COMENTARIO DE TEXTO: ELOGIO DE LA LOCURA

María García Losada

Se trata de un fragmento extraído de la obra Elogio de la locura (1511) cuyo autor

es el humanista y teólogo Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Nacido un 28 de octubre
entre 1466 y 1469, pues los teóricos desconocen la fecha con exactitud, en la citada ciudad
holandesa.1 Además de su formación religiosa, estudió a los clásicos y a los autores del
Renacimiento y desarrolló una vocación poética y literaria.2

Erasmo convivió en un periodo histórico muy convulso como fue el tránsito del
siglo XV al XVI en Europa. La era de los descubrimientos alcanza su cenit con la estirpe
de navegantes y conquistadores: en 1486 Bartolomé Díaz fue el primer europeo que se
atrevió a ir hasta el Cabo de Buena Esperanza; en 1492, Colón llegó a las Antillas; en
1497, Sebastián Cabot a las costas del Labrador. En Cádiz y Lisboa se recibían embajadas
extrajeras, todo tipo de especies animales, vegetales e inmensurables cantidades de oro y
plata. Además de los viajes a la India o el descubrimiento de Brasil, la empresa marítima
culminó en torno a 1522 con la expedición de Magallanes, capitaneada tras su muerte por
Elcano, que completo la vuelta a la Tierra. La teoría que mantenía Martín Behaim sobre
la forma esférica del planeta, una de las mayores hipótesis anticristianas, se confirmaba y
posteriormente, fue perfeccionada por Copérnico en La Revolución de los Orbes Celestes
(1543).3 De pronto se exaltó la audacia europea y el duro trabajo por el descubrimiento
del cosmos. Europa se convirtió en el centro y señora del universo y accedió, por primera
vez desde siglos, a un período de prosperidad que eleva el nivel de la existencia.4 A pesar
de que todos estos hechos colaboraron en la generación de un cambio de paradigma, cabe
destacar el nacimiento del Humanismo y la Reforma Protestante por su enorme influencia
en la obra de Erasmo.

Por un lado, el despliegue del Humanismo llevó a la consideración del hombre como el
centro del universo. Tomás Moro o Lutero son también ejemplo de algunos de estos
humanistas del Renacimiento, y la actitud que se desprendía de sus trabajos, centrados en
el análisis del hombre y sus cualidades, llegó a tener mayor calado que los propios
sistemas filosóficos. Pico della Mirandola escribió en aquel momento su Discurso sobre
la dignidad humana (1486), en el cual confiere al hombre tanto la capacidad como la

1
Cf. LEDO, J., El humanismo en la encrucijada, Batiscafo, Madrid, 2015, p. 13.
2
Vid. PUIG DE LA BELLACASA, R., Erasmo de Rotterdam: Los Adagios del poder y de la guerra y teoría del
Adagio, Biblioteca Valenciana, Valencia, 2000, p.11.
3
Vid. ZWEIG, S., Erasmo de Rotterdam: Triunfo y Tragedia de un Humanista, Paidós, Madrid, 2011, pp.
13-15
4
Ibid., pp. 16-17.

1
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obligación de comprender la unidad del cosmos en su divinidad.5 Erasmo puede

clasificarse dentro de un humanismo positivo, pues concebía al hombre como
naturalmente dotado para ser capaz de valerse por sí mismo o utilizar sus capacidades
para alcanzar la felicidad o el bienestar. Más concretamente es considerado un humanista
cristiano o evangélico, humanismo que adquiere una dimensión profundamente cristiana.
Por tanto, encontramos un Erasmo cristiano que busca las fuentes y las raíces de su
cristianismo y que interpreta y difunde una filosofía cristiana.6

De la noche a la mañana, todo lo que se había considerado verdadero se cae, todo lo

anterior parecía anulado. Este periodo supuso el fin de la escolástica y de las antiguas
autoridades. Todas las organizaciones políticas y sociales heredadas de la Edad Media se
vieron afectadas por este cambio de mentalidad, incluida la Iglesia católica que se había
sostenido rígidamente. La potencia religiosa que se había mantenido inmutable y
encerrada en el dogma también pretendió renovarse y transformarse.7 Muchos humanistas
del círculo de Erasmo abogaron por un evangelismo reformista y por volver a centrar la
devoción sobre una devotio moderna, una devoción mucho más personal que incitaba a
estudiar los escritos sagrados y a vivir con sencillez.

