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EXTERNALIDADES AMBIENTALES

Hay un concepto en economía que se llama “externalidades”. Los daños ambientales causados al planeta por la acción económica
y humana toman con frecuencia estas características. Lo que quiere decir es que muchas veces los causantes de la contaminación
no son afectados por esta directamente y, por el contrario, es asumida por la sociedad en su conjunto. Pensemos, por ejemplo, en
la quema de combustibles fósiles que lanzan cantidades inmensas de contaminantes a la atmósfera y por las que realmente no
responden los que las producen. O la contaminación del recurso hídrico, de un río, que sin importar quién la haga, pues los efectos
los padecen todos los que de alguna forma están alrededor de este y no el que la causa. Claro que al final, cualquier tipo de
contaminación nos afecta a todos, independientemente de donde estemos, pues este planeta es uno.

El mundo ha ido buscando alternativas para el manejo de la contaminación ambiental como externalidad a través de diferentes
mecanismos. Algunos de esos tienen que ver con medidas económicas. Hay un principio ampliamente utilizado que es “el que
contamina, paga”, es decir, se trata de calcular los daños ambientales causados por determinada actividad humana y cuantificarlos
económicamente para que el que las cause, pues pague, ya sea corrigiéndola o asuma el costo de corregirla (siempre será un
problema establecer en términos económicos el valor de la contaminación, pero hay modelos avanzados al respecto y es una
práctica en permanente desarrollo).

En Medellín de cierta forma nos quedamos con las externalidades de la contaminación del aire. Las condiciones geográficas y
atmosféricas de nuestro valle hacen que los contaminantes que producimos, por lo menos vía quema de combustibles fósiles
principalmente por fuentes móviles, la tengamos que padecer los mismos que las producimos. Y de cierta forma está bien para que
respondamos por ellas.

Ya enfrentados a que no sea una externalidad en el sentido explicado, pues si nos afecta y no podemos mandarla libremente al aire
sin asumir las consecuencias, hay que encontrarle soluciones, y en esas estamos. Lo interesante del asunto es que en un mundo
donde contaminar muchas veces es algo de lo que no seamos conscientes por no ver los efectos, acá sí nos llega.

Sin duda, ese camino de encontrarle soluciones a la contaminación del aire en Medellín debe ser construido entre todos, asumir
todos nuestra responsabilidad y va a requerir no solo de grandes inversiones en transporte público limpio que eventualmente
tendremos que pagar entre todos, sino también de un cambio de cultura frente a la responsabilidad ambiental en todos los aspectos
de la vida de la ciudad. Es una oportunidad que debe servir para tomar conciencia alrededor de toda la contaminación que causamos
y no sentimos. Los residuos sólidos por ejemplo o las aguas descargadas.

En un problema de tanta complejidad, ojalá sea esta una oportunidad para crear conciencia social y consensos colectivos
compartidos frente a nuestro deber con el medio ambiente. Una oportunidad para que nos echemos culpas los unos a los otros y
construyamos de forma diferente la solución, con unión y no confrontación. Por último, la clave en contaminación no es asumir
costos sino prevenirla.

https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/externalidades-ambientales-CD6423598

http://www.tierrasvivas.es/ecotienda/vive-bio/externalidad-ambiental

EXTERNALIDADES Y MEDIOAMBIENTE

Víctor Manuel Vázquez Manzanares

RESUMEN

En este artículo examinamos las externalidades tanto negativas como positivas que produce la economía de mercado en el
medioambiente. El uso de los recursos naturales (renovables y no renovables) se asoció, en general, a un deterioro sistemático de
ellos; una de las razones esgrimidas en el libre acceso. Cualquier individuo o empresa puede acceder a ellos, por lo que cada uno
intentará obtener el máximo rendimiento en el corto plazo, sin preocuparse por su conservación futura y, como consecuencia, es
probable que se utilicen excesivamente. La discrepancia entre lo privado y lo social constituye una falla de mercado que en términos
económicos se denomina externalidad (coste externo). Existen dos enfoques económicos para corregir las externalidades: el de
Pigou y el de Coase.

