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El Programa Andino
ARGENTINA
Obra de
solidaridad
humana
En la región andina de América del Sud existen unos siete millones de indígenas ayma-
rás y quechuas cuyo nivel de vida es de mera subsistencia: seres humanos que han perma-
necido replegados en sí mismos durante siglos, aislados del resto de sus compatriotas y
ajenos a las estructuras sociales y económicas nacionales. Elevar su nivel de vida, inte-
grarles en el seno de sus respectivas colectividades, alentar su esperanza en el futuro,
brindar a sus países el pleno poderío de un acervo humano hasta la fecha intacto : tal es
la razón de ser del Programa Andino.
Esta tarea constituye un reto a los habitantes de los países andinos. Alborea en los
indígenas una clara conciencia de los problemas que apareja su adaptación a la sociedad
moderna ; a la vez, sus compatriotas comienzan a evidenciar que ha llegado la oportunidad
de ayudarles, acelerando así el advenimiento de una era más próspera para todos. Los
Gobiernos están acuciosos por organizar y promover esta transformación en forma orde-
nada y gradual. El Programa significa también un desafío a la capacidad y eficiencia de
las organizaciones internacionales de la familia de las Naciones Unidas cuya ayuda
activa ha sido solicitada por los países interesados.
El Programa Andino emerge de los esfuerzos desplegados durante mucho tiempo por
los gobiernos del Ecuador, Perú y Bolivia con el propósito de integrar a las poblaciones
indígenas en el patrimonio nacional. Hace varios años dichos gobiernos solicitaron la
ayuda de los organizaciones internacionales en un esfuerzo integral y coordinado para
emprender esta tarea monumental.
El Programa surgido de tal empeño cubre amplios sectores de Ecuador, Perú y Bolivia,
y en el futuro, abarcará también Colombia. Se extiende de los altiplanos y sierras andinas,
situados a alturas de más de 3500 metros sobre el nivel del mar, y donde mora la gran
mayoría de la población indígena, a las regiones tropicales y semitropicales de la hoya
amazónica, zonas de menor densidad demográfica, que aguardan aún la llegada del
progreso.
Cinco organizaciones internacionales — las Naciones Unidas, la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS),la Organización para la Alimentación y la Agri-
cultura (FAO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) — cooperan en
estrecho contacto con los gobiernos en la ejecución de esta empresa.
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La magnitud del problema y su significado en términos de solidaridad humana han
despertado auténticos ecos internacionales a los que alienta un espíritu de servicio a la
humanidad. El Gobierno de Bélgica y las organizaciones de empleadores y trabajadores
del mismo país, de la República Federal de Alemania, Dinamarca, los Estados Unidos,
Noruega y Suecia han donado herramientas, maquinaria y medicamentos para equipar
los talleres de formación profesional y los centros médicos del Programa Andino. La
CABE y UNICEF han contribuido con artículos alimenticios que son distribuidos entre
los indígenas.
El Programa Andino ha capturado la imaginación de la opinión pública en los tres
países. La prensa le consagra sus columnas. Voceros de los gobiernos hacen frecuentes
referencias a sus actividades. Las universidades están conscientes del Programa y de las
funciones que les aguardan; del mismo modo en que los estudiantes comienzan a descubrir
en él un arbitrio apropiado para servir un ideal digno de su inquietud juvenil.
No es éxito insignificante el haber difundido entre los propios indígenas una com-
prensión de los beneficios que pueden derivar del Programa para sí mismos y aún en
mayor escala para sus hijos. Dirigentes y miembros de las comunidades andinas adoptan
de continuo como suyos propios los métodos del Programa en los campos de la educación,
la formación profesional, la salubridad y el bienestar social: y se revelan ansiosos por
lograr estos objetivos. Tampoco es pequeña hazaña el haber despertado esta sed de pro-
greso en comunidades en las cuales un ritmo uniforme de existencia ha perdurado durante
las pasadas centurias.
En cada una de las bases del Programa Andino, expertos, agrónomos, maestros,
instructores técnicos, doctores, antropólogos, asistentes sociales, enfermeras y veterinarios
están cada día enseñando a los indios cómo hablar, leer y escribir en el idioma de su país,
cómo mejorar las cosechas, cómo construir caminos y diques de regadío, cómo edificar
mejores viviendas, cómo prevenir las enfermedades y cómo curar a sus animales.
El Programa Andino construye escuelas y casas modelo; equipa talleres de formación
profesional en los cuales se entrenan artesanos y trabajadores calificados; capacita
nuevos administradores locales, promotores sociales, directores de cooperativa y futuros
maestros; y, en algunos casos, ayuda a organizar el traslado de comunidades enteras
hacia tierras más fértiles.
Este empeño es, sin embargo, insuficiente para cumplir en su integridad una misión
de tan largo alcance. A este respecto debe subrayarse que, hoy por hoy, el Programa
Andino afecta sólo a una minoría de la población indígena y sus resultados son en
esencia experimentales. La expansión del Programa depende de la futura ejecución de
amplios planes gubernamentales en una escala más vasta. En el momento actual las
organizaciones internacionales están preparando la etapa en la cual la responsabilidad
por el Programa Andino y su manejo serán transferidos a las autoridades nacionales.
Por lo tanto, se debe acentuar el énfasis en la creación de la estructura administrativa y
formación del personal que habilitará a los gobiernos de los tres países a continuar por
sí mismos la tarea iniciada con ayuda de las organizaciones internacionales. Esta
expansión del Programa requerirá en el período inmediato recursos materiales adicionales
sustanciales, que yo espero podrán ser obtenidos.
Este folleto se basa en informes y artículos de varios funcionarios y expertos que
participan en el Programa. Espero que esta publicación de difusión popular propor-
cionará a los lectores un conocimiento suficiente del Programa y del gran problema
humano que él entraña.
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ntre los indígenas de América Latina se cuentan unos siete millones
que viven en las altas mesetas y repliegues de la Cordillera de los Andes,
a una altitud que oscila entre los 2500 y los 5000 metros. U n a gran
parte de ellos moran hoy en las tierras del antiguo imperio de los Incas,
de quienes son descendientes.
Estos indígenas, según la región, hablan la lengua « quechua» o la
« aymara »; forman una p a r t e importante de la población del Ecuador, del Perú
y de Bolivia y desbordan hacia el sur de Colombia y el norte de la Argentina.
Labradores o peones miserables en nuestros días, no dejan de ser por ello los herederos
de una gran civilización de la que todavía quedan numerosos vestigios. Los relatos
de los conquistadores, los descubrimientos arqueológicos y los estudios etnográficos
son otros tantos testimonios del elevado nivel de cultura artística y de organización
social que alcanzaron los indígenas de los Andes. Perfeccionados métodos de
producción y de distribución permitieron a los Incas acumular considerables
riquezas; el nombre del Perú ¿ no se
ha hecho proverbial en nuestro
« . . . Herederos de una civilización de la que lenguaje corriente? Toda la región
todavía quedan numerosos vestigios...» andina estaba surcada por una
© E. Schwab
impresionante red de vías de comu-
nicación. Campos escalonados en
terrazas suministraban una alimen-
tación suficiente para u n pueblo
cuyo genio supo crear ciudades de
simetría y belleza hoy todavía
admirables : Cuzco o Machu-Pichu
en Perú, Tihuanaco en Bolivia.
Lo bello y lo útil
* *. %
desaparición de las clases dirigentes y una decadencia total de la masa indígena.
La mayor parte de los indígenas perdieron la propiedad de las tierras de sus ante-
pasados. Se vieron constreñidos a buscar refugio en los lugares más inaccesibles de
la cordillera, a trabajar en las minas o en las explotaciones agrícolas que se adjudi-
caron los conquistadores, quienes se apropiaron no sólo de las tierras sino también
de los hombres que en ellas vivían. Con el correr de los tiempos, y a pesar de los
esfuerzos que algunos gobiernos y entidades realizaron para proteger al indígena
y poner a su alcance las ventajas de la moderna civilización, se perpetuó un estado
de hecho en el que la condición del indígena llegó a ser sinónimo de sujeción, de
estancamiento económico y de degradación social.
Los indígenas que quedaron libres tuvieron que ir a ocupar las tierras menos
fértiles y más alejadas de las vías de comunicación y de los mercados. Se vieron
reducidos a efectuar trabajos agrícolas y de artesanía que les permitían solamente
ganar su sustento, arañando con útiles anacrónicos un suelo agotado e ingrato,
hilando y tejiendo la burda lana de sus magros animales domésticos, viviendo en
chozas de cañas y barro.
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© OIT
9
embarazo o el parto y se le atribuye en
gran parte la responsabilidad de la
espantosa mortalidad infantil. Además,
la ausencia de toda acción preventiva
de inmunización mantiene a la viruela
y tos ferina en u n estado endémico,
causando también la muerte de muchos
niños. La tuberculosis y otras afec-
ciones pulmonares hacen estragos. Los
parásitos son numerosos y nocivos. Las
infecciones intestinales originan menos
estragos que las pulmonares, aun
cuando en ciertos campamentos mine-
ros son de importancia.
Mala nutrición
E n las regiones rurales son todavía raras las escuelas, y donde éstas existen se
ven con frecuencia faltas de maestros y de material didáctico. Aproximadamente el
80 por ciento de los indígenas son analfabetos; m u y pocos conocen el español. El
desconocimiento de la lengua oficial de sus países contribuye también a su aisla-
miento. No existe la formación profesional, agrícola o de artesanía.