La caída de Constantinopla en 1453 provocó el exilio de numerosos intelectuales a Italia,

donde se había iniciado la progresiva recuperación del latín clásico frente al medieval
gracias al trabajo de Dante, Petrarca o Boccacio, que llevaron consigo todo tipo de obras
en su idioma original. El estudio de la lengua griega permitió interpretar las obras en la
lengua original de pensadores y poetas, superando el sesgo interpretativo de los
medievales y rebatiéndolos para poder reordenar este nuevo tiempo. De Erasmo llama la
atención la vuelta a las fuentes y su propuesta de difundir el pensamiento clásico. Los
humanistas, basándose en los textos hebreos y griegos, criticaron las deformaciones de
los Evangelios y abrieron nuevas perspectivas de interpretación.

Las guerras religiosas que marcaron Europa estuvieron todas relacionadas con las
distintas interpretaciones de la fe, que originaban tensiones y conflictos. Erasmo también
criticó aquella visión del catolicismo y sus escritos fueron determinantes para el
surgimiento de la Reforma protestante que llegó a Europa en 1520. Posteriormente, como

5
Vid. RIVERO WEBER, P., “Prólogo: Erasmo y el Elogio de la Locura”, en DE ROTTERDAM, E., Elogio de la
Locura, Océano Exprés, México D.F., 2016.
6
DE ROTTERDAM, E., Elogio de la locura, Alianza, Madrid, 1996, p. 11.
7
Vid. ZWEIG, S., Erasmo de Rotterdam: Triunfo y Tragedia de un Humanista, Paidós, Madrid, 2011, p. 17.

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reacción a la Reforma y con el objetivo de transformar la Iglesia Católica, en 1536, se

adoptó la Contrarreforma la cual conseguía reforzar la disciplina eclesiástica y aclaraba
las polémicas con los protestantes.8

El humanismo renacentista se sirvió del método genealógico para la resolver los

problemas prácticos del presente. El renacentismo sigue siempre un mismo patrón:
analiza su presente que generalmente corresponde con un momento de crisis y
profundamente problemático e intenta aplicarle soluciones del pasado. Estos autores
percibieron el final de la Edad Media y constataron las inseguridades del nuevo momento.
El nominalismo también contribuyó a desmontar muchas ideas que parecían haberse
fundamentado por parte de la escolástica. Una de las consecuencias sociales de la nueva
actitud es que se sintetizó la idea de individualidad. Todo se dirigió al ser humano, pero
no tanto a la humanidad como conjunto, sino a cada uno de los individuos particulares
que componen la especie. En la modernidad la primacía del individuo por encima de todo
lo demás se convirtió en algo fundamental.

Cabe situar Elogio de la locura como una de sus primeras obras, escrita en 1511,
es un texto irónico, en el que Erasmo personifica a la locura que hace un elogio de sí
misma. La obra supuso una crítica a todos problemas de entonces, como la corrupción
social, política, religiosa y científica, y terminó determinando que, tanto la sociedad en
su conjunto como el individuo particular estaban corruptos.

Erasmo viajó por toda Europa, lo que le permitió conservar mayor libertad en sus escritos,
pero fue en torno a 1509, camino a Inglaterra, donde concibió esta obra que comenzó en
casa de su amigo Tomás Moro. Fue un hombre que vivió la miseria y padeció a los
poderosos, pudo ver las consecuencias de la ambición humana y las injusticias que la
locura hace pasar al oprimido. En Inglaterra presenció la absoluta decadencia de la Iglesia
católica: el papa Julio se rodeaba de guerreros, los obispos que debían voto de pobreza se
permitían toda clase de lujos y licencias y los monarcas declaraban guerras en nombre de
la religión. Fue entonces cuando decidió tratar esta cuestión en una sátira que mostraba
al mundo el absurdo orden moral de la vida.9 Como filósofo humanista y renacentista, de
corte indudablemente cristiano, siguió el método genealógico: examinó los problemas de
su sociedad, es decir, revisó la historia para localizar el motivo de la caída y trabajar en

8
Vid. RIVERO WEBER, P., “Prólogo: Erasmo y el Elogio de la Locura”, en DE ROTTERDAM, E., Elogio de la
Locura, Océano Exprés, México D.F., 2016.
9
Ibid.