Palabras claves: externalidades, medio ambiente, economía.

ABSTRACT.

In this paper we examine both negative and positive externalities produced by the market economy on the environment. The use
of natural resources (renewable and non-renewable) was associated, in general, to a systematic deterioration of them; one of the
reasons given in free access. Any individual or company can access them, so that each attempt to obtain maximum performance in
the short term, without worrying about their future conservation and, therefore, is likely to be excessively used. The discrepancy
between the private and the social is a market failure in economic terms is called externalities (external costs). There are two
economic approaches to correct for externalities: the Pigou and Coase.

Key words: externalities, environment, economy.

Dado que esas actividades son establecidas para el beneficio general de toda la sociedad es razonable, por lo tanto, que deban ser
sufragadas por la contribución general de toda la sociedad, todos lo diferentes miembros contribuyendo, en la medida de lo posible,
en proporción a sus respectivas capacidades.

Adam Smith

Para citar este artículo puede utilizarse el siguiente formato:

Víctor Manuel Vázquez Manzanares (2014): “Externalidades y medioambiente”, Revista Iberoamericana de Organización de
Empresas y Marketing, n. 2 (diciembre 2014). En línea: www.eumed.net/rev/ibemark/02/medioambiente.html

I. LAS EXTERNALIDADES: POSITIVAS Y NEGATIVAS.

Como dice Scitovsky: “el concepto de economías externas es uno de los conceptos más vagos de la literatura económica… Las
definiciones de economías externas son pocas e insatisfactorias. Podemos estar de acuerdos en que significan servicios (y perjuicios)
otorgados de forma gratuita (sin compensación) por un empresario o sobre las razones por las que son gratuitas. Son una causa de
divergencia entre el beneficio privado y el beneficio social y, en consecuencia, del fracaso de la competencia perfecta para conducir
a una situación óptima.

Las externalidades se definen como decisiones de consumo, producción e inversión que toman individuos, los hogares y las
empresas y que afectan a terceros que no participan directamente en esas transacciones. Cuando hay externalidades se
desencadenan efectos indirectos que repercuten en las oportunidades de consumo y producción de terceros, pero el precio del
producto no refleja esas externalidades. Cuando se produce una ventaja gratuita o una desventaja, un perjuicio sin compensación
monetaria estamos hablando de una externalidad.

También podemos definir una externalidad como el “efecto negativo o positivo de la producción o consumo de algunos agentes sobre
la producción o consumo de otros, por los cuales no se realiza ningún pago o cobro”.

El autor Jean-Jacques Laffont se refiere a las externalidades como “efectos indirectos de las actividades de consumo o producción, es
decir, los efectos sobre agentes distintos al originador de tal actividad que no funcionan a través del sistema de precios”. En una
economía competitiva privada, los precios no estarán, en general, en un óptimo de Pareto (punto de equilibrio en el que ninguno de
los agentes afectados puede mejorar su situación sin reducir el bienestar de cualquier otro agente), ya que sólo reflejará efectos
privados y no los efectos sociales de la actividad económica.

En la Ciencia Económica una externalidad es principalmente un problema de costos. Cuando los costos privados y los costos sociales
difieren, se trata de una externalidad. Se conoce muy bien que los costos de una empresa privada buscan lograr la minimización de
éstos para así obtener la mayor rentabilidad y con ello obtener el mayor beneficio posible. En cambio, cuando se trata de un
emprendimiento estatal, no es la búsqueda de la mayor ganancia el objetivo primordial. El estado trata de dar a sus habitantes
bienes o servicios que produce, aunque para ello resigne ganancias, o deba operar con costos altos e incluso continuar con una
determinada producción sin cubrir talos costos durante un cierto tiempo, pero siempre en bien de la sociedad a la que sirve.

Economistas partidarios del “laissez-faire”, como pueden ser Friedrich von Hayek y Milton Friedman se refieren a las externalidades
como “efectos de vecindad”o “rebalses”, a pesar que esos efectos no son necesariamente menores o localizados.

