Sunteți pe pagina 1din 22

TALLER DE DISCIPLINA POSITIVA PARA PADRES

Ser generoso es fácil para algunos padres, pero se tiene la dificultad de ser firmes. Desde la excesiva
permisividad a olvidarse de ser generosos. Ninguna de estas dos actitudes son saludables para los niños, ya que
no ayudan en el desarrollo de las destrezas de la vida.
La fórmula para desarrollar jóvenes capacitados es establecer un balance entre firmeza y generosidad. La firmeza
y la generosidad guían a los niños a cooperar y a conocer las fronteras donde pueden sentirse seguros. Sé
generoso y firme.
¿La batalla entre el castigo y la permisividad no va a acabar nunca? “Los adultos tienen verdaderas dificultades
para renunciar al castigo”
El ser amables y no firmes podría convertirnos en padres permisivos.
El ser firmes y no amables podría convertirnos en padres autoritarios.
La amabilidad es importante para mostrar respeto hacia el niño. La firmeza es importante para mostrarnos
respeto hacia nosotros mismos.
Ser solo AMABLE o solo FIRME puede ser tan peligroso psicológicamente como lo puede ser solo inhalar o solo
exhalar desde el punto de vista fisiológico. Las herramientas de la DP se basan es ser tanto amable COMO firme.
Es interesante notar que dos personas con estas filosofías opuestas, a menudo se casan. Uno tiene la tendencia
de ser demasiado indulgente. El otro tiene la tendencia de ser demasiado estricto. El padre indulgente piensa
que debe ser un poco más indulgente para compensar el rigor de su pareja. El padre estricto, cree que debe ser
un poco más estricto para compensar la debilidad de su pareja –y así se van apartando cada vez más y
discutiendo sobre quién está equivocado y quien en lo correcto. Pero en realidad, ninguno de los dos está siendo
eficiente.

¿Usted contrataría a un niño de tres años para que realizara un anteproyecto de la casa de sus sueños? Es
probable que se esté riendo de lo ridículo que suena esto, pero su vida está basada en un anteproyecto creado
por usted cuando era un niño pequeño. De hecho, usted empezó a crearlo el día en que nació, pero, como la
mayoría de la gente, no recuerda las decisiones que tomó como bebe o como niño. Sin embargo, aquellas
decisiones tempranas fueron confirmadas por usted mismo (todavía subconscientemente) a los tres, cuatro, y
cinco años de edad. Entonces usted, de los seis a los diez años, subconscientemente añadió algunas
notificaciones, continuando la creación de su anteproyecto de vida. Y solo pro diversión, cuando era adolescente
–con hormonas y todo- interpuso algunas decisiones, pensamientos, sentimientos y actitudes, solo para
completar el cuadro. ¿Le parece que su anteproyecto tiene algunas imperfecciones? Qué más puede usted
esperar de un niño pequeño, o incluso de un adolescente, que no tiene entrenamiento en crear anteproyectos
de vida ni la suficiente experiencia de vida para interpretar la vida objetivamente, experiencia que a veces viene
con la edad.
Comprender su anteproyecto de vida (su prioridad de estilo de vida) proporciona la oportunidad de hacer algunas
revisiones. También le ayudará a reconocer que anteproyectos han empezado a crear y le permitirá comprender
mejor sus reacciones cuando se sientan inseguros. Si todavía a no logra descifrar cuál es su prioridad de estilo
de vida, elija la frase que mejor le acomode:
“Me siento mejor conmigo mismo cuando yo y los que me rodean estamos cómodos. Me siento peor conmigo
mismo cuando hay tensión, dolor y presión.” (Comodidad)
“Me siento mejor conmigo mismo cuando las cosas están en orden y organizadas y tengo control de mí mismo
y de la situación. Me siento peor conmigo mismo cuando me siento avergonzado y humillado o criticado por algo
que creo que debía saber o hacer.” (Control)
“Me siento mejor conmigo mismo cuando puedo complacer a otras personas y evitar los conflictos para que la
vida sea divertida y sin dificultades. Me siento peor conmigo mismo cuando me siento rechazado despreciado.”
(Complacer)
“Me siento mejor conmigo mismo cuando estoy logrando tener éxito y contribuir significativamente. Me siento
pero conmigo mismo cuando me siento rechazado devaluado, insignificante y estúpido.” (Superioridad)

SUPERIORIDAD, EN TUS PEORES MOMENTOS PODRÁS:


Asumir demasiadas tareas y tornarse sobrecargado.
Querer saberlo todo y tener siempre la razón.
Buscar culpables en lugar de asumir la responsabilidad.
Hacerlo todo en lugar de confiar en alguien.
Calificar a los demás como mejor o peor que.
Criticas a sí mismo y a los demás.
Aparentar arrogancia.
Ocultar los complejos de inferioridad.
Nunca estar satisfecho.
Podrías provocar que los demás se sientan incompetentes e insignificantes.

SUPERIORIDAD, EN TUS MEJORES MOMENTOS PODRÁS:


Ser idealista e interesarse por la sociedad.
Estar informado, ser productivo y buen trabajador.
Hacer sonreír a los demás.
Motivar a otras personas.
Recibir reconocimientos y premios.
Tomar liderazgo sin esperar que los demás te digan que hacer.
Ser creativos.
Tener claro lo que realmente es importante.
Tener confianza en sí mismos.

CONTROL, EN TUS PEORES MOMENTOS PODRÁS:


Falta de espontaneidad.
Crear brechas emocionales.
Ser cerrados emocionalmente.
Ocultar las debilidades.
Estar a la defensiva en lugar de compartir con los demás.
Evitar realizar actividades por temor a ser criticados.
Tomar mucho tiempo para dar autorizaciones.
Criticar constantemente.
Podrías causar rebeldía y luchas de poder.

CONTROL, EN TUS MEJORES MOMENTOS PODRÁS:


Ser organizado.
Ser un líder y controlar momentos de crisis.
Coordinar cualquier actividad.
Ser persistente.
Poner orden en momentos de caos.
Ser confiable, leal y servicial.
Respetar las leyes.
Ser lógicos y objetivos.
Ser efectivos en cualquier tarea.
Ser pacientes y no rendirse.

COMPLACENCIA, EN TUS PEORES MOMENTOS PODRÁS:


Ceder y elogiar demasiado.
Tener dificultad al tomar una postura.
No preguntar a los demás que prefieren, pero sentirse ofendido al darte cuenta que los demás no se sienten
contentos.
Ser desconfiado, susceptible y demasiado sensible.
No expresar lo que deseas.
Aceptar algo cuando en realidad no lo deseas."
Evitar enfrentarse a los conflictos.
Negar que hay problemas.
Podrías provocar en los demás que se sientan molestos y culpables.

COMPLACENCIA, EN TUS MEJORES MOMENTOS PODRÁS:


Ser organizado.
Ser un líder y controlar momentos de crisis.
Coordinar cualquier actividad.
Ser persistente.
Poner orden en momentos de caos.
Ser confiable, leal y servicial.
Respetar las leyes.
Ser lógicos y objetivos.
Ser efectivos en cualquier tarea.
Ser pacientes y no rendirse.

COMODIDAD, EN TUS PEORES MOMENTOS PODRÁS:


Falta de motivación.
Ser perezoso y poco productivo.
Tomar siempre el camino más fácil.
Evitar enfrentarse a los conflictos y a nuevas experiencias.
Evadir los retos.
Permitir que los demás actúen por ti.
Ocultar tus miedos y preocupaciones.
Eludir situaciones adversas en lugar de afrontarlas.
Querer que cuiden de ti pero sin mostrar alguna iniciativa.
Podrías provocar en los demás a sentirse frustrados y/o aburridos.

COMODIDAD, EN TUS MEJORES MOMENTOS PODRÁS:


Ser estable e independiente.
Crear ambientes cómodos y relajados para los demás. (Ser un buen anfitrión).
Ser una persona tolerante y tranquila.
Ser amable y hacer sentir importante a cualquier persona que te rodee.
Dar lo mejor de ti.
Vivir tu vida sin afectar a los demás.
Ser prudente y respetuoso.

Los niños interpretan el mundo para ver:


• Si son buenos, malos, capaces o incapaces.
• Si el mundo es seguro, amenazante, amistoso o no-amistoso.
• Qué necesitan hacer para sobrevivir o prosperar (sentir que soy importante y que pertenezco).
El comportamiento se determina dentro de un contexto social. Los niños adoptan decisiones sobre sí mismos y
la manera de comportarse, basándose en cómo se ven en relación a los demás y lo que creen que los demás
sienten respecto a ellos. Recuerde que los niños toman decisiones constantemente y forman creencias sobre sí
mismos, sobres su mundo y lo que necesitan hacer para sobrevivir o prosperar.
Los primeros dos conceptos se juntan aquí. El objetivo de todo comportamiento es lograr sentir que se forma
parte de algo o alguien (que se pertenece) y ser importante dentro de un ámbito social: la mala conducta se
asienta en una creencia equivocada sobre cómo lograrlo.
Los niños forman la opinión sobre ellos mismos por medio de las percepciones que les demuestra lo que se
siente por ellos. Cuando se sienten queridos, que son importantes, tienen una base sólida en que fundamentarse
para su desarrollo profesional.
Primero aclaremos que la responsabilidad no es lo mismo que culpa o vergüenza. Es más útil si vemos la
responsabilidad como liberación –algo que se está basando en la consciencia y que se puede cambiar si se
desea- y no como algo de lo que se sienta culpa. Cuando se dé cuenta que usted puede estar siendo causa de
la mala conducta de sus hijos o alumnos, tendrá información para cambiar su parte, y así ayudar al niño o a la
niña a cambiar la propia.
So usted observa, verá que la mala conducta no es otra cosa que falta de conocimiento (o consciencia), falta de
habilidades efectivas, falta de desarrollo de una conducta adecuada, falta de motivación o, a menudo, cuestión
de un incidente que nos invita a regresar a nuestros cerebros primitivos con los que la única opción es la lucha
de poderes o retraernos y no comunicarnos. A menudo los adultos también carecen de conocimiento, conciencia
y habilidades, y regresan a sus cerebros primitivos, tanto como los niños. Esta es la razón por la que la lucha de
poderes entre niños y adultos es tan común –se requiere cuando menos de dos personas para que la lucha de
poderes exista. Y los adultos están con frecuencia tan desalentados como los niños.
¿Vería usted la mala conducta diferente si la tomara como “conducta por falta de motivación”, “conducta por
falta de habilidades” “conducta de cerebro de réptil” o “conducta adecuada a la edad”?
La mayoría del tiempo los niños están actuando de acuerdo a su edad, no portándose mal. Muchos padres y
maestros no tienen suficiente conocimiento sobre el comportamiento humano y el desarrollo de los niños, y por
lo tanto tratan una conducta adecuada para la edad como si fuera una mala conducta. Es muy triste saber que
muchos niños están siendo castigados por una conducta que es cronológicamente normal.
• Un niño que se porta mal es un niño desanimado; o sea, un niño desesperanzado.
• ¿Qué es lo que uno necesita cuando se siente desanimado?
• La meta principal de todos los seres humanos, especialmente los niños, es sentirse importantes y que
pertenecen.

Para toda oportunidad, que el niño tiene, hay una responsabilidad relacionada. La consecuencia obvia es si no
se acepta la responsabilidad se pierda la oportunidad.
Evita forzar al niño, no lo obligues a que haga las cosas por medio de un castigo sentándolo y diciéndole lo que
hizo. En vez de castigarlo enséñale como podría solucionar esto en el futuro.
La crítica adecuada debe ir dirigida a la acción realizada y a la forma en que podría realizarse, nunca hacia las
características personales del pequeño o de la persona. Si el pequeño considera que “el fracaso se debe a una
carencia innata, pierde toda esperanza de transformar las cosas y dejan de intentar cambiarlas”. Una crítica
constructiva debe reunir las siguientes características:
• Concreta.
• Enfocada en soluciones.
• Estando presente. Hagamos nuestros comentarios cara a cara, y a ser posible en privado.
• Actitud sensible. Fundamental la empatía, y nos vendría muy bien aplicar el proceso de la integración cerebral.
No sólo tenemos que cuidar cómo hacemos la crítica al niño, además debemos enseñar a recibir una crítica
adecuadamente, exponiendo los beneficios de la misma.

Los niños no se sienten castigados si pueden prevenir las consecuencias por adelantado. Los niños están más
dispuestos a cumplir reglas que ellos han contribuido a establecer. Pregúntale sobre cuáles son sus sugerencias
acerca de las consecuencias por cualquier conducta. Esto les ayuda a ir aprendiendo la conducta correcta.
Enseñar a través del modelo:
 Enseñar constantemente
 Ser ese modelo de padres
 Ser ese modelo de seres humanos
 Vivir valores que queremos que nuestros hijos tengan
 Confiar en ellos
 Capacitarnos primero
Los padres generalmente tienen buenas intenciones cuando tratan de motivar a los niños a mejorar haciéndolos
sentirse mal cuando cometen errores. Sin embargo, no examinamos los resultados de nuestras buenas
intenciones. Cuando veamos lo erróneo de nuestras equivocadas intenciones, estaremos dispuestos a ver con
una nueva perspectiva lo poderoso que es ver los errores como una maravillosa oportunidad de aprender.
“El valor de ser imperfecto.”
Las tres “R” de para recuperarse de los errores.

1. Reconocer “cometí un error”.


2. Reconciliar. “lo siento”.
3. Resolver; “trabajamos juntos en una solución”.

Es mucho más fácil hacerse responsables de los errores cuando los vemos como oportunidades de aprendizaje.
¿Ha notado usted lo dispuestos que están los niños a perdonar cuando nosotros estamos dispuestos a
disculparnos? ¿Alguna vez se ha disculpado con un niño? Si es así, ¿cómo le respondió? Cuando los adultos se
disculpan sinceramente, los niños casi siempre dicen: “No te preocupes”. Ellos pueden sentirse enojados y
resentidos en respuesta a un comportamiento irrespetuoso (y probablemente los adultos lo merezcan) y, de un
minuto a otro cambian a una actitud de completo perdón en cuanto el adulto dice: “lo siento”.
Evita utilizar actitudes perfeccionistas, por el contrario, enséñale a tu hijo que los errores son oportunidades de
aprendizaje.
La perfección es una expectativa irreal y desalentadora para aquellos que tratan de vivir cumpliendo con ella.
Los niños preferirían no tener la experiencia de constante desmotivación porque ellos no intentan en lo absoluto,
cumplir con la expectativa de perfección de los adultos –ni de ellos mismos. Reconocer que se mejora es
estimulante e inspira a los niños a continuar sus esfuerzos.
El castigo motiva la rebeldía y es desalentador para el niño, sus padres y maestros. Cuando los adultos utilizan
herramientas como el respeto mutuo, la solución de problemas, la motivación y el enfoque en soluciones, los
niños desarrollan el sentido de pertenencia e importancia, así como una conducta responsable.
Generalmente, causa en los niños rebeldía o sumisión. Ninguna de estas características es deseable. Ganarse a
los niños significa ganarse su cooperación.
Los niños se sienten motivados cuando creen que usted entiende su punto de vista. Una vez que se sienten
comprendidos están más dispuestos a entender nuestro punto de vista y de buscar soluciones a los problemas.
Recuerde que los niños están más dispuestos a escucharlo a usted después de haber sido escuchados.
Empleando los cuatro pasos para obtener la cooperación es una excelente manera de crear una atmósfera en
la que los niños se sienten listos para cooperar.

Cuatro pasos para obtener cooperación:


1. Expresa comprensión sobre los sentimientos del niño. Asegúrese de verificar con él o ella si está en lo
correcto.
2. Muestre empatía sin condonar. La empatía no significa estar de acuerdo o condonar, significa
simplemente que comprende la percepción del niño. Un buen detalle aquí es compartir con él o ella
momentos en los que usted se ha sentido o comportado de manera similar.
3. Comparta sus sentimientos y percepciones. Si los primeros dos pasos se han efectuado sincera y
amigablemente, el niño estará dispuesto a escucharle.
4. Invita al niño a enfocarse en la solución. Pregúntele si tiene alguna idea de qué hacer en el futuro para
evitar el problema. Si no las tiene ofrezca sugerencias hasta que se llegue a un acuerdo.

Para llevar a cabo estos pasos es esencial una actitud cordial de cariño y respeto. Su decisión de buscar
cooperación será suficiente para crear sentimientos positivos en usted, y después de los dos primeros pasos, se
habrá ganado al niño también. Estará listo para escucharlo cuando emplee el tercer paso (aun cuando usted ya
haya expresado sus sentimientos antes sin haber sido escuchado). Es muy probable que el cuarto paso sea
efectivo ahora que ya se ha creado una atmósfera de respeto.
A través del RESPETO MUTUO, Tú te GANAS a los niños.
El respeto mutuo incluye actitudes de:

a) Confianza en las habilidades propias y de los demás


b) Interés en el punto de vista de los otros y en el propio
c) Disposición para hacerse responsable y contribuir a solucionar el problema.

El ejemplo es la mejor manera de enseñarles a los niños estas actitudes.


¿qué ocurre cuando tenemos un día muy duro, no dormimos lo suficiente, los niños están portándose mal
también? Cuando nos enojamos, en efecto lo que hacemos es ―destaparnos (abra la mano, manteniendo el
pulgar en su lugar… con las puntas de los dedos hacia arriba). Entonces, ahora, nuestra corteza prefrontal no
está funcionando. (Y esto se ha documentado con imágenes cerebrales de PET.) Entonces ¿tenemos la
capacidad de regular nuestras emociones? (no) ¿De actuar de forma apropiada en relaciones interpersonales?
(no) ¿Tenemos intuición? (no) ¿Podemos reaccionar con flexibilidad? (no) ¿Tenemos siquiera una idea de lo
inapropiado de nuestro comportamiento? (¡Probablemente no!)
Dado que todos tenemos neuronas reflejas, si llegamos del trabajo en esta condición (ponga la mano en su
configuración destapada) ¿qué le va a pasar a nuestros hijos? (Use la otra mano para representar al niño
también destapado, de forma que las dos palmas se enfrenten.) (Ellos harán lo mismo.) Por otro lado, si sus
hijos han tenido un día duro y ellos están destapados… ¿cuál es reacción suya más probable? Pero si Ud. se
mantiene calmado, (la mano se queda cerrada) ¿a qué lo invita a hacer a su hijo? Esta capacidad, de recogernos
y permitir que nuestro cerebro pueda pensar otra vez es una capacidad de suma importancia, tanto para los
padres como para los hijos. Dado que todos tenemos neuronas reflejas, el que los padres modelen esta
capacidad es muy, muy, muy útil.
Hay otro concepto importante: como adultos tenemos una responsabilidad extra. ¿Qué ocurre cuando nos
destapamos ―sobre un niño? (Puede demostrar esto con dos manos, el niño cerrado y el adulto abierto.) Es
cierto que es probable que el niño se destape también, pero hay algo más. El niño muchas veces se sentirá
avergonzado y humillado, sin ningún recurso factible.
Aquí prosiguen los pasos para la reparación.
Recogerse. Asegurarse que los dos han vuelto a sus seres enteros (manos cerradas). Esto puede tomar poco
tiempo (una hora) o varios días. Pero hasta que los dos estén listos para la reparación, no lo lograrán.
Reconocer. Un proceso interno. Note lo que Ud. hizo que haya creado el problema. Sí, la otra persona puede
haber contribuido, pero estos pasos son para que Ud. tome responsabilidad.
Reconciliar. BREVEMENTE reconozca sus errores y exprese arrepentimiento (puede decir ―lo siento‖ o ―siento
mucho lo que hice‖). La brevedad es de suma importancia aquí. Excusas o explicaciones generalmente no son
apropiadas. Resolver. Brevemente comparta su plan para no repetir el error o encuentre una forma de
arreglarlo. Esto no tiene que ver con arreglar los sentimientos de la otra persona (no actúe simpático de más
ni le dé un regalo. Lo más impactante que puede hacer es aprender y cambiar su propio comportamiento de
forma útil.)
La idea con esto no es evitar el ―destape. Eso es imposible. Todos lo hacemos. (Otra vez, use las dos manos
para representar la dinámica entre niño y adulto.) Todos seguiremos haciéndolo. Nuestro desafío es hacerlo
menos, estar más conscientes de la reparación que podemos hacer…y de tomar el tiempo de volver, reconectar
y reparar.
Esto es confuso para los niños quienes no comprenden el “NO” de igual manera que un adulto. Esta demostración
te ayudará a comprender porque incluso un castigo positivo no es tomado de la misma manera por un niño que
está debajo de los 4 años.
Ellos aún no pueden entender la situación de causa y efecto, además son propensos a la indecisión y timidez.

