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,

LA ARQUEOLOGIA
DEL SABER
por
MICHEL FOUCAULT

traducción de
AURELIO GARZ6N DEL CAMINO

MEXICO
ESPANA
AAGENnNA
COlOMBlÃ
íNDICE

slolo veintluno de espana editores, sa 1 lNTRODUCCIÓN, 3


C/P!XzA 5, MADIllD 33, ESP"'~'"

11 LAS REGULARIDADES DISCURSIVAS


sigla velntluno argentina editores, sa
I Las unidades dei discurso, 33
slolovelntluno de colombla, Itda
AV.~. 17.73 PRIMEllPI$O.-ICGClA.ll.E..GCMoOIroI..... 11 Las formaciones discursivas. 50
III La formación de los objetos, 65
IV La formación de las modalidades
enunciativas, 82
v La formación de los conceptos, 91
VI La formación de las estratégias, 105
VII Observaciones y consecuencias, 117

UI EL ENUNCIADO Y EL ARCHIVO

I Definir el enunciado, 131


11 La función enunciativa, 146
III La -descrípcion de los enunciados, 178
IV Rareza, exterioridad, acumulación, 200
V EI apriori histórico y el archivo, 214

cultura Libre IV LA DESCRIPCIÓN ARQUEOLÓGICA


primera edicíón, 1970
sexta edición, 1979 I Arqueologia e historia de las ideas, 227
© síglo xxi editores, s.a. 11 Lo original y lo regular, 23fj
ISBN 968-23-0012-6 III Las contradicciones, 250
IV Los hechos comparativos, 263
primera edici6n en francés, 1969
© édtttons gallimard, paris, franeia V EI cambio y las transformaciones, 278
titulo orighial: l'archéologie du savoir VI Ciencia y saber, 298