Por ejemplo, si un país o región se encuentra con una gran discrepancia entre sus costos privados y sus costos sociales, se encuentra
ante una situación de externalidades. Así una producción que contamina el medio ambiente, sea el agua, el aire o el suelo, está
provocando un daño porque la consecuencia de sus costos de producción es soportada por otros, ajenos a sus tareas.

En cambio, si una empresa privada se crea para instalar una escuela o una universidad, sus costos privados no difieran notablemente
de los costos sociales del estado en que se asiente. En tal caso no existirán externalidades o serán insignificantes.

El origen de las externalidades radica en el deterioro o mala utilización de los recursos naturales por una inadecuada delimitación
de los derechos de propiedad y en la ausencia de un marco institucional que permita la compensación por externalidades, otorgando
incentivos a los agentes económicos, para alcanzar un óptimo uso de los recursos.

Aún en el caso hipotético de un mercado competitivo perfecto, cuando existen externalidades hay una asignación inadecuada de
los recursos y no puede obtenerse la igualación entre el beneficio marginal y el costo marginal privado. Una solución eficiente sería
igualar el beneficio marginal al costo social marginal, pero no es posible porque aún en el marco de ese mercado ideal, la empresa
privada “produce demasiado del bien contaminante” y hay una brecha entre los costos marginales privados y los sociales. La sociedad
pretenderá reducir la producción de esa empresa y utilizar los recursos liberados para la producción de algún otro bien.

Más allá del efecto sobre individuos o grupos, se considera, desde el punto de vista de la economía, que el efecto de las
externalidades es distorsionar el mercado y, consecuentemente, la asignación eficiente de los recursos en un sistema económico.

También lo podemos definir de una manera sencilla como el beneficio o perjuicio que recibe un agente económico de un segundo
agente económico. Entonces, podemos diversificar que el receptor de la externalidad puede ser un consumidor o productor, y el
emisor de la misma también, por lo que podemos tener cuatro tipos de externalidad:

1) De productor a consumidor: Podemos poner como ejemplo la contaminación atmosférica que se lleva a cabo en las zonas urbanas,
donde las chimeneas de las grandes fábricas situadas en las zonas periféricas hacen que la atmósfera urbana sea altamente
contaminante y tóxico para la integración y salud de los ciudadanos.

2) De productor a productor: En este caso el vertido incontrolado de petróleo en situaciones de accidentes provoca grandes pérdidas
económicas a la actividad pesquera de la zona.

3) De consumidor a productor: El progresivo cambio de concienciación ciudadano en temas de medioambiente y solidaridad con
nuestros planeta, por ejemplo obliga a las empresas a mejor sus productos y que minimicen sus impactos en el medio receptor.

4) De consumidor a consumidor: Los orines de una explotación ganadera mal gestionados se infiltran en una zona de acuíferos,
contaminando los pozos de extracción, con lo que los consumidores de agua potable se verán afectados.

Según el efecto que reciba el receptor de la externalidad (beneficioso o dañino), se habla de externalidades positivas y negativas,
siendo éstas últimas las más habituales.
Como todos estos efectos no son contemplados por las empresas, tampoco son trasladados a los precios de los productos que
venden, de tal forma que el mercado no informa correctamente a los consumidores de cuáles son los costes reales de producción
del bien en cuestión, pues solo se han tenido en cuenta los costes internos, prescindiendo de los externos.

A. Externalidades negativas y positivas.

Se puede señalar sobre las externalidades positivas o economías externas el ejemplo proporcionado por el profesor James E. Meade,
Premio Nobel de Economía 1977, concerniente a las ventajas que retira un apicultor de la producción de manzanas de una granja
vecina. En cuanto a las externalidades negativas o deseconomías externas se puede señalar los montes de basura acumuladas al
interior de la ciudad o de sus alrededores, las nubes tóxicas, el ruido, y la polución.

Cuando un contaminador toma decisiones basadas únicamente en sus costes y beneficios sin tener en cuenta los coste indirectos
que recaen en las víctimas de la contaminación se genera una externalidad negativa. Los costes sociales –es decir, totales- de la
producción son superiores a los costes privados. Esos costes indirectos –que no recaen ni en el productor ni en el usuario- incluyen
el deterioro de la calidad de vida, el encarecimiento de la atención de la salud y la pérdida de oportunidades de producción. En otras
palabras, cuando las externalidades son negativas, los costes privados son inferiores a los costes sociales. Los costes no asumidos
son traspasados a otros, posiblemente a la sociedad en general.