A pesar de todo, cada vez con más frecuencia se recurre al indígena. Se multiplican
las vías de comunicación, se generaliza el servicio militar, las haciendas patriarcales
de antaño se ven sustituidas por plantaciones modernas, las ciudades crecen, surgen
las industrias nuevas. Pero el indígena, mal alojado, deficientemente nutrido,
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Freno al progreso
Tal es el resultado de una evolución histórica que gravita pesadamente hoy sobre
la economía de los países que cuentan con una fuerte proporción de población indígena.
Durante siglos, millones de seres humanos han permanecido al margen del circuito
normal de intercambios. Suingreso por habitante es uno de los más bajos del
m u n d o ; y su poder de adquisición, prácticamente nulo. Agricultores, artesanos,
mineros, desde hace mucho tiempo vienen contribuyendo a la creación de riquezas;
pese a estos aportes como su productividad es baja, se han acostumbrado a no
consumir casi nada fuera de una parte del producto directo de su trabajo. Pero hoy
se comprueba que una tal situación frena el progreso general, puesto que perpetúa
el estancamiento e impide la participación del conjunto de la población en el esfuerzo
de fomento económico emprendido por todos los países. Desde luego, e incluso en los
países menos desarrollados, el aislamiento del indígena, casi absoluto antaño, va
cediendo su plaza a una relación acentuada con la civilización; civilización que le
desorienta o le desarraiga. El desequilibrio social se hace así cada vez más aparente
y de consecuencias más trascendentales. Por ello, los países interesados se afanan
en buscar el remedio y muchos de ellos han realizado meritorios esfuerzos en ese
sentido.
Sería un manifiesto error creer que estas masas indígenas están satisfechas con
su aislamiento y miseria o que carecen de voluntad para mejorar su suerte. Los
indígenas de los Andes han conservado el cariño a la tierra que les sustenta y están
acostumbrados al esfuerzo. Poseen una dignidad extraordinaria y una gran voluntad
para sustraer a sus hijos de la miseria que les aplasta. Estas masas constituyen una
reserva potencial inestimable de mano de obra para el desarrollo económico de los
países andinos. Algunos países han creído poder recurrir a una inmigración en masa.
Millones de emigrantes europeos atravesaron los océanos para contribuir a la
extensión de la industria naciente en el Nuevo Mundo; pero esta fuente de mano
de obra no es inagotable y, además, es m u y costosa. Por el contrario, en países como
el Ecuador, Perú y Bolivia, las poblaciones indígenas constituyen una fuente de
mano de obra inapreciable para el progreso económico.
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a Organización Internacional del Trabajo tiene la responsabilidad de
coordinar el Programa Andino; programa que ha sido concebido y
llevado a la práctica en colaboración con las otras instituciones inter-
nacionales, tales como las Naciones Unidas, la UNESCO, la Organización
Mundial de la Salud y la Organización para la Alimentación y la
Agricultura.
El Programa Andino no es la primera manifestación del interés que la OIT tiene
por las poblaciones aborígenes. E n efecto, las condiciones de vida y de trabajo de
estas poblaciones han preocupado a la Organización desde los primeros años de su
existencia.
Ya en 1926, la Oficina Internacional del Trabajo creó una comisión de expertos
cuya misión fué la de elaborar las normas internacionales para la protección de los
trabajadores aborígenes. Los trabajos de esta comisión sirvieron de base a u n a serie
de convenios que fueron adoptados por la Conferencia Internacional del Trabajo
entre los años 1930 y 1939. Estos convenios se refieren a diversas cuestiones de
interés para los trabajadores aborígenes, como, por ejemplo, el reclutamiento, el
contrato de empleo, las sanciones
penales, etc.
La primera Conferencia de los
Estados de América Miembros de la
OIT se celebró en Santiago, en 1936.
E n el orden del día de esta confe-
rencia las condiciones de vida y de
trabajo de las poblaciones autócto-
nas ocuparon un lugar de impor-
tancia. E n una resolución, que se
revela hoy como el punto de partida
de los esfuerzos que dieron por
resultado el Programa Andino, la
Conferencia encargó a la O I T que
hiciese u n estudio de los problemas
económicos y sociales de estas
poblaciones y que examinase la
posibilidad de llegar a una acción concreta para mejorar la suerte de ellas. Inme-
diatamente después la OIT reunió las informaciones puestas a su disposición por los
países interesados y efectuó una encuesta sobre la situación en el P e r ú ; encuesta
cuyas conclusiones se publicaron en el año 1938.
E n la segunda Conferencia de los Estados de América Miembros de la Organiza-
ción Internacional del Trabajo, que se celebró en La Habana, en 1939, el Director
General pudo precisar la posición de la Organización sobre este particular: « Las
cuestiones que conciernen particularmente a la población indígena, no y a como
indios, sino por ser el sector de la población más atrasado y oprimido, no puede
considerarse que forman parte del problema indio, sino más bien de la totalidad de
los problemas sociales del país, debiendo ser enfocadas desde el punto de vista de las
reformas generales y no desde el de una raza particular. »
E s t a segunda Conferencia adoptó una resolución por la que se pedía que se
hicieran estudios especiales sobre las condiciones de las masas trabajadoras del
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continente americano, y especialmente de las que los descendientes de los indígenas
constituyen una importante fracción.
E n 1943, el Gobierno de Bolivia pidió a los Estados Unidos que hiciese una
encuesta sobre las condiciones de trabajo en las minas de estaño, metal del que se
tenía necesidad urgente a causa de la guerra. Se solicitó del Director General de la
OIT que designase u n funcionario para que acompañase a esta misión de encuesta;
misión que se vio penosamente sorprendida por el estado de miseria en que se hallaban
mineros y campesinos indígenas. Las mejoras que se pudieron lograr desaparecieron
después de la guerra por el descenso del precio del estaño.
Un paso decisivo
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Una feria ganadera en el altiplano. Sobre los 3.S00 metros de altura es difícil aclimatiiar
a los animales. Tampoco existen buenos pastos y la tierra ha sido gastada por la erosión.
I OIT
En la región andina la naturaleza es yerma y los métodos de trabajo anacrónicos. Sin
embargo, en los valles y en las zonas bajas, grandes extensiones de tierra fértil aguardan
aun la presencia del hombre. El Programa enfoca ambos aspectos del problema. ©OIT
Expansión del P r o g r a m a
Hacia esta misma época se planteó el problema de extender el trabajo emprendido
en las comunidades rurales de las cercanías de Pillapi a u n a región de mayor amplitud.
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Para ello hacía falta aportar una contribución mayor a los esfuerzos del Gobierno
boliviano para formar, entre los jóvenes de estas comunidades, una élite de
dirigentes competentes, como también de especialistas en diversas técnicas agrícolas
y de artesanía.
Después de una visita a los lugares, efectuada de diciembre de 1955 a febrero
de 1956 por los representantes de los diversos organismos internacionales que par-
ticipan en el Programa Andino, se decidió establecer nuevas bases de acción en
Playa Verde y en Otavi, en la alta meseta boliviana. Estas bases comenzaron a
> funcionar a mediados del año 1956.
También había llegado el momento de extender el Programa Andino en el Ecuador.
En efecto, la experiencia llevada a cabo en el taller de artesanía de Quito había
demostrado que era posible mejorar la calidad artística y la confección de los tejidos
¡ indígenas. Igualmente se puso de manifiesto que tanto el número de indígenas de
^ este país como las condiciones en que vivían exigían una acción de mayor amplitud
y profundidad. Como consecuencia de una encuesta efectuada por un funcionario
de la 01T, se decidió también establecer una base de acción en la provincia del
Chimborazo, donde la población indígena es muy numerosa y los problemas de
, integración especialmente agudos. Las autoridades provinciales y municipales
manifestaron el deseo de unirse al esfuerzo emprendido por el Gobierno nacional.
Las recomendaciones de la OIT fueron aprobadas rápidamente por el gobierno,
y el trabajo en Chimborazo pudo comenzar a principios del año 1956.
El Programa Andino ha proseguido en 1957 y en 1958 partiendo de diez bases
de acción en los tres países andinos que cuentan con fuerte población indígena. Estas
bases son:
7 n
^¿11
«>
i
• T i&¿.
El taller de Quito
25
pidió que efectuase una encuesta en esa
zona. He aquí algunas de las impre-
siones del funcionario de la OIT :
26
clima, vegetación y fisonomía. La tierra está cultivada casi en su totalidad y las dimi-
nutas parcelas de los indígenas trepan por las laderas de las montañas. Cuando se
recogen las cosechas, el color dorado de los campos de cebada, los rojos y azules de
ponchos y faldas forman un conjunto inolvidable. Las innumerables cabanas que
se alzan entre pastizales y campos dan cobijo a un gentío.»
« Por todas partes se ven los destrozos causados por la erosión. Las cabras y los
corderos están flacos, la lana es mala. Los conejos pululan por las chozas que custo-
dian perros peligrosos y hambrientos. La cebada rala, que da una tierra agotada por
siglos de cultivo, la siegan con una pequeña hoz; siendo bastante difícil poder coger
más de una decena de espigas a la vez. Vemos a las mujeres desgranar las espigas
con una rama de árbol: no tienen ni siquiera un mayal de palos articulados. En la
temporada de la siembra vuelven la tierra con una herramienta de madera, a veces
provista de una punta metálica; y lanzan el grano al azar. La r u t a panamericana
y el ferrocarril atraviesan la meseta en toda su longitud. Pero el indígena vive
allí como en la época de la conquista española. »
27
Algunas escuelas eran así
En la aldea d e N i t i l u i s a , e n la región
de R i o b a m b a las clases se llevan a
cabo en la iglesia hasta que la c o m u -
nidad construya una escuela. E n t r e
los planes de acción del P r o g r a m a
A n d i n o , la construcción de escuelas
ocupa lugar p r e f e r e n t e .
© Naciones Unidas
28
pero los indígenas se pusieron en trabajo...
