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“Año de la Lucha Contra la Corrupción e Impunidad”

UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

ESCUELA PROFESIONAL DE:

DERECHO
TEMA:

RESPONSABILIDAD CIVIL Y CONTRACTUAL

CURSO: RESPONSABILIDAD CIVIL

DOCENTE: RAÚL BRAVO SENDER

CICLO: XII

INTEGRANTES:

- BARRUETO ARCOS MARYPIA


- CÓRDOVA ORMEÑO MAYRA ALEJANDRA
- ESPINOZA GALINDO WILBER
- MENDOZA BARRUETO GABRIELA

ICA-PERÚ

2019
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DEDICATORIA:

Este trabajo está dedicado a nuestros queridos padres, por brindarnos


su apoyo incondicional día a día y al docente quien se ha tomado
el arduo trabajo de transmitirnos sus diversos conocimientos,
especialmente del campo y de los temas que corresponden a
nuestra profesión para así poder lograr nuestras metas y objetivos.
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INTRODUCCIÓN

El tema encomendado es la RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL, para ello


primero mostraremoslas definiciones que nos llevarán al mejor
entendimiento de la lectura, mencionaremos el marco legal dentro de
nuestra legislación en cuanto al tema principal, también mencionaré
conceptos de responsabilidad civil extracontractual, puesto que es
imposible tratar el tema principal sin mencionarlo, la jurisprudencia,
cuyo texto será presentado tal cual, sin modificación alguna y las
conclusiones del caso.
Primero mencionar que antes de introducirnos en el tema, debe quedar
claro que cuando hablamos de responsabilidad civil contractual, nos
referiremos siempre a aquel vínculo que une al deudor y al acreedor,
pero ello derivado de un contrato, el mismo que celebrado
voluntariamente entre las partes y cumpliendo todos los requisitos de
la regla general, que dicha voluntad tenga un fin lícito, que sea
realizado por personas capaces de contratar, que el objeto se física y
jurídicamente posible, cumpliendo a su vez con la formalidad prescrita
por la ley.
Por lo antes mencionado, diremos que en toda relación jurídica
contractual, tiene un deudor y un acreedor, donde el deudor debe
cubrir la satisfacción de lo acordado o lo pedido formalmente por el
primero, y al término de la prestación o cumplimiento, ambos quedarán
satisfechos, extinguiéndose el vínculo contractual.
Desde el planteamiento del párrafo anterior, en cuanto ambos –
acreedor y deudor – cumplieron con lo acordado, todo esta correcto,
pero el tema de la responsabilidad civil contractual se inicia con el
incumplimiento de la obligación pactada, es decir si una persona se
compromete bajo contrato a levantar un muro de ladrillos, bajo pacto,
que al término de la prestación este será retribuido, o si recibió el
pago por adelantado o pacto el pago al término del trabajo y este
último no cumple con levantar el muro de ladrillos, pues está
incumpliendo con su obligación, será entonces que se iniciará una
disputa por la responsabilidad civil contractual por la inejecución de
la obligación, la misma que debe ser indemnizada.
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INDICE

 DEDICATORIA ( PAG.2 )

 INTRODUCCIÓN ( PAG.3 )

 RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL ( PAG.5 )

 MARCO LEGAL. ( PAG. 5 )

o EVOLUCIÓN HISTÓRICA

 2.- DEFINICIÓN.-( PAG .7 )

 3.- REQUISITOS ( PAG.8 )

 3.1.- La Antijuricidad: El Incumplimiento Contractual. ( PAG.8 )

 3.2.- El Daño ( PAG.10 )

 3.3.- Relación de causalidad ( PAG.11 )

 4.- LA INDEMNIZACIÓN ( PAG.12 )

 5. CAUSA DE IMPUTABILIDAD. ( PAG.13 )

 6.- OTROS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

( PAG.16 )

 7.- EFECTOS DEL INCUMPLIMIENTO. LA PROTECCIÓN DEL ACREEDOR.

( PAG.17 )

 LINKOGRAFÍA ( PAG.18 )

 CONCLUSIONES ( PAG.19 )
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RESPONSABILIDAD CIVIL CONTRACTUAL

1. MARCO LEGAL.

El Libro VI, Sección Segunda, Título IX, Capítulo I, se regula la


“Inejecución de obligaciones” (responsabilidad contractual),
estableciéndose que quien actúa con la diligencia ordinaria requerida,
no es imputable por la inejecución de la obligación o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.

Mientras que en el Libro VII, Sección Sexta, se regula la


“responsabilidad extracontractual”, estableciéndose que aquel que por
dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo.

1- EVOLUCIÓN HISTÓRICA

En cuanto a la evolución que ha tenido la responsabilidad contractual,


debemos señalar en primer lugar que, en el Derecho Romano además de
las obligaciones provenientes de los delitos y otros daños sancionados
por la Ley Aquilia, se conoció otro tipo de responsabilidad que
provenía del negotium, del contractus lo que podríamos llamar negocio
y contrato; aunque de las fuentes romanas no podemos pretender
encontrar una doctrina del negocio jurídico, de los contratos y de la
responsabilidad tal como la conocemos hoy, sin embargo si encontramos
los principios de derecho que fueron aptos para satisfacer las
necesidades jurídicas de ese momento histórico y que han servido de
base para su conceptualización actual.