Lo que tu hijo menor de tres años entiende de un “no”

Alrededor del año de edad, los niños entran en la etapa de “lo haré”. Esto sucede cuando ellos desarrollan su
sentido de iniciativa vs. la duda y vergüenza. De los dos a seis se desarrolla su sentido de iniciativa vs.
Culpabilidad. Esto significa que la tarea del desarrollo es explorar y experimentar. ¿Puedes tú imaginar cuán
confuso es para los niños el ser castigados por algo que están programados a hacer? Ellos enfrentan un
verdadero dilema (a nivel subconsciente)- “¿Debo obedecer a mis padres o a mi instinto biológico para desarrollar
autonomía e iniciativa explorando y experimentando en mi mundo?”
Estas etapas de desarrollo no significan que los niños están permitidos a hacer lo que ellos quieran, esto explica
el por qué los métodos para obtener cooperación deberían ser amables y firmes en vez de controlar o castigar.
Este es el momento en la vida cuando la personalidad de los niños está siendo formada, y tú quieres que tu niño
tome decisiones por cuenta propia y diga, “yo soy competente, yo puedo tratar y cometer errores y aprender,
soy amado, soy una buena persona.” Si tú deseas a ayudar a que tu niño aprenda a través del sentimiento de
culpabilidad vergüenza y castigo, tú estarás creando una situación desalentadora que es difícil de revertir en la
edad adulta.
Para ayudar al infante a desarrollar autonomía en vez de duda, vergüenza y ayudarlos de los dos a los siete
años de edad a desarrollar iniciativa en vez de culpabilidad, trate los siguientes métodos que incitan a la
cooperación.
Si tú estás gritando o sermoneando, detente. Todos estos métodos son irrespetuosos y dan lugar a las dudas,
vergüenza y culpabilidad en el futuro.
En vez de decirle a tu niño que hacer, encuentra la manera de involucrarlo en la decisión para que él o ella
tengan ese sentimiento personal de poder y autonomía “¿Qué debemos hacer después?” (Para niños que todavía
no hablan diga, “después, nosotros………” mientras amablemente pero firmemente le mostramos en vez de
decirles)
Se respetuoso cuando tu pidas algo. No esperes que los niños hagan algo “ahora mismo”. Cuando tú interrumpes
algo que ellos hacen di: “¿Estará bien para ti si tú haces esto en cinco minutos?” Dilo aunque tú no creas que
los niños pequeños entiendan completamente lo que tus estas diciendo, tú te estarás entrenando a ti misma a
ser respetuoso con tu niño dando opciones en vez de dar órdenes, otra posibilidad es darle a él o ella alguna
advertencia.
“Tenemos que irnos en un minuto ¿Qué es lo último que quieres hacer en el parque? Lleva contigo un
cronometro. Deja a tu niño ayudar a programarlo por uno o dos minutos. Luego deja que él o ella lo pongan en
su bolsillo de esta manera él o ella puedan estar listos para salir cuando el cronometro suene.
Dale a tu niño una opción que requiera su ayuda “Será tiempo de irnos cuando yo cuente 20 ¿Quieres llevar mi
bolso al auto? o ¿Prefieres llevar las llaves y ayudarme a encender el auto?” “¿Qué es lo primero que debemos
hacer al llegar a casa? ¿Dejar las compras o leer un historia?”
Los niños que no hablan todavía necesitan mayor supervisión, distracción y redirección, en otras palabras, como
Dreikurs solía decir “Cierra la boca y actúa.” Cuidadosamente toma a tu niño por la mano y dirígelo hacia donde
él o ella tienen que ir. Muéstrale que es lo que él o ella pueden hacer en vez de lo que él o ella no pueden hacer.
Usa tu sentido del humor aquí viene el monstruo de las cosquillas a atrapar a los niños que no escuchan.
Ten empatía cuando tu niño llora (o cuando hace berrinche), empatía no quiere decir que lo rescates, significa
que lo entiendes. Dale a tu niño un abrazo y dile, “tú estás realmente enojado ahora, sé que te quieres quedar
pero ahora es hora de irnos” luego sostén a tu niño y déjalo llorar y descargar sus sentimientos después pueden
continuar con la siguiente actividad.
Los niños usualmente sienten cuando estas enojada o cuando no. No digas nada a menos que sea algo
respetuoso. Luego continúa con dignidad y respeto casi siempre sin palabras. Nuevamente redireccionándolos
o mostrándoles que es lo que ellos pueden hacer en vez de ser castigados por algo que no deben hacer.
Cree rutinas para cada evento que sucedan en la mañana, a la hora de ir a la cama, cena, compras, etc. Luego
pregunta a tu niño, “¿Qué necesitamos hacer ahora según nuestra lista de rutinas?”, para niños que son más
grandes, di, “Ahora es hora de……..”
Comprende que tú tal vez necesites enseñar a tu niño muchas cosas una y otra vez antes que él o ella se haya
desarrollado lo suficiente para entender. Sé paciente. Minimiza tus palabras y minimiza tus acciones. No imites
el comportamiento de tu niño y piensa que tu niño está molesto mal o rebelde. Eres el adulto en la situación y
haz lo que se debe hacer sin castigos ni avergonzando.
Comprende que tu actitud determina si se creará o no una batalla o determinará una atmósfera amable o firme
para que tu niño explore y desarrolle con límites apropiados.
Tu trabajo a esta edad es pensar en ti mismo como un entrenador y ayudar a tu niño a triunfar y aprender cómo
hacer las cosas. Tú también eres un observador, trabajando y aprendiendo como si tu niño fuera el único ser
humano. Nunca subestimes la habilidad de un niño grande, pero por otro lado, vigila con cuidado mientras
introduces nuevas oportunidades y actividades y observa en que se interesa tu niño, que puede hacer tu niño,
y en que necesita tu niño ayuda.
La seguridad es un gran problema a esta edad, y tu trabajo es tener a tu niño en un lugar a salvo sin dejar que
tus miedos lo desanimen. Por esta razón, la supervisión es una importante herramienta al ser padres, junto con
amabilidad y firmeza mientras redirecciones o enseñas a tu niño. Por ejemplo, los padres pueden “enseñar” a
un niño de dos años a no correr en el la calle, pero todavía no los dejamos jugando en una calle transitada sin
supervisión porque sabemos que no podemos esperar que ellos entiendan en su totalidad lo aprendido sobre
responsabilidad. Por lo tanto ¿porque estos mismos padres esperan que sus niños entiendan cuando ellos dicen
NO?
La Sra. Foster se preguntaba por qué ella decidió entrar en la difícil tarea de ser madre. Sentía que tanto ella
como su niño estaban fuera de control. No entendía el por qué su hijo no le hacía caso “, y no le gustaba el
hecho de gritar y usar métodos punitorios que no funcionan.
Ella asistió a clases de crianza de los hijos para padres de niños en edad preescolar y aprendió sobre la edad –
comportamiento apropiado. Cuando cambió sus expectativas sobre el “Niño Perfecto que obedece cada
mandato”, empezó a disfrutar la experimentación autonomía e iniciativa propias de su niño. En lugar de tratar
de controlarlo, empezó a alejarlo del comportamiento inapropiado mostrándole lo que él podía hacer.
Ella estaba muy sorprendida al ver a su hijo calmarse cuando ella se calmó. Los episodios frustrantes ocurrieron
menos a menudo y eran solucionados más rápidamente debido a su nueva forma de ver las cosas.
Cuando usted comprende que los niños no comprenden realmente “No” de la misma forma en que usted piensa
que deben, tiene más sentido el hecho de usar distracción o redireccionamiento, o algún otro método seguro y
respetuoso de disciplina positiva.

