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Un día, un muchacho muy pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios
universitarios que estudiaba, encontró que solo le quedaba una simple moneda de diez centavos, y
tenía hambre.
Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una
encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
¿Cuánto le debo?
No me debes nada- contesto ella- Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una
caridad.
Cuando Howard Nelly se fue de la casa, no solo se sintió más fuerte, si no que también su fe en Dios
y en los hombres era más fuerte. El había
Condori sostiene que para mejorar los niveles de comprensión lectora se precisan de dos tipos de
estrategias: las cognitivas y las metacognitivas.
Las Estrategias Cognitivas son aquellas acciones internas que utiliza cada persona para conducir
sus procesos de atender, pensar y resolver problemas, es decir, para procesar la información y para
regular dicho procesamiento.
Las Estrategias Metacognitivas son las que permiten tomar conciencia del proceso de comprensión
y monitorearlo a través de la reflexión sobre los diferentes momentos de la comprensión lectora, como
son: Planificación, supervisión y evaluación.
La lectura es constructiva por ser un proceso activo de elaboración de interpretación de textos y sus
partes. Es interactiva porque la información previa del lector y la que ofrece el texto se complementan
en la elaboración de significados. Es estratégica porque varía según la meta ó propósito del lector, la
naturaleza del material y la familiaridad del lector con el tema. Es metacognitiva porque implica
controlar los procesos del pensamiento para asegurarse que la comprensión fluya sin problemas.
Las estrategias de predicción sirven para imaginar un contexto a partir de la activación y el uso del
conocimiento previo, ya sea relacionándolo con el contenido del texto o con la organización
estructural del texto. La predicción se puede realizar, por ejemplo, a partir del título. Estas estrategias
se efectúan antes, durante y después de la lectura.
La revisión a vuelo de pájaro, llamada también lectura panorámica, es una estrategia aplicada para
encontrar información determinada. Suele aplicarse cuando se busca una palabra en el diccionario,
un nombre o un número en la guía telefónica o una información específica en un texto.
Esta estrategia se aplica antes centrarse en el proceso específico de la lectura, y permite al lector
concentrarse en los temas que más le interesan.
Según varios autores, hay hasta cuatro los propósitos para la comprensión de textos en el ambiente
académico: a) leer para encontrar información específica o general); b) leer para actuar (seguir
instrucciones, realizar procedimientos), c); leer para demostrar que se ha comprendido un contenido;
y, d) leer comprendiendo para aprender.
d) Autopreguntas (AP).
Formularse preguntas a sí mismo para ser luego respondidas promueve la comprensión activa
proporcionando al lector un propósito para la lectura. Por eso es importante que los estudiantes
elaboren sus autopreguntas sobre el texto y se respondan durante y al final de la lectura. Esta
estrategia lleva a los estudiantes a activar el conocimiento previo y a desarrollar el interés por la
lectura antes y durante el proceso de lectura.
Puede ser útil hacer las autopreguntas a partir de las predicciones. En todo caso es importante
establecer una relación entre las preguntas que se generan con el objetivo o propósito de la lectura.
Si el objetivo es una comprensión global del texto, las preguntas no deben estar dirigidas a detalles.
Obviamente, una vez que se ha logrado el objetivo principal, se pueden plantear otros.
El uso y formulación de autopreguntas puede servir como estrategia cognitiva para supervisar de un
modo activo la comprensión, y así autorregular la propia comprensión y el aprendizaje.
El conocimiento previo es el que está almacenado en el esquema cognitivo del estudiante. Sin el
conocimiento previo, simplemente sería imposible encontrar algún significado a los textos; no se
tendrían los elementos para poder interpretarlo, o para construir alguna representación.
Los estudios han demostrado que la elaboración de resúmenes es una habilidad que se desarrolla
con la práctica y la experiencia. Sin embargo, también esto debe ser condicionado según el tipo de
texto con el que se trabaje.
a) Habilidades de planificación
La planificación consiste en la predicción y anticipación de las consecuencias de las propias acciones;
implica la comprensión y definición de la tarea por realizar, los conocimientos necesarios para
resolverla, definir objetivos y estrategias para lograrlos, las condiciones bajo los cuales se debe
acometer, todo lo cual conducirá a un plan de acción.
Algunas preguntas a formularse en esta etapa son: ¿qué sabes sobre el tema de la lectura?; objetivos
de la lectura, ¿qué objetivos te proponer para leer este material?; y, plan de acción, ¿cómo vas a
realizar esta lectura, qué estrategias vas a usar?
b) Habilidades de supervisión
La supervisión es el proceso de comprobación, sobre la marcha, de la efectividad de las estrategias
de lectura que se están usando. Requiere que el lector se pregunte constantemente sobre el
desarrollo de su proceso de comprensión, lo cual supone verificar si se está aproximando a los
objetivos, detectar cuando se enfrentan dificultades y seleccionar las estrategias para superarlas.