Al respecto, Antonio José Quesada Sánchez, Investigador de la


Universidad de Málaga, España, al describir entre otros, la evolución
histórica del concepto de contrato nos dice lo siguiente. “El concepto
de contrato, entendido en el sentido actual, no se formó como tal en
el Derecho Romano, sino que, sobre la base de las consideraciones
realizadas en la época romana, las ideas que se van formando sufrirán
un desarrollo posterior (se van gestando en esta época, pero no
culminan en un concepto general). No es necesario profundizar
demasiado para percibir la falta de un concepto general de contrato en
Derecho Romano clásico (dicho concepto será propio del pensamiento
jurídico moderno): para la mentalidad casuística de la jurisprudencia
romana de la época clásica no existía un concepto general de contrato,
sino una serie de tipos contractuales específicos (contratos
nominados), consagrándose un importante y evidente casuismo (es
apreciable la rigidez del sistema clásico a la hora de tipificar casos
concretos).”

Efectivamente, en Roma antigua no existían los principios de contrato,


negocio jurídico y responsabilidad; el derecho romano de aquella época
no conocía el término “responsabilidad” y menos aún los términos
“responsabilidad contractual” o “responsabilidad extracontractual”. Es
a partír de una ley específica, la lexAquilia que la jurisprudencia
fue ampliando los conocimientos y conceptos hasta completarse por los
juristas de la Edad Media y posteriores hasta la actualidad, lo que ha
venido a llamarse responsabilidad extracontractual o aquiliana, de tal
modo que cada vez que una persona origina un hecho que causa un
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perjuicio económico debe restaurar al dañado el valor del perjuicio, y


con la ley PoeteliaPapiria, la obligación se va a convertir de
personal o penal en patrimonial.

Nelly Dora LouzanSolimano, respecto de la responsabilidad que sanciona


la ley aquilia, expresa lo siguiente: “En la época clásica la acción
de la ley Alquilia era una acción penal privada, que en la
“condemnatio” obligaba al causante del daño a pagar una suma de dinero
a título de pena, es decir, que de la comisión del daño surgía una
obligación que relacionaba a las partes; el que dañaba se obligaba a
pagar al dañado una suma de dinero a título de pena y éste podía
exigir la pena a través de una actio del derecho civil: actio ex
legeaquiliae.”

Por su parte Fernando de Trazegnies, refiere que: “En el Derecho


Romano no existe nada parecido a una categoría teórica que encierre y
describa todo ese amplio territorio que ahora denominamos
“responsabili¬dad civil”. Es verdad que tampoco existe una demarcación
teórica entre la res-ponsabilidad extracontractual y 1a
responsabilidad contractual; los romanos no parece que consideraron
necesario distinguir sustantivamente entre ambas. La diferenciación
fue establecida por los juristas romanos más bien por razones
procesales. no de fondo; la lexAquilia solo otorgaba acción contra los
daños que resultaban de hechos positivos; en consecuencia, dado que en
materia contractual la mayor parte de veces los daños resultan de una
omisión antes que de un hecho y no pudiendo en tal caso otorgar la
actioinemlegisAquillae, se concedía al acreedor una acción diferente
nacida del contrato mismo. De esta manera. se impuso una cierta
separación entre la acción por daños y per¬juicios contractual y la
acción por daños y perjuicios extracontractual”

Un mejor entendimiento de la esencia y contenido de la responsabilidad


civil, recién se presenta en forma clara a finales del siglo pasado.
En la actualidad es frecuente que la doctrina jurídica trate el tema
de la responsabilidad civil que surge del incumplimiento contractual
en paralelo con el de la responsabilidad extracontractual. La idea
básica es que en los dos casos ocurre el incumplimiento de un
determinado deber jurídico correspondiente a una de las partes (deudor
o autor), que perjudica al otro (acreedor o víctima).

Por tal razón se reconoce a la responsabilidad civil como una sola,


pero dividida en dos grandes capítulos. Sin embargo no debe creerse
que no existen diferencias fundamentales entre las mismas; en el caso
de la responsabilidad contractual, existe un vínculo jurídico previo,
mientras que la extracontractual da origen a ese vínculo, es decir, la
fuente de la primera será la voluntad de los particulares, mientras
que de la segunda lo será la Ley. Por otro lado, en el caso de la
responsabilidad derivada del incumplimiento del contrato, se presumirá
la culpa, a diferencia de la aquiliana en que por regla general se
debe probar.
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Varios tratadistas, especialmente de la escuela francesa, han


desarrollado una teoría mediante la cual, en mayor o menor grado, ha
acercado la una con la otra, denominándose por ello, “Teoría de la
Unidad de la Responsabilidad Civil”. Esta se fundamenta en que en
ambos casos, la responsabilidad civil provenga de donde provenga, es
una fuente de obligaciones, defendiendo la identidad de elementos
fundamentales en una y otra como la acción u omisión imputable al
causante del daño y la relación de causalidad entre la conducta del
responsable y el perjuicio de la víctima; y, finalmente, postula la
accesoriedad de las restantes diferencias, manifestando que dichas
distinciones no son lo suficientemente importantes como para darles a
los dos tipos de responsabilidad una naturaleza diferente.