29
. . . con estos resultados
!
K
>..
( Viene de la pg. 27)
o en las plantaciones. Marchando por senderos escarpados, a casi 4000 metros de
altitud se encuentran aldeas donde hombres con pantalones de grueso algodón,
descalzos, remueven la tierra seca y dura con una plancha de madera. Más abajo puede
admirarse la destreza de los indígenas de Colta, que atraviesan un ancho estanque
en una balsa hecha con dos troncos de árbol para buscar juncos que les sirven para
alimentar al ganado, hacer esteras y cubrir el bohío...
Existe también el complejo problema de la propiedad de la tierra en toda esta
región, donde las parcelas de los pequeños propietarios o de colonos lindan con las
grandes propiedades, con frecuencia arrendadas, de particulares, de la administración
de la asistencia pública y de la Iglesia.
La base de C h i m b o r a z o
lista misión dio por resultado el establecimiento de una base de acción en la
provincia central de Chimborazo, encaminada a elevar el nivel de vida de las comu-
nidades rurales indígenas mejorando, diversificando y dando valor a la producción
agrícola y de artesanía; implantando la instrucción y la formación profesional de
adultos y jóvenes y mejorando las condiciones sanitarias y las habitaciones.
La región constituye un verdadero microcosmos de la Sierra. Su altitud media se
aproxima de los 3000 metros sobre el nivel del mar. La base de acción se encuentra
en el centro de una región de unos 100 kms. y, desde la capital provincial de Rio-
bamba, extiende su acción actualmente a unas treinta comunidades indígenas. E n
esta región se encuentra la pequeña aldea de Guano, centro importante de productos
de artesanía, de tapices y del cultivo de la cabuya, cuyas fibras se trabajan allí.
Ya en 1956 el gobierno ecuatoriano había destinado para el programa la cantidad
de 325.000 sucres (unos 20.000 dólares). E n 1957, este presupuesto se elevó a 500.000
sucres, sin contar los gastos aprobados por el Consejo Provincial de Chimborazo, la
construcción de los edificios de un centro de formación profesional (345.000 sucres)
y 10.000 sucres donados por la Comisión de Asistencia Pública de Riobamba.
Donaciones internacionales
Gracias a la solidaridad nacional e internacional pudo completarse el equipo de
la base de acción. La asistencia técnica internacional permitió comprar automóviles,
A
Así son las nuevas escuelas. Con el a p o r t e del G o b i e r n o Ecuatoriano y del P r o g r a m a
A n d i n o , los indígenas de « El H o s p i t a l » comunidad cercana a Riobamba acaban de inau-
gurar este nuevo local, construido por ellos mismos. © Naciones Unidas
•
Y esta es l'a nueva escuela de Uchanchi, t o t a l m e n t e t e r m i n a d a y puesta al servicio de la
comunidad por el P r o g r a m a A n d i n o . En esta f o r m a se están construyendo d i e z escuelas
que llenarán una de las más grandes necesidades comunales de la zona. © °!T
T
Y a no más locales ófricos e insalubres. A h o r a los niños indígenas de numerosas comunidades
ecuatorianas pueden ingresar alegres a sus nuevas clases, de pisos de m a d e r a y amplias
ventanas. A c t u a l m e n t e se lleva a cabo una campaña de alfabetización para adultos, inclusive
en comunidades donde no hay escuelas. © Naciones Unidas
31
,.-• -
entre ellos una ambulancia. La base dispone de un aparato portátil de proyección
cinematográfica. Los donativos otorgados por el gobierno, por las organizaciones
patronales y de trabajadores de Dinamarca y por los trabajadores de Noruega, de
un valor de varios miles de dólares, permitieron la compra del equipo necesario para
el taller de formación de Guano y del material indispensable para los talleres de
formación dispersos por las comunidades rurales. La municipalidad de Riobamba
y una fábrica de cemento de la región prestaron dos prensas de cemento para facilitar
la construcción de las escuelas de la zona.
Se están resolviendo, en parte, los problemas que plantea la penuria de agua,
gracias a un equipo de un valor de 60.000 dólares, facilitado por los programas de
asistencia técnica de las Naciones Unidas y del Servicio Cooperativo Norteamericano.
Cada sábado los campesinos se reúnen en Otavalo para vender sus mercancías o a d q u i r i r
ganado. I:n 19S7 el « Proyecto H e i f e r » proporcionó al P r o g r a m a 14 carneros reproductores
y 10 ovejas, los que fueron prestados a los pequeños criaderos indígenas. © Naciones Unidas
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© OIT
Empleadores y trabajadores de Dinamarca, así como trabajadores de Noruega han donado
equipo para los talleres del Programa en el Ecuador. Aquí llega el material de carpintería.
Escuelas
La obra a realizar no h a sido siempre fácil. Por ejemplo, en u n a comunidad
comprobaron los expertos que si bien los indígenas habían reservado u n terreno para
la construcción de la escuela, éstos tenían m u y poca prisa para levantar el edificio.
Conociendo la importancia que los indígenas conceden a la instrucción, se les pre-
guntó por la razón de esta indiferencia y lentitud:
« — Preferimos ser prudentes. Sabemos cómo las cosas m a r c h a n : primero nos
van a enviar un maestro, y después vendrá el cobrador de contribuciones... »
E n otra comunidad, los indígenas se mostraron m u y reservados cuando los
funcionarios encargados de establecer la base de acción les visitaron. Después les
dijeron con toda franqueza:
« — Sabemos que vienen ustedes a buscar petróleo, y que cuando lo h a y a n
encontrado nos echarán de nuestras tierras, lo que será nuestra ruina. »
Con perseverancia y paciencia se llegó a vencer mucha de esta resistencia. A los
dos años de esfuerzos pudieron construirse o repararse unas quince escuelas en la
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zona que está bajo la influencia de la base de acción. Actualmente asisten a ellas
unos mil niños. E n siete comunidades los indígenas construyeron ellos mismos sus
escuelas, sin recibir ayuda exterior, y siguiendo las indicaciones que les dio un
especialista de la base de acción. Con los subsidios del Consejo Provincial se cons-
truyeron cinco nuevas escuelas. Con la ayuda de un ingeniero de la localidad se
construyó un nuevo tipo de edificio escolar, que resulta económico y racional. P a r a
los maestros de la provincia se organizaron dos jornadas de estudios, logrando así
asociarles a un programa de enseñanza adaptado a las necesidades de las poblaciones
rurales. P a r a muy pronto se espera que una escuela rural central permitirá a los
niños mejor dotados estudiar más tiempo que los cuatro años de estudios actuales y
prepararse para las escuelas de segunda enseñanza.
Siete indígenas jóvenes de la región fueron enviados como becarios a la escuela-
internado para agricultores, organizada con el concurso de la Organización para la
Alimentación y la Agricultura. E n la región de Guano se deja sentir la afluencia de
antiguos alumnos del taller de Quito.
35
los adultos. U n día, el Director
General Adjunto de la OIT pre-
guntó a unos indígenas cómo ha-
bían logrado construir una escuela
con sus propios recursos. Le respon-
dieron así:
« — Nosotros vivimos en la igno-
rancia y queremos que nuestros
hijos vivan mejor. »
E n otra oportunidad, la base de
acción recibió de los vecinos de una
comunidad una petición solicitando
la construcción de una escuela. Dos
expertos fueron allí y prometieron
ayudar a los indígenas a condición
de que ellos transporten los mate-
riales al lugar donde la escuela se
edificaría, en una pequeña parcela
Este puente, construido por los propios indí- de terreno al lado de la iglesia. Al
genas con ayuda del P r o g r a m a A n d i n o , u n i r á volver unas semanas después, los
dos sectores de la comunidad de N i t i l u i s a . funcionarios de la base de acción
© Naciones Unidas se vieron sorprendidos al comprobar
que el sendero que unía la aldea
con la carretera principal había
sido transformado por los indígenas en una carretera aceptable, de cerca de
un kilómetro de longitud. Esto suponía u n trabajo inmenso, pues los indíge-
nas tuvieron que trabajar sobre un terreno rocoso. Además, los funcionarios
encontraron considerables cantidades de arena y de piedra al lado de la iglesia.
La arena la extrajeron de una veta situada a unos 150 metros de profundidad
en la montaña. Los indígenas la habían transportado a hombro, en sacos, marchando
por un sendero estrecho y peligroso. E n otra montaña situada a dos kilómetros de
distancia los indígenas labraron las piedras, que transportaron a hombro también.
Refiere el Director del Programa en el E c u a d o r :
« Cuando llegamos a la iglesia los indígenas nos dieron la bienvenida. Nosotros les
felicitamos por el esfuerzo realizado, pero no nos escucharon. Lo que querían saber
era la fecha en que comenzarían los trabajos. Les preguntamos por qué se habían
afanado tanto en transformar el estrecho sendero en una verdadera ruta. A lo que
respondieron: — Queremos ayudar al personal de la base de acción para que pueda
llegar hasta aquí en «jeep ». »
36
Campaña Sanitaria
Poco a poco los servicios médicos del Programa van ganando la confianza de los indígenas.
El médico va desplazando al curandero y al mago; la higiene, a las prácticas supersticiosas.
© Naciones Unidas
Los indígenas de la Sierra ecuatoriana, como los de las otras regiones andinas, no
tienen la costumbre de consultar con el médico. Prácticamente desconocen gran p a r t e
de las reglas elementales de higiene, desconfían del hospital, del doctor y de la
enfermera. P a r a poder remediar esto, los expertos de la base de acción del Chim-
borazo dedicaron u n empeño especial en el aspecto sanitario. L a asistencia técnica
internacional puso a su disposición una ambulancia automóvil, y las autoridades
nacionales han encargado a un médico la difícil tarea de ganar la confianza de los
campesinos.
