confiables, que permitan al
profesional llegar a un buen diagnóstico, la modalidad y la cla-
ridad en su aplicación es fundamental.
Este libro reúne, de manera breve y clara, los principales ele-
mentos que deben tener en cuenta tanto psicólogos como es-
tudiantes de psicología para lograr un acercamiento positivo a
una de las técnicas más usadas en la investigación de la perso-
nalidad.

ISBN 978-956-01-0014-6

Facultad de Ciencias Sociales


Departamento de Psicología

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