2.- DEFINICIÓN.-

La palabra “responsabilidad” tiene un contenido de múltiple


significado, existe una responsabilidad a nivel social, una
responsabilidad de tipo ético, una responsabilidad de orden religioso,
así como una responsabilidad de naturaleza jurídica, entre otras más.
Esta última también admite diversas distinciones, puede ser política,
administrativa, penal o civil, etc. según su objetivo, el cual en el
ámbito civil, es la reparación de los perjuicios causados,
clasificándose en contractual y extracontractual.

Gonzalo Figueroa Yáñez, Profesor Titular de Derecho Civil de la


Universidad de Chile y la Universidad Diego Portales, la define del
modo siguiente: “La responsabilidad es contractual si el deber de
conducta violado o incumplido ha sido establecido previamente en un
contrato que generó alguna obligación de dar, hacer o no hacer, y la
parte obligada incumplió o violó esa obligación o deber de conducta” .

Por su parte León Barandiarán, refiriéndos a nuestro ordenamiento


sustantivo, precisa lo siguiente: “No solamente el incumplimiento de
la prestación responsabiliza al deudor en caso de falta, culposa o
dolosa. La prestación debe cumplirse en forma adecuada y completa. En
consecuencia, un cumplimiento defectuoso, parcial, irregular,
responsabiliza al deudor por el perjuicio que atañe al acreedor con el
no cumplimiento regular.”

En tal sentido, en concordancia con lo dispuesto en el Art. 1321° del


Código Civil definimos la responsabilidad contractual como la
obligación del deudor de indemnizar al acreedor por los perjuicios que
le ha originado el incumplimiento o cumplimiento parcial, tardío o
defectuoso de su obligación.
LA DILIGENCIA EXIGIBLE Y EL CONTENIDO DE LA OBLIGACIÓN CONTRACTUAL

La diligencia promotora del cumplimiento consiste en toda la actividad


necesaria para que la prestación –contemplada inicialmente como un
proyecto ideal– se convierta en una realidad.

El deudor, actuando esta diligencia, debe superar toda clase de


impedimentos u obstáculos –incluso imprevisibles al tiempo de
contratar– que incidan en la ejecución de la obligación.
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3.- REQUISITOS:

Para que proceda la indemnización de daños y perjuicios, bien sea


compensatoria o moratoria, por la existencia de una responsabilidad
contractual, es necesaria la concurrencia de los siguientes
requisitos:

3.1.- La Antijuricidad: El Incumplimiento Contractual.

“Una conducta es antijurídica no sólo cuando contraviene una norma


prohibitiva, sino también cuando la conducta viola el sistema jurídico
en su totalidad, en el sentido de afectar los valores o principios
sobre los cuales ha sido construido el sistema jurídico” .

Vale decir, el autor del daño no será responsable si la conducta


realizada se efectuó dentro de los límites de lo permitido por el
Derecho, esto es, dentro de los límites de lo lícito,. Esto significa,
en consecuencia, que no existe responsabilidad civil en los casos de
daños causados en el ejercicio regular de un derecho, por cuanto se
trataría de daños causados dentro del ámbito de lo permitido por el
sistema jurídico, es decir, supuestos de daños autorizados o
justificados por el ordenamiento jurídico.

La antijuricidadtipica contractual se encuentra plasmada en lo


preceptuado por el artículo 1321 del Código Civil que estipula: “Queda
sujeto a la indemnización de daño y perjuicios quien no ejecuta sus
obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve. El
resarcimiento por la inejecución de la obligación o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, comprende tanto el daño
emergente como el lucro cesante, en cuanto sean consecuencia inmediata
y directa de tal inejecución. Si la inejecución o el cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso de la obligación, obedecieran a ala culpa
leve, el resarcimiento se limita al daño que podía preveerse al tiempo
en que ella fue contraído”.

El incumplimiento es considerado, como el primero de los requisitos de


la responsabilidad civil contractual; el cual se presenta como un
comportamiento del deudor que quebranta la obligación, adquiriendo ese
obrar el carácter ilícito o antijurídico. Según la enseñanza clásica,
tal ilicitud, trae como consecuencia la obligación de resarcir el daño
causado al acreedor; siempre, que concurra un factor de atribución que
lo justifique.

Ernesto C. Wayar dice al respecto: “Es bien sabido que para que haya
pago o cumplimiento, el deudor debe dar, hacer o no hacer, exactamente
aquello que debía, exactitud que se mide en relación con el objeto, el
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lugar y el tiempo. El concepto de incumplimiento no es dado por


oposición, pues consiste en un comportamiento desacomodado o
discrepante con el tenor de la obligación; de allí que se haya podido
decir que todo obrar disconforme con el que era debido importa, sin
más, incumplimiento. Adviértase que, por la amplitud de esta
afirmación, es extensa la variedad de hipótesis en que esa
disconformidad de conducta puede presentarse.”