METAS EQUIVOCADAS

Atención excesiva
Todos queremos atención, y no hay nada malo en ello, el problema viene cuando los niños buscan atención
inadecuada. En otras palabras, buscan pertenecer de manera irritante. La conducta es irritante porque surge de
su subconsciente creencia equivocada “Pertenezco solo cuando soy el centro de atención”. Puede ser muy
alentador para los niños que buscan atención inadecuada, redirigirlos de tal manera que obtengan atención de
forma cooperativa. Esto invita a los niños a volver a experimentar el sentido de pertenencia que están buscando
y les enseña, estimulantemente, cómo obtenerlo de una manera más constructiva.
Si los estudiantes lo están fastidiando, asígneles un trabajo (como recoger papeles, llamar a los que tienen la
mano levantada, o ser el alumno encargado de tareas disciplinarias). Una madre encontró la manera de redirigir
la mala conducta de su hija de cuatro años de interrumpirla mientras ella hablaba por teléfono. Una vez que
sonó el teléfono, interrumpió a su interlocutor el tiempo suficiente para darle a su hija su reloj y decirle. “¿Ves
el segundero que se mueve todo el tiempo? Obsérvala hasta que haya dado tres vueltas completas, y entonces
habré terminado de hablar”.
La niña observó atentamente el segundero mirando de repente a su madre quien colgó el teléfono antes de que
transcurrieran los tres minutos. Entonces la niña dijo: “Mami, todavía te queda tiempo, tienes más tiempo”.

Poder mal dirigido


Todos queremos poder, el poder no es malo, depende de cómo se utilice. Cuando los niños tienen la creencia
equivocada (por supuesto subconscientemente) que pertenecen sólo cuando están al mando. Su uso de poder
parece mala conducta. Cuando los niños actúan desde la creencia equivocada de poder mal dirigido, no están
aprendiendo a usarlo de manera constructiva y necesitan ser redirigidos para que lo utilicen de maneras
socialmente aceptables.
Cuando los maestros o padres se encuentran inmersos en una “lucha de poderes” con un niño, lo más eficiente
es salirse de tal batalla. Admita lo que está sucediendo. “Me parece que estamos en una lucha de poderes.
Ahora me doy cuenta que estoy contribuyendo al problema. Supongo que te sientes abrumado, y no quiero
hacer esto pero necesito tu ayuda. Propongo que tomemos un período de enfriamiento, y más tarde vemos
cómo podemos solucionar esto de una manera que sea respetuosa para ambos”.

Lucha de poder
Si se encuentra en una lucha de poder con su hijo, se recomienda que se retire de la batalla y reconozca lo que
está pasando.
“Me parece que estamos en una lucha de poder. Dejemos que se calmen las cosas. Y luego hablamos cuando
nos sintamos mejor.”
Venganza
Al igual que en Kramer vs. Kramer, parece ser natural der ser humano, regresar el golpe cuando nos sentimos
heridos. Es por eso que los ciclos de venganza son tan comunes. Y nuevamente parece irónico que los adultos
quieran que los niños controlen su conducta, cuando a ellos se les dificulta tener control sobre su propia
conducta. Sin embargo, es importante que controlen su propia conducta para romper el ciclo de venganza.
Cuando usted se sienta dolido en lugar de devolver el golpe, valide los sentimientos del niño “Debes sentirte
muy dolido en este momento, puedo entenderlo. Probablemente me sentiría igual si estuviera en su lugar.”
Validar los sentimientos es una poderosa forma de romper el ciclo de venganza, pero es necesario que se le dé
seguimiento con la solución de problema. “Cuando ambos nos sintamos mejor, ¿por qué no nos reunimos y
hablamos al respecto?”
Es importante notar que tal vez no haya sido usted quien lastimó al niño –o que el niño tuvo la percepción de
ser lastimado cuando usted quería ser servicial, no hiriente. También es importante comprender que el castigo
(aunque este disfrazado de consecuencia lógica) solo fortalece el ciclo de venganza.

Ciclos de Venganza
Si se encuentra en un ciclo de venganza con su hijo controle su propia conducta.
Dese cuenta cuando está lastimado y evite desquitarse. En lugar de eso, valide los sentimientos del niño.
“Veo por tu conducta que te sientes lastimado. Yo me sentiría igual si estuviera en tu pellejo. ¿Por qué no
hablamos mejor cuando estemos más calmados?
¡Validando los sentimientos de los niños es una forma muy poderosa de calmar una situación!

Deficiencia asumida
Los niños que actúan desde su meta equivocada de deficiencia asumida (debido a una creencia equivocada
cobre sus capacidades), pueden no causar muchos problemas durante el día, pero pueden perseguirlos de noche
cuando usted tiene tiempo de pensar respecto a cómo ellos parecen haberse dado por vencidos. Cuidado con
los niños que dicen “no puedo” sólo para llamar su atención, los niños que actúan desde la deficiencia asumida,
en realidad creen que no pueden. Con una mayor conciencia sobre las creencias equivocadas, puede usted
decirle al niño que actúa para obtener atención inadecuada, “Cariño, confío en que puedes hacerlo solo”. Sin
embargo a un ni que actúa desde su creencia y metas equivocadas de deficiencia asumida, será necesario que
se tome usted el tiempo para enseñarle pequeños pasos. No haga todos los pasos, porque hacer demasiado por
ellos es darles la impresión de que son deficientes Un ejemplo sería decirle: “Yo dibujaré la mitad del círculo y
tú puedes dibujar la otra mitad” o “Yo te enseño cómo atarte un zapato, y después tú me enseñas lo que has
aprendido y me haces saber si necesitas más ayuda”.

Todo niño quiere triunfar, todo niño quiere tener buena relación con los demás, todo niño desea sentir que
pertenece y es importante. Si recordamos esto, les daremos a los niños “mal portados” el beneficio de la duda.
En vez de asumir que quieren ser difíciles, asumamos que quieren resultados positivos pero que simplemente
están confusos en la manera de lograrlo. No tienen el conocimiento, las habilidades o la madurez para encontrar
el sentido de pertenencia e importancia de una manera útil. Es nuestra responsabilidad ayudarles a desarrollar
lo que necesitan. Para ser eficientes, nuestro desempeño debe estar basado en la actitud, “Sé que quieres
triunfar, ¿cómo puedo ayudarte?” Cuando tenemos esta actitud, es más probable que los niños se sientan
amados incondicionalmente.

Involucra al niño en soluciones


Los niños tienen, muchas veces, recursos pero no le damos la oportunidad de demostrarlo.
Desarrollan confianza propia y una autoestima saludable cuando se oyen y se toman en serio sus
recomendaciones.
¡Deja de ordenar y empieza a pedir de forma que impulse a los niños a colaborar en la resolución de problemas!
En mi país usamos esta expresión cuando vemos a una persona en alguna dificultad “¡Todo en la vida tiene
solución, menos la muerte!”. Lo cual es cierto. Mientras estemos en esta tierra disfrutando de la vida tendremos
la oportunidad de solucionar cualquier situación que se nos presente,
Entonces te pregunto: ¿por qué si esto es así, nos cuesta tanto trabajo enfocarnos en soluciones en la
cotidianidad? ¿Cuáles son las razones por las que las personas se ahogan en un vaso con agua, cuanto todo
tiene una solución?
Hay varias razones por las que esto ocurre. La primera es que la persona esta tan desesperada que no ve salida
a su problema. La segunda es que no busca ayuda. La tercera es que no siente capaz de salir de la situación.
La cuarta es que la persona no tiene la habilidad de enfocarse en soluciones,
Aunque puede haber muchas otras razones, lo que haremos es enseñarle a nuestros niños, niñas y adolescentes
a enfocarse en soluciones porque al aprenderlo, lograrán sobrepasar las tres primeras razones y salir delante de
las situaciones.
El primer aliado para enseñarles a enfocarse en soluciones eres tú. Eres su modelo porque aunque pienses que
nadie te observa… diariamente están esos hermosos ojos viendo cada paso que das porque algún día quieren
ser como tú. Para él o ella eres un padre, una madre fenomenal, eres su héroe. Entonces en la medida que él
o ella note que tú eres una madre o padre propositivo que independientemente de las situaciones busca
soluciones, él o ella empezarán a aprender a hacerlo.

Cuatro pasos para dar seguimiento efectivo


1. Tenga una discusión amigable en la que cada cual exprese sus sentimientos y pensamientos acerca de un
asunto en particular.
2. Haga el ejercicio de la lluvia de ideas (“brainstorming”) para obtener posibles soluciones y escoger una en la
cual usted y su niño estén de acuerdo.
3. Llegue a un acuerdo con el niño poniendo un tiempo específico.
4. Explíquele al niño lo que conlleva el acuerdo del tiempo específico, que ese acuerdo o trato requiere hacer
algo en un tiempo limitado. Se sugiere darle seguimiento antes de que llegue el día que vence el acuerdo.

Cuatro obstáculos que desafían la efectividad de dar seguimiento


1. Querer que los niños tengan las mismas prioridades que los adultos.
2. Estar prejuiciado haciendo críticas en vez de establecer el asunto.
3. No fijar acuerdos con anticipación: no poner una fecha límite.
4. No mantener la dignidad ni el respeto por su niño ni por usted mismo.

Dar seguimiento requiere de menos energía, es mucho más divertido y productivo que reprender o castigar. Dar
seguimiento es una forma respetuosa de ayudar a los niños a vivir apropiadamente de acuerdo con las
expectativas de los adultos y sus prioridades. Tenemos que reconocer que los niños tienen sus propias
prioridades, pero seguir o hacer algunas de las nuestras nos hace felices.
Dar seguimiento hace a los padres pro activos y considerados en vez de reactivos y desconsiderados.
Dar seguimiento capacita a los niños a colaborar y a hacer contribuciones a la familia por medio del respeto que
han aprendido. Éste es un excelente método para expresar autoridad o dar permiso.
Los niños que aprenden las destrezas de la vida necesitan sentirse bien con ellos mismos y se convertirán en
miembros contribuyentes de la sociedad.