Esto no ha sido siempre fácil empresa. El equipo sanitario ha encontrado u n a
terca resistencia pasiva en muchas comunidades. E n otras han tropezado con
amenazas, debido a que los indígenas creían, entre otras cosas, que la destrucción
de parásitos por medio del D D T mataría sus perros y conejos; para protegerlos del
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Los niños de la aldea de G a t a z o Grande aceptan ya gustosos que se les rocíe con D D T .
A h o r a , ellos mismos se encargan de convencer a sus padres. © Naciones Unidas
DDT, una mujer los metió en un saco para ocultarlos... y murieron asfixiados. E n
otros-lugares el equipo tuvo que retirarse ante la hostilidad de la población.
A pesar de todo, poco a poco se lograron resultados positivos. Los expertos comen-
zaron por desinfectar a los niños de las escuelas, después intentaron penetrar en
aldeas y hogares. Al mismo tiempo se emprendió una campaña contra las ratas.
Cuenta el médico que en una choza vio una mujer anciana que al lado de su
cama tenía un grueso garrote.
— P a r a qué quiere usted este palo? la preguntó.
— Para espantar a las ratas, que no me dejan dormir por la noche.
El equipo continuó actuando, y al día siguiente se pudieron ver los resultados:
las ratas habían desaparecido.
39
— Que Dios se lo pague, dijo la mujer al médico, y que le conserve la vida cien
años. Por la primera vez he podido dormir sin que me molesten las ratas. Antes las
entendía incluso cuando decía mis oraciones; ahora puedo ya. orar y dormir en paz.
Que Dios se lo pague.
El niño enfermo
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Experimentos Agrícolas
Los campesinos indígenas de esta región son propietarios de parcelas de tierra,
pero la cosecha es demasiado exigua para que les de para vivir. Debido a ello, muchos
salen a buscar trabajo, que cobran en especie, con derecho a usar los pastizales,
recibiendo pequeñas cantidades de dinero; y van, generalmente, a las grandes pro-
piedades vecinas. E n buena parte este trabajo es de temporada, y siempre irregular.
Y debido a los procedimientos y a los añosos aperos de labranza, así como a la falta
de calificación de los indígenas, el trabajo resulta siempre penoso y poco remunerador.
De esta forma, la labor de la base de acción es doble. Por un lado, se t r a t a de
mejorar la producción agrícola indígena; por otro, resulta indispensable enseñar a
los indígenas un cierto número de oficios.
Las comunidades indígenas han puesto a disposición de la base de acción pequeños
terrenos. Un agrónomo especialista experimenta en ellos, a título demostrativo, el
cultivo de las variedades más remuneradoras de patatas, legumbres y plantas forra-
jeras. A este efecto, varios municipios h a n adquirido recientemente terrenos de mayor
extensión, donde se espera poder organizar una granja-escuela y un centro de expan-
sión agrícola, con la ayuda de los expertos de la FAO. Al lado de algunas escuelas
existen ya huertas. Se han organizado clubs de campesinos jóvenes, tomando como
modelo los clubs 4 F ; el Servicio Cooperativo Interamericano asumirá la dirección.
La cría de ganados no se deja en el olvido. El «Proyecto Heifer», un organismo
americano, donó a la base de acción 14 carneros y 10 ovejas, que prestan a los campe-
sinos para que puedan mejorar sus rebaños. Al mismo tiempo se procura mejorar la
calidad de la lana para el trabajo de artesanía local. Se t r a t a también de que re-
emplacen los conejillos de indias por conejos, con mejor carne y pieles más con-
venientes.
E n colaboración con los servicios forestales, la base de acción ha creado tres
viveros. Alrededor de los campos indígenas comienzan a verse ya pequeños arbolillos,
que un día pudieran transformar el paisaje
de la región y también su economía. Se están
haciendo trabajos de irrigación emprendidos,
en parte, con la ayuda de la asistencia téc-
nica internacional y, en parte, por medio de
la estimable subvención concedida por los
organismos ecuatorianos competentes. E n t r e
otras cosas, los indígenas han aprendido a
hacer acueductos, con cemento. La dirección
y los técnicos de una fábrica de la región les
han asesorado y puesto a su disposición una
parte de los útiles necesarios y de las mate-
rias primas que precisaban. E n colaboración
con los expertos del Centro de acción, esta
misma fábrica estudia los medios de producir
materiales de construcción durables con las
materias primas que en la localidad existen.
Los indígenas han construido caminos y puentes, y están mejorando una casa con
arreglo a su propia concepción.
42
as principales bases de acción del Programa Andino se encuentran en
el departamento de Puno, región contigua al Lago Titicaca, donde las
concentraciones demográficas de indígenas son densas.
La sede del Programa está en la ciudad de P u n o ; Camicache,
Chucuito y Taraco, son sus tres bases cuyas actividades esenciales son
la formación profesional de los campesinos, la agricultura y ganadería,
la salubridad, las migraciones internas y ciertas investigaciones de orden antropo-
lógico relacionadas con las tareas anteriores.
Formación profesional
Aunque el indígena peruano es también, en esencia, un agricultor, el Programa
Andino ha establecido en Puno un plan de formación profesional que se ejecuta a
través de sus tres bases y de algunos talleres comunales. Su acción se concentra
en la reorganización y capacitación de instructores, así como en la inscripción de
un mayor número de alumnos indígenas.
E n las bases de Chucuito, Camicache y Taraco han sido creados tres talleres
de formación profesional que cuentan en la actualidad con locales adecuados.
E n Chucuito, cinco alumnos del taller de carpintería terminaron su curso de
formación de dos años. Tres de ellos han sido contratados por la base y los otros
dos encontraron empleo en el asiento minero de Toquepala. Otros seis alumnos
que abandonaron el curso antes de completar su formación profesional también
encontraron trabajo en Toquepala. E n 1958, diez alumnos cursan el segundo
año y veinticinco el primero.
E n marzo de 1958, el taller
mecánico de Chucuito, completa-
mente instalado, admitió a dieciseis
jóvenes indígenas en sus clases de
mecánica automotriz. Seis de ellos
fueron asignados más tarde al curso
de mecánica general.
Se organizará un curso de mecá-
nica general en Camicache y hasta
la fecha han sido formados seis con-
ductores de tractor, que prestarán
sus servicios en el Plan del Sur.
E n Taraco, treinta y seis alumnos
están recibiendo formación pro-
fesional en mecánica general y se
forman también catorce conductores
de tractores.
44
La educación fundamental
Dos secciones del Programa que han experimentado ciertas dificultades en
organizar sus recursos y personal son la de Educación fundamental y la de Agri-
cultura. La razón es simple de explicar. La sección de Salubridad, por ejemplo, posee
objetivos claros e inmediatos, fácilmente comprensibles por los indígenas; en cambio
las dos primeras secciones operan en una escala mas difusa de objetivos que las
hace menos accesible a los indígenas. (Pasa a la pg. 49)
45
Historia ctó
i*"
X
seis lechos, utilizando la m a d e r a de unas
grandes cajas de embalaje, obsequiadas por
el e x p e r t o mecánico de Puno.Jj
El internado presentaba un aspecto agrada-
ble. En el d o r m i t o r i o las cubiertas multico-
lores lucían siempre limpias. El comedor
contaba con una gran mesa y taburetes. Los
alumnos podían disfrutar de dos comidas
calientes por día, lujo desusado en la región.
Los jóvenes indígenas adquirieron hábitos
de aseo y <;l local de la escuela e r a mantenido
escrupulosamente l i m p i o , por t u r n o s .
Cada día, mayor n ú m e r o de niños solici-
taba admisión a la escuela. Fué preciso fabri-
car nuevas mesas de t r a b a j o . Cuando el
edificio resultó estrecho, la escuela alquiló un
local aún más grande.
A l l í está ahora la escuela de Chucuito.
Cada a l u m n o dispone de una nueva mesa de
t r a b a j o , de: útiles personales flamantes y puede
usar m a t e r i a l colectivo m o d e r n o . El inter-
nado ha sido t a m b i é n a m p l i a d o . Se ha orga-
nizado uníi cooperativa de producción a cargo
de los propios alumnos.
El tallisr de carpintería está equipado con
veinte bancos y un juego completo de máqui-
nas, e n t r e las cuales figuran una sierra circular,
una máquina universal y esmeriles. Cuenta
t a m b i é n con veinte equipos para uso individual
y una serie de equipos especiales para uso
colectivo de los alumnos.
Y esa es la recompensa de M a n u e l .
4í
$;.~-
E n la Raya, por ejemplo, cada familia contribuyó con un aporte de cien adobes
para la construcción de la escuela y los varones prestaron servicios gratuitos en
esta tarea. E n Potojane, otra comunidad distante, los campesinos construyeron un
camino que une la escuela con la carretera principal. En Camicache, tres campesinos
decidieron edificar sus casas sobre nuevos diseños, proporcionados por el Programa.
50
» Paseando alrededor de estas viviendas reparamos en un pequeño terreno de
juegos, en donde las jovencitas indígenas, con su delantal y sombrero hongo, jugaban
al basquetbol y al volleybol. Un aspecto nuevo y desconocido del Altiplano! »
Cada vez es mayor el número de mujeres indígenas que recurren a los servicios
de la comadrona, quien en un solo mes intervino en tres partos difíciles. Es probable
que, sin sus auxilios, las tres pacientes habrían perecido.
Tanto la asistenta social como la comadrona se han instalado en llave, para
efectuar sus trabajos en forma mas inmediata y directa. Alquilaron una casita de
los indígenas y la amueblaron con enseres sencillos. Su alimentación es análoga a la
de los indígenas y deben atender a la población femenina en cualquier momento
del día o de la noche.