Efectivamente, por la importancia y diversidad de sus consecuencias,


el incumplimiento no puede tomarse en forma ligera, es necesario
evaluarlo en función de una “teoría del incumplimiento” que precisa no
solamente sus conceptos, elementos, naturaleza, estructura, clases y
consecuencias, sino que nos permitirá resolver una variedad de
problemas concretos. El mismo autor señala: “Así, en el marco del
derecho contractual, el incumplimiento es fuente de importantísimos
efectos jurídicos que no siempre, ni necesariamente, se relacionan con
daños o menoscabos patrimoniales de una de las partes; es lo que
ocurre, por ejemplo, con la excepción de incumplimiento, la resolución
contractual, la excesiva onerosidad sobreviniente, la evicción y los
vicios redhibitorios.”

En este sentido, se debe distinguir entre el incumplimiento absoluto y


el relativo. El primero se presenta cuando por razones físicas o
jurídicas, sobrevivientes a la formación del vínculo, no es posible
realizar la prestación, o cuando el cumplimiento de la prestación es
inútil para el acreedor, al perder éste interés en percibirla. En el
segundo caso, cuando a pesar de la inconducta del deudor la prestación
es de posible ejecución, se afirma que el incumplimiento es sólo
relativo, aquí no hay incumplimiento, pues, aun cuando de modo
parcial, tardío o defectuoso la prestación se realizará. En todo caso
son formas incompletas de cumplimiento.

A diferencia de la inejecución total decimos que es parcial cuando la


conducta del obligado lesiona el principio de inte¬gridad del objeto,
es decir no está completo, no obstante lo cual se cumple. Cuando el
comportamiento del deudor viola los prin¬cipios de identidad o de
localización, sin que por ello deje de cumplir, lo hace
defectuosamente. El cumplimiento tardío se caracteriza por la
perdurabilidad del vínculo durante todo el tiempo que dure el retraso
del obligado.

Respecto de estas conductas y la antijuricidad que involucran, debemos


tener en cuenta lo que dice Carlos Fernández Sessarego: “Lo expuesto
nos lleva a inferir que, para dichos autores, lo injusto sería
equivalente a lo “antijurídico”, mientras que, dentro de nuestra
concepción, lo injusto es lo jurídicamente prohibido. Es decir, que lo
injusto es, como lo hemos apuntado, el elemento negativo de lo
jurídico, si es que consideramos que el incumplimiento del deber y la
sanción son maneras de ser de lo jurídico.” Asimismo agrega: “Dentro
de la indicada posición se alinea Alberto J. Bueres, para quien la
responsabilidad civil “supone el deber que pesa sobre una persona de
reparar el daño injusto ocasionado a otra”. Precisa, a continuación,
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que en el concepto “abarcamos las hipótesis de daños causados por


conductas injustas (antijuridicamente) – perjuicios que involucran una
injusticia intrínseca -, y la de daños que son injustos per se, o sea,
sin reconocer una causación injusta (antijurídica)” .

3.2.- El Daño

Este requisito es considerado por muchos el más importante y complejo,


pues si no se demuestra su existencia y la relación de causalidad
entre este y el incumplimiento, no se podrá de ninguna manera demandar
la indemnización.

Etimológicamente la palabra daño, procede de la voz latina “damnum”


que significa pérdida, perjuicio o gasto. Muchos autores lo definen
como la violación de uno o varios de los derechos subjetivos que
integran la personalidad jurídica del sujeto producida por un hecho
voluntario o producto de la negligencia y que genera la obligación de
indemnizar.

El daño puede ser de dos categorías: daño patrimonial y daño


extrapatrimonial, el primero constituído por el daño emergente y el
lucro cesante, el segundo por el daño moral o daño a la persona.

Su importancia es tal, que de faltar, sería inoficioso el investigar


si el cumplimiento es imputable al agente o si este se encuentra en
mora, ya que para que opere la indemnización de daños, estos deben
existir realmente. Sin daño o perjuicio no hay responsabilidad civil,
puesto que el objetivo primordial de la misma es precisamente la
indemnización o resarcimiento del daño causado.

Doctrinariamente, se exige que el daño sea cierto o real, esto es,


efectivo. Fernando de Trazegnies, citando a Alfredo Orgaz dice:
“Existen diferentes tipos de daños reparables. Pero ante todo es
importante destacar una característica general de todo daño
susceptible de reparación, el daño, cualquiera sea su naturaleza debe
ser cierto si quiere aspirar a una reparación presente o futuro, pero
cierto. No puede ser eventual o hipotético, el simple peligro no da
lugar a indemnización, tiene que materializarse en daño.”