derechos relervadol conforme a la ley


,lmpro.o y hocho o. m'xlgo/prlDlod 004 modo",. mexíco V CONCLUSIÓN, 333
VII
I

INTRODUCCIÚN
.Oesde hace décadas, la atención de los historiado-
res se ha fijado preferentemente en los largos pe-
ríodos, como si, por debajo de las perípeclas po-
líticas y de sus episodios, se propusieran sacar a
la luz los equilibríos estables y dífíciles de alte-
rar, los procesos irreversibles, las regulaciones
constantes, los fenómenos tendenciales que cul-
minan y se invierten tras de las continuidades
seculares, los movímientos de acumulación y las
saturaciones lentas, los grandes zócalos inmóviles
y mudos que el entrecruzamiento de los relatos
tradicionales había cubierto de una espesa capa
de acontecimientos. Para llevar a cabo. este aná-
lisis, los historiadores disponen de instrumentos
de una parte elaborados por ellos, y de otra parte
recibidos: modelos del crecimiento económico,
análisis cuantitativo de los fiujos de los cambios,
perfiles de los desarrollos y de las regresiones de-
mográficas, estudio dei clima y de sus oscilacio-
nes, fíjación de las constantes sociológicas, descrip-
ción de los ajustes técnicos, de su difusión y de
su persistencia. Estos instrumentos les han per-
mitido distinguir, en el campo de la historia, ca-
pas sedimentarias diversas; las sucesiones Iinea-
les, que hasta entonces habían constituído el ob-
jeto de la investigación, fueron sustituidas por
un juego de desgajamientos en profundidad. De
la movilidad política con Ientitudes propias de la
4 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 5
"civilización material", se han multiplicado los disciplinas que se llaman historia de las ideas, de
niveles de análisis: cada uno tiene sus rupturas las ciencias, de la filosofia, dei pensamiento, tam-
especificas, cada uno comporta un despiezo que bién de la literatura (su caracter especifico puede
sólo a él pertenece; y a medida que se desciende pasarse por alto momentáneamentej , en esas dis-
hacia los zócalos más profundos, las escansiones se ciplinas que, a pesar de su titulo, escapan en gran
hacen cada vez más amplias. Por detrás de la his- parte ai trabapo dei historiador y a sus métodos,
toria atropellada de los gobiernos, de las guerras la atención se ha desplazado, por el contrario, de
y de las hambres, se dibujan unas historias, casi las vastas unidades que se describían como "épo-
inmóviles a la mirada, historias de débil declive: cas" o "síglos", hacia fenómenos de ruptura. Por
historia de las vias marítimas, historia dei trigo debajo de las grandes continuidades dei pensa-
o de las minas de oro, historia de la sequía y de miento, por debajo de las manifestaciones masivas
la irrigación, historia de la rotación de cultivos, y homogéneas de un espírítu o de una mentalidad
historia dei equilibrio obtenido por la especie colectivas, por debajo dei terco devenir de una
humana, entre el hambre y la proliferación. Las ciencia que se encamiza en existir Y' en rernatarse
viejas preguntas dei análisis tradicional (~qué desde su comíenzo, por debajo de la persistencia
vinculo establecer entre acontecimientos dispa- de un género, de una forma, de una disciplina, de
res?, écómo establecer entre ellos un nexo nece- una actividad teórica, se trata ahora de detectar
sario?, ~cuál es la continuidad que los atraviesa la incidencia de las interrupcíones, Interrupcio-
o la significación de conjunto que acaban por for- nes cuyo estatuto y naturaleza son muy diversos.
mar?, ~se puede definir una totalidad, o hay que Actos y umbrales epistemológicos, descritos pOI
limitarse a reconstituir los encadenamientos?) se G. Bachelard: suspenden eI cúmulo indefinido de
remplazan en adelante por interrogaciones de otro los conocimientos, quiebran su lenta maduración
tipo: équé estratos hay que aislar unos de otros?, y los hacen entrar en un tiempo nuevo, los escín-
~qué tipos de series instaurar?, ~qué criterios de den de su origen empírico y de sus motivaciones
periodización adoptar para cada una de ellas?, iniciales: los purifican de sus complicidades íma
~qué sistema de relaciones (jerarquia, predominio, ginarias; prescriben así ai análisis histórico, no y~
escalonamíento, determinación unívoca, causal i- la investigación de los comienzos silenciosos, no y~
dad circular) se puede describir de una a otra?, el remontarse sin término hacia los primeros pre
~qué series de series se pueden establecer?, ~y cursores, sino el seííalamiento de un tipo nuevc
en qué cuadro, de amplia cronologia, se pueden de racionalidad y de sus efectos múltiples. Des
determinar continuidades distintas de aconteci- plazamientos y transformaciones de los conceptos
mientos? los análisis de G. Canguilhem pueden servir de
Ahora bien, casi por la misma ,época, en esas modelos. Muestran que la historia de un con
6 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 7
cepto no es, en todo y por todo, la de su acen- las cadenas deductivas, de las compatibilidades. En
dramiento progresivo, de su racionalidad sin ce- fin, sin duda las escansiones más radicales son los
sar creciente, de 5U gradiente de abstracci6n, si- cortes efectuados por un trabajo de transforma-
no la de sus diversos campos de constitución y de ción teórica cuando "funda una ciencia despren-
.validez, la de sus regIas sucesivas de uso, de los diéndola de la ideologia de su pasado y revelando
medios teóricos múltiples donde su elaboración ese pasado como Ideológico".' A lo cual habria que
se ha realizado y. acabado. Distinci6n, hecha igual afiadir, se entiende, e! análisis literario que se da