Supone valorar si se está comprendiendo o no, verificar cómo se va comprendiendo lo que se lee,
determinar dónde se encuentran las dificultades de comprensión y cambiar de estrategia cuando no
se comprende.
c) Habilidades de evaluación
La fase de evaluación se refiere al balance final del proceso, lo cual supone tomar conciencia del
producto, es decir, cuánto se ha comprendido, cómo se desarrolló el proceso y cuál fue la efectividad
de las estrategias empleadas.
La evaluación se refiere a la contrastación de los resultados obtenidos con las estrategias aplicadas,
es decir, el estudiante reflexiona sobre la importancia y trascendencia de los resultados.
1.2 EL MODELAJE
El docente deberá detenerse después de la lectura de cada párrafo para hacer predicciones de
acuerdo con lo que el texto le sugiere y explicar, además, en qué medida sus predicciones se
cumplieron o no y por qué. Es necesario que manifieste las dudas y confusiones con que se
encuentra mientras lee, y cómo las resuelve. También será oportuno que se haga preguntas de nivel
literal, inferencial y crítico durante el proceso del modelaje, que el estudiante podrá emular después.
Luego del modelaje por parte del docente viene la aplicación de la técnica por parte del estudiante. Se
pretende que, primero de una forma más dirigida por el docente (formulando preguntas, por ejemplo)
y luego, progresivamente dando mayor libertad (con preguntas abiertas), el estudiante participe en el
uso de la estrategia que le facilitará la comprensión del texto.
Paso 1 Introducción. El docente avalúa el conocimiento previo de los estudiantes sobre la estrategia
del modelaje. Explica a los estudiantes el objetivo de la estrategia y su utilidad para el proceso de
comprensión lectora.
Paso 2 Demostración. El docente explica, describe y modela la estrategia que quiere enseñar. Los
estudiantes responden a preguntas y construyen la comprensión del texto.
Paso 3 Práctica guiada. Los estudiantes leen un fragmento individualmente o en grupo. Ponen en
práctica la estrategia aprendida bajo la tutela del docente. Se recomienda brindar a los estudiantes
toda la práctica necesaria hasta que ellos puedan demostrar que dominan la estrategia.
Paso 5 Autoevaluación. El docente solicita a los estudiantes que autoevalúen sus ejecutorias.
Paso 6 Evaluación. El docente utiliza los datos que recopila de los trabajos que los estudiantes
realizan por su cuenta para evaluar los procesos de enseñanza y aprendizaje. En otras palabras,
saber si los estudiantes dominan las estrategias.
Daniel Levy propone El Método de comprensión de lectura EPL-Triple R, que es muy útil sobre todo
para las lecturas de las cuales debemos obtener información específica, ya sea por motivos de
investigación, para la elaboración de un reporte, o como parte del estudio de algún tema en lo
particular.
Después debes LEER (L) activamente, buscando las respuestas a las preguntas que formulaste
previamente.
En seguida, monitoreas tu nivel de compresión de lectura REPITIENDO (R1) -de preferencia en voz
alta- los puntos principales del texto y REGISTRANDO (R2) -preferentemente de forma escrita- la
información principal.
En este paso puedes ahorrar mucho tiempo. Examina rápidamente el texto antes de leerlo. Considera
todo lo que destaca en el texto: el índice, el temario, los títulos y sub-títulos, los encabezados en
“negritas”, las citas, las ilustraciones, los gráficos, las notas al margen y el sumario. Ahora pregúntate:
¿De qué trata el texto? ¿Cuáles son los temas principales que se incluyen? ¿Te es útil?
P = PREGUNTAS
Cambia los encabezados, títulos y sub-títulos en el texto a preguntas. Después trata de asumir qué
información sigue. Pregúntate: ¿Quién?, ¿Qué?, ¿En dónde?, ¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¿Por qué?, tal
como si fueras un periodista. Haciéndote estas preguntas y luego buscando las respuestas a ellas, tú
puedes enfocar tu atención para obtener la información deseada de una manera rápida y eficaz.
L = LEER
Ahora lee activamente el texto. Trata de encontrar las respuestas a tus preguntas, pasando la mayor
parte de tu tiempo en el material que creas importante. Este proceso de Preguntas vs. Respuestas te
ayuda a leer activamente, en vez de solo ser un simple lector pasivo.
R1 = REPETIR
Después de completar cada sección, aparta tu mirada del texto. Ahora trata de repetir los puntos más
importantes de tu lectura. Esta repetición te hará saber claramente lo que has aprendido y lo que no.
Vuelve a leer el texto las veces que sean necesarias, hasta que logres repetir todos los puntos
importantes de cada sección.
R2 = REGISTRAR
Al mismo tiempo que estás repitiendo los puntos importantes del texto, también puedes registrar o
escribir toda la información que sientas que tienes que recordar. Puedes registrar esta información en
hojas de papel o en tarjetas de estudio para poderlas utilizar posteriormente.
