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Existen 3 métodos posibles de usar para calcular el valor remanente que tendrá la inversión en el
horizonte de su evaluación, y aunque cada uno conduce a un resultado diferente, su inclusión
aporta, en todos los casos, información valiosa para tomar la decisión de la aceptación o rechazo
del proyecto.
Valor de desecho
Valores de activos
Valoración de flujos
El primer método es el contable, que calcula el valor de desecho como la suma de los valores
contables (o valores libro) de los activos. El valor contable corresponde al valor que a esa fecha no
se ha depreciado de un activo y se calcula, en el nivel de perfil y prefactibilidad como: n
ΣI j = ( Ij / n j * d j)
j=1
donde:
I j = inversión en el activo j
En aquellos activos donde no hay pérdida de valor por su uso, como los terrenos, no corresponde
depreciarlos. Por ello, se asignará, al término del período de evaluación, un valor igual al de su
adquisición.
Por ejemplo:
Si el valor de uno de los activos (j) que se comprarán para el proyecto asciende a $12,000 y si el
fisco permite depreciarlo en 15 años (n j), su depreciación anual (I j / n j ) será de 12,000 / 15 =
$800.
En los activos intangibles se aplicará el mismo procedimiento, aunque es frecuente que al término
de su período de evaluación se encuentren totalmente amortizados, con excepción de aquellos
que se considera que se mantendrá su valor (un derecho de llave o una marca).
El segundo método parte de la base de que los valores contables no reflejan el verdadero valor
que podrán tener los activos al término de su vida útil. Por tal motivo plantea que el valor de
desecho de la empresa corresponderá a la suma de los valores comerciales que serían posibles de
esperar, corrigiéndolos por su efecto tributario.
El cálculo del valor de desecho mediante la corrección de los valores comerciales después de
impuesto puede efectuarse por dos procedimientos que conducen a igual resultado. En ambos
casos se requerirá determinar primero la utilidad contable sobre la cual se aplicará la tasa de
impuesto vigente. Para ello se restará al precio de mercado estimado de venta el costo de la venta,
que corresponde al valor contable del activo.
Ejemplo:
Supóngase que el proyecto se evalúa en un horizonte de tiempo de 5 años, que el activo será
adquirido en $1,000 y que su vida útil contable es de 10 años. La depreciación anual será de 100
($1,000 dividido en diez años), lo que significa que en cinco años su depreciación acumulada es de
$500. Si se estima que el valor comercial del activo será al cabo de 5 años equivalente a $650, la
utilidad contable será de $150. suponiendo una tasa de impuestos a las utilidades fuese de 10%,
correspondería pagar $15 en impuestos.
El valor de desecho será entonces de $635, que resulta restar los $15 de impuestos a $650 del
valor comercial.
El segundo procedimiento para llegar a ese mismo resultado es sumar a la utilidad después de
impuestos el valor contable que se dedujo para calcular la utilidad contable antes de impuestos,
por tanto no constituye un flujo de caja desembolsable.
Cuando al activo se le asigna un valor comercial inferior al valor contable, se producen pérdidas
contables. En este caso no hay efectos tributarios. Lo más probable es que haya beneficios
tributarios. El ahorro de este impuesto es un beneficio que se debe reconocer y asociar al
proyecto, ya que sin su venta la empresa deberá pagar un impuesto mayor que si hiciera la venta.
Como puede apreciarse con facilidad, por vender los dos activos la empresa paga sólo
$5 de impuestos, en circunstancias que cuando vendía sólo un activo debía de pagar $15. Se
ahorra $10.
Dicho de otra forma, puede estimarse el valor que un comprador cualquiera estaría dispuesto a
pagar por el negocio en el momento de su valoración.
El valor del proyecto, según este método será el equivalente al valor actual de los beneficios netos
de caja futuros.
VD = Σ (B – C) / (1 + i )
t
t
Donde:
Sin embargo, este modelo obliga a estimar nuevamente para el período n el valor de desecho que
tendría por segunda vez el proyecto.