Los talleies de Chucuito. Aquí los pequeños campesinos indígenas aprenden carpintería,
mecánica y herrería. La American Federation ofLabour donó 50.000 dólares para equipos.
© OIT
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52
siempre, hay que enfrentar los obstáculos inherentes a todo comienzo así como
algunos factores imprevistos. Así, en una localidad las lluvias destruyeron los
cimientos del local; en otra, la comunidad no dispone de recursos suficientes para
preseguir los trabajos; en una tercera, la profusión de «fiestas» ha impedido un
adelanto continuo.
Existe también el problema de la distancia. Algunas comunidades se hallan
demasiado alejadas de las bases y es difícil acceder a ellas. Por ello, el progreso en
este campo de actividad, si bien incesante, es inevitablemente lento.
El experimento en pastos
Los altiplanos y valles de los Andes, donde viven los indígenas, son aptos para
ser transformados en una región de buenos pastos, en los que la industria ganadera
puede prosperar y producir no sólo lana sino también carne y productos lácteos,
de los que todos los países andinos, y en especial el Perú, tienen necesidad.
N i una gota de agua d u r a n t e largos meses. Las semillas fueron destruidas, el ganado
comenzó a m o r i r . Los indígenas, alarmados, e m p e z a r o n a e m i g r a r a las ciudades. © J Schwab
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53
Tal transformación aumentaría los ingresos de los campesinos, t a n t o de los pro-
pietarios de las tierras que practican actualmente una agricultura de subsistencia,
como de los que viven como « colonos » en las haciendas. Crearía u n nuevo mercado
para la mano de obra indígena, disminuiría el desempleo y el subempleo considerables
que campean en la región. Conduciría a formas más evolucionadas de asociación
entre los propietarios y los colonos. E n fin, contribuiría a la elevación del nivel de
vida del conjunto de la población.
Antes de la conquista española no existían en el continente ganado bovino ni
ovino. Los indígenas domesticaron a las llamas y a las alpacas, mediocres productores
de leche y carne. E n la actualidad, en el Perú, la producción de carne y leche de vaca
y oveja no alcanza a cubrir las crecientes necesidades de la población. El Perú im-
porta anualmente carne y productos lácteos por un total de 11 millones de dólares;
por lo t a n t o la situación es favorable para una expansión doméstica de la producción.
E n las regiones de clima templado o frío del Nuevo Mundo (norte de los Estados
Unidos, sud del Canadá, Argentina, etc) el incremento de la producción de carne y
de leche ha coincidido con la introducción de ciertas hierbas y leguminosas de origen
euro-asiático, que también podrían ser implantadas en los altiplanos andinos.
Fué con ese propósito que el Programa Andino inició, en 1956, un proyecto
experimental de pastos en la región de Puno.
54
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acumular las piedras necesarias para este trabajo. Parece inclusive que aquellos que
desearían colaborarnos abrigan temor de hacerlo.
» Es imposible predecir lo que ocurrirá. »
Por suerte, una semana más tarde, el jefe de la base pudo informar que llovía
en todo el altiplano...
« Por supuesto, la época de siembra ha pasado —• escribió — y muchos de los
sembríos se han perdido, pero es posible que algunos sean salvados. Los indios han
comenzado a plantar; también ha comenzado a crecer el pasto y la terrible escasez
de forraje concluirá pronto. Las lluvias están calmando el espíritu perturbado de
Camicache. Parece que ha desaparecido el peligro para nuestro personal y para los
edificios. El personal, que estuvo a punto de abandonar el lugar, por lo menos durante
las noches, ahora ha decidido continuar en Camicache. »
Los campesinos acogen con interés estos ensayos. Después de la sequía de 1956,
pese a que habían casi agotado sus recursos en la compra de alimentos, los campesinos
de la región de llave decidieron adquirir, al contado, mil sacos de abono, por un
valor total de 35.000 soles, suma considerable para su economía. Solicitaron luego
que el Programa roturara sus tierras utilizando tractores, que se inmunizara a su
ganado y que se dieran baños antiparasitarios a sus corderos. Este ejemplo se repitió
en muchas comunidades.
Rico de una experiencia de dos años, el experto del Programa preparó instruc-
ciones para uso de los indígenas, en las que se detallan normas precisas para la
OIT
Contemplando la nueva escuela construida gracias a sus propios esfuerzos. ©
J
siembra de pastos, se aconsejan los tipos adecuados de semillas etc. Cinco mezclas
especiales resultaron apropiadas para las diferentes regiones de Puno.
E n la actualidad, estos experimentos con pastos extranjeros se efectúan sobre
222 parcelas de tierra. El Programa continua alentando a los campesinos indígenas
y ganaderos en el uso de las semillas que han probado su eficacia.
Zonas de influencia
El trabajo de la sección Agrícola del Programa ha sido organizado en cuatro
zonas.
En Camicache, Huancollusco, Huariquisana y Chucuito han sido plantados
almacigos de diversas legumbres, que serán distribuidas luego entre los campesinos.
Hasta la fecha existe un centenar de huertos particulares cultivados por éstos.
Algunos indígenas han plantado árboles en sus campos; el Programa proporcionó
los almacigos a precios bajo costo.
La crianza de aves de corral ha sido también implantada.
Los indígenas de algunas comunidades se han agrupado en clubs denominados
« Social-agrícola», cuyo objetivo es el de alentar este género de actividades, inter-
cambiando semillas, cruzando especímenes avícolas etc.
El Programa Andino ha estimulado también el uso del crédito agrícola. H a s t a
la fecha el Banco de Fomento Agropecuario h a otorgado a los indígenas préstamos
por un total de varios miles de soles, destinados sobre todo a mejorar la ganadería
en la zona aledaña al lago Titicaca.
El Programa introduce entre los campesinos la utilización de abonos químicos,
el manejo de insecticidas y de germicidas. Los agrónomos hacen conocer el valor de
plantas y semillas seleccionadas ; cómo regar las tierras de secano y cómo drenar las
57
tierras demasiado húmedas. Los veterinarios efectúan demostraciones sobre los
métodos para mejorar el ganado. El Programa ha importado del extranjero repro-
ductores que pueden contribuir a mejorar el ganado doméstico. H a n sido instalados
baños desinfectantes que eliminan los parásitos.
Se espera que el Programa Cooperativo de Experimentación Agrícola (Punto IV)
colaborará con el Programa en la preservación y expansión de sus aspectos experi-
mentales.
E s también propósito del Programa organizar los « ayllus » indígenas y las parcia-
lidades para la siembra de pastos en las tierras comunales y para el mejoramiento
de los pastos naturales mediante la introducción de especies foráneas.
Como signo alentador debe anotarse que después de la estación de las lluvias, las
parcelas experimentales y de demostración que sobrevivieron a la sequía se hallaban
en excelentes condiciones.
Salubridad
El Programa Andino tiene establecidos servicios médicos en varias comu-
nidades y sus actividades pueden ser clasificadas dentro de tres categorías: el
servicio médico propiamente dicho; dispensarios gratuitos, visitas a domicilio
etc.; el entrenamiento de trabajadores auxiliares seleccionados entre la propia
población campesina; por último, el saneamiento de la región.
Las experiencias de orden médico recogidas en el Ecuador, referidas en el
capítulo I I I de este folleto, se reiteran en gran medida en Perú y Bolivia.
Como en aquel país, en un principio los expertos debieron vencer una des-
confianza innata de los campesinos, obstinadamente apegados a prácticas supers-
ticiosas e ignorantes de elementales conocimientos higiénicos.
«Los indígenas vinieron en gran número a nuestro dispensario médico de
Camicache — informó en la época el director del centro — pero actualmente el
médico espera en vano a los enfermos. Hemos organizado visitas a domicilio, sin
ningún r e s u l t a d o . . . Los in-
dígenas tienen la costumbre
de esperar que sus enferme-
dades desaparezcan por sí mis-
mas o, en algunos casos, me-
diante la intervención de los
curanderos. Por lo demás, ca-
recen de los recursos financie-
ros suficientes para adquirir
medicamentos. »
Trabajadores auxiliares
Los cursos de formación de traba-
jadores auxiliares o, en otros términos,
ayudantes de enfermeros y comadro-
nas, continua despertando el interés de
numeróse s voluntarios en Chucuito y
El camino
a Tambopata
Desde algunos años atrás, la cre-
ciente presión demográfica existente en
la región de Puno induce a numerosos
indígenas a emigrar en unos casos a la
costa sobre el Océano Pacífico, o hacia
el interior del país.
Se viene produciendo así un movi-
miento espontáneo y desarticulado que
amenaza crear múltiples problemas
económicos y sociales.
A fines de 1954, el gobierno del
Perú pidió al Programa Andino que le
sometiera un estudio sobre las posibili-
dades de canalizar y organizar esa
migración indígena a Tambopata, me-
diante la construcción de vías de
comunicación adecuadas y otras medi-
das necesarias.
El Programa destacó de inmediato
a un ingeniero de prestigio, quien efec-
tuó u n detallado estudio de los posibles
trazados de una carretera que uniría
Caminos peligrosos
La construcción de una buena ruta se hace tanto mas premiosa cuanto que las
sendas actuales son peligrosas y primitivas. Atraviezan parajes escarpados de la
Cordillera de los Andes para descender luego abruptamente a la jungla amazónica.
Es evidente que, en tales condiciones, las penurias que deben afrontar los actuales
migrantes son dramáticas.
Los torrentes son vadeados usando medios p r i m i t i v o s . La selva comienza a tupirse. © OIT
61
Los expertos del Programa salieron de Puno en junio de 1957 e hicieron el re-
corrido hasta Tambopata, por el valle de Sandia. La misión estaba integrada por
expertos en salubridad, educación, asistencia social y agricultura.