Nuestra definición de rescatador es: ―Interponerse entre un niño y las experiencias de la vida para minimizar
las consecuencias de sus acciones.
REACCIONES RESCATADORAS:
Hacer demasiado por ellos
Darles demasiado
Sobreproteger
Mentir por ellos
Castigar/controlar
Arreglar
Sacar de apuros

Nuestra definición de capacitar es ―Cederle el control a los jóvenes tan pronto como sea posible para que
tengan poder y control de sus propias vidas.

REACCIONES CAPACITADORAS:
Escuchar, dar apoyo emocional y validación sin arreglar o minimizar.
Enseñarles las habilidades prácticas que necesitan para vivir.
Trabajar con ellos haciendo acuerdos en reuniones familiares o usando el proceso de resolver problemas juntos.
Soltarnos sin abandonarnos.
Decidir lo que vas a hacer con dignidad y respeto.
Compartir lo que piensas, lo que sientes y lo que quieres (sin hacer discursos, moralizar o insistir en que estén
de acuerdo).

¡Los adultos somos hábiles en responder de forma “rescatadora” y poco hábiles en usar formas “capacitadoras”!
A veces empoderar a los niños implica que tienen que experimentar las consecuencias de sus acciones.
Es muy difícil ver a nuestros hijos batallar.
Aprender a sobreponerse a las dificultades les enseña a los niños habilidades valiosas.

¿Cuántos hermanos tienes?


Los patrones se repiten y condicionan nuestra forma de ser
A pesar de las circunstancias particulares en la vida de cada individuo, hay patrones de comportamiento que se
repiten coincidiendo con el orden de nacimiento.
Normalmente oímos comentarios del tipo de: “El mayor es más responsable pero tiene celos del pequeño” “El
segundo es un avispilla, no se le escapa una, muy espabilado” “El pequeño es el juguete de la casa, aunque un
poco consentido, claro”…
Creamos mensajes para definir coloquialmente esos patrones de conducta. Pero ¿qué hay detrás de cada
mensaje? ¿Realmente los hermanos mayores actúan de forma similar? ¿Y qué ocurre con los 2ºs y con los 3ºs?
…¿cómo actúa el hijo único?
Las familias han evolucionado en los últimos 50 años y donde había 7, 9 u 11 hijos ahora hay 2 de media (o 1
y pico como dicen las estadísticas).
Jane Nelsen dice que “estar en una familia es como estar en una obra de teatro”, que cada posición creada por
el orden de nacimiento es como un papel a representar con características concretas.

“Es que son como el día y la noche, no parecen hermanos”,


Claro, suele ocurrir que si un hijo asume un papel concreto su hermano buscará su hueco de una de las siguientes
maneras:
.- siendo competente en un área totalmente distinta
.- compitiendo para ser mejor en lo mismo
.- siendo rebelde y vengativo
.-dándose por vencido porque cree que no puede competir
Hablando del orden de nacimiento no queremos encasillar sino estar informados para entender nuestro
comportamiento y el de nuestros hijos. Porque, dependiendo eso sí del sexo, podemos generalizar y resumir el
punto de vista de cada hijo según los siguientes lemas que les acompañan:

HIJO MAYOR: “Fui el primero y lo seguiré siendo”


HIJO SEGUNDO: “Lo intentaré con más ganas”
HIJO “del medio”: “La vida es injusta”
HIJO MENOR: “Yo también tengo derecho”
HIJO ÚNICO: “Soy especial”

En casa podremos ver cómo cada miembro de la familia tiene una posición única desde la que recibe influencia
de los demás y también desde donde ejerce influencia sobre ellos.
Así podemos ver la Importancia del orden de nacimiento para entender las primeras decisiones que toman los
niños y cómo podría repercutir en su conducta y relación con hermanos. Teniendo esta información podemos
ponernos en su lugar y, de forma respetuosa, aceptarles, guiarles y acompañarles para crear fortalezas que
enriquezcan la familia y sus relaciones futuras. Como siempre, pensando a largo plazo.

CONFLICTO ENTRE HERMANOS


1. Un poco de conflicto entre hermanos es normal y sano.
2. El conflicto entre hermanos puede enseñar valiosas capacidades.
Ejemplos: Cooperación, capacidad para negociar los conflictos, (resolver problemas, retirarse de la situación,
calmarse, defenderse) ver que más de una perspectiva tiene validez, encontrar soluciones que funcionan para
más de una persona, reparar errores (reconocer, aceptar o reconocer responsabilidad, reconciliarse, resolver).
También es importante tener contacto físico.
3. Los padres pueden agravar MUCHO el conflicto entre hermanos. Es mejor desarrollar las capacidades
necesarias para minimizar la competición.
Evite compararlos.
Evite las recompensas sin olvidar celebrar los logros de cada niño de forma que sea apropiada para él/ella. (Hay
un límite difícil de establecer entre un premio y un reconocimiento/estimulación. Una pregunta útil es ¿por qué
estoy haciendo esto? Si es para que sigan con lo que han hecho, entonces es una recompensa. Si es una
observación (tal vez más calmado) de un logro, es un reconocimiento.)
Anime y aliente a los niños en lugar de alabarlos.
Evite categorizar a uno como peleonero y a otro como víctima (Ud. nunca sabe exactamente lo que ha ocurrido
entre ellos.)
Si tiene que intervenir en un conflicto, trate a todos los participantes IGUAL.
4. El conflicto entre hermanos tiene más que ver con UD. (el padre/la madre) de lo que piensa.
Los niños no comprenden que el amor no tiene límite.
La atención negativa suya puede ser preferible a lo que esté ocurriendo. Aprenda a no meterse en las peleas de
los niños.
Aunque tengan una idea incorrecta de cómo lograrlo, cada niño quiere sentir que pertenece y que importa.
Pase tiempo especial con cada niño.
5. Enséñeles normas y prácticas básicas de seguridad. Enséñeles:
Si alguien dice ―Para, significa que hay que parar (cuando se lo dicen el uno al otro).
Cuándo es oportuno retirarse de la situación.
Cuándo pedir ayuda para resolver el problema. (Recuerde que ayudarles a resolver no es lo mismo que
rescatarlos y resolverlo Ud.)
6. Ayúdeles a desarrollar las capacidades necesarias para resolver un conflicto de tal forma que los niños se
sientan preparados en este aspecto a lo largo de su vida.
Apoye a los niños enseñándoles lo siguiente: prácticas para resolver problemas, cómo escuchar, cómo retirarse
de una situación, por qué las personas se comportan de cierta forma, cómo pedir y dar perdón sincero (pero no
antes de que estén listos) etc.
7. Los padres pueden aprender a cuidarse a sí mismos de tal forma que los conflictos entre hermanos dejen de
ser un problema.
Comprenda los elementos y capacidades que aumentan los beneficios y disminuyen los líos.
Todos actuamos mejor cuando nos sentimos mejor – incluso los padres. ¡Cuídese!
LAS TRES “S”
• SALTE (el padre se asegura que los niños lo vean y luego se va)
• SOPÓRTALOS (el padre se queda y observa, pero no se involucra, pase lo que pase)
• SÁCALOS (el padre retira a los hijos de la escena, tratando a AMBOS al mismo nivel y les dice “Esta bien
pelearse y lo tendrán que hacer afuera”, o “Pueden irse a cuartos separados hasta que estén listos para
dejar de pelear”, p “Váyanse los dos a otra habitación y salgan cuando hayan resuelto el problema y
estén dispuestos a dejar de pelear”.
Herramientas para la resolución de problemas entre hermanos
(Adaptado por J. McVittie de Disciplina Positiva de Jane Nelsen)
Los primeros dos puntos son importantes para resolver los problemas en casi todas las circunstancias. Después
de identificar el problema y enfriar el ánimo, los niños generalmente eligen una de las últimas 4 opciones… sin
un orden particular.
Identificar el problema. Esto les parece obvio a los adultos, pero es una herramienta fundamental para los niños.
Les ayuda a cambiar la perspectiva, lo cual es esencial para encontrar soluciones exitosas. Por ejemplo, cuando
un niño quiere un juguete que tiene otro, inicialmente ven el problema como ―Yo quiero ese juguete. Desde la
perspectiva del niño, ver el problema así lo lleva a opciones claras. Por otro lado, si el problema se convierte en
―Nosotros dos queremos ese juguete- el niño puede ver que podría haber otras soluciones más eficaces. La
capacidad de poder ver las cosas de varias perspectivas, no sólo de la propia, puede enseñarse con modelos y
observaciones simples. Decir cosas como ―Parece que los dos quieren ese juguete- o ―Parece que los dos
quieren sentarse en el asiento cerca de la ventana para este viaje-, les ayuda a los niños a aprender a identificar
el problema sin hacerlo Ud. por ellos.
Asegurarse que la temperatura ha bajado. Todos queremos resolver los problemas inmediatamente, pero
nuestros cerebros realmente no funcionan a máxima capacidad cuando estamos enojados. Modele e invite a los
niños a que tomen un tiempo para calmarse antes de resolver el problema. Esto puede hacerse de varias
maneras. La pregunta ― ¿Están suficientemente calmados para resolver el problema? muchas veces funciona.
Esté listo a poner el objeto de la disputa (juguete, TV, asiento cerca de la ventana) aparte hasta que todos se
hayan calmado. Esto tiene que hacerse con cuidado y con humor. No es el momento para hacerlos sentirse mal
diciendo con enojo algo como ― ¡No habrá más televisión hasta que resuelvan esto! Estrategias más exitosas
incluyen: ―Vaya, tienen un verdadero problema, pero el asiento no quiere acalorarse con dos cuerpos tan
enojados. Confío en que podrán hacer un plan y podemos esperar algunos minutos antes de salir.‖ O (para niños
mayores) ―Se nota que estás muy enojado…pero antes de tratar de establecer tu punto de vista, podrías pensar
si quieres ser eficaz o si quieres tener la razón. Podrías pensar en qué estrategia puedes usar para que la otra
persona pueda escucharte bien.
Considerar ignorar el problema por el momento. (Muchas veces es más difícil retirarse que quedarse y pelear.)
Se puede decidir hacer otra cosa, o tomar el tiempo para calmarse y resolver el problema más tarde.
Hablar del problema de forma respetuosa. Dile a la otra persona cómo te sientes. Comunícale que no te gusta
lo que está ocurriendo. Escucha lo que la otra persona dice, cómo se siente y lo que no le gusta. Comparte lo
que tú piensas que contribuyó al problema. Dile a la otra persona lo que estás dispuesto a cambiar.
Ponerse de acuerdo juntos con una solución o plan. Por ejemplo: desarrollar un plan para compartir o tomar
turnos. Pedir perdón.
Pedir ayuda si no pueden solucionarlo juntos. Poner el problema en la agenda para la próxima reunión de familia
(ésta también puede ser la primera opción). Habla de la situación con un maestro, padre o amigo.
LA MEJOR MANERA DE CRIAR PACIFICAMENTE
Los niños aprenden a manejar sus conflictos con otros de la manera en que sus padres manejan sus conflictos
con ellos en casa.
En el modelo de la crianza pacífica, los niños saben que los retos son oportunidades para aprender en vez de
verlos como algo malo que tienen ellos y/o que necesitan culpar a otros. Ellos aprenden a escuchar y a reconocer
los sentimientos y perspectivas de los demás al recibir ese mismo trato.
Los niños aprenden a expresar sus sentimientos sin atacar a los demás y aprenden a resolver conflictos y buscar
soluciones que cubran tantas necesidades como sea posible a través del ejemplo que reciben de sus padres.
Ellos aprenden que resolver conflictos incluye entender al otro y tener empatía por él, aprenden mucho
vocabulario emocional y magníficas destrezas de resolución de conflictos que les servirán durante toda su vida.
Aprenden a confiar que los límites de sus padres, sus solicitudes, preocupaciones y guías, existen porque se
interesan por ellos y que sus sentimientos son tenidos en cuenta durante los retos diarios. Aprenden que pueden
escuchar y considerar la perspectiva de los padres con más claridad y realmente pueden aprender de las
situación en vez de solo reaccionar (ya sea revelándose o complaciendo).
En esta cultura familiar, los niños sienten mucha libertad de compartir y buscar apoyo de sus padres cuando se
equivocan. Ellos no tienen la necesidad de esconder sus errores, de culpar a otros, o de atacar a los miembros
de su familia, porque están seguros al saber que los retos se manejarán teniendo consideración por todos y
cuidando los sentimientos y necesidades de todos.
Los niños están más dispuestos a tomar responsabilidades, como tareas o favores, cuando ellos confían en que
serán guiados en vez de criticados.
Cuando su niño siente coraje o resentimiento lo expresa, al escucharlo trata de explicarle que no hay nada malo
en experimentar estos sentimientos.
Los sentimientos son diferentes a los pensamientos. Los sentimientos describen que algo está pasando dentro
Cuándo se aprende a sacar fuerza estos sentimientos, se gana una valiosa información sobre uno mismo.
Los sentimientos no son buenos ni malos, propios o impropios, lógicos o ilógicos. Son tan solo sentimientos.
Lo más importante es que hay que poner atención a los sentimientos, darles nombre y decirle a otros como uno
se siente.
Ponga a los niños en el mismo bote
Frecuentemente los adultos tienen el hábito de llamarle la atención a un niño en vez de llamarles la atención a
todos en la familia. Esto no es muy conveniente hacerlo, ya que promueve el que le ponga sello a uno en forma
determinada y propicia rivalidades entre hermanos. Si los niños pelean por el asiento del frente del coche,
dígales: “nadie se va a sentar al frente a menos que encontremos una alternativa para que cada cual tenga
derecho a sentarse”. Si pone a los niños en un mismo bote, ayuda a lidiar con los chismes entre ellos. Sus niños
pueden responder que eso no es justo, pueden decir: “yo no hice nada malo mamá, el que lo hizo fue Carlos,
yo no”. Entonces, conteste: “yo no estoy interesada en quién lo hizo o de quién fue la culpa, sólo en encontrar
la solución al problema. Hablaremos de esto en la reunión familiar”.