mente por G. Canguilhem, entre las escalas micro en adelante como unidad: no el alma o la sensibi-
y macroscópicas de la historia de las ciencias en lidad de una época, ni tampoco los "grupos", las
las que los acontecimientos y sus consecuencias "escuelas", las "generacíones" o los "movimien-
no se distribuyen de la misma manera: aI punto tos", ni aun siquiera el personaje deI autor en e!
de que un descubrimiento, e! establecimiento de juego de trueques que ha anudado su vida y su
un método, la obra de un sabío, y también sus "creación", sino la estructura propia de una obra,
fracasos, no tienen la misma incidencia, ui pue- de un Iibro, de un texto.
den se. descritos de la misma manera en uno y Y e! gran problema que va a plantearse -que
en otro niveles; no es la misma historia la que se se plantea- en tales análisis hist6ricos no es ya
hallará contada, acá y aliá. Redistribuciones recu- el de saber por qué vias han podido establecerse
rrentes que hacen aparecer varios pasados, varias las continuidades, de qué manera un solo y mis-
formas de encadenamiento, varias jerarquias de mo desígnio ha podido mantenerse y constituir,
importancías, varias redes de determinaciones, va- para tantos espíritus diferentes y sucesivos, un
rias teleologías, para una sola y misma ciencia, a horizonte único, qué modo de acci6n y qué sos-
medida que su presente se modifica; de suerte que tén implica e! juego de las trasmisiones, de las
las descripciones históricas se ordenan necesaria- reanudaciones, de los olvidos y de las repetícíones,
mente a la actualidad de! saber, se multiplican córno e! origen puede extender su ámbito mucho
eon 5US transformaciones y no cesan a 5U vez de más aliá de si mismo y hasta ese acabamiento que
romper con ellas mismas (de este fenómeno, en jamás se da; e! problema no es ya de la tradición
el dominio de las matemáticas, acaba de dar la y deI rastro, sino deI recorte y del limite; no es ya
teoria M. Serres). Unidades arquitectónicas de e! deI fundamento que se perpetúa, sino e! de las
los sistemas, tales como han sido analizadas por transformaciones que valen como fundación y re-
M. Guéroult, y para las cuales la descripci6n de novación de las fundaciones. Vemos entonces des-
las influencias, de las tradiciones, de las continui-
dades culturales, no es pertinente, sino más bien 1 L. Althusser, La revolución teórica de Marx, Sigla
la de las coherencias internas, de los axiomas, de XXI, México. 1969. p. 137.
8 lNTRODUCCIÓN lNTRODUCCIÓN 9
plegarse todo un campo de preguntas algunas de tica de las instituciones o de la economia se ha
las cuales son ya familiares, y por las que esta nue- sido cada vez más sensible a las determinaciones
va forma de historia trata de elaborar su propia globales, sino que, en el análisis de las ideas y del
teoria: ,cómo especificar los diferentes conceptos saber, se ha prestado una atención cada vez mayor
que permíten pensar la discontinuidad (umbral, a los juegos de la diferencia, ni creamos que una
ruptura, corte, mutación, trasformación) ? Por me- vez más esas dos grandes formas de descripción
dia de qué criterios aislar las unidades con las se han cruzado sin reconocerse.
que operamos: ,Qué es una ciencia? ,Qué es una De hecho, son los mismos problemas los que se
obra? ,Qué es una teoría? ,Qué es un concepto? han planteado acá y allá, pero que han provocado
,Qué es un texto? Cómo diversificar los niveles en la superficie efectos inversos. Estos problemas
en que podemos colocamos y cada uno de los cua- se pueden resumir con una palabra: la revisión
les comporta sus escansiones y su forma de análisis: dei valor del documento. No hay equívoco: es de
,Cuál es el nivel legítimo de la formalización? todo punto evidente que desde que existe una dis-
,Cuál es el de la interpretación? ,Cuál es el dei ciplina como la historia se han utilizado documen-
análisis estructural? ,Cuál el de las asignaciones tos, se les ha interrogado, interrogándose también
de causalidad? sobre ellos; se les ha pedido no sólo lo que que-
En suma, la historia del pensamiento, de los co- rían decir, sino si dedan bien la verdad, y con
nocimientos, de la filosofia, de la literatura pare- qué título podían pretenderlo; si eran sinceros o
ce multiplicar las rupturas y buscar todos los eri- falsificadores, bien informados o ignorantes, au-
zamientos de la discontinuidad; mientras que la ténticos o alterados. Pero cada una de estas pre-
historia propiamente dicha, la historia a secas, pa- guntas y toda esta gran inquietud crítica apunta-
rece borrar, en provecho de las estructuras más ban a un mismo fin: reconstituir, a partir de lo
firmes, la irrupción de los acontecimientos. que dicen esos documentos -y a veces a medias
palabras- el pasado del que emanan y que ahora
ha quedado desvanecido muy detrás de ellos; el
documento seguía tratándose como el lenguaje
Pera no debe ilusionarnos este entrecruzamiento, de una voz reducida ahora aI silencio: su frágil
ni hemos de imaginar, fiando en la apariencia, que rastro, pero afortunadamente descifrable. Ahora
algunas de las disciplinas históricas han pasado de bien, por una mutación que no data cíertamente
lo continuo a lo discontinuo, mientras que las de hoy, pero que no está indudablemente termi-
otras pasaban de la multiplicidad de las disconti- nada aún, la historia ha cambiado de posición
nuidades a las grandes unidades ininterrumpidas. respecto dei documento: se atribúye como tarea
Tampoco pensemos que en el análísis de la polí- primordial, no el interpretada, ni tampoco deter.
10 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 11