La divergencia entre beneficio social marginal y beneficio privado marginal, cuyo origen puede centrarse en la desigualdad de los
respectivos costes.

Mishan define, de una forma más amplia, las externalidades, como una “respuesta del output de una empresa o la utilidad de una
persona a la actividad de otras” incorporando que el output de una empresa o la utilidad de una persona puede verse modificado
también en ausencia de economías o efectos externos.

Un ejemplo de una externalidad negativa es en la producción de energía nuclear trae beneficios para el generador de la electricidad
pero trae impactos negativos sobre el medio ambiente con la creación de desechos radioactivos que son catastróficos para la
sociedad.

Otro ejemplo puede ser que el uso del automóvil en centros de ciudad puede ser ventajoso para el usuario pero trae impactos
negativos para la sociedad, en atascos y en impactos medio ambientales negativos.

Más ejemplos pueden ser, el humo de la chimenea de una fábrica empeora la calidad de vida de las personas que viven cerca; los
residuos que una industria vierte al río, aunque esté lejos de una ciudad, afectan indirectamente a los ciudadanos, pues se pierde
un espacio de ocio y además será necesario depurar el agua para su consumo; el agotamiento de los recursos no renovables
perjudicaría a futuras generaciones, etc.

Todos los procesos de producción o consume que causan un impacto nocivo sobre el medio ambiente tienen efectos externos
negativos sobre otros agentes productores o consumidores. La clasificación de esos efectos es desgraciadamente larga:

1) Destrucción del suelo mediante deposición de residuos o alteración de la cubierta vegetal provocando su erosión o
empobrecimiento en nutrientes.

2) Contaminación de aguas superficiales, subterráneas y marinas por focos industriales o urbanos.

3) Contaminación atmosférica por industrias, calefacciones, vehículos, aerosoles, etc.

4) Emisiones de ruido y vibraciones de baja frecuencia, de calor o de radiaciones.

5) Degradación del paisaje mediante urbanización incontrolada o modificación de parajes vírgenes.

También podemos hablar de externalidades positivas; en este caso, se trata de la diferencia entre beneficios privados y sociales. Por
ejemplo, las actividades de investigación y desarrollo están ampliamente consideradas como generadoras de efectos positivos que
transcienden al productor. La razón es que la investigación y el desarrollo enriquecen el conocimiento general, lo cual contribuye a
otros descubrimientos y avances. Sin embargo, la rentabilidad percibida por una empresa que vende productos basados en sus
propias actividades de investigación y desarrollo no suele reflejar la rentabilidad percibida por sus beneficiarios indirectos. Cuando
las externalidades son positivas, la rentabilidad privada es inferior a la rentabilidad social.

Si hay diferencias entre los costes privados y sociales o entre la rentabilidad privada y la social, el principal problema es que los
resultados de mercado quizá no sean eficientes. Para promover el bienestar de todos los miembros de la sociedad, es necesario
obtener un máximo de rentabilidad social y reducir los costos sociales al mínimo.

Cuando nos referimos a la contaminación como externalidad, los costes sociales aumentan con el nivel de contaminación, que sube
a medida que crece la producción. La reducción de los costos sociales al mínimo conduciría a una disminución de los niveles de
producción.

Una de las explicaciones más claras sobre las externalidades negativas en materia ecológica es la relacionada con la construcción de
obras de infraestructuras, dada por Barry Commoner, que dice “definitivamente, hemos recogido un registro de fallas serias en
recientes aplicaciones de la tecnología al ambiente natural. En cada caso, la nueva tecnología se ha aplicado sin que se conocieran
siquiera los nuevos peligros de esas aplicaciones. Hemos sido muy rápidos en buscar los beneficios y muy lentos en comprender los
costes”.