Después de un estudio detenido de la región, la misión formuló cuatro recomen-
daciones esenciales: activar la construcción del camino; crear en Tambopata un
Centro de Fomento y Orientación de la colonización, encargado de ejecutar un pro-
grama de salubridad, educación, servicios sociales y extensión agrícola; establecer
un centro de salubridad en Puno, equipado con un laboratorio y Rayos X, para la
selección médica de los migrantes; y, finalmente, reservar tierras en el valle de
Tambopata para su concesión a los indígenas desprovistos de recursos.
Estudios antropológicos
La sección antropológica del Programa Andino ha sumado su acción a la de las
secciones de Educación fundamental, Salubridad y Agricultura para efectuar un
estudio intensivo de los promotores sociales que fueron entrenados en diciembre
último en Camicache. Se investigó el tipo de trabajo que éstos efectuaban, o que son
capaces de efectuar, así como los métodos de selección y formación mas apropiados
para este propósito.
Los antropólogos han realizado breves estudios de regiones en los cuales se
tropezaba con ciertas dificultades, o en aquellas en las que se proyectaba iniciar
nuevas actividades. Gracias a sus recomendaciones ha sido posible fijar una nómina
de las comunidades mas apropiadas para ser incorporadas al Programa, teniendo en
cuenta los recursos de que ellas disponen, el interés demostrado por los campesinos
y las posibilidades de tiempo y personal. Así fué posible seleccionar unas siete nuevas
comunidades, en el segundo trimestre de 1958.
62
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BRASIL
ARGENTINA V
n Bolivia, el « Programa Andino » actúa en dos sentidos complemen-
tarios. En el altiplano, región situada a unos 3.800 metros sobre el nivel
del mar, intenta elevar las condiciones de vida y trabajo del indígena en
los lugares de arraigo ancestral de éste, mediante la introducción de
modernos métodos agrícolas, alfabetización y formación profesional y
la difusión de prácticas higiénicas y sanitarias. E s t a acción se desarrolla
a través de tres bases de acción: Pillapi, Playa Verde y Ota vi.
Sin embargo, juzgado con un criterio económico, el Altiplano boliviano es una
región superpoblada, cuyos recursos naturales actuales son quizá insuficientes para
proporcionar un adecuado nivel de vida a sus habitantes. Por ello, el « Programa
Andino » coopera con el gobierno de Bolivia en un ensayo de transplante de algunos
núcleos indígenas altiplánicos a las regiones orientales de Santa Cruz, más bajas, más
fértiles y menos pobladas.
64
Efl Altiplano
Pillapi se encuentra próxima a la vía férrea que une La Paz con los puertos de
Moliendo, en el Perú, y de Arica, en Chile. La estación de ferrocarril más próxima es
la de Tihuanacu, villorrio célebre por sus impresionantes ruinas de una civilización
pre-incaica.
65
Cuando se inauguró la base, los campesinos eludían visitar el dispensario médico
y los talleres, instalados en la casa de hacienda. La única actividad en la que mostraron
interés desde el primer momento fué en la de edificación de escuelas.
Poco a poco esta desconfianza fué disipándose a medida que el Programa comen-
zaba a mostrar resultados concretos. Ahora los campesinos están dispuestos a coo-
perar y el radio de acción de Pillapi, limitado inicialmente a seis comunidades,
abarca en 1958 más de treinta, con un total de unas veinte mil personas.
La región de Pillapi
Lago Titicaca
Ferrocarril
Carretera principal
Carretera secundaria
de este lugar. Quien fué el farsante que la
llamó Playa Verde?»
Unos 150 a 200 campesinos que espe-
raban a la comisión expresaron en forma
casi unánime su anhelo de ver establecida
una base en Playa Verde. Todos mencio-
naron, en primer término, el deseo de
contar con una buena escuela y con buenos
profesores. Este anhelo por la educación
de los niiíos está profundamente arraigado
en las comunidades indígenas de Bolivia,
Ecuador y Perú.
La base de Playa Verde fué inaugu-
rada en octubre de 1956, en una ceremonia
llena de color. Dos dias antes de la fecha
fijada, los. campesinos comenzaron a llegar.
Algunos habían caminado durante cinco
días, desde lejanas comunidades, en com-
pañía de sus mujeres é hijos. E n el día de
la inauguración había unos mil quinientos
campesinos presentes, delegados por al-
deas y cooperativas de todo el departa-
mento de Oruro. La mayoría de las agru-
paciones portaban estandartes, en los que
estaban inscritos no sólo los nombres de
las propias comunidades, sino también el
de Playa Verde, como símbolo de interés y
lealtad al Programa.
Muy pronto la base de Playa Verde
amplió su radio de acción en cerca de
cincuenta comunidades, que comprenden
unas cuarenta mil personas. Algunas de
estas comunidades se hallan a más de 200
kilómetros de la base, en la frontera con
Chile o en los departamentos de Cocha-
bamba y Potosí. Esta labor del Pro-
grama se efectúa mediante promotores y
dirigentes indígenas, surgidos del seno de
las propias comunidades y formados en
Playa Verde.
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«S^igWSS
La casa incendiada
« Una de mis preocupaciones —
refiere un e x p e r t o del P r o g r a m a A n -
dino — e r a el m e j o r a m i e n t o de las casas
de P i l l a p i . Había intentado diversos
a r b i t r i o s para convencer a los indígenas,
pero ninguno dio el resultado deseable.
« Cerca de Chivo ( c o m u n i d a d pró-
x i m a a Pillapi) una casa modelo per-
manecía sin ser concluida, debido a que
el f u t u r o dueño no m o s t r a b a interés en
h a b i t a r l a . A f o r t u n a d a m e n t e para nues-
tros propósitos se incendió una choza
perteneciente a una pobre f a m i l i a cam- La casa que se incendió en Pillapi. La dueña contem-
pesina de Pillapi. A q u e l l a t a r d e me pla desolada el desastre; dispersos en el suelo, sus
OIT
trasladé a ver el siniestro y estudiar humildes enseres. Era toda su fortuna. ©
las medidas de auxilio que podríamos
prestar.
« El h o m b r e y su f a m i l i a estaban desolados pues habian perdido no sólo su casa sino
t a m b i é n la m a y o r p a r t e de sus enseres.
— N o t e inquietes, dije al campesino. V a m o s a c o n t r u i r para t i , e n t r e todos, una casa
nueva.
» En efecto con la ayuda de los campesinos quedó edificada una nueva m o r a d a con dos
habitaciones, cocina a p a r t e y una l e t r i n a .
» Pocos días más t a r d e , aquel p r i m e r campesino antes renuente a t e r m i n a r su casa
m e expresó su deseo de concluir cuanto antes los trabajos. Dos campesinos más han venido
de otras localidades a pedir ayuda para construir sus nuevas casas. El e j e m p l o se e x t i e n d e ,
quizá si-demasiado r á p i d a m e n t e . »
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^yéss»***,.
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un grito entusiasta. Pocas veces me han emocionado más los niños... E n cuanto a
limpieza podían compararse favorablemente con los escolares de mi propio país.»
71
H a y que enseñar a leer
t a m b i é n a los adultos.
En Playa V e r d e se han
organizado cursos de
f o r m a c i ó n de instruc-
tores quienes, al volver
a sus comunidades, son
los mejores propagan-
distas del Programa.
©OIT
72
necesarias para las labores agrícolas, que a menudo se deterioran y pierden por
carencia de este tipo de servicio.
14 nuevas escuelas
Los cursos en la base son comple-
mentados mediante visitas periódicas
a las comunidades de la zona.
Con la colaboración directa o indi-
recta del Programa, en 1957 fueron
construidas catorce nuevas escuelas y
doce salas comunales; dos pequeñas
fábricas de ladrillos, dos sistemas de
regadío y setentiseis kilómetros de
carreteras. Además, se crearon pequeñas
bibliotecas en once comunidades.
E n 1958, la zona de Playa Verde
cuenta con 37 escuelas, en las que reci-
ben educación 1.650 niños indígenas.
E n Otavi los progresos han sido
relativamente más lentos. Funciona
actualmente una escuela con 60 alumnos
y otras 5 escuelas han sido incorporadas
Estas son las nuevas escuelas que comienzan a aparecer en el altiplano. El ejemplo
tendrá que ser multiplicado para que ejerza realmente un impacto en la vida del indígena.
76
Se han efectuado esfuerzos para buscar variedades más productivas de patatas,
quinua, maiz, cebada, trigo y alfalfa, de ciclo vegetativo corto, resistentes a la
sequía, a las plagas y a las enfermedades.
E n algunos casos los resultados han sido satisfactorios. Una cooperativa que en
1956 había recogido 35 quintales de papatas logró cosechar 190 quintales en 1958,
gracias a estas mejoras. En conjunto, la cosecha de mayo de 1957 fué superior a las
de años anteriores.
Aumentos de 400%
E n Playa Verde, diez comunidades pudieron en 1957 ofrecer en venta parte de sus
cosechas y las áreas sembradas en 1958 son tres veces más extensas que en 1957. La
cosecha en siete comunidades próximas a la base fué diez veces superior a la de 1957.
El aumento en toda la región de Playa Verde es 400 a 500% superior a la producción
existente antes de la creación de la base. Por ejemplo, se vendieron lechugas por un
total de más de 11 millones de bolivianos, suma considerable en relación con la
economía del campesino. También en esta base han sido creadas cooperativas para la
crianza de aves de corral y de conejos.
La nueva escuela de Chivo, cerca de Pillapi. Los techos son de tejas m u l t i c o l o r e s , los pisos
de m a d e r a y los ventanales con vidrios. Así llega al progreso a los pequeños campesinos.