minar si es veraz y cuál sea su valor expresívo, mismos, no son verbales a menudo, o bien dicen
sino trabajarlo desde el interior y elaborarlo, La en silencio algo distinto de lo que en realidad
historia lo organiza. lo recorta, lo distríbuye, lo dicen. En nuestros dias, la historia es lo que trans-
ordena, lo reparte en niveles, establece series, dis- forma los documentos en monumentos, y que.
tingue lo que es pertinente de lo que no lo es, fija alIí donde se trataba de reconocer por su vaciado
elementos, define unidades, describe relaciones. lo que había sido, despliega una masa de elemen-
El documento no es, pues, ya para la historia esa tos que hay que aislar, agrupar, hacer pertinentes,
materia inerte a través de la cual trata ésta de re- disponer en relaciones, constituir en conjuntos.
construir lo que los hombres han hecho o dicho, lo Hubo un tiempo en que la arqueologia, como
que ha pasado y de lo cual sólo resta el surco: tra- disciplina de los monumentos mudos, de los rastros
ta de definir en el propio tejido documental uni- inertes, de los objetos sin contexto y de las cosas
dades, conjuntos, series, relaciones. Hay que se- dejadas por el pasado, tendia a la historia y no
parar la historia de la imagen en la que durante adquiría sentido sino por la restitución de un dis-
mucho tiempo se complació y por medio de la curso histórico; podría decirse, jugando un poco
cual encontraba su justificación antropológica: la con las palabras, que, en nuestros dias, la historia
de una memoria milenaria y colectiva que se ayu- tiende a la arqueologia, a la descripdón intrínse-
daba con documentos materiales para recobrar la ca dei monumento.
lozania de sus recuerdos; es el trabajo y la reali- Esta tiene varias consecuencias; en primer lu-
zación de una materialidad y documental (libros, gar, el efecto de superficie sefialado ya: la multi-
textos, relatos, registros, actas, edifícios, institucio- plicación de las rupturas en la historia de las
nes, reglamentos, técnicas, objetos, costumbres, ideas, la reactualización de los períodos largos
etc.) que presenta siempre y por doquier, en toda en la historia propiamente dicha. Ésta, en efecto,
sociedad, unas formas ya espontâneas, ya organiza- en su forma tradicional, se proponia como tarea
das, de remanencias. EI documento no es el ins- definir unas relaciones (de causalidad simple, de
trumento afortunado de una historia que fuese en determinación circular, de antagonismos, de ex-
si misma y con pleno derecho memoria; la histo- presión) entre hechos o acontecimientos fechados:
ria es cierta manera, para una sociedad, de dar es- dada la serie, se trataba de precisar la vecindad de
tatuto y elaboración a una masa de documentos cada elemento. De aqui en adelante, el problema
de la que no se separa. es constituir series: definir para cada una sus
Digamos, para abreviar, que la historia, en su elementos, fi jar sus Iímites, poner ai dia el tipo
forma tradicional, se dedicaba a "memorizar" los de relaciones que le es específico y formular su
monumentos dei pasado, a transformarIos en do- ley y, como fin ulterior, describir las relaciones
cumentos y a hacer hablar esos rastros que, por si entre las distintas series, para constituir de este
12 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 13
modo series de series, o "cuadros", De ahí, la en lugar de aquella cronologia continua de la ra-
multiplicación de los estratos, su desgajamiento, zón, que se hacía remontar invariablemente aI
la especificidad deI tiempo y de las cronologIas inaccesible orígen, a su apertura fundadora, han
que les son propias: de ahí la necesidad de dis- aparecido unas escalas a veces breves, distintas las
tinguir, no sólo ya unos acontecimientos írnportan- unas de las otras, rebeldes a una ley única, porta-
tes (con una larga cadena de consecuencias) y doras a menudo de un tipo de historia propio de
acontecimientos mínimos, sino unos tipos de acon- cada una, e irreductibles aI modelo general de tina
tecimientos de nivel completamente distinto (unos conciencia que adquiere, progresa y recuerda,
breves, otros de duración mediana, como la ex- Segunda consecuencia: la noción de disconti-
pansión de una técnica, o una rarefacción de la nuidad ocupa un lugar mayor en las disciplinas
moneda, otros, finalmente, de marcha lenta, como históricas. Para la historia en su forma clásica, lo
un equilibrio demográfico o e! ajuste progresivo discontinuo era a la vez lo dado y lo impensable:
de una economía a una modificación deI cli- lo que se ofrecía bajo la especie de los aconteci-
ma) ; de ahí la posibilidad de hacer aparecer series mientos dispersos (decisiones, accídentes, iniciati-
de amplios jalonamientos, constituidas por acon- vas, descubrimientos) , y lo que debía ser, por el
tecimientos raros o acontecimientos repetitivos. La análisis, rodeado, reducido, borrado, para que apa-
aparición de los períodos largos en la historia de reciera la continuidad de los acontecimientos. La
hoy no es una vuelta a las filosofias de la história, discontinuidad era ese estigma deI desparrama-
a las grandes edades deI mundo. o a las fases preso miento temporal que e! historiador tenía la misión
critas por el destino de las civilizaciones: es el de suprimir de la historia, y que ahora ha llegado a
efecto de la elaboración, metodológicamente con- ser uno de los elementos fundamentales deI anãlisis
certada, de las series. Ahora bien, en la historia de histórico. Esta discontinuidad aparece con un trio
las ideas, deI pensamiento y de las ciencias, la pIe papel. Constituye en prímer lugar una opera·
misma mutación ha provocado un efecto inverso: ción deliberada de! historiador (y no ya lo que
ha disociado la larga serie constituida por el pro- recíbe, a pesar suyo, deI material que ha de tratar) :
greso de la conciencia, o la teleología de la razón, porque debe, cuando menos a título de hipótesis
o la evolución de! pensamiento humano; ha vuelto sistemática, distinguir los niveles posibles del aná-
a poner sobre e! tapete los temas de la convergen- lisis, los métodos propios de cada uno y la. perio-
cia y de la realización; ha puesto en duda las po· dizaciones que les conviene. Es también e! resul-
sibilidades de la totalización. Ha traído la indi- tado de su descripción (y no ya lo que debe eli-
vidualización de series diferentes, que se yuxtapo- minarse por el efecto de su análisis): porque lo
nen, se suceden, se encabalgan y se entrecruzan, sin que trata de descubrir son los limites de un pro-
que se las pueda reducir a un esquema lineal. Así, ceso, el punto de inflexión de una curva, la in-
14
INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 15
versión de un movimiento regulador, los Iímiles e! elemento positivo que determina su objeto y la
de una,oscilación, e! umbral de un funcionamien_ ,-.lidez a su análisis.
t~, el mstante de dislocación de una causalidad Tercera consecuencia: e! tema y la posibilidad
circular. Es, en fin, e! concepto que el trabajo no ele una bistoria global comienzan a borrarse, y se
cesa de especificar (en lugar de descuidarIo como ve esbozane los Iineamientos, muy distintos, de
~n bla~co uniforme e indiferente entre dos figu. lo que se podría lIamar una historia general. EI
as posrtivasj , adopta una forma y una función proyeclo de una historia global es e! que trata de
esp~ci.ficas según e! domínio y e! nive! en que se restituir la forma de conjunto de una civilización,
la situa: no se habIa <!e la misma discontinuidad el principio -material o espiritual- de una socie
cuando se describe un umbral epistemológico, e! dad, la significación común a todos los fenómenos
r~torno de una curva de población, o la sustitu- de un período, la ley que da cuenta de su cohesión,
cíón de una técnica por otra. La de discontinui- lo que se lIama metafóricamente el "rostro" de
~ad es una noción paradójica, ya que es a la vez una época. Tal proyecto va ligado a dos o tres
'~st.rumento y objeto de investigación; ya que de hipótesis: se supone que entre todos los aconteci-
1I~.Ita el. campo cuyo efecto es; ya que permite in. mientos de un área espaciotemporal bien definida,
dividualizar los dominios, pero que no se la puede entre todos los fenómenos cuyo rastro se ha en-