Reuniones Familiares
Las reuniones familiares proveen una gran oportunidad para que la familia aprenda y practique cómo tratarse
uno al otro con respeto. También es una actividad estructurada donde la familia puede practicar la comunicación,
planear actividades y resolver problemas juntos. Usualmente es un tiempo para sentarse y compartir juntos.
Cuando empiece las juntas familiares empiécelas con un propósito: cómo aprender a tener juntas familiares. Si
los padres de familia tratan de enseñar cómo hacer juntas familiares y también tratan de resolver algunos
problemas al mismo tiempo, los niños pensarán que las juntas son otra manera que los padres tienen para
manipularlos. Usted ha esperado bastante tiempo para resolver estos problemas. Necesitará esperar unas pocas
semanas más antes de enseñarle a su familia cómo resolver problemas.
La familia Pérez tenía una estudiante de intercambio internacional viviendo con ellos por 6 meses. Cuando al
principio llegó de Alemania y se tenía que sentar a las juntas familiares, éstas le parecían extrañas e incómodas.
Dar y recibir cumplidos en una manera pública y estructurada la hacían sentirse incómoda. Antes de regresar a
su país, Teresa compartió que a ella le gustaría que su familia tuviera este tipo de juntas familiares porque:
―este es un tiempo para estar todos juntos y conocerse mejor. Ayuda a sentirse como una verdadera familia.
En una reciente clase de padres de familia, Rosa expresó su preocupación que su esposo Roberto ―no podrá
apreciar a su hijo (el hijastro de Roberto). A Rosa se le animó para que tratara de tener la junta familiar de
todos modos. Rosa regresó la siguiente semana e informó que Roberto trató y pudo apreciar a su hijastro pero
que no pudo aceptar cumplidos para sí mismo. Ella se dio cuenta que Roberto no sabía cómo recibir mensajes
positivos. Con una sonrisa en la cara, Rosa compartió que iba a asegurarse que Roberto tuviera más
oportunidades para practicar porque ella misma le iba a dar más cumplidos.
En el círculo de conclusión de una clase para padres de familia y sus hijos adolescentes, uno de los jóvenes
identificó que ―tener las juntas familiares‖ fue uno de los mejores resultados de la clase. Otro dijo: ―me gustan
los cumplidos.
Por qué:
Las juntas familiares proveen una oportunidad para compartir cumplidos, planear actividades de diversión,
resolver problemas y divertirse juntos.
Quién:
Anime a cada persona que viva en su hogar a que participe en la junta. Si el abuelo, la tía o un amigo viven en
la casa, invítelos a que participen. Niños pequeños (4 años o menos) no tendrán la capacidad de poner atención
y participar la mayor parte de la junta. Quizás les agrade dar y recibir cumplidos pero después se aburren
fácilmente. Tenga una actividad tranquila en la mesa o cerca de la mesa (jugar con plastilina, hacer un
rompecabezas, etc.).
Hay varias labores importantes durante la junta. Los puestos de líder y secretario deben cambiar en cada junta.
Los niños pueden y deben asumir todos los puestos cuando les toca su turno. Un niño de 4 años puede ser un
buen líder si se sienta en las piernas de uno de sus padres (quienes pueden guiarlos en voz baja). La persona
encargada de las notas tiene que tener la capacidad de escribir. Algunas familias también tienen a alguien
encargado de las botanas y de acomodar las sillas, etc.
Dónde:
Las juntas familiares funcionan mejor alrededor de una mesa. Un buen momento para tener las juntas familiares
es después de la cena cuando la mesa esté recogida. A veces es buena idea servir postre durante la junta.
Cuándo:
Lo mejor es designar un tiempo indicado cada semana. Cada miembro de la familia necesitará adaptarse de
acuerdo con este horario. Cuando hay adolescentes que se encuentran ocupados la mayor parte del tiempo, en
necesario entonces entender esto y ser flexible con el horario.
Cómo:
Cuando comience sus primeras juntas familiares, las primeras 4 semanas enfóquese SOLAMENTE en los
cumplidos y en planear una actividad divertida. Después, empiece a introducir la solución a problemas pero no
incluya en la agenda problemas que tienen los padres por otras 4 semanas más. Usted ha tenido estos problemas
durante mucho tiempo, si usted se apresura al poner sus problemas en la agenda, sus hijos (especialmente los
mayores) sentirán que esta junta es otra forma para lograr su manipulación. La junta familiar es un tiempo
valioso, sea paciente.
La agenda:
La agenda se escribe en una hoja de papel titulada, ―junta familiar que se coloca en un lugar en la casa donde
todos puedan tener acceso a ella. Algunas familias la ponen en el refrigerador. Durante la semana los miembros
familiares pueden escribir ―cosas para mejorar en la agenda. (Ver abajo).
Los cumplidos
Empiece todas las juntas familiares con cada miembro dándole un cumplido a cada miembro de la familia.
Empezar con los cumplidos es esencial porque establece un tono positivo durante la junta y ayuda a todos a
recordar las cosas buenas de la semana. Un cumplido puede ser algo tan simple como “Me gustaría agredecer
a Sara porque ayer me ayudó con mi tarea” ó “Gracias por pasear en bicicleta conmigo”. La respuesta apropiada
a un cumplido es “gracias” o “de nada si el cumplido fue en forma de agradecimiento”. Puede que el dar
cumplidos no salga con naturalidad al principio. Los padres tendrán que enseñar y modelar cumplidos.
Cumplidos:
- Si la familia no puede completar la ronda de cumplidos (si no han pasado un buen día) no podrán resolver los
problemas en la agenda. Es mejor parar la junta y tenerla otro día.
- Si alguien no puede pensar en un cumplido para otro miembro de la familia, anime a que esta persona le
pregunte a la persona que va ser apreciada de qué forma le gustaría ser apreciado.
- Si un padre de familia (o algún otro miembro de la familia) siente que un cumplido tiene intenciones negativas,
pregúntele a la persona que recibió el cumplido si le pareció un cumplido sincero. Si no, pida que la persona
vuelva a intentarlo.
Un repaso de soluciones anteriores
Antes de empezar a solucionar un problema, es buena idea repasar las soluciones de la semana anterior. Si
algún problema necesita ser resuelto otra vez, puede incluirse en la agenda para tratarse más tarde en la misma
junta. Da gran satisfacción repasar viejas soluciones y reconocer que están funcionando. Vale la pena aprender
también que no todas las soluciones funcionan y que tratar de resolver problemas de otra forma puede ser muy
eficaz.
Problemas/Cosas para mejorar
Es mejor anotar los problemas en la agenda como situaciones para mejorar. Una situación para mejorar es un
problema visto positivamente. Por ejemplo, en vez de escribir “muchas toallas mojadas tiradas en el piso del
baño” la forma sería “colgar las toallas mojadas”. Los únicos problemas que se discuten en la juntas son los que
ya están en la agenda cuando la junta empieza. (Padres de familia: esto significa que no pueden añadir
problemas/situaciones para mejorar durante la junta, se tendrá que esperar para la próxima semana.) Algunas
familias piensan que es bueno tener la regla que dice que los problemas escritos el día de la junta serán
discutidos durante la próxima semana. Los problemas se arreglan mejor cuando todos están más calmados.
Cuando un problema/situación para mejorar se discute en la junta, la persona que lo puso en la agenda tiene la
oportunidad de describir el problema y cómo le gustaría mejorar la situación. Los miembros de la familia después
ofrecen sugerencias (que son escritas también en la agenda). Se escoge una solución que se implementará por
una semana. A veces es más apropiado si todos en la familia están de acuerdo con la solución. Es a veces
también apropiado que el miembro de la familia que escribió el problema en la agenda escoja la solución. La
familia tendrá una buena idea de cuál es la forma más justa de elegir una solución.
El uso de la agenda les comunica a todos los miembros de la familia que hay una manera de resolver los
problemas. Les ayuda a todos a saber que hay un lugar donde se les escucha y donde pueden contribuir.
También permite que los problemas que surgen durante la semana se desvanezcan. Cuando un joven acude al
padre de familia con un problema, éste le sugiere al chico que ponga el problema en la agenda. (Muy a menudo
pasa que cuando la junta se acerca, el problema ha desaparecido o se ha resuelto.)
Planear actividades
Las familias utilizan las juntas para planear las actividades de la siguiente semana, (esto se vuelve más
importante cuando los hijos van creciendo y tienen sus propias actividades) para cenas, menús, para planear y
reconocer celebraciones especiales, y para planear vacaciones. Es MUY importante planear tiempo para divertirse
juntos. Esto puede ser después de la junta familiar (jugar un juego, ver una película, comer helado juntos) o
puede ser planeado como una actividad divertida durante la semana.
En cuanto a niños pequeños (menores de 4 años): es difícil que puedan participar completamente en la junta.
Si usted solamente tiene niños menores de 4 años tenga la junta familiar de todos modos. Empiece con los
adultos apreciándose el uno al otro. Invite a los niños a que den cumplidos si ellos quieren hacerlo. Después
proceda a planear la actividad de diversión (o resolver problemas si ya ha hecho esto por un tiempo). Invite a
que los niños pequeños participen cuando puedan y quieran. Es aceptable que ellos trabajen silenciosamente
en una actividad en la mesa que no requiera la atención de los adultos (plastilina, rompecabezas, dibujos, etc.)
Mantenga las juntas cortas y razonables para que ellos puedan estar presentes durante la junta.