De lo señalado precedentemente podemos afirmar que el daño eventual no


es indemnizable porque no es cierto, entendiendo como daño eventual el
hipotético, aleatorio, fundado en suposiciones o conjeturas. Así
también el daño indemnizable debe ser directo, esto es, debe provenir
directamente del incumplimiento de la obligación contractual. El daño
indirecto no se indemniza jamás porque no existe nexo causal entre el
incumplimiento contractual y el daño por el otro. Finalmente, el daño
moral es indemnizable, entendiéndose por tal todo el sufrimiento,
aunque no tenga una apreciación pecuniaria.
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3.3.- Relación de causalidad

Los hechos son siempre fenómenos complejos por la concurrencia de


circunstancias diversas que influyen en el resultado, en nuestro caso,
del daño cuya reparación se pretende. Cuando hablamos de un hecho
aludimos a una modificación del mundo exterior que sucede en un
momento dado y en cierto lugar, con la intervención de personas y
cosas que constituyen sus elementos. Sin embargo, cada hecho no es
sino un eslabón en una cadena causal en la que se suceden otros hechos
que son antecedentes de aquél y hechos que son su consecuencia.

La cuestión de determinar en cada caso cuál de los hechos antecedentes


es la causa de un cierto resultado es problema no muy facil de
comprender y que en cada caso constituye un problema a determinar.

En el caso de la responsabilidad contractual, es necesario que entre


el incumplimiento, por una parte, y el daño o perjuicio por otra,
medie una relación de causalidad: que el daño sea la consecuencia
inmediata y directa del incumplimiento o del hecho dañoso. Es
precisamente por falta de nexo que el daño indirecto no se indemniza.

Esté está referido a la existencia de una relación jurídica de causa y


efecto entre la conducta antijurídica y el daño causado y significa
que este último debe ser consecuencia de la conducta antijurídica, es
decir del incumplimiento del deudor.

Efectivamente, el daño cuya reparación se pretende debe estar en


relación causal adecuada con el hecho de la persona o de la cosa a las
cuales se atribuye su producción. Es necesaria la existencia de ese
nexo de causalidad, pues de otro modo se estaría atribuyendo a una
persona el daño causado por otro.

Nuestra regulación en este tema adopta la teoría de la causa inmediata


y ajena. Es así que Lizardo Taboada Córdova, señala: “La diferencia de
regulación legal en nuestro Código Civil radica que en el campo
extracontractual se ha consagrado en el mismo artículo 1985° la teoría
de la causa adecuada, mientras que en el contractual en el mismo
artículo 1321° la teoría de la causa inmediata y directa. Sin embargo
para efectos prácticos, las dos teorías, nos llevan al mismo
resultado.”

3.4.- Los Factores de Atribución: La Imputabilidad del Perjuicio Otro


de los requisitos para que proceda la indemnización de daños y
perjuicios, es el de que el incumplimiento, ya sea este total, parcial
o simplemente un retardo, sea imputable al deudor, es decir los
factores de atribución que determinan la existencia de la
responsabilidad.
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Unicamente bajo esta premisa se le considerará como autor de los daños


causados y, por tanto, obligado al resarcimiento correspondiente.

Este requisito exige que el deudor incumplidor o el hechor del acto


dañoso hayan incurrido en culpa, clasificado en tres grados, de
acuerdo a lo señalado por Lizardo Taboada Córdova “El factor de
atribución depende del tipo de responsabilidad: en la responsabilidad
contractual, es la culpa, clasificado en tres grados: la culpa leve,
la culpa grave o inexcusable y el dolo.”

El dolo se define en en nuestro ordenamiento, artículo 1318° del


Código Civil , como la intención deliberada de no ejecutar la
obligación, sin embargo no es lo mismo dolo civil y dolo penal. Al
respecto Anibal Torres Vásquez en sus cometarios al mencionado
artículo del Código Civil nos dice: “Hay que diferenciar el dolo civil
del penal, pués el primero se conforma con una voluntariedad teñida de
mala fe, pero sin exigir la intención de dañar… La causalidad dolosa
es lo que la Ley castiga y no la entidad del daño ni la finalidad
primordial de dañar que podría configurar el dolo penal”

En al sentido, si esta intención dañosa aparece en el incumplimiento


de alguna obligación contractual, ese dolo tendrá como efecto un
aumento de la responsabilidad del deudor, puesto que responderá en
este caso no sólo de los perjuicios ocasionados, sino también de los
perjuicios futuros, daño emergente y lucro cesante.

Se entiende por culpa la negligencia, descuido, falta de diligencia o


cuidado, falta de precaución, inadvertencia, con que una persona
afronta el cumplimiento de sus obligaciones. La graduación señalada
anteriormente permite aumentar o disminuir la responsabilidad según lo
señalan los artículos 1319°, 1320° y 1321° del Código Civil. Así lo
señala Lizardo Taboada Córdova, cuando dice: “Asi, si el
incumplimiento es consecuencia de dolo o culpa grave del deudor, los
daños y perjuicios a reparar son todos aquellos consecuencia inmediata
y directa del incumplimiento que pudieran preveerese o no al momento
de contraerse la obligació, Por el contrario, si el incumplimiento
obedeciere unicamente a culpa leve sólo se indemnizarán los daños y
perjuicios que sean consecuencia inmediate y directa del
incumplimiento que podrían preveerse al momento de contraerse la
obligación.” Ello ciertamente significa que el quantum indemnizatorio
no depende solamente del nexo causal sino también de los factores de
atribución subjetivos precisados.