estable~er sino por la comparación de éstos, Y ya contrado, se debe poder establecer un sistema de
que a fm de cuentas, quízã, no es simplemente un relaciones homogéneas: red de causalidad que
c~ncepto presente en el discurso deI historiador, permita la derivación de cada uno de eIlos, rela-
sino que éste la supone en secreto, ~de dónde po- ciones de analogia que muestren cómo se simbo-
dría hablar, en efecto, sino a partir de esa ruptura lizan los unos a los otros, o cómo expresan todos
que ~e o~rece como objeto la historia, y aun su un mlsmo y único núcleo central Se supone por
propia .hlst~ria? Uno de los rasgos más esenciales otra parte que una misma y única forma de his-
de la historia nueva es sin duda ese desplazamien- toriddad arrastra las estructuras económicas, las
estabilidades sociales, la inercia de las mentalida-
to ,de, lo disc.ontinuo: su paso de! obstáculo a la
des, los h<lbitos técnicos, los comportamientos po-
p.ractlca; su mtegración en el discurso dei histo-
líticos, y los somete todos ai mismo tipo de trans-
nadar, en e! que no desempena ya el pape! de una
formación; se supone, en fín, que la propia historía
Iatalidad exterior que hay que reducir, sino de un
puede articularse en grandes unidades -estadios o
concep~o oper~torio que se utiliza; y por ello, la
fases- que guarden en si mismas su principio de
m'erslO~ de srgnos, gracias a la cual deja de ser
cohesión. Son estas postulados los que la historia
e! negatIvo de la lectura histórica (su envés su
DUcva revila cuando problematiza las sedes, los
fracaso, e! Iímite de su poder) , para convertirs; en cortes, los Iímites, las desnivelaciones, los desfases,
16 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 17
las especificidades cronológicas, las formas singula-
res de remanencia, los tipos posibles de relación. Finalmente, última consecuencia: la historia
Pero. no .es que trate de obtener una pluralidad nueva encuentra cierto número de problemas mê-
de historias yuxtapuestas e independientes las unas todológicos muchos de los cuales, a no dudar, le
de las otras: la de la economia aI lado de la de las eran ampliamente preexistentes, pero cuyo manojo
instituciones, y aI lado de ellas todavia las de las la caracteriza ahora. Entre ellos se pueden citar:
ciencias, de las religiones o de las literaturas; tam- la constitución de corpus coherentes y homogéneos
poco es que trate únicamente de sefialar entre es- de documentos (corpus abiertos o cerrados, finitos
tas historias distintas coincidencias de fechas o o indefinidos) , el establecimiento de un principio
analogias de forma y de sentido. El problema que de elección (según se quiera tratar exhaustivamen-
se plantea entonces -y que define la tarea de una te la masa de documentos o se practíque un mues-
historia general.; es el de determinar qué forma treo según métodos de determinación estadística, o
de relación puede ser legítimamente descrita entre bien Se intente fijar de antemano los elementos
esas distintas series; qué sistema vertical son capa. más representativos); la definición del nivel de
ces de form~r; cuál es, de unas a otras, el juego de análisís y de los elementos que son para él perti-
las correlaciones y de las dominantes; qué efecto nentes (en el material estudiado, se pueden desta-
pueden tener los desfases, las temporalidades dife- car las indicaciones numéricas, las referencias -ex-
rente~, .Ias distintas r~manencias; en qué conjun- plicitas o no- a acontecimientos, a instituciones, a
tos distintos pueden figurar simultáneamente cíer- prácticas; las pala bras empleadas con sus regIas de
t?S elementos; en una paIabra, no sólo qué series uso y los campos semánticos que proyectan, o bien
smo qué "series de series", o en otros términos la estructura formal de las proposiciones y los ti-
qué "cuadros?s es posible constituir. Una descrip- pos de encadenamiento que las unen) ; la especí-
ción global apifia todos los fenómenos en torno de ficación de un método de análisis (tratamiento
u~. centro único: principio, significación, esplritu, cuantitativo de los datos, descomposición según
vísión del mundo, forma de conjunto. Una histo-
cierto número de rasgos asignables cuyas correla.
ria general desplegarla, por el contrario, el espacio ciones se estudían, desciframiento interpretativo
de una dispersión.
análisis de las frecuencias y de las distribuciones; la
.. (Habrá que sefialar a los últimos despistados que un delimitación de los conjuntos y de los subconjun.
"cuadro" (y sin duda en todos los sentidos deI término) tos que articulan el material estudiado (regiones
es formalmente una "seríe de series"? En todo caso, no períodos, procesos unitarios) ; la determinación de
es una estampita fija que se coloca ante una lintema para las relaciones que permiten caracterizar un con
!a mayor decepción de los rrifíos, que. a 5U edad, prefieren
indudablemenre la vivacidad deI cíne. junto (puede tratarse de relaciones numéricas (
lógicas; de relaciones funcionales, causales, analó
19
INTRODUCCIÓN
18 INTRODUCCIÓN
entre estructura y devenir: hace ya mucho tiempo
gicas; puede tratarse de la relación de significante que los historiadores localizan, descnben. Y ana:
a significado) . l izan estructuras, sin haberse preguntado Jam~ SI
Todos estas problemas forman parte en adelan- no dejaban escapar la viva, la frágil, la estr~meclda
te dei campo metodológico de la historia. Campo "h" t ." La oposición estructura-deveOlr no es
IS ona . h' ó
que merece la atención, y esta por dos razones. pertinente ni para la definición dei campo 1St·
Prirnero, porque se ve hasta qué punto se ha .
rico, . ' duda , para la definición de un método
UI, sm
liberado de lo que constituía, no ha mucho tiem- estructuraI.
po aún , la filosofia de la historia, y de las cuestio-
nes que planteaba (sobre la racíonalidad de la
teleologia deI devenir, sobre la relatividad dei saber
histórico, sobre la posibilidad de descubrir o de Esta mutacion epistemológica de la historia I~C
constituir un sentido a la inercía deI pasado, y a ha terminado todavia hoy. No data de ayer, Slll
la totalidad incompleta dei presente). Después, embargo, ya que se puede sin duda hacer re~01I'
porque reproduce en algunos de sus puntos pro- tar su primer momento a Marx. Pero tardo en
blemas que se encuentran fuera de él: en los do- produci r sus efectos. Todavia hoy, y sobre. rode
mínios, por ejernplo, de la Iingüística, de la etno- por lo que se refiere a la história dei pensamlento
logia, de la economia, dei anãlisis líterario, de la no ha sido registrada ni se. ha reflexion~do en eIla,
mitologia, A estas problemas se les puede dar muy cu ando otras transformaclones más reCle~tes -la..
bien, si se quiere, la sigla dei estructuralismo, Con de la lingüística por ejemplo- han podld~ ~erlo
varias condiciones, no obstante: están lejos de Como si h ubiera sido particularmente díffcil, en
cubrir por si solos el campo metodológico de la esta historia que los hombres reescriben de sus
historia, dei cual no ocupan más que· una parte propias ideas y de sus propios co~ocim.ien~os, for
cuya importancia varia con los dominios y los ni- mular una teoría general de la dlscontlllUldad, de
veles de análisis: salvo en cíerto número de casos las ser ies, de los l ímites., de las unidades, de lo:
relativamente limitados, no han sido importados órdenes específicos, de las a';tono~ias Y d~ la:
de la lingüistica o de la etnologia (según el re- dependencias diferenciadas. Como SI, despues de
corrido frecuente hoy) , sino que han nacído en haberse habituado a buscar orígenes, a remonta]
el campo de la historia misma, esencialmente en indefinidamente la línea de las antecedencias, :
el de la historia econômica y con ocasión de las reconstituir rradiciones. a seguir curvas evolutivas
cuest iones que ésta planteaba: en fin, no autori- a proyectar teleologías, Y a recurrir sin cesar a la:
zan en modo algum> a hablar de una estructu- metáforas de la vida, se experirnentara una repll~
ral ización de la historia, o aI menos de una tenta- narn.ia singular en pensar la diferencia, en descrt
tiva de superar UH "conflicto" {} una "oposición"
20 INTRODUCCIÓN 2
INTRODUCCIÓN