En España, tenemos un ejemplo perfecto que hace referencia a esto, hablamos de la burbuja especulativa en el mercado de bienes
inmuebles, que supuso una enorme superficie urbanizada entre los años 1987 y 2006 de más de 1 millón de hectáreas de superficie
artificial (con una tasa entre los años 2000 y 2006 doble que en los años anteriores). En el informe de 2010 del Observatorio de la
Sostenibilidad en España se estimaba que la urbanización era la mayor amenaza para biodiversidad en el país.

La consecuencia económica de los efectos externos es la disminución de la eficiencia en la asignación de recursos: la producción de
bienes con efectos externos negativos será superior a la socialmente deseable y las producciones con efectos externos positivos
serán insuficientes.

http://www.eumed.net/rev/ibemark/02/medioambiente.html

justificacion de la intervencion publica

1. Justificación de la intervención del sector público en la economía

Posted by Eva Baena on 31 marzo 2010 · Dejar un comentario

Como hemos visto en los ejemplos de la introducción, las economías en la vida real no se ajustan totalmente al mundo idealizado
de la mano invisible que funciona armoniosamente, descrito por Adam Smith. Lo cierto es que, aunque el mercado es un mecanismo
eficiente, ya que garantiza que lo que se produce es lo que quieren los consumidores, y además se hace al menor coste posible,
presenta una serie fallos, que son:

 Las externalidades
 Los bienes públicos
 La competencia imperfecta
 La inestabilidad creada por los ciclos económicos
 La desigual distribución de la renta y la riqueza

A. LAS EXTERNALIDADES
Existe una externalidad cuando la producción o el consumo de un bien afecta directamente a consumidores o empresas que no
participan ni en su compra ni en su venta, sin que estos efectos se reflejen en los precios de mercado. Podemos distinguir entre
externalidades positivas y negativas.

Cuando una persona arroja basura a la calle o cuando una empresa contamina su entorno, son otras las personas que sufren las
consecuencias. Los causantes de estas externalidades negativas no soportan las consecuencias ni pagan por ello.

Los ejemplos de externalidades negativas o de costes sociales son muy diversos.


Así, la producción de cemento es altamente contaminante, afectando a la población y al entorno cercano de las fábricas que lo
producen. La actividad de algunos bares y discotecas no afecta sólo a sus clientes, sino que también genera ruido, problemas de
aparcamiento, etc., que causan molestias al vecindario. También existen externalidades en el consumo, por ejemplo, el consumo
de tabaco genera importantes problemas de salud que conllevan un elevado coste para la sanidad pública.

Como estos efectos externos no repercuten en los costes de las empresas, tampoco se reflejan en los precios de mercado de esos
bienes. Se dice entonces que el mercado falla, porque informa mal de lo que realmente ocurre, ya que los precios no recogen los
costes reales, es decir, los costes privados que tiene la empresa más los costes sociales.

En otro extremo están las externalidades positivas. Un ejemplo claro es el de la investigación científica y los descubrimientos que
una empresa pueda conseguir (motores de automoción menos contaminantes, reciclaje eficiente de recursos, etc.), de los que se
benefician otras empresas y la sociedad en general. Otros ejemplos son la investigación para prevenir enfermedades contagiosas o
sobre el genoma humano, cuyos avances científicos suponen beneficios que repercuten en el conjunto de la sociedad.

Tampoco aquí los precios del mercado reflejan todos los efectos positivos que la empresa que los genera se merece.

B. LOS BIENES PÚBLICOS


Los bienes públicos son el ejemplo extremo de externalidad positiva. Se definen
como aquellos bienes que son no rivales y no excluibles en su consumo. La no rivalidad implica que el coste de extender el servicio
a una persona adicional es cero. Un ejemplo sería un faro de mar, pues que un barco se guíe en su travesía marítima gracias a la luz
del faro, no impide que muchos otros barcos puedan aprovecharse del mismo servicio. Además, que un barco adicional se beneficie
de los servicios ofrecidos por el faro, no aumenta los costes de provisión. Por otra parte, la no excluibilidad significa que es imposible
impedir que una persona utilice ese bien. También sería el caso del faro ya que, una vez instalado alumbra a todos los barcos.