4.- LA INDEMNIZACIÓN

La responsabilidad contractual, se materializa en la indemnización de


daños y perjuicios, la cuál podrá ser compensatoria o moratoria. Será
compensatoria cuando la suma de dinero que debe el deudor al acreedor,
equivale a lo que habría obtenido el primero con el cumplimiento de la
obligación y será moratoria cuando la suma de dinero que el acreedor
exige al deudor como equivalente al atraso en el cumplimiento.

Es así que la mora se constituye en uno de los requisitos


fundamentales para que el deudor incluso el acreedor mismo esté en la
obligación de indemnizar los daños y perjuicios, lo cual se halla
consagrado en el Art. 1339° del Código Civil, el mismo que señala que
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el acreedor en mora queda obligado a indemnizar los daños y perjuicios


derivados de su retraso.

Por otro lado, debemos precisar que el simple retardo, no da lugar a


la indemnización daños y perjuicios, pues para que esta proceda, es
necesario que el acreedor le exija judicial o extrajudicialmente el
cumplimiento de su obligación, de acuerdo a lo señalado en el Art.
1333° del C.C., sin embargo esta intimación no será necesaria cuando:
la ley o el pago lo declaren expresmaente, cuando la naturaleza y
circunstancias de la obligación resultare que la designación del
tiempo en que había de entregarse el bien o practicarse el servicio,
hubiese sido motivo determinante para contraerla, cuando el deudor
manifieste por escrito su negativa a cumplir la obligación y cuando la
intimación no fuese posible por causa imputable al deudor

5. CAUSA DE IMPUTABILIDAD.

La imputabilidad, entendida como la capacidad que tiene el sujeto para


hacerse responsable civilmente por los daños que ocasiona.

CASO FORTUITO O FUERZA MAYOR

Regla general: actuar con la diligencia ordinaria requerida para el


cumplimiento de la obligación. Para ser precisos mencionare el código
civil peruano en su artículo 1314 que tiene prescrito la imputabilidad
por diligencia ordinaria, donde dice…”Quién actúa con la diligencia
ordinaria requerida, no es imputable por la inejecución de la
obligación o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso.”

Por lo tanto, teniendo en cuenta la regla general en este punto, se


requiere de la ausencia de culpa, y queda claro que en caso de
ausencia de culpa el deudor solo está obligado a probar que actuó con
la diligencia que exigía la naturaleza de la obligación y que
correspondía la circunstancia del tiempo y lugar.

Otra, de las causas de imputabilidad la tenemos reflejado en el CASO


FOURTUITO, prescrito en el artículo 1315 de nuestro código civil, en
que define a los casos fortuitos o de fuerza mayor, los mismos que
tienen las siguientes características:

a) Evento extraordinario: es aquello fuera de lo común

b) Imprevisible: no puede ser previsible en el orden normal del


pensamiento humano.

c) Irresistible: aquello a lo que no se puede oponer por ser


superior a los recursos y posibilidades.

El artículo 315 del Código Civil establece que el caso fortuito es el


que no ha podido preverse, o que previsto, no ha podido evitarse, que
por tanto esta o queda fuera de lo común.

Este artículo tiene su origen en el código Francés que dice en su Art.


1148: “Iln’y a lieu á aucunsdommages et intéretslorsque, par suite
~ 14 ~

d’uneforcemajeureoud’un cas fortuit, le débiteur a été empeché de


donnerou de faire ce á quoi el étaitobligé, ou a fait ce qui lui
étaitinterdit.” “No proceden las indemnizaciones, cuando por
consecuencia de fuerza mayor ó de caso fortuito, el deudor está
imposibilitado de dar ó hacer aquello á que está obligado, ó ha
ejecutado lo que le estaba prohibido.”[5]

Otro es el Artículo 514 del código Argentino, que sólo emplea la


expresión caso fortuito, sin hablar de la fuerza mayor de que habla el
513: "Caso fortuito es el que no ha podido preverse o que previsto, no
ha podido evitarse." Esto prueba que toma como sinónimos caso fortuito
y fuerza mayor, al igual que el código chileno.

Por su parte el código Dominicano expresa en su Art. 1148, “…No


proceden los daños y perjuicios, cuando por consecuencia de fuerza
mayor o de caso fortuito, el deudor estuvo imposibilitado de dar o
hacer aquello a que está obligado, o ha hecho lo que le estaba
prohibido.[6]

Los casos fortuitos o de fuerza mayor tienen similitud en la teoría,


pero cabe la salvedad para hacer un comentario en cuanto a que el caso
fortuito refiere solo a los accidentes naturales, es decir lo que
muchos doctrinarios indican en sus libros al tratarse los casos
fortuitos enfocados en el derecho anglosajón, indicando que el caso
fortuito es un “hecho de Dios”, y por otro lado la fuerza mayor es
atribuible a lo actuado por terceos – la autoridad – lo que en el
derecho anglosajón se refiere al “acto del príncipe”.