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su redención. Lo que hace Erasmo en esta obra es poner en boca de la locura su propio
discurso, con el cual pretende analizar la sociedad que le toca vivir, para después
corregirla desde la mejor tradición cristiana.

El tema principal de este fragmento es la crítica a la corrupta sociedad de su época

que se había alejado del cristianismo primitivo u originario, debido al desarrollo de las
ciencias, en especial, de la Gramática.

Para presentarnos la cuestión Erasmo, estructura y divide el texto en tres párrafos.

El primero se extiende desde de la primera a la octava línea y hace referencia al mito de
la Edad de oro en el que reinaba el cristianismo primitivo. En este estado el ser humano
no necesitaba de ciencias como la Gramática, la Retórica o la jurisprudencia debido a que
su propia naturaleza se alejaba de cualquier conflicto o mala costumbre. Con esto nos
presenta la idílica sociedad regida por el cristianismo originario a la que anhela regresar.

En el segundo párrafo, que abarca desde la línea novena a la decimocuarta, parece

referirse al problema concreto: en la Edad de oro los hombres eran mucho más religiosos
y no se perdían preocupándose por conocimientos que estaban más allá de su naturaleza.
Se desprende el argumento principal de Erasmo, cuya solución ante la decadente situación
de la sociedad pasa por volver a los orígenes del cristianismo.

En el párrafo tercero, desde el decimoquinto renglón al último, Erasmo culpa a la

superstición y a la fantasía recuperada de la antigüedad griega, como una de las causas
por las que el hombre ha ido distanciándose cada vez más de ese cristianismo primitivo.
Se centra en el desarrollo de las ciencias, en especial en el de la Gramática, que considera
la peor, pues las traducciones del momento alejaban del verdadero mensaje bíblico.

Cabe analizar y comentar algunos pasajes y aspectos importantes de este

fragmento, el cual comienza haciendo referencia a la Edad de oro, es decir, a la etapa
inicial de las edades del hombre en la que el ser humano vivía de manera ideal o utópica:

¡Oh, qué sencillas eran aquellas gentes de la Edad de oro, que desprovistas de toda
especie de ciencia, vivían sin más guía que las inspiraciones de la Naturaleza y la fuerza
del instinto!10

En ese estado no existían guerras, ni trabajo, ni enfermedades y todas las necesidades

pueden ser cubiertas con los bienes de la naturaleza, por lo que se carece toda ciencia. La

10
DE ROTTERDAM, E., Elogio de la locura, Alianza, Madrid, 1996, p. 76.

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gramática, la dialéctica, la retórica o la jurisprudencia se convierten en pecado. Erasmo

recurre al mito del Génesis dándole una interpretación diferente al pecado original. En el
relato bíblico Dios ofrece al hombre dos alternativas a escoger, representadas por dos
árboles en medio del jardín: el árbol de la vida del que podían comer y el árbol de la
ciencia del bien y del mal del que estaba prohibido. El primero, del cual podían comer,
representaba la opción de la vida y la inmortalidad, la opción de quedarse en el jardín y
vivir con Dios; pero no del árbol de la ciencia del bien y del mal, el cual representaba irse
del jardín, separarse de Dios y oponerse a su voluntad.11 Dios oculta la sabiduría en el
paraíso porque al descubrirla nos convertiríamos en infelices y perderíamos la
inmortalidad.

La tentación que supone el conocer todo igual que es capaz de hacer Dios, implica la
mayor de las desgracias para la especie humana. Al escoger el árbol de la ciencia, el
hombre elige el conocer, decide perder la inmortalidad a cambio del conocimiento.
Cuando el ser humano conoce es consciente de su mortalidad, esto es lo que lo diferencia
de los animales que no alcanzan conocimiento de su finitud. Este hombre que conoce sus
limitaciones es el que comete el pecado original. En otros mitos primigenios como el de
la Caja de Pandora o el de Edipo ocurre lo mismo, es la sabiduría la que crea el problema.