©OIT
77
En enero de 1958, las cooperativas de tres comunidades de la región de Pillapi
adquirieron 840 cabezas de ganado ovino y 15 sementales « Corriedale». Además,
para mejorar el ganado porcino se han comprado 8 reproductores « Poland china »,
proporcionados por la base de Cotoca, en Santa Cruz.
Para controlar las enfermedades parasitarias del ganado han sido construidos
baños antisárnicos en Pillapi y se procedió a la inmunización del ganado.
No fué muy fácil convencer a los campesinos sobre la urgencia de estas precau-
ciones, apegados como estaban a prejuicios ancestrales. Sin embargo, en la actualidad,
vistos los resultados (desaparición de la sarna, por ejemplo), su cooperación es amplia.
Crédito agrícola
Los expertos de la base de Playa Verde colaboraron con el Crédito Agricola
Supervisado (Punto IV) para explicar a los indígenas las ventajas y empleo del
Se ha enseñado a los indígenas cómo desinfectar sus animales, cómo c o m b a t i r las plagas.
Los resultados han sido halagadores y la respuesta de los campesinos, i n m e d i a t a . A h o r a
OIT
acuden al P r o g r a m a en busca de consejo y de ayuda para m e j o r a r su ganado. ©
La regí(5n de Playa Verde
crédito. Algunas cooperativas así como ciertos indígenas, a titulo privado, han solici-
tado préstamos para la compra de semillas, insecticidas, animales de labranza etc.
E n Otavi, siempre con la ayuda del Crédito Agrícola Supervisado se ha organi-
zado una cooperativa agrícola.
79
sanitarias en cuatro comunidades vecinas, a las que los enfermos acuden una vez por
semana. E l campesino comienza a perder su temor al médico y utiliza en forma cre-
ciente los servicios del Programa. A fin de introducir el hábito — hasta ahora desco-
nocido en el altiplano andino — de considerar los gastos en la conservación de la
salud como un capitulo normal de los egresos, el Programa cobra pequeñas sumas a
los campesinos por los medicamentos que les proporciona.
Los servicios de asistencia social cooperan con esta acción médica. Cuatro alumnas
de la Escuela de Servicio Social de La Paz permanecieron durante algunos meses en
Pillapi y su labor fué útil t a n t o para su propia formación profesional como para el
Programa. Sus visitas a los hogares campesinos se tradujeron en algunos pequeños
progresos en el comfort: construcción de chimeneas, apertura de pozos p a r a la pro-
visión de agua potable, mayor aseo en las habitaciones, formación de clubs de niños
para la práctica de los deportes etc.
E n Playa Verde un antiguo depósito ha sido habilitado como clínica y hospital y
cuenta con una sala de espera, un consultorio y un dormitorio con espacio para dos o
tres camas. También se han efectuado campañas de vacunación contre la viruela y
la difteria. Aquí, en Pillapi y en las demás bases fueron utilizados los antibióticos
donados por el Gobierno de Bélgica.
Los servicios médicos comienzan a ser organizados en Otavi, con la ayuda del
Servicio Cooperativo Interamericano de Salubridad Publica (SCISP).
Las actividades del Programa relatadas en las páginas que anteceden tienen por
objeto elevar el nivel de vida de los campesinos altiplánicos en el seno de sus proprias
comunidades, o sea en el lugar de su ancestro. Estas labores poseen esencialmente
un valor de demostración y de formación. De demostración porque permiten señalar
a los indígenas la forma como pueden mejorar sus condiciones de existencia; y de
formación, porque se han multiplicado los cursos destinados a formar instructores
que pueden, a su vez, comunicar sus proprios conocimientos a los demás indígenas.
Los expertos tienen la consigna de extender el radio de acción de las bases hasta las
más alejadas comunidades y las zonas cubiertas son y a apreciables. También se ha
otorgado cuidado especial a que estas demostraciones se efectúen por medios simples,
poco costosos, al alcance de los indígenas.
Pero, es preciso reconocer que, en gene-
ral, las tierras altas no poseen una gran
calidad. El altiplano boliviano es — econó-
micamente considerado — una región
superpoblada que contrasta con la zona
oriental, más baja, más fértil y menos
densamente habitada.
E s t a zona oriental presenta por lo t a n t o
inmensas posibilidades de colonización,
que hasta la fecha no han sido utilizadas.
Apoyado en tales consideraciones, el
Programa Andino efectúa actualmente un
ensayo de colonización de la región orien-
tal con indígenas provenientes del altiplano
andino. Ese es el origen de la base de Cotoca,
cuya historia se relata a continuación.
80
Camino al oriente boliviano. Las últimas estribaciones de los Andes han sido dejadas atrás
y comienza a extenderse la llanura más fértil. Una nueva vida se anuncia para los colo-
nos que han abandonado sus tierras en el altiplano para establecerse en el oriente del país.
Cotoca
El altiplano está vinculado con la región oriental mediante una línea férrea que
desciende^ a la ciudad de Cochabamba, situada en un valle de clima templado. A
su vez, Cochabamba está ligada con Santa Cruz, capital del oriente boliviano, gracias
a una espléndida carretera.
Ciudad semitropical de 50 mil habitantes, Santa Cruz posee una marcada fisono-
mía española: casas de un solo piso, con muros blanqueados; calles con portales y
altas aceras; ventanas ornadas de rejas y flores. De tarde en tarde se recorta por
sus calles polvorientas la silueta de un jinete o de una caravana de bueyes de paso
tardo, tirando unos pesados carretones de madera.
La población cruceña es en su mayoría de raza blanca y delata su ancestro
español: es jovial, facunda, en marcado contraste con el indígena altiplánico, reservado
y silencioso.
81
Como primeros colonos fueron elegidos los campesinos de Calcha, habituados a migrar tem-
poralmente al norte de la Argentina y contratarse como «braceros» en las plantaciones.
Nidos de águilas
Las asistentas sociales visitaron en repetidas ocasiones los campamentos mineros
y las pequeñas comunidades indígenas del departamento de Potosí, para hacer una
selección adecuada de migrantes.
— «Yawisla, Chalavi, Huaycaya, La Lava, Cuchi-ingenio, Chachacaya, Sorj-
machi, Yascapi — nidos de águilas colgados al filo de las montañas en cuyos pro-
fundos cañones serpentea un torrente — perdidos en alguna pampa barrida en toda
estación por veintos helados... Las visitas nos conducían a una veintena de loca-
lidades diferentes, donde éramos acogidas siempre por las mismas miradas, primero
grávidas de inquietud, tranquilas y confiadas después délos encuentros iniciales... »
— recuerda una asistenta social.
82
Los campesinos de Calcha
Como primeros grupos de emigración fueron seleccionados campesinos quechuas
de Calcha, comunidad situada a unos 3 mil metros de altura en el altiplano andino;
después fueron agregados algunos obreros mineros de Oruro y Potosí.
No faltaron escépticos que afirmaron que los indígenas aymarás y quechuas no se
adaptarían al nuevo ambiente, extraño a sus costumbres ancestrales.
Se eligió a los calcheños porque estos campesinos poseen hábitos migratorios
desde tiempos remotos. Durante la época « muerta » de las labores agrícolas, confían
a las mujeres el cuidado de sus hogares y se dirigen sea a los valles vecinos a trocar
el producto de sus tierras, a las minas del sur de Bolivia o, en algunos casos, a las
plantaciones de caña de azúcar de la Argentina.
En cuanto a los mineros migrantes, muchos de origen campesino, se cuidó que la
mayoría de ellos contara con cierta experiencia en labores agrícolas.
A fines de julio de 1955 se organizó el primer viaje.
Fueron escogidos colonos de 18 a 30 años de edad, no afectados por enfermedades
transmisibles, en especial la tuberculosis, ni de cardiopatías, afecciones renales,
anemias y otras enfermedades susceptibles de aumentar la fatiga del organismo
humano. Se inmunizó a los colonos contra la viruela, la tos ferina, la fiebre tifoidea,
los tétanos y la fiebre amarilla.
El primer grupo sumaba 25 hombres, 4 mujeres y 3 niños. Le sucedieron otros
grupos el último de los cuales llamado el de «mineros » llegó a Cotoca en febrero
de 1956.
Problemas de adaptación
La adaptación del hombre andino a la zona semitropical y tropical presenta
diversos problemas de orden médico y psicológico.
El organismo humano habituado a alturas superiores a 3 mil metros, al clima
frío y a las grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche, debe adaptarse
paulatinamente al clima tropical. La fatiga y la tuberculosis son dos amenazas
durante esta etapa inicial.
En Cotoca las horas de trabajo fueron reglamentadas teniendo en cuenta estas
circunstancias. Las labores comenzaban a las 5 o 6 de la mañana, según la estación,
83
La v e s t i m e n t a ha sido aligerada; la coca
y el alcohol, desterrados. N i un solo colono
tuvo que v o l v e r al altiplano por causa de
enfermedad y al cabo de algunos meses, todos
ellos habían a u m e n t a d o de peso, gracias a la
buena a l i m e n t a c i ó n . ©OIT
•
U n a p a r t e de los colonos fué destinada a la
construcción d e sus propias viviendas. O OIT
T
Se fabricó lechos de dos camas para alojar
OIT
a los colonos venidos del altiplano. ©
84
cavados tres pozos artesianos utilizando el equipo
donado por las Naciones Unidas y así los colo-
nos dispusieron de agua fresca y filtrada. Se
emplearon repelentes y antibióticos para com-
batir la piodermitis y las infecciones.
Problemas psicológicos
Paralelamente con estas actividades, fué
preciso prestar atención cuidadosa al problema
de adaptación psicológica de los colonos al
nuevo ambiente.