R3 = REVISAR
Ahora revisa todo el material. Lee nuevamente los encabezados. Repite todas las ideas y puntos
importantes de cada sección del texto. No olvides hacer referencia a tus notas escritas mientras
revisas tu material: de esta forma es mucho más sencillo que puedas recordar posteriormente los
eventos, puntos básicos, información importante, etc.
ESTRATEGIAS COGNITIVAS Y METACOGNITIVAS DE COMPRENSIÓN
LECTORA
Juana Pinzás, a partir de la propuesta elaborada por Zimmermann y Keene, propone 9 estrategias de
comprensión lectora.
De estas estrategias, las ocho primeras son cognitivas, es decir, son actividades mentales específicas
que permiten comprender el texto. La última es metacognitiva. Llevar a cabo todas las ocho
estrategias cognitivas de manera eficiente requiere siempre de la metacognición. La metacognición
dirige el apropiado uso de las estrategias citadas.
Conectar continuamente lo que van leyendo (mientras leen) con información, experiencias
previas o situaciones asociadas de su entorno.
El estudiante debe asociar constantemente lo que lee con lo que ya sabe: comparar, integrar,
descartar o aceptar los contenidos a partir de sus conceptos, creencias y experiencias anteriores. La
conexión con el conocimiento y las experiencias previas que trae el estudiante al aula puede
estimularse con actividades que se llevan a cabo antes de la lectura. Es importante que conecten
durante toda la lectura del texto. Los especialistas recomiendan trabajar conexiones con:
a) lo leído en otros textos (que es semejante, tiene relación o es diferente de lo que presenta el texto);
b) lo que se ha aprendido sobre las personas y el mundo, y que se relaciona con el tema que trata el
texto;
d) lo que se sabe sobre la autora o el autor y sus estilos, sus temas, sus mensajes y sus otras obras.
Jenny Redlin (2005, observación personal; traducción y adaptación de la autora) trabaja en el aula
estas conexiones usando tres papelógrafos colocados en la pared frente al alumnado, y que llevan
por títulos los siguientes: T-T (Conexiones del texto con otros textos), T-M (Conexiones del texto con
lo que sé sobre el mundo) y T-V (Conexiones del texto con mi vida).
En los papelotes se van listando las conexiones que los estudiantes van estableciendo mientras leen
por turnos. Es importante que los turnos de lectura oral sean al azar.
Las conexiones del texto con la propia vida se empiezan a estimular en el nivel de 4 años de
Educación Inicial.
Esta actividad mental también se lleva a cabo mientras se va leyendo. Implica imaginarse lo que se
está leyendo sin perder el hilo o la comprensión de lo que sigue. Imaginarse el aroma, la imagen, el
sentimiento (por ejemplo, de felicidad, dolor, pena). Se puede ayudar al estudiante a identificar en los
pasajes "frases poderosas", frases que traen a la mente, de inmediato, una imagen sensorial.
Esta actividad implica que cada estudiante lee el texto como una suerte de conversación consigo
mismos. Ejemplos de preguntas son: ¿Y con esto qué quiere decir? ¿Por qué dice esto aquí si antes
dijo lo contrario? ¿Conoce este autor el Perú? ¿Está dando una opinión o está describiendo un hecho
real? ¿Cuándo habrá sucedido eso?
Generar inferencias.
Las inferencias son conclusiones, deducciones o juicios que se van haciendo y cambiando durante la
lectura del texto. Pueden referirse a la trama, a las características, intenciones y sentimientos de los
personajes, a la justicia/injusticia que relata la historia, a la verosimilitud del evento descrito, al
mensaje o intenciones del autor.
Esta actividad mental es esencial, pues constituye la base de la comprensión inferencial y se empieza
a enseñar los primeros años desde el primer nivel de la Educación Inicial.
Anticipar contenidos.
Es la predicción de contenidos. Cuando la persona comprende bien lo que está leyendo, puede ir
anticipando o generando expectativas respecto de lo que va a encontrar en el texto. Saber anticipar
contenidos ayuda a activar experiencias y conceptos relacionados y mantiene al lector involucrado o
pendiente de lo que sigue.
Esta actividad mental implica que el lector sepa eliminar todo lo que es accesorio, es decir, aquellas
partes del texto que pueden ser dejadas de lado sin afectar la trama del relato y sin cambiar su
mensaje. Involucra la capacidad de seleccionar la "columna vertebral", lo que sostiene el texto, sin lo
cual este no tendría sentido.
Una vez que el estudiante sabe determinar lo que es importante y lo que no lo es, sintetizar resulta
una tarea más sencilla, pues de lo que se trata es de integrar las partes que sí son relevantes y
reescribir el texto en su versión mínima con sentido.
Monitorear, guiar y regular su comprensión y el uso de las estrategias cognitivas para que
sean eficientes.
Aquí se incluyen un conjunto de actividades mentales de nivel relativamente sofisticado. Éstas son
observables o mensurables a partir de los 5 años de edad y ya están claramente en desarrollo a los
11 años. Todas ellas son actividades de control mental, en el sentido de manejar las otras actividades
mentales para asegurar una comprensión fluida que no se pierda.