bir desviaciones y dispersíones, en disociar la forma las dos caras de un sistema de p.ensamiento ooEI
tranquilizante de lo idéntico. O más exactamente, tiempo se concibe en él en ~érmmo de totaliza
como si con esos conceptos de umbrales, de mula- ción y las revoluciones no son [amás en él otra cosa
ciones, de sistemas independientes, de series limi- que tomas de conciencia. _
tadas -tales como los utilizan de hecho los histo- Este tema, en formas diferentes, ha desempena
riadores-, costase trabajo hacer la teoria, sacar do un papel constante desde el siglo XIX: salvar
las consecuencias generales y hasta derivar de eIlos contra todos los descentramientos, la soberania de
todas las implicaciones posibles. Como si tuviéra- sujeto, y las figuras gemelas de la ant.ropologia y
mos miedo de pensar eI Otro en el tiempo de dei humanismo. Contra eI descentramlento opera
nuestro propio pensamiento. do por Marx _por el análisis histór~co ?e las re
Existe para ello tina rázõn. Si la historia dei Iaciones de producción, de las determmaclOnes eco
pensamiento pudiese seguir siendo el.lugar de las nómicas y de la lucha de clases->, ha dado lu.gar, ~
continuidades ininterrumpidas, si estableciera sin fines deI siglo XIX, a la búsqueda de una hlsto~la
cesar encadenamientos que ningún análisis pudie- global, en la que todas las diferencias de u~a ~ocle
se deshacer sin abstracción, si urdiera en torno de dad podrían ser reducidas a una forma única, a
cuanto los hombres dicen y hacen oscuras síntesis la organizacion de una visión dei mundo, aI ~ta
que se le antícíparan, lo prepararan y lo condu- blecimiento de un sistema de valores, a un tipo
jeran indefinidamente hacia su futuro, esa histo- coherente de civilización. AI descentramiento ope
na sería para la soberanía de la conciencia un rado por la genealogía nietzscheana, opuso la. ~ús
abrigo privilegiado. La historia continua, es el queda de un fundamento originario que hiciese
correlato indispensable de la función fundadora de la racionalidad el telas de la humanidad, Yliga
deI sujeto: la garantía de que todo cuanto le ha toda la historia dei pensamiento a la salvaguarda
escapado podrá serle devuelto; la certidumbre de de esa racionalidad, ai mantenimiento de esa teo
que el tiempo no dispersará nada sin restituirlo logía, y a la vuelta siempre ~ecesaria hacia ese
en una unidad recompuesta; la promesa de que fundamentoo En fino más reclentemente, c.ua~.do
eI sujeto podrá un día -bajo la forma de la con- las investigaciones deI psicoanálisis, de la I.mguls
cíencia histérica-c, apropiarse nuevamente todas rica, de la etnologia, han descentrado aI sujeto en
esas cosas mantenidas lejanas por la diferencia, relación con las leyes de su deseo, las formas de su
restaurará su poderio sobre eIlas y en eIlas encon- lenguaje, las regIas de su acción, o los juegos de sus
trará lo que se puede muy bien I1amar su morada. discursos míticos o fabulosos, cuando quedó c1ar~
Hacer dei análisis histórico eI discurso deI conte- que el propio hombre, interrogado sobre lo.que e~
nido y hacer de la conciencia humana el sujeto mismo era, no podia dar cuenta de su sexual~dad m
originario de todo devenir y de toda prãctíca son de su inconsciente, de las formas sistemáticas de
22 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 23
su lengua o de la regularidad de sus ficciones se que conciernen a las ideas o a las ciencias no me-
reactivó otra vez el tema de una continuidad de la nos que en aquellas que conciernen a la economia
historia: una historia que no seda escansión sino y las sociedades) , ,cómo se podria entonces oponer
devenir; que no sería juego de relaciones, si~o di- con cierto aspecto de legimitidad el "devenir" ai
namismo interno; que no sería sis.tema, sino duro "sistema" el movimiento a las regulaciones circu-
J

