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La estética de la letra y Cy Twombly

Ángel Torales

uando iba en la primaria recuerdo un libro y cuaderno de trabajo

C titulado: Amanecer, era de mis favoritos puesto que, al final de


este, dedicaba la última parte del curso a enseñar letra cursiva;
de aquellos años recuerdo menos de las clases que de mi
resultado con la letra manuscrita. Sin duda eso fue un fracaso que llevo
repitiendo por años, sin embargo, a la fecha, hay un par de letras que me
encanta escribir; no sé si sea por su forma, por el movimiento o la cadencia
que implicaba escribirlas, estas son: la efe mayúscula y minúscula, la
hache mayúscula, la jota mayúscula y minúscula y, por último, la ye
minúscula.

También recuerdo mucho los ejercicios caligráficos1 que, para entonces,


auguraban mi malogro con el manejo de la técnica. Antes de comenzar con
las letras, se enseñaban lo necesario para ejecutar los trazos esenciales;
esto tenía que ver principalmente con dirección, ritmo y movimiento. Estos
ejercicios me recordaron mucho a algunos trabajos de Cy Twombly 2 y
pensé en su relación con la Estética de la Letra de Recalcatti; por un lado,
lo singular de su escritura que destruye toda universalidad y por otro, la
posibilidad de rastrear una amplificación significante en la obra de
Twombly.

Su obra, como muchos otros han señalado, es escritura y lenguaje;


Barthes, por el contrario, dice que la caligrafía de la obra del artista es más
que escritura y menciona que el efecto de las letras de las pinturas de
Twombly es el de la alusión, una referencia a la escritura que
posteriormente nos traslada al gesto. (Barthes, 1986)

1
Los ejercicios eran repeticiones de patrones en un cuaderno de caligrafía. Ver anexo I
2
Ver anexo II
En las pinturas de Twombly las palabras no tienen una función significante;
al contrario, la universalidad del lenguaje pierde su carácter de violentar, el
artista se vuelve gesto, el gesto del artista no designa nada mas allá de la
propia materialidad de la superficie, el movimiento y la cadencia del trazo.
He ahí donde recae la alusión de Barthes que deconstruye el lenguaje
anulando la cadena causal, como una especie de satori Zen y lo que
Recalcatti llamaría traza singular. (Recalcatti, 2011)

Recalcatti concibe esa singularidad como un doble absoluto:


absolutamente contingente y absolutamente necesario. Por un lado es
absolutamente necesaria la acción del Otro, del cual “llueve significado”;
por el contrario, es absolutamente contingente en tanto impronta singular,
“irreductible a la universalidad del significante”. Como se muestra en
Barthes y en Recalcatti el gesto, como trazo singular, rompe la cadena
determinística, esto deja un significante suelto en la cadena: un gesto en
lontananza a la universalidad del significante, que según Massimo, se
revela marcado por la repetición. (Recalcatti, 2011)

Sin embargo no es fácil a primera vista identificar esta repetición en la obra


de Twombly. En alguna página de internet, encontré la firma del artista 3, y
como lo suponía, su firma es manuscrita; esto en contraste a mucha de la
escritura de sus pinturas, en la que ocupa letra molde. Esto me hizo pensar
que algunos de los ejercicios de manuscrito para hacer la letra “C” y la “Y”
son algunos de los patrones de muchas de sus pinturas, como en la de sus
rosas.4 Trabajos inspirados en algunos de los poemas de Rilke considero
importantes algunos de estos poemas los cuales hacían referencia al texto
y a la textura como en el caso del VI. Y en el caso del XXI puede que sea
una referencia a la idea ciclo y ciclón, que tiene que ver con el apodo que le
heredó su padre.

3
Ver anexo III
4
Blooming (2001-08), por Cy Twombly. Crayón de cera y acrílico sobre 10 paneles de madera, 250 x
500 cm. Colección privada. © Fundación Cy Twombly. Ver anexo IV
VI XXI

Una sola rosa es todas las rosas ¿No te produce vértigo girar
y es ésta: el irreemplazable, en torno a ti misma sobre tu tallo
el perfecto, el dócil vocablo, para terminarte, rosa redonda?
que encuadra el texto de las cosas. Pero cuando tu propio ímpetu te inunda,

Cómo lograr decir sin ella en tu capullo te ignoras.


lo que fueron nuestras esperanzas, Es un mundo que gira en redondo
y las tiernas intermitencias para que su calmo centro ose
en nuestro incesante partir. el redondo reposo de la rosa redonda

A esto se le suma que “Cy” es el diminutivo de Cyclone apodo de su padre


Edwin Parker (Cy) Twombly, quien fue jugador y entrenador de beisbol y a
quien lo llamaban así y que posteriormente se le quedaría a Edwin Parker
Twombly Jr. En este caso el nombre del padre puede ser el significante uno
(S1) aquel que ha anclado la cadena significante y que se repetirá en la
obra del artista por una amplificación significante.

En este caso como menciona Recalcatti, “la amplificación significante


valoriza la resonancia semántica generada por el encadenamiento entre los
significantes y produce una redundancia de sentido.” (Recalcatti, 2011) Ese
significante –Cy- y que se encuentra en la contingencia más pura en la
escritura-pintura del artista.

El artista y su estructura yoica quedaría reducida de esta forma a la grafía


del ciclón (Cy) que se hace presente en muchas de sus pinturas, ocupando
esa cadencia que hacen alusión a los ejercicios caligráficos. La captura a
partir del nombre propio, en su dimensión simbólica, terminara por adquirir
un valor asemántico, en tanto que no es una representación imaginaria del
sujeto y generadora de múltiples sentidos.
Bibliografía
Barthes, R. (1986). Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos y voces. Barcelona: Paidós
Comunicación.

Recalcatti, M. (2011). Las tres estéticas de Lacan: arte y psicoanálisis. Buenos Aires: Del
Cifrado.
Anexos

Anexo 1

Anexo 2
Anexo 3

Anexo 4

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