Pero ambos eventos, hechos o sucesos, son de cierta característica


única, esto en cuanto a lo extraordinario, lo imprevisible e
irresistible, que a su vez impide al deudor el cumplimiento de su
obligación, apartando esto último de que dicho deudor haya tenido la
voluntad – de buena fe – de cumplir.

Por lo tanto, estas características son las que demostrará el deudor


al juez, para que el juzgador quede convencido que el incumplimiento
no fue por su culpa, quedando de este modo exento de la reparación
civil.

8. EXTINCIÓN DE LA OBLIGACIÓN POR CAUSA NO IMPUTABLE AL DEUDOR.

“…La obligación se extingue si la prestación no se ejecuta por causa


no imputable al deudor.

Si dicha causa es temporal, el deudor no es responsable por el retardo


mientras ella perdure. Sin embargo, la obligación se extingue si la
causa que determina la inejecución persiste hasta que al deudor, de
acuerdo al titulo de la obligación o a la naturaleza de la prestación,
ya no se le pueda considerar obligado a ejecutarla; o hasta que el
acreedor justificadamente pierda interés en su cumplimiento o ya no le
sea útil.

También se extingue la obligación que solo es susceptible de


ejecutarse parcialmente, si ella no fuese útil para el acreedor o si
este no tuviese justificado interés en su ejecución parcial. En caso
contrario, el deudor queda obligado a ejecutarla con reducción de la
contraprestación, si la hubiere.”

Las obligaciones son contraídas para ser cumplidas; en caso contrario


el ordenamiento jurídico otorga al acreedor los medios legales que le
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procuren, en principio, la ejecución específica de la obligación y, en


su defecto, la indemnización de daños a cargo del obligado.

Pero ocurre que, en algunas situaciones, el cumplimiento se vuelve


imposible, a pesar de existir buena fe de parte del deudor, debido a
que la prestación que es el contenido de la obligación no resulta
posible por caso fortuito o fuerza mayor, produciendo así la extinción
del nexo crediticio al privarlo de uno de sus elementos esenciales.

Por ello, el artículo 1317, esta dirigido a los casos de imposibilidad


del cumplimiento de la obligación que se produce después de haberse
establecido o creado la relación contractual entre el deudor y el
acreedor. En este caso también hay inexistencia de dolo o culpa por
parte del deudor, ya que esto responde a causas no imputables al
obligado.

Lo antes mencionado se refiere a las causas temporales que impiden que


el obligado cumpla con lo pactado, por lo que mientras perdure esta
causa el obligado no es responsable del retardo en su cumplimiento,
por tanto la obligación se extingue si al término de este tiempo el
acreedor ya no requiere de dicha prestación. Para esta caso la
obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor u obligado.

DAÑOS Y PERJUICIOS POR EJECUCIÓN NO IMPUTABLE. “... El deudor no


responde de los daños y perjuicios resultantes de la inejecución de la
obligación, o de su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, por
causas no imputables, salvo que lo contrario este previsto
expresamente por la ley o por el titulo de la obligación.”

Es posible que la norma le atribuya responsabilidad al obligado aún


cuando la obligación o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso
obedezcan a causas no imputables o también que esta responsabilidad se
le atribuya por pacto. Es este punto el deudor tiene la figura de
asegurador, púes libera al acreedor de los riesgos, ya que las partes
por acuerdo voluntario, pueden convenir que el deudor responderá de
los daños y perjuicios resultantes de la inejecución de la obligación.

Entendemos desde luego que el deudor si responderá por los daños y


perjuicios causados al acreedor cuando este incumpla la obligación por
dolo o culpa.

DOLO. “... Procede con dolo quién deliberadamente no ejecuta la


obligación”

El dolo es un factor de atribución subjetivo. El mismo es definido


como vicio de la voluntad, se trata del dolo-engaño: "acción dolosa
para conseguir la ejecución de un acto, es toda confirmación de lo que
es falso o disimulo de lo verdadero, cualquier artimaña, astucia o
maquinación que se emplee con ese fin. Se trata, pues, de la acción de
un sujeto que provoca error en el otro, y destruye así su voluntad
jurídica.

CULPA INEXCUSABLE. La culpa del deudor en el cumplimiento de la


obligación consiste en la omisión de aquellas diligencias que exigiere
la naturaleza de la obligación, y que correspondiesen a las
circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar" (art. 319,
Cód. Civ.). Esta definición es prácticamente impecable.