Si interpretamos el mensaje que quiere transmitir el mito entendemos que el buen

cristiano no tiene que saber nada del libro de la naturaleza, no tiene que conocer las
ciencias, lo único que se le pide para ser feliz está en las escrituras sagradas. No se trata
de conocerlas, sino de vivirlas, de tratarlas desde el corazón no desde el intelecto. Esta
será la propuesta de buen cristiano de Erasmo, sin embargo, si atendemos a la realidad de
su momento, no quedaba rastro de dicha doctrina:

… no habiendo opiniones contrarias […] no metiéndose nadie en los negocios ajenos,

[…]apartados de las malas costumbres…12

La idílica situación que reinaba con el cristianismo primitivo ya no existe. Se trata de una
denuncia a la corrupción de la Iglesia. Erasmo entiende que del mensaje de Cristo se
predicó el desprecio de los bienes terrenales y de la violencia, y esto no es lo que encuentra
en la Iglesia romana que se dice a sí misma cristiana. Los líderes espirituales ya no eran
fieles, sino que papas y clérigos vivían en la inmoralidad y se servían de sus cargos para

11
ASTE SALAZAR, J.G., Dando razones de nuestra esperanza: La pregunta acerca del mal, Aste Salazar,
Perú, 2014.
12
DE ROTTERDAM, E., op. cit.

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enriquecerse y cometer excesos.13 Es consciente de que existe una corrupción por parte
del poder temporal, de papas y reyes, pues los gobernantes buscan su propio beneficio en
lugar del beneficio del conjunto, se convierten en tiranos en vez de ser buenos príncipes.
Empero, para Erasmo este no es el problema radical. Si los ciudadanos son malos, la
existencia de un gobernante malo no cambia su realidad.

Aquí es donde entra en acción la sátira social del Elogio de la Locura. El pacto ficcional
que existe cuando vemos una obra de teatro consiste en que el espectador sabe que se
representa una farsa, una mentira. Para Erasmo este hecho se aplica análogamente, es
decir, la sociedad en el teatro del mundo funciona igual. El teatro del mundo significa que
hemos hecho de la existencia humana una farsa hasta el punto de borrar todo rastro o
marca del buen salvaje o del comportamiento innato del hombre. El mundo se convierte
en una representación y el que critique esta corrupción será considerado un necio o un
loco.

Teniendo en cuenta esta interpretación de la sociedad, Erasmo enumera las gentes y

estamentos de la sociedad que están profundamente afectados por la locura. Por ejemplo,
desde el punto de vista de la sociedad, el no tener los conocimientos de determinadas
ciencias que se presupone es tratar a esas personas de locos (de tontos o de necios). No
obstante, Erasmo defiende una antropología positiva del hombre en la que encontramos
constantemente la idea de que la naturaleza humana es bondadosa y es la civilización la
que la acaba pervirtiendo, de modo que la locura no es siempre algo peyorativo. Existen
algunas locuras nefastas como la necedad, el querer gobernar sin tener dotes para el
gobierno o la actitud de los papas que no se preocupaban de las cuestiones espirituales.
Sin embargo, existen otras como la locura de la cruz, cuando el buen cristiano sigue el
mensaje de Cristo, que es la mejor de las locuras posibles:

No obstante, ser mucho mas religiosos aquellos hombres que los de ahora...14

Para Erasmo el buen cristiano es el que ha entendido el mensaje del cristianismo y no la

farsa social como la del papado o la del cristianismo degenerado que impera en el
conjunto de la sociedad. El buen cristiano que ha descubierto la verdad es como el que
baja a la caverna después de descubrir la luz, tiene que hacerlo a pesar de que todos se

13
Vid. RIVERO WEBER, P., “Prólogo: Erasmo y el Elogio de la Locura”, en DE ROTTERDAM, E., Elogio de la
Locura, Océano Exprés, México D.F., 2016
14
DE ROTTERDAM, E., op. cit.

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rían de él. El buen cristiano vive por y para los demás, despreocupándose del mundo
material y criticando al poderoso o a quien haga falta para defender la verdad.

Erasmo no pretende emitir juicios acerca de lo que debe hacer la Iglesia, sino que critica
lo que considera alejado del camino del buen cristiano. Intenta hacer comprender a los
hombres que la buena acción solo depende del ámbito de la interioridad humana. El culto
a los santos, los rezos y las peregrinaciones no encarnan el verdadero cristianismo, frente
a lo realmente trascendental que es la calidad del alma la cual se refleja a través de la
conducta humana. El que realmente busca calidad humana no recopila huesos de santos
ni peregrina hacia sus tumbas, en lugar de eso recoge de la vida de los santos una lección
que aplica a la suya propia.15

… la Gramática, basta y sobra para torturar toda la vida de un hombre.16

Erasmo elimina el libro de la Naturaleza para centrarse completamente en las Sagradas