trabajo de la libertad; que no sería forma, sino es- lares, o como se dice con una irreflexión bastante
fuerzo incesante de una conciencia recobrándose a ligera, la "historiá" a la "estructura"?
sí misma y tratando de captarse hasta lo más pro- Es la misma función conservadora la que actúa
fundo de sus condiciones: una historia que sería a en el tema de las totalidades culturales -para el
la vez larga paciencia ininterrumpida y vivacidad cual se ha criticado y después dísfrazado a Marx-,
de un movimiento que acaba por romper todos los en el tema de una búsqueda de lo primigenio -que
~,ímites .. ~ara ,~acer valer este tema que opone a la se ha opuesto a Nietzsche antes de tratar de tras-
mmovlhdad de las estructuras, a su sistema "ce- ponérselo-, y en el tema de una historia viva, con-
rrado", a su necesaria "sincronía", la apertura viva tinua y abierta. Se gritará, pues, que se asesina a
de la hi~toria, es preciso evidentemente negar en la historia cada vez que en un análisis histórico -y
los propios anáhsis históricos el uso de la discon- sobre todo si se trata dei pensarniento, de las ideas,
tinuidad, la definición de los niveles y de los Ií- o de los conocimientos- se vea utilizar de manera
mrtes, la descripción de las series específicas, la demasiado manifiesta las categorías de la disconti-
puesta ai día de todo el juego de las diferencias. nuidad y de la diferencia, las nociones de umbral,
Se ha llegado, PI"S, ai punto de antropologizar a de ruptura y de transformación, la descripción de
Marx, a hacer de él un historiador de las totalida- las series y de los límites. Se denunciará en ello un
des y a volver a hallar en él el designio dei huma- atentado contra los derechos imprescriptibles de
nis"-,o; se ha lIegado, pues, ai punto de interpretar la histeria y contra el fundamento de toda historio
a Nietzsche en los términos de la filosofia trascen- cidad posible. Pero no hay que engafíarse: lo que
dental, y a rebajar su genealogía hasta el nivel tanto se Hora no es la desa parición de la historia,
de una ínvesrígación de lo primigenio; se ha lIegado sino la de esa forma de historia que estaba referida
en fin a dejar a un lado, como si todavía no hu- en secreto, pera por entero, a la actividad sintética
biera aflorado nunca, todo ese campo de proble- dei sujeto; lo que se llora es ese devenir que debía
mas metodológicos que la historia nueva propone proporcionar a la soberania de la conciencia un
hoy. Porque, si se probara que la cuestión de las abrigo más seguro, menos expuesto, que los mitos,
discontinuidades, de los sistemas y de las transfor- los sistemas de parentesco, las lenguas, la sexualí-
maciones, de las series y de los umbrales, se plantea dad o el deseo; lo que se Hora es la posibilidad
en todas las disciplinas históricas (y en aquellas de reanimar por el proyecto, el trabajo del sentido
24 INTRODUCCIÓN 25
INTRODUCCIÓN
las palabras y las cosas. Empresa para ~a cual se
o el movimiento de la totalización, el juego de las "ata de tomar la medida de las mutaciones que
~eterminaci~nes materiales, de las regIas de prãc- pe operan en general en el dominio de la histori~;
trca, de los sistemas inconscientes, de las relaciones
pntpresa en la que se revisan los métodos, los Iími-
rigurosas pero no reflexivas, de las correlaciones
Ies, los temas propios de la historia de las, i~eas;
que escapan a toda experiencia vivida; lo que se
empresa por la que se trata de desatar las ~Itlmas
Uora es ese uso ideológico de la histaria por el cual
mjeciones antropológicas; empresa que quiere, en
se trata de resrüuír ai hombre todo cuanto, desde
cambio, poner de relieve cómo pudieron formarse
hace más de un siglo, no ha cesado de escaparle. Se
esas sujeciones. Todas estas tareas han sid? esb~za­
habían amontonado todos los tesoros de otro tiern- das con cierto desorden y sin que su articulación
po en la vieja cil~dadela de esa historia; se la creía general quedara claramente definid~. Era tiempo
sólida; se la había sacralizado; se la habla converti. de darIes coherencia, o ai menos de intentarlo, EI
d? en el último lugar deI pensamiento antropoló' resultado de tal intento es el presente libro.
gico: s~ había creído poder capturar en elIa a aque-
A continuación, y antes de comenzar, apunto
lIos mismos que contra elIa se habían encarniza.
;algunas observaciones en previsión de todo equí-
d?;. se había creldo hacer de ellos unos guardianes
voco.
vígilantes. Pero, en cuanto a esa vieja fortaleza, los
historiadores la han abandonado hace mucho tíem-
-No se trata de transferir ai dominio de la his-
po y han marchado a trabajar a otra parte; se ha toría, y singularmente de la história de los con~ci.
advertido incluso que Marx o Nietzsche no asegu- míentos, un método estructuralista que ya ha Sido
ran la salvaguarda que se les había confiado. No probado en otros campos de análisis. S~ trata de
hay que contar ya con elIos para conservar los desplegar los principios y las consecuencias de un.a
privilegios, ni para afirmar una vez más _y Dios transformación autóctona que está eu vías de reali-
sabe, con todo, si harla falta en la aflicción de zarse en eI dominio dei saber histórico. Que esta
hoy_ que aI menos la história está viva y prosigue, transformación, los problemas que plantea, los ins-
que, para el sujeto atormentado, es el lugar del trumentos que utiliza, los conceptos que en ella se
repeso, de la certidumbre, de la reconciliación definen y los resultados que obtiene no se~~,~ en
deI sueão tranquilizador. ' cierta medida, ajenosva lo que se lIama análisis .e~.
tructural, es muy posible. Pero no es este análisis
el que especificamente, se halla en juego;
-no' se trata (y todavia menos) de utilizar las
En este punto se determina una empresa cuyo categorias de las totalidades culturales (ya ~an ~as
visiones dei mundo, los tipos ideales, el espírítu sm-
plan han fijado de manera muy imperfecta, la His-
guIar de las épocas) para imponer a la histeria, y a
toria de la locura, El nacimiento de la clinica y
26
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 27
pesarsuyo'. las formas deI análisis estructural. Las
series descritas, los limites fiJ' ados I . las cuestiones sobre e! ser humano, la concieneia, el
ne I '. ' as comparacíe,
s y as correlacIOnes establecidas n oeígen y e! sujeto. Pero sin duda no habrla errar
las . . o se apayan en
a~t1gua~ ftlosofías de la historia, sino que tienen en deeir que es ahí también donde se plantea e!
por e~n revIsa~ las teleologías y las totalizaciones; problema de la estructura,
- la medIda en qne se trata de d fí .
todo d ·1"" . e imr un mé Este trabajo no es la repetieión y la descripción
e ana ISIS hIstórico liberado de! t
poló " ema antro .eXacta de lo qne se puede leer en la Historia de la
glCO, se ve que Ia teoría que va a es b ozarse aho.
locura, El nacimiento de la clínica, o Las palabras
ra se encuentra, con las pesquisas ya hechae eu
.,las cosas. En un buen número de puntos es dife-
una doble relación. Trata de formular eu tén~ino
rente. Comporta tarnbién no pocas correceiones y
generales (y no sin muchas rectificaciones no . s
muchas elaboraciones) los instr ,Stn críticas internas. De una manera general, la His-
. '. umentos que esas teria de la locura concedía una parte bastante con-
mvestlgaclOoes han utilizado eu h
t:
f b .