También, puede estimar un flujo perpetuo a futuro y calcular su valor actual. De esta forma, el
valor de desecho quedaría como:
VD = [ (B – C) k – Dep k ] / i
Donde:
Lo anterior no es otra cosa que la utilidad neta de impuestos actualizada como una perpetuidad ya
que, el flujo de caja corresponde a la utilidad neta más la depreciación del ejercicio.
Por ejemplo:
Si el flujo neto de caja fuese $12,000, la depreciación $2,000 y la tasa de costo de capital de 10%,
el valor de desecho sería:
A pesar de conocer las utilidades probables del proyecto durante los primeros cinco años de
operación, aún no se ha demostrado que la inversión propuesta será económicamente rentable. A
efecto de hacer esta demostración se aplican dos métodos de evaluación que consideran el valor
del dinero en el tiempo, estos son:
El valor presente neto compara el desembolso inicial del proyecto contra los flujos netos de
efectivo de los primeros cinco años del proyecto descontados a la Tasa Mínima Aceptable de
Rendimiento (TMAR) del proyecto.
Si VPN es mayor que cero se acepta el proyecto, ya que los inversionistas estarían percibiendo la
tasa mínima de rendimiento más un valor adicional.
Si VPN es igual a cero los inversionistas deben aceptarlo porque estarían recibiendo la tasa mínima
aceptable rendimiento de la inversión, no habría ningún excedente a esta, pero se estarían
cumpliendo con sus expectativas de ganancia.
Si VPN es menor que cero entonces debe rechazarse el proyecto ya que los inversionistas no
estarían percibiendo lo que desean ganar por su inversión. En todo caso queda a criterio de los
inversionistas.
La fórmula matemática empleada para calcular el VPN es la siguiente:
Donde:
FNE = Flujos netos de efectivo para los 5 años del proyecto. i = Tasa
mínima aceptable de rendimiento.
A continuación se efectúa el cálculo del valor presente neto para este proyecto, pero primero se
calcula la tasa mínima aceptable..
TMAR = i + f + if
Donde:
i = premio al riesgo (este valor debe ser entre 10 y 15% dependiendo del riesgo de la inversión,
para el caso se estima en 10%), y f = Inflación. (Se utiliza un valor de 3 % promedio de los últimos
cinco años).
Datos:
P = $ 357,678
FNE 1 = 162,538
FNE 2 = 173,028
FNE 3 = 183,350
FNE 4 = 188,477
FNE 5 = 188,877
i = 0.43
VPN = - 357678 + 162538.00 + 173028.00 + 183350.00 + 188477.00 + 188877.00
(1+0.43)1 (1+0.43)2 (1+0.43)3 (1+0.43)4 (1+0.43)5
VPN = - $ 20,040.81
Para tomar una mejor decisión, acerca del proyecto, se calcula adicional la Tasa Interna de
Rendimiento (TIR) del proyecto. Al calcular esta, los inversionistas sabrán qué tanto se separa la
tasa real de rendimiento en relación a la tasa que ellos desean (TMAR) y bajo este otro criterio
decidir si se echa a andar o no.
La Tasa Interna de Rendimiento (TIR) es la tasa de descuento que hace que el Valor Presente
Neto (VPN) sea igual a cero.
Su fórmula es la siguiente:
Para el caso:
357,678 = 355,377.52
b) Con una tasa de 39.6%
357,678.00 = 357,863.59
357,678.00 = 358,489.75
Bajo este método se estima, aproximadamente, que la tasa interna de rendimiento del proyecto
es de 39.6 %, ya que al calcular por este porcentaje la TIR excede al VPN en $ 185.59 Al 40% TIR es
inferior al VAN en $ 2,300.48 y al 39.5% TIR excede al VPN en 811.75 Por lo tanto la tasa que más
se aproxima es la de 39.6% Si los inversionistas se conforman con esta tasa de rentabilidad el
proyecto se puede echar a andar, en caso contrario se rechazaría.