Aunque no abundan los ejemplos de bienes públicos puros, si hay una gran variedad de bienes que reúnen alguna de estas
características, como pueden ser la educación o las campañas de vacunación.

El problema de este tipo de bienes es que a las empresas privadas no les resulta rentable producirlos, debido a la aparición de los
consumidores parásitos[1], por eso se producen en cantidad insuficiente para lo que es deseable para el conjunto de la sociedad.

C. LA COMPETENCIA IMPERFECTA

Cuando en el mercado no existe competencia porque se mantienen posiciones de monopolio u oligopolio, los productores utilizan
su poder para imponer unos precios y unas cantidades que no son los que satisfacen los deseos de los consumidores.

A veces, algunas empresas se ponen de acuerdo para restringir la producción con la finalidad de alterar los precios (ejemplo: cuando
la OPEP disminuye la producción de petróleo); o se reparten el mercado en detrimento de otros competidores (es el caso de las
compañías eléctricas, en la mayor parte de Andalucía sólo puedes contratar la luz con Sevillana); o abusan de una posición
dominante para influir sobre los precios y conseguir mayores beneficios (también es el caso de las compañías eléctricas, sino
comprueba lo que ha subido la factura de la luz en los últimos años).

Además, la ausencia de competencia puede favorecer que la rutina sea la norma que guíe los procesos de producción, retrasando
la adopción de innovaciones y la incorporación de nuevas tecnologías.

Un excesivo poder de mercado puede propiciar también abusos relacionados con una menor atención hacia los derechos del
consumidor.

D. LOS CICLOS ECONÓMICOS


Uno de los fallos del mercado más importantes es el de la
inestabilidad cíclica que consiste en fluctuaciones de la actividad económica en fases alternas de expansión y recesión. En la fase
recesiva el principal problema es el aumento del paro, mientras que en la fase de expansión la economía se encuentra con tensiones
inflacionistas.

E. LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA Y LA RIQUEZA

Las economías de mercado suelen ser productivas y eficientes en la producción de la


riqueza, pero no lo son tanto en cómo se reparte esa riqueza. Ésta es una de las quejas más frecuentes contra el mercado, en la que
coinciden todos los economistas.
No todas las personas nacen con las mismas oportunidades ni con las mismas capacidades. El mecanismo de mercado se asienta,
pues, en un reparto previo de la renta y la riqueza que es desigual, y esa desigualdad determina la capacidad de las personas para
participar en el consumo. Es decir, los mercados funcionan como una subasta; se asignan los bienes a aquellos que pueden pagarlos.
Si no hay ninguna intervención externa al mercado, este necesariamente reproduce la desigualdad. Aquellos que perciben una renta
tan baja que apenas les permite sobrevivir, difícilmente pueden participar en el mercado si no es con ayuda del Estado.

https://aprendeconomia.com/2010/03/31/1-justificacion-de-la-intervencion-del-sector-publico-en-la-economia/

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN ECONOMÍA: JUSTIFICACIÓN Y FUNCIONES. MEDIOS E INSTRUMENTOS

archivo del portal de recursos para estudiantes


www.robertexto.com

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1. INTRODUCCIÓN
Para satisfacer las necesidades se consumen bienes, por tanto se puede definir la actividad económica como el conjunto de
actividades destinadas a satisfacer las necesidades humanas con medios materiales externos, bienes, susceptibles de usos
alternativos.
Un bien es todo aquello que satisface, directa o indirectamente, los deseos o necesidades de los seres humanos y el problema
económico por excelencia es la escasez y ésta surge porque las necesidades humanas son ilimitadas, mientras que los recursos
económicos y los bienes que se obtienen desde ellos son limitados.
En una Economía de Mercado como la nuestra, la asignación de recursos se puede representar con un esquema sencillo del SISTEMA
ECONÓMICO: tenemos empresas y unidades de consumo o familias, de manera que se producen:
Flujos monetarios: las empresas remuneran sus factores productivos, como trabajo, a través de los salarios, capital, a través de
intereses o dividendos, tierra, a través de alquileres, etc. Estos flujos son propiedad de las familias. Las familias también pagan por
los productos y servicios que reciben de las empresas.
Flujos de bienes o físicos: las empresas producen bienes y prestan servicios para las familias, y a cambio de éstos. Las familias aportan
factores productivos (en el mercado de factores).
El problema reside en que la economía de mercado tiene lo que se llaman “fallos de mercado” que impiden que el sistema de
mercado actúe de forma eficiente y equitativa. Por ello, el Estado suele intervenir para solucionar los mismos. En este tema vamos
a ver por qué debe intervenir, cómo y con qué instrumentos.

2. LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA: JUSTIFICACIÓN Y FUNCIONES


2.1Variables de actuación del Estado.
Las actuaciones de política económica del Estado inciden sobre un amplio número de variables y relaciones económicas, tales como
la producción, los precios, el empleo, los beneficios, el dinero, el comercio exterior o la distribución de la renta.
Esta variedad se pone de manifiesto si se tienen en cuenta las formas o áreas de intervención, que se resumen en:
Regulación para la defensa y promoción de la competencia perfecta frente al monopolio, que comprende básicamente regulación de
prácticas no competitivas, monopolios naturales y el Estado como empresario en condiciones no monopolísticas.
Regulación económica: comprende la fijación de precios en casos de monopolios naturales y en otros muchos, y regulación comercial
internacional (arancelaria).
Regulación social: ordenación del medio ambiente (contaminación, salud, seguridad e higiene, protección del consumidor, control
del acceso a la actividad mediante licencias o figuras afines (colegios profesionales, actividad bancaria, etc).
Suministro de bienes públicos y su financiación: gastos e ingresos públicos.
Actuación redistributiva estatal: redistribución a través del gasto público (pensiones asistenciales y no asistenciales, salud,
educación), a través de ingresos públicos (progresividad impositiva), redistribución mediante regulación (salarios mínimos,
alquileres de viviendas, etc).
Regulación del sistema no económico: derecho de contratos, derecho de la propiedad, derecho penal, derecho procesal, etc.
Intervenciones macroeconómicas: a través de la política fiscal, monetaria y de comercio exterior.
Existen por tanto tres grandes ámbitos de intervención:
La producción de bienes y serviciospor parte del Estado.
La regulación de la actividad económica y social(marco normativo).
La intervención sobre las grandes macromagnitudeseconómicas para influir en el crecimiento económico, la estabilidad de precios y
el equilibrio exterior.

2.2Posicionamientos respecto a la intervención.


Intervención ajustada a los monopolios naturales y por el consumo indivisible de algunos bienes (los primeros tienen costes
decrecientes y los segundos coste marginal igual a cero). En el caso de los bienes de consumo indivisible, el Estado no puede
recuperar el coste de los mismos a través de un precio, puesto que no pueden venderse, y sólo cabe la recuperación a través de la
vía impositiva.
Intervención justificativa por la Economía de Bienestar: se interviene para solucionar los fallos de mercado que impiden alcanzar
soluciones de intercambio óptimo paretianas (se llega a soluciones de bienestar colectivo). Así desde los 60 y 70 los Estados han
desarrollado una amplia intervención basada en la provisión de bienes públicos y políticas redistributivas.
Posicionamientos más críticos (neoliberales): la intervención estatal es una consecuencia de la tendencia a la baja de los beneficios
privados, y que obliga a la intervención en ciertos sectores que no son rentables (como la sanidad, la educación, administración civil,
etc). Hay incluso una posición más crítica que aboga por la no intervención del Estado por considerar que dichas actuaciones en el
mercado son menos eficientes y que frenan la libertad de intercambio y la eficiencia del sistema económico.

http://www.robertexto.com/archivo4/interv_est_econ.htm

REGLAS DE JUEGO

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https://www.studocu.com/en/document/universidad-nacional-del-nordeste/principios-de-economia/lecture-notes/las-reglas-del-
juego-de-la-economia-capitulo-1/2859836/view

https://eltonariel.wordpress.com/2013/02/11/las-reglas-del-juego-de-la-economia/

https://prezi.com/_bwxhemlcp_0/reglas-del-juego-de-la-economia/

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