Escrituras. En este sentido, se ha hecho un mal uso Gramática que, en vez de dedicarse a
hacer fieles traducciones del Antiguo Testamento, ha desvirtuado los textos originarios.
Considera que el uso interesado también es culpable de la degeneración de la Iglesia, pues
los teólogos solo han tratado cuestiones formales y complejas olvidando los asuntos
prácticos más relevantes del cristianismo. La Gramática es fundamental si se trata de la
vivencia y comprensión directa de los Textos Sagrados, pero debe ejecutarse una
traducción que parta de un conocimiento filológico profundo. Por tanto, la finalidad de la
Gramática consiste en ser un saber instrumental que traduzca el lenguaje de los padres y
fundadores de la Iglesia al grueso de la población del siglo XVI.

Como ya hemos dicho, Erasmo es un humanista cristiano. Este humanismo cristiano tiene
en común un rechazo de la cultura, la filosofía, la ciencia y la religión medieval para
centrar su atención en el hombre. Pero a pesar de esto, el descubrimiento de la humanitas
no implica el rechazo de Dios, sino que lo coloca dentro de otras coordenadas y planos.
Lo que sobre todo está presente es el ideal de vida cristiano tal como aparece en el
Evangelio y en el primitivo cristianismo. De ahí la vuelta a los orígenes cristianos, a las
fuentes. Y desde lo cristiano, su intento de replantear y construir el mundo. Esto explica
su interpretación de la vida como una philosophia Christi, la filosofía de Cristo, cuyas
principales preocupaciones son la paz como bien supremo y el rechazo visceral de la

15
Vid. RIVERO WEBER, P., “Prólogo: Erasmo y el Elogio de la Locura”, en DE ROTTERDAM, E., Elogio de la
Locura, Océano Exprés, México D.F., 2016.
16
DE ROTTERDAM, E., op. cit.

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guerra, así como el rechazo de las instituciones inútiles.17 La idea que está detrás es que
todos somos miembros de un cuerpo cuya cabeza es Cristo y entre los miembros no hay
jerarquía. En parte con esta obra Erasmo determina una separación entre el auténtico
cristianismo y el ámbito puramente eclesiástico.18

Lo que se concluye de esta obra es que expuso de manera satírica los principales
problemas que rodeaban la sociedad de su época para realizar una crítica que contribuyó
a la renovación de la Iglesia, mediante una moral que ensalzaba los principios del
cristianismo más originario.

Este libro supone una especie de enciclopedia dentro de la producción de Erasmo.

El Elogio de la Locura recoge distintos aspectos alrededor de su pensamiento: nos
presenta su concepción antropológica del hombre, defiende una ontología positiva en la
que el individuo es bondad por naturaleza y sus capacidades le permiten una mayor
interiorización de la fe cristiana; además ofrece una visión ética y política en la que la fe
rige la vida de las personas, el buen cristiano es el ejemplo de una vida moral y podemos
hablar de una perspectiva epistemológica que defiende el conocimiento directo de los
textos.

El pensamiento de Erasmo ha tenido gran importancia con respecto a la historia

de la Filosofía. Mientras estuvo en vida, las ideas de Erasmo, sobre todo su crítica a la
Iglesia y a la sociedad corrupta, tuvieron enorme calado en la comunidad. No pretendía
separar la Iglesia, simplemente ansiaba recuperar los viejos valores del auténtico
cristianismo bíblico del cual se habían alejado.19 En este sentido, el Elogio de la locura
fue uno de los textos más peligrosos de la época pues trazó el camino a la reforma de la
Iglesia llevada a cabo por Lutero. Ejerció una fuerte influencia sobre el teólogo alemán,
del que se dice que sus cartas están llenas de aforismos tomados de los Adagios de
Erasmo.20 Ni el filósofo holandés, ni en general los humanistas consiguieron hacer frente
a la irrupción de la reforma luterana, que consiguió una ruptura de las mediaciones
eclesiales existentes, sobre todo en la jerarquía papal y la capacidad del hombre por las
buenas obras. De modo que toda esta influencia humanista renacentista colaboró en la
reforma católica.21

17
Vid. Ibid., pp. 8-9.
18
Vid. RIVERO WEBER, P., op. cit.
19
Ibid.
20
Vid. ROPER, L., Martin Lutero. Renegado y profeta, Taurus, Barcelona, 2017.
21
CASTELLOTE, S., Reformas y Contrarreformas en la Europa del siglo XVI, Akal, Madrid, 1997, p. 23.