Muchos de los campesinos se habían separado
de sus familias y a veces se dejaban percibir los
efectos de esa ausencia.
« Vivíamos — recuerda la asistenta social —
en medio de las personas de quienes debíamos
ocuparnos. Las reuniones, las visitas a los colo-
nos se prolongaban a veces hasta las nueve o
diez de la noche. Pero era en los sábados en la
tarde o domingos, cuando no había excursiones
o fiestas improvisadas, que afloraba la nostalgia
y aparecían las quejas. Cuantas veces he escu-
chado :
» — Señorita. Quiero volver.
» Había que esforzarse por conocer las razones,
el pretexto o las causas verdaderas...
» A las cinco y media de la mañana hay que
controlar' la partida de los hombres al trabajo.
No falta nadie a la lista ? H a y algún enfermo ?
Debe descender del camión el pequeño Abraham,
de siete a.ños de edad, que insiste en ir el trabajo
con su padre ?
» Dos jóvenes campesinos, aprovechando unos
minutos libres, me confían que tienen necesi-
El grupo de «zampoñaris»
La músico probó ser un medio
eficaz para acelerar la adaptación de
los colonos.
E l indígena altiplánico posee una
aptitud musical innata. Imita con
facilidad cualquier sonido y su
justeza de tonos es admirable. Cons-
truye unos instrumentos de viento
llamados « zamponas », fabricados
con cañas huecas de longitud diversa
y entrelazados con cáñamos. Un
grupo de unos doce « zampoñaris »
lleva la melodía; el tambor y el
bombo ajustan el ritmo.
Entre los colonos existían varios
«zampoñaris », lo cual dio la idea
de organizar una orquesta, para ali-
viar los momentos de soledad.
Un día en que el equipo de fút-
bol de la colonia debía jugar con
otro integrado por cotoqueños,
alguien tuvo la idea de amenizar el
espectáculo con la orquesta de«zam-
M a q u i n a r i a donada por los trabajadores de
ponas ». No fué tarea leve el con-
la República Federal de A l e m a n i a . Otros
vencer a los « artistas », aterroriza-
paises europeos t a m b i é n han c o n t r i b u i d o con
dos ante la perspectiva de caer en
diversos donativos de equipo al P r o g r a m a .
ridículo ante los cotoqueños, para
quienes las « zamponas » eran instru-
mentos desconocidos.
Sin embargo, el éxito fué sensacional. Desde entonces la popularidad de los
« zampoñaris » se acrecienta de día en día y son invitados a participar en gran número
de fiestas en la región. « Ahora lo difícil es convencerles de que dejen de tocar »
— comenta un experto.
86
La vivienda
87
Alfabetización de los colonos
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En Cotoca desapareció un mito: el de que el indígena rehuye el baño. Esta escena, exó-
tica en el altiplano, se produce en el oriente cada día. El clima es el factor decisivo. © O I T
A
La f a l t a de viviendas fué uno de los problemas más graves que tuvo que a f r o n t a r el Pro-
g r a m a . Su conclusión significaba que las familias de los colonos podrían reunirse a éstos.
•
Las nuevas casas se construyen de modo que los colonos puedan disponer de a l o j a m i e n t o
decoroso. La vivienda es solida, a m p l i a y bien v e n t i l a d a . T a m b i é n se provee m o b i l i a r i o .
90
•
Los niños contribuyen a la manufactura de los bancos para la escuela, a la que t a m b i é n
asisten los hijos de los pobladores originarios de la región.
•
Se ha t e r m i n a d o el t a l l e r mecánico de La Enconada y se u t i l i z a la m a q u i n a r i a donada por
las organizaciones de empleadores y trabajadores belgas. A fines de 1957 se iniciaron
cursos nocturnos de f o r m a c i ó n profesional, con 29 alumnos.
91
E s evidente que el limitado número de colonos (227 personas en marzo de 1958)
confiere al proyecto de Cotoca un valor sobre todo experimental. Pero no es menos
cierto que las enseñanzas adquiridas en este tiempo servirán de base indispensable
p a r a cualquier intento en mayor escala que los gobiernos decidan emprender en el
futuro.
La yuca, las bananas, el arroz han reemplazado a las patatas y a la«quinua». Todos los
colonos ganaron peso al cabo de unos meses de permanencia en Cotoca. Ninguno debió vol-
ver al altiplano por motivo de enfermedad y su estado general de salud es muy satisfactorio.
©OIT
92
El futuro del Programa Andino
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destinar a este objeto. E n tal caso, los gobiernos tendrán que estudiar la conveniencia
de solicitar una ayuda internacional más sustancial.
Un nuevo espíritu
Este nuevo espíritu que hoy aflora en las masas indígenas, sería insuficiente si no
significara más que una manifestación de repudio al pasado y si no estuviera reves-
tida de un signo positivo. Sin embargo —• y este es un aspecto capital — la con-
ciencia indígena se desdobla en un insaciable anhelo de adquirir nuevos conocimien-
tos, de incorporar a su acervo valores que hasta la fecha han sido patrimonio exclu-
sivo de otras categorías de ciudadanos.
97
« ¡ C ó m o concebir que en el i n t e r i o r de un m i s m o país, en el que el progreso técnico se ha
i m p l a n t a d o , una {;ran p a r t e de la población continúe al margen de ese progreso? »
© E. Schwab
Aspecto i m p o r t a n t e del P r o g r a m a es la f o r m a c i ó n de instructores nacionales, que un día
deberán r e e m p l a z a r a los expertos e x t r a n j e r o s . A c t u a l m e n t e se f o r m a n decenas de aquel los.
© Naciones Unidas
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Apoyo al Programa
Por fortuna, signos augúrales muestran que el Programa Andino comienza ya a
cuajar en la conciencia de los gobernantes y de la opinión pública de los países an-
dinos.
Se multiplican las declaraciones de distinguidos hombres de estado del Ecuador,
Perú y Bolivia en apoyo al Programa y no es exagerado afirmar que el problema
indígena se halla en un plano preferente de sus preocupaciones. A este respecto
constituye un hecho significativo la resolución presentada por el Perú y aprobada por
unanimidad en la última Conferencia Internacional del Trabajo, relativa a la urgencia
de obtener « la plena integración de las poblaciones indígenas en la vida económica,
social y cultural » del Ecuador, Peni y Bolivia.
Los círculos universitarios y la juventud parecen también decididos a aportar a
esta obra de integración de los indígenas un concurso indispensable. Ese espíritu ha
El indígena es esencialmente un
agricultor, pero es preciso enseñar
por lo menos a algunos de ellos cier-
tos oficios que les p e r m i t i r á n mejo-
rar su nivel de vida. El P r o g r a m a
f o r m a carpinteros, herreros y me-
cánicos, que después serán útiles
a las propias comunidades.
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*«
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tenido ya ocasión de mostrarse en algunos hechos prácticos: hace unos meses, un
grupo de estudiantes bolivianos visitó la base de Playa Verde durante algunas
semanas y consagró todo ese tiempo a laborar con los propios indígenas en la construc-
ción de viviendas, tareas de alfabetización, labores agrícolas etc.
Otro grupo de profesores e intelectuales ecuatorianos ha ofrecido su colaboración
a los expertos, expresando su deseo de crear centros análogos a los del Programa
Andino. Si la acción de los tres gobiernos y de las cinco organizaciones internacionales
que participan en el Programa logra articularse con carácter permanente con el
entusiasmo de la juventud y la voluntad de los círculos dirigentes, entonces podrá
abrigarse la certeza que serán vencidos todos los obstáculos materiales que aun
yacen en el camino a la integración de los indígenas.
101
Programa Andino
• Bases actuales
A Bases en estudio
Donativos al Programa
1. Estados Unidos de América
La Federación Americana del Trabajo hizo un donativo en maquinaria y herra-
mientas de mano para equipar dos talleres, uno en Puno (Perú) y otro en Pillapi
(Bolivia), por un valor de 50.000 dólares.
La organización americana CABE (Cooperative for American Remittances Every-
ivhere) ha donado centenas de equipos de herramientas manuales de carpintero y agri-
cultor con destino a los diferentes proyectos del Programa Andino. Este organismo ha
donado igualmente leche y queso, que se ha venido distribuyendo regularmente entre
las poblaciones indígenas de esta zona.
2. Bélgica
El Gobierno belga hizo un donativo de antibióticos por un valor total de tres millones
de francos belgas, para el Programa Andino en Bolivia, Ecuador y Perú.
El Gobierno de Bélgica puso a disposición del Programa la suma de 400.000
francos belgas para la construcción de un centro comunal en Coloca (Bolivia).
.Las organizaciones de empleadores y de trabajadores belgas proporcionaron maqui-
naria y herramientas por un valor de 40.000 dólares para la creación de un taller en
Cotoca (Bolivia), material que ha llegado a su destino y se está instalando.
Entre el Programa y el Gobierno belga se han entablado negociaciones para la
dotación de equipo médico.
i. Suecia
Las organizaciones suecas de empleadores y de tra-
bajadores donaron herramientas por un valor de 6000
dólares con destino al proyecto de Playa Verde (Bolivia).
5. Dinamarca
Para el proyecto de Chimborazo (Ecuador), las orga-
nizaciones de trabajadores y empleadores de Dinamarca
hicieron un donativo de maquinaria y herramientas para
trabajar la madera por un valor de 3500 dólares.'
6. Noruega
La, Organización de Trabajadores Noruegos hicieron
un donativo de herramientas por un valor de 1750 dólares
con destina al proyecto de Chimborazo (Ecuador).
103
índice
Página
Prefacio 3
III. Ecuador 23
IV. Perú 43
V. Bolivia 63
104