Sugerencias / Actividades
Empiece con una junta familiar en la que sólo se hagan cumplidos y se planee una actividad divertida.
Puntos importantes:
- Mantenga las juntas cortas (sólo los cumplidos y la actividad divertida) por varias semanas antes de introducir
la solución a problemas.
- Discutan SOLAMENTE los problemas de los niños en la agenda por varias semanas antes de incluir problemas
de los padres.

Características de escuchar
1. Empatía: ¡Métase al mundo de sus hijos!
2. Ser Genuino: Ser si mismo y escuchar del corazón.
3. Aceptar: No tiene que estar de acuerdo con lo que dice para entender la perspectiva de su hijo.

Establecer límites con los más pequeños


El propósito que tenemos que tener presentes los padres a la hora de poner límites, es pensar en ellos como un
medio para mantener a nuestros hijos a salvo de peligros y adaptados al medio social. En este sentido la puesta
de límites cobra una nueva visión y se aleja como un método de control al cual los padres suelen recurrir para
lograr que sus hijos les hagan caso, lo que sí se logra a través de forjar un vínculo afectuoso, comunicativo y de
respeto mutuo entre grandes y chicos.
Otros padres piensan en poner límites como una tarea más a palomear/tildar dentro de la lista de cosas que los
padres “debemos hacer”. Estoy de acuerdo con esto, viviendo en sociedad, sin límites simplemente no podríamos
funcionar porque nos sentiríamos perdidos y desbordados, ¡pero cuidado! usemos el criterio y antes de actuar
en automático preguntémonos cual es el propósito y la utilidad de ponerles límites a los niños para actuar desde
un “porqué consciente” y no desde un “porqué automatizado”.
Poner límites quiere decir guiar y educar al niño para enseñarle qué está bien y qué está mal hacer porque su
vida está en riesgo o porque lo que hace no es una forma adecuada para relacionarse sanamente con otras
personas, llámense padres, hermanos, familiares, amigos, compañeros, niños del parque y sociedad en general.
La Disciplina Positiva va más allá de establecer una serie de reglas que los niños han de seguir porque los padres
decimos. Implica una enseñanza profunda y consciente para que ellos puedan comprender y asimilar de forma
interna el porqué de las cosas. Este paso resulta fundamental en la puesta de límites, porque si los papás nos
dedicamos por establecer una serie de reglas y luego nos encargamos de hacerlas cumplir a rajatabla a través
de sermones, castigos o el control excesivo, los niños simplemente se revelarán cuando los padres no estén
presentes y actuarán conforme ellos quieran o crean mejor. De esta manera, el límite no es asimilado como una
herramienta útil para el niño, sino que lo entenderá como una imposición por parte de sus padres sin llegar a
comprender su verdadero significado. Es por esto que Disciplina Positiva propone una puesta de límites en
conjunto con los niños porque cuando ellos son tomados en cuenta, sobretodo en situaciones donde son
protagonistas, se muestran más dispuestos y colaboradores. Esto sucede así porque los niños al ser considerarlos
se sienten respetados y valiosos, lo cual les provoca un sentimiento de bienestar y disposición. En este sentido
padres e hijos hablarán de las reglas de la casa y el por qué los límites son importantes. Por ejemplo, pueden
idear juntos cuales son los límites para ver la televisión, jugar, el momento de hacer la tarea, ordenar su cuarto,
la hora de ir a dormir, etc.
Los padres siempre serán quienes establezcan una pauta coherente ante el límite, pues el niño no puede decidir
que su límite de ver la televisión será de 3 horas seguidas, pero sí podría decidir que llegando de la escuela le
gustaría descansar mirando la televisión el tiempo que se acuerde y que luego de ese tiempo le tocará hacer la
tarea. Hay límites en los cuales los niños no pueden participar en su implementación porque no son opcionales
como por ejemplo: insultar, pegar, agredir, robar o morder a otras personas. Tampoco pueden participar de la
puesta de límites que tienen que ver con su seguridad como por ejemplo: no cruzar la calle con luz roja, usar
cinturón de seguridad, jugar con fuego o tocar los enchufes por citar algunos. En estos casos los padres deben
actuar serenos y firmes a la vez diciendo siempre lo mismo: “no se pega porque duele”, “no se toca el fuego
porque quema”.
Cuando un límite es transgredido, Disciplina Positiva propone evitar el castigo y dar seguimiento involucrando al
niño a través de preguntas como: ¿qué pasó?, ¿cuál era el acuerdo?, ¿qué harás ahora para solucionar este
asunto? De esta forma el niño entiende que sus acciones tienen una consecuencia directa tanto en el ambiente
como en las personas y que eso conlleva una responsabilidad por su conducta. Los padres también podrán
servirse de frases firmes y amables a la vez para modular las conductas de sus hijos tales como: “te entiendo
pero mi punto de vista es este”, “sé que puedes decir lo mismo de una manera respetuosa”, “te amo pero la
respuesta es no”, “debes esperar, en un momento más es tu turno”, “no me gusta que me hables así”, o “confío
en que sabrás encontrar una solución útil”.