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Por otro lado, se habla de una expansión de la enseñanza de Erasmo en España, de un

erasmismo español. Se trata de un movimiento de carácter religioso que tuvo en España
una extensión política y social y que transformó la cultura del momento. Este movimiento
tuvo repercusiones posteriores en figuras como Miguel de Cervantes, los ilustrados del
siglo XVIII y hasta los krausistas del siglo XIX y XX.22

Todavía en el ámbito español, Erasmo fue un modelo a seguir en la obra de Francisco de

Vitoria y de Domingo de Soto. Vitoria siempre fue seguidor de Erasmo y de su renovación
teológica, pero desde una postura y un método diferente, ya que se considera menos
rupturista y transgresor que el teórico holandés. Por su parte, aunque Soto solo estimaba
al humanista cristiano por su faceta de exégeta, en sus últimas producciones consideró
analizar sus ideas junto con las de Lutero con el objetivo de poder castigar los excesos de
los herejes.23

Todo el planteamiento de Erasmo se basó en su concepción antropológica

positiva. Al ver el decadente panorama de su época se retrotrae al mito del Génesis, hasta
el estado de naturaleza para buscar la raíz del problema. Aquí afirma que el ser humano
es originalmente bueno y es la sociedad al entrar en contacto con el individuo, la que lo
corrompe. Esta clásica tesis ha sido puesta en entredicho incontables ocasiones a lo largo
de la historia del pensamiento. El hombre no es constitutivamente bueno por naturaleza,
no posee unos valores intrínsecamente buenos o cristianos como mantiene Erasmo. Si
consideramos al individuo como animal en un estado de naturaleza o en un estado salvaje,
luchar por su supervivencia seguramente implique acciones, como el uso de la violencia,
el egoísmo o el engaño, que desde la perspectiva de nuestras complejas sociedades
actuales consideramos malas. Ahora bien, cuando entra en vigor el contrato social, los
hombres acceden a respetar unos valores que pasan inevitablemente a considerarse
buenos. Es la sociedad la que establece la distinción y determina qué es lo bueno y qué
es lo malo, y, por consiguiente, es la que introduce unos determinados valores en los
miembros de la comunidad. Coincido con Erasmo en el punto de que la sociedad influye
y condiciona el comportamiento de los ciudadanos, pero esto no significa que las personas
posean una naturaleza constitutivamente positiva antes de entrar en ella.

22
Vid. ANDO, S., “El erasmismo español: una tradición humanista española”, Canela, nº 9, 1997, pp. 57-
58.
23
Vid. BARCELÓ RAMIS, R., “La presencia de Erasmo en las obras de Vitoria y Soto”, Relectiones, nº 5,
noviembre de 2018, pp. 93-114.

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BIBLIOGRAFÍA

PRINCIPAL:

- DE ROTTERDAM, E., Elogio de la locura, Madrid: Alianza, 1996.

- RIVERO WEBER, P., “Prólogo: Erasmo y el Elogio de la Locura”, en DE
ROTTERDAM, E., Elogio de la Locura, México D.F.: Océano Exprés, 2016.
- ZWEIG, S., Erasmo de Rotterdam: Triunfo y Tragedia de un Humanista, Madrid:
Paidós, 2011.

SECUNDARIA:

- ANDO, S., “El erasmismo español: una tradición humanista española”, Canela,
n.º 9, 1997.
- ASTE SALAZAR, J.G., Dando razones de nuestra esperanza: La pregunta
acerca del mal, Perú: Aste Salazar, 2014.
- BARCELÓ RAMIS, R., “La presencia de Erasmo en las obras de Vitoria y
Soto”, Relectiones, nº 5, noviembre de 2018.
- CASTELLOTE, S., Reformas y Contrarreformas en la Europa del siglo XVI,
Madrid: Akal, 1997.
- LEDO, J., El humanismo en la encrucijada, Madrid: Batiscafo, 2015.
- PUIG DE LA BELLACASA, R., Erasmo de Rotterdam: Los Adagios del poder y
de la guerra y teoría del Adagio, Valencia: Biblioteca Valenciana, 2000.
- ROPER, L., Martin Lutero. Renegado y profeta, Barcelona: Taurus, 2017.

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