I
su mare a o han
r icado para sus necesidades. Pero, por otra par_
se refuerza con los resultados obtenid
siderable, y por lo demás bastante enigmática, a
lo que en elIa se designaba como una "experien-
. . I os eutooces
para d efínir un método de análi . tia", mostrando con eso hasta qué punto se estaba
d d !SIS que esté puro
e to o antropologismo. EI suelo sobre el que re, Cerca de admitir un tema anónimo y general de
pos~ ". el que ella misma ha descubierto Las in la historia; en El nacimiento de la clínica, e! re-
ve~tIgaClones sobre la locura y la aparició~ de un~ curso, intentado varias veces, al análisis estructu-
pSicologia, sobre la enfermedad y el .. ral amenazaba esquivar lo específico deI problema
. . naCImIento de
una medicina clínica, sobre las ciencias de la Id planteado y e! nive! propio de la arqueologia; fi-
deI leng· d VI a,
. ~a Je y e la economia han sido ensa os nalmente, en Las palabras y las cosas, la ausencia
ciegos por una parte; pero se iban iluminando poy de abalizamiento metodológico pudo hacer pen-
a poco 'I co
métod ' n.o so o porque precisaban gradualmente su sar en análisis en términos de totalidad cultural.
o, SI.no porque descubrlan -en el debate sobre No haber sido capaz de evitar esos peligros, me
el h~n.Iamsmo y la antropologla_ el punto de apesadumbra; me consue!o diciéndome que esta-
POSlblhdad histórica" su
ban inscritos en la empresa misma, ya que, para
tomar sus medidas propias, tenía que desprenderse
En una palabr~, esta obra, como las que la han elIa misma de esos métodos diversos y de esas di-
precedid.j, no s~ lUscribe -aI menos directamente versas formas de historia; y además, sin las pregun-
UI en prrrnera lUstancia_ en e! debate de la es-
tas que me han sido hechas,> sin las dificultades
tructura (confrontada con la génesis la hi t .
eld ir) . , ISonay
evenir ; SIno en ese campo en eI
nifiestan que se ma- a En particular las primeras páginas de este texto han
se cruzan, se entreIazan y se especifican
I constituido,en una forma un tanto diferente, la respuesta
a las preguntas formuladas por el Circulo de epistemoío-
29
28 INTRODUCCIÓN INfRODUCCIÓN
ha sido usted lo que se le re-
suscitadas, sin las objeciones, no habría visto, sin
duda, dibujarse de manera tan precisa la empresa v::c~~ s~~?e ;eu:~~ preparando ya la s~Iida que
p .' libro le permitirá resurgrr en otro
en la que, quiéraIo o no, me encuentro en adelante
en s~ pr~:~:ob~rla como la está haciendo ahora:
comprometido. De ahí, la manera cautelosa, ren-
luga y toy donde ustedes tratan de descu-
queante, de este texto: a cada momento, toma pers- UNo no no es . . d"
J'. ' de donde los miro, rien o .
pectiva, establece sus medidas de una parte y de brirme S100 aqUi, e toma-
_ Cómol lSe imaginan usredes qu~ .m
de otra, se adelanta a tientas hacia sus limites, se i bai Y tanto placer ai escnblr, y creen
da un golpe contra lo que no quiere decir, abre ria tanto tra aJo no un
ue me obstinaría, si no preparara -con ma
fosos para definir su propio camino. A cada mo- q f bril- el laberinto por el que aventurarme,
mento denuncia la confusión posible. Declina su tanto ~ ropósito por deIante, abriéndole sub te-
identidad, no sin decir previamente: no soy ni esto
ni aquello. No es critico, la mayor parte dei riem-
::n::, ~epultándolo d~f~~:~nb~:cár::
lejos de si
d ole despiornes que resuman Y f'
po; no es por decir por lo que afirma que todo el d y aparecer I-
.d laberinto donde per erme
mundo se ha equivocado a izquierda y derecha. Es corn o, _ . ás volveré a encon-
nalmente a unos ojos que Jam .
definir un emplazamiento singular por la exterio- trar? Más de uno, como yo sin duda, esc~lben par~
ridad de sus vecindades; es -más que querer re- me pregunten quién soy, III
perder eI rostro- No
ducir a los demás ai silencio, pretendiendo que me idan que permanezca invariable: es una mo-
sus palabras son vanas- tratar de definir ese espa- ral àe estado civil la que rige nuestra docu~enta.
do blanco desde el que hablo, y que toma forma ción. Que nos deje en paz cuando se trata e es.
lentamente en un discurso que siento tan precario,
cribir.
tan incierto aún,

-,No está usted seguro de lo que dice? ,Va usted


de nuevo a cambiar, a desplazarse en relación
con las preguntas que se le hacen, a decír que las
objecíones no apuntan realmente ai lugar en que
usted se pronuncia? ,Se prepara usted a decir una

gio, dei E. N. S. (cf. Cohíers pour I'onolyse, nüm. 9). Por


otra parte. se dia un esbozo de cienos deaarrollcs, en res-
puesta a los Jectores de &prit (abril de 1968).

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