Alternativas a regañar o sermonear


a. Actúe sin hablar: tome al niño de la mano y continúe caminando, retire la comida de la mesa, sóbele la
espalda al niño al mismo tiempo que ignora su comportamiento.
b. Ofrezca opciones limitadas: ¿Quieres caminar al carro o quieres que yo te cargue?, ¿Te gustaría hacerte un
sándwich de mantequilla de cacahuate o esperar el desayuno?, ¿Quieres jugar calladamente aquí o en la
habitación?
c. Pida algo razonable en diez palabras o menos. Espere la respuesta del niño.
o Use una palabra.
o Use una señal o una nota.
o Diga cómo se siente Ud.
o Dé información.
o Describa lo que Ud. ve.

Disciplina positiva promueve ser amable y firme en honor a las necesidades del niño (a través de la empatía) y
a las necesidades de la situación.
Estrategias para decir No
La distracción y redirección: Puedes venir temprano o más tarde, pero si quieres que tengamos tiempo para
hablar…
Di sí: Si, tú puedes tener… tan pronto hagas esto.
Las expectativas claras: En cuanto… entonces…
Responder a una pregunta: ¿Te gustaría hacerlo tú mismo, o necesitas mi ayuda? Tú decides.
Estado de un hecho (regla o condición): Es hora de que…
Invitar a la cooperación: Necesito tu ayuda. ¿Podrías imaginar la mejor manera de ayudarme en este momento?
Ofrece opciones limitadas: ¿Prefieres esto o…? Tú decides.
Di lo que quieres: Quiero que termines de completar esto antes de salir de aquí hoy.
Negocia un acuerdo: Si te dejo… ahora, ¿Cuándo lo harás?
Seguir adelante: La hora de… ¿Cuál era nuestro acuerdo?

Rutinas
Entre más hagan los niños por sí mismos, más capaces y motivados se sienten. Una de las mejores formas de
evitar las típicas batallas matutinas y a la hora de ir a la cama es involucrar a los niños en crear tablas de rutinas
y dejar que se apeguen a ellas en vez de decirles lo que deben hacer.
Sin recompensas
Las recompensas anulan el sentimiento de capacidad, y lo lleva a enfocarse solo en la recompensa. Cuando tu
hijo muestre desinterés por el plan de rutinas, invítalo a hacer uno nuevo y diferente. También pueden diseñar
un esquema para las mañanas, para así evitar las molestias matutinas.
Empiece por pedirles a sus hijos que hagan una lista de todas las cosas que necesitan hacer antes de irse a la
cama. La lista puede incluir: recoger los juguetes, tomar un baño, ponerse las pijamas, cepillarse los dientes,
preparar la ropa para el día siguiente, el cuento de antes de dormir, abrazos. Copie (o deje que los niños lo
copien cuando tengan la edad suficiente) todos estos elementos en una tabla. A los niños les encanta cuando
usted toma fotografías de ellos haciendo cada una de las tareas y entonces poder pegarlas en cada cuadro de
la tabla. Después cuelgue la tabla de rutinas en un lugar donde puedan verlas y deje que la tabla mande. En
vez de decirle a sus hijos lo que tienen qué hacer, pregunte: “¿Qué sigue en tu tabla de rutinas?” Es probable
que no necesite preguntar, los niños lo dirán primero.

El poder del dinero


El manejo del dinero y las luchas de poder
La administración del dinero, es otra de las destrezas que necesitan los hijos para ser exitosos. El manejo del
dinero, del tiempo y de las relaciones con los demás son tres destrezas que los niños deben desarrollar para
poder tener éxito en la vida. Veamos algunos ejemplos.
El manejo del dinero no debe ser ni extremadamente dadivoso, ni excesivamente controlador. Por ejemplo, los
papás les enseñan a los hijos el valor del dinero, dándoles una mesada desde que son muy pequeños. Desde el
momento en que un niño sepa contar, se le debe dar algo de dinero semanalmente, y a medida que crece,
después de los quince años, se le debe dar algo quincenal o mensual. A los niños mayores se les debe dar una
cuota mensual para que aprendan a manejar un presupuesto, y si se les acaba el dinero antes del tiempo
estipulado, no se les dará más, ni se les prestará, ni se les rescatará, ni se les ayudará. Los niños están
acostumbrados a que los papás los rescatemos.

Herramientas de DP
* Conexión antes que corrección
* Cariño y firmeza
* Preguntas con curiosidad: Pregunta: "Qué, por qué y cómo" en lugar de decirles a los niños: Que, por que y
como. Asegúrate que escuchas lo que el niño dice.
* Pregunta: Que necesitas hacer? en lugar de decirle: "Haz esto".
* Opciones limitadas
* Rutinas: En la mañana, al acostarse, ir de compras, en el coche.
* Time-outs positivos
* Remendando errores
* Reconoce tus errores: "Puedo ver como ayude a crear esta lucha de poder"
* Abrazos
* Actúa, no hables
* Da seguimiento: Si lo dices, dilo en serio y cúmplelo.
* Decide lo que TU harás, en lugar de lo que harás que el niño haga.
* Honestidad emocional: "Siento_____________ porque____________ y deseo_______
* Validar sentimientos
* Animar en lugar de alabar y premiar
* Concéntrate en las soluciones en lugar de las consecuencias
* Involucra a los niños en la soluciones para que se responsabilicen
* Ayuda a los niños a explorar sus opciones preguntándoles con curiosidad en lugar de imponerles
consecuencias.
* Permíteles a los niños que experimenten las consecuencias de sus elecciones; lo cual es diferente de imponerles
consecuencias.
* Di "NO" (rara vez)
* Escuchar activamente, reflejar
* Ten una vida propia
* Evita dar lecciones, rescatar o arreglar. Así enseñas responsabilidad, al permitir que suceda lo que tiene que
pasar
* Agenda tiempo especial con el que los niños puedan contar
* Da cumplidos y ensena a los niños a darlos y recibirlos
* Reuniones familiares
* Maneja la creencia detrás de la conducta
* Haz acuerdos con fecha límite y da seguimiento

TRES SEÑALES:
Lo que hacemos nunca es tan importante como la forma en que lo hacemos.
Vea los errores como oportunidades para aprender.
A veces tenemos que aprender la misma cosa una y otra vez.

PUNTOS PARA RECORDAR


Evita las luchas de poder compartiendo el poder de manera respetuosa.
No trates de manejar a tu hijo, así aprenderá a sentirse más capaz.
Escucha para que tu hijo sepa escuchar.
Enfócate en las soluciones y asume tu responsabilidad.
Cuando sea apropiado se firme y amable. Decide lo que harás.
Sé un ejemplo de las habilidades que quieres para tu hijo.
}

¿Y qué puede ser peor que dañar la relación con mis hijos??

Muchas veces como madre me he encontrado estresada y agobiada por las circunstancias, con deseo de control
sobre mis hijos y sintiendo que si no logro que mi hijo haga X cosa parece que el mundo se puede abrir y
tragarnos. Así que puedo empatizar con madres y padres que sienten que necesitan obligar a sus hijos a hacer
algo porque si no lo hacen la mente se imagina miles de fatales consecuencias:
Lograr que se vistan rápido así sea vistiéndolos uno mismo para que la ruta escolar no los deje, pues si el niño
pierde la ruta, quizá pierda una valiosa lección y quizá pierda el año escolar y quizá pierda la oportunidad de ser
exitoso en la vida.
Obligarles a terminar su plato de comida así tengan que comérselo llorando, pues si no se lo comen quizá no
tengan las calorías necesarias y su cuerpo se debilite y quizá por eso no logren entrar al equipo de atletismo y
quizá pierdan la oportunidad de ser unos triunfadores.
Darles un pellizco cuando no vea la abuela para que detengan esa actitud desafiante, no sea que la abuela crea
que el niño es un grosero y le cuente a toda la familia, la familia lo etiquete, ya ningún primo le quiera volver a
hablar y se vuelva un rechazado y jamás tenga buenas relaciones interpersonales.
Realmente como padres tenemos la habilidad de crear y creer estas historias, y otras más terroríficas aún. Todo
esto nos llena de ansiedad, temor y nos impulsa a buscar recetas instantáneas que no educan al niño pero que
nos ayudan a calmar nuestros miedos y a descargarlos, ahí es cuando controlamos, inhabilitamos, castigamos,
etc.
Mi truco cuando me encuentro en alguno de estos escenarios es: hago un ALTO y me imagino que eso tan grave
realmente no va a pasar, que quizá solo perderá la ruta un día (o varios), que solo tendrá hambre más tarde ó
que simplemente la abuela puede pensar lo que pueda/quiera y que luego tendrá otras oportunidades para ver
el lado noble de mi hijo. Entonces ahí me doy cuenta de que lo más grave que puede pasar es que dañe la
relación con mi hijo, que mis limitaciones me lleven a actuar en contra de su persona y por lo tanto en contra
de la confianza y el vínculo que tanto necesita para crecer sabiéndose amado, capaz, poderoso y hábil.
Cuando un gran reto se me presenta con mi hijo, pienso “¿Qué puede ser más grave que dañar nuestra relación
y su confianza en el mundo?”, sólo con hacerme ese planteamiento se vuelven frívolas las presiones del tiempo
o los juicios de los vecinos. Ahí, conectada con la meta en el largo plazo, logro ver lo importante, enfocarme en
eso y confiar en el proceso, quizá hoy nos salió mal esto pero de ahí aprendimos y hay más tiempo para seguir
creciendo juntos.

S-ar putea să vă placă și