La culpa debe ser entendida como la ruptura o contravención a un


estándar de conducta. Para un sector de la doctrina italiana, la culpa
~ 16 ~

“no debe ser entendida como un juicio de reproche sujetivo del


comportamiento, sino como la relación entre el comportamiento dañino y
aquel requerido por el ordenamiento, en las mismas circunstancias
concretas, con el fin de evitar la lesión de intereses ajenos”[10]

CULPA LEVE “Actúa con culpa leve quien omite aquella diligencia
ordinaria exigida por la naturaleza de la obligación y que corresponda
a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar”[11]
Alexandra Esta muy bien solo debe mejorar lo siguiente: 1) Incluir un
indice2) Pasar los casos/jurisprudencia al final del trabajo, despues
de las conclusiones,

Incurre en culpa, el deudor, cuando no ejecuta la obligación con la


diligencia debida y ello referido a que el obligado realiza la
actividad encargada con imprudencia, torpeza, es decir por su falta de
diligencia requerida. Por ejemplo el médico que no cumple con los
protocolos establecidos antes de realizar la operación.

En este caso el obligado no actúa de mala fe, es decir si tiene la


intención de cumplir. Y a diferencia de la culpa inexcusable, en este
caso no hay negligencia grave, si no solo la falta de negligencia
ordinaria.

6.- OTROS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

a) La imputabilidad, que mencioné líneas anteriores, es la capacidad


del sujeto para hacerse responsable de la reparación civil, por los
daños causados.

b) La licitud o antijuricidad, vale decir, la constatación que el daño


causado no está permitido por el ordenamiento jurídico. La prédica de
la antijuridicidad, en el proceso de evolución del Derecho, de su
marcha hacia una mayor justicia -ciencia mutable como pocas, que exige
del jurista la "respuesta" a tono con los tiempos y las necesidades-,
ha abandonado su marcado carácter subjetivo, que estriba en poner el
acento en la "voluntad sana" del agente, en su conciencia del acto,
para enfatizar, con apoyo unánime de la doctrina, la prescindencia, en
el juicio de ilicitud, de tales cuestiones que suelen englobarse en la
expresión "capacidad". Dicho de modo más directo, hay un obrar ilícito
aunque el autor sea un demente declarado o un menor de menos de 10
años. Otra vez la solución se inspira en una mirada fuerte hacia la
víctima inocente.[12]

c) El factor de atribución, es decir, el supuesto justificante de la


atribución de responsabilidad del sujeto.

d) El nexo causal, concebido como la vinculación entre el evento y el


daño producido.

e) El daño, que comprende las consecuencias negativas derivadas de la


lesión de un bien jurídico tutelado.

10. CUMPLIMIENTO E INCUMPLIMIENTO. El concepto de incumplimiento es


objetivo e inicialmente actúa al margen de la culpa o dolo del deudor
y es el resultado de la simple constatación de la falta de
~ 17 ~

coincidencia entre el dato ideal (lo prometido) y el real (lo


ejecutado por el deudor), con la consiguiente insatisfacción del
interés del acreedor.

7.- EFECTOS DEL INCUMPLIMIENTO. LA PROTECCIÓN DEL ACREEDOR.

El solo incumplimiento es suficiente para poner a disposición del


acreedor, acciones o derechos que la ley o el contrato confieren al
acreedor para el caso de incumplimiento del deudor.

Cuando el acreedor está insatisfecho, tiene el derecho de accionar


contra el deudor.
~ 18 ~

LINKOGRAFÍA

 https://cesarfernandezfernandez.wordpress.com/2009/03/12/la-
responsabilidad-civil-contractual-en-la-legislacion-peruana/

 http://monografasperu.blogspot.com/2009/11/responsabilidad-
civil-contractual.html

 file:///C:/Users/Downloads/Responsabilidad%20Civil%20-
%20Julio%202016_stamped%20(1).pdf

 (Responsabilidad civil contractual y extracontractual - Material


autoinstructivo de la Academia de la Magistratura (AMAG)
~ 19 ~

CONCLUSIONES

 cuando hablamos de responsabilidad civil contractual, nos


referiremos siempre a aquel vínculo que une al deudor y al
acreedor, pero ello derivado de un contrato, el mismo que
celebrado voluntariamente entre las partes y cumpliendo todos
los requisitos de la regla general, que dicha voluntad tenga un
fin lícito, que sea realizado por personas capaces de contratar,
que el objeto se física y jurídicamente posible, cumpliendo a su
vez con la formalidad prescrita por la ley

 Etimológicamente la palabra daño, procede de la voz latina


“damnum” que significa pérdida, perjuicio o gasto. Muchos
autores lo definen como la violación de uno o varios de los
derechos subjetivos que integran la personalidad jurídica del
sujeto producida por un hecho voluntario o producto de la
negligencia y que genera la obligación de indemnizar

 se reconoce a la responsabilidad civil como una sola, pero


dividida en dos grandes capítulos. Sin embargo no debe creerse
que no existen diferencias fundamentales entre las mismas; en el
caso de la responsabilidad contractual, existe un vínculo
jurídico previo, mientras que la extracontractual da origen a
ese vínculo, es decir, la fuente de la primera será la voluntad
de los particulares, mientras que de la segunda lo será la Ley.
Por otro lado, en el caso de la responsabilidad derivada del
incumplimiento del contrato, se presumirá la culpa, a diferencia
de la aquiliana en que por regla general se debe probar.

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